El Género Épico

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EL GÉNERO ÉPICO

El género épico es aquel que presenta hechos legendarios o


ficticios de forma objetiva, desarrollados en un espacio y tiempo
determinados. El autor de este género literario suele expresarse
por medio de la narración, aunque también puede incluir
la descripción y el diálogo. Hay casos donde la épica no es escrita
sino oral, contada por los rapsodas.
Cabe destacar que el género épico puede estar basado tanto en
hechos verídicos como en inventados. La narración se realiza
en tiempo pasado, mientras que el narrador puede aparecer o no en
la obra. Esto lo diferencia del género lírico, donde el narrador está
siempre presente, y del género dramático, donde desaparece por
completo.
La forma más habitual de la épica es la prosa o el verso
largo(hexámetro, verso alejandrino, etc.). Su mayor extensión está
determinada por su inclusión del resto de los géneros en determinados pasajes de las obras.
Por otra parte, la épica pueda presentar divisiones en su estructura, como capítulos y
epígrafes.
Entre los distintos subgéneros de la épica, aparecen la novela, el relato, el cuento
tradicional (narración anónima de carácter oral), el mito (narración breve con una función
cognoscitiva o explicativa), la leyenda (presenta hechos con alguna base histórica de
verdad pero con elementos ficticios), el romance(narración breve en verso),
la epopeya (narra las hazañas de un héroe arquetípico), el cantar de gesta (similar a la
epopeya, pero con menor presencia de los elementos divinos y fantásticos) y el poema
épico culto (una actualización de la epopeya griega y romana). Cada uno de estos
subgéneros, a su vez, presenta diferentes clases de textos y tipologías.
Por último, es importante señalar que la trama de la épica puede seguir un orden
cronológico (estructura lineal), donde se respeta una temporalidad objetiva, o puede
alterar el orden de los sucesos (estructura discontinua o no lineal).

CLASIFICACIÓN DEL GENERO


ÉPICO
El género literario es un sistema que permite la clasificación de obras literarias de acuerdo a
criterios semánticos, Sintácticos, fónicos, discursivos, formales, contextuales, Situacionales y
afines. En la historia ha habido varias clasificaciones De los géneros literarios. Por lo cual no se
puede asistir a una Determinación en la cual se pueda categorizar todas las obras de la Historia en
un criterio común.
El género realístico de forma general es el género literario que se Caracteriza porque el
lenguaje quiere presentar hechos de forma real y Utilizando un diálogo y para eso su
lenguaje utiliza una función Apelativa. Este género posee diversos elementos internos con
el acto, Escena y cuadro, que son:
 Acto: La subdivisión más importante de la obra dramática, marcado por el cierre o caída del telón.
 Escena: División interna de acto, en donde actúan los mismos personajes. Se cambia por la entrada
o salida de un personaje.
 Cuadro: Es la ambientación física de la escenografía (lo que se quiere mostrar).
Se llama género lírico porque en la antigua Grecia este género se Cantaba, y era
acompañado por un instrumento llamado lira. Su forma Habitual es el verso y la primera
persona. El presente, pasado y futuro Se confunden. Comunica las más íntimas vivencias
del hombre, lo Subjetivo, los estados anímicos y los estados amorosos.
En su concepto más vasto comprende además de la oda, la canción, la Balada, la elegía, el
soneto e incluso las piezas de teatro destinadas A ser cantadas, como las óperas y dramas
líricos. En lenguaje usual, Sin embargo, designa casi exclusivamente la oda que, según las
formas Que reviste toma los nombres deditirambo, himno, cantata, cántico, Etc. El género
lírico no tiene metro ni ritmo propios sino que el poeta Acude a todos aquellos que le
parecen más oportunos para expresar mejor Sus sentimientos.
El género narrativo o narrativa es el género literario Que se caracteriza porque se relatan
historias reales o también Ficticias (sucesos o acontecimientos) que constituyen una historia
Ajena a los sentimientos del autor.
Aunque sea imaginaria, la historia literaria toma sus modelos del Mundo real. Esta relación
entre imaginación y experiencia, entre Fantasía y vida es lo que le da un valor especial a la
lectura en la Formación espiritual de la persona. El narrador es el encargado de dar a
conocer el mundo imaginario al lector.
El género didáctico es el género literario Que tiene como finalidad la enseñanza o la
divulgación de ideas Expresadas de forma artística, con un lenguaje elaborado y recursos de
La filosofía.
Dentro de la clasificación de géneros literarios, está el género poético, Que es el recurso de
la literatura mediante el cual se embellece Aquello sobre lo que se habla. Además, mediante
él se transmiten Sentimientos, emociones y pensamientos a través de diferentes recursos
Expresivos. Algunos de los representantes de este género son Jaime Sabines, Amado
Nervo, José Emilio Pacheco y Ramón Xirau.
Se inicia con Aristóteles, quien en su obra La Poética habla sobre tres de los géneros
anteriores:
 Épico
 Lírico
 Dramático
La poesía épica es un género literario en el cual el autor presenta de forma objetiva
hechos legendarios oficticios desarrollados en un tiempo y espacio determinados. El autor
usa como forma de expresión habitual lanarración, aunque pueden darse también
la descripción y el diálogo. En algunos casos, la épica no es escrita, sino más bien contada
oralmente por los rapsodas.
CARACTERÍSTICAS:
1. Pueden basarse en hechos verdaderos.
2. La narración se realiza en pasado.
3. El narrador puede aparecer en la obra o no. No está siempre presente.

