La Importancia de Schopenhauer. - Critica - CL

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4

E N E L M U N D O D E L A PA L A B R A , L A S I D E A S Y L O S I D E A L E S

R E V I S TA L AT I N O A M E R I C A N A D E E N S AY O F U N D A D A E N S A N T I A G O D E C H I L E E N 1 9 9 7 | A Ñ O X X I I I
PORTADA | PUBLICAR EN ESTE SITIO | AUTORES | ARCHIVO GENERAL | CONTACTO | HUMOR | ACERCA DE | ESTADISTICAS | HACER UN APORTE
◄ VER EXTRACTOS DE TODOS LOS ARTICULOS PUBLICADOS HASTA LA FECHA ►

_____________________________________________________________________________________________________________________

La importancia de Schopenhauer.
por Patricia Cerda
Artículo publicado el 25/09/2015

Si hay algo en el mundo que sea deseable, tan deseable que hasta el
mismo montón en sus momentos iluminados lo viese como más valiosos
que el oro y la plata, sería que un rayo de luz cayera en la oscuridad de
nuestra existencia y nos llevara a alguna conclusión sobre este mundo
misterioso, donde lo único claro es la miseria y la nada [1].

Actualmente hay en Occidente dos tradiciones filosóficas, una fundamental,


cuyo eje son Kant y Schopenhauer, y una interpretativa o fenomenológica
que basa sus reflexiones en los fundamentos de la primera. La segunda va
de Nietzsche a Husserl y Heidegger y de allí a los filósofos franceses de
moda. Mientras la primera se avocó a analizar la esencia del mundo y tuvo
su punto culminante en el pensamiento de Arthur Schopenhauer, la segunda
se ha dedicado a analizar las relaciones entre las cosas de la superficie del
mundo, tales como la comunicación, la importancia del otro como espejo del
yo… Todos estos temas están, sin embargo, ya analizados en la obra
monumental de Schopenhauer: Die Welt als Wille und Vorstellung (El mundo
como voluntad e imaginación) (2). Schopenhauer no dejó al parecer nada
esencial sin analizar. Esto llevó a Tolstoi a opinar, seguramente con razón,
que este maestro es el hombre más inteligente que ha pasado por el planeta.
Sin embargo, sigue siendo un filósofo casi desconocido en Chile por el simple
hecho de estar mal traducido al español. Ya el título está mal traducido. La
traducción correcta de Die Welt als Wille und Vorstellung es: El mundo como
voluntad e imaginación. He aquí algunas de sus ideas fundamentales.

El mundo como imaginación: El intelecto, como función del cerebro, es


parte de la naturaleza. El intelecto puede entender todo en la naturaleza,
pero no la naturaleza misma, así como tampoco el ojo puede verse a sí
mismo. El intelecto es un producto que surgió cuando la vida ya existía. Su
función es limitada. No surgió para conocer la esencia del mundo, sino solo
para entender el mundo de las apariencias y sacar de allí los motivos para
presentárselos a la voluntad. El intelecto es el peón de la voluntad y no al
contrario. Primero querer, después pensar, y no al revés. Esta premisa es una
de las nuevas verdades fundamentales que presenta el edificio orgánico de la
filosofía de Schopenhauer con la cual revisa y desmiente los dogmas que
habían habido en la filosofía occidental desde Descartes. El intelecto jamás
podrá entender completamente el mundo, siempre habrá algo que se quede
fuera. La conciencia que cada uno tiene de sí mismo es lo más cercano
posible al conocimiento de la cosa en sí, que es la voluntad, entendida como
fuerza cósmica que actúa en cada uno de nosotros así como en toda la
naturaleza. Somos voluntad y el vehículo de ésta es nuestro cuerpo. Una de
los errores básicos del intelecto en todos los seres vivientes es el principio de
individuación, vale decir, el autoengaño del individuo de verse a sí mismo
separado del mundo de que forma parte. Este es, a juicio de Schopenhauer,
el velo de Maya de la existencia.

