A Mi Rey

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Cuando uno se siente deprimido, desanimado o falto

de motivación, ¡no hay nada como ponerse a alabar!


Si quieres ser más optimista y feliz, participa de los
A MI
Rey
renovadores beneficios de dirigir alabanzas al Rey de reyes,
Jesús. Con estas breves y originales oraciones te resultará
muy fácil. A cualquier hora del día o de la noche, escoge

A MI REY
una y léela. Te servirán de punto de partida para manifestar
agradecimiento al Señor con tus propias palabras. La
alabanza puede cambiar radicalmente tu actitud ante la
vida y tu relación con Dios.
¡Merece la pena alabar al Creador!

I SBN 3 - 03730 - 151 - 1

9 783037 301517

Sentidas expresiones de alabanza y acción de gracias


A MI
Rey
María Fontaine

Traducción: Patricia Zapata Noyola y Gabriel García Valdivieso

Título original: My King and I


ISBN de la edición original: 3-03730-107-4
ISBN de la versión en castellano: 3-03730-151-1

Salvo que se señale otra cosa, todos los pasajes de las Escrituras que se reproducen
están tomados de la versión Reina-Valera, revisión de 1960, © Sociedades Bíblicas
Unidas, 1960.

© 2003, Aurora Production AG, Suiza.


Derechos reservados. Impreso en Malasia por Rhythm.

2 a mi rey
Introducción

Todos sabemos que es de buena educación darle las gracias a


quien nos hace un regalo. No obstante, con frecuencia olvidamos
agradecerle a nuestro Padre celestial todo lo que nos obsequia
cotidianamente. La Biblia nos aconseja que demos gracias en todo,
porque esa es la voluntad de Dios (1 Tesalonicenses 5:18). Además,
nos exhorta: «Entrad por Sus puertas [a la presencia de Dios] con
acción de gracias, por Sus atrios con alabanza» (Salmo 100:4).
¿Qué regalos nos ha dado Dios? ¡Todo! La vida, los amigos, el
maravilloso mundo que nos rodea. Hasta la dicha más sencilla
que experimentamos proviene de Él. Cuando nos detenemos
a reflexionar en todo lo que nos ha obsequiado, nos sentimos
impulsados a alabarlo y a ser más agradecidos con Él.
Pero ¿de qué modo podemos hacerlo? Quizá no sabes manifestar
esa gratitud a Dios y a Su Hijo Jesucristo, nuestro Salvador. A lo
mejor consideras que te falta elocuencia. No te desanimes. Dios no
espera que nuestras acciones de gracias sean modelos de fluidez,
ni pretende que empleemos ciertas palabras en particular. Él se
deleita en oír las sinceras expresiones de agradecimiento que nos
brotan del alma, en lenguaje excelso o sencillo, con frases fluidas
o entrecortadas, con pocas o muchas palabras. Dios ve la alabanza
a mi rey 3
que nos nace del corazón y la traduce en encantadoras melodías.
Así y todo, aunque a muchos nos gustaría expresar verbalmente
nuestro agradecimiento, no encontramos las palabras idóneas. La
presente selección de alabanzas te servirá de punto de partida.
Con el paso del tiempo, te resultará más cómodo dar gracias a
Jesús y te animarás a expresarte con palabras propias. Bastará
con que digas lo que te sale del alma. Al fin y al cabo, lo que más
complace a Dios es tu deseo de ofrendarle alabanzas.
Imagínate: tienes la posibilidad de hacer todos los días una
ofrenda de gratitud a Jesús. Ruego que el presente libro de
alabanzas te aliente a declarar, como el rey David: «Bendeciré al
Señor en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca»
(Salmo 34:1). Si lees estas alabanzas como si fuesen tus propias
declaraciones, irás tomando cada vez mayor conciencia de las
magníficas bendiciones —grandes y pequeñas— que el Señor te
prodiga todos los días.
No es mi intención que este libro se convierta en un texto rígido
para la práctica de un rito cotidiano. Más bien espero que te
inspire a elevar tu corazón hacia el Cielo en cualquier momento del
día. ¡Que Dios te bendiga y te motive a ofrecerle alabanzas!
María Fontaine

4 a mi rey
DISIPAS LAS PREOCUPACIONES

S
ólo tengo que hacer el esfuerzo de acercarme a Ti y
tocarte. Entonces me llenas las manos de cosas bellísimas.
Todo Tú eres hermoso. Todo lo que te rodea está lleno
de encanto. Cuando te siento próximo a mí, tengo sosiego y solaz;
sé que lo resolverás todo. Disipas mis preocupaciones con Tus
Palabras apaciguadoras. Me das cuanto necesito. Es sencillamente
asombrosa y sobrenatural la forma en que obras esos milagros en
mi vida. A mí, que tiendo a preocuparme tanto, me infundes paz.
Me induces a pensar cosas buenas teniendo yo tanta tendencia a
pensar negativamente. Me llenas de satisfacción y felicidad aun en
medio de las dificultades.

Eres lo que se dice prodigioso, Jesús. Sólo Tú eres capaz de hacer


eso por mí. Lo agradezco en extremo. No puedo menos que darte
C
gracias y alabarte por los muchos portentos que obras. Te quiero
con todo el corazón.

a mi rey 5
EN PRESENCIA DEL REY

N
o sabes cuánto deseo estar contigo, Jesús, en Tu
presencia, en Tu salón, mi gran Rey. Gracias por
hacernos ver que para entrar por las puertas de Tus
atrios tenemos que tocar las campanas, los carillones celestiales,
mediante nuestras alabanzas. Cuando te damos gracias por Tu
bondad, por Tu amor, por todo lo que haces, suenan las campanas.
Cuanto más te damos gracias, más repican y emiten sonidos
armoniosos, informando a los guardas que alguien está a las
puertas del Cielo y solicita pasar. Estas alabanzas celestiales nos
permiten la entrada.

Cuando te alabamos, somos conducidos a Tus atrios. En


la alabanza está la contraseña que nos permite pasar a Tus
majestuosos salones y acercarnos a Tu presencia. A través de la
alabanza podemos entrar en Tus atrios de alegría.

¡Cuánta falta nos hace entrar por Tus puertas, estar en Tus atrios,
en Tu presencia, para amarte y llenarnos de Tu amor!

