La Prueba en El Proceso Penal

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IMPRESO EN LA REPÚBLICA ARGENTINA


ABREVIATURAS

A. y S. Acuerdos y Sentencias de la Suprema Corte de la


Provincia de Buenos Aires
B. J. Boletín de Jurisprudencia de la Cámara Nacional
de Casación Penal
B.J.C. Boletín de Jurisprudencia de la Provincia de Cór-
doba
B.J.C.N.C.C. Boletín de Jurisprudencia de la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Criminal y Correccional
CC Código Civil
CF Cámara Federal
CN Constitución Nacional
CNCC Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional
CNCCF Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional Federal
CNCP Cámara Nacional de Casación Penal
CNPenal Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Eco-
Económico nómico
CP Código Penal
CPCN Código Procesal Civil y Comercial de la Nación
CPPN Código Procesal Penal de la Nación
CSJN Corte Suprema de Justicia de la Nación
D. J. Doctrina Judicial (Buenos Aires)
D.J.B.A. Diario de Jurisprudencia Judicial de la Provincia
de Buenos Aires
E.D. El Derecho (Buenos Aires)
Fallos Fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Na-
ción (edición oficial)
8 ABREVIATURAS

J. A. Revista de Jurisprudencia Argentina (Buenos Aires)


J.P.B.A. Jurisprudencia Penal de Buenos Aires
L.L. Revista Jurídica Argentina La Ley
L.L.B.A. Revista Jurídica Argentina La Ley Buenos Aires
L.L.C. Revista Jurídica La Ley Córdoba
SCBA Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires
TOC Tribunal Oral en lo Criminal
TOCF Tribunal Oral en lo Criminal Federal
PARTE PRIMERA

LA PRUEBA PENAL EN GENERAL


CAPÍTULO I

LA PRUEBA PENAL EN GENERAL


SUMARIO: 1. Concepto y finalidad. 2. Grados de la convicción judicial. 3. Su-
jetos de la prueba. 4. Objeto de la prueba. 4.1. Alcance. 4.2. Hechos
exentos de prueba. 4.2.1. Los hechos evidentes. 4.2.2. Los hechos no-
torios. 5. Órganos, fuentes, medios, argumentos y resultado de laprue-
ba. 5.1. Órganos de prueba. 5.2. Fuentes de prueba. 5.3. Medios de
prueba. 5.3.1. Conceptoyc]asif3cación.,5.3,l.l. Régimenlegal. 5.4. Ar-
gumentos de prueba. 5.4.1. Presunciones e indicios. 5.5. Resultado de
la prueba. 6. Requisitos de la prueba. 6.1. Pertinencia y utilidad. 6.2.
Admisibilidad. 6.2.1. La regla de exclusión probatoria. 6.3. Iniciativa
probatoria. 6.4. Atendibilidad de la prueba.

1. CONCEPTO Y FINALIDAD

a) No existen, en materia penal, las denominadas causas


depuro derecho con el alcance que a esta modalidad se asigna
en el proceso civil, por cuanto no estándoles permitida a las
partes la disposición del objeto procesal ni siendo por lo tanto
vinculante para el órgano judicial la admisión de los hechos
formulada por el imputado, resulta imprescindible el cumpli-
miento de una actividad destinada a comprobar la realidad de
esos hechos y de las circunstancias que los rodearon. En esa
actividad, precisamente, consiste la prueba i.
^ Cfr. ODERIGO, Mario A , Derecho Procesal Penal, t. II, Buenos Aires,
1952, pág. 133. No obsta a lo expresado en el texto la circunstancia de que el £irt.
431 bis, inc. 2° del CPPN erija en presupuesto del denominado "juicio abreviado"
la conformidad del imputado sobre la existencia del hecho y su participación des-
cripta en el requerimiento de elevación ajuicio, por cuanto: 1-) el tribunal de jui-
cio se halla facultado para rechazar el acuerdo (norma citada, inc. 2°); 2°) la sen-
tencia debe fundarse en las pruebas recibidas dursinte la instrucción (norma
citada, inc. 5-); 3°) y si bien aquélla puede también fundarse, "en su caso", en la
12 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

b) Ello sentado, y sin perjuicio de las precisiones que más


adelante se exponen, cuadra definir a la prueba penal como el
conjunto de actos procesales, cumplidos con el auxilio de los
medios previstos o implícitamente autorizados por la ley, y
encaminados a generar la convicción judicial acerca de la
existencia o inexistencia, la veracidad o la falsedad, de los he-
chos sobre los cuales versa la imputación.
Del concepto precedentemente enunciado resulta por lo
pronto excluida, como finalidad de la actividad probatoria, y
a diferencia del criterio sustentado por parte de la doctrina 2,
la comprobación o demostración de la denominada verdad
real o material.
Más allá, en efecto, de que la verdad, concebida como la
concordancia entre el pensamiento y su objeto (adequatio
mentís et reí), no tolera ese tipo de gradaciones 3 y no obstante
hallarse regido el proceso penal por los principios de investi-
gación oficial y de libertad probatoria, las múltiples restric-
ciones que el ordenamiento jurídico también impone, en ese

admisión formulada por el imputado (norma citada, inc. 5-), ese acto no vincula
al tribunal que se halla no obstante habilitado para absolverlo.
^ Así MANZINI, Tratado de Derecho Procesal Penal, trad. de Santiago Sen-
tís Melendo y Marino Ayerra Redín, t. III, E.J.E.A., Buenos Aires, pág. 197, ex-
presa que "la prueba penal es la actividad procesal inmediatamente dirigida al
objeto de obtener la certeza judicial, según el criterio de la verdad real... acerca
de la imputación o de otra afirmación o negación que interese a una providencia
del juez". Por su.parte LEONE, tras advertir que en el proceso penal resulta ine-
ficaz, en el sector probatorio, todo poder dispositivo de las partes, y que el juez
está facultado para disponer los medios de prueba y orientar sus indagaciones
instructorias conforme a las necesidades por él advertidas y con sano sentido de
oportunidad, agrega que "en el proceso penal rige el principio de la comprobación
de la verdad material, caracterizado también como principio de la libre convic-
ción del juez" (Tratado de Derecho Procesal Penal, trad. de Sentís Melendo, t. III,
E.J.E.A., Buenos Aires, s/f, pág. 155). Peuliendo de la base de que la verdad en
la cosa, o la verdad objetiva, es la cosa misma (yerum est it quod), expresa Fenech
que "llega, pues, el juez a la verdad cuando la idea que se forma en su pensamien-
to sobre un hecho concuerda en absoluto con la realidad, cuando su repre-
sentación de un hecho pasado coincide con el hecho que sucedió" (Derecho Pro-
cesal Penal, t. II, Barcelona, 1960, pág. 575). "Todo el derecho de prueba —dice
BELING— está sometido al principio de la 'investigación de la verdad material"'
(Derecho Procesal Penal, trad. de Miguel Fenech, Barcelona, 1943, pág. 212).
Porque como observa CARNELUTTI, "la verdad es como el agua: o es pura
o no es verdad", agregando que "no se puede buscar la verdad sólo en parte: o se
la busca del todo, es decir se la busca hasta que se la encuentra, o lo que se busca
no es la verdad" (La Prueba Civil, trad. de Niceto Alcalá Zamora y Castillo, Bue-
nos Aires, 1955, pág. 25).
CONCEPTO Y FINALIDAD 13

proceso, a la indiscriminada posibilidad de acceso a la verdad


(v.gr. exclusión del deber de testimoniar respecto de ciertas
personas, obligación de guardar secreto, condicionamientos
al allanamiento de morada, protección de la integridad física
e intelectual a través de reglas impeditivas de la investiga-
ción del examen corporal o mental cuando para ello se arries-
gue un daño a la salud, etc.) determinan que la averiguación
de aquélla sólo configure un ideal genérico a alcanzar pero no
una finalidad absoluta de la prueba en materia penal *.
Si bien, en definitiva, el interés público comprometido en
la persecución penal determina que las reglas procesales vi-
gentes en ese sector favorezcan al logro de ese ideal en mayor
medida que la prevista en relación con otros tipos de proceso,
la finalidad de la actividad probatoria se halla circunscripta,
en términos qjue abarcan a todas las ramas del Derecho, a pro-
ducir en el ánimo del juzgador la convicción, no lógica o mate-
mática, sino psicológica, sobre la existencia o inexistencia, la
verdad o la falsedad, de los hechos de que se trata 5.
Tal es, por lo tanto, el alcance final que cuadra conferir a
la noción enunciada al comienzo del presente parágrafo, la
que comprende, por un lado, los modos u operaciones referi-
dos a cosas o personas (medios de prueba) de los que se ex-
traen, a través del dato que proporcionan (fuentes de prueba),
el motivo o motivos generadores de la convicción judicial (ar-

^ Cfr. MAIER, Derecho Procesal Penal Argentino, t. 1-B, Buenos Aires,


1989, pág. 591.
^ Puntualiza VIADA que "como la demostración de la existencia de im he-
cho no es prácticamente posible y la fijación formal de los hechos alegados en el
proceso que puede ser concepto válido para el proceso civil dispositivo no lo es
para el proceso penal, creemos que puede adoptarse como punto de partida el
concepto de la prueba como actividad encaminada a conseguir la convicción psi-
cológica del juez" (Curso de Derecho Procesal Penal, t. II, Madrid, 1962, pág.
211). Ver asimismo VÁZQUEZ ROSSI, Derecho Procesal Penal, t. II, Santa Fe,
1997, pág. 299, donde dice que "lo que el proceso alcanza es una declaración apro-
ximativa de la verdad convencionalmente aceptable en la medida en que cumple
con requisitos normativamente establecidos y a los que dota de plausibilidad ju-
rídica por la invocación explícita de ciertas constEincias e implícita por el conven-
cimiento subjetivo de los juzgadores. Esa reconstrucción efectuada mediante
una actividad oficial sujeta a reglas no es una auténtica indagación de la reali-
dad, sino la búsqueda de una plausibilidad social y jurídica. Pero cabe insistir en
que eso es todo lo que puede alcanzar el proceso, una verdad de índole procesal,
sujeta a reglas de juego que son, en definitiva, garantías".
14 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

gumentos de prueba) y, por otro lado, el hecho mismo de esa


convicción, o sea, el resultado de la actividad probatoria.

2. GRADOS DE LA CONVICCIÓN JUDICIAL


a) No siempre es el mismo el grado de intensidad que el
ordenamiento jurídico requiere a la convicción a que se hizo
referencia en el parágrafo precedente, y esa circunstancia
conduce a diferenciar la certeza, la probabilidad y la duda.
b) Mientras la certeza se caracteriza como el estado psi-
cológico del juzgador en cuya virtud éste llega a abrigar la plena
convicción sobre la existencia o inexistencia del hecho incri-
minado y de la participación o no del imputado en su produc-
ción, \a probabilidad entraña en cambio una suficiente apro-
ximación a ese estado, que excede por lo tanto a la apreciación
de una mera posibilidad. La duda, por el contrario, aparece
conformada cuando el juez, frente a la ausencia o insuficien-
cia de prueba, no se encuentra en condiciones de formular un
juicio de certeza ni de probabilidad, positivo o negativo, acer-
ca de los mencionados extremos.
De lo dicho se deriva, asimismo, que tanto la certeza como
la probabilidad constituyen estados bipolares, pues si la in-
vestigación acerca de la hipótesis delictiva sobre la que versa
el proceso conduce a la conclusión, exacta o aproximada, de su
existencia o inexistencia, cabe hablar, respectivamente, de
una certeza o probabilidad positiva o negativa, al paso que la
duda, en la medida en que obsta a la emisión de cualquier tipo
de juicio de certeza o de probabilidad representa, como MAIER
observa, "un estado neutro, sin salida posible" s.
c) Los estados psicológicos precedentemente descriptos
se exteriorizan en las diversas fases que integran el proceso
penal, e inciden naturalmente en el contenido de las resolu-
ciones que en ellas corresponde dictar.
Descartados los actos de iniciación procesal, en los que el
juez de instrucción debe comenzar su actividad sobre la base
de la mera afirmación, por parte de los órganos competentes,
de la posible existencia de un hecho delictivo T, para convocar

^ Derecho..., cit., t. II, pág. 565.


'' CAFFERATA ÑORES, La Prueba en el Proceso Penal, Buenos Aires, 1986,
pág. 8.
GRADOS DE LA CONVICCIÓN JUDICIAL 15

a una persona a fin de recepcionársele declaración indagato-


ria debe mediar, como soporte de la posición subjetiva del
juez, una mínima probabilidad positiva derivada de la exis-
tencia de "motivo bastante" para sospechar que aquélla "ha
participado en la comisión de un delito" (CPPN, art. 294).
Frente a la probabilidad negativa acerca del referido ex-
tremo no corresponde la convocatoria, pero verificada ésta y
realizado el acto, a la hora de resolver la situación legal del im-
putado se abren ante el instructor tres posibilidades según que
éste obtenga certeza negativa, probabilidad positiva o duda.
En el primer caso se impone el dictado de sobreseimiento,
por cuanto éste procede cuando la pretensión punitiva se ha
extinguido, el hecho investigado no se cometió, no encuadra
en una figura penal, no fue cometido por el imputado o media
una causa de justificación, inimputabilidad, inculpabilidad o
una excusa absolutoria (CPPN, art. 336).
En el segundo caso, que se configura "siempre que hubie-
re elementos de convicción suficientes para estimar que exis-
te un hecho delictuoso" y que el imputado "es culpable como
partícipe de éste" (CPPN, art. 306), debe disponerse el proce-
samiento de aquél, resolución que se halla supeditada al re-
quisito de que de las pruebas acumuladas hasta ese momento
surja que los datos positivos o incriminantes excedan, objeti-
vamente, a los negativos o desincriminantes ^, en forma tal
que la probabilidad positiva resultante de la sospecha inicial
cobra mayor intensidad.
En el tercer caso, finalmente, queda descartada tanto la
probabilidad positiva como la certeza negativa, de modo que
"cuando... el juez estimare que no hay mérito para ordenar el
procesamiento ni tampoco para sobreseer, dictará un auto
que así lo declare, sin perjuicio de proseguir la investigación,
y dispondrá la libertad de los detenidos que hubiere, previa
constitución de domicilio" (CPPN, art. 309). Se trata del deno-
minado "auto de falta de mérito".
En la etapa crítica de la instrucción pueden ocurrir situa-
ciones semejantes, por cuanto frente a la certeza negativa co-
rresponde el dictado de sobreseimiento (CPPN, arts. 350 y
353), y ante la hipótesis de subsistir las circunstancias que

JAUCHEN, La Prueba en Materia Penal, Santa Fe, 1992, pág. 46.


16 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

motivaron el procesamiento del imputado cabe dictar el auto


de elevación a juicio (normas citadas).
Agotado, por último, el debate oral y público, el estado de
inocencia de que goza el imputado sólo puede destruirse me-
diante una sentencia condenatoria cuyo dictado requiere la
certeza positiva'respecto de la totalidad de los elementos des-
criptos en la imputación. Ello implica, por lo tanto, la plena
convicción acerca de la existencia del hecho y de la culpabili-
dad del imputado, debiendo aquél lograrse a través de la va-
loración de las pruebas regularmente producidas en la causa
y de modo tal que la conclusión a que se arribe supere no sólo
toda duda razonable acerca de tales extremos, sino también
la mera probabilidad sobre su existencia 9.
Frente a estas dos contingencias no cabe otra solución
como no sea el pronunciamiento de una sentencia absoluto-
ria: in dubiopro reo. Esta máxima, cuya formulación norma-
tiva se encuentra en el art. 3° del CPPN y preceptos provincia-
les concordantes, reconoce fundamento en el hecho de que
siendo función de las partes acusadoras destruir, a través de
la prueba, el estado de inocencia que ampara al imputado
(CN, art. 18), el fracaso de tal función no puede traducirse en
perjuicio de éste sino en el mantenimiento de ese estado.
Importa añadir que la máxima in dubiopro reo sólo con-
cierne a los aspectos fácticos de la imputación y no se extiende
a la interpretación y aplicación de la ley lo.

3. SUJETOS DE LA PRUEBA

a) Corresponde distinguir, a propósito de este tema, se-


gún que la actividad probatoria se desenvuelva durante la
instrucción o el juicio.

^ CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 12; JAUCHEN, La Prueba...,


cit., pág. 47. La prueba aportada para el esclarecimiento de un delito se halla su-
jeta a la apreciación objetiva que se haga de ella, pues no cabe admitir, por abe-
rrante que sea el delito imputado, que la mera probabilidad de la verdad conduz-
ca a una condena en tanto la probabilidad, en ninguno de sus grados en la escala
de valoración, puede aceptarse como elemento siquiera coadyuvante para justi-
ficar una sentencia condenatoria (CCrim. y Corree. San Francisco, 24-111-1998,
"R., R. S.",L.L.C., 1998-1187).
^° Cñ-. VÉLEZ MARICONDE, Derecho Procesal Penal, Buenos Aires, 1969,
pág. 48.
SUJETOS DE LA PRUEBA 17

b) Durante el período instructorio, y en razón de la tona-


lidad inquisitiva que lo caracteriza, es el juez de instrucción,
o el fiscal por delegación o como titular de la denominada "in-
vestigación penal preparatoria" o "instrucción sumaria" (v.gr.
códigos de Buenos Aires y Córdoba y CPPN, art. 353 bis), no
sólo el destinatario de la prueba sino, además, su primordial
sujeto activo o promotor i3. Tal circunstancia no descarta la
actividad probatoria de las partes, a quienes la ley, si bien les
confiere la facultad de "proponer diligencias", acuerda al juez
(o en su caso al fiscal) el poder de practicarlas "cuando las con-
sidere pertinentes y útiles", siendo su resolución irrecurrible
(CPPN, art. 199).
El principio acusatorio que rige el trámite del juicio de-
termina, por el contrario, que la proposición de la prueba in-
cumba a las partes (como derecho para los sujetos privados y
como poder-deber respecto del representante del ministerio
fiscal), aunque ello, eín virtud de los poderes autónomos de in-
vestigación de que se halla investido el tribunal, no excluye la
posibilidad de que "si en el curso del debate se tuviera conoci-
miento de nuevos medios de prueba manifiestamente útiles,
o se hicieren indispensables otros ya conocidos", aquél "podrá
ordenar, aun de oficio, la recepción de ellos" (CPPN, art. 388).
El tribunal de juicio, asimismo, se encuentra facultado para
rechazar, por auto, la prueba ofrecida que evidentemente sea
impertinente o superabundante (CPPN, art. 356, párr. 2-).
c) Interesa destacar que las partes privadas pueden asumir
el doble carácter de sujetos activos y de órganos de prueba,
pues, por un lado, tienen el derecho de proponer su produc-

Frente a la hipótesis de que en el sumario no se hayan constituido en par-


te las denominadas partes privadas, o no haya adquirido su calidad de parte un
imputado determinado, observa FENECH que "sólo al juez instructor, o a quien
haga sus veces, incumbe la proposición de pruebas, si bien esta fase en estos ca-
sos carece de realidad independiente, ya que la proposición exige un sujeto a
quien proponer algo, y aquí sólo existe como sujeto el juez instructor, que podría-
mos decir que se autopropone la prueba, pero lo que hace en realidad es ordeneír
la práctica del medio de prueba sin más" (Derecho Procesal Penal, t. II, 3- ed.,
Madrid, 1960, pág. 584). Cuadra observar, asimismo, que en el denominado "jui-
cio abreviado" fue regular el art. 431 bis del CPPN sólo constituye prueba com-
putable la producida en la instrucción, ya que la sentencia del tribunal debe fun-
darse en ella (apartado 5). El lector debe tener en cuenta, por lo tanto, la
eventual aplicación de dicha norma en relación a todos los temas que en adelante
se aborden en esta obra.
18 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

ción y, por otro, sus declaraciones son susceptibles de aportar


datos utilizables para generar la convicción judicial, lo que
ocurre con el imputado cuando confiesa o con el querellante
cuando depone como testigo (CPPN, art. 86), sin perjuicio de
la particular cautela que debe guiar en tales hipótesis la va-
loración de la prueba.
Aunque el juez, por último, se halla facultado para asu-
mir el rol de sujeto activo de la prueba, no puede nunca ser
considerado como órgano de ésta 12.

4. OBJETO DE LA PRUEBA

4.1. Alcance
a) Objeto de la actividad probatoria, en el proceso penal,
son todos aquellos hechos provistos de relevancia para determi-
nar la comisión o la imposibilidad de comisión de un hecho repu-
tado punible, la concurrencia de circunstancias eximentes, ate-
nuantes o agravantes susceptibles de modificar la supuesta
responsabilidad criminal del imputado, y eventualmente los da-
ños y peijuicios generados por la comisión del deUto.
Escapan en cambio al objeto de la prueba las normas ju-
rídicas, las cuales se presumen conocidas (CC, art. 20) y el
juez debe aplicarlas con prescindencia de su invocación por
las partes (da mihifactum, dabo tibi ius). Hacen excepción las
normas extranjeras, cuya existencia debe probarse cuando
deban ser aplicadas conforme a los preceptos del Derecho in-
ternacional privado (v.gr. en casos de extradición) (CC, art.
13), salvo que hayan sido incorporadas al ordenamiento jurí-
dico argentino en virtud de un tratado internacional (norma
citada).
b) En razón de que, a diferencia de lo que ocurre en el pro-
ceso civil, no existe para las partes acusadoras o acusadas la
carga de la alegación, las circunstancias que eximen o ate-
núan la responsabilidad deben computarse aun cuando no
hayan sido invocadas por el imputado, pues en el proceso pe-
nal la conducción de la prueba incumbe al órgano judicial i3.

^2 Cfr. SlRA.CUSANO,Studio sullaProvadelleEsimenti, Milano, 1959, pág. 155.


^^ SCHMIDT, Los Fundamentos Teóricos y Constitucionales del Derecho
Procesal Penal, trad. de José Manuel Núñez, pág. 208; BELING, Derecho..., cit..
OBJETO DE LA PRUEBA 19

c) Opuestamente también a lo que sucede en el proceso


civil, en el cual sólo son objeto de prueba los hechos controver-
tidos y quedan por lo tanto al margen de la correspondiente
actividad los hechos concordantemente afirmados por ambas
partes, este tipo de admisión o acuerdo tácito carece de efica-
cia vinculante para los jueces penales, quienes frente a la
duda acerca de la veracidad de tales hechos deben verificar su
comprobación de oficio i*.
d) Tanto pueden ser objeto de prueba los hechos del mundo
exterior, sean que provengan de la naturaleza o de la acción
del hombre, cuanto los hechos psíquicos (v.gr. la voluntarie-
dad, el dolo, la culpa, el dolo específico, etc.) is, con la variante
de que mientras los primeros se prestan a su inmediata inves-
tigación, inclusive a través de la directa percepción del juez, la
prueba de los segundos ofrece mayor complejidad y puede lle-
varse a cabo mediante la revelación del mismo sujeto a través
de la reconstrucción de su propia vida psíquica o por conducto
del auxilio que al respecto pueden prestar los peritos al juez
o tribunal i6.
Asimismo, el hecho a probar puede hallarse encuadrado
en una norma penal o procesal, ocurriendo esto último, v.gr.,
si la prueba tiende a comprobar la buena reputación o fama
de los testigos o la autenticidad de un documento propuesto
como medio de prueba i''.
e) En razón, finalmente, de que a los fines analizados re-
sulta indiferente el emplazamiento temporal del hecho, no
sólo pueden ser objeto de prueba los hechos pasados y presen-
tes, sino también los hechos futuros (v.gr. la existencia de una
enfermedad probablemente incurable generada por lesiones,
CP, art. 91; el peligro de que un incendio determine explosio-
nes o destruya bienes de gran valor científico, artístico, cultu-
ral, religioso, militar o industrial, id., art. 186, inc. 1-).

pág. 204; BAUMAN, Derecho Procesal Penal, trad. de Conrado A. Finzi, Buenos
Aires, 1996, pág. 75.
^'^ FLORIÁN, Elementos de Derecho Procesal Penal, trad. de Prieto Castro,
Barcelona, 1931, pág. 310; BELING, Derecho..., cit, pág. 213.
^^ MANZINI, Tratado..., cit., t. III, pág. 204.
^^ FLORIÁN, Elementos..., cit., pág. 310.
^^ FENECH, Derecho..., cit., pág. 579, quien califica a esa actividad como
prueba accesoria.
20 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

4.2. Hechos exentos de prueba


Se hallan al margen del objeto probatorio los hechos evi-
dentes y los hechos notorios, a cuyo análisis se dedican los pa-
rágrafos siguientes.

4.2.1. Los hechos evidentes


a) Son hechos evidentes aquellos que en virtud de caer
bajo la inmediata percepción o intuición de cualquier persona
normal, su existencia no admite duda alguna. Frente, por
ejemplo, al hallazgo de un cuerpo humano putrefacto, no cabe
dudar de que se trata de un cadáver, de modo que, como MAN-
ZINI decía, "probar lo evidente es algo, no sólo superfluo, sino
estúpido, por lo menos para el Derecho" i^.
b) Distinto es el caso en que la ley erija a la evidencia en
circunstancia condicionante del dictado de cierto tipo de reso-
luciones, como ocurría con el art. 434 del derogado Código de
Procedimientos en Materia Penal, en cuya virtud el sobresei-
miento sería definitivo cuando resultare con evidencia que el
delito no hubiese sido perpetrado (inc. 1-) o aparecieren de un
modo indudable exentos de responsabilidad criminal los pro-
cesados (inc. 4-).
En estos casos, a diferencia de lo que ocurre con la situa-
ción descripta al comienzo, media un estado de certeza nega-
tiva que no se impone en forma directa sino a través de prue-
ba claramente desincriminante.

4.2.2. Los hechos notorios


a) También se encuentran exentos de prueba los hechos
notorios, pues en tanto el conocimiento de éstos forma parte
de la cultura normal propia de un determinado círculo social
en el tiempo en que se produce la decisión i9, resulta excluida

^^ Tratado..., cit., pág. 205; DE MAURO, Manuale di DirittoProcessualePé-


nale, Roma, 1959, pág. 258.
^^ CALAMANDREI, "La definición del hecho notorio", trad. de Sentís Melan-
do, Rev. Der. Proc., 1945-1-95; BELLAVISTA - TRANCHINA, Lezioni di Diritto Pro-
cessuale Pénale, 9- ed., Milano, 1984, pág. 309; SlRACUSANO, en SlRACUSANO -
GALTATI - TRANCHINA - ZAPPALÁ, Diritto Processuale Pénale, 1.1,2- ed.. Milano,
1996, pág. 358.
OBJETO DE LA PRUEBA 21

la posibilidad de que sean puestos en duda por el órgano judicial


o controvertidos por las partes (notoria non egent prohatione).
Son hechos notorios, v.gr., la fecha de un terremoto o de
un grave acto terrorista ocurrido en un determinado lugar, la
persona que ejerce en el momento del fallo la Presidencia de
la Nación, o el despojo de las Islas Malvinas por parte del go-
bierno británico.
b) Corresponde excluir del concepto de hecho notorio el
conocimiento multitudinario (porque está referido a un deter-
minado círculo social), así como el conocimiento absoluto y
efectivo, por cuanto basta, respectivamente, la posibilidad de
informarse acerca de su existencia y resulta innecesaria la
percepción directa del hecho por la totalidad de los individuos
que integran dicho grupo. Tampoco resulta relevante la per-
manencia del hecho, pues es suficiente su difusión y consi-
guiente presunción de conocimiento por parte de los indivi-
duos de mediana cultura en un círculo social determinado.
c) No cabe confundir los hechos notorios con las denomi-
nadas "máximas de experiencia" (v.gr. la influencia del pa-
rentesco sobre la sinceridad o falsedad de un testigo, el prin-
cipio de dilatabilidad de los cuerpos por efecto del calor, o el
principio de gravedad). Si bien ambas nociones se asemejan
en la circunstancia de configurar conocimientos pacíficamente
incorporados al patrimonio cultural de un círculo social deter-
minado 20, y se hallan por ello al margen del objeto probatorio,
mientras los hechos notorios constituyen eventos concretos
que integran, como tales, el sustrato de conducta enjuiciado,
las máximas de experiencia entrañan principios generales ex-
traídos de la observación de los fenómenos físicos o del co-
rriente comportamiento de los hombres y, como tales, sirven
de apoyo para establecer una presunción o para efectuar la
valoración de la prueba, funcionando en consecuencia como
reglas destinadas a esclarecer el sentido jurídico de la conducta.
Las "máximas de experiencia" se hallan desde otro ángu-
lo referidas a aquellos juicios adquiridos a raíz de conocimien-
tos técnicos especiales, en cuyo supuesto aquéllas son trans-
mitidas al juez por los peritos aunque, en definitiva, quedan
indirectamente sometidas a la valoración de la prueba.

2° CALAMANDREI, "La definición...", cit., pág. 115.


22 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

5. ÓRGANOS, FUENTES, MEDIOS, ARGUMENTOS Y RESULTADO


DE LA PRUEBA

5.1. Órganos de prueba


a) Corresponde entender, por tales a las personas físicas
que suministran el conocimiento de los hechos sobre que ver-
sa el objeto de la prueba.
b) Constituyen un elemento intermediario entre dicho
objeto y el juez 21, y el dato que aportan al proceso pueden ha-
berlo conocido accidentalmente, según ocurre con los testigos,
o por encargo judicial, como acontece con los peritos 22.
Más arriba se ha visto, asimismo, que no es incompatible
el carácter de sujeto privado del proceso penal con el de órga-
no de prueba.

5.2. Fuentes de prueba


a) Son fuentes de prueba todos aquellos datos que, exis-
tiendo con independencia del proceso 23, se incorporan a éste
a través de los distintos medios de prueba. Mientras éstos,
como dice CARNELUTTI, se hallan conformados por la activi-
dad del juez mediante el cual busca la verdad del hecho a pro-
bar, la fuente de prueba es el hecho del cual se sirve para de-
ducir la propia verdad 24.
b) Conforme al concepto precedentemente enunciado son
por ejemplo fuentes de prueba las circunstancias o caracterís-
ticas de la cosa inspeccionada por el juez, la materialidad del
documento o el hecho en él consignado, o el hecho declarado
por la parte, el testigo o el informante o aquél sobre el cual
versa la prueba pericial.

2^ LEONE, Tratado..., cit., t. II, pág. 173. Ya se ha visto que el juez nunca
puede ser órgeino de prueba.
^2 CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 20.
^^ SENTÍS MELENDO, "Fuentes y medios de prueba". Revista Argentina de
Derecho Procesal, 1968-11-40.
2* La Prueba..., cit, pág. 70.
ÓRGANOS, FUENTES, MEDIOS, ARG. Y RESULTADO 23

5.3. Medios de prueba


5.3.1. Concepto y clasificación
a) Concebidos, como se hizo más arriba (nro. 1), como los
modos u operaciones que, referidos a cosas o personas, son
susceptibles de proporcionar un dato demostrativo de la exis-
tencia o inexistencia de los hechos sobre los que versa la cau-
sa, los medios de prueba pueden clasificarse, atendiendo a su
función, en directos o indirectos según que, respectivamente,
la fuente que suministran se halle constituida por el hecho
mismo que se intenta probar o por un hecho distinto. En ese
orden de ideas, es un ejemplo típico de medio de prueba direc-
to el reconocimiento o inspección judicial, por cuanto en él me-
dia una relación de coincidencia entre el dato percibido por el
juez y el hecho a probar, al tiempo que son medios de prueba
indirectos la presentación de documentos, la declaración de
testigos, del imputado o de los informantes y el dictamen de
los peritos, pues ellos suministran un dato del cual el juez
debe deducir la existencia del hecho que se intenta probar 25.
Los medios de prueba indirectos suelen a su vez subcla-
sificarse en históricos o críticos atendiendo a la circunstancia
de que el dato percibido por el juez revista o no carácter repre-
sentativo del hecho a probar. En esta última categoría la doc-
trina incluye a las presunciones, por cuanto el hecho que les
sirve de base se encuentra, frente al hecho objeto de prueba,
en relación de autonomía y no de representación. Importa em-
pero destacar que las presunciones no configuran medios
sino, en todo caso, argumentos de prueba.
b) Sobre la base de su estructura los medios de prueba
pueden clasificarse en reales y personales según que, respec-
tivamente, tengan como instrumento una cosa o bien exterior
(prueba documental e inspección judicial) o una persona (prue-
ba de testigos, de confesión, de informes y pericial).

^^ Sobre el tema ver SABATTINI, Teorie delle Prove nel Diritto luidiziario
Pénale, t. II, Catanzaro, 1911, pág. 161; FENECH, Derecho..., cit, t. II, pág. 381;
LEONE, Tratado..., cit., t. II, pág. 175; DE MARISCO, Diritto Processuale Pénale,
Napoli, 1966, pág. 194; CARNELUTTI, Lecciones sobre el Proceso Penal, trad. de
Sentís Melendo, 1.1, Buenos Aires, 1950, pág. 299.
24 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

5.3.1.1. Régimen legal


a) El CPCN dedica el Título III del Libro II a la regula-
ción de los medios de prueba, e incluye entre ellos —como lo
hace la mayoría de los códigos argentinos vigentes— la ins-
pección judicial y reconstrucción del hecho, el registro domici-
liario y requisa personal, el secuestro, la declaración de testi-
gos, lapericia, los intérpretes, los reconocimientos y los careos.
Se trata empero de una sistemática objetable por cuanto,
por un lado, el registro domiciliario, la requisa y el secuestro
no configuran, en rigor, medios de prueba sino medidas con-
servatorias o asegurativas de ésta y, por otro lado, los recono-
cimientos y los careos no son medios de prueba autónomos
sino mixtos, y la interpretación, lo mismo que la traducción,
sólo configuran medios auxiliares de prueba.
b) Si bien el ordenamiento procesal penal vigente en el
orden nacional, al igual que los restantes códigos vigentes en
la República, no dispensa un tratamiento normativo autóno-
mo a la prueba confesoria, no descarta la posibilidad de com-
putar como medio probatorio la declaración del imputado,
cuyo carácter de medio de defensa no obsta a que contenga,
eventualmente, una confesión.
Dicho ordenamiento tampoco reglamenta la prueba docu-
mental por cuanto ésta carece, en materia penal, del significado
y efectos que reviste en el ámbito civil. Omite asimismo la regu-
lación de la prueba de informes, circunstancia que, como se verá
en su momento, no obsta a su admisibilidad por apUcación su-
pletoria de las normas que sobre el tema contiene el CPCN.
Más allá, finalmente, de la disputa doctrinaria referida
al carácter taxativo o meramente enunciativo de los medios
de prueba 26, los ordenamientos procesales penales que rigen

^^ Mientras, en efecto, LEONE se enrola a favor del carácter taxativo, por-


que a su juicio "cuando el Código... prevé un cuadro de medios de prueba, es en
tomo a él como debe girar la incidencia judicial, siendo evidente, entre otras co-
sas, que la no previsión de un medio de prueba significa que las perspectivas de
política criminal que presidieron la formación de la ley lo han excluido, y que aun
en caso de subsiguiente aparición de un nuevo instrumento de adquisición de la
prueba no es el intérprete, sino el legislador, quien debe actualizar el sistema"
(Tratado..., cit., t. II, pág. 178), FLORIÁN entiende que como la prueba penal "tie-
ne por fin esclarecer ciertos elementos necesarios es preciso, para poder conse-
guirlo cumplidamente, que la libertad más grande presida el desenvolvimiento
de la prueba misma" (Elementos..., cit., pág. 314).
ÓRGANOS, FUENTES, MEDIOS, ARG. Y RESULTADO 25

en nuestro país adhieren al segundo de esos caracteres en cuan-


to, como regla, autorizan a realizar, genéricamente, "las dili-
gencias conducentes al descubrimiento de la verdad" (CPPN,
art. 193, inc. 1° y preceptos concordantes), debiendo regirse,
los medios probatorios no regulados específicamente, por las
normas relativas al medio analógicamente más próximo.
Todo ello, naturalmente, con las limitaciones que serán seña-
ladas oportunamente.

5.4. Argumentos de prueba


a) Son tales las específicas razones que inclinan al juez a
formar su convicción sobre la verdad de los datos suministra-
dos por los medios de prueba y, por consiguiente, sobre la exis-
tencia o inexistencia de los hechos que configuran el objeto
probatorio 27. Es por ejemplo argumento o motivo de prueba,
en el primer sentido, lo declarado por testigo idóneo o lo dic-
taminado en un peritaje uniforme y científicamente fundado.
b) En un sentido más amplio, sin embargo, constituyen
también argumentos de prueba las presunciones que le es
permitido al juez establecer sobre la base de hechos reales y
probados, tal como se verá en el parágrafo siguiente.

5.4.1. Presunciones e indicios


a) Junto a las presunciones legales existen las denomina-
das presunciones simples, judiciales o de hombre, las cuales
consisten en el argumento que, partiendo de un hecho conoci-
do y valorándolo a la luz de las máximas de experiencia, con-
duce al juez a la existencia de un hecho desconocido. El proce-
so formativo de la presunción exhibe de tal suerte al juez
tomando como punto de partida uno o más hechos básicos de-
nominados indicios 28, seleccionando luego, por valoración,

2'' Cfr. GUASP, Derecho Procesal Civil, 1.1, 3- ed., Madrid, pág. 324; ROSEN-
BERG, Tratado de Derecho Procesal Civil, trad. de Romera Vera, t. II, Buenos Ai-
res, 1995, pág. 204.
^^ "Indicio —dice CLARIÁ OLMEDO— es el objeto o circunstancia probados
que permiten formular un argumento capaz de llevamos a la prueba de otro he-
cho" (Tratado de Derecho Procesal Penal, t. V, Buenos Aires, 1996, pág. 26).
Frente al uso que de los términos presunciones e indicios hacía el derogado
Código de Procedimientos en Materia Penal, ODERIGO explicaba que mientras
26 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

una regla de experiencia que acuerde a esos hechos un deter-


minado sentido, y deduciendo, por último, a través de esa con-
frontación, la existencia del hecho que se intenta probar 29.
De lo dicho se sigue que las presunciones simples tampo-
co constituyen medios de prueba, por cuanto se hallan confi-
guradas por operaciones valorativas e intelectuales que el
juez realiza en oportunidad de resolver, basándose para ello
en hechos indiciarlos cuya existencia se ha acreditado, a su
vez, merced a la utilización de otros medios probatorios.
b) Aunque la ley, a diferencia de algunos códigos anti-
guos como el derogado nacional y el vigente en la provincia de
San Luis, no regula específiceimente el tema analizado, el CPPN
y los ordenamientos procesales provinciales contienen disposi-
ciones que se refieren a él. Tal lo que ocurre con el art. 224,
conforme al cual el juez debe ordenar el registro domiciliario
"si hubiere motivos para presumir que en determinado lugar
existen cosas pertinentes al delito, o que allí puede efectuarse
la detención del imputado o de alguna persona evadida o sos-
pechada de criminalidad"; con el art. 319, que autoriza a de-
negar la excarcelación cuando las circunstancias del caso hi-

indicio es la circunstancia o antecedente que autoriza a fundar una opinión so-


bre la existencia del hecho, "presunción es el efecto que esa circunstancia o an-
tecedente produce, en el ánimo del juez, sobre la existencia del hecho. Media, por
lo tanto, entre indicio y presunción, una relación de causa a efecto" (Derecho...,
cit., 1.1, pág. 80).
DÓHRING propone im ejemplo sumamente ilustrativo: "En una zanja es
encontrado un cadáver. Se indaga cuál fue la causa del deceso. Un examen más
atento revela que su piel presenta, en la caía y en las manos, lesiones de deter-
minada índole. Esta es la base fáctica de la cual puede partirse para determinar
la causa de la muerte. Seguidamente, se la conexiona cofhla regla experiencial,
según la cual las lesiones de esa clase suelen ser provocadas por efecto de líqui-
dos corrosivos. De ahí, el juzgador extrae la conclusión de que el muerto había
sufrido contacto con ácido muriático o alguna otra sustancia que ataca grave-
mente la piel, fuera por propia imprudencia o por acción de terceros" (LM Prueba.
Su Práctica y Apreciación, trad. de Tomás A. Banzhaf, Buenos Aires, 1972, pág.
318).
La huella digital encontrada en una botella en el lugar del crimen es indicio
importante de autoría que no puede enervarse atribuyéndola a una visita del
acusado de dos meses atrás. Para descartar la coartada debe repararse en que
la botella fue hallada por la policía en el lugar del homicidio, sobre una mesa,
destapada y con su corcho caído en el suelo, todo lo cual demuestra inequívoca
contemporaneidad entre el episodio de violencia que terminó en el crimen y el
descuido que demuestra la huella (CNCC, sala VIL 24-VIII-1981, "Benítez, Jor-
ge E.", L.L., 1982-D-537 [36.180-S]).
ÓRGANOS, FUENTES, MEDIOS, ARG. Y RESULTADO 27

cieren presumir, fundadamente, que el imputado intentará


eludir la acción de la Justicia; con el art. 184, en cuya virtud
se faculta a la policía para ordenar la clausura del local en que
se suponga, por vehementes indicios, que se ha cometido un
delito grave; etc. 3o.
c) Particularmente con referencia al fallo definitivo es
habitual, en la doctrina, propiciar la exigencia de que los in-
dicios sean:
1-) ciertos y no meramente hipotéticos o conjeturales 3i,
de modo tal que deriven de pruebas directas e inmediatas
(inspección judicial, documental, testimonial de primer gra-
do, confesoria e informativa) que acrediten el hecho constitu-
tivo del delito (Cód. de San Luis, art. 293, inc. 1°).
2°) varios, no siendo aplicable en materia penal la tesis de
que un indicio único puede resultar suficiente para acreditar
la existencia de un hecho cuando aparece fundado en reglas
naturales o constantes 32.

^° Cfr. CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 205.


^^ Cfr. LEONE, Tratado..., cit., t. II, pág. 164. Algunos autores distinguen en-
tre indicios necesarios o probables según que, respectiveimente, demuestren de
manera infalible el hecho investigado, o sólo requieran que en ellos pueda fun-
darse una opinión sobre la existencia del hecho (DEVIS ECHANDIA, Teoría Gene-
ral de la Prueba Judicial, t. II, Buenos Aires, 1970, pág. 627; ODERIGO, Dere-
cho..., cit., t. I, pág. 81). Mientras los primeros (también llamados unívocos)
pueden fundar una sentencia condenatoria, los segundos permitirán basEír en
ellos un auto de procesamiento o la elevación de la causa a juicio (CAFFERATA
ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 200).
Los requisitos impuestos a los indicios apuntan a descarteír una prueba con-
jetural obtenida exclusivamente de índices inciertos, por cuanto la experiencia
demuestra que la mayor parte de los errores judiciales provienen no tanto de la
interpretación de los indicios sino de su comprobación defectuosa (CNCC, sala
II, 28-VIII-1979, "Leiva, Pedro A.", L.L., 1980-A-574; B.J.C.N.C.C., 1980-11-30;
J.A., 1980-1-346; E.D., 87-801).
Así, por ejemplo, BONNIER, Traite des Preuves en Droit Civil et en Droit
Criminel, t. II, 4- ed., Paris, 1873, pág. 401. La jurisprudencia se inclina hacia
el criterio de la pluralidad (cfr. SCBA, 16-11-1982, "Osso, Reinaldo y otro",
D.J.B.A, 122-213; CCrim. Santa Fe, sala II, 26-XII-1979, "Príncipe, Jorge P. y
otro", J.A., 1981-11-558), habiéndose llegado a expresar que las presunciones
que hacen prueba de la autoría deben ser, por lo menos, dos, inequívocas, direc-
tas y extraídas de hechos probados (SCBA, 13-IV-1977, "Pérez, Omar", A. y S.,
1977-1-756; id., 12-IX-1995, "Naya, Darío", D.J.B.A., 149-6259). En el mismo
sentido el art. 293, inc. 2- del Código de Sein Luis condiciona la eficacia probato-
ria de los indicios EJ requisito de que "seem varios, reuniendo, cuemdo menos, el
carácter de anteriores al hecho y concomitantes con el mismo".
28 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

3-) precisos, lo cual requiere no sólo que entre el hecho o


hechos probados y el deducido medie una conexión directa,
sino que entre ellos se establezca una coordinación lógica 33;
4-) concordantes, es decir, no excluyentes y conformar
por ende, entre sí, un conjunto coherente y homogéneo.

5.5. Resultado de la prueba


a) Por resultado de la prueba se entiende la consecuencia
que mediante ésta se logra, o sea, el hecho mismo de la convic-
ción judicial.
b) En virtud de que la obtención de la certeza constituye
por lo general una tarea sumamente compleja, resulta perti-
nente distinguir, pese a la antigüedad de la terminología 3*,
entre plena y semiplena prueba.
c) Es plena prueba aquella que se dirige a conseguir la
plena convicción del juzgador sobre la existencia de un hecho
relevante para el proceso, aunque cabe tener presente que,
fuera del caso de los documentos auténticos, difícilmente pue-
de encontrarse un medio probatorio provisto autónomamente
de la referida aptitud.
d) Debe entenderse por semiplena prueba a aquella que
persigue lograr la creencia en la probabilidad de la existencia
de un hecho. De ese carácter participa la casi totalidad de los
medios de prueba, por cuanto mediante ellos sólo cabe aspirar
a la convicción judicial y éste es independiente de la natura-
leza de la prueba en cuanto el juez puede valorarla sin otra li-
mitación que su conciencia 35.
No obstante, según se anticipó supra (nro. 2), el estado de
probabilidad y, por consiguiente, la semiplena prueba son su-
ficientes para decretar el procesamiento del imputado y, en
general, para disponer medidas cautelares.

33 LEONE, Tratado..., cit., t. II, pág. 165; BELLAVISTA - TRANCHINA, Lezio-


ni..., cit., pág. 315.
3* Proviene de la época del derecho común y era utilizada por el derogado
Código de Procedimientos en Materia Penal.
35 FENECH, Derecho..., cit, t. II, pág. 584.
REQUISITOS DE LA PRUEBA 29

6. REQUISITOS DE LA PRUEBA
Los requisitos de la prueba, en el proceso penal, concier-
nen a su pertinencia, utilidad y admisibilidad, a la iniciativa
en su producción y a su atendibilidad o valoración. Tales as-
pectos, así como la regla de exclusión probatoria, serán consi-
derados seguidamente.

6.1. Pertinencia y utilidad


a) La pertinencia de la prueba atañe a su adecuación a
los hechos concretos investigados en la causa de que se tra-
te 36, y la utilidad de aquélla a su aptitud o idoneidad para ge-
nerar la eventual convicción del juez o tribunal.
b) En relación con los referidos aspectos el art. 199 del
CPPN dispone, respecto del período instructorio, que las par-
tes pueden proponer diligencias probatorias y que el juez "las
practicará cuando las considere pertinentes y útiles" s'?, regla
que aparece reiterada cuando, en el art. 304, se confiere al
instructor la atribución de investigar los hechos y circunstan-
cias a que se hubiese referido el imputado en su declaración
indagatoria.
A una idea sustancialmente similar responde el art. 356
del CPPN en tanto faculta al tribunal de juicio para rechazar
la prueba ofrecida "que evidentemente sea impertinente o su-
perabundante", así como a su presidente, frente al caso de que
nadie hubiese ofrecido prueba, a disponer la recepción de aquélla
pertinente y útil que se hubiere producido en la instrucción 38.
^^ Las normas que confieren atribuciones amplias a los jueces para dispo-
ner medidas probatorias deben entenderse razonablemente dirigidas a la averi-
guación de los hechos presuntamente delictivos que constituyen el objeto suma-
rial, y no otros cualesquiera (CSJN, Fallos, 313:1113).
^^ Conc. Catamarca, art. 174; Chaco, art. 192; Chubut, art. 175; Córdoba,
art. 213; Corrientes, art. 207; Entre Ríos, art. 206; La Pampa, art. 190; La Rioja,
art. 212; Mendoza, art. 210; Misiones, art. 191; Neuquén, art. 181; Río Negro,
art. 190; Salta, art. 194; San Juan, art. 207; Santa Cruz, art. 190; Tucumán, arts.
335 y 344.
Si bien la decisión denegatoria de prueba dispuesta por el juez de instrucción
es irrecurrible, el interesado se halla facultado para oñ-ecerla en el juicio, en las
oportunidades previstas por los arts. 354 y 355 del CPPN.
•^8 Conc. Catamarca, art. 319; Chaco, art. 340; Chubut, art. 315; Córdoba,
art. 369; Corrientes, art. 382; Entre Ríos, art. 362; Formosa, art. 323; Jujuy, art.
369; La Pampa, art. 325; La Rioja, art. 387; Mendoza, art. 387; Misiones, art.
30 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

De acuerdo con el mismo criterio, finalmente, el art. 388 pres-


cribe que el tribunal, aun de oficio, puede disponer la recepción
de los nuevos medios de prueba manifiestamente útiles de que
se tenga conocimiento en el curso del debate 39.

6:2. Admisibilidad
a) La admisibilidad de la prueba se vincula, en cambio, a
la legalidad (posibilidad jurídica) del medio ofrecido o dis-
puesto para practicarla, o con el tiempo y la forma de su ofre-
cimiento o agregación.
Sin perjuicio de la llamada "regla de exclusión", es por
ejemplo inadmisible el testimonio, en contra del imputado, de
su cónyuge, ascendientes, descendientes o hermanos, a me-
nos que el delito aparezca ejecutado en perjuicio del testigo o
de un pariente suyo de grado igual o más cercano que el que
lo liga con el imputado (CPPN, art. 242); la pericia llevada a
cabo por alguna de las personas mencionadas en el art. 255 de
dicho ordenamiento, o las pruebas ofrecidas, en los actos pre-
liminares del juicio, fuera del plazo establecido en el art. 354,
o el ofrecimiento, en el plenario, de nuevos testigos sin expre-
sarse los hechos sobre los cuales serán examinados (art. 355).
b) En concordancia con el objetivo de la prueba penal a
que se aludió en el número 1, prescribe el art. 206 del CPPN
que "no regirán en la instrucción (ni el juicio a raíz de la remi-
sión contenida en el art. 382) las limitaciones establecidas por
las leyes civiles respecto de la prueba, con excepción de las re-
lativas al estado civil de las personas" *°.

358; Neuquén, art. 321; Río Negro, art. 327; Salta, art. 362; San Juan, art. 334;
Santa Cruz, art. 339; Santiago del Estero, art. 307; Tierra del Fuego, art. 362.
^^ Conc. Catamarca, art. 346; Chaco, art. 371; Chubut, art. 347; Corrientes,
art. 417; Entre Ríos, art. 393; Formosa, art. 355; Jujuy, art. 399; La Rioja, art.
418; Mendoza, art. 418; Misiones, art. 393; Neuquén, art. 353; Río Negro, art.
359; Salta 393; San Juan, art. 366; Santa Cruz, art. 371; Santa Fe, art. 472; San-
tiago del Estero, art. 335; Tierra del Fuego, art. 357; Tucumán, art. 400.
*" Conc. Buenos Aires, art. 281; Catamarca, art. 183; Chaco, art. 199; Chu-
but, art. 182; Córdoba, art. 215; Corrientes, art, 214; Entre Ríos, art. 213; For-
mosa, art. 189; La Pampa, art. 197; La Rioja, art. 218; Mendoza, art. 217; Misio-
nes, art. 198; Neuquén, art. 188; Río Negro, art. 197; Salta, art. 201; San Juan,
art. 214; Santa Cruz, art. 199; Tierra del Fuego, art. 188.
REQUISITOS DE LA PRUEBA 31

La norma transcripta —eliminada en el reciente Cód. de


Córdoba— ha generado criterios dispares en la jurispruden-
cia y la doctrina.
Algunos autores, en efecto, consideran que el precepto
afianza la búsqueda de la verdad, que es el objetivo del proce-
so penal •*!, y otros se limitan a adherir a la regla en cuya vir-
tud, en dicho proceso, "todo se puede probar y por cualquier
medio" *2, En similar sentido se inclinaron diversos preceden-
tes judiciales ^3.
La Corte Suprema, sin embargo, haciendo mérito de que
las potestades de las provincias para dictar normas procesa-
les no pueden enervar la atribución del Congreso para pres-
cribir formalidades atinentes a los derechos establecidos en
los códigos comunes, ha invalidado normas similares conteni-
das en los ordenamientos locales 44^ y a ese criterio adhiere la
mayor parte de la doctrina nacional 45.
Se trata, sin duda, de la solución correcta, pues más allá
de la conveniencia de la norma analizada desde un punto de
vista de política legislativa, y partiendo de la base de que las
limitaciones probatorias que establece el Código Civil, v.gr.

*^ LEVENE (h) - CASANOVAS - LEVENE (n) - HORTEL, Código Procesal Penal


de la Nación Comentado y Concordado, 2* ed., Buenos Aires, 1992, pág. 169.
DONNA - MAIZA, Código Procesal Penal Comentado, Anotado y Concor-
dado, Buenos Aires, 1994, pág. 244.
43 Ver los citados por DE LA RÚA, El Recurso de Casación en el Derecho Po-
sitivo Argentino, Buenos Aires, 1968, pág. 167, nota 276.
^^ Fallos, 211:410. En sentido similar se ha resuelto que la libertad proba-
toria, propia del juicio oral, encuentra su limitación en la ley procesal que sigue
el principio constitucional de la autonomía provincial frente a sus propias ins-
tituciones locales y entre ellas las procedimentales, pero acorde con las disposi-
ciones reglamentarias que dicte en su caso el Congreso, prescribiendo ciertas
formalidades en el ejercicio de determinados derechos otorgados en los códigos
de fondo. Por lo tanto, ni la naturaleza del juicio oral, ni la consecución de la ver-
dad real, constituye motivo para apartarse del criterio expuesto, ya que la libre
convicción del juzgador referida a la apreciación de la prueba no autoriza, en for-
ma alguna, la admisión de lo que está expresamente vedado por el Congreso, en
el correcto ejercicio de las facultades tendientes apreservar las instituciones que
le corresponde regular (TS Córdoba, sala penal, 12-V-1992, "Quinteros, Jorge A.
y otro", L.L.C., 1992-1087).
D'ALBORA, Código Procesal Penal de la Nación Anotado, Comentado y
Concordado, 3* ed., Buenos Aires, 1997, pág. 303; CAFFERATA NORES, La Prue-
ba..., cit. pág. 29; NÚÑEZ, Código Procesal Penal Anotado, 2- ed., Buenos Aires,
1986, pág. 195; JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 33.
32 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

en materia de contratos 46, derivan de la actividad legítima de


la Nación, el conflicto, como señala CAFFERATA NORES, sólo
puede resolverse por la inaplicabilidad, en sede provincial, de
las pertinentes normas locales en cuanto resulta inaceptable
que éstas autoricen medios probatorios declarados inadmisi-
bles por una ley sancionada por el Congreso nacional con
arreglo a facultades que le son propias y llamadas a tener vi-
gencia en todo el territorio nacional 47.
DE LA RÚA ha propuesto, sobre el tema, una tesis preten-
didamente conciliatoria fundada en el objeto de los respecti-
vos procesos, y en ánimo ejemplificativo sostiene que la regla
de que los contratos mayores de determinada suma deben
probarse por escrito "vale para el juicio civil en que ese contra-
to sea el objeto del proceso, el punto a decidirse mediante
aquella prueba", en tanto que "en el proceso penal donde ese
mismo contrato no es ya el objeto procesal, su existencia se
puede tener por acreditada mediante otras pruebas", ya que
"rige la libertad probatoria respecto del hecho principal y to-
dos los medios son admisibles para comprobarlo" 48.
El argumento no resulta empero convincente, y para des-
virtuarlo basta con advertir que si el objeto del proceso penal
consistió, v.gr., en una defraudación consumada a través de
la celebración de un contrato y la existencia de éste se tuvo
por acreditada al margen de la regla contenida en el art. 1193
del CC, como la condena recaída en aquél hará cosa juzgada
en el posterior juicio civil tendiente, por ejemplo, a lograr un
resarcimiento (CC, art. 1102), el juez competente para cono-
cer de este segundo juicio se verá compelido, frente al riesgo de
pronunciamientos contradictorios, a admitir una prueba veda-
da por el ordenamiento jurídico que le corresponde aplicar 49.

