9.-Morfología Urbana de Poblados Con Acequias

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Perspectivas del patrimonio en la ciudad

Escuela Nacional de Conservación, Restauración


Palabras clave
y Museografía “Manuel del Castillo Negrete”
Acequia, canales, arquitectura virreinal.

Resumen
Morfología urbana de poblados
con acequias en la Para analizar los poblados que contaron con acequias en la
cuenca de México cuenca de México se realizó una revisión histórica de la tecno-
logía hidráulica europea y prehispánica, así como su utilización
durante el periodo novohispano, sus procesos constructivos,
usos y mantenimiento; a la vez, se muestran las afectaciones
de la traza urbana de los poblados localizados en los lagos y
Alejandro Jiménez Vaca en las riberas de los mismos, desarrollándose una clasificación
de sus diferentes tipologías respecto de su correlación con los
lagos, así como del cambio en el uso de los elementos urbanos
que componen este tipo de poblaciones a través de los años.

Fuentes de abastecimiento de las acequias


en la cuenca de México

L
os lagos de la cuenca de México se conformaron por
medio de escorrentías provenientes de las sierras que
la rodeaban, así como de ríos y manantiales; en cuanto
a las acequias, éstas se alimentaron de la misma manera que
los lagos: ramificando canales de las fuentes mencionadas o
por medio de los mismos lagos. La provincia de Chalco se
abasteció de agua de los ríos Tlalmanalco y Amecameca; en la
zona norte, los ríos Guadalupe, Tlalnepantla, de los Remedios
y Cuautitlán surtieron de agua a numerosos ranchos, cultivos
ISBN: 978-607-484-747-5 y haciendas; en la zona sur, los ríos Churubusco, de la Piedad,
Coyoacán y San Ángel fueron las principales afluentes para los
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poblados de esta zona, mientras en la región nororiente esa titud; de esta manera la sucesión de alturas de los lagos de la
función la desempeñaron los ríos Texcoco y Papalotla. Fueron cuenca era la siguiente: hacia la zona sur, el lago de México se
numerosos los manantiales que existieron en la cuenca de Mé- encontraba a una altura mayor; le seguía el de Xochimilco y por
xico, utilizándose estas aguas para el abastecimiento de agua último el de Chalco; en lo que respecta a los lagos de la zona
potable, la alimentación de acequias destinadas a la navegación, norte, en altitud se sucedían el de San Cristóbal, el de Xaltocan
acequias que regaban campos de cultivo o para impulsar ma- y el de Zumpango, desaguando todos ellos el uno en el otro,
quinarias destinadas a la producción, como fueron los casos hasta llegar al de Texcoco, tal y como se puede observar en el
de Texcoco, Culhuacán, Coyoacán, Churubusco, Xochimilco, plano del siglo XIX de los ingenieros M.L. Smith y E. L. V. Har-
Mixquic, Azcapotzalco y Chimalhuacán. dcastle, donde a través de una planta y un corte de la cuenca
En lo que se refiere al nivel de los lagos, el más bajo se puede observar la relación de altitudes que presentaban los
era el lago de Texcoco, el cual sirvió como referencia de al- lagos en esta época (véase figura 1).

Figura 1. Plano de M.L. Smith y E. L. V. Hardcastle de un proyecto de desagüe de la laguna de Texcoco hacia Huehuetoca, en
el que se puede observar el nivel que presentaban los lagos en el siglo XIX. Redibujo del plano 22, “Atlas de planos técnicos
e históricos”, Memoria de las obras del Sistema de Drenaje Profundo del Distrito Federal, México, Secretaría de Obras y Servicios,
DDF, t. IV,1975.

