DOZZI D., El Evangelio en Los Escritos de San Francisco, ARANTZAZU, 2003 PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 92

FÑ A v a sc o

El EVANqEÜO EN los ESCRÍTOS


ds san Francisco
“Así dice el S eñor”.
EL EVANGELIO EN LOS ESCRITOS DE SAN FRANCISCO
El título del libro “Así dice el Señor” evoca una veta importante
de la vida de Francisco. Su sentido no dista mucho de aquello
otro que repite en su Testamento: “El Señor me dio, me da...”
Para Francisco el Señor no es sólo recuerdo; es sobre todo
presencia, es acción. Su vida viene a ser, en consecuencia,
más que nada escucha y respuesta.
La escena del evangelio abierto es, en la vida de Francisco,
más frecuente sin duda de lo que nos dicen sus biógrafos.
Cuando él acude al evangelio y lee las palabras del Señor,
no las recoge simplemente por fidelidad a una historia que
él ama profundamente, sino porque tienen un valor de presente.
No es que “el Señor dijo”; es que “el Señor dice, continúa diciendo”.
El presente libro intenta descubrir la conciencia que Francisco
tiene de que el Señor, intensamente presente en la vida del creyente,
continúa hablando (revelando quién es Dios, qué es el hombre,
el mundo...), actuando... Pero se propone también ofrecemos la
otra cara: cómo responde Francisco.
Para Francisco el evangelio se convierte en palabra viva
y actual, en su vida y la de sus seguidores: “ésta es la forma y vida
de los hermanos menores: observar el santo evangelio
de nuestro Señor Jesucristo”.

DIÑO DOZZI, franciscano capuchino,


nació en Móntese (Italia) en 1944.
Es doctor en ciencias bíblicas por el Pontificio Instituto
Bíblico de Roma y especialista en temas franciscanos.
A éstos ha dedicado preferentemente su vida como
profesor, investigador y divulgador.
Entre su abundante producción literaria, queremos
destacar su excelente obra de investigación:
II vangelo nella Regola non bollata di Francesco d’Assisi.
El libro que ahora publicamos -el primero del autor que se traduce
al castellano- está en línea con su preocupación
por divulgar el pensamiento y la espiritualidad franciscana.
Colección Hermano Francisco - n° 43
Dino Dozzi

“Así dice
el Señor”
El evangelio en los escritos
de san Francisco

Editorial Franciscana Arantzazu


Oñati-Guipúzcoa
2003
Versión castellana
por José Antonio Guerra
de la obra italiana
DIÑO DOZZI, “ C o s í dice il Signore”
II vangelo negli scritti di san Francesco
© Edizioni dehoniane Bologna

Siglas
de los escritos de Francisco
citados en el volumen

Adm Admoniciones
AID Alabanzas al Dios altísimo
2CtaF Carta a los fieles, segunda redacción
CtaL Carta al hermano León
CtaM Carta a un ministro
CtaO Carta a toda la Orden
IR Primera regla, no bulada (1221)
2R Segunda regla, bulada (1223)
SalVir Saludo a las virtudes
Test Testamento
Portada: Diseño de la Hna. Ma Teresa Pandelet.
UltVol Ultima Voluntad para Clara y sus hermanas
VerAl La verdadera alegría

1C Celano: Vida primera


2C Celano: Vida segunda
LM San Buenaventura: Leyenda Mayor
LP Leyenda de Perusa

- Los textos de los escritos de Francisco los tomaremos del


libro J. Herranz-Javier Garrido-J.A.Guerra, Los escritos de
Francisco y Clara de Asís. Textos y apuntes de lectura, Arantzazu
2001.
I.S.B.N.: 84-7240-192-8
D.L. M-36250-2003
- Las citas de las biografías de Francisco están tomadas del
Imprime: Lettergraf, S.L. volumen San Francisco de Asís. Escritos. Biografías. Documentos
Madrid - 2003 de la época, Madrid (BAC), segunda ed., 2003.
INTRODUCCIÓN

Este libro se desarrolla desde dos perspectivas distintas y


complementarias: la perspectiva bíblica y la franciscana. El
camino es cómodo y panorámico: no pretende abrir vías
nuevas o conquistar alturas desconocidas. No hay necesidad
de aparejos técnicos para un trepador-exegeta: el aparato
crítico está reducido al mínimo para no hacer pesada la
lectura.
Hace como unos quince años tuve la suerte de defender
en el Pontificio Instituto Bíblico una tesis: II vangelo nella
Regola non bollata di Francesco d ’Assisi. Aquel estudio se
publicó más tarde, y luego lo retomé y profundicé en varios
artículos. Fue también traducido verbalmente, en un lenguaje
divulgativo, para franciscanos, religiosos y laicos. La buena
acogida que tuvo la “versión oral y divulgativa” me animó a
aceptar la invitación de los amigos del grupo del “Proyecto
formativo” a publicarla1
Camino siempre a caballo entre la Biblia y el francisca-
nismo, dividiendo el tiempo y las energías entre las dos
vertientes, con el inconveniente de robar tiempo y energías a
una única especialización, pero con la ventaja de establecer
diálogo entre dos realidades que siento como complementa-1

1 Debo agradecer a mis hermanos Vincenzo y Marino, que me han


regalado su tiempo para dedicarlo a este trabajo, y a Antonieta Valsecchi,
que me ha ayudado a corregir las pruebas.
8
9
rías y que recíprocamente se enriquecen. Para una conferen­
interpreta los textos evangélicos con este fin o de este modo.
cia, para un encuentro de tres días o una tanda de ejercicios
Los cita y los comenta como luz para su camino existencial,
espirituales, parto con la Biblia y los escritos de san Francis­
como fuente de sentido para su vida. El problema que Francis­
co; sé que me van a ser suficientes.
co se plantea no es cómo interpretar el evangelio en sí mismo,
No fue casualidad que aquella tesis en ciencias bíblicas sino cómo vivir a la luz del evangelio. Sus escritos nos
tuviese como objeto de estudio la Primera Regla o Regla no revelan su forma de traducir el evangelio en vida vivida: en
bulada: en este escrito, el más importante y largo de los de san modo de pensar y de juzgar, en sentimientos y actitudes, en
Francisco, casi la mitad del texto lo constituyen las citas valoraciones y comportamientos, mentalidad y concreción.
evangélicas, siendo el resto comentario o aplicación de las Para conocer cómo Francisco interpreta el evangelio, hemos
mismas. No hay duda de que éste ha de ser el punto de partida de ver cómo éste cambia su pensamiento y su vida.
de quien quiera estudiar cómo Francisco lee e interpreta el
Ofreceremos, en primer lugar, una visión panorámica de
evangelio. Es lo que vamos a hacer nosotros, ocupándonos en
las citas evangélicas en los escritos de Francisco, para
un segundo momento de las citas evangélicas que aparecen en
percatarnos por medio de ellas de su principio hermenéutico
el resto de sus escritos2.
(capítulo primero). Frente al “así dice el Señor”, el “así dice
Francisco no es un biblista o un teólogo de profesión; su respuesta”, de Francisco (capítulo segundo); “así dice las
tampoco es sacerdote, y se discute si llegó a ser diácono. Es relaciones humanas” (capítulo tercero); “así dice la misión”
un hombre que, entre finales del siglo XII y comienzos del (capítulo cuarto); “así dice la creación” (capítulo quinto); “así
X m , se encuentra con el evangelio, que le cambia la vida. En dice a Dios” (capítulo sexto); “así dice su vida evangélica”
sus escritos -extraordinariamente numerosos para un hombre (capítulo séptimo). Respondiendo al Señor que habla, Francis­
de discreta cultura y que incluso tiene sospechas respecto de co se dice a sí mismo y dice también su modo de leer e
su importancia-encontramos muchísimas citas bíblicas, sobre interpretar el evangelio. La 1R tiene precisamente como título:
todo neotestamentarias y, particularmente, evangélicas, “Ésta es la vida del evangelio de Jesucristo” (IR Pról 2).
introducidas con el estribillo “así dice el Señor”. El problema
hermenéutico no le es ciertamente extraño, al menos si lo
entendemos como búsqueda del modo de interpretar el
evangelio en la vida, que es tal vez la cuestión final y funda­
mental de la hermenéutica.
No podremos pedir a los escritos de san Francisco una
interpretación evangélica histórico-crítica o retórica o
semiótica o de cualquier otro tipo técnico, porque él no cita e
2
Para verificaciones filológicas y bibliográficas más puntuales, sobre
todo en lo que respecta a la IR, puede consultarse -entre otros- también
nuestro estudio: II vangelo nella Regola non bollata di Francesco d ’Assisi,
Roma 1989.
CAPÍTULO PRIMERO

Así dice el Señor


La presencia y la palabra del Señor

Conviene comenzar nuestro estudio con una rápida


panorámica de los escritos de san Francisco que hoy están a
nuestra disposición, y de las numerosísimas citas evangélicas
que encontramos en ellos -introducidas sistemáticamente con
la expresión “así dice el Señor”- , para de este modo dejar
claro inmediatamente el presupuesto del que parte su herme­
néutica evangélica: la presencia viva del Señor que dice: “Yo
estoy con vosotros todos los días”.

1. Los escritos de san Francisco


Los biógrafos asocian la conversión de Francisco a las
palabras del Crucifijo de San Damián: “Vete, Francisco, y
repara mi casa, que, como ves, amenaza ruina” 1, o a la
escucha y la explicación de la perícopa evangélica de la
misión, cuando él, en la iglesita de la Porciúncula, “al oír que
los discípulos de Cristo no debían poseer ni oro, ni plata, ni
dinero; ni llevar para el camino alforja, ni bolsa, ni pan, ni
bastón; ni tener calzado, ni dos túnicas, sino predicar el reino
de Dios y la penitencia, al instante, saltando de gozo, lleno del1

1 LM 2,1.
13
12

Espíritu del Señor, exclamó: ‘Esto es lo que yo quiero, esto es presentar su edición crítica, ha sido de excepcional valor4*.
lo que yo busco, esto es lo que en lo más íntimo del corazón Dividimos los escritos de Francisco en cinco grupos:
anhelo poner en práctica’”2. Estas dos referencias son, oraciones, cartas, avisos espirituales, textos legislativos,
ciertamente, muy significativas: la primera, por la importancia últimas recomendaciones. Conservamos tres autógrafos suyos:
que Francisco dará al Crucifijo viviente que le habla, y a la la Bendición al hermano León y las Alabanzas al Dios
Iglesia; la segunda, por la importancia que para él tendrá el altísimo, que se encuentran por uno y otro lado del pergamino
evangelio y la invitación de Jesús a vivir y a anunciar el Reino que se conserva en la basílica del santo en Asís, y la Carta al
de Dios sin llevar nada consigo. hermano León, que se guarda en la catedral de Espoleto.
Pero, extrañamente, cuando Francisco, al término de su Para el tiempo en que vivió, la formación cultural de
vida, en el Testamento, recuerda y representa su “incipit”, no Francisco era discreta, su conocimiento bíblico bueno, su
habla ni de las palabras del Crucifijo de San Damián ni de la sensibilidad artística óptima. En general “hacía escribir” sus
lectura del evangelio, sino de su encuentro con los leprosos: textos (cf. Test 15): el latín, más o menos correcto de varios
“El Señor me dio a mí, el hermano Francisco, el comenzar de de sus escritos, revela la obra de distintos secretarios. El
este modo a hacer penitencia, pues, como estaba en pecados, Oficio de la Pasión atestigua que entendía bien el latín. Sabía
me parecía extremadamente amargo ver a los leprosos; pero también expresarse en lengua vulgar, y la literatura italiana
el Señor mismo me llevó entre ellos, y practiqué con ellos la coloca entre los primerísimos textos de su historia el Cántico
misericordia. Y, al separarme de ellos, lo que me parecía de las criaturas de Francisco de Asís.
amargo, se me convirtió en dulzura del alma y del cuerpo; y, Stanislao da Campagnola ha sintetizado en estos términos
después de un poco de tiempo, salí del mundo”3. la relación Francisco-colaboradores y lengua escrita-lengua
Este dato es suficiente para explicar la importancia única hablada: el Francisco “escritor” ha quedado, durante siglos, en
que los escritos tienen para conocer a Francisco: las biografías la penumbra. Sus escritos fueron consultados exclusivamente
y las crónicas nos descubren cómo otros le ven; en sus escritos por motivos de edificación o para extraer de ellos directrices
nos ponemos en contacto directo con él. morales. De este modo, los biógrafos, antiguos o modernos,
han podido dejar de él una imagen de encantamiento y de
Sorprende, a este respecto, el verificar que no hace más
leyenda. En cambio, los escritos de Francisco, aun cuando no
de un siglo que, alentados ademas por estudiosos no francisca­
todos sean del mismo peso ni haya que dar sólo a ellos el
nos y no católicos, recurrimos por fin a sus escritos para
privilegio de fuente, tienen de hecho un puesto privilegiado
conocer a Francisco. Prácticamente, tan sólo después de la
segunda guerra mundial comienzan los franciscanos a estudiar entre las fuentes franciscanas, constituyen la fuente primordial
los escritos del santo, guiados por el gran maestro K. Esser, para estudiar la vida y la experiencia del santo.
cuya larga y paciente investigación, que le ha permitido Sus escritos, acompañados de buenas introducciones,

2 1C 22. 4 Publicada en 1976, fue revisada en la “editio minor” de 1978, y


siguiendo ésta se han hecho las últimas ediciones castellanas.
3 Test 1-4.
14
15
están hoy disponibles en las diversas lenguas5 y son objeto de
En los escritos de Francisco son frecuentísimas las citas
la atención de muchos y cualificados estudiosos, incluso
bíblicas, en particular del Nuevo Testamento y sobre todo de
laicos6.
los evangelios. Contrariamente a cuanto cabría esperar, no cita
nunca el libro de los Hechos de los apóstoles1 ni menciona
2. “Así dice el Señor”: jamás los dos sumarios sobre la vida de la primera comunidad
las citas evangélicas en los escritos de san Francisco cristiana (FIch 2,42-48 y 4,32-35). Francisco va directamente
Francisco muestra en sus escritos que conoce bien los a Jesucristo, que habla en el evangelio.
textos bíblicos. En la escuela parroquial de San Jorge de Asís Ciertamente puede ser útil contar los textos bíblicos o las
recibió una formación elemental, y aprendió un poco de latín, palabras y alusiones bíblicas encontradas en los escritos de
teniendo como base, con toda probabilidad, el Salterio. Pero Francisco, para lo cual basta consultar los índices de las
la fuente principal de su conocimiento de los textos bíblicos últimas ediciones de los escritos en las distintas lenguas78. Fas
fue ciertamente la liturgia (misal, breviario, evangeliario); y “figuras” y las “enseñanzas” bíblicas privilegiadas en sus
también le fueron de gran ayuda la lectura personal -n o escritos han sido estudiadas por Fázaro de Marte9 y Optatus
obstante lo raros que eran entonces los libros-, la meditación, van Asseldonk10*respectivamente. Francisco cita mucho la
el arte y el drama litúrgico. De hecho, no sólo las fuentes regla de oro de Mt 7,12: “Todo cuanto queráis que os hagan
biográficas, sino también los escritos del santo, revelan un los hombres, hacédselo también vosotros a ellos” ; siguen
notable conocimiento del Nuevo Testamento, e incluso del luego en uso frecuente las bienaventuranzas de Mt 5,3-13, en
Antiguo Testamento, sobre todo de los Salmos. particular la de los perseguidos; va a continuación Mt 20,25-
28, que recoge la invitación de Jesús a hacerse servidores de
5 La última edición castellana de los escritos, con amplias introduc­ los demás. Del evangelio de san Lucas cita especialmente el
ciones y comentarios, y numerosas notas explicativas, puede verse en: discurso de la misión de los doce (Le 9,1-6), y el de la misión
J.Herranz - J.Garrido - J.A.Guerra, Los escritos de Francisco y Clara de
Asís. Textos y apuntes de lectura, Arantzazu 2001; y la correspondiente 7 Se aprecian, sin embargo, en sus escritos algunas dependencias
edición de bolsillo Los escritos de Francisco y Clara de Asís, Arantzazu literarias de este texto neotestamentario, como, por ejemplo, en CtaO 5,
2001 (Nota del traductor).
IR 10,3; 2R 10,8 (Nota del traductor).
6 Bibliographia Franciscana, preparada por el Instituto Histórico de 8 Ver: J.Herranz - J.Garrido - J.A.Guerra, Los escritos de Francisco
los Capuchinos informa anualmente, a partir de 1931, de lo que se publica y Clara de Asís. Textos y apuntes de lectura, 447-454. Es útil también a
en el mundo sobre temática franciscana, dando cuenta también de cuanto este respecto el trabajo de J.F.Godet - G.Mailleux, Opuscula sancti Francisci,
se refiere a los escritos de san Francisco. L. Pellegrini resume la orienta­ Scripta sanctae Clarae. Concórdame, Index, Liste de fréquence, Tables
ción de los estudios franciscanos de los últimos decenios con este eslogan: comparatives (Corpus des Sources Franciscaines, V), Louvain 1976.
“Del Francisco de las biografías al Francisco de los escritos y de los
9 Cf. L. Iriarte, Figuras bíblicas “privilegiadas" en el itinerario
‘dicta’”. Una buena presentación sistemática de los escritos de Francisco
espiritual de san Francisco, en: Selecciones de Franciscanismo, 28, 1981,
nos la otrece C. Paolazzi, Letlura degli “Scritti” di Francesco d ’Assisi,
127-143.
Edizioni O.R., Milano 1987. En relación con el contextcrhistórico, social
y cultural en que se enmarcan los escritos de Francisco véase: Francisco 10 Cf. O. van Asseldonk, Insegnamenti biblici “privilegiad” negli
de Asís y el primer siglo de historia franciscana, Arantzazu 1999. scritti di san Francesco, en: AA.VV., Lettura biblico-teologica delle Fonti
Francescane, Antonianum, Roma 1979, 83-116.
16 17

de los setenta y dos discípulos (Le 10,1-9), y también Le verificar atentamente estas citas bíblicas, anotando cualquier
18,19: “Sólo Dios es bueno”. Juan es ciertamente el evange­ variación (omisiones, añadidos, cambios, fusiones) respecto
lista más citado, y particularmente: Jn 4,23-24: “Dios es al texto conocido por Francisco: la Vulgata, en la versión
espíritu y debe ser adorado en espíritu y en verdad” ; Jn 6,64: atestiguada por el “evangeliario” 13.
“Mis palabras son espíritu y vida”; Jnl0,l-16: Jesús, el buen Para los exegetas éste es un momento de profunda
pastor; Jn 13: el lavatorio de los pies; Jn 14,6: “Yo soy el
reflexión y de vivo debate acerca del fin de su trabajo, de los
camino, la verdad y la vida”; Jn 14,23: la morada de la
métodos usados, de la relación exégesis-hermenéutica, Biblia-
Trinidad en el creyente; y, finalmente, Jn 17: la oración
Tradición, Biblia-Iglesia, texto-vida14*. L aDei Verbum tiene ya
sacerdotal de Jesús.
más de 30 años: algunos la consideran superada o, al menos,
Esta rápida panorámica puede darnos una idea de las necesitada de ulteriores clarificaciones, y no sin razón la
predilecciones de Francisco, sin olvidar que estos textos “non
Comisión Pontificia Bíblica elaboró el año 1993 un precioso
sunt numerandi sed ponderandi”. La cantidad de artículos y
documento acerca de “La interpretación de la Biblia en la
libros que estudian la relación entre Francisco y la Biblia, y
Iglesia”. Se requiere un mayor diálogo interdisciplinar, para
en particular el evangelio, es verdaderamente enorme, pero
evitar que la teología caiga en el extrinsecismo, que la
muchas veces dejan bastante que desear en cuanto a su
espiritualidad se convierta en espiritualismo y que la exégesis
calidad11.
La IR, además de las normas conciliares y papales que
contiene, cita explícitamente algunas frases patrísticas, pero (Presenza di san Francesco, 26), Milano 1976; y F. Accrocca - A. Ciceri,
sus citas son sobre todo de textos bíblicos, y casi siempre Francesco e i suoifrati. La Regola non bollata: una regola in cammino,
neotestamentarios. Estas citas, en particular las de los evange­ Edizioni Biblioteca Francescana, Milano 1998).
lios, son fundamentales no sólo cuantitativamente -constitu­ 13 En la sacristía del Protomonasterio de Santa Clara de Asís está
celosamente conservada una preciosa reliquia: se trata del breviario de san
yen casi la mitad del texto total-, sino también cualitativa­
Francisco y del evangeliario -encuadernado con él-, que es como le llama
mente; el resto forma cuerpo con ellas, comentándolas, el autógrafo del hermano León que explica el origen de las dos partes
explicitándolas y actualizándolas. (breviario y evangeliario) y el uso que de él hizo Francisco: “El bienaven­
Para descubrir el sentido de la IR 12, es indispensable turado Francisco consiguió este breviario para sus compañeros los
hermanos Ángel y León; ya que en el tiempo en que estuvo sano quería
decir siempre el oficio, como está prescrito en la regla; y en el tiempo de
11 Todos ellos aparecen reunidos y catalogados en Bibliogmphia su enfermedad, cuando no podía recitarlo, quería escuchar su lectura. Y así
Franciscana. Señalamos aquí: AA.W ., Parola di Dio e Francesco d ’Assisi', y continuó hasta la muerte. Hizo también escribir este evangeliario, y los
A. Rotzetter - W. Van Dijk - T.Matura, Un camino de evangelio. El días en que no podía escuchar la misa por enfermedad o por cualquier otro
espíritu franciscano ayer y hoy, Paulinas, Madrid 1984. En cuanto a la impedimento evidente, se hacía leer el evangelio que ese día se leía en la
exégesis medieval, en la que conviene introducir también la de Francisco, iglesia durante la misa. Y así continuó hasta su muerte”.
se ha de tener en cuenta a los especialistas: H. De Lubac, M.-D. Chenu, C. 14 El problema hermenéutico, como tal, es un problema moderno,
Spicp, B. Smalley. pero, nunca ha dejado de plantearse en formas diversas. Es mérito sobre
12
Particularmente útiles son: D. Flood - W. Van Dijk - T. Matura, La todo de H. De Lubac el haber mostrado la importancia y la riqueza
nascita di un carisma. Una lettura della prima Regola di san Francesco teológica de la interpretación bíblica en la Tradición.
18 19

se reduzca a arqueologismo15. con las relecturas eclesiales, que la mejor interpretación del
evangelio se encuentra en la vida de los santos17, es útil
La hermenéutica actual da gran importancia a la historia
también para la exégesis de hoy descubrir cómo Francisco de
de la interpretación bíblica. El “exegeta”, al que sometemos
Asís interpretó el evangelio: puede tratarse de una pequeña
a examen, es Francisco de Asís, que no era exegeta de
contribución “para comprender más plenamente el sentido de
profesión: leía el evangelio para vivirlo, veía en el evangelio
la Sagrada Escritura” (DV, 12).
la regla de vida; pero, actuando así, interpretaba el texto
evangélico. Esta interpretación suya del evangelio la podemos Tenemos necesidad tanto de expertos que nos ayuden a
recabar de sus escritos, en particular de la IR: en ella el leer la Escritura históricamente, como de hombres espirituales
evangelio es presentado como la regla de vida de la fraterni­ que nos ayuden a profundizarla en el espíritu (H. De Lubac).
dad franciscana, y la vida de esta primera fraternidad -que Francisco de Asís es ciertamente uno de estos “hombres
rápidamente se extiende y se desarrolla hasta convertirse en espirituales”.
una Orden religiosa- aparece como interpretación vivida del En la “historia de los efectos” del texto evangélico, el
evangelio. gran florecimiento de santidad franciscana en el curso de ocho
La IR 16 es el escrito más largo, más sistemático y más siglos, y los centenares de Institutos religiosos y seculares que
representativo de la espiritualidad de Francisco de Asís: en él todavía hoy se esfuerzan por encarnar la vida del evangelio
encontramos su modo de interpretar y de vivir el evangelio. según el modelo franciscano constituyen, a nuestro juicio, una
¿Por qué casi la mitad de esta “regla” son frases evangélicas? buena carta credencial de importancia hermenéutica para los
¿Por qué y en qué sentido la vida descrita en dicha regla es escritos de Francisco de Asís18*.
definida como “vida del evangelio de Jesucristo” (IR Pról 2)1
Si es verdad que la historia de la interpretación bíblica es 3. “Estoy con vosotros todos los días”:
importante, que la comprensión de la Sagrada Escritura crece la hermenéutica evangélica de san Francisco
El gran objetivo de Ja misión de Jesús y el gran contenido
15 Al menos teóricamente, hoy se acepta que no se pueden contrapo­ del evangelio es la proclamación del reino de Dios. Pero,
ner la “exégesis en la Sorbona” y la “exégesis en la Iglesia”: “rehacer la
unidad de la exégesis” es el fin que declaran tener también los cuadernos 17
“¿Quién es el intérprete vivo del sentido cristiano del texto? Es el
de lectura bíblica Parola, Spirito e vita. Pero es necesario no olvidar jamás
santo, el fiel que vive plenamente según la realidad y el misterio expresado
que la puerta primera e indispensable para acceder al sentido del texto es
por los textos. Es la Iglesia en su santidad. Éste es el “quinto evangelio”,
el texto mismo.
es decir el evangelio vivido, que e s , también él, un medio interpretativo
16 La IR es llamada así para distinguirla de la Regla bulada
del evangelio escrito. Podemos decir que san Francisco de Asís es un
(aprobada por Honorio III con la bula “Solet annuere” del 29 de noviem-
intérprete del evangelio más fiel que muchos doctores y exegetas, porque
brede 1223). Es un texto que se ha formado gradualmente de 1209a 1221.
lo ha cultivado en sus realidades existenciales, porque lo ha vivido” (C. M.
La “vida” de los primeros años, que Francisco hizo escribir “con pocas Martini).
palabra y sencillamente” -com o él mismo dice en Test 15- fue aprobada
18 M. Blondel advertía que el cristianismo no está fundado sólo sobre
oralmente por Inocencio III en 1209/10, pero se fue ampliando gradual­
“reliquias literarias”: hay ciertamente otros hilos que nos vinculan a Cristo,
mente tanto para incluir las respuestas a los nuevos problemas que se
otra historia hecha de reliquias vivientes.
planteaban en la vida, como para aceptar la normativa eclesiástica.
20 21

¿dónde está este reino de Dios? ¿cuándo y cómo se realizará? presupuestos hermenéuticos de hoy encuentran una verifica­
Sea por el temor ancestral a lo divino, sea porque entrevemos ción práctica sorprendente en Francisco, “ignorante e inculto”.
que dicho reino tiende a implicarnos personalmente, el hecho Introduce siempre las citas evangélicas con la expresión “dice
es que siempre tenemos la tentación de alejarlo de nosotros, el Señor”; el Concilio Vaticano II afirma que Cristo “está
proyectándolo en un futuro lejano o relegándolo en la iglesia presente en su palabra, ya que es él quien habla cuando en la
o queriéndolo ver en alguna extraordinaria aparición. Pregun­ Iglesia se lee la Sagrada Escritura”20. Francisco tiene la misma
tado por los fariseos: “¿Cuándo vendrá el reino de Dios?”, devoción a la Eucaristía que a la palabra de Dios; el Concilio
Jesús respondió: “El reino de Dios viene sin dejarse sentir. Y Vaticano II dice que “la Iglesia ha venerado siempre las
no podrán decir: ‘Vedlo aquí o allá’, porque el reino de Dios divinas Escrituras al igual que el Cuerpo mismo del Señor”21.
ya está entre vosotros” (Le 17,20-21). K. Esser ha hecho notar justamente cómo Francisco se
Francisco se define a sí mismo “ignorante e inculto” anticipó en esto extrañamente a la enseñanza conciliar. Siente
(CtaO 39): no conoce ni emplea las técnicas exegéticas en uso que es Jesucristo quien le habla en el evangelio: es éste el
en su tiempo19, pero de la manera de citar la Biblia emerge su punto de partida de toda su hermenéutica y es por ello que no
hermenéutica. Funde con frecuencia las citas evangélicas fue un oyente sordo del evangelio”22.
introduciéndolas sistemáticamente con “así dice el Señor en Jesucristo se revela a Francisco en el evangelio como la
el evangelio”. “Evangelio” en singular: el mismo Señor habla verdad a seguir y a vivir. Francisco se pone, no ante un simple
en los cuatro evangelios; no le interesa distinguir un evangelio texto literario, sino ante el Misterio de una presencia viva, la
de otro. Y hay que subrayar también la fuerza de aquel de Cristo, y entra en comunicación con este Misterio, con lo
presente: “dice”. No es un presente histórico, que corresponda que el texto revela y esconde; y el testimonio es el único
a “dijo”, sino un presente verdadero: el Señor habla hoy a medio de transmisión que se corresponde homogéneamente a
Francisco a través de las palabras de los evangelios. esta comunicación (M.-D. Chenu). El Misterio cristiano, en
La gran intuición de la que parte toda su hermenéutica es efecto, no es algo para ser contemplado curiosamente, como
simplicísima; pero, tal vez por ser tan simple, es fácil de si de un puro objeto de ciencia se tratara, sino que debe ser
olvidar: se trata de la presencia de Cristo en el evangelio y en interiorizado y vivido; el sentido espiritual del Misterio es el
la vida cristiana. Lo fundamental es que Cristo está vivo, está sentido que se descubre, o más bien aquel en el que se
presente y que le habla en el evangelio. penetra, viviéndolo; más fundamentalmente todavía: todo el
Para Francisco, Jesucristo está vivo en la Iglesia, en la proceso de comprensión espiritual es idéntico, substancial­
Eucaristía, en el evangelio, en la vida cristiana. Muchos mente, al proceso de conversión. La palabra de Dios, palabra
viva y eficaz, no alcanza su cumplimiento real y su pleno
19
La técnica exegética medieval puede ser resumida de alguna significado sino mediante la transformación que ella opera en
manera en aquel dístico: “Littera gesta docet, quid credas allegoria,
moralis quid agas, quo tendas anagogia”, aún cuando el panorama es 20
mucho más vasto y variado: Cf. H. De Lubac, Esegesi medievale. I quatro Sacrosanctum Concilium 7.
O1
sensí della Scrittura, Ed. Paoline, Roma 1972 (2 vol.); y B. Smalley, Lo Dei Verbum 21.
studio della Bibbia nel medioevo, Ed. II Mulino, Bologna 1972. 22 Cf. 2C 22.
22
23
el que la recibe (H. De Lubac). La verdad de fe es un camino también entre hermenéuticas sectoriales y hermenéutica
a seguir (P. Ricoeur), y no se accede a la verdad sino en la general: consciente de que la verdadera clave de lectura de
medida en que uno se empeña con ella, y de ella da testimonio todo lo real y en todo tiempo está en la viva presencia de
(S. Kierkegaard): el conocimiento verdadero del texto
Cristo por obra del Espíritu Santo, Francisco sabe reconocer
evangélico se da cuando el evangelio es vivido (F. Manns).
y amar esta Verdad y sabe servirla.
Para Francisco la verdad del evangelio no es una cosa que “La verdadera ciencia de las Escrituras, en el sentido
se ha de saber, sino una persona viva a la que se ha de seguir, antiguo del término, no depende exclusivamente de la ciencia
una vida que se ha de vivir con esta persona, con Cristo. En el
en su sentido moderno, aún cuando de ella saque gran
animado diálogo hermenéutico de hoy, se puede abrir un poco provecho: no es posible separarla de esa mirada por medio de
de espacio también para Francisco de Asís, de quien Buena­ la cual se reconoce a Cristo. Como está en estrecha relación
ventura escribe que en la Iglesia concibió y dio a luz el con la fe, lo está también con la humildad, con la pureza de
espíritu de la verdad evangélica23.
corazón, con la perfección de la vida” (H. De Lubac).
Jesucristo, evangelio y vida son para Francisco tres La gran verdad que Francisco ha descubierto en el
realidades que mutuamente se reclaman y mutuamente se evangelio y que le permite unificar las diferentes etapas y los
iluminan: Jesucristo puede ser encontrado en el evangelio diversos modos en que ella se expresa, es la presencia viva y
vivido, el evangelio es revelación de una presencia encarnada,
encarnada de Cristo. Con Cristo, Francisco sabía a dónde iba.
la vida cristiana es la encarnación de una presencia revelada,
P. Sabatier lo dice muy bellamente: “Lo que Francisco pedía
la presencia de Cristo, camino, verdad y vida. En este sentido, en sus nuevas meditaciones no era sino el pan cotidiano; y en
la vida cristiana es el lugar en que continúa resplandeciendo el evangelio lo encontraba en sobreabundancia, ya que su
la verdad de Cristo en sus dos inseparables aspectos de mirada sabía reconocer el alimento espiritual allí donde tantos
revelación y encarnación. Los títulos de “ángel del sexto
otros no habrían visto sino piedras”.
sello” y “alter Christus”, que la tradición ha aplicado a
Para Francisco, la verdad del evangelio es la presencia en
Francisco, tratan de expresar precisamente este concepto.
él de Cristo verdad, y la verdad de la vida cristiana es la
La Admonición 7 revela con claridad que para Francisco
presencia en ella de Cristo verdad. La función de la hermenéu­
el texto bíblico no ha de ser estudiado “en sí mismo”, sino que
tica es la de revelar la presencia de Cristo-verdad en el
ha de ser tomado como fuente de luz para un camino que se evangelio y la de ayudar a encarnar la presencia de Cristo-
ha de recorrer, para una vida que se ha de vivir. En la respues­ verdad en la propia vida, que puede entonces ser definida
ta de fe se realiza aquel círculo hermenéutico entre intérprete justamente como “vida del evangelio de Jesucristo”.
e interpretado, sobre el que insiste P. Ricoeur.
Francisco sabía reconocer la presencia del Señor en sus
En esta hermenéutica de la presencia encarnada, se da una varias manifestaciones: en la Palabra, en la eucaristía, en los
extraordinaria y, al mismo tiempo, sencilla fusión de horizon­ leprosos, en las circunstancias. Pero era muy consciente de
tes no sólo entre pasado y presente y entre texto y vida, sino
que, para percatarse de esa presencia viva, se necesita una
23 mirada de fe, como se desprende con particular claridad de la
Cf. LM3,1.
24

conclusión de la Admonición 1:
16 Ved que diariamente se humilla (cf. Fil 2,8),
como cuando desde el trono real (Sab 18,15) vino
al seno de la Virgen; diariamente él mismo
viene a nosotros en humilde apariencia;18 diaria­
mente desciende desde el seno del Padre al altar
(cf. Jn 1,18) en manos del sacerdote.19 Y como se
mostró a los santos apóstoles en carne verdadera, CAPÍTULO SEGUNDO
así también ahora se nos muestra a nosotros en el
pan sagrado. Y como ellos con su vista corporal
sólo veían su carne, pero contemplándolo con los “Si quieres ser perfecto... ven y sígueme”
ojos del espíritu creían que él era Dios, 21 así Así responde Francisco al Señor
también nosotros, al ver con los ojos corporales el
pan y el vino, veamos y creamos firmemente que
son sus santísimos cuerpo y sangre vivos y verda­ Las palabras evangélicas las siente Francisco como
deros.22 Y el Señor está siempre de esta manera dirigidas a él mismo. Al Señor que habla en el evangelio
con sus fieles, como él mismo dice: Ved que yo Francisco responde con el coraje, la concreción y la esenciali-
estoy con vosotros hasta el fin del mundo (Mt dad que lo caracterizan. Considera que es agradable deber
28,20). suyo: obedecer a Cristo que habla en el evangelio vivido en la
Iglesia, custodiar la palabra del Señor en el corazón, seguir a
Cristo camino, verdad y vida.