El tema abarca empero otras áreas, como ocurre por ejemplo con la pro-
hibición de utilizar la prueba de testigos para acreditar el abuso de la firma en
blainco (CC, art. 1071) o con la de probar la verdad de la injuria sin respaldo en
el art. 111, inc. 3^ del CP (D'ALBORA, Código..., cit., pág. 304).
La Prueba..., cit., pág. 30.
^^ El Recurso..., cit., pág. 168.
*^ El art. 206 del CPPN y normas provinciales análogas es copia fiel del art.
308 del Código Procesal Penal itaJiano de 1930, que a su vez eliminó las restric-
ciones previstas en el Código de 1913 (cfr. MANZINI, Tratado..., cit., pág. 214).
Debe sin embargo tenerse en cuenta que en Italia no rigen los principios cons-
titucionales vigentes en nuestro país en materia de competencias legislativas.
REQUISITOS DE LA PRUEBA 33

Aunque el CPPN, en razón de su origen, no se halla al-


canzado por la tacha de inconstitucionalidad que afecta a los
códigos locales, consideraciones de coherencia legislativa y de
unidad de criterio aconsejan prescindir de la aplicación del ci-
tado art. 206, tanto más cuanto que ello no afecta el orden pú-
blico ni altera los principios básicos en que se sustenta aquel
ordenamiento.
c) Aparte de las prohibiciones y restricciones precedente-
mente aludidas, corresponde considerar inadmisibles todos
aquellos medios probatorios que afecten la moral o la digni-
dad humana o sean incompatibles con el ordenamiento jurídi-
co general vigente en nuestro país ^o. Por ejemplo la regla en
cuya virtud sólo pueden formularse al imputado preguntas en
forma clara y precisa, y nunca capciosas o sugestivas (CPPN,
art. 299, párr. 2°), descartan la admisibilidad, como medios
probatorios, de experimentos psicofísicos o del método deno-
minado "diagnóstico del hecho" (propugnado por Wertheimer
y Klein), consiste en el uso de palabras estimulantes que ha-
gan pronunciar al imputado otras a través de la asociación de
ideas si.
Asimismo, el art. 15 de la Convención contra la Tortura
y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes 52
descarta la admisibilidad, en todo procedimiento, de cual-
quier declaración a cuyo respecto se demuestre que ha sido
hecha como resultado de tortura, salvo en contra de una per-
sona acusada de tortura como prueba de que se ha formulado
la declaración, y los arts. 5- y 7- de la Declaración Universal
de Derechos Humanos 53 y del Pacto Internacional de Dere-
chos Civiles y Políticos 54 disponen, respectivamente, que "na-
die será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhu-
manos o degradantes", agregando, la segunda de las normas
citadas, que "nadie será sometido sin su libre consentimiento
a experimentos médicos o científicos", lo que excluye la admi-
sibilidad de toda prueba que consista en tales experimentos.

^° CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 28.


^^ FENECH, Derecho..., cit., t. II, pág. 607.
5"^ Aprobada por la República Argentina por ley 23.338.
5^ Aprobada y proclamada por la resol. 217 A (III) de la Asamblea General
de las Naciones Unidas el lO-XII-1948.
5"* Aprobado por la República Argentina medismte ley 23.313.
34 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

Cuadra añadir que las normas citadas vigentes revisten jerar-


quía constitucional en los términos del art. 75, inc. 22- de la CN.

6.2.1. La regla de exclusión probatoria


a) Aunque la prueba reúna los requisitos relativos a su
pertinencia, utilidad y admisibilidad, los órganos judiciales
deben desecharla como fundamento de sus resoluciones fren-
te al caso de que aquéllas hayan sido incorporadas al proceso
como consecuencia de un acto reñido con la vigencia de garan-
tías constitucionales. Tal lo que ocurre cuando los elementos
probatorios han sido obtenidos, entre otros casos, a raíz de un
allanamiento ilegal, de una interferencia ilegítima de las co-
municaciones o de una confesión lograda mediante el uso de
tortura o de cualquier otra clase de coacción.
b) Por ello, con esencial fundamento en el principio ético
en cuya virtud el Estado no puede valerse de prueba de cargo
a través de la inobservancia de las reglas que él mismo ha ins-
tituido en salvaguardia de los derechos de la comunidad, así
como en la necesidad de disuadir a los funcionarios competen-
tes de asumir una conducta semejante, la jurisprudencia de
los tribunales de los Estados Unidos de América ss, seguida
actualmente con suficiente firmeza por los tribunales argen-
tinos, consagró la denominada "regla de exclusión" (exclusio-
nary rule), conforme a la cual la resolución judicial adversa al
titular de una garantía constitucional debe prescindir de toda
fuente de prueba obtenida mediante violación de los recaudos
legales tendientes, precisamente, a preservar esa garantíale.

5^ Sobre este antecedente ver GARRIÓ, Alejandro D., Garantías Constitu-


cionales en el Proceso Penal, 3- ed., Buenos Aires, 1994, pág. 162.
^^ Dispone el art. 211 del Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos
Aires que "carecerá de toda eficacia la actividad probatoria cumplida y la prueba
obtenida con afectación de garantías constitucionales". En el mismo sentido el
art. 194 del Código de Córdoba (puede verse, sobre la cuestión, BERTOLINO, Có-
digo Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires Comentado y Concordado,
5- ed., Buenos Aires, 1998, pág. 258).
Muchos años después de fallado el viejo caso "Charles Hermanos" (Fallos,
46:36) en el que la Corte Suprema dejó sin efecto una sentencia condenatoria fun-
dada en un allanamiento ilegal, en oportunidad de revocar la sentencia recaída
en el caso "Montenegro", con fecha lO-XII-1981 (Fallos, 303:1938), el tribunal in-
validó la prueba resultante de la confesión obtenida del imputado mediante los
apremios ilegales a que fue sometido, habiendo el tribunal de la causa otorgado
a las manifestaciones de aquél el valor de "presunciones graves, precisas y con-
REQUISITOS DE LA PRUEBA 35

Se viene de tal suerte a priorizar axiológícamente la efec-


tividad de ciertos derechos esenciales de los individuos en re-
cordantes", que habrían acreditado la comisión del delito de robo con armas.
Luego de recordar la abolición de los tormentos por la Asamblea de 1813, así
como la jurisprudencia establecida en el sentido de que resultan descalificables,
en razón de violar la prohibición constitucional de declarar contra sí mismo, las
confesiones prestadas bajo la coacción moral que representa el juramento, ex-
presó la Corte que "el acatamiento por parte de los jueces de ese mandato cons-
titucional no puede reducirse a disponer el procesamiento y castigo de los even-
tuales responsables de los apremios, porque otorgar valor al resultado de su
delito y apoyar sobre él una sentencia judicial, no sólo es contradictorio con el re-
proche formulado, sino que compromete la buena administración de justicia al
pretender constituirla en beneficiaria del hecho ilícito" (consid. 5°).
La causa "Fiorentino" resuelta el 27 de noviembre de 1984 (Fallos, 306:1752)
se inició a raíz de la detención del imputado —menor de edad— cuando ingresa-
ba con su novia en el hall de un edificio de departamentos, quien al ser interro-
gado reconoció ser poseedor de marihuana que guardaba para consumo propio
en una de las unidades de ese inmueble, donde vivía con sus padres. De ese modo
se secuestraron en su dormitorio varios cigarrillos y semillas de marihuana. La
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó el fallo
de primera instancia por el cual se condenó al imputado por el delito de tenencia
de estupefacientes, habiendo entendido los magistrados intervinientes que el
procedimiento policial no configuraba un allanamiento ilegal por cuanto la au-
torización había sido otorgada por el propio encausado y porque aun admitiendo
que sus padres no la acordsiron, según surge de sus declaraciones, cabía recono-
cer que tampoco se opusieron, pudiendo hacerlo, ya que estaban presentes, ex-
presando su voluntad de oponerse al personal policial, consintiendo así que la
inspección se realizara en la habitación de su hijo. Tras recordar que, como regla,
sólo los jueces pueden disponer el allanamiento, sin perjuicio de algunos supues-
tos en que se reconoce a los funcionarios policiales la posibilidad de obviar tal re-
caudo, la Corte, al resolver el recurso deducido, expresó que "en la especie no se
ha configurado ninguna de las excepciones previstas en el art. 189 del Código de
Procedimientos en Materia Penal, ni ha mediado consentimiento válido que per-
mitiera la intromisión del personal policial en el domicilio del procesado, dado
que la prueba examinada revela la falta de fundamentación —en este punto—
de la sentencia del a quo. En efecto, aun de haber autorizado éste el ingreso como
se señala en los testimonios del oficial subinspector V... y de O. D. A... y en el acta
de fs. 3/4; hasta dejando de lado las declaraciones vertidas por A., F. Y M..., el
permiso que podría haber otorgado carecería de efectos por las circunstancias en
que se prestó, al haber sido Fiorentino aprehendido e interrogado sorpresiva-
mente por una comisión de cuatro hombres en momentos en que ingresaba con
su novia en el hall del edificio donde habitaba, quedando detenido. En tales con-
diciones, lo expresado por el a quo en el sentido de que debió mediar al menos
una resistencia verbal para que fuera oída por los testigos, resulta irrazonable
dada la situación referida, a lo que se suma la inexperiencia del imputado en
trances de ese tipo, factor que puede presumirse en razón de su edad y de la falta
de antecedentes judiciales. Por otra parte, admitido como fue en la sentencia que
los progenitores no autorizaron el allEmamiento, aparece carente de lógica deri-
var la existencia de un supuesto consentimiento tácito por ausencia de oposición
expresa al registro, cuando ya se había consumado el ingreso de los extraños a
la vivienda, máxime si se tiene en cuenta el modo como se desarrollaron los he-
36 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

lación con el castigo al autor del delito, con apoyo en el racio-


cinio conforme al cual tal castigo no puede ser producto de la
comisión de otro delito generalmente vinculado al quebranta-
miento de normas garantistas. Por eso también se habla,

chos según surge de los testimonios de fs. 104 y 115. Esperar una actitud de re-
sistencia en ese caso importaría reclamar una postura no exigible con arreglo a
la conducta ordinaria de las personas. Lo expuesto, y la falta de extremos de ne-
cesidad que impidieron proceder de acuerdo a la ley recabando la pertinente or-
den judicial, lleva a concluir en la ilegitimidad del allanamiento" (consid. 6°). Y
agregó el tribunal, en el considerando 7-, "que, en consecuencia, establecida en
el sub lite la invalidez del registro domiciliario, igual suerte debe correr el se-
cuestro practicado en esas circunstancias. Ello es así porque la incautación del
cuerpo del delito no es entonces sino el fruto de un procedimiento ilegítimo, y re-
conocer su idoneidad para sustentar la condena equivaldría a admitir la utilidad
del empleo de medios ilícitos en la persecución penal, haciendo valer contra el
procesado la evidencia obtenida con desconocimiento de garantías constitucio-
nales (doctrina de Fallos, 46:36), lo cual 'no sólo es contradictorio con el reproche
formulado, sino que compromete la buena administración de justicia al preten-
der constituirla en beneficiaría del hecho ilícito' (Fallos, 303:1938)". Ver sin em-
bargo lo decidido por la CSJN en la causa "Fernández Prieto, Carlos Alberto y
otro", fallado el 12-XI-1998, acerca de la validez de la requisa policial efectuada
en un automóvil cuyos ocupantes revelabam. una "actitud sospechosa", que el tri-
bunal asimiló a la doctrina de la "causa probable" mediante la cual la Suprema
Corte de los Estados Unidos convalidó requisas y detenciones sin orden judicial,
aunque condicionando su validez al examen de la totalidad de las circunstancias
del caso.
El caso "Rayford, Reginald y otros" se inició mediante la detención del nom-
brado, una persona de nacionalidad estadounidense que, según informaciones
confidenciales, se dedicaría en la zona céntrica de Buenos Aires a la consumición
y distribución de "picadura de marihuana", y en cuyo domicilio, al que concurrie-
ron inmediatamente los policías, ante la falta de reparos de Rayford, se secues-
tró una envoltura de papel conteniendo dicho estupefaciente. Durante el trasla-
do a la comisaría, el detenido entregó al personal policial la tarjeta personal de
una persona menor de edad que le habría entregado la marihuana, quien por ello
fue detenido, y cuyas manifestaciones condujeron a la detención de otro menor.
La Cámara de Apelaciones, revocando la sentencia de primera instancia en ra-
zón de que, al haber mediado a su juicio el consentimiento del interesado, no era
cuestionable la validez del secuestro, condenó a los procesados a penas de pri-
sión en suspenso. Rayford consintió la sentencia condenatoria, y sólo la defensa
de uno de los menores interpuso recurso extraordinario. Aunque la Corte, en la
sentencia de fecha 13 de mayo de 1986 (Fallos, 308:733) se pronunció contra la
validez del allanamiento mediante argumentos similares a los vertidos en el
caso "Montenegro", tanto más teniendo en cuenta que Ra3^ord era extranjero y
desconocedor del idioma nacional, "de modo que ante la falta de auxilio por algún
intérprete resulta extremadamente dudoso que pudiera comprender cabalmen-
te el alcance del procedimiento que se realizaba, y en concreto, la posibilidad que
tenía de oponerse a su ejecución" (consid. 4°), con carácter previo el tribunal ana-
lizó la legitimación del único recurrente, arribando a una conclusión afirmativa
que se analizará más adelante.
REQUISITOS DE LA PRUEBA 37

como efecto de la regla de exclusión, de la del "fruto del árbol


venenoso" {fruit of the poisonous tree).
c) La prescindencia o inatendibilidad de la prueba obte-
nida en forma ilegal o irregular se extiende a todo elemento
probatorio que sea consecuencia necesaria, inmediata y ex-
clusiva de la infracción 57, de modo que si un acto regular me-
diante el que se incorpora al proceso un dato decisivo y adver-
so al titular de la garantía reconoce como antecedente directo
un acto anterior afectado de ilegitimidad, no puede ser valo-
rado en perjuicio del imputado ^^, por cuanto el vicio originario
tiene efecto expansivo respecto de todos aquellos actos que de él
dependen y en cuanto configuraban un "fruto" de ese vicio 59.
d) La regla de exclusión es inaplicable cuando se advierte
la existencia de un cauce de investigación distinto al del pro-
cedimiento irregular, y a cuyo respecto cabe sostener la posi-
bilidad de adquirir la prueba incriminatoria a través de una
fuente diferente y autónoma.
A tal fin se propicia el método de "supresión mental hipo-
tética", en cuya virtud se elimina mentalmente el vicio origi-
nario y se verifica si, con prescindencia de él, hubiese sido ra-
zonablemente posible obtener los elementos probatorios que
ingresaron al proceso a raíz de ese vicio. Por consiguiente, si
no obstante la irregularidad existen otras fuentes mediante
las cuales, con razonable grado de certeza, hubiese podido lle-
garse a la incorporación de elementos probatorios derivados
pero obtenidos de manera objetiva y directa, la regla de exclu-
sión no afecta a éstos ^o, que son en consecuencia susceptibles
de hacerse valer en disfavor del portador de la garantía ^i.
Cfr. D E LA RÚA, "La doctrina de los frutos del árbol prohibido", L.L.,
1995-E-941.
^^ MAIER, Derecho..., cit., pág. 469.
Es interesante, al respecto, el razonamiento expuesto por la Corte en el
caso "Rayford", citado en la nota 56, en relación al nexo directo existente entre
el secuestro ilegítimo, la mención que Rayford hizo de la persona que le habría
entregado la marihuana y la posterior confesión del menor, señalando que no
hubo "varios cauces de investigación sino uno solo, cuya vertiente original estu-
vo viciada y contaminó todo su curso".
^^ Cfr. JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 38. Ver lo resuelto en el caso "Da-
ray", que se cita en la nota 61.
Una acertada aplicación del método de supresión mental hipotético pue-
de verse en el caso "Ruiz", resuelto por la CSJN con fecha 17-IX-1987 (Fallos,
310:1847). En el caso, relativo a una investigación sobre robos a taxistas, y en el
38 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

e) La regla de exclusión puede hacerse valer tanto en la


sentencia definitiva como en oportunidad del dictado de cual-
quier resolución de mérito 62, y se hallan facultados para re-
querir su aplicación, sin perjuicio de que lo sea de oficio, no
sólo el titular de la garantía violada sino cualquiera de los im-
putados en la causa a quienes perjudique el contenido del ele-
mento probatorio obtenido ilegalmente 63.

que el imputado confesó bajo apremios, si bien en sede policial logró ubicarse a
los taxistas despojados, que declararon en contra del procesado, así como a un co-
merciante con el cual aquél negoció los efectos sustraídos a una de las víctimas,
respecto de dos de los robos incluidos en la confesión existió una fuente autóno-
ma de investigación, porque en un procedimiento previo a la detención del en-
causado, originado en un asalto a una farmacia, la policía encontró un documen-
to de identidad perteneciente a uno de los tEtxistas despojados y también en esa
oportunidad se secuestró el auto-taxímetro utilizado en el asalto a la farmacia,
el cual resultó ser uno de los automóviles previamente robados por el imputado.
En la causa "Carlos Alberto Daray", resuelta con fecha 22-3QI-1994 (Fallos,
317:1985), promovida a raíz de una detención cumplida al margen de lo dispues-
to por el art. 4- del Código de Procedimientos en Materia Penal la CSJN expresó
que para admitir un curso de prueba independiente no basta que a través de un
juicio meramente conjetureJ o hipotético se pueda inducir la existencia de otras
actividades de la autoridad preventora que hubieren llevado al mismo resultado
probatorio, sino que es necesario que en el expediente conste en forma expresa
la existencia de esa actividad independiente que habría conducido inevitable-
mente al mismo resultado.
^^ JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 40.
Si bien en "Rayford", como se recordará, la sentencia fue consentida por
éste y recurrida sólo por uno de los imputados, de modo que la Corte, como cues-
tión previa, examinó el punto relativo a la legitimación del único recurrente, el
tribunal expresó que si bien podría sostenerse que la ilegitimidad de los actos
iniciales del procedimiento afectarían sólo los intereses del coprocesado Ray-
ford, más no los de Baintrub, que fue ajeno a ellos, la respuesta sobre la legiti-
mación de este último no puede sino ser afirmativa "porque, como luego se verá,
fue a partir de la inspección realizada en el domicilio de aquél que se desenvol-
vieron los distintos pasos de la pesquisa que llevaron a su incriminación en esta
causa. Tales acontecimientos, pues, aiinque en apariencia habrían ocurrido fue-
ra del ámbito de protección de sus derechos, resultan indisolublemente relacio-
nados con su situación, a punto tal que la condena es fruto de todos los antece-
dentes del sumario, desde el comienzo mismo de los sucesos que tuvieron a
Rayford como protagorústa. En consecuencia, la garantía del debido proceso que
ampara a Baintrub lo legitima para perseguir la nulidad de dichas actuaciones,
y su recurso ha sido entonces bien concedido por el a quo a fs. 369. Es de destacar,
asimismo, que la circunstancia de que Rayford no haya apelado el fallo condena-
torio por la vía prevista en el art. 14 de la ley 48, no configura óbice a los agravios
de Baintrub. Esa omisión no debe entenderse en el caso como si aquél admitiese,
en definitiva, la validez del allanamiento, ya que durante el curso del proceso lo
cuestionó (conf. fs. 268/270), y ello fue inclusive admitido por el juez de primera
instancia; y porque, además la especial situación personal de Rayford, al tratar-
REQUISITOS DE LA PRUEBA 39

No debe sin embargo perderse de vista que una de las


funciones que mayor prudencia requiere de los jueces radica
en la obtención de un adecuado equilibrio entre el derecho de
la sociedad a defenderse contra el delito y los derechos cons-
titucionales que amparan al imputado, de modo que una exa-
gerada tendencia garantista es susceptible de destruir ese
equilibrio y esterilizar, en los hechos, la persecusión penal del
delito (ver el voto disidente de los jueces Belluscio y Bossert
en el caso "Daray" citado en la nota 60).
Por otra parte, así como la utilización de apremios y otros
excesos de las autoridades policiales merecen el más absoluto
repudio, el abuso en que incurren algunos tribunales en el
dictado de resoluciones anulatorias incide negativamente en
la opinión pública y contribuye a generar un sentimiento ad-
verso al propio prestigio de la función judicial.

6.3. Iniciativa probatoria


a) Este tema se vincula, en el proceso civil, con el concep-
to de carga de la prueba, conforme al cual cuando el juez, en
oportunidad de dictar sentencia, se enfrenta con una situa-
ción de incertidumbre que le impide decidirse en uno u otro
sentido, debe pronunciarse contra la parte que omitió probar
no obstante la regla que —como un imperativo del propio in-
terés 64— ponía tal actividad a su cargo. Las reglas sobre la
carga de la prueba funcionan de tal suerte como una eventual
distribución de premios y castigos respectivamente otorgados
a la parte que asumió u omitió asumir la carga correspondien-
te, la que a su vez impone, al actor, la necesidad de acreditar
los hechos que constituyen presupuesto de la norma invocada
se de un extranjero no radicado en el país —que por otra parte ya abandonó—,
hace presumir su falta de interés en continuar la causa. En estas condiciones, la
interpretación de su actitud particular no puede ampliarse hasta perjudicar el
derecho de un tercero que cuenta con interés legítimo en la impugnación".
^* Ver, al respecto, GOLDSCHMIDT, James, Teoría General del Proceso, pág.
82; CARNELUTTI, Sistema de Derecho Procesal Civil, trad. de Sentís Melendo y
Alcalá Zamora, 1.1, Buenos Aires, 1994, pág. 65; COtTTURE, Fundamentos del
Derecho Procesal Civil, 2- ed., Buenos Aires, 1958, pág. 209; CoSTA, Manuale di
Diritto Processuale Civile, Torino, 1955, pág. 180; SENTÍS MELENDO, "La carga
procesal", en Teoría y Práctica del Proceso, t. III, págs. 81 y sigs.; MlCHELI, Curso
de Derecho Procesal Civil, trad. de Sentís Melendo, 1.1, Buenos Aires, 1970, pág.
266.
40 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

como fundamento de su pretensión y al demandado la de acre-


ditar los hechos colocados como presupuesto de la norma adu-
cida como fundamento de su defensa o excepción (v.gr.,
CPCN, art. 377).
b) En el proceso penal, por el contrario, el estado de ino-
cencia que ampara al imputado durante el desarrollo de los
procedimientos (CPPN, art. 1- y normas provinciales concor-
dantes) así como la aplicación, en oportunidad del pronuncia-
miento del fallo, de la regla in dubio pro reo (id., art. 3°), ex-
cluye por lo pronto la existencia de carga probatoria alguna
en cabeza de aquél, quien goza de una situación jurídica que
no necesita ser construida sino que debe ser destruida ^5 a
través de la actividad desplegada por el ministerio fiscal y el
órgano judicial, que se halla munido de poderes autónomos de
investigación (amplios en la instrucción y apreciablemente
reducidos en el juicio). Por lo tanto, no lograda por estos órga-
nos la obtención de la necesaria certeza para destruir el esta-
do de inocencia en que se encuentra el imputado, quienpuede
pero no debe 66 confirmar ese estado, se impone el dictado de
sobreseimiento o de sentencia absolutoria ^7.
Tampoco pesa en rigor sobre el ministerio fiscal una ge-
nuina carga de la prueba, por cuanto éste, por un lado, es su-
jeto, al igual que el órgano judicial, de un deber funcional y,
por otro lado, no consistiendo su cometido en el mantenimien-

^^ VÉLEZ MARICONDE, Derecho..., cit., t. II, pág. 47.


Si se considera a la introducción de estupefacientes como una acción de
tráfico, es al representante del ministerio público a quien incumbe acreditar esa
finalidad, sin que quepa transferir al acusado la carga de probar una distinta,
máxime si se tiene en cuenta que, como ocurre en el caso, aquélla no puede ser
inferida razonablemente de la cantidad incautada ni de los dichos del procesado
(CSJN, 28-rV-1988, "Silva Saldívar, Jorge", Fallos, 311: 617).
^^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado de Derecho Procesal Penal, 1.1, Buenos Aires,
1960, pág. 486; MAIER,Derecho..., cit., t. 1-B (Fundamentos), pág. 272, donde ad-
vierte que "si formalmente la ley otorga a un órgano estatal el poder de requerir
y a otro el de decidir, materialmente, ambos tienen un solo interés objetivo en la
debida actuación de la ley penal y, para ello, en el esclarecimiento de la verdad
histórica, con lo que su función material resulta idéntica. De allí que, con dife-
rencias meramente formales, se admita que también el tribunal —^y no sólo el
ministerio público— está ligado al deber de averiguar la verdad y que la ley le
proporcione medios para ello; de allí también que el ministerio público pueda
concluir en absolución o sobreseimiento, incluso aplicando la máxima in dubio
pro reo, fórmula inconcebible en el proceso civil ('de partes'), porque implica de-
sistimiento".
REQUISITOS DE LA PRUEBA 41

to a todo trance de la acusación y el logro de una sentencia


condenatoria 68, no es válido sostener que la absolución del
imputado, a raíz de la aplicación de la regla in dubiopro reo,
entrañe un "perjuicio" o una "derrota" para el funcionario,
cuya verdadera tarea debe consistir en que se dicte una sen-
tencia justa 69.
c) Si bien, en definitiva, en el proceso penal la iniciativa
probatoria incumbe tanto al ministerio fiscal como al órgano
judicial —a punto tal que éste se halla facultado, incluso en
los procesos que versan sobre delitos de acción privada, para
introducir hechos y pruebas favorables al imputado—, no
cabe hablar en aquél de una carga de la prueba ni, por ende,
de su distribución entre las partes. En todo caso, sólo cuadra-
ría reconocer la existencia de una carga probatoria del quere-
llante (tanto particular como exclusivo), pero nunca identifi-
cable con el alcance que aquélla reviste en el proceso civil.
d) Finalmente, en cuanto carezcan de relevancia para de-
cidir la cuestión penal, incumbe a las partes privadas la carga
de probar los hechos en que se funda la pretensión resarcito-
ria y la oposición a ésta, debiendo aplicarse entonces las re-
glas relativas a la distribución de dicha carga en el proceso ci-
vil (CPCN, art. 377) vo.

6.4. Atendibilidad de la prueba


a) La atendibilidad de la prueba constituye un requisito
que concierne a su idoneidad o aptitud para generar la convic-
ción del juez acerca de la existencia o inexistencia de los he-
chos contenidos en la imputación.
Este requisito supone la previa valoración de los elementos
probatorios incorporados al proceso, actividad que incumbe al
juez de instrucción cuando debe pronunciarse sobre la situación
jurídica del imputado (procesamiento o falta de mérito) o la ele-
^^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., 1.1, pág. 486, donde destaca que "el mi-
nisterio fiscal no puede tener la carga de acreditar los hechos fundamentales de
la acusación, por cuanto su interés (del Estado) no es de condena sino de justicia
y, por lo teuito, si la absolución es justa, con ella satisface su interés".
^^ SCHMIDT, Los Fundamentos..., cit., pág. 207.
^° Cfr. CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 34 (en nota). Ver asimis-
mo VÉLEZ MARICONDE, Acc¿órai¿esarc¿¿or¿a, Córdoba, 1965, págs. 162 y 191. En
contra, CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. I, pág. 486.
42 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

vación de la causa a juicio, y posterior y eventualmente al tri-


bunal de juicio en la oportunidad del dictado de la sentencia.
b) Por lo que atañe a los métodos de valoración de la prue-
ba la historia y la legislación comparada exhiben, fundamen-
talmente, la vigencia de dos sistemas: el de la prueba legal (o
tasada) y el de la libre apreciación del juez (o de la prueba ra-
cional), respectivamente caracterizados por la sujeción o falta
de sujeción del criterio judicial a la existencia de normas rígi-
das relativas a la eficacia que corresponde asignar a los diver-
sos medios probatorios, con prescindencia de la convicción
personal del juzgador.
El sistema de la prueba legal, que alcanzó su apogeo con
el predominio del régimen inquisitorio y cobró la apariencia
de una suerte de compensación otorgada al imputado frente a
la reducida posibilidad de defensa con que contaba durante el
desarrollo del proceso, fue receptado en apreciable medida,
entre otros ordenamientos antiguos, por el derogado Código
de Procedimientos en Materia Penal, en tanto, v.gr., condicio-
naba la determinación del cuerpo del delito a la aplicación de
minuciosas directivas referentes al esclarecimiento de cada
hecho ilícito (arts. 207 a 235), excluía virtualmente la eficacia
de la declaración de un testigo único (art. 306), etc.
En la actualidad, sin embargo, el Código de Procedimien-
to Criminal de San Luis se halla gobernado por pautas sus-
tancialmente similares (v.gr., arts. 116 a 146 con referencia a
la comprobación del delito y art. 286 en relación con la prueba
de testigos).
El CPPN adhiere, en cambio, como la mayoría de los orde-
namientos provinciales y en línea con un criterio virtualmente
universal en nuestro tiempo, al segundo de los sistemas más
arriba recordados porque, por un lado, erige entre las finalida-
des del período instructorio la comprobación de la existencia de
un hecho delictuoso "mediante las diligencias conducentes al
descubrimiento de la verdad" así como la determinación de "las
circunstancias que califiquen el hecho, lo agraven, atenúen o
justifiquen, o influyan en la punibilidad" (art. 193, incs. 1- y 2°)
y, por otro lado, requiere explícitamente que el tribunal de juicio
dicte sentencia "valorando las pruebas recibidas y los actos del
debate conforme a las reglas de la sana crítica" (CPPN, art. 398,
párr.2-), norma que luego se reitera con específica referencia a
las pruebas testimonial (art. 241) y pericial (art. 263, inc. 4-).
REQUISITOS DE L-A PRUEBA 43

Dichas reglas, coincidentes con el sistema de la libre con-


vicción al que aluden algunos códigos provinciales (La Rioja,
Mendoza), en modo alguno equivalen a la discrecionalidad ab-
soluta del juzgador en el sentido de que éste pueda sustituir la
prueba por conjeturas o por su mera opinión ''i, sino que indican
a aquél, por una parte, la necesidad de valerse únicamente de
las pruebas practicadas y, por otra parte, la de apreciarlas con-
forme a las reglas de la lógica, la psicología y la experiencia co-
mún ''2, es decir, "vinculado por las normas no jurídicas, pero sí ló-
gicas y experimentales que regulan el correcto discurso de la
mente en sus operaciones intelectivas" 73.
Asimismo, como limitaciones mediatamente impuestas
al arbitrio judicial, las reglas de la sana crítica revisten no
sólo carácter objetivo, según ocurre con la estructura norma-
tiva en que consiste la ley, sino también objetal, por cuanto el
valor jurídico de toda prueba depende, en definitiva, del grado
de certeza proporcionado por la concordancia que, desde el do-
ble punto de vista de su posibilidad y de su existencia, debe
mediar entre la fiíente y el objeto probatorio. De ahí que el
fiíndamento gnoseológico del sistema resida en la cientifici-
dad de la fiíente, es decir, en la posibilidad de que ésta sea sus-
ceptible de verificación por la ciencia a la cual pertenecen los
diversos hechos comprendidos en el objeto de la prueba ^4.
Por otra parte, y en concordancia con la precedente con-
clusión, la vigencia de las reglas de la sana crítica se concilla
con ciertas limitaciones probatorias previstas en las leyes.
Tal lo que ocurre, v.gr., con el art. 44 de la ley 24.192, sobre ré-
gimen penal y contravencional para la prevención y represión
de la violencia en espectáculos deportivos, en cuya virtud "los
hechos filmados por la autoridad competente constituyen plena

LEONE, Tratado..., cit., pág. 157, donde asimismo destaca que "el juez no
puede subrogar su convicción a la prueba, sustituyendo así a la prueba en sen-
tido jurídico por la prueba en sentido moral".
^^ VÉLEZ MARICONDE,Derecho..., cit., 1.1, pág. 363, donde subraya, asimis-
mo, que tales reglas, "contingentes y variables con relación a la experiencia del
tiempo y del lugar, pero estables y permanentes en cuanto a los principios lógi-
cos en que debe apoyeirse la sentencia, son las únicas que gobiernan el juicio del
magistrado".
'^^ FENECH, Derecho..., cit., pág. 614.
Sobre esta cuestión ver COSSIO, La Valoración Jurídica y la Ciencia del
Derecho, Santa Fe, 1941, pág. 21.
44 LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

prueba", y "a tal fin, previo al espectáculo deportivo, la cáma-


ra de filmación será sellada por el juez de instrucción de tur-
no", aunque "las imágenes que tomaran otros organismos
particulares podrán ser tenidas en cuenta como medios de
prueba, e interpretadas conforme las reglas de la sana crítica".
Las mencionadas reglas no son finalmente compatibles
cbn el sistema denominado de la "íntima convicción" —propia
del juicio perjurados— pues ellas deben necesariamente ex-
teriorizarse a través de la motivación de la sentencia, que, en
nuestro régimen jurídico, reconoce inclusive raigambre cons-
titucional '^5.

^5 Ver, entre muchos otros, CSJN, Fallos, 243:89; 249:275; 254:40; 287:306;
288:178; 294:131; 307:2012.
El recurso de casación es por otra parte admisible si se pone en tela de juicio
"la observancia de las reglas supremas y universales del correcto entendimiento
humano", es decir si se demuestra que "la motivación (de la sentencia), en el pla-
no fáctico, ha rebasado los límites impuestos por la sana crítica nacional"
(CNCP, sala 11,30-VII-1993, "Saladino", B.J., 1993, nro. 3, pág. 64; id., sala 1,13-
X-1993, "Almeyra", B.J., 1993, nro. 4, pág. 84), o sea cuando aparecen contraria-
das las reglas fundamentales de la lógica, de la psicología y de la experiencia
(CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit, t. V, pág. 520; CNCP, sala III, 12-IV-1994,
"Paulillo, Carlos D.", B.J., 1994, nro. 2, pág. 28 y E.D., 164-795).
PARTE SEGUNDA

MEDIOS DE PRUEBA EN PARTICULAR


CAPÍTULO II
INSPECCIÓN JUDICIAL
SUMARIO: 7. Concepto. 8. Requisitos. 8.1. Subjetivos. 8.2. Objetivos. 8.3. De
lugar, tiempo y forma. 8.3.1. Lugar. 8.3.2. Tiempo. 8.3.3. Forma. 9.
Clases de inspección. 9.1. Inspección de personas. 9.2. Inspección de
lugares. 9.3. Inspección de cosas. 9.4. Reconstrucción del hecho. 9.4.1.
Concepto. 9.4.2. Naturaleza. 9.4.3. Sujetos intervinientes. 9.4.4. De-
sarrollo del acto.

7. CONCEPTO
a) La inspección o examen judicial consiste en la percep-
ción sensorial directa efectuada por el juez o tribunal sobre
personas, lugares o cosas relacionadas con el delito investiga-
do, a fin de verificar su apariencia, cualidades, condiciones,
estado o características.
Típico caso, según se observó supra (nro. 5.3.1.), de medio
de prueba directo, el CPPN lo denomina "inspección judicial",
expresión que debe estimarse equívoca o, por lo menos, in-
completa, no bien se repara en el hecho de que, en razón de su
etimología (inspicere: mirar), parecería circunscribir la acti-
vidad judicial a la mera percepción visual de las materias que
configuran el objeto de la diligencia, no obstante que, según lo
admite la doctrina nacional y extranjera sin discrepancias, el
magistrado puede utilizar el oído, el gusto, el olfato y el tacto
según se trate, respectivamente, de comprobar la existencia
de ruidos, un determinado sabor, cierto olor o la consistencia de
una sustancia.
Hubiese sido por lo tanto más apropiado denominarlo "re-
conocimiento judicial", como lo hace el CPCN, pero aquí se lo
continuará llamando "inspección" para evitar confusiones con
48 INSPECCIÓN JUDICIAL

los reconocimientos que, como los de personas y de cosas, se


hallan sujetos a una regulación específica (CPPN, arts. 270 a 278).
Aunque en algunas oportunidades se las ha asimilado
parcialmente, corresponde diferenciar con nitidez, por lo
pronto, la inspección del reconocimiento de cosas. Mientras,
en efecto, la primera se circunscribe a la percepción directa,
por el juez o tribunal, de la cosa de que se trate, el reconocimien-
to entraña una declaración, formulada por el reconociente,
relativa a la coincidencia o falta de coincidencia entre la cosa
ya adquirida para el proceso y la que se pone bajo la observa-
ción de aquél (infra, nro. 48). Asimismo el reconocimiento supo-
ne, como regla, la previa inspección de la cosa, aunque even-
tualmente pueden llevarse a cabo en forma simultánea.
Similares reflexiones son extensivas al reconocimiento
de personas, aunque en este caso la inspección es previa al re-
conocimiento.
b) La inspección judicial constituye, asimismo, como lo
destaca MANZINI i, la prueba que ofrece menos peligros de in-
sinceridad y su eficacia requiere, como es obvio, una efectiva
inmediación.

8. REQUISITOS
8.1. Subjetivos
a) Son sujetos necesarios de la prueba analizada el juez
de instrucción (o el fiscal en el sistema de investigación penal
preparatoria o en el supuesto del art. 353 bis del CPPN) o, en
su caso, el miembro o miembros del tribunal de juicio (CPPN,
arts. 216 y 387), las partes y sus defensores. Las partes priva-
das, en la instrucción, siempre que el acto deba considerarse
definitivo o irreproducible, y salvo que se trate de una inspec-
ción corporal, deben ser citadas para asistir a la ejecución de
aquél, hallándose facultadas para hacer las observaciones
que estimen pertinentes o pedir que se haga constar alguna
irregularidad (CPPN, arts. 200, 201, 203 y 382 in fine).

^ Tratado..., cit., t. III, pág. 225. El art. 277, inc. 2^ del CP preserva a la
prueba analizada de eventuales alteraciones en cuanto reprime a quien "procu-
rare o ayudare a alguien a procurar la desaparición, ocultamiento o alteración
de los rastros, pruebas o instrumentos del delito".
REQUISITOS 49

Sujetos eventuales de la inspección judicial pueden ser


los testigos y peritos cuya concurrencia al acto se haya dispues-
to en los términos de los arts. 218 y 219 del citado ordena-
miento y preceptos concordantes de los códigos provinciales.
b) Los funcionarios de la policía se hallan asimismo habi-
litados,fi"enteal caso de que hubiere peligro de que cualquier
demora comprometa el éxito de la investigación, para hacer
constar el estado de las personas, de las cosas y de los lugares,
mediante inspecciones, planos, fotografías, exámenes técni-
cos y demás operaciones que aconseje la policía científica
(CPPN, art. 184, inc. 4- y normas provinciales concordantes),
aunque tales diligencias carecen de eficacia probatoria si, en
razón de su naturaleza, se trata de actos definitivos o irrepro-
ducibles.

8.2. Objetivos
Puede ser objeto de la prueba analizada toda materiali-
dad provista de aptitud para suministrar una percepción sen-
sorial, con las limitaciones que, particularmente por razones
de moralidad, buenas costumbres o interés público, se anali-
zarán más adelante. Es obvio, por lo demás, que la inspección
judicial no puede recaer sobre hechos intrínsecamente insus-
ceptibles de dejar rastro o huella alguna (v.gr., injuria o ca-
lumnia sólo proferida en presencia del ofendido).

8.3. De lugar, tiempo y forma


8.3.1. Lugar
a) En el supuesto de que la inspección judicial recaiga so-
bre una persona, la diligencia debe llevarse a cabo en el lugar
que el juez (o el fiscal en su caso) determine de acuerdo con las
características del hecho, pudiendo ser el domicilio o el lugar
de internación de aquélla, una institución médica, etc., e in-
clusive la sede del órgano judicial.
b) Si se trata en cambio de la inspección de un lugar, es
claro que la prueba examinada debe realizarse en éste (acceso
al lugar). Cuando, finalmente, el objeto del examen es una
cosa debe distinguirse, con prescindencia de su carácter mue-
ble o inmueble por accesión, según que medie o no la imposi-
50 INSPECCIÓN JUDICIAL

bilidad o la dificultad de su traslado a la presencia judicial,


pues mientras en el primer caso el juez o miembros del tribu-
nal deben desplazarse al lugar en que la cosa se encuentre, en
el segundo el lugar de la prueba coincide con el de la sede del
juzgado o tribunal interviniente.

8.3.2. Tiempo
Por lo que atañe al tiempo, la inspección judicial puede
llevarse a cabo en cualquier momento probatorio idóneo de la
instrucción o del juicio, con la variante de que en este último
caso puede ser realizado por un solo juez del tribunal y no
existe restricción alguna, salvo que se trate de inspección cor-
poral, en cuanto a la asistencia de las partes (CPPN, art. 387).

8.3.3. Forma
a) A la dimensión formal de la prueba analizada se refie-
re el art. 216 del CPPN en cuanto, tras prescribir que "el juez
de instrucción comprobará, mediante la inspección de perso-
nas, lugares y cosas, los rastros y otros efectos materiales que
el hecho hubiere dejado", agrega que "los describirá detalla-
damente y, cuando fuere posible, recogerá o conservará los
elementos probatorios útiles" 2. Una regla sustancialmente
similar consagra el art. 217, en cuya virtud "si el hecho no dejó
rastros o no produjo efectos materiales, o si éstos desaparecie-
ron o fueron alterados, el juez describirá el estado actual y, en
lo posible, verificará el anterior", agregando que "en caso de
desaparición o alteración averiguará y hará constar el modo,
tiempo y causa de ella" 3.
Conc. Buenos Aires, art. 212; Catamarca, art. 187; Chaco, art. 202; Chu-
but, art. 184; Córdoba, art. 195; Corrientes, art. 217; Entre Ríos, art. 216; For-
mosa, art. 192; Jujuy, art. 217; La Pampa, art. 200; La Rioja, art. 221; Mendoza,
art. 220; Misiones, art. 201; Neuquén, art. 191; Río Negro, art. 200; Salta, art.
204; San Juan, art. 217; Santa Cruz, art. 200; Santa Fe, art. 210; Tierra del Fue-
go, art. 191; Tucumán, art. 195.
Conc. Buenos Aires, art. 213; Catamarca, art. 188; Chaco, art. 203; Chu-
but, art. 185; Córdoba, art. 196; Corrientes, art. 218; Entre Ríos, art. 217; For-
mosa, art. 193; Jujuy, art. 219; La Pampa, art. 201; La Rioja, art. 223; Mendoza,
art. 221; Misiones, art. 202; Neuquén, art. 192; Río Negro, art. 201; Salta, art.
205; San Juan, art. 218; Santa Cruz, art. 201; Santa Fe, art. 211; Tierra del Fue-
go, art. 192; Tucumán, art. 196.
REQUISITOS 51

La inspección, por lo tanto, se halla sujeta al sistema de


escritura en razón de que la ley requiere su documentación
mediante levantamiento de acta que debe reunir los requisi-
tos que establece el art. 139 del CPPN y normas provinciales
concordantes. El mismo sistema rige en la instrucción suple-
mentaria o en el juicio cuando el tribunal encomienda el dili-
genciamiento a uno de sus miembros, pero no cuando el acto se
realiza con la asistencia del tribunal en pleno. Las comproba-
ciones obtenidas deben consignarse en forma objetiva, sin
agregar en el acto apreciaciones del juez o jueces que adelan-
ten opinión sobre el resultado y valor de la prueba 4, pues ello
entrañaría un prejuzgamiento.
Por lo que atañe a su recepción, durante el período ins-
tructorio la inspección judicial se encuentra sujeta al sistema
de publicidad restringida para las partes y sus defensores,
salvo que se trate de una inspección corporal o que se hubiese
dispuesto el secreto y el acto no fuere definitivo o irreproduci-
ble (CPCN, arts. 200 y 204), en tanto que durante el juicio se
encuentra regido por el sistema de publicidad amplia.
b) Para la mayor eficacia de la prueba analizada, "el juez
podrá ordenar todas las operaciones técnicas y científicas
convenientes" (CPPN, art. 222) s, norma que si bien se super-
pone en cierta medida con el art. 218 en cuanto éste prevé la
posibilidad del auxilio pericial, debe considerarse comprensi-
va de la actuación de personas que carecen de título profesio-
nal pero poseen idoneidad en determinadas actividades que,
como ocurre con las tomas de fotografías, requieren conoci-
mientos técnicos específicos.
Si en el acto de la inspección, finalmente, intervienen tes-
tigos, peritos e intérpretes, deben prestar juramento bajo
pena de nulidad (CPPN, art. 223) ^, la que reviste carácter re-
lativo y es por ello subsanable (CPPN, art. 171).

•* CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 44.


Conc. Buenos Aires, art. 217; Catamarca, art. 191; Chaco, art. 207; Chu-
but, art. 189; Córdoba, art. 201; Corrientes, art. 222; Entre Ríos, art. 221; For-
mosa, art. 197; Jujuy, art. 223; La Pampa, art. 205; LaRioja, art. 247; Mendoza,
art. 225; Misiones, £irt. 206; Neuquén, art. 196; Río Negro, art. 205; Salta, art.
209; San Juan, art. 222; Santa Cruz, art. 205; Santa Fe, art. 214; Santiago del
Estero, art. 145; Tierra del Fuego, art. 197; Tucumán, art. 200.
^ Conc. Buenos Aires, art. 218; Catamarca, art. 193; Chaco, art. 209; Chu-
but, art. 191; Córdoba, art. 202; Corrientes, art. 224; Entre Ríos, art. 223; For-
52 INSPECCIÓN JUDICIAL

9. CLASES DE INSPECCIÓN
De acuerdo con el elemento sometido al examen judicial,
éste puede ser de personas, de lugares y de cosas. Cada una de
estas modalidades —^unida a la denominada "reconstrucción
del hecho"— será objeto de análisis a continuación.

9.1. Inspección de personas


a) Este tipo de inspección puede tener por objeto tanto al
imputado cuanto a cualquier persona vinculada en mayor o
menor medida a los hechos que se investigan, no hallándose
aquél amparado, en el caso, por la cláusula constitucional que
proscribe la autoacriminación'''.
b) El examen, asimismo, puede ser físico —comprensivo
de la integridad del cuerpo— o mental, y en ambos casos es
admisible con las condiciones de que:
1-) el medio utilizado no sea susceptible de poner en pe-
ligro la vida o la salud s, o de producir alteraciones físicas o
psíquicas aunque no sean manifiestamente peligrosas (v.gr.
narcosis o inyecciones) si no media el consentimiento del su-
jeto o se trate de intereses indisponibles por él 9;
2°) se respete en lo posible el pudor de la persona exami-
nada (CPPN, art. 218, párr. l^) lO;

mosa, art. 199; La Pampa, art. 207; Mendoza, art. 227; Misiones, art. 208; Neu-
quén, art. 198; Río Negro, art. 207; Salta, art. 212; San Juan, art. 224; Santa
Cruz, art. 207; Tierra del Fuego, art. 198; Tucumán, art. 202.
'' CSJN, 13-11-1963, "Juan José Cincotta", Fallos, 255:18, donde además
se puntualizó que el reconocimiento del imputado constituye corriente y razona-
ble ejercicio de la facultad estatal investigatoria de los hechos delictuosos.
^ MAIER, Derecho..., cit., t. 1-B, pág. 444; VÁZQUEZ ROSSI, Derecho Proce-
sal Penal, cit, t. II, pág. 316.
^ MANZINI, Tratado..., cit., t. III, pág. 238.
^'^ Conc. Buenos Aires, art. 214; Catamarca, art. 189; Chaco, art. 204; Chu-
but, art. 186; Córdoba, art. 198; Corrientes, art. 220; Entre Ríos, art. 218; For-
mosa, art. 194; Jujuy, art. 220; La Pampa, art. 202; La Rioja, art. 224; Mendoza,
art. 222; Misiones, art. 204; Neuquén, art. 193; Río Negro, art. 202; Salta, art.
206; San Juan, art. 219; Santa Cruz, art. 202; Santa Fe, art. 212; Tierra del Fue-
go, art. 193; Tucumán, art. 198.
CLASES DE INSPECCIÓN 53

3°) se limite la asistencia al acto del defensor, a quien


debe advertirse previamente de tal derecho (CPCN, art. 218,
párr. 4-) n.
En relación con estos dos últimos requisitos es del caso ob-
servar que si bien la posible ofensa al pudor y el correlativo ca-
rácter secreto del examen concurren en el caso de que la inspec-
ción judicial tenga por objeto la observación y descripción de
partes ocultas del cuerpo, tales circunstancias no pueden tener-
se por configuradas cuando el reconocimiento tiene como única
finalidad constatar la existencia de señales visibles, aptas
para identificar al imputado (v.gr. cicatrices o tatuajes) o para
comprobar las huellas del delito (v.gr. lesión sobre el cuerpo de
aquél, de la que puede derivarse su responsabilidad) 12.
En caso necesario la inspección puede practicarse con el
auxilio de peritos (CPCN, art. 218, párr. 3°) i3, el cual es gene-
ralmente de rigor cuando aquél implica el examen científico
de la psiquis. Pero mientras el juez no delegue la ejecución del
acto exclusivamente a los peritos, tal auxilio no otorga a aquél
el carácter de pericia en tanto predomina la presencia activa
y directiva del magistrado, quien, asimismo, se halla faculta-
do para disponer la ejecución de las operaciones técnicas y
científicas que estime convenientes, tales como levantamien-
to de planos, toma de fotografías, visiones cinematográficas,
televisivas, etc. !•*.
c) Las limitaciones precedentemente analizadas son ex-
tensivas a la hipótesis de que se disponga el examen de perso-
nas distintas del imputado, como son, particularmente, la víc-
tima en el supuesto de delitos que afectan su integridad física
o mental, o los testigos cuando medien circunstancias suscep-
tibles de incidir en la valoración de sus declaraciones.
La ley es sin embargo más estricta frente a tales hipóte-
sis, por cuanto supedita la admisibilidad de la inspección a los
"casos de grave y fundada sospecha o de absoluta necesidad"

En igual sentido el párrafo final de las normas citadas en la nota prece-


dente.
^^ FLORIÁN, Elementos..., cit., pág. 382.
En sentido concordante el mismo párrafo de las normas citadas en la
nota 10.
^^ LEONE, Tratado..., cit., t. II, pág. 190; NÚÑEZ, Código..., cit., pág. 199.
54 INSPECCIÓN JUDICIAL

(CPCN, art. 218, párr. 2^) is, lo cual resulta explicable si se


tiene en cuenta que se trata de personas no sospechadas de
participación criminal.
La "sospecha" a que alude la norma es, como dice MANZI-
NI16 comentando la contenida en el Código italiano del que
aquélla fue extraída, la que puede demostrarse mediante ar-
gumentos objetivos inequívocos, siendo suficiente la suposi-
ción de que sobre la persona objeto de la inspección se encuen-
tren elementos probatorios i'^, lo que sucedería, v.gr., frente a
huellas de violencia sufridas cuando se estima que la persona
intenta ocultar o disminuir la responsabilidad del imputado
o exagerar dichas violencias; potencialidad visual del testigo o
signos de perturbación mental en el único testigo de cargo a
través de cuyos dichos puede condenarse al imputado.
El requisito de la "absoluta necesidad" es, sin embargo,
genérico y hasta superfluo en tanto cubre la exigencia proce-
sal precedentemente referida.
Si bien, por último, el cadáver de la víctima puede ser
materia de inspección con finalidad probatoria, no ocurre lo
mismo con la identificación a la que se refiere el art. 220 del
CPPN y normas locales análogas, ya que ésta configura, en
realidad, una medida probatoria de diversa naturaleza de la
que ahora se analiza y será objeto de examen más adelante
(Capítulo VIII).

9.2. Inspección de lugares


a) Este tipo de inspección se lleva a cabo, según se anti-
cipó, mediante el acceso del juez (o del fiscal en su caso) o in-
En igual sentido el mismo párrafo de las normas citadas en la nota 10.
Tratado..., cit., t. III, pág. 241. Es procedente la impugnación deducida
contra el auto que ordena la extracción compulsiva adicional de sangre a quien
reviste el carácter de víctima del delito, por cuanto la adopción de una resolución
contraria a la voluntad de una persona adulta, expresada con pleno discer-
nimiento y que no sólo no afecta directamente derechos de terceros individuali-
zados concretamente o un interés público de mayor relevemcia, sino que podría
ocasionar serios perjuicios en su salud, contradice gravemente el art. 19 de la CN
en cuanto al respeto de la dignidad inherente al ser humano, de la esfera de la
privacidad de la persona y del proyecto personal de vida (CFed. San Martín, sala
I, 29-XII-1998, "Actuaciones reservadas corresp. a causa nro. 37/95", causa nro.
126/98, E.D., 181-1235).
^'^ LEONE, Tratado..., cit., t. II, pág. 192.
CLASES DE INSPECCIÓN 55

tegrantes del tribunal a un lugar determinado y obviamente


diverso de aquel que constituye la sede del órgano judicial.
La necesidad de tal desplazamiento configura pues la
nota que caracteriza a la inspección de lugares, que debe con-
sistir en inmuebles por su naturaleza o en muebles de gran
volumen o amplias dimensiones i^ y cuyo carácter público o
privado torna aplicables, en lo pertinente, las normas regula-
doras del registro domiciliario (CPPN, arts. 224 y sigs. y nor-
mas provinciales concordantes).
b) Para realizar la inspección el juez (o miembros del tri-
bunal) puede ordenar que durante la diligencia no se ausen-
ten las personas que hubieren sido halladas en el lugar, o que
comparezca inmediatamente cualquier otra, incurriendo, los
que desobedezcan, en la responsabilidad de los testigos, sin
perjuicio de ser compelidos por la fiíerza pública (CPPN, art.
219) 19. Ello implica que el testigo que no se encuentra arres-
tado y no comparece sin causa justificada puede incurrir en el
delito previsto en el art. 243 del Código Penal y ser pasible del
pago de las costas originadas a raíz de su actitud (CPPN, art.
154 y normas locales semejantes).
A los fines de la mayor eficacia de la inspección el juez (o
miembros del tribunal) puede ordenar todas las operaciones
técnicas y científicas convenientes (CPPN, art. 222) 20. A tra-
vés de la mera percepción sensorial puede, v.gr., el juez cons-
tatar la materia con que se ha construido un mueble o la exis-
tencia y forma de una mancha, pero debe requerir opinión
pericial si estima necesario verificar la clase de madera utili-
zada en la construcción del mueble o el origen o naturaleza de
la mancha. En el acta, por lo tanto, deben constar las observa-
ciones sensoriales del juez y el plazo conferido por éste a los
peritos para que presenten su dictamen 21, salvo que la escasa

^® Cfr. CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 55, donde ejemplifica con
naves, trenes, aeroplanos, etc.
^^ Conc. Buenos Aires, art. 214; Catamarca, art. 188; Chaco, art. 205; Chu-
but, art. 187; Córdoba, art. 197; Corrientes, art. 219; Entre Ríos, art. 219; For-
mosa, art. 195; Jujuy, art. 222; La Pampa, art. 203; La Rioja, art. 226; Mendoza,
art. 223; Misiones, art. 203; Neuquén, art. 194; Río Negro, art. 203; Salta, art.
207; San Juan, art. 220; Santa Cruz, art. 203; Santa Fe, art. 213; Tierra del Fue-
go, art. 194; Tucumán, art. 197.
Ver las normas citadas en la nota 5.
21 ZAVALA BAQUERIZO, El Proceso Penal, t. II, Bogotá, 1989, pág. 157.
56 INSPECCIÓN JUDICIAL

complejidad de los hechos permita a aquéllos expedirse en el


mismo acto de la inspección. En ambos casos, en los que pre-
valece el protagonismo del magistrado, la pericia carece de
autonomía como tal en tanto sólo es complementaria de la ac-
tividad judicial.
La inspección de lugares presenta un aspecto positivo y
otro negativo según que, respectivamente, el hecho que se in-
vestiga haya dejado o no rastros o efectos materiales o éstos
hayan desaparecido.
En el primer caso el juez debe describir detalladamente, en
primer término, el estado y las características del lugar exami-
nado y de IEIS cosas en él halladas, y luego los rastros o huellas
que puedan considerarse consecuencias del hecho (v.gr., el
hallazgo de un elemento apto para la rotura de una puerta). Asi-
mismo, cuando fuere posible, debe recoger o conservar los ele-
mentos probatorios útiles (CPPN, art. 216 y normas provincia-
les concordantes), siendo luego aplicable el procedimiento
previsto en el art. 233 del mencionado ordenamiento 22.
En el segundo caso incimibe al juez describir el estado ac-
tual y, en lo posible, verificar el anterior (CPPN, art. 217, párr.
1-), es decir, establecer cuál hubiese sido el estado preexistente
del lugar o de las cosas, a cuyo fin puede valerse del auxiüo de
peritos 23. En caso de desapEirición o alteración debe el juez ave-
riguar y hacer constar el modo, tiempo o causa de eUa {id., art.
217, párr. 2°), lo cual reviste importancia para determinar si
aquellas contingencias se produjeron en ocasión del hecho in-
vestigado o a raíz de una intervención posterior, en cuya hipó-
tesis puede configurarse el delito previsto en el art. 255 del Có-
digo Penal.
Los testigos, peritos e intérpretes que intervienen en los
actos de inspección deben prestar juramento, bajo pena de
nulidad (CPPN, art. 223). Se trata sin embargo de una nuli-
dad relativa, y por ende subsanable (CPPN, art. 171).
En consecuencia los objetos secuestrados deben inventariarse y ponerse,
bajo segura custodia, a disposición del tribunal, pudiendo en caso necesario dis-
ponerse su depósito. Las cosas secuestradas deben asimismo asegurarse con el
sello del tribunal y con la firma del juez y secretario, debiendo firmarse los do-
cumentos en cada una de sus hojas.
CREUS observa que esta hipótesis se configura, por ejemplo, en los deli-
tos de "pura acción", y que la actividad del juez se reduce a hacer constar la au-
sencia de rastros (Derecho Procesal Penal, Buenos Aires, 1996, pág. 461). Ver
asimismo BERTOLINO, Código..., cit., pág. 261.
CLASES DE INSPECCIÓN 57

9.3. Inspección de cosas


a) Excluida la inspección de personas, la inspección de co-
sas comprende a todos aquellos objetos para cuya percepción
directa no resulta ineludible el acceso a un lugar distinto al de
la sede del órgano judicial, lo que ocurre cuando aquéllos son
susceptibles de traslado a dicha sede.
Si bien, por lo tanto, esta clase de inspección no puede re-
caer sobre cosas inmuebles por su naturaleza, dentro de su
ámbito cabe incluir toda clase de cosas muebles, aunque se
hayan convertido en inmuebles por accesión o sean accesorias
de un inmueble.
Dentro de este aspecto de la inspección corresponde in-
cluir la percepción auditiva, por parte del juez o los miembros
del tribunal, del contenido de registros obtenidos a raíz de la
intervención telefónica dispuesta en los términos del art. 236
del CPPN (infra, nro. 12.4).
b) Con la anotada salvedad, son aplicables a la inspección
de cosas las mismas reglas analizadas en el número precedente.

