Teoria Del Conocimiento (Resumen)

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Resumen TEORIA DEL CONOCIMIENTO (Johannes Hessen)

La esencia de la filosofía según Hessen


La palabra filosofía procede de la lengua griega y vale tanto como amor a la
sabiduría, o, lo que quiere decir lo mismo, deseo de saber, de conocimiento.
Hessen busca encontrar una definición esencial de la filosofía desde de una
perspectiva fenomenológica, cuyo procedimiento es esencialmente inductivo.
Para lo cual toma como base teórica la representación general que diversos
autores tienen de ella, tales como Sócrates, Platón, Aristóteles, Cicerón,
Schelling, Hegel, Kant, Eduard von Hartmann, Wundt y Driesch, Bergson,
Husserl, Descartes, Leibniz, Kant, Hegel, von Hartmann, Wundt, Driesch,
Bergson, Husserl, Scheler, Cristian Wolff Friedrich Überweg y Wilhelm
Dilthey, entre otros.
El identifica un elemento común entre la visión filosófica de Platón y
Aristóteles, Descartes y Leibniz, Kant y Hegel, quienes la relacionan con la
universalidad, valga decir, con una orientación hacia la totalidad de los
objetos, por medio del cual, manifiestan su intelectualidad y
un pensamiento de carácter racional y cognoscitivo. (p. 6)
Hessen observa que para Sócrates, la filosofía se presenta como una
"autorreflexión del espíritu", que es visto como un objeto, donde consideran
sus supremos valores teóricos y prácticos, sobre los valores de lo verdadero y
las virtudes (lo bueno y lo bello) (p.6). Mientras que su discípulo, Platón, lo
asume como tal, pero también considera como objeto de la filosofía
el conocimiento científico, siendo la actividad del estadista, del poeta y
del hombre de ciencia el medio de donde emana las reflexiones y el
pensamiento filosofal. En fin, la filosofía socrática-platónica es una
concepción del espíritu.
Posteriormente, esta concepción será asumida por Inmanuelle Kant
como teoría del conocimiento o como fundamentación crítica del
conocimiento científico, y de las restantes esferas del valor (axiología). Esto
último será punto de partida para su noción de la filosofía "como una
reflexión universal del espíritu sobre sí mismo, valga decir, como una
reflexión del hombre culto sobre su conducta valorativa. (p. 7).
En contraste con esa posición, Aristóteles se presenta con una concepción de
la filosofía más científica, donde considera al universo como la totalidad, que
es necesario conocer, hacia una ciencia universal del ser, que denomina "la
"filosofía primera" o metafísica. En fin, la filosofía se presenta como una
concepción del universo, que dirige su pensamiento preferentemente al
conocimiento científico y a su objeto: el ser.
Para Cicerón, la filosofía es "la maestra de la vida, la inventora de las leyes,
la guía de toda virtud". Se ha convertido en una filosofía de la vida.
Luego, la visión aristotélica de la filosofía será asumida por Descartes,
Spinoza y Leibniz, y en el siglo XIX, estará presente en
los sistemas del idealismo alemán, principalmente en Schelling y Hegel, que
según Hessen (p.7), da pie a un movimiento exclusivista de la filosofía, que
resulta ser "una completa desvaloración de la filosofía, como la que se revela
en el materialismo y el positivismo; y, por otro lado, a una renovación del tipo
kantiano, como la que ha tenido lugar en el neokantismo." En ese sentido, "se
eliminan todos los elementos materiales y objetivos, que existen de modo
innegable en Kant, tomando así la filosofía un carácter puramente formal y
metodológico."
No obstante, en ese proceso de generación de nuevas formas de pensamiento
y nociones filosóficas, surge un nuevo movimiento que retoma la metafísica
aristotélica, principalmente lo material y al objeto (el ser), frente al
formalismo y metodismo de los neokantianos, que da origen a una metafísica
inductiva, emprendida por Eduard von Hartmann, Wundt y Driesch; una
filosofía de la intuición, impulsada por Bergson; y finalmente, a la
moderna fenomenología representada por Husserl y Scheler.
La filosofía aristotélica también alimenta corrientes más integrales, hacia
una cosmovisión: que integra el macrocosmos (la filosofía en el sentido de
una concepción del universo) y microcosmos (la filosofía en el sentido de una
concepción del yo) (p.7).