El mundo está en mi imaginación. Para reflexionar, el ser humano pone


nombre a las imágenes que porta intuitivamente en su mente, que así pasan
a ser los conceptos, que a su vez forman el núcleo del lenguaje con el cual el
individuo construye su visión del mundo. Por otra parte, para construir esa
visión del mundo, el intelecto se vale también de los sentidos. Ellos entregan
la materia prima que el cerebro transforma en percepción del mundo. Pero el
intelecto no es libre en este proceso de percepción ya que está apriori atado
a categorías de comprensión de las cuales no puede liberarse. Estas
categorías son: espacio, tiempo y casualidad[3]. Tener que limitarse a estas
categorías hace que todo entendimiento y conocimiento del mundo sea
subjetivo[4].

El mundo como voluntad: El poeta –dice Schopenhauer- nos muestra


cómo se comporta un individuo bajo influencia de los motivos y la reflexión.
Lo que mueve al individuo es la voluntad, vale decir, el poder oscuro de la
vida que actúa en el hombre al igual que en la naturaleza. La voluntad está
fuera del tiempo y no obedece a ningún plan racional y sobre sus fines u
objetivos no podemos saber todo, siempre quedará algo fuera de nuestra
capacidad de aprehenderla. El sufrimiento en el mundo es una consecuencia
de la fragmentación de las fuerzas disgregadoras y desgarradoras de la
voluntad. Estas fuerzas instintivas actúan en nosotros contraponiéndose y
embrollándose de modo irracional sin que el intelecto pueda llegar jamás a
entenderlas. Por eso Thomas Mann llamó a Schopehnhauer el filósofo
racional de lo irracional. Solo la muerte disuelve en nosotros las ataduras de
la voluntad. A consecuencia de lo anterior, la vida del hombre es comparable
al esclavo de una galera atado a su individualidad y a su cuerpo a merced de
los destinos que le depara la vida. La vida puede ser también vista como un
episodio incómodo e innecesario en la dulce tranquilidad de la nada.[5]

Schopenhauer siguió a Platón y a Kant en la idea de que el mundo no es lo


que aparenta. Detrás de la realidad empírica que captamos con nuestro
intelecto se abriría la verdadera realidad. Lo que Kant llama el mundo de las
apariencias (Erscheinungswelt), Schopenhauer lo llama Vorstellung –
representación (Aramayo), imaginación (yo)[6].

La relación entre el mundo como imaginación y el mundo como voluntad,


vale decir, entre las apariencias y la esencia, es la compasión. La compasión
es la intuición de que somos parte de un todo y de que cualquier mal que
hagamos a los demás, nos lo hacemos también a nosotros mismos. Es, por
lo tanto, la negación del principio de individuación. La innegable presencia de
la compasión en nuestra mente -como imaginación- nos muestra que el
sentido último de la existencia es ético. Es la razón porque intuitivamente le
damos más peso al corazón que al intelecto en las cosas humanas. La
bondad, como la inteligencia, está diferentemente repartida en el mundo.

Sobre el individuo: El cuerpo humano es materialización de la voluntad y


su fin último es la procreación. Eso explica la fuerza de la atracción sexual.
Schopenhauer fue el primer filósofo que analizó la metafísca de la líbido.
Freud, más que un seguidor, fue un plagiador de esta idea.

El cerebro humano es la estructura más compleja del universo. Todo lo que


pueda saber el individuo sobre el mundo, lo sabe a través del conocimiento
de sí mismo. Por otro lado, la esencia del yo está en el carácter, que es
invariable. El individuo sabe quién es a través de sus actos, vale decir, a
través de la comunicación con los demás. Pero con esto Schopenhauer no
quiso decir que sea el otro quien nos dé noticia del yo. No son los otros sino
nuestras reacciones y respuestas a los motivos que nos pone el mundo los
que nos muestran quienes somos. La biografía de un individuo es el reflejo
de su carácter. Como el fin de su existencia es moral, su autoimágen coincide
con su conciencia. A diferencia de los animales, somos seres con conciencia.

