Cable Submarino
Cable Submarino
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1. Polietileno.
2. Cinta de tereftalato de polietileno.
3. Alambres de acero trenzado.
4. Barrera de aluminio resistente al agua.
5. Policarbonato.
6. Tubo de cobre o aluminio.
7. Vaselina.
8. Fibras ópticas.
Índice
1Historia
2Instalación
3Características
4Capacidad de transmisión de datos
5Complicaciones
6Véase también
7Referencias
8Enlaces externos
Historia[editar]
En lo relativo al servicio de telecomunicación los primeros cables, destinados al servicio
telegráfico, estaban formados por hilos de cobre recubiertos de un material aislante. Ya en
1845 se realizaban en Portsmouth ensayos de cables submarinos3 aunque no se
conseguía aún la confiabilidad suficiente. La invención de un aislante resistente al agua
denominado gutapercha, desarrollado en 1847 por el alemán Werner von Siemens. le
permitió a la Submarine Telegraph Co. tender, en 1852, el primer cable submarino que
unía el Reino Unido y Francia a través del Canal de la Mancha. Si bien fue cortado por
unos pescadores al poco tiempo de instalado, este hito probó que el cable submarino
funcionaba, desatando una carrera sin freno por su desarrollo en el mundo.
Entre 1852 y 1854 se realizaron diferentes tendidos entre Irlanda y Escocia,
entre Gales e Irlanda, entre Córcega y Cerdeña, entre Suecia y Dinamarca, y varios otros
tendidos pequeños (menos de 25 millas náuticas generalmente), algunos funcionaron bien
y otros no tanto, pero todos estos trabajos permitieron ganar experiencia sobre tendido y
durabilidad de los materiales.3
En 1855 se aprobó el proyecto para tender el primer cable transatlántico, que quedó fuera
de servicio en poco tiempo. En 1865 se puso en marcha el segundo proyecto,
empleándose para ello el mayor barco existente en ese entonces, el Great Eastern. Este
cable no llegaría a funcionar hasta el año 1866 y unía Irlanda y Terranova. Algunos años
más tarde, en 1868, se instaló finalmente un cable que atravesaba el océano atlántico y
conectaba Irlanda con Canadá, optimizando enormemente la comunicación entre Estados
Unidos y Gran Bretaña, reduciendo drásticamente el tiempo en que los mensajes podían
llegar a su destino. De días (tiempo en que los barcos tardaban en entregar el mensaje en
la otra costa) a únicamente horas.
Fueron el especialista estadounidense en telégrafos Cyrus West Field y el físico y
matemático irlandés William Thomson, más tarde conocido como Lord Kelvin, quienes se
aventuraron a instalar este cable, en un contexto donde la idea de poder comunicarse a
grandes distancias en poco tiempo, era aún más importante que la luz eléctrica.
El procedimiento consistió en encontrar dos barcos a medio camino y luego transportar
cada extremo de cable a cada una de las costas, distantes 3.000 kilómetros. Hasta ese
entonces, la idea de un cable submarino no era posible debido a que no se contaba con un
material lo suficientemente resistente. Con el implemento de la gutapercha, material
obtenido de la savia de algunos árboles, pudo cubrirse el cable lo suficiente como para
permitir conexiones subacuáticas. Si bien el primer intento fue un fracaso, luego de la
instalación exitosa en el Canal de la Mancha, pronto tomó fama en Europa y fue instalado
en diferentes naciones, logrando conexiones importantes en el mar Mediterráneo y en el
mar Negro. Se estima que en el año 1855 ya había instalados por lo menos veinticinco
cables submarinos. Esto fue lo que permitió a Field y Thomson a intentar conectar sus dos
naciones, que en aquel momento su contexto político exigía una mejor manera de
mantenerse comunicados.
Las dificultades de tendido fueron considerables, así como las de explotación, debido a las
elevadas atenuaciones que sufrían las señales como consecuencia de
la capacitancia entre el conductor activo y la toma de tierra, así como por los problemas de
aislamiento. Muchos de estos problemas eran ocasionados por el sabotaje de los
accionistas de las compañías marítimas, introduciendo clavos y perforando así la capa
aislante del cable. Se tuvo que emplear muchos hombres y un trabajo minucioso y a
conciencia para poder repararlos. El progreso de este, era perjudicial económicamente
para las compañías navieras.
Tras el evidente fracaso de esta conexión, varios inversionistas se retiraron del proyecto y
no fue sino hasta seis años después que se volvió a realizar un intento por conectar ambas
naciones.