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Aunque los lagos se alimentaban de agua dulce, existían zonas mirando al oriente –la cual recuerda a la plancheta del arqui-
en que prevalecía la salinidad, como se observa en poblados tecto español Antonio Plo y Camín en su tratado del Arquitecto
que hoy se asientan sobre el fondo de los antiguos lagos, con Practico, Civil, Militar y agrimensor (Plo, 1838), que aparece en un
el consecuente efecto sobre múltiples edificaciones y culti- plano del maestro mayor de la Ciudad de México Ignacio de
vos en Chalco (Jalpa, 1998:135), Mixquic, Tláhuac, Xochimilco Castera–, y que se utilizaba para la construcción de obras en
y Ecatepec. Esta situación se debe a la existencia de los suelos general, incluyendo obras hidráulicas como las acequias.
denominados feozems y solonchaks, donde la presencia de so- En cuanto al uso de las acequias en la cuenca de Mé-
dio es muy alta, tanto en los llanos de Teotihuacán y Zumpango xico, éstas se caracterizaron por un empleo agrícola de origen
como en el fondo de las antiguas zonas lacustres de Texcoco, prehispánico, el cual era utilizado en los sistemas de chinampas
Xaltocan y Chalco (Cervantes, 2000:47-48); además se dispo- de lago y de tierra adentro; estas últimas estaban ubicadas en
ne de los datos históricos ofrecidos por Manuel Rivera Cam- las riberas de los lagos y eran alimentadas por medio de cana-
bas acerca del lago de Xaltocan, al que describe como de agua les. Además destacaban, en los sistemas agrícolas autóctonos,
salobre y de un tono rojizo muy subido (Rivera, 2000:26). el sistema de metepantles o cultivos de terrazas en las zonas
montañosas, sobreviviendo estos métodos durante el perio-
do virreinal e incorporando los sistemas de cultivo europeos,
Construcción, usos y mantenimiento de las como el sistema de irrigación por tandeo propio de las huer-
acequias en la cuenca de México tas de Valencia y Murcia. Este último esquema traído por los
españoles se utilizó en la cuenca de México, sobre todo en la
Las acequias novohispanas localizadas en terreno firme, tanto zona de la provincia de Chalco y la zona norte de la región de
en las riberas de los lagos como tierra adentro, eran excava- Texcoco, abarcando los municipios de Tepetlaoxtoc y Papalotla
das y consolidadas con el apisonamiento de tierra, además de hasta llegar a las cercanías de Teotihuacán; se utilizaba además
plantarse árboles en las orillas o ribas, de modo que las raíces en la zona de Tepotzotlán, en los alrededores del Colegio de
las consolidaban, evitando así que perdieran su forma; en otras San Francisco Javier. La zona de mayor importancia para la
ocasiones podían tener un revestimiento de piedra o ladrillo, producción agrícola en toda la región fue la zona de los lagos
con o sin aplanado de cal-arena. El conocimiento de los trata- de Xochimilco-Chalco, tanto en tiempos prehispánicos como
dos de arquitectura europeos en el territorio novohispano se en el periodo novohispano; en la zona del lago de Xochimilco
manifestó de distintas maneras, desde las referencias que hace destacaban Xochimilco y Tláhuac, y en la zona del lago de Chal-
el arquitecto carmelita fray Andrés de San Miguel a tratadistas co los principales sitios fueron Mixquic, Xico, Ayotzingo y Chalco.
del viejo mundo hasta documentos de época como la Architec- En la calzada de Tacuba se realizó el repartimiento de solares a
tura Mechanica conforme la práctica de esta Ciudad de México los conquistadores para que establecieran sus casas, huertas y
(Schuetz 1987:100-101), de principios del siglo XIX, donde se granjas a lo largo de toda la calzada. Los dueños de esas pro-
mencionan los conocimientos, los instrumentos y libros con piedades gozaron de gran beneficio, pues se encontraban en el
que los maestros mayores deberían de contar; entre esos apa- trayecto del acueducto de Chapultepec, a lo cual se sumaba lo
ratos se menciona una mesa portátil con tripié que debe estar fértil de las tierras, razón por la cual Tacuba, junto con otros