4. La forma que se utiliza preferentemente en la obra literaria épica o narrativa, es


la prosa o el verso largo.
5. Tiende a incluir los demás géneros (lírico, dramático, didáctico), razón por la cual
suele ser de mayor extensión.
6. Puede ser de dos formas: directa e indirecta.
7. También puede ser de carácter ideológico.
8. Mezcla lo real con lo fantástico.
9. Magnificación de la figura del héroe, a través de las hazañas que realiza.

ÉPOCA ANTIGUA: LITERATURAS ORIENTALES

Valmiki
Autor, según la tradición hindú, del Ramayana, uno de los más importantes
poemas épicos en sánscrito de la antigua India. En la tradición hindú se
considera a Valmiki el inventor de la poesía y el primer poeta (adikavi), y
su Ramayana se considera el primer poema (adikavya).
La mayoría de los investigadores aceptan la existencia de un Valmiki
histórico, que pudo vivir en Kosala, en una zona perteneciente al actual
estado de Uttar Pradesh, y que viajó intensamente por el norte de la India,
pero no por el sur. Eso es lo que sugiere el propio Ramayana, cuyas
descripciones son mucho más precisas cuando se refieren a la geografía
septentrional que a la meridional del país.

Pero es imposible saber qué papel concreto desempeñó Valmiki en la


redacción del Ramayana. Como en la obra se aprecian aportaciones literarias
de diversas épocas y personas, y un estilo estrechamente relacionado con la
transmisión oral y la recreación colectiva, lo más probable es que fuera su
compilador principal, pero no su creador absoluto.

Las numerosas tradiciones sobre su vida describen a Valmiki como un


hombre de casta inferior que, tras haber llevado una vida pecaminosa y
criminal de salteador de caminos, se hizo eremita, y alcanzó tal grado de
santidad, que fue capaz de permanecer inmóvil durante un milenio, hasta el
punto de que su cuerpo fue recubierto por un hormiguero ("valmika"), hecho
del que deriva su nombre: "Hijo del hormiguero". La fama de sus hechos
religiosos, y, sobre todo, la inmensa celebridad de su poema épico, hizo que
Valmiki acabase siendo deificado, y que en la India se le venere en la
actualidad como patrón de los barrenderos y de otros oficios y castas
inferiores. Otras tradiciones menos arraigadas le consideran como un sabio
de casta superior desde su nacimiento.

