Una Conversacion Con Natalie Zemon Davis

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LA EMOCIÓN DEL DIÁLOGO CON LA GENTE DEL PASADO.

UNA CONVERSACIÓN CON NATALIE


ZEMON DAVIS
Author(s): Mary Nash and Juan Salvador García Puig
Source: Historia Social, No. 75 (2013), pp. 65-94
Published by: Fundacion Instituto de Historia Social
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/23496316 .
Accessed: 31/01/2015 10:57

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LA EMOCIÓN DEL DIÁLOGO CON LA
GENTE DEL PASADO. UNA CONVERSACIÓN
CON NATALIE ZEMON DAVIS

Mary Nash

Natalie Zemon Davis nació en Detroit el 8 de noviembre de 1928 y se doctoró en la Uni


versity of Michigan en 1959. Ha impartido docencia de Historia en Brown University,
University of Toronto, University of California at Berkeley, l'Ecole des Hautes Etudes en
Sciences Sociales en Paris, Whitney Humanities Center, Yale University, Balliol College
Oxford, y ha sido profesora de Princeton y en la University of Toronto. Es Henry Charles
Lea Prof essor of History Emeritus en Princeton University y desde 1996 Northrop Frye
Visiting Professer of Literary Theory en la University of Toronto. Reconocida como una
de las mayores exponentes de la 'nueva historia social', de impronta antropológica y cul
tural, sus contribuciones han sido decisivas a la hora de definir la microhistoria.

Mary Nash, irlandesa de nacimiento, es catedrática de historia contemporánea en la

Universitat de Barcelona, donde se doctoró en 1977. Especializada en historia de las mu


jeres, ha realizado notables contribuciones al estudio de las representaciones de género y
de la diversidad cultural. Integra el Consejo de redacción de Historia Social desde su fun
dación en 1988}

Mary Nash: En ocasiones ha subrayado su pasión por la Historia, tal como Denis
Crouzet tituló el libro en el que sostenía con él un largo diálogo.2 ¿Puede decirnos qué ha
significado escribir e investigar Historia para usted durante su larga carrera?

Natalie Zemon Davis: La Historia ha supuesto un placer. A lo largo del tiempo ha


llenado mi vida de expectación y emoción. Conforme elegía los proyectos en los que que
ría trabajar y comenzaba a investigar, en ocasiones, por supuesto, hubo algunas decepcio
nes, cuando no encontraba lo que esperaba. Pero parte del reto, de la emoción de trabajar
la Historia, consiste en hacer que aquellas personas que aparecen en los documentos to
men vida. Parte de la emoción reside en la superación de obstáculos. Cuando uno se entera

1 La tuvo lugar en el Hotel Santa Isabel, La Habana Vieja, el 25 de febrero de 2011


presente conversación
en el marco de la actividad "Hacer hablar a los documentos: una práctica de investigación sobre Cuba y el Mun
do Atlántico", organizada por Reinaldo Funes (Fundación Núñez Jiménez), Jean Hébrard (EHESS) y Rebecca
J. Scott (Michigan University) en el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, La Habana.
2 L'histoire tout Albin Michel, Paris, 2004 [Pasión por la
feu tout flamme. Entretiens avec Denis Crouzet,
Historia, PUV-EUG, Valencia, 2006],

Historia Social, n.° 75, 2013, pp. 65-94. 65

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de que no hay una fuente aquí para estudiar a un viajero musulmán o no hay una fuente
allá para estudiar un esclavo, piensas: ¿cómo puedo superar ese obstáculo, ese silencio, en

el camino?, ¿dónde puedo encontrar otra fuente? Parte de la emoción ha estado en la bús

queda de maneras de descubrir. Después está el reto de organizar, de averiguar qué signifi
ca todo esto, decidir la forma de escribir y luego escribir. Escribir es siempre muy difícil,
pero al mismo tiempo es un placer. Así que parte del placer ha consistido en disfrutar del
proceso de realizar la investigación y en escribir. Otra parte de la pasión ha sido mi con
vencimiento de que la Historia es muy importante. Es importante entender el pasado, re
solver los enigmas del pasado. Puede ser una delicia, o al menos interesante para muchos
leer sobre la Historia y así cambiar la manera en que la entienden. Puede ayudar a que las
personas lleguen a entender otras partes del mundo. Es un medio de comunicación entre
yo misma, como historiadora, la gente del pasado y las personas del presente y, de alguna
manera, anticipa el futuro. Así que en ese sentido, es un diálogo múltiple, de una materia
importante, a veces trágica, pero siempre interesante, que alimenta también la pasión por
la Historia.

Nash: De hecho ha relacionado el pasado en su dimensión como mujer, como histo


riadora y como persona. ¿Hay diferencias entre uno y otro en esa especie de camino hacia
el futuro?

NZ Davis: Sí. Cuando me introduzco en el pasado como mujer y como persona, pon
dría estos dos aspectos juntos en cierto modo, esto me sugiere ciertas preguntas que no me

preocuparían si enfocara el trabajo simplemente como historiadora. Me proporciona cier


tas formas de empatia e interés en la vida que son diferentes. Me explico: mi interés por
las mujeres del pasado se introdujo en mi vida sobre todo después de que me convirtiera
en madre, y esto me hizo reflexionar, no sólo en mí, sino en otras mujeres lo que significa
ba ser madre, académica, trabajadora y docente. Siempre ocupada, con una agenda apreta
da. ¿Cómo combinar todo eso? No olvidemos que se trataba de una sociedad, de los años
'50 y '60, en un mundo universitario donde las mujeres no siempre eran bien recibidas, in
cluso peor si estaban casadas, y peor aún si tenían hijos. Así que en parte fueron las expe
riencias de mi propia vida las que me hicieron abrir los ojos a las cuestiones que había ig
norado en el pasado. No se trató solamente de esta lucha diaria, también influyó la

experiencia de criar. La maternidad me hizo estar atenta a estos temas en el pasado, a la


maternidad. No fue sólo la búsqueda de puntos de resistencia de las mujeres. Podríamos
resumirlo diciendo que era también una cuestión de interesarse por los temas de la familia,
las mujeres y las relaciones de género. Esto se convirtió en algo mucho más central en mi
pensamiento después de ser madre y que tuviera que pensar yo misma estas cosas. Encon
traba signos de problemas similares en el pasado: "Este es un tema importante", me decía.
Así sentí una especie de empatia con estos temas.
En cuanto a la dimensión como persona, distinguiéndose del género, asociaba mis
trabajos de investigación a mis propios intereses y esperanzas, esperanzas políticas que
han cambiado con el tiempo pero todavía están infundidas por la esperanza de hacer del
mundo un lugar más justo, un lugar más pacífico, un lugar donde la generosidad, algo que
observo en el pasado, pueda florecer. Intentar insertar generosidad de nuevo en el mundo
es en parte lo que me ha hecho buscar no sólo signos de opresión, lucha, resistencia, domi
nación, revuelta, todo esto en el pasado, sino también he buscado señales de generosidad,
reciprocidad, de visión extraordinaria. Así que yo diría que estos intereses no surgieron
simplemente por el hecho de ser historiadora. Realmente surgen de la forma de entender la
vida y han alimentado mi trabajo como historiadora, al sugerir preguntas sobre las que pu
66 diera trabajar, los temas que podía tomar, formas de ver el pasado. Dicho de manera más

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sencilla: nosotros los historiadores tenemos ciertas reglas para nuestro trabajo, formas de

fijarnos en los documentos, maneras de interpretar documentos, formas de escribir sobre


ellos e independientemente de nuestros sentimientos, dejamos que la historia salga tal y
como dictan sus fuentes. Estoy al tanto de todas las teorías posmodernas. Soy completa
mente consciente de que al interpretar fuentes de alguna manera impido que los personajes
hablen verdaderamente por sí mismos. Incluso escribí un libro, que quizás recuerdes, Fic
tion in the Archives.3 Soy consciente de ello.
En definitiva, incluso con la plena realización del input de nuestra propia lengua y
nuestras propias percepciones sobre nuestras fuentes, aún debemos esforzarnos para dejar
a un lado lo que preferiríamos que fuera la situación. Por ejemplo, en lo que se refiere a
una mujer que estás estudiando o un determinado movimiento político con el que no estás
de acuerdo, dejas estos sentimientos completamente a un lado, incluso cuando estás obser
vando la lucha entre personas muy desagradables que victimizan a terceros. Simplemente
tienes la tarea de tratar de entender dónde se sitúan los diferentes personajes, independien
temente de lo demás, y te has de limitar a contar la historia de la manera más equilibrada y
objetiva que puedas, y si enuncias alguna opinión, ante todo ha de partir de alguno de
ellos, de alguno de los personajes históricos. Me siento feliz si puedo encontrar algún per
sonaje que dice algo que coincide con mi propia evaluación crítica, pero ha de ser él, no
puedo ser yo. Y tengo que ser lo más justa que pueda. Así es como esta riqueza tan gran
de, este recurso que proviene de la perspicacia que tiene una como mujer, como persona,
alimenta la perspicacia de las preguntas formuladas. Pero esto no puede determinar la for
ma en que se escribe sobre la Historia, no puede determinar la forma en que se escribe so
bre ella como historiadora: hay mucho más en juego en la formulación del producto final.

Nash: Ha descrito su profesión de historiadora como la de alguien en una aventura.


Le escuché ayer diciendo justamente esto. Cuando habla de ser una aventurera, ¿se refiere
a la investigación, a la búsqueda de las fuentes, o se trata de las imperfecciones de su ex
periencia como historiadora en la búsqueda de más fuentes? ¿Cómo define ser una aventu
rera de la Historia?

NZ Davis: Bueno, para mí es una búsqueda. Es la búsqueda de las fuentes, la bús

queda de enterarse de la gente. A menudo esto implica también pragma. Al intervenir

como buscadora, que es precisamente lo que era al desarrollar mi investigación en el Ar

chivo Nacional de Cuba, encontré algo fascinante acerca de un propietario de una planta
ción cubana que podría aplicar a otros dueños de plantaciones en Surinam, que es mi tema
actual. Así que incluso en este caso, ha sido la aventura de descubrir algo en un lugar nue
vo, encontrarlo con nuevas personas, no solo las personas que surgieron a partir de los tex

tos de los archivos, sino también con gente nueva en los archivos: los bibliotecarios, el ar

chivista, los jóvenes que se comunican con nosotros, los académicos. Se trata de la vida
humana que rodea la búsqueda.
Al pensar en España, recuerdo cuando llegué a Barcelona por primera vez. Fue para
dar una conferencia en lugar de ir a los archivos. A continuación, un encuentro fortuito me
enseñó mucho sobre la investigación que se estaba realizando en esos momentos, a nivel
conceptual. Ah, una de las grandes aventuras que tuve, si me permites desviarme un poco,
tiene una especie de conexión entre las fuentes y el lugar. Dos instancias de esto se produ
jeron en España, cuando estaba trabajando en mi libro titulado Trickster Travels. A Sixte

3 Fiction in the Archives. Pardon Taies and their Tellers in Sixteenth Century France, Stanford University
Press, Stanford, 1987. 67

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enth-Century Muslim Between Worlds,4 un libro sobre Hasan al-Wazzan, aunque en Euro

pa se le conoce como León el Africano dado que el Papa León X lo bautizó como Giovani

Leoni. Esto está relacionado con dos aventuras maravillosas. Quería ver Granada, para
empezar, no porque pensara que hubieran fuentes allí, sino porque al-Wazzan había nacido
allí y, aunque ni Granada ni la Alhambra del siglo xxi no se parecen en nada a la Granada
musulmana de su época del siglo xv, bueno quizás no debería decir que no se parecen en
nada..., digamos que no son iguales. Sin embargo, quería ver el aire, el ambiente, las ten
dencias. Quería ver el residuo que queda. Y entonces, aunque yo no había ido necesaria
mente allí para realizar investigación de archivo, encontré unas fuentes maravillosas en la
biblioteca de la Universidad de Granada que me ayudaron a lo largo del proyecto. Del
mismo modo, me fui a Madrid. Había completado la mayor parte de mi investigación. Pre
senté el material ante los estudiosos, Mercedes García-Arenal y su joven colega maravillo
so, Fernando Mediano, que estaba trabajando sobre las familias en el norte de África, en
Fez. En este intercambio con ellos, verás que esto es parte de la aventura, obtuve todo tipo
de ideas nuevas, especialmente relacionadas con la estructura familiar y los patrones de
matrimonio, ideas que podría utilizar para al-Wazzan. Luego fui a la Biblioteca Nacional
de Madrid. Pensaba que prácticamente había terminado mi investigación, pero fui a mirar
una copia en la sección de Libros Raros del Gran Libro de Africa de León el Africano,
como se le llama en Europa. Miré el texto en la edición latina del siglo xvi, porque siem
pre me gusta mirar libros en varias bibliotecas a pesar de que ya lo haya leído una vez,
para ver si hay algo, cualquier firma, de nuevo esto es parte de la aventura: ¿quien ha leído
este libro antes? Así que leí el libro y descubrí que había sido utilizado por un Inquisidor a
mediados del siglo XVII. Así que era un libro del siglo xvi, que estaba en mis manos, una
gran edición en tamaño folio, que había estado en manos de un Inquisidor español del si
glo xvn y que había marcado este libro por todas partes: había tachado cosas, había subra
yado, y en la portada había escrito: "Prohibido en todo". Bueno, esa fue una fuente mara
villosa para mí. Lo considero una aventura, ese momento de descubrimiento. Fue tan
importante que incluso lo pude utilizar para cerrar mi libro. Necesitaba un buen cierre.

