Dam. Parcial 3. Entrega 2019

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EVALUACIÓN NOTA: 8

Plan Estudios
A BOGA CÍA ‐ 2 0 0 3 (DIST.)

Materia Semestre
DER ECH O A GR A R IO Y MINER O 5

Período Turno División


01/2017 Noche D A

Evaluación Fecha Permite Entrega Parcial

EVA LU A CIÓN PA R CIA L Nº 3 11/09/2017

Responde

Sil

PAUTAS DE LA ACTIVIDAD

Derecho Agrario y Minero (Derecho de los Recursos Naturales y el Ambiente)


Parcial 3
El presente parcial evalúa los contenidos correspondientes al módulo 3.
Criterios de Evaluación
La calificación será la resultante de evaluar según los siguientes criterios:
Nivel de conocimientos teóricos obtenidos: que se vislumbrará en la redacción coherente y pertinente de los
conceptos aprendidos.
Capacidad crítica y relacional aplicada en las respuestas.
Claridad y concreción en la redacción de las respuestas.
Utilizar la terminología jurídica de forma coherente a los planteos prácticos.
Criterios de Acreditación
Cada examen contiene una parte de planteos teóricos y una parte de casos prácticos.
Cada examen será evaluado con una escala de 1 a 100 puntos, debiendo obtener un mínimo de 50 puntos para su
aprobación.
En cada consigna, encontrará el puntaje asignado a las mismas.

CUESTIONARIO

Pregunta Nº 1 (Correcta) Puntaje Pregunta Puntaje Obtenido

10.00 10.00

Consignas
Parte teórica
1. Enumerar quiénes no pueden adquirir minas según el Código de Minería y demás legislaciones Vigentes de la República
Argentina. (10 puntos)

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Intento Nº 1

Respuesta

El artículo 21 del código de minería expresa que toda persona es capàz de adquirir y poseer legalmente propiedades
raíces, pudiendo entonces adquirir y poseer minas.
El artículo 22 dice quien no puede adquirir minas, ni tener en ellas parte, interés ni derecho alguno:
1‐ Los jueces, cualquiera que sea su jerarquía, en la sección o distritos mineros donde ejercen su jurisdicción en el ramo
de minas.

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2‐ Los ingenieros rentados por el Estado, los escribanos de minas y sus oficiales en la sección o distritos en donde
desempeñan sus funciones.
3‐ Las mujeres no divorciadas y los hijos bajo la patria potestad de las personas mencionadas en los números
precedentes.
(Art. 23. ‐ La prohibición no comprende las minas adquiridas antes del nombramiento de los funcionarios; ni las que la
mujer casada hubiese llevado al matrimonio. Tampoco comprende las minas posteriormente adquiridas por herencia o
legado)

Corrección

Observaciones

Puntaje Pregunta Puntaje Obtenido

10.00 10.00

Personas capaces e incapaces de adquirir minas

Antes de adquirir una mina hay que encontrarla.

Capacidad para adquirir minas

- Pueden adquirir minas:


Toda persona capaz de adquirir y poseer legalmente propiedades raíces (ya que las minas son inmuebles), puede adquirir y
poseer las minas. (art.21)

Para adquirir se exige la capacidad de disponer.

- NO pueden adquirir minas (art.22): ni tener en ellas parte, interés ni derecho alguno:
 Los jueces, cualquiera que sea su jerarquía, en la sección o distritos mineros donde ejercen su jurisdicción en el ramo
de minas.
 Los ingenieros rentados por el Estado, los escribanos de minas y sus oficiales en la sección o distritos en donde
desempeñan sus funciones.
 Las mujeres no divorciadas y los hijos bajo la patria potestad de las personas mencionadas en los números
precedentes.

Las personas que violen lo dispuesto en el Artículo 22 pierden todos los derechos adquiridos, que se concederán al
primero que los solicite o denuncie.

No podrán pedirlos ni denunciarlos las personas que hubiesen tenido participación en el hecho. Art. 24.

La prohibición no alcanza en los casos que las minas hayan sido adquiridas antes del nombramiento de los funcionarios; ni
las que la mujer casada hubiese llevado al matrimonio, ni las minas posteriormente adquiridas por herencia o legado.
(ART.23)

101. Sujetos que puede adquirir la concesión de las minas según el CM


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ART. 10: Sin perjuicio del dominio originario del Estado, la propiedad particular de las minas se establece por la
concesión legal.
ART. 44: Las minas se adquieren en virtud de la concesión legal otorgada por autoridad competente (autoridad
minera de c/provincia) con arreglo a las prescripciones del presente Código.
El código Argentino sostiene el sistema regalista, en cuanto al dominio: a) El dominio originario de las minas
corresponde al Estado( por ser bienes privados de la Nación o de las Provincias) b) El Estado no puede explotar ni
disponer de las minas , sino en los casos expresados por la ley c) “A través de una concesión legal minera el Estado
entrega al interesado, el dominio particular de cada mina, El Estado no se desprende de su dominio originario, sino
que lo mantiene, por eso si el propietario no cumple con las condiciones, el Estado puede volver a hacer la
concesión, haciendo caducar la primera.” (Relacionar con personas que pueden o no adquirir minas)

Pregunta Nº 2 (Correcta)

Determine los sistemas de dominio originario de minas, y explicite cuál es el sistema adoptado por nuestro código de
minería para cada una de las categorías de Sustancias. (10 puntos)

Intento Nº 1

Respuesta

En la actividad minera es necesario determinar a quién corresponde el dominio de los yacimientos y el derecho a
aprovecharse de los mismos, esto surge en el origen de las doctrinas o teorías que se han elaborado para definir las
características del régimen jurídico que regula la actividad minera.
Teorías y Doctrinas:
1) Sistemas que no separan el dominio originario del derivado:
oSistema de la accesión o fundiario o del dominio absoluto del propietario del suelo.
oSistema dominial o de dominio absoluto del Estado.

2) Sistemas que separan el dominio originario del derivado y consideran a aquel como de nadie:
oSistema de la ocupación.
oSistema de res nullius o de Dalloz.
oSistema regalista. Entendemos por Dominio Originario, aquél que pertenece desde su origen a una persona (Estado o
particulares) y no reconoce titular anterior, y el dominio derivado, que reconoce la preexistencia de otro titular
anterior.
Sistema de la Ocupación. El derecho de explotación de las minas pertenece al primer ocupante, aunque las minas son
res nullius, sin un dueño originario. Según este sistema el derecho de explotación pertenece a aquél que explorando ha
encontrado el yacimiento y lo ha tomado en posesión por el hecho mismo de la ocupación (primer descubridor de la
mina). La propiedad minera es independiente de la propiedad superficial y el titular propietario de la superficie no
puede oponerse a que el descubridor ocupe y labre, subterráneamente, los yacimientos que existen bajo la superficie.
Sistema de res nullius (de la cosa sin dueño), propiamente dicho, o sistema de Dalloz. Los recursos mineros no
pertenecen a nadie, ni siquiera al Estado, aunque considera que éste, sin ser el dueño, es el tutor de la riqueza pública.
El Estado actuando, no como propietario sino como tutor de la riqueza pública y representante de los intereses
generales puede crear, por vía de la concesión, un derecho de propiedad sobre el subsuelo mineral. Según Dalloz, se
rinde justicia al principio de que las minas solo adquieren valor en virtud del medio social en que se encuentran. No
pertenecen al descubridor ni al superficiario ni al estado en propiedad, pero es natural que un ente se encargue de
tutelar la explotación, y nadie mejor que el Estado, representante de los intereses generales para tutelarlo. El Estado
es el que crea la propiedad minera (jurídicamente) mediante el sistema del acto de la concesión, es justo que el goce de
una renta o participación sobre la producción.
Sistema Regalista. La riqueza minera no pertenece a nadie. Pero el Estado tiene, como poder soberano, sobre todas las
cosas ubicadas dentro de su territorio, inclusive las minas, una especie de dominio que se ha dado en llamar eminente o
radical. En virtud de este alto dominio, el Estado se reserva el derecho de reglar el destino de la riqueza minera, la que
si bien no le pertenece jurídica y patrimonialmente, cae bajo su control en virtud de la soberanía. Este privilegio le
permite distribuir o conceder las minas, vigilar las condiciones de las concesiones, e imponer cargar tributarias y
participaciones (regalías). El regalismo acuerda al Estado la jurisdicción sobre las minas.‐
Según el CMN las minas se dividen en tres categorías.
a)Estas son de Primer Categoría, Corresponden:

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a) Las sustancias metalíferas siguientes: oro, plata, platino, mercurio, cobre, hierro, plomo, estaño, zinc, níquel,
cobalto, bismuto, manganeso, antimonio, wolfram, aluminio, berilio, vanadio, cadmio, tantalio, molibdeno, litio y
potasio;
b) Los combustibles: hulla, lignito, antracita e hidrocarburos sólidos;
c) El arsénico, cuarzo, feldespato, mica, fluorita, fosfatos calizos, azufre, boratos y wollastonita;
d) Las piedras preciosas.
e) Los vapores endógenos.
Porque reviste mayor importancia y por tanto el Estado Nacional y Provincial tiene el Dominio originario de estas minas,
ellos (Nac. y/o Prov.) no las pueden explotar sino a través de la concesión legal que les otorgara a los particulares.

b)Las Sustancias de Segunda Categoría.