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poblados vecinos, como Azcapotzalco y Tlalnepantla, llegó a fueron el tajo de Nochistongo y el túnel de Huehuetoca, así
ser una región extremadamente productiva y aportaba a la como el desagüe del río Cuautitlán; posteriormente, durante
ciudad gran cantidad de productos (Reyna, 1995:17-27) el gobierno del general Porfirio Díaz se construyó el túnel
Las acequias son consideradas sinónimo de acueducto, de Tequisquiac; por último, en la década de 1970 se realiza la
denominándose acequia el canal que lleva el agua, aun cuando obra del drenaje profundo, cuyo punto de origen es la Ciudad
el líquido sea llevado por medio de sistemas elevados a través de México para desembocar en las cercanías de Tequisquiac.
de grandes arcadas. Sin embargo, las acequias son más cono- (DDF, 1975: 86-87).
cidas por estar construidas a nivel de tierra y a cielo abierto, La prioridad de mantener bajo control los niveles de
como en el caso del acueducto de Chapultepec que abastecía agua de la Ciudad de México provocó que en varias ocasiones
de agua a la ciudad de México-Tenochtitlán; el acueducto del se evitara que el agua pasara hacia el lago de México, causando
Acuecuexcatl y el sistema de riego de Tetzcutzingo. En el pe- inundaciones en la zona sur que perjudicaban los cultivos de
riodo novohispano se reconstruyó el acueducto de Chapulte- chinampas; por ello se proyectaron varias obras de desagüe en
pec mediante el sistema constructivo prehispánico original, y esta zona que no llegaron a realizarse por lo oneroso de las
que logró conservarse así durante varias décadas. Además se mismas;en consecuencia, la solución que decidieron llevar a
contaba con el acueducto de Sanco Pinca, que partía de Azca- cabo fue desviar la corriente de varios de los ríos alimentado-
potzalco y abastecía de agua a la parcialidad de Santiago Tlate- res del lago de Chalco, realizándose trabajos de encauzamien-
lolco, el cual se encontraba a nivel de suelo y a cielo abierto. to por medio de grandes acequias. Éstas fueron aprovechadas
En el caso de Churubusco se alimentaba con agua proveniente por los dueños de las haciendas, quienes acaparaban el vital
del histórico manantial de Acuexcuecatl, además de encon- líquido y así provocaban constantes conflictos con los agricul-
trarse muy cercano al afluente del río Churubusco, del cual se tores chinamperos; tales obras funcionaron sólo de manera
desprendían varias acequias para dirigirlas a zonas de cultivos. parcial porque nunca se concluyeron, además de que el mante-
En la región de Texcoco, y en lo referente a los abastos de agua nimiento que demandaba su funcionamiento no resultaba pro-
dulce, éstos se hacían por medio de acequias alimentadas de porcional con la constancia requerida (Jalpa, 1998:179-185).
un manantial nacido a pie de monte en un lugar llamado San Debido al bajo nivel de los lagos y al repliegue de las
Francisco; primero pasaba por los molinos de las Flores y de aguas en temporada de secas era necesario excavar dentro del
la Blanca, después servía para el beneficio de varias haciendas propio lago para construir acequias y asegurar una cantidad de
(Rivera, 2000:518). agua que permitiera la navegación en cualquier época del año,
La región norte de la cuenca de México fue vista una práctica que ya se realizaba desde el periodo prehispáni-
como la zona más idónea para realizar las obras de desagüe co, continuando durante el virreinato y el siglo XIX. La ruta
que se fueron requiriendo durante el periodo virreinal, y du- acuática más conocida era la que comunicaba a la Ciudad de
rante los dos siglos que le precedieron las características to- México con la Provincia de Chalco: comenzaba su trayecto en
pográficas del norte de la cuenca fueron esenciales a fin de el embarcadero de Roldán, de ahí seguía hacia el sur por los
elegir ese sitio para la ejecución de las obras. Por su trascen- poblados de La Coyuya, Santa Anita, Iztacalco, San Juanico y
dencia y magnitud, durante esa etapa las obras más conocidas Mexicaltzingo, rodeando el lado poniente del cerro de la Es-

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trella por el pueblo y el dique de Culhuacán, para luego pasar
por los barrios de San Andrés y Tomatlán, localizados al sur-
poniente del cerro de la Estrella. De ese punto se desprendían
dos acequias que se dirigían al pueblo de Xochimilco, una en la
cercanías del barrio de Tomatlán y la otra más adelante de este
poblado, continuaba su recorrido al pueblo de San Gregorio
y seguía el trayecto de la acequia proveniente de la Ciudad de
México, la cual seguía su recorrido hacia el pueblo de Tláhuac
y después a la isla de Xico, de donde se ramificaba otra acequia
que se dirigía a Tlapacoya y de ahí al embarcadero de Santa
Bárbara, en el actual municipio de Ixtapaluca;en lo que res-
pecta a la acequia principal, que venía de la Ciudad de México,
continuaba de Xico hasta el embarcadero y pueblo de Chalco,
donde tenía su destino final. En lo referente a la navegación
en la zona del lago de Texcoco, ésta se realizaba por medio
de varias acequias que comunicaban la Ciudad de México con
Texcoco; además existía una que salía de Totolcingo, localidad
ubicada al norte de Texcoco, pasaba por el Peñón de los Ba-
ños y al parecer existió una continuación que unía este canal
con el que se prolongaba de la acequia de San Lázaro hasta el
pueblo de Chimalhuacán, pues Rivera Cambas refiere otra vía
fluvial en el siglo XIX, que partía paralela a la vía con dirección
a Chalco, sólo que iba a Los Reyes, después se desviaba hacia
San Vicente, pasaba por la hacienda de Chapingo y finalmente
llegaba a Texcoco (Rivera, 2000:517-518) (véase figura 2).