En el primer libro del Ramayana se da la noticia de la invención de la poesía


por Valmiki: al ver a un cazador matar a un pájaro, su compasión le llevó a
recriminar al autor de aquel acto de un modo tan inspirado que su discípulo
Bharadvaja, que le acompañaba, memorizó y pudo repetir a partir de
entonces aquel discurso, que resultó estar en metro poético.
Pero es en el séptimo y último libro del Ramayana donde el mismo Valmiki
juega un papel esencial. Tras abandonar Rama a su esposa Sita, por la
supuesta impureza de su embarazo tras haber sido raptada por el dios de los
demonios, la desolada mujer es acogida por el sabio Valmiki, en cuya ermita
nacen los gemelos Lava y Kusa. Impresionado por este suceso, Valmiki
compone la historia de Rama, y hace que sus hijos aprendan a cantarla. Años
después, el sabio eremita hace que los niños canten esta historia ante su
padre, que de este modo los reconoce y comprende su error.
Aunque entre los especialistas occidentales domina la creencia de la autoría
colectiva del Ramayana, y de que diversas partes de los libros primero y
séptimo son adiciones tardías, una buena parte de los críticos indios cree que
la versión conocida como "de Valmiki" fue compuesta, redactada, refundida
o por lo menos compilada individualmente por este autor.

El Ramayana
El Ramayana está considerado, junto con el Mahabharata, como el exponente
más rico y monumental de la antigua poesía épica india. Escrito en sánscrito
aproximadamente entre los años 750 y 500 a.C., su título significa 'La
historia de Rama' o 'La marcha de Rama', y su argumento gira en torno a las
vidas de Rama y de su esposa Sita.
Del Ramayana se conocen tres versiones antiguas: las denominadas "del
noreste", "del noroeste" y "del sur". Aunque en todas es reconocible un
argumento común, las tres presentan discrepancias muy notables entre sí,
hasta el extremo de que aproximadamente un tercio de la extensión de cada
una difiere de los demás textos.
El cantar épico se articula en torno a siete libros llamados kandas, de extensión
muy desigual. Los seis primeros presentan la primera parte de la historia,
mientras que el último engloba toda la segunda parte. Las versiones
canónicas tienen en torno a los 24.000 dísticos (48.000 versos), lo que
supone una extensión mucho mayor que la mayoría de los poemas épicos
occidentales, aunque menor que la del Mahabharata, que tiene unos 106.000
dísticos (212.000 versos).
El Ramayana está tradicionalmente considerado como un relato referente a y
compuesto en la segunda de las cuatro edades míticas, la conocida
como tretayuga. Desde el punto de vista histórico, algunos especialistas han
interpretado que la obra es una lejana y ritualizada evocación de la invasión
del sur de la India por los arios al final del segundo milenio a. C. Y también
se ha aventurado sobre su protagonista, el héroe Rama, que es un posible
trasunto mitificado de un príncipe que pudo habitar históricamente en el
estado de Kosala, en la India oriental.
Aunque la datación de los textos es imposible de concretar, puesto que se
cree que en la redacción de cada una de sus versiones han intervenido
numerosos creadores y recreadores a lo largo de varios siglos, determinadas
características lingüísticas y sociopolíticas aconsejan datarlo entre los años
750 y 500 a. C. aproximadamente. Como en las redacciones originarias no
se detectan referencias a conceptos o elementos budistas, es natural fecharlo
antes del siglo V a. C. Sin embargo, hay también críticos que han acercado
su fecha hasta el siglo III a. C. En el Ramayana no hay mención de héroes ni
de episodios del Mahabharata, pero en éste sí se advierten importantes
influencias del primero; aunque también sucede, por otro lado, que la métrica
y el estilo del Ramayana parecen más modernos que los del Mahabharata. La
mayoría de los críticos cree que el prolongado desarrollo literario de estas
dos grandes obras coincidió en el tiempo

ÉPOCA CLÁSICA

Homero
Homero fue un poeta griego del siglo VIII a.C. a cuya incierta existencia se reputa la autoría de la
Ilíada y la Odisea, las dos mayores obras épicas de la antigua Grecia, que se convertirían en fuentes
imprescindibles del conocimiento de aquel pasado mítico, proporcionando a su autor un prestigio
que motivó el hecho de que siete de las ciudades-estado de la península helénica llegaran a
disputarse el honor de ser su patria.

