Emotividad Humana en La Integración de La Persona
Emotividad Humana en La Integración de La Persona
Emotividad Humana en La Integración de La Persona
77
78
Rev. Psicol. (Arequipa. Univ. Catól. San Pablo) / Año 2016 / Vol 6 / N° 2 / pp. 79-97 / ISSN 2306-0565
Resumen
El presente texto se centra en el análisis de la postura de Karol Wojtyla sobre la
emotividad humana considerando la intregralidad de la persona como un ser
somático, psícquico y espiritual. Se revisa especialmente, la obra de Wojtyla,en
particular el libro «Persona y Acción», donde el teólogo polaco brinda su más
hondas explicaciones sobre la persona como sujeto de acción en la psicología.
Abstract
The present text focuses on the analysis of Karol Wojtyla’s position on human
emotion considering it as a somatic, psychic and spiritual being. The work
of Wojtyla, in particular the book «Person and Action», where the polish
theologian gives his deepest explanations on the person as subject of action
in psychology, is especially reviewed.
79
La emotividad humana en la integración de la persona en la acción según Karol Wojtyla / Tuppia
80
Rev. Psicol. (Arequipa. Univ. Catól. San Pablo) / Año 2016 / Vol 6 / N° 2 / pp. 79-97 / ISSN 2306-0565
de manera muy general, sobre el balance El modo específico de esta relación entre
que deja el estudio de estas páginas de la integración y trascendencia es descrito
obra de Wojtyla. por Wojtyla como complementariedad.
Retomando los aspectos nucleares de la
El P. Styczen, discípulo directo de Karol trascendencia de la persona en la acción
Wojtyla, decía que para su maestro «filó- (objeto del análisis de los capítulos III y
sofo es el que experimenta lo que es como IV), al inicio del capítulo V, Wojtyla nos
es, y el que trata de entender hasta el dice que:
final lo que experimenta» (Wojtyla, 1998,
p. 129). Es justo decir que el estudio de El análisis de la autodeterminación y de
esta sección de la obra wojtyliana nos la realización nos confirma en la visión de
ha dejado esta vivencia de profundiza- la persona como una estructura dinámica
ción seria en el ser que se evidencia en totalmente peculiar, concretamente la
la experiencia consciente de ser persona, estructura de autogobierno y de la autopo-
llamada por Dios a realizar libremente sesión. Esta estructura separa la persona
su propia vocación personal. de la naturaleza, que es ajena tanto al
elemento de la autodeterminación, o sea,
El concepto de integración de la de la libertad consciente, como a la tras-
persona a través de la acción cendencia en la actividad que se forma en
la persona mediante la libertad y la opera-
Como se mencionó brevemente en la tividad consciente. (Wojtyla, 1982a, p. 275)
introducción, el título de este capítulo
hace referencia explícita al nombre de la Teniendo en mente esto, la integración se
parte tercera de la obra de Karol Wojtyla presenta como un aspecto complementa-
que es va a analizar. Para entender el rio de la trascendencia. Un análisis agudo
aporte que brinda el estudio de la diná- de las mismas estructuras de autoposesión
mica somática y psíquica a la compren- y autodominio, nos conducen a descubrir
sión del dinamismo personal del obrar, es algo más que la sola trascendencia, ya
fundamental en primer lugar captar con que esta no agota totalmente la realidad
nitidez como Wojtyla articula la relación dinámica de la persona. Yo me poseo y
entre integración y trascendencia. me domino a mí mismo, pero también y
hasta paradójicamente en un principio, soy
Principios fundamentales de la gobernado por mí mismo y poseído por mí
integración de la persona a través de mismo. «Ser poseído y estar subordinado
la acción —ambos en pasivo dice Wojtyla (1982a, p.