Ideológicamente, podría decirse que el cable sirvió para la consolidación de la
sincronización del mundo occidental entre dos potencias importantes. Así como sirvió para
instaurar la primera gran noción de un mundo completamente conectado. E incluso abrió la
puerta para que se siguieran dando pasos en relación al desarrollo de las conexiones de
comunicación, primero para telegrafía y luego de telefonía, dotados
de repetidores amplificadores sumergidos, con suministro de energía a través de los
mismos conductores utilizados para transmitir la conversación.
Posteriormente, en la década de los 60, se instalaron cables submarinos formados
por pares coaxiales, que utilizando multiplexación por división de frecuencia. permitían un
elevado número de canales telefónicos analógicos, del orden de 120 a 1800, lo que para la
época era mucho.
En los ´80, comenzaron a popularizarse los cables submarinos de fibra óptica, que
utilizan multiplexación por división de longitud de onda, idéntica filosofía pero utilizando
esta vez diferentes longitudes de onda de emisores láser. Así, abrieron el camino para la
transmisión simultánea de un gran número de señales digitales portadoras de voz, datos,
televisión, Internet, etc. con velocidades de transmisión de hasta 1000 Tbit/s.[cita requerida]
A pesar de que el cable era parte de un desarrollo de comunicación, también puede
pensarse en todo lo que significó. En un mundo donde la noción de “conectividad” apenas
empezaba a esclarecerse y donde la idea de entender a la sociedad a través de una
metáfora de red era prácticamente inexistente, hubo quienes se aventuraron a intentar
esta gran hazaña.
Instalación[editar]
Con un elemento similar a una azada pero de gran tamaño, manejada por robots
submarinos, se crea un surco donde se posará el cable, surco que posteriormente se
cubrirá con arena depositada por la corriente marina. Esto se hace en zonas donde la
profundidad es escasa o pudieran aparecer otros riesgos, ya que cuando la profundidad es
importante, el cable simplemente queda apoyado en el lecho marino. Lo más difícil es
determinar la profundidad del océano. El lecho marino consta de desniveles, lo que hace
que haya zonas conflictivas en condiciones muy diversas para situar los cables. Para ello,
se estudian en profundidad las zonas más adecuadas para colocarlos.
En la fosa de Japón, a una profundidad de 8.000 metros, hay un cable submarino. El cable
debe ser bastante más largo que la profundidad en el momento de su instalación: el barco
está en movimiento mientras coloca el cable y el ángulo que forma desde la zona de
mayor profundidad hace que se lleguen a necesitar 16 kilómetros de cable para los 8000
metros de profundidad.
Características[editar]
Los cables en la actualidad no son muy gruesos, pueden alcanzar el tamaño de un brazo
humano. Paradójicamente, cuanto mayor es la profundidad, menor es la protección
mecánica que se necesita, pues hay una menor probabilidad de que se sufran daños en el
cable por anclas, redes de arrastre, u otros. Suelen tener las fibras ópticas en el centro,
recubrimientos plásticos, cables de acero para resistencia mecánica, conductores de cobre
para alimentación de los repetidores, y una funda exterior de tereftalato de polietileno para
aislarlo completamente.
Complicaciones[editar]
La reparación de un cable a tanta profundidad es imposible, por lo que se arreglan en la
superficie. Se rescatan los extremos dañados con un robot submarino, y se repara, une o
soluciona el daño a bordo de buques especiales. No hay muchos barcos que se dediquen
a esta labor
Hay varias razones por la que los cables sufren daños, pero básicamente es por anclas de
barcos, redes de pesca, o peces. La fauna marina se puede comer el recubrimiento de los
cables - tiburones -, atraídos por los campos magnéticos. Afortunadamente los nuevos
diseños de cables contemplan este problema y reducen la posibilidad de cortes o
complicaciones por estas causas.
Otros casos que se contemplan, son los terremotos. En 2006 uno con magnitud 7.0 rompió
ocho cables en la zona de Taiwán, afectando gravemente a las comunicaciones en China.
Un total de once barcos estuvieron 49 días trabajando en la reparación.
En la actualidad se están incorporando sistemas de reconocimiento de movimientos en el
fondo oceánico para los posibles terremotos, que puedan derivar en algo más complicado.
Se sabe que ahí se originan, por lo cual podemos contar con la velocidad con la que el
cable puede avisar de lo que acontece, esto nos da un margen de maniobra muy grande
para prevenir situaciones en las ciudades.
En la actualidad los cables no están protegidos por los países.
"Cada año se producen entre 100 y 150 cortes de cables submarinos"[cita requerida]