Leyenda sobre su nacimiento


De Homero han llegado hasta nosotros siete Vidas, todas ellas legendarias. La más antigua,
falsamente atribuida a Herodoto, cuenta que fue hijo de la ninfa Creteida, quien, para ocultar su
embarazo, marchó desde Cimas hasta Esmirna, en donde dio a luz a un niño en la
desembocadura del río Meles. Le puso por nombre Melesígenes, pero también fue conocido
como Homero. Este fabuloso nacimiento fue bien pronto considerado sólo una leyenda; sin
embargo, otros datos sobre el poeta, provenientes de la misma fuente, han pasado a constituir la
esencia misma de su figura: su carácter de cantor errante y su ceguera.
La falta de datos acerca de su existencia ha promovido toda clase de teorías acerca de su
identidad: para los románticos y filólogos del siglo XIX era prácticamente la encarnación de la
poesía natural e innata de su pueblo; Samuel Butler, el pensador Victoriano, quiso que sea una
mujer.

Leyenda sobre su lugar de origen


Pero no sólo reside el misterio en Homero; la misma imprecisión preside las reflexiones acerca de su
lugar de origen. Tanto la tradición antigua, basada en un falso texto de Herodoto, como la
crítica moderna se inclinan por Esmirna; un himno pseudohomérico del siglo VII a.C., no
obstante, proclama ser obra de un «hombre ciego» proveniente de Quíos. El poeta Simónides
se inclina también por Quíos, mientras que Píndaro elige Esmirna y Aristarco, el gramático de
Alejandría, propone Atenas, al tiempo que cita otra leyenda según la cual Homero era hijo de un
demonio, había sido engendrado en la isla de Ios, una de las colonias en Atenas, y a ello atribuye los
innumerables giros aticistas de su lengua.

Epoca de la Iliada y la Odisea

Pintura de Homero con su lazarillo

El tercer misterio que rodea la figura del vate ciego es el de la época en que fueron producidos
ambos poemas, la Iliada y la Odisea. Si realmente existió alguien llamado Homero, éste debió de ser
oriundo o al menos habitar las ciudades jonias de las costas de Asia Menor o las islas colindantes con
ella, probablemente a fines del siglo VIII a.C. En un texto auténtico, el historiador Herodoto declara
que Homero vivió cuatro siglos antes que él, lo cual equivale a situarlo en el siglo IX a.C. Otros
elementos de la biografía homérica de Herodoto, como la detallada lista de antecesores de Homero y
el pormenor
de sus viajes, son ya completamente desechados. No obstante, entre la declaración del fundador de la
historia y la investigación filosófica, ha terminado por fijarse la redacción de la Iliada* a mediados del
siglo VIII, y la Odisea a finales de la misma centuria.
Finalmente, deducen los estudiosos que es posible que haya existido un poeta a quien le fuera
otorgado el don de crear el cuerpo central de las dos obras; ambas constituyen la médula de la
tradición clásica en literatura, filosofía, religión y pedagogía. Han sido el núcleo de la educación
grecolatina, junto con su continuación natural, la Eneida, de Virgilio, y su influencia en la tradición
occidental es incalculable.

La Ilíada
La Ilíada relata el décimo año de la Guerra de Troya (o de Ilión, nombre griego
de la ciudad, de donde procede el título de Ilíada). Su núcleo argumental es
la célebre Cólera de Aquiles. El héroe griego Aquiles ha sido despojado de su
esclava Briseida por Agamenón, jefe del ejército aliado griego que tiene
sitiada la ciudad de Troya para rescatar a Helena. A causa de esta decisión
injusta, Aquiles se enemista con Agamenón y resuelve no participar más en
los combates.