a) Las arenas metalíferas y piedras preciosas que se encuentran en el lecho de los ríos, aguas corrientes y los placeres.
b) Los desmontes, relaves y escoriales de explotaciones anteriores, mientras las minas permanecen sin amparo y los
relaves y escoriales de los establecimientos de beneficio abandonados o abiertos, en tanto no los recobre su dueño.
c) Los salitres, salinas y turberas.
d) Los metales no comprendidos en la primera categoría.
e) Las tierras piritosas y aluminosas, abrasivos, ocres, resinas, esteatitas, baritina, caparrosas, grafito, caolín, sales
alcalinas o alcalino terrosas, amianto, bentonita, zeolitas o minerales permutantes o permutíticos.
Minas que por razón de su importancia, se conceden preferentemente al dueño del suelo; y minas que, por las
condiciones de su yacimiento, se destinan al aprovechamiento común." Hay aquí a su vez dos subcategorías: la primera
"minas que por razón de su importancia..." donde se otorga un derecho de preferencia y la segunda "por las condiciones
de su yacimiento..." en la forma en que se presenta en la corteza terrestres, se destina al aprovechamiento común.
Tanto la Primer Categoría como la Segunda, el Dominio Originario de la sustancia, pertenece al Estado, ya sea nacional
o provincial según el lugar donde se encuentre. En Cambio si hacemos referencia al sistema derivado, quien las va a
explotar, el aprovechamiento de esa sustancia, decimos que las minas de Primer Categoría, el sistema es originario
regalista y el sistema derivado también sigue siendo regalista a través de la concesión legal. El Sistema es Regalista‐
Regalista. En cambio, si vemos a la Segunda Categoría en cuanto al sistema originario, sigue siendo un sistema regalista
y en cuanto al dominio derivado es, en la primera subcategoría hay una preferencia al dueño del suelo, entonces es
Accesión, en cambio en la segunda subcategoría, por la forma en que se presenta el yacimiento y entrega a su
aprovechamiento común, sigue siendo de la Ocupación. Entonces el sistema es Originario, Regalista, para la primera
subcategoría Accesión como sistema derivado. Y en la Segunda subcategoría es Regalista como dominio Originario y
como dominio derivado, Ocupación.
c)Y tenemos Sustancias de Tercera Categoría,
a)las producciones minerales de naturaleza pétrea o terrosa, y en general todas las que sirven para materiales de
construcción y ornamento, cuyo conjunto forma las canteras.
Art. 6° ‐ Una ley especial determinará la categoría correspondiente, según la naturaleza e importancia, a las sustancias
no comprendidas en las clasificaciones precedentes, sea por omisión, sea por haber sido posteriormente descubiertas.
Del mismo modo se procederá respecto de las sustancias clasificadas, siempre que por nuevas aplicaciones que se les
reconozca, deban colocarse en otra categoría.
Minas que pertenecen únicamente al propietario, y que nadie puede explotar sin su consentimiento, salvo por motivos
de utilidad pública." Aquí el dominio originario es y sigue siendo del propietario del suelo. En cuanto a "salvo por motivos
de utilidad pública." Es un principio que envuelve a esta actividad, un principio tan importante que frente a dos
actividades como puede ser la agropecuaria y la minera, el Estado dará preeminencia a la actividad minera

Corrección

bien

Observaciones

Naturaleza jurídica de la propiedad minera: su dominio. Doctrinas:

De todas las riquezas naturales, ninguna ofrece tantas dificultades para hallarle su dueño originario como las riquezas
minerales del suelo. ¿A quién pertenecen originariamente las minas? Entendemos por dominio originario aquel que pertenece
desde su origen a una persona (Estado o particulares) y no reconoce titular anterior, a diferencia del dominio derivado, que
reconoce la preexistencia de otro titular.

Varios sistemas tratan de explicar en la doctrina y en la legislación el dominio originario de las minas, a saber:

- Sistemas que no separan el dominio originario del derivado:

1- sistema de la accesión o del dominio absoluto del propietario del suelo.

2- sistema dominial o del dominio absoluto del Estado.

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- Sistemas que separan el dominio originario del derivado y consideran a aquél como de nadie:

1- sistema de la ocupación.

2- sistema de res nulius o de Dalloz.

3- sistema regalista.

Según el sistema que adopte cada legislación, serán mayores o menores los derechos reconocidos a los particulares sobre
las minas y será más o menos intensa la intervención del Estado en el gobierno de estas riquezas.

Cada sistema determinará, en consecuencia, los caracteres y modalidades de la legislación. Así, la adopción del sistema de
la accesión para todas las minas no diferenciaría en absoluto el derecho minero del derecho común, y ambas propiedades (la
minera y la civil) podrían regirse por los mismos principios que gobiernan la propiedad inmueble.

No ocurriría lo mismo si se adoptara para todos los yacimientos los sistemas de la ocupación dominial y res nulius o regalista:
las minas, emancipadas del suelo y atribuidas en propiedad al Estado o bajo su supervigilacia, impondrían un régimen distinto
de adjudicación y control; mayores serían los derechos del Estado y las obligaciones de las empresas; nacerían conflictos
entre el propietario del suelo y el adjudicatario de la mina, etc.

- Sistemas que no separan el dominio originario del derivado:

1- Sistema de la accesión: según éste, la propiedad minera es un accesorio de la propiedad superficial o fundiaria, y lo
accesorio sigue a los principal. Por lo tanto, el dueño de lo principal, lo es de lo accesorio. Su origen se remonta a los orígenes
mismos del derecho romano, y aún mantiene vigencia en países anglosajones. Nuestro Código Minero lo admite respecto de
las canteras, turbas y otras sustancias de menor importancia industrial, cuya explotación corresponde al dueño del suelo
(sustancias de la tercera categoría). En su crítica, corresponde desmentir que la propiedad minera sea un accesorio; a veces,
en rigor, lo accesorio es el suelo. Económicamente tampoco satisface, porque permite a un propietario superficial disponer
arbitrariamente de una riqueza extraña a la superficie misma, en detrimento de la economía general. Además, no tiene en
cuenta la división superficial de los fundos que no siempre coincide con la distinción de las minas.

2- Sistema dominial: aquí, el Estado es el propietario de las minas, pero no se limita a un dominio eminente, sino que ejerce
un dominio real y efectivo, que le permite explotar él mismo los yacimientos, en lugar de tener que darlos siempre en concesión
(como en el caso regalista).

Las minas, afirman sus sostenedores, son dominiales en virtud del principio de que los bienes sin dueño pertenecen al Estado.
Sólo el Estado puede invocar un título legítimo a la apropiación de las minas.

El sistema dominial no debe confundirse con el sistema regalista: aquél se vincula a la propiedad (por ello, es un concepto
puramente patrimonial); éste, en cambio, se refiere a la soberanía y es un concepto jurisdiccional.

- Doctrinas que separan el dominio originario del derivado y consideran a aquél como de nadie:

1- Sistema de la ocupación: según este sistema, quien primero ocupa y trabaja una mina, tiene derecho a ella como primer
ocupante. El Estado nada tiene que hacer, sino respetar ese derecho natural. Turgot (que sostuvo el sistema), contaba en su
apoyo con la doctrina de los enciclopedistas franceses, que asignaban a la tierra l rol de única productora de bienes. Por el
desorden que significaría este sistema, resulta inaplicable. Este sistema, cuya principal ventaja es fomentar el descubrimiento
y trabajo de las minas, no tiene en el derecho minero ninguna aplicación, pues no concilia con otros principios fundamentales
de interés público que constituyen la razón de ser del derecho exclusivo de explotar que las leyes confieren a los particulares.

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2- Sistema de res nulius: según este criterio las minas originariamente no pertenecen a nadie, ni siquiera al Estado. En este
sistema (preconizado por Dalloz) se le asigna al Estado la facultad de conceder la mina a quien la descubre o a quien mejor
la puede explotar. Tal facultad, deriva del poder de control y policía de la riqueza pública. De ahí también que pueda
concederse, no al primer manifestante, sino a quien esté en mejores condiciones de explotar el yacimiento. Se le objeta que
si el Estado otorga concesión, no pudo ser cosa de nadie.

3- Sistema regalista: este sistema parte también del principio de que originariamente, las minas no pertenecen a nadie, ni
siquiera al Estado. Pero el Estado tiene, como poder soberano y sobre todas las cosas ubicadas dentro de su territorio (incluso
las minas), una especie de dominio que se ha dado en llamar eminente o radical y que por sus relaciones con la soberanía
debe distinguirse de su dominio patrimonial.

Es decir que el Estado ejerce sobre las minas un privilegio, que por su remoto origen real se llama regalismo, y en virtud del
cual, como representante de los intereses generales, distribuye o concede las minas y vigila el cumplimiento de las condiciones
y puede imponer tributos, cargas y participaciones.

Se diferencia del sistema dominial en que este último, conforme a los atributos esenciales del dominio (ius utendi, fruendi et
abutendi), otorga al Estado la propiedad patrimonial de las minas, o sea, un derecho de uno, goce y disposición, más o menos
extenso, que debe ejercerse dentro de los límites autorizados por la ley. El regalismo, en cambio, sólo acuerda al Estado la
jurisdicción sobre las minas, vale decir, el privilegio de concederlas en la forma que mejor consulte el interés público, no
pudiendo explotarlas directamente ni transmitirlas por ningún otro modo que no sea el de la concesión minera.

El Código de Minería:

Según el Código Minero (artículo 7), las minas son bienes privados de la Nación o de las provincias, según el territorio en que
se encuentren; es la misma doctrina del artículo 2342 del Código Civil. Aparentemente, esta declaración implica una
aceptación expresa del sistema dominial. Sin embargo, a renglón seguido, se declara que el Estado no puede ser minero, lo
que implica impedir al propietario un derecho elemental: explotar lo propio. Por lo tanto, en realidad se adopta el sistema
regalista que manda dar las minas en concesión a los particulares. Pero como posteriormente, por leyes reformadoras
(ejemplo: petróleo), se dispuso facultar al Estado a realizar explotaciones mineras, el sistema del Código Minero ha sido
alterado y ha acogido, en gran parte, el sistema dominial.

BOLILLA 2

PUNTO 1
Naturaleza jurídica de la propiedad minera: su dominio. Doctrinas:
De todas las riquezas naturales, ninguna ofrece tantas dificultades para hallarle su dueño originario
como las riquezas minerales del suelo. ¿A quién pertenecen originariamente las minas? Entendemos por
dominio originario aquel que pertenece desde su origen a una persona (Estado o particulares) y no reconoce
titular anterior, a diferencia del dominio derivado, que reconoce la preexistencia de otro titular.
Varios sistemas tratan de explicar en la doctrina y en la legislación el dominio originario de las minas,
a saber:
¤ Sistemas que no separan el dominio originario del derivado:
a.sistema de la accesión o del dominio absoluto del propietario del suelo.
b.sistema dominial o del dominio absoluto del Estado.
¤ Sistemas que separan el dominio originario del derivado y consideran a aquél como de nadie: a.sistema
de la ocupación.
b.sistema de res nullius o de Dalloz.
c.sistema regalista.
Según el sistema que adopte cada legislación, serán mayores o menores los derechos reconocidos a
los particulares sobre las minas y será más o menos intensa la intervención del Estado en el gobierno de
estas riquezas. Cada sistema determinará, en consecuencia, los caracteres y modalidades de la legislación.
Así, la adopción del sistema de la accesión para todas las minas no diferenciaría en absoluto el derecho
minero del derecho común, y ambas propiedades (la minera y la civil) podrían regirse por los mismos
principios que gobiernan la propiedad inmueble.
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No ocurriría lo mismo si se adoptara para todos los yacimientos los sistemas de la ocupación
dominial y res nullius o regalista: las minas, emancipadas del suelo y atribuidas en propiedad al Estado o
bajo su supervigilacia, impondrían un régimen distinto de adjudicación y control; mayores serían los
derechos del Estado y las obligaciones de las empresas; nacerían conflictos entre el propietario del suelo y
el adjudicatario de la mina, etc.

