Cultura Lambayeque
Cultura Lambayeque
Cultura Lambayeque
ÍNDICE
TRUJILLO – PERÙ
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………………………... 02
2015
MARCO GEOGRAFICO………………………………………………………………………………………03
ANTECEDENTES……………………………………………………………………………………………….06
ESTUDIO TIPOLOGICO……………………………………………………………………………………….27
METALURGIA SICÁN………………………………………………………………………………………….33
TECNICAS DE MANUFACTURA……………………………………………………………………………37
ORFEBERIA…………………………………………………………………………………………………………40
ANEXOS……………………………………………………………………………………………………………..49
BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………………………………………63
INTRODUCCIÓN
En la Región Lambayeque, en la única reserva de bosques secos tropicales que existe a lo largo
del Pacífico Sur y que hoy conocemos como Santuario Histórico del Bosque de Pómac, floreció
Hasta el Santuario Histórico del Bosque de Pómac llegó en los primeros años de la década de
1970 el doctor Izumi Shimada, catedrático de Southern Illinois University. La singular belleza de
un paisaje austero y agreste adornado por evidencias de decenas de pirámides entre bosques
de algarrobos no fue lo único que concitó la atención del doctor Shimada. Él llegó atraído por
las muchas interrogantes que aquel lugar propiciaba en su inquieto afán científico, ansioso por
comprender en su cronología y contexto geográfico lo que anticipaba era una gran cultura
surgida en y desde la Región Lambayeque.
La cultura Sicán tuvo una visión grande, amplia y ambiciosa de sí misma y del mundo. Ello la
impulsó a extenderse más allá de la cuenca del río La Leche y de la costa lambayecana e
incursionar tanto hacia el norte como hacia el sur. A través del comercio, la cultura Sicán alcanzó
las costas de Ecuador y Colombia y la cuenca del Marañón por el este. Hay indicios de presencia
Sicán desde las Islas Galápagos hasta territorios Tiahuanaco, incluida la franja costera en el norte
de Chile.
Fue la cultura Sicán una sociedad multiétnica, compleja y estratificada. El haber sido precedida
por las culturas Huari y Mochica y después sucedida por la cultura Chimú, lejos de impedir,
favoreció que se erigiera en un sofisticado puente de sincretismo religioso, social y tecnológico
y en una potente fuente de irradiación cultural e iconográfica simbolizada por el Tumi y la
Máscara de Oro de Sicán Medio como bien enfatiza el doctor Shimada.
LA CULTURA LAMBAYEQUE O SICÁN
1. MEDIO GEOGRÁFICO:
a) Ubicación Geográfica:
Esta cultura se difundió rápidamente por los valles de Motupe, La Leche, Lambayeque, Reque,
Zaña, aproximadamente entre los años 850 ó 900 D.C y 1400 D.C. sin embargo su dominio e
influencia cultural se extendió por una zona mucho más amplia hasta Piura por el norte y los
valles de Jequetepeque y Chicama por el sur.
b) Ecología:
c) Clima:
d) Relieve y suelos:
Es plano, ligeramente ondulado, el escenario edáfico está representado por suelos de textura
variable, entre ligeros a finos, con cementaciones salinas, cálcicas o gípsicas (yeso) y con
incipiente horizonte a superficial con menos del 1% de materia orgánica.
e) Vegetación:
La vegetación en esta zona de vida es por lo general escasa, apareciendo especies halófitos
distribuidas pequeñas manchas verdes dentro del extenso y monótono arenal grisáceo eólico
(ONERN, 1976).
Sin embargo, en nuestra área de estudio por estar asimilada al uso agrícola, se observan con
frecuencia especies de bosque seco como: Capparis ovalifolio, Bichayo; Prosopis chilensis,
Algarrobo; Cryptocarpus piriformes, Chope; Acacia macracantha, Faique; y otras plantas
rastreras. Asimismo, está rodeada de campos de cultivo que tienen sembríos de maíz, arroz,
algodón y otros productos de pan llevar.
f) Fauna:
La zona tiene una fauna constituida por aves, réptiles y mamíferos. En el primer caso aparecen
especies como: Coragyps atratus: Gallinazo Cabeza Negra, Cathartes aura: Gallinazo Cabeza
Roja, Atiene cunicularia: Lechuza, Eupelis cruziana: Tórtola, Rodopis vesper: Picaflor,
Pirocephalus rubinus: Putilla, Minus longicaudatus: Chisco, Egretta thula: Garza Blanca Chica,
Tordo Grande o Negro, Crotophaga sulcirostris: Guardacaballo o Chuclui, y Sarkidiornis
melanotos: Pato arrocero o crestón. Otro género de Fauna son los réptiles como son el
Phyllodactylus gerhopygus: Saltojo, e Iguana iguana: Iguana o Pacaso. Por último tenemos a los
mamíferos Akodon sp.: Ratas de campo, y Dusicyon sechurae: Zorro Costeño.
2. ANTECEDENTES:
A partir de la década del 70, debido a las investigaciones realizadas en la región por profesionales
nacionales y extranjeros. Las nuevas investigaciones brindaron una renovada interpretación de
la prehistoria de la región; definiendo al desarrollo Lambayeque como un pueblo con
Los primeros estudios en la región pueden considerarse como meras descripciones generales,
comentarios y recopilaciones realizadas por cronistas, viajeros y eclesiásticos durante y después
de la conquista hispana en territorio andino.
El cronista Pedro Cieza de León (1553), sería el primero en visitar y describir el sitio de Túcume,
quince años después de la toma de Cajamarca.
Posteriormente Miguel Cabello de Balboa (padre dominico), recoge un relato mítico en (1581)
durante su permanecía en la región. En (1586), en su obra magistral “Miscelánea Antártica”,
proporciona mayor información referente a los orígenes de los antiguos pobladores de los valles
de Lambayeque, haciendo mención de un héroe civilizador de origen remoto, de nombre
Naimlap, fundador de la primera dinastía del reino Lambayeque.
Luego tenemos a Francisco López de Xerez (1737) la primera referencia escrita concerniente al
área de Lambayeque, como parte de la expedición realizada durante la conquista desde la
ciudad de San Miguel de Piura hasta Cajamarca.
El pionero en trata de probar la veracidad de la leyenda de Naimlap fue Hans Heinrich Bruning
(1922) publicó su obra “Estudios Monográficos de Lambayeque”, en la cual realiza un análisis
etnohistórico de la leyenda, relacionándola con los diferentes sitios arqueológicos en la región,
sugiriendo a Chotuna como el posible templo de “Chot”, mandado a construir por Naimlap a su
arribo a estas tierras.
En 1937, Julio C. Tello visitaría brevemente la región para inspeccionar el área depredada un
año antes en el sitio de Huaca las Estacas en Batan Grande, en Pomac, dentro del contexto
generado por los descubrimientos de oro arqueológico saqueado en la zona, entre estas piezas
el célebre “Tumi de Illimo”, el cual tuvo la oportunidad de apreciar en Lima junto con la colección
de la Casa Weisch, proveniente de Batan Grande, Estos hallazgos permanecieron
posteriormente en la Bóveda del Museo de Antropología y Arqueología de Lima hasta 1981 en
que fueron sustraídos clandestinamente. Sin embargo Luis E. Valcárcel (1937) aprovecharía la
evidencia arqueológica para sugerir la posible relación entre Naimlap y el personaje de rasgos
ornitomorfos que aparece en el “Tumi de
Illimo”.
En 1941, excavadores clandestinos descubrirían paredes decoradas con frisos en bajo relieves
en Huaca de los Frisos (Chotuna), en aquella época conocida como Huaca Gloria, estos relieves
presentaban similitud con los de Huaca El Dragón, en el valle de Moche. Poco tiempo después
al saqueo Julio Rondón realizo las primeras fotografías de los frisos de Chotuna, publicadas en
1944 por Kroeber.
Posteriormente en 1942, Jorge C. Muelle realizó el análisis de la cerámica paleteada recolectada
en los valles de Saña y la Leche, concluyendo que esta técnica es típica y representa un
continuum cultural en la región de Lambayeque.
Rafael Larco Hoyle (1948) fue el primero en usar categóricamente el término “Cultura
Lambayeque”, al mismo tiempo la incluyo dentro del marco temporal de su estudio “Cronología
Arqueológica del Norte del Perú” (Wester la Torre: 2010). No obstante siete años más tarde el
reconocido antropólogo norteamericano John H. Rowe va a denominar a las singularidades
Lambayeque como Chimú.
Jorge Zevallos (1971-1989) sería el delegado para separar y diferenciar el material que había
sido “Chimuizado” por otros investigadores desde Kroeber (1929) hasta Rowe (1955).