Quería un cierre que emocionara. Necesitaba un poco de emoción para el final de este li
bro. Así que utilicé la información de ese libro impregnado por el Inquisidor español.
También me lo encontré cuando regresé a Toronto. Averigüé que había sido puesto en un

índice de libros prohibidos en España. Así que tuve la oportunidad de usar toda esta infor
mación diciendo que, de alguna manera, fue positivo que el libro de al-Wazzan en África
hubiera provocado ese tipo de reacción. Había algo resistente y novedoso en torno al libro

que tanto había molestado. Por lo tanto, esa es la aventura. Es la investigación, es la gente,
y una conexión nueva con el pasado, que es decir mucho.

Nash: ¿Podría decirnos qué significa para usted ser una historiadora estadounidense
que comenzó a trabajar en la historia europea, en Francia específicamente, aunque luego,
de alguna una manera, haya abandonado esa historia...?

NZ Davis: ...Sí.

Nash: ...Entonces, quería preguntarle si usted ha sido una outsider o alguien "en me
dio de dos culturas", al igual que [Edward] Said. ¿Esto ha alterado su forma de interpretar
la Historia1?

4
68 León el africano. Un viajero entre dos mundos, PUV, Valencia, 2008.

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NZ Davis: Me permito añadir, por cierto, que ahora tengo la doble nacionalidad.
Desde 2007 soy a la vez ciudadana de Canadá y de Estados Unidos. Pero es cierto, me crié
en los Estados Unidos. Esto ha sido, creo, una parte de mi enfoque desde el principio. Pero
en el sentido de querer entender lo que significa "estar dentro". Es decir, la única manera
que vas a ser capaz de escribir sobre la gente es trabajar tan duro como puedas para enten
der su mentalidad, cuáles son sus intereses, cómo perciben sus intereses, que en cierto
modo hay que entrar como decía antes, pero siempre he percibido un cierto distanciamien
to: cuando estaba trabajando en la historia de Francia, era una americana. Nunca estuve in
teresada en un estudio global de la historia nacional de Francia, nunca. No me opongo a
las personas que hacen este tipo de estudio de la Historia, que continúan haciendo análisis
de la Historia dentro de un marco nacional. Puedo entender que esto es parte del pasado y
no creo que sea el único enfoque que debemos trabajar, pero creo que es un enfoque que
sigue teniendo sentido político, incluso una opinión y a veces constituye un marco impor
tante para estudiar Historia, pero ese nunca fue mi interés. Ya en la década de los '50,
cuando empecé a trabajar en mi tesis doctoral no fue así. Cuando elegí un tema sobre la
Reforma Protestante francesa y las dificultades de los artesanos, no estaba interesada en
Francia. Estaba interesada en un nuevo enfoque para la comprensión de la Reforma. Era

una "extranjera" por dos razones: en primer lugar no era francesa, y no me interesaba...,
bueno, personalmente me encanta Francia como país, pero no me interesaba como histo

riadora; y en segundo lugar, estaba tomando un tema en la historia protestante en un mo


mento, a principios de los años 50, en que la historia de la Reforma Protestante era estu
diada por los protestantes del mismo modo que la historia católica estaba siendo analizada
por los propios católicos, así que no era muy buena. Bueno, no estaba mal, pero estaba

siendo realizada por personas que tenían "algo que decir" al respecto. Yo no tenía ninguna
creencia religiosa en particular, aportaba frescura. No tenía una razón religiosa para incli
narme hacia un lado u otro, a pesar de que a principios de los años 50 todavía elegía los te
mas históricos que me interesaban en términos de fuerzas progresistas. Podría haberme
sentido un poco más atraída por las motivaciones de los protestantes, pero no me sentía

comprometida. Así que había un deseo simultáneo de entender lo máximo que pudiera:
como los actores, quería comprender las cosas con toda su complejidad y a la vez ser ca
paz de mantener mi objetividad. Luego, con los años, incluso en el trabajo que he realiza
do sobre mujeres..., quiero decir, soy mujer pero incluso ahí es importante ser capaz de dar
un paso hacia atrás para poder distanciarte del propio rol que tienes, de modo que a) uno
puede observar las diferentes variedades de mujeres, porque hay muchos tipos, y b) uno
puede ver las cosas desde el punto de vista del hombre en cuestiones en las que existen

conflictos, para ver o aceptar todo tipo de situaciones que puedan surgir.
A continuación, llegó mi gran salto en términos de ubicación geográfica y cultural.
Cuando realmente me decidí a no dejar permanentemente Europa, sino a tomar temas que
no fueran europeos, porque seguí haciendo algunos temas europeos, pero asumí un com

promiso muy fuerte al tratar de estudiar los sujetos coloniales y también el mundo del Is
lam. En este caso, podía observar como una outsider, desde fuera, a los africanos que fue
ron llevados a Surinam o la esclavitud en el norte de África con al-Wazzan. Desde fuera
aunque tenía lazos familiares, es decir: mi hija hizo su tesis doctoral sobre Marruecos, que
es el lugar donde al-Wazzan se trasladó tras su salida de Granada, y mi hija se introdujo
mediante el matrimonio en una histórica familia tunecina. De hecho, con Sudáfrica tam
bién tengo relación ya que mi hijo se casó con una chica que había emigrado a Canadá
desde Johannesburgo. Así que tenía parentesco con estas áreas. Y en realidad no era una

extraña del todo, tenía una cierta inclinación hacia estas áreas. Por supuesto, soy canadien
se. Venía de América. Pero creo que pondría mi relación con ellos en un plano algo dife
rente al de mi relación con Francia porque aquí la cuestión de la identificación tiene que 69

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ver con el hecho de ser parte de una sociedad imperial. Es cierto que Canadá es parte del
Imperio Británico, pero en este caso es más importante el hecho de haberme criado en los
Estados Unidos, y que este país sea una potencia imperial. Hacía que fuera considerada
como alguien del mundo imperial como tantos otros estudiosos de la Historia Postcolonial
con ganas de escribir la Historia desde Occidente, aunque yo no la defino de esta manera...
Empecé a trabajar en al-Wazzan en 1995 pero me decidí a hacer un libro monográfico
sobre él justo después del 11 de septiembre [de 2001]. Del mismo modo, estoy trabajando
en el tema de la esclavitud siendo una persona cuyos antepasados fueron esclavos una vez,
hace mucho tiempo, en Egipto. Así, en ambos casos, se puede considerar no como una
opinión americana, desde la cultura dominante o una postura política de continuidad. Es
toy estudiando temas en los que los puntos de vista político de ciertas personas, ya de en
trada, se consideran sospechosas, no las mías. Aquí he tomado mi posición como una forá
nea de una manera un poco diferente. No había pensado en esto últimamente, pero en
primer lugar tenía la necesidad de ser aceptada como historiadora, siendo neófita en este
campo, conseguir ser aceptada y comprendida como persona, que se me viera como al
guien no sospechosa.
Mientras estoy respondiendo esta pregunta, tengo que admitir que no había pensado
en esto en relación a mi nuevo trabajo. Déjame que te dé un ejemplo de una de las cosas
que me permitieron sacar lo mejor de al-Wazzan: afrontar la cuestión de ser "extraña",
outsider, pero no ser tan ajena como para no ser aceptada por ellos. Puedo llevar a cabo mi
investigación sencillamente como una persona que es parte de una nación imperial y parte
de un país que es constituyente de la Commonwealth Británica. De hecho, en cierto modo
pensé que llegar como "nueva" tenía ciertas ventajas, porque significaba que no estaba in
volucrada en muchas disputas académicas que, además, no consideraba que fueran impor
tantes. Simplemente ignoré estas disputas. No necesitaba estar a favor de esta interpreta
ción en particular de Marruecos frente a aquella. Simplemente tenía que introducirme en
mi trabajo. Así que eso fue una ventaja.
Volviendo al hecho de querer ser aceptada en algún lugar como una persona entre dos
culturas, cuando me invitaron a Marruecos para hablar sobre al-Wazzan, en francés, no re

cuerdo si fue en Rabat o en Casablanca, me sentí muy, muy feliz y, de hecho, cuando di mi
charla tuve una conversación muy interesante. En primer lugar, esto se produjo antes de

que mi libro hubiera salido en francés, así que no habían tenido la oportunidad de leerlo.
Sabían de su existencia en inglés. Reflexioné mucho sobre qué cosas podía decir sin herir
susceptibilidades. Verás, al-Wazzan, el hombre sobre el que había escrito el libro, tuvo que
convertirse al cristianismo por un tiempo. Esto lo interpreto como una estrategia, no como
una conversión totalmente falsa, pero era sobre todo estratégica ya que le permitió escribir
para los europeos durante diez años sobre el mundo que había dejado atrás. No sabía cómo
este musulmán, en Marruecos, independientemente de la formación avanzada que
grupo

pudieran tener como académicos de la universidad, lo aceptaría, porque durante mucho


tiempo había habido un largo silencio al respecto.
Las cosas han cambiado ahora, y soy en parte responsable de ese cambio. Pero allí
estaba yo. Todavía recuerdo lo asustada que estaba, ¡y eso que soy una veterana! A lo lar
go de mi vida he investigado durante años por todas partes del mundo, y aún así pensaba:
"Oh, ¡qué asustada estoy! ¿Qué van a decir?". Al final creo que hallé la mejor forma de
afrontar el tema y exponerlo. Me decidí a hacer la comparación entre la última parte de mi
libro, en realidad el epílogo de mi libro sobre la censura, la censura del inquisidor español.
Preparé mi conferencia sobre al-Wazzan en Casablanca mostrando diversas formas que
ilustraran que compartían ciertas perspectivas sobre el mundo a pesar de partir de diferen
tes culturas y ambos, en cierto sentido, quería encontrar la forma de estar "en el medio".
Ahí estoy yo, tratando de hacer lo mismo y los asistentes reaccionaron de manera similar. 71

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Realmente les gustó la conferencia y la gente incluso se puso de pie y dijo después: "Don
de podemos hoy encontrar a gente como al-Wazzan?". Mencionaron a Edward Said como
un ejemplo.
Como último ejemplo en relación a al-Wazzan, el año pasado me invitaron a Casa
blanca para dar una charla y esta vez fue concretamente ante un grupo de estudiantes y sus
profesores. Formaban parte del Máster de lengua francesa. Así que entendían muy bien el
francés. Algunas de ellas iban con velo, en cambio otras iban con la cara descubierta. No
había ningún problema. En fin, di mi charla y como habían leído un poco del libro previa
mente, formularon algunas preguntas y se produjo una gran conexión entre todos. Veían
las cosas de manera diferente a mí. Estaban muy interesadas en la "cultura de entremezcla

postcolonial" y estaban interesadas en saber lo que quería decir con "entrelazamiento de


culturas". Esto significó muchísimo para ellas. Aún mantengo correspondencia regular
con la profesora de esa clase. Y con respecto a Surinam, estoy empezando a encontrarme

en esa misma situación, tratándose de una persona que está observando la esclavitud.

Nash: Quería hablar sobre su enfoque cuando escribe. Como historiadora, tiende a fi
jarse en las personas y no en los grandes acontecimientos y a menudo parece muy cautiva
da por los relatos de las personas, sobre todo por personas anónimas. ¿Cómo es eso? ¿Por
qué escoge personas desconocidas y por qué prefiere estudiar personas en lugar de grandes
eventos?