276)— son elementos de la misma estruc-
En la visión unitaria que presenta tura, de la misma realidad dinámica, que
Wojtyla, existe una relación orgánica constituyen la persona y la acción». Para
de la integración con lo desarrollado en Wojtyla, la complementariedad que la
la parte I (Consciencia y operatividad) y integración da a la trascendencia, no es
la parte II (La trascendencia) de la obra. algo secundario pues «la trascendencia
81
La emotividad humana en la integración de la persona en la acción según Karol Wojtyla / Tuppia
82
Rev. Psicol. (Arequipa. Univ. Catól. San Pablo) / Año 2016 / Vol 6 / N° 2 / pp. 79-97 / ISSN 2306-0565
que «la subordinación del “yo” subjetivo pierden una gran parte de su significación
respecto al “yo” trascendente contiene y pueden en el límite, volverse contra el
en sí la unidad, y a la vez la composición hombre mismo. (p. 187)
del hombre como entidad psico-física»
(Wojtyla, 1982a, p. 286). Por ello, desde La integración de las activaciones
esta perspectiva de unidad superior, psico-somáticas en el dinamismo de
Wojtyla entra a analizar la composición la persona y su acción
somática y psíquica del hombre que
considera importante para dar razón en De esta superioridad personal, se declina
profundidad del dinamismo humano. El la idea de la integración como introduc-
trabajo que ha emprendido es el mirar ción de las activaciones psico-somáti-
desde las estructuras más superiormente cas en el dinamismo de la unidad de la
personales (propias de la trascendencia) persona. Según Wojtyla, la unidad diná-
las otras estructuras, también esencia- mica superior no hace que desaparezcan
les en la composición del hombre (lo los dinamismos propios del hombre.
somático y lo psíquico). Su sensibilidad En este punto, Wojtyla vuelve a traer
personalista, lo lleva a captar que «la a colación, la fundamental distinción
experiencia total del hombre consiste entre la experiencia el hombre actúa y la
en que justamente en la acción, el todo experiencia (algo) sucede en el hombre
psico-somático se convierta cada vez (Fayos, 2001). La dinámica de la inte-
en unidad específica de la persona y gración de la persona en la acción lleva
la acción» (Wojtyla, 1982a, p. 286). La a introducir las diversas activaciones,
unidad superior dinámica de la persona propias del dinamismo psico-somático,
y la acción es un nuevo dinamismo que en la dinámica del hombre actúa, única
supera (no se opone) a lo meramente dinámica específicamente personal. La
natural y lo porta a lo personal. En el integración por tanto se puede entender
dinamismo superior, «los dinamismos sintéticamente como el paso de la fron-
propios de la somática y del psiquismo tera entre el «suceder» y el «actuar». Si no
humano participan en la integración, se llega a dar esto, en el hombre persona
pero no a su propio nivel, sino al nivel sólo podría realizarse la subjetividad y no
de la persona» (Wojtyla, 1982, p. 287). la operatividad. Así, «gracias a la integra-
Al respecto de esta potente intuición ción, estos dinamismos (psico-somáticos)
personalista, Buttiglione (1992) dice: participan en la auto-determinación, o
sea, en la realización de la libertad de
El método que se propone aquí no puede la persona humana» (Wojtyla, 1982a,
naturalmente ignorar los resultados de p. 289).
las diversas ciencias ni oponerse a ellas.
Proporciona, sin embargo, el fundamento Suponiendo lo anterior, Wojtyla se apro-
de su integración, que es la referencia a xima a la constitución psico-somática del
la persona. Fuera de este contexto perso- hombre para intentar captar los dinamis-
nalista, los datos de las diversas ciencias mos característicos de estas estructuras.
83
La emotividad humana en la integración de la persona en la acción según Karol Wojtyla / Tuppia
Así, dialogando con las ciencias parti- nes propias del hombre, de una y de
culares que estudian puntualmente el otra. (p. 293)
soma y la psique del hombre, se topa
con un descubrimiento importante. Lo Estas ideas son de vital importancia
propio del dinamismo de lo somático en el pensamiento de Wojtyla, ya que
es la reactividad y lo propio de la psique ayudan a entender que la integración
es la emotividad. Estos dos dinamismos de la persona a través de la acción se
se encuentran unidos entre sí, se condi- apoya fundantemente en este conjunto
cionan mutuamente y dependen unos dinámico. Pasar por alto esta realidad,
de otros. Este mutuo condicionamiento sería realizar una reflexión filosófica del
comporta también una particular tensión obrar humano desencarnada que no dé
en su modo de desenvolverse, ya que por razón del hecho del hombre como unidad
una lado a) se trata aquí sobre todo del somato-psico-espiritual.