Iniciándose así, una nueva era en las investigaciones en la región. Este estudio permitiría
establecer la primera tipología de la cerámica Lambayeque I, agrupada en seis tipos de acuerdo
a principios morfológicos, tecnológicos y estilísticos.
Paralelo el arqueólogo japonés Izumi Shimada (1978) inicia sus excavaciones en la zona de Batan
Grande, como parte del proyecto arqueológico Sicán. Las sucesivas campañas llevaron a
Shimada a postular al sitio de Batan Grande como la capital de la cultura Lambayeque durante
Entre 1991 y 1992, Shimada realizó grandes descubrimientos de contextos funerarios elite en
los sitio de Huaca Loro y Huacas la Ventanas. Además hallo un textil recubierto con yeso y con
pintura policroma con la representación de la deidad Sicán en Huaca las Ventana en 1992.
Finalmente el trabajo continuo de Shimada arrojó la siguiente secuencia cronológica: Sicán
Temprano (700-900 d.C.), Sicán Medio (900-1100 d.C.), Sicán Tardío (1100-1350 d.C.).
Thor Heyerdahl, que ya había visitado Túcume en 1987, fue el auspiciador y fundador del
Proyecto Arqueológico Túcume. Estuvo dirigido en un primer momento por Walter Alva y Arne
Skjolsvold. Posteriormente debido a los magníficos descubrimientos de Sipan, Walter Alva no
pudo seguir con las excavaciones. Alfredo Narváez (1995-1996), Daniel H. Sandweiss (1988-
1993) fueron los encargados de tomar la codirección del proyecto. Las investigaciones
evidenciaron el papel de Túcume como gran centro ceremonial, con tres ocupaciones
claramente visibles: Lambayeque Tardío, Chimú y Chimú- Inca.
Desde 1991 el programa arqueológico San José de Moro viene excavando más de 492 contexto
funerarios, de los cuales 60 corresponden a la ocupación Lambayeque. El 2003 iniciaron
excavaciones en el área 33, localizada en la zona central del sector conocido como “Cancha de
Futbol”, donde se registró una sorprendente cantidad de tumbas Lambayeque. Desde este
sentido, el programa arqueológico San José de Moro ha logrado recuperar información
referente a los comienzos de la tradición Lambayeque, sugiriendo un posible génesis en el valle
de Jequetepeque (Castillo et al 2008; Prieto 2009; Prieto & Cusicanqui 2008).
Finalmente las últimas investigaciones relacionadas con los orígenes y colapso de la cultura
Lambayeque en las región, viene realizándose por el proyecto multidisciplinario Chotuna-
Chornancap, organizado por la unidad ejecutora 015 - Proyecto especial Naimlap y el Museo
Nacional Bruning, dirigido por el Arqueólogo Carlos Wester la Torre. Dichos trabajos científicos
realizados por investigadores nacionales y extranjero iniciaron el 2006 y finalizaron con la
publicación del libro “Chotuna – Chornancap: templos, rituales y ancestros Lambayeque”.
Esta cultura se desarrolló en la costa norte peruana, después del colapso mochica a finales del
horizonte medio surge la cultura Lambayeque de evidente influencias estilísticas de culturas
costeñas y serranas (Moche, Cajamarca y Wari). Su cerámica ha mostrado un inconfundible sello
y personalidad, bajo la forma clásica del conocido “huaco rey”.
En los últimos años se ha venido registrando una serie de sitios con material cerámico
Lambayeque Medio y Tardío en el litoral que separa Jequetepeque de la zona sur del valle de
Zaña y específicamente la zona de Úcupe (Nataniel Vanvalkenburgh, comunicación personal
2008; Steve Bourget, comunicación personal 2009). Finalmente se ha registrado evidencia de
interacción Lambayeque con Cajamarca en el valle medio de Jequetepeque (Pastor y Tsai 2006:
39; figs. 36-38). Si a ello agregamos los sitios de Huaca Mala, Huaca Rosa, Ventanillas (Agnes
Rohfritsch, comunicación personal 2007) y nuestras propias observaciones en los sitios de El
Salvador y el Potrero de Pueblo Nuevo, todos ubicados en el valle bajo del Jequetepeque
En realidad, antes de discutir si es que la presencia Lambayeque fue ténue o no (lo cual
evidentemente no es el caso), nuestros esfuerzos deben concentrarse en entender la dinámica
de esta sociedad en el valle.
Bajo esta perspectiva, ¿Se puede trazar o delinear la llegada de Lambayeque al valle de
Jequetepeque? En el sitio de San José de Moro hemos podido observar en base a evidencia
estratigráfica de contextos arquitectónicos y funerarios, así como el material cerámico asociado
a ambos, que la llegada de Lambayeque pudo dar durante lo que Izumi Shimada denomina
“Sicán Medio Temprano” en la región de Lambayeque, o en el periodo Lambayeque Temprano
según nuestra secuencia.
Es decir, el autor de este artículo ve una “ruptura” ocupacional con la llegada de Lambayeque al
sitio de San José de Moro y por ende al valle de Jequetepeque. Esta ruptura debe entenderse
entre la cultura Transicional y Lambayeque. Aquí ocurre una situación muy interesante pues
creemos que el “Sicán Temprano” que Shimada propone para la región de Lambayeque es el
“Transicional” de San José de Moro (Rucabado y Castillo 2003; Rucabado 2008a, 2008b) (Fig.
02). Al margen de los nombres asignados, esto implica que en ambos valles hubo una matriz
Lo interesante del caso es que en los valles norteños y específicamente en Batán Grande ésta
derivó en el estilo Lambayeque, mientras que en San José de Moro (Jequetepeque), si bien es
cierto se venía gestando una tendencia a derivar en ese estilo, ésta fue abortada por la llegada
de una consolidación más precoz procedente de la región de Lambayeque. Esta nueva
perspectiva se basa en tres factores básicos, los cuales ya han sido explicados anteriormente por
Castillo (2000).
Primero existe una ruptura en el patrón de uso en el sitio de SJM, es decir que se dejan
de usar las cercaduras o panteones con cámaras semi subterráneas del periodo
Transicional Tardío, pasándose a un saqueo o desacralización por parte de los
Lambayeque de muchas de las cámaras del periodo Transicional Tardío e incluso la
reutilización Lambayeque de dichas cámaras durante la fase Lambayeque Medio
(Rengifo 2006: 164-165).
Seguidamente, extensos pisos de barro con escasa evidencia de actividad sellan las
ocupaciones transicionales y fueron usados por los Lambayeque para enterrar a sus
muertos (Bernuy 2008; Mauricio y Castro 2008).
En segundo lugar hay un cambio marcado en el patrón funerario del sitio, donde la
posición flexionada, si bien es cierto no será exclusiva, marca una pauta de innovación
no antes vista en el cementerio de San José de Moro.
Finalmente, se transforma una estructura Transicional Tardío no doméstica ubicada en
el sector sureste del sitio, en una residencia de élite en la cual un grupo de la elite
Lambayeque habitará permanentemente en ella (Prieto y Cusicanqui 2008: 67; Prieto
2009).
4. LA PROBLEMÁTICA:
Se ve así catalogado en la bibliografía de las décadas del veinte y treinta. Es claro que los
materiales extraídos en la región permanecieron "Chimuizados" por varios estudiosos, así como
En 1946, Bennett estaba indeciso en la "chimuización" cultural y lo deja entender: los ceramios
Chimú son -dice- difíciles de caracterizar. Desde que, a pesar de una cierta unidad básica, varían
grandemente en formas y diseños. Refiriéndose específicamente, a Lambayeque anota: “es un
estilo intermedio entre los periodos medios y Chimú”.
Kroeber visitó por segunda vez año 1939 y reparando el estilo pictórico de la cerámica clásica de
la región tan por entero diferente a lo demás foráneo opto por llamarla por llamarla entonces
“Chimú norte” y “Chimú cursivo”. En 1955, Rowe denomina a las particularidades lambayecanas
“Chimú cursivo modelado”.
Paul Kosok observaba el mismo fenómeno durante sus viajes en 1940 y 1948 a las zonas.
Ha sido Rafael Larco Hoyle el primero en usar clara y categóricamente la frase de “cultura
Lambayeque” en el año 1948 en su "cronología arqueológica del Norte del Perú", puntualizando
a la vez los elementos diagnósticos que en su criterio distinguían y aislaban con el nombre propio
la cerámica clásica de la región aludida, a cuyo estudio y ubicación temporal se dedica
posteriormente.