Definición integral de la filosofía según Hessen


A partir de ese paneo histórico-teórico sobre la filosofía, Hessen alcanza su
propia definición, diciendo: "la filosofía es una autorreflexión del espíritu
sobre su conducta valorativa teórica y práctica, y a la vez una aspiración al
conocimiento de las últimas conexiones entre las cosas, a una concepción
racional del universo." Como se observa, es una definición más integral,
donde establece una conexión entre las dos concepciones histórico-
tradicionales de la filosofía. "La reflexión del espíritu sobre sí mismo es el
medio y el camino para llegar a una imagen del mundo, a una visión
metafísica del universo." Y concluye diciendo, que "la filosofía es un intento
del espíritu humano para llegar a una concepción del universo mediante la
autorreflexión sobre sus funciones valorativas teóricas y prácticas.
Hessen identifica la existencia de una relación cultura – moral (p.8), para
justificar la pertenencia de la filosofía al lado teórico del espíritu humano,
entendiendo a la cultura vinculada a la ciencia, el arte, la religión y la moral;
y a la moral como el lado práctico del ser humano: su voluntad.

El pensamiento base esencial de la filosofía


De igual forma, para justificar que la filosofía está al lado de la ciencia, es
decir su afinidad con la ciencia, Hessen plantea que "ambas descansan en
la misma función del espíritu humano, en el pensamiento". Pero su única
diferencia está en el "objeto". "Mientras que las ciencias especiales tienen
por objeto parcelas de la realidad, la filosofía se dirige al conjunto de ésta."
De esa forma concluye, en la necesidad de "distinguir entre ciencia
particular y ciencia universal y llamar a esta última, filosofía." (ibíd.)

Las dos caras de la filosofía: religión y el arte y ciencia y universo


Hessen hace una diferenciación entre la religión y la filosofía, la primera
busca el conocimiento en la experiencia personal y sus vivencias con Dios,
mientras que la filosofía busca el conocimiento en el universo, a la totalidad
del ser.
Las diferencia entre el arte y la filosofía, es que el artista y el poeta "no crean
su obra con el intelecto sino que la sacan de la totalidad de las fuerzas
espirituales", por tanto, el conocimiento proviene de las fuerzas espirituales;
mientras que la filosofía lo obtiene de la totalidad del ser" (p. 9).
A pesar de esas diferencias, Hessen plantea que la filosofía tiene dos caras:
una cara mira a la religión y al arte; la otra a la ciencia o sistema de cultura.

La esfera total de la filosofía


La filosofía desde una perspectiva integral tiene tres concepciones no
excluyentes: teoría de la ciencia, teoría de los valores, concepción del
universo.
La filosofía vista desde la ciencia es teoría del conocimiento científico. (p.9)
Y la "teoría de la ciencia, se divide en formal y material. Llamamos a la
primera lógica, a la última teoría del conocimiento."
La filosofía vista desde la conducta humana es lo que se conoce teoría de los
valores (axiología): de los valores éticos, de los valores estéticos y de los
valores religiosos. De allí surgen las tres disciplinas
llamadas ética, estética y filosofía de la religión. (p. 10)
La filosofía vista desde la reflexión sobre el ser es lo se conoce como teoría
de la concepción universo, la cual se divide en metafísica (que se subdivide
en metafísica de la naturaleza y metafísica del espíritu) y
en concepción o teoría del universo en sentido estricto, que investiga
los problemas de Dios, la libertad y la inmortalidad. (p. 10)