Figura 2. Plano de rutas de navegación en la cuenca de México, indicadas con


la línea roja gruesa (elaborado por Alejandro Jiménez Vaca sobre el plano de la
Región Tenochtitlán de Luis González Aparicio de 1973).

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Los lagos eran alimentados por medio de ríos, manantiales tán extremeño en tácticas militares fue evidente al emplearlas
y arroyos, los cuales eran aprovechados como fuerza motriz en el asedio a Tenochtitlán, a la cual no podían ingresar con
de diversas fábricas novohispanas. En la zona poniente, en el caballos, cañones y tropas a pie –que eran el fuerte de los pe-
trayecto del acueducto de Chapultepec se ubicaron varias ha- ninsulares–, por ello la táctica para contrarrestar esa protec-
ciendas y molinos, destacando entre éstos el Molino del Rey; ción fue cegar las acequias con los restos de las casas (Cortés,
en la parte norte, en el trayecto de la calzada de Guadalupe, 2010:183-184) (Bernal, 2009:249 y 345).
se encontraban varias haciendas que se abastecían de los ríos El mantenimiento más constante realizado a las ace-
Tlalnepantla y Guadalupe. En la parte sur en el poblado de quias durante el virreinato fue de tipo correctivo, es decir, se
Culhuacán se encontraban varias acequias que se surtían de limpiaban solamente las zonas que presentaban problemas, ya
la alberca situada enfrente del convento y al frente de éste se sea por azolves acumulados que ocasionaban inundaciones
encontraba el molino de papel que se abastecía de una alber- parciales, o porque dificultaban la navegación. Las acequias
ca más pequeña de la que se desprendía una acequia, quedan- también recibían reparaciones mayores que consistían en ex-
do vestigios del mecanismo para producir el papel. En cuanto cavar de nuevo secciones de acequias que se habían cegado
a la industria relevante en la zona del lago de Texcoco, Ribera por azolves, así como en delimitar o reconstruir sus orillas o
Cambas menciona un molino de trigo y una fábrica de hilados ribas, además de plantar árboles en las orillas de las acequias
que se encontraba en Chimalhuacán y cuya maquinaria era y reparar los pretiles (AGN, Obras Públicas, Año 1787, vol. 27,
accionada por medio de la fuerza hidráulica proporcionada exp. 5). La mano de obra para la limpieza de las acequias se
por un manantial; mientras en Texcoco se encontraban los obtenía principalmente de los indios avecindados en los pue-
molinos de las Flores y la Blanca, que se abastecían de un blos de la región, continuando la costumbre de emplearlos en
manantial localizado en un sitio denominado San Francisco obras de beneficio común denominadas coatequitl o tequios,
(Rivera, 2000:523-535). (Gibson, 2007: 227). En un inicio fueron los encomenderos
En las crónicas de Hernán Cortés (2010:77) y Bernal quienes se hacían cargo de proporcionar la mano de obra al
Díaz del Castillo (2009:159-160) acerca de la conquista de la gobierno virreinal, como parte del tributo que debían apor-
Ciudad de México, y de los poblados que se situaban en los tar a la Corona española (Gibson, 2007: 226); sin embargo,
lagos de la cuenca de México, es notable la descripción que al debilitarse las encomiendas los corregimientos fueron los
hicieron en cuanto a la disposición de canales alrededor de encargados de la administración de gobierno, convocando a
las zonas chinamperas como Xochimilco, Tláhuac y la propia laborar en obras públicas mediante los denominados “llama-
Ciudad de México. Ambos hacen hincapié en la utilidad de las mientos” (Gibson, 2007: 227), Entonces debían rotarse los
acequias como barrera militar, en tanto obstaculizaban el ac- periodos de trabajo en que colaboraban con las obras públi-
ceso hacia los poblados, contando –al igual que Tenochtitlán– cas, ello mediante los denominados “repartimientos”(Gibson,
con puentes que se retiraban para evitar el arribo de ejércitos 2007: 229). Pero también podía incluir a los reos de las cár-
enemigos, similitudes que los conquistadores encontraban con celes, obligándolos a trabajar en esas labores como parte de
ciudades occidentales donde esos elementos se utilizaban con su condena (AGN, Fondo Indiferente Virreinal, Sección Ríos y
la misma finalidad. En consecuencia el conocimiento del capi- Acequias, exp. 113, C. 6486).