9.4. Reconstrucción del hecho


9.4.1 Concepto
a) Es el acto mediante el cual, sobre la base de las ver-
siones suministradas por el imputado, la víctima o testigos,
o de las conclusiones formuladas por los peritos, se reprodu-
ce artificialmente, en presencia del juez o miembros del tri-
bunal, el supuesto hecho delictivo, o una fase o circunstancia
de él, a fin de corroborar o de desvirtuar el resultado de aquella
prueba.
En sentido concordante con ese concepto dispone el art.
221 del CPPN que "el juez podrá ordenar la reconstrucción del
hecho para comprobar si se efectuó o pudo efectuarse de un
modo determinado" 24. Con mayor claridad, el art. 200 del Có-
digo de Córdoba supedita la realización del acto a la preexis-

•^"^ Conc. Buenos Aires, art. 216; Catamarca, art. 192; Chaco, art. 209; Chu-
but, art. 191; Corrientes, art. 224; Entre Ríos, art. 223; Formosa, art. 199; La
Pampa, art. 207; Mendoza, art. 227; Misiones, art. 208; Neuquén, art. 198; Río
Negro, art. 207; Salta, art. 212; San Juan, art. 224; Santa Cruz, art. 207; Santa
Fe, art. 214; Tierra del Fuego, art. 196; Tucumán, art. 202.
58 INSPECCIÓN JUDICIAL

tencia, en la causa, "de declaraciones recibidas u otros ele-


mentos de convicción".
b) De lo dicho se sigue que la reconstrucción del hecho re-
conoce, como presupuesto inexcusable, la concurrencia en la
causa de elementos probatorios de cualquier tipo (declaracio-
nes del imputado o de testigos, las conclusiones de u n a peri-
cia, etc.) de los cuales pueda inferirsepnma facie la existencia
de ese hecho, o sea, "la indicación m á s o menos precisa del
acontecimiento a reconstruir" 25.
c) Si bien, como regla, es admisible la reconstrucción de
cualquier clase de hechos o episodios, siempre que, desde el
punto de vista probatorio, sean pertinentes y útiles en rela-
ción con la causa de que se trate, las leyes suelen prever deter-
minados impedimentos a su ejecución. El art. 214 del Código
de Santa Fe, v.gr., siguiendo las líneas del Código italiano y
sentando un criterio que, en razón de fundarse en altos valo-
res éticos y jurídicos, exterioriza directivas aplicables por to-
dos los jueces de la República, prohibe las reconstrucciones
cuando sean susceptibles de ofender el sentimiento nacional
(v.gr. vilipendio de símbolos del Estado), o religioso (v.gr. pro-
fanación de cosas o lugares sagrados), la piedad hacia los
muertos (v.gr. precipitación de un cadáver) 26, o la moral (re-
producción de u n delito contra la honestidad), o pongan en pe-
ligro el orden público (provocación de u n a explosión suscepti-
ble de generar daños graves en las personas o en los bienes).

9.4.2. Naturaleza
a) Mientras algunos autores otorgan a la reconstrucción
del hecho el carácter de medio de prueba autónomo 27, otros
entienden que se t r a t a de u n medio combinado, por cuanto en
su producción concurre u n a mixtura de otros medios 28. Re-

^^ Cfr. CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 151.


MANZINI recuerda, al respecto, un experimento realizado hacía muchos
años en las cárceles de Roma, mediante el cual, debiéndose comprobar la causa
de la muerte de un detenido de quien se afirmaba que se había suicidado por pre-
cipitación, se lanzó un cadáver desde un balcón interior del establecimiento
{Tratado..., cit., t. III, pág. 244).
^'^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 175; NÚÑEZ, Código..., cit.,
pág. 200; CAFFERATA NORES, La Prueba..., cit., pág. 150, en nota.
^^ JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 305.
CLASES DE INSPECCIÓN 59

sulta empero preferible la opinión en cuya virtud se lo debe


considerar un "aspecto de la percepción judicial inmedia-
ta" 29, o sea, una de las modalidades (dinámica) de la inspec-
ción judicial, ya que, por un lado, esta última puede concurrir,
como se ha visto, con la prueba testimonial y pericial y, por
otro lado, la circunstancia de que a través de la reconstruc-
ción el proceso adquiera nuevos elementos de comprobación
confirmatorios o eliminatorios de los anteriores no excluye las
notas características del acto, consistentes en que su prepara-
ción (distribución de personas y de cosas) y dirección (instruc-
ciones a los intervinientes) se halla exclusivamente a cargo
del juez, quien oficia de guionista, director y espectador.
b) Se trata, asimismo, por sus características, de un acto
definitivo e irreproducible 3o, de modo que el juez debe dispo-
ner, bajo pena de nulidad, y salvo en casos de suma urgencia,
que sean notificados el ministerio fiscal, la parte querellante
y los defensores.

9.4.3. Sujetos intervinientes


a) Aparte, naturalmente, del juez durante la instrucción
(o del fiscal en el sistema de investigación penal preparatoria
o en la hipótesis del art. 353 bis del CPPN), o en su caso de los
miembros del tribunal en el plenario, se halla por lo pronto
habilitado para intervenir en la reconstrucción, e inclusive
para pedirla, el imputado, aunque no podrá obligárselo a in-

^^ FENECH, Derecho..., cit., 1.1, pág. 628. Si bien hacen mérito del carácter
estático y dinámico que respectivamente exhiben la inspección y la reconstruc-
ción del hecho, BELLAVISTA y TRANCHINA observan que mientras la primera tie-
ne por objeto la percepción directa de una cosa o de una persona en su estado ac-
tual, la segunda tiene por objeto la representación actual de un hecho ya
ocurrido (Lezioni..., cit., pág. 322). La distinción no parece sin embargo del todo
convincente, por cuanto también la inspección tiende, en definitiva, a la averi-
guación de un hecho pasado.
3° Cñ-. CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 174; JAUCHEN, La Prue-
ba..., cit., pág. 308; CAFFERATA NORES,La Prueba..., cit., pág. 158, quien afirma
tal carácter en la circimstancia de que "si se realiza de nuevo, siempre existirá
el peligro de que no se reconstruya el hecho objeto del acto, sino la reconstrucción
anterior, con serio compromiso para su función de control". En contra NAVARRO -
DARAY, Código Procesal Penal de la Nación (Ley 23.984), t. I, Buenos Aires,
1996, pág. 468, haciendo mérito de la posibilidad material de su reproducción y
del texto del art. 200 del CPPN.
60 INSPECCIÓN JUDICIAL

tervenir en el acto (CPPN, art. 221, párr. 2^) 3i. Ello es así por-
que, en el caso, aquél no es un mero objeto de examen sino un
sujeto del proceso favorecido por la facultad de abstenerse de
declarar (CPPN, art. 296 y normas provinciales concordan-
tes) 32. De allí que, aun en el caso de que voluntariamente par-
ticipe en la reconstrucción, le serán aplicables las normas re-
lativas a la declaración indagatoria y, consecuentemente, las
formas y garantías que aquéllas consagran.
b) El juez está facultado para convocar al acto de recons-
trucción a testigos y peritos (CPPN, arts. 222 y 223 y normas
locales análogas), que pueden inclusive ser otros de los que
declararon o emitieron opinión con anterioridad en la causa.
La intervención de los testigos no se halla empero limita-
da a la transmisión de sus percepciones, sino que, bajo las di-
rectivas que imparta el juez, deben realizar los gestos, movi-
mientos y otras actividades susceptibles de reproducir el
hecho tal como lo vivieron en su momento.
Los peritos deben llevar a cabo, bajo las mismas directi-
vas, las operaciones científicas que se estimen convenientes
para la mayor eficacia del acto, y su intervención se comple-
menta habitualmente con la de personas especializadas en el
manejo de las técnicas pertinentes para el caso (dibujantes,
fotógrafos, camarógrafos, etc.).
c) Frente al supuesto de que alguna de las personas in-
tervinientes en el acto no conozca el idioma nacional o se en-
cuentre impedido para comprender o expresarse mediante la
palabra oral o escrita, el juez debe designar un intérprete
(CPPN, arts. 119 y 268 y normas provinciales concordantes).
d) Si bien, finalmente, el acto de que se trata debe reali-
zarse con la intervención personal de quienes protagonizaron
de alguna manera el hecho a reconstruir, y con el uso de las
mismas cosas involucradas en el suceso, en el caso de que, por
cualquier motivo, ello no fuere posible, el juez puede valerse
de otras personas (sustitutos) o de cosas equivalentes. Pero
esa sola circunstancia no otorga a tales personas o cosas cali-
dad procesal alguna 33.

En el mismo sentido las normas citadas en la nota 24.


^^ D'ALBORA, Código..., cit., pág. 326; NÚÑEZ, Código..., cit., pág. 200; NA-
VARRO - DARAY, Código..., cit., 1.1, pág. 467.
^^ Cfr. MANZINI, Tratado..., cit., t. III, pág. 245.
CLASES DE INSPECCIÓN 61

9.4.4. Desarrollo del acto


a) La reconstrucción debe llevarse a cabo, como regla, en
el lugar en que se cometió el supuesto delito, aunque ello no es
indispensable 34 y las características de éste pueden inclusive
justificar su realización en la sede del órgano judicial intervi-
niente.
b) Aunque las leyes no contienen reglas específicas acer-
ca de las modalidades que debe revestir la realización del
acto 35, el juez, no obstante tratarse de una diligencia faculta-
tiva, debe trazar un esquema del hecho a reconstruir atenién-
dose a la forma en que, conforme a la prueba ya producida, se
afirma o se cree que aquél ha ocurrido, procurando que la re-
construcción histórica del hecho, pese a sus naturales limita-
ciones 36, sea lo más exacta posible.
Sobre esa base, previa ubicación tanto de las personas
convocadas cuanto de las cosas a utilizar en los lugares que
presuntamente ocuparon en ocasión del hecho, así como la re-
cepción del juramento a quienes deban prestarlo, el juez debe
impartir las instrucciones pertinentes y provocar la actua-
ción de los participantes conforme a las versiones que, sobre
las modalidades de ese hecho, resulten de la prueba ya prac-
ticada. Ello sin perjuicio de las preguntas que puede formular
a los testigos y del asesoramiento que cabe requerir a los pe-
ritos acerca de la exactitud de la reconstrucción.
c) El acto, finalmente, debe documentarse en acta que
describa detalladamente la actividad cumplida y consigne las
observaciones y deducciones que se estimen relevantes.

3^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 174.


3^ El art. 200 del Código de Córdoba dispone que el acto "deberá practicarse
con la mayor reserva posible para evitar la presencia de extraños que no deban
actuar". Se trata de una norma acertada en cuanto evita que la curiosidad mu-
chas veces morbosa del público transforme el acto en un espectáculo incompati-
ble con la seriedad que debe siempre presidir la actividad judicial.
36 Cfr. CORDERO, Procedura Pénale, 3- ed.. Milano, 1995, pág. 670. Como
dice FLORIÁN, "hacer revivir en la realidad lo que está desaparecido es imposi-
ble, y en todo caso no se podrá intentar más que artificialmente" {Elementos...,
cit., pág. 383).
CAPÍTULO I I I

PRUEBA DOCUMENTAL
SUMARIO: 10. Concepto y clases. 11. Normas aplicables. 12. Incorporación al
proceso de la prueba documental. 12.1. Presentación por las partes.
12.2. Orden de presentación. 12.3. Secuestro. 12.4. Intervención de
comunicaciones telefónicas. 12.5. Filmaciones. 13. Verificación. 13.1.
Concepto. 13.2. Documentos públicos. 13.3. Documentos privados.
13.3.1. Reconocimiento. 13.3.2. Cotejo. lA. Eficacia probatoria.

10. CONCEPTO Y CLASES

a) En sentido lato denomínase documento a todo objeto


susceptible de representar una manifestación del pensamien-
to, con prescindencia del modo en que esa representación apa-
rezca exteriorizada i.
De allí que no cabe circunscribir la noción de documentos
a los que llevan signos de escritura, y que, por lo tanto, corres-
ponde extenderla a todos aquellos objetos que como los hi-
tos, planos, pinturas, marcas, contraseñas, mapas, fotogra-
fías, películas cinematográficas, cintas megatofónicas, videos,
etc., poseen la misma aptitud representativa.
No es pertinente, en cambio, compartir el criterio en cuya
virtud se eleva a la categoría de documentos a toda clase de
objetos que posean una función probatoria con tal de que és-
tos, por su índole, sean susceptibles de ser llevados ante la
presencia judicial, de manera que correspondería aquella ca-
lificación a cualquier objeto mueble que dentro del proceso
^ PALACIO, Derecho Procesal Civil, t. IV, Buenos Aires, 1973, pág. 418 y
autores y obras allí citadas; CARNELUTTI, Lecciones..., cit., 1.1, pág. 311 (donde
se define al documento como "una cosa por la cual una experiencia es repre-
sentada").
64 PRUEBA DOCUMENTAL

pueda utilizarse como prueba, contraponiéndose en este sen-


tido a la prueba de inspección judicial, que versaría sobre ob-
jetos que no pueden ser incorporados al proceso 2.
Por una parte, en efecto, al eliminarse la característica
de la función representativa a que se ha aludido precedente-
mente se amplía con exceso el concepto de documento, para
incluir en él diversas piezas de convicción como armas, ropas,
huellas y otros elementos que habitualmente se secuestran
durante la investigación ^ y pueden constituir materia de la
inspección de cosas (supra, nro. 9.3) y, por otra parte, ya se ha
visto que la inspección judicial puede versar sobre personas,
lugares y cualquier clase de cosas (muebles e inmuebles).
b) En razón, sin embargo, de que los documentos no escri-
tos carecen de autonomía como medios de prueba en tanto
pueden ser objeto de la inspección judicial de cosas (eventual-
mente complementada con la pericial), se impone la conve-
niencia de acotar el ámbito de la prueba examinada a aquellos
documentos que exhiban signos provistos de ciertos caracte-
res de permanencia (generalmente letras) y de los que sea po-
sible deducir la existencia de una determinada declaración de
ciencia o de voluntad.
Conforme a ese criterio cuadra ante todo formular una
diferencia según que, respectivamente, se considere al docu-
mento en su exterioridad y contenido material o bien en su
contenido inmaterial. Mientras que en el primer caso se trata
de comprobar el estado en que se encuentra el documento o su
autenticidad, y el medio utilizable para ello es habitualmente
el examen pericial, en el segundo caso el documento, a raíz de
su incorporación al proceso a través de los distintos modos le-
galmente previstos, es susceptible de aportar a aquél deter-
minadas declaraciones, juicios, informaciones, etc. 4, destina-

^ VIADA, Curso..., cit., t. II, pág. 273; VIADA - ARAGONESES, Curso de De-
recho Procesal Penal, 1.1, Madrid, 1968, pág. 385.
^ Cfr. DEVIS ECHANDÍA, Teoría..., dt., 1.11, pág. 491; JAUCHEN, La Prue-
ba..., cit., pág. 272.
* Cfr. FLORIÁN, Elementos..., cit., pág. 330, donde distingue las hipótesis
aludidas en el texto con referencia al documento como objeto y medio de prueba,
no obstante que el objeto probatorio no se halla constituido por los caracteres del
documento sino por los hechos invocados como fundamento de tales caracteres.
NORMAS APLICABLES 65

dos a proporcionar un conocimiento cierto o probable acerca


del hecho o acto jurídico atestado por el autor del documento s.
Desde este último punto de vista los documentos pueden
ser intencionales u ocasionales ^. Encuadran en la primera
categoría cuando han sido creados ex profeso para servir
eventualmente como medios de prueba, como ocurre con las
convenciones contractuales de todo tipo y los testamentos, o
cuando se confeccionan en el proceso con fines específicamen-
te probatorios según ocurre, v.gr., con el dictamen pericial es-
crito y, en general, con las actas judiciales.
Los documentos son en cambio ocasionales cuando ad-
quieren valor probatorio no en el acto de su formación como
consecuencia de la voluntad que los crea, sino a raíz de causas
sobrevinientes. Tal lo que ocurre con aquellos que contienen
en sí mismos elementos del delito y pueden ser hechos valer
como prueba cuando éste es investigado (v.gr. el escrito difa-
matorio en el proceso por injurias o la carta amenazadora en
un proceso por el delito de amenazas).
Conforme al sujeto de quien emanen los documentos se
diferencian en públicos o privados, debiendo asimismo tener-
se presente que la clasificación de los documentos en intencio-
nales y ocasionales puede entrecruzarse con otras vinculadas
con su función probatoria (documentos narrativos y constitu-
tivos) o con la relación entre el autor y el proceso (documentos
procesales y extraprocesales) '^.
Tales distinciones revisten importancia práctica en or-
den, particularmente, a la forma de incorporación del docu-
mento al proceso y su eficacia probatoria.

1 1 . NORMAS APLICABLES
a) La ausencia, en los códigos procesales penales moder-
nos, de una regulación autónoma de la prueba documental, no
obedece tanto, según se ha dicho, a la prevalencia de la prue-
ba oral 8, o a la circunstancia de que aquélla carezca, en ma-

^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 60.


^ DÓHRING, La Prueba..., cit., pág. 281; MANZINI, Tratado..., cit., t. III,
pág. 506; FENECH, Derecho..., cit., 1.1, pág. 638.
•^ Cfr. FENECH, Derecho..., cit., 1.1, pág. 638.
^ FLORIÁN, Elementos..., cit., pág. 329.
66 PRUEBA DOCUMENTAL

teria penal, de mayor trascendencia en cuanto a su introduc-


ción y valoración 9.
Aunque la mayoría de los ordenamientos procesales pe-
nales contiene, como se verá, numerosas normas dispersas
relacionadas con el procedimiento de adquisición de docu-
mentos, la ausencia en ellos de un capítulo o sección específi-
camente destinados a reglamentar la prueba de que se trata
encuentra explicación en el hecho de que, por no existir en el
proceso penal las cargas de exhibir documentos en general o
de reconocer o negar la autenticidad de documentos privados,
resultan superfluas las normas que, en relación con el proceso
civil, prevén las consecuencias derivadas del incumplimiento
de las mencionadas cargas (v.gr., CPCN, arts. 356, inc. 1-, 358,
387 y 388), ñjan las oportunidades en que deben asumirse
(v.gr., id., arts. 333,334,335,349,356 y 358) y determinan los
requisitos que incumbe observar a las partes para la realiza-
ción del cotejo (v.gr., id., arts. 390 a 393) o para promover el
incidente de redargución de falsedad (v.gr., id., art. 395) i".

^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 61.


El derogado Código de Procedimientos en Materia Penal para la justicia
federal y tribunales ordinarios de la Capital Federal dedicaba, en cambio, el Tí-
tulo XIV del Libro II a la reglamentación de la "prueba instrumentar, refirién-
dose a la forma de su agregación al proceso (art. 348), a la eficacia probatoria de
los instrumentos públicos y de los escritos privados reconocidos en su firma
(arts. 349 y 350), a la prohibición de que el procesado fuera compelido a reconocer
documento privados que obraren en su contra (ait. 351), a la aplicación, en lo cri-
minal, de los medios de prueba establecidos en materia civü para la comproba-
ción de los documentos privados en cuEinto no estuvieron limitados o en oposi-
ción con lo determinado en dicho Código (art. 352), al derecho del interesado a
que se adicione lo que estime conveniente a la copia o testimonio de parte de un
documento que obre en archivos públicos (art. 353), al libramiento de exhorto al
juez del lugar en que se encuentre un documento que deba compulsarse (art.
354), a la prohibición de admitir enjuicio las cartas particulares sustraídas del
Correo o de cualquier portador particular (art. 355) y a la necesidad del consen-
timiento de sus dueños para la presentación de documentos por terceros (art.
356).
D'ALBORA observa sin embargo la existencia de otras disposiciones relativas
a los instrumentos, como la contenida en el art. 409 con referencia a la forma de
proceder, durante un allanamiento, con libros y papeles recogidos durante el de-
sarrollo de dicha diligencia, y sobre la base de que "documento es toda materia-
lidad significativa de algún dato relacionado con el hecho objeto del proceso" cita
los arts. 211,213, 215 y 216, ubicados en el Título IV (cuerpo del delito), respec-
tivamente relativos a la obligación del juez de recoger los "efectos de cualquier
clase" que tengan relación con el delito, a la descripción de los "efectos relacio-
nados" con aquél, a la obligación de sellar los "efectos" mencionados en el art. 211
INCORPORACIÓN AL PROCESO 67

b) En virtud de lo expuesto conviene analizar en este lu-


gar —como se hará seguidamente— los temas referentes a la
incorporación, verificación y eficacia probatoria de la prueba
documental.

12. INCORPORACIÓN AL PROCESO DE LA PRUEBA


DOCUMENTAL

La prueba documental puede ingresar al proceso a través


de su presentación por cualquiera de las partes, en cumpli-
miento de una orden judicial de exhibición o a raíz de su se-
cuestro. Tales son las contingencias que a continuación se
analizan.

12.1. Presentación por las partes


a) Cualquiera de las partes en cuyo poder se encuentre un
documento que pueda servir como elemento probatorio se halla
facultada para presentarlo, sea durante la instrucción (CPPN,
art. 199) n o dentro del plazo destinado al ofrecimiento de la
prueba en la etapa preliminar del juicio (CPPN, art. 354) 12.

y a la facultad de confeccionar planos de lugares o retratos de las personas que


hubieren sido objeto del delito o copias o diseños de sus efectos (Curso de Derecho
Procesal Penal, Buenos Aires, 1982, pág. 216).
El Código de Santa Fe contiene una reglamentación de la "prueba documen-
tal" (arts. 236 a 244) sustancialmente análoga, aunque con ciertos agregados, a
la que registraba el Código de Procedimientos en Materia Penal citado más arri-
ba, en tanto que el de San Luis se limita a prever la agregación de dicha prueba
(art. 208), la prohibición de admitir enjuicio las cartas sustraídas al correo (art.
209), la presentación, de las que no fueren sustraídas, sólo por mandato judicial
(art. 210), la prohibición de compeler al imputado a reconocer documentos (art.
211) y a dictaminar la eficacia de los instrumentos públicos y privados recono-
cidos en su firma y contenido (arts. 290 y 291).
^^ Conc. Buenos Aires, art. 273; Catamarca, art. 174; Chaco, art. 192; Chu-
but, art. 175; Córdoba, arts. 335 y 344; Corrientes, art. 207; Entre Ríos, art. 206;
La Pampa, art. 190; La Rioja, art. 212; Mendoza, art. 210; Misiones, art. 191;
Neuquén, art. 181; Río Negro, art. 190; Salta, art. 194; San Juan, art. 207; Santa
Cruz, art. 190; Tierra del Fuego, art. 181; Tucumán, arts. 334 y 335.
^^ Conc. Buenos Aires, art. 338; Catamarca, art. 317; Chaco, art. 338; Chu-
but, art. 313; Córdoba, art. 362; Corrientes, art. 380; Entre Ríos, art. 360; For-
mosa, art. 321; Jujuy, art. 366; La Pampa, art. 323; La Rioja, art. 385; Mendoza,
art. 385; Misiones, ait. 356; Neuquén, art. 319; Río Negro, art. 325; Salta, art.
360; San Juan, art. 332; Santa Cruz, art. 337; Santiago del Estero, art. 305; Tie-
rra del Fuego, art. 323; Tucumán, art. 361.
68 PRUEBA DOCUMENTAL

Si se trata de un documento público, se acompaña habi-


tualmente un testimonio autenticado, en tanto que los docu-
mentos privados deben presentarse en su texto original, que
se agrega al expediente o se reserva en secretaría i3.
b) En todo caso, durante la instrucción, la ley deja em-
pero librada al solo arbitrio del juez la agregación del docu-
mento presentado, y si bien la resolución desestimatoria es
irrecurrible (CPPN, art. 199), la parte interesada conserva
la facultad de reiterar el ofrecimiento en el plazo previsto
en el art. 354, sin perjuicio, asimismo, de que cuando se tra-
ta de un documento relacionado con el hecho investigado
que llega a conocimiento de la parte con posterioridad al
vencimiento de dicho plazo se lo presente en oportunidad de
articularse las cuestiones preliminares del debate (CPPN,
art. 376) i4.
c) En razón de que, como se verá en el número siguiente,
la ley autoriza genéricamente al juez o tribunal para disponer
la exhibición de prueba documental relacionada con el delito,
no media obstáculo a la aportación de documentos por terce-
ros ajenos a las partes, y a su correlativa admisión si el órgano
judicial los considera pertinentes y útiles, existe además el
consentimiento de sus dueños y no encuadran en las exclusio-
nes previstas (v.gr. CPPN, arts. 242 y 244). Tal admisión no
comporta empero conferir al presentante del documento cali-
dad procesal alguna, sin perjuicio de que se decida citarlo
eventualmente a prestar declaración testimonial.
d) Aunque el CPPN, como la mayoría de los códigos mo-
dernos y a diferencia del Código de Santa Fe (art. 243) y del
derogado Código de Procedimientos en Materia Penal para la
justicia federal y ordinaria de la Capital (art. 355), no prohibe
explícitamente la presentación de cartas sustraídas del Co-
rreo o de cualquier portador particular, éstas no pueden ser
admitidas como prueba sin riesgo de vulnerar la garantía

13
CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 64.
^'^ Conc. Catamarca, art. 336; Chaco, art. 359; Chubut, art. 335; Córdoba,
art. 383; Corrientes, art. 401; Entre Ríos, art. 382; Formosa, art. 343; Jujuy, art.
389; La Pampa, art. 345; La Rioja, art. 407; Mendoza, art. 407; Misiones, art.
377; Neuquén, art. 341; Río Negro, art. 347; Salta, art. 381; San Juan, art. 354;
Santa Cruz, art. 359; Santiago del Estero, art. 324; Tierra del Fuego, art. 346;
Tucumán, art. 383.
INCORPORACIÓN AL PROCESO 69

constitucional de la inviolabilidad de la correspondencia y de


los papeles privados (CN, art. 18) is.

12.2. Orden de presentación


a) En el caso de estimarlo oportuno, el juez de instrucción
(o el fiscal en el régimen de investigación penal preparatoria o
en el supuesto del art. 353 bis del CPPN) se encuentra facultado
para ordenar la presentación de documentos que puedan servir
como medios de prueba (CPPN, art. 232) i6, con prescindencia
de que el destinatario de la orden sea una persona física o ju-
rídica (pública o privada) i'', y la misma facultad incumbe al tri-
bunal de juicio si en el curso del debate se tuviera conocimien-
to de nuevos documentos manifiestamente útiles o se hicieren
indispensables otros ya conocidos (CPPN, art. 388) is.
La orden, sin embargo, no puede dirigirse a las personas
que puedan o deban abstenerse de prestar declaración como
testigos por razón de parentesco, secreto profesional o de Es-
tado (CPPN, art. 232), o sea aquellas a las que se refieren los
arts. 242 a 244, aunque con la salvedad que se hará en el núme-
ro siguiente respecto de las personas mencionadas en primer
término.
Para eximirse del deber de exhibición no resulta desde
luego suficiente que las personas mencionadas en los arts.
242 a 244 se limiten a manifestar su grado de parentesco con

^^ Cfr. JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 281, quien afirma luego (pág. 282)
que frente al supuesto de admitirse la agregación o secuestro de prueba docu-
mental sustraída se configuraría "un claro ejemplo de su imposibilidad de ser
valorada en virtud de la regla de exclusión probatoria". Ver asimismo D'ALBO-
RA, Curso..., cit., t. II, pág. 221.
^^ Conc. Buenos Aires, art. 227; Catamarca, art. 201; Chaco, art. 218; Chu-
but, art. 201; Córdoba, art. 201; Corrientes, art. 233; Entre Ríos, art. 232; For-
mosa, art. 209; Jujuy, art. 307; La Pampa, art. 216; La Rioja, art. 257; Mendoza,
art. 236; Misiones, art. 217; Neuquén, art. 207; Río Negro, art. 216; Salta, art.
221; San Juan, art. 233; Santa Cruz, art. 216; Santa Fe, art. 229; Santiago del
Estero, art. 177; Tierra del Fuego, art. 207; Tucumán, art. 211.
^'' CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 188.
Conc. Catamarca, art. 346; Chaco, art. 371; Chubut, art. 347; Corrientes,
art. 417; Entre Ríos, art. 393; Formosa, art. 355; Jujuy, art. 399; La Pampa, art.
357; La Rioja, art. 418; Mendoza, art. 418; Misiones, art. 393; Neuquén, art. 353;
Río Negro, art. 359; Salta, art. 393; San Juan, art. 366; Santa Cruz, art. 371;
Santiago del Estero, art. 335; Tierra del Fuego, art. 357; Tucumán, art. 400.
70 PRUEBA DOCUMENTAL

el imputado o la concurrencia del secreto profesional o de Es-


tado involucrado en los documentos. El juez o tribunal, en
todo caso, se halla facultado para comprobar la realidad del
parentesco invocado y para verificar si se trata, intrínseca-
mente, de un verdadero y no meramente afirmado secreto
profesional o de Estado i^. En el caso de llegar a una conclu-
sión negativa puede disponer el secuestro de los documentos
requeridos.
b) Si bien dentro del marco de las potestades judiciales se
halla incluida la posibilidad de dirigir la orden de exhibición
al imputado, éste no está obligado a cumplirla en tanto se en-
cuentra amparado por la garantía constitucional en cuya vir-
tud no puede ser obligado a declarar contra sí mismo (CN, art.
18) ni, por ende, a suministrar una prueba susceptible de con-
ducir a ese resultado.

12.3. Secuestro
a) El art. 231 del CPPN autoriza al juez a disponer el se-
cuestro de documentos que puedan servir "como medios de
prueba" 20 o como "escrituras de comparación" a fin de reali-
zar el cotejo si mediaren dudas sobre su autenticidad (CPPN,
art. 265) 21. Dichas escrituras no pueden empero ser materia
^^ Cñ-. MANZINI, Tratado..., cit,, t. III, pág. 516.
^° Conc. Buenos Aires, art. 226; Catamarca, art. 200; Chaco, art. 217; Chu-
but, art. 200; Córdoba, art. 210; Corrientes, art. 232; Entre Ríos, art. 231; For-
mosa, art. 208; Jujuy, art. 306; La Pampa, art. 215; La Rioja, art. 256; Mendoza,
art. 235; Misiones, art. 216; Neuquén, art. 206; Salta, art. 220; San Juan, art.
232; Santa Cruz, art. 215; Santa Fe, art. 228; Santiago del Estero, art. 176; Tie-
rra del Fuego, art. 206; Tucumán, art. 210.
En los casos urgentes la medida puede ser delegada en la policía, en la forma
prescripta para los registros (CPPN, art. 231, párr. 2- y normas precedentemen-
te citadas).
Aunque tanto el CPPN como la totalidad de los códigos provincÍ£jes regulan
el secuestro entre los medios de prueba, ya se ha visto que no reviste tal carácter
y que configura una medida asegurativa a través de la cual se trata de posibilitar
la incorporación al proceso de un elemento probatorio. NÚÑEZ, no obstante otor-
gar al secuestro la calidad de medio de prueba, expresa luego que aquél entraña
la privación al afectado de la tenencia de una cosa "con finalidades de seguridad
probatoria" {Código..., cit., pág. 210).
^^ Conc. Buenos Aires, art. 252; Catamarca, art. 236; Chaco, art. 250; Chu-
but, art. 234; Córdoba, art. 244; Corrientes, art. 267; Entre Ríos, art. 265; For-
mosa, art. 242; Jujuy, art. 291; La Pampa, art. 249; Mendoza, art. 270; Misiones,
art. 251; Neuquén, art. 241; Río Negro, art. 249; Salta, art. 255; San Juan, art.
INCORPORACIÓN AL PROCESO 71

de secuestro cuando se encuentran en poder de personas que


deban o puedan abstenerse de declarar como testigos (art.
265), es decir de aquellas que mencionan los arts. 242 y 243
del CPPN y normas provinciales concordantes.
Es en cambio procedente disponer el secuestro de cualquier
tipo de documentos que se encuentren en poder del imputado,
por cuanto la garantía que lo ampara se limita a la no obligato-
riedad de su exhibición y no se extiende a la medida analizada.
b) Dispone el art. 234 del CPPN que "siempre que lo con-
sidere útil para la comprobación del delito el juez podrá orde-
nar, mediante auto fundado, la interceptación y el secuestro
de la correspondencia postal o telegráfica o de todo otro efecto
remitido por el imputado o destinado a éste, aunque sea bajo
nombre supuesto" 22.
Esta norma constituye una excepción a la vigencia de la
garantía constitucional relativa a la inviolabilidad de la co-
rrespondencia epistolar y de los papeles privados (CN, art.
18) 23, y autoriza a que la medida que contempla se haga efec-
tiva con anterioridad a que las cosas de que se t r a t a lleguen al
lugar o a las personas a quienes van destinadas 24.
El secuestro de los documentos corresponde cuando, una
vez abierta la correspondencia y leído su contenido por el juez,
se comprueba su relación con los hechos que constituyen ob-
jeto del proceso (CPPN, art. 235 y normas provinciales con-
cordantes).
No procede en cambio el secuestro de "las cartas o docu-
mentos que se envíen o entreguen a los defensores para el de-
sempeño de su cargo" (CPPN, art. 237) 25, por cuanto frente a

266; Santa Craz, art. 249; Santa Fe, art. 284; Santiago del Estero, art. 231; Tie-
rra del Fuego, art. 239; Tucumán, art. 244.
^^ Conc. Buenos Aires, art. 228; Catamarca, art. 203; Chaco, art. 220; Chu-
but, art. 203; Córdoba, art. 214; Corrientes, art. 235; Entre Ríos, art. 234; For-
mosa, art. 211; Jujuy, art. 302; La Pampa, art. 218; La Rioja, art. 259; Mendoza,
art. 238; Misiones, art. 219; Neuquén, art. 209; Río Negro, art. 218; Salta, art.
223; San Juan, art. 235; Santa Cruz, art. 218; Santa Fe, art. 232; Santiago del
Estero, art. 179; Tierra del Fuego, art. 209; Tucumán, art. 214.
^^ Cfr. D'ALBORA, Código..., cit., pág. 343; NÚÑEZ, Código..., cit, pág. 213;
NAVARRO - DARAY, Código..., cit., 1.1, pág. 504; BERTOLINO, Código..., cit., 1.1,
pág. 274.
24 NÚÑEZ, Código..., cit., pág. 213.
25 Conc. Buenos Aires, art. 230; Catamarca, art. 206; Chaco, art. 223; Chu-
but, art. 206; Córdoba, art. 212; Corrientes, art. 238; Entre Ríos, art. 237; For-
72 PRUEBA DOCUMENTAL

tal supuesto rige el deber de abstención derivado del secreto


profesional (arg. del CPPN, art. 244).
Si bien la norma comprende a todo tipo de documentos 26,
con prescindencia de que el remitente sea la parte defendida
o un tercero 27, excluye implícitamente a aquellos que consti-
tuyan el instrumento mismo del delito o sus efectos, porque
en tal hipótesis la remisión de aquéllos al defensor no se Aán-
cula con el desempeño de su cargo y persigue, por el contrario,
la posible ocultación del cuerpo del delito 28, circunstancia
que es incluso susceptible de generar responsabilidad penal
por encubrimiento (CP, arts. 277, incs. 2- y S^ y 278) 29.
Pero si no concurre la circunstancia precedentemente
descripta, la inobservancia del art. 237 del CPPN constituye
un claro ejemplo de exclusión probatoria ^o que provoca la nu-
lidad absoluta de cualquier acto decisorio fundado en un do-
cumento comprendido en los términos de la norma menciona-
da (CPPN, arts. 167, inc. 3^ y 168).
c) Es por último admisible el secuestro de cualquier tipo
de documentos que, relacionados con el delito, se encuentren
en poder de terceros ajenos a las partes y no comprendidos en
las excepciones previstas en el art. 232 del CPPN y preceptos
locales análogos.

12.4. Intervención de comunicaciones telefónicas


a) En forma coincidente con lo dispuesto en el art. 18 de
la ley 19.798, y a título de excepción respecto de la garantía de
confidencialidad que ampara, lo mismo que a la correspon-
dencia epistolar, a las expresiones vertidas mediante la utili-
zación del teléfono o de un elemento similar, prescribe el art.
236 del CPPN que "el juez podrá ordenar, mediante auto fun-
mosa, art. 214; Jujuy, art. 304; La Pampa, art. 221; La Rioja, art. 261; Mendoza,
art. 241; Misiones, art. 222; Neuquén, art. 212; Río Negro, art. 221; Salta, art,
226; San Juan, art. 238; Santa Cruz, art. 221; Santa Fe, art. 235; Santiago del
Estero, art. 182; Tierra del Fuego, art. 212; Tucumán, art. 212.
Aun en el sentido amplio al que se aludió en el nro. 10. De allí que el art.
212 del Código de Córdoba mencione "las cartas, documentos o grabaciones".
^'^ NÚÑEZ, Código,.., cit.,pág. 215.
^^ Cfr. JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 280.
^^ Cfr. D'ALBORA, Código..., cit., pág. 347.
^° D'ALBORA, Código..., cit., pág. 347.
INCORPORACIÓN AL PROCESO 73

dado, la intervención de comunicaciones telefónicas o cual-


quier otro medio de comunicación del imputado, para impe-
dirlas o conocerlas" 3i.
b) Aunque la norma transcripta se halla incluida en el ca-
pítulo destinado a la regulación del secuestro, parece eviden-
te que su contenido es ajeno al marco de esa medida y que, en
tanto el ingreso al proceso de las manifestaciones transmiti-
das telefónicamente o a través de un medio análogo (v.gr. ra-
dio) se halla supeditada a su registro en una cinta magneto-
fónica y, eventualmente, al acta que reproduce los términos
de ese registro, aquéllas configuran una genuina hipótesis de
prueba documental conforme al alcance atribuido a ésta su-
pra (nro. 10), sin perjuicio de que el acto consistente en perci-
bir auditivamente la grabación se encuadre en la prueba de
inspección judicial (sapra, nro. 9.2).
Fácil resulta advertir, por lo demás, que el art. 236 no
sólo se encamina a posibilitar el conocimiento de las comuni-
caciones dirigidas o recibidas por el imputado, sino también a
impedirlas, con lo que viene a complementar el instituto de la
incomunicación o la vigilancia mediata de aquél, aunque se
encuentre en libertad, cuando median indicios de que trata de
hacer mal uso de ella 32. En este último supuesto la interven-
ción no genera, sin embargo, una medida probatoria.
c) El hecho de que la norma analizada condicione la vali-
dez de la intervención telefónica a la previa autorización del
juez no descarta la posibilidad de que, si existe peligro de que
la demora comprometa el éxito de la investigación, la medida
sea dispuesta por los funcionarios de la prevención (CPPN,
art. 184, incs. 4- y 5°) o por el agente fiscal (arts. 212 y 353 bis),
con inmediato aviso al juez competente, a quien incumbe de-
cidir sobre el mantenimiento o cesación de aquélla 33.
Se ha decidido, incluso, que no corresponde considerar
ilegal la divulgación de la grabación telefónica clandestina de
^^ Conc. Buenos Aires, art. 229; Catamarca, art. 205; Chaco, art. 222; Chu-
but, art. 205; Córdoba, art. 237; Corrientes, art. 216; Entre Ríos, art. 236; For-
mosa, art. 213; Jujuy, art. 305; La Pampa, art. 220; LaRioja, art. 259; Mendoza,
art. 240; Misiones, art. 221; Neuquén, art. 211; Río Negro, art. 220; Salta, art.
225; San Juan, art. 237; Santa Cruz, art. 220; Santa Fe, art. 234; Santiago del
Estero, art. 181; Tierra del Fuego, art. 211; Tucumán, art. 216.
^^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 430.
33 Cfr. D'ALBORA, Código..., cit., pág. 345.
74 PRUEBA DOCUMENTAL

la propia conversación cuando se trata de acreditar una ex-


torsión, porque tal hipótesis es equiparable a la de aquel que
obra en legítima defensa excluyente de la antijuridicidad 3*.
d) Supuesta la autorización judicial ésta debe exteriori-
zarse mediante auto fundado, requisito que corresponde te-
ner por cumplido cuando la resolución se remite clara, precisa
y concretamente a circunstancias o constancias de determi-
nadas piezas de la causa que resultan suficientes e indubita-
bles para acordarle el debido sustento 35.
La falta o insuficiencia de fundamentación del auto res-
pectivo constituye causal de nulidad (CPPN, arts. 123 y 167,
inc. 3°) pero de carácter relativo, de modo que si ésta no se opo-

34 CNCC, sala I, 23-XI-1993, "Vázquez, Carlos", J.A., 1994-IV-420. En un


caso en el cual se consideró prueba legítima la grabación de una comunicación
telefónica realizada por quien declaró haber sido utilizado como intermediario
en la conducta fmalmente encuadrada en el art. 257 del CP, en grado de tenta-
tiva, y donde inclusive medió el reconocimiento de la voz por el propio imputado,
se declaró que "la exclusión como prueba de toda grabación furtiva de una con-
versación, sin atender las particularidades del caso concreto, tratándose de con-
ductas de particulares con los que se pretende corroboreír con los medios que la
ciencia y la técnica ponen a su alcance aquello que denimcian a la autoridad pú-
blica, comporta una demasía en la inteligencia que cabe asignar a normas de
grado constitucional a la vez que resulta incompatible con una razonable apli-
cación de los principios constitucionales o legales que gobiernan la prueba, en
tanto que es deber de los magistrados extremar los recaudos en la búsqueda de
la verdad conforme a principios de justicia que deben primar en todo procedi-
miento judicial (CNCP, sala IV, 30-X-1998, "Wowe, Garios', L.L., 1999-6-306)".
Ver también, sobre el valor de idéntica prueba, TOC Nro. 12,9-VI-1999, "W.C",
L.L., fallo 99.354. Pero carecen de valor las grabaciones telefónicas subrepticias
de las llamadas dirigidas al imputado, y destinadas a obtener que éste se autoin-
criminara, pues tal conducta es violatoria del art. 18 de la CN aun frente al in-
demostrado supuesto de que fuere aquél quien las contestó (CNCC, sala VI, 22-
VIII-1995, "M. P.", E.B., 166-163. En sentido similar CNCC, sala VI, 6-VIII-1991,
"Salcedo, G.", L.L., 1993-C-271, con nota de KENT).
35 Cfr. CNCP, sala III, 24-0-1994, "Tellos, Eduardo", L.L., 1995-B-62, donde
se consideró suficiente fundamento del auto su remisión a una nota presentada
por la autoridad preventora en la cual se hacía mérito de llevarse a cabo tareas
investigativas relacionadas con el narcotráfico, donde estarían involucradas de-
terminadas personas que, mediante el uso de líneas telefónicas, concretarían
distintas operaciones al margen de la ley. Pero carece en cambio de validez la in-
tervención telefónica dispuesta sobre la base de declaraciones prestadas por per-
sonal policial posteriormente rectificadas, y sin haberse profundizado las tareas
de inteligencia peticionadas por el ministerio público e inclusive oportunamente
ordenadas por el propio juez de instrucción (TOCF, Mar del Plata, 24-V-1999,
"Salvatierra, Mario y otros", JA., del 17-XI-1999, pág. 72).
INCORPORACIÓN AL PROCESO 75

ne en las oportunidades previstas en el art. 170 del CPPN la


irregularidad queda subsanada.
La intervención, por otra parte, debe como regla dispo-
nerse por un período limitado, razón por la cual corresponde
considerar ilegítimas las escuchas telefónicas llevadas a cabo
una vez transcurrido aquél 36.
e) Si bien el registro de las comunicaciones intervenidas
incumbe a la policía o a un organismo especializado, el conte-
nido de aquél debe transcribirse en acta con arreglo a lo pros-
cripto en el art. 138 del CPPN, porque de lo contrario son
inadmisibles como prueba durante el debate 37. El juez ins-
tructor debe, asimismo, seleccionar dicho contenido, de ma-
nera tal que sólo se incorporen como prueba las conversacio-
nes cuyos términos se relacionen con el objeto del proceso,
pues una transcripción indiscriminada de aquéllas es suscep-
tible de comprometer el derecho a la intimidad consagrado en
pactos internacionales que gozan de jerarquía constitucional
(v.gr. Convención Americana de Derechos Humanos, art. 11,
inc. 2-) 38.
f) Asimismo, aunque no corresponde conferir interven-
ción a las partes en el procedimiento de transcripción del con-
tenido de las telecomunicaciones obtenidas por orden judicial,
tal circunstancia no obsta, naturalmente, a la posibilidad con
que aquéllas cuenten en el sentido de controvertir la fidelidad
del acta e incluso del mismo registro. La oportunidad procesal
para ello es la prevista en el art. 354 del CPPN, en la cual cabe
ofrecer los medios de prueba destinados a la pertinente con-
frontación 39, siendo particularmente apta, al efecto, la prue-
ba pericial. Corresponde empero estimar que ese límite puede

^^ Cfr. CNCP, sala IV, 17-V-1996, "B.RA., y otra s/rec. de casación", E.D..
170-521. Aunque el CPPN no prevé un plazo máximo para la duración de una in-
tervención telefónica, cabe considerar aplicable el asignado al juez para concluir
la instrucción (CPPN, art. 207), es decir, el de cuatro meses prorrogable por otros
dos (TOCF, Mar del Plata, 15-VII-1999, "T. A.", J.A., del 17-XI-1999, pág. 79, con
nota de Iris Orlando.
3'' Cfr. TOC Nro. 9,14-V-1997, "Rodríguez, Constantino", L.L., 1997-D-611,
con nota de D'ALBORA.
Ver el fallo citado en la nota precedente.
39 Cfr. CNCP, sala II, 27-V-1998, "Morales, Osear y otros", D.J., fallo nro.
14.607. Ver asimismo CNCP, sala I, 23-VI-1997, "Albarenque, Sixto O.", L.L.,
1997-F-857.
76 PRUEBA DOCUMENTAL

ser franqueado frente al hallazgo posterior, durante el deba-


te, de prueba idónea para tal finalidad.
g) Cuadra por último destacar que en razón de mediar los
mismos motivos en que se sustenta el art. 237 del CPPN (su-
pra, nro. 12.3), no es lícito computar como prueba de cargo la
comunicación telefónica entre el imputado y su defensor 4o,
salvo naturalmente que éste no haya obrado en el ejercicio de
su ministerio sino como autor o cómplice de un delito ^i.

12.5. Filmaciones
a) Por análogas razones a las expuestas en el número
precedente, participan de los caracteres de la prueba docu-
mental y de la inspección judicial las filmaciones realizadas
de determinados hechos relevantes para un proceso penal,
aunque con la lógica variante de que aquéllas, en virtud de su
propia naturaleza, no requieren ser complementadas me-
diante la confección de accas.
b) Algunas leyes autorizan expresamente la realización
de filmaciones con vistas a la prueba de un delito. Tal lo que
ocurre, como se recordó supra (nro. 6.4.), con la ley 24.192, so-
bre régimen penal y contravencional para la prevención y re-
presión de la violencia en espectáculos deportivos, cuyo art.
44 otorga el carácter de "plena prueba" a los hechos filmados
por la autoridad competente, y con la ley 23.737 sobre estupe-
facientes, cuyo art. 26 bis (incorporado por el art. 3- de la ley
24.424) determina que "la prueba que consista en fotografías,
filmaciones o grabaciones, será evaluada por el tribunal en la
medida en que sea comprobada su autenticidad".
Aun sin embargo en ausencia de norma explícita cabe
propiciar la admisibilidad de la prueba de que se trata, inclu-
so en el caso de que la toma sea subrepticia (cámara oculta), si
se persigue evitar un daño inminente derivado, v.gr., de una
extorsión *2, o cuando, sin utilizarse esa modalidad, se persi-
gue la prueba de la comisión, in fraganti, de cualquier delito

^'^ Cfr. NÚÑEZ, Código.... cit., pág. 214; DONNA - MAIZA, Código..., cit., pág.
277. En contra CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 431.
Ver el fallo citado en la nota 37.
*2 Doctrina de la CNCC, sala I, 23-XI-1993, "Vázquez, Carlos", J.A., 1994-
IV-420.
VERIFICACIÓN 77

O, sin recurrirse a medios engañosos, la obtención de datos in-


criminantes 43.
c) En cuanto a la posibilidad con que cuenta el imputado
para desvirtuar la autenticidad de la filmación son aplicables
las consideraciones expuestas en el número precedente.

13. VERIFICACIÓN
13.1. Concepto
a) La verificación de un documento consiste en la activi-
dad desarrollada a fin de comprobar la genuidad de aquél en
orden a la realidad de su autoría y a la posible alteración de
las declaraciones que contiene.
b) Al respecto cabe diferenciar —como se hará seguida-
mente— los documentos públicos de los privados.

13.2. Documentos públicos


a) En relación con esta clase de documentos y computan-
do en primer término aquéllos de índole intencional que cons-
tatan la celebración de un acto o negocio jurídico, se impone a
su vez formular una distinción fundada en la índole de las de-
claraciones que integran su contenido.
Conforme, en efecto, a lo prescripto en el art. 993 del CC
el instrumento público hace plena fe, hasta que sea argüido de
falso por acción civil o criminal, de la existencia material de
los hechos que el oficial público enuncia como cumplidos por
él mismo o que han pasado en su presencia, como son, entre
otros, la fecha y lugar de su otorgamiento, la comparecencia
de las partes o la autenticidad de sus firmas, las declaraciones

*3 Doctrina de la CSJN, ll-XII-1990, "Fiscal c/Femández, Víctor Hugo", Ji'a-


llos, 313:1305. Asimismo CNCCF, sala 1,20-IV-1999, "Raña, R.", D.J., fallo nro.
14.638. Ver también TOCF Paraná, 12-VIII-1998, "Meichtry, Celso y otros s/in-
fracción ley 23.737", donde se decidió, en cambio, que si bien podría autorizarse
una filmación de lo que acaezca en el exterior de una vivienda, deben excluirse
aquellos elementos de prueba que son tributados por una invasión a la intimidad
que supone ingresar a la privacidad de un recinto cerrado del inmueble con el
zoom de una cámara de video a través de un solo vidrio traslúcido. La índole del
delito investigado en el caso (tráfico de estupefacientes) toma sin embargo cues-
tionable la conclusión alcanzada.
78 PRUEBA DOCUMENTAL

formuladas por éstas y la observancia de las formas que en el


documento se mencionan como cumplidas.
Cuando se trata, en cambio, de las manifestaciones de las
partes relativas al hecho de haberse ejecutado el acto, o a las
convenciones, disposiciones, pagos, etc., si bien también hacen
plena fe entre aquéllas y terceros (CC, art. 994), no es necesario,
para impugnar la verdad de tales enunciaciones, articular la
falsedad del documento, sino que es suficiente la producción de
prueba en contrario, pues se trata de hechos simplemente rela-
tados al oficial público quien, por ende, no se halla en condicio-
nes de garantizar su grado de verdad. El mismo régimen es ex-
tensivo a las cláusulas enunciativas que el art. 995 del CC
relaciona al acto jurídico que forma el objeto principal, por cuan-
to se trata de meras expresiones incidentales, e insusceptibles
por lo tanto de alterar la naturaleza de aquél.
La necesidad de la impugnación de falsedad (y conse-
cuente declaración judicial) no se circunscribe empero a la fal-
sedad ideológica que menciona el art. 993 del CC, sino que es
extensiva a la falsificación o adulteración material de cual-
quier clase de documentos (públicos o privados). El art. 292
del CP comprende a ambos (aunque aumentando la pena si se
trata de un documento público), y el art. 293 del mismo orde-
namiento reprime la falsedad ideológica de que adolezca cual-
quier documento público.
b) Frente a la presentación judicial de un documento pú-
blico aparentemente falsificado o adulterado, cualquiera de
las partes puede promover la pertinente denuncia o querella
ante el juez competente, requiriendo la remisión a éste de los
antecedentes necesarios para la investigación.
La iniciación del proceso penal relativo a la falsedad del do-
cumento no suspende sin embargo el trámite del proceso en el
que aquél se presentó, por cuanto en el supuesto de ser declara-
da la falsedad mediante sentencia condenatoria firme será sus-
ceptible de revisión la sentencia, también firme, dictada con
fundamento en el documento declarado falso (CPPN, art. 479,
i n c . 22) 44.

'^'^ FENECH, Derecho..., cit., pág. 646, donde observa que "no existe un pro-
ceso penal declarativo puro, sino que éste, en el que se pretenda la declaración
de falsedad, ha de ser un proceso penal de declaración constitutiva, en que la de-
claración de falsedad de un documento sea titulas condemnationis de un sujeto
que ha de resultar condenado en el mismo". Ver asimismo MANZINI, Tratado...,
VERIFICACIÓN 79

Si, por el contrario, la impugnación se dirige contra la ve-


racidad de las enunciaciones mencionadas en los arts. 994 y
995 del CC la prueba en contrario puede producirse en el pro-
ceso en el cual el documento se presentó.
Las mismas reglas precedentemente recordadas son ex-
tensivas a los documentos privados reconocidos (CC, art. 1028).