1. Obedecer a Cristo que habla en el evangelio


vivido en la Iglesia
El primer testimonio escrito de la respuesta que Francisco
quiere dar al Señor que le habla en el evangelio, es precisamente
la IR. Su inicio (Prólogo y capítulo 1) y su capítulo 24 están
temáticamente ligados y forman un gran conjunto de lo que es
el programa de vida expuesto en ella: sus palabras e ideas
fundamentales pueden resumirse en “vida” y “obediencia”.
La obediencia de Francisco a cuanto el Señor le pide en
el evangelio está presente en todos sus escritos, pero particular­
mente en las dos reglas. Veamos el capítulo primero de la IR.
1La regla y vida de estos hermanos es ésta: vivir
26 27
en obediencia, en castidad y sin nada propio, y encontramos también las condiciones para poder hacer propia
seguir la doctrina y las huellas de nuestro Señor
esta “regla y vida”: 1,2 dice substancialmente que ésta es
Jesucristo (cf. IPe 2,21), que dice:2 Si quieres ser
perfecto, ve (Mt 19,21), vende todo lo que tienes “perfección”; 1,3 dice que es “seguimiento”; 1,4, que es
(cf. Le 18,22) y dáselo a los pobres, y tendrás un “discipulado” ; y 1,5, que significa “recibir el céntuplo y
tesoro en el cielo; y ven, sígueme (Mt 19,21). 3 Y poseer la vida eterna”.
también: Si alguno quiere venirse conmigo, Las tres primeras citas comienzan con una frase condicio­
niéguese a sí mismo y tome su cruz y sígame (Mt nal, continúan refiriéndose a los conceptos de obediencia,
16,24). 4 Asimismo: Si alguno quiere venirse castidad y sin nada propio, y terminan de forma extraordina­
conmigo y no pospone a su padre y a su madre, a riamente semejante - “sígueme”, “sígame”, “ser mi discípu­
su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y herma­ lo”- , evocando de forma explícita e l “seguir” de 1,1. Hay que
nas, y hasta su propia vida, no puede ser mi
notar, además, el gran número de verbos de acción -tam bién
discípulo (Le 14,26).5 Y: Todo el que haya dejado
padre o madre, hermanos o hermanas, mujer o ellos en coherencia con el programático “seguir” de 1,2- que
hijos, casas o campos por mí, recibirá cien veces aparecen en estas tres primeras citas evangélicas: “vete,
más y poseerá la vida eterna (cf. Mt 19,29; Me vende, da, ven, sígueme” (1,2); “venir, niéguese, tome, siga”
10,29; Le 18,29). (1.3) ; “viene, pospone, ser discípulo” (1,4).
La expresión con que se abre el capítulo 1 - “la regla y vida Todos estos verbos pueden ser resumidos en tres
de los hermanos es ésta”- evoca el inicio del Prólogo: “Ésta movimientos-momentos: dejar, seguir, recibir; y éstos parecen
es la vida del evangelio de Jesucristo”. El modo de introducir puestos particularmente en evidencia en el englobante 1,5: “el
las cuatro citas de 1,2-5 revela que por medio de nuestro texto que haya dejado... por mí... recibirá”. Al movimiento-momen­
Jesucristo habla hoy a través de las palabras evangélicas, sin to del “dejar” pertenecen: “ir, vender, dar” (1,2), “negarse”
que importe si las recoge de un evangelista u otro. (1.3) , “posponer” (1,4); al movimiento-momento de “seguir”
El “vender todo” de 1,2 está unido con el vivir “sin nada a Jesucristo, que es también el motivo para dejar todo lo
demás (“porm í”), pertenecen: “venir, seguir” (1,2), “tom arla
propio” ; el negarse a sí mismo de 1,3 alude sobre todo al vivir
cruz, seguir” (1,3), “ser discípulo” (1,4); al movimiento-
“en obediencia”; el “posponer” a los propios familiares de 1,4
se refiere particularmente al vivir “en castidad”; y 1,5 resume momento del “recibir”, que es también el fruto o el resultado
de los dos movimientos precedentes, pertenecen “ser perfec­
todas las cosas que se han de dejar para seguir al Señor. Estas
to” y “tener un tesoro en el cielo” (1,2), “venir conmigo”
referencias refuerzan notablemente la unión que el texto trata
de establecer entre la obediencia a la Iglesia y la obediencia al (1.3) , “venirse conmigo” (1,4).
evangelio. Para hacer propia la “vida” aquí descrita, no basta, pues,
En 1,2-5 entra directamente en la definición de la “regla con “dejar” ; quedan otros dos movimientos-momentos: el de
y vida”, que consiste en “vivir en obediencia, en castidad y sin “seguir” y el de “recibir”. Cada una de las tres primeras citas
nada propio” y en “seguir la doctrina y el ejemplo [literalmen­ evangélicas, después de haber dicho “dejar”, añade que tiene
te “las huellas”] de nuestro Señor Jesucristo que dice...”. Aquí lugar el “seguir” a Jesucristo, ser “discípulo suyo” ; la cuarta
cita (1,5) es todavía más explícita: se trata de dejarlo todo
28 29

“por mí”. La regla y vida de los hermanos consiste, por tanto, I lay que notar, a este propósito, la gran variedad de términos
en vivir en obediencia, en castidad y “sin nada propio” para que aquí se usan: “ésta es la vida del evangelio de Jesucristo”
poder así seguir a Jesucristo. (Pról 2), “esta religión” (Pról 3), “la regla y vida de los
El tercer movimiento-momento es el de “recibir”. Quien hermanos es ésta” (1,1), “esta vida” (2,1), “nuestra vida” (2,
“deja” todo y “sigue” a Jesucristo, “recibe” esto: ser perfecto 2.3), “obediencia” (2,9), “religión” (2,10), nuevamente
y tener un tesoro en el cielo (1,2), sigue a Jesús (1,3), va con “obediencia” (2,10 y 13), “esta vida” (24,1.4), “regla” (24,4).
él (1,4), recibirá cien veces más y poseerá la vida eterna (1,5). “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” :
Lo que se recibe después de haberlo dejado todo para seguir así comienza el Prólogo de la IR. Puede que no se trate sólo
a Jesús queda expresado en términos diversos: es “la vida de un simple recurso a un género literario de la época: el
eterna”, que es cien veces más que aquello que se ha dejado, recuerdo de la Trinidad sugiere al lector la importancia de la
es la perfección, es el tesoro en el cielo; “vida eterna” que fe que pronto se revelará como elemento fundamental, sea en
consiste también en ir detrás de Jesús, en ir con él. Dejarlo la descripción-definición de esta “vida”, sea como condición
todo, seguir a Jesucristo, recibir la vida eterna son tres para hacerla propia.
movimientos-momentos inseparables y complementarios. En la presentación de la propia vida y la de los hermanos,
Echemos ahora una mirada al Prólogo que está inmediata­ Francisco enumera seguidamente cuatro elementos que han de
mente antes del texto ya examinado: ser considerados fundamentales: vida, evangelio, Jesucristo,
1 ¡En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíri­ confirmación del papa.
tu Santo! 2 Ésta es la vida según el Evangelio de El v. 2 comienza con la expresión: “Ésta es la vida del
Jesucristo, que el hermano Francisco pidió al evangelio de Jesucristo”. El proyecto de vida, cuya concesión
señor papa le concediera y confirmara, y que éste y confirmación ha pedido el hermano Francisco al papa, y que
le concedió y confirmó para sí y sus hermanos, éste de hecho le ha concedido y confirmado, se describe y
presentes y futuros.3El hermano Francisco y todo define a continuación como “vida del evangelio de Jesucris­
aquel que sea cabeza de esta Religión, prometa to” : una expresión difícil que establece una relación directa
obediencia y reverencia al señor papa Inocencio y entre la vida de los hermanos por una parte, y la vida del
a sus sucesores. 4 Y todos los demás hermanos
evangelio de Jesucristo por otra. A esta primera relación
están obligados a obedecer al hermano Francisco
fundamental con la vida del evangelio de Jesucristo, el v. 2
y a sus sucesores.
añade otra igualmente importante: la concesión y confirma­
El término “vida” de 1,1 aparece también en Pról 2 (lo
ción del papa.
volvemos a encontrar en 2,1.2.3 y en la conclusión de la regla,
La vida aquí descrita y definida como “vida del evangelio
24,1.4). Nótese la correspondencia entre “Ésta es la vida del
de Jesucristo” no está en contraposición con la estructura
evangelio de Jesucristo” (Pról 2) y “La regla y vida de estos
eclesiástica ni es independiente de ella; más bien son insepa­
hermanos es ésta” (1,1): es evidente la intención de definir esa
rables: se vive en una perenne relación de obediencia y
“vida”,y, al hacerlo, se resalta inmediatamente la estrecha
reverencia al sumo representante de la estructura eclesiástica.
unión entre la vida de los hermanos y la vida del evangelio.
30 31

La vida que aquí se presenta es la vida del evangelio de papa que confirma la regla, y al que Francisco y sus sucesores
Jesucristo vivida -lo es sólo si es vivida- en la obediencia al prometen “obediencia y reverencia” (Pról. 3).
papa, esto es en la Iglesia, en obediencia a la Iglesia. La obediencia a Jesucristo, al evangelio, a la Iglesia es,
En IR 2 “esta vida” es denominada “obediencia” por tres por consiguiente, el elemento más determinante; y es funda­
veces: “Y acabado el año y el tiempo de la probación, [el mental notar cómo estas tres obediencias están en íntima
candidato] sea recibido a la obediencia” (2,9); “En adelante no relación entre sí. Para obedecer a Jesucristo es preciso
obedecer a lo que él dice en el evangelio (1,1; 2,14,3,1-2); la
le estará permitido pasar a otra religión, ni vagar fuera de la
vida del evangelio de Jesucristo ha de ser concedida y
obediencia” (2,10); “Y los hermanos que han prometido
confirmada por el papa, y la obediencia en relación con el
obediencia...” (2,13). Y en 2,12 se dice de forma categórica:
evangelio y con Jesucristo debe ir acompañada por una
“Ninguno sea recibido contra la forma y disposiciones de la
santa Iglesia”. Y como en el Prólogo y en el capítulo 1, continua obediencia al papa (Pról. 3-4) y a la Iglesia (2,12).
tampoco aquí hay oposición o independencia entre las En 2,10, tras haber recordado dos consecuencias jurídico-
indicaciones del papa y las del evangelio; sólo hay clarifica­ eclesiales que se derivan del hecho de ser recibidos a la
ción recíproca: ser recibidos en “esta vida” equivale a ser obediencia después del año de probación, citando textualmen­
recibidos a la “obediencia”, que es a la vez obediencia a te la bula de Honorio, se dice: “conforme al mandato del señor
Jesucristo, al evangelio y a la Iglesia. papa y según el evangelio”. La Iglesia interpreta y actualiza
con palabra autorizada el evangelio de Jesucristo. Para ser
En efecto, en el Prólogo y en el capítulo 1 Francisco
conscientes de esto y para sacar de ello las debidas consecuen­
presenta su vida y la de los hermanos como obediencia, y esta
cias, es necesaria una condición, que nunca se explicita pero
obediencia es, ante todo, obediencia a Jesucristo: los herma­
que claramente se sobreentiende: la fe. Sólo la fe hace posible
nos deben “seguir su doctrina y su ejemplo” (1,1), esto es,
la obediencia a Jesucristo y sólo ella posibilita ligar de forma
deben obedecerle; él dice que hay que venderlo todo y
indisoluble la obediencia a Jesucristo y la obediencia al
seguirle (1,2), hay que negarse a sí mismo y seguirle (1,3), hay
que quererle a él más que a cualquier otro (1,4), hay que dejar evangelio y a la Iglesia.
todo lo demás por él (1,5): “esta vida” consiste en obedecer a Veamos ahora la conclusión de la IR que constituye una
Jesucristo poniendo en práctica todo lo que él dice. En unidad con el Prólogo:
segundo lugar, es obediencia al evangelio: la expresión de 1 ¡En el nombre del Señor! Ruego a todos los
Pról. 2 - “Esta es la vida del evangelio de Jesucristo”- , aunque hermanos que aprendan el tenor y sentido de las
resulta más bien enigmática, tiene un primer significado, el de cosas que están escritas en esta vida para la
que “esta vida” consiste en vivir el evangelio de Jesucristo, salvación de nuestra alma, y que las traigan fre­
cuentemente a la memoria.2 Y suplico a Dios, que
esto es , en obedecer a su evangelio. Lo cual viene confirmado
él mismo, que es omnipotente, trino y uno, bendi­
por todo el capítulo 1: la “doctrina” y el “ejemplo” de Cristo
ga a todos los que enseñan, aprenden, tienen,
que se han de seguir están recogidos en el evangelio; para recuerdan y practican estas cosas, cuantas veces
obedecerle a él es preciso obedecer concretamente al evange­ repiten y hacen lo que aquí está escrito para la
lio. Finalmente, es obediencia a la Iglesia, en la persona del
32 33

salvación de nuestra alma; 3 y ruego a todos, poner en práctica; los otros ocho verbos se refieren al aprendi­
besándoles los pies, que las amen mucho, las zaje, a la profundización, a la interiorización. Estamos en
guarden y las conserven. 4 Y de parte de Dios Imea con cuanto se pide en 24,1: aprender el tenor y el sentido
omnipotente y del señor papa, y por obediencia,
de las cosas que están escritas en esta vida y traerlas frecuen-
yo, el hermano Francisco, mando firmemente e
lemente a la memoria.
impongo que nadie suprima nada de lo que está
escrito en esta vida, ni sobrescriba nada (cf. Dt En 24,4 Francisco, apelando a toda la autoridad que tiene,
4,2; 12,32), ni tengan los hermanos otra regla. 5 ordena a los hermanos que no tengan ninguna otra regla y no
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, quiten ni añadan nada a “lo que está escrito en esta vida”, es
como era en el principio, ahora y siempre, y por decir, a la regla que aquí se presenta. De lo cual se deduce que
los siglos de los siglos. Amén. para Francisco no hay en ella nada que pueda considerarse
En la conclusión de la IR, Francisco se dirige, pues, superfluo y que, por tanto, pueda ser suprimido, ni en ella
solemnemente a todos sus hermanos y les pide, en primer lalta nada esencial, que tenga que ser añadido. Su única
lugar, no que observen cuanto está escrito en la regla, sino que "regla” deberá ser cuanto está “escrito en esta vida”.
aprendan “la letra y el contenido [literalmente, “el tenor y ¿Por qué en la conclusión de la regla se pide como cosa
sentido”] de las cosas que están escritas en esta vida”. primera que los hermanos aprendan el tenor y el sentido de lo
Ya en relación con el Prólogo y los dos primeros capítu­ que aquí está escrito?, ¿y por qué se dice con tanta fuerza y
los se ha podido notar el significativo paso de “regla” a cIaridad que los hermanos no deben tener otra regla? La respues-
“vida” ; es clara la preferencia por este segundo término; la es: la regla y vida que aquí se presenta consiste en obedecer
también aquí, al final de todo, la IR en su conjunto es llamada a Cristo, que habla en el evangelio vivido en la Iglesia; por
“esta vida”. Y sorprende igualmente la expresión “las cosas consiguiente, los hermanos no deberán tener otra regla; y en
que están escritas en esta vida”. Sería de esperar la petición de esta regla de vida no queda nada por añadir ni hay nada que
que se viva esta vida o se observe esta regla, o se aprenda el quitar: en ella está todo lo esencial y no hay nada superfluo.
contenido de este escrito; en cambio se pide que se aprenda el Aprender “el tenor y el sentido” de esta regla de vida
tenor y el sentido de lo que está escrito en esta vida. significa acogerla y vivirla como obediencia a Cristo, que
“El tenor y el sentido” hace referencia a algo que está habla en el evangelio vivido en la Iglesia. Solamente desde
contenido - “escrito”- en esta vida, pero que no es inmediata­ esta perspectiva la regla de vida aquí presentada no tiene
mente evidente, que hay que buscar, descubrir, aprender: es el necesidad de añadiduras -e n toda circunstancia se tratará de
significado profundo de esta vida. Y no debe ser cosa de poca obedecer a Cristo que habla en el evangelio vivido en la
importancia si de ello depende la salvación del alma. Iglesia- y de que algo se suprima en ella -son inseparables
Al “ruego a todos los hermanos” sigue el “suplico a Dios” lies elementos: Cristo, evangelio, Iglesia-. Sólo si lo entende­
que bendiga a cuantos cumplan lo que aquí se pide (24,2). mos así, se puede decir que los hermanos no deberán tener
Pero, ¿qué es lo que se pide? Sorprende el hecho de que, entre ninguna otra regla.
diez verbos sólo dos - “practican” y “hacen”- se refieran a Después de la obediencia a Cristo que habla en el
34 35

evangelio vivido en la Iglesia, los dos elementos-eje de la semilla es la palabra de Dios.


respuesta de Francisco son, ciertamente, guardar la palabra del Dos tercios del capítulo están constituidos por citas
Señor en el corazón y seguir a Cristo. Son elementos que evangélicas, y pertenecen éstas a los cuatro evangelios: en la
constituyen la base-fondo de todos sus escritos y en particular primera parte, sobre todo los Sinópticos, en la segunda, casi
de toda la IR, pero el capítulo 22 de ésta es, sin duda, el texto exclusivamente Juan. Ya esta extraordinaria concentración de
fundamental para cualquier estudio sobre la importancia que eilas evangélicas sugiere que en el capítulo más largo de la IR
el santo atribuye a la palabra del Señor, o sobre el modo que
el centro de atención está en la palabra evangélica del Señor
él tiene de entender el seguimiento del Señor. i|ue se ha de escuchar, que se ha de guardar en el corazón de
Centraremos nuestra atención seguidamente en el capítulo íorma que pueda producir su fruto.
22 de la IR, analizándolo primero en aquello que nos dice
acerca de custodiar la palabra del Señor en el corazón, y
a) Una opción de fondo: escuchar al Señor
profundizándolo luego para descubrir en él el modo original
y “aborrecer nuestro cuerpo ”
que tiene Francisco de entender el seguimiento de Cristo
como camino, verdad y vida. Como veremos, los dos aspectos La primera parte del capítulo (vv. 1-9) es una solemne y
están íntimamente unidos (aquí está precisamente la originali­ sentida exhortación a “escuchar lo que dice el Señor” y a
dad de Francisco); pero, por claridad expositiva, es oportuno ‘‘aborrecer nuestro cuerpo con sus vicios y pecados”.
que ahora los distingamos. La primera lectura del capítulo 22 1 Estemos atentos todos los hermanos a lo que
de la IR nos pondrá en contacto con todo el texto y en él dice el Señor: Amad a vuestros enemigos y haced
descubriremos la importancia que Francisco da al custodiar la el bien a los que os odian (cf. Mt 5,44), 2 pues
palabra del Señor en el corazón; la segunda nos hará entrar en nuestro Señor Jesucristo, cuyas huellas debemos
su dinámica profunda y nos revelará que Francisco interpreta seguir (cf. IPe 2,21), llamó amigo al que lo
el seguimiento de Cristo como camino de fe. traicionaba (cf. Mt 26,50) y se ofreció espontánea­
mente a los que lo crucificaron. 3 Son, por tanto,
amigos nuestros todos los que injustamente nos
2. Guardar la palabra del Señor en el corazón causan tribulaciones y angustias, sonrojos e
Francisco, tan atento a la palabra del Señor, no podía injurias, dolores y tormentos, martirio y muerte; 4
olvidar la parábola del Sembrador, cuya explicación reproduce y debemos amarlos mucho, ya que, por lo que nos
hacen, obtenemos la vida eterna. 5 Y aborrezca­
íntegramente en el capítulo 22 de la IR, fundiendo, como es
mos nuestro cuerpo con sus vicios y pecados,
habitual en él, las tres versiones sinópticas y anteponiendo a
porque el diablo quiere que vivamos carnalmente
la larguísima cita la aplicación directa a sí mismo y a sus para arrebatarnos el amor de nuestro Señor Jesu­
seguidores: cristo y la vida eterna, y perderse a sí mismo con
10 Guardémonos mucho de ser el terreno junto al todos en el infierno; 6 pues nosotros, por nuestra
camino, o el pedregoso, o el lleno de cardos, 11 culpa, somos hediondos, míseros y opuestos al
según lo que dice el Señor en el Evangelio: La bien, y, en cambio, prestos y decididos para el
36 37

mal, porque, como dice el Señor en el Evangelio: mente y porque el diablo quiere que vivamos carnalmente,
7 Del corazón proceden y salen los malos pensa­ |mi a así quitarnos el amor de Jesucristo y la vida eterna. Vivir
mientos, los adulterios, las fornicaciones, los ni malmente equivale por tanto a amar nuestro cuerpo con sus
homicidios, los hurtos, la avaricia, la maldad, el
vicios y pecados, lo que significa amarnos egoístamente sólo
engaño, la impureza, la envidia, los falsos testi­
ii nosotros mismos.
monios, las blasfemias, la insensatez (cf. Me 7,21-
22; Mt 15,19);8 todas estas maldades proceden de El texto de 22,1-9 está dividido en dos partes (22,1-4 y 5-
dentro, del corazón del hombre (cf. Me 7,23), y *>), que quieren presentar los dos aspectos complementarios de
esto es lo que mancha al hombre (Mt 15,20). una orientación y de una opción de fondo: amar a los enemi­
Pero ahora, después de haber dejado el mundo, gos se opone a amar nuestro cuerpo con sus vicios y pecados;
ninguna otra cosa hemos de hacer sino seguir la seguir las huellas del Señor se opone a vivir según la carne;
voluntad del Señor y agradarle. lener la vida eterna se opone a perder el amor de Jesucristo.
El capítulo comienza, pues, poniendo ante los hermanos Dos son los caminos que tienen ante sí los hermanos:
una enseñanza y un ejemplo de Jesús. La enseñanza es: “amad "seguir las huellas del Señor” o “vivir según la carne”, dos
a vuestros enemigos y haced el bien a los que os odian” caminos diametralmente opuestos: el primero implica
(22,1); el ejemplo es: “nuestro Señor Jesucristo... llamó amigo considerar amigos y amar mucho a los que nos hacen sufrir,
al que le traicionó, y se ofreció espontáneamente a los que le y aborrecer nuestro cuerpo con sus vicios y pecados; el
crucificaron” (22,2). El verbo del que depende todo el período segundo supone, en cambio, amar nuestro cuerpo y dejar que
es “estemos atentos”: se ha de prestar atención a cuanto dice los malos deseos, que salen de nuestro corazón, se desaho­
Jesús y a su ejemplo, precisamente porque el proyecto de vida guen sin control. El “seguir las huellas del Señor” comporta
de los hermanos consiste en “seguir las huellas del Señor”, lener la vida eterna, y el “vivir según la carne” nos conduce a
que se convierte, por tanto, en el punto de referencia y en perder el amor de Jesús y la vida eterna.
criterio de sus valoraciones y las opciones. “Seguir las huellas del Señor” significa hacernos violen­
A este propósito, es interesante advertir el orden en que cia, salir de nosotros mismos, para seguir, no el propio criterio
se sacan las dos consecuencias de 22,3-4, introducidas por la natural de valoración y las propias tendencias naturales, sino
conjunción conclusiva “por tanto”. La primera consecuencia el criterio de valoración y las opciones de Jesucristo; “vivir
no se refiere a lo que hay que hacer, sino a una valoración: según la carne” no exige esfuerzo, en cuanto que “nosotros
“.S'on por tanto amigos nuestros todos aquellos que injustamen­ por nuestra culpa somos... opuestos al bien” (22,6) y porque
te...” (22,3). Sólo a continuación se señala también la actitud “del corazón... proceden... todas las maldades” (22,7-8). La
concreta que se ha de tener con aquellos que nos hacen sufrir: luz que ilumina ambos caminos es la palabra del Señor: esta
“debemos amarlos mucho” (22,4). palabra es la que dice en qué consiste y a dónde lleva tanto el
El “y aborrezcamos” de 22,5 evoca, por oposición, el “seguir las huellas del Señor”, como el “vivir según la carne”.
“amar” de 22,1.4: hemos de aborrecer nuestro cuerpo con sus Para poder “seguir las huellas del Señor” hará falta un
vicios y pecados, porque no hacerlo significaría vivir carnal­ corazón nuevo, purificado, del que no salgan más “todas esas
38 39

maldades”... que manchan al hombre” (22,7-8). El “dejar el te se escandalizan-, éstos no tienen raíz en sí
mundo”, de que habla 22,9, no tiene tanto un significado mismos, sino que son inconstantes pues creen por
sociológico cuanto un sentido teológico, que consiste en “estar algún tiempo, pero en el momento de la prueba se
atentos a lo que dice el Señor” y en “aborrecer nuestro cuerpo”. retiran. 16 Y la que cayó entre cardos son aquellos
“Seguir las huellas del Señor” de 22,2 es sustituido aquí por que escuchan la palabra de Dios, pero, entrando
“seguir la voluntad del Señor” y -se añade- “agradarle”. en ellos los afanes y las fatigas de este mundo, la
seducción de la riqueza y el deseo desordenado de
las demás cosas, ahogan la palabra y se quedan
b) Guardar la palabra sin fruto. Y la sembrada en buen terreno son
Hecha la opción de fondo de escuchar lo que dice el aquellos que, escuchando la palabra con corazón
Señor, he aquí la segunda etapa: guardar la palabra del Señor. bueno y óptimo, la entienden y la retienen, y dan
Esto será posible cuidándose mucho de ser terreno no apto fruto en la paciencia (cf. Mt 13,19-23; Me 4,15-
19; Le 8,5.11-15).
para la palabra, y estando muy atentos a Satanás.
La confrontación de nuestro texto y los tres pasajes
sinópticos correspondientes evidencia que la atención se
- Cuidarse mucho de ser tierra junto al camino
concentra particularmente en “palabra”, “corazón”, “compren-
o tierra pedregosa o entre cardos
der/creer” y en “perder” la palabra o en “custodiarla”. No
“Seguir la voluntad del Señor y agradarle” (22,9) consis­ hasta el encuentro material con la palabra, ni el escucharla;
te, ante todo, en cuidarse mucho de ser tierra junto al camino hace falta acogerla con fe. No es tampoco suficiente “creer
o tierra pedregosa o llena de cardos (22,10). Los términos por un tiempo” (22,15), sino que es preciso “entender” y
están claramente tomados de la parábola evangélica al igual “guardar” la palabra de Dios en el corazón; sólo así tiene lugar
que de ella se toma íntegramente la explicación (22,11-18): un encuentro fructífero.
10 Guardémonos mucho de ser el terreno junto al En 22,11 -18 se alude a cuatro casos de encuentro entre la
camino, o el pedregoso, o el lleno de cardos, 11 palabra y el corazón, pero sólo en el último de ellos el
según lo que dice el Señor en el Evangelio: La encuentro produce fruto. En los cuatro casos, la palabra es
semilla es la palabra de Dios. Y la que cayó escuchada (22,12.14.16.17), pero en el primero “no la com­
junto al camino y fue pisoteada, son los que prenden” (22,12) y en seguida viene el maligno “y les arrebata
escuchan la palabra y no la entienden; 13 y en lo sembrado en sus corazones” (22,13); en el segundo,
seguida viene el diablo, y les arrebata lo sembra­ “cuando surge la tribulación y la persecución ... se retiran”
do en sus corazones y quita la palabra de sus (22,15); en el tercer caso “las fatigas de este mundo... ahogan
corazones, no sea que creyendo se salven. 14 Y la la palabra y se quedan sin fruto” (22,16); en el cuarto, en
que cayó en terreno pedregoso son los que, al cambio, “la entienden” - a diferencia de los prim eros-, “la
escuchar la palabra, la acogen al instante con
retienen” (a diferencia de los segundos), “dan fruto” - a
gozo, 15 pero, cuando surge la tribulación y la diferencia de los terceros-.
persecución a causa de la palabra, inmediatamen­
40 41
Pero también la escucha de la palabra se puede hacer de habitar en él, como dice el Señor: Cuando el
modos diversos: mientras en los tres primeros casos se usa el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando
verbo “escuchar”, sin más, en el cuarto se emplea la expresión por lugares áridos (Mt 12,43) y secos buscando
“escuchar con corazón bueno y óptimo”. En los tres primeros, descanso; y, al no encontrarlo, dice: Volveré a
se escucha la palabra, pero, por un motivo u otro, pronto mi casa, de donde salí (Le 11,24). Y al llegar la
desaparece del corazón. Sólo en el cuarto caso se “retiene” la halla desocupada, barrida y adornada (Mt 12,44).
palabra. Quien no comprende la palabra con fe, la pierde 24 Y va y toma a otros siete espíritus peores que él,
(22,12-13); quien no resiste durante la tribulación, la persecu­ y entrando habitan allí; y elfinal de aquel hombre
ción y la tentación, la pierde igualmente (22,14-15); quien está es peor que el principio (cf. Le 11,26).
atento a los intereses mundanos, deja que la palabra sea En 22,19 se aplica a los hermanos la invitación que Cristo
ahogada y, por consiguiente, que prácticamente se pierda dirige a aquel discípulo que le había pedido que le permitiese
(22,16). La recomendación: “Guardémonos mucho de no ser marchar a sepultar a su padre (Mt 8,22): el único camino que
el terreno junto al camino, o el pedregoso, o el lleno de lleva a la vida eterna es el de seguir al Señor, guardando su
cardos” (22,10), significa, por tanto, que hemos de escuchar palabra; todo lo demás forma parte del reino de los muertos y
la palabra de forma que sea entendida, retenida y dé fruto en no hay razón para ocuparse de ello. El “guardémonos mucho”,
la paciencia (22,17). que va antes de los vv. 20-24 y los resume, está en paralelo
con el “guardémonos mucho” de 22,10. También los objetos
- Guardarse de Satanás que quiere quitarnos ilc estas dos llamadas de atención están estrechamente
vinculados: en 22,10-18 se trataba de cuidarse de ser “terreno
y ahogar la palabra
pinto al camino, o terreno pedregoso o terreno lleno de
Después de la ardiente llamada de atención con que cardos”, y en 22,19-24 se trata de cuidarse de “la malicia y las
introduce la explicación de la parábola del sembrador, aparece sutilezas de Satanás” que quiere que la semilla de la palabra
otra nueva: hay un enemigo que quiere arrancar y ahogar la de Dios no encuentre tierra buena, esto es, no quede en el
palabra del Señor: corazón.
18 Y por eso, nosotros, los hermanos, como dice La presencia de la palabra pone el corazón en relación
el Señor, dejemos que los muertos entierren a sus con Dios [“verbum in corde - cor ad Deum”, así sintetiza W.
muertos (Mt 8,22). 9 Y guardémonos mucho de la ligger todo el capítulo), y esto es lo que Satanás no quiere.
malicia y de las sutilezas de Satanás, que quiere que I’ara que eso no suceda, intenta evitar que el corazón “se
el hombre no tenga su mente y su corazón vueltos
ol iente a Dios”, y trata de hacerlo arrancando del corazón la
a Dios.20Y, acechando en torno, desea apoderarse
palabra. Satanás se esfuerza en cegar al hombre -s e ve con fe
del corazón del hombre, so pretexto de alguna
recompensa o ayuda, y ahogar la palabra y los sólo cuando se tiene un corazón en el que está presente la
preceptos del Señor, borrándolos de la memoria, palabra-, y los medios de que se sirve son los “negocios y
y quiere cegar, por medio de los negocios y preocu­ preocupaciones de este mundo” : al preocuparse de estas cosas,
paciones de este mundo, el corazón del hombre, y el corazón se ciega, deja de ver a Dios, pierde la fe.
42 43

En 22,21-24 se presentan las intenciones de Satanás como a los demás, que, removido todo impedi­
fundiendo las palabras evangélicas de Mt 12,43-45 y Le mento y pospuesta toda preocupación y todo afán,
11,24-26. Satanás es llamado “espíritu inmundo”, expresión como mejor puedan sirvan, amen, honren y adoren
al Señor Dios, y háganlo con limpio corazón y
que recuerda 22,8 -todas las maldades que proceden del
mente ]3ura, que es lo que él busca por encima de
corazón y que “manchan” al hom bre- y, por oposición, el
todo; 2 y hagamos siempre en ellos habitación y
corazón “limpio” y la mente “pura” de 22, 25-29: si en el morada (cf. Jn 14,23) a aquel que es el Señor Dios
hombre está Satanás/espíritu inmundo, del corazón proceden omnipotente, Padre e Hijo y Espíritu Santo, que
todos los males que hacen al hombre inmundo; si, en cambio, dice: Vigilad, pues, orando en todo tiempo, para
del hombre sale Satanás/espíritu inmundo, entonces el hombre que seáis dignos de veros libres de todos los males
tiene en sí un corazón “puro”. que han de venir, y de estar en pie ante el Hijo del
El hombre - o el corazón del hom bre- es presentado como hombre (cf. Le 21,36). Y, cuando oréis, decid
una casa de la que el espíritu inmundo ha salido al entrar la (Me 11,25; Le 11,2): Padre nuestro, que estás en
palabra; pero es preciso continuar cuidándose mucho de los cielos (Mt 6,9). Y adorémosle con puro
corazón, porque es necesario orar siempre y no
Satanás que quiere retornar a la casa, y puede hacerlo tan sólo
desfallecer (Le 18,1); 30 pues tales son los adora-
si el corazón del hombre, bajo pretexto de una recompensa o dores que el Padre busca. Dios es espíritu, y los
de una ventaja cualquiera, borra de su memoria y sofoca la que lo adoran es preciso que lo adoren en espíritu
palabra y los preceptos del Señor, y si el corazón, ocupándose y en verdad (cf. Jn 4,23-24).
de quehaceres mundanos, se hace ciego (22,20).
En 22,25 se resumen todas las llamadas de atención que
preceden en orden a custodiar la palabra del Señor en noso-
c) Permanecer en Cristo Iros, y se presenta algo de gran importancia: se pasa de la
Después de la elección del campo (22,1-9) y la exhorta­ relación palabra-corazón a la relación corazón-Señor. Que la
ción a guardar la palabra (22,10-24), he aquí la tercera parte palabra no resida en el corazón significaría que el corazón se
(22,25-40): permanecer en Cristo. Se trata de “adorar a Dios aleja del Señor. El v. 26 comienza con una expresión particu­
con un corazón limpio” (22,25-31) y de recurrir a Cristo, que larmente solemne - “Antes bien, por la santa caridad que es
es camino, verdad y vida (22,32-40). I )ios...”- , que tiene su origen en Juan (cf. lJn 4,16), y con la
cual se pide a todos los hermanos que “como mejor puedan
sirvan, amen, honren y adoren al Señor Dios”; y eso han de
- Adorar a Dios con corazón puro
hacerlo -notem os la importancia del m odo- “con corazón
25
Por eso, hermanos todos, estemos muy vigilan­ limpio y mente pura” .
tes, no sea que, so pretexto de alguna recompensa
Del corazón y de la mente se ha hablado varias veces más
o quehacer o ayuda, perdamos nuestra mente y
arriba: en 22,5-8 se habla del corazón “inmundo”, del corazón
corazón o los apartemos del Señor. 26 Antes bien,
por la santa caridad que es Dios (cf. lJn 4,16), del que salen todas las maldades que manchan al hombre; en
ruego a todos los hermanos, tanto a los ministros .12,9-25 nos encontramos ante un corazón en vías de purifica­
44 45

ción; y, finalmente, en 22,26-31 se describe el corazón “puro”. “corazón” uno de los términos del capítulo, “con limpio cora­
¿Qué es lo que ha cambiado para que ese corazón, que antes zón” viene a ser el resultado del largo camino de purificación
era “inmundo”, se convierta en un corazón “puro”? La entrada interior operado por la palabra acogida y custodiada con fe.
y la permanencia en él de la palabra de Dios. Esta purificación listos son los adoradores que busca el Padre. “En espíritu y en
del corazón por obra de la palabra evoca aquello que se lee en verdad” equivale a “con limpio corazón”. Se trata de una
Juan: “vosotros estáis ya limpios por la palabra que os he adoración con un corazón purificado por la palabra de Dios
dicho” (Jn 15,3). acogida y conservada con fe. Tan sólo con este “corazón limpio”
La purificación del corazón por medio de la palabra es posible adorar al Padre “en Espíritu y en verdad”, porque
conduce a que sea posible el “servir, amar, honrar y adorar al Cristo ha sido interiorizado en él por el Espíritu mediante la
Señor Dios con limpio corazón y mente pura”, que es lo que palabra. Cristo es el nuevo y único templo en que es posible
el Señor Dios “busca por encima de todo” (22,26), y lo que, adorar al Padre. La interiorización de la palabra en el corazón
por consiguiente, deben hacer los hermanos (cf. 22, 9.26). El ha hecho que el corazón haya sido “cristificado” y que, por
modo concreto de “servir, amar, honrar y adorar al Señor Dios tanto, se haya convertido en templo en que se adora a Dios.
con limpio corazón y mente pura” queda expresado en 22,27:
“y hagamos siempre en ellos habitación y morada (cf. Jn - Recurrir a Cristo, que es camino, verdad y vida
14,23) a aquel que es el Señor Dios omnipotente, Padre e Hijo 32
Y recurramos a él como al pastor y obispo de
y Espíritu Santo”. La palabra “siempre” subraya la idea de que nuestras almas (cf. IPe 2,25), que dice: Yo soy el
no se trata de algo que pueda hacerse una vez por todas, sino buen pastor, que apaciento a mis ovejas y doy la
de un acción continuada, y la expresión “en ellos” está vida por mis ovejas (cf. Jn 10,11.14-15). 3 Todos
aludiendo al corazón. vosotros sois hermanos; 34 y no llaméis padre a
“Habitación” es el substantivo del verbo “habitar” de ninguno de vosotros en la tierra, pues uno es
22,20, y evoca la imagen del corazón del hombre como casa, vuestro Padre, el que está en los cielos. Y no os
tal como dice 22,22. La palabra “morada” remite a Jn 14,23 llaméis maestros, pues uno es vuestro maestro, el
y pone en relación la presencia de la palabra de Dios en el que está en los cielos (cf. Mt 23,8-10). 36 Si
corazón con la inhabitación de la Trinidad. Para “verse libres permanecéis en mí y mis palabras permanecen en
de todos los males” de 22,27 y conservar la palabra del Señor vosotros, todo lo que queráis, lo pediréis y se os
en el corazón, es necesario vigilar y orar: sólo con un corazón dará (Jn 15, 7). Donde hay dos o tres reunidos
en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos (Mt
vigilante en la oración y en la fe, sólo con un corazón purifica­
18,20). Ved que yo estoy con vosotros hasta el
do por la presencia de la palabra, es posible “estar en pie ante
fin del mundo (Mt 28,20). ' Las palabras que os
el Hijo del hombre” y decir la plegaria de los hijos al Padre,
he dicho son espíritu y vida (Jn 6,63). 40 Yo soy el
no sólo al final de los tiempos sino también ahora, en lo
camino, la verdad y la vida (Jn 14,6).
cotidiano del presente.
Estos versículos están caracterizados por una constante y
En 22,29 se dice: “Y adorémosle con puro corazón” :
explícita referencia a Cristo, presentado primero como buen
“adorar” expresa el significado profundo de “orar” ; y, siendo
46 47

pastor y luego como camino, verdad y vida. La imagen y los “verdad”, que sigue a la de “camino” -buen Pastor a quien
términos de 22,33 pertenecen a IPe 2,25: “Erais como ovejas hay que seguir- y de “vida” -Jesús nuestro hermano nos hace
descarriadas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de partícipes de la vida del Padre-,
vuestras almas”. Es interesante notar que de IPe 2,21 nuestro El v. 36 emplea el verbo “permanecer”, el mismo que
texto ha tomado ya la expresión “seguir las huellas” (22,2). aparece referido tanto a la palabra como a Cristo: la manera de
El breve himno de IPe 2,21-25 presenta a Cristo como hacer siempre en el corazón “una habitación” a la Trinidad es
modelo que se ha de imitar o, mejor, como guía a quien hay “permanecer en Cristo”, y la manera de “permanecer en
que seguir: “Cristo ha padecido por vosotros, dejándoos un Cristo” es que sus palabras “permanezcan en nosotros” ; así
ejemplo para que sigáis sus huellas” (IPe 2,21). En 22,32 la podremos pedir lo que queramos y se nos dará.
expresión “recurramos a él” vuelve a tomar la idea de “seguir Los vv. 37-38 juntan y relacionan dos frases de Mateo
las huellas” ; “como al pastor” subraya, al igual que en IPe, la muy distantes entre sí (18,20 y 28,20), pero que tienen en
idea del guía; y “obispo-guardián” da la idea de la seguridad común que aseguran la presencia de Jesús. Esta presencia está
que ofrece ese guía. condicionada a la fe en él: “Donde dos o tres están reunidos
En 22,32 vuelve a tomarse la imagen del pastor y de las en mi nombre”. El “permanecer” en Cristo y el que sus
ovejas, pero ahora es el mismo Jesús, el guía y pastor, quien palabras “permanezcan” en nosotros está, por consiguiente,
se dirige a las ovejas que le siguen, para asegurarlas: “Yo soy condicionado a la fe.
el buen pastor, que apaciento a mis ovejas y doy la vida por En 22,39-40 encontramos dos definiciones juntas: se dice
mis ovejas”. La frase está tomada claramente de Jn 10, pero qué son las palabras de Jesús y quién es Jesús. Ambas
no es exactamente idéntica, sino, más bien, hace referencia a definiciones han sido sacadas del evangelio de Juan: la
todo el contexto de Jn 10,1-30: Francisco resume aquí todo el primera, de Jn 6,64 y la segunda, de Jn 14,6. La unión de
capítulo de Juan. ambas es claramente intencionada: de las palabras a la
Si Jesús es el buen pastor, se podrá “recurrir a él” con Palabra, de las palabras a Cristo.
confianza para dejarse guiar. “Yo apaciento a mis ovejas y Pero este paso tiene lugar a través del Espíritu. La
doy mi vida por mis ovejas”, subraya la solicitud diligente del palabra, acogida con fe y conservada con perseverancia,
pastor y la pertenencia de las ovejas a él. La relación pastor- purifica el corazón, que de este modo se convierte en un
ovejas, el adjetivo “bueno”, la insistencia en el adjetivo corazón “espiritual”, impregnado del Espíritu de Cristo y, en
posesivo “mías”, las dos actitudes del pastor en relación con cuanto tal, capaz de adorar a Dios. ¿Cómo es posible que la
sus ovejas - “apacentar” y “dar la vida”- son suficientes para palabra realice este milagro? La respuesta se nos da en 22,39-
hacer caer en la cuenta de toda la profundidad teológica de la 40: las palabras de Jesús comunican Espíritu y vida, porque
alegoría del buen pastor. son Espíritu y vida; y lo son en cuanto palabras de Jesús, que
Siguiendo a Cristo, el buen pastor, llegamos a conocer es el camino, la verdad y la vida.
que todos somos hermanos (22,33) porque tenemos un único La función de la palabra y del Espíritu es, pues, la de
Padre (22,34). En 22,35 se pone en evidencia la idea de conducirnos a Cristo: palabra y Espíritu actúan conjuntamente
48 49