NZ Davis: En primer lugar, acerca del anonimato, sólo para empezar, desde el princi
pio, y en parte influenciada por mis ideas políticas de la época, que eran muy de izquier
das, estaba interesada en la gente trabajadora. En parte porque el campo tenía esta caren
cia, en especial estudios sobre la Reforma y demás, hay un gran vacío con respecto a
ciertos temas acerca del papel de la clase trabajadora. En otras palabras, no estaba sólo in
teresada en la vida de los trabajadores y sus sindicatos. Quería ver cómo esto pudo tener
influencia en los grandes eventos como una Reforma. Así que fue una cosa doble: quería
describir la vida de las personas trabajadoras, su lucha, y ver cómo esto podría ayudarnos
a dar otra perspectiva, eso es el número uno. Número dos -y esto nos hace volver a mis

sentimientos, a lo que me preguntabas anteriormente acerca de ser una persona aparte de


ser historiadora: tengo la sensación de que estas vidas han sido vividas y no han dejado
huellas, y quiero que esta gente esté presente nuevamente. No es sólo un tema de historia
dora. Como me dijo uno de mis amigos: tiene el significado de ofrecerles por fin lo que se
merecen. Tengo la sensación de que estas almas muertas me necesitan, no solamente a mí,

pero en mi caso soy la persona que trabaja en estos temas. En ese sentido, no sólo me cen
tro en la clase trabajadora. No puedes realizar un trabajo de Historia serio sólo fijándote en
los trabajadores. Siempre existe algún tipo de relación con sus superiores. Si nos fijamos
en las mujeres, hemos de observar a las reinas así como a las mujeres trabajadoras y las
campesinas. También me gustan los retos, como he mencionado antes. Pero aquí hay un
segundo tipo de problema. Permítame añadir que no sólo he hecho estudios basándome en
una vía "radical". He realizado algunos de mis ensayos más importantes sobre fiestas, so
bre los ritos de la violencia. Muchos de esos primeros ensayos cubren un gran número de
temas, en los que muchas personas están involucradas. En mis últimos años, hace unos
diez años, he escrito un libro, The Gift in Sixteenth-Century France,5 sobre el regalo de so
bornos, y anteriormente escribí un libro sobre lo que he llamado Fiction in the Archives.
Pero volviendo a la idea de las personas, incluso en estos libros en los que investigué cien

5 The
72 Gift in Sixteenth-Century France, University of Wisconsin Press, Madison, 2000.

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tos de casos, muchas cartas de remisión, cientos y cientos de regalos, todavía me gusta en
contrar y fijarme en los individuos. Me gusta porque quiero que la gente vea cómo se ex
perimentaron las cosas y se solucionaban los temas en la práctica. Por lo tanto, las genera
lizaciones a las que uno puede llegar no sólo se realizan desde una visión general de todos
estos casos, sino también profundizando en algunos de ellos en particular.
Incluso cuando tenía un tema muy amplio que cubrir, trataba de hacerlo a lo largo del
camino con ilustraciones muy elaboradas y si era capaz conseguir citas, tanto mejor. Me
gusta que la voz y el lenguaje y la retórica estén presentes. Podría decir más sobre esto,
pero para mí, el momento en que realmente comencé a centrarme en las personas como un
tema para un libro completo, en contraposición a un artículo que ha sido citado a menudo
por la gente, "The Rites of Violence",6 donde cubrí muchos casos de violencia religiosa
tratando de darle vida a algunos de ellos, y por tanto pude centrarme en ellos. Pero no en
contré ni una sola familia que pudiera seguir a lo largo del tiempo. No fui capaz de cen
trarme en unos determinados individuos a lo largo de todo un libro hasta que conseguí el
caso de Martin Guerre, y lo elegí en parte justamente porque me permitía hacer eso, es de
cir, que podía ponerme detrás de algunos materiales básicos de la Historia que me permi
tieron hacer una etnografía enfocada en la vida de un pueblo y estudiar la cuestión del vi
llano de un pueblo, y aquí tenía cuatro personajes diferentes: el impostor, el marido, la
esposa y el tío. Tenía cuatro personas que podía seguir en el tiempo, y fue en ese momen

to, y esto es el comienzo de los 80, después de haber estado investigando el misterio du
rante un tiempo que me dije: "Bueno, este libro podría ser acerca de estas personas". Esa

fue la primera vez que lo hice. A continuación llevé a cabo la lectura de gran cantidad de
casos tratando de encontrar historias individuales que sirvieran para ilustrar de manera
global. Entonces, y esto está muy relacionado con la conferencia que di en el marco de tu
invitación al Centro de Investigación Histórica de la Mujer de la Universidad de Barcelona
a principios de los años ochenta, donde di una charla sobre María de la Encarnación. Poco
después de Franco vine a hablar de aquello que algunos denominaban "proto-feminismo",
para sorpresa de todo el mundo. Verás, en esos momentos tuve una manera distinta de es

cribir sobre esto que la que había tenido en un ensayo anterior, veinte años atrás, cuando
escribí "Mujeres urbanas y el cambio religioso".7 Allí estudié gran cantidad de mujeres.
Aquí pude fijarme en tres mujeres que eran mujeres trabajadoras inmersas en las artes. De
hecho una de ellas, Marie, fue entomóloga y artista también. Pero eran mujeres que sabían
leer y escribir y que habían dejado atrás texto escrito y pude averiguar cómo habían sido
sus vidas. Así fue la primera vez que pude ir más allá de una colección de casos dispersos
nombrados en escrituras de últimas voluntades y otros documentos semejantes. Tenía tres

mujeres y podía recrearme en su diversidad y su complejidad. No siempre se puede tener


la oportunidad de hacer algo así. Me gusta hacer libros sobre la vida en la Historia. Repito,
hay una línea muy fina entre lo que yo hago y algo que contiene un gran número de casos

sin conexión. Para que sea significativo, necesito algunos casos que pueda seguir, que pue
da comprobar, a lo largo del tiempo de manera que realmente pueda explorar la Historia
en toda su complejidad.

Nash: Ha mencionado en más de una ocasión el tema de estudiar una vida en el pasa
do y ha hablado sobre la necesidad de que estas personas dejaran texto escrito para que
esto pudiera darse, por lo que una de las preguntas que me gustaría hacerle es, ¿cómo re
suelve el desafío de escuchar al sujeto sin influir en el resultado final?, el cual es uno de

6 "The Rites of Past and Present, 59 (1973), pp. 51-91.


Violence,"
7
"City Women and Religious Change", incluido en Society and culture in early modem France: eight es
says, Stanford University Press, Stanford, 1975.

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los grandes desafíos que tienen los historiadores, ¿no? ¿Acaso las creencias del historiador
tienen alguna influencia, o no, en su lectura de la Historia? Creo que una de las cosas que
ha mencionado es que una de las tareas del historiador es dotar la Historia de sentido y
significado. Entonces, ¿cómo funciona esto?

NZ Davis: Bueno, vamos a empezar con la primera, que es especialmente pertinente


en este momento ya que estoy tratando de trabajar sobre una familia de esclavos, tanto con
hombres y mujeres, y no hay una voz directa y, en representación de uno de los personajes
de esta historia de Surinam tengo la voz de un amante europeo blanco con un montón de
bonitas palabras en la boca de esta mujer, a través de la boca de un historiador, y punto.
¿Qué debo hacer? Trato de corregir lo que fue su representación de la mujer pero, ¿cómo
puedo encajar la voz de esta mujer? Lo que trato de hacer es conseguir analogías, tantos
como pueda. Por ejemplo, hay un texto original escrito, el texto más antiguo que tenemos,
un texto autobiográfico de una mujer llamada Mary Prince, que es una esclava de Antigua,
que nos dejó un texto contado a y escrito por una autora abolicionista inglesa. Ella afirma
que refleja la realidad con exactitud, y creo sinceramente que así fue. De hecho, en un ar
tículo que publiqué al respecto encontré algunas otras fuentes sobre este Mary Prince en

algunos documentos judiciales, donde tuve la oportunidad de contrastar lo que se incluye


en las conversaciones con la abolicionista inglesa. Específicamente, omitió los detalles de
su relación con un hombre blanco en Antigua. Ella tenía un amante blanco. Sólo se refiere
a él como alguien que le había prestado dinero, de acuerdo con lo que sale en el texto im
preso. Eso fue muy valioso para mí, porque pude observar a esta antigua esclava, ha

blando de su tiempo como esclava, y observando lo que ella creía, cuando hablaba con la
gente blanca.
Ahora bien, esto no es lo mismo que la mujer de Surinam, treinta años antes. Por su
puesto, no es el mismo pero me sugirió ideas sobre cómo podría afrontar la esclava en la
que estoy trabajando, contrastándolas. Pude utilizar esa información para moderar lo que
su amante escribió sobre ella, lo que considero como una posible visión sobre ella. Así que
esta es una manera de superar la dificultad de no tener un texto directo, mediante el em

pleo de analogías. Entonces, otra cosa que suelo hacer es tratar de averiguar, no literal
mente lo que decía, pero cómo podría reaccionar ante algunas de las cosas que estoy escri
biendo sobre su vida, al observar tantas fuentes como puedo sobre esclavos en Surinam.
Por lo general, para conseguirlos, hay que buscar esencialmente en los registros guberna
mentales, pero claro, solo puedes hacer esto cuando se capturaban esclavas que habían tra
tado de escapar. Una vez más, esto no es lo mismo ya que esta mujer no huyó. Trato de ha
cer tantas cosas como pueda y agrupar esta información en torno a esta figura, así como
estudiar personas que recientemente habían sido manumitidas y ver lo que redactaban en
sus testamentos, para hacerme una idea de las relaciones entre madre e hija. Si puedo con
seguir estudiar una esclava recientemente manumitida y ver cómo se ocupa de su madre
en su testamento, consigo entender mejor su sentido de la familia y, finalmente, reflexiono
sobre todo tipo de problemas etnográficos que después trato de utilizar.
Por último, he encontrado muy útil, y esto es muy difícil de conseguir con los escla
vos, emplear diccionarios que fueran escritos en el momento en que mi señora vivía. Dic
cionarios que no son sólo para definiciones de palabras pero que incluyen ejemplos del
uso de las palabras. Busco cualquier palabra que tenga que ver con la mujer, incluyendo
insultos, para saber qué insultos y calumnias en la lengua criolla eran muy fuertes si un
hombre quería denigrar a otro hombre. "Tu madre está crujida". Cuando veo eso, veo al
gunas de las cosas que podían darse en el mundo en que vivían estas mujeres. Una de las
fuentes, una fuente indirecta, escrita por alguien que tiene muy buenas intenciones, un
74 hombre blanco, que está muy convencido de que los encargados deben tratar bien a sus es

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clavos. No se trata de la plantación que yo estudio, pero está lo suficientemente cercana
como para que hubiera oído lo suficiente como para escribir toda una descripción de con
junto acerca de un mal administrador de plantación, y llega a describir los hombres y mu
jeres entre los esclavos. Pues mira, la mujer en esta obra no es la mujer que yo estudio,
pero está escrita exactamente durante el mismo tiempo. Así que lo utilizo como una posi
ble aproximación a los procedimientos empleados.
En mi estudio, tomo la información de los registros del gobierno y me centro en ella.
Sé que estoy pisando terreno resbaladizo. Se podría decir que estoy caminando sobre una
capa fina de hielo, y que podría estar cometiendo errores, así que lo que hago es intentar
ser muy cautelosa en lo que escribo sobre ello. En ocasiones me dejo llevar por lo que es
cribo. Me pongo muy persuasiva, pero intento mostrar las evidencias que he utilizado para
que el lector tenga la posibilidad de desafiarme. Tratamos de crear interpretaciones finales
cuando la realidad es incierta, y sin duda esto está presente en este libro.

Nash: Por ejemplo, cuando estaba escribiendo sobre la historia de Francia, utilizaba
documentos. Ha mencionado anteriormente las letres de rémission. Aquí tiene el problema
de las diferentes voces que le llegan y también las personas que no tienen su propia voz,
que también es parte de las dificultades que uno se encuentra en la historia de Europa y en
los documentos. ¿Esto le presenta problemas de otro tipo para usted?

NZ Davis: ¿Te refieres a obtener un texto que es mixto de alguna manera?

Nash: Sí, fueron escritos por alguien sobre terceros que no tienen voz.

NZ Davis: Tienes toda la razón. Me encuentro nuevamente con eso en Fiction in the
Archives. Lo que hice allí fue realmente tratar de solucionar, averiguar todo lo que pude
con el fin de resolver, acerca de las reglas del indulto, las cartas de remisión. Qué hizo el
notario, cuál era su deber. Y conseguir los libros que muestran un ejemplar de una carta de
remisión. Así que sabía cómo encontrar dónde estaban y que debía dejar algo de espacio
para esto donde pudiera, hasta cierto punto: explicar caso por caso y confirmar una voz,
que no era una voz real de un campesino que hubiera pedido alguna vez una carta de remi
sión. A veces se trataba de una mujer de la nobleza. Sabía que para obtener el perdón la

ley exigía que fueran capaces de repetir todo, de forma oral, ante los jueces. Si querían su

carta, la carta que había sido firmada para ellos, debían ser capaces de repetir oralmente
ante los jueces lo que había sido escrito en la misma. Eso significa que tenían que conocer
el contenido. No podía ser algo que alguien les hubiera escrito sin más. Esta es una cir
cunstancia particularmente favorable. Eso es lo que trato de hacer continuamente.
No me extenderé sobre esto, pero incluso tuve todo un reto inicialmente con el gran
libro al-Wazzan en África. De inicio teníamos el libro en su versión impresa, pero luego
tuve acceso al manuscrito, el manuscrito que él mismo había escrito. De muchas maneras
interesantes es diferente de la versión impresa, que yo sabía que no había sido su versión.
Así que aquí no me limito a pensar: "Oh, bueno, la versión manuscrita, por supuesto, es
más fiel porque es su versión", que es, por supuesto, una convención literaria. En este caso
no podía limitarme simplemente a aceptar que la versión manuscrita fuera simplemente un
reflejo de su voz. Tuve que preguntarme: "¿Qué le mueve?". Es musulmán, la gente pien
sa que se ha convertido al cristianismo, escribe para los cristianos en una lengua extranje
ra. A la vez está muy influenciado por los recursos literarios de la literatura árabe. Sabe re
dactar. Y puedo ver esas cosas, pero también es mucho más que no puede contarle a sus

lectores cristianos. Así que, de hecho, considero esta información no como un problema,
no puedo decir "Oh, Dios mío, no puedo usar este texto, porque no es lo suficientemente 75

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real". Lo uso como un recurso. Me dije a mí misma: "Vamos a pensar en lo que supondría
ser musulmán que acaba de convertirse al cristianismo, escribiendo a sus mecenas cristia
nos y a sus lectores". Su realidad está presente por todas partes del libro. Así que utilizo
esa dificultad, ya ves, trato de usar esa información y darle la vuelta. Del mismo modo, in
tento no sólo suplir los silencios del libro. Trato de usar el libro impreso como una manera
de comprobar cómo les gustaría, tanto a sus lectores y mecenas cristianos humanistas y
europeos, que fuera él. Así que uso esa discrepancia, no como "Oh, Dios mío, no puedo
hacer nada", sino más bien como otro recurso. Intento usarlo como una ayuda más.