La fenomenología del conocimiento según Hessen


Según Husserl, la fenomenología se presenta en primer lugar como la ciencia
fundamental de la filosofía [2] pero al mismo tiempo es un método para
generar conocimientos. De manera complementaria, junto a
la hermenéutica desde la perspectiva de Gadamer, que la considera como
una filosofía, permite dar cuenta de la realidad, es decir, permite generar
conocimiento. Entendiendo el conocimiento como una determinación del
sujeto por el objeto. No obstante, ambas filosofías terminan
siendo métodos aplicados en investigaciones cualitativas.
La fenomenología es considerada la ciencia de los fenómenos, así como un
método, pero no es una teoría del conocimiento. Representa un camino de
aproximación a la realidad, por medio del cual se aprehende la realidad. De
ese proceso emerge el conocimiento. Un proceso que según Husserl está
determinado por la reducción o epojé. "Es como pasar de la cosidad a la
realidad, es decir, advertir la esencia y encontrarle sentido." (Ibídem).
Husserl ve la existencia de tres reducciones: la reducción filosófica, la
reducción fenomenológica y la eidética.
Para Hessen (1925:13), la fenomenología como método para generar
conocimiento, aspira a aprehender la esencia general de un
fenómeno concreto, cuyo proceso conlleva a filosofar. En ese sentido, el
método a aplicar contiene los siguientes pasos: Primero, examinar
meticulosamente el objeto, que es su observación y descripción exacta de
su estructura general, que exige tratar de aprehender los rasgos esenciales
generales del fenómeno en estudio. Y por último, viene la explicación
e interpretación.
Hessen (1925:14), plantea una serie de consideraciones fenomenológicas del
conocimiento: 1) El sujeto y el objeto determinan el conocimiento. 2) La
receptividad frente al objeto y la espontaneidad frente a la imagen del objeto
en el sujeto son perfectamente compatibles. 3) Al determinar al sujeto, el
objeto se muestra independiente de él, trascendente a él. 4) Dividimos los
objetos en reales e ideales, siendo los reales todo lo que nos es dado en la
experiencia externa o interna o se infiere de ella, y los objetos ideales se
presentan como irreales, como meramente pensados. 5) Existe una
contradicción aparente entre la trascendencia del objeto al sujeto y
la correlación del sujeto y el objeto. 6) La correlación del sujeto y el objeto
sólo es irrompible dentro del conocimiento; pero no en sí. 7) El sujeto y el
objeto no se agotan en su ser el uno para el otro, sino que tienen además un
ser en sí. 8) El objeto deja de ser objeto cuando sale de la correlación; y en
este caso el sujeto sólo deja de ser sujeto cognoscente. 9) La acción no
determina el objeto al sujeto, sino el sujeto al objeto. 10) Lo que cambia no es
el sujeto, sino el objeto. 11) El conocimiento y la acción presentan una
estructura completamente opuesta. 12) El concepto de la verdad se relaciona
estrechamente con la esencia del conocimiento. 13) Un conocimiento es
verdadero si su contenido concuerda con el objeto mentado. 14) El concepto
de la verdad es el concepto de una relación. Expresa una relación, la relación
del contenido del pensamiento, de la "imagen", con el objeto. 15) El objeto no
puede ser verdadero ni falso; se encuentra en cierto modo más allá de la
verdad y la falsedad.
Hessen (1925:15), plantea que el fenómeno del conocimiento linda con tres
esferas del conocimiento: el sujeto (psicológica), la "imagen" (lógica) y el
objeto (ontológica). La fenomenológica reconoce la teoría del conocimiento
como una disciplina filosófica independiente, lo que se denomina
gnoseología. Y finalmente, el conocimiento consiste en forjar una "imagen"
del objeto; y la verdad del conocimiento es la concordancia de esta "imagen"
con el objeto (ibíd., p.16)