y están en íntima relación; es más, las palabras de Jesús “son” porque son tuyos y todo lo mío es tuyo.
Espíritu (22,39). La palabra acogida y custodiada en el El v. 41 hace de bisagra con cuanto precede: “Tengamos
corazón ha llevado a los hermanos a Cristo que es el camino, presente... el santo evangelio” viene a ser una condensación
la verdad y la vida. del “guardar la palabra” para “permanecer en Cristo” ; la frase
“quien se dignó rogar por nosotros a su Padre y manifestarnos
d) Contemplar la gloria del Padre su nombre” es un anticipo y un resumen de cuanto más abajo
se va a desarrollar. “La vida y la doctrina” de Jesús que hemos
Cristo es el camino que lleva al Padre. El texto ha
de tener presentes, equivale a “la doctrina y el ejemplo
recordado al Padre ya otras cuatro veces (22,27.28,30,34) para
[huellas]” del Señor que hemos de seguir de IR 1,1. En 22,41
presentar la nueva relación que con la Trinidad se instaura en
advertimos también la fuerte actualización expresada en “por
un corazón que, conservando la palabra, permanece en Cristo.
nosotros” y “a nosotros”: manifestarnos. Con 22,42 comienza
Pero es en la parte final del capítulo donde las referencias al
la oración de Jesús, tomada libremente de Jn 17.
Padre son particularmente frecuentes (cuatro veces aparece el
término “Padre” y dieciocho encontramos pronombres o En 22,41-42a tiene especial relieve el verbo “manifestar”;
adjetivos posesivos referidos al Padre). y en 22,42b-44 la terminología relativa a “acoger”, “recono­
cer”, “creer”. El papel de Jesús es el de “dar” las palabras del
Naturalmente no se trata del Padre en sí mismo, sino de
Padre (22,42b). Todo se puede reconducir al Padre, pero todo
la relación entre el Padre, el Hijo y los hermanos; una relación
se hace históricamente visible en el Hijo: las palabras que se
que lleva a estos últimos a “contemplar la gloria del Padre”
han de acoger son palabras del Padre, pero nos las da Jesús; lo
(22,56). Pero la relación hermanos-Padre se da a través de la
que hemos de reconocer es que Jesús ha salido del Padre, lo
mediación del Hijo: se trata de conocer al Padre en el Hijo
que hemos de creer es que Jesús ha sido enviado por el Padre.
(22,41-44) y de ser santificados en la verdad (22,45-55).
La revelación y el conocimiento del Padre tienen lugar en el
Hijo. Lo que distingue al “mundo” de aquellos que el Padre ha
- Conocer al Padre en el Hijo dado a Jesús (22,43-44) es la fe. Como toda la persona y toda
41 Tengamos presentes, pues, las palabras, la la acción de Jesús es del Padre, y Jesús muestra ser del Padre
vida y la doctrina y el santo Evangelio de quien se en su conocerse, revelarse y actuar como Hijo, de igual
dignó rogar por nosotros a su Padre y manifestar­ manera los hermanos son y muestran ser del Padre en ese
nos su nombre, diciendo: Padre, glorifica tu “dejarse dar” al Hijo mediante la fe.
nombre (Jn 12,28) y glorifica a tu Hijo, para que
tu Hijo te glorifique. 42 Padre, he manifestado tu
nombre a los hombres que me diste; porque las - Ser santificados en la verdad
palabras que tú me diste se las he dado, y ellos las 45 Padre santo, guarda en tu nombre a los que
han aceptado y han conocido que salí de ti y han me diste, para que sean uno, como nosotros. 46
creído que tú me enviaste. 43 Yo ruego por ellos; Digo esto en el mundo para que tengan gozo en sí
no por el mundo, 44 sino por éstos que me diste, mismos. 47 Yo les he dado tu mensaje, y el mundo
50 51

los ha odiado, porque no son del mundo, como se suplica al Padre que conserve a los hermanos, es Jesús: ser
tampoco yo soy del mundo. No ruego que los conservados en el nombre del Padre significa ser conservados
saques del mundo, sino que los guardes del mal. en Jesús, permanecer en Jesús en cuanto revelador del nombre
49 Hazlos dignos de admiración en la verdad. 50 Tu del Padre, en cuanto Hijo del Padre. El gozo al que se alude
palabra es la verdad. 51 Como tú me enviaste al en 22,46 es el propio de los hijos que han encontrado al Padre.
mundo, también yo los he enviado al mundo. 52 Y En 22,47 se insiste en la idea de que la “palabra” que
por ellos me consagro a mí mismo, para que sean Jesús “ha dado” a los hermanos es del Padre: el hecho de que
consagrados en la verdad. 53 No ruego solamente
el los la hayan acogido con fe ha provocado el odio del mundo;
por ellos, sino también por aquellos que han de
pero así mismo esto es motivo de gozo, porque es consecuen­
creer en mí por su palabra, para que alcancen la
unidad consumada, y el mundo conozca que tú me cia y, por ello, prueba de la presencia de lo divino también en
enviaste y los has amado, como me has amado a los hermanos, como se verificaba en Jesús.
mí. 54 Y les daré a conocer tu nombre, para que el Los vv. 49-52 unen íntimamente Padre-Jesús-palabra-
amor con que me has amado esté en ellos y yo en liermanos, como también misión-revelación-santificación. Son
ellos. 55 Padre, quiero que los que tú me ^ ^
diste los anillos constitutivos de toda la última parte del capítulo:
estén también conmigo donde yo estoy para que la santidad es la vida íntima del Padre comunicada a los
contemplen tu gloria (cf. Jn 17,1.6.8-11.13-15.17- hombres en el Hijo, que es el camino del Padre hacia los
20.23-24.26) en tu reino (Mt 20,21). Amén. hombres, la verdad y la vida del Padre ofrecida a los hombres.
Mientras en 22,41 -44 la idea fundamental es la revelación “Hazlos dignos de admiración en la verdad” significa:
del Padre en el Hijo y, por tanto, el conocimiento del Padre en ayúdalos a vivir como hijos en el Hijo.
el Hijo por parte de los hermanos, en 22,45 tiene lugar un De hecho, sólo en Jesucristo pueden los hermanos
cambio que hace de la santificación la idea dominante. Está conocer al Padre y sólo en el Hijo pueden vivir como hijos,
siempre presente la oración de Jesús al Padre por los hermanos. porque Jesús, aparte de ser “la verdad”, es también “la vida”
En 22,45 el término “Padre” está calificado con el que comunica el Padre (22,40). Como Jesús se hace digno de
adjetivo “santo”, porque se le pide que manifieste su santidad admiración a sí mismo viviendo como Hijo del Padre y
en los hermanos, “guardándolos en su nombre” como en un realizando las obras del Padre, de la misma manera los
lugar sagrado, y haciéndoles participar en la unión que existe hermanos son dignos de admiración en Jesús viviendo unidos
entre el Padre y el Hijo. El “nombre” no puede ser sino el de al Padre y realizando sus mismas obras: de hecho, Jesús,
“Padre”: éste es el nombre de Dios revelado por Jesús; y Dios además de ser “la verdad” y “la vida”, es también “el camino”
se manifiesta como “santo” manifestándose como “Padre”. que lleva al Padre (22,40). El “lugar” en que los hermanos son
Se pide al Padre que “conserve en su nombre” a aquellos hechos dignos de admiración es Jesucristo.
que ha dado a Jesús. Hay, por tanto, una estrecha relación “Ser hechos dignos de admiración” quiere decir, por
entre el ser “conservados en el nombre” del Padre y ser lanto, permanecer en Cristo y, en él, entrar en una relación
“dados” a Jesús. El motivo es que el “lugar” de la revelación profunda con la palabra y con la Trinidad; se trata de dos
del nombre del Padre y, por consiguiente, el “lugar” en el que significados íntimamente ligados entre sí: recibir con fe la
52 53

revelación del Padre en el Hijo interiorizando la palabra- Señor tiene para Francisco. Pero, continuemos profundizando,
Espíritu, y vivir como hijos del Padre en el Hijo. y descubriremos que ese capítulo responde también a la
El capítulo concluye con el v. 55 que reproduce Jn 17,24a pregunta sobre el significado que Francisco da al seguimiento
con una pequeña pero significativa variante: donde Juan dice de Cristo, tan importante para él.
“mi gloria” -la de Jesús-, nuestro texto pone “tu gloria” -la Es cierto, como ya hemos dicho, que la primera respuesta
del Padre-; luego se añade: “en tu reino” . La frase “los que tú de Francisco a Jesús, que le habla, es la de la obediencia, esto
me diste” sugiere la imagen del Padre que coge por la mano es, ejecutar cuanto le pide; “seguir las huellas del Señor”
a los hombres y los acompaña a Jesús, para que en él se (22,2) significa “seguir la doctrina y el ejemplo [las huellas]
encuentren con la palabra del Padre y con el Padre mismo. del Señor Jesucristo” (1,2), significa obrar como él obró. IR
“Quiero” tiene una fuerza particular que parece hacer referen­ 22.1- 4 pone ante los hermanos a Jesús como modelo que se ha
cia a la última petición de Jesús al Padre, que es decisiva y lo de imitar (aún cuando la palabra “imitar/imitación” no se usa
compendia todo: “que los que tú me diste estén también nunca en la IR ni en los demás escritos de Francisco). Es
conmigo donde yo estoy”. Pero, ¿dónde está Jesús? Lo que preciso “hacer como” ha hecho Jesús (amar a los enemigos de
sigue nos ayuda a responder: “Para que contemplen tu gloria 22.1- 4 es sólo un ejemplo; en la IR hay otros muchos). Pero
en tu reino”. El “lugar” privilegiado desde o en el que es la originalidad de IR consiste en presentar el seguimiento
posible “contemplar la gloria del Padre” y que puede ser como camino de fe.
llamado “reino del Padre”, es el mismo Jesús, revelado y
conocido como Hijo del Padre. Jesús no sólo “revela” la a) Orientación y opción de fe
verdad del Padre, sino que “es” la verdad del Padre; no sólo
“comunica” la vida del Padre, sino que “es” la vida del Padre; En cada una de las cuatro partes de IR 22 aparece
no sólo “indica” el camino que lleva al Padre, sino que “es” claramente que el seguimiento es concebido como un camino
el camino al Padre. He aquí “el lugar”en el que es posible de fe que tiene como meta el “permanecer” cada vez más
“contemplar la gloria del Padre”: estar “donde” está Jesús, plenamente en Cristo, camino, verdad y vida, conociendo en
significa estar en él, es decir, en el camino, en la verdad y en él cada vez más profundamente al Padre, y entrando cada vez
la vida del Padre. más íntimamente en comunión con él. Un indicio de esta
Concluyendo, guardar la palabra del Señor en el corazón concepción j oanea del seguimiento lo constituyen las numero­
es la segunda gran respuesta que Francisco da al Jesús que le sas citas de Juan 17 que aparecen en el capítulo 22 de la IR.
habla en el evangelio.3 En 22,1-9 se presenta el “seguir las huellas del Señor”
como el objetivo y, por tanto, como el criterio indispensable
de orientación y para hacer la opción de fondo. En 22,1-4 hay
3. Seguir a Cristo, que es camino, verdad y vida,
una exhortación a que los hermanos se orienten activamente
como camino de fe
hacia lo que dice el Señor. Y el Señor dice cosas desconcer­
Como hemos constatado, IR 22 es ciertamente el texto tantes: que se ame a los enemigos como él mismo los ha
fundamental para comprender el valor que la palabra del amado. Se trata de entrar en su lógica y de asimilar su propia
54 55

actitud considerando amigos nuestros y amando mucho a expresar el camino de la fe.


todos aquellos que injustamente nos hacen sufrir. Éstas son El verbo “habitar” y términos afines, expresan, tanto en
las “huellas del Señor” que hemos de seguir, y es éste el el NT como en IR 22, la relación de fe: en aquel corazón del
camino que hemos de emprender para “tener la vida eterna” que procedían todas las maldades, por la fe ha entrado -y en
(22,4). Se trata de cambiar de dirección y de mentalidad, de él continúa estando- la palabra, y gracias a ella ha tenido que
invertir la jerarquía de valores, tomando como punto de “salir” Satanás. Pero Satanás se empeña en “volver a la casa” ;
referencia no ya a nosotros mismos con nuestros vicios y si la encuentra “vacía”, se instala nuevamente en el corazón
pecados, sino el evangelio. En efecto, en 22,1-9 se presentan del hombre y la situación que se crea en él es peor que la
dos caminos opuestos, y la evaluación de los mismos se hace precedente, porque ha desaprovechado el único medio de que
en base a las palabras evangélicas. Es una evaluación de fe: disponía para salir del dominio de Satanás: el encuentro de la
las palabras y las actitudes de Jesús son las que nos dicen fe con la palabra de Dios.
quiénes son los verdaderos amigos y quiénes los verdaderos
El primer “guardémonos mucho” (22,10) quiere preparar
enemigos del hombre.
el terreno para la palabra y la fe; el segundo (22,19) quiere
defender la permanencia de la palabra y de la fe en el corazón.
b) La relación de fe con la palabra de Dios Tanto el primero momento como el segundo exigen un
En 22,10-24 se dice que escuchar la palabra, comprender­ intenso trabajo interior, que consiste en liberar el corazón de
la, guardarla y dar fruto es la etapa esencial del seguimiento. toda otra preocupación y en mantenerlo libre, en orden a hacer
Tanto la terminología como los conceptos expresados hacen espacio a la palabra de Dios. El único camino de salida de la
referencia clara a la fe. La palabra de Dios es como una triste situación descrita en 22,6-8, y, en consecuencia, el único
semilla que ha de encontrar “tierra buena” para dar fruto. modo de ponerse a seguir a Cristo, es el de acoger y mantener
La idea de que “debemos seguir las huellas del Señor” la palabra de Dios, instaurando y profundizando con ella una
que encontramos en 22,2, se retoma en 22,9 con aquello de relación de fe.
que “ninguna otra cosa hemos de hacer sino seguir la voluntad
del Señor y agradarle”; habremos de guardarnos mucho de ser c) La relación de fe con Cristo
terreno no apto para acoger la semilla de la palabra (22,10-17) Hay una íntima conexión entre la relación de fe con la
y habremos de cuidarnos de Satanás que quiere arrancar la palabra y la relación de fe con Cristo (22,25-40): el “retener
palabra del corazón, para así apartarlo de Dios (22,19-24). en nosotros la palabra” tiene como efecto el “permanecer en
También el verbo “cegar” (22,20) implica la idea de que Cristo”. En el camino de la fe y del seguimiento, la palabra es
el corazón no habitado por la palabra, no puede “ver a Dios” como la puerta de entrada: en casa está él, el Señor. Mante­
y, por tanto, no puede mantenerse orientado hacia él: de la niendo la palabra con fe, se entra en una relación de fe cada
idea de la escucha se ha pasado a la de la visión, que culmina­ vez más profunda con Cristo, se “permanece” en él.
rá en el “ver la gloria del Padre” de 22,55. Tanto el “escuchar” Es la presencia de la palabra en el corazón y en la mente,
como el “ver” son modos evangélicos, sobre todo joaneos, de esto es la fe, la que limpia el corazón y purifica la mente, y la
57
56
En 22,39-40 se presenta la relación profunda entre el
que posibilita servir, amar, honrar y adorar a Dios como él
“retener en nosotros la palabra” y el “permanecer en Cristo”,
quiere (22,26). Es precisamente esta relación impregnada de
entre la palabra y Cristo, entre la palabra y el Espíritu, entre el
fe y este tipo de seguimiento lo que Dios “busca por encima
Espíritu y Cristo, esclareciendo de este modo también el
de todo”. El corazón es “puro” porque ha sido purificado por
“lugar” de la adoración del Padre y, por consiguiente, del
la presencia de la palabra, es decir por la fe, y gracias a la fe,
seguimiento: “en Espíritu y en verdad”. Aquí se sintetiza el
sólo a ella, puede el corazón llegar a ser habitación y morada
camino de la fe y del seguimiento: de las palabras de Jesucris­
de la Trinidad.
to, que son Espíritu y vida, se va al mismo Jesucristo que es
En 22,27 aparece la vigilancia en la oración como
el camino, la verdad y la vida. Las palabras de Jesús, acogidas
instrumento permanente de progresiva purificación del
con fe, esto es, como portadoras de Espíritu y de vida, hacen
corazón y como modo de “estar en pie ante el Hijo del
entrar en comunión con él, que es “el camino” entre el Padre
hombre”. La palabra y la oración nos llevan a Cristo, y en él
y los hombres, tanto en el aspecto de la revelación (Padre-
encontramos al Padre. Las importantes síntesis de 22,29-31
Jesús-hombres) y del conocimiento-fe (hombres-Jesús-Padre),
revelan que el Padre busca personas que le adoren “con
como en el aspecto de la vida (Padre-Jesús-hombres) y de la
corazón limpio”, “en Espíritu y verdad”, en Cristo. No se trata
comunión (hombres-Jesús-Padre).
de tres “lugares” diversos; como es único el “lugar” de la
La mediación de la revelación está ordenada a la media­
revelación de Dios, así es único también el “lugar” en que
ción de la comunión: Jesús es “la verdad” para que pueda ser
Dios puede ser encontrado y adorado y, por tanto, “seguido”:
para nosotros “el camino” y “la vida”. En IR 22 es presentado
Cristo es la verdad del Padre interiorizada en el corazón por
el camino de fe como un ascender desde la palabra a Cristo,
el Espíritu mediante la fe.
para que, por medio de él, podamos conocer al Padre en el
Los dos temas del seguimiento y de la fe aparecen de
Hijo y podamos vivir como hijos del Padre en el Hijo.
nuevo perfectamente fundidos en la alegoría del pastor y de
las ovejas de Jn 10, que se recoge en 22,32: “recurrir” a
Cristo, buen pastor, significa encontrar al Padre de todos. d) La relación de fe con el Padre
En 22,36 se establece una nueva relación entre el “perma­ El seguimiento como camino de fe nos ha conducido a
necer” de las palabras de Jesús en nosotros y el “permanecer” Cristo, pero el camino no se ha terminado todavía, porque
de Jesús en nosotros: Jesús permanece en nosotros si sus Cristo es “el camino” al Padre: el camino que lleva a Cristo es
palabras permanecen en nosotros; éste es el camino propuesto un camino de fe como lo es también el que se hace siguiendo
en IR 22: del “retener en nosotros la palabra” se pasa al a Cristo. Toda la terminología de 22,41-55 es de revelación,
“permanecer en Cristo”. Son dos etapas fundamentales e y la revelación exige que sea acogida en la fe.
íntimamente ligadas en un seguimiento presentado como El “tengamos presente” de 22,41 retoma y sintetiza tanto
camino de fe. De un primer nivel de interioridad -la palabra el “retener en nosotros la palabra” como el “permanecer en
en el corazón-, se pasa a uno segundo -nosotros en Cristo-: Cristo” : es indispensable “observar” el evangelio porque
la fe se hace comunión, el “seguir” se transforma en “perma­ equivale a “mantenerse” en Cristo en cuanto que Jesús está
necer”.
58 59

presente en el evangelio y en el evangelio nos revela al Padre. le. Pero Jesús ha enviado a los hermanos al mundo como el
Este concepto vuelve a aparecer en 22,42: la manifestación Padre le ha enviado a él al mundo: se trata de la misma misión
del nombre del Padre por parte de Jesús consiste en dar a los reveladora, en vista de la fe que continúa. Jesús se santifica a
hermanos las palabras recibidas del Padre, y esto acaece sí mismo viviendo como Hijo y revelando así al Padre. De
cuando les da el evangelio. esta santificación-revelación proviene la posibilidad de la
“Manifestar” y “glorificar”, tanto en Juan como en IR 22, santificación-revelación realizada por los hermanos, llamados
son prácticamente sinónimos y exigen una respuesta de fe. La a vivir como hijos en el Hijo. Este evangelio vivido, esta
glorificación del Padre y del Hijo consiste en la manifestación palabra encarnada, fruto de la fe, se convertirá en instrumento
del Padre como Padre de Jesús, y de éste como Hijo del Padre. de revelación de forma que también otros crean en el Hijo
La revelación acogida con fe constituye la verdadera glorifi­ enviado por el Padre, y se amplíe la familia de los hijos
cación del Padre y del Hijo. Como Jesús manifestó su gloria amados por el Padre en el Hijo.
durante su vida terrena y glorificó al Padre viviendo como Donde hay fe en el Hijo, allí está el Hijo y, por tanto,
Hijo en constante unión con él y revelándose de este modo “la también el amor del Padre. El reino de Dios, el reino del Padre
verdad” del Padre, así serán ahora los hermanos, que “obser­ es el Hijo: él es el “lugar” en el que es posible “ver la gloria
van” el evangelio con fe activa, los que continuarán glorifi­ del Padre” (22,55). Pero el Hijo está donde dos o tres personas
cando al Hijo y al Padre1. están reunidas “en su nombre” (22,37), es decir, reunidas por
En 22,45-55 se habla de hacer digno de admiración en la la fe en él.
verdad. Se ruega al “Padre santo” que “guarde” a los hermanos El largo camino del seguimiento lleva al reino del Padre:
en su nombre (22,45), esto es que los conserve en su fe y en es un camino de fe que, bajo la guía del Espíritu, conduce de
su vida de hijos, de modo que puedan participar en la unión la palabra a Cristo y, en él, al Padre; de la escucha de la
Padre-Hijo. La palabra del Padre es la verdad (22,50) y la palabra a la visión del Padre, mediante un progresivo proceso
palabra del Padre se identifica con Jesús (“Yo soy... la verdad”, de interiorización de la palabra de Cristo en la fe.
22,40): las palabras del Padre que Jesús ha dado a los hermanos Sólo entonces se llegará a tener un corazón limpio, que
son, pues, Jesús mismo. En su evangelio se confirma la presen­ pueda servir, amar, honrar y adorar a Dios como a él le
cia viva de Jesucristo: “guardando” el evangelio, se está en agrada. Sólo “manteniendo el evangelio” en el sentido de
Cristo-verdad, revelación del nombre del Padre, se vive como “interiorizarlo” en la fe, será posible “mantener el evangelio”
hijos en el Hijo. Es una vida impregnada de fe. en el sentido de “observarlo”.
El mundo de la incredulidad odia a los hermanos como ha
odiado a Jesús, y por el mismo motivo: lo que los separa es la

1 La unión entre fe, glorificación-revelación y santificación aparece


sutilmente sobreentendida en muchos escritos de Francisco; en forma más
explícita está presente en la Paráfrasis del Padrenuestro donde “santifica­
do sea tu nombre” se explica en estos términos “clarificada sea en nosotros
tu noticia” (ParPN 3).
CAPÍTULO TERCERO

“Bienaventurados los pobres


porque de ellos es el reino de los cielos ”
Así dice Francisco las relaciones humanas

Francisco se pone a la escucha de Jesucristo, que dice en


el evangelio: “Bienaventurados los pobres en el espíritu
porque de ellos es el reino de los cielos” ; contempla al Señor
de la gloria humillándose hasta compartir la condición
humana y elegir una vida pobre. ¿Puede, acaso, Francisco
hacer otra cosa que no sea seguir a Jesús en la humildad y en
la pobreza? A diferencia de lo que hacían tantos movimientos
cvangélico-pauperísticos de su tiempo, Francisco une estre­
chamente la pobreza con la humildad y la fraternidad.
De esta manera la pobreza se convierte en la gran
condición de la minoridad y ésta, a su vez, en la de la fraterni­
dad. Al igual que la fraternidad y la minoridad, también la
pobreza es un modo de relacionarse con los otros antes que
con las cosas. Por desgracia esta dimensión relacional ha sido
a veces olvidada, reduciendo la pobreza a la relación con la
cosas que se pueden tener o no tener, llegando incluso a
batallas “fraternas” feroces para establecer cuál de los grupos
era el más pobre.
“Bienaventurados los pobres en el espíritu porque de ellos
62 63

es el reino de los cielos”, es la bienaventuranza más querida tiempo que como relativo: fundamental, en cuanto es la gran
por Francisco, que ve en el “reino de los cielos” la hermosa condición para el seguimiento; relativo, respecto a lo que es
noticia de la paternidad de Dios y de la fraternidad humana, todavía más importante, el seguimiento de Jesús1, que es el que,
y en la “pobreza en el espíritu”, la minoridad y la pobreza. El y sólo él, permite alcanzar la perfección y la vida eterna. Queda,
camino de la bienaventuranza evangélica, que condice a los pues, claro desde el comienzo que la pobreza es importante,
pobres en el espíritu a la posesión del reino de los cielos, es y hasta fundamental, pero sólo como condición: no tendrá, por
considerado y representado por Francisco como un camino de tanto, sentido alguno que la absoluticemos. Y queda claro
comunión, que lleva, con Cristo humilde y pobre, a vivir entre también que la pobreza no se refiere sólo a las cosas, o sólo a
los marginados, sin nada propio, siendo pobres y menores las personas, sino también a uno mismo, a la propia vida, a la
para poder ser hermanos de todos. Así dice Francisco la propia voluntad: la puerta de entrada a la regla y vida de los
bienaventuranza de los pobres en el espíritu, así dice evangéli­ hermanos es, en verdad, ser “sin nada propio”.
camente las relaciones humanas. Ésta es la imagen que evoca Francisco, poco antes de morir,
al recordar y volver a proponer los inicios de “esta vida”, la suya
y la de los primeros hermanos: “Y los que venían a tomar esta
1. Con Cristo humilde y pobre entre los marginados
vida, daban a los pobres todo lo que podían tener, y se contenta­
El capítulo primero de la IR es de suma importancia ban con una túnica, reforzada por dentro y por fuera, con el
porque define “la regla y vida de los hermanos”, y señala la cordón y los calzones. Y no queríamos tener más” (Test 16-17).
gran condición para poder “seguir la doctrina y el ejemplo de Lo primero que hacían era dar todo a los pobres: sabían - y así
nuestro Señor Jesucristo”. Esta definición y condición giran lo sentían- que hacer este gesto y mantenerse en este estado
en torno a la pobreza. era condición indispensable para vivir “esta vida” evangélica
Los cuatro textos evangélicos fundantes (Mt 19,21; en el seguimiento de Cristo. El contento que experimentaban
16,24; Le 14,26; Mt 19,29) indican el objetivo -la perfección era satisfacción interior, sencilla y profunda, por la bondad de
y la vida eterna-, la vida que se ha de seguir para lograr ese la opción que habían hecho.
objetivo -e l seguimiento de Cristo y el discipulado-, las El amor de Francisco a la pobreza como condición
condiciones indispensables para ponerse a seguir a Jesús y esencial para la vida evangélica, está expresado claramente en
lograr la perfección-vida eterna -vender todo lo que se tiene, la Ultima voluntad para Clara y sus hermanas, que él escribió
negarse a sí mismo, “posponer” a los familiares y la vida a Clara de Asís y que ella custodió fielmente hasta su muerte:
misma, abandonar la familia y los bienes-. Las condiciones “Yo, el hermano Francisco, pequeñuelo, quiero seguir la vida
esenciales para iniciar el seguimiento de Jesús se reducen a y la pobreza del altísimo Señor nuestro Jesucristo y de su
una sola: desapropiarse de todo -cosas, personas y hasta uno santísima Madre, y perseverar en ella hasta el fin; y os ruego,
mismo-, por amor de Jesús, descubierto como el tesoro para
cuya adquisición vale la pena vender todo lo demás. 1 En lo que se refiere a la relación entre seguimiento y pobreza,
remitimos a Dalla “sequela Christl” di Francesco d ’Assisi alVapología
Esta definición de la regla y vida de los hermanos presenta,
della povertá. Atti del XVIII Convegno internazionale di studifrancescani,
por tanto, el “sin nada propio” como fundamental, al mismo Centro italiano di studi sull’Alto Medioevo, Spoleto 1992..
64 65

señoras mías, y os aconsejo, que viváis siempre en esta contemporáneos a él4. Francisco sabe penetrar en el significa­
santísima vida y pobreza. Y cuidaos mucho, para que de do profundo de los textos neotestamentarios, como se deja
ningún modo, ni por la enseñanza ni por el consejo de nadie, ver, por ejemplo, en 2CtaF 5: “Y siendo sobremanera rico,
os apartéis jamás de ella” (UlVol 1-3). quiso escoger la pobreza en este mundo, junto con la biena­
En la IR la vida de los hermanos era definida como venturada Virgen, su madre”. En el versículo precedente se
“seguir la doctrina y el ejemplo [las huellas] de nuestro Señor habla de la encarnación (“María, en cuyo seno recibió la carne
Jesucristo”; en el texto que acabamos de transcribir Francisco verdadera de nuestra humildad y fragilidad”). “Siendo rico”
vuelve a emplear la expresión pero sustituyendo “la doctrina hace referencia a 2Cor 8,9: “... siendo rico, se hizo pobre por
y el ejemplo [las huellas]” por “la vida y la pobreza” del vosotros”, pero también a Fil 1,6-8: “El cual (Cristo), siendo
Señor (UlVol 1). La enseñanza del Señor se encarna y se ile condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios;
resume cada vez más claramente en su vida pobre, y es ésta la sino que se despojó de sí mismo, tomando condición de siervo
que Francisco solemnemente profesa y quiere seguir2. Este y apareciendo en su porte como hombre, y se humilló a sí
propósito, este descubrimiento y este tesoro, los confía tierna mismo...”.
y celosamente a “sus señoras”, subrayando la preciosidad del El gran ejemplo que hemos de imitar en Jesucristo
bien que les consigna y poniéndolas en guardia, con respetuo­ “tened entre vosotros los mismos sentimientos que tuvo
so y delicado cuidado, ante lo que pueda significar apartarse Cristo” (Fil 2,5)- y en su Madre, no es tanto el de la pobreza
del vivir “en esta santísima vida y pobreza”.
material cuanto el de la humildad, que lleva al Hijo de Dios a
Francisco quiere seguir, y propone a todos sus hermanos asumir la condición humana de siervo, “haciéndose obediente
que sigan, la humildad y pobreza del Señor: “Empéñense hasta la muerte” (Fil 2,8). María es asociada a este gran
todos los hermanos en seguir la humildad y pobreza de ejemplo de pobreza-humildad en cuanto Madre, esto es, como
nuestro Señor Jesucristo” (IR 9,1). De la confrontación de la
lugar e instrumento de la humillación-encarnación, y en
IR 9,2 con UlVol l 3, emerge que la humildad y la pobreza del
cuanto que, con su disponible “fíat”, también ella se hace
Señor son presentadas en estrecha relación, que la vida de
“obediente hasta la muerte” del Hijo.
Jesucristo está caracterizada ante todo por la humildad, y que
Si esta unión entre pobreza, humildad y comunión vale
la humildad de Jesús es, en su persona, cualidad más impor­
para Jesús, debe valer también para quien, como Francisco y
tante que la misma pobreza.
Vemos aquí la diferencia que hay entre la espiritualidad
de Francisco y la de los movimientos evangélico-pauperísticos 4 “Se debe recordar -e l testimonio de san Francisco sobre este punto
9 es preciso- que, diversamente de cuanto normalmente se cree, su
“El modelo que Francisco asume no es el de la comunidad conversión no ha sido la de un rico que ha querido hacerse pobre -n o nos
apostólica de Jerusalén, sino el ejemplo mismo de Cristo, tal como nos encontramos frente a otro Valdo-, sino que ha nacido de haber sido
narra y expone el Evangelio (cf. R. Manselli, Para mejor conocer a impactado por el dolor y el sufrimiento. En este dolor y en este sufrimiento
Francisco de Asís, Arantzazu, 1997, 223). encuentra, a un mismo tiempo, a Cristo y la pobreza. Sobre este punto el
El texto de UlVol 1 es el siguiente: “Yo, el hermano Francisco, lestimonio del propio Francisco en su Testamento es inequívoco” (R.
pequeñuelo, quiero seguir la vida y pobreza de nuestro Señor Jesucristo”. Manselli, Para mejor conocer a Francisco de Asís, 217-218)
66 67
los suyos, quiere ponerse a seguirle5. En IR 9,2 se dice que Francisco - a diferencia de sus biógrafos- presenta su
los hermanos “deben gozarse cuando conviven con gente baja conversión ligada, como ya dijimos, no a la apertura-lectura
y despreciada, con los pobres y débiles, con los enfermos y del texto de los evangelios o a la invitación que le hizo el Cristo
leprosos, y con los mendigos que están a la vera del camino”. de San Damián, sino a la compañía de los leprosos7. En esta
No es la pobreza la que ocupa el primer plano, sino más bien preciosísima descripción que el mismo Francisco hace de su
la humildad, que es una actitud más íntima, más profunda y conversión, no se habla de abandonar los bienes, sino de estar
prioritaria en relación con la pobreza, el único terreno en el misericordiosamente con los leprosos, antes que con cualesquie­
que puede nacer y vivir la plantita de la pobreza. Sin humil­ ra otros marginados o necesitados de una amistad solidaria y
dad, la pobreza está desprovista de alegría, es sólo carencia de de un afecto sincero, más, incluso, que de bienes materiales8*.
algo. Cierto que la humildad, a diferencia de la pobreza, es ITancisco es consciente de que, en el momento de la conversión,
difícilmente cuantificable y, tal vez, precisamente por eso, en se operó en él una inversión de valores: de la huida ante los
2R 6,3 aparece invertido el orden de los dos términos de marginados a la opción por ellos. Y en esta opción por los
“humildad y pobreza”, y la casuística, que se refiere a la marginados encontró el sentido profundo de su seguimiento
“altísima pobreza”, absorbe cada vez más espacio y adquiere de Cristo. Se trata de una elección de campo social, que da
mayor importancia, con frecuencia en perjuicio de la humil­ concreción a su propósito de seguir las huellas de Cristo.
dad y, a veces, hasta del buen sentido6.
Se ha dicho con toda la razón que el momento central de
Pero en los comienzos no fue así. Francisco, poco antes la conversión de Francisco no ha sido el pauperístico, sino el
de morir, recuerda y representa en el Testamento el “incipit” paso de una condición humana a otra, la aceptación de la
de su nueva vida: “El Señor me dio a mí, el hermano Francis­ propia inserción en una marginalidad, el introducirse entre los
co, el comenzar de este modo a hacer penitencia: pues, como excluidos (R. Manselli). Queda todavía demasiada retórica
estaba en pecados, me parecía extremadamente amargo ver a acerca del “poverello”, retórica que vacía la experiencia
los leprosos; pero el Señor mismo me llevó entre ellos, y religiosa y la propuesta cristiana de Francisco de Asís, de su
practiqué con ellos la misericordia. Y, al separarme de ellos,
lo que me parecía amargo se me convirtió en dulzura del alma 7
“La conversión de san Francisco es, lo repito, la superación del
y del cuerpo; y, después de un poco de tiempo, salí del horror ante el leproso y el reconocimiento en él del dolor de Cristo, del
mundo” (Test 1-3). sentido de una crucifixión nueva y diversa, como es la del hombre
firmemente encerrado y aislado en la maldición de su enfermedad. En esta
5 Para tener una visión del contexto social, político y económico es
conversión está el punto de partida, el fondo psicológico en el que va
útil Assisi al tempo di san Francesco. Atti del V Convegno internazionale.
colocado el sentido de la pobreza de Francisco de Asís” (R. Manselli,
6 En cuanto al primer siglo franciscano, cf. M. D. L a m b e r t , Povertá l’ara mejor conocer a Francisco de Asís, 218).
g
francescana. La dottrina d ell’assoluta povertá di Cristo e degli Apostoli F. Accrocca hace notar que “Francisco no eligió ante todo el
nell’Ordine francescano (1210-1323), Edizioni Biblioteca Francescana, socorrer a los hombres: eran ya muchos los que lo hacían, también en su
Milano 1995. Para ampliar el horizonte, cf. La conversione alia povertá
tiempo; simplemente optó por hacerse uno de ellos, abrazando el dolor
nell’Italia dei secoli XII-XIV. Convegni del Centro di Studi sulla
humano y la marginación como camino privilegiado para seguir las huellas
spiritualitá medievale, Centro italiano di studi sull’Alto Medioevo,
de Cristo crucificado” (F. Accrocca - A. Ciceri, Francesco e i suoifrati,
Spoleto 1991.
21 ).
68 69

radical novedad y de cuanto tenían de más “subversivo” en no ser en caso de manifiesta necesidad de los
relación con los esquemas tradicionales de la cristiandad hermanos enfermos.
medieval (F. Accrocca). Las frases evangélicas que Francisco reproduce, recu­
Este tipo de condescendencia misericordiosa, de comu­ rriendo con libertad a la fusión de dos versículos de Lucas
nión solidaria, fue lo que impresionó a Francisco en la actitud (12,15 y 21,34) -pero lo hace respetando mucho su significa­
de Dios, hecho hombre en Jesucristo; y fue ésta la experiencia do original-, ponen severamente en guardia a los hermanos
que también él, en su pequeñez, hizo con los leprosos, respecto a toda forma de posesión, de codicia, de avaricia y de
probando aquí el cambio de lo amargo en dulce y la fuerza -se preocupaciones a causa de los bienes de este mundo. Lo que
trata casi de no poder actuar de otra m anera- para “salir del sorprende es cómo concretiza esta llamada de atención, de
mundo”, de este mundo pecaminoso en el que se camina en suyo genérica, en la prohibición absoluta de recibir dinero. Es,
solitario hacia Dios sin conseguir ver a los “leprosos”. Sin sin duda una concretización muy radical, y revela la extrema
este tipo de pobreza, presente en los ojos y en el corazón, seriedad con la que quiere acoger la invitación de Jesús. No
cualquier otra pobreza, que, aun siendo radical y absoluta sólo recibir dinero por ninguna razón es indudablemente una forma
fuera material y exterior, sería árida, inútil, elitista y ofensiva. muy seria de garantizar la pobreza y, por tanto, el “seguimien­
Cierto que fue radical la pobreza de Francisco, pero fue to de Cristo” en solidaridad con los pobres y los marginados.
consecuencia de una opción aún más difícil y radical: la Del conjunto de los escritos de Francisco se desprende
opción por la solidaridad y por la comunión de vida con los claramente que la prohibición de recibir dinero no está
marginados, siguiendo en esto las huellas de Cristo9. motivada por una visión maniquea, sino por una fuerte
1 El Señor manda en el Evangelio: Mirad, guar­ exigencia de concreción, que le llevará a identificar con
daos de toda malicia y avaricia (cf. Le 12,15);2 y nitidez el objetivo, y los instrumentos más eficaces para
también: cuidaos de los afanes de este mundo y de alcanzarlo; y todo con una simplicidad, una coherencia y un
las preocupaciones de esta vida (cf. Le 21,34; Mt coraje que te desarman. No aceptar dinero permite permanecer
13,22).
en un estado en el que se puede compartir la vida de los
3 Por eso, ninguno de los hermanos, dondequiera
pobres y de los marginados, no simplemente por solidaridad
que esté y adondequiera que vaya, en modo alguno
social, sino por motivación teológica: es el mismo Cristo
tome, reciba, o haga recibir pecunia o dinero ni
para vestidos ni para libros, ni por el pago de quien ha elegido a los pobres para que le representen10. Esto
algún trabajo, absolutamente por ninguna razón, a es substancialmente el “sine glossa” con que Francisco
interpreta el evangelio y que con tanta insistencia recomienda
Q
“Para san Francisco, la pobreza no es sólo un hecho de renuncia, ni en Test 38-39.
es sólo un ejercicio ascético para acercarse a la perfección, ni es tampoco Para mantenerse en la “altísima pobreza”, los hermanos
sólo un medio para estar más cerca de Cristo; es la única posibilidad que
él ve para descender al nivel de los verdaderos pobres, de aquellos que 10 En el juicio final, descrito en Mt 25,31-46, aparecen varias
viven cotidianamente la humillación, el sufrimiento de la necesidad, el categorías de pobres: el hambriento, el desnudo, y también el forastero, el
riesgo del hambre” (R. Manselli, Para mejor conocer a Francisco de Asís, enfermo, el encarcelado. En la práctica son las mismas categorías de
225). pobres que aparecen en IR 9,2.
70 71