Si me refiero a Stedman, tengo que tratar de encontrar una ventaja similar. Es una
buena idea hacer esto, encontrar maneras en que algunas de las discrepancias o silencios
pueden ser utilizados de una manera positiva, para decir: "Mira, este silencio puede signi
ficar algo en la vida de un esclavo". Esta discrepancia entre las palabras que John Gabriel
Stedman pone en boca de Joanna, y aquello que creo que realmente pudiera decir: "¿Cómo
puedo usar esa discrepancia para entender a Joanna mejor?"

Nash: Me gustaría seguir con el debate de los Subaltern Studies y como historiadora
de Francia y de su propia identidad como historiadora. Como he señalado antes, dedica
gran parte de su trabajo a lo "subalterno", en otras palabras, a los que no tienen voz en la

historiografía. Más recientemente ha declarado que ya no se considera historiadora de


Francia y Europa. Ha mencionado en ese sentido también el trabajo de Dipesh Chakra
barty, de la Escuela de Subaltern Studies. ¿Cómo encontró la visión por la gente del Grupo
de Estudios Subalternos de interés para su trabajo como historiadora? La otra pregunta que
quería formularle es si cree que su cambio a la historia no europea, digamos a Surinam por
ejemplo, es un paso más hacia lo "subalterno" en un sentido colonial.

NZ Davis: Lo que me gustó del Grupo de Estudios Subalternos es que los reconozco
con la perspectiva de una persona mayor que ellos; me parezco más en edad a la de su
amado maestro Ranajit Guha, cuyo trabajo me encanta, lo admiro, admiro su trabajo y soy
más próxima a su generación. La suya fue una generación de la cual aprendieron todos.
Un poco más intensa, un poco menos novedosa que las siguientes, que sucedieron a la pri
mera generación de la historiografía marxista nacional de la India y se rebelaron. Lo que
percibí eran más bien comentarios hostiles y me gustó la forma en que lo hacen en el con
texto de la India, para reestructurar un poco; era más una parte de la experiencia. Quiero
contarles una historia acerca de Dipesh con respecto a esto, pero primero voy a decirte por
qué me gustaba tanto el libro y luego te voy a contar una historia.
Ya te digo, me gustó el libro. Me encantó la forma en que se expresó. Había estado
trabajando ya bastante tiempo en mi antiguo trabajo en contra de la idea de un modelo eu
ropeo [de análisis histórico]. Esto se remonta muy atrás en el tiempo, en los años 60 cuan
do enseñaba historia económica y me harté de los textos que siempre tenía que utilizar,
que siempre tenían enseñar. La actualización de la historia de Francia y de Alemania se
hacía de manera eficaz, pero era un modelo lineal, respondía a una mentalidad cerrada,
provinciana. Yo ya estaba muy interesada en un análisis por diferentes caminos para Euro
pa y me interesó el enfoque desde los estudios poscoloniales. En particular, para las muje
res era muy importante. Pensando en el protestantismo, el catolicismo..., diversas formas
de alcanzar la eternidad. En términos de la historia económica, utilizando varios modelos:
Inglaterra es lo primero, o los holandeses son lo primero, o lo son los alemanes. Estaba
muy interesada en la crítica a un único modelo de sistema evolutivo. Esto también me
puso en desacuerdo con el marxismo, que es de pensamiento cerrado, así como el más oc
cidental de los proyectos comercial-capitalista de producción del mundo. Ya estaba pro
76 fundamente comprometida con la crítica desde el punto de vista del historiador. Desde un

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punto de vista político, tenía la trayectoria de haber trabajado solamente con países occi
dentales. Me aferraba a cualquier cosa que pudiera indicar que los países coloniales tam
bién podrían ser parte de esto. Así que me encantó el libro Dipesh.8 Me encantó, porque lo
hizo desde el punto de vista de un maravilloso historiador indio. Argumenta en contra de
la utilización de Europa como modelo para la India. Dijo: "Sabe, algunos de mis colegas
de la India y de China están escribiendo la historia de sus áreas y ustedes pueden escribir
la historia de Europa". Europa es siempre lo primero, lo primero y lo último, y luego el
resto. Así que me encantó el libro cuando apareció. Vino a Princeton. Mi colega, un joven
antropólogo maravilloso, y yo le invitamos. Organizamos una conferencia y Dipesh dio
una charla. Sería a principios de los años 90. De alguna manera había introducido en los
estudios sobre las capas trabajadoras el enfoque de los estudios subalternos. Le dije, de
manera teórica y comprensiva: "Sabes, estoy tan de acuerdo con lo que estás haciendo.
Esto es lo que mi generación estaba intentando hacer cuando empezamos con los artesa
nos, los trabajadores y también estábamos tratando de cambiar el modelo de cómo obser
var la historia sin que fuera solamente desde el centro". Y dijo: "Sí, tienes razón. Por cier
to ¿visteis lo mismo? (Je, je, je...). Vosotros llegasteis antes". ¡Esa fue toda una lección
para mí! Habíamos recorrido ese camino. No se trataba de que les mostráramos el camino.
Era más bien que compartimos el camino.

Nash: En uno de mis libros, Mujeres en el Mundo (2004), utilizo el concepto de su


balterno en relación con las mujeres. En otras palabras, cuando tomamos en su conjunto la
desposesión, el despojo social y jurídico de la mujer. ¿Ha utilizado el concepto de subal
terno en cuanto se refiere a las mujeres?

Para empezar, no me gusta usar ese término. Estoy segura de que puedes
NZ Davis:
manejarlo, maravillosamente, estoy segura, en tu libro. Lo que he visto es una especie de
movimiento que podríamos llamar "subalterno", porque yo estaba haciendo la Edad Mo
derna europea desde las jerarquías superiores. Cuando había una jerarquía de género, las
mujeres siempre eran importantes. Y si se invertía, era...

Nash: ¿Está diciendo que era menos relevante en función del período de tiempo?

NZ Davis: No. Lo que voy a decir es que no puedo utilizar una terminología similar.
Me estoy centrando en el lenguaje por un momento. En lugar de decir "subalternos", se

me ocurre usar jerarquía. En la jerarquía, las mujeres eran inferiores, pero aquí está el pun
to que quiero establecer: las sociedades tienen estructuras múltiples y algunas estructuras,
digamos las familias; las mujeres son parte de las familias a pesar de que en relación a los
hombres podrían estar por debajo. Hay algunas situaciones en las que las mujeres están
absolutamente entre la élite, y visto así, no son subalterno. Algunas circunstancias son su
balternas, pero si le des la vuelta, algunas mujeres están aquí con sus hombres y algunos
de ellos están aquí arriba con sus hombres. Veo una especie de caleidoscopio, en el que al
gunas mujeres son claramente subalternas y otras no, están a la par con los hombres dentro
de una estructura de poder. Hay algunas sociedades donde existen consistentemente subal
ternos, es decir que no hay estructuras múltiples, en giro y desplazamiento. Creo que en el
caso europeo, y no sé si diría esto de España, sabes, sentí que en el período en el que esta
ba trabajando de África Occidental, en el período de Historia Moderna, me sentí en gene

8 Postcolonial and Historical Princeton


Provincializing Europe. Thought Différence, University Press,
Princeton, 2000.

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Natalie Ζ. Davis y su marido Chandler, 1951

ral que había estudios que eran una maravilla, pero en la Edad Moderna del norte de Áfri
ca sentí que los estudios de género estaban aún empezando y que estaba más en la fase de

recogida de información muy rica sobre la vida económica, social. Pero lo que estoy tra
tando de describir aquí es que podías ver cuáles eran las estructuras básicas. No sentí que
los estudios de género eran lo suficientemente avanzados para que pudiéramos hacer el
análisis general que se hizo en tu libro, tal vez porque tenías más fuentes que yo. No podía
verlo de una manera generalizada. Seguí buscando. Seguía viendo situaciones... En mi li
bro cuento las formas en que las mujeres eran cuenta-cuentos. Dentro de la estructura, era
realmente una cuestión de estar libre de la estructura. En El Cairo, las mujeres cantantes y
las bailarinas se encontraban fuera de la estructura y tenían una especie de poder de seduc
ción como bellezas y bailarinas. Puedes ver que estaban fuera de la familia y de la estruc
tura ordinaria y las dos, en cierto sentido, perdían su honor pero a la vez eran muy aprecia
das, eso es lo que yo estaba buscando. Estaba buscando cómo se puede obtener evidencia
suficiente como para que puedas ser tan claro como tú lo fuiste en el uso del concepto.
Creo que en el mundo de la esclavitud hay tanta literatura porque había que ver a los es
clavos como una parte más de la sociedad. Yo solamente observaba la esclavitud en las
plantaciones. Es tan variada. En este momento, basta con ver algunos de estos lugares mis
mos. Creo que eso es lo que se debate entre los historiadores en estos momentos. Algunos
afirman que determinadas mujeres tenían un peso considerable en una plantación y otros
discuten lo contrario, que no lo tenían. Estoy recogiendo analogías sobre esto en el propio
mundo esclavo, puesto que las cuestiones que se han planteado sobre este asunto son muy
importantes y en algunos lugares no hemos avanzado suficientemente como para verlo

78 claro o visualizar estas cosas.

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Nash: Quisiera volver a Chakrabarty de nuevo, y a sus reflexiones sobre la historio
grafía y el método científico, pero sobre todo estaría interesada en la importancia que le ha
dado al mundo simbólico. ¿Cree usted que ésta es una manera de ir más allá del silencio
para conseguir otra manera de introducir otro camino en la Historia, o es simplemente otra
dimensión?

NZ Davis: Creo que es una sensibilidad. Necesitas entender los símbolos. Creo que esa
es una posibilidad real. Estoy dispuesta a tomar aquí lo simbólico en el sentido de las histo
rias. No es exactamente lo mismo. Tomar historias y cuentos populares y buscar motivos re
currentes y luego ver lo que puedo decir sobre el mundo mental preferido [de un pueblo], lo
que es bueno contar, las frases que la gente le gusta decir, aquello que la gente tiene para
contar y no es necesariamente una reflexión sobre todo lo relacionado con su vida cotidiana,
pero sí muestran cosas sobre lo que les gusta pensar y reír. En cuanto a los símbolos, una vez
más pensando en los esclavos, tomo objetos virtuales diferentes, el significado simbólico de
estos objetos virtuales que ponen alrededor de sus propiedades, que simplemente marcan es
tos pequeños jardines que la gente tiene en la plantación, pero tienen estos símbolos especia
les, las figuras que colocan. Lo tomo como una vía seria para evaluar el panorama en el sen

tido de la presencia de la tribu. Todo lo que se puede conseguir, lo voy a utilizar. Creo que
hay un mundo tan rico de simbolismo de la India. Es simplemente enorme. Hay una enorme
cantidad de recursos que los indios pueden utilizar como historiadores.

Nash: No tenemos tanto en el Islam.

NZ Davis: Depende. Estoy pensando en un ejemplo tomado de un manuscrito maravi


lloso que acabo de leer sobre el Islam que saldrá pronto. No es sólo una figura, el significado
de una figura que puede ser mítica. Shahid Amin tiene un nuevo libro que sale en breve, he
leído el manuscrito, de un santo guerrero musulmán del siglo xn. Puede, o no, haber existi
do. Quiero decir que realmente existió como persona, pero existe duda en cuanto a estas his
torias sobre lo que pudo, o no, haber hecho realmente. Lo que es interesante es que también
es adorado en el mundo musulmán. Era un santo musulmán, era un conquistador y un santo

guerrero no de la invasión musulmana primera, sino de la segunda. Shahid Amin ha tomado


esta figura sublime como un camino hacia una práctica religiosa híbrida. Explica cómo pudo
suceder que un santo guerrero musulmán, que aún mantiene su faceta musulmana, fuera ase

sinado no por los hindúes, sino defendiendo a los prisioneros de guerra hindúes, que son sa
grados, contra un terrateniente hindú que intentaba atacar a los prisioneros de guerra y agri
cultores hindúes. Eso es fantástico. Cuando veo a algunos de los símbolos religiosos y
objetos de este lugar en Surinam, lo que es interesante es que están juntando (esto ya lo están
estudiando un grupo de personas en Brasil) los diferentes tipos de figuras religiosas africa
nas. Los están entrelazando. Se puede ver una mezcla en el vocabulario criollo. Intentas ver
las cosas como él lo hace y luego intentas trabajar sobre eso.

