Introduccion A La Sagrada Escritura

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Seminario Mayor los Sagrados Corazones

Introducción a la Sagrada Escritura


p. Hover López

Introducción

Capítulo 1

El mundo de la palabra humana.

Dios habla en la sagrada escritura por medio de hombres y de una forma humana, si la
historia de la sagrada escritura es la historia de la palabra de Dios a los hombres, por esto el
antiguo y el Nuevo Testamento describen el integrar yo de esta historia. Sin embargo, en
ningún lugar de la saga tura nos encontramos con la palabra de Dios directamente, sino
que siempre llega de una forma humana y en un lenguaje humano.

Carácter humano de la sagrada escritura Revela la filantropía de Dios. Ama los hombres y
habla en su lenguaje.

1. Homo Loquens.

El hombre es un animal que habla. Para el hombre: hablar, dar un nombre, es Llamar a la
existencia. Mediante la Palabra el hombre realiza su interna inclinación a conocer,
interpretar, profundizar, ordenar y destinar, se instala y toma posesión de sí mismo, se auto
comprende.
La palabra le permite al hombre relacionarse y comunicarse con el otro.

2. Las tres funciones de la palabra


a. Información.
Está en la relación con la naturaleza, el mundo, la historia.

La palabra informa por medio de un verbo en indicativo y en tercera persona. Esta función
es la más objetiva y es propia de:

 La ciencia
 la didáctica
 la historiografía.

b. Expresión.
Está en relación consigo misma.

Toda persona se expresa, de esta manera pon en actividad su propio ser. En otras palabras,
por medio de esta se revela.

c. Llamada.
Está en relación Con los demás.

La palabra humana, busca al otro, tiene pasión del otro. De esta manera es como el hombre
es relación.

El hombre busca un "tú" que le sea semejante, él vive para el encuentro y la comunicación.
Así la palabra constituye el lazo de La Unión entre el yo y el tú.

1. La palabra es creativa.
La palabra: Emociona, envuelve, libera, de esta manera proporciona autor revelación en
relación con el otro, pues en ella encontramos unidad entre nosotros. Convirtiéndose así en
la fuerza del devenir de la historia.

3. El lenguaje de la amistad y del amor.


En el lenguaje de la amistad y del amor sintetizan las tres funciones de la palabra, pues en
el encuentro amistoso con el otro, no teme liberar el secreto sentido de su ser.
Capítulo 2

La palabra amistosa de Dios

Dios ha hablado a los hombres y ha tomado el lenguaje humano de la amistad con una
finalidad muy precisa, la de la comunión de vida.

1. Concepto de revelación en los concilios vaticanos.

a. Relación: Natural y sobrenatural


Concilio Vaticano I: Parte de la revelación natural y posibilidad del conocimiento de Dios
por medio de la razón humana, con el fin de desembocar después en la revelación
sobrenatural.
Concilio vaticano II: Revelación personal e histórica de Dios que culmina en Jesucristo.

b. Plugo a Dios.
Vaticano I: Subraya el contraste del esfuerzo religioso del hombre en la búsqueda de Dios y
el don que Dios otorga al hombre revelándose en Jesucristo.
Vaticano II: La revelación es libre y gratuita iniciativa de Dios, ¡la revelación es gracia!

c. Revelarse a sí mismo es manifestar el misterio de su voluntad.


Relación no nos da simplemente a conocer algo, sino a alguien, al Dios viviente in cristo
Jesús.

d. Con esta revelación el Dios invisible en medio de su gran amor habla a


los hombres como amigos.
La expresión como amigos, expresa maravillosamente esa resonancia personal e íntima de
toda la revelación bíblica: “el padre que está en los cielos sale amorosamente al encuentro
de sus hijos y conversa con ellos” (DV n.21)

e. Esta revelación se lleva a cabo por medio de hechos y palabras


íntimamente relacionados.
Vaticano I: El objeto formal de la revelación es la enseñanza por parte de Dios de aquella
verdad que superan capacidad natural de la razón humana.