¤ Sistemas que no separan el dominio originario del derivado:


a. Sistema de la accesión: según éste, la propiedad minera es un accesorio de la propiedad superficial
o fundiaria, y lo accesorio sigue a los principal. Por lo tanto, el dueño de lo principal, lo es de lo accesorio.
Su origen se remonta a los orígenes mismos del derecho romano, y aún mantiene vigencia en países
anglosajones. Nuestro CM lo admite respecto de las canteras, turbas y otras sustancias de menor
importancia industrial, cuya explotación corresponde al dueño del suelo (sustancias de la 3ª categoría). En
su crítica, corresponde desmentir que la propiedad minera sea un accesorio; a veces, en rigor, lo accesorio
es el suelo. Económicamente tampoco satisface, porque permite a un propietario superficial disponer
arbitrariamente de una riqueza extraña a la superficie misma, en detrimento de la economía general.
Además, no tiene en cuenta la división superficial de los fundos que no siempre coincide con la distinción
de las minas.
b. Sistema dominial: aquí, el Estado es el propietario de las minas, pero no se limita a un dominio
eminente, sino que ejerce un dominio real y efectivo, que le permite explotar él mismo los yacimientos, en
lugar de tener que darlos siempre en concesión (como en el caso regalista).
Las minas, afirman sus sostenedores, son dominiales en virtud del principio de que los bienes sin dueño
pertenecen al Estado. Sólo el Estado puede invocar un título legítimo a la apropiación de las minas.
El sistema dominial no debe confundirse con el sistema regalista: aquél se vincula a la propiedad (por ello,
es un concepto puramente patrimonial); éste, en cambio, se refiere a la soberanía y es un concepto
jurisdiccional.
¤ Doctrinas que separan el dominio originario del derivado y consideran a aquél como de nadie:
a. Sistema de la ocupación: según este sistema, quien primero ocupa y trabaja una mina, tiene derecho
a ella como primer ocupante. El Estado nada tiene que hacer, sino respetar ese derecho natural. Turgot
(que sostuvo el sistema), contaba en su apoyo con la doctrina de los enciclopedistas franceses, que
asignaban a la tierra l rol de única productora de bienes. Por el desorden que significaría este sistema,
resulta inaplicable. Este sistema, cuya principal ventaja es fomentar el descubrimiento y trabajo de las
minas, no tiene en el derecho minero ninguna aplicación, pues no concilia con otros principios
fundamentales de interés público que constituyen la razón de ser del derecho exclusivo de explotar que las
leyes confieren a los particulares.
b. Sistema de res nulluis: según este criterio las minas originariamente no pertenecen a nadie, ni
siquiera al Estado. En este sistema (preconizado por Dalloz) se le asigna al Estado la facultad de conceder
la mina a quien la descubre o a quien mejor la puede explotar. Tal facultad, deriva del poder de control y
policía de la riqueza pública. De ahí también que pueda concederse, no al primer manifestante, sino a quien
esté en mejores condiciones de explotar el yacimiento. Se le objeta que si el Estado otorga concesión, no
pudo ser cosa de nadie.
c. Sistema regalista: este sistema parte también del principio de que originariamente, las minas no
pertenecen a nadie, ni siquiera al Estado. Pero el Estado tiene, como poder soberano y sobre todas las
cosas ubicadas dentro de su territorio (incluso las minas), una especie de dominio que se ha dado en llamar
eminente o radical y que por sus relaciones con la soberanía debe distinguirse de su dominio patrimonial.
Es decir que el estado ejerce sobre las minas un privilegio, que por su remoto origen real se llama regalismo,
y en virtud del cual, como representante de los intereses generales, distribuye o concede las minas y vigila
el cumplimiento de las condiciones y puede imponer tributos, cargas y participaciones.
Se diferencia del sistema dominial en que este último, conforme a los atributos esenciales del dominio (ius
utendi, fruendi et abutendi), otorga al Estado la propiedad patrimonial de las minas, o sea, un derecho de
uno, goce y disposición, más o menos extenso, que debe ejercerse dentro de los límites autorizados por la
ley. El regalismo, en cambio, sólo acuerda al Estado la jurisdicción sobre las minas, vale decir, el privilegio
de concederlas en la forma que mejor consulte el interés público, no pudiendo explotarlas directamente ni
transmitirlas por ningún otro modo que no sea el de la concesión minera.

El Código de Minería:
Según el CM (art. 7), las minas son bienes privados de la Nación o de las provincias, según el territorio
en que se encuentres; es la misma doctrina del art. 2342 del Cód. Civil. Aparentemente, esta declaración
implica una aceptación expresa del sistema dominial. Sin embargo, a renglón seguido, se declara que el
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Estado no puede ser minero, lo que implica impedir al propietario un derecho elemental: explotar lo propio.
Por lo tanto, en realidad se adopta el sistema regalista que manda dar las minas en concesión a los
particulares. Pero como posteriormente, por leyes reformadoras (ej. petróleo), se dispuso facultar al Estado
a realizar explotaciones mineras, el sistema del CM ha sido alterado y ha acogido, en gran parte, el sistema
dominial.

Mina es la porción limitada de terreno donde se realiza la explotación mineral, a base de pozos, perforaciones, y galerías o
a cielo abierto y es susceptible de ser apropiada. Se adquiere por Concesión legal dada por autoridad competente según el
C de minería.
59. Primera Categoría
La clasificación y división de las minas se hace en base a dos criterios:
1 - un criterio natural, científico
2 - un criterio económico, por la importancia de la sustancia desde el punto de vista económico.

El art 2 del CM establece: Con relación a los derechos que este Código reconoce y acuerda, las minas se dividen en tres
categorías.
1ª categoría: Minas de las que EL SUELO ES UN ACCESORIO, que PERTENECEN EXCLUSIVAMENTE AL ESTADO, y que sólo
pueden explotarse en virtud de CONCESIÓN LEGAL otorgada por autoridad competente.

✓ Minas en las que EL SUELO ES UN ACCESORIO, aquí lo principal es la mina y el suelo es accesorio por ser de menor
valor de producción, que explotar la mina. Son minas que por la importancia son las más importantes.
✓ PERTENECE ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE AL ESTADO (nacional o provincial, según el lugar en que se encuentran) y
solo puede explotarlo el primer descubridor a través de la concesión legal
✓ ADOPTA EL SISTEMA REGALISTA, el Estado es el dueño de la mina pero no puede explotarlo, estando obligado a
entregarlas a particulares para que ellos lo hagan.
✓ El dominio originario lo tiene el Estado
✓ El dominio derivado sigue siendo regalista. Es aquel en el cual se le entrega para su explotación a través de lo que
llamamos la concesión legal, que es la ley la que a través del Estado le entrega al particular la propiedad minera, concesión
minera. La propiedad minera es la concesión minera, y esta concesión minera es la concesión legal.
60. 1ª Categ. (Sustancias)
Pertenecen a ésta categoría (ART 3 CM): enumeración TAXATIVA
- SUSTANCIA METALIFERAS: oro, plata, platino, mercurio, cobre, hierro, , estaño, zinc, níquel, cobalto, bismuto,
manganeso, antimonio,, wólfram, aluminio, berilio, vanadio, cadmio, tantalio, molibdeno, litio y potasio.
- COMBUSTIBLES: hulla, lignito, antracita, e hidrocarburos sólidos
- El arsénico, cuarzo, feldespato, mica, fluorita, fosfato calizo, azufre, boratos, y wollastonita, piedras preciosas y
vapores endógenos.
61. Segunda Categoría
2ª categoría: son aquellas minas que por razón de su importancia, SE CONCEDEN PREFERENTEMENTE AL DUEÑO DEL SUELO
y minas que por las condiciones de sus yacimientos se destinan al aprovechamiento común.
Hay DOS subcategorías:
1ª sub categoría:
✓ Las minas que por razón de su importancia se conceden preferentemente al dueño del suelo. Cuando se otorga
tiene un derecho de preferencia primero al dueño del suelo. Adopta una combinación del sistema regalista y el de accesión
✓ Dominio original (regalista) pertenecen al Estado ya sea nacional o provincial, según el lugar en que encuentra.
✓ Dominio derivado (quien las va a explotar, quien va a tener el aprovechamiento de esa sustancia), es por accesión

2ª sub categoría:
✓ Las minas que por la forma que se presentan en la corteza terrestre, se destinan al aprovechamiento común.
✓ Dominio original (regalista) pertenecen al Estado ya sea nacional o provincial, según el lugar en que encuentra.
✓ Dominio derivado, adopta un sistema de ocupación.

62. 2ª Categ. (Sustancias)


Pertenecen a ésta categoría (ART 4 CM):
En ambos casos se tratan de sustancias que integran la segunda categoría
a) las arenas metalíferas y piedras preciosas que se encuentran en el lecho de los ríos, aguas corrientes y los placeres.
b) los desmontes, relaves y escoriales de explotaciones anteriores, mientras las minas permanecen sin amparo y los
relaves y escoriales de los establecimientos de beneficio abandonados o abiertos, en tanto no los recobre su dueño. c) los
salitres, Salinas y turberas.
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d) los metales no comprendidos en la primera categoría.
e) las tierras piritosas y aluminosas; abrasivos; ocres; resinas; esteatitas; baritina; caparrosas; grafito; Caolin; sales
alcalinas o alcalino terrosas; amianto; bentonita; zeolitas o minerales permutantes o permutiticos.
63. Tercera Categoría
3ª categoría: MINAS QUE PERTENECEN ÚNICAMENTE AL PROPIETARIO, y que nadie puede explotar sin su consentimiento,
salvo por motivos de utilidad pública.
✓ Surge el SISTEMA DE ACCESIÓN únicamente
✓ Dominio originario es y seguirá siendo el propietario del suelo y nadie puede explotar ni explorar sin su
consentimiento, salvo por motivos de utilidad pública. Rige las características de la propiedad civil para esta sustancia.
✓ La explotación la realiza el dueño de la superficie, sin necesidad de pedir la concesión a la autoridad minera, quien
solo controla que la explotación se realice debidamente.