no deberán recibir dinero “por ninguna razón, a no ser en caso dos excepciones a la rígida prohibición de recibir dinero.
de manifiesta necesidad de los hermanos enfermos” (IR 8,3). Francisco se propone seguir la humildad y la pobreza del
He aquí una excepción, que es preciosa en el “ecosistema” Señor, y esto le lleva a hacer concretamente la opción por la
rígido y coherente de Francisco. El no recibir dinero está en marginación, no porque ésta sea un bien en sí misma, sino por
función de la pobreza, pero la excepción a la prohibición solidaridad fraterna con los últimos. En la intuición originaria
absoluta de recibir dinero indica que hay algo que es más de Francisco y antes de las acomodaciones institucionales, los
importante que la misma pobreza. La manifiesta necesidad de “hermanos menores” son un grupo de personas que, poniéndose
los hermanos enfermos es razón suficiente para recibir dinero: a seguir a Cristo humilde y pobre, no pueden menos de hacer
el cuidado de los hermanos enfermos es más importante que el mismo tipo de opción que su Señor, que los lleva a compartir
el cerco que se ha construir en torno a la pobreza. Ha de solidaria y fraternamente con los marginados del tiempo.
estimarse más la caridad que la importantísima pobreza.
Una confirmación evidente y preciosa de esta jerarquía de 2. Sin nada propio
valores la encontramos al final del capítulo 8 de 1R, dedicado
Francisco prefiere la expresión, más radical y concreta,
todo él a la prohibición de recibir dinero: “No obstante, en
“sin nada propio”, al término, más abstracto, de “pobreza”.
caso de manifiesta necesidad de los leprosos, los hermanos
“Nada” significa “nada”: se trata de desapropiarse de todo, de
pueden pedir limosna para ellos” (IR 8,10). No se habla todo derecho, de todo bien.
explícitamente de dinero, pero es evidente el paralelismo con
la “manifiesta necesidad de los hermanos enfermos” de IR
8,3, donde se permite recibir dinero. a) Desapropiación de todo
La humildad y la pobreza son las características típicas de “Cuando los hermanos van por el mundo -escribe
la vida evangélica de Francisco en el seguimiento de Cristo. Francisco- no lleven nada para el camino: ni bolsa, ni alforja,
Pero el hecho de que no se dé a sí mismo, ni dé a los que se ni pan, ni pecunia, ni bastón” (IR 14,1); ni derecho a oponerse
unen a él el título de “pobres” sino el de “hermanos menores”, al malvado, ni derecho de propiedad sobre el propio vestido.
nos fuerza a asociar la pobreza a la minoridad y la minoridad No deberán llevar consigo ni siquiera una austeridad que les
a la fraternidad. El programa evangélico de Francisco, o sea impida acoger con bondad a cualquiera, o que haga que
la forma fundamental de su seguimiento de Cristo, se puede alguien -aunque sea enemigo, ladrón o bandido-, pueda
resumir así: menores siempre y entre todos para ser hermanos sentirse a disgusto*12. En la mentalidad-espiritualidad de
siempre y de todos". Así resultan explicables y coherentes las Francisco es preferible una gozosa y acogedora alegría a una
actitud penitencial rígida y distante, que podría correr el riesgo
11 “Es impresionante cómo el hijo del mercader ha encontrado, a
convertida inmediatamente en hermana, está una de las enseñanzas más
través de la comprensión inmediata y directa del mensaje de Cristo y no
altas de Francisco de Asís” (R. Manselli, Para mejor conocer a Francisco
mediante el estudio de la teología, el valor supremo de la humanidad: no
de Asís, 209-210).
en el rico y poderoso de la tierra, sino en el más pobre, más abandonado, 12
más despreciado, como justamente es el leproso. En esta recuperación del “Y todo aquel que venga a ellos, amigo o adversario, ladrón o
valor de la persona humana, en cuanto redimida por Cristo y, por ello, bandido, sea acogido benignamente” (IR 7,14).
72
73
de una introvertida autocomplacencia, aunque sea espiritual13.
y de espiritualidad.
Es pobreza desapropiarse también de una imagen heroicamen­
te ascética y con la que uno se siente a gusto, para hacer lugar, Es a este tipo de pobreza al que se hace referencia en 2R
con humildad y familiarmente, a todos, incluso a quienes no 3,10-11: “Aconsejo, también, amonesto y exhorto a mis
pueden permitirse el lujo, espiritualmente elitista, de una hermanos en el Señor Jesucristo, a que, cuando van por el
austeridad buscada, del silencio rígido, del horario que se ha mundo, no litiguen ni se enfrenten a nadie de palabra (cf.
de respetar, de la observancia regular. 2Tim 2,14), ni juzguen a otros, sino sean apacibles, pacíficos
Y esto se hace sinceramente, como corresponde a y mesurados, mansos y humildes, hablando a todos honesta­
mente, según conviene”. Se trata de una pobreza que se exige
verdaderos pobres y verdaderos hermanos menores, sin una
siempre y en relación con todos (“cuando van por el mundo”)
actitud de “benigna condescendencia” y sin juzgar a los otros.
Citando muy oportunamente Rom 14,3, IR 9,12 recuerda: “El y que presupone la desapropiación del derecho a defender los
propios derechos, verdaderos o presuntos, de forma que quede
que no coma no juzgue al que come”. Francisco se ha
anulado incluso el pretexto mismo de litigio o de disputa; de
percatado perfectamente del significado del texto paulino.
una pobreza-minoridad a la que se niega previamente el
Una pobreza sin caridad no es auténtica; como tampoco lo es
derecho a juzgar por cualquier motivo; de una pobreza que a
una caridad sin pobreza, esto es, una caridad que, en el
quien la vive reconoce sólo el derecho y el deber de ser,
momento concreto en el que se practica, no sabe desapropiar­
sencillamente y con sentido de reconocimiento, siempre y con
se de la tentación de juicio o de autocomplacencia.
todos, “apacibles, pacíficos y mesurados, mansos y humildes”.
Mientras IR 9,12 mira sobre todo a la vida de la fraterni­
Una vez más se ve claramente que la planta de la pobreza
dad, 2R 2,17 hace referencia, hasta con un cierto rigor, a cómo
franciscana puede nacer sólo en ese terreno humilde que se
los hermanos han de comportarse en relación con los que no llama minoridad.
pertenecen a la fraternidad: “A todos ellos le amonesto y
Francisco escribe con fuerza en el Testamento: “ Mando
exhorto a que no desprecien ni juzguen a quienes ven que se
firmemente, por obediencia, a todos los hermanos que,
visten de prendas suaves y de colores, y que toman manjares
dondequiera que estén, no se atrevan a pedir a la curia
y bebidas delicadas, sino más bien cada uno juzgúese y
romana, ni por sí ni por intermediarios, escrito alguno en
despréciese a si mismo”. Es expresión de pobreza vestirse
lavor de una iglesia o de otro lugar, ni so pretexto de predica­
“ropas viles” (2R 2,16), pero sería una caricatura de la
ción, ni por sufrir persecución en sus cuerpos, sino que,
pobreza la de aquel que luego desprecia y juzga a quien viste
cuando en alguna parte no sean recibidos, huyan a otra tierra
lujosamente. No basta con desapropiarse de vestidos ricos y
(cf. Mt 10,23) a hacer penitencia con la bendición de
privarse de comidas suculentas; es preciso desapropiarse
Dios”(Test 25-26). Leyendo este texto, se advierte en seguida
también, y sobre todo, del hábito del orgullo y de la costumbre
la auténtica libertad evangélica alcanzada por el autor, pero se
de juzgar y despreciar, no raramente disfrazada de profetismo
perciben también las estratagemas mezquinas puestas en
13
“Y guárdense de mostrarse exteriormente tristes e hipócritamente práctica por otros para reapropiarse, con una cierta astucia, de
sombríos; antes bien muéstrense gozosos en el Señor y alegres y conve­ lodo aquello a lo que habían renunciado. Francisco se esfuerza
nientemente agradables” (IR 7,15).
en desenmascarar la infinita casuística puesta en práctica por
74 75

quien, no teniendo el corazón humilde y pequeño, quiere Es condición necesaria para poder ser herederos y reyes
continuar sintiéndose pobre y pareciéndolo. del reino de los cielos: la idea y el vocabulario están clara­
El no poseer nada restituye la libertad de ir por el mundo mente tomados de Sant 2,5: “¿Acaso no ha escogido Dios a
como peregrinos y extranjeros. los pobres según el mundo para hacerlos ricos en la fe y
herederos del reino que prometió a los que le aman?”. “La
1 Los hermanos no se apropien nada para sí, ni
excelencia de la altísima pobreza”, como se dice en 2R 6,4,
casa, ni lugar, ni cosa alguna.2 Y, cual peregrinos
y extranjeros en este mundo (cf.lPe 2,11; Sal entraña no apropiarse “de nada”, que, por supuesto, se refiere
38,13), sirviendo al Señor en pobreza y humildad, a las cosas materiales, pero que incluye también todo otro bien
vayan por limosna confiadamente. 3 Y no tienen o derecho, superando la continua tentación de apropiárnoslo:
por qué avergonzarse, pues el Señor se hizo pobre la desapropiación total tiene como punto de partida motiva-
por nosotros en este mundo (cf. 2Cor 8,9). 4 Ésta cional y como término de llegada una actitud de fe incondicio­
es la excelencia de la altísima pobreza (2Cor 8,2), nal y de confianza en la Providencia.
la que a vosotros, queridísimos hermanos míos, os
ha constituido herederos y reyes del reino de los
b) Desapropiación de todo derecho
cielos (cf. Sant 2,5; Mt 5,3; Le 6,20), os ha hecho
pobres de cosas y sublimado en virtudes ( cf. Sant La primera de las dos modalidades de evangelización
2,5) (2R 6,1-4). propuestas a los hermanos que van entre los infieles (IR 16),
La expresión “peregrinos y extranjeros” de 1Pe 2,11 ha es expresión de una actitud interior y exterior profundamente
inspirado profundamente a Francisco, que ha sentido la unida a la pobreza-humildad; consiste de hecho en no litigar
necesidad de sustituir el modelo de la “stabilitas loci” del ni disputar con quienes tienen una fe diversa, en estar sujetos
monaquismo por el de la “mobilitas loci”. “Éste es nuestro a todos por amor de Dios, y en confesar que son cristianos.
claustro”, dicen los hermanos a Dama Pobreza, indicando el Vuelve a tomar el mandato de IPe 2,13 -e n el contexto
mundo entero14. Pero para sentirse en casa estando en cual­ bíblico se refiere sólo “a toda humana institución”- , amplian­
quier parte, es preciso haber tenido antes el coraje de desapro­ do su alcance, hasta el punto de incluir en él la sumisión “a
piarse de todo. Sólo en esta perspectiva se puede entender, en toda humana criatura”, actitud y comportamiento posibles en
su impresionante concreción y en su profundo significado, el quien se siente desapropiado del deber y del derecho no sólo
mandato de no apropiarse “nada, ni casa, ni lugar, ni cosa de imponer a alguien la propia fe, sino incluso del simple
alguna”. Es el presupuesto de la libertad de poder ser “pere­ tener que defenderla verbalmente.
grinos y extranjeros en este mundo, sirviendo al Señor en Francisco cita IPe 2,13 también en la 2CtaF 47: “Nunca
pobreza y humildad” 15. debemos desear estar sobre los demás, sino, más bien, debemos
ser siervos de toda humana criatura y estarles sometidos [serví
14 Cf. Sacrum Commercium, 63. et subditi] por Dios”. El término subditi aparece también en
15 También en la IR 7,13 se dice: “Guárdense los hermanos, IR 7,2, donde encontramos una alusión a la misma actitud pero
dondequiera que estén, en eremitorios o en otros lugares, de apropiarse en el caso de quien trabaja en casa ajena: “Los hermanos, en
para sí algún lugar, o de defenderlo contra alguien”.
76 77

cualquier lugar donde estén sirviendo o trabajando en casa de contexto y en relación con todos. No sólo existe la pobreza en
otros, no sean administradores, ni escribanos, ni estén al frente lo que se refiere a las cosas materiales, sino también en el
de las casas donde sirven; ni acepten oficio alguno que engendre campo del poder16, y este segundo tipo de pobreza, ciertamen­
escándalo o cause daño a su alma (cf. Me 8,36); sino sean te más comprometido y difícil que el primero, es al que se
menores y súbditos [minores et subditi] de todos los que se refieren ciertos pasajes que están más o menos en relación con
hallan en la misma casa”. Nos encontramos ante un ejemplo 1Pe 2,13. Esta condición de minoridad y de sumisión pone a
concreto de lo que significa vivir como “hermanos menores” los hermanos a merced de todos y los deja indefensos frente
en el trabajo “en casa de otros”; se trata de un tipo de trabajo a toda posible injusticia.
que, lejos de crear problemas, parece ser normal al menos en La unión que Francisco ve entre pobreza, obediencia y
el contexto de los tiempos más primitivos. Vivir como hermanos fraternidad aparece con gran claridad en una de sus Admoni­
menores no está en contraste ni con el trabajo en sí mismo, ni ciones:
con el trabajo al servicio y en dependencia de otros; pero quedan 1 Dice el Señor en el Evangelio: El que no
excluidas expresamente labores de dirección o situaciones de renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi
poder y prestigio. discípulo (Le 14,33);2 y: El que quiera salvar su
En Test 19 Francisco recuerda -e n forma nostálgica y vida, la perderá (Le 9,24).3 Abandona todo lo que
propositiva al mismo tiempo-los tiempos de los inicios, cuando posee y pierde su cuerpo el que se entrega a sí
“éramos incultos y estábamos sometidos a todos” [idiotae et mismo totalmente a la obediencia en manos de su
prelado. 4 Y todo cuanto hace y dice, si sabe que
subditi ómnibus]. En SalVir 14-18 se hace una ampliación
no es contra la voluntad del prelado, y mientras
ulterior: “La santa obediencia confunde a todos los propios
sea bueno lo que hace, es verdadera obediencia. 5
quereres corporales y carnales; y mantiene mortificado su cuerpo Y si alguna vez el súbdito ve que algo es mejor y
para obedecer al espíritu y para obedecer a su hermano, y está de más provecho para su alma que lo que le manda
sujeto y sometido a todos los hombres que hay en el mundo;
y no sólo a los hombres, sino también a todas las bestias y fieras, 16 “No es casualidad que el vocabulario medieval en torno a la
para que, puedan hacer de él lo que les parezca en cuanto les pobreza, que incluye los términos que expresan la miseria material
sea dado de lo alto por el Señor (cf. Jn 19,11)”. (famelicus, esuriens, mendicus, pannosus, indigens, inops, egens)
Se trata de estar en una situación de pobreza-sumisión, contenga también términos que aluden a la debilidad y a la fragilidad
física, cultural, jurídica, a la falta o a la privación de un status social y de
pobreza-servicio, pobreza-minoridad con quien esté a nuestro poder (peregrinus, debilis, humilis, orphanus, vidua, exiliatus, captivas,
lado. Los términos minores y maiores indican, en tiempo de senex, negrotas, leprosas, infirmus, ydiota, simplex, etc.). La variedad de
Francisco, dos grupos sociales distintos y contrapuestos; los vocablos y los nexos que entre ellos se dan, constituyen una pauta clara
términos subiecti y subditi, en cambio, no indican técnicamen­ para comprender la óptica con la que se tiende a ver y a caracterizar el
te un grupo social, sino describen la realidad existencial de los mundo de los pobres; es un mundo privado ante todo de aquellas
connotaciones, de aquellas garantías, de aquellos instrumentos de poder
minores en muchos aspectos. La opción de Francisco para sí que son propios de las jerarquías sociales (militares y religiosas) y de los
y para quien quiera vivir como él es precisamente la de ser grupos a ellas ligados” (G. Miccoli, Francisco de Asís. Realidad y
contemporáneamente minores, subditi, subiecti en cualquier memoria de una experiencia cristiana, Arantzazu, 1994, 88).
78 79

el prelado, sacrifique voluntariamente lo suyo a El pasaje fundamental lo constituye el v. 3, donde se dice


Dios, y esfuércese en poner por obra lo que le que quien se somete totalmente a la obediencia lo abandona
manda el prelado. 6 Pues ésta es la obediencia lodo. En la espiritualidad de Francisco, también la obediencia
caritativa (cf. IPe 1,22), porque da lo que debe a
es una forma de pobreza, y no ciertamente la última en
Dios y al prójimo. 7 Pero, si el prelado le manda
importancia, ya que el bien, de cuya desapropiación aquí se
algo que va contra su alma, aunque no le obedezca
no por eso lo abandone. 8 Y si por ello ha de sufrir trata, es la propia voluntad, justamente equiparada con “uno
persecución por parte de algunos, ámelos más por mismo”. También en la Admonición 2, comentando Gen 2,16-
Dios. 9 Porque quien prefiere sufrir persecución a 17 - “Come del fruto de cualquier árbol del Paraíso, pero del
desear separarse de sus hermanos, se mantiene árbol de la ciencia del bien y del mal no comas”- , Francisco
verdaderamente en la obediencia perfecta, ya que explica que “come del árbol de la ciencia del bien, el que se
entrega su vida (cf. Jn 15,13) por sus hermanos” apropia su voluntad”: el pecado por excelencia, sea de los
(Adm 3,1-9). primeros padres como de cualquiera después de ellos, es la
La frase evangélica de la que parte la Admonición (Le desobediencia.
14,33) hace referencia a la pobreza, pero luego se habla de la
obediencia presentando sucesivamente tres casos y calificán­ c) Desapropiación de todo bien
dolos de “verdadera obediencia” (v. 4), “obediencia caritati­
Otro de los contenidos de la pobreza, que encontramos
va” (v. 6) y “obediencia perfecta” (v. 9). Es curioso observar
subrayado frecuentemente en los escritos de Francisco, es el
que se define como “obediencia perfecta” precisamente
no gloriarse de ninguno de los bienes que Dios hace en
aquella en la que ni se da ni se puede dar la obediencia,
nosotros, restituyéndoselos a él, que es la única fuente de todo
porque obedecer en ese caso sería ir contra la conciencia. Pero
bien. Se trata de no apropiarse de aquello que no es nuestro
Francisco dice al súbdito que, “aún no obedeciendo [al
sino del Señor, como se expresa con claridad en IR 17,17: “Y
superior], no por eso lo abandone”17: se subraya la actitud
restituyamos todos los bienes al Señor Dios altísimo y sumo,
interior que lleva a cuidarse del hermano; el hermano más
fuerte ha de preocuparse del más débil; y, en nuestro caso, el y reconozcamos que todos son suyos, y démosle gracias por
lodos ellos, ya que todos los bienes de él proceden”.
más débil es el hermano superior, que se ha alejado del
evangelio. En esta Admonición, se parte de la pobreza, se pasa En IR 17,5-6 se pide a todos los hermanos, cualquiera
a la obediencia y se llega a la caridad, anticipada ya en el v. 6 que sea la función u oficio que tengan, que se humillen en
con el adjetivo “caritativa”: es una extraña “confusión de las lodo, y que no se gloríen ni se gocen en sí mismos, ni se
virtudes” 18. exalten interiormente “de las palabras y obras buenas, y hasta
de ningún bien que Dios hace, dice y obra alguna vez en ellos
17 Nótese la finura sintáctica: el no obedecer es frase secundaria, y por ellos”. Todo el bien y todo bien procede de Dios; los
siendo la principal la que dice que no abandona al superior.
18 Lo que en los escritos de Francisco aparece como importante no Saludo a las virtudes, en particular los vv. 6-7: “Quien posee una y no
es la definición o la distinción precisa de una virtud respecto a otra, sino ofende a las otras, las posee todas. Y quien ofende a una, ninguna posee
la actitud interior fundamental. Ver a este propósito el originalísimo y a todas ofende”.
80 81

hermanos no son sino instrumento del que Dios se sirve para cruz”21. Sin nada, para tenerlo todo: la desapropiación total,
hacer el bien. El adverbio temporal “alguna vez” relativiza exterior e interior, sirve para crear el espacio en que se pueda
ulteriormente la importancia del instrumento. acoger a Dios, al mismo Dios, que se nos da totalmente a
Muy bella es la expresión que encontramos en Adm 11,4: nosotros. Es nuevamente Francisco quien encuentra la
“Y dichoso quien nada retiene para sí, restituyendo al césar lo expresión más concisa y bella para expresar el contenido y el
que es del césar y a Dios lo que es de Dios” 19. Es clara la fin de la pobreza: “Por consiguiente, nada de vosotros
intención de aplicarla a la pobreza, como se ve también por el retengáis para vosotros mismos, para que enteros os reciba el
versículo que inmediatamente precede: “El siervo de Dios que que todo entero se os entrega” (CtaO 29)22.
no se aíra ni se turba por cosa alguna vive rectamente, sin Para Francisco, ser pobre quiere decir desear ser exacta­
nada propio”. Airándose o turbándose por el pecado ajeno, mente lo que se es, sano o enfermo, agradeciéndoselo sincera­
uno se apropia del pecado mismo, como gloriándose de un mente al Señor: “Y ruego al hermano enfermo que dé gracias
bien se apropia de lo que pertenece sólo a Dios. Este es el por todo al Creador, y que desee estar, sano o enfermo, tal
objeto de la Adm 18,2: “Dichoso el siervo que restituye todos como el Señor le quiere” (IR 10,3).
los bienes al Señor Dios, porque el que se reserva algo para sí, Frente a situaciones y apersonas difíciles, pobreza quiere
esconde en sí mismo el dinero de su Señor Dios, y lo que creía decir no juzgar al prójimo, sino aceptarlo y amarlo como es,
tener se le quitará”20. como un don de Dios, sin desear que sea distinto. En la Carta
Para Francisco el contenido de la pobreza es vivir “sin a un ministro, que se encuentra cansado y decepcionado de
nada propio”: sin cosa alguna que defender, sin derechos que sus hermanos, escribe Francisco: “todas las cosas que te son
reclamar, sin amor propio al que ceder, sin juzgar a nadie, un obstáculo para amar al Señor Dios y quienquiera que te
como los menores, siendo súbditos de todos y estándoles ponga obstáculo, sea de los hermanos o de cualesquiera otros,
sujetos. R. Manselli hace notar que esta actitud no hay que aunque te azotaran, debes tenerlo por gracia” (CtaM 2).
confundirla con el simple dejar hacer o una mera renuncia: Nótese la contraposición consciente “obstáculo-gracia”.
Francisco no predica la revolución “no porque no se percate Francisco añade: “Y no quieras de ellos otra cosa, sino lo que
de la injusticia, la maldad, el dolor y la pobreza, sino porque el Señor te dé”; detrás de “ellos” está el Señor: Francisco
está convencido de que el hombre puede y debe tener la fuerza sugiere con claridad que la historia, y lo cuotidiano en ella,
moral de ir más allá de todo esto. Meta y ejemplo de esta puede ser leída con fe. “Y no quieras que (para ti) sean
superación es Cristo crucificado, el Cristo humillado y mejores cristianos. Y sea esto para ti mejor que vivir en un
sufriente, a quien, en su humilde y real humanidad, quiso eremitorio”. Eos otros están bien tal como son, son un don de
Francisco hacer presente entre los hombres. Quiso hacer Dios. Pobreza es también la renuncia a la pretensión o al
presente la vida total de Cristo: desde el pesebre hasta la deseo de que los otros sean distintos de como son.
21 R. Manselli, Para mejor conocer a Francisco de Asís, 234-235.
19 Cf.M t 22,21.
22
20 Francisco se hace eco aquí de la parábola evangélica de los La contraposición nada-todo resalta todavía más en el original
talentos (cf. en particular Mt 25,18) y del dicho de Jesús recogido en Le latino: “Nihil ergo de vobis retineatis vobis, ut totos vos recipiat qui se
8,19. vobis exhibet totum”,
82 83

La pobreza, tal como la entiende Francisco, comprende ejerzan el oficio que conozcan, siempre que no vaya
verdaderamente todas las formas de relacionarse con Dios, en contra de la salvación del alma y pueda realizarse
honestamente.4 Pues dice el profeta: Comerás los
consigo mismo, con los otros, con las cosas y con todo el
frutos de tus trabajos; dichoso eres y te irá bien (Sal
mundo interior propio: en este sentido -pero sólo en este
127,2);5y el apóstol: El que no quiera trabajar, que
sentido omnicomprensivo- la pobreza es la característica de no coma (cf. 2Tes 3,10); 6 y también: Cada uno
Francisco. Todo está estupendamente concatenado: “Donde permanezca en el arte y oficio en el que ha sido
hay paciencia y humildad, allí no hay ira ni turbación. Donde llamado (cf. ICor 7,24).7 Y por el trabajo pueden
hay pobreza con alegría, allí no hay codicia ni avaricia” (Adm recibir todas las cosas necesarias, excepto pecunia.
27,2-3); “Señora santa pobreza, el Señor te salve con tu 8Y, cuando sea necesario, vayan por limosna como
hermana la santa humildad... La santa pobreza confunde a la los otros pobres (IR 7,3-8).
codicia y la avaricia y a las preocupaciones de este mundo” El capítulo 7 de la IR, al que corresponde el capítulo 5 de
(SalVir 2.11). la 2R, presenta el trabajo como el medio ordinario para el
sustentamiento de los hermanos23. Las dos primeras citas
3. Pobres y menores para ser hermanos bíblicas sirven para dejar claro que los hermanos no deben
considerarse en un “status” particular que les exima de la
En los escritos de Francisco aparece claro el significado
necesidad de trabajar para tener lo necesario. Sobre este tema,
relacional de la pobreza, que debe estar siempre acompañada
tanto en tiempo de Francisco como posteriormente, se ha
por la minoridad, de la que es expresión. Pero el proceso se
recurrido con frecuencia a la cita de Le 10,7 - “Permaneced en
completa solamente si aquellos que escogen vivir siendo
la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el
pobres y menores lo hacen para vivir verdaderamente como
obrero tiene derecho a su salario”- , y a la de ICor 9,13 - “¿No
hermanos, tanto entre ellos como con todos y en todas las
sabéis que los ministros del culto viven del culto, que los que
circunstancias. En esta relación está el modo específico que
sirven al altar del altar participan?”-.
Francisco tiene de leer la bienaventuranza evangélica de la
pobreza. Francisco se mueve en una dirección totalmente distinta:
no quiere separar a sus hermanos de la condición normal de
todos, ni de la de los otros pobres, y no quiere tampoco que
a) Como los otros pobres los hermanos tengan un trabajo específico que hacer. También
“Como los otros pobres” es la expresión que encontramos es pobreza trabajar para comer, como lo hacen todos; hacer el
en IR 7,8, donde Francisco habla del trabajo de los hermanos, trabajo que uno conoce, si se trata de un trabajo honesto;
de la limosna y de las situaciones de necesidad en que pueden recibir la recompensa por el trabajo; ir a pedir limosna cuando
llegar a encontrarse. Con estas palabras expresa la concretez sea necesario, exactamente “como los otros pobres” (IR 7,8),
y la cotidianidad de la marginación elegida por Francisco, que no pueden permitirse no trabajar, o no pueden escoger el
pero revela también su voluntad de compartir y de fraternidad:
Y los hermanos que saben trabajar, trabajen y 23 Acerca del trabajo como opción de vida de Francisco y de su
fraternidad, cf. F. Accrocca - A. Ciceri, Francesco e i suoifrati, 31-48.
84 85

trabajo. Y, casi como si se tratara de compensar la diferencia se ha de dar es ante todo de solidaridad con los pobres, que
de situación existente entre los pobres de necesidad y los que están obligados a trabajar para comer, pero también de
lo son por elección, Francisco permite a sus hermanos que libertad interior respecto de cualquier forma de “codicia”.
reciban lo necesario por el trabajo, pero les prohíbe firmemen­ 3 Y, cuando sea necesario, vayan por limosna. 4
te recibir dinero. Y no se avergüencen, y recuerden que nuestro Señor
En 2R 5,1-2 se presenta el trabajo como “gracia”, que se Jesucristo, el Hijo del Dios vivo omnipotente (cf.
ha de acoger “fiel y devotamente”, de forma que no se apague Jn 11,21), puso su rostro como piedra durísima (cf.
“el espíritu de la santa oración y devoción, al que las demás Is 50,7) y no se avergonzó;5 y fue pobre y huésped
cosas temporales deben servir”. Se nota la preocupación de no y vivió de limosna, como también la bienaventurada
permitir que el trabajo absorba toda la atención y todo el Virgen y sus discípulos (IR 9,3-5).
tiempo en perjuicio de la oración, como se nota también una 10 Y manifieste confiadamente24el uno al otro su
clara visión de fe y de reconocimiento de esta realidad, que necesidad, para que éste le encuentre lo necesario
con frecuencia es vivida sólo como necesidad. y se lo proporcione (IR 9,10).
Al final de su vida, en su Testamento, vuelve Francisco Para comprender el significado profundo de la pobreza de
a subrayar la importancia del trabajo, y lo hace recordando Francisco puede ayudarnos volver a leer atentamente estos
que desde el comienzo él ha trabajado siempre manualmente pasajes. Lo esencial no es una especie de emulación con
y declara que todavía quiere hacerlo: “Y yo trabajaba con mis quienes menos tienen: cuando sea necesario, los hermanos
manos, y quiero trabajar; y quiero firmemente que todos los pueden pedir limosna, buscando y recabando lo que les sirve,
demás hermanos trabajen en algún trabajo humilde y honesto pero teniendo en cuenta obviamente cuanto se ha dicho, esto
Los que no saben, que aprendan, no por la codicia de recibir es, que el medio primero y fundamental para el sustento es el
la paga del trabajo, sino por el ejemplo y para desechar la propio trabajo (cf. IR 7) y que el dinero se podrá aceptar sólo
ociosidad. Y cuando no nos den la paga del trabajo, recurra­ para los hermanos enfermos y para los leprosos (IR 8,3.10).
mos a la mesa del Señor, pidiendo limosna de puerta en Los versículos que hemos transcrito no centran la atención
puerta” (Test 20-22). tanto en el permiso de ir a pedir limosna, cuanto en la
Su ejemplo da mayor valor al mandato repetido con invitación a no “avergonzarse” de ir por limosna. No es
fuerza y que se dirige a todos los hermanos. En relación con casualidad que el verbo aparezca dos veces en el v. 4. El
lo dicho en las dos reglas, aquí se añade la prescripción de que ejemplo de Jesucristo (el título “Hijo de Dios vivo, omnipoten­
se aprenda a trabajar, dirigida a quien no sabe: evidentemente te” sirve para resaltar el contraste), que no se ha avergonzado
el aumento del número de los hermanos o la casuística de ser pobre y huésped y de haber vivido de limosna, es para
interesada hacen ahora necesaria esta añadidura, que subraya animar a que tampoco los hermanos se avergüencen de ir por
la importancia que Francisco da al binomio trabajo-pobreza. limosna en caso de necesidad.
Con toda claridad se dice que el fin del trabajo y, si es También la cita de Is 50,7 nos ilustra. En el tercer canto
necesario, el de aprender un oficio, no es recibir la recompen­ 24 En el original: «secure», lo que, en nuestro caso, da a la confianza
sa, sino “dar ejemplo y evitar la ociosidad”. El “ejemplo” que el valor sobreañadido de la certeza de ser atendido (Nota del traductor).
87
rl Siervo tic Jahvé, éste, ultrajado y golpeado, expresa toda su avergonzarse de ir por limosna fuera de la fraternidad; esas
confianza en Dios: “Mi Señor me ayudaba, por eso no palabras tienen, entre otras, esta justificación: “por la caridad
quedaba confundido; por eso ofrecí el rostro como pedernal, y las limosnas que hayan hecho [los que se las hayan hecho],
y sé que no quedaré avergonzado”. La pobreza propuesta aquí recibirán el premio del Señor”. No hay que avergonzarse de
por Francisco no consiste tanto en no tener lo necesario para hacer el bien: los hermanos que van por limosna hacen bien
vivir, cuanto en ser libres del orgullo y del amor propio25. a los que se la dan, puesto que a estos últimos les ofrecen la
Después de que en la primera parte de la IR 9 se habla de ocasión de que el Señor les pague su gesto y su generosidad.
no avergonzarse de ir por limosna en caso de necesidad, en el La misma argumentación, en forma todavía más delicada y
v. 10 se anima a no avergonzarse de pedir ayuda. Pero cambia fina, se encuentra en el v. 10 para estimular a que se pida
el contexto: de la limosna entre la gente se pasa a la limosna ayuda con confianza en el interior de la fraternidad: “para que
dentro de la fraternidad. El concepto es substancialmente éste [el hermano] le encuentre lo necesario y se lo proporcio­
idéntico, pero el “no se avergüencen” del v. 4 es sustituido por ne”. También es pobreza esa capacidad de salir del replega-
la expresión más familiar y delicada “manifieste confiadamen­ miento sobre uno mismo -incluso en caso de necesidad
te” del v. 10. Como antes se subrayaba la pobreza consistente objetiva- para dirigirse al exterior. Es cuanto hay que vivir en
en no avergonzarse de pedir lo necesario fuera de la fraterni­ la cotidianidad de las relaciones con los demás.
dad, ahora se subraya la pobreza que consiste en pedir ayuda
13 Y en caso de necesidad, les está permitido a
en el seno de la fraternidad en caso de necesidad. Y pedir
todos los hermanos, dondequiera que estén,
ayuda significa reconocerse necesitados, reconocer que no servirse de todos los alimentos que pueden comer
somos perfectos ni suficientes por nosotros mismos, ser los hombres, como dice el Señor de David, el cual
conscientes de que somos débiles, de que carecemos de algo, comió los panes de la ofrenda, que no estaba
de que precisamos de otros, de que, por consiguiente, somos permitido comer sino a los sacerdotes (cf. Mt
pobres. 12,4; Me 2,26) (IR 9,13).
Esta pobreza no la reconocemos fácilmente, pero es más En orden a definir la concepción que Francisco tiene de
radical, más profunda, más verdadera y más preciosa que una la pobreza, son también iluminadoras sus frecuentes alusiones
pobreza sólo material. Una vez más la pobreza de Francisco a casos de necesidad. Ya hemos notado en IR 8,3.10 que “en
va más allá de la simple renuncia a bienes únicamente caso de manifiesta necesidad” de los hermanos enfermos o de
materiales: es una pobreza más esencial, máscreatural, más de los leprosos, los hermanos podrán recibir incluso dinero: esto
relación, y no sólo con las cosas sino también consigo mismo, nos ha descubierto que en la mentalidad de Francisco hay algo
con Dios y con los otros. que es más importante incluso que la importantísima pobreza:
El v. 9 concluye con unas palabras de ánimo a no la caridad-fraternidad.
25 En IR 9,13 se dice que “en caso de necesidad, les está
' Tanta insistencia en el vencimiento de la vergüenza probablemente
refleja también las dificultades que han ido apareciendo, lo que no quita permitido a todos los hermanos, dondequiera que estén,
nada al significado que Francisco da a “no avergonzarse de ir por servirse de todos los alimentos que pueden comer los hom­
limosna”. bres”, y se cita a Me 2,25-26, donde Jesús defiende a los
89
88
Es pobreza comer sólo determinados alimentos, es pobreza
discípulos que en día de sábado habían arrancado espigas para
andar descalzos, es pobreza tener una regla austera y precisa,
matar el hambre: “¿No habéis leído nunca lo que hizo David
que se ha de seguir en cualquier circunstancia; pero es pobreza
cuando se encontró en necesidad y tuvo hambre, él y sus
también aceptar sencillamente lo que se deriva de la necesidad,
compañeros?”. Y Jesús concluye con unas palabras luminosas
como deben hacer cotidianamente todos los demás pobres, que
y liberadoras: “El sábado está hecho para el hombre y no el
no tienen reglas particulares que profesar o consultar, sino sólo
hombre para el sábado” (Me 2,27).
la humilde y poco ostentosa regla de la necesidad, con la que
Nótese el sentido de totalidad en la terminología usada:
han de echar cuentas arriesgándose y poniéndose en peligro ellos
todos los hermanos, dondequiera que estén, todos los alimen­
mismos. Francisco sabe reconocer la autenticidad y la preciosi­
tos (única condición: que puedan ser comidos por los hom­
dad de esta pobreza que muchos no la pueden escoger aún
bres). La misma apertura, universal y liberadora, la encontra­
teniendo que estar sometidos a ella, y propone que “esta necesi­
mos al final del capítulo: “También en tiempo de manifiesta
dad que no tiene ley” sea leída como “gracia del Señor” (cf. 1R
necesidad, todos los hermanos hagan lo mismo con las cosas
9,16). Frente a la pobreza rígida, heroica y elitista de posible
que les son necesarias, según la gracia que el Señor les dé,
sabor farisaico, Francisco prefiere una pobreza más normal,
porque en la necesidad no hay ley” (IR 9,16).
más humilde, más “publicana”.
Este respeto a la necesidad aparece también en otras
La pobreza que él propone es dura y exigente: es una
ocasiones en los escritos legislativos de Francisco. En 2R
pobreza que pide desapropiarse no sólo de todas las cosas
2,14-15 se describe minuciosamente el vestido del hermano:
externas y materiales, sino también de la propia voluntad y del
una túnica con la capucha y otra sin ella, los que la quieran
orgullo; exige también la desapropiación de todo derecho a
tener; “Y los que se vean obligados por la necesidad pueden
defender las propias ideas, los propios bienes, y hasta la
llevar calzado” (v. 16). En 2R 3,13 se prohíbe a todos montar
propia vida; exige desapropiarse hasta de todo bien para
a caballo, “a no ser que se vean obligados por una manifiesta
restituirlo al único propietario que es Dios. Impresiona esta
necesidad o enfermedad”. En los diversos casos hay una
pobreza absoluta y global, pero impresiona más todavía el
condición común, el estado de necesidad: y la necesidad no
gozo que Francisco describe como fruto de esta desapropia­
tiene ley.
ción total, al que llama “verdadera alegría”. Es el evangelio de
Y, ¿quién tendrá que juzgar cuándo se da el estado de la cruz; es cruz, pero es todavía más: evangelio, noticia que
necesidad? La respuesta es tan liberadora como responsabili- colma de alegría, tesoro encontrado para cuya adquisición
zadora. Francisco escribe al hermano León: “Esto te aconsejo: merece la pena venderlo todo gozosamente y sin tardanza, no
que hagas, con la bendición de Dios y mi bendición, como sea que pase la ocasión del gran negocio.
mejor te parezca que agradas al Señor Dios y sigues sus
1 D ic h o so s los p o b re s d e espíritu, p o rq u e de
huellas y pobreza” (CtaL 2.3). En IR 16,7 la elección entre los
ello s es el reino de los cielo s (Mt 5,3).
dos modos de comportarse entre los infieles queda confiada 2
al discernimiento de los mismos hermanos: “El otro modo es, Hay muchos que, entregados constantemente a
la oración y las devociones, hacen muchas absti-
que, cuando vean que agrada al Señor, anuncien la palabra
nencias y mortificaciones corporales, ~ pero por
Dios”.
90 91

una sola palabra que parece ser injuriosa para su Para Francisco, la pobreza es desapropiación de todo, de
propio yo o por cualquier cosa que se les quita, se lo que está fuera o de dentro de uno mismo. Y esta total
escandalizan enseguida (cf. Mt 13,21) y se alte­ desapropiación, que constituye el tesoro de que habla la
ran. 4 Estos tales no son pobres de espíritu, porque parábola de Jesús, es la que hace verdaderamente dichosos a
quien es de verdad pobre de espíritu se odia a sí
los que la viven. Es una pobreza que abarca lo exterior, pero
mismo y ama a los que le pegan en la mejilla (cf.
Mt 5,39) (Adm 14). mucho más lo interior; es relación con las cosas, pero más con
las personas. La expresión “como los otros pobres” marca la
En esta Admonición Francisco pone de relieve el signifi­
referencia social y existencial, pero a ella añade Francisco una
cado global de la pobreza, que abarca también la negación del
motivación, un estilo y un objetivo evangélicos: ser pobres y
amor propio y del orgullo. La verdadera pobreza nace
menores para ser hermanos.
exclusivamente del corazón, del espíritu, de la interioridad de
cada uno: la humildad sincera desarraiga todo sentido de
competitividad y de defensa de los propios derechos, supues­ b) En el seno de la fraternidad
tos o verdaderos. Los capítulos 4-6 de la IR hablan de las relaciones que
Pero aquí se subraya sobre todo el contraste entre la han de darse en el seno de la fraternidad. En 5,9 leemos:
bienaventuranza de la pobreza (v. 1) y la irritación (v. 3). Ser “Ninguno de los hermanos tenga poder o dominio, máxime
en verdad pobres significa estar desapropiados de todo: los entre ellos” ; y en 6,3 encontramos esta afirmación categórica:
que se escandalizan y se alteran “por cualquier cosa que se les “Y a ninguno se le llame prior, sino que a todos sin excepción
quita” muestran que todavía tenían algo de lo que se les podía se le llame hermanos menores”. Pero, he aquí que en estos
despojar. La misma expresión encontramos en la Adm 4, tres capítulos, encontramos hasta 22 veces la distinción entre
dirigida a “los que han sido colocados sobre los demás”: “Y “ministros y siervos” y “los otros hermanos” ; y, si por una
en la medida en que se turban más porque se les quita la parte estos capítulos presentan un tipo de fraternidad que
prelacia que porque se les quita el oficio de lavar los pies, en privilegia las relaciones horizontales, pareciendo excluirse
esa misma medida se hacen bolsas para peligro de su alma”. decididamente todo orden jerárquico entre los hermanos, por
En la Adm 14 aparece la consciente y reveladora contraposi­ otra, encontramos en ellos justamente esta clara distinción de
ción entre la bienaventuranza de la pobreza y la irritación por funciones. ¿Cómo puede ser esto?
sentirse defraudados en algo; en la Adm 4 advertimos una A los “ministros y siervos” se les presenta como herma­
implícita contraposición entre “el tesoro” evangélico de la nos que tienen una función precisa y jurídicamente definida:
verdadera pobreza y el “tesoro fraudulento”, que mezclan “son constituidos ministros y siervos de los demás hermanos”
aquellos que se turban cuando se les quita un oficio26. y deben distribuir a éstos en los lugares, visitarlos, amonestar­
los y confortarlos (4,2); deben recordar que su oficio no les da
26 La misma idea aparece también en IR 17,4: “Y ningún ministro o derecho a ser servidos sino que les crea el deber de servir a
predicador se apropie el ser ministro de los hermanos o el oficio de la sus hermanos y el de cuidarse de sus almas (5,1), de las que
predicación, de modo que, en el momento en que se lo ordenen, deje su deberán rendir cuentas (4,6), y que deben proveer a la
oficio sin oposición alguna”.
92 93

solución de los problemas de quienes les han sido confiados una cierta confusión terminológica y jurídica.
(6,2). En 4,3 se dice que “todos los demás hermanos”, es El material más antiguo de la IR se inspiraba sólo en el
decir, quienes no son ministros y siervos, han de “obedecerles evangelio y presentaba la relación entre los hermanos como
[a los ministros y siervos] diligentemente”. ese hacer a los otros lo que uno desea para sí, como un
Pero notemos lo que se dice en 5,14: todos los hermanos servirse humilde y un obedecerse mutuo:
“se sirvan y se obedezcan voluntariamente unos a otros”. Esto 4 Y trátense entre sí como dice el Señor: Todo lo
nos lleva a afirmar que, al menos jurídicamente hablando, las que queréis que os hagan los hombres, hacédselo
funciones en el seno de la fraternidad no están del todo claras. también vosotros a ellos (Mt 7,12); 5 y: Lo que no
¿Por qué se ha de llamar “ministros y siervos” sólo a unos si quieres que te hagan a ti no lo hagas a otro (cf. Tob
todos deben servirse y obedecerse mutuamente? ¿Qué relación 4,15) (IR 4,4-5).
existe entre la obediencia de los súbditos a los ministros y la 9 Además, ninguno de los hermanos tenga poder o
que mutuamente se han de prestar todos los hermanos? dominio, máxime entre ellos.10 Pues, como dice el
¿Cómo pueden concillarse las relaciones horizontales y las Señor en el Evangelio: Los príncipes de las naciones
verticales? las dominan y los que son los m ayores ejercen el
En estos capítulos se deja ver un claro ejemplo de cómo p o d er sobre ellas; no será a s í entre los hermanos;11
ha ido formándose gradualmente la IR. Encontramos aquí dos y todo el que quiera ser el m ayor entre ellos, sea su
ministro y siervo (cf. Mt 20,25-26), y el que es el
tipos de material: en el más antiguo, las relaciones entre los
m ayor entre ellos, hágase como el m enor (cf. Le
hermanos eran concebidas evangélicamente, como relaciones
22,26) (IR 5,9-12).
de servicio recíproco (5,14), usando la terminología de
“ministro y siervo” referida a todos; en el momento en que, 13 Y ningún hermano haga mal o hable mal a otro;
sea por el gran aumento del número de los hermanos, sea 14 sino, más bien, p o r la caridad del espíritu, sírvan­
se y obedézcanse voluntariamente unos a otros (cf.
incluso por presiones externas, hubo de crearse una estructura
Gal 5,13).15 Y ésta es la verdadera y santa obedien­
organizada con sus responsables, también éstos fueron cia de nuestro Señor Jesucristo (IR 5,13-15).
llamados “ministros” o “ministros y siervos”.
3 Y a ninguno se le llame prior, sino que a todos sin
Se había sentido la necesidad de distinguir clara yjurídica- excepción se les llame hermanos menores. 4 Y
mente a los “ministros y siervos” de los “demás hermanos”, lávense los pies los unos a los otros (cf. Jn 13,14)
pero no se quería escoger términos como los de “mayores” o (IR 6,3-4).
“priores”, porque o estaban explícitamente prohibidos en el Cuando hubo que dar una estructura jurídica a la fraternidad,
evangelio, o podían expresar poder o dominio, o falsear los la función de servicio se subrayó sobre todo en relación con los
términos y el significado evangélicos de minoridad (5,11), “ministros y siervos”, toda vez que podían ser los más tentados
fraternidad (6,3) y humilde servicio de unos a otros (5,14; 6,4). a interpretar diversamente su papel; pero no se pudo omitir el
En realidad, no eran muchas las posibilidades de escoger: a los recordar con ejemplos concretos que el servicio mutuo queda
responsables se les llamó “ministros” o “ministros y siervos”, como el tipo de relación fundamental de todos hacia todos.
y los demás eran simplemente “los otros hermanos”. Y así nació
94 95