6 a mi rey
MAGNÍFICO PADRE

G
racias por ser mi magnífico padre, mi fuerte proveedor
y defensor. Soy tan insignificante, y Tú tan grande y tan
fuerte. Al recordar eso, al darme cuenta de que no
tengo que ser tan grande ni tan fuerte ni tan inteligente
como para resolver los complejos problemas de la vida, me
tranquilizo mucho. Lo único que tengo que hacer es acudir a Ti
y contártelos, y Tú me das las soluciones. Si los problemas son
demasiado complicados para mí, Tú te haces cargo de ellos y los
resuelves Tú mismo. Yo no tengo que hacer nada. No tengo más
que encomendártelos y confiar en que Tú sabes lo que más me
conviene.

Me quieres tanto y me cuidas tan bien. Aun cuando me pongo


de mal humor y me porto como un niño al que se le ha roto un
juguete, simplemente te lo traigo, y Tú lo arreglas.

a mi rey 7
UNA EXISTENCIA FASCINANTE

T
e adoro, Jesús. Necesito Tu amor. Tiene un valor
indecible para mí. Gracias por el maravilloso Espíritu
que constituye Tu esencia, que nos abriga y nos
proporciona esa cálida sensación de pertenencia, de que somos
necesarios, de que somos parte de algo grande, parte de una
existencia fascinante, parte de la vida. Por ello, te doy gracias.
Gracias por la hermosa vida que nos has concedido y confiado.

Gracias por manifestar Tu amor en nuestra vida de innumerables


maneras. La vida está repleta de enseñanzas, y nos queda mucho
que aprender. Sin embargo, procuras enseñarnos a luchar y acudir
a Ti y a Tu Palabra en busca de las soluciones y la orientación
que necesitamos. Además, nuestros problemas no son nada
comparados con los que sufren la desdicha de no conocerte.

Gracias, un millón de gracias por sostenerme en Tus manos y


cuidar de mí todos los días sin falta.

8 a mi rey
MI LUGAR FAVORITO

H
eme aquí, Señor. Quiero estar junto a Ti. Gracias por
este plácido lugar donde puedo sentarme y reposar a
Tus pies. Me encanta sentarme aquí y aprender de Ti.
Me fascina contemplar Tu rostro, tan cariñoso y tierno.

Evoco el pasado y me cuesta imaginarme cómo era cuando no


conocía esta estrecha relación que ahora mantengo contigo. No sé
cómo lograba pasar los días sin esa intimidad que hoy disfrutamos
los dos. Lo curioso es que Tú siempre estuviste a mi lado. Desde
siempre pude haber tenido esta relación tan hermosa que disfruto
contigo, pero mis afanes me impedían darme cuenta de ello. Ahora,
sin embargo, voy a continuar sentándome aquí mismo a Tus pies, mi
lugar favorito, mi rincón sereno, en grata y reposada devoción a Ti.

Gracias por el honor de poder sentarme a Tus pies y aprender


de Ti, ser partícipe de Tus Palabras, oír nítidamente Tu voz. Me
encantan Tus Palabras. Las bebo con ansiedad. Me hacen falta Tus
aguas refrescantes para apagar Mi sed y lavarme interiormente.

a mi rey 9
ESTÁS A MI LADO

J
esús, cuando me siento débil, cuando la fatiga y el malestar
me abruman, siempre estás a mi lado para envolverme con
Tus brazos, consolarme y decirme que todo va a salir
bien. Desciendes a mi nivel y me calmas los nervios,
disipas mis preocupaciones y temores, y alejas la confusión que de
otro modo me rodearía.

Te agradezco que me bendigas de tal forma. Tengo la enorme


bendición de contar con Tu paz. Gracias por librarme de las
preocupaciones de la vida. Gracias por la paz que sobrepasa todo
entendimiento.

Te agradezco que no tenga que tomar pastillas para hallar sosiego


en medio de un apretado horario. Me basta con tomarte a Ti. Te
agradezco que no tenga más que sentarme unos momentos a Tu
lado y sentir el alivio de Tus caricias, que me dan fuerzas para
seguir adelante en los días febriles.

10 a mi rey
A TU DISPOSICIÓN

A
Ti canto, mi Rey, mi Dios, mi Señor, mi Hacedor. Te
canto con el corazón. Te ensalzo con mis labios y
levanto las manos en cántico, oración y alabanza a Ti,
que me das vida, amor, alegría, paz y sabiduría, a Ti que todo me
lo concedes. Te alabo, te honro y te glorifico, porque sólo Tú eres
digno de ello.

Me entrego totalmente a Ti en cuerpo, alma, mente, corazón


y espíritu. Tuya es toda mi existencia. Estoy por entero a tu
disposición, para que hagas conmigo como te plazca, ya que eres
el Dios de todas las cosas. Mereces toda alabanza y gratitud. Eres
el Dios de todo lo que existe y además mi Padre. Por ello te alabo,
te reverencio y te enaltezco.

a mi rey 11
ME INFUNDES FUERZAS

T
e enaltezco por ser mi Rey poderoso, por serlo todo
para mí, por tenerme entre Tus brazos y alzarme en
espíritu por encima de las tribulaciones, los pesares
y las dificultades. Gracias por cuidar de mí, por echar sobre Ti
mismo mis penas y afanes, por Tus anchos y fuertes hombros que
me sostienen. Reconozco que puedes resolverlo todo, cualquier
situación, cualquier complicación, cualquier problema. Gracias por
tener todas las soluciones.

Obras portentos, prodigiosos milagros que afectan mi vida,


inspiran mi espíritu, me hacen crecer en fe y amor y me llevan a
acercarme a Ti, a Tu luz, a la Fuente.

Gracias por alzarme, por inspirarme, por amarme, por conferirle


a la vida un sentido tan maravilloso, por darme un propósito
por el que vivir cada jornada, por el gozo de ver un nuevo día,
encomendártelo a Ti y seguir avanzando por Ti.

Gracias por infundirme fuerzas.

12 a mi rey
SOBREABUNDANCIA DE BENDICIONES

G
racias, Jesús, por este día radiante, por el sol y el
azul del cielo y, sobre todo, por Tu amor. Eres tan
paciente, tan amoroso y comprensivo. Nunca dejas
de infundirme tranquilidad y levantarme el ánimo. Es
prueba del gran amor que me tienes, pues pese a que me porto
mal, nunca me tratas como me merezco.