Siempre hay esta polémica: si es cultura Lambayeque o Sicán, lo cierto que ambos términos se
refieren a una sociedad que surgió a finales del horizonte medio durante el intermedio tardío ;
pero, si ambos refieren a lo mismo ¿por qué darle dos nombres a esta cultura? Esto se debe a la
postura de los arqueólogos: Izumi Shimada, encontró un antiguo documento colonial (archivo
general de las Indias, Sevilla/justicia 418 pertinente al área que incluye el complejo arqueológico
de Batan Grande, menciona, que en 1536, esta área fue denominada "Sicani o Cani"), menciona
que el área fue conocida como "Sicán" (o Signan), que significa en el lenguaje mochica, "Casa o
Templo de la Luna en la Extinción”. Razón por la cual adopta el termino Sicán para describir la
tradición cultural subsecuente a la destrucción de la política mochica, (Mendoza Samillan 1985).
5. CRONOLOGÍA:
Esta cultura se desarrolló a finales del horizonte medio, es decir en el intermedio tardío. Según
Izumi Shimada señala que surgió alrededor del 750-800 d.C., después de la caída política
Mochica. Permaneció viable hasta alrededor de 1375 d.C. cuando fue conquistada por el Reino
Chimú (Chimor), que instruyó desde el sur. Aunque a ciencia cierta no se sabe la datación exacta.
1.-Sican Temprano: Se desarrolla a partir del 750 al 900 d.c. Esta fase cultural es muy poco
estudiada. Al parecer es un periodo de fragmentación política, en el que se sintieron con fuerza
influencias foráneas, particularmente en el arte y la religión.
2.- Sicán Medio : Esta sociedad logra gran apogeo entre los años 900 y 1100 d.C. logrando su
mayor expansión territorial abarcando desde la zona de Sullana (Piura) por el norte, hasta el
valle de Moche (La Libertad) por el sur. El comercio de productos suntuarios alcanzó lugares tan
distantes como Ecuador y Colombia, de donde se proveían de las conchas de Spondylus y
esmeraldas; de la República Dominicana o Costa Rica se abastecían del ámbar y del río Marañón
se proveían de oro de placer, quizás de la zona de Huancavelica obtuvieron el cinabrio, de la
selva amazónica las plumas, del sur del Perú la crisocola (Shimada 1955, pág.). Este periodo es
en el que se cohesiona el poder político y religioso en el “Dios Sicán” desarrollándose a gran
escala las artesanías: la textilería, la cerámica, la escultura y especialmente la metalurgia y la
orfebrería, destacando los tumis o cuchillos, las máscaras funerarias, tocados entre otros.
3.- Sicán Tardío: La capital se traslada a El Purgatorio en Túcume, después de 1,050 d.C. Luego
de una sequía de 30 años, fueron incendiadas las cimas de los templos monumentales y las
estructuras asociadas a las pirámides de la capital Sicán, hubo poca reparación o preocupación
por estos templos. Poco después del incendio sistemático, una gran inundación de El Niño (1,050
- 1,100 d.C.) ocasionó más destrucción y el abandono definitivo de la capital.
Origen arqueológico, la cultura Lambayeque se sabe que tuvo influencia estilísticas de otras
culturas serranas y costeras. Aquí un ejemplo en el que se puede ver la herencia de la tradición
artesana Moche; comparemos un ceramio Lambayeque I con otro de la cultura Moche, hallado
en esa región se ve que ambas piezas coinciden a las facciones prácticas de su armado y de estas
escojamos tres de los elementos transmitidos por la secular lógica rutina de obra: glóbulo o caja
de aire y base. Si bien es cierto tiene rasgos similares; pero no se limita copiarlos sino por un
nuevo orden cultural lo transforma y en cierto sentido lo recrea. Glóbulo de polos achatados,
gollete, troncocónico, base de pedestal. Hay cambio .en las formas expresivas de la pieza de lo
tecnológico a lo ideológico, en el caso Moche sus dioses son antropomorfizados, el ojo redondo
y en cambio los Lambayeque sacralizaban a sus dioses: bajo un forma ornitomorfa, otro rasgo
diferente es el ojo alado.
Pero si bien es cierto de acuerdo a la cerámica clásica de la cultura Lambayeque tiene mayor
filiación con Moche. Jorge Zevallos hace mención de que no es la finura tecnológica Moche sino
rasgos tales como: las figuras totémicas del mono, sapo o rana, búho, spondylus, strombus etc.
Los símbolos mágicos de escalón con o sin voluta en lo alto, el círculo con el punto al centro, la
espiral, las estilizaciones decorativas de garzas o pardelas. La técnica Moche de engalbar pieza
para decorarla con a pincel se usa en también, en la estilización, obviamente en los vasos
bicromos de Lambayeque.
En numerosas piezas bicromas del grupo A (rey) la cara-mascara esta con las mejillas pintadas
en rojo, en bandas anchas y verticales, tal como se ve en los vasos-retrato Moche.
La señal más interesante de una vieja tradición intelectual Moche en la cultura Lambayeque es
l el uso del llamado “ojo alado”, un culto ornitomorfo, a pesar de que en la religión Moche el
máximo exponente es la figura felino antropomorfas, parece que ello no excluye una posible
divinidad ornitomorfa. La prueba puede estar en el friso pintado que hubo en la Huaca de la luna
(valle de Moche). Cuya copia a escala tiene en museo arqueológico de la UNT, en donde aparece
alternadamente en paneles una cara humana, de perfil, con “ojo alado”. En otro friso Moche,
ORIGEN ETNOHISTORICO:
“...Dicen los naturales de Lanbayeque (y con ellos conforman los demás pueblos a este valle
comarcanos) que en tiempos muy antiguos que no saben numerarlos vino de la parte suprema
de este Piru con gran flota de Balsas un padre de Compañas, hombre de mucho valor y calidad
llamado Naimlap y consigo traía muchas concubinas, más la muger principal dicese auerse
llamado Ceterni trujo en su compañía muchas gentes que ansi como á capitan y caudillo lo
venían siguiendo, más lo que entre ellos tenia mas valor eran
sus oficiales que fueron quarenta, ansi como Pita Zofi que era su trompetero ó Tañedor de
unos grandes caracoles, que entre los Yndios estiman en mucho, otro Ñinacola que era el que
tenía cuidado de sus andas y Silla, y otro Ñinagintue a cuio cargo estaua la vevida de aquel
Señor a manera de Botiller, otro llamado Fonga sigde que tenía cargo de derramar polvo de
conchas marinas en la tierra que su Señor auia de Pisar, otro Occhocalo era su Cocinero, otro
tenia cuidado de las unciones, y color con que el Señor adornava su rostro, a este llamauan
Xam muchec tenía cargo de bañar ál Señor Ollop-copoc, labrava camisetas y ropa de pluma,
otro principal y muy estimado de su Principe llamado Llapchiluli, y con esta gente (y otros
infinitos oficiales y hombres de cuenta) traia adornada, y autorizada su persona y casa. Este
señor Naymlap con todo su repuesto vino á aportar y tomar tierra á la boca de un Rio (aora
llamado Faquisllanga) y auiendo alli desamparado sus balsasse entraron la tierra adentro
deseosos de hacer asiento en ella, y auiendo andado espacio de media legua fabricaron unos
Palacios á su modo, a quien llamaron Chot, y en esta casa y palacios convocaron con devoción
barbara un Ydolo que consigo traian contra hecho en el rostro de su mismo caudillo, este era
labrado en una piedra verde, a quien llamaron Yampallec (que quiere decir figura y estatua de
Naymlap). Auiendo vivido muchos años en paz y quietud esta gente y auiendo su Señor, y
caudillo tenido muchos hijos, le vino el tiempo de su muerte, y porque no entendiessen sus
El mito de Ñaymlap fue registrado en el siglo XVI por Miguel Cabello Valboa (1586), y doscientos
años después en forma totalmente independiente por Modesto Ruviños y Andrade (1782)
El mito fue analizado por Enrique Bruning (1922/23), detenidamente. La fuente de Bruning como
de otros estudiosos que comentaron el relato de Ñaymlap fue únicamente la crónica de Cabello.
Posteriormente fue utilizado también el relato de Ruviños y en el que se descubren valiosas
informaciones no registradas por Cabello.
Cabello y Ruviños escucharon el relato mítico en el valle de Lambayeque, y refieren que este era
popular entre los comarcanos. Este se aproxima a otro mito, recogido en los primeros años del
siglo XVII, que nos habla del fundador Tacaynamo, que arribo, también en balsas, a las costas de
Chanchan.
Llamamos Ñaymlap a este mito, por el nombre del personaje primordial y central expuesto en
las narraciones de Cabello y de Ruviños. Este habría llegado con su sequito por el mar y arribado
a la desembocadura del Faquisllanga, que Enrique Bruning identifico con el rio Lambayeque
exhibiendo antiguos y fehacientes testimonios documentales.
El mito refiere que vino de la “parte suprema del Perú”, es decir del sur como lo señalo John H.
Rowe (1948) y que trajo un ídolo de piedra de color verde, llamado Yampallec.
Veamos ahora los pasajes del mito de Ñaymlap que se relacionan directamente con nuestro
tema, y por los que se apreciara elocuentemente la condición mágica – ornitomorfa del
personaje.