condicionamiento de lo psíquico por lo
somático y en otro, b) transcurre… del La emotividad humana y su
interior al exterior en el sentido inverso integración en la acción personal
(Wojtyla, 1982a). Al respecto, Buttiglione
(1992) comentado a Wojtyla clarifica la Habiéndose trazado las coordenadas
aparente paradoja diciendo: fundamentales de comprensión de la
integración en su complementariedad
Del cuerpo depende el psiquismo, enten- orgánica con la trascendencia, se presen-
dido aquí no en el sentido metafísico, tará a continuación lo que más específi-
sino en el sentido físico y fenomenoló- camente corresponde al objetivo de este
gico, como una manifestación de las acti- trabajo, que son los rasgos propios de la
vidades humanas que no tienen carácter psique y de la emotividad humana en el
material, aunque dependan estrecha- más amplio dinamismo de la persona y
mente del cuerpo. Por otro parte existe la acción.
también un condicionamiento inverso
que va de lo psíquico al cuerpo. (p. 188) Profundizando en la relación psique
y soma
Wojtyla (1982a) cierra esta sección, dando
un rasgo más de esta dinámica integrativa Según Wojtyla, los dinamismos somáti-
de lo somático y lo psíquico en la expe- cos y psíquicos tienen una importancia
riencia del hombre. Señala que: muy grande para mostrar la integración.
Acá sale al paso, un primer elemento a
La integridad del hombre no consiste considerar. El dinamismo psico-somá-
únicamente en la presencia en él de tico posee una unidad específica, que
todos los elementos propios de la esfera Wojtyla advierte que es «una unidad
psíquica y de la somática, sino también donde aparece con nitidez una composi-
es un sistema de condicionamientos ción: unidad de la pluralidad» (Wojtyla,
mutuos que hacen posibles las funcio- 1982a, p. 320). Aparece una vez más esta
84
Rev. Psicol. (Arequipa. Univ. Catól. San Pablo) / Año 2016 / Vol 6 / N° 2 / pp. 79-97 / ISSN 2306-0565
85
La emotividad humana en la integración de la persona en la acción según Karol Wojtyla / Tuppia
p. 324). Hablamos acá también de impre- resume todo este desarrollo Buttiglione
siones, percepciones, auto-percepciones, (1992) al decir que:
intuiciones, presentimientos y sentido, en
su acepción de sentido moral o artístico. La emotividad permite sentir los valo-
res de manera espontánea e intuitiva.
En este punto del análisis, Wojtyla acen- Gracias al análisis de la emotividad, es
túa la distinción fundamental entre lo posible llegar a una mejor comprensión
reactivo y lo emotivo. Afirma de modo de la trascendencia de la persona en la
enérgico que la emotividad no pertenece acción, que se afirma tanto al trascender
al cuerpo, es algo distinto del cuerpo y de la emotividad como al integrarla. (pp.