Te agradezco que no tenga que esperar a llegar al Cielo para


conocerte, sentirte y hacerte feliz. ¡Me das muchísimo cada día!
Las bellezas de Tu Espíritu colman mi vida y me hacen desbordar
por todos lados. Ciertamente renuevas Tus misericordias cada
mañana, y mi copa rebosa de bondades. Es imposible más
felicidad, más dicha, más bendiciones.

a mi rey 13
MI LUMBRERA

T
e agradezco que te volvieras como un mortal más
y te pusieras el ropaje de la carne terrena a fin de
experimentar las cosas que nos pasan y así ser un
modelo para nosotros. Te entregaste sin medida. Cumpliste Tu
destino. Al observar Tu ejemplo tomo conciencia de que no cejaste
hasta lograr la victoria, y eso me anima y me infunde fe en que yo
también puedo alcanzarla. Me inspiras confianza en que puedo
hacerlo si camino cerca de Ti y sigo Tus pasos.

Gracias por mostrarme la vía. Gracias por ser una lumbrera


delante de mí hacia la cual puedo encaminarme, un cálido fulgor
hacia el que puedo correr y en el cual me deleito. Brinco de alegría
sabiendo que puedo llenarme de Ti, Jesús. Agradezco poder
embeberte y absorber Tu Espíritu.

14 a mi rey
ME RINDO A TI

M
e entrego a Ti, para que en Tu benevolencia
y entendimiento, en Tu clarividencia y en la
profundidad, anchura y altura de Tu conocimiento,
me modeles y hagas de mí la vasija que Tú quieres que sea.
Me someto a Ti. Me rindo a Ti, puesto que eres Dios de todas
las cosas. Amóldame y conviérteme en la vasija que Tú creas
conveniente.

Te deseo más que a nadie. Te prometo mi amor y devoción en


humilde servicio a Ti, mi Rey, mi Señor y Salvador, mi Amo y mi
Amigo.

Te dedico este día, mi maravilloso Rey y Salvador. Guíame hoy.


Dirige mis pensamientos, cada uno de ellos, cada acto que realice y
cada palabra que brote de mis labios.

a mi rey 15
DIOS DE LA GLORIA

T
e alabo, te enaltezco y te doy la gloria a Ti, Dios de
toda la creación, autor de todas las cosas: de la belleza
contenida en todo lo que veo, de la maravilla que entraña
cada objeto, desde el más grande hasta el más pequeño. Todo es
obra de Tu mano, desde una partícula atómica hasta el universo.
Tus prodigios sobrepasan toda imaginación

Eres el Dios de la gloria. El Dios de las profundidades, tan hondas


que nadie las puede sondear. El Dios de las alturas, tan elevadas
que nadie acierta a comprenderlas. El Dios de los espacios, tan
amplios y extensos que nadie los puede llenar.

Te doy toda la gloria, la honra, la alabanza y la acción de gracias,


pues eres un Dios tan grande, tan poderoso, tan inmenso, tan
sabio, tan pleno y tan fuerte, que a Tu lado yo no soy nada. Sin
embargo, te rebajas a amarme, cuidarme, anhelarme, desearme,
salvarme y conducirme a Tu Reino para que viva contigo
eternamente.

16 a mi rey
TE ESCUCHO

G
racias por darme hoy un nuevo comenzar. Lo más
importante que quiero hacer en este día es compartirlo
contigo. Antes que nada, deseo sentarme a Tus pies
y escuchar lo que quieras decirme. Si tienes algo
para mí, aquí estoy, Señor. Te presto toda mi atención. Si tienes
instrucciones, sugerencias, indicaciones, palabras de sabiduría
—tal vez algunos consejos prácticos que puedan ayudarme a lo
largo del día— o tiernas palabras de amor, aquí estoy. Te escucho.

Gracias por esta bendición. Gracias por este lugar tan preciado
—este santuario de quietud y confianza, aquí, a Tus pies— en el
que puedo dedicarte toda mi atención. Pero eso no eso todo: Tú
también me entregas toda tu atención.

a mi rey 17
FAMILIARES Y AMIGOS

T
e agradezco mucho que me hayas encontrado y me
hayas dado una vida nueva, una vida hermosa. Me has
concedido una bella familia, ¡una familia muy unida a
la que amo entrañablemente! Tengo buenos amigos, gente muy
considerada y amorosa que me apoya.

Los niños tan cariñosos que me has dado siempre saben hacerme
sonreír cuando tengo ganas de llorar o estoy al borde del enojo.
Hasta tenemos un lindo animalito doméstico con el que pueden
jugar. Nos hacemos unos platos deliciosos con los alimentos que
nos provees, y aunque a veces la vida no es fácil, nunca dejas de
atender nuestras necesidades. Así podría seguir enumerando
sin parar las múltiples bendiciones que me has otorgado, eso sin
contar la buena salud de que he gozado gracias a Ti.

Pero para mí, lo más importante de todo es tenerte a Ti y Tu


Espíritu. Aunque disfrute de muchas cosas materiales, sin Tu
Espíritu no sería igual. Estaría todo vacío.

18 a mi rey
LO QUE MÁS DESEO

S
é que nunca me darás nada que me haga daño o sea causa
de desesperación. Aunque me cueste aceptar algunas de
Tus dádivas, quiero cumplir con lo que me exijas, pues
deseo lo que me quieras dar.

No quiero rechazar ninguno de Tus regalos. Quiero estudiar cada


uno contigo. Quiero deleitarme en cada uno, aprender a estimarlo,
a apreciarlo. De esa forma llegaré a conocerte con mayor
profundidad. Llegaré a entender Tu corazón. Jesús, te deseo a Ti
ante todo. Más que Tus bendiciones, más que Tus regalos, más
incluso que la paz que siento cuando estoy a Tu lado.

a mi rey 19
ME ALZASTE

J
esús, ¡cómo te quiero! Me has demostrado una y otra vez
el gran amor que me tienes. A pesar de que yo no era
nada, viniste al mundo y moriste por mí para que siempre
pudiera morar a Tu lado. Descendiste a las profundidades
en pos de mí, y yo me aferré a Tu mano. Me alzaste hasta un lugar
magnífico y continúas haciéndome ver día tras día los prodigios de
Tu amor.