El hecho de que el material jurídico-moral estaba en clara las diversas circunstancias. No queremos hacer un elenco
dependencia del evangélico, crea, por una parte, alguna confu­ acabado de los casos en que se ha de vivir como hermanos
sión jurídica en el texto actual, pero, por otra, subraya fuertemen­ menores; bastarán unos cuantos ejemplos para entender lo que
te que tampoco las relaciones jurídicas deben anular o poner lia de ser una precisa y constante forma de vivir como hermanos
entre paréntesis las relaciones evangélicas. Algo parecido ocurrió menores, que es la de actuar como tales “siempre y con todos”.
también respecto de la obediencia: cuando se hubo de pasar de Al igual que en los capítulos 4-6, también en los capítulos
las relaciones de tipo evangélico puramente horizontales a otras 7-11 aparece claramente que se ha de vivir siempre como hermanos
que tuvieran presente también la estructura jurídica, se subrayó y como hermanos de todos, pero aparece igualmente claro que
el deber que los “otros hermanos” tienen de obedecer a los es preciso vivir siempre como menores y siendo los menores entre
“ministros y siervos”, pero no se pudo olvidar la obediencia lodos. Las dos actitudes -vivir como hermanos siempre y siendo
recíproca expresada claramente en 5,14 y que está implícita en hermanos de todos, y vivir como menores siempre y siendo los
las relaciones de quienes, como hermanos menores, deben estar menores entre todos- están íntimamente relacionadas, con una
dispuestos a lavarse los pies unos a otros (cf. 6, 4). También en relación en la que el vivir como menores está subordinado a vivir
este caso, como en el del servicio, el “desarrollo” del texto puede como hermanos y está en función de ello.
contribuir a que se cree alguna confusión, pero subraya que En los escritos de Francisco el término “hermanos” es mucho
tampoco las relaciones jurídicas pueden prescindir de las más frecuente que el de “menores”28. No hay duda de que para
relaciones evangélicas, que se sugieren al decir “sírvanse y él -y el hecho es particularmente evidente en estos capítulos de
obedézcanse voluntariamente unos a otros”27. la IR - es mucho más importante vivir como hermanos que como
En estos capítulos 4-6 de la IR tenemos un claro ejemplo menores. Nótese que las exigencias de vivir como menores no
tanto del diálogo que hubo entre el evangelio y la vida, como de van nunca en perjuicio del vivir como hermanos, y que, al contra­
la prioridad del evangelio sobre el derecho, de las relaciones rio, han de servir para esto. Tendrán que vivir como menores,
fraternas inspiradas en el evangelio sobre las jurídicas e institu­ rechazando puestos de dirección y de prestigio; pero su trabajo
cionales. También dentro de la fraternidad se ha de vivir en como menores no supondrá nunca un alejamiento de la sociedad.
calidad de pobres y menores para poder vivir como hermanos. En caso de necesidad, irán por limosna: pero sólo en caso de
necesidad y tras haber recurrido antes al trabajo. No nos encontra­
mos, pues, frente a un grupo que vive al margen de la sociedad,
c) Siempre y con todos
con reglas propias, y que en nombre de la minoridad rechaza la
Después de haber presentado las relaciones de los hermanos condición común de la gente que ha de trabajar para vivir.
menores entre sí (cap. 4-6), la IR pasa a describir el modo en Los hermanos tendrán, más bien, que vivir entre la gente y
que los hermanos menores deben relacionarse con los otros en abrir las barreras del corazón y de la fraternidad siempre y a
todos: siempre, incluso cuando reciban humillaciones; a todos,
27
La formulación de 5,14: “Por la caridad de espíritu sírvanse y
obedézcanse voluntariamente unos a otros” recuerda Gal 5,13: “Servios 28
En la IR, por ejemplo, el término “hermanos” aparece 93 veces y
por amor los unos a los otros”. En ambos casos se subraya que el culmen
el de “menores”, 4 veces.
de la libertad es hacerse libremente esclavos los unos de los otros.
96 97

incluidos los pobres, los enfermos, los leprosos, los mendicantes La expresión más hermosa de este tipo de relación entre mino­
y hasta las personas “difíciles”. El pedir limosna y el solicitar ridad y fraternidad la vemos en 9,1-2: seguir la humildad y la
ayuda son expresiones claras de minoridad, pero son también pobreza del Señor (9,1) no significa seguir heroicamente un ideal
delicadas expresiones de fraternidad. La aceptación de la de minoridad, fin en sí mismo; significa algo bien concreto y preci­
enfermedad y el agradecimiento a Dios por ella significan so, esto es, vivir gozosa y fraternamente entre los últimos (9,2).
aceptarse en condiciones de minoridad y ver con fe, esto es como Los capítulos 7-9 de la IR quieren describir lo que es vivir
providencial, esta condición de minoridad: es compartir fraterna siempre como hermanos menores y lo que es vivir como
y gozosamente una condición humana de las más difíciles y más hermanos menores de todos. Las dos actitudes están en íntima
comunes. relación entre sí, pero no en el mismo plano: la pobreza y la
Que el vivir como menores sea entendido en nuestro texto minoridad están en función de la fraternidad. El vivir siempre
en función del vivir como hermanos se desprende, con particular como pobres y menores y siendo pobres y menores entre todos
evidencia, de las normas que se refieren al no apropiarse lugar es condición-dimensión del vivir como hermanos que lo sean
ninguno y a no recibir dinero. siempre y lo sean de todos.
Las normas que IR 8 presenta sobre la prohibición de recibir No tendría sentido vivir, incluso heroicamente, como pobres
dinero son extremadamente duras y rígidas. Tanta rigidez tiene y como menores si luego no se vive como hermanos. Es preciso
su explicación sólo en este tipo de convencimiento: el dinero vivir siempre como menores, y siendo los menores entre todos,
constituye un riesgo mortal para la minoridad; la minoridad es para poder vivir siempre como hermanos y como hermanos de
condición-dimensión fundamental de la fraternidad; por tanto, los todos. Con ello queda patente no sólo una precisa jerarquía de
hermanos menores deberán cuidarse con toda solicitud del dinero. valores, sino también una concepción de la fraternidad que,
El razonamiento en forma positiva es el siguiente: para vivir de queriendo abarcar a todos y teniendo necesidad de expresarse
verdad como hermanos siempre y siéndolo de todos, es preciso concretamente en el compartir la vida con todos, no puede sino
vivir siempre como menores y siéndolo entre todos; y para ser poner decididamente a los hermanos al nivel de los últimos.
menores siempre y entre todos es necesario no aceptar dinero. La Es así como Francisco dice evangélicamente las relaciones
confirmación nos la dan las dos excepciones (8,3.10): se podrá humanas.
recibir dinero en favor de los hermanos enfermos y de los leprosos.
Si se ha de escoger entre el heroísmo de “no tocar nunca el dinero”
y las exigencias concretas de la caridad fraterna, Francisco no tiene
dudas: no recibir dinero es condición-dimensión normal del vivir
como menores; vivir como menores es condición-dimensión
normal del vivir siempre como hermanos y siéndolo de todos; pero
cuando la caridad fraterna lo exige, pueden hacerse excepciones
a la prohibición de aceptar dinero, mientras no está prevista
excepción alguna respecto del vivir siempre como hermanos y
siendo hermanos de todos.
CAPÍTULO CUARTO

“Id: yo os mando...”
Así dice Francisco la misión

Francisco siente que le son dirigidas a él en persona las


palabras del Señor a los apóstoles y a los discípulos: “Id, yo os
mando”. Para darse cuenta de la pasión con que se toma esta
misión en relación con el mundo entero, basta volver a leer el
comienzo de la Carta a los fieles. El amor y la fantasía le
sugieren esta carta “urbi et orbi”, esta especie de carta encíclica:
1A todos los cristianos religiosos, clérigos y laicos,
hombres y mujeres, a cuantos habitan en el mundo
entero, el hermano Francisco, su siervo y súbdito:
mis respetos con reverencia, paz verdadera del cielo
y caridad sincera en el Señor.2Puesto que soy siervo
de todos, a todos estoy obligado a servir y a adminis­
trar las fragantes palabras de mi Señor. 3 Por eso,
considerando detenidamente que, dada la enferme­
dad y debilidad de mi cuerpo, no puedo visitaros
personalmente a cada uno, me he propuesto haceros
llegar, por medio de esta carta y de mensajeros, las
palabras de nuestro Señor Jesucristo, que es la
Palabra del Padre, y las palabras del Espíritu Santo,
que son espíritu y vida (Jn 6,63) (2CtaF 1-3).
En esta carta emerge con claridad tanto la pasión misionera
100 101

de Francisco -la expresa como “servicio”, que consiste en de las bienaventuranzas dirigido a todos. Los destinatarios del
“administrar a todos las fragantes palabras” del Señor- como el capítulo 14 son todos los hermanos, no sólo los misioneros, y “a
horizonte universal en que se mueve. Pero la indicación precisa lodos los hermanos, tanto a los clérigos como a los laicos, a los
de los contenidos y de las formas de realizar la vocación que van por el mundo y a los que moran en un lugar” va dirigido
misionera la encontramos en los capítulos 14-17 de la IR, que el brevísimo capítulo 15 que, con su prohibición de tener
registran una fuerte concentración de citas evangélicas de tipo caballerías y montar a caballo, hace una aplicación de la regla
apostólico-misionero, tomadas de Mt 10,1-42 -discurso general de “no llevar nada para el camino”. El capítulo 16 tiene
apostólico-, de Le 9,1-6 -misión de los doce- y de Le 10,1-20 unos destinatarios específicos: “aquellos hermanos que por
—misión y retomo de los 72 discípulos—. El resto del material divina inspiración quieren ir entre los sarracenos y otros infieles”
evangélico que se cita, está tomado del discurso de las bienaven­ (16,3-8), pero el gran mandato inicial (1-2) y todo el resto del
turanzas (14,4-6; 16,12.15.16), del discurso escatológico (16,19- capítulo (9-21) están dirigidos a “todos los hermanos, dondequie­
21) y del discurso sobre las condiciones para seguir a Jesús ra que estén” (16,10). En el capítulo 17, sólo los cuatro primeros
(16,9.1 Ib); pero todo entra en una óptica de misión. Estadística­ versículos están dirigidos a los predicadores, pero precisando
mente, en estos cuatro capítulos de la IR tenemos 10 citas de los que “todos los hermanos prediquen con las obras” (17,3); el
discursos de misión, 6 del discurso de las bienaventuranzas, 3 del resto está pensado para todos. El hecho de que Francisco
discurso escatológico, 2 del discurso acerca de las condiciones presente estas normas a todos y no sólo a los misioneros, revela
para seguir a Jesús. Pero es sobre todo la importancia de las citas algo sencillo pero de gran importancia: para él todos los
de tipo apostólico-misionero la que lleva a reconocer que nos hermanos, dondequiera que estén y cualquier cosa que hagan,
encontramos frente a la “carta magna” de la misión según son enviados del Señor a la misión en el mundo; y su vida
Francisco.1 evangélica es misionera en sí misma.
Francisco no reproduce aquí en su integridad los discursos
1. Las modalidades de la misión de la misión de Jesús, sino que hace una selección, omitiendo o
dejando en la sombra algunos conceptos, y subrayando, en
a) Todos misioneros
cambio, otros. Comparemos ahora los textos sinópticos de la
Todo el material de IR 14-17 está inserto en la estructura misión (Mt 10,1-42; Le 9,1-6 y 10,1-20; Me 6,7-13.30-32) y el
que crean las citas evangélicas extraídas de los discursos de texto de Francisco con el fin de descubrir qué ideas evangélicas
misión; es en este contexto en el que, también el resto del deja en la sombra o ignora y cuáles, por el contrario, recoge y
material evangélico o las explicaciones dadas y las normas subraya; de esta forma podremos apreciar el estilo misionero de
dictadas, adquieren un significado unitario de tipo misionero. Se Francisco.
podría esperar que, en consecuencia, el texto estuviese dirigido
sólo a quienes van a misiones. Pero no es así.
b) Las modalidades evangélicas de la misión
El capítulo 14 está dirigido a los hermanos “que van por el dejadas en la sombra o ignoradas por Francisco
mundo”: a ellos se aplican normas que Jesús dio a los doce o a
los 72 discípulos al enviarles a la misión, y normas del discurso Veamos las ideas importantes de los discursos evangélicos
102 103

de la misión dejadas en la sombra en nuestro texto. Destacamos colmo, en una prohibición: “Ningún hermano predique contra la
dos: ir y predicar. En los cuatro pasajes evangélicos de la misión, forma y las disposiciones de la santa Iglesia y sin que se lo haya
la idea de “ir” está subrayada con insistencia y tiene un significa­ concedido su ministro”. En 17,2 añade una amonestación al
do espacial. Francisco, sin embargo, no destaca la idea de “ir”: ministro: “guárdese de concedérselo [el permiso] a alguno sin
a veces no tiene un significado espacial y en todo caso no discernimiento”.
aparece nunca como esencial para la misión. La frase “los No se puede afirmar con certeza que que la IR considere
hermanos van por el mundo” (IR 14 título) tiene más un sentido esencial o suficiente la predicación, al menos la de la palabra;
socio-teológico que geográfico-espacial y, al mismo tiempo, las porque 17,3 habla de otro modo de predicar, y esta vez lo
determinaciones del capítulo 15, que son aplicación del “no presenta positivamente y como deber de todos: “Mas todos los
lleven nada para el camino”, están dirigidas a todos los herma­ hermanos prediquen con las obras”. Ese “mas” expresa con
nos, “a los que van por el mundo y a los que moran en un nitidez cuál es el tipo de predicación más importante, posible y
lugar”. Nuestro texto considera “en misión” no sólo a quien va obligatorio para todos.
entre los infieles, sino a todos los hermanos y siempre.
Lo que sigue, 17,4, está también en esta misma dirección:
En las cuatro perícopas evangélicas de la misión, aparece “Y ningún ministro o predicador se apropie el ser ministro de los
como fundamental el “predicar”, cosa que no se puede decir del hermanos o el oficio de la predicación, de modo que, en el
texto que nos ocupa. Es verdad que 14,2 recoge Le 10,5 - “En momento en que se lo ordenen, deje su oficio sin oposición
cualquier casa en que entren, digan primero: La paz a esta casa”- , alguna”. En 17,6 aparece una exhortación ardorosa -concierne
pero en 16,7, al presentar el primer modo de vivir como misioneros también a los predicadores- a no gloriarse “de las palabras y
entre los infieles, se dice que consiste en no promover disputas obras buenas”, porque es Dios quien hace, dice y obra todo bien
ni controversias, en estar sometidos a toda humana criatura, y en “en ellos y por ellos”. Y de forma aún más explícita dice 17,11:
confesar que son cristianos: la predicación oral no es ciertamente “El espíritu de la carne quiere y se esfuerza mucho por tener
la característica de esta primera modalidad de misión. palabras, pero poco por tener obras”. Podemos, pues, concluir
En 16,7 donde presenta la segunda manera de vivir entre los que lo que se refiere a predicar oralmente, fundamental en los
infieles, encontramos por fin que “anuncien la palabra de Dios”; pasajes evangélicos de la misión, queda aquí en la sombra. En
pero hay que notar dos cosas: el anuncio de la palabra de Dios nuestro contexto, la atención está puesta particularmente en el
entra en la segunda modalidad, lo que significa que no es lo más testimonio del evangelio que se ha de dar por la vida.
importante, y, además, aparece un inciso de tipo limitativo: Tratemos ahora de ver qué ideas están presentes en los
“cuando vean que agrada al Señor”. En 16,8 encontramos el cuatro textos evangélicos de la misión y, sin embargo, son
tema del “hablar”, pero de una forma conscientemente particular: totalmente ignoradas en la IR; tomaremos en consideración
“Estas y otras cosas que agraden al Señor pueden decirles tanto únicamente las más importantes. Comenzamos por la omisión
a ellos como a los demás”. En el texto no parece haber un gran más significativa. Los cuatro pasajes evangélicos de la misión
interés por precisar el objeto del “decir” y además el inciso subrayan con fuerza los poderes que Cristo da a sus enviados
“pueden” lleva a pensar que se trata de una concesión. para expulsar demonios y curar enfermos (Mt 6,7b; Le 9,1-2);
El verbo “predicar” lo encontramos sólo en 17,1, y, para señalan además el orden en que han de servirse de estos poderes:
105
104
ciendo en la misma casa, coman y beban lo que haya en ella”
“Curad a los enfermos, resucitad a los muertos, limpiad a los
(14,3), de Le 10,7a; “Mirad que yo os envío como ovejas en
leprosos, expulsad a los demonios” (Mt 10,8a); y cuentan,
medio de lobos. Sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos
finalmente, cómo los enviados se han servido de estos poderes
como palomas” (16,1-2), de Mt 10,16; “A todo aquel que me
(Me 6,13; Le 9,6.10; 10,17). En IR 14-17 todo este tipo de
confiese delante de los hombres, también yo lo confesaré delante
material ha sido sistemáticamente omitido. En 17,6 se reproduce
de mi Padre, que está en el cielo” (16,8), de Le 9,26; “Quien
sólo Le 10,20, donde todo el acento está puesto, no en “que los
pierda su vida por mi causa, la salvará para la vida eterna”
espíritus se os sometan”, sino en “mas no os alegréis” de esto,
(16,11), de Le 9,24; “Si os persiguen en una ciudad huid a otra”
idea que se desarrolla en 17,5-19.
(16,14), de Mt 10,23a; “Yo os digo a vosotros mis amigos: no os
Se ha omitido también Injustificación “el obrero tiene derecho dejéis atemorizar por ellos, y no tengáis miedo a los que matan
a su salario” de Le 10,7 y Mt 10,10. En los cuatro pasajes evangéli­
el cuerpo y después de esto no pueden hacer más” (16,18), de Mt
cos de la misión se dice que si alguno no recibe a los enviados,
10,28 y Le 12,4; “Y el que persevere hasta el fin, ése se salvará”
éstos deben marcharse sacudiendo el polvo de su calzado en
(16,21), de Mt 10,22b; “Mas no os alegréis de que los espíritus
testimonio contra ellos (Mt 10,14; Me 6,11; Le 9,5; 10,10-11). se os sometan” (17,6), de Le 10,20.
En el texto de IR no aparece nada de esto, antes al contrario se
De la confrontación de los textos de la misión de los
dice: “No resistan al malvado” (14,4), "estén sometidos a toda
Sinópticos con IR 14-17 se desprenden algunas conclusiones: en
humana criatura por Dios” (16,6), “deben exponerse a los enemi­
el texto de Francisco 1) no aparece el ejercicio de los poderes
gos, tanto visibles como invisibles” (16,11).
extraordinarios, ni la verificación de la acogida, ni la prudencia
En Mt 10,16-17 leemos: “Os mando como ovejas en medio entendida como guardarse de los que les persiguen, ni el coraje
de lobos. Sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como
basado en la protección divina; 2) no son esenciales ni suficien­
palomas. Guardaos de los hombres. Os entregarán...”; en IR tes el “ir”, entendido espacialmente, ni el predicar con la palabra;
16,1-2 se reproduce íntegramente Mt 10,16, pero se omite lo 3) emergen con claridad las ideas privilegiadas y, por tanto,
referente a guardarse de los hombres de Mt 10,17; y las normas
importantes de esta “carta magna” de la misión: la pobreza de
que vienen a continuación -ir entre los infieles, estar sometidos
medios - “no lleven nada para el camino”-, la persecución como
a todos, confesarse cristianos, anunciar la palabra de D ios- no situación normal - “os mando como ovejas en medio de los
parecen ejemplos típicos de sencillez y, sobre todo, de prudencia. lobos”- , el no gloriarse de los frutos de la misión - “no os
alegréis de que los espíritus se os sometan”-.
c) Las modalidades misioneras tomadas de los evangelios También el material evangélico, que no ha sido tomado de
y subrayadas por Francisco los textos de la misión, confirma estas modalidades privilegia­
Veamos ahora las modalidades misioneras que IR toma das. En 14,4-6 se presentan cinco normas extraídas del discurso
literalmente de los textos evangélicos de la misión: “No lleven de las bienaventuranzas (Mt 5,39 y Le 6,29-30): “No resistan al
nada para el camino: ni bolsa, ni alforja, ni pan, ni pecunia, ni malvado”, “preséntenle también la otra mejilla”, “no le impidan
bastón” (14,1), de Le 9,3 y 10,4; “en toda casa en la que entren que se lleve también la túnica”, “den a todo el que les pida”, “a
digan primero: Paz a esta casa” (14,2), de Le 10,5; “Y permane­ quien les quita lo suyo, no se lo reclamen”.
106 107

La justicia de los escribas proponía el “ojo por ojo y diente deben exponerse a los enemigos, tanto visibles como invisibles”.
por diente” (Mt 5,38); Jesús exige en cambio no oponerse al Se han entregado a sí mismos al Señor y él les envía como ovejas
malvado y poner a su disposición también lo que injustamente entre lobos: ¿que pueden hacer sino “exponerse” a ser despedaza­
le pide. La cuestión a que responden estas normas es: ¿cómo hay dos? El inciso “por su amor” une la persecución de los hermanos
que comportarse ante la injusticia? La respuesta es: no oponien­ con la persecución que encontró Jesús, y el verbo “deben” actualiza
do resistencia alguna. En 14,4-6, con el fin de poner un ejemplo, para los hermanos el significado de las predicciones de la pasión
toma del discurso de las bienaventuranzas una de las tres ideas en los sinópticos: como Jesús “debió” y quiso libremente entregar­
importantes: “Os envío como ovejas en medio de los lobos”. Lo se a las manos de sus enemigos, así los hermanos “deben” exponer­
que se dice en 16,3-4 no es ciertamente un ejemplo del “sed se a los enemigos “por amor suyo”.
prudentes como serpientes y sencillos como palomas”, sino más En la larga cadena de citas tomadas en 16,12-21 el material
bien de “os envío como ovejas en medio de los lobos”. Es el que no proviene de los textos evangélicos de misión se presenta
Señor quien les envía en aquella situación humanamente sin como justificación, explicación y profundización de la idea “Os
esperanza. envío como ovejas en medio de lobos”.
En 16,4b-6 se presentan los dos modos posibles de vivir En 17,1 se dice: “Ningún hermano predique contra la forma
entre los infieles; el orden en que aparecen es ya indicio suficien­ y las disposiciones de la santa Iglesia y sin que se lo haya
te de cuál de los dos es el preferido. El primer modo consiste en concedido su ministro”; se trata de una preciosa ejemplificación
no promover disputas ni controversias, sino en estar “sometidos del “no lleven nada para el camino”: no lleven la orgullosa
a toda humana criatura por Dios” y en confesar “que son pretensión de erigirse en jueces de la Iglesia o de predicar sin
cristianos”. Tenemos aquí un hermoso ejemplo tanto del “no permiso. La frase “mas todos los hermanos prediquen con las
lleven nada para el camino” -n i siquiera su capacidad de discutir obras” de 17,3 relativiza la predicación oral y pone en primer
y convencer- como del “como ovejas en medio de lobos” -estén plano la predicación con las obras. El texto de 17,4, con su
sometidos y a merced de todos-. El segundo modo - “anuncien prohibición a los ministros y a los predicadores de apropiarse de
la palabra de Dios”- está circunscrito-justificado por “cuando su ministerio u oficio, y con el deber de abandonarlos en cuanto
vean que agrada al Señor”. les sea ordenado, es un hermoso ejemplo de actualización del
En 16,10-1 la se dice que “todos los hermanos, dondequiera “no lleven nada para el camino”.
que estén, recuerden que se dieron y entregaron sus cuerpos al Con 17,5-6 se introduce la tercera idea importante de la
Señor Jesucristo”, y que “así dice el Señor: Quien pierda su vida “carta magna” del apostolado: “No gloriarse de nada”: “Por eso,
por mi causa, la salvará para la vida eterna”. Habiéndose por la caridad que es Dios, ruego a todos mis hermanos,
entregado a sí mismos y habiendo entregado sus cuerpos al predicadores, orantes, trabajadores, tanto a los clérigos como a
Señor, no tienen necesidad de llevar nada para el camino (basta los laicos, que se esfuercen por humillarse en todo, y no gloriarse
que lleven al Señor), no deben extrañarse ni atemorizarse si los ni gozarse en sí mismos, ni exaltarse interiormente de las
lobos les destrozan como a ovejas, y no deben gloriarse de palabras y obras buenas, y hasta de ningún bien que Dios hace,
eventuales resultados. dice y obra alguna vez en ellos y por ellos, según lo que dice el
En 16,1 Ib se saca una consecuencia indiscutible: “Por su amor Señor: Mas no os alegréis de que los espíritus se os sometan”.
108 109

En 17,8 se amplía el concepto de “lobos” incluyendo en él - No llevar consigo nada sino el Espíritu del Señor
no sólo a los enemigos materiales, sino también a los espiritua­ El “no lleven nada para el camino” adquiere un gran relieve
les; dilata también el concepto de persecución, introduciendo en al estar al comienzo de esta “carta magna” del apostolado. Al
él “toda clase de angustias o tribulaciones del alma o del cuer­ elenco evangélico de las cosas que no se han de llevar consigo
po”. En 17,10 se retoma 16,2, y se explica su significado: la cuando se va a la misión -bolsa, alforja, pan, pecunia, bastón-,
prudencia y la sencillez son entendidas como “sabiduría” y Francisco añade cosas que resultan incluso más difíciles: el
“prudencia” no de este mundo ni de la carne, sino del Espíritu “derecho” a oponerse al malvado con el ojo por ojo y diente por
del Señor. Esta idea se explicita en la contraposición entre los diente, el “derecho de propiedad” sobre el propio vestido, sobre
deseos del “espíritu de la carne” y los del “Espíritu del Señor” la túnica y sobre todo aquello que les pertenece. Este material
(17,11-16). En 17,17-18 vuelve a tomar en forma positiva y está tomado del discurso de las bienaventuranzas. Los destinata­
completa el concepto expresado en 17,5-8; allí se decía que no rios de estas normas misioneras no son sólo los hermanos
había que gloriarse de bien alguno, ya que ninguno nos pertene­ cuando “van por el mundo (14,1), y “el camino” es el de la vida
ce; aquí se dice: “restituyamos todos los bienes al Señor Dios de todos.
altísimo y sumo”. El “no lleven nada para el camino” no se refiere simplemen­
En 17,19 parecen resumirse las modalidades del apostolado te al equipaje: la misión, según Francisco, consiste en no llevar
franciscano: frente a todo el mal presente en el mundo - “cuando para sí otra cosa que el Espíritu del Señor (cf. 17,14-16), porque
veamos y oigamos decir o hacer el mal o blasfemar contra la eficacia del apostolado no sólo no se deriva de aquello que se
Dios”- , los hermanos no deben ni perder el coraje ni buscar lleva, sino ni siquiera de lo que uno es. El no llevar nada consigo
ansiosamente nuevos medios apostólicos para vencer al mal; es ya en sí mismo misión evangelizadora, porque es todo lo que
simplemente tendrán que bendecir y alabar al Señor, no llevando los hermanos pueden hacer: dar testimonio del evangelio
consigo nada -n i siquiera el ansia o la preocupación por vencer creando espacio al Espíritu del Señor, el único evangelizador
el mal-, viviendo como ovejas en medio de lobos, conscientes nuestro y de todos.
de que difícilmente las ovejas llevan las de ganar entre los lobos,
y no gloriándose de bien alguno, sino refiriéndolo sólo a Dios:
- Vivir como ovejas en medio de los lobos
sin vanagloria ni victimismo.
por amor del Señor
He aquí, pues, las tres modalidades evangélicas subrayadas
por Francisco: “No lleven nada para el camino”, “os envío como El texto “mirad que yo os envío como ovejas en medio de
ovejas en medio de los lobos”, y “no os alegréis de que los los lobos” (16,1) está precedido por un simplicísimo “dice el
espíritus se os sometan”. Estas tres ideas no expresan simple­ Señor”: todos los hermanos deben saber que es precisamente el
mente modalidades previas o consecuencias o valoraciones de Señor quien así les envía al mundo. El “sed prudentes como
los resultados de la misión, sino, más bien, definen la misión serpientes y sencillos como palomas” (16,2) podría ser entendido
como testimonio del evangelio en la vida diaria. como una invitación a tener los ojos abiertos, como lo entiende
Mt 10,17: cuidaos de los hombres porque os perseguirán.
Francisco, en cambio, sigue una dirección totalmente distinta: en
110 111

17,10 se hablará explícitamente de “defenderse de la sabiduría de lobos, es porque él mismo fue también voluntariamente “como
este mundo y la prudencia de la carne”, y en 16,3-4 dice que oveja al matadero” (Hch 8,32) y porque ha verificado que es éste
quien quiera ir entre sarracenos y otros infieles, vaya. Por el camino para la vida eterna. En 16,16 se dice todavía más
supuesto que no era “prudente” ir entre los sarracenos; equivalía claramente: “Alegraos en aquel día y saltad de gozo”; “aquel
a ir al matadero, al martirio; pero justamente por esto se da el día” es el largo día de la persecución. En 16,21 aparece una serie
permiso de ir y se llama la atención al ministro para que no se de invitaciones a no temer, a no dejarse turbar, a perseverar en
oponga. esta actitud.
En 16,6 se explica cómo ha de ser el primer modo de vivir El vivir como ovejas entre los lobos por amor del Señor no
la vida apostólica entre los infieles: “no promuevan disputas ni es sólo ni sobre todo una consecuencia de la misión, sino que es
controversias, sino que estén sometidos a toda humana criatura en sí mismo misión evangelizadora, en cuanto seguimiento del
por Dios y confiesen que son cristianos”. Se está sugiriendo que Señor por el camino del Calvario con la cruz a cuestas. Es una
la primera forma de vivir la vida apostólica entre los infieles es misión evangelizadora desconcertante, pero es la opción hecha
estar entre ellos “como ovejas entre lobos”, realizando así una por el Señor para la salvación de la humanidad y, por ello,
opción misionera precisa. A todos “dondequiera que estén” se propuesta como fundamental por Francisco.
dice en 16,10 que recuerden que “se dieron y entregaron sus
cuerpos al Señor”: por tanto, ahora le pertenecen. - No gloriarse de ningún bien, sino restituirlo a Dios
La consecuencia que se saca de 16,10 es clara e inequívoca: Esta modalidad está particularmente subrayada en 17,5-18.
“por su amor deben exponerse a los enemigos, tanto visibles En 17,5-6 se pide a todos los hermanos, independientemente del
como invisibles”. Esta afirmación es muy importante y clarifica­ papel o del oficio que desempeñen, que se humillen en todo, que
dora. Va dirigida a todos “dondequiera que estén”: el exponerse no se gloríen ni se gocen en sí mismos, ni se exalten interiormente
a los enemigos es, pues, un deber de todos los hermanos, un de “las palabras y obras buenas, ni de ningún bien que Dios hace,
deber que siempre está vigente; el “deben” está diciendo que el dice y obra alguna vez en ellos y por ellos”. Todo el bien y todo
exponerse a los enemigos no es simple consecuencia inevitable bien procede de Dios; los hermanos no son otra cosa que instru­
de la misión, sino un deber positivo, por amor del Señor. mentos de los que Dios “alguna vez” se sirve para hacer el bien.
Las ovejas en medio de los lobos son destrozadas: los En 17,7-8 se recuerda con fuerza que “no nos pertenecen
hermanos deben ir en medio de los lobos precisamente para
sino los vicios y pecados” y que debemos gozamos, no de los
hacerse desgarrar, “porque dice el Señor: Quien pierda su vida resultados o de la esperanza de resultados, sino sólo de la
por mi causa, la salvará para la vida eterna” (16,11). En 16,12 se situación de tentación y de tribulación en la que el Señor nos
añade que deben considerarse “dichosos” los que padecen tiene. La soberbia y la vanagloria (17,9) serían un apropiarse de
persecución: “por causa de la justicia” equivale a “por mi causa” lo que no nos pertenece y un “huir” de nuestra situación. La
de 16,11 y a “por su amor” de 16,11. “Si me han perseguido a sabiduría mundana y la prudencia carnal (17,10) tienen otros
mí, también os perseguirán a vosotros” de 16,13 hace referencia motivos de alegría y otros métodos para conseguirla, que
al tema del seguimiento del Señor, y constituye la motivación consisten en decir muchas palabras y en buscar la exterioridad.
cristológica: si el Señor les envía como ovejas en medio de
112 113