su dinamismo somático: «La emoción… 191-192)
es un hecho psíquico esencialmente
distinto y cualitativamente diferente La sensación y la consciencia en la
de una simple reacción del cuerpo» vivencia del propio cuerpo
(Wojtyla, 1982a, p. 326). El dinamismo
emotivo se funda en la dinámica reactiva Wojtyla alcanza a percibir el dinamismo
del soma y de algún modo está condi- emotivo como una función concentradora
cionada por ella, pero es esencialmente de las vivencias. Así afirma que «la trama
distinto, lo supera. Siempre en la pers- psíquica de la emotividad transcurre de
pectiva del obrar personal, Wojtyla afirma alguna manera entre la corporalidad y la
que «el hombre constituye una unidad espiritualidad, sin alejarlas entre sí, sino
compuesta en la que la integración de la más bien acercándolas y uniéndolas»
acción en la persona conlleva siempre de (Wojtyla, 1982a, p. 329). En esta catego-
algún modo todos los elementos psicoso- rización, aparece un punto interesante
máticos de esa composición» (Wojtyla, y novedoso de la reflexión de Wojtyla
1982a, p. 326). Todo lo anteriormente (1982a): la relación entre la emotividad
dicho de la emotividad se cualifica en y la espiritualidad. Dice que:
la respuesta consciente de la voluntad
y así se da que «el acto humano es una Todo aquello que determina la tras-
respuesta consciente a un valor mediante cendencia espiritual de la persona… y
una decisión o una elección. Sin embargo, junto con ello, la capacidad de auto-
esta respuesta se aprovecha siempre de determinación, evidencia la profunda
alguna manera del dinamismo somático resonancia que lo emotivo tiene en el
y del psíquico» (Wojtyla, 1982a, p. 327). A hombre… el hombre también alcanza
este punto de la reflexión, Wojtyla intro- la nitidez de sus acciones gracias a las
duce por primera vez en esta parte, la idea emociones. (p. 329)
de la sensibilidad de la emotividad ante
el mundo de los valores. Esto también Wojtyla revalora el mundo emotivo, no
proporciona material a la voluntad en el sólo en sentido de pasiones que perfec-
momento del acto personal. Lucidamente cionan el acto humano, sino también en
la línea de una experiencia que tiene el
86
Rev. Psicol. (Arequipa. Univ. Catól. San Pablo) / Año 2016 / Vol 6 / N° 2 / pp. 79-97 / ISSN 2306-0565
hombre de sí mismo y que lo puede llevar Continuemos ahora el análisis que realiza
a percibir con mayor claridad y hondura Wojtyla en esta parte de la obra, para
su propio ser y obrar personal. entender más en detalle los principios
generales que se acaban de presentar.
Para entender un poco más de la trascen- Para profundizar en la comprensión
dencia y alcance de estas intuiciones de de la sensación y la consciencia en la
Wojtyla en toda la unidad de su pensa- vivencia del propio cuerpo, Wojtyla parte
miento, vale la pena traer a la colación del análisis del punto donde más cerca-
uno de sus últimos artículos publicados namente se encuentra lo somático y lo
antes de ser llamado a la sede de Pedro psíquico. Encuentra esto en la capacidad
el 16 de octubre de 1978, 9 años después de sentir, muy ligada a los estímulos pero
de la publicación de Persona y Acción: capaz de engendrar sentimientos. Luego
se topa con otra experiencia nuclear: La
En la medida en que crece la necesi- subjetividad psíquica y la sensación que
dad de comprender al hombre como se alza sobre la base del cuerpo junto con
persona única en sí e irrepetible, y sobre la sensación y que porta una novedad:
todo —en todo este dinamismo, propio está ya incluida en la consciencia. Gracias
del hombre, del obrar (del acto) y del a este fenómeno, «el cuerpo llega a ser
acontecer— en la medida en que crece contenido objetivo, y este contenido obje-
la necesidad de comprender la subjeti- tivo llega a la consciencia y se refleja en
vidad personal del hombre, la categoría ella» (Wojtyla, 1982a, p. 231). Por tanto,
de experiencia adquiere su pleno signi- la sensación constituye una especie de
ficado, y éste es un significado clave. reflejo psíquico sensible de mi propio
Se trata, en efecto, de realizar no sólo yo corporal, pero esto no puede hacer
la objetivación metafísica del hombre olvidar la superioridad de la consciencia
como sujeto agente, o sea, como autor de en su dimensión reflexiva. La sensación
sus actos; se trata de mostrar la persona del propio cuerpo es fundamental para
como sujeto que tiene experiencia de sus captar la subjetividad de mi yo como
actos, de sus sentimientos, y en todo esto estructura psicosomática que es, pero a
de su subjetividad. (Wojtyla, 1998a) su vez está subordinada a la estructura
superior de la persona, de su consciencia
Parece que buena parte de la preo- y de las dinámicas de trascendencia.