A veces me dejo agobiar tanto por los afanes de esta vida y


las circunstancias que me olvido de dedicarte la atención y el
amor que te mereces y deseas. Sin embargo, pese a que a veces
me olvido y me enfrasco en lo que me rodea, Tú no dejas de
comprenderme, de amarme y de animarme a acudir a Ti. Sigues
recordándome que estás siempre a la espera de que me acerque a
Ti, para recuperarme y renovar mis fuerzas.

20 a mi rey
ME CONOCES PERFECTAMENTE

M
e conoces más profundamente que nadie. Es más,
en ciertos aspectos hasta mejor de lo que yo me
conozco. Señor, Tú sabes que a veces mi corazón se
angustia con pesares, dolores y quebrantos, cuando ni siquiera
hallo palabras para expresar cómo me siento. Pero Tú tomas esos
«gemidos indecibles» [Romanos 8:26] y los reemplazas por el
bálsamo sanador y el consuelo de Tu amor.

Soy consciente de que no puedo ocultarte nada. Bien sabes que en


ocasiones lo intento: postergo la hora de acudir a Ti y desnudarme
en Tu presencia, porque me avergüenzo de mí y no me siento
en condiciones de presentarme ante Ti. De todos modos, sé
que Tú conoces todo lo que me aqueja, y me esperas paciente y
amorosamente; nunca me obligas. Gracias por ser tan paciente y
considerado.

a mi rey 21
MI TIERNO PASTOR

E
res mi tierno pastor. Conduces bondadosamente a este
corderito por el camino que debe seguir y lo guardas del
peligro. Te muestras paciente conmigo cada vez que me
descarrío. Tu amor es firme y benévolo a la vez.

Has sido un fiel amigo que jamás me ha abandonado, que me ha


atendido, cuidado y amado tiernamente a pesar de mis faltas, de las
veces en que me he distanciado de Ti y de las cosas terrenales que
a veces he antepuesto a Ti.

Has sido para mí un padre estupendo, que me ha amparado y


conducido por el buen camino, indicándome la senda que he de
seguir.

Eres quien sana las heridas de mi cuerpo y de mi espíritu. Una


y otra vez has vertido sobre mí el bálsamo de Tu amor, de Tu
ternura y de Tu misericordia.

22 a mi rey
ME MARAVILLAS

J
esús, mi vocabulario se queda corto para manifestar los
sentimientos que abrigo por Ti. Cuando digo que te amo,
en realidad no expreso a cabalidad lo que siento.

Me maravillo cuando pienso que el amor que me tienes


es miles de veces mayor que el que siento yo por Ti. No logro
comprender cómo me amas tanto. Pero sé que es así porque Tú
lo has dicho, y creo en Tus Palabras y en Tu amor. Te tengo más
cariño que a ninguna otra persona del Cielo o de la Tierra, y quiero
seguir amándote más y más.

a mi rey 23
LO ERES TODO

S
eñor, ¡cuán gloriosa es Tu misericordia, qué maravillosa
es Tu bondad! Tu amor lo supera todo. Para siempre es
Tu misericordia. Tu perdón es total: me lava el alma, me
purifica, echa fuera de mí todo lo oscuro y sucio. Me presento ante
Ti, mi Dios, mi Salvador. Me inclino humildemente en sumisión;
porque yo nada soy, mientras que Tú lo eres todo.

Nadie tiene la gloria, la fortaleza ni el amor que Tú posees. Te


entrego todo lo que soy. Elevo a Ti mi voz, mi corazón y mi espíritu
en alabanza, acción de gracias, honra, gratitud y gloria. Te entrego
cuanto tengo, pues digno eres de ello.

24 a mi rey
AMOR INCONDICIONAL

T
e agradezco que seas tan comprensivo y tranquilizador.
Me transmites sosiego y me garantizas que no necesito
preocuparme por nada, porque todo está en Tus manos.
Todo lo que te encomiendo, Tú lo resuelves. Ayúdame, pues, a
encargártelo todo.

Te agradezco que no tenga que ganarme Tu amor. Te agradezco


muchísimo que me lo brindes de forma gratuita. Me amas
independientemente de lo que esté haciendo, de lo que haya hecho o
de lo que vaya a hacer más adelante. Las circunstancias, la situación y
los acontecimientos no alteran en modo alguno lo que sientes por mí.
Los sentimientos que albergas por mí no dependen de nada de eso. El
amor que me profesas es incondicional. Eso me hace amarte aún más.

Te ruego que me ayudes a no distraerme con los afanes de la vida y


olvidarme de Ti. Que en todo momento tenga presente Tu gran amor,
aunque no siempre lo sienta, lo vea o lo entienda. Ayúdame a tomar
tiempo para amarte, cualesquiera que sean las circunstancias, de la
misma manera que Tú siempre me amas y dispones de tiempo para mí.
a mi rey 25
TE OCUPAS DE TODO

A
mado Señor mío, ¡qué alivio es apartarme de los
problemas del día y desembarazarme de todas mis
preocupaciones! Gracias por ocuparte de todo. Gracias
por tenerlo todo en Tus manos. Cuanto más te encomiendo mis
problemas e interrogantes, cuanto más acudo a Ti para amarte,
más me ayudas y me das las soluciones que necesito.

Quiero amarte cada vez más. Me alegro mucho de poder acudir


a Ti en cualquier momento del día o de la noche. No tengo que
esperar a tener un problema grave. A veces simplemente quiero
decirte lo mucho que te aprecio, cuánto te amo y cuánto te
necesito. Me haces muchísima falta. No puedo hacer nada sin Ti.

26 a mi rey
SIEMPRE CONMIGO

T
e agradezco, Jesús, que estés a mi lado mientras subo la
montaña de la vida. Conforme recorro el sendero de Tu
voluntad, siempre me llevas de la mano. Siempre estás
cerca para consolarme. Siempre estás presente para indicarme
el camino. Siempre estás a mi lado para guiarme, para ser mi
consolador, mi amigo y mi compañero inseparable.