13.3. Documentos privados


Los documentos privados son susceptibles de verifica-
ción por vía de reconocimiento o de cotejo.

13.3.1. Reconocimiento
a) Al respecto es menester distinguir según que el reco-
nocimiento de un documento privado se requiera al imputado
o al querellante o a un tercero.
b) Así como el imputado, según se ha visto, no está obli-
gado a responder a la orden de exhibición de documentos,
tampoco lo está, por la misma razón, a reconocerlos, no pu-
diendo su negativa generar presunción adversa ni mucho me-
nos un reconocimiento tácito (CPPN, arts. 296 y 298).
c) Sobre el querellante o los terceros, en cambio, cuando
les es requerido, por vía de declaración testimonial, el recono-
cimiento de un documento privado que se les atribuye, pesa el
deber de declarar si es o no suya la firma (CC, art. 1031), de
modo que el silencio o la respuesta evasiva no configuran, como
ocurre en materia civil (CC, art. 1026), un reconocimiento táci-
to, y fi'ente al caso de que el requerido niegue su firma o mani-
fieste desconocer la que se atribuye a otra persona, sin perjui-
cio de la responsabilidad procesal y penal que tales actitudes
generan (CP, arts. 239 y 275; CPPN, arts. 248 y 253 y normas
locales análogas), resulta necesario recurrir al cotejo.

13.3.2. Cotejo
a) El cotejo de documentos es la operación técnica, gene-
ralmente realizada por peritos calígrafos, consistente en la
cit., t. III, pág. 524; Istituzioni di Diritto Processuale Pénale, Padova, 1967,
pág. 174.
80 PRUEBA DOCUMENTAL

comparación de la letra o firma de un documento cuya auten-


ticidad se halla en tela de juicio, con las de otros documentos
indubitados, a fin de determinar si pertenecen a una misma
persona.
b) Al tema se refiere el art. 265 del CPPN en cuanto dis-
pone "cuando se trate de examinar o cotejar algún documen-
to, el juez ordenará la presentación de las escrituras de com-
paración, pudiendo utilizarse escritos privados si no hubiere
dudas sobre su autenticidad", y agrega que "para la obtención
de estos escritos podrá disponer el secuestro, salvo que su te-
nedor sea una persona que deba o pueda abstenerse de decla-
rar como testigo" (párr. 1-) *5.
Por un lado, por lo tanto, la norma transcripta prioriza
para el cotejo a los documentos públicos, y ubica después a los
documentos privados que revistan carácter indubitado, como
ocurre, v.gr., con los reconocidos enjuicio o con las firmas re-
gistradas en establecimientos bancarios. Por otro lado, veda
la posibilidad del secuestro fi-ente a la hipótesis de que el do-
cumento requerido se encuentre en poder de alguna de las
personas comprendidas en los arts. 242 y 243, pues median en
el caso las mismas razones en que se sustenta la prohibición
o la facultad de abstenerse de declarar en contra del imputa-
do; pero procede la medida si el documento se encuentra en
poder de este último.
c) El art. 265, párr. 2° prescribe asimismo que el juez pue-
de disponer también que alguna de las partes forme cuerpo de
escritura y que de la negativa a ello corresponda dejar cons-
tancia. El precepto alcanza inclusive a las personas implica-
das en la documentación de que se trate ^e, pero la negativa
del imputado a ejecutar el acto no puede generar presunción
en su contra (CN, art. 18 y CPPN, arts. 296 y 298 y normas
provinciales concordantes).
d) Cuadra añadir que el art. 1033 del CC no excluye la po-
sibilidad de recurrir a otros medios probatorios distintos del
cotejo, los que son utilizables en forma subsidiaria, cuando
las circunstancias de hecho (v.gr. desconocimiento del para-
dero del supuesto o firmante) imposibilitan la presentación
de firmas indubitadas.
Conc. las normas provinciales citadas en la nota 21.
*^ Cfr. NÚÑEZ, Código..., cit., pág. 241.
EFICACIA PROBATORIA 81

14. EFICACIA PROBATORIA


a) Si bien no existen normas expresas sobre la aprecia-
ción de la prueba documental ésta se halla sujeta, al igual que
los restantes medios probatorios, a las reglas de la sana críti-
ca que fueron materia de análisis en el número 6.4.
Deben sin embargo observarse, como se puntualizó en el
número 6.2., las limitaciones previstas en las leyes sustancia-
les, de manera que si se cuestiona la falsedad de un documen-
to público es inadmisible el testimonio de los testigos del ins-
trumento y del oficial público que lo extendió tendiente a
contradecir, variar o alterar el contenido de aquél, salvo la in-
vocación y prueba de dolo o violencia (CC, art. 992); y si bien
el reconocimiento de la ñrma de un documento privado otorga
a éste la autenticidad del documento público pero ello no obs-
ta a que pueda probarse la insinceridad del contenido de sus
declaraciones 47, tampoco cabe admitir la prueba testimonial
para acreditar que las declaraciones u obligaciones que se en-
cuentren en un documento firmado en blanco no son las que
el signatario tuvo intención de hacer o de contratar (CC, art.
1017), salvo que el documento haya sido sustraído a la perso-
na a quien se le confió (CC, art. 1019).
b) Las conclusiones de la prueba pericial derivadas del
cotejo de letras se hallan sujetas a las reglas de la sana crítica,
y el mismo criterio es extensivo a la confrontación de voces o
imágenes, a cuyo respecto es menester la producción del mis-
mo tipo de prueba ^s.

•^•^ Cfr. CNCP, sala II, 25-VIII-98, causa 1649, "Koremblit, Alberto H.".
En el caso del documento electrónico —esto es del elaborado por una com-
putadora y contenido en un soporte magnético de un disco duro o flexible, no le-
gible por el ojo humano—, la prueba de su autenticidad debe llevarse a cabo me-
diante el examen pericial que determine la inalterabilidad del soporte, cuando
por su tipo ello fuere posible (memoria rom, disco láser). En cambio, si el docu-
mento ha sido sacado por impresora y se encuentra impreso en soporte papel, de-
berá realizarse un cotejo pericial, en primer lugar, entre el documento escrito y
el soporte mecánico de la impresora y, posteriormente, entre dicho documento y
el soporte magnético del disco (duro o flexible según el caso).
Si se tratara de sistemas que prevén la asignación al usuario de una tarjeta
magnética y de un código o clave identificatorio, su utilización para habilitar el
sistema será suficiente, en principio, para presumir su autoría.
CAPÍTULO r v
PRUEBA TESTIMONIAL
SUMARIO: 15. Concepto. 16. Calidad. 16.1. Distinción preliminar. 16.2. Ca-
pacidad. 16.3. Incompatibilidad. 16.3.1. Jueces. 16.3.2. Funcionarios
del ministerio público. 16.3.3. Secretarios y auxiliares. 16.3.4. Impu-
tados y coimputados. 16.3.5. Defensores del imputado. 16.3.6. Peritos
e intérpretes. 16.4. Supuestos de compatibilidad. 16.4.1. Sujetos
eventuales del proceso. 16.4.2. Denunciantes. 16.4.3. Funcionarios y
empleados policiales. 16.4.4. Agentes encubiertos. 17. Requisitos de
lugar, tiempo y forma. 17.1. Lugar. 17.1.1. Regla general. 17.1.2. Tes-
tigo residente en lugar distante. 17.1.3. Personas eximidas del deber
de comparecer. 17.1.4. Testigos imposibilitados de comparecer. 17.1.5.
Simultaneidad con otras pruebas. 17.2. Tiempo. 17.3. Forma. 18. De-
ber de comparecencia. 18.1. Regla general. 18.2. Citación. 18.3. In-
comparecencia. 19. Deber de declarar. 19.1. Principio. 19.2. Excepcio-
nes. 19.2.1. Prohibición de decleirar en contra del imputado. 19.2.2.
Facultad de abstenerse de declarar contra el imputado. 19.2.3. Deber
de abstención. 20. Recepción del testimonio. 20.1. Prevención y jura-
mento. 20.2. Interrogatorio preliminar. 20.3. Declaración sobre el he-
cho. 20.4. Orden de las declaraciones. 20.5. Documentación del acto.
21. Caso de falso testimonio. 22. Eficacia probatoria del testimonio.

15. CONCEPTO
a) La prueba testimonial o de testigos es aquella que con-
siste en la declaración, prestada ante un órgano judicial, por
personas físicas que no sean sujetos necesarios del proceso,
acerca de sus percepciones y deducciones de hechos pasados
concernientes al objeto sobre el cual aquél versa.
Son por lo tanto notas esenciales de la prueba analizada
las siguientes:
84 PRUEBA TESTIMONIAL

1-) Sólo pueden ser testigos las personas físicas porque


las personas jurídicas o colectivas, en tanto carecen de apti-
tud material para percibir y deducir hechos, no pueden ser
llamadas a declarar en aquella calidad, sin perjuicio de que lo
sea su representante legal en virtud de estimarse que conoce
los hechos precisamente en virtud de revestir tal carácter i.
2-) Si bien no pueden asumir el rol de testigos por incom-
patibilidad funcional o derivada de su posición procesal el
juez instructor, los magistrados que integran los tribunales
colegiados, los funcionarios del ministerio público fiscal, el
querellante privado y el imputado así como sus respectivos
auxiliares, la finalidad del proceso penal no es obstáculo a la
declaración testimonial del querellante particular, el actor ci-
vil y el tercero civilmente demandado (CPPN, arts. 86 y 96 y
normas provinciales concordantes), en tanto sujetos eventua-
les y no necesarios de aquél.
3°) La prueba analizada puede versar no sólo sobre los
hechos conocidos por el testigo mediante su percepción senso-
rial, sino también sobre los hechos que aquél dedujo de sus
percepciones.
Tras señalar que, en la práctica, resulta imposible escin-
dir el hecho narrado por'el testigo y la apreciación o el juicio
que éste se ha formado de ese hecho, FLORIÁN agrega que
"para que el testigo pueda narrar el hecho es necesario que en
su mente haya tenido lugar, aunque sea rapidísimamente,
una elaboración crítica de las circunstancias del mismo, un
trabajo de selección, una coordinación racional; es necesario
que se haya hecho una síntesis orgánica de las percepciones
individuales y de su conjunto. Esta es una necesidad interna
ínsita en la narración misma, porque la narración implica un
juicio, aunque sea inconsciente, por parte de su autor sobre
los hechos que forman el objeto de la misma" 2.
^ CLARIÁOLMEDO,Tratado...,cit.,t.III,pág.247;CAFFERATAÑORES,La
Prueba..., cit., pág. 95; D'ALBORA, Curso..., cit., 1.1, pág. 175, quien además ex-
presa que las personáis de existencia ideal sólo pueden ser sujetos de la prueba
de informes.
^ Elementos..., cit., pág. 365: "A veces —dice MANZINI— es imposible, ver-
daderamente, separar la deposición sobre el hecho de la apreciación personal;
como cuando, por ejemplo, en un procedimiento por delito de amenaza se trate
de juzgar sobre la impresión que un hecho, no unívocamente amenazador, hu-
biera producido en el ánimo del sujeto pasivo llamado a testificar" (Tratado...,
cit., t. III, pág. 261).
CONCEPTO 85

Interesa empero destacar que las deducciones o ilaciones


lógicas relatadas por el testigo, siempre que guarden íntima
relación con uno o más hechos objeto de la declaración, sólo
tienen valor como apreciaciones subjetivas y no como juicios
objetivos resultantes de determinados hechos conforme a las
enseñanzas de alguna ciencia o arte, porque ello comporta
función propia del perito 3.
Debe entenderse que las precedentes conclusiones se ha-
llan comprendidas en la fórmula amplia del art. 239 del
CPPN 4, conforme al cual "el juez interrogará a toda persona

Pero no constituye una valoración adecuada del testimonio aquella que agre-
ga juicios o argumentos no contenidos ni expresa ni implícitamente en el relato
de los testigos. En ese orden de ideas se ha resuelto que no cabe incorporar a los
testimonios conceptos que no contienen, pues si los testigos declararon que sus
asaltantes empuñaban revólveres o armas de fuego debe entenderse lo que cla-
ramente resulta de ello y no suponer que, además, quisieron decir que también
sabían que aquello que los sujetos empuñaban estaba en condiciones de arroJEir
proyectiles en ese momento en tanto ello es contrario a la sana crítica si del con-
texto del relato resulta la imposibilidad de que los declarantes así lo supieran
(SOBA, 8-IV-1989, "Caray, Víctor", D.J.B.A., 139-3953).
Si bien una de las características de la prueba de testigos reside en la cir-
cunstancia de que éstos declaran sobre hechos percibidos o realizados fuera y
con independencia del proceso y, además, como se advierte en el texto, las deduc-
ciones que aquéllos han extraído de los hechos percibidos tienen valor como jui-
cios subjetivos y no de carácter técnico, puede suceder que quien es Herniado a de-
clarar como testigo no sólo relate hechos que ha percibido en la forma señalada
sino que, además, en razón de contar con conocimientos especializados acerca de
la materia sobre la cual versan esos hechos, adicione a éstos conclusiones técni-
cas o científicas, en cuya hipótesis se está en presencia de un testigo calificado
por su conocimiento, o de un "testigo perito". A pesar de que la ley no contempla
expresamente la figura del testigo técnico, siempre que concurran las condicio-
nes referidas, y de modo tal que sus conclusiones configuren un plus accesorio
respecto de los hechos sobre los cuales depone, no median razones válidas que
excluyan la admisibilidad de su declaración, cuyo valor puede asumir señalada
importancia e inclusive prevalecer sobre el testimonio común en cuanto la capa-
citación profesional del testigo lo habilita para describir con mayor precisión los
hechos de que se trate. Las declaraciones de esta clase de testigos se hallan su-
jetas, en cuanto a su valoración, a las reglas de la sana crítica, debiéndose sin
embargo diferenciar a aquéllos de los peritos propiamente dichos, los cuales se
ponen en relación con los hechos cuando éstos ya han adquirido carácter proce-
sal y con motivo de un encargo que el juez específicamente les encomienda a fin
de que los comprueben o enjuicien. (Cfr. DEVIS ECHANDÍA, Teoría..., cit., t. II,
pág. 73; JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 110; CAFFERATA NORES, La Prueba...,
cit., pág. 97).
^ Conc. Buenos Aires, art. 232; Catamarca, art. 208; Chaco, art. 225; Chu-
but, art. 208; Córdoba, art. 218; Corrientes, art. 240; Entre Ríos, art. 239; For-
mosa, art. 216; La Pampa, art. 223; La Rioja, art. 279; Mendoza, art. 243; Misio-
86 PRUEBA TESTIMONIAL

que conozca los hechos investigados, cuando su declaración


pueda ser útil para descubrir la verdad". No cabe en cambio
extender el alcance de la norma a las narraciones o referen-
cias percibidas por el testigo y que conciernan a la comproba-
ción del delito, como es el caso de quien dice haber oído extra-
judicialmente la declaración de la propia responsabilidad
formulada por uno de los imputados 5, pues ello puede tener
como resultado la convalidación de una confesión irregular s.
El tema se vincula con el testimonio indirecto o de segun-
do grado, o sea de aquel que sólo trae al proceso lo que oyó de-
cir el testigo acerca del hecho que se intenta acreditar. La doc-
trina, en general, desecha el valor probatorio de esa clase de
testimonios por cuanto no es susceptible de transmitir una
percepción personal y directa del deponente sino de quien se
la manifestó. Este último (confidente) sería, de existir, el ver-
dadero testigo, que no contrae empero responsabilidad algu-
na y escapa a la valoración de su credibilidad ''.

nes, art. 224; Neuquén, art. 215; Río Negro, art. 223; Salta, art. 228; San Juan,
art. 240; Santa Cruz, art. 223; Santa Fe, art. 245; Santiago del Estero, art. 205;
Tierra del Fuego, art. 214; Tucumán, art. 218.
^ Según lo entiende LEONE, Tratado..., cit.,t. II, pág. 240, con citas de fa-
llos de la casación.
® Cfr. D'ALBORA, Curso..., cit., 1.1, pág. 178 y jurisprudencia allí citada.
Se ha resuelto, sin embargo, que es admisible la declaración testimonial del
funcionario policial preventor que depuso sobre manifestaciones confesorias
vertidas por el imputado en tanto ello ocurrió en cumplimiento de una legítima
actuación funcional, de modo que al no existir sospecha de interés u odio en con-
tra del enjuiciado tales dichos merecen pleno valor como prueba de cargo, si a su
vez, en oportunidad de declarar el imputado en sede judicial confesó su proceder
y ello se vio corroborado por otras circunstancias que compruebem el delito
(CNCC, sala V, 12-IX-1994, "Lobo, J. J. y otros", L.L., 1995-C-225, con nota de
Luis María DESIMONI).
'^ Cfr. MANZINI, Traíodo..., cit., t. III, pág. 255; Istituzioni..., cit., pág. 159;
D E MARISCO, Diritto..., cit., pág. 198; SlRACUSANO, en SlRACUSANO y otros. Di-
ritto..., cit., 1.1, pág. 386. Cabe en cambio considerar como testigo en sentido pro-
pio, a quien trae al proceso elementos corroborantes de la veracidad de la decla-
ración de otro testigo directo (CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. III, pág. 252).
Respecto de la precedente conclusión resulta sumamente ilustrativo el fallo
del TOC Nro. 27 (16-11-1999, causa "G. F. M.", L.L., fallo nro. 99.360), en el cual
se otorgó decisiva importemcia al testimonio de una licenciada en psicología que
se expidió acerca de la credibilidad del relato efectuado por dos niñas menores
acerca de la naturaleza y gravedad del abuso sexual ejercido sobre ellas por su
padrastro.
CONCEPTO 87

4°) Dado que la prueba analizada debe recaer sobre he-


chos pasados, o sea ocurridos con anterioridad a la promoción
del proceso y fuera de éste s, no revisten la condición de testi-
gos en sentido estricto aquellas personas que actúan en cali-
dad de meros fedatarios de la realización de determinados ac-
tos procesales, como es el caso de los denominados testigos
que deben firmar las actas levantadas por los funcionarios po-
liciales que acrediten actos irreproducibles y definitivos tales
como el secuestro, la inspección ocular o la requisa personal
(CPPN, art. 138 y normas provinciales concordantes) o las di-
ligencias de notificación cuando el notificado o el tercero re-
querido se nieguen a recibir la copia de la cédula o a dar su
nombre o firmar (CPPN, art. 149 y disposiciones locales aná-
logas). Se trata de testigos instrumentales s y no de órganos
de la prueba que ahora se examina.
5") La validez del testimonio se halla finalmente supedi-
tada al requisito de que se preste ante los jueces de la causa lo,
de modo que el rendido en sede policial (CPPN, art. 184, inc.
7-) debe ratificarse ante el juez instructor ii. Puede sin em-
bargo ser incorporada al debate mediante lectura si fueron re-
cibidas observándose las formalidades de la instrucción 12.
b) No obstante la importancia que reviste la prueba de
testigos en orden a la acreditación de los hechos, debe tenerse
en cuenta que su fidelidad no sólo se halla expuesta a los efec-
Aun cuando el hecho subsista durante la sustanciación de la causa (JAU-
CBEH, La Prueba..., cit., pág. 109).
FENECH, Derecho..., cit., pág. 166. El testigo instrumentíd puede sin em-
bargo declarar como testigo en sentido propio, lo que ocurre, v.gr., cuando el tes-
tigo que suscribió el acta policial es llamado a declarar, no ya sobre la aprehen-
sión del imputado y de los elementos que se encontraron en su poder, sino para
narrar lo percibido acerca de la actitud asumida por aquél en oportunidad de co-
meter el dehto (ver TOC Nro. 2, 21-IV-1993, "Molió, Armando", L.L., 1993-E-
148, con nota de PALACIO).
Es improcedente hacer valer la prueba testimonial prestada en el juicio
civil en el proceso penal, ya que ella debe producirse taimbién en él y su propuesta
está a disposición del querellante (CNCC, sala VII, 8-V-1992, "Villanueva, Gui-
llermo B.", L.L., 1993-A-563, 38.241-S).
"Salvo impedimento justificado —dispone el art. 245, párr. 2- del Código
de Santa Fe—, el juez deberá producir la prueba testimonial recibida durante la
instrucción".
^2 TOC Nro. 2,25-XI-1993, "Ávila, Ángel E.", D.J., 1995-1-817, con nota de
PALACIO. En sentido similar se expiden NAVARRO - DARAY, Código..., cit., pág.
516. En contra DONNA - MAIZA, Código..., cit., pág. 207.
88 PRUEBA TESTIMONIAL

tos negativos que la acción del tiempo genera en la memoria


humana, sino también a las influencias corruptoras que sus-
citan los intereses y los sentimientos en conflicto.
De allí que la efectividad de la percepción y la veracidad
de su transmisión deben ser objeto de particular ponderación
a la hora de emitir pronunciamiento sobre la eficacia probato-
ria del testimonio.

16. CALIDAD

16.1. Distinción preliminar


En relación con la calidad exigible para prestar declara-
ción testimonial en el proceso penal cuadra ante todo diferen-
ciar la capacidad de la compatibilidad.
Mientras la capacidad consiste en la aptitud física y psí-
quica del testigo para percibir y transmitir fielmente uno o
más hechos, la compatibilidad concierne a la habilidad de
aquél en orden a la función que desempeña y a su posición en
el proceso i3.

16.2. Capacidad
a) En la línea de la mayoría de los ordenamientos vigen-
tes en la República, y a diferencia del régimen adoptado por el
derogado Código de Procedimientos en Materia Penal, el art.
241 del CPPN prescribe que "toda persona será capaz de ates-
tiguar, sin perjuicio de la facultad del juez para valorar el tes-
timonio de acuerdo con las reglas de la sana crítica" i*.
De la ostensible amplitud que exhibe la norma transcrip-
ta se sigue que toda persona, cualquiera sea su sexo o edad, y
en tanto goce de la aptitud a que se hizo referencia en el nú-
mero precedente, tiene capacidad para ser testigo en el proce-

FLORIÁN distingue, en cambio, entre la capacidad en abstracto y la ca-


pacidad en concreto, es decir respecto de un proceso determinado (Elementos...,
cit., pág. 345).
^•^ Conc. Buenos Aires, art. 233; Catamarca, art. 209; Chaco, art. 227; Chu-
but, art. 210; Corrientes, art. 242; Entre Ríos, art. 241; La Pampa, art. 225; La
Rioja, art. 280; Mendoza, art. 245; Misiones, art. 226; Neuquén, art. 217; Río Ne-
gro, art. 225; Salta, art. 230; San Juan, art. 242; Santa Cruz, art. 225; Santiago
del Estero, art. 206; Tierra del Fuego, art. 216.
CALIDAD 89

SO penal, sin perjuicio de que la atendibilidad de su testimonio


sea objeto de posterior valoración.
Son por consiguiente posibles testigos los sordos, los mu-
dos y los sordomudos aunque no sepan leer ni escribir (CPPN,
art. 119) y los ciegos (CPPN, art. 139), siempre desde luego
que no depongan sobre hechos para cuya percepción se re-
quiere el sentido del que carecen (v.gr. el ciego acerca de una
percepción visual) e incluso los ebrios o los dementes, quienes
sólo se hallan excluidos como testigos instrumentales (CPPN,
art. 141).
b) Análogas consideraciones resultan extensivas a los
menores que, en razón de su edad, se hallan privados de la mí-
nima facultad de raciocinio indispensable para percibir ade-
cuadamente un hecho y ulteriormente transmitirlo con fide-
lidad 15.
Acerca del tema, el art. 249 del CPPN se limita a dispo-
ner que no corresponde exigir juramento a los menores inim-
putables i^, lo cual no entraña la institución de una incapaci-
dad sino sólo la eliminación de una formalidad carente de
sentido en las declaraciones de aquéllos i'^.

El art. 276 del derogado Código de Procedimientos en Materia Penal dis-


ponía —como lo hace el Código de San Luis (art. 180, inc. 1°)— que no podía ser
testigos sino para simples indicaciones y al solo objeto de la indagación sumaria
los menores de dieciocho años, y agregaba que "habiendo llegado a esa edad, será
válido su dicho, aun en lo que se refiere a cualquier suceso pasado en los cuatro
años anteriores". Acerca de los criterios jurisprudenciales encontrados que se
suscitaron con referencia a la posibilidad de que los menores de la mencionada
edad fueran llamados a declarar en el plenario, o a ratificar en éste la declara-
ción prestada en el sumario, ver D'ALBORA, Curso..., cit., 1.1, pág. 179.
CLARIÁ OLMEDO entiende que "de lege lata, podría establecerse legalmente
que los menores de determinada edad (10 años, por ej.) serían incapaces de tes-
tificar enjuicio penal, como también los física o mentalmente insuficientes hasta
el grado de no poder receptar o tr£msmitir fielmente lo percibido" y agrega que
"si no obstEinte ello la deposición se recibiere, en la tarea de valoración el tribunal
deberá examinar en primer término esta circunstancia" {Tratado..., cit., t. III,
pág. 285).
^^ En el mismo sentido Chaco, art. 234; Chubut, art. 218; Córdoba, art. 227;
Corrientes, art. 250; Entre Ríos, art. 249; Jujuy, art. 265; La Pampa, art. 233; La
Rioja, art. 288; Mendoza, art. 252; Neuquén, art. 255; Río Negro, art. 233; Salta,
art. 238; San Juan, art. 250; Santa Fe, art. 261; Santa Cruz, art. 233; Santiago
del Estero, art. 214; Tierra del Fuego, art. 224; Tucumán, art. 227.
^^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. III, pág. 285. La norma extiende la
regla a los condenados como partícipes del deUto que se investiga o de otro conexo.
90 PRUEBA TESTIMONIAL

16.3. Incompatibilidades
a) Aun gozando de capacidad para prestar declaración
testimonial, se hallan inhabilitadas para hacerlo, en un de-
terminado proceso, ciertas personas afectadas por una incom-
patibilidad funcional o personal, es decir en el caso de concu-
rrir una causal negativa respecto de la calidad definida en el
número 15.1.
b) No todas las hipótesis de incompatibilidad se hallan
explícitamente previstas en las leyes, pese a lo cual conviene
—como se hará a continuación— analizar aquellas que con
mayor frecuencia pueden presentarse en la experiencia ju-
rídica.

16.3.1. Jueces
En tanto no puede existir identidad entre la persona que
aporta al proceso su percepción sobre un hecho y la persona
que debe juzgar la existencia o falsedad de éste, va de suyo
que media una manifiesta incompatibilidad entre ambas fun-
ciones, de modo que debe excusarse y puede ser recusado para
entender en la causa el juez que hubiese conocido como testi-
go el hecho sobre el que aquélla versa (CPPN, arts. 55, inc. 1°
y 58), pues mientras la calidad de testigo es insustituible, la
de juez puede alterarse sin riesgo de afectar el curso normal
del proceso. Por la misma razón debe también excusarse
quien, habiendo declarado como testigo en una causa, asume
luego el cargo de juez y debe conocer en ella i». Asimismo no
puede desempeñarse como testigo en el plenario el juez que
instruyó el sumario y, en tal carácter, tomó conocimiento del
hecho sobre el que debe declarar i9.
Frente al supuesto de delito cometido en audiencia (CPPN,
art. 371), el juez que presenció el hecho puede en cambio pres-
tar declaración testimonial ante el juez a quien se remitió el
acta pertinente y los antecedentes necesarios para la inves-
tigación 20.

^^ JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 135.


^^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. III, pág. 293.
^° Cfr, MANZINI, Tratado..., cit., t. III, pág. 273; CAFFERATA NORES, La
Prueba..., cit., pág. 100.
CALIDAD 91

16.3.2. Funcionarios del ministerio público


En virtud de que los funcionarios del ministerio público
deben actuar en el proceso con sujeción al principio de legali-
dad, le son aplicables las reglas enunciadas respecto de los
jueces, y deben por lo tanto excusarse y pueden ser recusados
cuando se presentan las situaciones analizadas en el número
precedente (CPPN, art. 71 y ley 24.946, art. 10).

16.3.3. Secretarios y auxiliares


Los secretarios y demás auxiliares se hallan asimismo
alcanzados por la incompatibilidad que afecta a los jueces y a
los funcionarios del ministerio público, de manera que, frente
a las situaciones descriptas, deben excusarse y son suscepti-
bles de recusación (CPPN, art. 63).

16.3.4. Imputados y coimputados


a) En razón de que el imputado sólo puede ser oído a través
de la declaración indagatoria, que constituye un acto voluntario
y, esencialmente, un medio de defensa, tal circunstancia resulta
no sólo manifiestamente incompatible con la posibilidad de que
aquél sea citado a deponer como testigo, sino también contraria
a la garantía que le otorga el art. 18 de la CN en cuanto a la pro-
hibición de obligarlo a declarar contra sí mismo.
b) Frente al supuesto de existir pluralidad de imputados,
a ñ n de determinar la compatibilidad de la declaración testi-
monial de uno de ellos respecto de los restantes es menester,
en líneas generales, y sin perjuicio de examinar las concretas
circunstancias de hecho que cada caso presenta, distinguir
según que se atribuya a los coimputados el mismo hecho u
otro hecho conexo, o un hecho independiente.
En la primera hipótesis es aplicable el argumento ex-
puesto más arriba, debiendo asimismo tenerse en cuenta que,
eventualmente admitido, el testimonio del imputado adolece-
rá de escasa credibilidad en tanto la psicología y la experien-
cia enseñan que tales declaraciones se hallan habitualmente
guiadas por un espíritu de venganza o por el deseo de ver ex-
cluida o atenuada la propia responsabilidad 21.
21 Cfr. LEONE, Tratado..., cit., t. II, pág. 182.
92 PRUEBA TESTIMONIAL

En la segunda hipótesis, que puede presentarse en los ca-


sos de acumulación de causas por atracción subjetiva, la aje-
nidad del hecho respecto del imputado declarante descarta en
principio la incompatibilidad, aunque el testimonio puede re-
cibirse prescindiendo de la formalidad del juramento si el juez
o tribunal lo estima prudente de acuerdo con las circunstan-
cias del caso 22.
c) En el supuesto de que, por el mismo hecho o por delitos
conexos, se haya absuelto o sobreseído a quienes se consideró
copartícipes de los actuales imputados, no media incompati-
bilidad alguna para que aquéllos presten declaración testi-
monial en la causa en trámite 23, con prescindencia de los mo-
tivos en que se fundó la absolución o el sobreseimiento.
Tampoco existe incompatibilidad en el caso de que, con-
curriendo las mismas circunstancias, haya recaído sentencia
condenatoria, aunque con la variante de que no corresponde
tomar juramento al condenado (CPPN, art. 249, párr. 1°).

16.3.5. Defensores del imputado


a) Al respecto cuadra formular una distinción fundada
en el momento en que el hecho fue conocido por el defensor.
Si, en efecto, en oportunidad de proponérsele la defensa
el profesional había percibido directamente el hecho y se ha-
llaba por ende en condiciones de aportar ese conocimiento al
proceso, debe abstenerse de aceptar el cargo, por cuanto fren-
te al conflicto suscitado entre el interés público en el esclare-
cimiento de la verdad y el interés particular del imputado co-
rresponde otorgar preeminencia al primero 24. En el caso de
que, no obstante esa incompatibilidad, el profesional asuma
la defensa, el juez debe excluirlo de su calidad de defensor 25,
ya que ésta no puede poseerse en forma simultánea con la de
testigo.

^^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. III, pág. 297.


^^ D'ALBORA, Curso..., cit., 1.1, pág. 176.
^^ VÉLEZ MARICONDE, Derecho..., cit., t. II, pág, 407, donde señala asimis-
mo que "los testigos no se eligen sino que surgen casualmente mientras el cargo
de defensor puede ser desempeñado, en principio, por cualquier abogado".
^^ JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 140; VÉLEZ MARICONDE, op. y loe. cita-
dos en la nota precedente.
CALIDAD 93

Si, por el contrario, al asumir la defensa el profesional


desconocía el hecho, no puede ser obligado a declarar como
testigo acerca del conocimiento que de aquél hubiese adquiri-
do a raíz del desempeño de su oficio en la causa, pues ello en-
trañaría una violación del secreto profesional en el que tiene
el deber de ampararse 26.
La incompatibilidad analizada desaparece frente al de-
sempeño sucesivo de ambas funciones, de modo que si el de-
fensor ha cesado en el cargo puede, sin perjuicio de hacer va-
ler el secreto profesional, ser llamado a declarar como testigo
acerca de hechos atribuidos a su ex pupilo, y si depuso como tes-
tigo puede asumir la defensa en el caso de que haya cesado to-
talmente la posibilidad de ser citado nuevamente a declarar 27.
b) Las precedentes consideraciones deben reputarse ex-
tensivas a los letrados patrocinantes y mandatarios de las
partes civiles 28.

16.3.6. Peritos e intérpretes


Debe excusarse, y puede ser recusado, el perito que hu-
biese conocido como testigo el hecho sobre el que debe recaer
el dictamen (CPPN, arts. 55, inc. 1- y 256), y la misma regla,
que reconoce un fundamento análogo al expuesto en el núme-
ro 15.3.1. en relación con la incompatibilidad de los jueces, es
extensiva a los intérpretes (CPPN, art. 269).

16.4. Supuestos de compatibilidad


No se hallan afectados por incompatibilidad para decla-
rar como testigos, aunque con las variantes que en cada caso
se destacarán, las personas cuya situación se analiza segui-
damente.

^^ JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 140; CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit.,


t. III, pág. 302. El llamado a declarar como testigo al abogado que representa los
intereses del imputado resulta processdmente inapropiado, más aiin si se pre-
tende que lo haga en contra de su cliente por hechos conocidos en cumplimiento
de su ministerio, por cuanto tal situación implicaría colocar a los abogados en la
alternativa de cometer el delito de violación de secretos o el de desobediencia
(CNCC, sala IV, 22-VI-1995, "Palma, Gustavo R.", L.L, 1996-E-665, 39.084-S).
^^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. III, pág. 303.
2^ MANZINI, Tratado..., cit., t. III, pág. 281.
94 PRUEBA TESTIMONIAL

16.4.1. Sujetos eventuales del proceso


a) Según se adelantó en el número 14, los sujetos even-
tuales del proceso penal no se hallan, como regla, inhabilita-
dos para declarar como testigos en aquél.
b) Respecto del querellante, el art. 86 del CPPN prescribe
que la intervención de una persona como tal "no la exime de
la obligación de declarar como testigo en el proceso", de modo
que aquél, cuando es convocado en la referida calidad, se ha-
lla sujeto a todos los deberes e incurre en las mismas respon-
sabilidades previstas en el Capítulo IV del Título III del Libro
II del CPPN.
En razón de que el art. 86 no fija límite alguno, procede
citar al querellante para declarar como testigo en el debate
(CPPN, arts. 355 y 384), y si aquél declaró durante la instruc-
ción su declaración puede introducirse, a título excepcional,
durante el juicio (art. 391) 29.
c) La misma regla precedentemente analizada es exten-
siva al actor civil (CPPN, art. 96), a quien por lo tanto le son
aplicables las consideraciones expuestas.
d) Si bien no existe norma explícita acerca de la eventual
fiínción testimonial del civilmente demandado, el amplio alcan-
ce que exhibe el art. 239 del CPPN permite arribar a una con-
clusión afirmativa, aunque la sustancial analogía que vincula a
aquél con el imputado autoriza a concluir que sólo cabe inte-
rrogarlo sin juramento y siempre que lo consienta (CPPN,
art. 296) 3o.
e) Importa por último destacar que del deber impuesto al
actor civil para prestar declaración testimonial se infiere clara-
mente el que pesa sobre el ofendido o damnificado por el delito 3i.

^^ Cfr. D'ALBORA, Código..., cit., pág. 149.


•^^ VÉLEZ MARICONDE, Acción..., cit., pág. 198; ÁBALOS, Derecho Procesal
Penal, t. II, Santiago de Chile, 1993, pág. 482.
La sola condición de víctima no desplaza la habilidad del testigo, desde
que tal supuesta incompatibilidad no se halla consagrada con carácter general
por las normas que gobiernan la materia (SCBA, 27-VI-1995, "Valor, Víctor H.",
D.J.B.A., 149-4881). Corresponde admitir el testimonio de la víctima cuando sus
manifestaciones se encuentran corroboradas por otras pruebas y son verosími-
les (CNCC, sala II, 26-VIII-1988, "Romero, Wilme M.", L.L, 1989-B-50).
CALIDAD 95

16.4.2. Denunciantes
a) A diferencia del derogado Código de Procedimientos en
Materia Penal, cuyo art. 276, inc. 10 —al igual que el Código
vigente en la provincia de San Luis (art. 180, inc. 11)— auto-
rizaba la declaración testimonial de los denunciantes sólo
para simples indicaciones y al solo objeto de la indagación su-
maria, salvo que no fueren directamente afectados por el he-
cho o que el imputado lo pidiese en interés de la defensa, tanto
el CPPN como los restantes ordenamientos procesales vigen-
tes en el país no prevén incompatibilidad alguna respecto de
aquéllos 32.
b) Son por consiguiente aplicables, al denunciante, las
consideraciones expuestas en el número 15.4.1. en relación
con el querellante.

16.4.3. Funcionarios y empleados policiales


a) Aun en ausencia de norma explícita, la jurisprudencia
se orientó reiteradamente en el sentido de que, siempre que
no se funden en interés, afecto u odio, sino en hechos conoci-
dos por razones funcionales, corresponde otorgar plena fuer-
za probatoria a las declaraciones testimoniales prestadas por
los funcionarios de la policía que intervinieron en el sumario
de prevención 33.
En esa línea el art. 243 del derogado Código de Córdoba
de 1970 incluía, entre las personas capaces de atestiguar, a
"los empleados policiales con respecto a sus actuaciones", y el
art. 250 del Código de Santa Fe prescribe que inclusive pue-
den atestiguar "los funcionarios policiales con respecto a los
actos de investigación que hubieren practicado".
La regla analizada se ha extendido al supuesto de que los
preventores declaren sobre manifestaciones confesorias ver-

3^ El art. 250 del Código de Santa Fe incluye expresamente al denimcieinte


entre las personas con posibilidad de atestiguar.
33 CNCCF, sala I, 13-X-1988, "Malka, Mario", L.L., 1989-C-33; 10-VIII-
1989, "Navarrete, Atilio", L.L., 1990-B-458; sala II, 31-VIII-1987, "Langleri,
Marcelo A.", L.L., 1988-B-311; CNCC, sala I, 8-X-1990, "Billardo, Carlos E.",
L.L., 1991-C-59; sala II, 26-VIII-1988, "Romero, Wilme M.", L.L., 1989-B-50; 16-
11-1988, "Pérez, Walter", L.L., 1990-B-613; sala VI, 3-IX-1993, "Thompson, Os-
ear", D.J., 1994-11-769: lO-VII-1997, "Toledo, David", L.L, 1998-E-684.
96 PRUEBA TESTIMONIAL

tidas por el imputado 34, siempre que ellas se encuentren co-


rroboradas por otras pruebas o por el resultado de las diligen-
cias llevadas a cabo por el personal policial a fin de confirmar
lo que han oído en el sentido indicado ss.
b) Las reglas de la sana crítica aconsejan, por último, ex-
tremar el rigor en la valoración de los testimonios de los agen-
tes policiales cuando éstos han sido supuestas víctimas del
delito incriminado en la causa se.

16.4.4. Agentes encubiertos


a) La complejísima trama que exhibe la comisión de cier-
tos delitos de extrema gravedad y peligrosa repercusión so-
cial, a la que no es ajeno el inmenso poderío económico e inclu-
sive político que caracteriza a las organizaciones que se
hallan involucradas en ellos, determina la necesidad de pre-
venirlos e investigarlos a través de la ejecución de diversas
medidas de política criminal que exceden el estricto marco de
los dispositivos penales y procesales ordinarios.
Tal lo que acontece con el tráfico de sustancias estupefa-
cientes, cuyo desbaratamiento con un mínimo de éxito requie-
re la adopción de sistemas de investigación encubierta que
posibiliten, fundamentalmente, el acceso a la esfera íntima
de las mencionadas organizaciones delictivas.
A ese criterio respondió la promulgación de las leyes
23.737 y 24.424, que entre otras medidas encaminadas a com-
probar la comisión de alguno de los delitos previstos en ellas
o en el art. 866 del Código Aduanero, así como a impedir su
consumación, a lograr la individualización o detención de sus
autores, partícipes o encubridores y obtener y asegurar los
medios de prueba necesarios, autoriza a los jueces a disponer,
cuando las finalidades de la investigación no puedan ser lo-
gradas de otro modo, que agentes de las fuerzas de seguridad
en actividad, actuando en forma encubierta, se introduzcan
como integrantes de organizaciones delictivas que tengan en-

Ver el fallo citado en la nota 6 del presente capítulo.


Ver, por ejemplo, CCrim. y Correcc. de Mercedes, sala I, 12-XII-1995,
"Romero, Osvaldo", L.L.BJL., 1996-294.
^^ Cfr. CNCC, sala VI, "Casella, Juan B.", L.L., 1989-B-546 (con referencia
al delito de resistencia a la autoridad).
CALIDAD 97

tre SUS fines la comisión de los referidos delitos y participen


en la realización de alguno de los hechos contemplados en
aquellos ordenamientos legales.
La designación debe permanecer en estricto secreto y
consignar el nombre verdadero del agente y la falsa identidad
con que actuará en el caso, debiendo ser reservada fuera de
las actuaciones y con la debida seguridad (ley 23.737, art. 31
bis, incorporado por el art. 6- de la ley 24.424) s'^.
Incluso con anterioridad a la promulgación de la ley
23.737, en el caso de un registro domiciliario en el que, con la
intervención de un policía que ocultó su condición de tal se lo-
gró el secuestro de nueve kilos de cocaína, la Corte Suprema,
en los considerandos 10 y 11 de la sentencia 38, expresó, deses-
timando el agravio fundado en que dicha intervención habría
resultado lesiva de garantías constitucionales:
"Que es criterio de esta Corte que el empleo de un agente encubierto
para la averiguación de los delitos no es por sí mismo contrario a
garantías constitucionales. Una cuidadosa compresión de la reali-
dad de nuestra vida social cornún, y en especial el hecho compro-
bado de que ciertos delitos de gravedad se preparan e incluso eje-
cutan en la esfera de intimidad de los involucrados en ellos, como
sucede particularmente con el tráfico de estupefacientes, impone
reconocer que esos delitos sólo son susceptibles de ser descubier-
tos y probados si los órganos encargados de la prevención logran
ser admitidos en el círculo de intimidad en el que ellos tienen lu-
gar. Por tal razón, una interpretación prudencial de las garantías
procesales contenidas en la Constitución Nacional permite acep-

^^ Dispone el art. 31 quinquies de la ley 23.737 (incorporado por el art. 9-


de la ley 24.424) que "cuando peligre la seguridad de la persona que haya actua-
do como agente encubierto por haberse develado su verdadera identidad, tendrá
derecho a optar entre permanecer activo o pasar a retiro, cualquiera fuese la
cantidad de años de servicio que tuviera. En este último caso se le reconocerá un
haber de retiro igueil al que le corresponda a quien tenga dos grados más del que
él tiene". Por su parte, prescribe el art. 33 bis de la ley 23.737 (incorporado por
el art. 12 de la ley 24.424) que "cuando las circunstancias del caso hicieren pre-
sumir fundadamente un peligro cierto para la vida o la integridad física de un
testigo o de un imputado .que hubiese colaborado con la investigación, el tribunal
deberá disponer las medidas especiales de protección que resulten adecuadas.
Éstas podrán incluso consistir en la sustitución de la identidad del testigo o im-
putado, y en la provisión de los recursos económicos indispensables para el cam-
bio de domicilio y de ocupación, si fuesen necesarias. La gestión que corresponda
quedará a cargo del Ministerio de Justicia de la Nación".
3^ ll-XII-1990, "Fiscal c/Femández, Víctor Hugo", Fallos, 313:1305.
98 PRUEBA TESTIMONIAL

tar, bajo ciertas restricciones, el empleo de agentes encubiertos de


modo similar al que se lo admite en otros países en los que las re-
glas del Estado de Derecho prescriben garantías análogas a las
que rigen en la República Argentina: entre los cuales cabe citar a
los Estados Unidos (conf. 'Lewis vs. U.S.', 385 US 206) y a la Repú-
blica Federal de Alemania (conf. BGH Gr. S. St. 32, 115, 122;
BverfGE 57, 250, 284, y la decisión del BGH en NStZ, 1982, 40).
"Que la conformidad en el orden jurídico del empleo de agentes encu-
biertos requiere que el comportamiento de ese agente se manten-
ga dentro de los principios del Estado de Derecho (así lo sostuvo en
Alemania el BGH, conf. decisión en NStZ, 1984, 78), lo que no su-
cede cuando el agente encubierto se involucra de tal manera que
hubiese creado o instigado la ofensa criminal en la cabeza del de-
lincuente, pues la función de quienes ejecutan la ley es la preven-
ción del crimen y la aprehensión de los criminailes, pero esa fun-
ción no incluye la de producir el crimen tentando a personas
inocentes a cometer esas violaciones (conf. 'Sorrels vs. U.S.', 287
US 435). De tal modo, cabe distinguir los casos en que los agentes
del gobierno simplemente aprovechan las oportunidades o facili-
dades que otorga el acusado predispuesto a cometer el delito, de
los que son 'producto de la actividad creativa' de los oficiales que
ejecutan la ley (conf. además del caso citado de 287 US 435, 'Sher-
man vs. U.S.', 356 US 369 y 'Hampton vs. U.S.', 425 US 484) en los
que procede desechar las pruebas obtenidas por la actividad 'cri-
minógena' de la policía bajo lo que en el derecho americano se co-
noce como defensa de entrapment (conf. "Woo Wai vs. U.S.', 223 US
412 y 'U.S. vs. Russeír, 411 US 423, además del ya citado caso de
287 US 435)".

b) El art. 31 bis de la ley 23.737 prescribe, en su párrafo


final, que "cuando fuere absolutamente imprescindible apor-
tar como prueba la información personal del agente encubier-
to, éste declarará como testigo, sin perjuicio de adoptarse, en
su caso, las medidas previstas en el artículo 31 quinquies" 39.
No es sin embargo pacífica la jurisprudencia relativa al al-
cance significativo de la norma precedentemente transcripta.
En un caso, con motivo de la recepción, por el juzgado, de
la declaración testimonial de dos efectivos de Gendarmería
Nacional que practicaron una investigación encubierta sobre
el escenario de los sucesos, la que fue reservada en la secreta-
ría actuante conforme a lo dispuesto en el art. 33 bis de la ley

Ver su texto en la nota 37.


CALIDAD 99

23.737 '*o, y articulada la inconstitucionalidad de esta norma,


expresó la sala I de la Cámara Federal de San Martín, en la
parte pertinente de su resolución ^i;
"En primer término, cabe señalar que a petición del Sr. defensor de los
procesados W. P. y G. C , se requirió al a quo la confección de un
acta por cada declaración testimonial vertida con reserva de iden-
tidad, en las que debían constar textualmente las manifestaciones
de cada declarante, con expresa omisión de sus circunstancias per-
sonales, de todo dato que permita inferir tales extremos y de aque-
llas circunstancias que, a criterio del instructor, pudieran resultar
comprometedoras para su seguridad o integridad física, diligencia
que fue cumplimentada a fs. 322/327 vta.
"Desde esa óptica, los recurrentes contaron y ejercitaron {vid. fs.
342/343) la posibilidad de efectuar un minucioso análisis, valora-
ción y crítica de dichas probanzas, ejerciendo acabadamente el de-
recho de defensa material reconocido por nuestra Carta Magna,
en tanto no se cercenó el derecho de la procesada a ser oída, cono-
cer los cargos existentes en su contra y de presentar y producir
prueba en su favor (doctrina emergente de Fallos, 183:296 y
193:409, entre muchos otros).
"Tampoco puede soslayarse que la normativa atacada no prohibe la
participación de las partes en el examen de los testimonios recibi-
dos bajo tal modalidad, ni les veda contralor alguno en la recepción
de la prueba; aquéllas, por otra parte, no han siquiera sugerido la
profundización de los interrogatorios ahora cuestionados.
"Por lo demás, y sin perjuicio de que —como bien lo señala el Sr. fiscal
de Cámara— aún no se h a Eirribado a la etapa esencialmente con-
tradictoria del proceso, entiende el tribunal que, de lo actuado
h a s t a la fecha, no surge del legajo elemento alguno que permita
dar asidero a la petición defensista, la que impUca un acto de suma
gravedad institucional, la declaración de inconstitucionalidad de
una ley, ultima ratio del ordenamiento jurídico. Esto, habida
cuenta de que las leyes debidamente sancionadas y promulgadas
gozan de una presunción de legitimidad que opera plenamente y
obliga a ejercitar dicha atribución con sobriedad y prudencia, en-
contrándose reservada en la hipótesis de repugnancia con alguna
cláusula constitucional que —obvio es recalcarlo— en el sub Índice
lejos estuvo de producirse, en tanto no se observa la desproporción
de medios a fines, característica, como se señaló, de la irrazonabi-

^^ Ver su texto en la nota 37.


*^ 20-VII-1995, "S. D. y otros", E.D. 173-636, con nota de María Ceciha
MClNTOSH.
100 PRUEBA TESTIMONIAL

lidad, ni la reglamentación de un derecho constitucional, en medi-


da que implique tornarlo ilusorio".

Por su parte, la sala II del mismo tribunal de alzada 42^


en ocasión de pronunciarse acerca de la validez de dos decla-
raciones testimoniales prestadas bajo reserva de identidad,
tras puntualizar que la normativa vigente no instrumentó es-
pecíficamente la posibilidad de dejar en reserva la identidad
de los testigos, que dicha reserva, conforme a lo dispuesto en
el art. 34 bis de la ley 23.737, sólo alcanza a los denunciantes,
y que entre éstos y los testigos median diferencias trascen-
dentes en orden a la forma y contenido de sus declaraciones
así como a la diversa entidad de las sanciones de que son pa-
sibles cuando se expresan con falsedad, y de señalar asimis-
mo que tanto las condiciones personales como la eventual vin-
culación que puede tener el testigo oculto con el imputado o la
víctima configuran pautas imprescindibles para verificar su
nivel de credibilidad, concluyó expresando, en el punto VII de
su decisión:
"Como natural consecuencia y en el entendimiento de que el sistema
jurídico debe ser interpretado como una unidad en virtud del prin-
cipio lógico de no contradicción, es menester derivar que no es po-
sible introducir la asimilación analógica del testigo con el denun-
ciante. De así haberlo querido, el legislador lo hubiera declarado
expresamente, lo que no ocurrió con la normativa recientemente
incorporada conforme se acaba de referir.
"Así las cosas, resulta ineludible advertir que el a quo ha inobservado
la aplicación de la ley vigente, porque todo sujeto que asuma a con-
ciencia el carácter de testigo tiem la carga pública de deponer bajo
las formalidades de ley, entre las que cabe considerar a los fines de
asegurar el debido ejercicio del derecho de defensa enjuicio, brin-
dar sus datos personales e indicar las relaciones de parentesco y
de interés que pudieren mediar con el acusado con el fin de que se
pueda apreciar su veracidad (art. 249, CPPN). Desde esta pers-
pectiva, aunque la finalidad perseguida con esta ligera introduc-
ción del mecanismo en cuestión por la vía analógica pudo haber
sido el mejor desarrollo de la investigación para averiguar la comi-

*^ 22-IX-1995, "A. M. y otro", E.D., 173-649. Ver asimismo RUDI, "La ga-
rantía constitucional de la defensa enjuicio y la protección del agente encubierto
cuando declara como testigo", E.D., 176-1021; "El informante secreto y la garan-
tía constitucional del debido proceso legal", E.D., 179-802.
CALIDAD 101

sión de presuntos delitos, igualmente se ha incurrido en el error de


instaurar una actuación secreta no querida por ninguna normati-
va procesal vigente. Amén de retrotraer el procedimiento penal a
épocas signadas por métodos felizmente superados.
"La línea divisoria entre los derechos subjetivos del individuo y del in-
terés social por descubrir la verdad material, no puede ser fran-
queada por el atajo de limitar la necesaria amplitud de la defensa
del imputado, y al respecto resulta claro que en el caso que nos ocu-
pa, el secreto dispuesto sobre la identidad de los dos testigos de
cargo ha lesionado el debido proceso legal y por ende debe ser anu-
lado. Es decir, la violación del principio que garantiza la publici-
dad de los actos procesales en aras del irrestricto ejercicio de su de-
fensa material por el imputado y su técnica por su asistente (art.
204, CPPN), ha generado una situación que por razones elemen-
tales de lealtad en la práctica judicial de los procedimientos de
esta índole, no es posible revertir hoy por la vía de exigir la publi-
cidad de la filiación de marras. Y como tal ilegitimidad en el modo
de adquisición probatoria no sólo ha irrogado su demérito como
testimonio, sino que invalida la utilización de ambas declaracio-
nes en el proceso en función de la ética con la que es menester ro-
dear la actividad judicial, se arriba a la conclusión de que es imposi-
ble adunar las referidas deposiciones a la prueba de cargo porque
son insanablemente nulas".

Por último, a raíz del recurso deducido por un oficial po-


licial contra la resolución del Tribunal Oral en lo Criminal Fe-
deral Nro. 1 de San Martín que lo convocó, previa revelación
de su verdadera identidad, a declarar como testigo, la sala I
de la Cámara Nacional de Casación Penal, luego de destacar
la inobservancia, por parte de dicho órgano, del requisito de
fundamentación exigido por el art. 123 del CPPN, así como de
lo dispuesto en los arts. 31 bis, 31 quinquies y 33 bis de la ley
23.737, expresó, en el considerando 5- f) de su resolución 43;
"Respecto del tema de la identidad con que el agente encubierto debe
comparecer al juicio, conviene señalar, liminarmente, que nuestra
ley —para la que es regla el 'estricto secreto' en que debe ser man-
tenida la designación de aquél— sólo dice que, en situación de ab-
soluta necesidad, 'declarará como testigo' (art. 31 bis, ley 23.737).
"La ley procesal penal, al establecer la forma de la declaración testi-
monial, impone al juez requerir al testigo 'su nombre, apellido, es-

^3 9-IV-1997, "Navarro, Miguel", L.L., 1997-E-962.


102 PRUEBA TESTIMONIAL

tado civil, edad, profesión, domiciiio, vínculos de parentesco y de


interés con las partes y cualquier otra circunstancia que sirva
para apreciar su veracidad' (art. 249, CPPN), '...de acuerdo con las
reglas de la sana crítica' (art. 241, idem). Cuando este medio de
prueba sea ofrecido en plenario, las partes 'presentarán la lista de
testigos... con indicación de los datos personales de cada uno...'
(art. 355, ibidem).
"Si se repara en que la obligación de declarar la identidad por parte
del testigo apunta —sobre todo— a la existencia de alguna tacha
que pudiera afectar su credibilidad; y en que el art. 31 bis de la ley
23.737 sólo admite la designación en calidad de agentes encubier-
tos de 'agentes de las fuerzas de seguridad en actividad', la iden-
tificación personal de dicho agente al prestar declaración testimo-
nial tiene una importancia relativa, ya que su individualización
h a sido efectuada por el órgano judicial, el que además garante a
las partes contra cualquier mutación de la persona que debe ser
interrogada".

