Articulo Revista Las Ordenes Tipo Misión
Articulo Revista Las Ordenes Tipo Misión
Articulo Revista Las Ordenes Tipo Misión
TEMA:
“ORDENES TIPO MISIÓN, LA ESPECTATIVA Y REALIDAD”
10-FEB-2020.
LAS ORDENES TIPO MISIÓN, LA EXPECTATIVA Y LA REALIDAD
Hoy en día muchos Ejércitos de la región y del mundo promulgan esta filosofía de las
órdenes tipo misión y como se deberían conceptualizar y aplicar esta la misma, cuyo
ámbito se encuentra dentro del arte del mando y la ciencia del control. Se dice que la
génesis de esta filosofía tiene su origen en el Ejército Alemán en donde surge como
una tradición cuya idea de fondo es la de otorgar a los mandos subordinados una
libertad de acción para el cumplimiento de la misión, lo cual consistía en libertad para
la planificación y ejecución, lo que les permitía a los subordinados accionar en
ausencia de comunicaciones con sus superiores, esta filosofía le dio muchos éxitos al
Ejercito Alemán sobre todo en la II Guerra Mundial, podríamos decir que este Mando
Tipo misión fue uno de los pilares fundamentales para la ejecución de la guerra
relámpago o Blizkrieg sobre todo en las campañas de Polonia y Francia que lleno de
gloria a la Wehrmacht. (Whitford, 2017).
Una descripción bastante acertada de esta filosofía seria haciendo la analogía con un
contrato entre el superior y el subordinado, en el cual el superior se compromete a
proporcionar libertad de acción al subordinado encuadrando siempre en su intención y
el subordinado acepta trabajar para el cumplimiento de la intención del superior
mediante el cumplimiento de su misión. (Lind, 1999).
Son muchas las interpretaciones que pueden existir sobre esta filosofía y muchas las
formas de querer implementarla, pero aquí es conveniente hacernos las siguientes
preguntas ¿Se puede Implementar la filosofía del mando tipo misión?, ¿Se la puede
aplicar mediante un reglamento?, ¿Se puede ordenar que se aplique la filosofía del
Mando tipo misión?, ¿Se puede obligar a los mandos a implementar y aplicar el Mando
tipo misión?, la respuesta a estas preguntas pueden caer en una ambigüedad si
consideramos a quien se las planteamos. La verdad es que para que una fuerza y
particularmente sus mandos apliquen y practiquen esta filosofía, es únicamente
interiorizándola, volviéndola parte de su vida diaria en todas y cada una de las
actividades relacionadas al arte del mando y la ciencia del control en la que se
encuentren involucrados. (Whitford, 2017)
Ahora como interiorizar esta filosofía, existen muchas propuestas de cómo hacerlo, la
realidad es que cada una de ellas obedece a una realidad distinta y a una idiosincrasia
distinta, basados en estas dos afirmaciones y centrándonos en el Ecuador y más
particularmente en nuestro Ejército diremos que para poder aplicar esta filosofía
necesitamos empezar a hacerlo en la génesis mismo de la carrera militar, es decir en
las Escuela Superior Militar y aquí surge un planteamiento bastante interesante esta
filosofía solo deben desarrollarla y aplicarla los oficiales o también debe ser enseñada,
desarrollada y aplicada en la Escuela de Formación de Soldados, para poder continuar
primero responderemos a este planteamiento. Para nosotros es imperativo que el
soldado sea formado también para poder aplicar esta filosofía porque como dijimos
anteriormente entendemos al mando tipo misión como un contrato entre superior y
subordinado, en esta afirmación no se mencionó grados o jerarquías, si el soldado no
es formado con estos principios resultara estéril que el subteniente quiera aplicar
desde inicios de su carrera el Mando Tipo Misión, pues no tendrá eco en sus
subordinados, en su pelotón que constituye la unidad básica de mando para un
subteniente recién egresado de la Escuela Militar. (General Stephen Townsend G. d.,
Revitalizando el mando tipo misión en el Ejército, 2019)
Regresando a nuestro planteamiento inicial de que el Mando Tipo Misión debe ser
interiorizado desde los inicios de la carrera militar es conveniente analizar el proceso
de formación de los futuros líderes del Ejército, cuando realmente durante su etapa de
formación ejercen mando real sobre sus subordinados, este mando que ejercen que
tipo de mando es, a que se limita, hasta donde llega, cuál es su alcance, si miramos a
nuestra Escuela Militar y recordamos como ejercíamos el mando nos damos cuenta de
una cruda realidad, que mando se ejerce únicamente en el último año de formación
(4to. Año Militar) y solo una pequeña fracción de los futuros oficiales que corresponde
al Cuerpo de Brigadieres, el resto de cadetes se limita a realizar el servicio de semana
con los cadetes menos antiguos en cada una de sus compañías. Ahora encontrado el
problema o primer obstáculo para la adopción de esta filosofía es necesario visualizar
una posible solución o recomendación, basados como dijimos al inicio en nuestra
realidad y en nuestra idiosincrasia.