Te agradezco que aun cuando me abruman los afanes y trajines,


y me encuentro con obstáculos en el camino, Tú me consuelas y
me hablas de Tu amor. Siempre me animas a seguir luchando y
avanzando.

En los momentos de mayor debilidad y abatimiento, cuando me


siento insignificante, me estrechas fuertemente y lo resuelves
todo.

a mi rey 27
UN NUEVO COMENZAR

G
racias, Señor, por este día, que se presenta con nuevos
retos, metas y objetivos. Cada día contigo es un nuevo
comenzar, una hoja en blanco. Cada día se renuevan
Tus misericordias. Maravilloso Señor, quiero cantarte
alabanzas por este nuevo día.

Te agradezco la renovación que obras en mí cada día, esa


misericordia Tuya que se renueva a diario. Si bien no lo
comprendo, Jesús, te lo agradezco inmensamente y reconozco que
lo necesito.

Gracias por amarme. Me resulta incomprensible, no acierto a


entender por qué lo haces; pero te amo simplemente porque Tú me
amaste primero. Te quiero ofrendar mi amor en señal de gratitud
por haberme amado Tú a mí. Gracias.

28 a mi rey
RIQUEZAS DE INCALCULABLE VALOR

L
o eres todo para mí. Te amo hasta lo indecible. Te
necesito, te alabo, te colmo de palabras de adoración y
te ensalzo por Tu imponente majestad.

Te agradezco el amor tan intenso que me tienes. Es de incalculable


valor. En un mundo en que los hombres aspiran al poder y a las
riquezas, Tu amor es inapreciable. Sobrepasa con mucho todas
las riquezas que puedan hallarse en este mundo. Te alabo por
este admirable y espléndido amor, Tu ilimitado amor que va
transformando mi vida.

a mi rey 29
ERES INSUSTITUIBLE

J
esús, al recordar el tiempo que hemos pasado juntos, no
puedo menos que maravillarme de las múltiples formas
en que Tu mano me ha conducido. He pasado por sitios
agradables y por lugares adversos. He subido montañas
y descendido a valles. Me han embargado la dicha y la tristeza.
En toda situación, Tú me has sacado adelante y me has ido
convirtiendo en la persona que quieres que sea.

Me alegro mucho de haber permitido que llegaras a formar parte


de mi vida. No sé qué hubiera hecho sin Ti. No hay nada en este
mundo que pudiera llenar el espacio que ocupas Tú en mi vida y en
mi corazón.

Me enorgullece que me asocien contigo y que pueda acceder a Tu


amor y Tus palabras.

30 a mi rey
AMOR SIN MEDIDA

T
e alabo, buen Señor, por Tu amor incondicional. ¿En
quién sino en Ti podría encontrar semejante amor?, un
amor constante, infinito, sin medida.

Con mi mente finita no siempre alcanzo a comprender o descifrar


cómo es que me amas tanto; pero sé que es así. Te agradezco que
no necesite entenderlo. Basta con que extienda la mano y acepte lo
que me das. ¡Me lo pones todo tan fácil!

A veces cuando me siento impotente, presa del desaliento y la


confusión, y cuando no encuentro palabras para expresar mis más
íntimos secretos, permanezco en silencioso reposo, en la calma
y confianza que sólo Tú eres capaz de inspirar. Con asombro
descubro entonces que Tú entiendes. Alivias mis preocupaciones y
temores, y con Tu cariño y Tus besos enjugas mis lágrimas.

a mi rey 31
LA LUZ DE MI VIDA

E
res la alegría y el gozo de mi corazón, el sol de mi
alma, la luz de mi vida. Gracias por aventurarte en
las profundidades de mi alma, por abrir las ventanas
de los Cielos y permitir que penetrase Tu luz a raudales en mi
vida. Cuando te pedí que entraras en mi corazón, se produjo en
mí un cosquilleo de gozo, de emoción. Mi alma y mi espíritu se
estremecieron de alegría, como cuando un ciego, que no conoce
sino las tinieblas, de golpe se ve impulsado hacia una luz brillante y
gloriosa.

Quiero conservar esa alegría de alma y espíritu y no dejar que


los afanes de la vida —las preocupaciones, las dificultades, los
pesares— eclipsen o arrinconen esa gloriosa y formidable luz con
que has iluminado mi corazón. Deseo mantener siempre la mirada
fija en Ti, para que el poder de Tu amor resplandezca más y más
en mí, y las cosas del mundo se vayan desvaneciendo. Eres la luz
de mi vida.

32 a mi rey
TE CANTO

E
res mi vida misma, mi aliento, la dicha de mi corazón.
Haces brillar mis ojos, haces que mi sonrisa se ilumine y
que de mis labios brote una canción. Te canto porque me
haces feliz, ¡te canto porque soy libre! Te canto, mi Rey y Señor.
Toda gloria y toda alabanza sean dadas a Ti.

Corro a Ti. Me aferro a Ti. Eres mi mayor deseo.

Te alabo por Tu gran amor, porque siempre puedo contar contigo.


Jamás me defraudas. Otros pueden fallar, el mundo entero puede
fallar, pero Tú nunca fallas. ¡Qué gran bendición es tenerte!

a mi rey 33
AMOR SIN LÍMITES

M
i querido Jesús, lo eres todo para mí en la vida. Eres
para mí el universo y mucho más. Gracias porque
Tu amor no conoce límites. No te cansas de dar y de
verter sobre mí. No sé cómo ni por qué, pero lo haces, y eso es lo
único que me importa.

Cada vez que pienso en el alto honor que me has concedido


—Tu gran amor e infinitas bendiciones—, me conmuevo. Me he
propuesto corresponder a ese amor. Quiero darte todo lo que
tengo, todo mi ser.

34 a mi rey
EL INSPECTOR

E
res el inspector de mi alma. Cuando llevas a cabo una
inspección y encuentras, como sucede a veces, que no
todo está en orden, haces alarde de paciencia, gracia y
comprensión. Me amas sea cual sea el estado en que me halle.

Me ayudas a eliminar los desechos, a desembarazarme del viejo


equipaje, a quitar las telarañas y a ventilar el aire viciado e impuro
de los cuartos.