Más adelante, luego de hacer mérito de las soluciones


adoptadas en el ordenamiento jurídico vigente en Alemania y
en el derecho norteamericano ^4, el tribunal agregó:

•** Expresó al respecto el tribimal: "En tal sentido, el ordenamiento jurídico


procesal vigente en la República Federal de Alemania prevé que el agente encu-
bierto que declare como testigo suministre al tribunal su domicilio oficial y no
real; la posibilidad de que no se presente al juicio oral o que éste se celebre a
puertas cerradas; el ordenamiento de medidas de seguridad de índole policial; y
la omisión de su identidad cuando existan motivos graves que pongan en peligro
su vida, integridad física o libertad —o la de otra persona—, o cuemdo su actua-
ción futura pudiera verse comprometida (art. 96, Ordenanza Procesal Penal
—S.T.P.O.— con las modificaciones introducidas por la ley para el combate del
tráfico ilícito de estupefacientes y otras formas de aparición de la criminalidad
organizada" —Or.KG.—). Sin embargo, como la realidad viene demostrando que
estas medidas no son suficientes para la protección del testigo en peligro —pues
a pesar de ellas puede llegarse a conocer su identidad— se estudia, con aprove-
chamiento de los medios que proporciona la tecnología actual, la implementa-
ción de otras como, v.gr., la exención de presentación personal en el juicio y su
comparecencia mediante emisión televisiva o, en caso de presencia física ante el
estrado judicial, que entre la persona del testigo y los demás intervinientes en
la audiencia se interponga un vidrio oscuro o mampara especial.
En el derecho nortesimericano el principio constitucional es el de que el im-
putado tiene derecho a conocer la identidad del testigo de cargo. Sin embargo, la
situación de agentes secretos, informantes o agentes encubiertos es objeto de un
examen especial. Así, la Suprema Corte de los Estados Unidos en "Roviaro i>s.
United States", 353 U.S. 53, 77 S.Ct. 623,1 L. Ed. 2« 639 (1957), ha establecido
que no existe una regla automática que imponga al Estado revelar, en todo caso,
aquella identidad. En este tema debe efectuarse un balance entre el interés pú-
CALIDAD 103

"Corolario de lo expuesto es que la revelación de la identidad del agen-


te encubierto citado como testigo no es, siempre, condición necesa-
ria para su presentación enjuicio.
"En el caso de autos, la develación hecha en la providencia que hizo lu-
gar a la declaración testimonial del suboficial Navarro no está pre-
cedida de ningún fundamento que evidencie su necesidad para
asegurar el derecho de defensa de los imputados (arts. 18 y 75, inc.
22, CN; 8-, inc. 2^ párr. f, Pacto de San José de Costa Rica y 14, inc.
3°, parág. e. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos),
por lo que también en este aspecto la resolución impugnada es
nula por falta de motivación (arts. 123 y 168, CPPN)".
A la hora de emitir opiniónfi"entea las mencionadas dis-
crepancias, importa ante todo desestimar la importancia que
la sala II de la Cámara Federal de San Martín asignó a la di-
ferencia que la ley 23.737 establece entre el testigo encubierto
y el denunciante, pues en tanto la figura del primero coincide
con la del informante, no media reparo alguno a la posibilidad
de que preste declaración testimonial bajo reserva de identidad.
Aunque son dignas de evaluarse las objeciones de índole
constitucional que se han levantado respecto de tal posibili-
dad 45, corresponde tener en cuenta que, aun cuando sea lla-
mado a declarar, el agente encubierto no reúne los caracteres
del testigo en sentido estricto por cuanto sus percepciones de
los hechos no son casuales sino el resultado de un específico
encargo judicial. Por consiguiente, si bien la ley no coarta la
facultad que asiste a las partes en el sentido de controlar su
declaración —^incluso en el debate— la reserva de identidad
se encuentra compensada en la medida en que los hechos so-
bre los cuales aquélla puede versar sólo alcanzan a ser corro-
borantes o ampliatorios de los que ya se pusieron en conoci-

blico en la protección de la fuente de información y el derecho individual del im-


putado a preparar su defensa. El mantenimiento de este equilibrio depende de
las circunstaincias particulares de cada caso, teniendo en cuenta el delito impu-
tado, las posibles defensas a esgrimir, la significación del aporte testimonial y
otros factores relevantes. Por ello y en la medida en que los tribunales deben con-
siderar hasta qué punto es relevante para la defensa del acusado conocer la iden-
tidad del agente encubierto, se concluyó en que al ser este último el único testigo
de la venta y del transporte ilegal de heroína imputados a Roviaro, la reserva de
esa identidad del informante gubernamental podía perjudicar el derecho de de-
fensa del nombrado.
Ver CORVALÁN, "Agente encubierto y testigo de identidad reservada",
L.L., 1997-E-992.
104 PRUEBA TESTIMONIAL

miento del juez, y figuran en el expediente (ley 23.737, art. 31


bis, párr. 5-, incorporado por el art. 6- de la ley 24.424).
Si a ello se agrega que el contenido de tales declaraciones
debe ser valorado, junto con la prueba restante, conforme a
las reglas de la sana crítica, resultan diluidos los cuestiona-
mientos constitucionales formulados respecto a las caracte-
rísticas de las declaraciones testimoniales de que se trata.

17. REQUISITOS DE LUGAR, TIEMPO Y FORMA

17.1. Lugar
17.1.1. Regla general
a) El lugar de la prueba testimonial coincide, como regla
general, con la de la sede del juzgado (o fiscalía) ^^ o tribunal
que conoce del proceso en que aquélla se produce. Dicha regla
deriva de la norma conforme a la cual "toda persona tendrá la
obligación de concurrir al llamamiento judicial..." (CPPN,
art. 240), aunque no media óbice legal alguno a que el juez de
instrucción (o el fiscal en su caso), inmediatamente de avoca-
do al conocimiento de la causa, se traslade, para recibir las de-
claraciones, al lugar donde se cometió el hecho o a la corres-
pondiente dependencia policial.
b) Esta regla sufre excepciones fundadas en el lugar del
domicilio del testigo, en la naturaleza del cargo que éste de-
sempeña, en la imposibilidad física de comparecencia o en la
simultaneidad de la declaración testimonial con la práctica
de una inspección judicial o de la reconstrucción del hecho.
Serán analizadas a continuación.

17.1.2. Testigo residente en lugar distante


a) A esta hipótesis se refiere el art. 246 del CPPN en tan-
to dispone que "cuando el testigo resida en un lugar distante
del juzgado o sean difíciles los medios de transporte, se comi-

En aquellos ordenamientos (v.gr. Buenos Aires y Córdoba) que regulan


la investigación penal preparatoria a cargo del fiscal o cuando, en el orden na-
cional, el juez de instrucción decida delegar en aquél la dirección de la investi-
gación (CPPN, art. 196) o concurra el caso del art. 353 bis del mismo cuerpo nor-
mativo.
REQUISITOS DE LUGAR, TIEMPO Y FORMA 105

sionará la declaración de aquél, por exhorto o mandamiento a


la autoridad judicial de su residencia, salvo que el juez consi-
dere necesario hacerlo comparecer en razón de la gravedad
del hecho investigado y la importancia del testimonio. En este
caso fijará prudencialmente la indemnización que correspon-
da al citado" 47.
b) El exhorto (rectius: oficio) o mandamiento que se libre
debe diligenciarse con arreglo a las normas contenidas en la
ley 22.172, aprobatoria del convenio de comunicaciones entre
tribunales de distinta jurisdicción.
Importa asimismo reparar en que la indemnización debe,
por lo menos, cubrir los gastos derivados del traslado (CPPN,
art. 79, inc. b]), y en que la facultad judicial a que alude la nor-
ma transcripta es inaplicable a las personas mayores de se-
tenta años, mujeres embarazadas o enfermos graves (CPPN,
art. 79, inc. a]).
c) Durante el debate, frente al pedido de las partes, los
testigos deben concurrir a la sede del tribunal ^8, salvo en caso
de enfermedad o impedimento grave.
El tribunal, asimismo, debe fijar prudencialmente la in-
demnización que les corresponde cuando los testigos lo solici-
ten, así como también los gastos necesarios para el viaje y la
estadía cuando aquéllos no residan en la ciudad donde actúa
el tribunal ni en sus proximidades. El querellante, el actor ci-
vil y el civilmente demandado deben anticipar los gastos ne-
cesarios para el traslado e indemnización de sus respectivos
testigos, salvo que también hubiesen sido propuestos por el
ministerio fiscal o el imputado, en cuyo caso, así como en el de
que fuesen propuestos únicamente por el ministerio púbüco o
por el imputado, serán costeados por el Estado con cargo al úl-
timo de ellos de reintegro en caso de condena (CPPN, art. 362).
Debe entenderse que tales anticipos a cargo de las partes
se hallan sujetos, en cuanto a su importe, al previamente fi-
jado por el tribunal.
4^ Conc. Buenos Aires, art. 238; Catamarca, art. 215; Chaco, art. 231; Chu-
but, art. 215; Córdoba, art. 223; Corrientes, art. 247; Entre Ríos, art. 246; For-
mosa, art. 223; Jujuy, art. 263; La Pampa, art. 230; La Rioja, art. 285; Mendoza,
art. 249; Misiones, art. 231; Neuquén, art. 222; Río Negro, art. 230; Salta, art.
235; San Juan, art. 247; Santa Cruz, art. 230; Santiago del Estero, art. 211; Tie-
rra del Fuego, art. 221; Tucumán, arts. 223 y 224.
4^ DONNA - MAIZA, Código..., cit., pág. 283.
106 PRUEBA TESTIMONIAL

17.1.3. Personas eximidas del deber de comparecer


a) La hipótesis mencionada eh el epígrafe se halla con-
templada por el art. 250 del CPPN, conforme al cual "no esta-
rán obligados a comparecer el presidente y vicepresidente de
la Nación; los gobernadores y vicegobernadores de provincias;
los ministros y legisladores nacionales y provinciales; los
miembros del Poder Judicial de la Nación y de las provincias
y de los tribunales militares; los ministros diplomáticos y cón-
sules generales; los oficiales superiores de las fuerzas arma-
das desde el grado de coronel o su equivalente, en actividad;
los altos dignatarios de la iglesia y los rectores de las univer-
sidades oficiales" (párr. 1°) 49. La misma exención fue extendi-
da por el art. 14, párr. 4° de la ley 24.946 a los magistrados que
integran el ministerio público.
A las personas mencionadas se les reconoce, por razones
fundadas en la naturaleza de las funciones que desempe-
ñan 50, la facultad de no comparecer ante el órgano judicial si,
y pueden en todo caso renunciar a ejercerla (CPPN, art. 250
in fine) 52.
''^ Conc. Catamarca, art. 218; Chaco, art. 235; Chubut, art. 219; Córdoba,
art. 228; Corrientes, art. 251; Entre Ríos, art. 250; Formosa, art. 227; Jujuy, art.
259; La Pampa, art. 234; La Rioja, art. 289; Mendoza, art. 254; Misiones, art.
235; Neuquén, art. 226; Río Negro, art. 234; Salta, art. 239; San Juan, art. 251;
Síinta Cruz, art. 234; Santa Fe, art. 257; Santiago del Estero, art. 216; Tucumán,
art. 228.
^^ No se trata por lo tanto de un privilegio personal. No resulta del todo con-
vincente la opinión de CLARIÁ OLMEDO (Tratado..., cit., t. III, pág. 280), seguida
por CAFFERATA NORES (La Prueba..., cit., pág. 111), en el sentido de que la ex-
cepción se funda en "la jerarquía de la investidura pública del sujeto, la que po-
dría ser empañada o sufrir menoscabo por su presencia £inte el tribunal y espe-
cialmente ante el público en el caso del debate oral y por efecto del contradictorio
al interrogársele por los acusadores y los defensores". El argumento, en efecto,
carece de relevancia en la instrucción, y la publicidad del debate puede ser can-
celada y realizarse a puertas cerradas (CPPN, art. 263 y normas locales concor-
dantes). Por consiguiente, la ratio legis debe ubicarse en la perturbación del ade-
cuado ejercicio de la función que puede entrañar el tiempo insumido por el
traslado al tribunal y la declaración.
En ese orden de ideas se ha resuelto que los militares en situación de retiro
no están comprendidos en la excepción legal, porque el tratamiento especial está
destinado a proteger la función pública del declarante que —obviamente— no es
ejercida por quien se encuentra retirado (CNCC, sala V, 28-IX-1982, "Camiglia,
Daniel", L.L., 1983-B-123).
^^ MANZINI, Tratado..., cit., t. III, pág. 285.
^^ Conc. los códigos mencionados en la nota 49.
REQUISITOS DE LUGAR, TIEMPO Y FORMA 107

b) Al juez, o a los miembros del tribunal, por su parte, la


misma norma les acuerda, sobre la base de la importancia que
atribuyan al testimonio de aquellas personas y del lugar en
que se encuentren, la opción consistente en que declaren en
su residencia oficial, a la que el magistrado o magistrados in-
tervinientes deben trasladarse, o bien a través de un informe
escrito, en el cual corresponde que expresen que atestiguan
bajo juramento (CPPN, art. 250, párr. 2^) 53.

17.1.4. Testigos imposibilitados de comparecer


a) Esta hipótesis se encuentra prevista en el art. 251
CPPN, en cuya virtud "las personas que no puedan concurrir
al tribunal por estar físicamente impedidas, serán examina-
das en su domicilio o lugar de alojamiento o internación" 54,
por el juez instructor, pudiendo concurrir al acto el fiscal, el
imputado y su defensor, y el querellante si lo hubiere.
La misma regla es aplicable durante la llamada instruc-
ción suplementaria respecto de los testigos que presumible-
mente no concurrirán al debate por enfermedad u otro impe-
dimento, así como durante el desarrollo de aquél en relación
con los testigos que se encuentren en la misma situación, en
cuyos supuestos el tribunal puede comisionar a uno de sus in-
tegrantes para cumplir el acto, al que pueden asistir las par-
tes (CPPN, arts. 357 y 386), debiendo las declaraciones así re-
cibidas leerse luego en la audiencia del debate a los fines de su
formal introducción a éste 55.

Conc. los códigos mencionados en la nota 49. Algunos de esos códigos,


como los de Córdoba y Santa Fe, disponen que cuEindo esos testigos declaran en
su residencia oficial no pueden ser interrogados directamente por las partes ni
sus defensores. Corresponde en consecuencia entender que las preguntas deben
formularse por intermedio del juez.
Conc. Buenos Aires, art. 242; Catamarca, art. 219; Chaco, art. 236; Chu-
but, art. 220; Córdoba, art. 229; Corrientes, art. 252; Entre Ríos, art. 251; For-
mosa, art. 228; Jujuy, art. 260; La Pampa, art. 235; La Rioja, art. 290; Mendoza,
art. 255; Misiones, art. 236; Neuquén, art. 227; Río Negro, art. 235; Salta, art.
240; San Juan, art. 252; Santa Cruz, art. 235; Santa Fe, art. 255; Santiago del
Estero, art. 217; Tierra del Fuego, art. 225; Tucumán, art. 229.
^^ Conc. Buenos Aires, art. 361; Catamarca, art. 321; Chaco, arts. 341 y
369; Chubut, arts. 316 y 345; Córdoba, arts. 365 y 394; Corrientes, arts. 383 y
411; Entre Ríos, arts. 363 y 391; Formosa, arts. 324y 353; Jujuy, arts. 370y 398;
La Pampa, arts. 326 y 355; La Rioja, arts. 388 y 417; Mendoza, arts. 388 y 417;
108 PRUEBA TESTIMONIAL

b) Aunque el Código no prevé la forma en que debe acre-


ditarse el impedimento físico, corresponde aplicar, por analo-
gía, el art. 419 del CPCN (al que remite el art. 436 del mismo
ordenamiento), conforme al cual aquél debe justificarse me-
diante certificado médico que consigne la fecha, el lugar donde
se encuentre el testigo y el tiempo que durará el impedimento
para concurrir al tribunal se. En el supuesto de impugnarse el
certificado el juez o tribunal debe ordenar el examen del tes-
tigo por un médico forense, y si se comprueba que pudo com-
parecer corresponde disponer la comparecencia de aquél por
la fuerza pública, sin perjuicio de la responsabilidad penal en
que hubiese incurrido (CPCN, arts. 419 y 436; CPPN, art. 154).

17.1.5. Simultaneidad con otras pruebas


A esta hipótesis se refieren, por último, los arts. 219 y
223 del CPPN y normas concordantes en tanto prescriben que
el juez puede disponer que comparezcan los testigos al lugar
en el que se verifique una inspección de lugares o una recons-
trucción del hecho. Ver lo dicho al respecto en los números 9.2.
y 9.4.3.

17.2. Tiempo
a) La prueba de testigos puede ser ofrecida por las partes
o dispuesta por el juez (o el fiscal en el caso del art. 196 del
CPPN y en los regímenes que regulan la investigación penal
preparatoria a cargo de aquél o en el supuesto del art. 353 bis
del CPPN) en cualquier momento de la instrucción, sin per-
juicio de la potestad conferida al magistrado para desestimar
las declaraciones propuestas que considere impertinentes o
inútiles (CPPN, art. 199 y normas provinciales concordan-
tes), por cuanto en esa etapa del proceso no existe, frente a la
facultad de las partes, un correlativo deber del juez s^.

Misiones, arts. 359 y 387; Neuquén, arts. 322 y 352; Río Negro, arts. 328 y 357;
Salta, arts. 363 y 390; San Juan, art. 335 y 364; Santa Cruz, arts. 340 y 369; San-
ta Fe, art. 453; Santiago del Estero, arts. 308 y 334; Tierra del Fuego, art. 327;
Tucumán, arts. 365 y 394.
En sentido análogo el art. 254 del Código Procesal Penal de Santa Fe.
^^ Cfr. CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit, pág. 114.
REQUISITOS DE LUGAR, TIEMPO Y FORMA 109

b) Durante el juicio la prueba de que se trata debe propo-


nerse durante el plazo previsto en el art. 354 del CPPN s» y
producirse durante el desarrollo del debate, luego de recibida
la declaración indagatoria del imputado y, en su caso, salvo
que el tribunal disponga lo contrario, de leída la parte sustan-
cial del dictamen presentado por los peritos o de respondidas
las preguntas formuladas a éstos (CPPN, arts. 382 a 384).
Ello es sin perjuicio de las declaraciones testimoniales que,
según se ha visto, pueden tener lugar con motivo de la deno-
minada instrucción suplementaria (CPPN, art. 357) 59.

17.3. Forma
a) Por lo que concierne al modo de expresión de las decla-
raciones testimoniales, ellas son, ante todo, orales y actuadas
en la instrucción y exclusivamente orales en el juicio (CPPN,
arts. 249 in fine y 384 y normas locales análogas), salvo que,
concurriendo las excepciones contempladas en el art. 391 del
CPPN 60, las declaraciones testimoniales recibidas durante la
instrucción se incorporen al debate mediante lectura.

O sea dentro del plazo de diez días a partir de la citación que debe efec-
tuar el presidente del tribunal una vez recibido el proceso. El art. 355 del CPPN
prescribe, asimismo, que el ofrecimiento debe realizarse por escrito, mediante la
presentación de una lista de testigos con la indicación de los datos personales de
cada uno, limitándola, en lo posible, a los más útiles y que mejor conocen el hecho
que se investiga. Las partes podrán también manifestar que se conforman con
la lectura de las declaraciones testificales de la instrucción, y en ese caso de me-
diar aquiescencia de todas, y siempre que el tribunal lo acepte, no se citará a esos
testigos. Cuando se ofrezcan nuevos testigos deberán expresarse, bajo pena de
inadmisibilidad, los hechos sobre los cuales serán examinados.
Además, si en el plazo del art. 354 nadie hubiese ofrecido prueba, el pre-
sidente del tribunal puede disponer la recepción de la prueba testimonial perti-
nente y útil que se hubiere producido en la investigación (art. 356), y si en el cur-
so del debate se tiene conocimiento de un testimonio manifiestamente útil, o se
hace indispensable otro ya conocido, el tribunal puede ordenar su recepción (art.
388). Por último, si durante la deliberación de la sentencia el tribunal advierte
la necesidad de recibir un nuevo testimonio o de ampliar uno ya recibido, puede
ordenar a tales efectos la reapertura del debate (art. 397).
Que se presentan: 1°) Cuando el ministerio fiscal y las partes hubieren
prestado su conformidad o la presten cuando no comparezca el testigo cuya ci-
tación se ordenó. 2°) Cuando se trate de demostrar contradicciones o variaciones
entre ellas y las prestadas en el debate, o fuere necesario ayudar la memoria del
testigo. 3-) Cuando el testigo hubiere fallecido, estuviere ausente del país, se ig-
nore su residencia o se hallare inhabilitado por cualquier causa para declarar.
lio PRUEBA TESTIMONIAL

Cualquiera sea la etapa del proceso de que se trate, la de-


claración es en cambio escrita en el caso de que el testigo de-
ponga por medio de informe (CPPN, art. 250), o aquél sea
mudo o sordomudo (CPPN, art. 119) si.
b) Desde el punto de vista de la recepción de la prueba,
durante la instrucción, y con posterioridad a la indagatoria,
las declaraciones de los testigos se hallan sujetas al sistema
de publicidad restringida a las partes y sus defensores salvo
que el juez, por resolución fundada, ordene el secreto, en cuyo
caso éste no rige para las mencionadas personas cuando se
trate de actos definitivos e irreproducibles (CPPN, art. 204).
Durante el juicio, en cambio, rige con amplitud el princi-
pio de publicidad, salvo los casos en que el tribunal disponga
que el debate se realice a puertas cerradas (CPPN, art. 363).
La prueba analizada se encuentra asimismo sometida,
tanto en la instrucción cuanto en el juicio, y con excepción de
los casos en que las declaraciones se prestan por informes o
antes jueces oficiados, al principio de inmediación, aunque co-
rresponde destacar que, respecto de la primera de las mencio-
nadas etapas, la vigencia de aquel principio se halla en la
práctica generalmente desnaturalizado en cuanto la recep-
ción de las declaraciones suele delegarse en el personal auxi-
liar de los juzgados.

1 8 . DEBER DE COMPARECENCIA

18.1. Regla general


a) La comparecencia del testigo citado a prestar declara-
ción configura un deber cuyo incumplimiento puede traer
aparejado su enjuiciamiento penal y la aplicación de la san-
ción prevista en el art. 243 del CP.
b) En concordancia con ello prescribe el art. 240 del
CPPN que "toda persona tendrá la obligación de concurrir al

4°) Cuando el testigo hubiere declarado por medio de exhorto o informe, siempre
que se hubiese ofrecido su testimonio de conformidad a lo dispuesto en los artículos
357 o 386.
^^ Al sordo, en cambio, se le presentan las preguntas por escrito y responde
oralmente, y si se trata de un sordomudo que no sabe leer o escribir, corresponde
la designación, como intérprete, de un maestro de sordomudos, quien debe inter-
pretar oralmente la declaración (CPPN, art. 119).
DEBER DE COMPARECENCIA 111

llamamiento judicial" "salvo las excepciones establecidas por


la ley" ^2 que son, como se ha visto, las mencionadas en los
arts. 250 y 251 del referido ordenamiento en relación respec-
tivamente, con las personas que en razón de su cargo se ha-
llan facultadas para abstenerse de comparecer y con aquéllas
afectadas de un impedimento para concurrir al juzgado o
tribunal.

18.2. Citación
a) A fin de examinar a los testigos el juez, o en su caso el
tribunal, deben librar orden de citación con arreglo al art. 154
del CPPN, es decir mediante cédula, a través de la policía o
por telegrama colacionado, advirtiéndoles de las sanciones de
que serán pasibles si no obedecen la orden judicial y que, en
este caso, serán conducidos por la fuerza pública de no mediar
causa justificada (CPPN, art. 245, párr. 1°) es.
En caso de urgencia, sin embargo, los testigos pueden ser
citados por cualquier medio, inclusive verbalmente (norma
cit., párr. 2-); pero lo dicho no obsta a que el testigo se presente
a declarar en forma espontánea, circunstancia que correspon-
de hacer constar (norma cit., párr. 3°).
b) Conforme a lo dispuesto en el art. 10 del Convenio de
Comunicaciones aprobado por la ley 22.172, los testigos que
tengan su domicilio en otra jurisdicción pero dentro de seten-
ta kilómetros del tribunal de la causa están obligados a com-
parecer a prestar declaración ante éste.
Correlacionada esa norma con la ya analizada contenida
en el art. 246 del CPPN (ver el nro. 17.1.2.), corresponde in-
terpretar, por un lado, que el testigo conserva siempre la fa-
^2 Conc. Buenos Aires, art. 232; Catamarca, art. 208; Chaco, art. 226; Chu-
but, art. 209; Córdoba, art. 219; Corrientes, art. 241; Entre Ríos, art. 240; For-
mosa, art. 217; Jujuy, art. 252; La Pampa, art. 224; La Rioja, art. 279; Mendoza,
art. 244; Misiones, art. 225; Neuquén, art. 216; Río Negro, art. 224; Salta, art.
229; San Juan, art. 241; Santa Cruz, art. 224; Santa Fe, art. 246; Santiago del
Estero, art. 205; Tierra del Fuego, art. 215; Tucumán, art. 219.
^^ Conc. Buenos Aires, art. 237; Catamarca, art. 214; Chaco, art. 230; Chu-
but, art. 214; Córdoba, art. 222; Corrientes, art. 246; Entre Ríos, art. 245; For-
mosa, art. 222; Jujuy, art. 261; La Pampa, art. 229; La Rioja, art. 284; Mendoza,
art. 248; Misiones, art. 230; Neuquén, art. 221; Río Negro, art. 229; Salta, art.
234; San Juan, art. 246; Santa Cruz, art. 229; Santa Fe, art. 254; Santiago del
Estero, art. 210; Tierra del Fuego, art. 220; Tucumán, art. 222.
112 PRUEBA TESTIMONIAL

cuitad de declarar ante el juez de su domicilio cuando éste se


encuentre ubicado a una distancia superior a la fijada, y por
otro, que el juez puede eximirlo de comparecer a la sede del
juzgado y permitirle por ende declarar ante el juez del domi-
cilio cuando medien dificultades en el transporte.
c) Importa añadir que la irregularidad de la notificación
no genera nulidad si el testigo pudo conocer, con razonable
antelación, el día, hora y lugar de la audiencia, pues en tal hi-
pótesis el acto logró su finalidad respecto del interesado (CPPN,
art. 171, inc. 3^).

18.3. Incomparecencia
a) En el caso de que, sin causa justificada, el testigo no se
presente a la primera citación, debe ser conducido a la sede
del juzgado o tribunal por medio de la fiíerza pública. Ello es
asimismo sin perjuicio de su eventual enjuiciamiento penal
(CPPN, art. 247, párr. l^) 64, pues el delito tipificado en el art.
243 del CP queda consumado a raíz de la primera incompare-
cencia, sin que sea por lo tanto necesaria la práctica de una
nueva citación, y aunque el testigo declare con posterioridad
a raíz de ser conducido por la fiíerza pública ^5.
Nuestros tribunales juzgan sin embargo con ostensible
indulgencia la configuración de esta infi-acción penal. Al mar-
gen, en efecto, de que rara vez se dispone la remisión de los
antecedentes al juez competente, cuando ello ocurre la suerte
del sumario es habitualmente su archivo.
b) Además, a título de medida cautelar, puede ordenarse
el arresto inmediato del testigo cuando carezca de domicilio o
haya temor fiíndado de que se oculte, fiígue o ausente. Tal me-
dida no puede durar empero sino el tiempo indispensable para
recibir la declaración, ni exceder nunca de 24 horas (CPPN,

^^ Conc. Buenos Aires, art. 239; Catamarca, art. 216; Chaco, art. 232; Chu-
but, art. 216; Córdoba, art. 255; Corrientes, art. 248; Entre Ríos, art. 247; For-
mosa, art. 224; Jujuy, art. 264; La Pampa, art. 231; La Rioja, art. 286; Mendoza,
art. 250; Misiones, art. 232; Neuquén, art. 223; Río Negro, art. 231; Salta, art.
236; San Juan, art. 248; Santa Cruz, art. 231; Santa Fe, art. 248; Santiago del
Estero, art. 212; Tierra del Fuego, art. 222; Tucumán, art. 225.
^^ CEEUS, Derecho Penal. Parte Especial, t. 2, 6- ed., Buenos Aires, 1997,
pág. 234; FONTÁN BALESTIIA, Tratado de Derecho Penal, t. VII, 2- ed., Buenos
Aires, 1980, pág. 190.
DEBER DE DECLARAR 113

art. 248) ^e, computadas desde el momento en que la deten-


ción se hizo efectiva 67.

19. DEBER DE DECLARAR

19.1. Principio
a) Fuera de las limitaciones que se expondrán más adelan-
te, toda persona judicialmente citada como testigo no sólo tie-
ne el deber de comparecer sino también el de "declarar la verdad
de cuanto supiere y le fuere preguntado" (CPPN, art. 240) es.
b) De allí que el art. 247, párr. 2^ del CPPN «9 prescriba
que "si después de comparecer el testigo, se negare a declarar,
se dispondrá su arresto hasta por dos (2) días, al término de
los cuales, cuando persista en la negativa, se iniciará contra
él causa criminal".
Se trata, como se percibe, de una medida que reviste ca-
rácter disciplinario y cautelar cuyo resultado negativo puede
conducir en la remisión de los antecedentes al juez con compe-
tencia para conocer en el delito previsto en el art. 243 del CP.
Al igual de lo que ocurre frente a la incomparecencia del
testigo, no es empero habitual la remisión de los antecedentes
al juez que corresponda, y cuando ello acontece el sumario co-
rre la misma suerte mencionada más arriba.

19.2. Excepciones
Las excepciones al cumplimiento del deber de prestar de-
claración se presentan, en el proceso penal, en forma de pro-
hibiciones y abstenciones de testificar fundadas en ciertos
grados de parentesco existentes entre el testigo y el imputa-

^^ Conc. Buenos Aires, art. 240; Catamarca, art. 217; Chaco, art. 233; Chu-
but, art. 217; Córdoba, art. 256; Corrientes, art. 249; Entre Ríos, art. 248; For-
mosa, art. 225; Jujuy, art. 262; La Pampa, art. 232; La Rioja, art. 287; Mendoza,
art. 251; Misiones, art. 233; Neuquén, art. 224; Río Negro, art. 232; Salta, art.
237; San Juan, art. 249; Santa Cruz, art. 232; Santa Fe, art. 249; Santiago del
Estero, art. 213; Tierra del Fuego, art. 223; Tucumán, art. 226.
^•^ NÚÑEZ, Código..., cit., pág. 226; NAVARRO - DARAY, Código..., cit., 1.1,
pág. 531.
Conc. las normas citadas en la nota 62.
Conc. las normas citadas en la nota 64.
114 PRUEBA TESTIMONIAL

do, o en razón del deber de guardar un secreto. Tales situacio-


nes serán analizadas a continuación.

19.2.1. Prohibición de declarar en contra del imputado


a) Con fundamento en las mismas razones morales y de
solidaridad familiar que inspiran a la norma contenida en el
art. 178 del CPPN, relativo a la prohibición de denunciar T^,
prescribe el art. 242 del mismo ordenamiento que "no podrán
testificar en contra del imputado, bajo pena de nulidad, su
cónyuge, ascendientes, descendientes o hermanos" 7i.
b) La norma —que en algunas provincias ostenta también
rango constitucional '^2— no veda empero el testimonio que esas
personas pueden prestar en favor del imputado. Prescinde, asi-
mismo, de la circunstancia de que los cónyuges estén separados
de hecho o por sentencia firme ''3, es aplicable a los ascendientes
o descendientes sin distinción en el grado, sean consanguíneos
o por afinidad (CC, arts. 352 y 363), matrimoniales o extrama-
trimoniales y a los hermanos en su carácter unilateral o bilate-
ral (CC, art. 360), matrimonial o extramatrimonial.
c) La regla precedentemente enunciada, cuya inobser-
vancia genera una nulidad absoluta 74, sufre empero excep-

'^° Cfr. D'ALBORA, Código..., cit., pág. 354.


^^ Conc. Buenos Aires, art. 234; Catamarca, art. 210; Chubut, art. 211; Co-
rrientes, art. 243; Entre Ríos, art. 242; Formosa, art. 219; Jujuy, art. 256; La
Pampa, art. 226; La Rioja, art. 281; Misiones, art. 227; Río Negro, art. 226; Salta,
art. 231; San Juan, art. 243; Santa Cruz, art. 226; Santa Fe, art. 251; Santiago
del Estero, art. 207; Tierra del Fuego, art. 217; Tucumán, art. 220.
•^2 V.gr. Córdoba (art. 10); Jujuy (art. 23); La Rioja (art. 26); Salta (art. 28);
Santiago del Estero (art. 19).
^^ Cfr. CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit, t. III, pág. 309; NÚÑEZ, Código...,
cit., pág. 222; JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 152, advirtiendo, correctamente,
que la prohibición es inaplicable cuando ha mediado sentencia de divorcio vin-
cular, cuyo efecto consiste en la disolución del vínculo matrimonial.
''* D'ALBORA, Código..., cit., pág. 319; BERTOLINO, Código..., cit., pág. 354.
Corresponde desestimar todo interrogatorio efectuado a un menor de edad que
permita la obtención de prueba incriminatoria contra sus padres, pues el art.
242 del CPPN, interpretado sistemáticamente, no sólo prohibe el testimonio en
sentido laxo sino cualquier declaración que pueda conspirar contra la protección
integral de la familia. La inobservancia de ese principio configura un vicio esen-
cial del procedimiento que alcanza a la misma sentencia (TOCF Mar del Plata,
24-V-1994, "Barrera, Ricardo y otra", D.J., 1994-2-759). Pero la circunstancia de
que la Cámara haya valorado los dichos de una testigo en contra de lo dispuesto
DEBER DE DECLARAR 115

ción en el caso de que "el delito aparezca ejecutado en perjui-


cio del testigo o de un pariente suyo de grado igual o más pró-
ximo que al que lo liga con el imputado" (norma citada), pues
en tales casos desaparece el fundamento anteriormente re-
cordado 75.

19.2.2. Facultad de abstenerse de declarar contra


el imputado
a) Sobre la base de un fundamento semejante al destaca-
do en el número precedente, pero instituyendo u n a mera fa-
cultad que, como tal, es renunciable, dispone el art. 243, párr.
1- del CPPN que "podrán abstenerse de testificar en contra
del imputado sus parientes colaterales hasta el cuarto grado
de consanguinidad o segundo de afinidad; sus tutores, cura-
dores o pupilos, a menos que el testigo fuere denunciante,
querellante o actor civil o que el delito aparezca ejecutado en
su perjuicio o contra u n pariente suyo de grado igual o más
próximo que el que lo liga con el imputado" ^e.
b) En la línea colateral la norma transcripta comprende
a los tíos, sobrinos y primos hermanos (CC, art. 353), con pres-
cindencia de que el parentesco sea matrimonial, pero excluye
a los hermanos en tanto éstos se hallan incluidos en la prohi-
bición prevista en el art. 242, ya analizado. En lo que atañe al
parentesco por afinidad, comprende al suegro y la suegra, al

en el art. 242 del CPPN no basta para determinar la nulidad de la sentencia si


como, en el caso, suprimido mentalmente dicho elemento probatorio, la resolu-
ción queda igualmente firme en virtud del resto de la prueba valorada (CNCP,
sala IV, 27-11-1996, "Sottocomo, Emilio", B.J., 1996 —1er. cuatrimestre— pág.
51).
JAUCHEN observa, acertadamente, que la nulidad puede ser parcial, referida
sólo a los aspectos que por cualquier motivo resulten perjuidiciales penalmente
para el imputado, no alcanzando aquélla a los relatos que le sean favorables o in-
diferentes (La Prueba..., cit., pág. 153).
''^ ' Cfr. CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 106, donde expresa que
"la disposición es justificada, pues el hecho presuntamente cometido por el im-
putado ya habría resquebrajado la unidad familiar que se intenta proteger".
^^ Conc. Buenos Aires, art. 235; Catamarca, art. 211; Chaco, art. 228; Chu-
but, art. 212; Córdoba, art. 220; Corrientes, art. 244; Entre Ríos, art. 243; For-
mosa, art. 220; Jujuy, art. 257; La Pampa, art. 227; La Rioja, art. 282; Mendoza,
art. 246; Neuquén, art. 219; Río Negro, art. 227; Salta, art. 232; San Juan, art.
224; Santa Cruz, art. 227; Santa Fe, art. 252; Santiago del Estero, art. 208; Tie-
rra del Fuego, art. 218; Tucumán, art. 220.
116 PRUEBA TESTIMONIAL

yerno y la nuera, a los cuñados y al padrastro y la madrastra


(CC, art. 363).
Salvo que fuesen denunciantes o querellantes, los pa-
rientes perjudicados por el hecho o que se encuentren en gra-
do igual o más próximo a la víctima son asimismo titulares de
la facultad de abstención y no se hallan por ende sujetos al de-
ber de declarar inclusive en contra del imputado ''7.
c) Agrega el art. 243, párr. 2- del CPPN que "antes de ini-
ciarse la declaración, y bajo pena de nulidad, el juez advertirá
a dichas personas que gozan de esa facultad, de lo que se de-
jará constancia".
En razón, sin embargo, de que el testigo no goza de la fa-
cultad de que se trata en cada etapa del proceso, frente al su-
puesto de que no se haya abstenido en la instrucción le está
vedado hacerlo en el juicio, de manera que en éste se halla ex-
cluida la necesidad de que se le repita la advertencia requeri-
da por el precepto transcripto '¡^.

19.2.3. Deber de abstención


a) Se hallan comprendidos, dentro del tema del epígrafe,
aquellos casos excepcionales en los que la ley prioriza, sobre
la necesidad de arribar a la adquisición de la verdad, el respe-
to debido a la confidencialidad con que determinados hechos
han llegado a conocimiento del testigo.
Tales casos se encuentran contemplados en el art. 244,
párr. 1- del CPPN, conforme al cual "deberán abstenerse de
declarar sobre los hechos secretos que hubieren llegado a su
conocimiento en razón del propio estado, oñcio o profesión,
bajo pena de nulidad: los ministros de un culto admitido; los
abogados, procuradores y escribanos; los médicos, farmacéu-
ticos, parteras y demás auxiliares del arte de curar; los mili-
tares y funcionarios públicos sobre secretos de Estado" ^s.
'^'^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. III, pág. 316.
^^ NÚÑEZ, Código..., cit., pág. 224.
^^ Conc. Buenos Aires, art. 236; Catamarca, art. 212; Chaco, art. 229; Chu-
but, art. 213; Córdoba, art. 221; Corrientes, art. 245; Entre Ríos, art. 244; For-
mosa, art. 221; Jujuy, art. 254; La Pampa, art. 228; La Rioja, art. 283; Mendoza,
art. 247; Neuquén, art. 220; Río Negro, art. 228; Salta, art. 233; San Juan, art.
245; Santa Cruz, art. 228; Santa Fe, art. 253; Santiago del Estero, art. 209; Tie-
rra del Fuego, art. 219; Tucumán, art. 221.
DEBER DE DECLARAR 117

b) Las personas que menciona la norma no están empero


exentas del deber de comparecer, sin perjuicio de que, al inte-
riorizarse del contenido del interrogatorio, invoquen el deber
de abstención so, o de que el juez o tribunal, estimando que el
dicho del testigo se halla comprendido en el precepto analiza-
do, resuelva no citarlo o no interrogarlo sobre los puntos afec-
tados por la reserva si.
La inobservancia de esa regla determina la nulidad de la
declaración, pero la irregularidad es subsanable si no se la ar-
ticula oportunamente (CPPN, art. 170), con la salvedad, asi-
mismo, de que el testimonio siempre es válido respecto de
aquellos hechos narrados por el testigo que no sean suscepti-
bles de encuadramiento en la prohibición normativa.
En razón, por otra parte, de que la confidencia puede ser
considerada como un depósito y de ella, por lo tanto, puede
disponer libremente quien la ha transmitido, las personas de
que se trata no se hallan facultadas a negar su testimonio
cuando son liberados de guardar secreto por el interesado
(CPPN, art. 244, párr. 2°) 82. La norma exceptúa de la facultad
de liberación a los ministros de un culto (cualquiera que sea
su signo religioso, siempre que se encuentre admitido), por
cuanto los secretos confiados a aquéllos exhiben un contenido
esencialmente ético que obsta a su revelación aunque éstos
sean autorizados 83.

8° ODERIGO, Derecho..., cit., 1.1, pág. 275.


81 Cfr. CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. III, pág. 323.
^^ CAFFERATA ÑORES (La Prueba..., cit., pág. 105) expresa atinadamente
que "en lo referente al secreto de Estado, no parece fácil determinar en el caso
concreto quién será 'el interesado' facultado para autorizar su revelación por los
militares o funcionarios públicos citados como testigos". El derogado Código na-
cional de Procedimientos preveía la excepción de que los militares y funcionarios
públicos fuesen desligados de mantener el secreto "por sus superiores" (art. 275,
inc. 2°), pero como bien observa RUBIANES (Manual de Derecho Procesal Penal,
t. II, Buenos Aires, 1977, pág. 301) son las regulaciones militares o administra-
tivas las que deben prevalecer sobre cualquier dispensa. Cuadra por otra parte
observar que en el caso media un interés público que impide personalizar al su-
jeto con prerrogativas suficientes para dispenseír la revelación del secreto.
^^ JIMÉNEZ ASENJO, Derecho Procesal Penal, t. I, Madrid, s/f, pág. 518.
Acerca del alc£ince del secreto de las fuentes de información periodística ver CF
San Martín, sala I, 2-V-1996, "Gorriarán Merlo, Enrique H.", L.L., 1996-C-637
(con nota de Víctor R. CORVALÁN), donde se decidió que si bien dicho secreto for-
ma parte de la garantía de la libertad de prensa y es ilegítima la pretensión de
desconocerlo, no reviste carácter absoluto y cede cuando razones de orden públi-
118 PRUEBA TESTIMONIAL

c) En el caso de que el testigo invoque erróneamente el


deber de abstención porque el hecho carece, intrínsecamente,
de los caracteres del secreto, o aquél no reúne los requisitos
personales previstos en el art. 244, el juez debe proceder, sin
más, a interrogarlo (CPPN, art. 244 infine). La solución arbi-
trada por la ley se explica porque aun cuando el juez incurrie-
se en error acerca del alcance de la abstención tal circunstancia
configuraría la "justa causa" a que alude el art. 156 del CP como
eximente de la pena aplicable a la revelación del secreto ^.
Si bien, por último, el error del testigo debe ser evidente ss,
y en caso de duda el juez debe abstenerse de interrogarlo se,
cuando se decide lo contrario y el testigo se niega a prestar de-
claración incurre en el delito previsto en el art. 243 del CP «7.

2 0 . RECEPCIÓN DEL TESTIMONIO

20.1. Prevención y juramento


a) Sea que la producción de la prueba analizada se haya
dispuesto de oficio o a pedido de parte, y con prescindencia de
que aquélla tenga lugar en la instrucción o en el juicio, "antes
de comenzar la declaración —dispone el art. 249, párr. 1- del
CPPN—, el testigo será instruido acerca de las penas por falso
testimonio y prestará juramento de decir verdad, con excep-
ción de los menores inimputables y de los condenados como
partícipes del delito que se investiga o de otro conexo" ss.
b) Tras ser identificado, el testigo debe ser ante todo in-
formado no sólo de las penas que puede acarrear el falso tes-

co de relevante jerarquía lo aconsejan y cuando ello no vulnere el derecho de no


autoincriminarse ni afecte los límites previstos en el art. 28 de la CN.
^•* Cfr. D'ALBORA, Código..., cit., pág. 355.
^^ CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 104.
^® CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. III, pág. 327, donde advierte que
"basta la simple posibilidad de que los hechos sean secretos para que se satisfaga
el deber de abstención".
^'^ DONNA - MAIZA, Código..., cit., pág. 288.
^^ Cono. Buenos Aires, art. 240; Catamarca, arts. 219 y 220; Chaco, art.
234; Chubut, art. 218; Córdoba, art. 227; Corrientes, art. 250; Entre Ríos, art.
249; Formosa, art. 226; Jujuy, art. 265; La Pampa, art. 233; La Rioja, art. 288;
Mendoza, art. 252; Misiones, art. 234; Neuquén, art. 225; Río Negro, art. 233;
Salta, art. 238; San Juan, art. 250; Santa Cruz, art. 236; Santa Fe, art. 261; San-
tiago del Estero, art. 214; Tierra del Fuego, art. 224; Tucumán, art. 227.
RECEPCIÓN DEL TESTIMONIO 119

timonio, sino del texto del art. 275 del CP, a cuya lectura debe
por lo tanto precederse (CPPN, art. 117).
El incumplimiento de tales requisitos no excluye sin em-
bargo la eventual comisión del delito de falso testimonio, por
cuanto el error de derecho no sirve de excusa y la excepción no
está, en el caso, expresamente autorizada por la ley (CC, art. 20).
c) Luego el juez de instrucción o, en su caso, el presidente
del tribunal o el juez correccional debe requerir al testigo la
prestación de juramento de acuerdo con las creencias de
aquél, quien prometerá decir verdad en cuanto supiere y le
fuere preguntado, mediante la fórmula "lo juro" o "lo prometo"
(CPPN, art. 117) según que, respectivamente, lo haga invo-
cando a Dios o comprometiendo su honor.
El juramento o promesa de decir verdad constituye un re-
quisito esencial de la declaración del testigo, y su omisión, de
acuerdo con la regla general establecida en el art. 117 del
CPPN, determina la nulidad del acto. Se trata empero de una
nulidad relativa que, como tal, debe hacerse valer, bajo pena
de caducidad, en las oportunidades previstas en el art. 170 ^s.
La negativa a prestar juramento debe considerarse como
una negativa a prestar declaración y hace por ende incurrir al
testigo en el delito de desobediencia 9°.
Cuenta con suficiente fundamento la exención del jura-
mento respecto de las personas menores de dieciséis años por
cuanto, al margen de que su inimputabilidad penal torna ino-
perante la prevención acerca del falso testimonio, resulta ra-
zonable presumir que carecen de la necesaria madurez para
comprender cabalmente el valor del acto si. Carece sin em-
bargo de explicación plausible la dispensa otorgada a los con-
denados, ya que, en tal condición, el juramento no los obliga
en una causa propia 92.
También se hallan exentos de la obligación del juramen-
to el querellante en los juicios por delitos de acción privada
(CPPN, art. 430) y el civilmente demandado: el primero por-

^9 Cfr. CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., t. V, pág. 76; D'ALBORA, Código..., cit.,


pág. 360; DONNA - MAIZA, Código..., cit., pág. 292 (con cita de un precedente ju-
dicial). En contra JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 122.
9° CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 119.
91 Cfr. D E MAURO, Manuale..., cit., pág. 277.
92 Cfr. NÚÑEZ, Código.... cit., pág. 227.
120 PRUEBA TESTIMONIAL

que es el titular exclusivo de la acción penal y tiene "las facul-


tades y obligaciones correspondientes al ministerio fiscal"
(norma citada), y el segundo por cuanto goza de las garantías
concedidas al imputado 93.
Importa por último destacar que el requisito analizado
no es exigible cuando la declaración se presta ante los preven-
tores en los términos del art. 184, inc. 7- del CPPN, porque
aparte de no tratarse de actuaciones judiciales ^*, aquélla sólo
puede ingresar al debate a través de la lectura del acta que la
contiene (CPPN, art. 392) ss.

20.2. Interrogatorio preliminar


a) Una vez prestado el juramento, "el juez —continúa ex-
presando el art. 249, párr. 2- del CPPN— interrogará separa-
damente a cada testigo, requiriendo su nombre, apellido, es-
tado civil, edad, profesión, domicilio, vínculos de parentesco y
de interés con las partes y cualquier otra circunstancia que
sirva para apreciar su veracidad" 96.
b) Las preguntas a que se refiere el precepto transcripto
son las denominadas "generales de la ley", y persiguen el do-
ble objetivo de identificar al testigo, determinando si es la
misma persona ofrecida o citada como tal, y de valorar, en su
oportunidad, la idoneidad o atendibilidad de su declaración
conforme a las pautas previstas en el art. 241 del CPPN.
c) Si bien el interrogatorio acerca de los referidos extre-
mos debe formularse en la fase inicial del acto, frente al su-
puesto de que se haya omitido hacerlo no media impedimento
válido para que se lo efectúe en el curso de la declaración o con
posterioridad a ésta si surge alguna sospecha derivada de las
respuestas suministradas por el testigo 97.

^^ CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 120.


^* Cfr. JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 123.
^^ Cfr. D'ALBORA, Código..., cit., pág. 359.
En igual sentido los códigos mencionados en la nota 88.
^^ Cfr. JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 124.
RECEPCIÓN DEL TESTIMONIO 121

20.3. Declaración sobre el hecho


a) Luego de formuladas y contestadas las generales de la
ley, corresponde interrogar al testigo de acuerdo con lo dis-
puesto en el art. 118 (CPPN, art. 249, párr. 3-) de modo que,
en primer término, "el declarante será invitado a manifestar
cuanto conozca sobre el asunto de que se trate", debiendo ha-
cerlo "de viva voz y sin consultar notas o documentos, salvo
que el tribunal lo autorice para ello, si así le exigiere la natu-
raleza de los hechos", o sea cuando éstos se relacionen con
cuestiones de dificultosa retención en la memoria como son
referencias técnicas, cifras u operaciones contables ^s.
b) Concluida la exposición del testigo, y "si fuere necesa-
rio, se lo interrogará", debiendo en este caso diferenciarse
conforme a la etapa del proceso de que se trate.
Durante la instrucción, una vez agotado el interrogatorio
hecho por el juez, se hallan facultados a formular preguntas,
por intermedio de éste y con su autorización, el representante
del ministerio fiscal y los defensores que hayan asistido al
acto (CPPN, arts. 198, 200 y 203).
En el curso del debate, las declaraciones testimoniales
deben ser recibidas por el presidente del tribunal (CPPN,
arts. 375 y 384) o por el juez correccional (CPPN, art. 405), pu-
diendo luego formular preguntas los otros jueces, y con la ve-
nia del presidente y en el momento en que éste considere opor-
tuno, elfiscal,las otras partes y los defensores (CPPN, art. 389).
Cuadra añadir que mientras en la instrucción las resolu-
ciones denegatorias de preguntas son siempre irrecurribles
(CPPN, art. 203), en el debate, rechazada por el presidente
una pregunta considerada inadmisible, la resolución puede
ser recurrida de inmediato ante el tribunal mediante reposi-
ción (CPPN, arts. 389 y 440) acompañada, eventualmente, de
protesta de recurrir en casación (CPPN, art. 456).
Cualquiera sea la etapa procesal de que se trate, las pre-
guntas que se formulen no deben ser capciosas ni sugestivas
(CPPN, art. 118, inc. 3-), de modo que cabe desestimar, res-
pectivamente, aquellas que tiendan a inducir en error al tes-
tigo o que indiquen a éste la respuesta.

^^ PALACIO, Derecho..., cit., t. IV, pág. 623; CAFFERATA NORES, La Prue-


ba..., dt., pág. 121.
122 PRUEBA TESTIMONIAL

20.4. Orden de las declaraciones


a) En relación con el debate, dispone el art. 384, párr. 1-
del CPPN que el presidente del tribunal debe proceder al exa-
men de los testigos en el orden que estime conveniente, pero
comenzando con el ofendido.
El fundamento de la solución normativa reside en la ra-
zonable suposición de que por ser el ofendido, con prescindencia
de que se haya constituido en parte querellante o actor civil,
quien cuenta con mayores datos acerca del delito imputado,
su declaración es la que en mejor medida puede facilitar los
ulteriores interrogatorios.
bj Asimismo, como arbitrios destinados a garantizar la
genuinidad del testimonio y a facilitar eventuales careos, la
norma citada —que corresponde considerar también aplica-
ble en la instrucción— agrega que, antes de declarar, ios tes-
tigos no podrán comunicarse entre sí ni con otras personas, ni
ver, oír o ser informado de lo que ocurre en la sala de audien-
cias, y que después de declarar el presidente resolverá si de-
ben permanecer incomunicados en antesala.
En la práctica de algunos tribunales orales se excluye
acertadamente de las previsiones de esa norma al querellan-
te, al actor civil y al civilmente demandado que deban decla-
rar o hayan declarado como testigos, pues como partes, y a
causa de la potestad de controlar la producción de la prueba
que emerge de tal calidad, les asiste el derecho de permanecer
en la sala de audiencias durante todo el transcurso del debate.

20.5. Documentación del acto


a) En relación con el período instructorio, el art. 249 in
fine del CPPN prescribe que "para cada declaración se labra-
rá un acta con arreglo a los artículos 138 y 139" ^9, de manera
que ella debe contener la fecha, el nombre y apellido de las
personas que intervinieron; la indicación de las prevenciones
sobre falsedad y juramento o promesa de decir verdad; las de-
claraciones recibidas con la aclaración acerca de si fueron he-
chas espontáneamente o a requerimiento y si las dictaron los

En igual sentido las normas citadas en la nota 1


CASO DE FALSO TESTIMONIO 123

declarantes, así como las firmas de los participantes en el acto


y la mención, cuando ocurra, de que alguno no pudo o no quiso
ñrmar.
b) Respecto del debate, en el que rige la oralidad pura, el
acta que se levante debe contener el nombre y apellido de los
testigos, con mención del juramento (CPPN, art. 394, inc. 4°)
y las menciones que el presidente ordene hacer o que soliciten
las partes y sean admitidas {id., art. 394, inc. 6°) loo.
Cuando, asimismo, en las causas de prueba compleja,
el tribunal lo estime conveniente, el secretario debe resu-
mir al final de cada declaración la parte sustancial que co-
rresponda tener en cuenta, y también puede ordenarse la
grabación o la versión taquigráfica, total o parcial, del debate
(CPPN, art. 395).

2 1 . CASO DE FALSO TESTIMONIO

a) Prescribe al respecto el art. 252 del CPPN, en relación


con el período instructorio, que "si un testigo incurriere pre-
sumiblemente en falso testimonio se ordenarán las copias
pertinentes y se las remitirá al juez competente, sin perjuicio
de ordenarse su detención" loi.
En sentido similar se halla redactado, con referencia al
debate, el art. 390 del CPPN, que en tanto remite al art. 371
determina que "el tribunal ordenará levantar un acta y la in-
mediata detención del presunto culpable", y que "éste será
puesto a disposición del juez competente a quien se le remiti-
rá aquélla y las copias o antecedentes necesarios para la in-
vestigación" 102.