Las ordenes tipo misión o el Mando Tipo Misión como se le quiera llamar más que una
doctrina debe ser tratada y forjada como una tradición entre los oficiales pero desde
que empiezan su formación, los Institutos de Formación y los instructores de los
mismos deberían empezar por capacitar a sus alumnos de una manera integral, es
decir sistémica para que tenga esa capacidad de apreciación de la situación en un
ambiente operacional complejo que ante la ausencia de ordenes o perdida de
comunicación con sus subordinados tengan la confianza de tomar decisiones de
manera independiente. Cómo se logra esto en un Ejército como el nuestro que se
caracteriza por un mando rígido y un control estricto y que cuando en algún nivel un
comandante toma una decisión y las cosas no salen como se esperaba, lo que se
busca es sancionarlo en vez de preguntar: porqué tomo esa decisión, que factores
analizó, la respuesta a esa interrogante es compleja, pero es sencilla, hay que romper
ese paradigma que se han mantenido en nuestra Fuerza por mucho tiempo.
Suena sencillo escribirlo y decirlo, pero talvez la solución para romper ese paradigma
seria empezar por tener confianza en los subordinados, pero esta debe tener su
fundamento en su buena formación y capacitación, enseñarle que las misiones,
operaciones que se le van a encomendar a lo largo de su carrera siempre estarán
dentro del campo de la incertidumbre y que solo el conocimiento de las técnicas,
tácticas, procedimientos, doctrina, etc., son las que le permitirán actuar y reducir esta
incertidumbre. Y que si no tiene el conocimiento, la capacitación y la experiencia
suficiente no podrá actuar bajo esas condiciones y tendrás que estar en constante
contacto con sus superiores para darles parte de cada paso que da y de cada
actividad que cumple, es decir no tendrá ese arte de mandar a su gente y tendrá que
consultar para cada decisión. En resumen de lo anteriormente señalado podríamos
decir que el primer paso para interiorizar esta filosofía corresponde a las Escuelas de
Formación, a través de una formación y capacitación en de la doctrina militar, del arte
del mando y de la ciencia del control, todo esto acompañado que desde el Segundo
Curso Militar que el cadete ya tiene sus primeros reclutas, se le debe dar la
oportunidad de mandar y comandar, sin necesidad de llegar al último año (Curso
Militar) para empezar a mandar. (General Stephen Townsend G. d., 2019)
Todos o bueno casi todos conocemos cuales son los niveles de la guerra, niveles de
planificación, niveles de conducción, etc., como quiera que se les llamen, estos son el
estratégico, operativo y táctico, se dice que la lo estratégico tiene que ver con las
formas, lo operativo con los modos y lo táctico con los medios, se dice también que el
segundo enlaza al primero y al tercero, también se dice que se debe respetar estos
niveles con lo cual estamos plenamente de acuerdo. Ahora bien hagamos un análisis
sincero y real de nuestro Ejército, en primer lugar existen estos niveles en papeles, el
CC.FF.AA se dice que es el nivel estratégico militar, de los Comandos Operacionales
se entiende son el nivel operativo y de ahí hacia abajo Brigadas, Batallones o similares
y Compañías o similares se materializa el nivel táctico, hasta ahí plenamente de
acuerdo. En la aplicación, es decir en la realidad se respeta estos niveles, aquí surge
la interrogante de si podemos afirmar que el CC.FF.AA mediante una conducción
directa da una misión o tarea a los Comandos Operacionales y estos una vez hecha
su apreciación están en condiciones de cumplirla, pues la respuesta puede ser si pues
en papeles se da, pero en la realidad no se cumple, ya que los últimos
acontecimientos así lo demuestran, los Comandantes de los Comandos