El origen del conocimiento según Hessen


Hessen (1925:26), se pregunta sobre el origen del conocimiento en el sujeto
pensante, en su sentido psicológico como en su sentido lógico. De hecho, ve
ambos sentidos conectados a la luz de las diferencias existentes entre el
conocimiento adquirido de la experiencia y a partir del pensamiento (la
razón). Que es una diferencia complementaria, dado que, las ideas surgen de
un proceso experiencial y las praxis surgen de las ideas. Los juicios proceden
tanto de la experiencia, como del pensamiento.
Ante esa dualidad, Hessen se pregunta: ¿cuál de esos dos factores es el
decisivo? ¿De dónde se apoya la conciencia cognoscente? ¿De cuál de las
dos fuentes de conocimiento saca sus contenidos? Para responder esas
preguntas se pasea por la descripción de varios modelos epistémicos y cómo
se obtiene el conocimiento que corresponde. Es así como describe
el racionalismo, empirismo, intelectualismo, el apriorismo y el criticismo.
El racionalismo "es la posición epistemológica que ve en el pensamiento
(en la razón) la fuente del conocimiento humano" (p.26). Un conocimiento
que se caracteriza por ser lógicamente necesario (lógica) y universalmente
válido (validez). Cualquier juicio se funda en el pensamiento y no en la
experiencia. Un conocimiento predominantemente conceptual y deductivo.
La mayoría de los representantes del racionalismo proceden de
la matemática. No obstante, Platón fue el primero de los racionalistas
(p.27). Nos decía Platón, que los sentidos (experiencia) no pueden
conducirnos nunca a un verdadero saber, sólo es una mera opinión". Que
sólo el mundo de las Ideas tiene un orden lógico y es un orden metafísico: "un
reino de esencias ideales metafísicas", que está en relación con la realidad
empírica, es por ello que las cosas son copias de las Ideas. Algo que surge de
la "contemplación de las ideas". Y como tal, trasciende. Es por eso que el
racionalismo en Platón es "trascendente".
Plotino y San Agustín también ven el origen del conocimiento a partir de las
ideas, pero en una forma algo distinto. En el caso del neoplatónico Plotino
[1] las ideas se encuentran en el Nous cósmico (Espíritu del universo), valga
decir, en el vivo autodespliegue del Nous. De este modo, hay una íntima
conexión metafísica entre el espíritu humano y el espíritu del universo, que
devela la existencia de una iluminación, de algo que proviene desde arriba.
(p.28).
San Agustín, interpretará esa conexión racionalista desde la teología. A
partir de la existencia de Dios. Surge de esta manera la teoría de la
iluminación divina. Como vemos, la idea de Plotino es recogida y
modificada por San Agustín en sentido cristiano, dando origen al
racionalismo teológico [2] "El Dios personal del cristianismo ocupa el lugar
del Nous. Las Ideas se convierten en las ideas creatrices de Dios" (ibídem).
De esta forma San Agustín teoriza que el ser humano genera conocimiento
a partir de dos fuentes: de la razón humana o de la iluminación divina,
donde ambas fuentes provienen de la experiencia humana con ese Díos.
En la Edad Media surge el racionalismo de Gioberti (s. XIX), quien plantea
que el conocimiento se alcanza "contemplando inmediatamente lo absoluto en
su actividad creadora". Y ese objeto absoluto es el "ser". De allí surge la
noción ontologista, porque parte del ser real absoluto. "Ontologismo es, la
teoría de la intuición racional de lo absoluto como fuente única, o al menos
principal, del conocimiento humano" (ibídem). En ese sentido el
ontologismo es un racionalismo teognosticismo.
René Descarte (el fundador de la filosofía moderna), plantea "la teoría de las
ideas innatas", que explica como los conceptos fundamentales del
conocimiento provienen de la razón y no de la experiencia. Luego, su
seguidor Leibniz, desarrolla el racionalismo inmanente, la cual se opone al
teológico y al trascendente. Para él, hay ideas innatas, "en cuanto que es
innata a nuestro espíritu la facultad de formar ciertos conceptos
independientemente de la experiencia" (ibídem).
Finalmente, el racionalismo moderno (s. XIX) se fundamenta en la conciencia
general y supera la conciencia concreta o individual, dando paso al