1°° Ver al respecto CNCP, sala III, 16-11-1998, "O. A. O. causa 1047", E.D.,
fallo nro. 48.875, en relación con un informe requerido al tribunal de juicio acer-
ca de un pedido formulado por el imputado en el sentido de suministrar explica-
ciones luego de recibirse declaración a los testigos que depusieron en el debate.
^°^ Conc. Buenos Aires, art. 243; Catamarca, art. 222; Chaco, art. 237; Chu-
but, art. 221; Córdoba, art. 230; Corrientes, art. 253; Entre Ríos, art. 252; For-
mosa, art. 229; La Pampa, art. 236; La Rioja, art. 291; Mendoza, art. 256; Misio-
nes, art. 237; Neuquén, art. 228; Río Negro, art. 236; Salta, art. 241; San Juan,
art. 253; Santa Cruz, art. 236; Santa Fe, art. 266; Santiago del Estero, art. 218;
Tierra del Fuego, art. 226; Tucumán, art. 230.
l°2 Conc. Chaco, art. 373; Chubut, art. 349; Córdoba, art. 401; Corrientes,
art. 418; Entre Ríos, art. 397; Formosa, art. 357; Jujuy, art. 403; La Pampa, art.
359; La Rioja, art. 422; Mendoza, art. 422; Misiones, art. 394; Neuquén, art. 355;
124 PRUEBA TESTIMONIAL

b) La recepción, por el juez competente, de la copia de la


declaración en la cual se habría incurrido en falso testimonio,
así como los antecedentes necesarios, resulta suficiente para
que aquél inicie o desestime la investigación del presunto de-
lito, siendo por ende innecesario el requerimiento fiscal io3_

22. EFICACIA PROBATORIA DEL TESTIMONIO


a) El CPPN, como la mayoría de los ordenamientos vi-
gentes en el país, consagra el principio con arreglo al cual la
prueba testimonial debe valorarse de acuerdo con las reglas
de la sana crítica (art. 241 y normas provinciales concordan-
tes), es decir a las que derivan de la lógica, la psicología y la
experiencia común {supra, nro. 6.4.).
Por lo tanto, a diferencia del criterio que inspiraba al de-
rogado Código de Procedimientos en Materia Penal, no con-
tiene directiva alguna, en sentido positivo i04 o negativo los^
tendiente a predeterminar la atendibilidad de las declaracio-
nes testimoniales.
b) Asimismo, conforme al régimen mencionado, la prue-
ba testimonial debe apreciarse con prescindencia del número
de testigos, porque no existiendo normas sobre el punto es in-

Río Negro, art. 361; Salta, art. 395; San Juan, art. 368; Santa Cruz, art. 373;
Santiago del Estero, art. 339; Tierra del Fuego, art. 359; Tucumán, art. 401.
^'^^ D'ALBORA, Código..., cit., pág. 361. Mientras no sea redargüida de false-
dad, el acta de la declaración testimonial en la que se imputa la falsedad en el
expediente judicial en la que fue prestada hace plena fe, de modo que no cabe ad-
mitir la defensa del procesado en el sentido de que no estuvieron presentes en
aquel acto ni el juez ni el secretario actuantes (CNCC, sala III, lO-XII-1991, "Os-
pino Vázquez, Rocío", L.L., 1992-C-178).
El art. 306 del derogado Código nacional disponía, en ese sentido, que "la
declaración de dos testigos hábiles, contestes en el hecho, lugar y tiempo y de
buena reputación o fama, podrá ser invocada como plena prueba de lo que afir-
man". En igual sentido se halla redactado el art. 286 del Código de San Luis.
^'^^ En el sentido indicado en el texto, el art. 307 del mismo Código condicio-
naba la eficacia probatoria de la prueba testimonial a diversos requisitos, entre
los que figuraban, aparte de la prestación de juramento y el suministro de la ra-
zón de los dichos, la percepción directa del hecho por los testigos, y la circunstan-
cia de no encontrarse éstos afectados por tachas o inhabilidades legales (v.gr.
menores de 18 años, carencia de industria o profesión conocida, enemistad o
amistad íntima con el imputado). Los mismos requisitos exige el art. 287 del Có-
digo de San Luis.
EFICACIA PROBATORIA DEL TESTIMONIO 125

cluso posible que a un solo testigo se asigne mayor credibili-


dad que a un conjunto de ellos ios.
Ello no obsta, naturalmente, a que en la mayor parte de
los casos la prueba testimonial se relacione con el resultado de
las restantes pruebas producidas en tanto ese criterio contri-
buye a la adecuada valoración de la primera lo'^.

Aunque en la valoración del testimonio de un testigo único deba proce-


derse con sumo rigor (CNCP, sala II, 4-IV-1994, "Waisman, Carlos", L.L., 1995-
C-255.
^"•^ Cfr. FENECH, Derecho..., cit., 1.1, pág. 692.
CAPÍTULO V
PRUEBA PERICIAL
SUMARIO: 23. Concepto y naturaleza. 24. Requisitos. 24.1. Subjetivos. 24.2.
Objetivos. 24.3. De lugar, tiempo y forma. 24.3.1. Lugar. 24.3.2. Tiem-
po. 24.3.3. Forma. 25. Peritos. 25.1. Diferencias con los testigos. 25.2.
Habilitación. 25.3. Incapacidades e incompatibilidades. 25.3.1. Inca-
pacidades. 25.3.2. Incompatibilidades. 25.4. Excusación y recusación.
25.5. Deberes y derechos. 25.5.1. Deberes. 25.5.1.1. Aceptación del
cargo. 25.5.1.2. Reserva y obligación de denuncia. 25.5.1.3. Correcto
desempeño. 25.5.2. Derechos. 25.5.2.1. Honorarios. 25.5.2.2. Anticipo
y reintegro de gastos. 26. Procedimiento. 26.1. Designación de los pe-
ritos y determinación de las cuestiones. 26.2. Ejecución de la pericia.
26.2.1. Dirección. 26.2.2. Desarrollo de la diligencia. 26.2.3. Delibera-
ción. 26.2.4. Redacción del informe, eventuales discrepancias y nueva
pericia. 26.3. Dictatmen pericial. 26.4. Reglas particulares. 26.4.1. Au-
topsia. 26.4.2. Cotejo de documentos. 27. Eficacia probatoria.

23. CONCEPTO Y NATURALEZA


a) Denomínase prueba pericial a aquella en cuya virtud
personas ajenas a las partes y a los restantes sujetos del pro-
ceso, a raíz de un específico encargo judicial y fiíndados en los
conocimientos científicos, artísticos o técnicos que poseen, co-
munican al juez o tribunal las comprobaciones, opiniones o
deducciones extraídas de los hechos sometidos a su dictamen.
b) Aunque un importante sector de la doctrina niega a la
pericial el carácter de medio probatorio y considera, en cam-
bio, que los peritos sólo son auxiliares del juez en la búsqueda
de reglas de experiencia ajenas al específico conocimiento ju-
128 PRUEBA PERICIAL

rídico de aquél i, con quien colaboran en la valoración de una


prueba o en la dilucidación de una duda, cuadra conferir ma-
yor valor persuasivo a la opinión contraria que, atendiendo a
la naturaleza funcional de la pericia, pone de resalto que aun
cuando el dictamen de los expertos sustituye la percepción di-
recta del hecho por el juez, incorpora al proceso un dato sus-
ceptible de generar la convicción judicial acerca de la existen-
cia o inexistencia de los hechos sobre los que versa el proceso,
siendo tal circunstancia —como se destacó en el nro. 1— la fi-
nalidad genérica de la prueba 2.
Si bien, asimismo, en la prueba analizada predomina el
juicio técnico sobre la mera comprobación 3, ésta puede en ri-
gor ser el único objeto de la pericia cuando se requiera, en un
caso determinado, la posesión de especiales conocimientos
técnicos. Tal lo que ocurre cuando se solicita a un perito mé-
dico que informe sobre la profundidad o dimensión de una he-
rida o el grupo sanguíneo que corresponde a una persona o la
naturaleza, calidad y cantidad de estupefacientes (ley 23.737,

En ese sentido ver, entre otros, ALSINA, Tratado Teórico-Práctico de De-


recho Procesal Civil y Comercial, t. III, 2^ ed., Buenos Aires, 1960, pág. 473; BET-
TI, Diritto Processuale Civile Italiano, Roma, 1936, pág. 398; BORETTINI, La Pe-
rizia nel Processo Pénale, Padova, 1940, pág. 10; DE MARISCO, Diritto..., cit.,
pág. 203; D E MAURO, Manuale..., cit., pág. 262; EiSNER, La Prueba en el Proceso
Civil, Buenos Aires, 1964, pág. 77; GOLDSCHMIDT, Derecho Procesal Civil, trad.
de Prieto Castro, Madrid, 1936, pág. 279; LEONE, TVaíarfo..., cit., t. II, pág. 195;
MANZINI, Tratado..., cit., t. III, pág. 379; Istituzioni..., cit., pág. 164; RAMOS
MÉNDEZ, El Proceso Penal (Tercera lectura constitucional), Barcelona, 1993,
pág. 219; RiCCI, Delta Prova Peritale, Milano, 1879; SANTORO, Manuale di Di-
ritto Processuale Pénale, Torino, 1954, pág. 476; VANNINI, Manuale di Diritto
Processuale Pénale Italiano, 3- ed., Milano, 1948, pág. 88.
En el indicado sentido puede verse entre otros, ABALOS, Derecho..., cit.,
t. II, s/f, pág. 497; BELLAVISTA - TRANCHINA, Lezioni..., cit., pág. 339; BONNIER,
Traite Théorique et Pratique de Preuves en Droit Civil et en Droit Criminel, 1.1,
4- ed., París, 1873, pág. 123; BRlNCnE'm,L'Evidenza nel Diritto Processuale Pé-
nale, Napoli, 1950, pág. 171; CAFFERATA NORES, La Prueba..., cit., pág. 47; COR-
DERO, Procedura Pénale, cit., pág. 673; CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V,
pág. 116; DELLEPIANE, Nueva Teoría General de la Prueba, Bogotá, 1961, pág.
162; DENTI, "Perizie, nuUitá processuali e contraditorio", i?ii)isfo di Diritto Pro-
cessuale, 1967-III-395; DEVIS ECHANDÍA, Teoría..., cit., t. II, pág. 319; FENECH,
Derecho..., cit., 1.1, pág. 701; FLORIÁN,Elementos..., cit, pág. 366; GUASP,Dere-
cho..., 1.1, pág. 385; MESSINA, II Regime delle Prove nel Nuovo Códice di Proce-
dura Pénale, Milano, 1914, pág. 246; VIADA, Curso..., cit., t. II, pág. 262.
^ LEONE, Tratado..., cit., t. II, pág. 196.
REQUISITOS 129

art. 30), o a un jurista que dictamine sobre el contenido de una


norma jurídica extranjera.
Debe entenderse que el art. 253 del CPPN incluye ambas
posibilidades en tanto dispone que "el juez podrá ordenar peri-
cias siempre que para conocer o apreciar algún hecho o cir-
cunstancia pertinente a la causa, sean necesarios o convenientes
conocimientos especiales en alguna ciencia, arte o técnica" *.
c) Cuadra añadir que, en ciertos casos, la práctica de la
prueba pericial resulta necesaria. Tal lo que ocurre para orde-
nar la cesación de la reclusión del imputado en un manicomio
(CP, art. 34, inc.l-, párr. 2°) o el tratamiento de desintoxicación
y rehabilitación aplicado al condenado o procesado que depen-
diere física o psíquicamente de estupefacientes (ley 23.737,
arts. 16 a 18, 20 y 22); cuando se atribuya al imputado un de-
lito reprimido con pena no menor de diez años de prisión o
aquél fuese sordomudo o menor de dieciocho años o mayor de
setenta o fuere probable la aplicación de una medida de segu-
ridad (CPPN, art. 78); en el supuesto de que se trate de muer-
te violenta o sospechosa de criminalidad y no se pueda esta-
blecer, por la percepción exterior, la causa de la muerte (id.,
art. 264); etc.

24. REQUISITOS

24.1. Subjetivos
a) Son sujetos de la prueba pericial el juez (o el fiscal en
el sistema de investigación penal preparatoria o en el supues-
to del art. 353 bis del CPPN) o tribunal (como destinatarios y
eventuales proponentes) las partes (como proponentes) y el
perito o peritos que se designen para realizar las correspon-
dientes dihgencias, siempre que se encuentren legalmente ha-
bilitados para ello y no se hallen afectados por las causales de in-
capacidad e incompatibilidad que se analizarán más adelante.

* Conc. Buenos Aires, art. 244; Catamarca, art. 223; Chaco, art. 238; Chu-
but, art. 222; Córdoba, art. 231; Corrientes, art. 254; Entre Eíos, art. 253; For-
mosa, art. 230; Jujuy, art. 281; La Pampa, art. 237; La Rioja, art. 292; Mendoza,
art. 257; Misiones, art. 238; Neuquén, art. 229; Río Negro, art. 237; Salta, art.
242; San Juan, art. 254; Santa Cruz, art. 237; Santa Fe, art. 273; Santiago del
Estero, art. 219; Tierra del Fuego, art. 227; Tucumán, art. 231.
130 PRUEBA PERICIAL

b) Aunque, como regla, sólo pueden ser peritos las perso-


nas físicas, por aplicación supletoria del art. 476 del CPCN el
juez se halla autorizado a solicitar informes a academias, cor-
poraciones, institutos y entidades públicas o privadas de ca-
rácter científico o técnico cuando el dictamen pericial requi-
riese operaciones o conocimientos de alta especialización.

24.2. Objetivos
a) Desde el punto de vista de su idoneidad, el objeto de la
prueba analizada requiere, por lo pronto, la pertinencia a la
causa de los hechos o circunstancias sobre los cuales debe ver-
sar el dictamen pericial (CPPN, art. 253 y normas locales con-
cordantes). Tales hechos o circunstancias deben, asimismo,
ser susceptibles de percepción directa por los peritos (no, por
consiguiente, a través de informes) y adecuarse a la especia-
lidad de quienes son designados en esa calidad.
Resulta asimismo inidónea la prueba pericial cuando,
pudiendo acreditarse el hecho o hechos a través de otros me-
dios, aquélla debe reputarse inútil o sobreabundante (CPPN,
arts. 199, 253 y 356).
b) Apreciado el objeto de la prueba pericial desde la pers-
pectiva de su posibilidad jurídica, corresponde descartar la
procedencia de aquélla cuando se trata de acreditar hechos
simples (v.gr. si determinada llave posibilita la apertura de
una puerta), de formular apreciaciones de índole jurídica o de
emitir juicios generales que son propios de cualquier persona
mentalmente sana y de cultura normal s.
Importa empero destacar que, aun en el supuesto de que
el juez posea particulares conocimientos científicos, técnicos y
artísticos, la adquisición de los medios probatorios y su ulte-
rior valuación no exime a aquél de la necesidad de ordenar la
práctica de la prueba analizada.
Corresponde, por último, excluir la posibilidad jurídica
de la pericia frente al caso de que hayan desaparecido la cosa
o cosas sobre las cuales aquélla debe recaer (v.gr. consumi-
ción total de un estupefaciente).

^ Cfr. MANZINI, Tratado..., cit., pág. 378 (nota 8); NAVAKRO - DARAY, Có-
digo..., cit., 1.1, pág. 539 y precedentes judiciales allí citados.
REQUISITOS 131

24.3. De lugar, tiempo y forma


24.3.1. Lugar
La práctica de la prueba pericial se verifica, por lo co-
mún, en el lugar designado o acordado por los peritos para
realizar las correspondientes operaciones, salvo que éstas de-
ban realizarse simultáneamente con una inspección judicial o
una reconstrucción del hecho, en cuyas hipótesis la determi-
nación del lugar debe hacerse por el juez (o fiscal) o tribunal
(CPPN, arts. 218, 221, 222 y 387 y normas provinciales simi-
lares). Cuando el objeto de la diligencia lo permita, puede ser
lugar de la prueba examinada incluso la sede del órgano judicial
(CPPN, art. 383, párr. 2-, aplicable también en la instrucción).

24.3.2. Tiempo
a) En cuanto a esta dimensión de la actividad procesal, la
prueba de que se trata puede llevarse a cabo durante la ins-
trucción (Cap. V del Título III), la instrucción suplementaria
(CPPN, art. 357) y el juicio.
b) En este último caso, si se requiere la designación de
nuevos peritos, es necesario que verse sobre puntos no some-
tidos anteriormente al examen pericial (CPPN, art. 355, párr.
3-), por cuanto de lo contrario basta que en el curso del debate
se dé lectura al dictamen presentado ante el juez instructor,
sin perjuicio de que los peritos, cuando hayan sido citados,
respondan a las preguntas ampliatorias o aclaratorias que se
les formulen (CPPN, art. 383).

24.3.3. Forma
a) Por lo que atañe a la forma, el modo de expresión de la
prueba analizada es, en la instrucción, escrita u oral y actua-
da conforme, respectivamente, a la mayor o menor compleji-
dad del dictamen (CPPN, art. 263) y, en el juicio, oral cuando
se procede a dar lectura del dictamen presentado en el perío-
do instructorio o a requerir explicaciones a los peritos, o en el
caso de que se designen nuevos peritos para que se expidan
sobre puntos que no fueron materia de examen y éstos se en-
cuentren en condiciones de expedirse en el curso de la audien-
cia, o bien escrita cuando en este último caso no existe la men-
132 PRUEBA PERICIAL

cionada posibilidad, aunque en esta hipótesis corresponde


también la lectura del dictamen.
b) Desde el punto de vista de su recepción, durante el pe-
ríodo instructorio, siempre que por su naturaleza y caracte-
rísticas la pericia deba considerarse un acto definitivo e irre-
producible, tienen derecho a asistir a su práctica el ministerio
fiscal, la parte querellante y los defensores (CPPN, art. 200),
a cuyo fin éstos deben ser, bajo pena de nulidad, previamente
notificados salvo el caso de suma urgencia, en el cual puede
precederse sin notificación dejándose constancia de los moti-
vos bajo pena de nulidad (id., art. 201).
En el juicio las partes y sus defensores tienen derecho a
participar en la recepción de la prueba pericial, pudiendo for-
mular preguntas a los peritos (CPPN, arts. 383 y 389).

25. PERITOS
25.1. Diferencias con los testigos
a) Aunque el perito y el testigo se hallan vinculados por
la circunstancia de ser ambos órganos de prueba y, como dice
FLORIÁN, "personas deponentes" e, se diferencian, fundamen-
talmente, en cuanto:
1-) mientras el testigo narra, el perito valora '';
2°) la declaración testimonial debe versar sobre hechos
pasados, y el dictamen pericial, en cambio, puede tener por
objeto la comprobación y enjuiciamiento de hechos pasados,
presentes y futuros (v.gr. la generación de una dificultad per-
manente de la palabra en el delito de lesiones: CP, art. 90);
3°) en tanto que el testigo declara acerca de hechos perci-
bidos fuera y con independencia del proceso, el perito informa
sobre juicios o comprobaciones realizadas con motivo de aquél
y a raíz de un específico encargo judicial;
4°) en virtud de la especial relación que generalmente tie-
ne el testigo con los hechos es, como regla, insustituible, al
tiempo que el perito es, por el contrario, sustituible o fungible
en tanto sus conocimientos son comunes a todas aquellas per-
sonas que componen el sector de su especialidad técnica ^.
^ FLORIÁN, Elementos..., cit., pág. 366.
'^ LEONE, Tratado..., cit., t. III, pág. 197.
^ BONNIER, Traite..., cit., 1.1, pág. 124.
PERITOS 133

b) Corresponde sin embargo recordar, por un lado, que el


testigo puede también declarar sobre las deducciones que ha
extraído de los hechos percibidos, las que valen como conclu-
siones subjetivas; y puntualizar, por otro lado, que si aquél
posee además conocimientos técnicos el valor probatorio de su
declaración puede inclusive prevalecer sobre el testimonio co-
mún en cuanto la capacitación técnica del testigo lo habilita
para describir con mayor precisión los hechos de que se trate
(ver supra, nro. 14, nota 3).

25.2. Habilitación
a) Conforme a lo prescripto en el art. 254 del CPPN los
peritos no sólo deben poseer título de tales en la materia a la
que pertenece el punto sobre el que haya de expedirse (siem-
pre que la profesión, arte o técnica estén reglamentados) 9,
sino también estar inscriptos en las listas formadas por los ór-
ganos judiciales competentes, que son, en el orden de la Jus-
ticia nacional, en la Capital Federal las cámaras nacionales
de apelaciones en lo criminal y correccional federal, en lo cri-
minal y correccional y en lo penal económico, y en el interior
las respectivas cámaras federales.
Esta última exigencia —no contenida en diversos códigos
provinciales lo— resulta objetable porque limita en exagera-
da medida la facultad de elección de los jueces, que se hallan
constreñidos a designar sólo a los peritos inscriptos y a pres-
cindir de otros de notoria aptitud o experiencia por el solo he-
cho de no haber cumplido el requisito de que se trata n.

^ Cono. Buenos Aires, art. 244; Catamarca, art. 224; Chaco, art. 239; Chu-
but, art. 223; Córdoba, art. 232; Corrientes, art. 255; Entre Ríos, art. 254; For-
mosa, art. 231; Jujuy, art. 284; La Pampa, art. 238; La Rioja, art. 293; Mendoza,
art. 258; Misiones, art. 239; Neuquén, art. 230; Río Negro, art. 238; Salta, art.
243; San Juan, art. 255; Santa Cruz, art. 238; Santa Fe, art. 274; Santiago del
Estero, art. 220; Tierra del Fuego, art. 228; Tucumán, art. 232.
^^ Como, v.gr., los de Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Córdoba, Corrien-
tes, Jujuy, Mendoza, Salta, Santa Fe y Tucumán.
^^ Con fundamento en los arts. 14 y 18 de la CN, en cuanto garantizan la
libertad de trabajo y la defensa enjuicio, se ha llegado a declarar la inconstitu-
cionalidad de los arts. 254 y 259 del CPPN (Juzgado Nacional de Primera Ins-
tancia en lo Criminal de Instrucción Nro, 10, lO-XI-1993, "R. R. s/querella, causa
nro. 61.142", E.D., 157-627, con nota aprobatoria de Susana ALBANESE, quien
asimismo hace mérito de normas contenidas en el Pacto Internacional de Dere-
134 PRUEBA PERICIAL

b) Agrega el art. 254 del CPPN que si "no estuviere regla-


mentada la profesión, o no hubiere peritos diplomados o ins-
criptos, deberá designarse a persona de conocimiento o prácti-
ca reconocidos" 12. Pero, como es obvio, en razón de que sólo
pueden inscribirse en las listas los peritos diplomados, a falta de
inscriptos corresponde nombrar, en primer término, a personas
que posean título habilitante en la materia respectiva i3.

25.3. Incapacidades e incompatibilidades


25.3.1. Incapacidades
a) Por diversas razones, el art. 255 del CPPN excluye de
la posibilidad de desempeñarse como peritos a las siguientes
personas 14;
1°) Los incapaces, es decir quienes se hallan menciona-
dos como tales en el art. 54 del CC. Si se trata en cambio de
menores adultos, debe entenderse que no media óbice alguno
para designar como peritos a aquellos que hayan obtenido tí-
tulo habilitante para el ejercicio de una profesión, ya que el
art. 128, párr. 2- del CC los autoriza a ejercerla por cuenta
propia sin necesidad de previa autorización is.

chos Civiles y Políticos y en la Convención Americana sobre Derechos Huma-


nos). En contra, sobre la base de que el perito no defiende un interés de parte y
la norma preserva su imparcialidad, CNCC, sala V, 4-IV-1994, "Banco de Bos-
ton", J.A, 1995-III, síntesis. Si bien la norma de que se trata adolece de las ob-
jeciones señaladas en el texto, cabe considerar correcta la doctrina del segimdo
de los precedentes citados. Ver asimismo NAVARRO - DARAY, Código..., cit., 1.1,
pág. 540.
^^ En igual sentido las normas provinciales citadas en la nota 9.
^^ Aunque no se trate de una verdadera pericia, y como tal debe valorárse-
lo, se ha resuelto que, a pesar de no haberse observado lo dispuesto en el art. 258
del CPPN, no corresponde declarar la nulidad de un examen técnico encomen-
dado por la autoridad preventora a una persona idónea en la materia (TOC Nro.
3,12-V-1993, "Velázquez, Hernán, J.", L.L., 1994-A-489).
^* Conc. Buenos Aires, art. 245; Catamarca, art. 228; Chaco, art. 240; Chu-
but, art. 224; Córdoba, art. 234; Corrientes, art. 257; Entre Ríos, art. 258; For-
mosa, art. 232; Jujuy, art. 286; La Pampa, art. 239; La Rioja, art. 297; Mendoza,
art. 262; Misiones, art. 241; Neuquén, art. 231; Río Negro, art. 239; Salta, art.
247; San Juan, art. 256; Santa Cruz, art. 239; Santa Fe, art. 276; Santiago del
Estero, art. 224; Tierra del Fuego, art. 229; Tucumán, art. 234.
^^ En contra DONNA - MAIZA, Código..., cit,, pág. 297, quienes estimain que
no pueden desempeñarse como peritos las personas menores de veintiún años
(CC, art. 126). Es por otra parte la solución del Código de Córdoba, art. 234.
PERITOS 135

2-) Los que deban o puedan abstenerse de declarar como


testigos, o sea los parientes a que aluden los arts. 242 y 243
(cónyuge, ascendientes, descendientes, hermanos, colatera-
les hasta el cuarto grado civil, afines hasta el segundo grado,
tutores y pupilos), sin que sean aplicables las excepciones
contempladas por esas normas.
3-) Los que hayan sido citados como testigos, porque sien-
do éstos, según se h a visto, sustituibles o fungibles, su decla-
ración prevalece sobre la tarea pericial i6. La incompatibili-
dad funciona por el solo hecho de haber sido citada la persona
como testigo, aun cuando no haya declarado i^.
4-) Los que hubieren sido eliminados del registro respec-
tivo por sanción disciplinaria.
5°) Los condenados o inhabilitados, es decir, respectiva-
mente, las personas judicialmente condenadas a penas priva-
tivas de la libertad, pecuniarias o inhabilitantes ^^, o inhabi-
litadas p a r a desempeñar la actividad de que se t r a t e a raíz
de resoluciones de órganos administrativos o de tribunales de
disciplina i^.
La inobservancia de las mencionadas prohibiciones cons-
tituye causa de nulidad, pero de carácter relativo (CPPN,
arts. 170 y 171) 20.

^^ Cfr. D'ALBORA, Código..., cit., pág. 364.


^'^ DONNA - MAIZA, Código..., cit., pág. 297, con cita jurisprudencial.
^® Mientras NÚÑEZ considera que la prohibición rige "mientras, por no me-
diar una amnistía, no se haya borrado la condena" {Código..., cit., pág. 228), CAF-
FERATA ÑORES (La Prueba..., cit., pág. 53) argumenta, acertadamente, en el sen-
tido de que "siendo el desempeño pericial una manifestación del ejercicio
profesional respectivo, sería excesivo darle a la condena cumplida un carácter
estigmativo perpetuo, de manera que lo correcto consiste en limitar los alcances
de la prohibición al tiempo de la condena o inhabilitación". Con este criterio coin-
ciden CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. III, pág. 366, y BERTOLINO, Código...,
cit, pág. 287.
^^ Cfr. NÚÑEZ, Código..., cit., pág. 233; NAVARRO - DARAY, Código..., cit., t.
I, pág. 543.
^^ Cfr. D'ALBORA, Código..., cit., pág. 365, quien señala, asimismo, que si
la pericia se efectuó en colegio y el defecto alcanza a uno solo de los expertos el
acto es parcialmente nulo porque, aunque las conclusiones resulten comparti-
das, siempre tendrán el respaldo del perito hábil, sin perjuicio de que pierdan
entidad al ser meritadas conforme al art. 398.
136 PRUEBA PERICIAL

25.3.2. Incompatibilidades
a) Aun cuando se encuentren habilitados y gocen de ca-
pacidad para desempeñarse como peritos, se hallan inhabili-
tados para hacerlo, en un determinado proceso, ciertas perso-
nas que, por encontrarse afectadas por una incompatibilidad
funcional o personal, resultan pasibles de grave sospecha
respecto de la necesaria imparcialidad que debe presidir su
actuación.
b) Las mencionadas personas están incluidas en los su-
puestos de excusación y recusación que se analizarán en el
próximo número, aunque a ellas corresponde agregar a quie-
nes sean imputados o coimputados del delito que se investiga
en la causa u otro conexo y los ministros de un culto admitido,
los abogados, procuradores, escribanos, farmacéuticos, parte-
ras y demás auxiliares del arte de curar en el caso de que la
pericia verse sobre hechos secretos que hubiesen llegado a su
conocimiento en razón del propio estado, oficio o profesión. La
incompatibilidad es extensiva a los militares y funcionarios
públicos sobre secretos de Estado (CPPN, art. 258). La incom-
patibilidad no rige, sin embargo, cuando el hecho secreto es
conocido por el perito con motivo de la ejecución de la pericia,
por cuanto en tal caso no actúa como profesional sino como ór-
gano de prueba.

25.4. Excusación y recusación


a) Son causas de excusación y recusación de los peritos
las previstas respecto de los jueces (CPPN, art. 256) 21, de
modo que aquéllos deben inhibirse de intervenir o pueden ser
apartados cuando (CPPN, art. 55):
1°) hubieran intervenido en el mismo proceso como fun-
cionarios del ministerio público, defensores, denunciantes,
querellantes o actores civiles, o hubieran actuado ya como pe-
ritos o conocido el hecho como testigos;

^^ Conc. Buenos Aires, art. 256; Catamarca, art. 229; Chaco, art. 241; Chu-
but, art. 225; Córdoba, art. 235; Corrientes, art. 258; Entre Ríos, art. 259; For-
mosa, art. 233; Jujuy, art. 287; La Pampa, art. 240; La Rioja, art. 298; Mendoza,
art. 263; Misiones, art. 242; Neuquén, art. 232; Río Negro, art. 240; Salta, art.
248; San Juan, art. 257; Santa Cruz, art. 240; Santa Fe, art. 277; Santiago del
Estero, art. 235; Tierra del Fuego, art. 230; Tucumán, art. 235.
PERITOS 137

2-) hubieren intervenido o intervinieren en la causa al-


gún pariente suyo dentro del cuarto grado de consanguinidad
o segundo de afinidad;
3-) fiíeren parientes, en los grados preindicados, con al-
gún interesado;
4-) ellos o alguno de dichos parientes tuvieren interés en
el proceso;
5-) fiíeren o hubieren sido tutores o curadores, o hubieren
estado bajo tutela o cúratela de alguno de los interesados;
6-) ellos o sus parientes, dentro de los grados preindica-
dos, tuvieren juicio pendiente iniciado con anterioridad, o so-
ciedad o comunidad con alguno de los interesados, salvo la so-
ciedad anónima;
7°) ellos, sus cónyuges, padres o hijos, u otras personas
que vivan a su cargo, fiíeren acreedores, deudores o fiadores
de alguno de los interesados, salvo que se tratare de bancos
oficiales o constituidos bajo la forma de sociedades anónimas;
8°) antes de comenzar el proceso hubieren sido acusado-
res o denunciantes de alguno de los interesados, o acusados o
denunciados por ellos;
9°) hubieren dado consejos o manifestado extrajudicial-
mente su opinión sobre el proceso a alguno de los interesados;
10) tuvieren amistad íntima, o enemistad manifiesta con
alguno de los interesados;
11) ellos, sus cónyuges, padres o hijos, u otras personas
que vivan a su cargo, hubieren recibido o recibieren beneficios
de importancia de alguno de los interesados; o si después de
iniciado el proceso, hubieren recibido presentes o dádivas,
aunque sean de poco valor.
b) Cabe ante todo aclarar, en cuanto a la causal fundada
en el anterior desempeño como perito en el mismo proceso,
que sólo se configura respecto de puntos de pericia distintos a
los que fueron sometidos, o a los mismos en el caso de que la
pericia se haya anulado 22. Importa igualmente destacar que
las causales de excusación y recusación por razón del paren-
tesco o por la circunstancia de ser el perito denunciante, que-
rellante, actor civil o simple ofendido por el delito (art. 55,
incs. 1-, 2- y 3-) excluyen la aplicabilidad de las excepciones

22 Cfr. CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., át, pág. 55.


138 PRUEBA PERICIAL

previstas, respecto de la prueba testimonial, en los arts. 242


y 243, ya que dichas causales consagran una incompatibili-
dad genérica que resulta ajena a la persona perjudicada por
el delito.
c) El incidente de recusación (pues el trámite incidental
es ajeno a la excusación) debe resolverse una vez oído el inte-
resado y previa averiguación sumaria, sin recurso alguno
(CPPN, art. 256, párr. 2-) 23. Es obvio que la recusación debe
plantearse con anterioridad a la presentación del dictamen, y
como regla, dentro del plazo de tres días computado desde que
el interesado tuvo conocimiento de la designación (CPPN, art.
161), sin perjuicio de que el descubrimiento ulterior de causa-
les preexistentes se invoque como antecedente para la valora-
ción de aquél 24.

25.5. Deberes y derechos


25.5.1. Deberes
Los peritos tienen, fundamentalmente, el deber de acep-
tar el cargo, de guardar reserva de lo que conozcan a raíz de
su actuación como tales y de denunciar los delitos de acción
pública que lleguen a su conocimiento por igual motivo, así
como el genérico de correcto desempeño que incumbe a todos
los auxiliares judiciales, y el derecho de percibir honorarios y
el anticipo o reintegro de gastos por su tarea. Todo lo cual se
analizará a continuación.

25.5.1.1. Aceptación del cargo


a) En concordancia con el art. 243 del CP, que reprime a
quien fuere legalmente citado como perito y se abstuviese de
comparecer o de prestar la exposición respectiva, dispone el
art. 257 del CPPN que "el designado como perito tendrá el de-
ber de aceptar y desempeñar fielmente el cargo, salvo que tu-
viere un grave impedimento" 25, en cuyo caso debe ponerlo en

^^ En el mismo sentido las normas locales citadas en la nota 21.


^^ Cfr. NÚÑEZ, Código..., cit., pág. 233. Por otra parte, la circunstancia de
que la resolución no admita recurso alguno no descarta la posibilidad de plan-
tear el tema como cuestión preliminar en el debate (CPPN, art. 376).
^^ Conc. Buenos Aires, art. 246; Catamarca, art. 227; Chaco, art. 242; Chu-
PERITOS 139

conocimiento del juez al ser notificado de la designación (párr.


1°). En virtud de ser sin embargo obvia la imposibilidad prác-
tica de tal simultaneidad, la comprensión literal de la norma
debe descartarse.
b) Entre otras circunstancias el impedimento —cuya
gravedad incumbe apreciar al juez— puede consistir en una
incompatibilidad horaria con otra función, en la imposibili-
dad física de traslado por enfermedad u otra razón atendible
o en la ausencia del país. Es asimismo obvio que el perito pue-
de fundamentar el impedimento en la concurrencia de alguna
de las incompatibilidades o inhabilidades previstas en el art.
255 del CPPN, y que, luego de ser notificado de la designa-
ción, puede excusarse mediante la invocación de alguna de las
causales contempladas en el art. 55.
c) El art. 257 agrega que si el perito "no acudiere a la ci-
tación o no presentare el informe a debido tiempo, sin causa
justificada, incurrirá en las responsabilidades señaladas para
los testigos por los artículos 154 y 247" 26, o sea, respectiva-
mente, conducción al tribunal por la fuerza pública y arresto
hasta tanto expida el informe. Se trata empero de previsiones
manifiestamente incompatibles con la índole primordialmente
intelectual de la función e inclusive con la eficacia de ésta 27.
d) En oportunidad de aceptar el cargo el perito debe pres-
tar juramento, de acuerdo con sus creencias (CPPN, art. 117
y normas locales concordantes), de desempeñarlo fielmente.

but, art. 226; Córdoba, art. 233; Entre Ríos, art. 257; Formosa, art. 234; Jujuy,
art. 287; La Pampa, art. 240; La Rioja, art. 298; Mendoza, art. 263; Misiones, art.
240; Neuquén, art. 233; Río Negro, art. 241; Salta, art. 246; San Juan, art. 258;
Santa Cruz, art. 238; Santa Fe, art. 275; Santiago del Estero, art. 223; Tierra del
Fuego, art. 231; Tucumán, art. 233.
2^ En igual sentido las normas citadas en la nota precedente.
"^"^ LEVENE (h) - CASANOVAS - LEVENE (n) - HORTEL critican acertadamente
la solución legal. Tras advertir que "la comparecencia por la fuerza pública se
agota como medida en el cumplimiento de ella misma", agregan que "la negativa
del perito a cumplir su labor no puede originar un acto de coerción para 'que se
ponga a trabajai^...". También consideran desafortunada la remisión al art. 247,
pues supuesta la comparecencia coactiva del perito, "un arresto hasta por dos
días para imponerle la obligación de hacer la pericia, aparte de ser cosa que no
se aviene con la calidad intelectual del recurrente y especialmente de su activi-
dad, no asegura que la pericia sea realizada, o, en su caso, de que la calidad de
ella se corresponderá con las necesidades de la investigación. Mediante la remo-
ción se evitan dificultades, trámites y tiempo" {Código..., cit., págs. 212/213). En
sentido similar se expiden NAVARRO - DARAY, Código..., cit., 1.1, pág. 547.
140 PRUEBA PERICIAL

La falta de juramento determina la nulidad de la pericia ^,


pero se trata de una nulidad relativa y, como tal, subsanable
{id., art. 171) 29.
El deber sólo alcanza a los peritos no oficiales (art. 257 in
fine), pues respecto de los oficiales basta el juramento que
prestaron al asumir susfianciones3o.

25.5.1.2. Reserva y obligación de denuncia


a) Constituye deber de los peritos el consistente en guar-
dar reserva de todo cuanto conocieren con motivo de su actua-
ción (CPPN, art. 266) 3i.
La inobservancia de tal deber puede hacer incurrir a los
expertos en el delito previsto en el art. 157 del CP, cuyo ám-
bito de aplicación resulta particularmente acentuado duran-
te el período instructorio (CPPN, art. 204).
b) Asimismo, en razón de que los peritos cumplen, con
motivo de la aceptación del cargo, una función pública procesal,
están obligados a denunciar los delitos de acción pública que
conozcan con ocasión del ejercicio de sus funciones (CPPN,
art. 177, inc. 1-). Así lo dispone expresamente el art. 253 del
Código de Buenos Aires.

28 Cfr. CFed. Tucumán, 17-V-1971, "Jurado Albornoz, Lorenzo E.", E.D.,


37-573. Si los peritos son varios, la nulidad sólo alcanza la opinión del perito
afectado (NAVARRO - DARAY, Código..., cit., 1.1, pág. 549). En relación con el tra-
bajo realizado por técnicos integrantes de la Policía Federal se decidió que la fal-
ta de aceptación del cargo y juramento, como impugnación a los peritos actuan-
tes, no constituye causal de nulidad del informe por cuanto el art. 14 del dec.-ley
33.365/44 (ley 13.030) autoriza la actuación mediando orden de autoridad com-
petente, sin necesidad de ratificación (CNCC, sala 1,21-V-1971, "Karol, Jorge y
otro", J . A , 1971-XII-384).
2^ Cfr. D'ALBORA, Código..., cit., pág. 366. La falta de oportuno juramento
por parte de los expertos no provoca necesariamente la nulidad de la diligencia
si tal requisito se ha suplido en oportunidad de su posterior ratificación (CNCC,
sala II, 5-IX-1967, "Repún, Juan", E.D., 23-242, nro. 179).
Pero la dispensa del juramento no exime a los peritos oficiales del deber
de aceptar el cargo (DONNA - MAIZA, Código..., cit., pág. 299).
^^ Conc. Buenos Aires, art. 253; Catamarca, art. 237; Chaco, art. 251; Chu-
but, art. 235; Córdoba, art. 245; Corrientes, art. 268; Entre Ríos, art. 266; For-
mosa, art. 243; Jujuy, art. 295; La Pampa, art. 250; La Rioja, art. 304; Mendoza,
art. 271; Misiones, art. 252; Neuquén, art. 242; Río Negro, art. 250; Salta, art.
256; San Juan, art. 267; Santa Cruz, art. 250; Santa Fe, art. 285; Santiago del
Estero, art. 232; Tierra del Fuego, art. 240; Tucumán, art. 245.
PERITOS 141

25.5.1.3. Correcto desempeño


a) Se trata, como se dijo más arriba, de un deber que al-
canza al perito como auxiliar de la Justicia, y es comprensivo
tanto del debido respeto hacia los jueces o integrantes del tri-
bunal cuanto de la diligencia que deben poner en el cumpli-
miento de sus funciones.
A la posible inobservancia de tal deber se refiere el art.
266, párr. 2- del CPPN, en tanto prescribe que "el juez podrá
corregir con medidas disciplinarias la negligencia, inconduc-
ta o mal desempeño de los peritos y aun sustituirlos sin per-
juicio de las responsabilidades penales que puedan corres-
ponder" 32.
b) Las medidas disciplinarias, sin perjuicio de la even-
tual sustitución a la que alude el art. 266, se hallan previstas
en los arts. 16 y 18 del decreto-ley 1285/58, y la responsabili-
dad penal puede derivar de la comisión de los delitos tipifica-
dos en los arts. 243, 275 y 276 del CP (incumplimiento de los
deberes procesales y falsa pericia).

25.5.2. Derechos
Los peritos gozan, fundamentalmente, del derecho al co-
bro de honorarios, y a que se les anticipen y restituyan los gas-
tos en que hayan incurrido.

25.5.2.1. Honorarios
a) Todo perito designado en causa penal tiene, como re-
gla, derecho a percibir honorarios con motivo del cumplimien-
to de su función. No obstante, mientras el nombrado a peti-
ción de las partes privadas puede cobrarlos siempre, el
designado de oficio o a pedido del ministerio público no es ti-
tular de ese derecho en el caso de percibir sueldo por cargos
oficiales desempeñados en virtud de conocimientos específi-
cos en la ciencia, arte o técnica que la pericia requiera (CPPN,
art. 267) 33, sea que se trate de los integrantes de los cuerpos

En igual sentido las normas citadas en la nota anterior.


^^ Conc. Buenos Aires, art. 254; Catamarca, art. 238; Chaco, art. 252; Chu-
but, art. 236; Córdoba, art. 246; Corrientes, art. 269; Entre Ríos, art. 267; For-
mosa, art. 244; La Pampa, art. 251; La Rioja, art. 305; Mendoza, art. 272; Misio-
142 PRUEBA PERICIAL

técnicos periciales dependientes del Poder Judicial, o de los


funcionarios que cumplen funciones periciales permanentes
y a sueldo en dependencias nacionales, provinciales o muni-
cipales.
b) Los honorarios deben ser pagados, cuando el perito es
designado de oficio o a pedido del ministerio público, por el Es-
tado o por la parte condenada en costas. Si, en cambio, el pe-
rito es nombrado a pedido de parte privada, puede cobrar sus
honorarios directamente a éstas (salvo que se trate del impu-
tado o de quien obtuvo el beneficio de pobreza: CPPN, art.
529) o a la parte condenada al pago de las costas, que puede
ser el Estado cuando la parte vencida sea el ministerio públi-
co (CPPN, art. 531).
c) Las regulaciones de honorarios deben ser practicadas,
por el juez o tribunal, de acuerdo con las normas contenidas
en el arancel relativo a la profesión del perito (CPPN, art. 534
infme), y guardar relación con las de los restantes profesiona-
les intervinientes.

25.5.2.2. Anticipo y reintegro de gastos


a) Otro derecho de los peritos consiste en que se les anti-
cipen y reintegren los gastos que se ven obligados a sufragar
para realizar la pericia.
b) Si se trata de peritos designados de oficio o a pedido del
ministerio público el obligado al anticipo y al reintegro es el
Estado, sin perjuicio de que el pago recaiga sobre la parte con-
denada en costas. Las partes privadas se hallan directamente
obligadas frente a los peritos propuestos por ellas, con las
mismas salvedades formuladas en el número precedente.
Por aplicación supletoria del art. 463 del CPCN debe en-
tenderse que, frente al caso de que la parte interesada no de-
posite el importe del anticipo requerido dentro de quinto día
de notificada del decreto que lo ordena, corresponde tener a
dicha parte por desistida de la prueba propuesta.

nes, art. 253; Neuquén, art. 243; Río Negro, art. 251; Salta, art. 257; San Juan,
art. 268; Santa Cruz, art. 251; Santa Fe, art. 286; Santiago del Estero, art. 233;
Tierra del Fuego, art. 241; Tucumán, art. 246.
PROCEDIMIENTO 143

26. PROCEDIMIENTO
26.1. Designación de los peritos y determinación
de las cuestiones
a) Durante el período instructorio, sea que la prueba pe-
ricial se disponga de oficio o a pedido de parte, el juez debe de-
signar un perito salvo que considere indispensable que sean
más. Debe hacerlo, asimismo, entre los que tengan el carácter
de peritos oficiales, y si no los hubiere, entre los fiíncionarios
públicos que, en razón de su título profesional o de su compe-
tencia, se encuentren habilitados para emitir dictamen acer-
ca del hecho o circunstancia que se quiere establecer (CPPN,
a r t . 258) 34.
La norma, como se advierte, instituye una prioridad en favor
de los peritos oficiales y de losfiíncionariospúblicos que reúnan
las condiciones que prevé, de manera que frente a la inexisten-
cia de ese tipo de expertos resulta aplicable la regla establecida en
el art. 254 del CPPN, o sea que el nombramiento puede recaer
en persona de conocimiento o práctica reconocidos.
En el caso de que la prueba se ordene de oficio, la resolución
que designa al perito o peritos debe contener también la con-
creta formulación de las cuestiones a elucidar y la fijación del
plazo dentro del cual los expertos han de expedirse (CPPN,
a r t . 260) 35.
Dicha resolución debe notificarse al ministerio fiscal, a la
parte querellante y a los defensores (CPPN, art. 258, párr.
2°) 36, así como al mandatario de aquélla en su caso y al impu-
tado (CPPN, art. 146), antes de que se inicien las operaciones

34 Conc. Buenos Aires, art. 247; Catamarca, art. 225; Chaco, art. 243; Chu-
but, art. 227; Córdoba, art. 236; Corrientes, art. 259; Entre Ríos, art. 255; For-
mosa, art. 235; Jujuy, art. 282; La Pampa, art. 242; La Rioja, art. 294; Mendoza,
art. 259; Misiones, art. 243; Río Negro, art. 242; Salta, art. 244; San Juan, art.
259; Santa Cruz, art. 242; Santa Fe, art. 275; Santiago del Estero, art. 221; Tie-
rra del Fuego, art. 232; Tucumán, art. 236.
^^ Conc. Buenos Aires, art. 248; Catamarca, art. 230; Chaco, art. 245; Chu-
but, art. 229; Córdoba, art. 238; Corrientes, art. 261; Entre Ríos, art. 260; For-
mosa, art. 237; Jujuy, art. 290; La Pampa, art. 244; La Rioja, art. 299; Mendoza,
art. 264; Misiones, art. 245; Neuquén, art. 236; Río Negro, art. 244; Salta, art.
249; San Juan, art. 261; Santiago del Estero, art. 226; Tierra del Fuego, art. 234;
Tucumán, art. 238.
3^ En igual sentido las normas citadas en la nota 34.
144 PRUEBA PERICIAL

periciales y a fin de que se encuentren en condiciones de ejer-


cer las siguientes facultades:
1°) Dentro del plazo (individual y perentorio: arts. 161 y
163 del CPPN) de tres días proponer, a su costa, otro perito le-
galmente habilitado 3^, conforme a lo dispuesto en el art. 254
(CPPN, art. 259) ^^, aunque la proposición es viable cuando,
no obstante haber vencido dicho plazo, no comenzaron a rea-
lizarse las diligencias periciales y no cabe la posibilidad de re-
producirlas con posterioridad 39.

El perito de control propuesto a pedido de parte, al que alude el art. 237


del Código Procesal Penal de la Provincia de Córdoba, no debe confundirse, sin
embargo, con el perito del mismo nombre previsto en los arts. 262,263,277 y 278
del Código Procesal Civil y Comercial de esa misma provincia a fin de que evalúe
y en su caso critique el dictamen pericial, por cuanto éste, a diferencia de aquél:
1°) es designado por la parte interesada; 2-) puede asistir a las diligencias peri-
ciales y formular las observaciones que se estimen necesarias, pero no se halla
habilitado para participar en la deliberación, que sólo debe hacerse entre los pe-
ritos; 3°) puede presentar un informe apoyando o discrepando, en forma funda-
da, con el de los peritos. Asimismo se asemeja, en cambio, al consultor técnico al
que se refieren los arts. 458, 459, 460, 464, 472 y 473 del Código Procesal Civil
y Comercial de la Nación y al experto del mismo nombre que el Código Procesal
Penal italiano incorporó para sustituir al antiguo perito de parte, el cual reviste
el carácter de un defensor técnico (ver, por todos, MANZINI, Tratado..., cit., t. III,
págs. 443 y sigs.).
A diferencia del perito mencionado en el art. 259 del CPPN, el perito de con-
trol no está obligado a aceptar el cargo y no se halla sujeto a excusación o recu-
sación. Dispone asimismo el mencionado ordenamiento que si las partes que
proponen peritos de control son varias, no pueden proponer en total más de dos,
salvo que exista conflicto de intereses, en cuyo caso cada grupo de partes con in-
tereses comunes pueden proponer hasta dos peritos, y cuando no se pongan de
acuerdo corresponde designar entre los propuestos.
Fundado en la experiencia que demuestra que las partes consideran al perito
que proponen como un representante técnico de su interés y no un órgano de
prueba, CAFFERATA NORES (La Prueba..., cit., pág. 63) estima aconsejable la
adopción, por la ley procesal penal, de una figura equivalentfe^a la del perito de
control prevista en el Código Procesal Civil y Comercial. Aunque tal crit^erio pue-
de ser objetable (ver, por ej., JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 178) es sin embar-
go preferible el que preside el texto del citado art. 237, que instituye una figura
híbrida.
^^ Cono. Buenos Aires, art. 247; Catamarca, art. 226; Chaco, art. 245; Chu-
but, art. 229; Córdoba, art. 237; Corrientes, art. 261; Entre Ríos, art. 260; For-
mosa, art. 236; Jujuy, art. 289; La Pampa, art. 243; La Rioja, art. 299; Mendoza,
art. 264; Misiones, art. 244; Río Negro, art. 244; Salta, art. 249; San Juan, art.
261; Santa Cruz, art. 243; Santa Fe, art. 278, Santiago del Estero, art. 222; Tie-
rra del Fuego, art. 233; Tucumán, art. 237.
39 Cfr. D'ALBORA, Código..., cit., pág. 368.
PROCEDIMIENTO 145

2-) Se haga o no uso de la facultad precedentemente men-


cionada, proponer otras cuestiones como tema de la peritación.
3°) Recusar al perito designado.
Si la prueba pericial es ordenada a pedido de parte, la
pertinente resolución debe contener la designación del perito
propuesto por aquélla (siempre, naturalmente, que reúna los
requisitos habilitantes) y remitirse a los puntos de pericia in-
dicados por el interesado •*", sin perjuicio de que el juez inclu-
ya en dicha resolución las cuestiones que estime conducentes.
En todos los casos la falta de notificación de la resolución
lleva aparejada su nulidad 4i, que es, como regla, relativa o
subsanable 42, salvo que la prueba alcance a tener incidencia
decisiva en la sentencia desfavorable a quien se omitió notifi-
car (CPPN, arts. 167, incs. 1^, 2^ y 3^ y 168, párr. 2^) «.
El incumplimiento de la notificación no genera la nuli-
dad de la pericia cuando existe "suma urgencia" (v.gr.: exis-
tencia de numerosas personas detenidas o posibilidad de de-
saparición de las cosas a examinar) o "la indagación sea
extremadamente simple" (v.gr. comprobación del funciona-
miento de un arma), extremos que si bien se hallan supedita-
dos a la potestad discrecional del juez deben objetivarse a través
de la motivación del correspondiente decreto en los términos
del art. 123 del CPPN (CPPN, art. 258, párr. 3-) ^. Pero en tales
casos, bajo pena de nulidad, debe notificarse a las partes "que se
realizó la pericia, que pueden hacer examinar sus resultados
por medio de otro perito y pedir, si fuere posible, su reproduc-
ción" (CPPN, art. 258 infine)45.
•*° CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 119.
Corresponde la anulación del examen médico practicado en el mismo día
en que fue dispuesto y sin dar posibilidad a la defensa de proponer perito de par-
te y controlar el peritaje (TOC Nro. 7, 3-VIII-1993, "V. E. A. J. y otros", J.A,
1995-111, síntesis, y L.L., fallo nro. 91.935). Ver asimismo el fallo citado en la
nota 13.
*2 LEVENE (h) - CASANOVAS - LEVENE (n) - HORTEL, Código..., cit., pág. 214.
^^ D'ALBORA, Código..., cit., pág. 367.
*•* En igual sentido las normas locales citadas en la nota 34.
•* En sentido semejante las normas locales citadas en la nota 34. La omi-
sión al notificar previamente la medida que ordenó el estudio pericial queda con-
validada mediante la resolución que dispuso emoticiar a las partes sus resulta-
dos en los términos del art. 258 del CPPN (CNCC, sala IV, 18-IX-1995, "C. B.,
J. J.", L.L., 1996-C-682). Pero adolece de nulidad absoluta e insalvable la autop-
sia si, habiéndose realizado cuando aún no existía imputado en la causa, una vez
146 PRUEBA PERICIAL

b) Durante el juicio, finalmente, el perito o peritos deben


ser, como regla, propuestos por las partes, a quienes asimis-
mo incumbe la determinación de los puntos de pericia, que de-
ben ser distintos a los que anteriormente fueron objeto de
examen (CPPN, art. 355), sin perjuicio de que la ejecución de
la prueba de que se trata sea dispuesta de oficio por el tribunal
en el curso del debate, a raíz de las facultades autónomas de in-
vestigación de que aquél se halla investido (CPPN, art. 388).

26.2. Ejecución de la pericia


26.2.1. Dirección
a) Cuadra ante todo puntualizar que al juez incumbe la
dirección de la pericia, y que a fin de concretar ese poder —ge-
néricamente enunciado en el art. 260 CPPN— la ley otorga a
aquél no sólo, según se ha visto, la facultad de formular las
cuestiones a elucidar y de fijar el plazo en que ha de expedirse
el perito, sino también las consistentes en:
1^) Asistir a las operaciones (CPPN, art. 260, párr. 1°) 46.
2-) Autorizar al perito para examinar las actuaciones o
para asistir a determinados actos procesales (CPPN, art. 260,
párr. 2°) ^^^ siempre, naturalmente, que tal examen o asisten-
cia se vinculen al objeto de la investigación a cargo del exper-
to 48 y no impliquen una forma de quebrantar el secreto dis-
puesto en los términos del art. 204 del CPPN 49.
3-) Adoptar las medidas conducentes (que también deben
cumplir los peritos) para procurar que las cosas a examinar
sean en lo posible conservadas, de modo que la pericia pueda
repetirse (CPPN, art. 261, párr. 1^) so.
apersonado en ella se le notificó la operación pero sin prevenirle que podía ha-
cerla examinar por otro perito y pedir en su caso su reproducción y si, además,
se omitió toda notificación al defensor (Trib. Sup. Just. de Córdoba, sala Penal,
7-XI-1956, "Vives, José Rosendo", B.J.C., Rep. 1,1957-58-109).
Conc. las normas citadas en la nota 35.
^^ Conc. las normas citadas en la nota 35.
•*^ NÚÑEZ, Có¿¿^o...,cit., pág. 237.
*^ D'ALBORA, Código..., cit., pág. 369.
^° Conc. Buenos Aires, art. 248; Catamarca, art. 261; Chaco, art. 246; Chu-
but, art. 230; Córdoba, art. 239; Corrientes, art. 262; Entre Ríos, art. 261; For-
mosa, art. 238; La Pampa, art. 245; La Rioja, art. 300; Mendoza, art. 265; Misio-
nes, art. 246; Neuquén, art. 237; Río Negro, art. 245; Salta, art. 250; San Juan,
PROCEDIMIENTO 147

4°) A pedido de los peritos, decidir si procede la destruc-


ción o alteración de los objetos analizados, así como dirimir
las discrepancias que pueden suscitarse entre aquéllos sobre
el modo de conducir las operaciones (CPPN, art. 261, párr. 2-),
debiendo, en el primer supuesto, notificar previamente al mi-
nisterio fiscal, la parte querellante y los defensores (CPPN,
art. 201).
b) Del contenido de tales atribuciones se sigue claramen-
te que el poder directivo que compete al juez es de índole pro-
cesal y no técnica 5i, porque de lo contrario aquél violaría la
premisa de la cual partió para disponer la pericia, que no es
otra que la consistente en admitir su incapacidad técnica
para llevar a cabo la pertinente comprobación 52 y el perito
perdería asimismo autonomía como órgano de prueba 53.