Te sitúas a mi lado, me guías, me instruyes y me ayudas a echar


fuera el montón de afanes y pesares que de algún modo han ido a
parar a los rincones y armarios de mi alma. Incluso sacas a relucir
cosas olvidadas de hace mucho tiempo, de las que debí haberme
desembarazado hace años, y otras que me habías dicho que
desechara, pese a lo cual me aferré a ellas por si acaso las volvía a
necesitar. Gracias por ser benévolo conmigo en esos momentos de
inspección, aunque yo a veces proteste y discuta contigo. Gracias
por manifestarme un amor incondicional.

a mi rey 35
ME COMPRENDES

G
racias por amarme. Me amas pese a que no merezco
Tu amor, pese a todas mis faltas, fracasos y errores.
Me amas a pesar de todas las veces en que he errado el
blanco. ¡Qué amor! ¡Qué amor tan dulce, tan hermoso,
tan inapreciable! Gracias por sostenerme en Tus brazos. Aun
cuando estoy débil y con ganas de rendirme, Tú me sostienes
con gran compasión y te muestras muy comprensivo. Tomas mi
cabeza, la recuestas sobre Tu pecho y me dices que simplemente
descanse. Eres tan cariñoso y tan tierno.

No te importa que no logre expresar con palabras los


pensamientos que abrigo muy dentro de mí. No es necesario
que siempre los verbalice. Gracias porque puedo tener la plena
confianza de que Tú me entiendes. Esa dulce comunión de que
gozamos me da la tranquilidad de que comprendes los más hondos
anhelos de mi corazón, los más profundos deseos de mi alma. Tú
lo entiendes todo, nada te es oculto, y lo mejor es que de todas
maneras me amas. Realmente te preocupas por mí.

36 a mi rey
CONFIAR COMO UNA NIÑITA

C
on sumo gusto te lo doy todo. Estoy feliz de confiar
en Ti como confía una niñita en su padre. Gracias por
consolarme y reanimarme cuando me caigo. Siempre me
tomas en brazos. Si me he lastimado, me ayudas a limpiarme la
herida, y me enseñas a andar más en oración y a tomarme el daño
con calma para poder recuperarme.

Gracias también por protegerme de las cosas verdaderamente


malas de la vida. En tanto que no me aparte de Tu lado, no tengo
nada de qué preocuparme.

Te encanta hacerme feliz y darme muchas cosas, nada más por


lo mucho que me quieres. A veces, hasta me consientes. No me
merezco tantas maravillas como haces por mí. ¡Eres el mejor padre
que pueda haber!

a mi rey 37
MI ANCLA

S
é que nunca me dejarás. Tengo la seguridad de que
siempre estarás a mi lado y siempre me sostendrás.
Ayúdame a permanecer siempre en Tus brazos, a no
evadirme de Tu regazo. Haz que no me adelante ni me atrase
demasiado. La verdad es que deseo estar aquí, quiero acurrucarme
en Tus brazos y quedarme así siempre.

Tú eres mi ancla. Una cadena me une a Ti. No importa que


los mares estén embravecidos y tormentosos: sé que Tú estás
conmigo y que no me separaré de Ti. Nada de eso me impresiona
ni me alarma. Te amo y te lo agradezco, mi adorado Señor.

Gracias por Tu comprensión. Gracias por estrecharme en Tus


brazos, Jesús. Te adoro. Te necesito. Te deseo.

38 a mi rey
MANIFESTACIONES DE TU CARIÑO

H
aces que me sienta muy a gusto contigo. Nunca me
rechazas. Eres más que un amigo. Sé que nunca me
abandonarás. Tengo la certeza y la tranquilidad de que
mi corazón está en Tus manos, y de que lo tratas con gran cuidado
y ternura.

A veces tienes que estrujarlo para sacarle la dulzura, pero no me


importa que me duela; sé que eso me volverá más como Tú. Nunca
harías nada que me causara un daño o perjuicio permanente. Sólo
me hace más fuerte y me pone en mejores condiciones para que te
sirvas de mí. Incluso las pruebas que me pones en el camino son
manifestaciones de Tu cariño. El hecho de que me dejes pasar por
esos trances es señal de que me amas. Sé que te duele tener que
ponerme a prueba, pero lo haces porque sabes que el resultado
valdrá de sobra la pena.

a mi rey 39
MÁS ALLÁ DEL PRESENTE

A
yúdame a ver las cosas como Tú las ves, a no
ocuparme tanto de los asuntos de este mundo que
solo advierta los problemas y padecimientos del
presente. Ayúdame a mirar más allá del presente. Cuando siento
que me estrujas el corazón, recuérdame que Tú solamente lo
amoldas de modo que sea más agradable a Tus ojos, más apto para
amarte a Ti y a los demás.

Te ruego que no dejes de hacer lo que sea necesario para


estrechar mi relación contigo y hacerme amarte más, pues no hay
nada en el mundo que anhele más que amarte con todo lo que
tengo dentro.

40 a mi rey
LO QUE ME GUSTA DE TI

T
e quiero por ser quien eres: mi salvador y la estrella
resplandeciente de la mañana. Te quiero por lo que eres:
la luz del mundo y la esperanza de mi vida. Te quiero por
habitar donde habitas: conmigo, en mi corazón.

Me encanta cómo hablas: de un modo tan tranquilizador, con


gran amor y libertad. Me gusta mucho Tu forma de escuchar:
con interés, poniendo mucha atención, tomando nota de cada uno
de mis pensamientos y deseos. Me encanta la manera en que me
cuidas: provees para cada una de mis necesidades y me das todo lo
que es bueno para mí.

Me encanta cómo miras en mi corazón y ves mis deseos más


íntimos, mis anhelos secretos, mis sueños ocultos, y los haces
realidad. Ves las aspiraciones de mi espíritu, algunas de las
cuales satisfaces antes que me lleguen siquiera al corazón o a los
pensamientos, pues Tú sabes mejor que yo lo que necesito y lo que
es bueno para mí.

a mi rey 41
MILAGROS A DIARIO

G
racias, Jesús, porque puedo serte agradable
alabándote, derramando mi corazón ante Ti. Gracias
por llenarlo de alabanza y gratitud, por los numerosos
milagros que obras por mí cada día, por estar siempre
presente y cubrir siempre mis necesidades.

Lo eres todo para mí. Haces que me rebose el corazón de alegría,


alabanza y gratitud, y lo mueves a cantar. Te entrego mi corazón y
te alzo los brazos en alabanza.