Nash: Pasemos ahora a las mujeres. Quería decirle que recuerdo en los años 80,
cuando vino a Barcelona, y en ese momento ya era una distinguida historiadora de la mu
jer, que en realidad fue una inspiración para aquellos que nos encontrábamos con obstácu
los y estábamos empezando en ese momento. Así que me gustaría preguntarle, ¿por qué
evolucionó hacia la historia de la mujer? ¿Por qué y cómo? ¿Qué le hizo interesarse en las
mujeres, en particular mirando hacia atrás en el tiempo? 1

NZ Davis: Como he mencionado anteriormente, fue en parte mi propia experiencia i


con la maternidad y a consecuencia de ver los problemas que surgían y que hasta el mo- | 79

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mentó no le había prestado atención en mi trabajo académico, a las mujeres del pasado. Ya
cuando tuve a mis hijos, en el momento en que los estaba teniendo, empecé a darme cuen

ta de cosas en los archivos y libros médicos, entonces estaba haciendo mis estudios sobre
la historia de la imprenta. Me encontré con libros sobre las primeras prácticas de los cha
manes modernos. Me encontré con libros de medicina. Me encontré con ellos, porque es
taban impresos por las imprentas antiguas. Me dije, "¡Eh, esto es realmente interesante!
Mira esto, están hablando sobre la ablactación y el control de la orina y sobre el primer
alimento que darle a los bebés, los mismos que yo le estoy dando mi primer bebé". Así
que era probablemente sólo una cosa de sensibilidad humana. Yo no estaba haciendo nada
más que encontrar maneras, en ocasiones, de mencionar las mujeres cuando estaba traba

jando sobre hombres. Tuvo que ver en parte con encontrarme con la única otra mujer que
estaba en mi departamento a tiempo completo, aunque había otro par de compañeras a

tiempo parcial. Era un departamento muy grande. Se trataba de Jill Ker Conway, que es
una australiana que había hecho su tesis doctoral en Harvard sobre la primera generación
de mujeres en obtener doctorados en Estados Unidos. Nos hicimos buenas amigas y de re
pente me empecé a dar cuenta de que no era suficiente formar parte del movimiento femi
nista en mi universidad, comencé a ver que no bastaba con ser parte del movimiento femi
nista en mi campus. Tenía mucho sentido unir nuestros cursos, para ver cómo las mujeres
habían podido ser trascendentales en los grandes cambios: el cambio económico, el cam
bio religioso, la construcción del Estado moderno.
Déjame regresar por un momento en el tiempo para comentar que al principio de mi
carrera, cuando era estudiante de postgraduado, en una única ocasión hasta el final de los
años 70 había realizado un estudio sobre una mujer. Fue sobre una mujer de finales del si
glo xiv y principios del siglo xv, que era la gran historiadora, filósofa y escritora Christine
de Pizan. Había escrito un artículo sobre ella, antes de que tuviera a mis hijos, a sugeren
cia de mi profesor en la Universidad de Michigan. No fue idea mía. Aunque había ido a
Radcliffe College,9 una universidad solo para mujeres, nunca había leído un texto escrito
por una mujer. Tuve profesoras maravillosas que fueron excelentes modelos para mí, pero
nunca había estudiado nada sobre una mujer y mi director de tesis quiso que lo escribiera
en 1951 y fue un buen trabajo: Christine de Pizane como prototipo de la mujer literaria
profesional. Yo no quería hacer ese trabajo, pero me encantó. Traté de que se publicara.
Me frustró que no pudiera lograr que se publicara. ¿Qué hacía yo en 1951 con un trabajo
sobre Christine de Pizan? Era una mujer de la corte, no era una trabajadora, no era una ar
tesana. ¡Jamás se me hubiera ocurrido hacer algo así! Estaba interesada en la gente traba
jadora, independientemente de lo mucho que podría admirar a Christine de Pizan. Y ya
ves, casi veinte años más tarde, cuando conocí a Jill Ker Conway, no había vuelto a pensar
en ella. Jill y yo hablamos y hablamos y decidimos dar un curso juntas sobre la historia de
la mujer, y fue entonces cuando empecé. Hice la parte que correspondía a la Historia Mo
derna y ella hizo la parte estadounidense. Fue un poco diferente, pero estaba bien. Lo prin
cipal era que metodológicamente se podría intercambiar su parte por la mía. No había nin
guna diferencia. La clave estuvo en la manera de construir el tema y que fuera un placer el
hablar y elaborar juntas un curso como ese. De hecho, me encantó la forma en que lo hici
mos. Empezamos, no habíamos llegado todavía a la etapa que se puede denominar como
la "deconstrucción" del género, pero básicamente era eso lo que estábamos haciendo. De
cidimos empezar el curso mostrando la variedad de maneras en que se podía considerar a
la gente de la Historia Moderna, y ella hizo lo mismo con los primeros americanos en su

9
Radcliffe College era la universidad para mujeres coordinada con la Universidad de Harvard, hasta su in
tegración en 1999.

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parte de la asignatura. Hablamos de género. Lo llamamos sexos. Llamamos al curso "So
ciedad y Sexos en la Europa Moderna y en los Estados Unidos". Me di cuenta más tarde
que de hecho, cuando hice la conferencia Berkshire en 1970, la primera fue en Rutgers y
la segunda fue en Harvard en 1974-1975, hice uso de la palabra género en esa charla en
lugar sexos.
Lo que hicimos fue que comenzamos el curso mostrando que hay muchísimas mane
ras diferentes de hablar sobre las mujeres y los sexos, e hicimos el esfuerzo de presentar
mujeres bajo esa percepción. Sentí tanta emoción de encontrar, por todas las bibliotecas de
Toronto, especialmente en las bibliotecas de libros raros, encontrar las fuentes para poder
estudiar a estas mujeres y no sólo estudiar modelos de diversos crímenes o la brujería. To
das las mujeres eran brujas. Fue un gran curso y por supuesto utilicé a Christine de Pizan.
Me acordé de Christine de Pizan. Así que empecé a usarla durante la primera semana. En
esos momentos tuve que acceder a ella a través de una traducción inglesa del siglo xv. Lo
transcribí y les hice entrega del documento en forma de libro de bolsillo.
Entonces, ¿cómo pude llegar al uso de la palabra "género"? Todo lo que sé es que uti
licé ese término cuando di aquella charla. Verás, esto viene de mi experiencia previa, tal
vez mi influencia marxista y mi influencia socialista. Desde el principio yo no quería sim
plemente hacer una historia sobre la mujer en la que sólo habláramos de mujeres. Me en
canta estudiar mujeres, no es que yo esté en contra de las mujeres, pero es una categoría
relacional y tienes que hablar de los hombres. Así, en nuestro caso, tuvimos algunos textos
en que introdujimos hombres, unos pocos textos con hombres, pero la mayoría eran muje
res, para que la gente pudiera comparar. Cada vez que en ese curso hablábamos acerca de
las tasas de alfabetización, de economía, porque teníamos economías de diversos tipos, so
bre la familia, la moda, la política, la religión y en cada parte tratamos de parar y decir:
"esto es lo que pasaba con los hombres" y que los hombres de clase baja estaban haciendo
las cosas como las mujeres, las tasas de alfabetización, o lo que fuera, tratábamos de in
cluirlas. Estaba pensando en eso y lo principal que yo quería plantearme es si estábamos
estudiando una relación, o estábamos estudiando los hombres por un lado y aquello que
les diferencia de las mujeres.
No sé de dónde saqué la palabra "género". No tengo la menor idea. Me dijeron que lo
había dicho, para comprobarlo, volví [a las hemerotecas] y allí estaba, así que lo hice. Pa
recía ser el término más adecuado. La primera vez que utilicé el término de género fue
cuando escribí "Gender and Genre".10 Tal vez fue ahí. "Gender and Genre" fue un artículo

que publiqué en 1981, ahí es donde lo acuñé. Trata sobre las mujeres como autoras históri
cas en el siglo xiv, con Christine de Pizan, Charlotte Arbaleste y una maravillosa escritora
francesa que escribió sobre Alemania a finales del siglo xvm... (No puedo recordar su
nombre. ¡Oh, la vejez!), que fue expulsada de Francia, se fue a Rusia, que era algo más
que una simple novelista... Tanto me encantó el juego entre sexo y género, que finalmente
me quedé con el término género. Escribí el documento mucho antes de su publicación.
¡Eso era! Creo que hice ese documento a principios de los años 70, que es sólo un par de
años antes de dar las charlas de Berkshire. ¡Así que es así como surgió el uso del término
género!

Nash: El concepto de género era muy importante para usted. Hoy en día, en su traba
jo como historiadora, ¿qué otros conceptos clave utilizaría? En el sentido de una categoría
como el género, ¿hay otras categorías similares?

10 "Gender Vol
and Genre: Women as Historical Writers, 1400-1820", University of Ottawa Quarterly,
ume 50, 1 (1980), pp. 123-144.

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NZ Davis: Como categoría de análisis, supongo que pensaría en la esclavitud. Cuan
do empecé a trabajar en el concepto de la esclavitud me di cuenta que tenía una relación

socio-económica. ¿Hay o no alguna diferencia en las relaciones internas dentro de las fa


milias, la relación entre el trabajo no remunerado y el trabajo contractual, el trabajo remu
nerado? Incluso en las relaciones de trabajo de la Edad Moderna, en la que cuentan con
sistemas de patronazgo y combinaciones de dones y ventas, las categorías socio-económi
cas separan diferentes conjuntos. Cuando me fijo en la esclavitud hay varias categorías: la
relación por medio de regalos, el mecenazgo, la familia. Estamos entrando en las diferen
tes áreas en las que tenemos que tener en cuenta factores personales y económicas conjun
tamente. La esclavitud está tan generalizada y en sociedades tan diferentes... El concepto
de la esclavitud no es paralelo al de género, sino que es una categoría de la experiencia hu
mana. Aún así, es extremadamente compleja y difícil.
Puede ser que a través de ese tipo de análisis, encuentro que obtengo una mejor com
prensión de este tipo de análisis, tal y como lo hice con las mujeres y el género, trabajando
en otra cosa, por ejemplo, como en el estudio sobre los regalos. No fue hasta que hube
avanzado bastante en este tema, que me di cuenta que había un tema de género, que había

protagonistas femeninas en mi historia y creo que el trabajo sobre la esclavitud en sus


diversas formas no sólo revelaría a las mujeres como participantes principales, como víc
timas, como resistencia, sino además podía generar formas de pensar acerca de las rela
ciones humanas. Este es un punto que ya has destacado en tu trabajo. Esto nos hará vol
ver atrás y enriquecer las formas de pensar acerca de la complejidad de las relaciones de
crpnprn

Otra cosa diferente: los silencios. En realidad no entra en la categoría de análisis. Es


una situación que los historiadores analizan pero también algo que es parte de la experien
cia humana. Uno de mis amigos, de hecho, justo antes de venir me dijo que ha escrito un
libro acerca de silencios. Ha tomado la palabra en un sentido ecléctico, de aquí y de allá y
según las diferentes maneras que tiene lugar: silencios sobre una masacre, etc., y lo ha jun
tado todo. Otra mujer hizo un estudio muy cuidadoso sobre aquellas cosas sobre las que la

gente no habla. Es una antropóloga de Sicilia. Mencionaba antes los silencios y sus efectos
sobre mis fuentes. En realidad, creo que esta es una categoría interesante para que la gente

piense acerca de sus fuentes de dos maneras: una, ¿por qué existe ese silencio?; y ¿cómo
hacer que los silencios te aporten información? Hay varias maneras en que puedes hacer

que te sean útiles. A veces es porque las personas que están involucradas están siendo de

nigradas por la sociedad, no son lo suficientemente importantes. Entonces, ¿quién va a es


cribir sobre ellos? Por ejemplo, en la muerte de una mujer esclava a los 26 años, pues aun
que hubo cierta especulación al respecto no hay manera de que la muerte de un esclavo se
trate de ninguna manera seria por un gobierno, a menos que se tratara de una masacre. Po
dríamos pensar en eso como una categoría que se puede desarrollar más, que debe ser con
siderada como un término mucho más rico que el simple "silencio". Para empezar, se de
cía que el silencio era propio de las mujeres, ¿recuerdas qué era así? ¿Cómo vas a
encontrar algo entre lo que no se habla?
Tomemos como muestra un texto que recientemente ha sido traducido al portugués
(espero que exista una traducción española de Martin Guerre). Lo llamé "The Silence of
the Archives, the Renown of the Story". No en el sentido de que yo tenga renombre, sino
que al reflexionar sobre lo que había hecho hace unos años, fui de nuevo a todos los archi
vos, todos los archivos que había estudiado en su momento, menos uno, que ahora me

arrepiento de no haber revisado. Así que volví a los cuatro o cinco archivos que había uti
lizado. Fui por primera vez a Hendaya, al cruzar la frontera hacia España, con la esperanza
de que encontraría algo documentado sobre Martin Guerre y, en cambio, me aparecieron
un montón de cosas interesantes. No encontré ningún documento nuevo sobre el matrimo

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nio, nada. Así que me felicité, por desgracia, por haber hecho un buen trabajo la primera
vez, pero escribí un artículo llamado "Silence of the Archives. The Renown of the Story"
porque a lo largo de los años también he encontrado que la historia fue mencionada en
tantos lugares diferentes, muchos más, a través de abogados. Es que la historia es tan co
nocida y más en esos días que en la actualidad, y sin embargo es casi opaca en términos de
tratar de averiguar información sobre las personas concretas, y encontré todo lo que había.
Encontré algunos de esos documentos en los archivos acerca de Martin Guerre. La forma
en que se mencionan explícitamente y que estaban presentes. Así que creo que podría ser

algo. No está al mismo nivel que el género y es diferente de la esclavitud, pero es una for
ma de pensar, lo que conduce la Historia a mirar no sólo lo que está presente, sino también
lo que está ausente.