26.2.2. Desarrollo de la diligencia


Por lo que concierne al desarrollo de la prueba examina-
da dispone el art. 262 que "los peritos practicarán unidos el
examen" 54, aludiendo a una exigencia naturalmente propia
de las pericias plurisubjetivas, que se ftinda en la necesidad y
conveniencia de que el dictamen correspondiente sea el resul-
tado de una discusión razonada acerca de las circunstancias
del caso y de las opiniones de los expertos 55.
art. 262; Santa Cruz, art. 245; Santa Fe, art. 280; Santiago del Estero, art. 227;
Tierra del Fuego, art. 235; Tucumán, art. 239.
^^ Cfr. MANZINI, Tratado..., cit, t. III, pág. 396; BELLAVISTA -TRANCHINA,
Lezioni..., cit., pág. 341.
^2 LEONE, Tratado..., cit., t. II, pág. 211.
^^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., c i t , t. V, pág. 124.
^^ Conc. Buenos Aires, art. 249; Catamarca, art. 232; Chaco, art. 247; Chu-
but, art. 231; Córdoba, art. 240; Corrientes, arts. 263 y 264; Entre Ríos, art. 262;
Formosa, art. 239; Jujuy, art. 292; La Pampa, art. 246; La Rioja, art. 301; Men-
doza, art. 266; Misiones, arts. 247 y 248; Neuquén, art. 238; Río Negro, art. 246;
Salta, art. 251; San Juan, art. 263; Santa Cruz, art. 246; Santa Fe, art. 281; San-
tiago del Estero, art. 228; Tierra del Fuego, art. 236; Tucumán, arts. 240 y 241.
^ De allí que carezca de aparente fundamento el art. 240 del Código de
Córdoba en cuanto supedita la tarea conjunta de los peritos al requisito de que
ello "sea posible y conveniente". Pero la violación, por los peritos, de la regla con-
tenida en el art. 262 del CPPN, si bien no lleva aparejada la nulidad de la pericia,
puede incidir en su valor probatorio, que el juez debe realizar conforme a las re-
glas de la sana crítica (cfr. NAVARRO - DARAY, Código..., di., 1.1, pág. 556). En
contra CNCC, sala 1,14-III-1996, "Kurlat, R.", J.P.B.A., t. 96, pág. 87, donde, con
148 PRUEBA PERICIAL

26.2.3. Deliberación
Prescribe asimismo el art. 262 del CPPN se que los peri-
tos "deliberarán en sesión secreta, a la que sólo podrá asistir
el juez", de manera que si bien las partes pueden asistir a las
diligencias periciales (CPPN, arts. 200 y 201) deben retirarse
cuando aquéllos pasen a debatir acerca de las respectivas in-
dagaciones y conclusiones a fin de llegar a un acuerdo. La ad-
mitida presencia del juez obedece no al aspecto técnico sino
meramente procesal del acto.

26.2.4. Redacción del informe, eventuales


discrepancias y nueva pericia
a) Agrega el art. 262, párr. 1- del CPPN que si los peritos
"estuvieren de acuerdo redactarán su informe en común" y que
"en caso contrario, harán por separado sus respectivos dictáme-
nes" 57, procedimiento que facilita la valoración de la prueba.
b) Prescribe finalmente la norma citada que "si los infor-
mes discreparen fundamentalmente, el juez podrá nombrar
más peritos, según la importancia del caso, para que los exa-
minen e informen sobre su mérito o, si fuere factible y necesa-
rio, realicen otra vez la pericia" {id., art. 262, párr. 2-) ss.
Las discrepancias a que alude el precepto deben hallarse
contenidas en las conclusiones y no en los fundamentos, ya
que es posible compartir las primeras sobre la base de razones
diferentes. En el supuesto de disponerse la práctica de una
nueva pericia es menester notificar a las partes a fin de otor-
garles la posibilidad de ratificar a los ya designados a pro-
puesta de ellas o de proponer nuevos expertos.
Importa destacar, sin embargo, que la renovación de la
pericia no debe considerarse circunscripta al caso de mediar
discrepancias entre los expertos, sino que corresponde exten-
derla a los supuestos en que medie insuficiencia, contradic-

excesivo rigor formal, se declaró la nulidad del dictamen pericial del Cuerpo Mé-
dico Forense suscripto sólo por sus expertos sin la intervención del perito de par-
te, que se expidió individualmente aduciendo haber practicado el estudio técnico
en forma conjunta con aquéllos.
5^ Conc. las normas citadas en la nota 54.
5^ Conc. las normas citadas en la nota 54.
5® Conc. las normas citadas en la nota 54.
PROCEDIMIENTO 149

ción o deficiencia en las conclusiones u otros motivos análo-


gos 59, pues la designación simultánea de peritos a que se re-
fiere al art. 258 del CPPN no excluye, en virtud de los poderes
autónomos de investigación de que se hallan dotados los jue-
ces penales, la posibilidad de la designación sucesiva so.

26.3. Dictamen pericial


a) El dictamen configura el acto mediante el cual culmi-
na el desarrollo de la prueba pericial y consiste, fimdamental-
mente, en la respuesta fundada que suministran los peritos a
las cuestiones oportunamente fijadas por el juez o tribunal,
sea de oficio o a propuesta de las partes.
En cuanto a su forma y contenido prescribe el art. 263 del
CPPN 61 que "el dictamen pericial podrá expedirse por infor-
me escrito o hacerse constar en acta y comprenderá, en cuan-
to fuere posible 62;
"1-) La descripción de las personas, lugares, cosas o he-
chos examinados en las condiciones en que hubieren sido ha-
lladas", de modo que si se trata de personas corresponde con-
signar todos los datos que la identifiquen (edad, color, altura,
aspecto físico o particularidades anatómicas que presente), y
si se trata de lugares o de cosas deben mencionarse su ubica-
ción, dimensiones, composición, peso, densidad, etc., todo lo
cual reviste particular importancia cuando aquéllas pueden
sufrir alteraciones como consecuencia de las operaciones
periciales.
"2-) Una relación detallada de todas las operaciones prac-
ticadas y sus resultados", es decir un relato pormenorizado de
los procedimientos adoptados, de los instrumentos, sustan-

59 Cfr. MANZINI, Tratado..., cit., t. III, pág. 416.


^° Cfr. CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 86.
61 Conc. Buenos Aires, art. 250; Catamarca, art. 233; Chaco, art. 248; Chu-
but, art. 232; Córdoba, art. 242; Corrientes, art. 265; Entre Ríos, art. 263; For-
mosa, art. 240; Jujuy, art. 294; La Pampa, art. 247; La Rioja, art. 302; Mendoza,
art. 267; Misiones, art. 249; Neuquén, art. 239; Río Negro, art. 247; Salta, art.
252; San Juan, art. 284; Santa Cruz, art. 247; Santa Fe, art. 283; Tierra del Fue-
go, art. 237; Tucumán, art. 242.
6^ Destaca BERTOLINO, Código..., cit., pág. 291, que tal expresión descarta
el carácter taxativo del elenco de requisitos, porque "simplemente se establece
un marco ordenatorio de suficiencia para el dictamen".
150 PRUEBA PERICIAL

cias o materiales utilizados y de los efectos positivos o negati-


vos logrados.
"3°) Las conclusiones que formulen los peritos conforme a
los principios de su ciencia, arte o técnica", o sea las respues-
tas motivadas respecto de cada una de las cuestiones someti-
das a aquéllos, por cuanto la pericia no puede ceñirse a una
mera opinión de los expertos que carezca del necesario sus-
tento científico ni puede consistir en meras aserciones dog-
máticas ajenas a toda fundamentación.
"4°) Lugar y fecha en que se practicaron las operaciones" 63.
b) Según se destacó en el número 24.3.3., la forma oral y
actuada del dictamen sólo es viable durante la instrucción, ya
que en el juicio el dictamen puede exclusivamente expedirse
oralmente o por escrito de acuerdo con la menor o mayor com-
plejidad de las cuestiones a elucidar, sin perjuicio de que los
peritos que dictaminaron por escrito en el período instructo-
rio declaren oralmente en el debate cuando son citados a éste
en los términos del art. 383 del CPPN.

26.4. Reglas particulares


Sin perjuicio de las normas generales precedentemente
analizadas, y de las citadas supra (nro. 23.d]), la mayoría de los
ordenamientos vigentes contiene preceptos específicamente re-
feridos a cierto tipo de pericias, instituyendo los presupuestos que
las condicionan o previendo el modo de solucionar las vicisitudes
que pueden tener lugar con motivo de su práctica. El CPPN, al
igual que algunos códigos provinciales, contempla, dentro de la
línea descripta, la autopsia y el cotejo de documentos.

26.4.1. Autopsia
a) La autopsia, también denominada pericia anatómica,
es la operación técnica que se lleva a cabo sobre un cadáver en
todo caso de muerte violenta o sospechosa de criminalidad
(CPPN, art. 264) s*, a fin de determinar el origen del falleci-
miento y las circunstanii^ias que lo rodearon.
^^ Que no debe confundirse con la fecha de presentación del dictamen (NÚ-
ÑEZ, Código..., cit., pág. 240).
6* Conc. Buenos Aires, art. 251; Catamarca, art. 235; Chaco, art. 249; Chu-
EFICACIA PROBATORIA 151

b) En razón de que, conforme a lo prescripto en la norma


citada, los presupuestos a los que se halla supeditada la admi-
sibilidad de la autopsia no son concurrentes ^s, frente a un su-
puesto de muerte violenta aquélla debe disponerse aun cuan-
do resulte evidente la inexistencia de delito (v.gr. suicidio), y,
viceversa, ante la sospecha de criminalidad acerca del hecho
generador de la muerte resulta indiferente, para ordenar la
medida, la inexistencia de signos de violencia en el cadáver
(v.gr. envenenamiento).
c) La necesidad de la autopsia resulta empero descartada
cuando "por la inspección exterior resultare evidente la causa
de la muerte", pues en tal hipótesis es superfluo el examen en
el interior del cuerpo del cadáver.
Asimismo, si bien la autopsia debe realizarse en todos los
casos de muerte violenta, ello no implica que no pueda deter-
minarse por otros medios la causa de aquélla ^e.

26.4.2. Cotejo de documentos


El tema fue analizado supra (nro. 13.4.), lugar al que co-
rresponde remitir.

2 7 . EFICACIA PROBATORIA

a) El dictamen pericial carece de eficacia vinculante para


el juez o tribunal, quienes deben valorarlo de acuerdo con las
reglas de la sana crítica (CPPN, art. 263, inc. 4- in fine) ^'^, es
decir de aquellas que derivan de la lógica, la experiencia y el
correcto entendimiento humano.
El apartamiento, por el órgano judicial, de las conclusio-
nes establecidas en el dictamen pericial debe sin embargo en-

but, art. 233; Córdoba, art. 243; Corrientes, art. 266; Entre Ríos, art. 264; For-
mosa, art. 241; Jujuy, art. 225; La Pampa, art. 248; La Rioja, art. 228; Mendoza,
art. 269; Misiones, art. 250; Neuquén, art. 240; Río Negro, art. 248; Salta, art.
254; San Juan, art. 265; Santa Cruz, art. 248; Santa Fe, art. 216; Santiago del
Estero, art. 154; Tierra del Fuego, art. 238; Tucumán, art. 243.
^^ Cfr. LEVENE (h) - CASANOVAS - LEVENE (n) - HORTEL, Código..., cit., pág.
220; CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., t. V, pág. 136.
^^ Trib. Sup. de Córdoba, sala Penal, 7-XI-1956, "Vives, José Rosendo",
ñ . J . C R e p . I, 1957-58-110.
^^ Conc. las normas citadas en la nota 61.
152 PRUEBA PERICIAL

contrar apoyo en fundamentos objetivamente demostrativos


de que la opinión de los expertos no se concilla con las mencio-
nadas pautas, lo que ocurre cuando aquélla comporta una
mera aserción dogmática, carece de lógica, es inverosímil o re-
sulta contradictoria con el resto de la prueba producida o con
hechos notorios ^. Lo mismo ocurre cuando los peritos, extra-
limitándose de su función específica, incursionan en el marco
jurídico afirmando, v.gr., que la persona examinada actuó en
"estado de emoción violenta" o en "estado de inconsciencia" sa.
Le está en cambio vedado a los jueces, sin incurrir en ar-
bitrariedad, sustituir la opinión de los peritos por sus propios
conocimientos técnicos, artísticos o científicos, o rechazar la
pericia correctamente fundada a la que no cabe oponer prue-
bas de igual o mejor fuerza de convicción.
b) En todo caso deben los jueces desarrollar, en sus sen-
tencias, los motivos por los que adhieren al dictamen o discre-
pan de él total o parcialmente (CPPN, art. 123 y 404, inc. 2^) 7o,
pues la libertad con que cuentan aquéllos en orden a la apre-
ciación de la pericia no implica reconocerles al respecto el
ejercicio de una ilimitada discrecionalidad.

^^ Cfr. DEVIS ECHANDÍA, Teoría..., cit., t. II, pág. 348.


^^ D'ALBORA, Curso..., cit., pág. 214y precedente allí citado.
"^^ Cfr. MANZINI, Tratado..., cit., t. III, pág. 418.
CAPÍTULO V I

PRUEBA DE CONFESIÓN
SUMARIO: 28. Concepto. 29. Naturaleza. 30. Regulación legal. 31. Requisitos
subjetivos. 32. Requisitos objetivos. 33. Requisitos de lugar, tiempo y
forma. 33.1. Lugar. 33.2. Tiempo. 33.3. Forma. Z^. Divisibilidade in-
divisibilidad de la confesión. 35. Procedimiento. 36. Eficacia probato-
ria de la confesión.

28. CONCEPTO
a) Cuadra definir a la confesión como el acto procesal en
cuya virtud el imputado admite, ante el órgano judicial com-
petente, y a través de una declaración expresa y libremente
asumida, su participación en el hecho que se le atribuye, cual-
quiera sea la naturaleza y el grado de esa participación.
b) Si bien, al igual de lo que ocurre en el proceso civil, tal ad-
misión debe provenir de una de las partes y su contenido ser des-
favorable a quien la emite i, la formulación de un concepto ade-
cuado del medio de prueba de que se trata requiere destacar,
ante todo, que mientras en aquel proceso la confesión:
1-) puede ser espontánea, o provocada mediante la prác-
tica de la absolución de posiciones, y provenir asimismo de
cualquiera de las partes (actora o demandada);

Circunstencia en la cual reside su valor probatorio, pues como CHIOVEN-


DA decía, nadie, habitualmente, reconoce un hecho que le es desfavorable si no
está realmente convencido de su verdad (Principios de Derecho Procesal Civil,
trad. de Casáis y Santaló, t. II, Madrid, s/f, pág. 324). De aUí que CARNELUTTI
haya expresado que "no hay en el proceso penal una prueba más preciosa que el
testimonio del imputado" (Lecciones..., cit., 1.1, pág. 330).
154 PRUEBA DE CONFESIÓN

2°) resulta admisible tenerla por configurada frente a la


incomparecencia al acto de absolución de posiciones o al silen-
cio o respuesta ambigua observada respecto de aquéllas;
3-) puede ser tanto judicial como extrajudicial, cuando es
expresa configura plena prueba (confessio pro veritate habetur)
y es por sí sola suficiente para fundar una sentencia desfavora-
ble al confesante, en el proceso penal, en cambio, la confesión:
1-) debe ser espontánea y provenir exclusivamente del
imputado;
2-) no puede ser ficta o tácita, y
3°) sólo puede ser judicial (sin perjuicio de los sistemas
que regulan la investigación penal preparatoria), y no es por
sí sola suficiente para fundar una sentencia adversa a quien
la presta.
Tales diferencias radican, naturalmente, en la ajenidad
del proceso penal al poder dispositivo que, respecto del dere-
cho material, se reconoce como regla a las partes en el pro-
ceso civil.

29. NATURALEZA
a) En doctrina se ha controvertido si la confesión del im-
putado constituye, o no, un medio de prueba.
Quienes se pronuncian en sentido negativo estiman que
el interrogatorio dirigido al imputado es un medio de informa-
ción y de defensa, y se halla configurado como una suerte de
invitación enderezada a requerir de aquél argumentos adver-
sos a la acusación 2.
Dentro de la misma corriente, aunque en sentido menos
riguroso, MANZINI considera que si bien dicho interrogatorio
constituye primordialmente un medio de defensa, puede sin
embargo ser fuente de prueba, coadyuvando en este aspecto a
lograr la convicción del juez 3.
b) Los autores que, por el contrario, se expiden afirmati-
vamente, argumentan en el sentido —sin duda^ correcto— de
que la verdadera esencia de la declaración del imputado con-
siste en proporcionar al órgano judicial elementos encamina-
dos a formar su convicción acerca de la existencia de los he-
2 Ver, por ej., BELING, Derecho..., cit., pág. 232.
3 Tratado..., cit., t. IV, pág. 404.
REGULACIÓN LEGAL 155

chos que han de servir de fundamento a su decisión ^ y cons-


tituye, por lo tanto, un medio de prueba.
Si bien, en suma, la confesión se verifica, por lo general,
en el curso de la declaración indagatoria, que constituye esen-
cialmente un medio de defensa s, aquélla puede ser un resul-
tado eventual de ese acto 6, y pasa entonces a erigirse en un
verdadero medio probatorio.

30. REGULACIÓN LEGAL


a) Al igual que el derogado Código de Procedimientos en
Materia Penal y de otros ordenamientos del mismo corte como
los también derogados códigos de las provincias de Buenos Ai-
res y de Corrientes, el Código de San Luis reglamenta expre-
samente a la confesión entre los medios de prueba (arts. 159 a
163), y en tal sentido la define, determina los requisitos a que
se hallan supeditados sus efectos legales, la clasifica en sim-
ple y calificada e impide su división en perjuicio del confesan-
te, permite su retractación bajo ciertos requisitos y le otorga, en
ciertas condiciones, el carácter de prueba acabada del delito.
b) Si bien el CPPN, lo mismo que los restantes ordena-
mientos vigentes, no descarta la posibilidad de que se incorpo-
ren al proceso elementos probatorios derivados de la declara-
ción del imputado, no contiene pauta alguna para su valoración,
de modo que, como se verá infra (nro. 36), se halla sujeta al

* Cfr. FENECH {Derecho..., cit., t. \, pág. 651), quien en ánimo de desvirtuar


el argumento conforme al cual se considera a la declaración del imputado más
como un medio de defensa que de prueba, hace mérito de la circunstancia de que
también son medios de defensa las declaraciones de los testigos propuestos por
la defensa, y no por ello se ha pensado jamás en negarles su carácter de medios
de prueba, agregando que lo mismo puede decirse de los documentos aportados
por el imputado con el mismo fin. En sentido sustancialmente similar VIADA,
Curso..., cit., pág. 242, quien no obstante otorga carácter de medio de prueba a
la declaración tanto favorable como desfavorable del imputado, siendo así que
sólo este último tipo de declaración configura una verdadera confesión. También
consideran como medio de prueba a la confesión, entre otros, FLORIÁN (Elemen-
tos..., cit., pág. 335); CARNELUTTI (Lecciones..., cit., t. I, pág. 330); GuARNERI
(Las Partes en el Proceso Penal, trad. de Bernardo de Quirós, México, 1952, pág.
286); CLARIÁ OLMEDO (Tratado..., cit., t. V, pág. 89); CAFFERATA NORES (La
Prueba..., cit., pág. 168) y JAUCHEN (La Prueba..., cit, pág. 55).
^ LEONE, Tratado..., cit., t. II, pág. 251; VÉLEZ MARICONDE, Derecho..., t.
II, pág. 378.
^ Cfr. CAFFERATA NORES, La Prueba..., cit., pág. 168.
156 PRUEBA DE CONFESIÓN

sistema general que instituye, al respecto, la aplicación de las


reglas de la sana crítica.

3 1 . REQUISITOS SUBJETIVOS
a) Son sujetos de la prueba de confesión el imputado como
declarante y el órgano judicial (o el fiscal en los casos de inves-
tigación penal preparatoria) como receptor de la declaración. Se
hallan por consiguiente excluidos como órganos de prueba de la
confesión el querellante —^tanto exclusivo como conjunto—, el
actor civil y el civilmente demandado, quienes sólo pueden de-
poner como testigos aun cuando lo hagan en desmedro de su
propio interés.
b) Desde el punto de vista analizado la validez de la con-
fesión se halla supeditada a la concurrencia de las siguientes
condiciones:
1-) Debe ser expresa, configurando por ende una relación
circunstanciada en cuanto a lugar, tiempo y modo, clara y
precisa de los hechos sobre que versa. Es, por lo tanto, inad-
misible la confesión tácita o ficta, propia del proceso civil,
emergente de la inobservancia de la carga de comparecer y de
expedirse concretamente sobre cada posición o pregunta.
2°) Quien declara debe encontrarse en el pleno goce de
sus facultades mentales, de modo que una disminución, así
sea parcial del entendimiento, basta para restar atendibili-
dad al relato.
3-) La declaración debe responder a la libre determina-
ción del imputado, circunstancia que excluye la práctica de
cualquier género de coacción, sea la moral involucrada en el
juramento, o la física realizada a través de apremios ilegales.
Fuera de las condiciones precedentemente indicadas, no
constituye requisito del relato confesorio el denominado animus
confitendi, o sea la intención de producir una prueba adversa a
quien la suministra. La ley, en efecto, no exige tal requisito, y en
materia procesal —^más allá de la ejí^ema dificultad que entra-
ña una indagación de los factores psicológicos que conducen a
expedirse en determinado sentido— debe en todo caso prevale-
cer la voluntad declarada sobre la voluntad real'', siempre des-
de luego que ésta no se halle afectada de error esencial.

"^ PALACIO, Derecho..., cit., t. IV, pág. 496.


REQUISITOS OBJETIVOS 157

32. REQUISITOS OBJETIVOS


a) El objeto de la confesión, como el de todas las restantes
pruebas, se encuentra constituido, desde el punto de vista de
su posibilidad jurídica, por uno o más hechos que, aparte de
ser pertinentes y útiles, deben haber sido conocidos por el impu-
tado a través de su percepción directa y no por simples induc-
ciones 8. Deben ser asimismo verosímiles, lógicos y coherentes 9,
y no dubitativos ni contradictorios lo con una declaración ante-
rior del imputado o con los resultantes de otras pruebas incorpo-
radas a la causa.
En forma indirecta o mediata, cabe también incluir en el
objeto de la prueba analizada las cosas que constituyen el cuer-
po del delito o las que el juez o tribunal considere que el impu-
tado debe reconocer en virtud de haberlas encontrado en su
poder, así como cualquier otra circunstancia cuya averigua-
ción conduzca al esclarecimiento de la verdad n.
Desde el mismo ángulo carece de relevancia la autoincri-
minación del imputado referida a una determinada figura ju-
rídica o la mera admisión de su responsabilidad penal, si ella
no va acompañada de una descripción expresa y pormenori-
zada acerca de la forma en que se produjeron los hechos 12,
pues la determinación de aquellos extremos es función propia
del órgano judicial. La misma reflexión es extensiva a la ad-
misión de la pretensión punitiva, por cuanto tal actitud entra-
ña la formalización de un allanamiento que se halla despro-
visto de toda virtualidad en el proceso penal i3.
b) La confesión resulta por último inidónea frente al caso
de que la comprobación de los hechos requiera conocimientos

° CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 102, donde recuerda el texto


del art. 316, inc. 6- del derogado Código de Procedimientos en Materia Penal, que
aludía al "conocimiento por la evidencia de los sentidos". Así también lo hace el
art. 160, inc. 6° del Código de San Luis.
9 CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 172.
^^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 284.
^^ Cfr. FENECH, Derecho..., cit., 1.1, pág. 656.
^2 Cfr. JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 64.
^^ Cfr. CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 91. Ver, en el mismo sen-
tido, CNCC, sala V, 24-IV-1984, "G., V. R.", E.D., 110-250.
158 PRUEBA DE CONFESIÓN

técnicos o científicos, pues entonces se torna necesario acudir


al auxilio de peritos i*.

33. REQUISITOS DE LUGAR, TIEMPO Y FORMA


33.1. Lugar
a) Desde que, como se anticipó más arriba, en materia pe-
nal se encuentra excluida la validez de la confesión extrajudi-
cial, el lugar del acto probatorio de que se trata debe coincidir,
en la instrucción, con el de la sede del juzgado (o fiscalía) que
recibe la declaración indagatoria del imputado, aunque aquél
se declare posteriormente incompetente is.
Es también eficaz la confesión prestada ante el juez ex-
hortado a quien se encomendó la recepción de la declaración
indagatoria i^.
No es en cambio válido como confesión, el reconocimiento
formulado en el proceso civil que versa sobre la indemniza-
ción del daño causado por el delito, o en otro proceso penal por
hechos distintos, y mucho menos el contenido en un acuerdo
extrajudicial relativo al pago del daño i''.
Carece asimismo de todo valor la declaración confesoria
ante las autoridades de la prevención, sin perjuicio de que, en
circunstancias excepcionales, el juez instructor se traslade a
las dependencias policiales a fin de recibir la declaración in-
dagatoria.
Se ha decidido, al respecto, que si bien no configura mo-
tivo de "mal desempeño", en el sentido constitucional, que en
una ocasión una jueza de instrucción se haya constituido en
las oficinas policiales para recibir la declaración indagatoria
al imputado, ya que un hecho aislado no puede interpretarse

14 MlTTERMAIER, Tratado de la Prueba en Materia Criminal, trad. de Gon-


zález del Alba, Madrid, 1929, pág. 220.
Es válida la confesión del imputado ante el juez que era a la sazón com-
petente aunque haya devenido luego incompetente (SCBA, 20-11-1990, "Cilien-
to, Norberto M. y otros", D.J.B.A., 138-1975; 2-V-1989, "Spinalli, Vicente A. y
otros", D.J.B.A., 138-3381; 2-IX-1992, "Olivera, Enrique", J.A., 1993-11-208).
JAUCHEN,LáPruebo..., cit., pág. 60. En contraCLARIÁOLMEDO, Traíado..., cit.,
t. V, pág. 98.
1^ CSJN, 5-IV-1957, "Alberto Rivero", Fallos, 237:388 y sus citas.
^"^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 98.
DIVISIBILIDAD E INDIVISIBILIDAD DE LA CONFESIÓN 159

con ese alcance, corresponde destacar que no constituye prác-


tica recomendable que dicha declaración se reciba en esa sede
por cuanto no es dudoso que, al menos espiritualmente, no es la
misma la posición del encausado cuando se halla en depen-
dencias policiales que cuando se encuentra en la sede del tribunal
(CNCC, sala V, 31-X-1979, "Fischman, H. y otros", B.C.N.C.C,
1980-III-40).
b) En el juicio, el lugar de la confesión no puede ser otro
que el de la sede en la que funciona al tribunal o juez correc-
cional competente.

33.2. Tiempo
a) El tiempo de la confesión coincide, en la instrucción,
con el momento previsto por la ley para que el imputado pres-
te declaración indagatoria.
b) En el debate, en cambio, la dimensión analizada se
ubica en la primera declaración del imputado o, en su caso, en
las posteriores.

33.3. Forma
a) Mientras en el período instructorio la confesión se ex-
presa en forma verbal y actuada, durante el debate se halla
sujeta al sistema de oralidad pura.
b) En cuanto al modo de recepción, el relato confesorio es
secreto en la primera indagatoria de la instrucción (aunque
con la necesaria presencia del defensor), y público sólo para
las partes en las ulteriores, salvo que el juez haya dispuesto
el secreto.
c) Durante el debate rige, en cambio, el principio de pu-
blicidad.

34. DIVISIBILIDAD E INDIVISIBILIDAD DE LA CONFESIÓN


a) El tema del epígrafe reposa, liminarmente, en la dis-
tinción de la confesión en simple y calificada, las que apare-
cen caracterizadas según que, respectivamente, el imputado
admita lisa y llanamente el hecho que se le atribuye o bien
añada, a tal admisión, circunstancias susceptibles de atenuar
160 PRUEBA DE CONFESIÓN

O excluir la responsabilidad penal, de modo que se reconoce el


contenido fáctico de la imputación pero se aduce una disculpa.
Sobre esa base se afirma que mientras la confesión sim-
ple es indivisible, la confesión calificada, frente a ciertas cir-
cunstancias, puede dividirse en contra del imputado, a quien
se impone la carga de la prueba de las circunstancias ate-
nuantes (v.gr. maté, pero violentamente emocionado) o justi-
ficantes (v.gr. maté, pero en legítima defensa) que haya ale-
gado. El art. 161 del Código de San Luis, como lo hacía el art.
318 del derogado Código nacional, dispone, al respecto, que la
confesión no puede dividirse en perjuicio del confesante, y
agrega que los dichos y circunstancias contenidas en ella no
importarán excepciones cuya prueba incumba al acusado,
salvo cuando por la calidad de las personas, sus antecedentes
u otras circunstancias del hecho resulten presunciones gra-
ves en contra del confesante.
b) La mencionada norma, como cualquier otra conforme
a la cual se regule la distribución de la carga de la prueba en
el proceso penal, o se prevea su inversión, entraña la recep-
ción de un criterio civilista incompatible tanto con el estado
de inocencia de que goza el imputado, como con el principio de
investigación integral en cuya virtud el deber de los órganos
públicos de colectar la prueba sobre los extremos de la imputa-
ción es también comprensivo de las circunstancias alegadas
por el imputado en su favor. En razón, por consiguiente, de
que no pesa sobre éste imperativo alguno de acreditar dichas
circunstancias, la idea de la indivisibilidad de la confesión re-
sulta ajena al derecho procesal penal, porque las declaracio-
nes confesorias del imputado son separables y valorables en
cada una de sus partes is.

35. PROCEDIMIENTO
a) En virtud de que, habitualmente, la confesión del im-
putado tiene lugar, como se dijo más arriba, durante el trans-
curso de la declaración indagatoria, conviene analizar el tema
del epígrafe a través de la estructura y formalidades propias
del mencionado acto procesal, que el CPPN regula mediante

^^ MANZINI, Tratado..., cit., t. III, pág. 498 (nota 66).


PROCEDIMIENTO 161

normas que tienen sus equivalentes en todos los ordenamien-


tos provinciales.
b) En ese sentido corresponde por lo pronto puntualizar
que, durante la instrucción, antes de que el imputado comien-
ce a prestar declaración indagatoria el juez debe invitarlo a
designar defensor, salvo que lo autorice a defenderse perso-
nalmente (CPPN, arts. 104 y 107) i9.
De la claridad que en este sentido exhibe el art. 295 del
CPPN y de las remisiones que hace el art. 297 se sigue que la
constitución de defensor debe verificarse antes de foraiularse
al imputado cualquier tipo de interrogatorio, inclusive del de
identificación.
A partir de la constitución del defensor, y supuesta la
apertura del acto con indicación de fecha y hora, y con arreglo
a las cláusulas constitucionales que impiden compeler a de-
clarar contra sí mismo y aseguran la inviolabilidad de la de-
fensa enjuicio, dispone el art. 296 del CPPN, con carácter ge-
neral, que "el imputado podrá abstenerse de declarar" y "en
ningún caso se le requerirá juramento o promesa de decir ver-
dad ni se ejercerá contra él coacción o amenaza ni medio algu-
no para obligarlo, inducirlo o determinarlo a declarar contra
su voluntad ni se le harán cargos o reconvenciones tendientes
a obtener su confesión", agregando que "la inobservancia de
este precepto hará nulo el acto, sin perjuicio de la responsabi-
lidad penal o disciplinaria que corresponda".

^^ Por ello se ha decidido que en oportunidad de la indagatoria debe haber


siempre un defensor formal y materialmente constituido, y que corresponde
anular el acta respectiva y lo actuado en su consecuencia si se omitió comunicar
al defensor, antes de la declaración, la realización del acto, sin perjuicio de que
al declarar hubiera o no proporcionado el imputado elementos de cargo (TOC
Nro. 9, 20-IV-1993, "Navarrete, Carlos", L.L., 1993-D-369; CNCC, sala IV, 10-
VIII-1993, "Orellana, Ricardo", L.L., 1994-D-518, nrb. 38.264-S). Se resolvió asi-
mismo que corresponde la declaración de nulidad de la declaración indagatoria
si la posibilidad de entrevistarse previamente al acto el imputado con el defen-
sor, y la asistencia de éste a la indagatoria, resultó frustrada en virtud de haber-
se notificado al letrado después de realizada la audiencia (TOC Nro. 5, 5-IV-
1993, "Linares Lacuesta, Luis G.", L.L., 1994-A-24). Se agregó que sólo a través
de la renuncia expresa del imputado a la entrevista previa con su defensor y a
la asistencia de éste al acto, cabe prescindir de la comimicación a este último de
la realización de aquélla con la debida antelación (TOC Nro. 9, loe. cit.; TOC Nro.
3,12-V-1993, "Velázquez, Hernán J.", L.L., 1994-A-498; CNCC, sala V, 13-VIII-
1993, "Tarrabuela", L.L., 1994-C-527).
162 PRUEBA DE CONFESIÓN

Supuesta la expresada voluntad de declarar, y cumplido


el interrogatorio de identificación, el juez debe luego informar
al imputado, "detalladamente", "cuál es el hecho que se le
atribuye" (CPPN, art. 298). Se t r a t a de la denominada "inti-
mación de la imputación", y consiste en describir del modo
más detallado posible el hecho delictuoso que generó el proceso
tal como fue presentado en el requerimiento ñscal de instruc-
ción 20, recaudo que no se cumple mediante la información del
nomen iuris del delito y mucho menos aún con la indicación de
la norma jurídica que lo contempla 21. Afinde facilitar aun en
mayor medida el descargo debe el juez informar también al
imputado "cuáles son las pruebas existentes en su contra" y,
finalmente, conforme a las garantías constitucionales más
arriba recordadas, "que puede abstenerse de declarar, sin que
su silencio implique una presunción de culpabilidad" (CPPN,
art. 298).
La exposición del imputado, que al decir de CLARIÁ OL-
MEDO 22 configura la "médula sustancial" de la declaración in-
dagatoria, consiste esencialmente en la libre y espontánea
respuesta a la intimación de la imputación y en la indicación
de la prueba de descargo. A este tramo del acto analizado se
refiere el art. 299 del CPPN en tanto prescribe que "si el im-
putado no se opusiere a declarar, el juez lo invitará a manifes-
tar cuanto tenga por conveniente en descargo o aclaración de
los hechos y a indicar las pruebas que estime oportunas".
E n consecuencia, corresponde por lo pronto acordar al
imputado el uso de la palabra afinde que exponga libremente
su propia versión de los hechos, pudiendo el juez restringir
ese derecho sólo frente a los supuestos de que la declaración
se aparte manifiestamente del objeto de la diligencia o resulte
carente de toda utilidad 23. El juez, por su parte, debe proce-
der a "evacuar las citas" que haga el imputado, o sea a orde-
nar la práctica de las medidas probatorias encaminadas a "in-
vestigar todos los hechos y circunstancias pertinentes y útiles
a que se hubiese referido el imputado" (CPPN, art. 304), sea

•^^ ALMEYRA, "Las formas de la declaratoria instruccional en la nueva ley


de enjuiciamiento", L.L., 1992-D-1098.
^^ D'ALBORA, Curso..., cit., 1.1, pág. 134.
22 Tratado..., cit., t. VI, pág. 516.
23 CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. IV, pág. 517.
PROCEDIMIENTO 163

que tales medidas surjan de su exposición o de las indicacio-


nes que en materia de prueba autoriza a formular el art. 299
del mencionado ordenamiento 24.
Concluida la exposición espontánea "el juez podrá formu-
lar al indagado las preguntas que estime convenientes, en for-
ma clara y precisa, nunca capciosa o sugestiva" (CPPN, art.
299). De tal manera el CPPN no sólo innovó respecto del orde-
namiento derogado en cuanto éste ubicaba al interrogatorio
del juez como tramo cronológicamente anterior a la exposi-
ción espontánea del imputado, sino también porque no prevé
el contenido del interrogatorio, como el mencionado cuerpo le-
gal lo hacía, con sentido incriminatorio, de manera que las
preguntas del instructor deben orientarse sólo a obtener acla-
raciones respecto de dichos contradictorios entre sí o en rela-
ción con pruebas existentes en la causa, o bien a cubrir vacíos
de la exposición.
Inclusive el art. 299, párr. 2° del CPPN, como arbitrio
tendiente a preservar la libertad del acto y el adecuado ejer-
cicio del derecho de defensa, agrega que "el declarante podrá
dictar las respuestas, que no serán instadas perentoriamen-
te", y que "si por la duración del acto se notaren signos de fa-
tiga o falta de serenidad en el imputado, la declaración será
suspendida".
Asimismo el fiscal y el defensor, tomando la palabra con
autorización del juez, se hallan facultados para proponer me-
didas, formular preguntas, hacer las observaciones que esti-
men pertinentes o pedir que se haga constar cualquier irregu-
laridad, siendo irrecurrible cualquier decisión que al respecto
dicte el juez (art. 199, párr. 2- in fine y sus remisiones).
En lo que concierne a la clausura del acto es menester
distinguir según que el imputado haya declarado sobre el he-
cho y respondido a las preguntas dirigidas por el juez (o even-
tualmente por el fiscal y el defensor), o bien se haya negado a
declarar una vez formulada la intimación de la imputación.

Pese a la indiscriminada alusión que el CPPN hace a los hechos, circuns-


tancias y pruebas, debe en todo caso entenderse que, conforme al principio ge-
neral contenido en el art. 199 del CPPN, la determinación de la pertinencia y uti-
lidad de la prueba, en la instrucción, cualquiera sea el momento en que se
proponga, queda deferida al criterio del juez, cuya resolución al respecto es irre-
currible.
164 PRUEBA DE CONFESIÓN

En el primer caso el acta debe ser leída en voz alta por el


secretario, bajo pena de nulidad, y de ello corresponde hacer
mención, sin perjuicio de que también la lean el imputado y su
defensor (CPPN, art. 301, párr. 1°). Si el declarante quiere
concluir (ampliar) o enmendar algo sus manifestaciones de-
ben consignarse sin alterar lo escrito (norma citada, párr. 2-)
pudiendo tales aclaraciones o rectificaciones generar nuevas
preguntas del juez. El acta debe ser suscripta por todos los
presentes y si alguno de ellos (con exclusión, obviamente, del
juez y el secretario) no pudiere o no quisiere hacerlo, tal cir-
cunstancia se hará constar y no afectará la validez de aquélla.
Al imputado le asiste el derecho de rubricar todas las fojas de
su declaración, por sí o por su defensor (CPPN, art. 301, párrs.
32y4^).
Frente a la segunda de las hipótesis más arriba enuncia-
das corresponde levantar acta dejando constancia de la nega-
tiva del imputado. Si éste también rehusa suscribir el acta co-
rresponde consignar el motivo (CPPN, art. 298, párr. 2°).
El imputado puede declarar cuantas veces quiera, durante
la instrucción, siempre que su declaración sea pertinente, y no
aparezca sólo como un procedimiento dilatorio o perturbador.
El juez asimismo puede disponer que amplíe la declaración,
siempre que lo considere necesario (CPPN, art. 303).
c) En la etapa del juicio, una vez abierto el debate o re-
sueltas, en su caso, las cuestiones incidentales en el sentido
de la prosecución de aquél, el presidente del tribunal debe
proceder, bajo pena de nulidad, a recibir la declaración del im-
putado con arreglo a los arts. 296 y sigs. del CPPN (desde lue-
go en lo pertinente), advirtiéndole que el debate continuará
aunque no declare (CPPN, art. 378, párr. 1^).
Si el imputado se niega a declarar o incurre en contradic-
ciones, las que se le harán notar, el presidente debe ordenar
la lectura de las declaraciones prestadas por aquél en la ins-
trucción (id., párr. 2°), aunque la advertencia es extensiva a
las exposiciones hechas en el debate 25.
Posteriormente, y en cualquier momento del debate, se le
pueden formular preguntas aclaratorias (id., párr. 3°), sin
perjuicio de que, lo mismo que en la instrucción, durante el

25 BÜSSER - ITURRALDE, El Juicio con Debate Oral, Santa Fe, 1993, pág. 82.
EFICACIA PROBATORIA DE LA CONFESIÓN 165

curso de aquél el imputado efectúe todas las declaraciones


que considere oportunas, siempre que se refieran a su defensa
(CPPN, art. 380, párr. 1-). El imputado tiene asimismo la fa-
cultad de hablar con su defensor sin que por eso la audiencia
se suspenda, pero no puede hacerlo durante la declaración o
antes de responder preguntas que se le formulen {id., párr. 2-).

36. EFICACIA PROBATORIA DE LA CONFESIÓN


a) La valoración del medio de prueba analizado se halla
sometida al principio general consagrado por el art. 398, párr.
2- del CPPN, es decir a las reglas de la sana crítica cuyo alcan-
ce fue analizado supra (nro. 6.4.).
b) El juzgador deberá por lo pronto atenerse a la concu-
rrencia, en el caso particular, de los requisitos analizados en
los números 31 y 32, desechando, según se ha visto (supra,
nro. 34), la idea de su indivisibilidad y computando, frente a
la hipótesis de que se produjera u n a retractación posterior, la
naturaleza de las razones invocadas como fundamento de ese
acto, su concordancia con las restantes pruebas producidas y
su credibilidad subjetiva y objetiva 26.
c) Asimismo, frente, particularmente, a la posibilidad de
una falsa autoincriminación 27, la doctrina en general se incli-

^^ Cfr. CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 171; JAUCHEN, La Prue-


ba..., cit., pág. 104. El derogado Código de Procedimientos en Materia Penal
prescribía en el art. 319, como lo hace actualmente el art. 162 del Código de Ssin
Luis, que cuando la acusación tuviese por base la confesión, ésta podía retractar-
se en cualquier estado del juicio antes de la sentencia que causa ejecutoria. La
norma condicionaba asimismo la retractación al requisito de que el inculpado
ofreciese prueba sobre los hechos decisivos que justificaríin haberse producido la
confesión oprimido por medios violentos, por amenazas, dádivas o promesas,
que tuviesen como causa un error evidente, o que el delito confesado fuese físi-
camente imposible. ODERIGO entendía que si bien debía ser decisiva la relación
causal entre los hechos y la confesión, tal carácter no era exigible a la prueba
aportada sobre tales hechos, porque si ella resultaba suficiente para generar en
el ánimo del juez una situación de duda acerca de los hechos determinantes de
la confesión, la retractación debía admitirse por aplicación del principio de libe-
ralidad (Derec/io..., cit., t. II, pág. 87). Si bien, conforme al sistema adoptado por
el CPPN, cabe computar hechos como los mencionados en el recordado art. 319,
el juez no se halla sujeto a directiva legal alguna para meritar la retractación.
Tampoco regula el ordenamiento actual el incidente de retractación que, confor-
me al Código derogado (art. 320), debía sustanciarse en el plenario.
2^ Tras advertir que si bien no es muy habitual que un imputado se acuse
a sí mismo, si esto no es verdad ello ocurre sin embargo con más frecuencia de
166 PRUEBA DE CONFESIÓN

na en el sentido de que para hacer mérito de la confesión en


una sentencia condenatoria, aquélla debe hallarse corrobora-
da por otros medios probatorios que acrediten la existencia
del delito 28. De allí que el art. 160, inc. T del Código de San
Luis, como lo hacía el art. 316, inc. 7° del derogado Código na-
cional, supedita la eficacia de la confesión, entre otros requi-
sitos, a "que el cuerpo del delito esté legalmente comprobado"
y aquélla "concuerde con sus circunstancias y accidentes".
Además de lo que exponga el imputado autoculpándose,
debe por lo tanto mediar cualquiera de las otras pruebas ad-
mitidas (otra confesión, uno o más testimonios, documentos,
etc.) que brinden un sustento suficiente a lo dicho por quien
reconoce haber incurrido en la comisión del delito, de modo tal
de no arribar a una sentencia condenatoria exclusivamente
determinada por la voluntad de quien pretenda padecerla.

lo que supone una persona aún poco experimentada, DÓHRING enumera, entre
posibles causas de una confesión falsa, la prestada para satisfacer ima vanidad
psicopática, por ponderaciones tácticas (v.gr. para proteger a otros pertenecien-
tes a la misma banda o a otra persona que le es afecta o para encubrir un delito
más grave), por combinación de móviles altruistas y egoístas (v.gr. el hijo se con-
fiesa autor de un incendio que en realidad fue provocado por el padre, y lo hace,
por un lado, para proteger a su progenitor y, por otro, porque éste es el propie-
tario de la finca quemada y la compeiñía de seguros no indemniza los incendios
provocados por el mismo dueño), por error generado a raíz de la brevedad del
tiempo de observación y como consecuencia de la fuerte excitación de que el im-
putado fue preso en el momento del hecho; etc. (LaPrueba..., cit., pág. 232). Una
interesante reseña puede verse también en GORPHE, Z/a Apreciación Judicial de
las Pruebas, trad. de Delia García Daireaux y supervisión de Guillermo R. Mon-
cayo, Buenos Aires, 1967, pág. 239 y sigs.
2^ Cfr. CLARIÁOLMEDO,Tratado..., cit.,t.V,pág. 102;CAFFERATANORES,
La Prueba..., cit., pág. 173; JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 80. Aunque en cier-
ta medida tal conclusión es tributaria del régimen de las pruebas legales o tasa-
das, "conviene recordar, sin embargo —como puntualiza LEONE—, que aquel ré-
gimen no era fruto de un planeamiento arbitrario, sino que, por el contrario,
constituía el resultado de experiencias que, si no satisfacen ya la conciencia ju-
rídica de la sociedad, pueden valer todavía, por lo menos, como sugerencia de
particulares cautelas en el examen crítico de las pruebas" (Tratado..., cit., t. II,
pág. 156).
CAPÍTULO VII
PRUEBA DE INFORMES
SUMARIO: 37. Concepto. 38. Regulación legal. 39. Supuestos excluidos de la
prueba de informes. 40. Requisitos subjetivos. 41. Requisitos objetivos.
42. Requisitos de lugar, tiempo y forma. 42.1. Lugar. 42.2. Tiempo.
42.3. Forma. 43. Procedimiento.

37. CONCEPTO
a) Denomínase prueba de informes en sentido propio al
medio de aportar al proceso datos concretos acerca de actos o
hechos resultantes de la documentación, archivos o registros
contables de terceros o de las partes, siempre que tales datos
no provengan necesariamente del conocimiento personal de
aquéllos i.
b) La prueba analizada presenta rasgos propios, suscep-
tibles de diferenciarla suficientemente de los restantes me-
dios probatorios, por cuanto:
1°) en tanto el informante se limita a transmitir al órgano
judicial el conocimiento que le deparan las constancias docu-
mentales que obran en su poder, no se trata de una especie de
la prueba documental porque ésta requiere la aportación di-
recta del documento, sea mediante su presentación espontá-
nea por la parte que intenta valerse de su contenido o a causa
de una orden de presentación y eventual secuestro;
2-) a diferencia del testigo, que declara sobre percepcio-
nes o deducciones de carácter persona/ y debe ser en todo caso
una persona física, el informante debe atenerse a las constan-

^ PALACIO, Derecho..., cit., t. rV, pág. 655.


168 PRUEBA DE INFORMES

cias de la documentación que se encuentre en su poder y ac-


túa, generalmente, como representante o personero de una
persona de existencia ideal;
3°) en la medida en que la expedición de un informe no re-
quiere la posesión de conocimientos técnicos especiales, la
prueba analizada no es asimilable a la prueba pericial.
c) Aunque pueda eventualmente cuestionarse la autono-
mía absoluta de la prueba de informes 2, y al margen de que
no se h a n aportado argumentos demostrativos de su afirmado
carácter auxiliar 3, lo cierto es que concurren, como circuns-
tancias que justifican la debida diferenciación de aquélla den-
tro del marco general de las medidas probatorias, así como la
correlativa necesidad de una específica regulación legal a su
respecto, la creciente complejidad que exhiben los sistemas
de registración y las extremadas dificultades con que puede
tropezar el intento de incorporar al proceso, a través de los
medios tradicionales, los datos registrados o archivados •*,
tanto más si se computan los notables avances tecnológicos
que presenta la informática y la frecuencia de su utilización.
d) Finalmente, al igual de lo que ocurre en el proceso ci-
vil, cabe calificar como prueba de informes, aunque en sentido
impropio, a aquella en cuya virtud se requiere a las oficinas
públicas la remisión de expedientes, testimonios o certifica-
dos (CPCN, art. 396), pues tal actividad configura sólo un
modo de incorporar al proceso prueba documental que se en-
cuentra en poder de entidades públicas.

38. REGULACIÓN LEGAL


a) Particularmente a causa de la ausencia de normas es-
pecíficas contenidas, respecto de la prueba analizada, en los
códigos procesales penales, algunos autores la han descalifi-
cado, sin más, como medio probatorio s; otros la han relegado
2 Puede verse, al respecto, DEVIS ECHANDÍA, Teoría..., cit., t. II, pág. 600.
3 Si bien demuestra cabalmente el carácter auxiliar de la traducción y de
la interpretación, CLARIÁ OLMEDO {Tratado..., cit., t. V, pág. 189) omite hacerlo
respecto de la prueba de informes, que analiza no obstante junto con aquéllas.
* CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 194.
Tras expresar que "las personas jurídicas sólo ficticiamente pueden ha-
cer aportaciones de conocimiento, por intermedio de las personas físicas que las
componen y son las verdaderas aportadoras", ODERIGO agrega que "esta cir-
REGULACIÓN LEGAL 169

al carácter de mero auxiliar de otras pruebas s; y no han fal-


tado quienes, reconociendo la autonomía de la prueba de que
se trata, han postulado la limitación de su admisibilidad des-
de el punto de vista de las personas habilitadas para expedir
el informe''.
Descartada, a esta altura de la evolución científica del
derecho procesal, la primera de las posturas doctrinarias pre-
cedentemente recordadas, el referido vacío normativo debe
cubrirse a través de la aplicación supletoria, en lo pertinente,
de los preceptos que destina el CPCN a la regulación de la
prueba de informes (arts. 396 a 403) 8. En ese sentido se inclina
la doctrina, así como la práctica judicial y la jurisprudencia.
Sólo es del caso aclarar que las normas procesales civiles
son, sin embargo, directamente aplicables frente a la hipóte-
sis de que la prueba examinada sea llevada a cabo —a pedido
del actor civil o del civilmente demandado o dispuesta de ofi-
cio— en relación con la pretensión resarcitoria formulada con
arreglo a lo prescripto en el art. 29 del CP.
b) Admitida la procedencia de la prueba analizada en el
proceso penal, cabe observar que durante la instrucción aqué-
lla se halla sin duda comprendida entre "las diligencias con-
ducentes al descubrimiento de la verdad" (CPPN, art. 193,
inc. 1-), al tiempo que en la etapa correspondiente a los actos
preliminares del juicio debe considerarse implícitamente in-
cluida entre las pruebas que pueden ofrecer el ministerio fis-
cal y las otras partes (id., art. 355). En el curso del debate
tampoco es dudoso que éstas pueden valerse de la prueba de
informes con motivo de la ampliación del requerimiento fiscal
(id., art. 381) o cuando se presentase como manifiestamente
cunstancia ha dado lugar al híbrido, no legislado y discutible sistema de laprue-
ba de informes" (ODERIGO, Derecho..., cit., 1.1, pág. 271). Interesa aclarar que a
la fecha en que se publicó la citada obra la prueba de informes tampoco se halla-
ba reglamentada en relación con el proceso civil.
^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit, t, V, pág. 189.
'^ Así CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 194; JAUCHEN, La Prue-
ba..., cit., pág. 318.
8 El art. 700 del derogado Código de Procedimientos en Materia Penal,
conforme al texto que le imprimió la ley 22.383, admitía expresamente la prueba
de informes, y establecía que las respuestas a los respectivos oficios debían re-
mitirse al tribunal dentro de los diez días de recibidos. Asimismo, autorizaba al
tribunal a prorrogar ese plazo a pedido fundado del requerido, y preveía una
sanción de multa en caso de incumplimiento.
170 PRUEBA DE INFORMES

Útil O indispensable, en cuyo caso puede disponerse aun de ofi-


cio (id, art. 388).
A título ejemplificativo cabe reputar admisible la prueba
examinada, v.gr., para que el Registro de la Propiedad del Au-
tomotor informe sobre el nombre del titular de cierto vehículo
al tiempo de cometerse un delito; o para que un banco informe
acerca del saldo que arrojaba una cuenta corriente en una fe-
cha determinada; o para que una empresa aérea informe
acerca del día y hora en que se produjo la salida o llegada de
un determinado vuelo, etc.

39. SUPUESTOS EXCLUIDOS DE LA PRUEBA DE INFORMES

a) Conviene, en relación con el tema del epígrafe, disipar


ciertos equívocos derivados de la terminología utilizada por
algunas leyes para referirse a actos que escasa o ninguna re-
lación guardan con la prueba de informes.
b) En ese sentido CLARIÁ OLMEDO, tras advertir que un
detenido análisis de los códigos procesales penales modernos
permite descubrir previsiones expresas sobre casos particula-
res de informe probatorio, encuentra que el caso "más clara-
mente contemplado es el previsto para el hábeas corpus" 9. En
línea similar, en efecto, al texto de normas provinciales que el
distinguido tratadista cita, dispone el art. 11 de la ley 23.098
que, formulada la denuncia referente a la privación de la li-
bertad de una persona, el juez debe ordenar de inmediato que
la autoridad requerida, en su caso, presente ante él al deteni-
do con un informe circunstanciado del motivo que funda la
medida, la forma y condiciones en que se cumple, y si ha obra-
do por orden escrita de autoridad competente, caso en el cual
debe acompañarla.
Debe entenderse, sin embargo, que ni la imperatividad
del empleo del informe como medio destinado a que el juez
tome conocimiento de la situación de hecho afirmada por el
denunciante, ni la determinación legal de su contenido, en
forma concreta y específica lo, configuran circunstancias que
autoricen a caracterizar a dicho informe como medio probatorio.
De la norma recordada, por el contrario, se infiere que el in-
^ Tratado..., cit., t. V, pág. 193.
^^ Op. y loe. citados en la nota precedente.
SUPUESTOS EXCLUIDOS DE LA PRUEBA DE INFORMES 1 7 1

forme redactado en cumplimiento del auto de hábeas corpus


constituye, en rigor, un acto alegatorio y susceptible, como
tal, de ser corroborado o desvirtuado a través de actos de prueba
realizados de oficio o a pedido de alguno de los intervinientes
en el proceso (ley cit., art. 15).
Fácilmente se advierte, por lo demás, que tal informe,
como acto de la mencionada categoría, resulta jurídicamente
asimilable, entre otros, al que deben redactar los jueces recu-
sados y remitir al tribunal competente para conocer de la re-
cusación (v.gr., CPPN, art. 61; CPCN, arts. 22 y 26).
c) Tampoco ha sido ajena a la influencia terminológica la
inclusión, dentro del ámbito de la prueba examinada, del in-
forme referido a los antecedentes del imputado que, a pedido
del juez, debe expedir el Registro Nacional de Reincidencia
(ley 22.117, art. 5°) ", o del relativo al dominio y gravámenes
que corresponde requerir con carácter previo a la excarcela-
ción bajo caución real mediante otorgamiento de hipoteca
(CPPN, art. 325) 12, pues en ambos casos se trata de actos de
documentación ajenos, como tales, a la comprobación de la
verdad o falsedad de los hechos investigados o debatidos en el
proceso.
Análogas consideraciones son aplicables al informe que,
de acuerdo con lo prescripto en los arts. 13 del CP y 506 del
CPPN, debe expedir ante una solicitud de libertad condicio-
nal la dirección del establecimiento donde el penado se en-
cuentra recluido i3, por cuanto, al margen de no configurar un
acto probatorio en sentido estricto, el contenido exigible a di-
cho informe incluye la enunciación de juicios y valoraciones
que exceden la objetividad que debe caracterizar a los datos
aportados por el informante.
d) Casi superfino, finalmente, resulta aclarar que la
prueba testimonial no pierde su carácter de tal frente a los ca-
sos de las personas que, por razones de su cargo o jerarquía,
no están obligadas a comparecer ante el órgano judicial y se

^^ En ese sentido CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 194.


^^ En el mismo sentido CAFFERATA NORES, La Prueba..., cit., pág. 195.
^^ CLARIÁ OLMEDO lo incluye como caso de la prueba de informes (Trata-
do..., cit., t. V, pág. 194). En contra CAFFERATA NORES, La Prueba..., cit., pág.
195.
172 PRUEBA DE INFORMES

hallan por ende habilitadas para rendir su testimonio me-


diante un "informe escrito" (CPPN, art. 250).