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A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, como Ayuntamiento del Gobierno del Distrito Federal, Sección Ríos
consecuencia del interés por mantener el buen estado de las y Acequias, vol. 3873, exp. 171, año 1775). Asimismo constan
acequias, se planteó realizar la limpieza por medios mecánicos, otros dos registros de la misma época: el primero se relaciona
tal solución se logró por medio de los “pontones”, es decir, pe- con un pontón construido en el año de 1795, el cual limpiaría
queñas embarcaciones con cucharas que servían para excavar la acequia que iba de México a Chalco y sería operado por dos
y extraer los azolves de las acequias (AGN, Fondo Indiferente personas (AGN, Obras Públicas, vol. 7, exp. 4); el segundo regis-
Virreinal, Sección Policía y Empedrados, 1792, exp. 32, C. 6466). tro se refiere a un proyecto para construir un pontón en 1821
Además, en el Archivo Histórico del Distrito Federal se lo- por parte del ingeniero José Bravo, una embarcación operada
calizó un expediente que trata sobre la construcción de una por diez hombres que se ocuparía de diversas tareas, entre
pequeña flota de pontones y canoas para la limpieza de las ace- ellas la construcción de fosos o acequias para la protección de
quias en el periodo en que gobernó el virrey Revillagigedo; ese la ciudad, así como para profundizar y ensanchar las existentes,
método fue utilizado por lo menos durante tres años, lapso en y además se planteaba que sirviera para la limpieza de acequias
el que se dedicó un presupuesto anual al mantenimiento de es- y lagos (AGN, Fondo Indiferente Virreinal, Sección Ríos y Ace-
tas embarcaciones y al sueldo de los operarios (AHDF, Fondo quias, exp. 28 C. 5794) (véase figura 3).

Figura 3. Redibujo del “pontón” de José Bravo, el cual serviría para limpiar las acequias y los lagos; en una de las notas hace
referencia a dos “ganjiles”, es decir, dos pequeñas embarcaciones a los lados del pontón y utilizados para recibir el fango (redibujo
de imagen del AGN, Fondo Indiferente Virreinal, Sección Ríos y Acequias, exp. 28, C. 5794.

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Tipos de poblados en la cuenca de México
a partir de su interrelación con los lagos
y la morfología de su traza

A partir del plano de Tenochtitlán del arquitecto Luis González


Aparicio (González,1973), se realizó una identificación de la
ubicación de los poblados de la cuenca de México y su relación
con los lagos, identificándose cuatro tipos de poblados perte-
necientes al periodo prehispánico que tuvieron una continui-
dad durante la etapa novohispana. En primer lugar están los
ubicados en las cercanías de los lagos pero que en realidad se
encontraban en tierra, a poca distancia de la orilla de los lagos
y abasteciéndose de agua a partir de canales de los propios
lagos o de afluentes de los cuales aquéllos se alimentaban. En
segundo lugar, los poblados que se encontraban en las riberas
de los lagos pero estaban totalmente en tierra; éstos derivaban
canales para el cultivo de chinampas en tierra firme, pero ali-
mentados por canales derivados de los lagos. En tercer lugar se
identificaron los poblados parte en tierra y parte en el lago, los
cuales tenían sistemas de cultivo tanto de chinampas en tierra
firme como de chinampas artificiales lago adentro; y finalmente
se identificaron ciudades asentadas en el lago, ya sea por medio
de islas naturales o artificiales, denominadas por el arquitecto
Luis González Aparicio como ciudades chinampecas (Gonzá-
lez,1973), pues fueron creciendo a partir de chinampas o su
principal actividad productiva fue a partir base de este método
de cultivo. Tal pareciera que su disposición no era al azar, sino
que se desarrollaban en función de ciertas condiciones y una
de ellas era respetar las corrientes de los lagos, lo cual daba
un trazado irregular a las manzanas solares y calles. Otro de los
aspectos importantes era el de la protección militar de las chi-
nampas a consecuencia de la continua pugna entre las diferen- Figura 4. Localización de poblados con acequias de la cuenca de México, dibujo
tes tribus chichimecas que poblaron la cuenca (véase figura 4). basado en el plano del arquitecto Luis González Aparicio (dibujo de Alejandro
Posteriormente se realizó una comparativa de estos poblados Jiménez Vaca).