Nash: Volvamos de nuevo a la historia de la mujer. Está muy claro por lo que ha ve
nido diciendo, que no tienen en cuenta la historia de la mujer como un campo autónomo,
sino interrelacionado con la Historia en general. Creo que así sería cómo consideraría la
historia de la mujer. ¿Cree que la historia de la mujer per se sigue siendo una opción váli
da como disciplina?

NZ Davis: Bueno, siempre he sentido que el estudio de la mujer y de género debe ser
parte de la Historia general, pero he visto el papel en el pasado, y continúo viéndolo en el
presente, como un área en la que uno podría centrarse. No se dice, "no nos vamos a cen
trar". En otras palabras, debería seguir habiendo un enfoque sobre nuevas maneras de con
siderar las relaciones y la historia de la mujer. Ese campo no está cerrado, incluso para Oc
cidente, no es un campo cerrado. No hay más que centrarse en un tema. Solo debe ser
analizado conjuntamente con temas mayores. Creo que en términos de cursos, y vuelvo a
la parte de que se trata de una disciplina concreta, esto es lo que yo diría sobre esto como
una disciplina concreta. Yo lo veo como un área de enfoque muy importante con concep
tos que deben profundizarse en lo que respecta a la mujer y los estudios de género y que
siempre deben ser considerados como parte del estudio más amplio. Se debería fluir hacia
eso. Siempre he sentido eso. En el estudio de las personas, por lo menos en mi parte del
mundo, todavía tiene un papel muy importante para el alumno de grado, en el estudio de la

Historia, la historia de la mujer. Me imagino que esto es ciertamente lo mismo en España.


En Toronto, que es una de las ciudades más plurilingües del mundo, tenemos muchos jó
venes que llegan a la universidad, tal vez, son la primera generación en su familia en ir a
la universidad, de orígenes culturales muy diferentes y acuden en masa a nuestros cursos y
no saben nada. Esto se refiere también a gente que hacen otras carreras. No saben nada de
esta historia, por lo que sigue siendo un buen curso. Se trata de un curso estándar, no sólo
un tema. Por supuesto, es transcultural ahora, no solo trata sobre Inglaterra o Francia. Para

hacerlo realmente bien, e insisto en esto, creo que el trabajo avanza más quizás cuando
forma parte de un programa de doctorado. Por mi parte, prefiero que si alguien está ha
ciendo un doctorado sobre género, mujer y género, que lo haga también en el seno de un
departamento [de Historia], Creo que también es bueno para que los jóvenes consigan em
pleos interesantes. En parte, porque significa que siempre hay un constante ir y venir entre
las preguntas que provienen de la mujer y el género y las cuestiones que surgen de cada
parte, pero pueden surgir de una manera constructiva.

Nash: ¿Se alimentan entre ellos?

NZ Davis: Deberían. Espero que lo hagan. Hace dos años quedé consternada en un
Congreso en Italia. Se trataba el tema llamado relazione en italiano; relaciones, relaciones 83

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en un viaje a Noruega, del tiempo como diplomático en Amman... Estábamos discutiendo
esta perspectiva en muchos campos diferentes. Incluso hubo una persona que expuso la re

lación de una mujer con su propia vida. Se presentaron muchos estudios sobre distintas re
laciones de viajes y al llegar al final del Congreso planteé la pregunta siguiente: "estamos
tratando un grupo cristiano más bien limitado, ¿no tenemos una relazione de textos de mu
jeres?" A pesar de que haya tanto publicado acerca de maravillosas mujeres literatas, con
toda una serie de textos de humanistas femeninas en Italia, por no hablar de las mujeres
pintoras, el ponente, un notable académico, me respondió: "Bueno, ¿existen textos de mu

jeres?". Esto sucedió hace dos años. No se opuso a la idea. Dijo: "Tal vez haya textos ma
ravillosos de mujeres". Y pensé: "¿Qué?". Así que es cierto que hay que seguir trabajando
en ese sentido. Afortunadamente, los escritores de libros de texto y las casas editoriales de
libros de texto saben que hay que incluir la cuestión de género para que la gente la conoz
ca. Ahora están haciendo magníficos libros de texto de Historia que consideran el género.
Así que todavía es una tarea continua. Así que cuando digo retroalimentación, quiero decir
que aún queda tarea por hacer. Pero hay esperanza.
Recuerdo que cuando estaba comenzando, cuando aún estaba en Princeton. Cuando

empezamos, pensábamos que para comunicar estas cosas, necesitamos un departamento


separado, o al menos un programa. Hay tres Escuelas diferentes donde comenzamos estos

cursos de Historia: Toronto, Berkeley y Princeton. Lo hicimos como un programa en Prin


ceton. Teníamos que hacer algo distinto con el fin de obtener becas escolares, un centro de

oficinas, los cursos y para alimentar los Departamentos. Con el tiempo, esperábamos que
esto se integrara en un Departamento pero finalmente no ocurrió. En otras palabras, no era

suficiente para alimentar continuamente a los Departamentos [de postgrado].


De otra parte, existe un peligro cuando este estudio se legitima y se estratifica y la
gente tiende a utilizar el mismo texto. Esto sucedió hace varios años en Toronto. Llegamos
a utilizar un mismo texto teórico en el primer curso, y luego de nuevo en el cuarto curso.
En otras palabras, no se estaba produciendo una aportación de nuevo material teórico. Al
igual que en otros campos, en innumerables estudios [de género] hay un papel para el
mundo de la comparativa, seminarios comparativos y demás. Estudios mundiales, si quie
res llamarlo de manera más amplia. No solo sobre la mujer y el género. Con la esclavitud
sucede lo mismo. Hay una gran cantidad de temas a estudiar de esta manera.

Nash: Quisiera tocar el tema de escribir Historia, de escribir la historia de la mujer, y


el concepto de empatia. En sus obras y en su conferencia su capacidad de empatia con los
temas de los que se ocupa parece bastante obvia. ¿Es una dificultad, o quiere participar en
los temas con un cierto nivel de empatia?

NZ Davis: Hay que tener mucho cuidado aquí. Está bien tener esa sensación, siempre
y cuando se puede dar un paso atrás y mantener una cierta perspectiva. Por ejemplo, en la
conferencia de ayer mencionaba que Siri colocó a sus dos hijas en relaciones con sendos
hombres blancos. Eso no es asunto mío. Este es un tema de Siri. Desde algunos puntos de
vista, había algunas jóvenes entre el público que creían que a su juicio, de acuerdo con sus
opiniones formadas en el pasado, se sentían molestas porque siempre habían pensado que
era algo malo, poner una mujer en una situación así. Bueno Siri no creía que eso fuera
malo. Siri pensó que estaba ayudando a sus hijas a salir adelante. De acuerdo. Eso no es
necesariamente mi punto de vista, pero no me corresponde a mí decidir. Siri está para de
cidir y yo para describir y tratar de entender por qué se siente de esa manera e intentar
comprender las categorías que ella está valorando en su mundo. Así que la empatia debe
ser utilizada para ayudar a entender, pero nunca debe suplantar el respeto por los sujetos,
incluso si hacen cosas horribles, mucho más horrible que cualquier cosa que Siri haya he

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cho. Tienes que entender lo que están haciendo, y yo diría esto incluso para los violentos
dueños de las plantaciones que he estudiado. He hecho un trabajo llamado "Judges, Mas
ters, Diviners: Slaves' Expérience of Criminal Justice in Colonial Suriname",11 y deberías
ver las cosas que hay en ese documento. Pero es importante entender la ubicación de la

gente; juzgar después, pero entender primero. La empatia sólo debe utilizarse para ayudar
te como historiador. En primer lugar, [los sujetos] tienen todo lo que quieres. En segundo
lugar, como escritora, creo que la empatia es útil para ayudarte a escribir, de alguna mane
ra, siempre y cuando vayas con cuidado. Déjame rectificar. Tu empatia no debe ser nunca
un sustituto para entender a las personas. Sería un peligro ir demasiado lejos en esa direc
ción porque entonces tus sentimientos podrían apoderarse y dominar el tema.

Nash: He leído su libro sobre The Margins. En ese sentido, probablemente considera
ría la biografía como una buena manera de acercarse a la Historia. No solo lo encontramos
en The Women on the Margins, también en sus otros libros.12

NZ Davis: Esto es lo que me gusta hacer con la biografía. En primer lugar debes
realmente hacer todo lo posible para crear las figuras. En este caso, no me considero como
una biógrafa clásica. Los biógrafos, los especialistas en biografía, afirman que se puede
hacer biografía con muchos enfoques diferentes. El sentido de mi trabajo sobre The Wo
men on the Margins no era que estuviera haciendo una biografía clásica, es decir, donde lo
que interesa es la persona, la vida de la persona; los observé, pero luego me fijé en algunos
aspectos específicos que quería ver en estas vidas. A pesar de que traté sus nacimientos y
sus muertes y el centro de sus vidas. Quise mirar especialmente a la mujer urbana, elegí
con mucho cuidado mujeres que estaban en ciudades, que se encontraban en el nivel me
dio de una estructura social, con habilidades y con familias. ¿Cómo se las arreglaron para
compaginar su vida de trabajo? ¿Cómo se las arreglaron para hacer su vida familiar?
¿Cómo se las arreglaron para incluir la religión en sus vidas y cómo encontraron la manera
de ampliar sus vidas? The Women on the Margins: usé ese título una vez se me ocurrió la
frase. No había manera de que pudiera abandonar la idea. Aún no sabía cómo sería el libro
pero pensé en el título antes de pensar de los Márgenes. ¿Cómo gente que no era el centro

del poder, a pesar de que se trataba de mujeres con educación, que no eran pobres e inde
fensas totalmente, sin embargo, encontraron maneras de desarrollar unas vidas tan creati
vas? Esto es algo bastante inusual. Por lo tanto yo quería ver los recursos que tenían y
cómo se las arreglaron para hacer todo por su cuenta. Su fuerza y su energía. Y se sintie
ron muy afortunadas ya que vivieron mucho tiempo, que no era de esperar en el siglo xvn.

Así que había ciertos temas acerca de estas vidas que me interesaban mucho, y yo quería

profundizar sobre dos o tres cosas. Quería compararlas, comparar las tres mujeres de las

que me ocupaba. El primer lugar donde se publicó el libro fue en Alemania. Hicieron dos
libros de bolsillo muy hermosos. Incluyeron mi introducción, de modo que los lectores po
dían saber en que estaba interesada. Quería saber, quería compararlas con la idea, como ya
he dicho antes, de que no hay un único modelo correcto para ser una mujer urbana. Hay
una especie de modelo preferido, un modelo más progresista, una mujer más femenina.
Estas son formas de ser en última instancia, y en segundo lugar, y tal vez esto sea cierto
con los biógrafos también, pensé que estas mujeres tenían sus propias cosas especiales que
no se podían repetir en otra vida protestante o en otra mujer misionera católica. Había algo
muy característico en ellas que, en cierto sentido, fueron aprovechando recursos o experi

11 En Law and
History Review, Volume 29, Spécial Issue 4 (november 2011), pp. 925-984.
12 85
Mujeres de los márgenes. Tres vidas del siglo x viι. Cátedra, Madrid, 1999.