racionalismo lógico en sentido estricto.
Este atribuye las ideas innatas a partir de la abstracción, de la misma forma
como el racionalismo antiguo: que la deriva los contenidos del conocimiento
de la lógica pura, valga decir, de un conjunto de supuestos
o principios supremos. Aquí, la única fuente del conocimiento sigue siendo
el pensamiento y no de la experiencia. Como se puede apreciar, el
racionalismo por esencia es deductivo: porque deduce, de meros conceptos,
conocimientos existentes. En este caso, toma el conocimiento matemático
como la esencia de la verdad. Al depender de una lógica y de validez
universal, termina siendo determinista. A partir de esa característica surge su
principal crítica: que es dogmática por esencia.
Si bien es cierto, que hay que darle el mérito al racionalismo por haber
resaltado el factor racional en el conocimiento humano, no obstante, su
exclusividad en las matemáticas lo hizo ser dogmático, al intentar imponer
como única fuente del conocimiento ese tipo de pensamiento" (p. 29).
En contraposición al Racionalismo surge el Empirismo, que ve como única
fuente del conocimiento humano la experiencia. "Todos nuestros conceptos,
incluso los más generales y abstractos, proceden de la experiencia" (p. 29).
En este caso los "hechos concretos" son la fuente del conocimiento. Las
cuales pueden identificarse a partir de las percepciones y representaciones
humanas que se forman orgánicamente de la experiencia.
Para los investigadores empiristas, el conocimiento procede de la experiencia
con las ciencias naturales, siendo la empíria el factor fundamental, dejando
de lado el uso de la razón.
El desarrollo sistemático del empirismo es obra de la Edad Moderna, y en
especial de la filosofía inglesa de los siglos XVII y XVIII. El fundador del
empirismo es John Locke (1632-1704), quien critica fuertemente la teoría
de las ideas innatas y demuestra que a partir de la existencia de una doble
experiencia: la interna (sensación) y la externa (reflexión) se obtiene
conocimiento. La primera, se obtiene a partir de la percepción de sí mismo, y
se obtiene de ideas simples que se dan en el pensamiento, pero este no agrega
ningún nuevo elemento, sino que se limita a unir lo que surge de las
percepciones de los distintos datos de la experiencia. Es por ello que Locke
plantea "que el principio empirista admite verdades a priori" (p. 30), que
incluso surgen verdades que son por completo independientes de la
experiencia y, por tanto, universalmente válidas. "A ellas pertenecen ante
todo las verdades de la matemática".
Por su parte, la experiencia externa, se da a partir de la percepción captada
por los sentidos. Esta tesis es desarrollada por David Hume (1711-1776) a
partir del empirismo de Locke. Es por ello, que defiende el principio
fundamental del empirismo, según el cual la conciencia cognoscente saca
sus contenidos sin excepción de la experiencia. No obstante, él Divide las
"ideas" (perceptions) de Locke en impresiones e ideas. En este caso, las
impresiones son las vivas sensaciones que tenemos cuando vemos, oímos,
tocamos, etcétera. Mientras las ideas son las representaciones de la memoria
y de la fantasía. Asimismo, para Hume "todas las ideas proceden de las
impresiones y no son nada más que copias de las impresiones". Y de esa
forma, abandonan los conceptos de sustancia y de causalidad.
Pero, al igual que Locke, Hume reconoce en la misma esfera matemática
un conocimiento independiente de la experiencia y por ende universalmente
válido. Admite "verdades a priori". En fin, reconoce, que todos los conceptos
generales, o teorías matemáticos consideradas principios generales o
universales, que son poseedoras de conocimientos válidos, debieron haber
surgido también de la experiencia, por lo tanto, pero las relaciones existentes
entre ellos son válidas independientemente de toda experiencia."
Según el francés Condillac (1715-1780), el empirismo se presenta como el
sensualismo, al reconocer que hay una sola fuente de conocimiento que es la
sensación. "El pensamiento no es más que una facultad refinada de
experimentar sensaciones (p. 31). Por su parte, John Stuart Mill (1806-1873),
