Escritura No Recuerdo - Analisis Del Fin y El Libro Masquerade

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TAREA 1

No Recuerdo

Era de noche, me encontraba en un callejón oscuro, a la derecha oscuridad a la izquierda lo


mismo, a donde debía dirigirme? Una luz débil se ilumina y con ella una voz… “Síguela, sabes lo
que te espera”. Despierto, 4pm camino a Caracas, me encuentro mirando un pequeño jardín de
Trinitarias vía la Victoria… “Le hubiera gustado… pero a quién?” No puedo recordarlo, decido
volver a descansar. Me encuentro en un callejón oscuro, ahora con voces que lloran y se lamentan,
al mismo tiempo que la luz a la distancia se hace más fuerte, algo me empuja a avanzar, debería
avanzar… o tal vez no, esto tal vez es un error, aun así ese algo no me deja retroceder… Despierto,
niños malcriados dándole patadas al asiento trasero, su madre les da su “tatequieto” para que se
quedaran tranquilos, esto solo hace que todo el bus se vea aturdido por sus llantos hasta que su
madre les dice “no lloren que será peor”; decido no pensar mucho en el asunto y vuelvo a dormir.
Estoy llegando al final del callejón, muy cerca de la luz, los llantos y lamentos se hace más fuertes…
pero en ese momento me di cuenta de algo…Sé que hay en ese lugar, no quiero entrar… busco
retroceder pero soy detenido por alguien “Enfréntalo” me dice, busco la manera de escapar “No la
hay” me responde, “Solo te queda enfrentarlo” con mucho miedo decido seguir, y así observo la
fuente de la luz: Una puerta… 5pm, llamo a casa, nadie contesta, empiezo a preocuparme… pero
aún con esta preocupación por delante, más pudo el sueño conmigo, posiblemente a causa de
estar trabajando hasta tarde, llego hasta un túnel, la oscuridad de arrulla. Ya no estoy en la puerta,
estoy en la habitación, al frente una mesa de disección con un cuerpo en ella siendo tapado por
una sabana, en ese momento ocurre una discuto con el extraño ser que me habla “No quiero
mirar” “Debes hacerlo”, “Por qué yo” “¿Por qué no?”, “Debo escapar” “No hay escapatoria”, y al
voltear efectivamente ya no había puerta… solo me quedaba enfrentar lo que hubiera debajo de
esa sabana, era hora de enfrentar a aquello que le temía tanto… Cuando quito la sabana, lo que
encontré debajo no era un cuerpo, era un paraguas. Sin saber por qué, solo pude decir dos
palabras…“Es él”, repentinamente el cuarto empezó a repetir lo mismo “Es él, es él, es él”, cada
vez más alto, cada vez más rápido a tal punto que me tapé los oídos, me acosté en el suelo y
empecé a llorar… “Solo quiero despertar”… Mi sueño se cumplió, 6pm, salgo corriendo hacia el
metro, trato de llegar lo más rápido posible a mi casa, pero cuando llego mi madre me dice “Lo
siento hijo, tu padre murió”. No lloré en su funeral, ni el velorio, ni en su entierro; pero en la
madrugada mientras contemplaba la Caracas nocturna, escucho un ruido “algo se cayó”, me digo.
Cuando enciendo la luz para ver que era, al observar lagrimas caen de mis ojos… era su paraguas.
TAREA 2

Análisis del cuento “La última noche del mundo”

En lo personal no me gustaría cambiarle el final por dos razones:


Primero, porque siento el cambiar un final establecido como un insulto al autor, él creo ese final
porque lo creía apropiado y aunque puede haber historias en las que no me gusta un final y
desearía cambiar este no es el caso, y esto es por la segunda razón.
Este final me pareció apropiado para la historia ya que termina con la pareja en una cama
esperando el final que ellos, sus amigos y vecinos ya sabían que vendría. No hubo discusiones, no
hubo llanto, no hubo terror, solo una charla pacífica entre marido y mujer antes del fin. Me
hubiera gustado un “te amo”, pero la verdad es que no exponen cual es la relación entre ambos,
pero por lo demás quedé encantado.
TAREA 3

Lectura e Interés sobre Masquerade (1979)

En el año 1979, el pintor Kit Williams fue llamado a crear un libro de imágenes para niños, idea
que en un principio le desagradó, pero después de que se le mostró el panorama completo de la
idea se entusiasmó y creó este maravilloso libro que narra la historia de una liebre que lleva un
regalo de la luna (representado como mujer) al sol (representado como un hombre), pero al llegar
se da cuenta que ha perdido el regalo… y el lector debe encontrarlo. Lo interesante de esto es que
el regalo no estaba escondido en el libro sino en Inglaterra. La razón por la que el pintor decidió
colaborar para hacer este libro fue porque este no era un libro para niños cualquiera, era un mapa
del tesoro que llevaba al lector más perspicaz y astuto a conseguir un objeto: Una liebre de oro y
joyas en pequeño cofre de cerámica. La historia no es muy llamativa, pero lo que me encanta es la
sorpresa que trae para el lector de ver un simple libro para niños como un mapa a un tesoro
oculto en una parte del país. El método para descubrir el código era interesante también, ya que
detrás de pinturas sobre Isaac Newton y de imágenes relacionadas con el pintor, se encontraba no
solo escondido una libre en ellas, sino también palabras escondidas no solo en la imagen sino en
los alrededores de la misma. Esto llevo a más adultos que niños a comprar el libro y buscar donde
se encontraba el premio.

Esto tristemente no termino bien, por varias razones:

1.- Las personas empezaron a buscar como locos el dichoso premio, pero muchos terminaron
dañando propiedades que tuvieran relaciones con liebres, hasta el punto en que el mismo William
tuvo que pagar un letrero que persuadía a los lectores de no buscar en esos sitios prohibidos.

2.- Aunque al final el tesoro fue encontrado, no fue porque alguien lo descifró como era debido
sino porque se hizo un tipo de trampa. Resulta que el creador había decido el sitio para esconder
su tesoro en su juventud junto con su novia de ese entonces; este sería en el Gran Parque de
Ampthill. Pasaron los años y una persona llamada “Ken Thomas” logró desenterrar el premio a lo
que el autor se enorgulleció y decidió otorgárselo; lo interesante de esto es que el ganador decidió
no mostrar su rostro y esto causo confusión y problemas no solo a otros buscadores (entre los que
cabe destacar a unos maestros de física, que lograron determinar el sitio y momento exacto para
encontrar al animal dorado), sino también al autor a tal punto que decidió indagar más sobre este
sujeto. La sorpresa fue gigante al descubrir que el ganador no solo mintió sobre su verdadero
nombre (Ken Thomas era un seudónimo, su verdadero nombre era Dugald Thompson), sino que
además era el socio de quien, en ese instante, era la pareja de la exnovia del autor. La liebre había
sido usada como premio para un concurso de la empresa en quiebra de Dugald quien busco hacer
otro juego electrónico que nadie pudo resolver, y al final lo vendió en una subasta por £ 31.900
(libras esterlinas) a un comprador anónimo. Y esto llevo al autor a disculparse y desaparecer por
más de 20 años de la mirada publica como un artista engañado.

De todas formas, esto tuvo un final feliz ya que en el aniversario número 30° de este libro el autor
pudo reencontrarse con su obra en un reencuentro organizado por la BBC y la nieta del comprador
anónimo de la liebre.

Este libro me pareció genial, no solo por la historia que pueda tener sino por el misterio que
contenía y por la curiosidad de los lectores para descubrir el premio que aguardaba en su interior.
Al parecer, la historia más grande que tuvo este libro al final no estuvo dentro de él.

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