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ssnmsi

Con su familia, 1955

mentando dificultades, o maneras de aprender, o formas de perder, o de ser parte de una

familia, que no eran comunes. Me gustaría ver esto como algo perfectamente representati
vo de un montón de gente, en cierto modo, como una vía para otras mujeres. Glikl estaba

más introducida en el comercio judío, así que no creo que Glikl pudiera ser representativa
de mujeres católicas; tal vez algunas pequeñas cosas en su vida, o por lo menos, que podía
ser interesante para contrastarlas. Me hizo pensar en cada una de ellas. Se podría ampliar
para otras mujeres católicas, en el caso de María de la Encarnación, o podrían ser utiliza
86 das para la comparación. Tal vez podrían ser indicativos más allá de sus propios casos.

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Nash: ¿Qué importancia tendría la cultura, la cultura religiosa entre cada una de esas
tres mujeres?

NZ Davis: Bueno, pensé que este era el elemento más importante para la compara
ción. Incluso lo incluimos en el título francés. Aunque no fue lo único que pensé que po
dría representar la diferencia entre una figura comercial y una artista artesana y una maes
tra y misionera. Pensé que era algo más que una comparación, era también para ver cómo
daban forma a una vida, ya que podría haberse tratado de un maestra judía y que podría
ser un pastor protestante, por lo que no era tan exclusivo. Me gustó el hecho de decir que
consideré variables que funcionaron. Hay muchas personas que hacen biografías, que se
consideran biógrafos. No me avergüenzo de que me llamen biógrafa. Es que no acababa
de sentir que estuviera haciendo una biografía. Pensé que estudiaba mujeres y quería ha
cerles justicia a ellas y a sus vidas. En cierto modo, las estaba utilizando.

Nash: ¿Ha pensado en esto como una constante para describir un enfoque biográfi
co?

NZ Davis: ¡Esa es una buena pregunta! Quiero hacer algo así como "vidas en la His
toria", "vidas en acción", "vidas con acción histórica", "historias de vidas". El mero hecho
de que la biografía ha sido... Incluso cuando estoy contando la historia de una familia, si
pensara en mí como una biógrafa, ¡estaría intimidada! Tendría que realizar un buen trabajo
con esas tres mujeres. Me sentiría... "Oh Dios mío, ¡voy a tener que saberlo todo sobre
ellas!". Bueno, esto no es lo que estoy haciendo. No necesito saberlo todo. Encontré lo que
encontré sobre ellas. Si lo hubiera encontrado todo, me habría divertido más. Siento que
estoy en una tarea diferente. Veo vidas, y la historia o las historias de vidas en la Historia y
conectar esto requiere un cierto proceso, ya ves. Y eso es lo que quiero hacer.

Nash: ¿Cree que puede encontrar más mujeres en los márgenes en lugar de hallarlas
en el centro? ¿Cuál es el problema con respecto a ajustar a las mujeres más en el centro?

NZ Davis: En parte, quería hacer The Women on the Margins porque me gustaba el
título. Me gustó la idea de volver a mi propia experiencia para hablar sobre el
outsiderHnsider. Lo que sugería en relación a Glikl [de Hameln], que era una mujer ju
día, estaba probablemente bastante ajustada a mi forma de pensar. Hay un momento en

el libro de Glikl, cuando hablo de esa práctica judía ortodoxa de la creación de simbolis
mo... Se llama eruv. Se trata de una línea simbólica, a veces se asocia a un objeto físico
como un río. Todos los sábados, en el judaismo ortodoxo, todavía hoy, se crea, lo que

permite a la gente pensar en el espacio encerrado dentro de la misma. Va desde la sina


goga a una amplia zona donde viven los judíos. Así que ese espacio, que no es un espa
cio público, es privado a pesar de que podría cruzar la parte más importante de la villa.
Está pensado como un equivalente del hogar. Se trata de un espacio privado. Se trata de
una reproducción simbólica. Es una manera de convertir un mundo gentil en judío. Se
trata de una transacción simbólica.
Era sensible a eso, probablemente, porque lo he experimentado en mi propia vida.
Crecí, como sabes, siendo una niña y una jovencita judía en la década de 1930 en los Es
tados Unidos, que era todavía un país bastante antisemita, y me crié en uno de esos ba
rrios donde no había más que uno o dos judíos. Esto es algo en lo que no había pensado
mucho, pero me sirvió para encontrar maneras a la vez de disfrutar de cualquier ventaja
que podría tener, pero también tratando de pensar: "no estoy en los márgenes en absolu
to". Así, creo que he recogido de mi propia experiencia personal y lo que pensé en reía 87

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ción a estas mujeres fue las formas en las que consiguieron no permanecer en los márge
nes, no se consideraban en los márgenes. Es decir, sabían que lo estaban, pero no permi
tieron que eso les supusiera una limitación. Simplemente encontraron una manera, cada
uno de ellas, de hacer algo para crecer aunque eso significara simplemente salir de Fran
cia y alejarse de comportamientos cerrados. ¿Recuerdas que hablamos de esto hace tantos
años? Dejar Francia y simplemente llegar a un escenario donde obtener mayores posibili
dades de manejar su propio mundo, recoger a todas esas mujeres de las comunidades in
dígenas o encontrar una manera en que las mujeres no fueran encasilladas en universida
des o academias, excepto en ocasiones muy inusuales. Llevar a cabo un trabajo sobre
historia natural, fue muy innovador, y ella pensaría: "¿qué hay de malo si no lo estoy ha
ciendo por el camino ordinario?".

Nash: Así que de alguna manera estaba cambiando y dándole forma y trasladando los
márgenes.

NZ Davis: Eso es correcto. Estoy pensando sobre Marc Bloch porque siempre quería
estar en el centro. Hacía un nuevo tipo de Historia. Él nunca perdió la identidad, el judío
Bloch era outsider que siempre se movió entre los dos mundos. Me gusta esa idea. Este
ataque entre las posiciones que siempre he utilizado en mi trabajo. Lo utilicé en Fiction in
the Archives enfocando entre posiciones, entre los márgenes y los centros. Me gusta eso y
surge una y otra vez.

Nash: La identidad propia ha sido muy importante en su obra. ¿Es esta conciencia de
la propia identidad más importante en las mujeres que en los hombres? ¿O en las diferen
tes religiones?

NZ Davis: ¿Qué es información sin pruebas? Cuando llevo mis dilemas a las catego
rías de auto-percepción que podríamos utilizar y como una forma de auto-descripción, no
creo que haya un grupo de personas que tenga menos conciencia que los demás. Es decir,
entre individuos, mujeres y hombres, puede haber una diferencia, pero las categorías y la
sensibilidad que tenemos en hacer esta distinción serían diferentes. Habría cierta superpo
sición entre hombres y mujeres y entre grupos religiosos. Lo digo en parte porque, aunque
no he escrito sobre ello, estoy interesada en la historia de las emociones, que está muy re
lacionada con cómo te ves y te sientes contigo misma. Si reflexionas sobre lo que es una
emoción, casi siempre viene a consecuencia de un diálogo interno. En otras palabras,
cuando la gente habla de sus emociones hay alguna manera mediante la cual se consultan
a sí mismos de manera instantánea. Cuando te sientes de cierta manera, no estoy hablando
de las reacciones viscerales, como protegerse contra la violencia, estoy hablando de los
sentimientos. Hay algo sobre emociones, hay una reacción fisiológica, pero hay una mane
ra en la que se produce una consulta interna. "Estoy enojado", quiere decir que lo he pen
sado. Así que es por eso que no me gusta pensar que existe una mayor capacidad per se en
un determinado período histórico. Sí, creo que existen categorías que serían importantes
para el auto-reconocimiento. Uno sobre los que más he pensado y escrito, puedo parecer
superficial aquí, puedo estar equivocada, pero me parece que todas las mujeres de la His
toria Moderna tenían algún tipo de trabajo. Elegí mujeres que tenían habilidades, expe
riencia, bien con sus maridos o independientemente en sus propios oficios. Esto es sobre
lo que escribí. Tenían conciencia de su pericia, de su competencia, así como de su expe
riencia, pero era una sensación que no recibía gran reconocimiento de manera pública. En
las ciudades en las que he investigado ni siquiera tenían gremios para mujeres. En todos
88 los registros que han quedado sobre ellas, se les hace referencia como la esposa de..., la

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hija de... Esa pericia que les hizo ser reconocidas: "Soy una buena orfebre, soy una buena
costurera", "y la gente acude a mí". Eso les hizo pensar en sí mismas. Puede ser que fuera
bastante menos frecuente que se definieran como costureras, etc. Tenían las habilidades. A
los hombres siempre se les describían públicamente por sus oficios. En ese tipo de entor
no, a las mujeres les resulta muy fácil describirse a sí mismas en una categoría más fluida:
como madres, esposas, y los hombres tenían formas más claras de insistir en ciertas identi
dades. Las formas de auto-presentación podrían estar relacionadas con las categorías que
usamos internamente.

Permíteme expresar el contraste entre las mujeres católicas y protestantes. Hay


ciertos hábitos que las mujeres católicas tenían y practicaban. Incluso la mujer campesi
na que sólo iba una vez al año a confesión. Se les enseña ciertos modos de comporta
miento a través de los pecados, que no son necesariamente los mismos [en relación con
las mujeres protestantes]. Los detalles que podríamos utilizar para organizar son dife
rentes. Las técnicas de memoria son diferentes. Con las mujeres judías, probablemente
le dedicarían mucho tiempo, pensando en la conciencia interior, a la narración de histo
rias que es parte de la evidencia que tenemos. Me imagino que las mujeres contaban his
torias sobre sí mismas. Tendrían que contar historias como un recurso que luego se apli
carían interiormente. Creo que es también muy interesante reflexionar sobre el nivel de

implicación de la conciencia interna en el diálogo con otra persona y también con quien
se hable. Se trata de quiénes son tus amistades más íntimas. íntimas con tu confesor, con
tu hermana, con tu sirvienta, con otras mujeres y con hombres. Una cosa que es muy im

portante es que realmente hablan de manera muy íntima. Los hombres pueden tener una
aventura pasajera, tal vez podría ser al revés: a las mujeres se les permitía hablar entre
ellas. Muy a menudo un hombre encontraba una esposa cuando finalmente encontraba
una mujer con la que podía hablar. Ahí es donde me gustaría incidir si volviera a reto
mar este tema. Me gustaría estudiar los entornos en los que las personas tienen diferen
tes diálogos, en los que se hablan íntimamente. Me gustaría estudiar las fuentes que son

reales, la comunicación de la propia vida interior más allá del caso conocido de una con
fesión.

Nash: Y ahora cambiemos de tema. Hablemos de ficción. Muchos libros y películas


han unido la ficción y la Historia. Creo que ya era hora, además es muy pertinente porque
los estudiantes de hoy se han educado y socializado con medios audiovisuales en lugar de
a través de la lectura. ¿Cómo acepta el papel de la película histórica en el aula? ¿Cómo
combina la Historia y la ficción?

NZ Davis: Creo que deberíamos utilizar este recurso. Yo lo utilizo constantemente


e intento contextualizarlos idealmente de dos maneras. Se utiliza y se contextualiza en

términos del momento en que se hizo la película. En cuanto a las películas históricas, si
lo utilizas como una manera de informar sobre el pasado, hay dos maneras. Si estás es
tudiando Historia Contemporánea la primera manera es que se puede utilizar como fuen
te sobre una determinada época. Hay un montón de cosas que puedes hacer allí. Si has
de utilizarlo como yo, sobre la Edad Moderna, se utiliza como algo paralelo a la actuali
dad. Es una manera de decir algo hoy, o en los últimos 50 años, que pasó hace mucho
tiempo y luego lo intentas contextualizar ubicándolo en el presente. Así que esto es algo
que puedes haber visto en documentales históricos, como historiadora de hoy en día, y
luego se puede sugerir a los estudiantes dónde crees que se encuentran los puntos im

portantes en la película. Trato de elegir películas en las que previamente han tenido la
posibilidad de realizar una lectura previa para que puedan utilizar esta información que
han leído y sobre la que han estado reflexionando. Trato de hablarles sobre los temas

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que se consideran importantes a la hora de hacer una película. Esto debería hacerles más
conscientes de cómo, qué tipo de temas, cómo los problemas que están aprendiendo
también están salpicados de género, de limitaciones literarias que pueden influir que la
Historia sea contada de una manera determinada. Trato de hacerles ver un poco de lo

que está en juego. Si tuviera un curso en el que pudiera mostrar Procès de Jeanne
d'Arc...13 Te diré otra cosa, esto es tan lejano que no siempre puedo hacerlo, pero si lo
hiciera, si tuviera una clase de historia del cine en lugar de una clase normal, redimen
sionaría el significado de esos primeros planos en la película, es decir, no sólo se habla
ría de la Inquisición y analizaría la Historia detrás de la película. Cuando hice uso de la
película de Dreyer, lo usé tanto en mis primeros cursos de historia francesa moderna en
Princeton y en mi curso de historia de la mujer en la brujería, he utilizado el Dies Irae
de Dreyer. ¿Alguna vez has visto esa película? Es una película maravillosa de la década
de 1940, basada indirectamente en una historia real, una historia real que se había conta
do ya en una obra de teatro. Es una historia tan profunda, emotiva y detallada de cómo
se produce una acusación de brujería y cómo una mujer incluso hacia el final se acaba
creyendo que había cometido la brujería. Te impacta. Hay una vieja, que es torturada y
quemada. En cuanto a la historia principal, tiene la aparición de una acusación de bruje
ría y la voluntad de una mujer en aceptarlo y es un esfuerzo brillante. Muestra con preci
sión lo que sucedió. Así que pensé y, por supuesto, les dije: "esto no es un caso real,
pero mirad lo que podemos aprender de ella".
Creo que, de vez en cuando, es una manera de acercarse al alumnado y mostrarles la
manera de ser espectadores responsables de películas históricas, de largometrajes, que es
un verdadero desafío, o documentales. Pueden hacerlo, mucho más de lo que mi genera
ción pudo. Así que creo que es importante utilizarlos, e introducir lo histórico en la con
ceptualización de películas, e introduzco mis libros para informarles con las fuentes. Tie
nen que ser informados por fuentes históricas y trabajar con un equipo de historiadores,
quienes pueden ser su apoyo. Así que les animo a utilizar el cine de esta manera que es
históricamente enriquecedora.