Operacionales no tienen un alto grado de libertad de acción, y como ellos no lo tienen,
tampoco la otorgan hacia abajo, es decir no se respetan los niveles de mando, de
planificación y de conducción. Las razones saltan a la vista y es la falta de confianza
en los niveles inferiores de mando y el miedo a ser juzgado so sancionados si algo
sale mal. Entonces se da el escenario que se ha vivido en más de una ocasión, que es
ver como el comandante de un nivel toma el mando del otro nivel y empieza a conducir
las operaciones de ese nivel y así sucesivamente hacia abajo, terminando con el nivel
estratégico mandando al nivel táctico y los comandantes del nivel operativo y táctico
son meros espectadores de cómo les dan conduciendo las operaciones, es decir no se
respeta los niveles de mando. Esta es una de las razones para que no se pueda
implementar la filosofía del mando tipo misión. Pero nuestra intención es sugerir o
hacer ver cómo se puede aplicar el mando tipo misión, y se nos ocurre que para poder
ser frente a este obstáculo que constituye el no respetar los niveles de mando se lo
puede contrarrestar a través de implementar que desde los primeros años de
formación y en los diferentes cursos de perfeccionamiento se enseñe estrategia,
geopolítica entre otras asignaturas y no esperar a llegar al Estado Mayor para hacerlo,
de esta manera desde los primeros años el oficial sabrá o tendrá idea de los diferentes
niveles de planificación y conducción de las operaciones, lo que le permitirá irse
formando sabiendo en donde está ubicado y cuál es su función en cada nivel, esto
tendrá como efecto que cuando vayan alcanzado los diferentes grados jerárquicos y
cumpliendo determinadas funciones sepan que es lo que tienen que hacer y hasta
donde deben hacer. Muchas veces bastara con solo dar la intención del comandante
del nivel superior para que el subordinado sepa lo que tiene que hacer, cual es el
propósito de su unidad y que papel juega su unidad en el conjunto, confiando que él
tiene libertad de acción y que no vera a su comandante superior mandándole sus
tropas y disponiendo de sus medios. Aquí se aglutinan algunos aspectos para poder
dar viabilidad a la implementación del mando tipo misión, la confianza mutua entre
superior y subordinado, el respeto a los diferentes niveles, la doctrina militar y la
capacitación, juntando todos estos factores seguros podemos intentar volver una
tradición al mando tipo misión. (General Stephen Townsend G. d., 2019)
Una de las formas más fáciles y sencillas de practicar el mando tipo misión es hacerlo
con las actividades diarias de la unidad como el momento cívico, una ceremonia
militar, el mantenimiento del armamento, equipo, prendas de intendencia, etc. en
donde se imparte solo la intención del comandante para estas actividades y se deja a
entera iniciativa de los subordinados que va a ejecutar el cómo hacerlo, es una
práctica que no ameritara una llamada la atención o una sanción ya que son
actividades diarias, semanales o mensuales que no conllevan complejidad alguna y de
las cuales y si algo sale mal se lo puede solucionar casa adentro. Muchas veces el
soldado, el cabo, el sargento, el suboficial pide más protagonismo dentro del vivir
diario de la unidad, una forma de dársela es precisamente encargarle este tipo de
actividades, con lo cual se puede practicar por parte nuestros mandos tácticos el
mando tipo misión. Puede parecer para muchos una propuesta poco convencional y
puede tener muchos detractores, pero en un Ejército como el nuestro, cuyo paradigma
es mando rígido y el control pormenorizado, consideramos que es una buena
oportunidad de por lo menos entrenar a nuestros mandos tácticos.