Gracias a su ausencia y a otros sucesos, los troyanos, liderados por Héctor,


consiguen importantes victorias, y aunque el mismo Agamenón se humilla y
le pide que regrese a la lucha, Aquiles se niega. Será precisa la muerte de
Patroclo, su mejor amigo, a manos del héroe troyano Héctor (hijo de Príamo,
rey de Troya), para que Aquiles deponga su actitud. Aquiles jura vengar a
Patroclo, se lanza ferozmente a la lucha y vence a Héctor. Su furia parece
irrefrenable: ata a su carro por los pies el cadáver de Héctor y lo arrastra con
la cabeza por el polvo alrededor de la tumba de Patroclo.
Héctor se despide de Andrómaca
(óleo de Luca Ferrari)

Después, frente a las súplicas del padre de Héctor, Príamo, se despierta su


compasión y accede a devolverle el cadáver de su hijo. La obra termina con
los funerales que se celebran en honor de Patroclo y Héctor. A este
argumento humano, digamos, es preciso añadir la intervención de los
antropomórficos dioses griegos, que, movidos por pasiones e intereses
similares a los de los hombres, participan en la acción, favoreciendo o
perjudicando a personajes de uno y otro bando.
La Ilíada consta de 15.693 versos agrupados en 24 cantos. El Canto I
comienza con la cólera de Aquiles. Es posible que los Cantos II-XI sean
interpolaciones de otros poetas, pues se apartan del núcleo narrativo
principal. Hoy se cree que el propio Homero los intercaló deliberadamente
para crear un efecto de retardación, técnica que también se emplea en
la Odisea. En los cantos XII-XXIV se vuelve al tema de principal y la acción se
precipita rápidamente hacia el desenlace. La narración en tercera persona se
combina con los diálogos entre los personajes. Los antecedentes y
consecuencias de la guerra y el origen y destino de los personajes se dan por
sabidos; porque, efectivamente, el público al que se dirigía el poema conocía
perfectamente la historia completa de la Guerra de Troya.
Como ya señaló Aristóteles en su Poética, uno de los grandes aciertos de
Homero en la Ilíada fue precisamente no contar toda la Guerra de Troya, sino
concentrar la atención del relato sobre un elemento determinado: la cólera
de Aquiles. La sucesión de violentas emociones por las que pasa el ánimo del
héroe (cólera, amistad, odio, sed de venganza, compasión) constituye el
motor de la acción. En realidad la Ilíada, aun siendo un poema heroico, es
también y sobre todo un drama. Lo que domina en él, por encima del
heroísmo y la violencia, es la humanidad que trasluce. En los dos últimos
cantos (funerales de Patroclo y de Héctor), prevalecen la piedad y la
compasión. No hay vencedores ni vencidos: hay un duelo por los muertos.

LITERATURA LATINA

Virgilio
(Publio Virgilio Marón, en latín Publius Vergilius Maro; Andes, hoy Pietole,
actual Italia, 70 a.C. - Brindisi, id., 19 a.C.) Poeta latino. Aunque hijo de
padres modestos, Virgilio estudió retórica y lengua y filosofía griegas en
Cremona, Milán, Roma y Nápoles.

Virgilio

Si bien no intervino de modo directo en la vida política, desde muy pronto


Virgilio disfrutó del apoyo de mecenas y amigos, como Cayo Mecenas, el
poeta Horacio e incluso Octavio (el futuro emperador Augusto), en parte
propiciado por el éxito de su primera obra mayor, las Bucólicas, en las que
desarrolla muchos temas de la tradición pastoril, tomados sobre todo de
los Idilios de Teócrito, aunque introdujo numerosas alusiones a personajes y
situaciones de su época.
Incitado por sus protectores, escribió las Geórgicas, en apoyo de la política
imperial de relanzar la agricultura en Italia; en las Geórgicas, Virgilio recrea la
belleza de la vida campesina y sus distintos aspectos: labranza, ganadería y
apicultura.
La vertiente pública de la poesía de Virgilio llegó a su cima cuando afrontó la
tarea de escribir un ambicioso poema patriótico a imagen de las grandes
epopeyas de Homero: la Eneida, que debía cantar las virtudes del pueblo
romano y cimentar una mitología propia para la nación. Para ello escogió la
conocida figura legendaria del héroe troyano Eneas. Durante otros doce años
trabajó en la composición de esta obra maestra, un poema épico compuesto
de doce cantos que toma el nombre de su protagonista.