Nash: En la película de Martin Guerre, la vida de Arnaud du Tilh es falsa. ¿Cuál es


su opinion sobre el uso de la impostura en la Historia?

NZ Davis: Hay un montón de libros nuevos sobre esto. Fiction in the Archives es en
realidad una variante de lo cambiante, donde hay otros artículos de otros impostores. Con
tinuamente salen libros sobre el tema de la identidad. Este es un gran tema en estos mo
mentos. Creo que es un elemento rico. La cuestión es mucho más amplia que la que se lle
vó a cabo en el caso de Martin Guerre. Las personas que fundan nuevas religiones son a
menudo acusadas de impostura y fraude. Estos libros sobre impostores famosos que apare
cen, el género que recoge este fenómeno nos muestra cuántas personas hay en esto, qué ti

pos de casos, los pensamientos de la familias, el pensamiento religioso, una impostura de


un millonario, el rey que regresa. Son historias tan divertidas. Es importante recordar que
son divertidas de contar, la gente siempre se ríe. Es muy importante tratarlo con seriedad,
no como si fuera una especie de broma. Se trata de una confianza que es violada. En el
caso de Martin Guerre, hay evidencias que son imposibles de ignorar. No se puede aceptar
que en algún momento Bertrande se convirtiera completamente en cómplice. Si conoces la
historia, o solo los extractos de resumen del juez puedes llegar a esta conclusión. Si lees lo
que cuenta, que Aurnaud du Thilh, por separado de Bertrande Rose, fue capaz de contar

13 Robert
90 Bresson (dir.), 1962.

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Natalie Ζ. Davis en una manifestación contra la guerra de Vietnam, Toronto, 1968-1969

todas las historias de su pasado y sus cosas del pasado y sobre su relación íntima, que lue
go ella por separado confirmaba siempre, esto es un signo inequívoco de complicidad. No
hay ninguna otra manera. Hay otros indicios también.

Nash: ¿Hay género en su papel como impostora?

NZ Davis:
Está implícito que tiene que haberlo. Ella sigue siendo Bertrande, pero
hay impostura. ¿Se trata de género? Lo que es cierto es que si simplemente te fijas en la
adaptación de una nueva identidad y dejas de lado el engaño que se hace al fingir que pue
des vivir sin comer, entonces las mujeres también son impostores. Si te fijas en las fami
lias, vemos que tenemos muchos ejemplos más con mujeres que con hombres. Fijándonos
en un solo tipo. Hay otras áreas cuando te centras en mujeres. Más mujeres han tenido vi

siones y han oído voces, al menos han oído voces visionarias, lo que consideramos como
una experiencia visionaria genuina o una experiencia extemporánea. Lo que es interesante
acerca de estos casos es que requieren de un reconocimiento del suceso. El caso de Martin
Guerre se convirtió en un asunto de interés público y la gente, probablemente mucha gente
en ese pueblo, decidió aceptar la situación. Se conformaron. Una vez se convirtió en un
caso público, se transformó en un delito. Así que esta es la razón por la que es un tema tan

agradable para un historiador de una comunidad. Al igual que los debates en torno a una

mujer que afirmó haber visto a la Virgen, la gente se pregunta, "¿Realmente la vio, o no?".
Así que, volviendo a las familias, me pregunto la razón del porqué he encontrado tan
pocas mujeres y me pregunto esto, tal vez, debido a que las mujeres de hecho realizaron | 91

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viajes. Recuerdo una que no está en el libro de Martin Guerre. La mencioné en un artículo

posterior, tal vez está incluida en Fiction in the Archives, en el que una mujer aparece para
reclamar una herencia. Tenía un hombre que era su cómplice, que de alguna manera se
puso de acuerdo con ella. No nos encontramos la figura femenina que regresa de una gue
rra, por lo menos en los países que conozco. Las mujeres sí viajan. Si se van de peregrina
ción, cuando vuelven quieren ser ellas mismas. No quieren ser impostoras. Así que creo

que hay un elemento de género en los tipos de formas en las que nos encontraremos figu
ras impostoras, en términos de ser cómplice de un hombre, en casos en que se dejan llevar.
Hay un cierto número de casos en los que la gente regresa a su lugar de pertenencia. A di

ferencia de tomar la iniciativa de ser un impostor, simplemente seguir la farsa, en muchos


casos hay una mujer que está muy dispuesta por razones tales como: "Con éste me basta",
o tal vez: "Éste es incluso mejor".

En "A Life of Learning",14 usted dijo que el hacer una película podría ser una
Nash:
aproximación a una experiencia etnográfica.

NZ Davis: Eso fue cuando estaba tan interesada en la antropología, el período en que
empecé a hacer ese trabajo. En ese caso en particular, estaba tan interesada que me fui a la
aldea. Se hizo la película en otro pueblo muy cercano del verdadero. Para mí, trabajar con
los actores, no sé cómo decir esto ahora, pero en esos momentos... es así como me sentía.
Fui a los actores y me hacían todo tipo de preguntas acerca de sus personajes, las miradas
de los vecinos, ver cómo reaccionaban a toda la historia. Estaba influenciada en parte por
un tipo llamado Vatsio Vivier. Hizo una película, situada a principios del siglo xix, en la
misma ciudad donde se había producido un terrible asesinato. Todos los actores llegaron a
este pueblo y pasó seis meses con ellos repasando los documentos, de modo que cuando

ellos, como actores, pasaron a realizar su trabajo ya se habían convertido de alguna mane
ra en historiadores aficionados. Yo partía de su modelo. Hablé con la gente de la aldea y,
por supuesto, hablé con todos los actores y tenían preguntas muy interesantes sobre sus

papeles, algunas de las cuales no se me habrían ocurrido. Creo que hoy todavía me gusta
ría hacer eso, tal vez, ahora que tengo toda esa experiencia. Parece que, quizás, surja una
obra de teatro de mi libro León el africano. Un viajero entre dos mundos. Un dramaturgo
ya tiene la idea y hemos trabajado juntos en ella. Así que probablemente estaré ahí para
tratar de mantener precisa la parte histórica, no para intervenir en lo que el actor quiere ha
cer con su papel. Estaré interesada simplemente, mientras que con Martin Guerre escribí
el guión. Cualquier actor hace pequeñas modificaciones con su personaje, pero no los
cambian. Tengo un amigo que estaba dirigiendo una película histórica y le hice una suge
rencia. Sabía que era una buena sugerencia, y se la presenté con mucho tacto. Él se lo pen
só y luego dijo: "Fue idea de la actriz, ¿cómo le obligo ahora a cambiar?". Así que no su
cedió. Eso no puede suceder ahora ya que voy a ser la asesora histórica de la obra. ¡Al
menos, eso espero!

Nash: Y de la ficción y el cine, regresemos de nuevo a los archivos. Es evidente su


fascinación por los archivos y las fuentes reales, tanto en sus obras y en sus presentacio
nes. Así que ¿cómo vamos a abordar la situación que vendrá pronto mediante, la cual los
historiadores del futuro no manejarán los documentos originales sino que utilizarán las
versiones digitalizadas?

14 "A Life of
Learning". Conferencia ofrecida por Natalie Zemon Davis en 1997 como "Charles Homer
92 Haskins Lecture for 1997" de la American Council of Learned Societies.

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NZ Davis: No lo sé. No he pensado en ello, pero mi amigo Robert Darnton, quien ha
sido una figura destacada en lo que respecta a la cuestión de la digitalización en las biblio
tecas de Historia, está muy, muy preocupado. Es un ex colega de Princeton jubilado de la
docencia y tiene una nueva vida como responsable de todas las bibliotecas de la Universi
dad de Harvard, y está muy preocupado porque piensa que estas copias digitales pueden

degradarse. Señala que de todos los soportes de palabras, los objetos más duraderos son
los primeros libros que fueron elaborados con papel de enorme calidad. Van a durar más
tiempo, a menos que haya una gran mejora tecnológica, que una biblioteca digital. En el
corto plazo, significa un trabajo cuidadoso. No he tenido experiencia más allá de libros,
exceptuando el uso de microfilm de no muy buena calidad. He tenido que llevar a cabo un
trabajo muy importante en cuanto a cómo hacer inventario, clasificar, hallar los entornos
adecuados para desarrollar la investigación. Por supuesto, sólo deberíamos poner a salvo
aquellas cosas que no destruimos. Destruimos un montón de cosas de papel, así que eso es
bueno. Me pregunto, ¿cómo sería trabajar en los archivos? Una de las cosas que lamento
es que era muy divertido estar en contacto con la gente en los archivos de todo el mundo,

y poder ver imágenes con tanta rapidez. Lamento la pérdida del contacto personal. Aquí
no podrías tocar las [fuentes] en absoluto. A la hora de desarrollar un curso o un proyecto
me preocupo mucho, si es posible, de contar con un documento en la mano. Con al-Waz

zan, mi musulmán, tuve en mis manos algo que él realmente había tenido en las suyas, uno

de los manuscritos, y me gusta esa sensación de confirmación. Para mí, esto genera un
sentido de responsabilidad. Me gusta el pasado.
Hemos recibido este regalo del pasado y cada página escrita es una obligación, y la
mía es hacer lo mejor que pueda para interpretar, aunque sé que no siempre tienes que te

ner algo tan antiguo a tu disposición. Pero es cierto que ellos [las generaciones futuras] no
dispondrán de nuestros libros. Es triste. Lo que creo es que deberíamos tener ambos for
matos. Por lo menos para ciertos tipos de escritura, deberíamos tener el volumen impreso
y el otro, a menos que otra sensibilidad se desarrolle, diferente de la mía, y solo ver y no
tocar sea suficiente. Siento lo mismo con los objetos, las joyas que fueron utilizadas por
alguien. Son un recuerdo de un regalo. Es una conexión especial y tal vez con una forma

particular: las mujeres tenían sus joyas, los hombres sus espadas. Se hace mucho más ínti

mo. En los textos que uso se observa que la ropa es mucho más íntima para las mujeres y
los hombres históricamente tienden a desprenderse de todo. Regalan libros y espadas, ar
mas y dinero.

Nash: ¿Qué le ha dado la Historia?

NZ Davis: Toda una vida de investigación. Esto nos lleva de vuelta a nuestro punto
de partida y al interés por las cuestiones y a reflexionar sobre las cosas terribles que ocu
rrieron. Como he dicho, me da esperanza ver que los seres humanos hacen cosas intere
santes. No importa qué situación haya mirado, la gente encuentra maneras, no todas las
personas, pero algunas personas encuentran la manera de salir adelante. Algunos de ellos
encuentran una manera maravillosa de transformar las cosas. Estamos viviendo días muy
emocionantes ahora. El Oriente Próximo está tratando de encontrar diferentes maneras de
avanzar. Estos momentos son momentos especiales.

Nash: ¿Así que hay una lección para el presente y el futuro? π

NZ Davis: No en el sentido de que "tenemos que hacer esto, o que tenemos que ha- | 93

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cer aquello", sino en el sentido de que la gente realmente encuentra la manera de improvi
sar, de salir adelante. Encuentran una forma de gestionar los conflictos y pueden pasar a la

resistencia. Pero probablemente no va a comenzar de la nada y es importante la experien


cia de hacer frente a las circunstancias más difíciles. De modo que incluso si los tiempos
son muy malos, existirán posibilidades para la resistencia y la insurrección. En segundo
lugar, lo que estamos haciendo en este momento es que la gente sigue, sin necesidad de ser
historiadores, pero se siguen escribiendo unos a otros contándose las historias de su vida y
su pasado, y creo que esa creatividad narrativa es muy buena e importante. Sigo viendo
personas saliendo adelante, improvisando, resistiendo, cambiando y contando historias.

Nash: Muchas gracias.

Transcripción y traducción de Juan Salvador García Puig

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