El principio de utilidad pública tan importante que ante a dos hechos la agropecuaria y la minera, el Estado va a dar
preminencia a la actividad minera, frente a la actividad del propietario de un suelo y de un concesionario el Estado. Será
necesaria la explotación de esta sustancia por motivo de utilidad pública de Estado nacional, que necesita expropiarla y por
lo tanto en este caso si podrá ser explotada por otra persona.
64. 3ª Categ. (Sustancias)
Pertenecen a ésta categoría (art. 5 CM)
- Producciones minerales de naturaleza pétrea o terrosa, y en general todas las que sirven para materiales de construcción
y ornamento, cuyo conjunto forma las canteras. Las sustancias que no están clasificadas en ninguna categoría, deberán ser
encuadradas en alguna categoría mediante ley especial del Congreso Nacional y también aquellas sustancias que le
descubrieron nuevas aplicaciones, tal es el ejemplo del azufre, que pertenecía a la segunda categoría y ahora pertenece a la
primera.

Dominio Originario de las minas (Sistema regalista)


El sistema que adopta el CM que separa los dominios es el REGALISTA.
El Estado dueño de los territorios y por su poder soberano tiene poder originario y entrega el poder derivado o útil a los
particulares para su explotación. Los Art. 7, 8 y 9 acreditan la teoría.

Art. 7° – Las minas son bienes privados de la Nación o de las Provincias, según el territorio en que se encuentren. Es decir
forman parte de los bienes privados del Estado.
Art. 8° – Concédase a los particulares la facultad de buscar minas, de aprovecharlas y disponer de ellas como dueños, con
arreglo a las prescripciones de este Código.
Unicamente el Estado ostenta el domino originario, pero el domino de buscar, aprovechar y disponer las minas como
dueño es compartido a los particulares a través de la concesión legal. Art. 9° – El Estado no puede explotar ni disponer de
las minas, sino en los casos expresados en la presente ley.
La ley dice que las minas únicamente las puede entregar el Estado a través de la concesión legal.

DOMINIO ORIGINARIO es el derecho que pertenece desde el origen o descubrimiento de la cosa a una persona física o
jurídica, a diferencia del dominio derivado, que reconoce la existencia de un dueño anterior.

Los SISTEMAS más conocidos son tres: el de la accesión, el regalista y el dominial

El SISTEMA REGALISTA, parte del principio de que las mismas forman una propiedad distinta y separada del suelo que las
contiene y componen una categoría de bienes res nullius: no pertenecen a nadie, ni siquiera al Estado.

El Estado tiene, sin embargo, sobre todas las cosas ubicadas en su territorio un derecho de tutela o jurisdicción
denominado en el derecho público dominio eminente o radical vinculado a la soberanía que ejerce y no a la propiedad, en
virtud del cual, como representante del interés público puede reglar jurídicamente el destino de las cosas, aunque no le
pertenezcan patrimonialmente.
El Código argentino acepta este sistema para todas las sustancias clasificadas en la primera y segunda clase.
Aun para aquéllas cuya explotación se reserva al dueño del suelo, como las canteras y las comprendidas en el artículo 184,
el mismo sistema regalista está presente para determinar su régimen de dominio originario, conforme surge de la
combinación de los artículos 7 y 2, al ser consideradas ambas producciones como minas, sin perjuicio de aplicarse a ellas el
sistema de la accesión y corresponder en forma absoluta al dueño del suelo, por efecto de la categoría legal asignada.

Pregunta Nº 3 (Correcta) Puntaje Pregunta Puntaje Obtenido

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10.00 10.00

¿Puede cualquier persona manifestar minas por otro? Sí/No. Fundamente jurídicamente su respuesta. (10 puntos)

Intento Nº 1

Respuesta

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La regla general es que, "nadie puede manifestar ni registrar minas por otro sin poder especial". Lo establece
categóricamente el CMN, art. 55 " Nadie puede manifestar ni registrar minas para otra persona sin poder especial, que
podrá otorgarse ante la autoridad más inmediata, o ante Dos(2) testigos o por medio de una carta."
Para obtener el registro de una mina por descubrimiento, no es necesario haber sido anteriormente titular de un
permiso de exploración u obtenido previamente el consentimiento del propietario del terreno. El descubrimiento puede
haber sido inclusive consecuencia de un accidente cualquiera, por ejemplo en busca de agua. El descubridor, para la ley,
es el primero que efectúa la denuncia o declaración del hallazgo, con tal que lo registre prioritariamente art. 46 CMN.
El escrito de manifestación de descubrimiento presentada por el autor del hallazgo equivale a la solicitud de la mina
descubierta. El escribano de minas art. 49 CMN, pondrá constancia y certificará si hay otro u otros pedimentos o
registros del mismo cerro o criadero. La orden de registro significa que la solicitud ha sido admitida art. 51 CMN. Porque
hacemos referencia, porque el registro de pedimento constituye para nuestra ley, el titulo fundamental y la razón de
ser del denominado dominio particular de las minas; Jurídicamente el Registro,por su importancia y trascendencia,
equivale a la concesión legal. O sea, el registro de la solicitud al protocolo del escribano de minas otorga seguridad al
derecho que la ley concede en forma de preferencia o destrucción de la misma.
El art. 66 CMN, establece un plazo de sesenta días siguientes al de la publicación del registro, si se creyeren con
derecho a un descubrimiento manifestado por otro, deberán deducir sus pretensiones.
Entonces el CMN art. 55 establece aquellas personas eximidas de poder especial o carta de autorización o poder
especial: Los ascendientes, descendientes, ni los hermanos del descubridor. Tampoco los socios en la empresa, ni los
cateadores e individuos que compongan la expedición exploradora.
Ante esa eventualidad, de que otra persona distinta al descubridor manifieste una mina, el descubridor o dueño del
descubrimiento "ratificará, rectificará o rehusará la manifestación o registro hecho a su nombre, dentro del término de
DIEZ (10) días, pasados los cuales se tendrá por aceptado."art.56 CMN.
Así hayan participado en una expedición exploradora los empleados no pueden manifestar y registrar a su propio
nombre el descubrimiento de una mina, pues "(...) la expedición, la manifestación y el registro corresponde
exclusivamente al dueño del cateo, aunque se haya estipulado participación." Art. 57 CMN. Aunque "'esta disposición
queda sin efecto UN (1) año después de terminada la exploración."
En todos los casos, los empleados o las personas que "ejecutando por otro trabajos mineros, hace un descubrimiento,
descubre para el dueño de los trabajos." Art. 58 CMN, pero es necesario que esos trabajos hayan sido "verdaderamente
mineros", caso contrario si puede manifestar el descubrimiento, que pertenecerá a ambos (empleador y empleado) por
mitad.
Por último, el art. 59 CMN establece que quienes registran minas "sin expresar el nombre de los socios en el
descubrimiento y desconocen sus derechos, no podrán cobrar gastos de ningún género"

Corrección

Observaciones

91. Manifestación de descubrimiento


Indica el art. 46 CM que el escrito de manifestación de descubrimiento presentado por el autor del hallazgo equivale
a la solicitud de la mina descubierta, aunque no se lo indique expresamente. De esta manera, el escrito:
▪ se presentará ante la autoridad minera provincial, en dos ejemplares.
▪ señalará nombre, estado civil y domicilio del descubridor; y el nombre y domicilio de sus socios (si los
tuviere).
▪ se acompañará una muestra del mineral descubierto, que constituye la prueba preliminar de la verdad del
hallazgo.
▪ indicará el nombre que llevará la mina; la clase de mineral descubierto, aunque no se mencione, surgirá de la
muestra acompañada.
▪ enunciará, el nombre de las minas colindantes y el nombre y domicilio del propietario del terreno, o si este
es de propiedad fiscal.
▪ como indicación principal (y la más importante de la manifestación), describirá el punto del descubrimiento,
que será el mismo que el de extracción de la muestra, mediante las coordenadas Gauss-Krüger, en la misma forma
que se establece para los permisos de exploración.
▪ señalar, una zona para el reconocimiento exclusivo, cuya extensión máxima será hasta el doble de la que
pudiere corresponderle a las pertenencias de explotación. Esta zona se mantendrá indisponible hasta que la mensura
de la mina quede aprobada y definido el terreno otorgado para la explotación. La zona exclusiva o de protección
tendrá la forma de un cuadrado y deberá incluir el punto del descubrimiento.

La presentación de la muestra del mineral es fundamental, ya que acredita la verdad del descubrimiento y determina
la preferencia del descubridor. La muestra sirve, también, para precisar el tipo de yacimiento descubierto (o sea, si
es de mineralización compacta o diseminada)
92. Personas que pueden manifestar minas por otros
Establece el art. 55 del Código de Minería: Nadie puede manifestar ni registrar minas para otra persona —, sin poder
especial, que podrá otorgarse ante la autoridad más inmediata, o ante dos testigos o por medio de una carta.
Mandato.
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No necesitan poder especial: ascendientes, descendientes, hermanos, socios de la empresa del descubridor,
cateadores que componen la expedición. Deberán probar el carácter de tales.

93. Rectificación y Ratificación


El descubridor o dueño del descubrimiento tiene 10 días para ratificar, rectificar o rehusar la manifestación o
registro hecho a su nombre por otras persona, pasado los cuales se tendrá por aceptada la manifestación a su
nombre. (art.56)

94. Manifestación y registro por un empleado


-si el empleado de una expedición explorada, manifiesta o registra a su nombre un descubrimiento hecho EN EL
TERRENO EXPLORADO, durante la expedición, dicha manifestación y registro corresponde exclusivamente al dueño
del cateo, aunque se haya estipulado participación. Esta disposición queda sin efecto 1 año después de determinada
exploración.

-si el empleado descubre en un RADIO DE 1 KM ALREDEDOR DE LA MINA DONDE TRABAJA, dicho descubrimiento
pertenece a éste y al dueño del cateo por igual

- si el empleado descubre MÁS ALLÁ DE 1 KM, le pertenece (no debe compartir con el dueño del cateo) porque se
considera que no tiene vínculo alguno con su trabajo.

La persona que ejecutando por otros trabajos mineros, hace un descubrimiento (dentro del área del permiso de
exploración), descubre para el dueño de los trabajos (es decir para el que está autorizado a explorar)

Si los trabajos no son verdaderamente mineros (hacer la limpieza, cocinar, etc.) el descubrimiento pertenece a éste
y al dueño del cateo por igual.

Las personas que registran minas sin expresar el nombre de los socios en el descubrimiento y desconocen sus
derechos, no podrán cobrar gastos de ningún género.

95. Registro de la manifestación


La manifestación de descubrimiento una vez presentada y anotada, se encuentra solo con el cargo puesto por el
escribano y ubicada en los planos del catastro. Ello no significa que la solicitud haya sido admitida por la autoridad,
diligencia ésta que recién se cumple una vez informada por la oficina del catastro y subsanados los defectos u
omisiones que pudiera contener.

