Vivamos Con Ellas Sabiamente

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Vivamos con ellas sabiamente (un mensaje en contra del machismo) 1 Pedro 3.

7 13/oct/2019

(RV1960) Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a
vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan
estorbo.

INTRO

Los maltratos contra la mujer constituyen una epidemia que se extiende por todos los países del mundo,
en unos más que en otros.

Leer más: http://protestantedigital.com/blogs/42006/El_maltrato_a_las_mujeres

Una encuesta realizada por la Universidad Mackenzie señaló que el 40% de la violencia de género la
sufren cristianas. El alarmante y curioso dato habla mucho de lo que sucede a puertas cerradas en los
hogares cristianos.

El número de evangélicas que afirman haber sufrido violencia doméstica es muy grande.

Las violencias de género contra las mujeres han estado relacionadas alguna vez a las personas incultas y
de bajo nivel, pero esto no es la norma.

Dicha información sobre mujeres abusadas se obtienen de varias ONG que ayudan (6) a las mujeres
maltratadas, que actúan en defensa de las víctimas de maltrato de género.

Según la encuesta, los datos de la violencia contra las mujeres son una sorpresa para la entidad.

«No esperábamos encontrar, en nuestro campo de investigación, casi el 40% que dicen ser a sí mismas
evangélicas», dice un extracto.

Para empeorar las cosas, muchas de ellas se sienten coaccionadas para no dar información de violencia
contra sus maridos o para comentar el caso con sus líderes espirituales. La investigación continúa: La
violencia del agresor es contrarrestada por el «poder» de la oración.

Los «puntos débiles» de sus maridos se entienden como «ataques del diablo», entonces la denuncia de
su pareja agresora les lleva a sentirse culpable en su modo de entender, porque piensan que están
traicionando a su pastor, su iglesia y a Dios mismo». La violencia doméstica en la biblia no es bien
entendida o es mal explicada.

Los informes también destacan las frases de los que sufren violencia doméstica: «Sentía que era un
deber no quejarme y que era falta de fe no confiar en Dios para que mi pareja cambie».

La omisión de los pastores

La omisión de los líderes espirituales influye en lo que se refiere a la violencia doméstica. «Nos damos
cuenta de la omisión de la falta de orientación y el fracaso, incluso en querer informar.

Debido a que es más fácil dar la vuelta y decir, ‘Mira, desaparecerá vamos a orar y Dios va a hacer el
trabajo'», dijo el pastor Renato Vieira Matildes en el programa cristiano «De Tudo Um Pouco» (7) de la
Rede Super en Brasil.
«Y Dios está realmente haciendo su trabajo. Pero es más difícil para nosotros instruir a estas personas.
Es difícil sentarse con una pareja y sentarse con ellos una noche, un día. Estos son temas difíciles de
tratar y la gente no quiere hacer esto y busca la parte más fácil. Dicen a continuación: ‘Vete, vamos a
orar a Dios que va a hacer el trabajo’. Esto no puede ser todo, y no debe serlo», dijo el pastor.

Sostenimiento de la iglesia

Pero el abogado Antonio Cintra en el mismo programa cristiano señaló que la iglesia puede ser capaz de
ayudar a una mujer que se encuentra en esta situación. «Sería muy interesante si las iglesias tuvieran un
grupo para ayudar a la conciencia de las mujeres», dijo.

(LBLA) Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como
con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida,
para que vuestras oraciones no sean estorbadas.

(NVI-1999) De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada
uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don
de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes.

(PDT) De la misma manera, los esposos deben saber vivir con su esposa y respetarla como es debido.
Ella es más débil que ustedes, pero al igual que a ustedes, Dios le ha dado la vida como un regalo.
Respétenla para que nada impida que Dios escuche sus oraciones.

(RV1960) Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a
vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan
estorbo.

(SA) De la misma manera vosotros, maridos, compartid vuestra vida con la mujer, reconociendo en ella
un ser más débil. Honradlas -pues también ellas son coherederas de la gracia de la vida-, para que
vuestras oraciones no encuentren impedimento.

(SP-BLS) En cuanto a ustedes, los esposos, sean comprensivos con sus esposas, reconociendo que ellas
no tienen la fuerza de ustedes, y que también a ellas Dios les ha prometido la vida eterna. Si ustedes lo
hacen así, Dios escuchará sus oraciones.

(NBJ) De igual manera vosotros, maridos, en la vida común sed comprensivos con la mujer que es un ser
más frágil, tributándoles honor como coherederas que son también de la gracia de Vida, para que
vuestras oraciones no encuentren obstáculo.

(LPD) Los maridos, a su vez, comprendan que deben compartir su vida con un ser más débil, como es la
mujer: trátenla con el respeto debido a coherederas de la gracia que da la Vida. De esa manera, nada
será obstáculo para la oración.