42 a mi rey
REFLEJAR TU LUZ

G
racias por Tu amor, por Tu dulce presencia. Gracias
por Tu Espíritu, que me protege, me guarda, me
cuida, provee para mí, me motiva a brindarme a los
demás y refleja el poder de Tu amor, de Tu salvación,
de Tu verdad.

Te agradezco que yo pueda menguar para que crezcas Tú en mí.


Gracias por dejarme reflejar Tu luz. Ayúdame a hacerlo de la
forma que Tú quieras. Gracias porque el amor que nos tienes a
mí y a todos no conoce límite ni confín. Gracias por la fe, que nos
permite contemplar Tu rostro, mirarte a los ojos, verte, reflejarte,
renovarnos en Ti, llenarnos de Ti y recibir Tu amor.

a mi rey 43
TIERNO Y CÁLIDO AMOR

T
oda la gloria y todo el honor sean para Ti, Señor. A Ti
te canto. Tú eres mi vida. Eres mi esperanza. Eres mi
todo. Te adoro por encima de todas las cosas. Te cedo mi
corazón. Lo dejo en Tus tiernas manos. Te agradezco la ternura,
la dulzura y la suavidad con que cuidas mi corazón, lo amoldas y
le das forma. Este pobre corazón mío a veces se sobrecarga y se
fatiga por la tensión y los afanes de esta vida. Sé que no debería
ser así, pero ocurre. Sin embargo, Tú lo tratas con tanta ternura, le
prodigas cuidados y lo pones bien pegadito a Tu seno.

¡Es un don divino que los dos estemos tan unidos! Este tierno y
cálido amor no tiene precio. Lo eres todo para mí. Tu amor ha
desentrañado el gran misterio de la vida. Tú eres el misterio de la
vida. El mundo entero tiene sed de Ti.

44 a mi rey
LA PASIÓN DE VIVIR

T
e debo la vida. Te debo el placer y la pasión de vivir. Te
agradezco que pueda servirte, que pueda crecer en el
conocimiento y la comprensión de Tu presencia y de Tu
amor. Te agradezco que vivas en mí. Te alabo por los placeres de la
vida, por poder respirar la pureza de Tu aire y comer los sabrosos
alimentos que has creado.

Te doy gracias por los retos que nos presenta la vida; por la
oportunidad de resolver problemas; por los descubrimientos y
por las invenciones; por la revitalización que obtengo del ejercicio
diario, que infunde vigor a cada célula de mi cuerpo; por los
abrazos y los besos y por los múltiples placeres que nos prodigas.

a mi rey 45
DESDE ARRIBA

G
racias, Jesús, por Tu amor. Gracias por la belleza y
frescura de Tu Espíritu. Cuando me detengo a pasar
un tiempo contigo, soy como un pajarillo que despliega
las alas al viento y se remonta a los cielos. Me alzas y
puedo alejarme volando de todos los problemas y afanes que me
abruman.

Es tan hermoso sobrevolarlo todo desde aquí arriba contigo y


verlo como Tú lo ves. Todo es mucho más claro y cobra tanto
más sentido cuando estoy contigo. Hasta puedo tener sosiego en
situaciones que no entiendo. Sé que todas las cosas están en Tus
manos y que Tú llevas las riendas. Adoro estos momentos que
paso contigo, navegando en Tu brisa y recibiendo los besos de Tu
viento. ¡Cómo me refrescan!

46 a mi rey
LUZ, LIBERTAD, AMOR

T
u amor es luz, calor, desvelo. Tu amor es compartir,
creer, recibir. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta. Nunca causa temor, inquietud
ni ansiedad. Nunca es sinónimo de presiones, problemas, dolor
o preocupación. Tú no eres más que luz, vida, libertad y amor. El
Tuyo es un amor sin medida, un amor que nunca defrauda, un
amor que no conoce horas, un amor que siempre está presente, un
amor que trasciende los vaivenes del tiempo.

Tu amor alcanza hasta la más lejana estrella y toca el lecho del más
profundo océano. Tu amor no sabe de días, de noches ni de horas.
Nunca deja de ser. Es interminable, infinito, eterno.

a mi rey 47
A TU CUIDADO

G
racias por cuidar de cada uno de nosotros, Tus
pajarillos. Nos gusta cantar y alabarte. Nos encanta
glorificarte con nuestras palabras. Disfrutamos
diciéndote cuánto te amamos y lo impotentes que
somos sin Ti, sin Tus cuidados, sin que nos alimentes y nos
protejas. Ni siquiera podemos volar sin que Tu suave brisa nos
sostenga y nos impulse.

Gracias por habernos dado alas para volar hacia Ti y alejarnos


del suelo, de la tierra, de los peligros que podría haber allí para
nosotros. En cualquier momento del día no tenemos más que
desplegar las alas, pues Tu brisa siempre sopla para alzarnos por
encima de las dificultades. Te queremos, Jesús. Nos encanta volar
contigo.

48 a mi rey
NO HAY NADA QUE NO MEREZCA TU ATENCIÓN

T
e amo por ser quien eres. Siempre estás dispuesto
a ayudarme hasta en las cosas más insignificantes.
Siempre te muestras cariñoso conmigo, y te lo puedo
contar todo. Aun cuando me sumo en la desesperación, Tú siempre
estás a mi lado. Me tomas de la mano y mucho más.

Siempre me ofreces Tu cálido y tierno amor. En todo lo que hago eres


un apoyo para mí. Si me hace falta un abrazo, ahí estás para dármelo.
Cuando surgen problemas a lo largo del día, sé que estás a mi lado
para ayudarme a resolverlos. Cuando estoy junto a Ti, los afanes
de esta vida se tornan distantes y ridículos. Te muestras deseoso
de acudir a ayudarme hasta con los asuntos que parecen de poca
monta. Me encanta que me eches una mano con las pequeñeces. Me
conmueve ver que te preocupas por los detalles más insignificantes.
Para Ti lo pequeño tiene gran importancia. Que te intereses y me
ayudes en las decisiones que se suponen más intrascendentes es
muestra perfecta de Tu amor inagotable.

a mi rey 49
PUEDO APOYARME EN TI

G
racias, Jesús, por Tu amor tierno, maravilloso y
milagroso. Te agradezco que pueda amarte, y que Tú
me amaras a mí primero. Gracias por Tus afectuosas
misericordias que se renuevan cada mañana.