Salvados los inconvenientes, la autoridad minera ordenará el registro del pedimento o manifestación en el protocolo
del escribano de minas. La orden de registro significa que la solicitud ha sido admitida art. 51,
El registro es la copia de la manifestación con sus anotaciones y proveídos, hecha y autorizada por el escribano de
minas en libro de protocolo que debe llevarse al efecto,” En este caso se trata del Protocolo, Registro o Libro de
Descubrimientos

El registro o incorporación de la solicitud al protocolo del escribano de minas otorga seguridad al derecho que la ley
concede en forma de preferencia, impide la adulteración de la solicitud y evita contra la pérdida o destrucción de la
misma. El registro constituye para nuestra ley el título fundamental y equivale a la concesión legal, los demás actos
que se exigen posteriormente al manifestante, son complementarios del título, tales como la publicación de edictos,
la ejecución de la labor legal y la realización de la mensura de las pertenencias o lotes de explotación de la mina.

A partir del registro el minero puede

1. tomar posesión del terreno,


2. alinderar provisionalmente su mina, con el objeto de prevenir invasiones de terceros.
3. dar comienzo a la explotación del yacimiento descubierto, aún antes de haber demarcado en el terreno los
lotes o pertenencias que desea reservarse para su aprovechamiento.
4. comienza a computarse el plazo de dispensa del pago del canon minero que, por el término de 3 años,
beneficia a los descubridores
5. comienza a correr el plazo para la ejecución de la labor legal, diligencia indispensable, para realizar la
mensura y demarcación de la mina.

El registro, por otra parte, constituye la base para la confección de los padrones de minas y de la estadística minera,
que permite tener un panorama general de la riqueza minera del país y el Fisco encuentra en él información para la
recaudación de las contribuciones y gravámenes que se imponen a la producción minera.

El Código de Minería no ha establecido las formalidades que deben reunir los registros y asientos de los actos para
que tengan validez, pero en ellos deberán observarse los mismos requisitos que se exigen para las escrituras públicas
por el Código Civil,

96. Publicación del Registro y Oposiciones


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Tratándose la concesión de la mina de un acto de disposición del patrimonio del Estado que puede afectar, a la vez,
el derecho de terceros, la publicación del registro constituye un acto necesario.

Art. 53 “La publicación se hará en el periódico que designe la autoridad minera, por tres veces en el espacio de
quince días. Haya o no periódico, la publicación se hará fijando un cartel en las puertas de la oficina del escribano. El
escribano anotará el hecho en el expediente del registro y agregará los ejemplares correspondientes del periódico
que contenga la publicación”.

Los afectados por la concesión de un derecho minero pueden ser


- El propio Estado, dueño originario de la riqueza mineral,
- Los titulares de aquellos inmuebles sustraídos al trabajo minero, como las fortalezas, parques y reservas
naturales u otros bienes intangibles;
- El propietario del terreno
- Los titulares de otros derechos mineros, colindantes o próximos,
- Los mismos socios en el pedimento que pueden haber sido excluidos de la petición.

Todos estos afectados pueden efectuar reclamos de distinta naturaleza y en diferentes tiempos, con efectos
diversos, pero en un solo caso esos reclamos deben realizarse en tiempo perentorio y es cuando se discute sobre el
mejor derecho a un descubrimiento art. 66. Deben deducir sus pretensiones dentro de los sesenta días siguientes al
de la publicación del registro. Bajo ningún concepto podrá ser prorrogado por la autoridad.

No rige el plazo perentorio que fija el art. 66. En los siguientes casos, entre otros:
- las acciones de nulidad que se originen por inobservancia de las normas legales o de los procedimientos
sustantivos (como podrían ser las que deriven de prohibiciones expresas de las leyes, la falta de competencia de la
autoridad concedente,)
- la omisión de la labor legal que pruebe la existencia del yacimiento
- la concesión de una sustancia inconcebible o clasificada en una categoría distinta a la denunciada con el
objeto de evitar la preferencia que la ley concede al propietario del terreno.

97. Concurrencia y Preferencia en la manifestación


Un criadero mineral o yacimiento puede haber sido hallado en forma simultánea por distintas personas que realizan
trabajos mineros independientes, o ser descubierto de manera sucesiva, es decir, en diferentes tiempos por personas
distintas.

- Cuando se trata de manifestaciones sucesivas Es primer descubridor, el que primero solicita el registro,
siempre que la prioridad de la presentación no resulte de dolo o fraude.” (art. 60). La prioridad del derecho la da
exclusivamente el registro, aunque el registrador haya descubierto efectivamente en segundo término. En
consecuencia, la única prioridad que reconoce el Código es la que da la diligencia. Si el minero ha sido negligente, si
a pesar de las facilidades que le otorga la ley para registrar por mandatario no lo ha hecho, tendrá que admitir como
definitivo el registro realizado por el minero diligente, aunque el descubrimiento de éste en el terreno sea de fecha
posterior.

- Cuando se trata de manifestaciones simultáneas, la solución resulta más compleja (art. 61), “Si se
presentaran a un mismo tiempo dos o más pedimentos de una misma mina, aquel que determine de una manera
cierta, clara e inequívoca la situación del cerro y la naturaleza y condiciones del criadero, será preferido a los que no
llenen satisfactoriamente este requisito.” Si tienen la misma calidad de información, se da la preferencia al que
presenta la muestra de la mina más importante (grande, rica, con más mineral y más accesible para el explorador)

- Puede que al mismo tiempo se presenten 2 o más personas manifestando un descubrimiento sobre lugares
vecinos que se superponen parcialmente

a) Criaderos paralelos: Art 63 CM. Se superponen en el ancho. Cuando el espacio que medie entre dos minas a
un mismo tiempo descubiertas, no sea suficiente para llenar las medidas de latitud según la inclinación del criadero,
(se necesita 200 metros para cada mina) hay derecho para seguirlo hasta el complemento de la medida, internándose
en la inmediata pertenencia.(siempre y cuando la veta o criadero no se crucen)
b) Criaderos cuyas vetas convergen: Art 63 CM. Las vetas de ambas se cruzan en un punto. Se adjudicara por
mitad el espacio intermedio, pero subsiste el derecho de internarse hasta el empalme con alguno de los criaderos de
las pertenencias vecina, debiendo dar aviso al dueño.
c) Criaderos cruzados: Art 64 CM. Los concesionarios de minas a un tiempo registradas, cuyos criaderos se
crucen, pueden hacer independientemente sus trabajos (en la parte exclusiva y en la parte superpuesta, es decir la
que se cruza); pero se dividirán los minerales comprendidos en el crucero o punto de intersección de los criaderos,
cuando no sea posible distinguir de quien es cada uno.
d) Concurrencia en un mismo criadero: Art 65 CM Se superponen en el largo. Si dos o más personas han
descubierto simultáneamente en diferentes lugares de un mismo criadero, tomarán sus minas partiendo del punto de
donde se ha extraído la muestra del mineral presentado. Y si las medidas de longitud no pueden completarse en el
espacio intermedio, se adjudicará éste por mitad.
Las personas que se crean con derecho a un descubrimiento manifestado por otro, deben deducir sus pretensiones
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dentro de los 60 días siguientes al de la publicación del registro. Se comprenden en esta disposición las personas
cuyos nombres han sido omitidos en la manifestación o en el registro. No serán oídos los que se presenten después
del vencimiento de

Registro de la manifestación:

La manifestación y sus proveídos se anotan en el Registro de minas, el cual debe ser llevado en forma similar al protocolo de
escrituras públicas; cada provincia organiza el registro según su arbitrio.

El artículo 52 dispone que el Registro es la copia de la manifestación con sus anotaciones y proveídos, hecha y autorizada
por el escribano de minas, en libro de protocolo que debe llevarse al efecto. El registro o incorporación de la solicitud al
protocolo del escribano de minas, otorga seguridad al derecho que la ley concede en forma de preferencia, impide la
adulteración de la solicitud y precave contra la pérdida o destrucción de la misma. Pero, a diferencia de otras leyes, el registro
del pedimento constituye, para nuestra ley, el título fundamental y la razón de ser del denominado dominio particular de las
minas.

El registro, por otra parte, constituye la base para la confección de los padrones de minas y de la estadística minera, que
permite tener un panorama general de la riqueza minera del país. Y el fisco encuentra en él los datos necesarios para la
recaudación de las contribuciones y gravámenes que se imponen a la producción minera.

Publicidad:

Dispone el artículo 53 que la publicación se hará insertando integro el registro en el periódico que designe la autoridad minera,
por 3 veces en el espacio de 15 días. Haya o no periódico, la publicación se hará fijando un cartel en las puertas de la oficina
del escribano. El escribano anotará el hecho en el expediente del registro, y agregará los ejemplares del periódico que
contenga la publicación. Es decir, que el registro de la manifestación debe hacerse público en un periódico y en la oficina del
escribano, para que los terceros interesados (el Estado y los titulares de inmuebles sustraídos al trabajo minero), puedan
cuestionar el derecho del presunto descubridor, dentro de los 60 días de la publicación. Desde el momento del registro, se
puede empezar a explotar.

Satisfechas las condiciones legales, se asignan al descubridor las pertenencias correspondientes, teniendo derecho a mayor
número quien descubre nuevo mineral y las compañías de minas.

Si dos personas se presentan ante la autoridad minera simultáneamente para manifestar un descubrimiento, se tiene por
descubridor a quien ofrece los datos más precisos; si aportan datos igualmente precisos, es descubridor quien manifiesta el
descubrimiento de la mina más importante.