El Espíritu del Señor, en cambio, quiere la mortificación, la Se comprende ahora por qué la “carta magna” del apostola­
humildad, la paciencia, la paz interior, y desea sobre todo el do se dirige a todos los hermanos, estén donde estén, prescin­
temor divino, la divina sabiduría y el divino amor: todos éstos y diendo de su estado y de su función: ser apóstoles significa vivir
sólo éstos son los verdaderos resultados de la misión (16,10-12), el evangelio y dar testimonio de él viviéndolo. El predicar de
que han de ser referidos y restituidos con gozo y reconocimiento palabra y el ir materialmente por el mundo no son esenciales, e
al Señor Dios altísimo y sumo (17,17-19). ir entre los infieles es sólo una forma, entre otras, de poner en
Frente a la humanidad alejada de Dios, o en medio de ella, práctica la vocación misionera.
los hermanos no deben angustiarse o ponerse a buscar afanosa­
mente nuevos métodos cada vez más eficaces; simplemente 2. La cotidianidad de la misión
tendrán que “bendecir y alabar al Señor”, quedarse en su puesto,
Todos los hermanos están llamados a ser misioneros
sin plantearse siquiera el problema de los resultados: en realidad
siempre y dondequiera que se encuentren, en lo cotidiano de su
hay Otro que piensa en ellos. Este “estar en su lugar”, con
vida. Un ejemplo de esta cotidianidad lo encontramos en la carta
humildad y reconocimiento, es ya en sí mismo misión evangeli-
que Francisco escribe a un ministro cuyo nombre no conocemos,
zadora.
pero sí la fatiga que le suponía el vivir el evangelio en el día a
Las tres ideas que resaltan en los capítulos 14-17 de la IR día de la vida fraterna. Este ministro comunica a Francisco su
están tomadas de los pasajes evangélicos de la misión, en los que situación y le pide que le autorice dejar su puesto de responsabi­
el apostolado consiste en ir a anunciar el reino de Dios y a
lidad y retirarse a un eremitorio. Leemos el comienzo de la carta
ejercitar los poderes extraordinarios dados por Jesús: curar a los
que Francisco le envía:
enfermos y expulsar demonios. Para Francisco, en cambio, es
apóstol quien da testimonio del evangelio en la vida no llevando 1 Al hermano N., ministro:
nada consigo sino el Espíritu del Señor, viviendo como oveja en El Señor te bendiga (cf. Núm 6,24).
medio de lobos por amor del Señor y no gloriándose de bien 2 Te digo, como puedo, respecto al caso de tu alma,
alguno, sino refiriéndolo sólo a Dios: nada menos y nada más. que todas las cosas que te son un obstáculo para
amar al Señor Dios y quienquiera que te ponga
Estas son las obras con que todos los hermanos pueden y deben
obstáculo, sea de los hermanos o de cualesquiera
predicar.
otros, aunque te azotaran, debes tenerlo por gracia.
Por muy original que pueda parecer, esta concepción del 3 Y quiérelo así y no otra cosa. 4 Y sea esto para ti
apostolado y de la misión está claramente presente en la Biblia, verdadera obediencia al Señor Dios y a mí, pues sé
Es suficiente recordar algunos textos: 2Cor 12,9: “Te basta con firmemente que ésta es la verdadera obediencia.
mi gracia; mi poder se manifiesta en la debilidad”; IPe 2,21: 5 Y ama a los que esto te hacen. 6 Y no quieras de
“Cristo padeció por vosotros, dejándoos un ejemplo, para que n
ellos otra cosa, sino lo que el Señor te dé. Y
sigáis sus huellas”; Jn 15,4: “Como el sarmiento no puede dar ámalos precisamente en esto, y no quieras que sean
fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco
mejores cristianos. 8 Y sea esto para ti mejor que
vosotros si no permanecéis en mí”; y sobre todo, el sermón de la vivir en un eremitorio. (CtaM 1-8).
montaña (Mt 5-7).
114 115

Se subraya con fuerza el contraste terminológico obstáculo- “por su bien”. En todo caso, sería de mal gusto recibir un regalo
gracia. Francisco no dice al ministro lo que tiene que “hacer”, y expresar que querríamos uno distinto.
sino cómo debe leer la realidad que está viviendo: las cosas y las No lleven nada para el camino, ni siquiera el deseo de que
personas que considera impedimentos y obstáculos para “amar los otros, las cosas y las circunstancias sean diversos de como
al Señor”, ha de tenerlas por gracia recibida. Francisco está son. Vayan como ovejas en medio de lobos: los lobos pueden
seguro de ello y se muestra extremadamente decidido al encontrarse entre los sarracenos y otros infieles, pero pueden
proponerlo: “Y quiérelo así y no otra cosa. Y sea esto para ti estar también en la fraternidad, entre los compañeros de viaje de
verdadera obediencia al Señor Dios y a mí, pues sé firmemente la vida cotidiana, y hasta disfrazados de corderos; le ocurrió al
que ésta es la verdadera obediencia”. Francisco ha conseguido mismo Jesús, traicionado por Judas. No se gloríen de ningún
esta seguridad en la valoración del hecho y en el discernimiento, bien, y refiéranlo sólo a Dios: toda persona y toda circunstancia
gracias a la “mens evangélica” de la que está impregnado, una es bien y es gracia; es bien y gracia la fe que hace reconocer todo
“mens” que le permite ver a todos y todo como providenciales. como bien y como gracia; no hay que gloriarse de ello, sino
El verbo “deber”, usado con gran insistencia, no se asocia a “referirlo”, “restituirlo” al Señor en actitud reconocida.
permanecer en el propio puesto pese a los impedimentos, sino a
Así dice Francisco la misión de la cotidianidad y la cotidia­
“tenerlo [todo] por gracia”. Lo que hay que curar es el ojo: de la
nidad de la misión.
mirada iluminada por la fe nacerán consiguientemente los
sentimientos, las expectativas y las opciones prácticas. En primer
lugar, los sentimientos: “Y ama a los que esto te hacen”; en 3. El gozo de la misión
segundo lugar, las expectativas: “y no quieras de ellos otra cosa”; Es llamativa la radicalidad de Francisco en el modo de
y, finalmente, las opciones prácticas: “y sea esto para ti mejor interpretar la misión; deja de lado todo lo que es ejercicio de
que vivir en un eremitorio”. poder, incluso el evangélico, y subraya el ir indefensos y
Los vv. 5-6 revelan de forma particularmente clara la lógica desapropiados de todo, llevando consigo tan sólo la palabra y la
de Francisco: podríamos pensar que la frase “Y no quieras de presencia del Señor: es una misión que cada uno la vive en su
ellos otra cosa” se completaría con “sino lo que ellos te dan”; y, día a día. Y llama todavía más la atención el gozo que acompaña
sin embargo, se da un cambio de sujeto especialmente significa­ a esta misión. Francisco experimenta la verdad de las bienaven­
tivo: “Y no quieras de ellos otra cosa sino lo que el Señor te dé” turanzas, sobre todo la que se refiere a los perseguidos, que
por su medio. Francisco sabe percibir la presencia del Señor que aparece transcrita en IR 16:
actúa mediante las personas y las circunstancias: todas, siempre 12 D ichosos los que padecen persecución p o r causa
y comoquiera. De ahí se deriva el deber de amar a todos y de la justicia, porque de ellos es el reino de los
siempre, acogiendo a todos y todo como don del Señor. “Y no cielos (Mt 5,10). 13 Si me han perseguido a mí,
quieras que [en beneficio tuyo] sean mejores cristianos”. Los también os perseguirán a vosotros (Jn 15,20).14 Y:
demás marchan bien y son un don del Señor así como son. Si os persiguen en una ciudad, huid a otra (cf. Mt
Ocurre con demasiada frecuencia que justificamos nuestras 10,23).15 D ichosos vosotros cuando os odien, y os
expectativas interesadas que se refieren a los otros con el clásico maldigan, y os persigan, y os excluyan, y os injurien
116 117

y rechacen vuestro nombre como maldito, y cuando Verdadera alegría- incluso antes que la carta de Santiago.
digan contra vosotros toda clase de calumnias por Tal vez la tradición ha optado por una interpretación más
mi causa (cf. Mt 5,11; Le 6,22).16Alegraos en aquel
fácil e inocua con el fin de exorcizar su excesiva y cruda
día y saltad de gozo porque es grande vuestra
claridad: es alegría soportar pacientemente los contratiempos que
recompensa en el cielo (cf. Mt 5,12; Le 6,23) (IR
16,12-16). de cuando en cuando nos ocurren. Además, la de Francisco ha
sido llamada “perfecta” alegría, cuando el texto habla simple­
Para describir el gozo de la misión, Francisco recurre en sus
mente de “verdadera” alegría. Leyéndola atentamente, caemos en
citas sobre todo al sermón de la montaña. Funde resueltamente
la cuenta de que se ha cuidado el texto en sus mínimos detalles
el discurso de la misión con el de las bienaventuranzas. Ir como
y de que, más allá de referencias autobiográficas, se perciben en
ovejas en medio de lobos significa encontrar persecución, odio,
él claros significados simbólicos y universales.
insultos: éste es el mandato misionero de Jesús que recoge
En la primera parte Francisco describe lo que no es verdade­
Francisco; pero añade que la misión así concebida ha de ser
ra alegría; en la segunda explica en qué consiste la verdadera
vivida con gozo. Éste es el sentido de la incorporación de las
alegría. Son tres los casos presentados.
bienaventuranzas en el contexto misionero.
El primero: “Llega un mensajero y dice que han venido a la
No tenemos derecho a nada. No turbarse, sino mostrarse,
Orden todos los maestros de París. Escribe: En esto no está la
por el contrario, serenos y felices en medio de las pruebas y
verdadera alegría”. Es la Orden de hermanos menores, nacida
tribulaciones: éste es el programa evangélico y misionero que
hace pocos años; no se sabe todavía si tendrá futuro o no. Los
Francisco resume en IR 17,8: “Debemos más bien gozarnos
maestros de París, que representan la cultura del tiempo, no sólo
cuando nos vemos asediados por diversas tentaciones y cuando
reconocen a los pequeños hermanos menores, sino que entran en
soportamos en este mundo toda clase de angustias o tribulacio­
la Orden. ¿No es acaso ésta una buena noticia? El juicio es
nes del alma o del cuerpo por la vida eterna”. Sorprende también
lapidario: “Escribe: En esto no está la verdadera alegría”. La
en este caso -como ya en IR 9 ,3 - que el verbo “deber” está
verdadera alegría no la puede crear la cultura, su reconocimiento
referido a un sentimiento que se ha de experimentar: la lógica
o su posesión.
subyacente es de tipo consecuencial y de verificación. Las
bienaventuranzas son el resultado y la comprobación de que ha Segundo caso: “Han venido [a la Orden] todos los prelados
sido acogido el evangelio en la propia vida. ultramontanos, arzobispos y obispos, y también el rey de Francia
y el rey de Inglaterra. Escribe: En esto no está la verdadera
La referencia bíblica es Sant 1,2: “Considerad como una
alegría”. Ahora se trata de los “grandes” de la Iglesia y de la
gran alegría, hermanos míos, el estar rodeados por toda clase de
sociedad, del poder eclesiástico y político: no sólo reconocen a
pruebas”. Esta asociación es particularmente querida por
los pequeños hermanos menores, sino que todos ellos han
Francisco. No es casualidad que la expresión “gran alegría”
entrado en la Orden. ¡Qué noticia más extraordinaria! Pero he
evoque la famosa página de los escritos de Francisco de Asís -la 1
aquí el estribillo: “Escribe: En esto no está la verdadera alegría”.
1 “Y deben gozarse cuando conviven con gente baja y despreciada,
La felicidad no viene del reconocimiento por parte del poder
con los pobres y débiles, con los enfermos y leprosos y con los mendigos eclesiástico o político.
que están a la vera del camino”.
118 119

Tercer caso: “Y dice también que mis hermanos han ido portero diciéndole que es un hermano, que es Lrancisco, el
entre infieles y los han convertido a todos a la fe. Y que, además, fundador. Pero el portero le dice a la cara el primer “largo de
yo he recibido de Dios tanta gracia, que sano enfermos y hago aquí”; como también por qué no le acepta: “no es hora decente
muchos milagros. Te digo que en todas estas cosas no está la para andar de camino”.
verdadera alegría”. ¿No hay un mandato de Jesús, según el cual 11 Y al insistir yo de nuevo, responde:
se ha de ir por todo el mundo a predicar el evangelio y a -Largo de aquí. Tú eres un simple y un inculto. Ya
convertir a todos? ¿No es gracia de Dios poder sanar a los no vienes con nosotros. Nosotros somos tantos y
enfermos y hacer milagros? Todo esto lo han hecho Francisco y tales, que no te necesitamos.
sus hermanos: ¿no podrá ser, al menos ésta, una fuente de Ante la humillación ofensiva del primer “largo de aquí”,
alegría? No: “En todas estas cosas no está la verdadera alegría”. Francisco no se va, e insiste en llamar y pedir; se gana
Ni siquiera el poder de la fe y del evangelio es para Francisco entonces el segundo “largo de aquí”, justificado con un
fuente de verdadera alegría. motivo todavía más hiriente: “no te necesitamos”, nos eres
Naturalmente al hermano León le brota la pregunta que inútil.
separa la primera de la segunda parte del relato: “Pero, ¿cuál es 12 Y yo vuelvo a la puerta y digo:
la verdadera alegría?” -Por amor de Dios, acogedme por esta noche.
o
Vuelvo de Perusa y, en medio de una noche 13Y él responde: No lo haré.14Vete al lugar de los
cerrada, llego aquí; es tiempo de invierno, está todo cruciferos y pide allí.
embarrado y hace tanto frío, que en los bordes de la Aun después del rechazo segundo, Francisco continúa
túnica se forman carámbanos de agua fría congelada ante de la puerta, y humildemente vuelve a hacer la petición,
que golpean continuamente las piernas, y brota
añadiendo nuevas consideraciones: al menos por amor de
sangre de sus heridas.
Dios y sólo por esta noche. Pero llega terrible el tercer “vete”,
9 Y todo embarrado, aterido y helado, llego a la
seguido de una nueva justificación: no sólo eres un inútil,
puerta; y, después de golpear y llamar un buen
¡hasta eres un peso para nosotros! ¡Vete al lugar de los
rato, acude el hermano y pregunta: -¿Quién es?
Yo respondo: -El hermano Francisco.10 Y él dice: cruciferos, pues, ya de noche, allí estarán reunidos los
-Largo de aquí. No es hora decente para andar de leprosos!
camino; no entrarás (VerAl 6-10). ¿Cómo va a acabar esto? ¿Se marcha Francisco?
Los términos evidencian todo un movimiento de acerca­ 15 Te digo que, si he tenido paciencia y no me he
miento progresivo -vuelve, llega, golpea la puerta, llama, turbado, en esto está la verdadera alegría, y la
pide, insiste, queda- que es interrumpido sistemática y verdadera virtud y la salvación del alma”.
violentamente con tres “márchate”, seguidos por tres motiva­ No, Francisco no se marcha por sentirse cansado,
ciones del rechazo, cada vez más duras. Las condiciones en ofendido o irritado. Se queda frente a aquella puerta cerrada;
que se acerca no son, sin duda, favorables: viaje largo, noche, lo vive con paciencia y no se turba, y dice que en esto está la
invierno, fango, frío, heridas. Lrancisco responde al hermano “verdadera” alegría. La alegría que no nos puede llegar a
120

Iravcs de la cultura, del poder eclesiástico o político, ni


siquiera del poder sobrenatural; nos llega permaneciendo
“aquí” fraterna y confiadamente, frente a aquella puerta
cerrada. Dentro están sus hermanos: no se sienten hermanos
ni se comportan como tales, pero él los siente hermanos.
Aquella puerta tiene en el relato un claro valor simbólico:
debiera ser la puerta de la acogida, de la estima, de la amistad
por parte de los otros, pero es una puerta que no se ha abierto CAPÍTULO QUINTO
y que, tal vez, no se abrirá nunca. Y Francisco se queda allí,
frente a la puerta cerrada, paciente e imperturbable. “Te bendigo, Padre,
Sus sentimientos fraternos no están condicionados por los Señor del cielo y de la tierra”
sentimientos de los demás. El amor se basta a sí mismo, no
tiene necesidad de justificaciones y de motivaciones. Hay una Así dice Francisco la creación
alegría que se siente cuando la puerta se abre y dos brazos se
extienden para acogernos: esta alegría es fácil y la conocemos Al finalizar los seis días de trabajo, Dios miró complaci­
todos. Francisco describe otra alegría, la que podemos do todo lo que había creado, desde la naturaleza hasta el
experimentar quedando frente a una puerta cerrada: no es una hombre, y “vio que era muy bueno” (Gen 1,31). Hace dos mil
alegría estoica o terca, sino sencillamente evangélica. Con la años, en Palestina, un hombre, llamado Jesús, con el rostro
palabra “sencillamente” queremos decir “auténticamente”, iluminado, elevó los ojos al cielo y dijo: “Te doy gracias,
“heroicamente”. Estamos en la lógica del grano que debe Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido
morir para dar fruto, en la lógica del amor que se deja insultar estas cosas a sabios y prudentes y se las has revelado a los
y ser objeto de burla, permaneciendo en la cruz y dando así la pequeños” (Mt 11,25). Doce siglos más tarde -exactamente en
vida por aquellos que están a sus pies, a los que se excusa 1225- un hombre, llamado Francisco, estaba en una cabaña de
porque “no saben lo que hacen”. Esto es lo verdaderamente esteras, que para él se había construido en San Damián; con
importante en la vida, éste es el tesoro de la parábola evangé­ el rostro iluminado, alza al cielo sus ojos enfermos y compone
lica: es el evangelio de la cruz, anunciado con gozo en la vida, el Cántico de las criaturas'.
es el gozo de la misión, que Francisco experimenta y que, por Tres momentos y tres sujetos diversos: son comunes a
ello, no se cansa de proponer. ellos el canto, la alegría, la bendición, y una mirada que sabe
ver la belleza de lo creado y del Creador. El Dios del Génesis
se complace en la bondad/belleza de sus criaturas; Jesús
bendice al Padre/Señor del cielo y de la tierra porque se ha
revelado a los pequeños; el pequeño Francisco, ya casi ciego,

1Cf. LP 83.
122 123

ve con claridad la bondad/belleza de las criaturas y alaba con 5 Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y
ellas al Padre/Señor del cielo y de la tierra; ha recibido la las estrellas (cf. Sal 148,3):
revelación evangélica de Dios como Padre y de las criaturas en el cielo las has formado claras y preciosas y bellas.
como hermanas. 6 Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,
y por el aire y el nublado y el sereno y todo
Todas las palabras del Cántico de las criaturas rezuman
tiempo (cf. Dan 3,64- 65),
fe gozosa y agradecida. También Francisco ve que todo lo que por el cual a tus criaturas das sustento (cf. Sal
le rodea es cosa muy buena, y lo canta; también Francisco 103,13-14).
bendice al Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ha 7Loado seas, mi Señor, por la hermana agua (cf.
revelado en Jesús, a los pequeños, el evangelio de la paterni­ Sal 148,4.5),
dad de Dios y de la fraternidad cósmica. que es muy útil y humilde y preciosa y casta.
En el Cántico2 se contempla a las criaturas como instru­ 8 Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego
mento de alabanza, de revelación y de restitución a un tiempo. (cf. Dan 3,66),
1 Altísimo, omnipotente, buen Señor, por el cual alumbras la noche (cf. Sal 77,14):
y es bello y alegre y robusto y fuerte.
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y
toda bendición (cf. Ap 4, 9.11). 9 Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la
madre tierra (cf. Dan 3,74),
2 A ti solo, Altísimo, te corresponden
que nos sustenta y gobierna
y ningún hombre es digno de pronunciar tu
y produce distintos frutos con flores de colores y
nombre.
hierbas (cf. Sal 103,13.14).
Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas
10 Loado seas, mi Señor, por los que perdonan
(cf. Tob 8,7),
por tu amor (cf. Mt 6,12).
especialmente el señor hermano sol,
y sufren enfermedad y tribulación.
él es el día y por él nos alumbras;
11 Bienaventurados aquellos que las sufren en
y es bello y radiante con gran esplendor:
paz (cf. Mt 5,10),
de ti, Altísimo, lleva significación.
pues por ti, Altísimo, coronados serán.
12 Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la
“ Los estudios sobre el Cántico de las criaturas son numerosísimos. muerte corporal
Mencionamos sólo algunos que nos parecen orientativos y fundamentales: de la cual ningún hombre vivo puede escapar.
F. Bajetto, Treinta años de estudios (1941-1973) sobre el Cántico del
Hermano Sol. Bibliografía razonada, en: Selecciones de Franciscanísima,
13 ¡Ay de aquellos que morirán en pecado mortal!
13-14, 1976, 173-220; S. Ruggeri, M aterialiper uno studio sul “Cántico Bienaventurados los que encontrará en tu santísima
difrate Solé", en Accademie e Biblioteche d ’Italia 43 (1975) 60-102; G. voluntad,
Ravasi, “Cántico delle creature” e salmi delta creazione, en Parola di pues la muerte segunda no les hará mal (cf. Ap
Dio e Francesco d ’Assisi, Assisi 1982, 64-89; C. Paolazzi, Francesco 2,11;20,6).
d ’Asssisi, la “lode", il “Cántico” e la letteraturavolgare, en IIfrancesca- 14 Load y bendecid a mi Señor (cf. Dan 3,85),
nesimo e il teatro medievale (Atti del Convegno nazionale di studi. San y dadle gracias y servidle con gran humildad.
Miniato, 8-9-10 ottobre 1982) Castelfiorentino 1984, 70-120.
124 125

1. Las criaturas como instrumento de alabanza totalmente al hombre3.


La estructura literaria y el contenido del Cántico se Pero, si el alabado es Dios y el que alaba es el hombre,
apoyan en el estribillo “Loado seas”, que aparece 8 veces. A ¿qué papel juegan las criaturas? ¿Qué significado tiene el
él hemos de añadir el “tuyas son las alabanzas” del v. Ib, al complemento de especificación “Cántico de las criaturas? Y,
que corresponde, en forma inclusiva, el “load” conclusivo del ¿cómo explicar eso de “Loado seas, mi Señor, con todas tus
v. 15a. La primera constatación fundamental que se ha de criaturas” del v. 3a y los siete siguientes “Loado seas, mi
hacer es, pues, que nos encontramos frente a un cántico de Señor, por...? De, con, por son tres preposiciones distintas,
alabanza. que, íntimamente relacionadas entre sí, exigen una explica­
ción común.
El paralelo bíblico más claro de nuestro Cántico es el
Cántico de los tres jóvenes, en Dan 3,52-90, donde aparece En este fuerte y limpio flujo de alabanzas que sube del
con particular evidencia la estrecha relación entre bendición hombre a Dios, dos son los papeles que pueden asignarse a las
y alabanza. Los vv. 3,52-56 comienzan siempre con “Bendito criaturas: uno causal y otro instrumental. En el primer caso, el
seas...” y acaban diciendo: “ensalzadlo con himnos por los significado global del Cántico sería éste: “Loado seas, mi
siglos” ; en los vv. 3,57-90 el primer verso dice siempre Señor, a causa de las criaturas” ; en el segundo caso: “Loado
“Bendecid... al Señor” y el segundo hace el eco con la seas, mi Señor, por medio de las criaturas”. La hipótesis
expresión “ensalzadlo con himnos por los siglos”. Los dos causal explica bien el por, pero no tan bien las otras dos
cánticos pueden ser definidos como cantos de alabanza. preposiciones, de y con. La hipótesis instrumental, en cambio,
explica bien las tres preposiciones: la alabanza que el hombre
¿A quién se alaba en el Cántico de las criaturas? Al
eleva a Dios pasa a través de las criaturas, que, de ese modo,
“Altísimo”, al “omnipotente, buen Señor”, a “mi Señor”. El
se convierten en instrumentos de esa alabanza -p o r la
“Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas” del v. 3a
hermana luna y las estrellas-, y se unen a la alabanza del
podría hacer pensar que también las criaturas son objeto de la
hombre -con todas tus criaturas-, hasta el punto de que a este
alabanza, pero, queda desautorizada esta interpretación con
Cántico de alabanza se le puede llamar con toda razón
sólo leer los vv. lb-2a, en los que se dice: “tuyas [del Señor]
“Cántico de las criaturas”.
son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición. A ti
solo, Altísimo, te corresponden”. Lo confirman, además, En el Cántico se advierte una intensa religiosidad difusa,
todos los escritos de Francisco, en los que “alabanza/alabar” una armonía sinfónica, una liturgia cósmica viva y participa­
se reserva siempre y exclusivamente para Dios. da, pero el estribillo “Loado seas, mi Señor” es ya de suyo
suficiente para excluir todo sentido vago, anónimo y panteísti­
¿Quién es el que alaba? Francisco, el hombre Francisco
co; hay una acción precisa que es la “alabanza”, hay un
y el hombre del que él habla. Todos los escritos del santo —y
destinatario que se llama “Señor”, hay un sujeto personal de
en especial sus plegarias- están impregnados de la alabanza
la acción al que repetidamente se hace referencia expresa con
a Dios. En ellos se presenta toda la vida cristiana como
el adjetivo posesivo “mío”. Sólo una clara identificación tic
respuesta de alabanza total y agradecida a Dios, que se entrega

3 Cf. en particular IR 23.


126 127

esta acción, de este sujeto y de este destinatario permite el que los cuatro casos recordados en la segunda parte del Cántico:
podamos incluir de modo convincente el Cántico en el cuando los hombres perdonan (v. 10a-b)5, cuando soportan en
contexto de los escritos de Francisco y en la constante e paz enfermedad y tribulación (vv. 10c-11), cuando consiguen
intensa religiosidad que los caracteriza. tener a la muerte por hermana (v. 12) y cuando se encuentran
Sólo tras el reconocimiento de la acción religiosa de hasta el fin en la “santísima voluntad” del Señor (v. 13)6. Es
alabanza que se desarrolla en el Cántico, del actor principal interesante e importante notar que la alabanza y la alegría de
que interviene, y de la dirección exclusivamente teológica que que está impregnada la primera parte del Cántico -la podría­
lo caracteriza, podemos prestar atención a otros aspectos del mos llamar “cosmológica”- encuentran su continuación en la
Cántico, importantes pero secundarios, como son la poesía y parte segunda-podríamos definirla como “antropológica-, en
la ecología, aspectos que, si se separan del humus teológico y la que se toma en consideración no a las personas sanas,
religioso, no acertarán a expresar plenamente cuanto Francis­ felices, satisfechas, sino a las que se hace referencia en las
co quiso decir. bienaventuranzas evangélicas: las que soportan injusticias y
Pero la característica peculiar de la alabanza del Cántico perdonan, las que sufren y viven en paz7.
es la mediación de las criaturas. Francisco sabe que sólo a El v. 14 resume el Cántico dirigiéndose a todos y a todo,
Dios corresponde todo honor, toda gloria y toda alabanza. recuperando la dimensión de alabanza del ser y del obrar de
Ante este Dios altísimo, omnipotente y bueno, el hombre, que toda criatura, y particularmente del hombre (cf. v. 14b: “y
es indigno hasta de nombrarle4, no puede hacer otra cosa que dadle gracias y servidle con gran humildad”), y colocando en
bendecirle y alabarle. Y para no hacerlo directamente, el 5 La LP 84 cuenta que los vv. 10-11 del Cántico fueron compuestos
hombre alaba a Dios sirviéndose de “sus” criaturas: son y añadidos por Francisco con ocasión de una violenta controversia entre
criaturas de Dios, pero son también nuestros hermanos y el obispo y el podestá de Asís, que Francisco consiguió resolver. C.
hermanas. Éstas son las credenciales de que están dotadas las Paolazzi (Francesco d ’Assisi, l.c., 106-107) ofrece la hipótesis, bastante
convincente, de que la añadidura se refiere sólo a 10b: “por los que
criaturas para realizar la función de mediación de la perdonan por tu amor”.
bendición-alabanza entre el hombre y Dios. Éste es el 6 La LP 7 dice que los vv. 12-13 fueron compuestos por Francisco e
recorrido de la alabanza: Francisco-criaturas-Señor. incluidos en el Cántico cuando recibió la noticia de que estaba para morir.
Y si el Señor es alabado por medio de todas las criaturas, En el v. 13 al “Bienaventurados” corresponde el “Ay”. También en IR 21
7-8 encontramos esta misma contraposición: “Dichosos los que mueren en
de forma más clara e intensa ocurre esto en las criaturas
penitencia, porque estarán en el reino de los cielos. ¡Ay de aquellos que no
humanas, sobre todo cuando éstas se hacen instrumentos mueren en penitencia, porque serán hijos del diablo”.
conscientes de la alabanza. Esto tiene lugar particularmente en 7 En los vv. 10-13 hay referencias claras, aunque no sean textuales,
no sólo al sermón de la montaña sino también a dos breves secuencias del
4 A “ningún hombre es digno de pronunciar tu nombre” del Cántico Apocalipsis: “Conozco tu tribulación y tu pobreza, aunque eres rico... No
(v. 2b) hace eco el “todos nosotros, míseros y pecadores no somos dignos temas por lo que vas a sufrir... Sufriréis una tribulación... Manténte fiel
de nombrarte” de IR 23,5. Mientras en el segundo caso, para dar gracias hasta la muerte y te daré la corona de la vida... El vencedor no sufrirá daño
dignamente al Padre se pide ayuda a Cristo, al Espíritu Santo, a María, a de la muerte segunda” (Ap 2,9-11); “...Dichosos los muertos que mueren
los ángeles y a los santos, en el Cántico se pide ayuda a las criaturas para en el Señor. Desde ahora, sí -dice el Espíritu- que descansen de sus
poder alabar y bendecir al Señor. fatigas, porque sus obras les acompañan” (Ap 14,13).
I2K 129

el primerísimo lugar la dirección teológica y el significado Se ha hecho notar que casi todos los numerosos adjetivos
profundamente religioso de todo el Cántico. que en el Cántico se refieren a las criaturas, en el resto de sus
escritos Francisco los refiere también a Dios. La belleza, la
2. Las criaturas como instrumento de revelación preciosidad, la luminosidad, la fortaleza, la humildad que se
hallan presentes en las criaturas revelan la belleza, la preciosi­
El nuestro no es sólo un cántico de alabanza, sino dad, la luminosidad, la fortaleza, la humildad de Dios. Las
también de revelación. ¿Qué es lo que aquí se nos revela? criaturas hablan de Dios, revelan a Dios.
Ante todo, Dios; pero también el hombre y su vocación, e
En este sentido, el sol adquiere un valor paradigmático:
incluso las criaturas y su función. Y, ¿quién es el que revela?
es la primera de las criaturas por cuyo medio se alaba al
Francisco, y también las criaturas.
Señor; es la que encabeza la lista y de la que se dice, con el
Francisco nos revela que Dios es altísimo, omnipotente, adverbio “especialmente” (3b), que ocupa un lugar privilegia­
bueno, Señor; que a él le pertenecen, y sólo a él le correspon­ do entre todas. Si tenemos en cuenta substantivos, adjetivos,
den la alabanza, la gloria, el honor y toda bendición; que Dios verbos y adverbios, son ocho las cualidades referidas al sol,
es tan grande que ningún hombre es digno de nombrarlo. Es distribuidas en cuatro líneas (vv. 3b-4b); y entre estas cualida­
Francisco quien nos revela también que entre este Dios des, se da un relieve particular a las que se refieren a la
altísimo y omnipotente y el hombre existe una relación de iluminación, a la revelación. Precisamente por esto el crescen­
cercanía, de amistad, de recíproca pertenencia, tanto que el do de la estrofa encuentra su ápice en el v. 4b, donde se
hombre puede llamarle a Dios nueve veces “mi Señor”. concluye diciendo explícitamente del sol: “de ti, Altísimo,
Y Francisco nos revela también que las criaturas son “tus lleva significación”. El sol, como fuente de luz, “lleva
criaturas”, de Dios; que Dios cuida amorosamente de los significación” de Dios de modo muy particular, pero también
hombres iluminándolos de día por medio del sol y de noche toda la creación lleva en sí una referencia a Dios, y es, por
por medio del fuego, y dándoles sustento por medio de la consiguiente, su revelación8.
tierra y de las estaciones; que toda criatura es “hermano” o En el Cántico, las criaturas revelan a Dios no tanto por lo
“hermana” del hombre. Francisco nos revela también que que metafísicamente son en sí mismas, sino sobre todo por el
aquellos que soportan en paz la enfermedad y la tribulación modo en que se muestran al hombre y por lo que hacen por él.
serán coronados por Dios, y que nada tendremos que temer si
la hermana muerte nos encuentra en su santísima voluntad. 8 Francisco percibe con claridad y expresa de forma incisiva el
Pero -lo hemos dicho ya respecto de la alabanza- el significado de revelación típico de los salmos de la creación. Léase, por
ejemplo, el Sal 19,2-5: “El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento
aspecto peculiar de la revelación del Cántico consiste en la pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a
mediación de las criaturas. A Dios le revelan no sólo las la noche se lo susurra. Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene
palabras de Francisco, sino también las criaturas; y este su voz, a toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su
segundo tipo de revelación no acaece sólo en su condición lenguaje. Allí le ha puesto su tienda al sol: él sale como el esposo de su
estática de criaturas, sino sobre todo en el servicio concreto de alcoba, contento como un héroe, a recorrer su camino. Asoma por un
extremo del cielo, y su órbita llega al otro extremo; nadie se libra de su
todas ellas al hombre.
calor”.
130 131

La teofanía de las criaturas del Cántico no es estática, sino alabarle, restituirle la gloria significa glorificarle, restituirle el
dinámica, no es de tipo ontológico sino histórico. El sol honor significa honrarle. El Cántico, en cuanto “cántico de
ilumina de día; las luna y las estrellas hacen limpia y bella la alabanza”, es “restitución” a Dios de la alabanza, de la gloria
noche; el aire, las nubes, las estaciones garantizan el sustento y del honor que únicamente a él le pertenecen.
de las criaturas; el agua es útil y preciosa; el fuego ilumina y La alabanza se convierte en el modo concreto de restituir
calienta; la madre tierra ofrece a todos el alimento con frutos, a Dios todo lo que le pertenece, y viene a ser el modo concre­
flores y hierbas. Las cosas buenas y bellas, que las criaturas to de hacer continuamente espacio dentro de uno mismo al
dan al hombre, revelan el cuidado atento y solícito que Dios don de Dios, es decir, a Dios mismo que se da totalmente al
tiene por él. hombre. En este sentido, es elocuentísima la contraposición
Dios nos ilumina por medio del sol, Dios provee de sustento “nada-entero”, que encontramos en CtaO 29: “Nada de
a sus criaturas por medio de las estaciones, Dios nos ilumina vosotros retengáis para vosotros mismos, para que enteros os
de noche por medio del fuego. La “significación” de Dios que reciba el que todo entero se os entrega”.
en sí mismas llevan las criaturas se convierte en revelación y En el v. 3a se habla de “todas tus criaturas” y en el v. 6c
mediación de su paterna providencia en favor del hombre. se hace nuevamente alusión a “tus criaturas”. Todo es criatura
En el Cántico encontramos una perfecta integración de de Dios, todo pertenece a Dios; pero en el Cántico cada una
los dos grandes libros escritos por la mano de Dios: el libro de de estas criaturas es llamada también “hermano” nuestro o
la Palabra y el de la creación. Dos libros que hablan del “hermana” nuestra. Todo ha sido creado por Dios y todo se lo
mismo Dios, pero que, para ser leídos y entendidos en su regala al hombre como hermano o hermana. Reconocer esto
revelación, tienen necesidad de un ojo creyente. es ya un modo de “restituir” a Dios lo que es suyo.
Pero se dice también que las criaturas son los instrumen­
3. Las criaturas como instrumento de restitución tos de los que Dios se sirve para cuidarse de los hombres (cf.
v. 3c: “por él nos alumbras”; v. 6c: “por el cual a tus criaturas
Además de ser un cántico de alabanza y de revelación, el das sustento”; v. 8b: “por el cual alumbras la noche”). Dar
nuestro se presenta como un cántico de restitución, y acaso la gracias al Señor por esto - y hacerlo recorriendo hacia atrás el
alabanza y la revelación encuentran su último fin y su camino que Dios realiza para llegar hasta nosotros, es decir,
significado más profundo precisamente en la restitución. a través de las criaturas- es otro modo de restituir que el
“Restituir” significa volver a dar una cosa a su propieta­ hombre tiene a su disposición.
rio. ¿Cuáles son las cosas de las que en el Cántico se dice que El Cántico comienza iluminando de día al actor más
se han de devolver al propietario? El v. Ib proclama: “tuyas importante, “el Altísimo, omnipotente, buen Señor”, de quien
son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición” ; y en se dice: “tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda
el v. 2a se añade: “a ti sólo, Altísimo, corresponden”. Toda bendición”; todo parte de él y todo debe volver a él en forma
alabanza, toda gloria, todo honor y toda bendición pertenecen de alabanza, de gloria, de honor y de bendición. La conclusión
sólo al Señor, le corresponden sólo a él; son cosas suyas y a él del Cántico vuelve a tomar y sintetiza toda esta actitud de
sólo le son debidas. Restituir la alabanza a Dios significa
132

restitución: “Load y bendecid a mi Señor, y dadle gracias y referencia definitiva.


servidle con gran humidad”. El “Altísimo, omnipotente, buen Las criaturas son el instrumento del que Dios se sirve
Señor” del comienzo se convierte en el v. 14a en “mi Señor”, para entregarse al hombre y el instrumento del que el hombre
expresión que subraya por una parte la cercanía de Dios en se ha de servir para restituirse a Dios. En las criaturas, como
relación con el hom bre-“mi”- y por otra, su señorío -Señor”-. instrumentos de mediación entre Dios y el hombre y entre el
Frente al “Señor” están todas las criaturas, y en particular hombre y Dios, es difícil no percibir una referencia al gran
los hombres, en actitud de servicio: “servidle con gran mediador, a Cristo, el “lugar” de la bendición en cada uno de
humildad” (v. 14b). Toda la creación alaba a Dios, lo revela los tres significados encontrados en el Cántico. También este
y se entrega a él. Pero es obvio que la alabanza, la revelación escrito viene a confirmar de este modo la particular atención
y, aún más, la restitución, tengan lugar sobre todo en el de Francisco al misterio de la encarnación y a la humanidad
hombre. De hecho, sólo el hombre, recogiendo y orientando del Hijo de Dios.
a Dios la bendición cósmica en forma de alabanza, de Podemos decir que en el Cántico encontramos fundidos
revelación y de restitución, puede convertirse en voz cons­ los tres significados: la alabanza, la revelación y la restitución.
ciente de toda criatura. Y hallamos aquí, serenamente expresado y subrayado con
Hay momentos en que la bendición del hombre se hace vigor, el papel de las criaturas como instrumento de alabanza,
particularmente clara y fuerte: son aquellos en los que el de revelación y de restitución. Se trata en verdad de un
hombre “divinamente” perdona - “por tu amor”- y sufre “en Cántico de las criaturas. Pero es necesario saber reconocer,
paz” (vv. 10-11), y aquellos en los que llega a considerar como Francisco lo supo, cada una de las voces, saber armoni­
hermana a la muerte, y logra que ésta le encuentre en el zarlas y dirigirlas, obteniendo así un espléndido coro cósmico
cumplimiento de la “santísima voluntad” del Señor (vv. 12- de alabanza, revelación y restitución al Creador y Señor de
13). Estos momentos particularmente claros y fuertes de todos y de todo. El Cántico nos ayuda a reconocer que
bendición coinciden con aquellos en los que resulta más arduo verdaderamente todo -s i lo leemos en profundidad, es decir,
acoger a todos y todo como don de Dios, y es más difícil con fe, como don de D ios- es muy bello y muy bueno.
alabarlo, revelarlo como dador de todo don, restituirle todo, y Jesús bendijo al Padre, Señor del cielo y de la tierra,
entregarse enteramente a él. porque había revelado “estas cosas a los pequeños” (cf. Mt
La restitución presupone el don. La relación hombre- 11,25); y Francisco es, sin duda, uno de aquellos pequeños
criatura-Dios como restitución está basada en la relación que han escuchado la revelación del Padre en el Hijo: no es
Dios-criatura-hombre con don. Dios da al hombre, el hombre por casualidad que la liturgia ha escogido justamente este
restituye a Dios. Estamos en una clara conciencia de fe y en la texto evangélico para la fiesta de san Francisco. Otro día Jesús
circularidad del don: todo es don de Dios y todo es restituido proclamó: “bienaventurados los mansos, porque ellos hereda­
a Dios. La realidad de la revelación es el don de Dios al rán la tierra” (Mt 5,3); Francisco, pobre y humilde, abre los
hombre; y la realidad de la alabanza es el don del hombre a ojos de la fe y se descubre heredero de la tierra y del cielo. Y
Dios. En este sentido la restitución es el significado más así dice Francisco evangélicamente la creación.
profundo al que también la alabanza y la revelación hacen
CAPITULO SEXTO