El 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 25 de noviembre


como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Unas estadísticas presentadas por la ONU afirman que alrededor de 70% de las mujeres sufren algún
tipo de violencia en su vida y que 1 de cada 3 mujeres soporta violencia física o sexual de su pareja
actualmente. Todas estas estadísticas no tienen en cuenta a aquellas que sufren de manera silenciosa
esta pesadilla.
Como es de esperarse, la Biblia no guarda silencio ante el maltrato hacia la mujer. Un pecado aterrador
se comete cuando el hombre es negligente con su papel de liderazgo en la iglesia y la familia, o cuando
la mujer usurpa un lugar que no le corresponde. No obstante, otra caída fatal se comete cuando el
hombre quiere ejecutar su liderazgo de forma tirana, áspera e injusta.

La Biblia no solo no es machista, sino que condena este tipo de comportamiento con consecuencias
enérgicas, que todo hombre sensato debería atender diligentemente.

En la Primera Carta de Pedro, encontramos un fuerte llamado de atención a los hombres casados en
cuanto al trato que deben procurar hacia sus mujeres. El pastor Alexander Strauch lo expresa de la
siguiente manera al comentar sobre 1 Pedro 3:7:

“Nadie puede darse el lujo de que sus oraciones sean estorbadas, Dios se toma muy enserio el honor
que le da un marido a su esposa… Un esposo no puede tratar a su esposa con dureza o ser negligente en
el cuidado de ella y al mismo tiempo creer que es un hombre espiritual… Dios no responderá a un
esposo hipócrita que ora de manera elocuente frente a la iglesia pero trata de manera cruel a su mujer
en la casa”.

¡HOMBRE! ERES RESPONSABLE DEL MANDAMIENTO

“Y vosotros, maridos, igualmente…”

Pedro está siendo enfático acerca de quién es el responsable de ejecutar el mandato. El hombre es el
encargado de ser ejemplo en su hogar. El que una mujer sea tratada con respeto, honor y toda
delicadeza es un compromiso primario del hombre. Un Padre de familia no solo es llamado a tratar con
alta estima a su mujer, sino que inmediatamente se convierte en el patrón para sus hijos y otras
personas externas a la familia.

Se demanda del padre de familia que moldee a sus hijos en el respeto hacia a su mama y otras mujeres,
esto permitirá que el patrón de una familia cristiana ejemplar se trasmita de generación en generación
(Efesios 6:4).

(PDT) Padres, no hagan enojar a sus hijos sino edúquenlos con la disciplina y la enseñanza del Señor.

(RV1960) Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos,( sino criadlos en disciplina y
amonestación del Señor.

El hombre, además, es el garante de la defensa de su mujer. Cualquier ataque que reciba la amada, se
convierte inmediatamente en un ataque propio. Este principio lo podemos ver claramente en la manera
en que Jesucristo cuida de su novia, la Iglesia. Cuando el Señor confrontó a Saulo en el camino a
Damasco (Hechos 9:4), sus palabras defensivas fueron claras y reveladoras: “Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues?”.

En otras palabras, Jesucristo asume que un ataque hacia la iglesia es un ataque hacia Él mismo, y este
mismo principio debe ser manifestado en la relación matrimonial (Efesios 5:25).

(PDT) Esposos, amen a su esposa así como Cristo amó a la iglesia y entregó su vida por ella.

(RV1960) Maridos, amad a vuestras mujeres,(E) así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí
mismo por ella,
¡HOMBRE! DEBES SER SABIO

“… convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres…”

La traducción Reina-Valera de 1960 dice: “vivid con ellas sabiamente”.

Esta frase denota una actitud continua, día tras día, semana tras semana, año tras año. Es un mandato
específico a convertirse en un esposo comprensivo, que conoce enteramente a su compañera de vida,
un líder con verdadera sabiduría para vivir con ella.

La cabeza del hogar tiene el llamado a proveer para las necesidades de su esposa (Efesios 5:28-29),
conocerla y guiarla con amor y servicio. Nunca con una actitud opresora, ya que el verdadero líder es
primero un siervo (Mateo 20:26-27). Siempre y cuando no sea una actitud pecaminosa, el hombre
debería mostrar preferencia a las necesidades de su esposa (Romanos 12:10).

Rom 12:10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a
los otros.

En este aspecto también se debe hacer un llamado a la mujer, a responder de manera positiva al
liderazgo de su marido y afirmarlo. Un matrimonio en armonía es aquel donde no reina el egoísmo, sino
que el hombre busca servir a su mujer y la mujer retribuir amorosamente al liderazgo de su marido.

¡HOMBRE! ELLA ES UN VASO MÁS FRÁGIL

“… como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor…”

En el mundo grecorromano, los hombres no estaban llamados a cultivar una relación de compañerismo
y ternura con sus esposas. Desde los gobernantes hasta la familia del común, el trato a la mujer era
deplorable. Así que, esta era una instrucción revolucionaria para los lectores de Pedro.

La idea de dar honor tiene relación con mostrar estima y valor a la mujer. Agradecimiento por la labor
que realiza, es la clase de honor que da el esposo y los hijos a su madre en Proverbios 31.