Fue Luis E. Valcarcel (1937) quien primero advirtió una posible correlación entre el mito de
Ñaymlap y el personaje el Tumi de Lambayeque, al comprobar la presencia de alas tanto en la
representación arqueológica como en el pasaje mítico expuesto por Miguel Cabello Valbeo
(1586), que refiere que al morir Ñaymlap sus descendientes esparcieron la saga que le había
crecido alas y volado al cielo para así hacer creer a sus súbditos su condición de inmortal:
“le vino el tiempo de su muerte, y porque no entendieron sus vasallos que tenía la muerte
jurisdicción sobre él, lo sepultaron escondidamente en el mismo aposento donde avia vivido y
publicaron por toda la tierra, que el (por su misma virtud), avia tomado aladas, y se había
desaparecido”.
“Namla su primer señor, que significa ave (o gallina) de el agua (…), manifestando con el, que de
aquel elemento había salido su progenitor (…) “
Por lo expuesto, el mito de Ñaymlap, en sus dos versiones, parece testimoniar el carácter mágico
– religioso ornitomorfo del personaje. Asimismo consideramos que da fe a la hipótesis que
propone Ñaymlap del mito es también el personaje representado en el Tumi de oro como en
otras muchas versiones iconográficas Lambayeque.
Otra teoría es ofrecida por Kosok (1959, 1965), y elaborada por Trimborn (1979), asumiendo
que la sucesión dinástica considerada en la leyenda Naylamp, es correcta y que un rey ejercía
un término medio de 25 años. Kosok (1965: 80) sostiene que Ñailamp y sus seguidores llegaron
a la parte baja del valle de Lambayeque por los años 1025 D.C. y construyeron los templos que
corresponden al complejo de Chotuna-Chornancap. Trimborn (1973 y 1979), nos ofrece
resultados de radiocarbono sobre el Purgatorio, Huaca del pueblo Túcume y Chotuna. En 1979
sostiene que: “que el tiempo comprendido entre los datos extremos de 1010 y 1290, es decir
relacionándosele con la tradición histórica de Nailamp, son de los tiempos de la primera dinastía
fundada por Ñailamp.
Según Izumi Shimada sostiene que esta suposición de Trimborn en efecto estos análisis no
indican la fecha de la llegada de algún caudillo. Rowe (1948), en un intento de precisar los
comienzos del reino Chimú, emplea una cantidad más moderada, sosteniendo que el tiempo de
duración de un rey debió ser de 15 años.
Sin embrago esta segunda teoría no puede ser descartada fácilmente. Shimada considera que la
peculiar coincidencia entre las siguientes circunstancias:
El gran diluvio que cambio el curso del río la Leche, partiendo en dos el recinto de Sicán.
Aunque nuestro control cronológico no es suficiente para considerar que la relación entre estas
circunstancias fue de tipo causa-efecto, pero se podría pensar que La gran inundación que afecto
el rio la Leche, fue causada por la intensa lluvia que duro 30 días y que se menciona en la leyenda
de Naylamp. Por otro lado, Shimada dice que la llegada de Naylamp está cercana en tiempo al
año crucial de 1050 D.C. y llega a la conclusión de que la antigua y media Sicán, fue una cultura
Esta narración remonta a sus lectores al arribo marítimo de un tal Naymlap, quien se dice llego
en balsas por el mar junto a su esposa principal Ceternic, sus múltiples concubinas y 40
miembros de su corte real; narra también el derrotero seguido por los descendientes de su
linaje, y el diluvio que cayó como castigo divino sobre la tierra y como la zona se convirtió en
tierras de Chimo Capac. Los episodios enumerados, así como una serie de pormenores, hacen
de esta narración épica una pieza importante para el estudio de los mecanismo y estrategias
utilizados en la consolidación de un nuevo orden político y religioso en Lambayeque,
aproximadamente hacia el año 900 d. de C. Una versión más tardía de este relato, algo
incompleta aunque no menos importante en cuanto a sus detalles sobre la organización política,
fue recopilada por Ruviños y Andrade en la misma región en 1782.
En 1781, doscientos años después, Justo Modesto Rubiños y Andrade, cura Parroco de Morrope,
la registro nuevamente. Aparentemente, el no conocía la versión de Cabello Valbeo, por lo que
la suya puede considerarse como independiente, aunque incompleta, ya que termina con el
reinado de Cium, hijo de Naylamp. Aunque hay detalles que están en una versión y no en la otra,
los elementos esenciales son los mismos, incluyendo eventos, lugares e individuos. La escritura
de algunos nombres es diferentes, pero esto es frecuente en las fuentes coloniales.
Aunque la tradición sobre Naylamp puede ser legendaria, casi todos los elementos presentes en
ella podrían haber ocurrido en la Costa Norte del Peru. Primero, consideremos el arribo de
Naylamp en balsa. Una nueva dinastía en el Valle de Lambayeque podría haber comenzado con
alguien del valle o con un foráneo. Asumiendo que el fundador fue foráneo, solo hay 3 maneras
de llegar al valle; desde la sierra, por el este; por la costa, desde el sur o el norte; o por mar, en
balsas. De estas tres posibilidades, una puede ser tan probable como las otras, por lo que el
arribo en balsa no es imposible. Existe evidencia arqueológica e histórica sobre balsas.
En el fin de la dinastía de Naylamp hay también una serie de eventos que podrían haber ocurrido,
dadas las condiciones naturales de la costa norte del Perú. Aunque esta área normalmente
recibe poca o ninguna precipitación pluvial, cada cierto número de años el fenómeno del Niño
produce lluvias de devastadoras consecuencias para la población. Los complejos factores de
Dado que el fenómeno del Niño ocurre intermitentemente en el norte del Perú, se asume que
también se presentaba durante el periodo pre – hispánico. Recientemente, investigaciones
arqueológicas y geológicas han confirmado la ocurrencia de este fenómeno y las catastróficas
consecuencias que tuvo sobre los centros poblados y los sistemas de irrigación. En algunos casos
los Niños que ocurrieron en el periodo prehispánico fueron de mucha mayor magnitud que los
registrados durante los últimos 450 años; la evidencia arqueológica sugiere que un evento como
los treinta días de lluvias consignados en la tradición oral sobre Naylamp, no es imposible en la
Costa Norte del Perú. Por el contrario, no solo es posible, pero predecible. Aun más, se puede
esperar que un Niño de gran magnitud tenga exactamente las mismas consecuencias que el
evento descrito en la narración sobre Naylamp. Ese fenómeno podría haber precipitado el fin
de una dinastía, especialmente si la población del valle responsabilizo a su gobernante por la
catástrofe.
La dinastía más temprana, que fue fundada por Naylamp, es más difícil de ubicar
cronológicamente. Esto, fundamentalmente porque Cabello Valboa no pudo determinar la
cantidad de tiempo que transcurrió entre la primera dinastía (Naylamp) y la segunda
(Pongmassa). Means sugirió que el interregno es contemporáneo con la influencia Huari en la
Costa Norte, poniendo de esta manera a la dinastía de Naylamp como contemporánea con el
Estado Moche. Asignando arbitrariamente un promedio de 25 años al gobierno de cada uno de
los miembros de la dinastía de Naylamp, Means estimo que esta duro 300 años y que se
desarrolló empezando en algún momento dentro de los primeros seis siglos de la era cristiana.
Lo que se encontró en Chotuna fue una secuencia cronológica que es perfectamente compatible
con las narraciones de la dinastía de Naylamp. Un elemento clave es la transición entre la Fase
Temprana y la Fase Intermedia, ya que es la característica que permite hacer coincidir la
tradición oral con la evidencia arqueológica. Esta transición, que se piensa que ocurrió alrededor
Niño de grandes proporciones, es tentador correlacionar este hecho con la inundación ocurrida
durante el gobierno de Fempellec, la que dio fin a la dinastía de Naylamp. Esto implicaría que:
El arqueólogo japonés Izumi Shimada (1985), que estudió esta cultura durante varios años, ha
dividido esta tradición (Sicán) cronológicamente en tres fases; basándose en las evidencias de
Batan Grande.