Schopenhauer, al igual que Kant, distingue entre carácter inteligible y


carácter adquirido. El carácter inteligible determina los actos de una vida
según la proporción de egoísmo, maldad y compasión. Aquí la diversidad
entre los humanos es inmensa. El ser humano no puede transformar su
carácter adquirido, pero puede formar su carácter inteligible a fuerza de
experiencia y reflexión. A nivel individual, uno de los fines de la existencia
compelen al carácter adquirido: conocerse, comprenderse, saber de lo que
se es capaz, conocer claramente el grado de energía de que se dispone,
saber lo que se quiere y lo que se puede, saber donde termina nuestro poder
y donde empieza nuestra impotencia.

El sentido último de la existencia es ético. Para saber quienes somos y


lo que somos capaces de hacer, hay que echar una mirada a la biografía a
nivel individual y a la historia a nivel de humanidad porque siempre es lo
mismo, solo que de otra manera; idem sed aliter, asegura Schopenhauer.

La ética, según nuestro filósofo, tiene que limitarse a indicar cómo está
conformada la naturaleza humana y como actúan los hombres en
concordancia con aquélla. Al igual que Hobbes, considera que el estado
deber ser una unidad absoluta de poder que sirva para refrenar las
manifestaciones egoístas y perversas, propias del hombre en su condición
natural. Donde no reina un estado fuerte, reina la violencia de unos contra
otros. Hay que considerar como parte de esta violencia a las formas de
injusticia y de corrupción. El problema de la ética para Schopenhauer, es
encontrar un punto de apoyo en la naturaleza del hombre, en virtud del cual
sea viable suscitar en él su predisposición hacia la justicia y así poder limitar
su egoísmo. El límite de la ética está determinado en este mundo por la
realidad de la presencia del mal. La pregunta fundamental de la ética es:
cómo es posible evitar la injusticia siendo ésta una tendencia inherente en el
ser humano y manifestación de la voluntad y del principio de individuación.
En lugar del imperativo categórico de Kant cuya versión pupular es: no hagas
a los demás lo que no quieres que te hagan a tí que tiene raíz está en la
razón, Schopenhauer aconseja: ocúpate de tu bienestar de tal modo, que los
otros sufran lo menos posible.

Con Schopenhauer tiene lugar un viraje radical de la razón a la voluntad. La


razón queda reducida a un fenómeno accidental supeditado a la voluntad.
Ésta es la realidad verdadera, imposible de abarcar con el intelecto humano.
Como ya dijinos, la intimidad en la conciencia de nosotros mismos es el
mayor acercamiento posible a esa cosa en sí.

Es innegable la influencia que la filosofía de Schopenhauer ha tenido en la


literatura moderna partiendo de los monólogos de la conciencia de James
Joyce en Ulises. El mismo Schopenhauer postulaba que quienes más se han
acercado desde siempre al entendimiento de la esencia del mundo son los
poetas. El tema principal de la poesía es la objeticación de la voluntad en los
pensamientos, sentimientos y acciones humanas. Al describir al hombre en
su esencia, el poeta se transforma en un espejo de la humanidad.