Vaticano II: La revelación se realiza por hechos y palabras: Es realmente palabra de Dios,
pero también E inseparablemente es acontecimiento, manifestación Y desenvolvimiento del
plan de Dios a lo largo de una historia.
2. La Biblia como testimonio del carácter dialógico -amical
de la revelación.

La DV presenta la revelación como una conversación de Dios con los hombres, debida a la
iniciativa del amor.
Así Moisés, el personaje típico experiencia se expresa y cumple el plan de Dios. El escritor
bíblico, tal vez Yahvista, ha tratado de expresar la inexpresable intimidad de Dios con
Moisés dentro de la categoría del diálogo amistoso.
Dios conversando con su pueblo, pretende comunicarse con todos los hombres, Jesucristo
como el invisible rostro de Dios se ha hecho visible, se hizo presencia y diálogo amistoso
con los hombres. Jesucristo comunica la revelación entera y mediante el don del Espíritu
Santo la hace comprender. Por otra parte, es necesario tener en cuenta quién la figura de
Abraham todos los hombres están invitados a una relación amistosa con Dios.

3. Estilo de la <<Dei Verbum>>


Partiendo de Santo Tomás afirma:

Hablar es manifestar el propio pensamiento a alguien por medio de signos. Al revelarse,


dios habla el lenguaje de la amistad y del amor:

 Dios llama, convoca interpela a los hombres


 Dios narra, interpreta al hombre, su existencia y su historia.
 Dios se expresa, habla de sí mismo, se revela a sí mismo a los hombres y les revela su
vida íntima, haciéndose presente.

Se puede presentar el siguiente esquema de la Revelación Divina:

a) El objeto de la Revelación es la Vida Eterna, que para Juan es el más el más


radical atributo divino. Así pues, el objeto de la divina Revelación es por lo tanto
el mismo Dios que se abre a los hombres y se comunica a ellos como “verdad y
vida”.
b) El modo, la vida eterna de Dios se manifestó a nosotros en Jesucristo, no solo
con sus palabras si no con su misma presencia activa.
c) La Transmisión es el anuncio de la Revelación divina por medio testimonio,
mediante el cual la Iglesia perpetúa y transmite su Doctrina, su vida y su culto.
d) Finalidad Ultima de la Revelación, se expresa en términos de <<Koinonía>>, de
comunión en el Padre y con su Hijo Jesucristo: Esta es la Vida Eterna manifestada
y dada a los hombres por el Verbo hecho carne.

4. Revelación y Alianza.
La Revelación está orientada a producir una comunión de vida, es decir una <<Alianza>>.
El “Tu” del hombre frente al “Yo” de Dios.

La Alianza cobra fundamento y toma como símbolo el Amor conyugal, así Dios y el
hombre se encaminan en un dialogo entre iguales. Este amor conyugal que, al informar la
Alianza, la hace dinámica al asumir esto, esta Alianza no deja de ser Historia.

Por esta razón ña Revelación Bíblica se convierte en participación en un mismo destino


común lo Divino y lo humano.

5. Consecuencias para la lectura y comprensión de la


Sagrada Escritura.
a. La Biblia no es reducible a mera función informativa.
La S.E. hay que leerla como obra de lenguaje total, funcionando plenamente en la que Dios
habla. Esto nos ayudará a distinguir su carácter de símbolo, síntoma, de señal.1

b. Primacía de la escucha.
La palabra de Dios, deber ser, antes que nada, Escuchada. La espiritualidad Bíblica es ante
todo una espiritualidad de escucha a un interlocutor presente. La escucha del hombre es su
respuesta a la revelación de la palabra. Para el dialogo se necesita de actitudes y la primera
de estas es la Escucha y en el dialogo con Dios se le exige al hombre ser un oyente atento.

c. Lectura Sapiencial.
Con este término se quiere indicar que el fin de la lectura de la Sagrada Escritura no es
tanto una ciencia, cuanto una sabiduría. Es decir, un conocimiento vital, gustoso que pone
en fuego todas las facultades del hombre y desemboca en la <<fe obediente>>.

d. El magisterio de la Iglesia al servicio de la Palabra de Dios.