cupación de Wojtyla por comprender
la dinámica de lo somático y de lo Sensibilidad y Verdad
psíquico, responde a esta búsqueda
de comprender con profundidad y «El hombre no sólo siente su propio
cuidado la subjetividad de la expe- cuerpo, sino que también se siente de
riencia humana, para así enriquecer modo más integral, siente lo que cons-
la experiencia de autoconocimiento tituye su propio yo y su dinamismo»
personal y darle mayor realismo a la (Wojtyla, 1982a, p. 235). Wojtyla se
reflexión teorética sobre el obrar. pronuncia claramente contra una
87
La emotividad humana en la integración de la persona en la acción según Karol Wojtyla / Tuppia
88
Rev. Psicol. (Arequipa. Univ. Catól. San Pablo) / Año 2016 / Vol 6 / N° 2 / pp. 79-97 / ISSN 2306-0565
Wojtyla precisa que «el hombre que reacción somática. Esta sutil pero impor-
tendiera hacia un valor única y exclu- tante distinción, lleva a Wojtyla a afirmar
sivamente siguiendo sus sensaciones y que la vivencia de la conmoción, expresa
percepciones, se situaría en el interior más claramente la pura emotividad, la
del ámbito de lo que exclusivamente activación de la psique en sí misma. Por
sucede en él, y no sería plenamente capaz ello, en la vivencia de muchas conmocio-
de autodeterminación» (Wojtyla, 1982a, nes, las sensaciones corporales de alguna
p. 239). La distinción entre estos niveles, manera ceden el lugar a las espirituales.
le permite a Wojytla decir que a veces se Eso hace que las conmociones estén más
tiene que actuar en función de la verdad estrechamente ligadas a los trascenden-
aunque la experiencia emotiva sea tenue tales del ser (belleza, verdad y bien; sobre
o imperceptible, salvando así una obje- todo los ligados a la conciencia moral) que
tividad ética de fundamental importan- impactan la subjetividad humana.
cia (Juan pablo II, 1993). Sin embargo,
esta concepción jerárquica no le quita En este contexto Wojtyla descubre que
importancia a la percepción de los valo- la conmoción es el núcleo emotivo de la
res. Wojtyla es muy consciente que sin emocionalidad humana. Se genera así una
ellos la vivencia humana se empobrece dinámica de irradiación interior, desde
y no alcanza un nivel de vitalidad propia esos núcleos emotivos que generan viven-
del ser personal; pero justamente para cias emocionales únicas e irrepetibles.
rescatarla e integrarla rectamente en el Wojtyla (1982a) afirma tajantemente que
dinamismo del obrar personal debe de la diferencia entre conmoción y excitación
entenderse la compenetración de ella no sólo se da a nivel de grado, ya que «los
con la verdad. componentes de las reacciones somáticas
que acompañan a la conmoción parece que
La especificidad de la conmoción y también son distintos de los que acompa-
la afectividad humana ñan a la excitación» (p. 349). Se presentan,
entonces dos niveles muy diversos, donde
En el estudio de la emotividad, Karol la vida afectiva (conmoción) lleva en sí
Wojtyla se topa con una esfera que descubre misma la posibilidad de una cierta subli-
que debe analizar aparte. Es la realidad de mación (entendida ésta como el paso de
la conmoción humana, hecho subjetivo un nivel a otro). Así se puede llegar a una
diverso a la excitación. Al respecto, Wojtyla idea de profundidad en la interioridad del
(1982a) dice que «la conmoción sucede en hombre-persona, no en sentido material
el hombre-sujeto de manera parecida a la sino bajo la perspectiva de centro y periferia.