Bienaventurados los limpios de corazón


porque ellos verán a Dios
Así dice Francisco a Dios

No hay página de los escritos de Francisco que no hable


de Dios. Pero, más que el “cuánto” -tendríamos que referirnos
aquí a la casi totalidad del texto de sus escritos- nos interesa
el “cómo” Francisco ve y siente a Dios y habla de él. Especial­
mente significativa a este respecto, es la página de las
Alabanzas al Dios altísimo, en las que Francisco reconoce la
santidad y la unicidad de Dios, su vida íntima y trinitaria, a
partir de las cosas estupendas que él realiza; arranca de la
historia y llega a la Trinidad.
1 Tú eres el santo Señor Dios único,
el que haces maravillas (cf. Sal 76,15).
2 Tú eres el fuerte,
tú eres el grande (cf. Sal 85,10),
tú eres el altísimo,
tú eres el rey omnipotente;
tú, Padre santo (Jn 17,11), rey del cielo y de la
tierra (cf. Mt 11,25).
3 Tú eres el trino y uno, Señor Dios de los dioses
(Sal 135,2);
tú eres el bien, el todo bien, el sumo bien,
136 137

Señor Dios vivo y verdadero (ITes 1,9). son la acentuada orientación teológica: todo está dirigido a Dios
4 Tú eres el amor, la caridad (lJn 4,8.16); en la primera parte, todo se resuelve en agradecimiento a Dios;
tú eres la sabiduría, en la segunda, Dios aparece exhortándonos a amar, desear y
tú eres la humildad, creer-; la contemplación de la historia de la salvación en su
tú eres la paciencia (Sal 70,5), globalidad: creación, redención, salvación final; la universalidad
tú eres la belleza, de los destinatarios de la historia de la salvación ofrecida por
tú eres la mansedumbre; Dios y a cuya acogida exhorta; la totalidad de la respuesta. Nos
tú eres la seguridad,
encontramos ante una unidad literaria y temática que trata de
tú eres el descanso,
presentar la respuesta total y agradecida del hombre al don total
tú eres el gozo,
tú eres nuestra esperanza y alegría, y gratuito de Dios.
tú eres la justicia,
tú eres la templanza, -Agradecimiento (23,1-6)
tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción.
La primera parte (vv. 1-6) constituye un solemne himno
5 Tú eres la belleza,
tú eres la mansedumbre, de acción de gracias, que hace pensar en la influencia de la
tú eres el protector (Sal 30,5), liturgia: “Te Deum”, “Gloria”, Prefacio, Salterio. En los vv.
tú eres nuestro custodio y defensor; 1-4 aparece un triple agradecimiento en forma directa: “Te
tú eres la fortaleza (cf. Sal 42,2), damos gracias” ; en los vv. 5-6 encontramos un doble motivo
tú eres el refrigerio. de agradecimiento expresado en forma indirecta: “Imploramos
6 Tú eres nuestra esperanza, que... te den gracias”.
tú eres nuestra fe,
tú eres nuestra caridad, a) “Te damos gracias” (23,1-4)
tú eres toda nuestra dulzura,
tú eres nuestra vida eterna, 1 Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios,
grande y admirable Señor, Padre santo (Jn 17,11) y justo, Señor, rey del
Dios omnipotente, misericordioso Salvador. cielo y de la tierra (cf. Mt 11,25), te damos gra­
cias por ti mismo, pues por tu santa voluntad, y
Pero preferimos examinar aquí un texto mejor articulado
por medio de tu único Hijo con el Espíritu Santo,
y todavía más rico: IR 1-11.1 creaste todas las cosas espirituales y corporales, y
a nosotros, hechos a tu imagen y semejanza, nos
1. “Te agradecemos” (IR 23,1-6) colocaste en el paraíso (cf. Gen 1,26; 2,15). Y
nosotros caímos por nuestra culpa.
En el capítulo 23 de la 1R encontramos interminables listas
3 Y te damos gracias porque, así como nos
de adjetivos y substantivos referidos a Dios, de verbos exhortati­
creaste por tu Hijo, así también, por el santo amor
vos dirigidos a “nosotros”, y de términos que describen nuestro con que nos amaste (cf. Jn 17,26), hiciste que él,
modo de relacionarnos con él. Otras características de este texto verdadero Dios y verdadero hombre, naciera de la
138 139

gloriosa siempre Virgen beatísima Santa María, y por nosotros”.


quisiste que nosotros, cautivos, fuéramos redimi­
Este conocimiento “experiencial” de Dios y la actualiza­
dos por su cruz y sangre y muerte.
ción de la relación con él, se expresan claramente por la
4Y te damos gracias porque este mismo Hijo tuyo
constante referencia de la historia de la salvación a “noso­
ha de venir en la gloria de su majestad (cf. Mt
25,31) a arrojar alfuego eterno a los malditos (cf. tros”: “nosotros, hechos a tu imagen y semejanza” fuimos
Mt 25,41), que no hicieron penitencia y no te cono­ colocados en el paraíso (v. 1); “y nosotros caímos por nuestra
cieron; y a decir a todos los que te conocieron y culpa” (v. 2); “nos creaste..., nos amaste...” ; nos redimiste (v.
adoraron y te sirvieron en la penitencia: Venid, ben­ 3). En el primer plano no aparece la historia universal de la
ditos de mi Padre; recibid el reino que os está pre­ salvación, sino la relación actual y personal de Dios con
parado desde el origen del mundo (cf. Mt 25,34). nosotros -é l nos creó, nos redimió y nos salvará- y la nuestra
El hecho de que la expresión “te damos gracias” se repita con Dios -te damos gracias-, aún cuando es justo señalar los
por tres veces de idéntica manera, resalta la importancia que grandes motivos por los que se dan gracias a Dios.
el texto quiere dar a este agradecimiento; y el que este El espacio que los vv. 1-4 dedican a Dios y a nosotros es
agradecimiento esté explícitamente motivado por la creación expresión de una clara jerarquía de importancia: casi todo
(vv. 1-2), la redención (v. 3) y el retorno del Hijo (v. 4), une describe a Dios. Pero hagamos la comparación entre lo que se
estrechamente el reconocimiento del hombre y la obra dice de nosotros y lo que se dice de Dios.
creadora, redentora y salvadora de Dios: la primera y funda­ Por lo que se refiere a “nosotros”, se alude a un hecho del
mental actitud humana frente a Dios, que nos ha creado, nos pasado - “caímos”- , a uno del presente - “te damos gracias”-
ha redimido y nos salvará, es la del agradecimiento. y a una alternativa que está también ligada al presente
Pero el primer “te damos gracias” (v. 1) precede a “por ti - “conocer/no conocer a Dios”; los verbos están en pasado en
mismo”: antes de estar agradecido a Dios por lo que ha hecho relación con el momento en que “vendrá” el Hijo, pero se
y hará por nosotros, lo estamos por él mismo y en él mismo, refieren a nuestro presente-.
si bien este fino y precioso motivo de nuestra acción de gracias En cambio, por lo que se refiere a Dios, de los tres
no quiere indicar objetos o razones distintas de agradecimiento. conceptos -crear, redimir, salvar- que aparecen, dos están en
Dios se nos ha revelado como nuestro creador, redentor y pasado - “creaste” ; “quisiste que nosotros fuéramos redimi­
salvador (cf. v. 9), y a este Dios le damos gracias. dos”- y uno en futuro - “ha de venir en la gloria... y decir : ...
La terminología litúrgica, admirada y entusiasta, que usa Benditos...”-; la cosa será todavía más evidente en el v. 8:
Francisco para describir a Dios - “omnipotente, altísimo, “nos creó, nos redimió y ... nos salvará”.
santísimo, sumo Dios, Padre santo y justo, Señor Rey del Los cuatro primeros versículos constituyen, pues, una
cielo y de la tierra”- , no está tomada de la filosofía, sino de la solemne plegaria de acción de gracias que nos pone ante Dios;
revelación; no pretende hacer una descripción ontológica de nuestra actitud de agradecimiento, de fe, de adoración y de
Dios, sino hacerse eco de una experiencia viva y personal: el penitencia nace de reconocer que Dios nos ha creado y que,
Dios que aquí se describe no es el “Dios en sí”, sino el “Dios habiendo nosotros caído, él nos ha redimido; pero es, al
140 141

mismo teimpo, condición para ser definitivamente salvados 5) “humildemente suplicamos [a María, a los ángeles y a los
por el Hijo que volverá: la historia de la salvación, por la que santos] que te den gracias” (v. 6). Los dos párrafos tienen
damos gracias a Dios, se actualiza en nuestra vida de agrade­ también en común la modalidad de la acción de gracias
cimiento, de fe, de adoración. - “como a ti te agrada”- y el motivo - “por todo”, “por estas
cosas”- , y también el recuerdo de las tres personas divinas y
b) “Imploramos que Jesús, María y los santos el gozoso y litúrgico grito conclusivo del “aleluya”.
te den gracias por nosotros” (23,5-6) Tras el triple “te damos gracias” de vv. 1-4, nos encontra­
mos con esta aparente contradicción, hermosa y delicada, de
5 Y porque todos nosotros, míseros y pecadores,
la que arranca la segunda sección: “Y porque todos nosotros,
no somos dignos de nombrarte, imploramos supli­
cantes que nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo amado, míseros y pecadores, no somos dignos de nombrarte...”,
en quien te has complacido (cf. Mt 17,5), que te suplicamos a Cristo y a los santos que lo hagan por nosotros.
basta siempre para todo y por quien tantas cosas nos La contradicción es sólo formal: en realidad continúa nuestro
has hecho, te dé gracias por todo, junto con el agradecimiento a Dios, pero unido al de Cristo - “que te basta
Espíritu Santo Defensor como a ti y a él mismo le siempre para todo y por quien tantas cosas nos has hecho”-,
agrada. ¡Aleluya! y al de María, de los ángeles y de los santos, las personas
6 Y a la gloriosa madre, la beatísima siempre declaradas “benditas de mi Padre” y que entraron ya en su
Virgen María, a los bienaventurados Miguel, Ga­ reino. Al esquema “te damos gracias” de la sección primera,
briel y Rafael, y a todos los coros délos bienaventu­ le sustituye ahora el esquema: “suplicamos a Cristo y a los
rados serafines, quembines, tronos, dominaciones, santos que te den gracias por nosotros”.
principados, potestades (cf. Col 1,16), virtudes,
La jerarquía de importancia de estos mediadores de
ángeles, arcángeles; a los bienaventurados Juan
Bautista, Juan Evangelista, Pedro, Pablo, y a los nuestra acción de gracias la expresa claramente el orden en
bienaventurados patriarcas, profetas, inocentes, que se les recuerda: Cristo, María, ángeles, santos; pero el
apóstoles, evangelistas, discípulos, mártires, confe­ motivo profundo por el que todos ellos son “especialistas” en
sores, vírgenes; a los bienaventurados Elias y Enoc, la acción de gracias a Dios es el mismo, el expresado al aludir
y a todos los santos que fueron, serán y son, humil­ a la intercesión de Jesucristo. Dice Francisco que Jesucristo
demente les suplicamos, por tu amor, que te den puede dar gracias a Dios como a Dios le agrada - “como te
gracias por estas cosas, como te agrada a ti, sumo agrada”- , precisamente porque es el Hijo querido en quien
Dios verdadero, eterno y vivo, con tu queridísimo Dios se ha complacido, que le basta siempre en todo, por cuyo
Hijo nuestro Señor Jesucristo y el Espíritu Santo medio el Padre ha hecho por nosotros tantas cosas: Cristo es
Defensor,por los siglos de los siglos. Amén. ¡Alelu­
especialista en la acción de gracias porque es especialista en
ya! (Ap 5,13; 19,3-4).
la vida filial. Aun reconocido el carácter único de Cristo, se ha
Tenemos aquí dos párrafos que expresan ideas y tienen de aceptar que no es otro el motivo por el que María, los
una estructura substancialmente idénticas: “Imploramos ángeles y los santos pueden dar gracias a Dios “como le
suplicantes que nuestro Señor Jesucristo... te dé gracias” (v. agrada”. Todos nosotros tenemos necesidad de su mediación
142 143

y no somos dignos de nombrar a Dios precisamente porque, y a todos los órdenes siguientes: sacerdotes, diáco­
a diferencia de ellos, somos “míseros y pecadores”. nos, subdiáconos, acólitos, exorcistas, lectores,
ostiarios y a todos los clérigos; a todos los religiosos
La primera parte del capítulo (vv. 1-6), en forma hímnica,
y religiosas; a todos los conversos y niños; a los
laudatoria y cuasi litúrgica nos pone a “nosotros”, míseros y
pobres e indigentes; a los reyes y príncipes; a los
pecadores, frente a Dios, que nos ha creado, nos ha redimido trabajadores y agricultores; a los siervos y señores;
y nos salvará. Las dos actitudes que hemos de tener ante él a todas las vírgenes y continentes y casadas; a los
son: por una parte, el agradecimiento, y por otra, la fe, la laicos, varones y mujeres; a todos los niños, adoles­
adoración y el servicio en la penitencia. Ambas están íntima­ centes, jóvenes y ancianos; a los sanos y enfermos;
mente ligadas y parecen ser dos aspectos de una misma a todos los pequeños y grandes; a todos los pueblos,
realidad: la de nuestra vida evangélica, en la que se actualiza gentes, tribus y lenguas (cf. Ap 7,9); y a todas las
la historia de la salvación, y que constituye el verdadero modo naciones y a todos los hombres de todos los lugares
de dar gracias Dios. de la tierra, que son y serán, humildemente les
rogamos y suplicamos todos nosotros, los hermanos
menores, siervos inútiles (Le 17,10), que persevere­
2. “Ninguna otra cosa... sino Dios, verdadero y sumo bien” mos todos en la verdadera fe y en la penitencia,
- Exhortación (IR 23,7-11) porque de otro modo nadie se puede salvar.
La primera sección está constituida por un largo párrafo,
La segunda parte del capítulo (vv. 7-11) está caracteriza­
que tiene como estructura la que se expresa en el título. Los
da por verbos de exhortación, tanto en indicativo - “rogamos
tres adjetivos que acompañan al substantivo “Iglesia” -santa,
y suplicamos”- , como, sobre todo, en subjuntivo; y también
católica y apostólica- son una clara profesión de devoción, de
en ella, como anteriormente en la primera, “nosotros”,
ortodoxia y de fidelidad; pero la construcción de la frase
miserables y míseros, somos colocados frente a “Dios”, que
“todos los que quieren servir al Señor en el seno de la santa
nos ha creado, nos ha redimido, y nos salvará. Al mismo
Iglesia”, y el detallado elenco que sigue de clérigos, religiosos
tiempo vuelve a hacerse alusión a nuestras actitudes ante
y laicos, aun expresando reconocimiento, respeto y veneración
Dios: el agradecimiento, la fe, la adoración, el servicio,
hacia los diversos estados y ministerios dentro de la Iglesia,
presentándolas esta vez aún más estrechamente relacionadas.
recuerdan también que, para todos, lo fundamental es “servir
Finalmente, emerge con claridad el contenido global y el
al Señor Dios”.
significado profundo de la vida evangélica aquí descrita.
El aparente desorden en que son enumerados los laicos
-desde “todos los niños, los pobres e indigentes” hasta “todas
a) “A todos, los pequeños y los grandes, les
las naciones y todos los hombres de la tierra”- parece sugerir
rogamos y suplicamos que perseveremos
que, para servir a Dios poco importa ser pobres o reyes, siervos
todos en la verdadera f e ” (23,7)
o señores, célibes o casados, hombres o mujeres, jóvenes o
7 Y a todos los que quieren servir al Señor Dios ancianos, sanos o enfermos: si algunos tienen una cierta ventaja,
en el seno de la santa Iglesia católica y apostólica, éstos parecen serlos “pequeños”, nombrados sistemáticamente
144 145

en primer lugar, en relación con los “grandes”. que en la primera parte del capítulo, a la vida de los hermanos
Pero he aquí que, en un cierto momento, parece que el con sus diversos contenidos y significados: agradecimiento,
elenco rompe de hecho sus límites y va más allá de los fe, adoración y servicio de Dios, una vida en la que se
confines tanto eclesiales como históricos, para recordar a actualiza la historia de la salvación de Dios en favor nuestro.
todos los pueblos de toda tribu y lengua, y a todos los hom­ Fe y penitencia es una forma de endíadis que retoma y traduce
bres de la tierra que son y serán, lo mismo que se ha señalado aquella universal actitud de respuesta pedida por Jesús en Me
como esencial para los clérigos, los religiosos y los laicos de 1,15: “Convertios [‘poenitemini’] y creed al evangelio”.
la Iglesia católica: que han de “perseverar en la verdadera fe El v. 7 constituye la humilde y vigorosa súplica que los
y en la penitencia”. hermanos menores elevan a todos los hombres que quieren
Después del detallado y universal elenco de los destinata­ servir a Dios: todos, incluidos los hermanos menores, tienen
rios, aparecen finalmente dos verbos: “rogamos y suplica­ un único modo de poder ser salvados por Dios, y es el
mos”, que, acompañados por el adverbio “humildemente”, “perseverar en la verdadera fe y en la penitencia”, una actitud
expresan una petición sentida, respetuosa y clara: como en el que es, al mismo tiempo, fruto y condición de la salvación,
“imploramos suplicantes” del v. 5, dirigido a Cristo, y en el modo y lugar en que se expresa la verdadera fe, se sirve a
“humildemente suplicamos” del v. 6, dirigido a los santos, Dios, se le dan gracias y se actualiza para nosotros la historia
también aquí se ruega al mundo entero con humilde y clara de la salvación.
“parresía”.
El sujeto lo constituye el “todos nosotros, los hermanos b) “Engrandezcamos a Dios, salvador de todos
menores, siervos inútiles”, el mismo de los vv. 1-6, aun los que en él creen y esperan y lo aman ” (23,8-11)
cuando sólo ahora quede explicitado. Y el motivo es que a los 8Amemos todos con todo el corazón, con toda el
“hermanos” los pone en una relación familiar no sólo entre sí alma, con toda la mente, con toda la fuerza y
y con los católicos, sino con todos los hombres; siendo fortaleza, con todo el entendimiento, con todas las
“menores”, todos pueden mirarlos sin miedo y sin someti­ energías, con todo el empeño, con todo el afecto,
miento; la condición de “siervos” califica su oración-petición con todas las entrañas, con todos los deseos y
universal como servicio; el subrayar que son “inútiles” hace quereres, al Señor Dios (cf. Me 12,30.33; Le
que la atención no esté puesta en los mensajeros sino en el 10,27), que nos dio y nos da a todos nosotros todo
“Señor” y en su mensaje; la expresión en su conjunto los el cuerpo, toda el alma y toda la vida, que nos
creó, nos redimió y por sola su misericordia nos
coloca humildemente entre aquellos que deben “perseverar en
salvará (cf. Tob 13,5); que nos ha hecho y hace
la verdadera fe y en la penitencia”, entre ellos y ocupando el todo bien a nosotros, miserables y míseros, pútri­
último puesto. dos y hediondos, ingratos y malos.
La palabra “todos” incluye todas las categorías y todas las 9 Ninguna otra cosa, pues, deseemos, ninguna
personas señaladas más arriba, comprendidos los “hermanos otra queramos, ninguna otra nos agrade y deleite,
menores”, como confirma el empleo de la primera persona sino nuestro Creador y Redentor y Salvador, el
plural: “perseveremos”. Fe y penitencia se refieren, al igual solo verdadero Dios, que es el bien pleno, el todo
146 147

bien, el total bien, el verdadero y sumo bien; que con una cascada de verbos que expresan lo que Dios ha hecho,
es el solo bueno (cf. Le 18,19), piadoso, manso, hace y hará por nosotros, y lo que nosotros debemos hacer en
suave y dulce; que es el solo santo, justo, verdade­ relación con Dios; luego aparece una larga serie de comple­
ro, santo y recto; que es el solo benigno, inocente,
mentos de modo que acompañan a estos verbos referidos a
puro; de quien y por quien nos viene y en quien
Dios y a nosotros; y, por fin, hay una serie de adjetivos y
está (cf. Rom 11,36; Heb 2,10) todo el perdón,
toda la gracia, toda la gloria de todos los peniten­ substantivos que describen tanto a Dios como a nosotros.
tes y justos, de todos los bienaventurados que Sinteticemos todo este material.
gozan juntos en los cielos. Los 13 verbos que expresan lo que “Dios” ha hecho, hace
10 Nada, pues, impida, nada separe, nada se inter­ y hará por nosotros, pueden ser resumidos en tres: ha creado,
ponga; 11 nosotros todos, en todas partes, en todo ha redimido, salvará. Los 11 complementos modales, que
lugar, a toda hora y en todo tiempo, todos los días acompañan a estas acciones de Dios en favor nuestro, se
y continuamente, creamos verdadera y humildemen­ reducen a tres: totalmente, gratuitamente, a todos. Más difícil
te, y tengamos en el corazón y amemos, honremos, es reducir los 47 adjetivos y substantivos que describen a
adoremos, sirvamos, alabemos y bendigamos, Dios: el solo y verdadero Señor, uno y trino, sumo bien, sobre
glorifiquemos y sobreexaltemos, engrandezcamos
todas las cosas deseable.
y demos gracias al altísimo y sumo Dios eterno,
Trinidad y Unidad, Padre e Hijo y Espíritu Santo, Por lo que se refiere a “nosotros”, los 17 verbos exhortati­
creador de todas las cosas y salvador de todos los vos que expresan lo que nosotros hemos de hacer en relación
que en él creen y esperan y lo aman; que, sin princi­ con Dios, se reducen a siete: creer en él, desearle, amarle,
pio y sin fin, es inmutable, invisible, inenarrable, honrarle, adorarle, servirle, darle gracias. Las 24 términos que
inefable, incomprensible, inescrutable (cf. Rom acompañan a estos verbos, caracterizándolos, se reducen a
11,33), bendito, loable, glorioso, sobreexaltado (cf. siete: todos, totalmente, exclusivamente, siempre, en todo
Dan 3,52), sublime, excelso, suave, amable, deleita­ lugar, verdaderamente, humildemente. Los 11 adjetivos y
ble y sobre todas las cosas todo deseable por los substantivos que nos describen a nosotros los podemos
siglos. Amén.
reducir a ocho: míseros, ingratos, malos, penitentes, justos,
Toda esta segunda parte de IR 23 es una exhortación; creyentes, esperanzados, amantes de Dios. Estas reducciones
pero mientras en la primera sección (v, 7) la exhortación está nos ayudan no sólo a comprender con mayor claridad y más
en indicativo - “rogamos y suplicamos”- y está dirigida por un sintéticamente cuanto los vv. 8-11 dicen acerca de Dios y de
sujeto - “todos nosotros, los hermanos menores”- a unos nosotros, sino también a descubrir su significado profundo.
destinatarios —todos los hombres—,en la segunda sección (vv. Procedamos gradualmente a la confrontación de lo que de uno
8-11) la exhortación está en subjuntivo y no hay distinción y otros se dice.
entre sujeto y destinatarios. Distinguimos aquí cuatro párra­ Uniendo los verbos con sus correspondientes complemen­
fos: tres de ellos son muy largos y uno, muy breve (v. 10). En tos de modo, tenemos por una parte a Dios, que nos ha creado,
cada uno de los tres largos párrafos encontramos el mismo nos ha redimido y nos salvará totalmente, gratuitamente, a
esquema que toma en consideración a “Dios” y a “nosotros”, todos; por otra parte, estamos nosotros, a quienes se exhorta
148 149

a creer en él, a desearle, a amarle, a honrarle, a adorarle, a El verbo del v. 8 es “amemos”, el verbo primero del v. 9,
servirle y a darle gracias, todos, totalmente, exclusivamente, y el que lo resume, es “deseemos”, y el primero de los verbos
siempre, en todo lugar, verdadera y humildemente. Por parte de exhortación del v. 11 es “creamos”; los tres aparecen en
de Dios tenemos el don total, gratuito y universal de la forma de quiasmo en el mismo v. 11, antes de los atributos
creación, de la redención y de la salvación; a nosotros se nos referidos a Dios: “...Salvador de todos los que en él creen,
exhorta a que nuestra respuesta sea total, agradecida y esperan y lo aman”. La fe, la esperanza y la caridad constituyen
universal. el contenido y el significado de la vida evangélica aquí descrita.
Confrontemos ahora los adjetivos y los substantivos que En el v. 8 se nos recuerda que Dios “nos creó, nos
describen a Dios y nos describen a nosotros. Dios es: el solo redimió y por sola su misericordia nos salvará” ; en el v.9 a
y verdadero Señor, uno y trino, sumo bien, sobre todas las Dios se le llama “creador, redentor y salvador”; en el v. 11 se
cosas deseable. La descripción que se refiere a nosotros parece nos exhorta a dar gracias a Dios “creador de todas las cosas y
confusa y hasta contradictoria; primeramente somos descritos salvador de todos los que en él creen y esperan y lo aman”.
como “míseros, ingratos y malos”, luego como penitentes, Toda la gran exhortación de vv. 8-11 está impregnada de una
justos, creyentes, esperanzados y amantes de Dios. En admirada exaltación de Dios y de sus obras, y es expresión de
realidad, no hay contradicción alguna; encontramos aquí la un profundo reconocimiento a él; el último de los múltiples
misma relación que en los vv. 1-6: nosotros, por nuestra verbos exhortativos de esta sección es “demos gracias” (a
culpa, somos míseros, ingratos y malos, pero Dios nos ha Dios). Como en la primera parte, también aquí la acción de
redimido, y ahora podemos vivir como penitentes, justos, gracias a Dios continúa teniendo un papel preponderante.
creyentes, esperanzados y amantes de Dios. El paso de una En IR 23,8-11 Francisco presenta, por una parte, a Dios,
vida de miseria, de ingratitud y de malicia a una vida de con su don total, gratuito y universal de la creación, de la
penitencia, de justicia, de fe, de esperanza y de caridad es redención y de la salvación, y, por otra, nos presenta a
fruto de la acción creadora y redentora de Dios y, al mismo nosotros, que somos exhortados a responder de forma total,
tiempo, condición para poder recibir la plenitud del don de agradecida y universal; nuestra respuesta es a la vez fruto y
Dios, la salvación definitiva. condición del don salvífico de Dios, y consiste en una vida de
Examinemos ahora brevemente el v. 10: “Nada, pues, fe, esperanza y caridad, vivida en el reconocimiento a Dios.
impida, nada separe, nada se interponga”. Por una parte está La primera parte privilegia la acción de gracias; la segunda, la
Dios y por la otra estamos nosotros, y el v. 10 exhorta a que exhortación; pero el tema es el mismo.
nada impida nuestra relación con Dios, nada nos separe de él,
nada se interponga entre él y nosotros. Este versículo, en su 3. La vida como respuesta total y reconocida
brevedad, tiene una importancia fundamental: la exhortación al don total y gratuito de Dios
a evitar todo impedimento, toda separación y toda interposi­
ción entre nosotros y Dios significa concretamente invitarnos Del análisis de la IR 23,1-11 emergen sentimientos y
a evitar todo aquello que puede impedirnos vivir esta “vida de actitudes clara y fuertemente caracterizados por las virtudes
fe y de penitencia”. teologales de la fe, la esperanza y la caridad, por la acción de
no 151

r.iüi'iiis y la alabanza a Dios, y por la actualización de la modales indicados en el v. 11: “en todas parte, en todo lugar”
historia de la salvación. La vida evangélica que en este -la totalidad espacial-, “todos nosotros” -la totalidad
capítulo se describe, se presenta como respuesta total y hum ana-, “a toda hora y en todo tiempo, todos los días y
reconocida al don total y gratuito de Dios. continuamente” -la totalidad temporal-, “verdadera y humilde­
IR 23 habla de muchas cosas que Dios ha hecho, hace y mente” -la total autenticidad-. La expresión del v. 9: “ningu­
hará por nosotros, de muchos dones que nos ha ofrecido, nos na otra cosa”, repetida tres veces, subraya la exclusividad de
ofrece y nos ofrecerá; pero, más que “los dones de Dios” Dios como objeto de esperanza; los cuatro verbos “desear,
-cuanto tenemos y somos-, subraya “el don de Dios”, a Dios querer, agradar, deleitar” indican la totalidad de los sentimien­
como don total a nosotros. Es muy significativo que en el v. tos que han de brotar; “bien pleno, todo bien, total bien,
1, antes que por la creación, la redención y la salvación, se verdadero y sumo bien” indican a Dios reconocido como
den gracias a Dios “por él mismo”: es ésta la verdadera clave único bien.
para interpretar los innumerables adjetivos y substantivos que El capítulo 23 de IR presenta el encuentro entre Dios,
lo describen. que nos da gratuitamente todos los dones y se nos da a sí
Sabemos que todo bien nuestro proviene de Dios, pero mismo por entero, y nosotros, que, en actitud de reconoci­
somos exhortados a creer en él, a no desear otra cosa que a él miento a Dios, respondemos con fe, esperanza, caridad,
y a amarlo no en la lógica comercial del “do ut des”, sino en agradecimiento y alabanza. La vida aquí descrita es la
la del amor, en la que don y reconocimiento se salen de la respuesta total y agradecida del hombre al don total y gratuito
materialidad contable para entrar en la plenitud de la relación de D ios1.
auténticamente interpersonal. Es verdad que Dios nos ha creado,
nos ha redimido y nos salvará (v. 8), pero ahora él es “nuestro 4. Del evangelio de la paternidad de Dios al evangelio de
creador y redentor y salvador” (v. 9); es verdad que nos ha hecho la filiación y de la fraternidad de todos los hombres
y nos hace “todo bien” (v. 8), pero nosotros lo amamos porque
Un evangelio es una buena noticia, una noticia que se
lo reconocemos y sentimos como nuestra “plenitud de bien,
escucha con gozo. El evangelio por excelencia es Jesucristo,
totalidad de bien, nuestro bien completo, como el verdadero
que, con su vida y sus palabras, con su presencia histórica y su
y sumo bien” (v. 9); sus dones son preciosos, pero él es “subli­
permanencia entre nosotros, nos comunica la extraordinaria
me, excelso, suave, amable, deleitable y sobre todas las cosas
todo deseable por los siglos” (v. 11). noticia de que Dios es, de que tiene el rostro y el corazón de
un padre, que es omnipotente y bueno. El evangelio de
El “lugar” en que se alcanzan y gustan los dones de Dios
Jesucristo nos trae la extraordinaria noticia de que estamos
y, todavía más, el don de Dios, es la vida filial y fraterna, la
perdonados, hemos sido acogidos en casa, somos hijos en la
vida de fe, esperanza y caridad, la vida de agradecimiento y de
familia trinitaria de Dios. Y esto vale para todos los hombres:
alabanza aquí descrita; este modo de vida viene a ser la
todos somos hijos del mismo padre y, por tanto, todos somos*
respuesta al don total de Dios.
Pero también la respuesta del hombre debe caracterizarse Tanto por su género literario como por su contenido, el capítulo 23
por la totalidad. Vuélvanse a leer, por ejemplo, los elementos de IR puede ser definido “el magníficat de san Francisco”.
hermanos entre nosotros. Del evangelio de la paternidad de
I )ios deriva el evangelio de la filiación y de la fraternidad de
todos los hombres.
Éste es el camino que encontramos en IR 23,1-11, no en
forma teórica y esquemática, sino como fruto, reflejo, efecto,
experiencia, perfume del encuentro con el evangelio: de ahí
nacen la alegría desbordante, la confianza sin límites, el
agradecimiento imparable, la alabanza dilatada que penetran
cada palabra de este texto. Quien lo escribe está sumergido en
la experiencia del evangelio y siente en cada fibra de su ser la CAPÍTULO SÉPTIMO
paternidad de Dios, la propia filiación, la fraternidad univer­
sal. No le bastan las palabras para expresar y comunicar la “Esta es la vida del evangelio
intensidad de la experiencia evangélica que está viviendo, y, de Jesucristo”
en consecuencia, recurre a la exhortación: “Ninguna otra cosa,
Así dice Francisco su vida evangélica
pues, deseemos, ninguna otra queramos, ninguna otra nos
agrade y deleite sino...” (IR 23,9). Y es tanta su alegría que no
puede tenerla sólo para sí: siente la necesidad y la urgencia de La primera “regla y vida” que escribió Francisco -la
comunicar a todos este evangelio, esta noticia extraordinaria. Regla no bulada (IR )- fue definida por él mismo como “vida
El elenco detallado e interminable de IR 23,7 [véase también del evangelio de Jesucristo” (Pról 2). ¿Cual es el sentido de
el inicio de la 2CtaF] revela el conmovedor deseo de que no esta expresión original? ¿Qué relación existe para Francisco
haya nadie en el mundo entero que pueda quedar excluido de entre el evangelio y la vida que describe en su regla?
llegar al conocimiento de esta noticia extraordinaria: Dios es Es importante esclarecer, antes de nada, la relación entre
Padre, nosotros somos sus hijos y hermanos entre nosotros2. “regla” y “vida” de los hermanos. En toda la IR el término “re­
gla” figura únicamente dos veces, al comienzo y al fin (1,1 y
24,4), y siempre va unido a “vida”, que encontramos hasta 26
veces, a las que debemos añadir 5 formas del verbo “vivir” . Es
evidente la preferencia de nuestro texto por el término “vida”.
El escrito en cuanto tal es una “regla”, pero, para
destacar que se trata de una “regla de vida”, se da claramente
la preferencia al segundo término. Nuestro texto describe un
modo de vivir, y es esto lo que se define como “vida del
evangelio de Jesucristo” en cuanto “vida según el evange­
IR 23 es un ejemplo precioso de contemplación limpia y auténtica; lio”, en cuanto “vida del evangelio” y en cuanto “vida de
en cuanto tal es también un ejemplo de evangelización extraordinariamente
eficaz, en coherencia con el modo que tiene Francisco de decir la misión.
Jesucristo”.
154 155

1. Vida según el evangelio b) Los hermanos deben acoger con fe activa la verdad
que Jesús presenta en el evangelio
El primer significado de la expresión “Ésta es la vida del
evangelio de Jesucristo” es que la vida que se describe en la No basta obedecer materialmente todos los mandatos
IR es una “vida evangélica”, un modo de vivir inspirado en el evangélicos de Jesús y seguir al detalle sus huellas; hay algo
evangelio, una vida según el evangelio de Jesucristo, presenta­ que hacer todavía más importante: acoger con fe activa la
do como “camino” que se ha de seguir, como “verdad” que se verdad que Jesús presenta en el evangelio.
ha de acoger con fe, como “vida” que se ha de vivir. “La verdad” es Jesucristo en cuanto revelación del Padre,
en cuanto presente en su evangelio, en cuanto acogido e
a) Los hermanos deben seguir el camino interiorizado por el Espíritu en la fe, y en cuanto “lugar” en
que Jesucristo indica en el evangelio que es posible llegar a ser “glorificados” y “santificados”, a
ver la gloria del Padre y a vivir como hijos en comunión con
El evangelio de Jesucristo es el único y absoluto punto de él. “La verdad”, como aparece con particular claridad en IR
referencia. Es “el evangelio”, siempre en singular, aun cuando 22, es el Cristo evangélico acogido con fe operante: el
los cuatro evangelios son abundantemente citados y frecuente­ seguimiento, tal como aquí se presenta, consiste justamente en
mente fundidos; es “el evangelio de Jesucristo”: es él quien “conservar la palabra” (con fe), de manera que uno “perma­
habla h o y -“dice”, siempre en presente-mediante el evangelio. nezca en Cristo” (la verdad) y así “vea la gloria del Padre”.
¿Cómo tienen que vivir los hermanos? ¿Cuál es su regla “Tener presente” su santo evangelio, según dice IR
de vida? Es Jesucristo quien les indica el camino por medio de 22,41, con los dos significados inseparables de acogerlo con
su evangelio. Y por ello se reserva tanto espacio a las citas fe y de observarlo, resume toda la regla de vida de los
evangélicas, siendo el resto del texto de IR paráfrasis del hermanos. Sólo si las palabras de Jesús permanecen en
evangelio o indicaciones de actualización en orden a traducir nosotros por medio de una fe activa, permaneceremos
en vida concreta el camino marcado por el evangelio. En IR nosotros en Cristo-verdad.
22,40 el mismo Jesús dice: “Yo soy el camino”.
No se puede seguir el camino que señala Jesús en el
Otro modo de expresar que los hermanos deben seguir el evangelio, sin “hacer la verdad” en el sentido joaneo, es decir,
camino que Jesús señala en el evangelio, es precisamente el sin hacer propio en la fe el proyecto de Dios que Jesús revela
verbo “seguir”, tan frecuente en los escritos de Francisco y en el evangelio. Es lo que se quiere decir cuando en IR 11,6
sobre todo en la IR: se trata de seguir a Jesucristo, sus se acude a lJn 3,18: “No amemos de palabra y de boca, sino
palabras, su enseñanza, su ejemplo, su voluntad, sus huellas, con obras y de verdad”.
su humildad y pobreza.
La terminología, las coligaciones y las frecuentísimas
c) Los hermanos deben vivir la vida que Jesús
citas evangélicas expresan con claridad este concepto: los
describe en el evangelio
hermanos deben seguir siempre y fielmente el camino que
Jesucristo indica en el evangelio. En el evangelio se nos enseña cómo Jesús vivió y cómo
157

quiere él que vivamos nosotros: la vida de los hermanos deberá recibirlo exclusivamente en caso de necesidad de los enfermos
eon formarse fielmente a la vida del Señor. Por lo que se refiere y de los leprosos (IR 8, 3.10).
a las huellas de Jesús que se han de reproducir, los hermanos El “sin nada propio” y la “minoridad” encuentran en IR
deberán servirse y obedecerse mutuamente porque “ésta es la 9 una expresión socio-psicológica concreta excelente: “Y
verdadera y santa obediencia” de Jesús (IR 5,14-15); habrán deben gozarse cuando conviven con gente baja y despreciada,
de considerar amigos y amar mucho a los enemigos, porque con los pobres y débiles, con los enfermos y leprosos, y con
Jesús llamó amigo al que lo traicionó, y porque espontáneamen­ los mendigos que están a la vera del camino” (IR 9,2). Puesto
te se ofreció a los que le crucificaron (IR 22,1-3). que Jesús “fue pobre y huésped y vivió de limosna” (IR 9,5),
Por lo que se refiere a la enseñanza de Jesús que se ha de los hermanos deberán hacer otro tanto. Cada uno debe
seguir, habría que transcribir casi la mitad del texto total; manifestar con confianza al otro su necesidad, sin juzgar
también esto demuestra que la vida de los hermanos debe nunca al hermano (IR 9,10-11). Si un hermano cae enfermo,
conformarse con la vida evangélica presentada por Jesús; la “desee estar, sano o enfermo, tal como el Señor le quiere” (IR
vida de los hermanos consiste en obedecer a Jesucristo que 10,1.3). No podrán apropiarse de derecho alguno y defender­
habla en el evangelio vivido en la Iglesia. lo; por lo cual, en toda circunstancia, “procuren responder
Para poder vivir la vida que Jesús describe en el evange­ humildemente, diciendo: Soy un siervo inútil” (IR 11,3).
lio, Francisco cree indispensable una gran condición perma­ En la sección que presenta a los hermanos como testigos
nente: vivir “sin nada propio”, lo que permite crear en uno del evangelio (IR 14-17), el “sin nada propio” tiene un papel
mismo un espacio al Señor y vivir siempre como hermanos y fundamental: el “no lleven nada para el camino” no se refiere
como hermanos de todos. No se trata de desapropiarse sólo de sólo al equipamiento material, sino también al derecho de
las cosas; se ha de renunciar a todo, incluso a sí mismo. IR 2 defenderse de la injusticia y de la violencia, al servirse de
traduce en normas concretas esta necesidad de abandonarlo modos y medios apostólicos humanamente eficaces, a
todo: hasta el vestido quedará reducido al mínimo indispensa­ cálculos de prudencia humana; alude a la renuncia al uso no
ble. No tendrán ni siquiera formularios “propios” de oración sólo de armas materiales sino también de armas dialécticas, a
ni normas particulares “propias” acerca de las comidas: usarán la renuncia a la apropiación del oficio de ministro o de
las oraciones de la Iglesia y podrán, evangélicamente, comer predicador y hasta a la apropiación del bien que deriva de su
de todo (IR 3,3.13). Ni siquiera la pobreza podrán tenerla vida y de su apostolado.
“como propia”. En la IR 22 el “sin nada propio” se refiere a la desapro­
Las relaciones entre los hermanos (IR 4-6) están regula­ piación ejercida en la única tarea que ha sido confiada a los
das por la ley del servicio y de la obediencia mutuos (IR hermanos, la de quitar los obstáculos a la eficacia de la
5,14); “a todos sin excepción se les llame hermanos menores” palabra y del Espíritu: todo tipo de propiedad quita espacio a
(IR 6,3). Los hermanos no deberán tener un “status” que les Dios en el corazón y en la vida. El vivir “sin nada propio” es
exima de trabajar para vivir, y no podrán apropiarse de lugar hacer de uno mismo lugar de acogida del don de Dios, y
alguno (IR 7). El dinero constituye un grave peligro, y podrán resume la vida entera de los hermanos como vida según el
evangelio de Jesucristo.
158 159

