Bienes Ocultos
Bienes Ocultos
Bienes Ocultos
Detentan esa condición los bienes de propiedad de un ente público, respecto de los
cuales su calidad jurídica es oscura o dudosa. La ley prevé etapas y procedimientos
que tienen por objeto la recuperación efectiva de dichos bienes, que se inicia
mediante la denuncia realizada ante la autoridad competente que verifica el
cumplimiento de los elementos legales que condicionan la calidad de oculto y
adopta la correspondiente decisión mediante un acto administrativo que se puede
controvertir ante esta jurisdicción. Declarado un bien como oculto, procede la
celebración de un contrato entre el denunciante y el Estado, por medio del cual se
le confieren al primero las facultades necesarias para que promueva las acciones
que conduzcan a esclarecer la situación del bien de propiedad pública, a cambio de
lo cual el denunciante tiene derecho a que se le pague un valor proporcional al del
bien, cuando este fuere recuperado. Dicha figura tiene, entre otras, la finalidad de
asociar el interés particular al público en la defensa y conservación de la integridad
del patrimonio del Estado y las demás entidades administrativas. La ley 130 de
1913, artículo 18, le atribuyó al Consejo de Estado la competencia para conocer
privativamente en una sola instancia de los litigios relativos a la condición de ocultos
que tengan los bienes denunciados como tales en el aparte f) del artículo 30 del
Código Fiscal.
Se precisó que los requisitos para que un bien quede comprendido dentro del
concepto de oculto son: “a) El abandono material por la entidad dueña de él; b) que
el carácter de propiedad pública se haya hecho oscuro; c) Que su reincorporación
al patrimonio público no pueda obtenerse sino mediante los recursos y acciones en
juicio, y d) Que haya ignorancia o desconocimiento del bien por parte de la
Administración. Para que un bien adquiera la calidad de oculto, no basta que tenga
una o mas de las características que la ley ha señalado para considerarlo como tal,
sino que es indispensable que reúna todos los elementos que aquella ha
determinado para que el bien oculto exista legalmente.” El anterior recuento
normativo y jurisprudencial resulta suficiente a la Sala para afirmar que hay
uniformidad jurisprudencial respecto de los requisitos que establece la ley para que
un bien sea declarado oculto y que estos son: a. Que el bien esté en el patrimonio
del Estado con título claro de dominio. b. Que las autoridades lo ignoren o
desconozcan. c. Que su primitivo carácter de propiedad pública se haya oscurecido,
debido, entre otras circunstancias, a su abandono por parte de la entidad
propietaria. d. Que por ello su dominio se haya vuelto litigioso y que su recuperación
para el Estado amerite el adelantamiento de acciones. Nota de Relatoría: Ver
Sentencias del 1 de septiembre de 1919, del 22 de febrero de 1924, del 13 de agosto
de 1940, del 10 de marzo de 1943, 434 del 29 de julio de 1960 y S-404 de 1996