excitación pero podemos distinguir entre
sí las diversas clases de pasiones animae» La emotividad humana y la
(pp. 345-346), es decir, la excitación se operatividad personal
presenta como más próxima a la parte sensi-
ble, mientras la conmoción más lejana, Con todo el material fenomenológico
aunque ambas están acompañadas de una recopilado, Wojtyla presenta en este
89
La emotividad humana en la integración de la persona en la acción según Karol Wojtyla / Tuppia
90
Rev. Psicol. (Arequipa. Univ. Catól. San Pablo) / Año 2016 / Vol 6 / N° 2 / pp. 79-97 / ISSN 2306-0565
de la persona en la acción. Más aún, esa la voluntad misma. Esto es tarea y obra de
integración es posible y entonces la la habilidad. Por este camino se alcanza
emoción proporciona una particular gradualmente algo más aún: gracias a las
nitidez a la operatividad y, junto con ella, habilidades de diversos campos la volun-
a toda la estructura personal de auto- tad puede acoger y hacer suya de modo
dominio y de autoposesión. (Wojtyla, seguro la espontaneidad que es propia
1982a, p. 255) de los sentimientos y de toda la emoti-
vidad en general. También es una de las
La función integradora de la características de la habilidad gozar de
habilidad un cierto grado de espontaneidad, que no
es originaria, sino alcanzada a través de
Wojtyla termina de delinear el cuadro ese proceso continuo que denominamos
de la integración de la persona en la trabajo sobre uno mismo. En cuanto a la
acción, con la referencia explícita al plano referencia a los valores, este proceso de
ético. Plantea así la siguiente tesis: «todo integración perfecciona la propia psique
el dinamismo emotivo lleva consigo y conduce gradualmente a la voluntad,
una cierta orientación espontánea que guiada por la luz del conocimiento inte-
conduce al hombre hacia la relación lectual, para que, en la referencia espon-
claramente antagónica entre el bien y tánea a la emoción, o sea, en la atracción o
el mal» (Wojtyla, 1982a, p. 361), no sólo repulsión espontánea, sepa acoger y elegir
en sentido de la autoconservación y del lo que es verdaderamente bueno. Y sepa
impulso sexual, sino al esencial núcleo de también rechazar lo que es verdadera-
la inclinación hacia el bien y el mal propio mente malo. (Wojtyla, 1982a, p. 364)
de la naturaleza humana. La integración
de las distintas operatividades anterior- La aproximación de Wojtyla recoge
mente descritas, con toda su riqueza y los aportes de la tradición aristotélico
complejidad, sólo se da por medio de las tomista sobre el crecimiento ético del
habilidades, que desde el punto de vista ser humano y, dando un paso adelante,
ético reciben el nombre de virtudes. Sin se preocupa por mostrar la dinámica que
moralidad no hay manera de entender a se instaura en relación con las fuerzas
la persona y al dinamismo de su acción. emotivas del sujeto. Desde esta compren-
sión de lo emotivo en relación orgánica
Las virtudes brindan a la persona la posi- con la virtud, se plantea el horizonte de
bilidad de realizar la estructura personal la educación de la voluntad a través del
sobre la base de la subjetividad psíquica, ejercicio de las virtudes como un camino
acogiendo así la energía emotiva propia de plenitud personal. A la base de esta
de la psique en servicio de la operatividad educación, se encuentra una mirada que
personal. rechaza sistemáticamente tanto el emoti-
vismo ético como la represión moralista
La energía emotiva oportunamente asimi- de la vida psíquica que podría conducir
lada fortalece notablemente la energía de a un voluntarismo sin adhesión afectiva
91
La emotividad humana en la integración de la persona en la acción según Karol Wojtyla / Tuppia
(Olaechea, texto inédito). En palabras de Karol Wojtyla, tales como Josef Seifert,
de Buttiglione: P. Massimo Serretti, Massimiliano Pollini,
Juan Manuel Burgos, Rodrigo Guerra, P.