SICÁN TEMPRANO O ANTIGUO (700- 850 D.C) U HORIZONTE MEDIO II B (Rowe y Menzel 1967)
está caracterizado por la fuerte influencia en la cerámica, por estilos foráneos como Cajamarca
Medio y Wari y/o Pachacamac. La práctica funeraria, fue la de colocar los cuerpos sentados y
con las piernas cruzadas (posición fetal) en fosas cilíndricas. Otra característica del Sicán
Temprano es la no existencia de un centro poblado que demuestre un definido asentamiento
humano. Shimada (1985) manifiesta que Sicán temprano constituye una fase de transición entre
el fin del Moche y el surgimiento del Sicán
SICÁN MEDIO (850 - 1100 D.C.) U HORIZONTE MEDIO IV (Rowe y Menzel 1967) coincide con la
época en que decae el Imperio Wari, situado en la región de Ayacucho. Con esto parece indicar
el surgimiento del Sicán Medio, que representa una especie de reclamo de autonomía ideológica
política de la población del complejo Batan Grande y sus alrededores. Shimada (1985) afirma
hipotéticamente que el mecanismo que logró la unificación ideológica y política del pueblo de
Sicán, se debió a un “movimiento de Revivificación", lo que es ampliamente concebido como un
movimiento religioso con variados cambios materiales en su organización.
1) La representación de un estilo de arte, acerca del "señor Sicán", deidad principal, el mismo
que ha sido descrito en diversas formas: Hombre del bosque, Hombre Pájaro, Figura rotunda y
Ñaymlap.
2) La construcción, ocupación y abandono entre los años 850 al 1050 D.C del Recinto Religioso
Funerario de Sicán sobre un área en forma de T, en Poma, Distrito de Batán Grande.
6) La cerámica del Sicán Medio, con el símbolo de la cabeza del Señor de Sicán, ha sido
encontrado en el sur, hasta Ancón y Pachacamac; y por el norte, hasta la isla de la Plata cerca de
Guayaquil.
Según Christopher B. Donnan (1989, 1990) presenta los resultados del estudio realizada en el
Complejo Arqueológico Chotuna-Chornancap. Para el caso de Chotuna establece una cronología
de ocupación de tres fases sucesivas. Utilizando la seriación de cerámica y de adobes,
estratigrafía, secuencia de construcción arquitectónica y fechados de radiocarbono 14.
El desarrollo cultural documentado en Chotuna, ha sido dividido por Donnan (1989, 1990)
cronológicamente en tres fases: Temprana, Media y Tardía.
- La Fase Temprana abarca aproximadamente, del 750 al 1100 D.C. Los restos culturales
se encuentran sobre suelo estéril, frecuentemente muy cerca al nivel actual de la Napa
freática. Estratigráficamente, estos fueron los niveles más profundos que se excavaron
y, presumiblemente representan la ocupación más temprana. No se identificaron
evidencias tempranas en Chornancap, lo que hace posible que este sitio no hubiese
estado ocupado durante este tiempo, aunque futuras excavaciones podrían revelar un
componente de esta fase allí.
La cerámica documentada por Donnan (I990) para su Fase Temprana, tiene ausencia completa
de cerámica con representaciones de paleteado en esta fase. De otro Lado, existe presencia de
decoración tricolor (rojo, blanco y negro) fugitivo en botellas y en la base anular de los platos.
La decoración de color rojo y blanco fugitivo es también característica de la cerámica de la Fase
Temprana y es particularmente común en platos de base anular.
- LA FASE MEDIA O INTERMEDIA, ubicada entre los años 1100 aI 1300 D.C, da como
resultado la aparición de un nuevo inventario cerámico que reemplaza al de la Fase
Temprana y que continua durante la Fase Tardía sin mayores cambios. Esta fase parece
haber sido el período de mayor densidad poblacional en la parte Baja del Valle de
Lambayeque. La mayoría de las construcciones monumentales en Chotuna pertenecen
a esta fase, así como la construcción de Chornancap.
La secuencia de Donnan (1989, 1990) es una propuesta cronológica demasiado larga para un
proceso de desarrollo cultural. Asimismo, Donnan no reporta en forma específica cerámica
Lambayeque de gollete cónico simple, salvo golletes cónicos perteneciente a cerámica de la fase
media, identificados como cerámica de doble gollete tronco-cónico divergente unido por asa
puente.
Shimada sostiene que Batán Grande sería el Recinto Religioso Funerario de la Elite Lambayeque.
De otro lado, Batán Grande cuenta con una tradición que se remonta desde el periodo Formativo
(Huaca Lucía-Choloque), razón de sobra para entender que el sitio tuvo una ocupación muy
intensa y de carácter religioso, hecho que explica la magnificencia de la cerámica documentada
en Batán Grande.
De otro lado Izumi Shimada sostiene que la sociedad Sicán sucede a Moche V, en la segunda
época del Horizonte Medio en la Costa Norte, notándose cierta relación con el Sicán Temprano,
Shimada (1990) define a las botellas de gollete cónico simple como el Tipo V.
EL CERAMIO “REY”
EI ceramio "Rey" y la cerámica de doble gollete troncocónico divergente, unido por asa puente
representan a la deidad y divinidad Lambayeque En el ceramio “Rey” la deidad aparece con la
cara máscara, como componente del gollete cónico; y en el segundo caso, se muestran
diversidad de esculturillas tridimensionales con relación a la divinidad sobre el asa puente, que
une a los dos golletes cónicos divergentes.
Zevallos (1971) propone a la cerámica como una creación de patrones propios del poblador de
este valle, diferenciándolo de otras cultural regionales, y que deriva de la cultura mochica por el
realismo. Esta cerámica regional es estudiada por Zevallos en base a su forma, decoración y
armada. Además son piezas que no varían mucho por lo que él las agrupa por familias.
Considerando ciertas facciones que se repiten en ellas según los casos, pueden tomarse en
cuenta unos seis tipos o conjuntos:
Esta pieza “rey”, Viene a ser por su extensa reproducción en las tumbas, la característica de la
cultura Lambayeque en el campo de la cerámica cultista. La cara-mascara que siempre lleva en
el encuentro del gollete con la caja de aire o glóbulo parece representar un símbolo de alto valor
religioso, posiblemente la máxima divinidad. Entre sus facciones se ven representados los rasgos
antropo y ornitomorfos. Mirando la cara-mascara de frente, se advierte un intención de
pirámide trunca, más ancha que alta, y su base es curvilínea convexa. Los ojos del rostro se
presentan con unos ligeros levantamientos piramidales, en cuyo rededor esta incidida la facción
ocular, o pintada si acaso va en el ceramio bicromo: esta es la característica o rasgo mágico
religioso cultura Lambayeque, un ojo con el extremos lateral externo puesto a manera de punta
ascendente. El notorio rasgo es llamado generalmente el “ojo alado”.
La nariz de la cara-mascara va en alto relieve, dura facción que, observada de perfil, semeja un
pico de ave. En los vasos negros la boca se resuelve mediante un simple, pero sabio trazo
horizontal incidido.
Sobre la frete va un diadema en forma de cinta ancha y montándola, hay una corona de puntas
en relieve. Por este adorno frontal la pieza que lo lleva es popularmente conocida con el nombre
de “rey”. La cara-mascara tiene finalmente, a los costados, unas orejas “aladas”, de las que
dependen dos grades aretes ornamentados, que reposan sobre el glóbulo.
Como señales generales del ceramio “rey” podrían ser anotados los siguientes: trazo ecuatorial
incidido, que divide el globo del ceramio en dos hemisferios superpuestos y encontrados.
Corona de 7, 8 o 9 puntas, peto decorado sobre torso de la figura, que rodeando el cuello remata
en la nuca de la máscara con una pequeña banda vertical.
El alto total de esta característica pieza Lambayecana va de 19.5 21.5 cm. El ancho de la caja
esférica, 14 x 13 cm. La base troncocónica del pedestal, es comúnmente, de 2,5 a 4 cm. de altura
y su diametro10 y 11 cm.
La figura vasiforme viene a ser en realidad, el tipo A sin la máscara ni los elementos escultóricos
decorativos, compensándose supresiones por el aumento de la altura en el gollete troncocónico.
Como señas generales del tipo “B” se notan las siguientes. En casi todas las piezas que hemos
estudiado llevan a la manera del tipo “A” a la incisión ecuatorial alrededor de la caja de aire y
sin las facciones antropomorfas. Muchas veces se aplica la pequeña banda vertical destinada en
el tipo “A” a la nuca de la cara-mascara en la absoluta mayoría de ceramios B las medidas son:
7- 10 cm. de largo y 1.5 a 2 cm. en el diámetro de la boca. El alto total de la pieza es de 17 a 26
cm. su ancho esférico, 8.5 a 15 cm. la altura superficial de la base 2.5 a 4.5 cm.
C) LAS PIEZAS LLAMADAS “TACHO”, o sea con asa-puente y doble pico troncocónico divergente,
base pedestal.
Los huaqueros llaman a las piezas que provisionalmente que estamos clasificando en este grupo
“tachos”. Se componen de un doble pico-gollete troncocónico y divergente con un asa puente
que los une, en la que bastantes veces hay silbato, un glóbulo ligeramente achatado y una base
en pedestal. Por la ingeniosa y barroca variedad de sus adornos, estas piezas son las hermosas
y decorativas de la cerámica “Lambayeque I” y sin duda, hubieron de tener un significado
ritualista muy elaborado. Hay piezas que lucen un verdadero esplendor de figuritas escultóricas,
asas-puente con caladuras y de largos picos troncocónicos. En los ceramios de tipo C aparecen
recipientes en forma de anillos (ring-vessels).