El magisterio no es superior a la Palabra de Dios, sino que está a su servicio. Tal
superioridad no se debe únicamente a que los enunciados dogmáticos no sean ni Revelados
no Inspirados, sino también al hecho mismo, que estos argumentos no reproduce
íntegramente la Palabra de Dios.

Todas las formas de Magisterio tienen un papel subordinado al de la Palabra de Dios y su


expresión en la revelación escrita, que se ha dado a sí misma.

1
Símbolo (informe, representación), síntoma (Expresión de la interioridad), de señal (llamada a otro)
Capítulo 3

Revelación en la Historia y a través de la Historia

El Dios de la Revelación es un Dios que actúa. Lleva a cabo una presencia operativa.

El hombre contemporáneo está empeñado en ser el protagonista de la historia. Actuando en


la Historia de los hombres, Dios la asume como una aventura común; infunde valor y
confianza a la empresa humana de buscar y dar un sentido a la historia. Así pues, la
Revelación no se trata de una fábula o de una quimera, sino de tomar con seriedad una
común aventura en la historia, incluso en su dimensión presente.

Por otra parte, es necesario tener claro que, tanto en el judaísmo como en el cristianismo,
<<Revelación>> y <<Salvación>> solo tienen significado <<en la>> historia y <<a lo largo>> de la

Historia.

1. Historia y Revelación
La Revelación se compone, afirma el Concilio, de sucesos y palabras íntimamente
relacionados. Si existe alguna particularidad en el discurso bíblico sobre la revelación, es
precisamente su carácter esencialmente <<histórico>>. La Palabra del Dios viviente es
dinámica: realiza la salvación en la historia. De esta manera la Historia de Dios con su
Pueblo es una historia que habla.

Dios se ha manifestado a su Pueblo como Yahvé. Él está presente con Moisés y con el
pueblo para liberarlo de la esclavitud y hacerlo libre para servir a Dios y servirse
recíprocamente en una renovada solidaridad en la vida y en la historia. La misma Teología
encontramos en el mensaje de los profetas, heraldos del encuentro histórico de Dios con
Israel. Dios se revela a Israel en su acción histórica sobre Israel. En el Nuevo Testamento
aparece todavía más claro que el centro de la Revelación es Uno sólo: Jesús de Nazaret.
Ciertamente cuando decimos que Dios se revela en la historia no significa afirmar que la
historia sea de forma automática, clara y simplemente Revelación de Dios.

2. La múltiple relación entre Revelación e Historia


a. La Revelación puede situarse en el tiempo y en el espacio.
La palabra de Dios sorprende a un hombre histórico en un determinado lugar, en un tiempo
determinado. La historia es la que constituye el escenario de la Revelación Bíblica.

b. La Revelación tiene como objeto no verdades abstractas, sino hechos


concretos.
El Dios de la Revelación es un <<Dios que actúa>>; mediante su palabra, Dios habla y
crea, no solo la creación cósmica, sino los mismos acontecimientos de la historia de
salvación son efecto de la Palabra de Dios. De todas las Palabras, que el Señor pronunció a
Israel ninguna de ellas cayó en el vacío: todas ellas tuvieron feliz cumplimiento. Así estos
acontecimientos históricos, creados por la Palabra de Dios, son al mismo tiempo el
contenido de la fe. La fe arranca de le la historicidad de los hechos y los presupone; pero
los proclama en su significado revelador y en su sentido salvífico.

c. La Revelación adquiere credibilidad a través de algunos


acontecimientos.
En palabras de Pedro, Jesús es acreditado gracias a los milagros, signos y prodigios que
Dios mismo realizo por medio de sus obras. Este hecho resalta lo que se conoce como el
valor apologético del milagro. Así los milagros del Antiguo Testamento y del Evangelio
presentan constantemente un determinado carácter. Estos no apelan a una <<maravilla>>
cualquiera, sino aquellas <<maravillas>> que más profundamente impresionan al hombre
precisamente en su dimensión de ser histórico a la búsqueda de sentido y salvación.

