LOGARITMOS

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ESCUELA UNIVERSITARIA DE

INGENIERIA CIVIL DE TEXCOCO

MATERIA: MATEMÁTICAS.

PROFESOR: EVA AGUILAR REYES.

ALUMNA: ALVAREZ RAZO ALONDRA


ESTEFANIA.

1° “A” TURNO: MATUTINO.

“POLIGONAL”

1
INDÍCE.
INTRODUCCIÓN…………………………………………………….3

DESARROLLO………………………………………………………4

CONCLUSIÓN……………………………………………………….7

FUENTES…………………………………………………………....8

ANEXOS

LOGARITMOS………………………………………………………9

IDENTIDADES TRIGONOMETRICAS…………………………..10

2
INTRODUCCIÓN.
En este proyecto estaremos abordando temas importantes, relacionados a la
geometría, trigonometría y angulos, siendo temas de gran importancia los cuales
nos ayudaran a realizar diferentes trazos en AUTOCAD y poder llevar a cabo ciertos
puntos y abarcando un tema llamado “poligonales”.

Para tener una idea mas clara de todo esto mencionaremos lo siguiente:

La relación que contiene funciones trigonométricas, es válida para

todos los valores del ángulo en los que están definidas estas funciones.

Ejemplo:

1) Sec x (cos x) =1
2) Sen2 x + cos2 x=1
3) Cos x (tan x) (csc x) =1

Para deducir estas identidades, se debe tener en cuenta el círculo

trigonométrico cuyo radio es igual a la unidad; las líneas trigonométricas y el


Teorema de Pitágoras (c2= a2+b2).

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DESARROLLO.

CALCULOS:

LADO. (I) ANGULOS


A= 1.81 𝑐𝑜𝑠−1(−(𝑎)2+(𝑏)2+(𝑐)2)
α=
2bc
cos−1 (−(1.81)2+(3.95)2+(5.38)2
α=
2(3.95)(5.38)
α= 13.82°
B= 3.95 𝑐𝑜𝑠−1(−(𝑏)2+(𝑎)2+(𝑐)2)
β=
2ac
cos−1 (−(3.95)2+(1.81)2+(5.38)2
β=
2(1.81)(5.38)
β= 31.43°
C=5.38 𝑐𝑜𝑠−1(−(𝑐)2+(𝑎)2+(𝑏)2)
γ=
2ab
cos−1 (−(5.38)2+(1.81)2+(3.95)2
γ=
2(1.81)(3.95)

γ = 134.74°

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LADO. (II) ANGULOS
A= 1.81 𝑐𝑜𝑠−1(−(𝑎)2+(𝑏)2+(𝑐)2)
α=
2bc
cos−1 (−(1.81)2+(6.40)2+(8.13)2
α=
2(6.40)(8.13)
α= 4.22°
B= 6.40 𝑐𝑜𝑠−1(−(𝑏)2+(𝑎)2+(𝑐)2)
β=
2ac
cos−1 (−(6.40)2+(1.81)2+(8.13)2
β=
2(1.81)(8.13)
β= 15.11°
C=8.13 𝑐𝑜𝑠−1(−(𝑐)2+(𝑎)2+(𝑏)2)
γ=
2ab
cos−1 (−(8.13)2+(1.81)2+(6.40)2
γ=
2(1.81)(6.40)

γ = 160.66°

LADO. (III) ANGULOS


A= 8.13 𝑐𝑜𝑠−1(−(𝑎)2+(𝑏)2+(𝑐)2)
α=
2bc
cos−1 (−(8.13)2+(13.67)2+(18.10)2
α=
2(13.67)(18.10)
α= 25.02°
B= 13.67 𝑐𝑜𝑠−1(−(𝑏)2+(𝑎)2+(𝑐)2)
β=
2ac
cos−1 (−(13.67)2+(8.13)2+(18.10)2
β=
2(8.13)(18.10)
β= 45.34°
C= 18.10 𝑐𝑜𝑠−1(−(𝑐)2+(𝑎)2+(𝑏)2)
γ=
2ab
cos−1 (−(18.10)2+(8.13)2+(13.67)2
γ=
2(8.13)(13.67)

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γ = 109.62°

LADO. (IV) ANGULOS


A= 10.46 𝑐𝑜𝑠−1(−(𝑎)2+(𝑏)2+(𝑐)2)
α=
2bc
cos−1 (−(10.46)2+(13.08)2+(18.10)2
α=
2(13.08)(18.10)
α= 34.69°
B= 13.08 𝑐𝑜𝑠−1(−(𝑏)2+(𝑎)2+(𝑐)2)
β=
2ac
cos−1 (−(13.08)2+(8.13)2+(18.10)2
β=
2(8.13)(18.10)
β= 40.84°
C= 18.10 𝑐𝑜𝑠−1(−(𝑐)2+(𝑎)2+(𝑏)2)
γ=
2ab
cos−1 (−(18.10)2+(10.46)2+(13.08)2
γ=
2(10.46)(13.08)

γ = 104.4°

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CONCLUSIÓN.
Hemos visto que cada trazo debe de ser correspondiente a lo dicho por la profesora,
ya que si no es así cada calculo puede salir erróneo, o simplemente no salir, el
ángulo nos ayuda a saber la distancia que puede haber de un punto a otro y la forma
de abertura de cada trazo, en este caso de un triángulo, formando así una poligonal.

Los cálculos deben estar hechos de forma correcta y utilizando los ciertos tipos de
identidades vistas en el curso, como ya se menciono antes este tipo de identidades
tuvieron las siguientes características.

1. Se debe partir del lado más complejo y transformarse en el lado más

sencillo.