La intención del comandante fue analizada anteriormente como una herramienta del
proceso de planificación, detallando de forma ligera sus componentes: el propósito
ampliado, las acciones claves y el estado final deseado, y como se la puede utilizar
dentro de la planificación para implementar el mando tipo misión, pero hemos
considerado que merece un tratamiento por menorizado esta herramienta. Vamos a
analizarla no apegados a un reglamento sino a como la entendemos en base a nuestra
experiencia, porque muchas de las veces se analiza lo que dice el reglamento o
simplemente se describe sus componentes y no se dice la utilidad y como realmente
se la puede concebir de forma práctica. La intención del comandante es la forma como
ente superior comunica a sus subordinados que es lo que quiere alcanzar con el
cumplimiento de la misión que imparte. Los manuales nos indican cuales son las
partes de la intención del comandante y nos dicen en que cosiste cada uno. El doctrina
americana establece que se la debe desarrollar desde el estado final deseado, las
acciones claves y el propósito ampliado, procedimiento con lo cual coincidimos, pero
como determinar un estado final deseado, aquí viene la importancia y porque es
importante para el mando tipo misión, el comandante debe tener la capacidad para
analizar su ambiente operacional actual, de una manera sistémica, sin importar la
magnitud o el nivel en que se desarrolle la operación, este análisis sistémico del
ambiente operacional permite visualizar al comandante como desearía ver su
ambiente operacional o permite determinar su estado final deseado, y que debe hacer
para llegar a él, ahí entran las acciones claves, que se debe hacer para llegar a ese
ambiente deseado, y como esto ayudara al propósito de la unidad más allá del
propósito dela misión o del para que de la misión. Una vez teniendo claro a dónde
quiere llegar el comandante y que se debe hacer para llegar a ese ambiente y como
esto ayuda al propósito de la unidad en el conjunto, el comandante está en
condiciones de plateársela a sus subordinados, pero no siguiendo un orden o formato
establecido sino como el comandante visualiza que puede ser entendido por sus
subordinados, una vez que los subordinados a entendido su intención, ellos están en
capacidad de aplicar el mando tipo misión, pues en ausencia de órdenes y de
comunicación como lo indicamos anteriormente, la intención del comandante cobra
vigencia y es la luz que tendrán lo subordinados para el cumplimiento de la misión, es
por ello que nosotros entendemos a la intención del comandante como un pilar para la
aplicación del mando tipo misión. (General Stephen J. Townsend, 2019)
Vamos a analizar un factor preponderante en el proceso de aplicar la filosofía del
mando tipo misión, este no es ni más ni menos que el liderazgo, analizar el liderazgo
muchas veces puede tornarse complejo y más aún en Ejércitos que consideran que
profesores o instructores de liderazgo solo puedan ser los oficiales de los grados más
altos, situación que no criticamos pues por la experiencia pueden y deberían poder
enseñar liderazgo, pero quien dice que un oficial de menor jerarquía no puede enseñar
liderazgo si supuestamente nos formaron desde la Escuela Militar como líderes, esa
es nuestra inquietud y producto de ella es nuestra afirmación, que los oficiales de
menor jerarquía están tan capacitados para enseñar liderazgo como cualquier otro
oficial, pues es en esos grados menores en donde realmente se lidera y se tiene
contacto con la gente. Luego de esta contextualización afirmamos que el liderazgo es
fundamental para practicar el mando tipo misión y es menester que los comandantes
superiores dejen practicarlo y ejercerlo a los comandantes subordinados para que
estos ganen confianza y puedan en situaciones reales de incertidumbre tomar
decisiones y que sus subordinados les sigan sin pestañear pues confían en su
comandante, muchas veces se da que cuando sale un equipo de combate al mando
de un subteniente, los comandantes de unidad envíen a un oficial de mayor jerarquía a
que controle el accionar del subteniente, actitud que lejos de ayudar a la formación de
ese líder, lo que hace es volverlo inseguro y obligarlo a ser un fiel cumplidor de las
ordenes a raja tabla, sin opción de aplicar su iniciativa. Hoy en día los comandantes
mandan a un oficial subalterno (subteniente) a cumplir un acción o una función y
colocan no solo a uno sino a dos oficiales subalternos (teniente y capitán) y hasta a un
oficial superior (mayor) a que controle la ejecución de esa acción y que al final quien
termina cumpliendo la orden es el oficial superior, en desmedro del subteniente que
jamás pudo aplicar su iniciativa o ejercer liderazgo a su reparto. Este es uno de los
obstáculos más difíciles de superar para la implementación del mando tipo misión.