Los milagros armonizan con el contexto de la Historia Sagrada de la promesa salvífica. De


otra manera el milagro no es sólo prodigio sino también señal de la presencia del Reino,
demostración fáctica de una palabra-promesa.

3. La Historia es Reveladora.
Las <<Gesta>> de los patriarcas, los profetas y Jesucristo son en sí mismas reveladoras,
portadoras de sentido y de salvación. Dios habla, revela la salvación y la comunica a través
de dichas gestas.

Más allá de la dialéctica: << Dios habla – el hombre escucha>>, tenemos también aquella
de <<Dios se ha manifestado – el hombre debe reconocerlo>> de esta manera las obras del
Señor Son dignas de estudio, pues están repletas de significado.
El dar a conocer la historia del pueblo de Dios, es una de las leyes dadas por Dios a Israel.

El pueblo de Dios debe contar la Historia del pasado, porque ella revela y compromete su
presente y su futuro. Olvidar las obras de Dios es un pecado. Las obras de Jesús que, él
mismo reconoce como obras del padre, son, sobre todo, epifanías de la presencia del Padre
en el Hijo.

Es propio de la Revelación Bíblica en los Hechos y a través de los hechos de Dios con los
hombres, invocar y exigir la maravillosa pedagogía del <<Ver>> (Creer).

4. Hechos y palabras íntimamente relacionados


Las obras de Dios y de Jesucristo han llegado hasta nosotros a través de una tradición. La
Biblia es la narración e interpretación para nosotros de la aventura de Dios con los hombres
en la historia y a lo largo de la historia.
Es necesario tener en cuenta que el hombre se revela a Sí mismo, y, además, saber que es
en la acción humana se expresa la persona, misterio de Dios que resulta siempre insondable
e indecible e incluso para el mismo “Yo”.

a. Acciones y palabras.
La vida y la historia humana tienen sus intérpretes, sus carismático. La palabra es interprete
de los hechos. De esta manera la profecía es historia interpretada; cuando en la historia, ella
descubre y pone de manifiesto el sentido de Dios en los hechos de Israel.

b. <<Primero>> la palabra y <<después>> el hecho.


La interpretación de los hechos sucede en la Revelación, en la vida y en la historia de los
hombres, por medio de la palabra que precede al hecho y sigue al hecho.

La palabra que precede al hecho puede adoptar el carácter de predicción, llamada y misión,
mandato. Mientras que la palabra que está después del hecho es proclamación, explicación
meditación y, sobre todo narración.

De esta manera, toda la Biblia es la interpretación de la Historia de la salvación de la


salvación bajo la forma narrativa. Teniendo en cuanta que la narración no sólo interpreta,
sino que también expone y representa.

c. Intima, orgánica relación


La Revelación se realiza, Con <<Sucesos y palabras íntimamente relacionadas>>. El
suceso que en sí mismo es ya revelación da salida y consistencia a la palabra y el sentido de
los hechos alcanza su maduración en la palabra.

Así, Historia y Kerigma se hallan intrínsecamente conexas porque expresan una misma e
idéntica palabra de Dios que, por una parte, realiza los designios de Dios en la historia, y,
por otra, se traduce en palabras humanas en los labios de los Elegidos por Dios, sus
intérpretes.

El intrínseco vinculo ontológico entre palabras y sucesos alcanza su cumple en la plenitud


de los tiempos de la revelación “Cuando la palabra de Dios se hizo carne y estableció su
tienda entre nosotros”.

d. Acciones, palabras y presencia salvífica


La conexión entre suceso y palabra conduce a la unión entre Revelación y Salvación. Dios
obra, y obrando se revela al hombre con el fin de unirlo a sí y comunicarle su misma vida,
es decir, con el fin de salvarlo.