2. Vida del evangelio evangelio de Jesucristo en sí mismo necesite ser concedido y


El segundo significado de la expresión “ésta es la vida del confirmado por el papa; pero sí que necesita su intervención
evangelio de Jesucristo”, complementario del primero y, en lo que se refiere al modo de concretar el camino a recorrer por
cierto modo, su consecuencia, es el siguiente: en la medida en Francisco y los suyos para vivir el evangelio de Jesucristo.
que la vida de los hermanos es conforme al evangelio de Para Francisco el evangelio no es un texto literario, sino
Jesucristo, es también el “lugar” en que éste se vive. algo vivo: son las “fragantes palabras” de Jesús y del Espíritu
Santo2. Si las palabras evangélicas son “fragantes”, es porque
son expresión viva de Jesucristo, que está presente y vive en
a) La vida de los hermanos es el lugar en que el evange­
el evangelio, como está presente y vive en la Eucaristía. Y
lio de Jesucristo se hace camino recorrido y visible
solamente la Iglesia custodia la presencia viva de Cristo en la
El evangelio es un escrito que indica el camino para la Eucaristía y en sus palabras.
vida eterna. Si nadie lo consulta para ponerse a caminar hacia La confirmación, por parte de la Iglesia, de que el camino
la vida eterna, el evangelio queda inutilizado, prácticamente seguido por Francisco y sus compañeros es conforme al
muerto. Consultarlo para otros fines o con otros intereses, evangelio de Jesucristo, significa y garantiza que también en
equivaldría a estudiar un mapa de carreteras interesándose su vida, como en la de la Iglesia, el evangelio está vivo. Sólo
sólo por el tipo de papel o por el método tipográfico utilizado. la Iglesia lo puede garantizar: la confirmó, y no es casualidad
Para Francisco el evangelio es una camino que se ha de que la alusión a la misma esté en el comienzo de la IR.
recorrer1. El conocimiento y el estudio del evangelio deben
Solamente en lo concreto de la vida se siguen, calcan y
servir para vivirlo; de lo contrario no sirven para nada, y hasta
hacen visibles la enseñanza y las huellas de Jesús. Pero esta
pueden hacer daño.
enseñanza y estas huellas están contenidas en el evangelio: la
La IR presenta la vida de los hermanos como “el lugar” vida de los hermanos es el lugar en que el evangelio de
en el que el evangelio de Jesucristo se hace camino recorrido. Jesucristo se presenta como camino recorrido y visible, se
En el Prólogo se dice que Francisco pidió al papa y obtuvo de convierte en vida, vuelve a tomar vida. La vida de los herma­
él la confirmación de su vida evangélica. No es que el nos constituye la vida del evangelio de Jesucristo.
Si nadie recorriese el camino indicado por el evangelio,
1 Particularmente clara e incisiva, a este propósito, es la Adm 7
ese camino se haría irreconocible. Nos ayuda a entenderlo lo
(definida por F. Menns, “un verdadero tratado de hermenéutica): “Dice el
Apóstol: La letra mata, pero el espíritu da vida (2Cor 3,6). La letra mata que sucede con un camino cualquiera: si está en desuso,
a aquellos que únicamente desean saber las solas palabras, para ser tenidos pronto se deteriora y desaparece; también el camino evangéli­
por más sabios que los demás y poder adquirir grandes riquezas que legar co es “para recorrerlo”. Es por eso que en Lucas, “el teólogo
a sus consanguíneos y amigos. La letra mata también a aquellos religiosos del camino”, el término indica concretamente el camino de los
que no quieren seguir el espíritu de las divinas letras, sino que sólo desean
cristianos; y es también por ello que en Juan “el camino” no
saber las palabras e interpretárselas a los demás. Y son vivificados por el
espíritu de las divinas letras aquellos que no atribuyen al propio yo toda es una indicación abstracta, sino la persona histórica de Jesús.
la letra que saben y desean saber, sino que con la palabra y el ejemplo la
restituyen al altísimo Señor Dios, de quien es todo bien”. 2 2CtaF 2; cf. IR 22,39.
160 161

“Estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la de santidad y de revelación. Esta “verdad” es el evangelio
vida y son pocos los que lo encuentran” (IR 11,13, que recoge como revelación del misterio de Cristo: en cuanto tal vive y
Mt 7,14); dan con él sólo los que lo buscan y lo recorren de produce sus frutos en la vida de los hermanos.
hecho. En IR 22 se presenta toda la vida de los hermanos En IR 22 hay una tendencia a identificar la semilla evangé­
como seguimiento, es decir, como camino ya recorrido. Y es lica con los hermanos que la acogen con fe activa. Es lo que
muy significativo que a este seguimiento se le dé el sentido de atrevidamente quiere expresar cuando dice: “La semilla es la
continuación de la revelación del Padre: esto es posible sólo palabra de Dios. La que cayó... son los que...” Los Sinópticos
en la medida en que el seguimiento hace de la vida de los usan expresiones diversas, siendo ésta la forma que utiliza
hermanos el lugar en que el evangelio de Jesucristo se hace Lucas, y sólo en dos ocasiones (8,14.15): el hecho de que frente
camino recorrido, y en él y por medio de él el evangelio a tantas expresiones distintas (4 por cada Sinóptico), nuestro
continúa ejerciendo su función reveladora. “Teniendo presente texto escoja ésta para los cuatro casos, nos induce a pensar que
el evangelio” (IR 22,41) los hermanos siguen la vida evangé­ se trata de algo intencionado y significativo.
lica, haciéndose portadores vivientes de aquella palabra que “La palabra [el evangelio]... son aquellos que”: como el
no cesa de estar viva en ellos. corazón no tiene historia sin evangelio, tampoco la tiene el
En IR 22 se da también un gran relieve a la explicación evangelio, que se pierde, muere, si no es acogido con fe. La
de la parábola del sembrador: sólo en la “tierra buena”, sólo palabra que muere son aquellos que no permiten que el
en la vida de los hermanos como camino evangélico practica­ evangelio viva en ellos. El significado es fuerte y claro: son
do, quedan impresas, se hacen visibles, toman vida las huellas evangelio que vive y produce fruto, aquellos que reciben la
del evangelio de Jesucristo. El “tener presente la palabra en el palabra evangélica con fe activa.
corazón” con fe activa da la “vida eterna” a los hermanos, En IR 23 se presenta la vida de los hermanos como una
pero da vida también a la palabra de Dios. La IR presenta la ‘‘vasij a” que tendrá que vaciarse por completo para llenarse sólo
vida de los hermanos como el lugar en que el evangelio de y totalmente del único sumo bien, que es Dios. Pero Dios se
Jesucristo se convierte en camino visiblemente recorrido, en da en el Espíritu (cf. IR 22,30) y el Espíritu se da en las palabras
el que él vive. de Jesús, en el evangelio (22,37): la vida de los hermanos es,
pues, acogida total y reconocida del evangelio.
b) La vida de los hermanos es el lugar en que está vivo y “Nada, pues, impida, nada separe, nada se interponga”
produce fruto el evangelio de Jesucristo (23,10): la “vasija” tendrá que ser luminosa, perfectamente
La vida de los hermanos, presentada en IR 22 como transparente a la presencia viva del contenido evangélico. La
acogida con fe activa de la revelación evangélica, es el lugar insistencia sobre el “nada” sugiere que, más allá de la imagen
en que el evangelio se hace plenamente “verdadero” y “vivo”. de la “vasija”, se ha de llegar a la de “la materia” en sentido
Como la vida de Jesús ha sido el lugar en el que ha podido aristotélico: aunque conceptualmente son distintas, “la
resplandecer la verdad, así la vida de los hermanos es el lugar materia” y “la forma” no pueden existir separadamente. Los
en que ésta puede continuar viviendo y produciendo sus frutos hermanos lo toman todo de la “forma del evangelio”, pero el
evangelio no puede existir y producir fruto si no es en una
163

“loriiiii tic vida personal” y encarnada. La vida de los herma­ de la “encarnación”. En estos tres casos, la vida es fruto del
nos es el lugar en que el evangelio de Jesucristo vive y encuentro de la palabra y el Espíritu en la vida evangélica de
produce fruto. los hermanos.
En la vida de los hermanos el evangelio viene a ser La encarnación ha tenido lugar en el encuentro de la
camino recorrido y verdad acogida; esta vida es el buen Palabra, el Espíritu, y un lugar humano de acogida. La Palabra
terreno en que cae y fructifica el evangelio, es su ostensorio de Dios se hizo carne por obra del Espíritu Santo en la Virgen
viviente y transparente. El evangelio vive en la vida evangéli­ María. La Palabra y el Espíritu de Dios se reclaman mutua­
ca de los hermanos. mente, pero el encuentro se da sólo en un lugar humano de
acogida como María. La vida de los hermanos es presentada
3. Vida de Jesucristo en IR como disponibilidad total y reconocida al don total y
gratuito de Dios, esto es como lugar humano que acoge por
íntimamente unido a los dos precedentes, hay un tercer
medio del encuentro entre Palabra y Espíritu de Dios.
significado: en la vida de los hermanos, que es vida según el
De esta manera, en la vida de los hermanos puede
evangelio y vida del evangelio, vive Jesucristo. Para llegar a
continuar dándose la encarnación, es decir, puede estar
esta conclusión sería suficiente recordar la relación que la IR
brotando la vida de Jesucristo, una vez más, por obra del
establece entre el evangelio y Jesucristo: obedecer al evange­
Espíritu Santo, el que da la vida al evangelio y a Jesucristo en
lio es obedecer a Jesucristo, seguir el evangelio es seguir a
la existencia de los hermanos. Su vida, como “vida en el
Jesucristo, “guardar el evangelio” es “permanecer en Cristo” ;
Espíritu” es el lugar en que vive Jesucristo.
el evangelio es Jesucristo, que habla hoy.
Nos hemos preguntado más arriba en qué sentido la
En la IR la vida de los hermanos es “seguimiento de
“regla y vida evangélica”, presentada por Francisco, la define
Cristo” y “vida en el Espíritu”; son dos aspectos de una única
él como “vida del evangelio de Jesucristo”. Aclarado que el
realidad: el seguimiento de Cristo en el Espíritu. IR 22,39
punto de referencia no es el texto de la regla, sino la vida de
recoge Jn 6,64: “Las palabras que os he dicho son espíritu y
los hermanos, nos hemos encontrado con tres respuestas
vida”. Es el Espíritu el que nos da vida a nosotros, al evange­
complementarias e interdependientes.
lio y a Cristo. Es él quien, haciéndonos acoger y mantener con
fe activa el evangelio, nos conduce a “permanecer en Cristo” : La vida de los hermanos es una vida según el evangelio
el Espíritu es así artífice de nuestra “cristificación”. Es él de Jesucristo-, los hermanos han de vivir el evangelio de
quien, haciendo que se reciban y se mantengan con fe activa Jesucristo. El programático “seguir las huellas del Señor”
las palabras de Jesús, vivifica el evangelio, haciéndolo pasar indica el camino evangélico que se ha de seguir; “seguir la
de la muerte de la “letra” a la vida del Espíritu: el Espíritu es voluntad del Señor y agradarle” (IR 22,9) hace referencia a la
así artífice de la “evangelización”. Y, por fin, es él quien, vida como un camino de fe activa que permite acoger y hacer
haciendo acoger y conservar con fe viva las palabras de Jesús propia la “verdad evangélica” ; el modo concreto de seguir con
en las que él está presente, da vida en el Espíritu a Cristo, y le fe activa “la vida evangélica” es sobre todo el vivir “sin nada
permite vivir en nosotros: el Espíritu continúa siendo artífice propio”.
164 165

La vida de los hermanos es vida del evangelio de Jesu­ evangélica de todos los fieles:
cristo: el evangelio de Jesucristo vive en la vida de los 48 Y sobre todos aquellos y aquellas que hagan
hermanos. De hecho es en ésta donde el camino, la verdad y estas cosas y perseveren hasta el fin, reposará el
la vida evangélicas pasan de la muerte de la letra a la expe­ Espíritu del Señor (Is 11,2) y hará en ellos habita­
riencia de vida: el camino se hace camino recorrido y visible, ción y morada (cf. Jn 14,23). 49 Y serán hijos del
la verdad es acogida y continúa revelando, la vida se muestra Padre celestial (cf. Mt 5,45), cuyas obras hacen.50
como experiencia verificable. La vida vivida es el lugar en Y son esposos, hermanos y madres de nuestro
que la palabra evangélica puede continuar su camino de Señor Jesucristo (cf. Mt 12,50). 51 Somos sus
revelación y de glorificación del Hijo y del Padre, comunican­ esposos cuando el alma fiel se une a Jesucristo,
por el Espíritu Santo. 52 Somos sus hermanos
do la vida divina de la que es portadora, y haciéndose de esta
cuando cumplimos la voluntad de su Padre, que
manera plenamente “verdadera” y “viva”. está en el cielo (cf. Mt 12,50); 53 somos sus
La vida evangélica de los hermanos es la actualización de madres, cuando lo llevamos en el corazón y en
Jesucristo: Jesucristo, que está presente y habla en su evange­ nuestro cuerpo (cf. ICor 6,20) por el amor y por
lio, vive en la vida de los hermanos. Como en el seno de una conciencia pura y sincera, y lo damos a luz
María, por obra del Espíritu Santo el Verbo toma carne por las obras santas, que deben ser luz para los
también en la vida de los hermanos, y en ésta Jesucristo puede demás por el ejemplo (cf. Mt 5,16) (2CtaF 48-53).
continuar viviendo y glorificando al Padre. Los hermanos, “Que hagan estas cosas” se refiere a “seguir las huellas”
viviendo el evangelio en el Espíritu Santo y en la Iglesia, se del Señor, acogiendo con fe y observando las “fragantes
hacen también ellos Iglesia, es decir, lugar en el que hoy vive palabras de mi Señor” (2CtaF 2). El texto “serán hijos del
Jesucristo, en el que Jesucristo se hace actual como camino, Padre celestial, cuyas obras hacen” expresa de forma clara y
verdad y vida. Cuando evangelio y vida se encuentran, la sencilla lo que hemos encontrado también en IR 22: los frutos
relación es vital para ambos. nos dicen de qué árbol se trata, el “vivir como hijos” expresa
Se podría pensar que Francisco ve tanta riqueza de el “ser hijos” del Padre; el concepto de “cristificación” está ya
significado sólo en su vida y en la de quienes se unirán a él aquí presente: somos hijos en el Hijo, porque son del Padre
observando la regla. No es así. Francisco no tenía intención de las obras que hacemos, como eran del Padre las obras que
fundar una orden religiosa. Incluso en su primera regla, piensa hacía Jesús.
simplemente en cómo vivir el evangelio. Para convencerse de Pero la “cristificación” se hace todavía más evidente en
esto basta con leer la carta dirigida a todos los fieles: en ella el “parentesco” que se instaura con Jesús: somos sus “esposos,
se encuentran -referidos precisamente a todos los fieles- los hermanos y madres”. “Somos esposos cuando el alma fiel se
grandes contenido de la IR 3. Limitémonos a un breve texto une a Jesucristo, por el Espíritu Santo” ; aquí aparece el
que descubre el significado que para Francisco tiene la vida Espíritu Santo como artífice de esta unión esponsal entre el
fiel y Cristo, cosa que tendrá lugar cuando “hagan estas cosas
3 Muy pronto este modo de vivir el evangelio tomó incluso una forma
y perseveren”, es decir, mediante la acogida con fe y el
institucional, y hasta llegó a ser una orden religiosa; y probablemente todo
esto ha sido providencial. Pero “en los comienzos no fue a sf’. cumplimiento de la palabra; y en IR 22 ese artífice es la
M

166

palabra de Dios, pero en cuanto es interiorizada y observada Cristo; el “tener presente el evangelio” en el sentido tic-
como “Espíritu y vida”; en ambos textos esta unión esponsal, interiorizarlo en la fe representa el tiempo de la “gestación” y
esta cristificacióri, es obra de la palabra y del Espíritu en del crecimiento de Cristo en nosotros; “tener presente el
aquellos que “tienen presente el evangelio”. evangelio” en el sentido de observarlo es el momento del
“Somos hermanos cuando cumplimos la voluntad de su “parto”. Las “santa operación” consiste en vivir como hijos en
Padre, que está en los cielos”. También en IR 22 “seguir las el Hijo, en dar a luz a Cristo-verdad, que sale del seno de la
huellas del Señor” significa “seguir la voluntad del Señor y vida de los cristianos para continuar glorificando-revelando al
agradarle”. La voluntad del Padre la vemos y conocemos en Padre, extendiendo cada vez más la familia de hijos de Dios.
la vida y en la enseñanza de Jesús, que se ha revelado como Como en María, por obra del Espíritu Santo, la palabra de
Hijo de Dios viviendo como Hijo del Padre, haciendo siempre Dios se hizo carne, y como en la Eucaristía, por obra de la
su voluntad y agradándole. “Tener presente el evangelio” palabra y del Espíritu Santo, el pan y el vino se convierten en
significa “actuar como él”, convirtiéndonos así en sus cuerpo y sangre de Cristo, de igual manera, siempre por obra
hermanos, en hijos del Padre como él, en hijos en el Hijo, en de la palabra y del Espíritu Santo, en los creyentes Cristo es
personas “cristificadas”. concebido de nuevo y dado a luz. En la fe y en la vida de los
Pero el término más fuerte es el de “madre”. “Somos sus creyentes, por obra del Espíritu Santo la palabra de Dios
madres, cuando lo llevamos en el corazón y en nuestro cuerpo vuelve a tomar “carne”: cuando el evangelio se hace vida, es
por el amor y por una conciencia pura y sincera, y lo damos a Cristo quien toma vida. La encarnación continúa.
luz por las obras santas, que deben ser luz para los demás por
el ejemplo”. La cristificación se expresa aquí en forma
especialmente plástica y vigorosa, sugiriendo la idea de la
concepción -m ediante la semilla de la palabra acogida y
conservada- y de la gestación - “lo llevamos en el corazón y
en nuestro cuerpo”- , y usando explícitamente la expresión
“dar a luz”4: la observancia del evangelio como fruto maduro
de su crecimiento interior en la fe.
Concepción, gestación y parto presentan aquí magnífica­
mente el camino de la progresiva cristificación como un
proceso materno, unitario y progresivo, que da la vida a
Cristo. Queda así expresado el mismo itinerario del segui­
miento propuesto en IR 22, seguimiento que encuentra su
significado más profundo precisamente en la progresiva
cristificación. Recibir el evangelio con fe y “concebir” a

4 El original latino dice “parturimus”; literalmente: “parimos”.


CONCLUSIÓN

“¡No te acerques! ¡Quítate las sandalias de los pies,


porque el lugar en que estás es tierra santa!” : así se dice a
Moisés en Ex 3,5; y él se cubrió el rostro por miedo a mirar
hacia Dios. “¿Quién podrá estar en la presencia del Señor, de
este Dios tan santo?”, dicen aterrados los habitantes de Bet-
Sémes, que se apresuran a llevar a otro lugar el arca de la
alianza (cf. ISam 6,20). El término “santo” en la Biblia
expresa el mundo de lo divino; tan distinto y lejano es de lo
humano, que causa temor entre los hombres. Este sagrado
respeto y temor reverencial será superado, en parte y gradual­
mente, gracias al “acercamiento” progresivo de Dios mismo
al hombre, colmando, en lo posible, la sima que separa a
ambos, mediante los puentes de la revelación, la alianza y la
encarnación; aun cuando “el totalmente otro” y todo aquello
que tiene un cierto contacto con él -lugar, persona, institu­
ción- será tratado “con pinzas”.
Se dice en Isaías 6 que el serafín tomó con las tenazas la
brasa que estaba sobre el altar, para purificar los labios y el
corazón del profeta, y hacerlo capaz de escuchar la voz del
Dios tres veces santo, de percibir su presencia y de transmitir
su voluntad. Dios quiere crear un “pueblo santo”: “Sed santos
porque yo soy santo” (Lev 19,2). Éste es el sentido de la
alianza que Dios hace con Israel: “Os tomaré como mi pueblo
y seré vuestro Dios” (Ex 6,7). Es significativo y eficaz el uso
de los dos adjetivos personales “mío” y “vuestro”: la radical
170 171

diversidad entre Dios y el hombre queda superada por la confiar en estas promesas proféticas de un corazón nuevo y de
propuesta-posibilidad de pertenencia recíproca. La santidad no un espíritu nuevo. De la santidad como conquista a la santidad
expresa ya sólo el mundo divino sino también el del hombre como don: he aquí la forma de expresar el paso de la primera
que acoge a Dios. Israel se pregunta: “¿Quién subirá al monte a la segunda alianza.
del Señor, quién estará en su lugar santo?”; y la respuesta es: La nueva situación que se creó con la presencia encarnada
“El que tiene manos inocentes y corazón puro, el que no jura del Hijo de Dios entre los hombres la expresa Jesús en el
en falso” (Sal 24,3-4). Es, pues, posible emplear el puente que sermón de la montaña cuando describe y rechaza la justicia de
el Señor ha echado entre él y los hombres, y lo podrá hacer los escribas -habéis oído que se dijo..., pero yo os digo” (Mt
quien sea inocente y esté purificado. 5,21-48)- y la de los fariseos -la limosna, la oración y el
Pese a la inevitable, vasta y compleja mezcla de normas ayuno hechos hipócritamente no sirven de nada (Mt 6,1-18)-,
morales, cultuales, jurídicas e higiénico-sanitarias, que para hablar luego de la nueva justicia exigida a sus discípulos.
advertimos en los libros véterotestamentarios, el concepto Pero la nueva justicia, es decir, la nueva santidad -com o
propio de la santidad exigida a Israel es el de la acogida de la suena- no parece tan diversa de la primera: el “sed santos
relación con Dios, el ser “santos porque él es santo”, ser porque yo soy santo”, queda sustituido por “Sed perfectos
aquello que ha descubierto que es: pueblo de Dios. La ley es como vuestro Padre”. Sin embargo, un pequeño esfuerzo
el gran don de Dios, la cerca que protege y delimita, la exegético será suficiente para advertir que hay una diferencia
indicación precisa de cómo hay que comportarse para ser y que ésta es abismal.
“santos como él es santo”, para ser fieles a la alianza estipula­ En el programático sermón de la montaña (Mt 5-7)
da con Dios. Pero se trata de un ley no fácil de observar, de encontramos afirmaciones chocantes: bienaventurados los
modo que Dios tendrá que prometer una nueva alianza no pobres, bienaventurados los perseguidos; encontramos
excesivamente ligada al cumplimiento de las cláusulas antes también exigencias de Jesús que parecen irrealizables: lo que
vigentes: “Pondré mi ley en el fondo de su ser y la escribiré en queréis que los hombres os hagan a vosotros, hacédselo
su corazón. Entonces yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo” vosotros a ellos; perdonad siempre a todos; no juzguéis; sed
(Jer 31,33); “Santificaré mi gran nombre, profanado entre las perfectos. ¿Cómo interpretar estas declaraciones y estas
naciones, profanado allí por vosotros..., mostraré mi santidad exigencias de Jesús? Estamos en el corazón del evangelio y no
por medio de vosotros..., de todas vuestras inmundicias e es de extrañar que esta página haya llamado la atención de
idolatrías os he de purificar; y os daré un corazón nuevo... Os muchos estudiosos. Las interpretaciones dadas se pueden
infundiré mi espíritu y haré que caminéis según mis precep­ resumir en tres: la del perfeccionamiento progresivo, la del
tos” (Ez 36,23-27). cumplimiento imposible y la de la ética temporal.
En el Antiguo Testamento se había intentado hacer santos Según la interpretación del perfeccionamiento progresivo,
-n o en el sentido de canonizarlos, sino en el sentido propio de Jesús se muestra aquí muy exigente, pero sabe muy bien que
serlo- y sin embargo el balance había sido decepcionante: el hombre no podrá jamás observar del todo lo que se le pide.
resultaba prácticamente imposible ser fieles a la alianza de Pide 100 para conseguir al menos 50. Cada uno hará lo que
Dios, conquistar la santidad. La única esperanza estaba en pueda. Hay una parte de verdad en esta interpretación: de
172 173

hecho el evangelio nos habla de la perfección; pero se ha de porque la salvación de Dios está ya presente y actúa. La
recordar que en el Antiguo Testamento encontramos exigen­ interpretación de la ética temporal no es aceptable, y, sin
cias substancialmente idénticas (Tob 4,15). En todo caso, ¿la embargo, es de aquí de donde se derivan sentimientos y
novedad que aporta el evangelio consistiría tan sólo en que actitudes de temor, de angustia y de fanatismo religioso,
exige más? Hemos de decir que esta interpretación de que irreconciliables con el evangelio.
hablamos no se sostiene. Y, sin embargo, es así como muy Estas tres interpretaciones, aunque diversas, parten de un
frecuentemente interpretamos el evangelio: como si fuera un mismo presupuesto: el de la ley; reducen el sermón de la
conjunto de reglas morales que se han de observar para montaña a ley: una ley que pone la perfección en su mismo
salvarse, para ir al paraíso, para llegar a ser santos. cumplimiento, o una ley salvífico-pedagógica, o una ley de
La interpretación del cumplimiento imposible, típica del emergencia. La lógica evangélica, en cambio, es distinta: el
mundo protestante, sostiene que, si tomamos en serio el evangelio no es una ley, sino un “un anuncio gozoso”, en cuya
sermón de la montaña, podemos desesperarnos: ¿quién puede escucha hay un placer, sumo placer. Es el anuncio de la
vivir así? Nadie. Y, entonces, ¿por qué Jesús se muestra tan presencia del reino de Dios en medio de nosotros, es decir, del
exigente? Nos ayuda Pablo: no es la ley la que salva, sino la perdón y de la salvación en Jesús. Es el anuncio de que se nos
fe. Estas exigencias de Jesús hacen que el hombre pueda han perdonado los pecados, de que somos hijos del Padre, de
palpar con su mano la absoluta incapacidad de observar la ley, que no debemos ni podemos tener miedo a nada, ni siquiera
y, por consiguiente, experimentar el pecado. Será necesaria la a nuestro pecado, ni a la muerte.
misericordia gratuita de Dios para salvarse. También esta Sólo partiendo del anuncio del evangelio se hacen
interpretación tiene su parte de verdad: no es la ley la que comprensibles las fuertes exigencias de Jesús, dirigidas a
salva, sino la fe. Pero cabe preguntarse: ¿era necesario que hombres a los que se ha condonado toda deuda, a hombres
Dios se hiciera hombre, para descubrir la debilidad de éste? que han hallado la perla preciosa y que, para conseguirla,
La interpretación de la incapacidad del hombre no es suficien­ venden en seguida todo lo demás con gran alegría: a quien
te. Y, sin embargo, muchas veces es ésta nuestra interpreta­ mucho se ha dado, mucho se le exigirá. Sólo sobre la base del
ción del evangelio: la prueba está en nuestro desánimo, en don de Dios, se hacen comprensibles las exigencias del
nuestra resignación, en nuestro rostro triste. sermón de la montaña. No se trata de un código moral
Según la interpretación de la ética temporal, Jesús acabado: son sólo ejemplos, síntomas, signos, de lo que ocurre
anuncia la inminencia del fin, y sus exigencias se fundan en a una persona que ha acogido el reino de Dios, que ha
la gravedad de la hora. Está a punto de llegar el juicio final; se experimentado el don de Dios. La ley entrega al hombre a sus
ha de hacer un último esfuerzo. Son leyes de emergencia, propias fuerzas; el evangelio, en cambio, lo pone frente al don
heroicas, para el breve tiempo que queda. También hay parte de Dios y le pide hacer de este don el fundamento de la vida.
de verdad en esta interpretación: la dimensión escatológica es Más que de moral cristiana, se trata de fe vivida a la luz del
fundamental en los evangelios. Pero hemos de tener presente don de Dios, de testimonio gozoso de un don recibido.
que en los evangelios, Jesús no aparece nunca como un El comportamiento cristiano, aun contemplado concreta­
exaltado fanático y angustiado; habla de gozo y de confianza mente y visto en su seriedad, no es ya condición de salvación,
175

sino consecuencia: como si se tratara de un no poder hacer de único e irrepetible de celebrar el amor, que proclamemos la
otra manera, además de, naturalmente, una indispensable grandeza del Señor por las grandes cosas que hace en nosotros
verificación de la acogida del don de Dios, verificación de la el Omnipotente, cuyo nombre es “Santo”.
fe. Se pide el perdón de las pequeñas deudas de los otros a En la respuesta que san Francisco da al Señor que le habla
quien ha saboreado el gozo del perdón total, gratuito e en el evangelio, hay agradecimiento. A este “peregrino del
incondicional de la propia y radical deuda, por parte de Dios. Absoluto” y del mundo le resulta ligero el camino. Para poder
Se pide perdón y amor a quien ha probado el gozo del hijo caminar expeditamente ha de tener poco que llevar: Le basta
pródigo que, al retorno, ha encontrado, y sabe que siempre el evangelio, que es su brújula. “Así dice el Señor”, y Francis­
puede encontrar, el abrazo emocionado del padre. co camina seguro pisando las huellas de Jesús; sabe que
La gran novedad evangélica no consiste en el “sed llegará al Padre. De camino se encuentra a sí mismo, a los
perfectos”, sino en el “como vuestro Padre”. No en vano el otros, a las criaturas, pero tiene en su mano las claves de
paralelo de Le 6,36 dice: “Sed misericordiosos como vuestro lectura para saber reconocer a todos y todo. Así dice Francisco
Padre”. La gran novedad evangélica consiste en la revelación el evangelio.
del rostro paterno de Dios para todos; la “perfección” de Dios
es su “misericordia”. La gran regla evangélica será la de sentir
y comportarse como el Padre de todos, para quien es impensa­
ble cualquier barrera, discriminación y marginación: éste es el
camino evangélico, ésta es la santidad. El corazón nuevo
prometido por los profetas es un corazón de hijos que han
conocido en Dios a su Padre, y que, por consiguiente, no
tienen miedo a nada ni a nadie, ni siquiera a su propia
debilidad y a su incapacidad para ser santos; el espíritu nuevo
prometido por Ezequiel es el gran regalo de unos ojos de hijo,
capaces de descubrir que todo es don y gratuidad.
La santidad evangélica jamás presenta un rostro triste: es
belleza, es libertad, es sentirse como hijos en casa propia,
aspirando a pleno pulmón el aire de la gratuidad y espirando
gozoso reconocimiento. No es cuestión de ganar nada, no es
cuestión de conquistar o de merecer nada: no lo conseguire­
mos jamás, porque somos radicalmente incapaces; pero es que
ni siquiera lo necesitamos, puesto que todo nos ha sido ya
dado. Se nos pide únicamente que conozcamos cada vez más
el don de Dios (cf. Jn 4,10), que hagamos de él la base
agradecida de nuestra vida, que nos inventemos nuestro modo
♦ ^

ÍNDICE

Siglas de los escritos de Francisco............................................5

I n t r o d u c c i ó n ...............................................................................7

C a p ít u l o p r im e r o
Así dice el Señor
La presencia y la palabra del Señor................................. 11
1. Los escritos de san Francisco ...................................... 11
2. “Así dice el Señor”: las citas evangélicas
en los escritos de san Francisco.................................. 14
3. “Estoy con vosotros todos los días”:
la hermenéutica evangélica de san Francisco . . . . 19

C a p ít u l o se g u n d o
“Si quieres ser perfecto... ven y sígueme”
Así responde Francisco al Señor........................................ 25
1. Obedecer a Cristo que habla en el evangelio
vivido en la Iglesia..................................................... 25
2. Guardar la palabra del Señor en el corazón................ 34
a) Una opción de fondo: escuchar al Señor
y “aborrecer nuestro cuerpo ” .......................................... 35
b) Guardar la palabra ..................................................38
- Cuidarse mucho de ser tierra junto al camino
o tierra pedregosa o entre cardos ................................. 38
- Guardarse de Satanás que quiere quitarnos
y ahogar la p a la b ra .......................................................... 40
c) Permanecer en Cristo .................................................. 42
17 8 179

- Adorar a Dios con corazón puro ................................ 42 - V ivir com o oveja s en m edio de los lo b o s p o r
- Recurrir a Cristo, que es camino, verdad y vida ........45 a m or d el S e ñ o r ............................................................................ 109
d) Contemplar la gloria del Padre................................48 —N o g lo ria rse de ningún bien, sino restitu irlo a D io s .111
- Conocer al Padre en el H ijo ........................................48 2. La cotidianidad de la misión.......................................113
- Ser santificados en la verdad ......................................49 3. El gozo de la m is ió n ..............................................................H 5
3. Seguir a Cristo, que es camino, verdad y vida,
como camino de fe ........................................................52
a) Orientación y opción de f e ............................................ 53 C a p ít u l o q u in t o

b) La relación de fe con la palabra de Dios .................... 54 “Te bendigo, Padre,


c) La relación de fe con Cristo.......................................... 55 Señor del cielo y de la tierra”
d) La relación de fe con el Padre......................................57 Así dice Francisco la creación...........................................121
1. Las criaturas como instrumento de alabanza............... 124
2. Las criaturas como instrumento de revelación............. 128
C a p ít u l o tercero
3. Las criaturas como instrumento de restitución ............ 130
“Bienaventurados los pobres
porque de ellos es el reino de los cielos”
Así dice Francisco las relaciones humanas ........................ 61 C a p ít u l o se x t o
1. Con Cristo humilde y pobre entre los m arginados........ 62 “Bienaventurados los limpios de corazón
2. Sin nada propio .................................................................. 71 porque ellos verán a Dios”
a) Desapropiación de todo................................................ 71 Así dice Francisco a Dios..................................................135
b) Desapropiación de todo derecho.................................. 75 1. “Te agradecemos” (IR 23,1-6) .............................................136
c) Desapropiación de todo b ien ...................................... 79 23, 1-6: Agradecimiento.............................................. 137
3. Pobres y menores para ser hermanos ............................ 82 a) “Te dam os g r a c ia s ” (23,1-4)............................................... 137
a) Como los otros pobres................................................ 82 b) “Im ploram os que Jesús, M aría y los san tos
b) En el seno de la fraternidad........................................ 91 te den g ra cia s p o r n o so tro s” (23,5-6).......................... 140
c) Siempre y con to d o s.................................................... 94 2. “Ninguna otra cosa... sino Dios, verdadero
y sumo bien” .............................................................142
23,7-11: Exhortación ...................................................... 142
C a p ít u l o cuarto
a ) “A todos, los pequ eñ os y los grandes, les
“Id: yo os mando. . . ”
rogam os y su plicam os que p erseverem o s
Así dice Francisco la misión ................................................ 99
to d o s en la verd a d era f e ” (23,7) ................................. 142
1. Las modalidades de la m isió n ........................................ 100
b ) “E ngran dezcam os a D ios, sa lv a d o r de todos
a) Todos misioneros.........................................................100
los que en él creen y esperan y lo a m a n ” (23,8-11) ... 145
b) Las modalidades evangélicas de la misión
dejadas en la sombra o ignoradas por Francisco........101
3. La vida como respuesta total y reconocida
c) Las modalidades misioneras tomadas de los
al don total y gratuito de Dios................................... 149
4. Del evangelio de la paternidad de Dios al evangelio
evangelios y subrayadas por Francisco........................ 104
- No llevar consigo nada sino el Espíritu del Señor . . . 109 de la filiación y de la fraternidad de todos
los hombres...............................................................131
180

CAPÍTULO SÉPTIMO
“Esta es la vida del evangelio
de Jesucristo”
Así dice Francisco su vida evangélica .............................. 153
1. La vida según el evangelio.............................................. 154
a) L os h erm anos d eben se g u ir el cam ino PUBLICACIONES
que Jesu cristo in dica en e l e v a n g e lio ............................... 154 de la
b) L os h erm anos deben a c o g e r con f e a c tiv a la Colección «Hermano Francisco»
verd a d que Jesú s pre se n ta en el e v a n g e lio ......................155
c) L o s herm anos deben v iv ir la vida que Jesús
d esc rib e en el e v a n g e l i o ...................................................... 155 Sin IVA
2. La vida del evangelio........................................................ 158 1. J. GARRIDO, L a fo rm a de vid a fra n cisca n a (agotado)
a) La vida de lo s herm anos es el lu gar en que 2. K. ESSER, L a O rden franciscana. O rígen es e ideales 8.00 euros
el eva n g elio de Jesu cristo se hace cam ino 3. T. LARRAÑAGA, O ídm e hermanos. C elebraciones
fra n cisca n a s (agotado)
reco rrid o y v i s i b l e ...................................................................158 8.00 euros
4. E. LECLERC, E l C án tico de las criaturas
b) La vid a de los h erm anos e s e l lu g a r en 5. E. MOTTE - C. HEGO, L a P a sc u a de san F r a n c isc o 6.00 euros
que e stá vivo y p ro d u ce fru to e l eva n g elio de 6. M. HUBAUT-M.T.MALEYSSYE, « O s a n u nciam os lo
Jesu cristo ................................................................................. 160 que hem os visto» 6.00 euros
7. J. GARRIDO, L a fo rm a de vida de Santa C la ra 8.00 euros
3. Vida de Jesucristo .............................................................162 L o s escritos de F r a n c isc o y C la ra de A sís (agotado)
8.
9. K. ESSER, Tem as espirituales 8.00 euros
C o n c l u s ió n 169 10. K. ESSER, E l Testamento de S a n F r a n c isc o de A s ís 8.00 euros
11. T. LARRAÑAGA, O ra n d o co n san F r a n c isc o 10.00 euros
12. F. URIBE, L a vida religiosa según sa n F r a n c is c o de A s ís 6.00 euros
13. E. LECLERC, F r a n c is c o de A sís. E l retorno a l E v a n g e lio 8.00 euros
14. C. A. LAINATI, Santa C la ra de A sís 6.00 euros
15. J. GARRIDO, L a fo rm a de vida fran ciscan a , ayer y hoy 10.00 euros
16. NGUYEN VAN KHANH, C risto en el pensam iento
de F r a n c isc o de A sís 9.00 euros
17. CARLOS DÍAZ, E c o lo g ía y pobreza en F r a n c isc o de A s ís 6.00 euros
18. M. ABDON SANTANER, F r a n c isc o de A s ís y de Jesús 7.00 euros
19. D. DE AZEVEDO, S a n F r a n c isc o de A sís. F e y vida 7.00 euros
20 . C elebraciones fra n c isc a n a s p o r la paz 6.00 euros
21 . JESÚS SANZ, F r a n c is c o y C la ra de Asís. Ic o n o y p a la b ra
de am istad 8.00 euros
22 . MICHEL HUBAUT, C risto nuestra dicha. A p re n d e r a o ra r
con F r a n c is c o y C la ra de A sís 8.00 euros
23. FERNANDO URIBE, P o r los cam in os de F r a n c is c o de A sís 8.00 euros
24. THEOPHILE DESBONNETS, D e la intuición a la in s­
titución. L o s fra n cisca n o s 8.00 euros
25. MARCO BARTOLI, C la ra de A sís 10.00 euros

También podría gustarte