Pregunta Nº 4 (Parcialmente Correcta) Puntaje Pregunta Puntaje Obtenido

10.00 6.00

Conceptualice el término concesión minera y explique sus caracteres. (10 puntos)

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Intento Nº 1

Respuesta

El Derecho Minero estudia las calidades del dominio de las minas y las condiciones bajo las cuales es permitido su
búsqueda, exploración y aprovechamiento. Son las minas y no el conjunto de operaciones industriales y comerciales que
integran la industria minera, el real objeto de la legislación.
Las minas, pertenecen originariamente al Estado; sin embargo rara vez las explota por sí mismo; Entonces lo que hace
es conceder una mina, reservándose su dominio directo y cede al particular el dominio útil, esto es, el derecho de
explotarla y aprovecharla como dueño. El término "mina" reconoce, en el derecho minero, al menos dos acepciones: una
geológica y técnica, como especie de yacimiento, y otra jurídica, como inmueble minero, que nace a la vida jurídica a
partir de la concesión minera art. 2 CMN.
Las sustancia minerales del suelo y el subsuelo pertenecen al dominio eminente del Estado, según el sistema regalista
argentino, no pueden ser enajenados ni explotados directamente por el Estado, pues éste actúa no como dueño

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originario de esos recursos, sino como tutor general de recursos naturales no renovables considerados de utilidad
pública. De ese modo el Estado adjudica, mediante la concesión legal, la titularidad en la adquisición de minas, para su
exploración y/o su explotación, según ciertos procedimientos y condiciones, a personas físicas o jurídicas, que serán
considerados como los concesionarios.
El art. 10 CMN distingue el dominio originario del Estado (el cual jamás prescribe) del acceso a la propiedad particular
de las minas que sólo puede darse a través de la concesión legal: "Sin perjuicio del dominio originario del Estado
reconocido por el Artículo 7°, la propiedad particular de las minas se establece por la concesión legal." Del mismo
modo, el artículo 44 CMN define la concesión legal como la forma excluyente para la adquisición de minas, y señala
cuáles son sus posibles objetos: Art. 44 "Las minas se adquieren en virtud de la concesión legal otorgada por autoridad
competente con arreglo a las prescripciones del presente Código.

Son objeto de concesión: A) Los descubrimientos. B) Las minas caducadas y vacantes." También las ampliaciones, las
mejoras, las demasías, los socavones y los grupos mineros.
La concesión minera otorga a los particulares un derecho que es perpetuo, como lo señala el art. 18 CMN "Las minas se
conceden a los particulares por tiempo ilimitado", y esa concesión sólo se puede extinguir o caducar por incumplimiento
del concesionario, si se cumplen cualquieras de las clausulas contenidas en el art. 218 CMN. Actualmente la concesión
legal, en sustancias de hidrocarburos establece un plazo de 25 años prorrogable por 10 años más art. 35 de ley 17.319.
También es un derecho absoluto y exclusivo. Este derecho adquirido por el concesionario se puede perder sólo si no
cumple con las condiciones del llamado amparo minero, taxativamente previstas en el art. 218 CMN ni el pago del
canon, lo que determina la caducidad de los derechos conferidos por el acto concesional. "La mina volverá al dominio
originario del Estado" art. 219 CMN. Y quedara inscripta como art. 44 inc. B. Vacante.
La concesión minera es un acto de imperio del Estado que otorga un derecho real de propiedad sobre un bien inmueble,
como lo es la mina, derecho que el concesionario puede ejercer en forma absoluta frente a terceros, y del cual el
Estado no puede privarlos de ninguna forma. El acto de imperio del Estado que constituye la concesión minera, se
ejerce a requerimiento de los particulares ‐ aquél actúa a impulsos de estos últimos ‐ y el órgano competente no tiene
otra alternativa que otorgar la concesión, si el solicitante cumple las disposiciones del Código de Minería. Una vez que
la concesión fue otorgada, se torna irrevocable, por elementales razones de orden público y seguridad jurídica. Por ello
diremos que es un acto administrativo por el cual el Estado, quien tiene el dominio originario de la minas, otorga la
propiedad particular de estas a quien lo solicite para su explotación, bajo cumplimiento de ciertas condiciones legales.

Caracteres:
A)De Utilidad pública, art. 13 CMN: "La explotación de las minas, su exploración, concesión y demás actos consiguientes,
revisten el carácter de utilidad pública."
B)De Indivisibilidad, art. 14 CMN: "Es prohibida la división material de las minas, tanto relación a sus dueños, como
respecto de terceros. Ni los dueños, ni terceros pueden explotar una región o una parte de la mina,
independientemente de la explotación general."
C)De Perpetuidad, art. 18 CMN: "Las minas se conceden a los particulares por tiempo ilimitado"

Corrección

es onerosa??
indivisible si !!! en que casos ?

Observaciones

Concesión Minera (concepto. naturaleza jurídica)


Concepto:

es un acto administrativo por el cual el Estado, quien tiene el dominio originario de la minas,
otorga la propiedad particular de estas a quien lo solicite para su explotación, bajo cumplimiento
de ciertas condiciones legales.
La propiedad minera es la concesión minera, es la concesión legal, porque es la ley la que otorga
al particular la posibilidad de explotar la mina. El Estado a través de la ley otorga la propiedad
minera.
El particular (concesionario), es propietario de la mina y dispone de ellas como el propietario
común: la puede vender, arrendar, hipotecar, ceder, etc. No obstante esto, el concesionario no
es propiamente dueño, lo que posee es un derecho a explotar (derecho parecido al de propiedad,
pero que no es rigurosamente una propiedad civil). El concesionario explota mientras cumple con
las condiciones legales (pago del canon, inversión de capitales, etc.). Si no cumple, pierde la
mina. Se trata de un derecho real que se rige principalmente por las normas del derecho minero
y subsidiariamente por las del derecho civil.
Naturaleza jurídica: Mientras algunos autores, como Gordillo consideran que la concesión minera
que realiza el Estado, se materializa a través de un contrato administrativo de concesión, otros
autores como Pigretti toman dicha concesión como un derecho administrativo de la propiedad
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minera.
Diferencias entre ambas concesiones: (caracteres)
-En la minera no hay una prestación por parte del minero concesionario, mientras que en la
administrativa sí. -La minera es irrevocable, la administrativa no.
-La propiedad minera puede transferirse, la administrativa no.
-La minera es por tiempo ilimitado, mientras que la administrativa es limitada.
-La minera da un derecho real sobre la mina, y salvo excepciones es irrevocable y es sobre un
bien de dominio privado del Estado.

Concesión minera:
Según el art. 10, la propiedad particular de las minas se establece por la concesión legal. El Estado
es propietario de las minas; mediante la concesión, cede a los particulares la explotación. El particular
(concesionario), es propietario de la mina y dispone de ellas como el propietario común: la puede vender,
arrendar, hipotecar, ceder, etc. No obstante esto, el concesionario no es propiamente dueño, lo que posee
es un derecho a explotar (derecho parecido al de propiedad, pero que no es rigurosamente una propiedad
civil). El concesionario explota mientras cumple con las condiciones legales (pago del canon, inversión de
capitales, etc.). Si no cumple, pierde la mina. Se trata de un derecho real que se rige principalmente por las
normas del derecho minero y subsidiariamente por las del derecho civil. La doctrina y legislación moderna,
se inclinan por la temporalidad de las concesiones.
La concesión minera no es igual a la concesión de servicios públicos. El servicio público puede ser o
no concedido a particulares. En cambio, quien descubre una mina tiene el derecho a que se la concedan, y
no puede el Estado aducir ninguna razón para negarla. El particular que cumple las exigencias del CM,
adquiere el derecho a la concesión, la cual no queda librada a la discrecionalidad estatal. La doctrina
moderna se inclina a exigir cierta solvencia técnica y económica.
La concesión se perfecciona con la aprobación de la mensura de las pertenencias (art. 93); sin
embargo, la ley minera autoriza al descubridor a explotar el yacimiento, aun antes de que se le conceda
(art. 54). Este derecho se basa en el interés del Estado en que la explotación se comience pronto, para bien
común.
Descubridor es quien primero manifiesta haber hallado una mina. Si cumple luego con sus demás
obligaciones (labor legal, mensura), tiene derecho a la concesión; desde el momento de la concesión, es
propietario de la mina (art. 10). Pero, antes de ser concesionario, puede transmitir, ceder sus derechos de
descubridor; el tercero que reciba esos derechos deberá cumplir con los requisitos legales para llegar a ser
concesionario.

Indivisibilidad:
Las minas son materialmente indivisibles (art. 14). He aquí una diferencia notoria con el régimen de
la propiedad superficial, siempre divisible a voluntad de los propietarios (salvo pocas excepciones legales
en que se prohíben algunos parcelamientos, por ej. el caso de las medidas mínimas en lotes urbanos). Por
lo tanto, no se puede explotar una mina por partes, independientemente de la explotación general. Esta
prohibición tiene en vista la necesidad de una explotación racional, en beneficio general; la ley supone que
la explotación parcelada resultará poco rendidora, y por eso la prohíbe (esta prohibición es de orden
público).
Una concesión puede constar de dos o más pertenencias de explotación, es decir, más de una
unidad. En este caso, se permite la explotación dividida, previa comprobación por la autoridad minera, que
constate que en ello no hay perjuicio; pero la unidad mínima (pertenencia) no puede nunca ser dividida
(art. 15).

Indivisibilidad material de minas: es prohibida la división material de las minas, tanto con relación a sus dueños, como
respecto de terceros. Ni los dueños ni terceros pueden explotar una región o una parte de la mina, independientemente de la
explotación general (artículo 14). La prohibición consignada en el artículo Es de orden público y un convenio entre los
interesados no podría dejarla sin efecto. Ella rige con todo su imperio cuando la mina se compone de una sola pertenencia.
La única división permitida por la ley es la intelectual o de cuota (artículo 286 y siguientes) que no afecta la unidad de la
explotación, ni le resta campo para que los trabajos mineros se desarrollen.

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El principio de la indivisibilidad de las pertenencias es aplicable aún en los casos en que las labores puedan conducirse en
forma separada, por tratarse de vetas diferentes o de minerales distintos. La prohibición de dividir materialmente la pertenencia
es igualmente aplicable a los arrendatarios que pretenden explotar, en forma separada, diversos sectores de una concesión.

Sin embargo, la prohibición de dividir materialmente las minas no es general ni absoluta: cuando las minas consten de dos o
más pertenencias, la autoridad permitirá, a solicitud de las partes, que se haga la separación, siempre que previo
reconocimiento pericial, no resulte perjuicio ni dificultad para la explotación independiente de cada una de ellas. Las diligencias
de separación se inscribirán en el registro de minas y las nuevas pertenencias quedan sujetas a las prescripciones que rigen
las pertenencias ordinarias (artículo 15). El caso del artículo Puede presentarse en el supuesto de disolución de un grupo
minero (artículo 138).

Carácter temporario o perpetuo de la concesión minera: Las minas se conceden por tiempo ilimitado (artículo 18). Las
minas se conceden hasta el fin de la explotación. La concesión minera a término no está reconocida en nuestra legislación,
salvo en el caso de las concesiones de hidrocarburos, que se gobiernan por una legislación separada del Código Minero.

Uno de los argumentos que se han invocado contra las concesiones de duración ilimitada es que los concesionarios, seguros
de la inviolabilidad de sus derechos, procuran producir poco y vender caro.

El interés público: la explotación minera es, a la vez, una actividad de utilidad pública y de interés público. Estos son dos
conceptos distintos: la utilidad pública ampara la constitución de las servidumbres y el derecho de adquisición del suelo; en
tanto que el interés público protege el interés de los consumidores (el interés de que las minas sean explotadas y sea extraída
de ellas la mayor riqueza posible en provecho de la sociedad).