No comprendo cómo me puedes tratar con tanto amor y clemencia.


Me maravilla. Me llena de gratitud. Gracias por las fuerzas que me
transmite Tu amor.

Estás siempre cerca de mí. Estás presente siempre que tengo una
necesidad o que hay algo que no entiendo, cuando estoy en una
situación crítica, cuando no estoy haciendo otra cosa que lo que
tengo entre manos. Gracias porque puedo depositar plenamente mi
confianza en Ti, apoyar todo mi peso en Ti y sincerarme del todo
contigo.

50 a mi rey
ERES EXTRAORDINARIO

T
e agradezco la gran comprensión y paciencia que tienes
conmigo. Me aceptas y me animas a seguir adelante por
Ti pase lo que pase. Cada vez que te miro y acudo a Ti,
estás a mi disposición. Vienes corriendo hacia mí con los brazos
abiertos para estrecharme fuertemente una vez más y ayudarme a
seguir adelante.

Eres extraordinario. Agradezco de corazón los inestimables


cuidados que me prodigas, la ternura y el amor con que me cuidas,
como si no tuvieras más hijos.

a mi rey 51
AUNQUE NO SEPA EXPRESARME

E
stoy en deuda contigo, porque comprendes mis íntimos
sentimientos. Te agradezco, Jesús, que no tenga que
preocuparme pensando si me comprendes o no. Cuando
me siento incapaz de explicarme debidamente y titubeo en lo
que digo, o cuando no encuentro las palabras indicadas para
expresarme, puedo recostarme aquí y descansar en Ti, con la
seguridad de que Tú le encuentras sentido a lo que digo.

No siempre tengo que emplear palabras para comunicarme


contigo. Tú comprendes todo lo que quiero decir cuando te
desahogo mi corazón.

52 a mi rey
CREES EN MÍ

G
racias por perdonarme cuando me descarrío. Es bueno
saber que el amor, la misericordia y la paciencia que
tienes conmigo no son como los que manifiesto yo a los
demás.

Las veces en que no capto lo que quieres hacerme entender, Tú


aguardas pacientemente. Esperas, te muestras paciente, nunca
pierdes las esperanzas en mí.

Estoy en deuda contigo por la fe que has tenido en mí. Ayúdame


a tener fe en los demás como Tú la has tenido en mí. Te doy
gracias, Señor, porque puedo confiar en Ti sean cuales sean las
circunstancias. Sé que siempre me vas a sacar adelante. Aun
cuando se me han agotado las fuerzas, Tú estás a mi lado para
sostenerme y llevarme a buen puerto. Gracias por la espléndida
manera en que me instruyes y me guías. Desde el Cielo extiendes
Tu mano para asir la mía, y con paciencia me conduces.

a mi rey 53
LO SABES TODO

G
racias por amarme, consolarme, darme alivio y
tranquilizarme. Te ocupas de todas mis necesidades,
deseos y anhelos. Sabes resolver todos los dilemas que
se me presentan. Gracias por estar presente cuando
te necesito. Aun en las ocasiones en que me olvido o no hallo el
momento de abstraerme y pasar un rato a solas contigo, Tú vienes
a recogerme y me llevas a Tu presencia. Sabes aún mejor que yo lo
que me hace falta.

¡Qué amor tan increíble! Es un milagro. Pensar que lo sabes todo


de mí, y aun así me amas. Simplemente me aceptas tal como soy.
Todavía me recibes en Tu brazos y me amas una y otra vez. Nunca
te cansas de mí. Nunca te das por vencido conmigo. Siempre
albergas esperanzas para mí. ¡Qué milagro de amor! Te quiero,
Jesús.

54 a mi rey
NO HAY NADA FUERA DE TU ALCANCE

N
o hay nada que Tú no puedas hacer. No hay nadie
a quien no ames. No existe pensamiento que
desconozcas ni palabra que no hayas oído. No hay
nada que no hayas visto ni emoción que no hayas sentido. No hay
pesar que no puedas aliviar ni dolencia que no puedas sanar.

¡Qué maravilloso que seas capaz de todo eso! ¡Qué increíble, qué
fascinante, qué amoroso! Lo más notable de todo es que Tú —que
puedes hacer todo eso, el Creador de todas las cosas— me quieres,
velas por mí y haces todo eso solamente por mí, por la sencilla
razón de que me amas.

a mi rey 55
SOMOS UNO

M
i Señor, mi Dios, el amor de mi vida, te alabo por el
intenso cariño que me has manifestado. Te agradezco
la infinita paciencia que has tenido conmigo. Tu amor
y Tu misericordia no conocen límites. Cuando me siento distante,
me tomas y me acercas a Ti. Aun cuando estoy impaciente, me
demuestras inagotable paciencia. Gracias por prometerme que no
me dejarás ni me desampararás.

Busco maneras de expresarte el amor que albergo por Ti. Me


despierto en la mañana pensando en Ti. Por la noche me duermo
suspirando por estar en Tu presencia. Me fascina estar contigo.

En los ratos de comunión que pasamos por la mañana, Tú y yo nos


fundimos en uno. Te alabo y te doy gracias por esos momentos a lo
largo del día en que puedo hacer una pausa y dirigir todo mi amor
y mi atención hacia Ti, mi salvador, mi libertador, mi vida. Lo eres
todo para mí.

56 a mi rey
Cuando uno se siente deprimido, desanimado o falto
de motivación, ¡no hay nada como ponerse a alabar!
Si quieres ser más optimista y feliz, participa de los
A MI
Rey
renovadores beneficios de dirigir alabanzas al Rey de reyes,
Jesús. Con estas breves y originales oraciones te resultará
muy fácil. A cualquier hora del día o de la noche, escoge

A MI REY
una y léela. Te servirán de punto de partida para manifestar
agradecimiento al Señor con tus propias palabras. La
alabanza puede cambiar radicalmente tu actitud ante la
vida y tu relación con Dios.
¡Merece la pena alabar al Creador!

I SBN 3 - 03730 - 151 - 1

9 783037 301517

Sentidas expresiones de alabanza y acción de gracias

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