El Trompo
El Trompo
El Trompo
Existen verdaderos artífices en las construcción de papalotes, las más caprichosas formas
geométricas son lanzadas al aire.
Para tener el éxito deseado se debe buscar balancear el cuerpo del papalote con una cauda,
encontrando un equilibrio entre estas dos partes.
El empinar un papalote tiene sus bemoles, ya que debemos contar con la fuerza de una corriente
de aire, la brisa del mar o del río; muchas veces hemos observado la elevación de dichos papalotes
a la orilla de la playa, ¡qué hermoso es ver al papalote devorando el cordel, en su afán de perderse
de la vista del sujeto que lo eleva, las maniobras que su manejador hace con el papalote,
lográndolo tan sólo con el movimiento de sus muñecas.
La construcción de un sencillo papalote puede ser la siguiente: tomemos dos varillas de carrizo,
otate o cualquier otro material de estas caracterísiticas (puede ser una de una de setenta cms y
otra de treinta y cinco); colocamos nuestra varillas en forma de cruz; a unos quince cms de una
extremo de la varilla grande, con hilaza hacemos una amarre en el centro de las dos varillas; de la
varilla grande atamos un hilo con hilaza, la cual unirá a todos los extremos y rematamos en el
primer extremo de donde iniciamos.
Ahora en el extremo inferior de la varilla más grande, o sea al lado opuesto al brazo de la cruz
colocarémos la cauda o cola, ésta deberá de tener una dimensión de setenta y cinco cms de largo;
si al tratar de elevarlo se "colea" demasiado es porque le falta cola, entonces debemos añadirle un
poco más de cola hasta lograr encontrar el equilibrio necesario...