Al favorecer la conversión de la excitación Jorge Olaechea, P. Juan José Sanguinetti
en emoción profunda y la formación de y P. Krzysztof Guzowski.
cristalizaciones emocionales apropiadas
e incluso en estados emotivos, la volun- La psique (emotividad) como
tad puede conducir al verdadero bien al ámbito personal de encuentro entre
utilizar la atracción espontánea o la repul- lo corporal y lo espiritual
sión que se manifiestan en las emociones,
las ilumina y las corrige. En esta esfera, La psicología y la psiquiatría desde sus
es decir, en la esfera moral, la integra- distintos enfoques teóricos y campos de
ción dura hasta la muerte y es, en cierto aplicación, centran la atención sobre la
sentido, la tarea de la vida: tarea mediante psique como dimensión específica de
la que la persona se engendra o se crea a sí investigación teórica y trabajo práctico.
misma. (Buttiglione, 1992, p. 196) La existencia de estas disciplinas y su
relevancia en el mundo actual condu-
Aportes del pensamiento de Karol cen a repensar la antigua problemática
Wojtyla a la comprensión de la filosófica y antropológica de precisar
psique y la emotividad humana en la naturaleza de la psique dentro de la
clave personológica unidad del sujeto humano (Seifert, s/f;
De Lubac, 1978). Desde un enfoque origi-
Se ha presentado en los dos capítulos nal, no tan ligado a lo que hoy se llama
precedentes, la comprensión que Wojtyla filosofía de la mente (Paternoster, 2010),
tenía sobre (a) la dinámica de la inte- Wojtyla aborda la psique para entender la
gración de la persona y (b) lo propio de unidad superior de la persona y su acción.
la psique y de la emotividad en la más Y es allí donde se topa con que «la trama
amplia unidad dinámica de la persona psíquica de la emotividad transcurre de
y su acción. En este último capítulo alguna manera entre la corporalidad y la
se buscará extraer de todo el material espiritualidad, sin alejarlas entre sí, sino
teórico presentado, cuatro puntos que más bien acercándolas y uniéndolas»
podrían ser de interés y relevancia para (Wojtyla, 1982a, p. 239).
una ulterior reflexión personológica de
la psique y la emotividad humana. Estos Estas incipientes intuiciones del autor
aspectos no buscan ser excluyentes de polaco, se muestran particularmente
otros muchos que podrían extraerse de interesantes, ya que conducen a: a) una
la obra de Wojtyla. La selección de estos valoración y distinción real de la psique
aspectos, brota de la meditación perso- con su propio dinamismo y operatividad;
nal de los textos referenciados en este y b) una visión del ser humano como
trabajo y del diálogo entablado con algu- ser espiritual, pero encarnado y por ello
nos autores conocedores del pensamiento necesitado de comprender su dinamismo
92
Rev. Psicol. (Arequipa. Univ. Catól. San Pablo) / Año 2016 / Vol 6 / N° 2 / pp. 79-97 / ISSN 2306-0565
psicosomático para realizar la peculiar personal; es decir como una unidad psico-
tarea de la integración. Con todo ello, somática que es un yo; y en otro sentido
c) se salvan los aspectos espirituales del necesita de la personalización (en sentido
hombre, siempre trascendentes pero más propio) que consiste en el paso del
necesitados de integrarse orgánicamente actus homini al actus humanus, en el
en la unidad persona y acción. elevamiento de lo sucede en el hombre
con toda su vitalidad existencial a lo
Podría ser fecundo pensar un modelo que “el hombre actúa” por medio de la
psicoterapéutico (psicológico y psiquiá- autodeterminación y el autodominio. Es
trico) desde esta concepción de lo en medio de la tensión armónica entre
emotivo, ya que puede servir de matriz estas experiencias, donde la emotividad
teórica para integrar en su complejidad humana está llamada a desenvolverse,
lo somático (neurociencias actuales), personalizando y siendo personalizada
lo psíquico y lo espiritual en vistas de constantemente.