NOTAS
[1] Über das metaphysische Bedürfnis des Menschen. Welt als Wille und
Vorstellung, Ergänzung zum ersten Buch, capítulo 17.
[2] Sobre las relaciones entre los seres humanos, cuyo vehículo es el intelecto,
se expandió en el capítulo 22 del segundo tomo de El mundo como voluntad….
[3] Estos innatos a prioris del intelecto son el gran descubrimiento de Kant, el
fundador de la filosofía moderna.
[4] Die Sinne liefern nichts weiter, als den rohen Stoff, welchen allerst der
Verstand, mittelst der angegebenen einfachen Formen, Raum, Zeit und
Kausalität, in die objektive Auffassung einer gestzmäßig geregelten Körperwelt
umarbeiten (Über die vierfache Wurzel des Satzes von zureichenden Grunde,
p. 70).
[5] Man kann auch das Leben auffassen als eine unnützerweise störende
Episode in der seligen Ruhe des Nichts. Paralipomena § 156.
[6] Todo en este mundo está sometido al principio de razón suficiente (der
Satz vom Grund) que tiene cuatro raíces: La relación causa-efecto, la
razón del conocimiento (lógica), la razón ontológica en la que
determinaríamos el estado de un objeto en el espacio y en el tiempo y,
finalmente, el motivo de la acción.

Twittear

Like Sign Up to see what your friends


like.

2 comentarios

[…] A estas tesis se enfrenta Kant introduciendo la idea de valorar estados de


validez del conocimiento en edificación. Por ello fue revolucionario en la
historia del pensamiento. Arthur Schopenhauer se refiere a la obra de Kant
como la causa de un verdadero renacimiento intelectual.
Ver: http://critica.cl/filosofia/ la-importancia-de-schopenhauer […]
Por Diálogo Sin Fronteras | La filosofía, la educación y el rescate de los valores. 8ª
Parte. el día 14/09/2017 a las 01:32. Responder #

Muy importante será, pero era un misógeno de mierda. Dejo aquí algunas de
las frases de este pedazo de imbécil:

” (…) las mujeres son y serán las nulidades más cabales e incurables.”

” Como las mujeres únicamente han sido creadas para la propagación de la


especie, y toda su vocación se concentra en ese punto, viven más para la
especie que para los individuos, y toman más a pecho los intereses de la
especie que los intereses de los individuos. Esto es lo que da a todo su ser y
a su conducta cierta ligereza y miras opuestas a las del hombre.”

” Las mujeres no tienen el sentimiento ni la inteligencia de la música, así


como tampoco de la poesía y las artes plásticas. En ellas todo es pura
imitación, puro pretexto, pura afectación explotada por su deseo de agradar.
Son incapaces de tomar parte con desinterés en nada, sea lo que fuere, y he
aquí la razón: el hombre se esfuerza en todo por dominar directamente, ya
por la inteligencia, ya por la fuerza; la mujer, por el contrario, siempre y en
todas partes, está reducida a una dominación en absoluto indirecta, es decir,
no tiene poder sino por medio del hombre; sólo sobre él ejerce una influencia
inmediata. Por consiguiente, la Naturaleza lleva a las mujeres a buscar en
todas las cosas un medio de conquistar al hombre, y el interés que parecen
tomarse por las cosas exteriores siempre es un fingimiento, un rodeo, es
decir, pura coquetería y pura monada.”

““Pero ¿qué puede esperarse de las mujeres, si se reflexiona que en el


mundo entero no ha podido producir este sexo un solo genio
verdaderamente grande, ni una obra completa y original en las bellas artes,
ni un solo trabajo de valor duradero, sea en lo que fuere? Esto es muy
notable en la pintura. Son tan aptas como nosotros para aprender la parte
técnica, y cultivan con asiduidad este arte, sin poder gloriarse de una sola
obra maestra, precisamente porque les falta aquella objetividad del espíritu
que es necesaria sobre todo para la pintura. No pueden salir de sí mismas.
Por eso las mujeres vulgares ni siquiera son capaces de sentir sus bellezas,
porque Natura non facit saltus.”

Por Deborah el día 04/10/2015 a las 20:55. Responder #

Comentar

Nombre
Requerido.
Email
Requerido.
Sitio Web

Comentario

Borrar

Enviar

No soy un robot
reCAPTCHA
Privacidad - Condiciones

Critica.cl / subir ▴

También podría gustarte