La tutela del interés público, esto es, la protección de la industria consumidora de minerales, está garantizada en el Código
Minero a través del artículo 17, cuya normativa dispone: “los trabajos mineros no pueden ser impedidos ni suspendidos sino
cuando lo exija la seguridad pública, la conservación de las pertenencias y la salud y existencia de los trabajadores”. Ninguna
orden administrativa o judicial podrá impedir o suspender los trabajos, siendo responsable la autoridad de los daños y
perjuicios que la medida ocasione. Ninguna querella entre socios, ni la acción de los acreedores o de quien se considere con
mejor derecho a una concesión minera, puede dar motivo a que se paralicen las tareas. El deber de la justicia, en estos casos,
es designar interventores o veedores en la explotación, a cargo del interesado, pero nunca impedir o suspender los trabajos.
Contra los actos de turbación o despojo, procede la acción de amparo del concesionario (sea este un explotador o un
explotante), o las acciones posesórias o interdictos, que deberán ser planteados ante la autoridad minera o ante autoridades
correspondientes.

La explotación minera y la utilidad pública: la explotación de minas, su exploración y demás actos consiguientes, revisten
el carácter de utilidad pública (artículo 13). La calificación de utilidad pública es el instrumento más poderoso puesto a
disposición del titular de un cateo o de una concesión minera para posibilitar el desarrollo de su industria. Este derecho, sin
embargo, no debe reputarse absoluto. En primer lugar, tratándose de la exploración o cateo, la calificación de utilidad pública
sólo autoriza el uso de los bienes superficiales para las necesidades de los trabajos. En materia de explotación, sólo rige en
determinadas condiciones. En tal sentido, la ley ha dispuesto:

1) la utilidad pública se supone en todo lo relativo al espacio comprendido dentro del perímetro de la concesión (artículo 13).
Esta presunción iure et de iure de la ley, evita al concesionario una prueba difícil e innecesaria: la de la utilidad de la ocupación.
Dentro del perímetro de la concesión, la declaración legal de utilidad pública ampara la adquisición del suelo en extensión
limitada y la constitución de toda clase de servidumbres mineras.

2) la utilidad pública se establece fuera de ese perímetro probando ante la autoridad minera la utilidad inmediata que resulta
a la explotación (artículo 13). Fuera del perímetro de la concesión, no rige la presunción de la ley y el concesionario debe
probar ante la autoridad minera la utilidad pública de la ocupación de los bienes superficiales. Las minas, a su vez, pueden
expropiarse como los restantes bienes; pero la expropiación deberá tener lugar cuando concurran circunstancias de un orden
superior al privilegio de utilidad pública con que el código califica a la explotación minera en su artículo 13 (por ejemplo: el
gobierno decide instalar en ellas una escuela práctica de mineros). En este sentido, dispone el artículo 16 del Código Minero
que las minas sólo pueden ser expropiadas por causa de utilidad pública de un orden superior a la razón del privilegio que les
acuerda el artículo 13 Código Minero. El expropiante deberá probar, por lo tanto, que la utilidad pública del derecho que
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pretende hacer valer es de un orden superior a la utilidad de la explotación minera, circunstancia esta que surgirá de la
calificación de la ley; y en caso de tratarse de una obra pública, además, que el terreno es indispensable para su ejecución y
que la obra no puede instalarse cómodamente en otro lugar (artículo 167).

Concesión minera:

Según el artículo 10, la propiedad particular de las minas se establece por la concesión legal. El Estado es propietario de las
minas; mediante la concesión, cede a los particulares la explotación. El particular (concesionario), es propietario de la mina y
dispone de ellas como el propietario común: la puede vender, arrendar, hipotecar, ceder, etc. No obstante esto, el
concesionario no es propiamente dueño, lo que posee es un derecho a explotar (derecho parecido al de propiedad, pero que
no es rigurosamente una propiedad civil). El concesionario explota mientras cumple con las condiciones legales (pago del
canon, inversión de capitales, etc.). Si no cumple, pierde la mina. Se trata de un derecho real que se rige principalmente por
las normas del derecho minero y subsidiariamente por las del derecho civil. La doctrina y legislación moderna, se inclinan por
la temporalidad de las concesiones.

La concesión minera no es igual a la concesión de servicios públicos. El servicio público puede ser o no concedido a
particulares. En cambio, quien descubre una mina tiene el derecho a que se la concedan, y no puede el Estado aducir ninguna
razón para negarla. El particular que cumple las exigencias del Código Minero, adquiere el derecho a la concesión, la cual no
queda librada a la discrecionalidad estatal. La doctrina moderna se inclina a exigir cierta solvencia técnica y económica.

La concesión se perfecciona con la aprobación de la mensura de las pertenencias (artículo 93); sin embargo, la ley minera
autoriza al descubridor a explotar el yacimiento, aun antes de que se le conceda (artículo 54). Este derecho se basa en el
interés del Estado en que la explotación se comience pronto, para bien común.

Descubridor es quien primero manifiesta haber hallado una mina. Si cumple luego con sus demás obligaciones (labor legal,
mensura), tiene derecho a la concesión; desde el momento de la concesión, es propietario de la mina (artículo 10). Pero, antes
de ser concesionario, puede transmitir, ceder sus derechos de descubridor; el tercero que reciba esos derechos deberá cumplir
con los requisitos legales para llegar a ser concesionario.

Indivisibilidad:

Las minas son materialmente indivisibles (artículo 14). He aquí una diferencia notoria con el régimen de la propiedad
superficial, siempre divisible a voluntad de los propietarios (salvo pocas excepciones legales en que se prohíben algunos
parcelamientos, por ejemplo: el caso de las medidas mínimas en lotes urbanos). Por lo tanto, no se puede explotar una mina
por partes, independientemente de la explotación general. Esta prohibición tiene en vista la necesidad de una explotación
racional, en beneficio general; la ley supone que la explotación parcelada resultará poco rendidora, y por eso la prohíbe (esta
prohibición es de orden público).

Una concesión puede constar de dos o más pertenencias de explotación, es decir, más de una unidad. En este caso, se
permite la explotación dividida, previa comprobación por la autoridad minera, que constate que en ello no hay perjuicio; pero
la unidad mínima (pertenencia) no puede nunca ser dividida (artículo 15).

7.a) Que son las concesiones, naturaleza jurídica y caracteres.

Concesión minera: es un acto administrativo por el cual el Estado, quien tiene el dominio originario de la minas, otorga la propiedad
particular de estas a quien lo solicite para su explotación, bajo cumplimiento de ciertas condiciones legales.

Caracteres:
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Utilidad pública (art. 13): La explotación de las minas, su exploración, concesión y demás actos consiguientes, revisten el
carácter de utilidad pública.

Indivisibilidad (art. 14): Es prohibida la división material de las minas, tanto relación a sus dueños, como respecto de
terceros. Ni los dueños, ni terceros pueden explotar una región o una parte de la mina, independientemente de la
explotación general.

Perpetuidad (art. 18): Las minas se conceden a los particulares por tiempo ilimitado.

DE LA ADQUISICION DE LAS MINAS (Código Minería)

ART. 10: Sin perjuicio del dominio originario del Estado, la propiedad particular de las minas se establece por la
concesión legal.

Las minas se adquieren originariamente por concesión otorgada por autoridad competente, esto es, por la autoridad minera
de cada provincia.

ART. 44: Las minas se adquieren en virtud de la concesión legal otorgada por autoridad competente con arreglo a
las prescripciones del presente Código. Son objeto de concesión:

a) Los descubrimientos.

b) Las minas caducadas y vacantes.

No solo los descubrimientos mineros y las minas caducas y vacantes son objeto de la concesión legal, sino también las
ampliaciones, las mejoras, las demasías, los socavones y los grupos mineros.

Parte Práctica

Pregunta Nº 5 (Parcialmente Correcta) Puntaje Pregunta Puntaje Obtenido

30.00 15.00

5. Mariano Márquez, en el carácter de dueño del suelo, se encontraba realizando tareas de exploración minera, sin haber
dado aviso a la autoridad minera. Daniel Domínguez, geólogo de la zona, denuncia ante la autoridad el descubrimiento de
un yacimiento de platino en el terreno de propiedad de Márquez, quien inmediatamente de tomar conocimiento, se
constituye ante la autoridad minera he impugna el denuncio y solicita se le aplique a Domínguez el art, 26 de CM. Y se le
adjudique en calidad de dueño del suelo y primer explorador.
a‐¿Corresponde lo peticionado por Márquez?
b‐¿Domínguez puede perder los derechos emergentes del descubrimiento?
Resuelva y fundamente el caso. (30 puntos)
A los fines de resolver el caso verifique la procedencia o improcedencia total o parcial del planteo efectuado por
Márquez. Determine si Domínguez puede enervar en todo o en parte el planteo efectuado de Márquez.

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Intento Nº 1

Respuesta

A) No corresponde lo peticionado por el Sr. Márquez.


El art. 42 CM refiere "el dueño de la superficie puede hacer en ella todo trabajo de exploración, aun en los lugares
exceptuados, sin previo permiso. Pero, si no hubiese obtenido este permiso de la autoridad ni limitado con su
intervención el campo de sus exploraciones, no podrá oponer contra un tercer solicitante, ni preferencia como dueño,
ni prelación como anterior explorador".
En el CM la exploración no es de instancia obligatoria y aparece regulada como una verdadera prospección, ya que no se
exploran los yacimientos a fin de evaluar sus posibilidades de explotación comercial, sino que se investigan los terrenos
a los efectos de descubrir la presencia de yacimientos de sustancias minerales. Esta mina, por su importancia, son
adjudicadas al descubridor, o sea, a aquel que las descubre y las registra prioritariamente ante la autoridad minera,
porque la ley supone reunidas en este personaje las condiciones de capacidad técnica y económica para llevar adelante
con éxito el aprovechamiento.
El yacimiento de "platino" pertenece a la primera categoría de minerales definidas por el CMN, art.2 inc. 1 "Minas de las
que el suelo es un accesorio, que pertenecen exclusivamente al Estado, y que sólo pueden explotarse en virtud de
concesión legal otorgada por autoridad competente." Para el sr. Domínguez es suficiente con el permiso de las
autoridades para manifestar y registrar su descubrimiento del yacimiento de este mineral.
El descubrimiento denunciado por el Sr. Domínguez, contra la mera 'exploración' iniciada por el propietario del terreno,
será considerado de utilidad pública y de interés público, y prevalecerá la manifestación de Domínguez, como primer
descubridor, sobre la impugnación pretendida por el propietario del Sr. Márquez. Además, el Còdigo de Minerìa premia
implícitamente a quien hace diligentemente y con mayor rapidez los procedimientos necesarios para obtener la
concesión legal.
B) El Sr. Domínguez no perdería los derechos emergentes del descubrimiento. Como en el caso no se ha planteado la
realización de cateo o exploración minera por parte de Dominguez, no corresponde ni la aplicación de la multa ni la
denuncia penal por violación de domicilio.

