DIP, Concepto Caracteres Objeto y Contenido Nuria Gonzales
DIP, Concepto Caracteres Objeto y Contenido Nuria Gonzales
DIP, Concepto Caracteres Objeto y Contenido Nuria Gonzales
Este primer capítulo representa una aproximación elemental, a la par que nece-
saria, para entender cuál es la meta final que persigue el dipr. Es obligatorio
contar con un primer capítulo que introduzca al lector en los conceptos básicos
del dipr. Por estos conceptos entendemos los caracteres, objeto y contenido de
esta disciplina. El análisis de estos elementos permite caracterizar al dipr como
una rama autónoma e independiente de las demás disciplinas jurídicas. Lo an-
terior no quiere decir que no utilice, para dar respuesta a determinados sectores,
conceptos o figuras del derecho procesal, civil o constitucional, entre otros.
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2. Carácter exclusivo
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1. Situaciones jurídicas
2. Situaciones privadas
Reiteramos que las relaciones jurídicas objeto de estudio por el dipr son
aquéllas que reúnen dos adjetivos, a saber, “privadas” e “internacionales”. Dos
requisitos acumulativos, necesarios e imprescindibles. Así, la existencia de un
elemento de internacionalidad (extranjería) en una situación privada da como
resultado necesario la puesta en funcionamiento de las normas de dipr.
La primera afirmación que debemos hacer es que el adjetivo de “priva-
do” deriva de los sujetos que intervienen en la relación jurídica, no provie-
ne del tipo de normas que regulan las relaciones jurídicas con elemento de
internacionalidad. En este sentido, los sujetos que dan sentido a esta discipli-
na se encuentran en una posición de igualdad, dando lugar a la conforma-
ción de relaciones jurídicas que se desarrollan en un plano completamente
horizontal. Lo anterior necesita matizarse, es decir, si como regla general
afirmamos que los sujetos, que son objeto de atención por el dipr, presentan
la característica de ser particulares, debemos hacer una ampliación necesaria,
en este sentido también entraría en su objeto de estudio el Estado. Ahora
bien, esta excepción presenta una importante limitación que se convierte
en esencial en el contexto del dipr, así, serán objeto de atención los Estados
cuando no estén investidos de su potestad soberana. De todos es sabido que
el Estado puede actuar con su potestad iure imperii o con su potestad iure
gestioni. Cuando el Estado actúa con la primera de las potestades señaladas
dicha relación será objeto de estudio por el derecho internacional público.
Por el contrario, si el Estado actúa con la segunda potestad mencionada la
relación jurídica en la que esté inmerso será objeto de estudio del dipr. Pro-
blema de distinto tenor es deslindar cuándo actúa con una u otra potestad.
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3. Situaciones internacionales
Una vez más, y como ya hacíamos con el anterior requisito, debemos aclarar
que el adjetivo de la “internacionalidad” no se concede por el origen de las
normas que da respuesta a esta disciplina jurídica. Con absoluta independen-
cia del aspecto cuantitativo que pueda presenciarse en relación con normas
de origen nacional o internacional que puedan componer esta disciplina, se
mantiene el calificativo “internacional” por los ordenamientos jurídicos que
aparecen relacionados en la solución de una situación jurídica objeto de su
estudio; por el hecho de que su fin último es buscar y otorgar respuesta satis-
factoria a situaciones que se vinculan a más de un orden jurídico estatal.
Conforme a la afirmación anterior sostenemos que el carácter de inter-
nacionalidad o de extranjería puede darse por la concurrencia de un elemento
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personal, es decir, por una cualidad que recae en una o en varias de las partes
que intervienen en dicha relación jurídica; por ejemplo, por su residencia
habitual o su domicilio, las sedes/establecimientos de las personas jurídicas,
fundamentalmente. Puede darse también por la existencia de un elemento
de extranjería de carácter real, es decir, por una cualidad o característica que
recae en el objeto de la relación jurídica, con absoluta independencia de las
características que reúnan las partes implicadas; por ejemplo, la ubicación
de un bien inmueble en un contrato de compraventa. O bien, por el hecho de
que la relación presenta un elemento de extranjería de carácter conductis-
ta o volitivo (formal), en este caso la característica de la internacionalidad
vendría otorgada por el cumplimiento de ciertas formalidades en la conclu-
sión de un negocio o acto jurídico. Por ejemplo, la entrega de las mercancías
cuando éstas suponen la perfección del contrato de compraventa. En defi-
nitiva, la pregunta que tiene presente la doctrina es si cualquier elemento
de internacionalidad que pueda confluir en la situación jurídica privada
convierte a ésta en objeto de estudio del dipr o si será objeto de estudio del
derecho civil. Así, nos cuestionamos: ¿qué peso específico debe tener el ele-
mento de extranjería en la situación jurídica privada para que sea estudiado
por los internacional privatistas y no por los civilistas? La cuestión ofrece un
interesante debate.