Eneas y Dido (1747), de Pompeo Batoni

Al principio, Eneas logra huir del desastre de Troya llevando sobre los
hombros a su anciano padre, Anguises, y a su hijo Ascanio de la mano; reúne
una flota y zarpa con los supervivientes troyanos rumbo a Tracia, Creta, Epiro
y Sicilia, antes de abordar las costas de África. Luego relata los amores de la
reina de Cartago, Dido, con Eneas, y el suicidio de ella tras la partida del
héroe. Tras un interludio, la última parte narra la llegada de Eneas a Italia,
y la guerra que sostiene con Turno, rey de los rútulos; la victoria le otorga la
mano de Lavinia, princesa del Lacio

La Eneida

La Eneida, una narración mítica del viaje del héroe troyano Eneas, hace
uso del mito, la historia y el orgullo cultural, para resumir todo lo que los
romanos valoraban más sobre su sociedad. Además ofrece cuentos de
aventuras con dioses y diosas, héroes y fantasmas, guerreros y
amantes condenados. Virgilio el autor de la obra murió antes de
terminar el trabajo, pero esto estableció su reputación como el poeta
más importante de los romanos.

Busto del poeta romano Virgilio


en el parque Virgiliano de Nápoles. Vía Wikimedia Commons
¿Cuál es el origen de la historial de La Eneida?

Para crear una consciencia de origen sobre la herencia romana La


Eneida cuenta la historia de Eneas, un héroe de Troya, una ciudad
de Asia Menor que los griegos destruyeron como se relata en la Iliada.

Según la leyenda, Eneas sobrevivió a la guerra y condujo a un


grupo de troyanos en un viaje al reino del Lacio en el centro de
Italia, donde finalmente se construyó Roma.

La historia de Eneas era mucho más antigua que la de Roma. El héroe


aparece como un personaje en la Ilíada, en el epicentro de la Guerra de
Troya según el poeta griego Homero.

A medida que Roma fue emergiendo como la principal potencia


del mundo mediterráneo en el 200 a.C., los romanos se
volvieron ansiosos por reclamar a Eneas y a los troyanos como
sus ancestros. Algunos romanos incluso visitaron Ilium, una ciudad
romana en Asia Menor en la que se decía se encontraba la antigua ciudad
de Troya, la ciudad natal de Eneas.

Eneas era una figura ideal para servir como el legendario fundador de
Roma. Como hijo de Afrodita (llamada Venus en la mitología romana),
diosa del amor, y de Anquises, miembro de la familia real troyana, tuvo
padres divinos y reales.
En esta pintura se puede ver a Eneas (de rojo) junto con Anquises (de azul) y su hijo en la isla de
Delos. Vía Wikimedia Commons.

Además, los antiguos cuentos retrataban a Eneas como


obediente, espiritual, valiente y honorable, que eran virtudes
que los romanos creían que caracterizaban su cultura.

Finalmente, Eneas fue parte de la herencia griega tan admirada por los
romanos. Sin embargo, como troyano más que como
griego, proporcionó a los romanos una identidad distinta que no
era griega, sino igualmente antigua y honorable.
Varios escritores romanos contribuyeron a la historia de cómo Eneas llegó
a Italia para que sus descendientes pudieran construir Roma. La persona
que reunió las partes de la leyenda en una gran epopeya nacional, sin
embargo, fue Vergilius Maro, conocido como Virgilio. Su mecenas fue
Augusto, el primer emperador de Roma. Augusto se consideraba
descendiente directo de Eneas.

La Eneida de Virgilio glorificó no sólo a Roma sino también a


Augusto, cuyo reinado fue descrito como el cumplimiento del
gran destino romano que los dioses habían predicho hace
mucho tiempo.

LA ÉPICA MEDIEVAL

EL PARAÍSO PERDIDO

John Milton
(Londres, 1608 - id., 1674) Poeta inglés. Su padre, un notario apasionado
por la música, le animó a estudiar las lenguas clásicas, el hebreo y el italiano.
Tras una estancia en Cambridge, abandonó la carrera eclesiástica y se retiró
en casa de sus padres.