2. Sustituir las funciones: tangente, cotangente, secante y cosecante en

función de seno y coseno.

3. Realizar las operaciones algebraicas.

4. Tienen como objetivo, el otro lado de la identidad, para hacer las

sustituciones necesarias para llegar a este lado.

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FUENTES.

* Arquímedes Caballero, Lorenzo Martínez, Jesús Bernárdez (1976). Tablas


Matemáticas. Esfinge, México.

* Collette, Jean Paul (1986). Historia de las Matemáticas I -México, Siglo XXI
ediciones.

* Edwards, Charles Henry (1937). The Historical Development of the Calculus.


Springer-Verlang, New York, 1979. [4] Newman, James R. (1994) - Sigma El Mundo
de las Matemáticas - Barcelona, Grijalbo.

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LOGARITMOS.
Los orígenes del descubrimiento, o invención, de los logaritmos se remontan hasta
Arquímedes, en la comparación de las sucesiones aritméticas con las geométricas.
Para comprender tal comparación escribamos, por ejemplo, las siguientes dos
sucesiones:

1 2 3 4 5 6 7 8 9
2 4 8 16 32 64 128 256 512

A los números de la primera sucesión, que es aritmética, los llamaremos logaritmos;


a los de la segunda sucesión (la de abajo), que es geométrica, los llamaremos
antilogaritmos.

La regla de Arquímedes, según expresa Hoeben, dice que "para multiplicar entre sí
dos números cualesquiera de la sucesión de abajo, debemos sumar los dos
números de la sucesión de arriba situados encima de aquellos dos. Luego debe
buscarse en la misma sucesión de arriba dicha suma. El número de la sucesión
inferior que le corresponda debajo será el producto deseado".

Esta comparación de dos sucesiones vuelve a aparecer en el siglo XVI, en los


trabajos de un matemático alemán, Miguel Stifel (1487-1567), quien publicó en
Nuremberg su "Arithmetica integra" en el año 1544. En esta obra se encuentra por
primera vez el cálculo con potencias de exponente racional cualquiera y, en
particular, la regla de la multiplicación: m nmn aaa , para todos los números
racionales n, m.

Stifel da también la primera tabla de logaritmos que existe, aunque en forma muy
rudimentaria. Contiene sólo los números enteros desde -3 hasta 6, y las
correspondientes potencias de 2:

-3 -2 -1 0 1 2 3 4 5 6
1/8 1/4 1/2 1 2 4 8 16 32 64
A los números de la sucesión superior los denominó exponentes.

Pero para hacer realmente aplicables los logaritmos al cálculo numérico, le faltaba
a Stifel todavía un medio auxiliar importante, las fracciones decimales; y sólo cuando

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se popularizaron éstas, después del año 1600, surgió la posibilidad de construir
verdaderas tablas logarítmicas

Napier fue el inventor de la palabra logaritmo (del griego "logos", razón, y "arithmos",
número: número de razones, pues en el caso de ser el logaritmo un número entero,
es el número de factores que se toman de la razón dada (base) para obtener el
antilogaritmo. Además, introdujo los logaritmos mediante una concepción
cinemática, cuyo origen, según él se imaginaba, era un movimiento sincrónico, una
especie de fluctuación entre dos sucesiones.

Sean un segmento AB y una semirrecta HF. Supongamos que los móviles c e i


parten simultáneamente de A y H con la misma velocidad inicial y en dirección a B
y F, respectivamente (ver Figura 1).

Stifel propuso dos sucesiones: una


aritmética (que llamamos logaritmos) y otra geométrica (que llamamos
antilogaritmos). Pero esta primitiva tabla de logaritmos y antilogaritmos no es
suficiente para poder llevar a cabo multiplicaciones y otras operaciones, a no ser
que sea posible ampliarla y completarla de modo que comprenda todos los números
cuyo producto se desea obtener. Para distinguir los logaritmos correspondientes a
una determinada sucesión geométrica, de los logaritmos correspondientes a otra
sucesión geométrica, designamos por a la base de la sucesión y escribimos esta a
como adjetivo matemático en la parte inferior derecha, para señalar qué tablas de
logaritmos estamos usando.

El logaritmo de un número p en una cierta base a es el exponente al que debe


elevarse la base a para obtener dicho número p. Análogamente, si m es el logaritmo
de p en una base a, entonces p es el antilogaritmo de m en dicha base. En símbolos:

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Pero para poder aceptar esta interpretación del logaritmo debe comprobarse que se
cumpla la propiedad fundamental, por la cual el logaritmo del producto es la suma
de los logaritmos de los factores; lo que puede demostrarse muy fácilmente. Este
último análisis se corresponde también con el proceso histórico. En el año 1650,
gracias a los adelantos en geometría analítica y en el cálculo infinitesimal, pudo
llegarse a los resultados anteriores. Con estos descubrimientos, de principios del
siglo XVII, se lograron efectuar operaciones que anteriormente ni siquiera podían
pensarse.

A inicios del siglo XVIII el gran matemático Leonard Euler descubriría las profundas
relaciones entre la función exponencial ax = b y su inversa. log bx a

En palabras de Egmont Colerus: Sin embargo, aún no se sospechaba que el nuevo


método calculístico, sobre todo en sus últimos principios constructivos,
simultáneamente se transformaría en eje de toda la Matemática infinitesimal. Nadie
pensaba aún en que la función logarítmica se habría de transformar en un puente
tendido sobre el camino que lleva a la solución de integraciones, aparentemente
insolubles. Y menos aún se pensaba en el futuro del mágico número e, para el
cálculo de intereses y de probabilidades.

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