D) LA CAJA DE AIRE está constituida por una escultura antropo o zoomorfa, u otros temas en la
unidad de figura o escenografía asa y gollete en base pedestal.
En este grupo se agrupa a las piezas cerámicas cuya s cajas de aire han sido sustituidas
íntegramente por una figura escultórica, aunque en algunos casos también se mantiene la caja
Sus señales generales: se emplea el asa del grupo A (con la cara-mascara). Y también la del B y
del C (asa puente y picos divergentes, con las correspondientes medidas de gollete y base. El
alto y el ancho del cuerpo principal dependen de representación que luce este.
Ceramios vasiformes, escultóricos y botelliformes que no llevan asa alguna. En este grupo van
los recientes con tapas independiente y asi mismo, la cerámica utilitaria. No se puede dar una
lista de señales generales porque la multiplicación de formas que hay anula cualesquier medidas
preestablecidas.
Bajo esta letra se juntamos un grupo bastante parcial, en que se reúnen los objetos de tamaño
notoriamente pequeño (figurines, idolillos, máscaras de barro cocido, cabezas mágicas para
postes o palos, silbatos, cuentas de barro cocido, sean lisas o decoradas, con las cuales se hace
collares y sirven de (apliqué) en las telas, etc.
Según Zevallos dice que la decoración, es obvio que por estar integrando los ajuares funerarios
sus diseños deben de relacionarse con la mitología y la teología de sus gentes, generando, según
se ve una gran riqueza de símbolos.
Parece que antes de hacer la quema del barro húmedo, se hubiera aplicado alguna convención
religiosa que decidiera si el ceramio en facción debería ser monocromo (negro) o bicromo
(crema y rojo). En cualquiera de los tipos mencionados arriba se pueden hallar piezas gemelas,
idénticas en forma y decoración, en un negro y la otra en bicromado.
La decoración es moldeada para la cara- mascara o “rey” de grupo A ya para las grecas en bajo
relieve de los pedestales.
La decoración incidida (con incisión), se ve en una o dos rayas que circundan la zona media del
glóbulo. Es común en los tipos A, B, C. asimismo aparecen incisas unas líneas geométricas
(rectángulos, rombos) en el dorso de las asas A y B.
La incisión se emplea en los ceramios negros de tipo A para señalar la cara-mascara las facciones
de los ojos, los tatuajes de las mejillas (rayas horizontales, verticales, solas o
paralelas, puntos, ajedrezado, círculos con un punto al centro, etc.), la boca, los adormnos en el
cuello y en el peto, la ornamentación de los pendientes y las orejas aladas.
En los vasos bicromos la decoración está pintada. Sobre la engalba cremosa, puesta encima de
la tierra quemada de color rojo, se aplica con pintura marrón y a pincel, una vasta temática
figurativa o de grecado geométrico. Esta pintura la mayoría de las veces va puesta después de
la cocción y por tanto, es fugitiva al contacto del agua –si se lava la pieza para desalinizarla- o a
la frotación acentuada.
En lo desarrollos pintados se nota el uso de dos clases de pinceles, unos finos para el dibujo
general (rasgos sobre las figuras escultóricas, facciones y tatuajes de la cara-mascara en el tipo
A, grecas de símbolos mágicos, y motivos antro, fito y zoomorfos) cuyo sitio regular en el ceramio
está en su parte delantera o en ele integro hemisferio superior; y los pinceles anchos, para las
geometrías puestas en los golletes, o las rayas circundantes al globo en toda su latitud. Algunas
veces hay rayas verticales en el pedestal.
Asimismo es común decorar el hemisferio inferior del cuerpo y aun la base o pedestales, con
redondelas llenas de color marrón.
Resumiendo los rasgos comunes de la mayor parte de la cerámica clásica Lambayecana “I” que
están presentes en todos los grupos clasificatorios (salvo en los ceramios que no debía tener asa
y gollete), tales rasgos son:
TÉCNICA CERAMISTA:
En cuanto armazón de la pieza por el ceramista, Lambayeque I no usa el molde artesanal. El las
piezas del grupo D que se hace con modelado y todos los demás se faccionan empleando moldes
básicos. El gollete, asa, glóbulo, figuritas totémicas en bulbo, pequeño cuenco de la base y las
paredes del pedestal; están hechas con doble juego de moldes.
Para armar el ceramio antes de llevarlo al horno, aun con barro húmedo y antes del acabado del
slip, quizás se haya seguido este movimiento rutinario: el gollete, la caja central o globo. Luego
de una pulcra obturación cerrando el orificio del a base, la impostación del asa y los adminículos
escultóricos. El recorte de las excrecencias. El lisado general, a fricción con piedras preparadas
o conchitas marinas
Hacia fines de 1983, demostramos que a mediados del siglo X d.C. los antiguos Sicán
desarrollaron exitosamente una tecnología y una industria de fundición de cobre arsenical.
Como es de esperarse, con el inicio de la fundición de bronce a gran escala, el cobre, soporte
anterior de la metalurgia norperuana, fue permanentemente reemplazado (p.e., Lechtman,
1979; Shimada & Merkel, 1991). Inclusive las herramientas de piedra y hueso fueron
gradualmente sustituidas por los implementos de cobre arsenical. Así la cultura Sicán Medio
(900-1100 d.C.) fue verdaderamente la precursora de la ‘Edad de Bronce’ para el norte del Perú.”
(Shimada, 1995: 25-26).
Las prospecciones en el piedemonte andino entre los valles de La Leche, Lambayeque y Zaña,
revelaron cuatro áreas mineras, fácilmente accesibles a pocas horas al sur de Batán Grande
(Shimada, 1987). En Cerro Mellizo quedan evidencias de un camino de acceso, de construcciones
de mampostería estandarizadas sobre tres grandes terrazas, así como entierros de conchas
“[…] cuatro juegos completos de hornos de fundición y parte de un quinto, en cinco capas
superpuestas ubicadas entre 4 y 5,5 m debajo de la superficie. Estos hornos estuvieron asociados
con cerámica diagnóstica Sicán Medio y carbón datado por radiocarbón 14 (SMU) en circa 850-
1050 +/- 50 d.C. Estos juegos de hornos consisten de 3 a 5 hornos ubicados próximamente y
alineados a lo largo de ejes norte sur o este-oeste. Con excepción del juego más temprano (que
“Dado el espaciamiento y la presencia de cuatro hornos en la mayoría de los talleres, bien podría
haberse usado dos hornos simultáneamente para lograr hasta cuatro fundiciones por taller por
día, asumiendo un conservador día de trabajo de 8 horas. Aunque estos cálculos son simples
estimaciones, ahora podemos apreciar mejor el poder de mando del personaje de la élite Sicán
Es necesario recalcar que se puede establecer una continuidad entre la fundición de cobre desde
las fases Mochica Tardío y Sicán Temprano, durante el Horizonte Medio, en la Huaca del Pueblo
de Batán Grande, y la de cobre arsenical cuya producción en masa se atestigua solamente
durante la fase Sicán Medio, a inicios del Período Intermedio Tardío. Hasta la llegada de los
españoles no se notan cambios en los procesos de fundición de cobre arsenical, y esta tecnología
es descrita por algunos cronistas, entre otros Pedro Cieza de León (Oehm, 1984: 30-31). La
tecnología de fundición del cobre arsenical del norte peruano muestra una gran estabilidad a lo
largo del tiempo (Shimada, 1987: 17; Stothert, 1997).
1. TÉCNICAS DE MANUFACTURA:
a) Martillado o Laminado:
Expandir o estirar a delgadas láminas de metal mediante golpes sucesivos de martillos, dados
sobre una superficie dura (yunque o tas) para ir adelgazándolo poco a poco hasta llegar al grosor
deseado.
b) Embutido:
Es dar cavidad o convexidad a una pieza a golpe de martillo y/o embutido, se puede utilizar
moldes.
c) Recopado:
Esta técnica es estrictamente para la elaboración de vasos. Estos vasos son elaborados de una
sola lámina o disco de metal sin soldadura; mediante martillado ayudado por moldes o matrices
de madera, y calentándolo según la necesidad.
d) Cera Perdida:
2. TÉCNICAS DE DECORACIÓN:
a) Recortado:
b) Repujado:
Técnica decorativa, que consiste en la elaboración de figuras en relieve (alto y/o bajo) en una
figura metálica; realizada mediante el golpe o presión de herramientas. La lámina metálica debe
reposar en un saco de cuero o tela relleno de un material blando y duro como la arena, o con
una mezcla de resina y brea, de esta forma se podrá dar volumen al diseño.