Corrección

la multa si revea

Observaciones

A) Mariano Márquez, en el carácter de dueño del suelo, se encontraba realizando tareas de exploración minera, sin
haber dado aviso a la autoridad minera. Daniel Domínguez, geólogo de la zona, denuncia ante la autoridad el
descubrimiento de un yacimiento de platino en el terreno de propiedad de Márquez, quien inmediatamente de tomar
conocimiento, se constituye ante la autoridad minera he impugna el denuncio y solicita se le aplique a Domínguez
el art. 26 de CM. y se le adjudique en calidad de dueño del suelo y primer explorador.

1-¿Corresponde lo peticionado por Márquez?

Si corresponde, ya que el Sr. Domínguez requiere del permiso de la autoridad competente para realizar dicha exploración,
como dispone el art. 26 C.M.: “El permiso es indispensable para hacer cualquier trabajo de exploración. El explorador que
no ha tenido el consentimiento del propietario del suelo ni el permiso de la autoridad, pagará a más de los daños y perjuicios
ocasionados, una multa a favor de aquél cuyo monto será de DIEZ (10) a CIEN (100) veces el canon de exploración
correspondiente a UNA (1) unidad de medida, según la naturaleza del caso. La multa no podrá cobrarse pasados TREINTA
(30) días desde la publicación del registro de la manifestación de descubrimiento que hubiere efectuado el explorador”.

El permiso de exploración es un derecho exclusivo que el Código otorga a la persona interesada, para el reconocimiento de
los terrenos en busca de yacimientos de sustancias minerales concesibles. A través de estos permisos el peticionante se
propone explorar o reconocer, en forma exclusiva, un área determinada con el objeto de detectar la presencia de
acumulaciones de minerales o yacimientos, para encarar su posterior explotación. La virtud del permiso es asegurar al
explorador la exclusividad y prioridad del área.

Pregunta Nº 6 (Correcta) Puntaje Pregunta Puntaje Obtenido

30.00 30.00

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6. Oscar Ocaña denuncia el descubrimiento de una mina de oro y al mismo tiempo Fernando Reyes ,denuncia el
descubrimiento de un yacimiento de plata a unos 160 metros sobre el recuesto del yacimiento denunciado por Ocaña,
siendo paralelos los rumbos y los recuestos de ambos yacimientos . Enterado Ocaña de la situación, pide que se considere
al descubrimiento efectuado por Reyes como dentro de la futura concesión que le corresponderá se le otorgue.
a‐ ¿Corresponde lo solicitado por Ocaña ?
b‐ ¿Ante qué conflicto nos encontramos? A los fines de resolver el caso, verifique la legalidad del planteo efectuado por
Ocaña.
Identifique el conflicto y resuelva el mismo con expreso fundamento legal. (30 puntos)

Intento Nº 1

Respuesta

A)La propuesta del Sr. Ocaña, sobre la preferencia no corresponde. No se puede establecer quién es el primer
descubridor por tratarse de dos exploraciones independientes y simultáneas.
Si bien el CMN ha jerarquizado las sustancias minerales junto a otros requisitos para dar preferencia a uno sobre otro.
Veremos que no hay preferencia en este caso. El sr. Ocaña, además refiere al descubrimiento de una "Mina" de oro,
termino incorrecto ya que debería manifestar el descubrimiento como lo anuncia el sr. Reyes, de un yacimiento o
criadero de ultima, que ambos son conceptos primigenios del procedimiento, siendo el término "mina" la culminación
del proceso por medio del cual el Estado mediante la concesión minera, da el derecho a una persona de explotar una
determina sustancia mineral en una porción limitada de terreno.

B) Oscar Ocaña denuncia el descubrimiento de una mina de oro y al mismo tiempo Fernando Reyes denuncia el
descubrimiento de un yacimiento de plata a unos 160 metros sobre el recuesto del yacimiento denunciado por
Ocaña, siendo paralelos los rumbos y los recuestos de ambos yacimientos. Enterado Ocaña de la situación, pide
que se considere al descubrimiento efectuado por Reyes como dentro de la futura concesión que le corresponderá
se le otorgue.

1-¿Corresponde lo solicitado por Ocaña?

No corresponde, ya que como indica el art. 62 C.M.: “Si con arreglo a las precedentes disposiciones no pudiere
determinarse cuál sea la mina descubridora, se tendrá por tal la de mayor importancia. Pero, la descubridora en este caso,
no podrá tomar las minas que han sido a un mismo tiempo registradas”.

El art. 62 primer párrafo, supone varios pedimentos simultáneos pero de criaderos distintos; en este caso, la mayor
importancia del criadero puede determinar una preferencia en la ubicación relativa de las minas y en lo que se refiere al
numero de pertenencias que cada descubridor puede tomar, en caso de insuficiencia de terreno para demarcar las minas.

El art. 62 exige que se trate de minas a un mismo tiempo registradas, ya que si el registro fue sucesivo, la preferencia estará
determinada por la prioridad del registro y no por la importancia y condiciones de los criaderos.

Lo solicitado por el Sr. Ocaña es improcedente, según lo establece el segundo párrafo del art. 62, ya que la mayor
importancia de una mina no da derecho a tomar las minas que han sido a un mismo tiempo registradas, por lo que no se le
otorgara la concesión de la mina del Sr. Reyes, sino que se le dará preferencia en cuanto al numero de pertenencias que
puede tomar.

2-¿Ante que conflicto nos encontramos?

Es un conflicto de pertenencias.

Las pertenencias o lotes de explotación son las parcelas que la ley concede para el aprovechamiento del yacimiento o mina.
Su número y extensión son variables y dependen, según el Código, de la cantidad de personas que resulten titulares del
derecho, la clase o categoría del mineral descubierto y la forma de presentación del yacimiento (art. 72 C.M.)

Art. 72: “La extensión del terreno dentro de cuyos límites puede el minero explotar su concesión, se llama pertenencia”.

Art. 73: “El terreno correspondiente a cada pertenencia se determina en la superficie por líneas rectas, y en profundidad por
planos verticales indicados por esas líneas. Las pertenencias constarán de TRESCIENTOS (300) metros de longitud

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horizontal y de DOSCIENTOS (200) de latitud, la que puede extenderse hasta TRESCIENTOS (300), según la inclinación
del criadero”.

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El art. 61 CMN impone la directriz a seguir, que es la "diligencia", por lo cual, si durante el procedimiento de registración
se prueba para una de las partes que hubo dolo o fraude, perderá los derechos de explotación, sea el sr. Ocaña o Reyes.
Al tratarse de dos exploraciones independientes y simultáneas, no puede establecerse quién es el primer descubridor.
Tampoco nada hace suponer que el pedimento del sr Ocaña sea más cierto e inequívoco sobre "la situación del cerro y la
naturaleza y condiciones del criadero" respecto a la del sr. Reyes. Como existen entonces dos manifestaciones
simultaneas y en principio de pleno derecho, ante la situación de conflicto la ley determina en su art. 61 CMN las
circunstancias que pueden dar lugar a una preferencia "...aquel que determine de una manera cierta, clara e
inequívoca la situación del cerro y la naturaleza y condiciones del criadero, será preferido a los que no llenen
satisfactoriamente este requisito." Si aún siguen jurídicamente en tablas (empate) frente a la preferencia para poder
tener derecho a explotar en dicho criadero, el art. 62 pone otro requisito para diferenciar la preferencia, dada por la
clasificación de las minas, de las sustancias minerales, que en el caso que nos atañe deviene inútil porque ambas minas,
que se superponen, tiene las sustancias minerales de oro y platino, consideradas por el CMN como de primera categoría
art. 3 inc. a.
Entonces ante la existencia de dos minas en igual grado de importancia, se deberá complementar el art. 62 con el 61
del CMN. La mayor importancia del criadero puede determinar una preferencia en la ubicación relativa de las minas y
en lo que se refiere al número de pertenencias que cada descubridor puede tomar, en caso de insuficiencia de terreno
para demarcar las minas. Recordemos, la importancia y condiciones de los criaderos se tendrá en cuenta por la
autoridad minera competente para dar preferencia a uno por sobre otro. Cuando las pertenencias fueren contiguas, si
se puede concluir con bases científicas la continuidad en una o en todas ellas bastara una sola labor legal.
Los arts. 63, 64 y 65 CMN, a su vez, establecen la forma de mensurar las pertenencias de los criaderos a un mismo
tiempo registradas, cuando existe precisamente insuficiencia de terreno para demarcar las respectivas líneas de latitud
y longitud. En el caso que no atañe, las circunstancias están contenidas en el supuesto del art. 63 CMN, que indica que
en el supuesto de que "el espacio que medie entre Dos (2) minas a un mismo tiempo descubiertas, no sea suficiente para
llenar las medidas de latitud, hay derecho para seguirlo hasta el complemento de la medida"...y de igual importancia
continua el articulo:.."Si el recuesto de los criaderos fuere convergente, se adjudicará por mitad el espacio intermedio".
Así quedaría compuesta la solución al conflicto entre el Sr. Ocaña y Sr. Reyes.‐

B) Se trata entonces de un conflicto de concurrencia de manifestaciones. Tratándose de dos metales diferentes


pertenecientes a una misma categoría, evidentemente aunque se superpongan deben considerarse como de dos
criaderos distintos y en consecuencia parece aplicable el artículo 63 CMN como clave de resolución de este conflicto.
"Cuando el espacio que medie entre dos (2) minas a un mismo tiempo descubiertas, no sea suficiente para llenar las
medidas de latitud según la inclinación del criadero, hay derecho para seguirlo hasta el complemento de la medida,
internándose en la inmediata pertenencia.
Si el recuesto de los criaderos fuere convergente, se adjudicará por mitad el espacio intermedio; pero subsistirá
siempre el derecho de internarse hasta la reunión o empalme con alguno de los criaderos de la pertenencia inmediata,
debiendo en este caso como en el anterior, dar aviso a su dueño".

Corrección

bien

Observaciones

Puntaje Total: 100.00

Puntaje Obtenido: 81.00

Nota: 8

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