Pero lo que tratamos aquí desde un primer momento fue no solo ver los obstáculos
sino poner sobre la mesa algunas sugerencias para intentar aplicar esta filosofía en
nuestro Ejército, en lo que sugerimos en este tema de liderazgo es dejar que los
mandos subordinados ejerzan mando y liderazgo, pero como hacerlo, decirlo parece
fácil, pero en la ejecución está realmente el problema, como le hacemos comprender a
un comandante de unidad que el subteniente está preparado para asumir
responsabilidades y liderazgo, la respuesta es graduando un subteniente no solo con
un título universitario y el conocimiento de materias militares sino que se lo debe dejar
practicar liderazgo y esto no se da sino permitiendo que el cadete de cuarto año salga
en su último año de formación a las unidades, esa sería una forma de permitir que el
futuro subteniente salga con experiencia operativa. En esta fase si se le debe poner un
teniente, un capitán, hasta un mayor de ser el caso que lo oriente en el arte del mando
y la ciencia del control. Muchas de las sugerencias abordadas en este trabajo pueden
parecer difíciles de aplicar, pero de verdad solo parece, pues es cuestión de voluntad
para cambiar, los cambios muchas veces presentan resistencias, porque es realmente
difícil salir de la zona de confort, pero somos un Ejército vencedor y solo es menester
de querer para cambiar, en este es cuestión de estar convencido que el mando tipo
misión es factible de ser aplicado y no considerarlo solo una expectativa sino volverlo
una realidad. (Whitford, 2017)
Durante nuestra carrera militar siempre hemos escuchado la frase “deben ser más
iniciativos”, pero que es la iniciativa, como se puede ser más iniciativo, para poder
entender que es la iniciativa nos referimos al Manual de Conducción Militar de la
Fuerza Terrestre Ecuatoriana que dice: “La iniciativa es la condición que existe cuando
el comandante usa sus recursos a voluntad para influir en la acción. Una vez obtenida
la iniciativa, se deben ejecutar todas las acciones necesarias para no perderla”. Con
esta definición podemos afirmar que la iniciativa, ya sea que se la tenga, se la
mantenga o se la recupere, es fundamental para poder actuar con la filosofía del
mando tipo misión, pues a través de ella se puede usar los recursos disponibles a
voluntad, pero para que un comandante subordinado pueda hacer esto necesita la
confianza de su comandante, necesita libertad de acción, necesita liderazgo, necesita
estar capacitado, necesita experiencia, necesita dominar la doctrina militar solo así
estará en condiciones de explotar su iniciativa, sabiendo que sus decisiones están
respaldadas en todas los factores que enumeramos. Con todo este preámbulo
podemos decir que la iniciativa es un factor importante para poder plasmar el mando
tipo misión en nuestro Ejército y que todos los mandos sin importar el nivel deben
buscar siempre la iniciativa. (General Stephen J. Townsend, 2019)
El mando tipo misión no solo es una filosofía, es y debe ser interpretado como una
tradición entre los Ejércitos que quieren asumirlo y practicarlo, no solo debe ser una
expectativa, debe ser una realidad, para que esto se cumpla es necesario revisar
todos los argumentos y factores planteados en el presente análisis y tratar de
implementarlos y mejorarlos. Como conclusiones podremos decir que es fundamental
que esta filosofía sea acuñada desde los primeros años de formación y debe ser
también practicada, en todos los niveles de mando. Implementarla es difícil peor no
imposible, la idiosincrasia de nuestro Ejército puede tornarse un obstáculo pero ningún
cambio es fácil, siempre encuentra resistencia pero está en nosotros encontrar los
caminos para llevar adelante estos cambios.