Por un lado, nos encontramos con un sector doctrinal que sostiene la in-
diferencia del peso de ese elemento de extranjería en una relación jurídica
privada; así, cualquier elemento de extranjería, por irrelevante que sea, con-
vierte una situación en objeto de estudio del dipr, sacándolo de la esfera de
estudio del derecho civil. Esta es la llamada teoría de la función identificadora
plena del elemento de extranjería. Así, se nos ocurre que una fábrica de moto-
cicletas, con sede en Italia, “Vespa, SpA”, fabrica unos modelos deportivos
exclusivos, por las que tienen prestigio en todo el mundo. Parte de este presti-
gio radica en la producción de todas las piezas en Italia, incluido su ensam-
blado. Esta empresa italiana decide instalarse en México para competir con
otro fabricante de motocicletas de la misma gama. Instalado como persona
jurídica mexicana “Vespa, S. A. de C. V.” celebra un contrato de compraven-
ta entre esta persona jurídica mexicana y un nacional mexicano con residencia
habitual en México. La moto presenta un defecto en sus neumáticos de
fábrica que le hace inservible para la conducción en carretera. En este caso
y a la luz de esta teoría ese contrato de compraventa es internacional por
el solo hecho de recaer su objeto sobre un producto elaborado en Italia y
comercializado en México.
Por otro lado, encontramos las denominadas teorías objetivistas, las cuales se
pueden dividir a su vez en la teoría pura y la teoría relativa. Ambas teorías tienen
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• Laprimerarazónsostienequeelensanchamientodelcontenidode
la disciplina tendría razón de ser cuando las normas de competencia
judicial internacional o conflictual contemplaran entre sus puntos de
conexión la nacionalidad y la extranjería. Así, el hecho de que el pun-
to de conexión, principalmente en el denominado estatuto personal,
fuera la nacionalidad de las partes, podría justificar su inclusión en
el estudio de esta ciencia jurídica. En la actualidad el punto de co-
nexión que se contempla en este estatuto personal ya no pasa por ser
la nacionalidad. Así, si la nacionalidad y la extranjería sirvieran en la
actualidad para atribuir competencia o para determinar la normativa
material aplicable al fondo de una pretensión podría justificarse su
inclusión en el contenido de esta rama jurídica. A lo anterior debe-
mos añadirle en clara nota de complementariedad que los criterios
atributivos de competencia o de determinación del derecho aplicable
son ahora el domicilio de las partes o las residencias habituales.
• Lasegundarazónderivadelhechoinnegabledequeenlarelaciónque
regula la nacionalidad y extranjería el Estado aparece con su potestad
iure imperii, no interviene como un mero particular, por ello se afirma
que es difícil mantener ambos sectores como contenido de esta disci-
plina en la que de forma unánime afirmamos que estudia relaciones
internacionales de carácter privado. Nadie duda de la creación de una
relación político-jurídica (e incluso social) entre el Estado que im-
pone sus condiciones y el individuo que las acepta sin margen de ma-
niobra, relación que adquiere absolutos tintes de derecho público. Por
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• Laprimera,seencontraríaenelseguimientoexistenteenladoctrina
mexicana de la llamada “teoría francesa”, que parte del plan de es-
tudios de Niboyet. Esta teoría es partidaria de incluir el estudio y
análisis de estos dos sectores dentro del dipr.
• Lasegundapodríavenirporelhechodequelanacionalidadfueusada,
en otra época, ya lejana, como un punto de conexión predominante.
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• Enlossistemasdelospaísesexsocialistasseañadeelsectordeldere-
cho del comercio internacional o el del derecho de extranjería por
sus peculiares concepciones socio-económicas.
• Lamásfrecuenteeslainclusióndelsectordelderechoprocesalcivil
internacional (conocido como “conflicto de jurisdicciones”). Propio
de los sistemas anglosajones ya que la ampliación del contenido del
dipr al derecho procesal internacional es consecuencia de la fuerte
dimensión judicial (papel protagonista de los órganos jurisdiccionales
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Una precisión debe hacerse llegados a este punto, mientras que los dos pri-
meros sectores tienen que abordarse y responderse irremediablemente en
una situación objeto de estudio por el dipr, no podemos sostener lo mismo
de este tercer sector. Lo anterior se afirma desde que no siempre el pro-
nunciamiento emitido por un tribunal nacional debe ser reconocido y eje-
cutado en otro Estado. Puede ocurrir que los efectos que quiere desplegar
ese pronunciamiento judicial estatal tengan que desarrollarse en el mismo
Estado que emitió el pronunciamiento. Lo anterior significa que el abordar
este tercer sector no siempre es necesario e imprescindible. El levantamiento
de este tercer sector constitutivo dependerá de dónde quiera que el pronun-
ciamiento judicial despliegue sus efectos y validez.
A pesar de la mencionada independencia observamos que estos sectores
no forman compartimentos aislados entre sí. Al contrario, son considera-
dos como secuencias continuas y mutuamente dependientes y así ya lo he-
mos manifestado con anterioridad. En este sentido y como bien afirma
Calvo y Carrascosa “los tres sectores que componen el contenido del dipr
presentan relaciones recíprocas de naturaleza lógico-jurídica. Sólo respondien-
do a los tres interrogantes se proporciona una respuesta jurídica global y com-
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pleta de las situaciones privadas internacionales”. Así, entre estos tres sectores
se evidencia que se encuentran relacionados entre sí. Existe una profunda
vinculación entre: a) el sector de la competencia judicial internacional y el
derecho aplicable (forum-ius); b) entre el sector de la competencia judicial in-
ternacional directa y la indirecta; c) entre el sector del derecho aplicable y el
de reconocimiento y ejecución de sentencias. Existen así relaciones y vincu-
laciones en todas las variables posibles entre los tres sectores que componen
el contenido del dipr:
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Cuestionario
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