Técnica que consiste elaborar pequeñas esferas, por ello, un trozo de metal, cuando se funde
acaba convirtiéndose en un gránulo. El proceso de elaboración, consiste en:
Se cortan pequeños trozos de metal. Se colocan en un trozo de madera, donde
previamente se han realizado unos orificios cóncavos, con el fin que sirvan de
asiento para que las futuras esferas no se muevan al ser fundidas y conserven
su forma.
Para soldar los gránulos a un objeto, se aplica un fuego reductor (sin oxígeno)
realizando la unión sobre carbón. De esta manera se consigue equilibrar el
suministro de calor, que resulta esencial en el proceso.
d) Punteado:
Se realiza con un punzón romo en el metal, sin perforar la lámina. Esto se realiza para imitar a
la técnica del granulado. Ejemplos de esta técnica la encontramos en orejeras Sicán.
e) Hilo Retorcido:
Técnica decorativa, que consiste en elaborar figuras con hilos de metal grueso.
f) Entorchado:
Técnica que consiste en dar torsiones a hilos de metal.
g) Grabado:
Se plasman los diseños en el metal con un buril o punzón.
h) Calado:
Cortar o recortar lámina de metal de acuerdo a figuras ya diseñadas con cincel en la parte
interna del metal.
i) Incrustación:
El metal ha sido taraceado para embutir otro material (plata, oro, crisocolas, turquesas,
conchas, Spondylus.
j) Aplicada:
Son elementos adheridos a los objetos usando la soldadura.
Es la decoración constituida por partes o piezas separadas. Como los colgantes de los tumis o
las narigueras de las máscaras Sicán.
l) Pintado:
3. TÉCNICAS DE ACABADO:
a) Bruñido:
b) Pulido:
Se puede realizar con cualquier material corrosivo para que la lámina quede lisa y brillante.
“En las minas, que ellos dicen coya, reberenciauan a los metales mejores, que llaman mama,
y a las piedras dellos las oradauan, besándolas, con diferentes ceremonias, y a la plata y a las
pepitas de oro en polbo...” Múrua, Fray Martín 1957 Fol.258.
Los sicanes utilizan aleaciones binarias y ternarias. Estos hombres aprendieron a perfeccionar
las diferentes técnicas de manufactura: Para dar forma al metal utilizaron la técnica del
martillado y laminado logrando gran uniformidad en el calibre de los objetos; maestros en el
recopado o embutición profunda, creando vasos y copas sin ningún tipo de unión, con embutido
realizan esferas en dos mitades que luego sueldan.
Dominaron también técnicas complejas de elaboración por fundición como el vaciado, utilizando
moldes abiertos y cerrados para crear variados objetos especialmente herramientas y
dominaron la técnica de la cera pérdida, obrando objetos con núcleo o sin él, especialmente
prendedores o alfileres. Son los conquistadores de las diferentes técnicas de recubrimiento de
la superficie metálica como dorado y plateado. Con éstos, enriquecían y cambiaban la coloración
de los objetos. Aplicaron enchapes dorados y plateados a diferentes materiales como cerámica
y madera. A esta última se unía la lámina mediante clavos. Desarrollaron diversos tipos de
uniones para poder ensamblar las diferentes partes de los objetos. Unían mediante grapas
metálicas, hilos o alambres, cintas, lengüetas o presión. Sobresaliendo en las técnicas de
soldaduras (por fusión, calor, por martilleado, por acetato u oxido). Se distinguieron en la
decoración de los objetos creados. El repujado es una técnica recurrente donde los sicanes
plasmaron a sus dioses e iconos en los diferentes ornamentos (en sus tumis, vasos, coronas,
petos, y otros) Combinando esta técnica con, el grabado, el calado, el recortado, el cincelado,
hilo retorcido, aplicaron incrustaciones como turquesas, conchas, Spondylus entre otros
materiales. Dieron textura a los metales con el satinado y el granulado y crearon sonido y
movilidad con el uso de lentejuelas; complementaron el impacto visual con la aplicación de
plumas y pintura roja de pigmento de cinabrio.
Son principalmente objetos rituales y los principales exponentes de la orfebrería Sicán. Son
figuras antropomorfas ensambladas y soldadas a un mango recto que termina en una hoja de
medio círculo. Los maestros artesanos dando golpes continuos de martillo a lingotes crean las
láminas necesarias, trazan en ellas cuidadosamente el diseño pre establecido, continúan, según
el diseño, con repujado y cincelado, recortado y embutido, trefilado mediante el vaciado y
soldado crea figuras ensambladas y adornan o unen con trefilado, complementan la decoración
con incrustaciones de turquesa y/o crisocolas, conchas, Spondylus y el impacto sensorial es
perfeccionado con los colgantes unidos mediante alambres y en algunos casos la pigmentación
del cinabrio en los rostros. Estas efigies son representaciones antropomorfas que pueden
presentarse de cuerpo entero, de pie o sentadas, o solamente su rostro, de esta forma
plasmaron el mito de Naymlap en su rica iconografía. Al decodificar la imagen, observamos que
el gran tocado representa el origen marino, las formas de “s” serian la representación de las olas
del mar. Los ojos de la imagen son alados, para el arqueólogo Alfredo Narváez Naymlap significa
“ave de mar” (Narváez, 2000 pág15), algunas imágenes presentan alas soldadas a los hombros.
Lo que concordaría con la leyenda que le salieron alas y voló al cielo.
Estos símbolos de poder o status, que se encuentran en los museos y colecciones, son en su
mayoría bienes patrimoniales saqueados. Sin embargo, en Julio del 2006 Izumi Shimada excavó
en Huaca Loro en Bosque del Pomác, (Ferreñafe, Lambayeque) un tumi importante de aleación
ternaria: "Pertenece a una noble de 20 y 25 años que presenta petos hecho de láminas de
aleación de cobre. Estaba con una mujer y ofrendas como una máscara, una copa ceremonial,
tres tumis, una diadema, una concentración de puntas de aleación de cobre, 17 vasijas de
cerámicas, ocho patas de llama y más de 100 crisoles" , Declaracion de Izumi Shimada a el Diario
El Comercio Julio 2006. La iconografía de este tumi, representa al señor Sicán sentado en cuclillas
sosteniendo un tumi en la mano y una esfera en la otra.
b) Máscaras funerarias:
Son objetos que representarían el rostro de la deidad Sicán o Naylamp que se ubican sobre la
cara del difunto. La característica fundamental de ellas es que son de ojos ciegos. Las máscaras
pueden estar confeccionadas de una sola lámina o de diversas hojas metálicas, unidas
mecánicamente o por soldadura. Son de forma rectangular cuyo corte superior es recto y
redondeado en la parte inferior. Se visualizan los ojos alados repujados, la nariz en relieve, que
puede ser embutida o ensamblada y unida a la lámina central, mediante grapas o soldadura.
Integrando la decoración facial con la pigmentación rojo o bermellón que correspondería al
Nuestra máscara funeraria, que es el objeto a tratar; es parte de la transformación del hombre
en la deidad o en un ser mítico en el más allá: “Estas máscaras son identificaciones con otros
seres representados en la textilería y cerámica. La transformación se obtiene por la desaparición
del cuerpo dentro de una estructura (fardo) que destaca por una cabeza postiza, la identificación
material del ancestro”. (Kaulike: 2000 página 320). Entonces nuestro objeto restaurado es parte
de un sistema de íconos y de rituales (fardos y tumbas) que transforman al individuo en el tótem
o quizás la divinidad. La mascara es el personaje idealizado o transformado ya en el ser
mitológico: “Es tentador identificar estos fardos como resultado de una transformación del
individuo muerto en ancestro, identificado de manera particular por la cabeza”. ( Kaulike,
2000:Pagina 309) Esta transformación se inicia ya, desde el tratamiento del metal donde los
artistas moldean el metal hasta crear grandes piezas de orfebrería: “...Ese orfebre, tal como el
chamán, es un transformador...” “...hace pasar la materia de un estado profano a lo sagrado...”
Reichel – Dolmatoff (1988 Pág. 17): Metáforas de transformación divina o mítica estarían
presentes, concediéndoles a los maestros mas sofisticados un status especial dentro de la
sociedad. Así, las máscaras y orejeras, más visibles por cierto, serían una carta de presentación
para estos maestros. Destaca la especialización en determinadas tareas, en cada operación, la
división del trabajo según el grado de perfección alcanzado en la labor de cada orfebre o maestro
era inherente en la metalurgia. La técnica y la especialización de los orfebres debe haber sido
En el caso de las máscaras son pulidas en la parte frontal; el interior en algunos casos es
descuidado, cuando las máscaras son doradas se aprecia el dorado o plateado en el rostro, mas
no en la parte posterior; en otros son cosidas al textil que recubre el fardo funerario.