John Milton

En 1638 emprendió un largo viaje por Francia e Italia, donde conoció


a Galileo, pero los acontecimientos políticos de su país, donde se había
declarado la guerra civil, le hicieron regresar al cabo de un año. En su patria
se vio envuelto en cuestiones teológico-políticas, a las que respondió con
polémicos opúsculos en los que defendía un puritanismo a ultranza.
En 1642 se casó con Mary Powell, una joven de diecisiete años que lo
abandonó al poco tiempo debido a la férrea austeridad del régimen
doméstico. Milton reaccionó con una serie de escritos en los que se
manifestaba partidario del divorcio y que le ocasionaron problemas con la
censura parlamentaria, hecho que motivó que en 1644 publicara
la Areopagítica, en defensa de la libertad de expresión.
Antimonárquico y adscrito al sector radical, por un tiempo abandonó la poesía
y ocupó el cargo de secretario del Comité de Asuntos Exteriores del gobierno
de Oliver Cromwell. Luego, con la restauración monárquica, se vieron
frustrados todos sus ideales políticos y, por otra parte, su ceguera era ya
total. Se retiró de la vida pública y dedicó los últimos años de su vida a la
poesía.
Finalmente escribió la epopeya que siempre había soñado, El Paraíso
perdido (1667), la más lograda poesía cristiana heroica y una de las obras
cumbres de la poesía inglesa de todos los tiempos. En 1671 publicó El Paraíso
recobrado, de inferior valor literario, y la tragedia Sansón agonista, con la que se
cumplió su deseo renacentista de restaurar la tragedia griega. Milton fue un
humanista cristiano que consiguió armonizar en sus obras la experiencia vital
con la meditación y la disciplina moral y artística.

El paraíso perdido

El paraíso perdido, de John Milton, es una de las obras más


importantes que ha dado la literatura universal. Se trata de uno de
los poemas narrativos más destacables de la historia, además de
uno de los colosos de la lengua inglesa, compuesto por más de
10.000 versos.

John Milton es, junto a Shakespeare y media docena más de


autores, uno de los referentes literarios de la cultura inglesa. Fue
un personaje de gran polémica debido a sus posturas políticas y religiosas,
y un escritor de enorme genio, además de un defensor a ultranza de la
libertad. Precisamente, ese es uno de los hilos conductores de esta obra,
que trata de hallar una respuesta a la existencia del bien y el mal en el
mundo, a través de la historia bíblica de Adán y Eva.

La existencia del bien y el mal según Milton

“El paraíso perdido”, de John Milton, en edición manga, de La


Otra H.

Pese a lo que pueda parecer, la obra tiene una enorme relevancia


incluso en nuestra época, si bien por su riqueza lingüística no es un
texto apto para todos los gustos. Su alambicado lenguaje, sus continuas
referencias, frecuentes hipérbatos y largas reflexiones hacen que el original
no sea fácil de leer, lo que no es óbice para que la riqueza expresiva de que
hace gala nos atrape (especialmente recomendable para el público novel es
la edición en formato manga de la colección La Otra H).

Al igual que muchos filósofos de la historia, Milton se hizo la


pregunta de por qué existen el mal y el sufrimiento en el mundo si
Dios, todo bondad y poder, podría eliminarlo fácilmente. Se trata de una
reflexión que ya en su día hicieron Epicuro y más tarde muchos otros, como
el filósofo empirista David Hume, para quienes la existencia del mal ponía
en duda dos cuestiones acerca de Dios: por un lado, si el mal existe es
porque Dios así lo quiere, por lo que no podríamos afirmar que es un ser de
infinita bondad, puesto que no lo permitiría; por otro, si el mal existe y Dios
no puede remediarlo, es que no es todopoderoso.

No es un libro fácil, pero su riqueza expresiva es suficiente motivo para


que nos atrape

Este es el gran enigma que trata de resolverse en la obra, que el


autor enlaza con un concepto de especial relevancia: el libre
albedrío. El mal y el bien son dos caras de la misma moneda; no puede
existir uno sin el otro. Por su parte, el mal es una consecuencia directa de
nuestra libertad, otorgada por Dios. Ser libres es una gracia divina que, no
obstante, tiene una serie de contrapartidas, como son el mal, el dolor, el
sufrimiento y el pecado. Dios, sabiéndolo, nos hizo libres, pues prefería que
lo fuéramos a vivir una existencia feliz, pero encadenada.

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