5. Carácter cristocéntrico y Trinitario de la Revelación


Jesucristo es al mismo tiempo mediador y Plenitud de la Revelación. Mediador, porque es
el último enviado del Padre, el camino Elegido para comunicar la Verdad y la Vida. Es la
Plenitud, porque es el mensajero y contenido del mensaje, el Revelador y Lo que revela. En
Jesucristo la Revelación llega a su cumplimiento y perfección.

Sin embargo, la Revelación no solo es Cristo-céntrica, sino que tiene una dimensión
Trinitaria, pues en ella se da un movimiento, el cual arranca de Dios Padre, nos alcanza por
medio de Jesucristo y nos otorga el acceso a la comunión con Dios en el Espíritu Santo.

6. El progreso de la Revelación. ¿Revelación y Salvación


definitivas?
Si la Revelación se realiza en la historia de la revelación y que el tiempo de la revelación
historia es también la medida de su progreso.

Los textos del A.T. ponen de manifiesto una sabia pedagogía divina. Y los textos del N.T.
presenta la fuerza en grado eminente de Dios. Así, las grandes verdades sobre Dios y su
pueblo, sobre la Iglesia – pueblo de Dios, etc. se profundizan y purifican a lo largo de la
revelación histórica, siendo esta una economía, designio, teología que camina hacia
Jesucristo.

Esto hace que esta economía cristiana, en cuanto que es alianza nueva y definitiva no
pasará jamás y por tanto no cabe esperar otra revelación publica, antes que la parusía de
Nuestro Señor Jesucristo.

7. Consecuencias Teológicas y Pastorales.


a. Una teología más histórica
La teología - en cuanto reflexión sobre el dato revelado- debe ser más histórica y narrativa
con el fin de entender quién es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, para poder
comprender de esta manera quién es Jesucristo.

Para comprender que es la Iglesia es preciso volverse hacia su historia primitiva y original
narrada en los Hechos de los apóstoles y el epistolario del N.T.

b. Una fe obediente en la vida


Creer significa pronunciar y vivir un amen, un sí que compromete a todo el hombre,
conocimiento y amor, en alegre y sumisa obediencia a Dios. Por la fe el hombre se entrega
entera y libremente a Dios.

La fe es un juicio de adhesión a la promesa que es inherente a la resurrección de Jesucristo,


y un juicio de rechazo a toda realidad que no esté de acuerdo con dicha promesa.

c. Experiencia de fe y comprensión de la Palabra.


Es preciso acoger y experimentar concretamente el mensaje revelado, si realmente
queremos comprenderlo.
La Iglesia es, por tanto, como afirma Semmelroth: “la comunidad de aquellos que escuchan
la palabra de Dios y la ponen en práctica, para mejor comprenderla”.

d. ¿Existencia e historia reveladoras?


Dios sigue hablando en medio de la existencia de cada uno y a través de los grandes
acontecimientos de la Historia contemporánea con tal de que sepamos leer la vida y la
historia con los mismos criterios de la Historia de Salvación proféticamente interpretada en
la Biblia.
A la luz de la experiencia histórica y de la Palabra que la acompaña, el hombre se halla en
situación de comprender el sentido de un acontecimiento personal. Su propia vida se vuelve
reveladora para Sí y para los demás.

e. Los signos de los tiempos


La teología de los <<signos de los tiempos>> se basa en el dato Bíblico que señala a la
historia como el lugar y el vehículo de la revelación de Dios y de su llamada.

Es un deber permanente de la Iglesia escrutar los signos de los tiempos e interpretarlos a la


luz del Evangelio, teniendo como criterio: la Sagrada Escritura y la verificación eclesial. Y
se debe tener adicionalmente una actitud constante en esta tarea.

Sem. Carlos Urbano.

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