El uso de contraste de color y de textura, es importante ya que el oro y la plata simbolizan al sol
y a la luna en el mundo andino. Una escena cosmográfica pintada en una tela en el interior de
la tumba en la Huaca Las Ventanas nos aporta nuevos datos. La luna creciente con una criatura
mítica sentada en la esquina izquierda de la escena tiene una coloración blancuzca mientras que
el sol antropomorfizado fue pintado en un rojo anaranjado, la nariz y las mejillas coloreadas con
rojo intenso. Las aleaciones ternarias, binarias y los diferentes recubrimientos nos dan colores y
sonidos diferentes. Sabemos que la aplicación de un pequeño porcentaje de un metal más o
menos noble nos va cambiar una serie de cualidades en el metal como la dureza, bajará el punto
de fusión, será más dúctil, más o menos maleable. Así también tendremos diversas gamas de
amarrillo y de plateados. En la aleación de cobre arsenical, el color se nos tornará plateado
amarillento.
El cinabrio nos dará pigmentos de color rojo bermellón, en el caso de los Tukanoanos en
Colombia, el rojo intenso simboliza la sangre oxigenada y la infusión de nueva vida. La turquesa
y crisocola nos aporta el color verde que simboliza la eternidad. Y el cobre posiblemente podría
simbolizar a la madre tierra. El brillo, la maleabilidad, y el sonido han implantado un nuevo
código cultural: El oro y la plata eran las ofrendas de mayor prestigio, debido a que el nuevo
estado, les habían adoptado como símbolos de su poder y status, como lo manifiestan los mitos
y leyendas. En todos los rituales, los metales ocupaban una posición privilegiada, porque el
alimento preferido de los dioses fueron los metales labrados o sin labrar, que eran sacrificados
en “la muerte Ritual”, pueden haber sido quebrados, quemados o enterrados como regalos a
sus seres sobrenaturales. En las excavaciones en Huaca el Loro por Izumi Shimada, descubrieron
c) Los vasos:
Los moches, antecesores culturales de los sicanes, no pusieron mucho énfasis en la fabricación
de vasos en metal, más bien se ciñeron a un diseño simple de copa en oro, plata o cobre, libre
de diseños icnográficos. Entonces, ¿de quiénes aprendieron los orfebres sicanes la tecnología y
las formas tan variadas de vasos en metal que llegaron a manufacturar? En el corpus de formas
de vasos metálicos estudiados hay dos claramente distintivas: el quero y el vaso doble pico. Un
tercero serían los vasos comunicantes, pero son más raros.
Cuando analizamos los vasos en forma de quero, tenemos que mirar hacia al sur, hacia las
culturas Huari y Tiahuanaco, cuyos ceramistas utilizaron intensivamente esta forma que fue una
característica de su estilo. Entonces, ¿la forma de quero en la orfebrería sicán influencia de Huari
o Tiahuanaco? Aún no tenemos datos arqueológicos suficientes para saber qué ocurrió a partir
de la fase Tiahuanaco V (hacia 900-1100 d. C.). Algunos vasos de oro en forma de quero se
atribuyen a la cultura Tiahuanaco y otros a Huari, pero son muy escasos los ejemplos y confusas
sus afiliaciones porque proceden de saqueos. Lapiner19 publicó un conjunto de piezas de oro
como pertenecientes al periodo Huari Temprano. Este conjunto consta de un quero, un
brazalete y dos orejeras. El quero representa una deidad felínica que sujeta en una mano a un
prisionero y en la otra toma de los pelos a una figura que flota, al estilo de las cabezas trofeo.
Young-Sánchez20 asigna el mismo quero a Tiahuanaco. En cambio, otro quero de oro de
supuesta filiación huari, según el libro Oro del antiguo Perú21, representa en repujado la deidad
de la Portada del Sol de Tiahuanaco, pero con decoración incisa como aquel publicado por
Lapiner. Es decir, ambos queros comparten formas y técnicas decorativas. ¿Serán ambos
tiahuanaco o huari? Estos orfebres, como más tarde los sicanes, manufacturaron vasos de oro
en forma de queros utilizando la técnica del laminado y embutido profundo. Es decir,
‘modelaron’ las piezas de metal como si fueran de cerámica.
Iconografía y Figuras:
1. Vasos sin diseños: Categoría En esta categoría hay seis formas diferentes de vasos: a) en
forma de quero, que a su vez presenta cinco formas diferentes
b) en forma de copa con pedestal
c) en forma de cuencos o escudillas y de tazón
4. Vasos con incrustaciones: Este grupo está formado por vasos cuya forma esencial es la
del quero. Están decorados con incrustaciones embutidas de turquesas. En algunos
casos esta decoración está enmarcada por bandas horizontales con diseños de olas
5. Vasos de doble pico: Los vasos de metal con doble pico y asa puente aparecen por
primera vez en la orfebrería. Esta forma tiene su antecedente en la cerámica de las
culturas sureñas Huari y Nazca.
6. Vasos comunicantes con figuras: En este grupo se encuentran los vasos dobles unidos
por un asa puente formada por un tubo simple. Hay vasos comunicantes en la cerámica
de Huari y del sur de Nazca. Normalmente uno de los vasos presenta una figura en bulto
redondo que puede ser antropomorfa o zoomorfa, y el otro tiene forma de quero con
decoración variada68. La figura antropomorfa más característica es un personaje con
máscara y sombrero de cuatro picos. Estas figuras son parecidas a aquellas de los ‘vasos
efigie’, pero con más elementos iconográficos. Son más complejos por la utilización de
elementos confeccionados individualmente con láminas repujadas y unidas
metalúrgicamente al cuerpo principal. Así, se hicieron los cuatro conos que forman el
tocado, las orejas, la nariguera con decoración de turquesas y la sección del cuello de la
figura con incrustaciones embutidas en depresiones rodeadas de pequeñas esferas en
alto relieve.
7. Vasos con diseños de olas y animales relacionados con el mar: Los diseños continuos y
con más movimiento caracterizan a este grupo. Son vasos en forma de quero que
representan el rostro con máscara de perfil formando olas antropomorfizadas, tocado
semicircular, orejeras y plumas, rodeado de peces, aves marinas y en algunos casos con
pescadores en balsa de totora. Una excepción es el vaso 7.5, en el que el rostro está de
perfil sin formar la ola pero va asociado a una banda superior con olas.
8. Vasos con aves. Símbolos como en tocapus: En este grupo de vasos en forma de quero se
representa siempre la misma figura de ave marina encajada en secciones cuadradas, de
9. Vasos con formas de animales: Son vasos escultóricos que representan animales y
llevan un gollete. Los animales más comunes son patos de pico ancho y cóndores. En el
mundo moche los patos están estrechamente asociados al lado masculino del mundo de
abajo, nocturno y marino, y en algunas representaciones aparecen patrullando sobre las
olas del mar nocturno. En la cerámica sicán hay representaciones de patos en forma
escultórica y también como elementos secundarios en las asas de los vasos de un pico y
asa puente. Por el contrario, no se han encontrado imágenes figurativas de cóndores en
estas vasijas.
10. Vasos decorados con elementos individuale:. La mayoría de los vasos de esta categoría
tiene la forma de quero o cubilete y están decorados con elementos figurativos o
geométricos dispuestos de manera individual. Los figurativos son conchas de Spondylus,
caras frontales con tocados semicirculares con plumas o sin ellas, la parte trasera de
tocados semicirculares, figuras de perfil sentadas con un vaso en la mano y tocado
semicircular con plumas y cabeza de felino cayendo por la espalda, figuras de perfil
sentadas y con tocado de cuatro puntas, bastones de mando simples, bastones de
mando con representaciones de cara y tocado de perfil, cabezas de la serpiente mítica
con apéndice en la boca, cabezas con tocados romboidales, ranas y aves. Los elementos
geométricos son el signo escalonado que termina en un apéndice de ola y sucesión de
olas que van en direcciones opuestas.
Los vasos de metal forman un importante corpus donde se plasman tradiciones serranas y
costeñas que son reinterpretadas para formar un estilo particular, que tendrá su máxima
representación en el periodo Sicán Medio. Esta reinterpretación va unida a los cambios
ideológicos y religiosos que se experimentaron en este periodo. Los íconos representados y
explicados en las diferentes categorías de vasos no son meras decoraciones, sino que forman
parte de una simbología o semántica que remite al universo y cosmovisión sicán.
Hay gran variedad de formas. Unas se repiten en la cerámica como quero, cubilete, doble pico
con puente o sin él, gollete alto y dos picos, copas con pedestal o sin él, cuencos o tazas,
globulares y escultóricas con animales; y otras solo se harán en metal como los vasos
comunicantes los vasos efigie escultóricos. Sin embargo, el quero fue la forma más utilizada.
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