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en planos actuales e históricos, además de hacer un registro
de campo de los principales poblados, en los cuales pudo iden-
tificarse la evolución morfológica de los diversos elementos
urbanos que los conforman. A continuación se describe con
cierto detalle cada uno de estos poblados.

Poblados chinampecas

Estos poblados adquieren la denominación de chinampecas por


haber utilizado las chinampas laguna adentro como método de
cultivo y como recurso para expandir su territorio; el ejemplo
más notable de este tipo de poblaciones es la Ciudad de México,
ya que al ser el conjunto monumental más importante del país, y
el sitio donde más edificios patrimoniales se concentran, ha per-
mitido que las huellas de la existencia de acequias en la traza ur-
bana sea más evidente, ya sea que hayan permanecido en la traza
de solares, manzanas y calles, o bien, que puedan percibirse en el
partido arquitectónico de los edificios por los cuales pasaba una
acequia. Otro de los elementos más registrados en esta ciudad
son los puentes, y éstos, al igual que las acequias, condicionaron
el trazo de manzanas y solares (véase figura 5). En la misma si-
tuación se encontraban los poblados cercanos a la Ciudad de
México, los cuales se caracterizaron por asentarse en pequeñas
islas que fueron expandiendo su territorio mediante chinampas
dedicadas al uso agrícola: al sur se encontraba Mixiuhca, Santa
Anita, Ixtacalco y San Juanico, mientras al norte destaca Azcapot-
zalco. El poblado de Iztacalco se encontraba en las orillas del lago
de Texcoco y es identificado como un poblado chinampeca y de
gran producción agrícola; sin embargo, no es tan notoria su traza
de isla como en otros poblados, sobre todo porque era muy
pequeño y se dividía en barrios que estaban separados, además
de localizarse entre acequias que los dividían, perdiéndose los Figura 5. Plano de localización de las acequias en un plano actual de la Ciudad
rastros de su origen a partir de pequeñas islas (véase figura 6). de México (plano realizado por Alejandro Jiménez Vaca, 2012).

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Xochimilco es el mayor ejemplo de los poblados chinam-
pecas en donde se advierte la forma en que los canales han
cambiado de uso, observándose zonas dedicadas a la agricul-
tura con canales principales que comunicaban las chinampas
y canales secundarios que alimentaban los cultivos. Además,
en las cercanías del centro se observan zonas habitacionales
con idénticas soluciones que en las zonas agrícolas pero con
diferente uso –por ejemplo en las vialidades terrestres o en la
distribución de los lotes y las construcciones ubicadas dentro
de los mismos–, encontrándose en esta zona rastros de las
acequias prehispánicas y de las chinampas agrícolas en su traza,
por lo cual constituye el patrimonio más grande e importante
que subsiste en nuestros días. En segundo lugar, en cuanto a ta-
maño y estado de conservación, destaca Mixquic; sin embargo
ambos sitios, al igual que Tláhuac, se hayan en riesgo de per-
derse por el cambio de uso de suelo, de agrícola a habitacional,
además de por la creciente contaminación (véase figura 7).

Figura 6. Plano de localización de acequias en la cabecera del pueblo de Iztacalco, hoy


conocido como barrio de la Asunción (plano realizado por Alejandro Jiménez Vaca; en
2012, sobre un plano catastral del año 2000 y actualizado mediante fotografías satelitales
de Google Earth de 2011).

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Figura 7. Plano de Xochimilco, en el que
se puede observar los canales hoy en día,
así como canales probablemente cegados
(plano elaborado por Alejandro Jiménez Vaca
en 2012 sobre un plano catastral de 2000,
actualizado mediante fotografías satelitales
de Google Earth de 2011).