la realización de la persona humana en
su acción. La moralidad como aspecto
personalizador de la emotividad
La emotividad en su dimensión humana
personalizante y en su necesidad de
personalización Lo dicho en el punto anterior, sería inin-
teligible en la perspectiva de Wojtyla
Se ha concluido en el punto anterior que sin la referencia a la moralidad como
a nivel más estructural, la psique y su rasgo constitutivo del ser personal. La
dinamismo propio (la emotividad) juegan personalización de lo emotivo se puede
un papel de eje de la persona como unidad dar por el hecho que las estructuras de
compleja. A un nivel más dinámico, el trascendencia en la persona apuntan
sexto capítulo de la obra Persona y Acción al bien y a la verdad. Lo moral no es
muestra a la emotividad como dimensión por tanto en la visión de Wojtyla una
que enriquece el ser personal, ya que le estructura externa que corresponde inte-
da vitalidad existencial a la experiencia riorizar para el buen funcionamiento de
de yo. Pero al mismo tiempo, se presenta sociedad, ni un formalismo ético que se
como aspecto de la vivencia humana debe seguirse fríamente, ni un impulso
que necesita ser portado al nivel de la esencialmente emotivo.
operatividad personal por medio de las
estructuras que realizan la trascendencia. La sentencia «desde el principio de este
estudio hemos mantenido la posición de
En otras palabras, la emotividad se que la moralidad determina de la manera
presenta como una dimensión un tanto más esencial la humanidad y la persona»
paradójica y contrastada que en un (Wojtyla, 1982a, p. 363) no es para Wojtyla
sentido personaliza ya que hace que solamente un marco teórico de referencia,
el hombre se experimente con nitidez es una convicción profunda que informa
93
La emotividad humana en la integración de la persona en la acción según Karol Wojtyla / Tuppia
Sería fácil dejarse llevar por la ilusión de Lo que es necesario en primer lugar
que es mejor construir la ética a partir recalcar, es la profunda raigambre de la
del análisis de la sola consciencia. Es antropología filosófica Wojtyliana en
decir, si es moral lo que es consciente, la noción teológica de persona: La tesis
el análisis de la conciencia descubría consiste en el sostener que el antiguo
lo moral, todo lo que constituye el nexo «phisis–hipostásis» representa la
contenido de la ética (…) El análisis sólida base de la reflexión antropológica
exclusivo de la conciencia nos conduce desarrollada por Wojtyla en Persona y
simplemente al descubrimiento de los Acción. (Pollini, Texto inédito)
contenidos de la conciencia como tal.
En cambio, el bien moral no es tan Esta sugerente tesis, porta el tema de la
sólo el contenido de la conciencia, sino operatividad psicosomática al interior
que, al mismo tiempo y sobre todo, de la reflexión cristológica de la milena-
es la perfección del ente consciente. ria tradición de pensamiento católico.
La perfección del ente sólo puede ser Teniendo en cuenta a) la activa partici-
entendida desde el análisis del ente pación del Cardenal Wojtyla en la elabo-
mismo. Los sistemas éticos de Kant ración del Esquema XIII, que luego dio
y de Scheler han perdido el aspecto lugar a la Constitución Pastoral Gaudium
perfectivista porque han separado a et Spes (Buttiglione, 1992) con su marcado
la conciencia humana del ser humano cristocentrismo (Ladaria, 2007), b) la
objetivo (…) El perfectivismo, nacido cercanía histórica entre el evento conci-
de los presupuestos realista de la filo- liar y la publicación de la obra Persona
sofía del ser nos permite ver un hombre y Acción, y c) la constante referencia en
integral en la raíz tanto de la norma el magisterio pontificio de Juan Pablo II
94
Rev. Psicol. (Arequipa. Univ. Catól. San Pablo) / Año 2016 / Vol 6 / N° 2 / pp. 79-97 / ISSN 2306-0565
95
La emotividad humana en la integración de la persona en la acción según Karol Wojtyla / Tuppia
Referencias
Seifert, J. (s/f ). The body and mind problem in the The Body-Mind Problem in
Contemporary Philosophical Discussion. A Critical Analysis. (Versión digital
proporcionada por el mismo autor).
96
Rev. Psicol. (Arequipa. Univ. Catól. San Pablo) / Año 2016 / Vol 6 / N° 2 / pp. 79-97 / ISSN 2306-0565
97