Los últimos acontecimientos ocurrido en nuestro pais, nos hicieron ver que
necesitamos una transformación, entendiendo como transformación lo que manifiesta
Jaime García Covarrubias con sus tres acepciones marco jurídico, capacidades y
doctrina, ya que las nuevas amenazas son hibridas, mutantes y difusas y no estamos
preparados para hacerles frente, uno de las formas de iniciar esta transformación
puede ser empezar a implementar el mando tipo misión. Conforme lo analizado si
hubiésemos tenido como tradición el mando tipo misión muy probablemente
hubiésemos podido evitar muchas de las situaciones a las cuales se tuvo que
enfrentar nuestra Fuerza en la crisis de octubre, pues si actuaban con iniciativa,
libertad de acción y con el mando tipo misión probablemente se hubiese podido evitar
muchas situaciones que les tocó vivir a nuestros soldados. Por eso cobra vigencia la
necesidad de un cambio de doctrina, de una modificación de la doctrina o de una
generación de nueva doctrina, y que mejor que hacer estos cambios basados en
filosofías que no solo mejoraran nuestro accionar como el mando tipo misión sino que
constituirá un verdadero hecho portador de futuro que permitirá romper muchos
paradigmas que persisten aun en nuestro Ejército. Para romper un paradigma, para
salirse de él es necesario un hecho portador de futuro que lo rompa, a nuestro juicio
este hecho puede ser la adopción del mando tipo misión. Esta filosofía puede hacer
que el arte del mando y la ciencia del control tengan una nueva perspectiva en el
Ejército y permita un cambio sustancial en la forma de mandar y ejercer liderazgo.
El Ejército ha visto los últimos años como la generación de doctrina ha decaído, la
revisión de manuales constituye únicamente ver las faltas ortográficas, es decir lo de
forma, pero no existe un cambio de fondo de estructura, podemos seguir así revisando
reglamentos de forma aislada por armas por servicios, por especialidades o podemos
hacer un cambio estructural en nuestra doctrina, que empiece con la implementación
de esta nueva filosofía de mando, seguro que al aplicarla ella por si sola provocara
que se revise toda la doctrina militar para poder adecuarla a los nuevos escenarios y
amenazas.
Finalmente quisiéramos decir que el mando tipo misión es una filosofía que nos puede
permitir transformar nuestro Ejército, que es riesgosa sí, pero que cambio
transcendental no involucra asumir riesgos, los alemanes lo asumieron y obtuvieron
importantes logros como Ejército, los norteamericanos están buscando volverlo una
tradición en sus Fuerzas Armadas, los colombianos tienen un manual sobre el mando
tipo misión, nuestro glorioso Ejército Ecuatoriano vencedor del Cenepa puede y debe
empezar asumir esta filosofía, que no exista solamente la expectativa de lo que es y
significa el mando tipo misión, sino volverlo una realidad.
BIBLIOGRAFIA
FUERZA TERRESTRE DEL ECUADOR. (2015). MANUAL DE CONDUCCIÓN
MILITAR. QUITO: ACADEMIA DE GUERRA DEL EJÉRCITO.
General Stephen J. Townsend, G. d. (2019). Revitalizando el mando tipo misión
en el Ejército, Entrenamiento para el mando tipo misión (parte 3).
MILITARY REVIEW, 8 - 9.
General Stephen Townsend, G. d. (2019). Revitalizando el mando tipo misión
en el Ejército. MILITARY REVIEW, 3.
General Stephen Townsend, G. d. (2019). Revitalizando el mando tipo misión
en el Ejército. MILITARY REVIEW, 2.
General Stephen Townsend, G. d. (2019). Revitalizando el mando tipo misión
en el Ejército, El liderazgo a través del mando tipo misión (parte 2).
MILITARY REVIEW, 2.
Lind, W. (1999). La Gueera de Maniobras (Traducción al español).
Martínez, C. C. (14 de Marzo de 2019). Instituto Español de Estudios
Estrategicos. Obtenido de
http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2019/DIEEEO21_2019
CONCEB-doctrina.pdf
Whitford, M. A. (2017). El camino hacia el mando tipo misión. MILITARY
REVIEW, 39.