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Al igual que Tláhuac, Mixquic conservó su situación de pue- embargo, pueden observarse numerosos canales y ahuejotes
blo chinampero en pleno lago de Chalco (Bernal 2009:191), que ya se han secado, quizá a causa de las aguas con que se
manteniéndose así hasta el siglo pasado, cuando la desecación riegan los cultivos, pues resulta evidente la contaminación de
de los lagos hizo que sus abastecimientos de agua se vieran sus canales y lagunas. En lo que se refiere a la traza urbana del
reducidos y su conexión con tierra firme se fuera haciendo poblado, subsisten vestigios de antiguos canales principales, con
más estrecha. A pesar de este desecamiento la existencia de las ramificaciones de lo que serían posibles canales secundarios
un manantial con una pequeña alberca al norponiente del po- y actualmente son pequeños callejones; tal pareciera que el
blado, la cercanía del río Amecameca y múltiples plantas de poblado comenzó con un esquema de una plaza central y viali-
agua tratada por parte de Sistema de Aguas de la Ciudad de dades concéntricas, el cual se extendió durante cientos de años
México permiten mantener una fuerte producción agrícola; sin hasta unirse con el poblado vecino de Tetelco (véase figura 8).

Figura 8. Plano de Mixquic, con los cuerpos de agua y canales existentes hoy en día, así como canales posiblemente cegados.
Plano elaborado por Alejandro Jiménez Vaca el año 2012, sobre un plano catastral del año 2000 y actualizado mediante fotografías
satelitales de Google Earth del año 2011.

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Entre las escasamente documentadas destacan las islas Poblados ribereños
que se encontraban en los lagos septentrionales de la cuenca;
es decir, las que se ubicaban en la laguna de Jaltocan o Tona- En las márgenes de los lagos hubo una gran cantidad de pobla-
nitla. Una de ellas se denominaba Salinas y se localizaba en el dos que asentaron sus edificios y vialidades parte en el agua
límite de las lagunas de Jaltocan y San Cristóbal; en ocasiones y parte en tierra; el desarrollo de esos sitios se originó por
se le representaba en los planos novohispanos como una isla; la disposición de los sistemas de canales dedicados al cultivo,
otras veces se le consideraba como un poblado en el extremo tanto de chinampas tierra adentro como lago adentro. Entre
de una península que se encontraba unida a tierra por el lado los poblados que siguieron esa disposición se cuentan Tacu-
oriente, y otras ocasiones se le dibujaba como un poblado que baya, Texcoco, Iztapalapa, Chalco, Tulyehualco, y Tetelco; sin
dividía los dos lagos de esa zona. Las otras dos islas eran las embargo, pocos son los rastros que pueden identificarse en
que le daban nombre a esta laguna: Jaltocan al extremo norte planos actuales porque se ha modificado la traza original de
y Tonanitla al sur de ese poblado (véase figura 9). esos sitios, y con ello se perdieron vestigios de los elementos
urbanos históricos que los conformaban. En nuestros días el
poblado de Chalco se encuentra altamente modificado en su
traza urbana, por lo que se perdieron los rastros de su pasado
chinampero y en las fotografías satelitales puede apreciarse
una línea diagonal donde aún es posible percibir los límites de
la ciudad con el lago de Chalco; además de que en el trazado
de las calles y en las mismas fotografías satelitales se puede
observar el gran acalote que servía de comunicación con los
demás poblados chinamperos hasta llegar a la ciudad de Méxi-
co (véase figura 10).

Poblados ribereños al pie de cerros

Una variante de los poblados ribereños fueron los ubicados


Figura 9. El poblado de Santa María Tonanitla se encuentra localizado en el en las faldas de las zonas montañosas, entre ellos se cuenta
norte de la cuenca, justo al sur del pueblo de Jaltocan; se puede observar cierta a Iztapalapa, Culhuacán, Chimalhuacán, Chicoloapan, Tlapaco-
similitud en su traza urbana con las islas de Xochimilco y Mixquic (dibujo de ya, Acozac y el Tepeyac; la razón de que se localizaran en es-
Alejandro Jiménez Vaca, basado en imagen de Google Earth, del 12 de agosto tas zonas se debe al aprovechamiento de las aguas tributarias
de 2011). provenientes de los cerros o de algún manantial; igualmente
aprovechaban los canales naturales para prolongar su trayec-
toria hacia canales artificiales que rodeaban la ciudad con el

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fin de evitar las inundaciones desviando las aguas hacia zonas de
cultivo; además, la disposición de los canales formaban una útil
barrera para la protección militar. Este esquema fue asimilado
y adoptado durante el periodo novohispano, tal y como puede
verse en los proyectos de urbanización realizados en la Villa de
Guadalupe. En el pueblo de Chicoloapan se pueden observar
diversos canales alimentados por las escorrentías de los cerros
cercanos, encontrándose en la traza actual diversas calles que
parecieran haber sido en algún momento canales o acequias con
la misma función, y por ello es muy probable que los canales
existentes en esa zona sean naturales, con una mínima inter-
vención de la mano del hombre, si bien son aprovechados como
defensa militar y para evitar las inundaciones (véase figura 11).