desarrolla su pensamiento en el empirismo, incluso rebasa a Locke y Hume al
reducir el conocimiento matemático a la experiencia como única base del
conocimiento. "Hasta las leyes lógicas del pensamiento tienen la base de su
validez en la experiencia". Asimismo, plantea que los empiristas propenden a
un escepticismo metafísico, al negar que cualquier otro tipo de conocimiento
surja de una manera distinta a la experiencia: "el conocimiento de lo
suprasensible, es una cosa imposible".
En esa diatriba entre el racionalismo y el empirismo, surge el
Intelectualismo, quien será la mediación entre ambas formas de
pensamiento. "El intelectualismo es de opinión que ambos factores tienen
parte en la producción del conocimiento." (p. 32) El intelectualismo deriva de
la experiencia a los elementos de estos juicios y los conceptos.
La palabra intelectualismo proviene de intelligere, de intus legere que
significa leer en el interior. Su fundador fue Aristóteles, quien se había
anticipado e hizo una síntesis del racionalismo y el empirismo, al plantear
que la experiencia y el pensamiento forman juntamente la base del
conocimiento humano. "Las ideas ya no forman un mundo que flota
libremente; ya no se encuentran por encima, sino dentro de las cosas
concretas." (…) "Las ideas son las formas esenciales de las cosas" (p. 32).
Esta visión intelectualista la desarrollará más adelante en la Edad
Media, Santo Tomás de Aquino, al plantear que "empezamos recibiendo de
las cosas concretas imágenes sensible (species sensibiles). El intellectus
agens extrae de ellas las imágenes esenciales generales, las species
intelligibiles. El intellectus possibilis recibe en sí éstas y juzga así sobre las
cosas. De los conceptos esenciales así formados se obtienen luego, por
medio de otras operaciones del pensamiento, los conceptos supremos y más
generales, como los que están contenidos en las leyes lógicas del
pensamiento (por ejemplo, los conceptos de ser y de no ser, que figuran en
el principio de contradicción)."
Por otra parte, surge un segundo intento de mediación entre el racionalismo
y el empirismo: el apriorismo, cuyo fundador en Inmanuel Kant, quien
define la relación entre la experiencia y el pensamiento en un sentido
directamente opuesto al intelectualismo. El principio del apriorismo dice:
"Los conceptos sin las intuiciones son vacíos, las intuiciones sin los conceptos
son ciegas". En este caso, el apriorismo se separa del racionalismo y se
acerca al empirismo. Como se puede apreciar, se admite un factor racional y
un factor empírico en el conocimiento humano. Según Kant, el factor a priori
no procede de la experiencia, sino del pensamiento, de la razón (p. 33).
Para Kant, la materia del conocimiento procede de la experiencia y que la
forma procede del pensamiento. "Nuestro pensamiento crea el orden en este
caos, enlazando unos con otros y poniendo en conexión los contenidos de
las sensaciones (p. 33)."
Como hemos visto, el intelectualismo se acerca al empirismo; el apriorismo,
por el contrario, al racionalismo.
Finalmente, según Hessen (1925:34), surge la Crítica y la posición propia
como una fuente de generar conocimiento. "En las más simples percepciones
hay contenido un pensamiento; que, por tanto, no sólo la experiencia, sino
también el pensamiento, tiene parte en su producción. En este caso para
analizar el racionalismo y empirismo, separa el problema psicológico y el
problema lógico del conocimiento humano. En primer lugar, considera el
racionalismo y el empirismo como dos respuestas a la cuestión del origen
psicológico del conocimiento humano. Ambos resultan entonces falsos.
La psicología demuestra que la formación de nuestros conceptos está
influida por la experiencia; no sólo el pensamiento, sino también la
experiencia.
De manera integral, Hessen argumenta, que si bien es cierto que el
racionalismo lo deriva todo del pensamiento y el empirismo todo de la
experiencia, no obstante es menester acudir a los resultados de la
psicología, que ha de mostrado que el conocimiento humano es un cruce de
contenidos de conciencia intuitivos y no intuitivos, un producto del factor
racional y el factor empírico.

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