Las iglesias que escuchaban esta exhortación de Pedro estaban expuestas a la influencia de la cultura.
Las esposas vivían vidas difíciles y había un pensamiento general que enseñaba que las mujeres eran
inferiores. Sin embargo, el mandato de Dios es tratar a las mujeres como a vasos delicados y frágiles.

La condición de rudeza hacia la mujer es una actitud pagana y altamente pecaminosa. Dios
definitivamente no ve con ligereza la manera en que un hombre trata a su esposa o a las mujeres en
general. Este no es solo un planteamiento de Pedro, Pablo afirma lo mismo en Colosenses 3:19.

(RV1960) Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.

(PDT) Esposos, amen a su esposa y no la traten mal.

(SA) Maridos, amad a vuestras esposas, y no os mostréis malhumorados con ellas.

(TLA) Y ustedes, los esposos, deben amar a sus esposas y no maltratarlas.


Cuando Pedro dice que la mujer es “vaso frágil”, no está diciendo que la mujer es inferior en su carácter,
o que es más débil intelectualmente, ni que es inferior al hombre en sentido espiritual u otro aspecto.
Simplemente está recordando la realidad de que la mujer físicamente es más frágil y debe ser protegida
en todo sentido.

¡Hombre! Ella es coheredera de la gracia de la vida

“… como a coheredera de la gracia de la vida…”

Comúnmente olvidamos la vida de Pedro y omitimos que él era un hombre casado. Jesús sanó a su
suegra (Mat 8:14), y su esposa lo acompaño en su vida como misionero (1 Corintios 9:5).

Cuenta la historia extra bíblica, por medio de Clemente de Alejandría, que Pedro la vio morir
martirizada, pero lo recibió con gozo sabiendo que ella pronto estaría en su morada eterna recibiendo
su herencia.

Pedro sabía que ella era una coheredera y le dijo antes de morir: “recuerda a nuestro Señor”. El apóstol
sabía bien lo que es estar casado e instruye a los hermanos en cómo tratar a sus esposas, ya que sabía
que esto era un elemento crucial en la vida de la iglesia.

Pedro presenta una perspectiva teológica importante acerca del papel del hombre y la mujer. Él
reconoce que la mujer es diferente al hombre. Sin embargo, ambos tienen una relación
complementaria, donde cada uno debe cumplir con el rol asignado por Dios y tienen el mismo valor ante
Él.

Una esposa cristiana no solo es coheredera de las bendiciones del matrimonio y de la vida, sino que
además tiene todos los privilegios y bendiciones de ser una hija de Dios.

De aquí en adelante, todo hombre cristiano debe rechazar cualquier actitud de burla hacia las mujeres,
jamás hacerlas sentir torpes, inferiores o tratarlas como si fueran objetos. Nunca debes forzar a tu
esposa a hacer algo degradante o humillante para ella. Nunca debes convertirte en alguien que la lleva
pecar.

Las palabras penetrantes del pastor puritano William Gouge, dichas en 1575, siguen siendo punzantes
para nuestros días:

“Hay hombres que ejercen al máximo su autoridad, y no ceden nada a sus esposas como si fueran
inferiores. Estos son: los que nunca están conformes ni satisfechos con lo que la esposa haga, sino que
son siempre más y más exigentes… Otros sujetan a sus esposas como si fueran niñas pequeñas o
sirvientas, impidiéndoles hacer nada”.

¡HOMBRE! TENDRÁS CONSECUENCIAS

“… para que vuestras oraciones no sean estorbadas”.

Acá el mensaje es fuerte pero fácil de entender: no puedes creer que tienes una vida espiritual
saludable, si tu matrimonio no está marchando bien y lo que lo caracteriza es el pecado.

Si este es tu caso, la única oración que Dios escuchará con agrado en tu vida, es una oración de
arrepentimiento genuino (Salmos 66:18, Juan 9:31). El maltrato a la mujer no es un tema irrelevante
para Dios, y bien haríamos como hombres en cumplir el mandato explícito de Dios en este sentido.
Hermanos, tratemos bien a nuestras esposas en amor.

CONCLUSION

¿Se está volviendo loco el género masculino? En un libro cuyo título detesto, “Mi marido me pega lo
normal”, su autor, un hombre, Miguel Lorente, dice que la mujer aguanta maltratos que no aguantaría el
hombre. Lo creo. Excepto las modernas boxeadoras, practicantes de Kárate, las dadas a la lucha libre,
constitucionalmente la mujer es más débil que el hombre. La mujer es diferente al hombre.

(TLA) En cuanto a ustedes, los esposos, sean comprensivos con sus esposas. Reconozcan que ellas no
tienen la fuerza de ustedes, pero que también a ellas Dios les ha prometido la vida eterna. Si ustedes lo
hacen así, Dios escuchará sus oraciones.

Acudo a Amado Nervo: “No maltrates a una mujer ni con el pétalo de una rosa”.

Leer más: http://protestantedigital.com/blogs/42006/El_maltrato_a_las_mujeres

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