Figura 10. Plano de Chalco con la posible ubicación de la acequia que comunicaba
este poblado con la ciudad de México, así como los contornos hipotéticos de Figura 11. Plano de Chicoloapan donde pueden observar los canales existentes
la traza de la ciudad y del límite del lago (plano dibujado por Alejandro Jiménez en nuestros días, así como canales que probablemente fueron cegados (plano
Vaca en 2012, a partir del plano elaborado por Adrián Natividad Cabrera Pérez dibujado en 2012 a partir de un plano dibujado por Benjamín Cedano Villafuerte
en 2007 e imagen de Google Earth del 28 de diciembre de 2009. en 2006.

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Conclusiones contaminación; en segundo lugar por el abandono de las chi-
nampas como medio de producción agrícola, siendo Mixquic
Los poblados con herencia prehispánica que se ubicaban en los un caso excepcional en que la producción agrícola es aún muy
extintos lagos y sus riberas, tuvieron una traza urbana en la alta; otro de los grandes problemas es el de las construccio-
cual repercutió su relación con los lagos, debiendo adoptar nes que invaden por completo las zonas de cultivos, con lo
la inclusión de acequias en su traza conforme se encontraban cual se rompe el equilibrio ecológico de la zona. La urgencia
más cerca de las lagunas. Por otro lado puede observarse el de emprender planes de rescate ambiental y urbano en estas
cambio de uso en varios elementos urbanos: en primer lugar áreas chinamperas es imperativo si se quiere preservar este
las antiguas chinampas prehispánicas cambian su uso agrícola patrimonio, ya que son herencia tangible para las generaciones
y se convierten en manzanas para uso habitacional; en cuanto venideras, tratando de evitar que en un futuro sólo queden
a las vialidades fluviales, los canales cambian de uso en fun- testimonios en documentos, añorando románticamente los
ción de su tamaño, convirtiéndose en vialidades vehiculares y momentos en que esos lugares existían, tal y como ocurre con
peatonales. En lo referente a los canales prehispánicos, tuvie- algunos de los núcleos urbanos señalados aquí.
ron similitudes con sus análogos occidentales en tanto fueron
utilizados para la protección militar, según señalaron Hernán
Cortés y Bernal Díaz del Castillo, quienes como hombres de Referencias
batalla pusieron gran atención en la disposición estratégica de
las calzadas, puentes, albarradas y, por supuesto, las acequias, Archivo Histórico del Distrito Federal (AHDF).
mismas que dificultaban el acceso a los poblados chinampecas
y cuyo ejemplo más destacado es la ciudad de México-Teno- Cortés, Hernán (2010), Cartas de Relación, México, Porrúa. p.
chtitlán. Otros poblados se localizaban al pie de cerros estos 77, 183-184.
últimos parecen adoptar un esquema totalmente autóctono, el
cual tuvo una continuidad durante el virreinato, un periodo en Departamento del Distrito Federal (DDF) (1975), Memoria de
el cual se añade la función de resguardo de los poblados para las obras del Sistema de Drenaje Profundo del Distrito Federal, Mé-
controlar el paso de las mercancías y el cobro de impuestos xico, Departamento del Distrito Federal, Secretaría de Obras
de las mismas, observándose ejemplos de lo antes referido en y Servicios, pp. 86-87.
poblados como la Villa de Guadalupe.
En algunos de los principales poblados de la cuenca de Díaz del Castillo, Bernal (2009), Historia Verdadera de la Con-
México se puede observar que se ha perdido gran parte de quista de la Nueva España, México, Porrúa. 159-160, 191, 249
los vestigios de su pasado lacustre, lo cual permite valorar a y 345.
los que aún sobreviven en la zona sur, entre ellos Xochimilco,
Tláhuac y Mixquic. Sin embargo, tal pareciera que el descuido Cervantes Borja, Jorge E. y Alfaro Sánchez, Gloria (2000), La
en el cual han caído puedan hacer que en un futuro muy cer- ciudad de México en el fin del segundo milenio, México, Gobierno
cano éstos también puedan perderse, en primer lugar, por la del Distrito Federal/El Colegio de México, pp. 47-48.

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