40. REQUISITOS SUBJETIVOS

a) Supuesta la aplicación supletoria de las normas que


sobre la prueba de informes contiene el CPCN, es del caso re-
cordar que este último, en el art. 396, otorga la calidad de in-
formantes a "las oficinas públicas, escribanos con registro y
entidades privadas", siempre, de acuerdo con la citada nor-
ma, que el informe se circunscriba a "actos o hechos que resul-
ten de la documentación, archivo o registros contables del in-
formante".
b) Sobre esa base tanto la doctrina como la jurispruden-
cia se han inclinado en el sentido de que la mención a las "en-
tidades privadas" no se circunscribe a las de carácter colecti-
vo, sino que debe considerarse comprensiva de personas
individuales que se encuentren en condiciones de expedirse
acerca de los actos o hechos a que alude el citado precepto i*.
Por ello se resolvió, entre otros casos, que es admisible el pe-
dido de informes dirigido a un comerciante individual is o a
un profesional i^ en tanto se trataba de obtener datos extraí-
dos de sus archivos o registros y no de la memoria o conoci-
miento personal de aquéllos, de modo que la transmisión de
los hechos pudo ser llevada a cabo por cualquier persona que,
como dependiente o empleado de la empresa u oficina priva-
da, hubiese tenido acceso al archivo o registro en el que estu-
viesen asentados tales hechos i''.
c) Un sector de la doctrina procesal penal, sin embargo,
pese a la circunstancia de admitir la objetividad y la preexis-
tencia de los hechos que deben ser materia de la prueba de in-
formes, entiende que éstos sólo pueden ser expedidos por per-
^^ PALACIO, Derecho..., cit., t. IV, pág. 658; FENOCHIETTO - ARAZI, Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación, t. 2, 2- ed., 1993, pág. 382; RiVAS, "Al-
gunas reflexiones acerca de la prueba de informes en el Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación", Revista de Estudios Procesales, nro. 27, Rosario, pág. 47.
15 CNCom., sala B, L.L., t. 79, pág. 165.
16 CNCiv., sala C, L.L., t. 106, pág. 726.
l'^ El carácter fungióle del informante fue correctamente explicado por
SENTÍS MELENDO, El Proceso Civil. Estudio de la Reforma Procesal Argentina,
Buenos Aires, 1957, pág. 278.
REQUISITOS SUBJETIVOS 173

sonas jurídicas, sean públicas o privadas i^. Se excluye implí-


citamente de tal suerte, del ámbito de esa prueba, no sólo a las
personas de existencia ideal-que, como las simples asociacio-
nes, carecen de personería jurídica, sino también, explícita-
mente, a las personas individuales. Particular énfasis pone al
respecto JAUCHEN, quien expresa que "en este caso corres-
ponde convocar a la persona a deponer como testigo y si tuvie-
se documentación relevante en su poder, se le requerirá su ex-
hibición o se dispondrá su secuestro, según resulte menester,
pero el testimonio no puede ser suplido por la prueba informa-
tiva" 19.
Si bien la limitación a las personas jurídicas es suscepti-
ble de interpretarse en un sentido no técnico, comprensivo de
todos los entes colectivos, las razones precedentemente recor-
dadas en apoyo de la inadmisibilidad de la prueba de infor-
mes proveniente de personas físicas carece de todo asidero en
la naturaleza y fines del proceso penal y no se concilla con la
ya recordada complejidad que caracteriza a los métodos de re-
gistración y con la consecuente imposibilidad, en numerosos
casos, de incorporar al proceso los datos pertinentes sin el au-
xilio de la prueba de informes. Al respecto basta pensar, por
ejemplo, en la necesidad de verificar la hora exacta de salida
y de llegada y el número de pasajeros transportados en deter-
minada fecha por un vehículo perteneciente a una empresa
individual. Es obvio que ni el empresario ni sus dependientes
pueden retener en la memoria elementos de juicio dotados de
semejante precisión, y no debe perderse de vista el hecho de
que el secuestro de la documentación pertinente puede apare-
jar más dificultades y engorros que beneficios.
Subyace, al parecer, como fundamento del criterio limi-
tativo, una cuota de desconfianza que, por un lado, la expe-
riencia demuestra elocuentemente que bien puede extender-
se a las personas jurídicas y que, por otro lado, está en manos
de los jueces desvirtuar a través de la orden de exhibición de
los registros pertinentes (CPCN, art. 403).
No existen, en consecuencia, razones valederas para des-
conocer a las personas de existencia visible el carácter de
^^ CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 194; JAUCHEN, La Prueba...,
cit., pág. 318.
^^ Op. y loe. citados en la nota precedente.
174 PRUEBA DE INFORMES

eventuales informantes en el marco probatorio del proceso


penal, siempre, naturalmente, que ello no tienda manifiesta-
mente a sustituir o a ampliar otro medio de prueba que espe-
cíficamente corresponda por ley o por la naturaleza de los he-
chos investigados o debatidos en aquél (CPCN, art. 397).
d) Distinto es el caso de que el informante, con prescin-
dencia de que sea una persona de existencia visible o ideal, re-
vista en el proceso penal la calidad de parte. Si bien la doctri-
na procesal civil, con anterioridad a la vigencia del CPCN, era
generalmente adversa a esa posibilidad 20, debe entenderse
que el art. 401 de ese ordenamiento implícitamente la admite,
y no median motivos atendibles para propiciar, en el proceso
penal, una solución distinta respecto de los sujetos privados
que en él intervienen, con la misma condición más arriba re-
cordada.
Corresponde en cambio descartar como órgano de la
prueba de informes, por obvias razones funcionales, al minis-
terio público, pero no median razones válidas, al menos teóri-
camente, para excluir al imputado como destinatario de la
prueba de que se trata cuando, a los fines de la obtención de
un dato útil para el proceso, resulte descartada la idoneidad
de la declaración indagatoria o la orden prevista en los arts.
231 y 232 del CPPN (si, v.gr., aquél es propietario de una em-
presa cuyo archivo electrónico se halla protegido por contra-
seña). El imputado no se encuentra sin embargo obligado a
responder al requerimiento, porque la garantía constitucio-
nal que prohibe obligarlo a declarar contra sí mismo es exten-
siva al riesgo de que cualquier aportación de conocimiento
que efectúe al margen de la presentación prevista en el art. 73
del CPPN o de la declaración indagatoria, y aun cuando apa-
rentemente lo favorezca, pueda eventualmente computarse
en su perjuicio. Lo mismo cabe decir respecto del civilmente
demandado.
e) Similar conclusión cabe respecto de las personas que
puedan o deban abstenerse de declarar como testigos por ra-
zón de parentesco, secreto profesional o de Estado (CPPN,
arts. 242 a 244).

20 Véase por ej. SENTÍS MELENDO, El Proceso Civil..., cit., pág. 279.
REQUISITOS OBJETIVOS 175

En todos esos casos son aplicables, desde luego, las ex-


cepciones contempladas en las normas citadas.

4 1 . REQUISITOS OBJETIVOS
a) A la idoneidad del objeto de la prueba de informes se
refiere el art. 396 del CPCN en tanto prescribe que aquéllos
"deberán versar sobre hechos concretos, claramente indivi-
dualizados, controvertidos en el proceso".
b) La posibilidad jurídica de la prueba analizada se halla
claramente perfilada por la ley en sus aspectos positivo y ne-
gativo.
Al primero de esos aspectos alude el art. 396 del CPCN
cuando dispone que los informes "procederán únicamente
respecto de actos o hechos que resulten de la documenta-
ción, archivos o registros contables del informante". De ello
se sigue que este último, en oportunidad de responder al re-
querimiento judicial, debe indicar con la mayor precisión po-
sible la fecha y demás recaudos relativos a los antecedentes
documentales que tuvo a la vista, pudiendo la parte que pro-
puso la prueba e incluso la contraria, en caso de reticencia o
ambigüedad en la respuesta, solicitar el libramiento de un
oficio aclaratorio.
El segundo de los señalados aspectos se halla contempla-
do por el art. 397, párr. 1-, del CPCN, en cuya virtud "no será
admisible el pedido de informes que manifiestamente tienda
a sustituir o a ampliar otro medio de prueba que específica-
mente corresponda por ley o por la naturaleza de los hechos
controvertidos".
La norma transcripta refirma la autonomía procesal de
la prueba de informes en tanto excluye su posibilidad jurídica
cuando mediante ella se persigue suplir o ampliar la práctica
de otro medio probatorio, lo que ocurriría, v.gr., si el requeri-
miento tuviese por objeto la incorporación de prueba docu-
mental que debió llevarse a cabo mediante la orden prevista
en el art. 232 del CPPN o la obtención de datos de origen es-
trictamente personal o de carácter técnico, pues en tales su-
puestos debe recurrirse, respectivamente, a la práctica de la
prueba testimonial o de la pericial.
176 PRUEBA DE INFORMES

4 2 . REQUISITOS DE LUGAR, TIEMPO Y FORMA


42.1. Lugar
El lugar de la prueba de informes coincide, por defini-
ción, con el de la sede o domicilio de la persona a quien aqué-
llos se han requerido, sin perjuicio de que adquiera aquel ca-
rácter en oportunidad de agregarse a la causa.

42.2. Tiempo
Por lo que concierne a esta dimensión de la actividad pro-
cesal, corresponde distinguir según que la prueba de que se
trata deba llevarse a cabo durante la instrucción, la instruc-
ción suplementaria o el juicio.
En el primer caso puede proponerse y diligenciarse en cual-
quier momento anterior al dictado del decreto previsto en el art.
346 del CPPN. En el segundo la prueba debe disponerse en los
términos del art. 357, y en el tercero ofrecerse, como la restante,
en la oportunidad prevista en el art. 354 y producirse con ante-
rioridad a la fecha fijada para la audiencia del debate, sin per-
juicio de que aquélla se disponga a raíz de la ampliación del re-
querimientofiscal(art. 381) o del ejercicio, por el tribunal, de los
poderes autónomos de investigación que le reconoce el art. 388.

42.3. Forma
En cuanto a su forma, la prueba de informes no admite,
como es obvio, otro modo de expresión que no sea el escrito,
pues a esta forma debe sujetarse el respectivo oficio y la res-
puesta del informante.

43. PROCEDIMIENTO
a) Corresponde considerar supletoriamente aplicables,
en el proceso penal, las normas procesales civiles que prohi-
ben a las oficinas públicas exigir para los oficios recaudos no
aprobados por el Poder Ejecutivo o aranceles no previstos le-
galmente (CPCN, art. 398, párr. 1°) 21, establecen plazos para
2^ Dispone el art. 398, párr. 1- del CPCN que "las oficinas públicas no po-
drán establecer recaudos o requisitos para los oficios sin previa aprobación por
PROCEDIMIENTO 177

la contestación {id., párr. 2-) 22, prevén sanciones frente al re-


tardo en responder (id., art. 399) 23, autorizan a las entidades
privadas para solicitar una compensación en el supuesto de
que para contestar el oficio hayan incurrido en gastos ex-
traordinarios (id., art. 401) 24, consagran el desistimiento de
la prueba (salvo en la instrucción) por falta de impulso (id.,
art. 402) 25 y contemplan la posibilidad, frente a la impugna-
ción por falsedad, de requerir la exhibición de los asientos
contables o de los documentos y antecedentes en que se fun-
dare la contestación (id., art. 403) 26.

el Poder Ejecutivo, ni otros aranceles que los que determinen las leyes, decretos
u ordenEinzas".
^^ Prescribe al respecto el art. 398, párr. 2- del CPCN, que las oficinas pú-
blicas "deberán contestar el pedido de informes o remitir el expediente dentro de
veinte días hábiles y las entidades privadas dentro de diez, salvo que la provi-
dencia que lo haya ordenado hubiere fijado otro plazo en razón de la naturaleza
del juicio o de circunstancias especiales".
^^ "Si por circunst£uicias atendibles —expresa el art. 399 del CPCN— el re-
querimiento no pudiere ser cumplido dentro del plazo, se deberá informar al juz-
gado, antes del vencimiento de aquél, sobre las causas y la fecha en que se cum-
plirá. Cuando el juez advirtiere que determinada repartición pública, sin causa
justificada, no cumple reiteradamente el deber de contestar oportunamente los
informes, deberá poner el hecho en conocimiento del Ministerio de Justicia, a los
efectos que corresponda, sin perjuicio de las otras medidas a que hubiere lugar.
A las entidades privadas que sin causa justificada no contestaren oportunamen-
te, se les impondrá multa de hasta (hoy $ 4,40) por cada día de retardo. La ape-
lación que se dedujere contra la respectiva resolución tramitará en expediente
separado". Las sanciones pecunarias son obviamente inaplicables al imputado,
al civilmente demandado y a las personas que puedan o deban abstenerse de de-
clarar como testigos, y la apelación a que alude el párrafo fuial es desde luego
ajena al trámite del juicio.
La norma citada en el texto expresa que " las entidades privadas que no
fueren parte en el proceso, al presentar el informe y si los trabajos que han de-
bido efectuar para contestarlo implicaren gastos extraordinarios, podréin solici-
tar una compensación, que será fijada por el juez, previo traslado a las partes.
En este caso el informe deberá presentarse por duplicado. La apelación que se
dedujere contra la respectiva resolución tramitará en expediente por separado".
Respecto de la apelación es aplicable lo dicho en la nota precedente.
^^ Prescribe el art. 402 del CPCN que "si vencido el plazo fijado psu-a con-
testar el informe, la oficina pública o entidad privada no lo hubiere remitido, se
tendrá por desistida de esa prueba a la parte que la pidió, sin sustanciación al-
guna, si dentro de quinto día no solicitare al juez la reiteración del oficio".
^^ Prescribe la norma citada en el texto que "sin perjuicio de la facultad de
la otra parte de formular las peticiones tendientes a que los informes sean com-
pletos y ajustados a los hechos a que han de referirse, en caso de impugnación
por falsedad, se requerirá la exhibición de los asientos contables o de los docu-
178 PRUEBA DE INFORMES

Sólo importa aclarar que la referida compensación debe


ser anticipada por la parte querellante, el actor civil y el civil-
mente demandado cuando la prueba es exclusivamente prac-
ticada a pedido de ellos, y costeada por el Estado cuando aquélla
es propuesta también por el ministerio público o el imputado,
o únicamente por éstos o dispuesta de oficio, con cargo de rein-
tegro al imputado en caso de condena (CPPN, arts. 79, inc. b]
y 362).
b) No resultan en cambio aplicables, por razón de incom-
patibilidad con el régimen establecido por el CPPN en mate-
ria de actos de transmisión, la atribución conferida a los letra-
dos patrocinantes para redactar y suscribir los oficios (CPCN,
art. 400) y la notificación por ministerio de la ley, a los fines
de la impugnación por falsedad, de la providencia que ordena
la agregación del informe {id., art. 403).

mentes y antecedentes en que se fundare la contestación. La impugnación sólo


podrá ser formulada dentro de quinto día de notificada por ministerio de la ley
la providencia que ordena la agregación del informe. Cuando, sin causa justifi-
cada, la entidad privada no cumpliere el requerimiento, los jueces y tribunales
podrán imponer sanciones conminatorias, en los términos del artículo 37 y a fa-
vor de la parte que ofreció la prueba".
CAPÍTULO VIII
MEDIOS DE PRUEBA MIXTOS
SUMARIO: 44. Caracterización. I. Reconocimiento de personas y de cosas. 45.
Reconocimiento de personas. 45.1. Concepto y regulación legal. 45.2.
Naturaleza del acto. 45.3. Requisitos subjetivos. 45.4. Req[uisitos ob-
jetivos. 45.5. Requisitos de lugar, tiempo y forma. 45.5.1. Lugar.
45.5.2. Tiempo. 45.5.3. Forma. 46. Procedimiento. 46.1. Fases que
comprende. 46.1.1. Fase descriptiva. 46.1.2. Fase experimental (rue-
da de personas). 46.1.3. Cierre del acto. 46.1.4. Modalidades del acto
en el juicio. 46.2. Reconocimiento en sentido impropio (por fotogra-
fías). 47. Eficacia probatoria. 48. Reconocimiento de cosas. 48.1. Con-
cepto. 48.2. Requisitos. 48.3. Procedimiento. 48.4. Reconocimiento de
cadáveres. IL Careos. 49. Concepto y naturaleza. 50. Requisitos subje-
tivos. 51. Requisitos objetivos. 52. Requisitos de lugar, tiempo y forma.
52.1. Lugar. 52.2. Tiempo. 52.3. Forma. 53. Procedimiento. 54. Efica-
cia probatoria.

4 4 . CARACTERIZACIÓN
a) Denomínanse medios de prueba mixtos o combinados
a aquellos que integran, mediante la incorporación al proceso
de nuevos datos, un acto probatorio cumplido con anteriori-
dad, o se llevan a cabo mediante la confrontación del resulta-
do obtenido a raíz de la intervención de varios o diferentes ór-
ganos de prueba.
b) Tales características corresponden, en el proceso pe-
nal, al reconocimiento de personas o de cosas y a los careos, los
que serán analizados en los siguientes parágrafos del presen-
te capítulo.
180 MEDIOS DE PRUEBA MIXTOS

/. Reconocimiento de personas y de cosas

45. RECONOCIMIENTO DE PERSONAS


45.1. Concepto y regulación legal
a) El reconocimiento de personas en sentido propio es el
acto mediante el cual se persigue verificar la identidad física
o individualización de una persona a través de la declaración
de otra que, al observarla entre varias de características se-
mejantes que se le exhiben, afirma o niega conocerla o haber-
la visto en relación con un hecho determinado.
b) En tanto aporta un elemento encaminado a generar la
convicción judicial, el reconocimiento de personas constituye
un genuino medio de prueba, criterio preferible a aquel en
cuya virtud se lo caracteriza como un elemento tendiente a
valorar la credibilidad de un elemento probatorio i.
c) A diferencia del derogado Código nacional, que se refe-
ría al reconocimiento en las normas regulatorias del procedi-
miento tendiente a lograr la identidad del imputado (arts.
264 a 268), e incluía la identificación de cadáveres entre los
preceptos referidos a la determinación del cuerpo del delito, el
CPPN, como la casi totalidad de los códigos vigentes en la Re-
pública, reglamenta el reconocimiento de personas y de cosas
entre los medios de prueba, y encabeza el capítulo respectivo
con una norma de amplio alcance subjetivo en cuya virtud "el
juez podrá ordenar que se practique el reconocimiento de una
persona, para identificarla o establecer que quien la mencio-
na o alude, efectivamente la conoce o la ha visto" (art. 270) 2.

^ Así, por ej., MANZINI, Tratado..., cit., t. IV, pág. 206; DE MAURO,Manua-
le..., cit., pág. 291. CLARIÁ OLMEDO, por el contrario, destaca que a través del re-
conocimiento se adquiere para el proceso un elemento de prueba importantísimo
para el descubrimiento de la verdad: "la identidad de la persona o cosa recordada
por el testigo con la adquirida para el proceso por la investigación" (Tratado...,
cit., t. V, pág. 159). En el mismo sentido D'ALBORA, "Alcances de la 'rueda de pre-
sos'", J.A., 1967-IV, secc. Doctrina, pág. 251.
2 Cono. Buenos Aires, art. 257; Catamarca, art. 241; Chaco, art. 255; Chu-
but, art. 239; Córdoba, art. 249; Corrientes, art. 272; Entre Ríos, art. 270; For-
mosa, art. 247; Jujuy, art. 238; La Pampa, art. 254; La Rioja, art. 308; Mendoza,
art. 275; Misiones, art. 256; Neuquén, art. 246; Río Negro, art. 254; Salta, art.
260; San Juan, art. 271; Santa Cruz, art. 254; Santa Fe, arts. 287 y 292; Santiago
del Estero, art. 186; Tierra del Fuego, art. 244; Tucumán, art. 249.
RECONOCIMIENTO DE PERSONAS 181

El precepto, como se percibe, apunta, por un lado, a esta-


blecer si la persona cuya identidad física resulta dudosa coin-
cide con la que el reconociente señala en su declaración y, por
otro lado, a controlar la verdad o credibilidad de esa declara-
ción. El resultado de la prueba puede ser por lo tanto positivo
o negativo según que, respectivamente, se obtenga o no la in-
dividualización, pero en ambos supuestos el acto configura un
reconocimiento e introduce en el proceso un dato susceptible
de producir la convicción judicial 3.
d) Como arbitrio encaminado a evitar que se frustre la
eficacia de la medida agrega el art. 270 del CPPN, en su párr.
2-, que "el reconocimiento se hará por medios técnicos, por
testigos o cualquier otro, inmediatamente de ser posible, bajo
apercibimiento de ser sancionado el órgano judicial que así no
lo hiciere".
Importa sin embargo observar que el reconocimiento al
que alude el párrafo transcripto supone, en uno de sus aspec-
tos, la inexistencia de dudas acerca de la identidad física o in-
dividualización de la persona de que se trata, y se dirige a lo-
grar su identidad nominal. Es por lo tanto parcialmente
ajeno, como se destacará más adelante, al acto mencionado en
el párr. 1° del art. 270, y al reconocimiento de personas en sen-
tido propio (e incluso impropio).

45.2. Naturaleza del acto


a) El reconocimiento de personas comporta siempre un
acto judicial, de modo que sólo un juez o tribunal (salvo cuan-
do rige el sistema de investigación penal preparatoria) puede
ordenarlo e intervenir en su producción. Si bien las autorida-
des policiales se hallan habilitadas para individualizar a los
culpables de un delito (art. 183) su función debe estimarse li-
mitada a comprobar su estado (de salud, de sobriedad o embria-
guez) u otras características personales ajenas al procedimien-
to de reconocimiento en sentido propio 4, como por lo demás
resulta del texto del art. 184, inc. 4^ del CPPN.

^ Cfr. CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 131.


^ NÚÑEZ, Código..., cit., pág. 245.
182 MEDIOS DE PRUEBA MIXTOS

b) Interesa asimismo determinar si el acto de reconoci-


miento debe o no ser considerado un acto definitivo e irrepro-
ducible.
La mayor parte de la doctrina se orienta en elprimer sen-
tido 5 con fundamento en la reflexión de que el juicio expresa-
do por el reconociente, sea positivo o negativo, constituye una
experiencia psicológica única que obsta a su renovación en las
mismas condiciones. La tesis contraria hace hincapié en la
posibilidad material de la repetición del reconocimiento y sos-
tiene que la renovación del acto sólo tiene incidencia en la va-
loración de su eficacia convictiva 6.
Si bien ambas posturas parten, como se advierte, de di-
versos puntos de vista, y la segunda, aparte de contar con apo-
yo en una interpretación literal del art. 200 del CPPN, tiene
sustento en la realidad, la primera exhibe mayor fuerza per-
suasiva desde la óptica de la trascendencia del acto y de la
adecuada preservación del derecho de defensa de las partes.
La jurisprudencia, en general, se ha inclinado hacia esta
última conclusión, pronunciándose en consecuencia por la in-
validez del acto cuando se ha omitido, con carácter previo a su
realización, la notificación a la defensa y a las demás partes'',
quienes, durante el desarrollo del reconocimiento, se hallan
facultadas para formular las observaciones, indicaciones y
demás instancias que hagan al resguardo de sus derechos.
En casos de suma urgencia, el reconocimiento puede rea-
lizarse con anterioridad a la oportunidad fijada u omitirse la
notificación a los interesados, siempre que, bajo pena de nu-
lidad, se deje constancia, en decreto fundado, de las razones
que justificaron tales contingencias (CPPN, art. 201).

^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 161; JAUCHEN, La Prueba...,


cit., pág. 248; CAFFERATA NORES, Reconocimiento en Rueda de Personas, 2- ed.
Córdoba, 1980, pág. 18.; D'ALBORA,"Alcances...", cit., pág. 351; BERTOLINO, Có-
digo..., cit., pág. 296.
^ Así NAVARRO - DARAY, Código..., cit., 1.1, pág. 572.
•^ Ver CNCC, sala 1,25-11-1993, "Sánchez, J."; sala VI, 11-III-1993, "Fraga
de Jefelle, G."; TOC Nro. 1, 30-XII-1992, "Pereyra"; TOC Nro. 3, 7-IV-1993, "Ro-
dón, L." (citados por NAVARRO - DARAY, Código..., cit., pág. 573).
RECONOCIMIENTO DE PERSONAS 183

45.3. Requisitos subjetivos


a) Son sujetos de la prueba de reconocimiento de perso-
nas el juez o tribunal, como receptor y director (ya que por su
índole con excepción de los regímenes que regulan la investi-
gación penal preparatoria, o en el supuesto del art. 353 bis del
CPPN no es delegable en el agente fiscal), y la persona reco-
nociente o a reconocer como sujetos activo y pasivo, respecti-
vamente, de la diligencia.
b) Puede ser sujeto activo de la prueba cualquier persona
(reconociente) que se encuentre en condiciones de comprobar
o perfeccionar la identidad física de otra que haya sido men-
cionada como partícipe, testigo o víctima de un delito (perso-
na a reconocer).
Corresponde por consiguiente convocar en calidad de su-
jeto reconociente a un testigo (que tanto puede ser una persona
ajena al proceso como el denunciante o quien se ha constitui-
do en parte querellante o actor civil), a la víctima e inclusive
a quien es indicado como partícipe en la comisión del delito,
pero mientras que sobre los primeros pesa el deber de condu-
cirse con veracidad, sin perjuicio de la aplicación de las nor-
mas relativas al deber y facultad de abstención (arts. 242 a
244), al último le son aplicables las normas que regulan la de-
claración indagatoria y, por lo tanto, no puede ser obligado al
reconocimiento ni le es exigible, tampoco, la prestación de ju-
ramento. Las mismas conclusiones caben respecto del civil-
mente demandado.
De lo dicho se sigue, asimismo, que pueden ser sujetos
pasivos del reconocimiento no sólo el imputado (por más que
ésta sea la contingencia habitual), sino también quienes, a
pesar de haber sido víctimas o testigos de la comisión de un
delito, se niegan a asumir tales calidades (v.gr. por temor a
las represalias, por mera comodidad, etc.) y existen testigos
que así lo aseveran.
El imputado no puede negarse a intervenir en el recono-
cimiento, y puede incluso ser compelido a ello por la fuerza
(CPPN, art. 366), pues como lo tiene expresado la CSJN "el re-
querimiento judicial de reconocimiento no está comprendido
en la cláusula constitucional que veda la exigencia de decla-
rar contra sí mismo, puesto que dicha cláusula no requiere la
184 MEDIOS DE PRUEBA MIXTOS

exclusión de la presencia física del acusado como prueba de su


identidad" s.

45.4. Requisitos objetivos


a) Constituye requisito objetivo del reconocimiento la
existencia de dudas acerca de la identidad física (individuali-
zación) de una persona que ya se encuentra presente en el
proceso con motivo de la investigación 9, y se persigue estable-
cer, cuando se trata del imputado, la coincidencia entre la
persona sometida al proceso y aquélla contra la cual se dirige
la pretensión punitiva lo, y si se trata de testigos o víctimas,
si las personas tenidas por tales coinciden con las que efecti-
vamente deberureunir tales calidades.
b) Cuando, por el contrario, media plena certidumbre
acerca de la identidad física (individualización) de una perso-
na, y ésta se niega a proporcionar sus datos personales, o los
que suministra resultan insuficientes, falsos, o son comunes
a otras personas (CPPN, art. 74), la comprobación de tales ex-
tremos, que conciernen a la identidad nominal o civil de aqué-
llas es, en rigor, ajena al procedimiento que, respecto del re-
conocimiento de personas (en sentido propio e impropio),
regulan los arts. 270 y sigs. del CPPN n.

^ Fallos, 255:18. Toda vez que en ocasión de la diligencia de reconocimiento


en rueda de personas el imputado no reviste calidad de sujeto del proceso, su ne-
gativa a participar de ella carece de toda relevancia jurídica, por lo que puede,
inclusive, ser forzado a integrar aquélla (CNCC, sala V, 28-IV-1994, B.J. C.N. C. C,
Entrega Especial, nro. 7, 1993/4, pág. 34).
9 Ver CARNELUTTI, Lecciones..., cit., 1.1, pág. 199.
1° Cfi-. VÉLEZ MARICONDE,Z)erec/io..., cit., 1.11, pág. 357; CARNELUTTI, Lec-
ciones..., cit., 1.1, pág. 196; ODERIGO, Derec/io..., cit, t. II, pág. 53, donde señala,
aunque sobre la base de la limitación prevista en el Código derogado, que el re-
conocimiento "es la diligencia de investigación tendiente a establecer si la per-
sona que se encuentra en presencia del juez es la misma a la que se indica como
interviniente en el delito".
^^ Si bien el art. 74 del CPPN remite, en su última parte, al procedimiento
previsto en los arts. 270 y sigs., D'ALBORA advierte, correctamente, que dicho
procedimiento "es más propio para individualizar—señalamiento del responsa-
ijle— que para identificar. Es decir atañe a que la legitimación pasiva compren-
da al verdadero imputado" {Código..., cit., pág. 134). Ver también ODERIGO (De-
recho..., cit., t. II, pág. 56), quien luego de expresar que, a diferencia de la
individualización, "la identificación sólo tiene por objeto determinar quién es la
persona que el juez somete al proceso, es decir, el conocimiento de su filiación
PROCEDIMIENTO 185

45.5. Requisitos de lugar, tiempo y forma


45.5.1. Lugar
Aunque el lugar del reconocimiento de personas puede
coincidir con el de la sede del órgano judicial interviniente, en
la práctica se realiza, frente a la carencia en los juzgados y tri-
bunales de la necesaria infraestructura, en las alcaidías de
los tribunales.
Cuando es aplicable el sistema de la investigación penal
preparatoria o en el caso del art. 353 bis del CPPN es lugar del
reconocimiento, con la misma salvedad señalada, el de la sede
de la fiscalía competente.
Por último, si así lo dispuso el juez instructor es válido el re-
conocimiento en rueda de personas realizado en sede policial.

45.5.2. Tiempo
El medio de prueba analizado puede practicarse durante
la instrucción —con la inmediatez que requiere el art. 270 del
CPPN— y durante el juicio, sea por vía de instrucción suple-
mentaria (CPPN, art. 357) o en el debate, a pedido de parte o
de oficio (arts. 387 y 388).

45.5.3. Forma
Por lo que concierne al modo de expresión, el reconoci-
miento de personas reviste carácter oral y actuado durante la
instrucción y en los actos preliminares del juicio, y oral en el
debate.
Desde el punto de vista de su recepción, es de publicidad
restringida a las partes y sus defensores durante el período
instructorio, y de publicidad amplia durante el debate.

46. PROCEDIMIENTO

46.1. Fases que comprende


El procedimiento aplicable al reconocimiento de perso-
nas consta de dos fases o momentos sucesivos a los que cabe
personeil", menciona las diversas técnicas que se han utilizado a tal fin, desta-
cando la prevalencia actual del sistema dactiloscópico, ideado por Vucetich.
186 MEDIOS DE PRUEBA MIXTOS

denominar descriptivo y experimental, cuyas modalidades se-


rán examinadas a continuación, como así también el cierre
del acto.

46.1.1. Fase descriptiva


a) A esta fase del procedimiento, que consiste en una pre-
via exposición a cargo del sujeto activo de la prueba, se refiere
el art. 271 del CPPN en cuanto prescribe que "antes del reco-
nocimiento, quien haya de practicarlo será interrogado para
que describa a la persona de que se trata y para que diga si antes
de ese acto la ha conocido o visto personalmente o en imagen" 12.
b) El acto debe comenzar, como lo dispone el art. 271 en
su párr. 2-, mediante la prestación de juramento por parte del
sujeto activo que no sea el imputado, por cuanto le son aplica-
bles, en su totalidad, las normas relativas a la declaración
testimonial.
En el caso de que el sujeto activo sea el imputado, el acto
se halla, en cambio, regido por las normas referentes a la de-
claración indagatoria, de modo que aquél, como se ha antici-
pado, no sólo se halla exento del deber de prestar juramento,
sino inclusive del deber de declarar. No puede por el contrario
rehuir su participación en la fase experimental, por cuanto en
ésta actúa, no como órgano, sino como objeto de la prueba.
c) Prestado el juramento de práctica por el testigo o la víc-
tima, o manifestada por el imputado su voluntad de declarar,
el acto debe proseguir mediante un interrogatorio detallado y
preciso acerca de los caracteres físicos de la persona a recono-
cer (sexo, estatura, edad aproximada, color de la piel, del ca-
bello y de los ojos), su vestimenta al tiempo de la percepción y
cualquier circunstancia que se estime de interés para el caso.
Asimismo corresponde preguntar al órgano de prueba si
conoce a la persona a identificar por sus datos nominales o si con
anterioridad al acto, pero luego de la primera percepción, la ha
visto personalmente o en imagen (fotográfica, televisiva, etc.).
^2 Conc. Buenos Aires, art. 258; Catamarca, art. 242; Chaco, art. 256; Chu-
but, art. 240; Córdoba, art. 250; Corrientes, art. 273; Entre Ríos, art. 271; For-
mosa, art. 248; Jujuy, art. 229; La Pampa, art. 255; La Rioja, art. 310; Mendoza,
art. 276; Misiones, art. 257; Neuquén, art. 247; Río Negro, art. 255; Salta, art.
261; Santa Cruz, art. 255; Santa Fe, art. 288; San Juan, art. 272; Santiago del
Estero, art. 187; Tierra del Fuego, art. 245; Tucumán, art. 250.
PROCEDIMIENTO 187

Es obvio, por otra parte, que el interrogatorio debe rela-


cionarse con los hechos que son objeto de prueba, pues de lo
contrario carecería de pertinencia.
d) Mientras que la omisión del interrogatorio de que se
t r a t a genera la nulidad del reconocimiento cuando el sujeto
pasivo de éste es el imputado porque se t r a t a de u n a garantía
instituida en su beneficio, no ocurre lo mismo si la persona a
reconocer es la víctima o un testigo, pero el acto no podrá in-
corporarse al debate mediante lectura en razón de no haberse
cumplido con las formas prescriptas para la instrucción i3.

46.1.2. Fase experimental (rueda de personas)


a) Concluido el interrogatorio aludido en el número pre-
cedente, la diligencia de reconocimiento se practicará ense-
guida "poniendo a la vista del que haya de verificarlo, junto
con dos o más personas de condiciones exteriores semejantes,
a la que deba ser identificada o reconocida, quien elegirá co-
locación en la rueda" (CPPN, art. 272) i4.
Afinde asegurar que el sujeto pasivo de la prueba sea re-
conocible, debe impedírsele ante todo que recurra a maquilla-
jes o deformaciones en el físico o en la indumentaria is, de
modo que, aun compulsivamente, cabe ordenar la supresión
de barba, bigotes, teñido de pelo o cualquier otro ardid seme-
jante encaminado a su desfiguración is.
La persona a reconocer deber ser exhibida al sujeto acti-
vo en compañía de otras personas desconocidas por aquél y
dotadas de características semejantes a aquélla en cuanto a
altura, edad, defectos, contextura física, condición social y
económica e indumentaria, pero no es necesario que medie
entre ellas identidad en tanto tal circunstancia redundaría

^^ CAFFERATA ÑORES, Reconocimiento..., cit., pág. 49.


^•^ Conc. Buenos Aires, art. 259; Catamarca, art. 243; Chaco, art. 257; Chu-
but, art. 241; Córdoba, art. 251; Corrientes, art. 274; Entre Ríos, art. 272; For-
mosa, art. 249; Jujuy, art. 229; La Pampa, art. 256; La Rioja, art. 311; Mendoza,
art. 277; Misiones, art. 258; Neuquén, art. 248; Río Negro, art. 256; Salta, art.
262; San Juan, art. 273; Santa Cruz, art. 256; Santa Fe, art. 289; Santiago del
Estero, art. 188; Tierra del Fuego, art. 246; Tucumán, art. 251.
^^ Así lo exige expresamente el art. 289 del Código de Santa Fe.
^^ NAVARRO - DARAY, Código..., cit, 1.1, pág. 576 y jurisprudencia allí citada.
188 MEDIOS DE PRUEBA MIXTOS

en perjuicio de la eficacia del reconocimiento i^. El sujeto pa-


sivo de éste debe asimismo hallarse acompañado de, por lo
menos, dos personas, por cuanto, particularmente cuando
aquél es el imputado, la sola exhibición de éste como tal es
susceptible de generar en el reconociente un estado de ánimo
proclive a una respuesta errónea en sentido positivo is.
El imputado, no así el testigo o la víctima i^, tiene el de-
recho de elegir su colocación en la rueda, lo cual entraña un
arbitrio destinado a impedir el fraude que podría generarse
si, v.gr., al reconociente se le indicara, con anterioridad al re-
conocimiento, el lugar que aquél ocupará en aquélla 20. Pero
si bien no invalida el acto el hecho de que la víctima sepa que
uno de los partícipes del delito está detenido y conozca su
nombre 21, la solución debe ser distinta cuando aquél es pre-
sentado con características que objetivamente lo individuali-
zan en aquella condición 22.
^^ Pero la disimilitud al procesado con los restantes integrantes de la rueda
de personas en que se produjo el reconocimiento no autoriza la anulación del
acto, sino que es un dato que corresponde tener en cuenta al ponderar su fuerza
probatoria (CNCC, sala I, 8-VII-1988, "Fernández, Miguel", L.L., 1989-A-302).
En oportunidad de cuestionarse la validez de un reconocimiento en rueda, por-
que el imputado tenía una cicatriz visible en el rostro y no así los integrantes de
aquélla, se resolvió que lo que la ley exige no es que las ruedas se integren ex-
clusivamente con personas de idéntica fisonomía, sino que al integrarla el ins-
tructor trate de hacerlo con quienes tienen similitudes, no identidades, para evi-
tar que el testigo sustituya el proceso psíquico basado en la percepción y en la
memoria por una operación lógica en la que deduce lo que no puede saber a tra-
vés de lo que ve, agregándose que "no puede pretenderse que la cicatriz sugiera
una identificación espuria, pues se trata de un rasgo personal que no debe ser
ocultado ni tampoco disimulado a través de la incorporación a la rueda de otras
personas con cicatrices" (CNCC, sala VII, 19-11-1993, "Lema, Héctor M.",
B.J.C.N.C.CnTO. 1, 1993).
^^ Cfr. JIMÉNEZ ASENJO, Derecho..., cit., 1.1, pág. 470.
^^ Cfr. CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 164. En contra CAFFERATA
ÑORES, Reconocimiento..., cit., pág. 53, y JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 261.
^° CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 136; ÁBALOS, Derecho..., cit.,
t. II, pág. 529.
21 CNCC, sala VII, 26-VIII-1994, "De la Rosa, Jorge", L.L., 1995-D-541.
22 CNCC, sala VII, lO-VII-1984, "L., I. F.", J.A., 1986-1-44, donde se decidió
en ese sentido con fundamento en que el imputado se encontraba sin los cordo-
nes de sus zapatillas, en tanto que los demás integrantes de la rueda estaban
perfectamente calzados, pues aquella circunstancia era claramente indicativa
de su condición de detenido. Pero se ha decidido que no invalida el reconocimien-
to el hecho de acreditarse que uno de sus integrantes estaba parado sobre un li-
bro, si ello no afectó las garantías del procesado de permanecer disimulado o no
PROCEDIMIENTO 189

c) En presencia de todas las personas que integran la


rueda "o desde donde no pueda ser visto, según el juez lo es-
time oportuno, el que deba practicar el reconocimiento mani-
festará si se encuentra en la rueda la persona a la que haya
hecho referencia, invitándoselo a que, en caso afirmativo, la
designe clara y precisamente y manifieste las diferencias y se-
mejanzas que observare entre su estado actual y el que pre-
sentaba en la época a que se refiere su declaración" (CPPN,
art. 272, párr. 2-, primera oración) 23.
Por consiguiente, a pedido del reconociente y si el juez lo
estima adecuado, la observación debe llevarse a cabo, a fin de
preservar la tranquilidad de ánimo de aquél y evitar eventua-
les represalias, de modo tal que no pueda ser visto por quienes
integran la rueda. A tal fin corresponde arbitrar la forma más
apropiada que puede consistir, sin perjuicio de que el oculta-
miento se materialice con cualquier otra modalidad, median-
te la observación a través de una mirilla o iluminando la rue-
da y ubicando al reconociente detrás del haz de luz 24.
d) Una vez realizada la observación, la manifestación del
reconociente puede ser positiva o negativa según que, respec-
tivamente, encuentre o no en la rueda a la persona a que hizo
referencia en la fase descriptiva del procedimiento, debiendo,
en el primer caso, designarla en forma clara y precisa, agre-
gando las diferencias o semejanzas que haya advertido entre
su estado actual y el que presentaba en el momento mencio-
nado en su declaración.
La manifestación carecerá de toda eficacia si es alterna-
tiva entre dos o más integrantes de la rueda, pero frente al
caso de que el reconociente indique en forma clara y precisa a
uno de aquéllos, pero al mismo tiempo exprese no poder afir-
mar con certeza que el indicado coincida con la persona que
recuerda, debe puntualizar las circunstancias que determi-
nan el estado de duda, porque en tal hipótesis no cabe descar-
tar la posibilidad de que a través de otras pruebas se arribe a

señalado en el acto (CNCC, sala III, ll-VIII-1987, "Moreno, María R.", L.L.,
1988-A-152).
^^ Conc. las normas citadas en la nota 14.
2^ Cfr. CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 137; JAUCHEN, La Prue-
ba..., cit, pág. 261.
190 MEDIOS DE PRUEBA MIXTOS

la identificación (si se acredita, v.gr., la desfiguración del su-


jeto pasivo) 25.
e) Dispone el art. 273 del CPPN, respecto del reconoci-
miento plurisubjetivo, que "cuando varias personas deban
identificar o reconocer a una, cada reconocimiento se practi-
cará separadamente, sin que aquéllas se comuniquen entre
sí, pero podrá labrarse una sola acta", y que "cuando sean va-
rias las personas a las que una debe identificar o reconocer,
podrá hacerse el reconocimiento de todas en un solo acto" 26.
La distinción normativa se justifica porque fi-ente a la hi-
pótesis de pluralidad de sujetos activos media, evidentemen-
te, el riesgo de que el reconocimiento conjunto, en tanto no
obsta a la imposibilidad de que los reconocientes intercam-
bien opiniones acerca de sus impresiones y recuerdos de sus
primeras percepciones, conspire contra la sinceridad y espon-
taneidad del reconocimiento, y fi"ustre por ende la eficacia de
la diligencia.
Diverso es el caso de pluralidad de sujetos pasivos, en los
que, sin embargo, queda librado al arbitrio del juez la forma-
ción de una o más ruedas sobre la base de las semejanzas y di-
ferencias que medien entre sus integrantes.
Si se presenta, por último, el caso de pluralidad de suje-
tos activos y pasivos éstos podrán, si las circunstancias lo per-
miten, ser ubicados en u n a rueda única que será observada
sucesiva y separadamente por cada uno de aquéllos 27.
f) A las irregularidades que pueden afectar la realización
de la fase experimental del reconocimiento le son aplicables

^^ NAVARRO - DARAY, Código..., cit., 1.1, pág. 571; CAFFERATA ÑORES, La


Prueba..., cit., pág. 138. En contra NÚÑEZ, Código..., cit., pág. 244.
Si el testigo expresa que la persona que señala "parece" ser el delincuente, se
trata de una circunstancia que el juez debe valorar otorgando mayor o menor en-
tidad incriminatoria, mas de ningún modo puede importar un vicio que determi-
ne la invalidez del acto (CNCC, sala II, I^-XI-IOSS, "Cúbelos, Argentino J.", L.L.,
1986-E-725, Jurisp. Agrup., caso 5825).
^^ Conc. Buenos Aires, art. 260; Catamarca, art. 244; Chaco, art. 258; Chu-
but, art. 248; Córdoba, art. 252; Corrientes, art. 275; Entre Ríos, art. 273; For-
mosa, art. 250; Jujuy, art. 230; La Pampa, art. 257; La Rioja, art. 312; Mendoza,
art. 278; Misiones, art. 259; Neuquén, art. 249; Salta, art. 263; San Juan, art.
274; Santa Cruz, art. 257; Santa Fe, art. 290; Santiago del Estero, art. 189; Tie-
rra del Fuego, art. 246; Tucumán, art. 252.
^^ CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 139.
PROCEDIMIENTO 191

las conclusiones formuladas en el número 46.1.1. respecto de


la omisión de la fase descriptiva del procedimiento.

46.1.3. Cierre del acto


a) La diligencia del reconocimiento "se hará constar en
acta, donde se consignarán todas las circunstancias útiles, in-
clusive el nombre y el domicilio de los que hubieren formado
la rueda" (CPPN, art. 272, párr. 2^ in fine) 28.
b) La documentación del reconocimiento, en sus dos fa-
ses, constituye un requisito indispensable para que la prueba
pueda incorporarse al debate mediante lectura y pueda por lo
tanto servir de base a la sentencia (CPPN, art. 392).
El acta debe ser confeccionada por el secretario conforme
a lo prescripto en el art. 139 del CPPN y ser firmada por todas
las personas intervinientes en el acto, con excepción de aqué-
lla sujeta a reconocimiento y los integrantes de la rueda, cu-
yos nombres y apellidos deben no obstante hacerse constar.
Basta el levantamiento de una acta única aun cuando el
reconocimiento hubiese sido plurisubjetivo.

46.1.4. Modalidades del acto en el juicio


a) Durante el juicio el reconocimiento de personas puede
llevarse a cabo por conducto de la instrucción suplementaria
frente al caso de que se hubiese omitido en la etapa anterior,
o fuese imposible cumplirlo en la audiencia (CPPN, art. 357).
b) Si bien durante el debate rigen las reglas establecidas
respecto de la instrucción en cuanto sean aplicables (CPPN,
art. 382, párr. 2-), tal posibilidad se halla descartada respecto
del reconocimiento del imputado si se tiene en cuenta que, a
causa de la publicidad que gobierna el desarrollo de esa etapa
procesal, el imputado ya ha sido individualizado por todos los
presentes en la audiencia 29.

2^ En el mismo sentido las normas citadas en la nota 14. No anula el acto


la falta de firma del letrado defensor en el acta de reconocimiento en cuya dili-
gencia estuvo presente (CNCC, sala IV, 17-VI-1993, "Frías, J. L.", J.P.B.A., 83-
90).
29 MANZINI, Tratado..., cit., t. IV, pág. 207.
192 MEDIOS DE PRUEBA MIXTOS

En el caso de que la identificación del imputado presente


en la sala de audiencia se realice por la manifestación espon-
tánea de un testigo, aquélla no configura, en rigor, un verda-
dero reconocimiento ^^, aunque dicha manifestación puede
ser valorada por el tribunal conforme a las reglas de la sana
crítica 31.

46.2. Reconocimiento en sentido impropio (por fotografías)


a) A este tipo de reconocimiento se refiere el art. 274 del
CPPN en cuanto prescribe que "cuando sea necesario identi-
ficar o reconocer a una persona que no estuviere presente y no
pudiere ser habida, y de la que se tuvieren fotografías, se le
presentarán éstas, con otras semejantes de distintas perso-
nas, al que debe efectuar el reconocimiento. En lo demás, se
observarán las disposiciones precedentes 32.
El art. 253 del Código de Córdoba extiende la modalidad
analizada a los casos en que no sea posible el reconocimiento por
haberse alterado los rasgosfisonómicosde la persona a recono-
cer y el reconociente no tenga obligación legal de concurrir en
virtud de lo dispuesto en el art. 10 de la ley 22.172 o no pueda ha-
cerlo por razones de fuerza mayor debidamente comprobadas.
Debe entenderse que los mencionados supuestos, en vir-
tud de su manifiesta razonabilidad, deben admitirse por vía
jurisprudencial aun respecto de los ordenamientos que no los
contemplan.

3° NÚÑEZ, Código..., cit., pág. 244.


3-^ CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 14. Por ser el reconocimiento
de personas (ya realizado) un acto definitivo e irreproducible que no puede reno-
varse "en las mismas condiciones de su ejecución original, es procedente el seña-
lamiento del imputado, en forma espontánea o provocada, por parte de un tes-
tigo durante el debate, aunque anteriores reconocimientos de aquél habÍEin sido
anulados por el tribunal de juicio, ya que debiendo el testigo pronunciarse res-
pecto de las circunstancias y de las personas, no puede mutilarse su declaración
que señala al imputado presente en la sala del debate" (TOC Nro. 8, 7-VT-1993,
"Medina, Dora", B.J.C.N.C.C, Entrega Especial, nro. 6,1993, pág. 32).
^^ Conc. Buenos Aires, art. 261; Catamarca, art. 245; Chaco, art. 259; Chu-
but, art. 243; Córdoba, art. 253; Corrientes, art. 276; Entre Ríos, art. 274; For-
mosa, art. 251; La Pampa, art. 258; La Rioja, art. 313; Mendoza, art. 279; Misio-
nes, art. 260; Neuquén, art. 250; Río Negro, art. 258; Salta, art. 264; Saui Juan,
art. 275; Santa Cruz, art. 258; Santa Fe, art. 291; Santiago del Estero, art. 190;
Tierra del Fuego, art. 248; Tucumán, art. 253.
PROCEDIMIENTO 193

b) El reconocimiento por fotografía constituye un medio


de prueba de carácter subsidiario, sólo practicable frente al
caso de que el sujeto a identificar no pueda ser sometido per-
sonalmente a dicho acto, sea porque se encuentre prófugo o se
ignore su domicilio o paradero, e inclusive cuando, a pesar de
haber sido localizado, medie la imposibilidad material de que
comparezca al lugar del acto 33 (v.gr. por razón de enfermedad
o por encontrarse en el exterior). Pero no es suficiente la sim-
ple ausencia del sujeto pasivo 3*.
Si se trata de la persona del imputado que está presente
o puede ser habido, el reconocimiento impropio se halla afec-
tado de nulidad absoluta, por cuanto ello implica la inobser-
vancia de una disposición que concierne a la intervención de
aquél (CPPN, art. 167, inc. 3°), a quien en tal caso se lo priva
del derecho de elegir su lugar en la rueda y de formular obser-
vaciones acerca de la semejanza de las personas que la inte-
gran 35. La misma solución es pertinente cuando se omite la
previa notificación del acto al defensor del imputado, pues la
irregularidad cercena sus facultades de control del acto e im-
plica transgresión de las reglas del debido proceso y de la de-
fensa en juicio 36.
c) El procedimiento consiste en exhibir al sujeto activo una
o más fotografías de quien deba ser individualizado, acompaña-
das de otras pertenecientes a personas distintas, pero de rasgos
y demás características semejantes a los de aquél.
A diferencia de lo que ocurre con el reconocimiento en
sentido propio, el CPPN omite el número mínimo de fotogra-

^3 Cfr. CAFFERATA NORES, La Prueba..., cit., pág. 263. Adolece de nulidad


el reconocimiento fotográfico si fue realizado cuando ya se encontraba detenido
el imputado (CNCC, sala 1,19-VI-1997, "Lezcano, Ramón A.", L.L., 1999-A-476
[41.143-S]). Pero no resulta ilegal el reconocimiento fotográfico practicado por la
víctima en sede policial, al día siguiente de consumado el hecho en su perjuicio
(CAcusación Córdoba, 16-III-1989, "Veyra, Miguel E. y otro",L.L.C., 1989-976).
^* Cfr. JAUCHEN, La Prueba..., cit., pág. 263.
^^ NÚÑEZ, Código..., cit., pág. 249.
36 D'ALBORA, Código..., cit., pág. 378; TOC Nro. 4, 25-VIII-1993, "Briozzi,
JorgeE. o Telles, Julio O.", S.J.C.AT.ce. Entrega Especial, nro. 6,1993, pág. 32.
Ver asimismo CNCCF, sala 1,16-IX-1996, "Ribelli, Juan y otra", L.L., 1997-C-
395 (donde se aludió a la irreproductibilidad del acto). Pero es innecesaria la pre-
sencia del defensor durante el reconocimiento fotográfico realizado en sede po-
licial de un imputado que aún no ha sido detenido (CNCP, sala III, "Guardia,
Hugo", J.A. del 28-V-1997).
194 MEDIOS DE PRUEBA MIXTOS

fías de las otras personas que deben presentarse a la observa-


ción del reconocedor, aunque cabe estimar, en virtud de la re-
misión que contiene el párr. 2- del art. 274, que aquéllas de-
ben ser dos o más 3^.
Ante ellas dicho sujeto debe expresar si se encuentra la
imagen de la persona a reconocer y, en caso afirmativo, indi-
carla de manera clara y precisa, siendo aplicables, en lo de-
más, las consideraciones expuestas en el número 46.1.4.
d) La identificación por fotografías no afecta la validez
del reconocimiento personal realizado con posterioridad 3»,
cuya práctica resulta por lo demás ineludible u n a vez ubicada
o habida la persona individualizada por aquel medio 39.

47. EFICACIA PROBATORIA


a) Si bien la eficacia probatoria del reconocimiento de
personas se halla sujeta, como todos los medios probatorios, a
las reglas de la s a n a crítica, la doctrina se inclina general-
mente en el sentido de que a la hora de valorar el resultado de
aquél los jueces deben extremar la cautela en orden a la apre-
ciación de la edad, el sexo, la profesión y características psí-
quicas del reconociente, por cuanto los riesgos de error y en-
gaño se presentan, en el caso, con mucha mayor frecuencia
que en el simple testimonio.
Más allá, en efecto, de que los mencionados factores concu-
rren a la deformación, incluso involuntaria, de la verdad, la psi-
cología y la experiencia judicial demuestran, como recuerda
MANZnsn, que las personas llamadas a identificar son proclives
a fundar sus conclusiones más en una impresión global que en
cada una de las particularidades de la persona a reconocer 4o.
Concurre asimismo, como circunstancia adversa a la cre-
dibilidad del testimonio del sujeto activo, el efecto psicológico

^^ El art. 261 del Código de la Provincia de Buenos Aires exige, exagerada-


mente, la presentación de un número de fotografías no inferior a cuatro de la per-
sona a reconocer.
3^ CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit., pág. 140 y fallos citados en nota.
^^ NAVARRO - DARAY, Código..., cit., pág. 581.
^"^ Tratado..., cit., t. IV, pág. 209. Acerca de los numerosos errores y coinci-
dencias engañosas que registra la experiencia judicial en materia de reconoci-
miento de personas pueden verse los ilustrativos ejemplos que menciona GrOR-
PHE {La Apreciación..., cit., págs. 382 a 388 y 473 y sigs.).
RECONOCIMIENTO DE COSAS 195

que produce la idea de que en la rueda se encuentra la perso-


na que debe ser identificada, circunstancia que, inconsciente-
mente, conduce a señalar a la persona cuyos rasgos se aproxi-
man en mayor medida al que se tiene en mente, aun cuando
no se abrigue al respecto una certeza absoluta.
b) Debe ser aun mayor, desde luego, la cautela a observar
frente al reconocimiento por fotografías, pues aparte de que
tal modalidad carece del elemento dinámico que presenta el
reconocimiento personal, no cabe descartar la posibilidad de
que la imagen exhibida haya sido trucada.

48. RECONOCIMIENTO DE COSAS

48.1. Concepto
a) El reconocimiento de cosas es el acto mediante el cual,
a fin de identificar una cosa relacionada con el delito investi-
gado, ésta le es exhibida a una persona, sea como único objeto
o juntamente con otras semejantes, para que afirme o niegue
haberla visto con anterioridad, y en qué circunstancias.
b) El art. 275 del CPPN se limita a disponer, respecto de
este medio probatorio, que "antes del reconocimiento de una
cosa el juez invitará a la persona que deba efectuarlo a que la
describa", agregando que "en lo demás y en cuanto fuere po-
sible, regirán las reglas que anteceden" •*!, o sea las relativas
al reconocimiento de personas.

48.2. Requisitos
a) Son sujetos de la prueba analizada el juez o tribunal (o
el fiscal en su caso), como receptor, y la persona llamada a
identificar la cosa de que se trate, que puede ser el querellan-
te, el denunciante, el actor civil, el civilmente demandado, el
imputado, la víctima o un testigo ajeno a las partes.

^^ Conc. Buenos Aires, art. 262; Catamarca, art. 246; Chaco, art. 260; Chu-
but, art. 244; Córdoba, art. 254; Corrientes, art. 267; Entre Ríos, art. 275; For-
mosa, art. 252; Jujuy, art. 232; La Pampa, £irt. 259; La Rioja, art. 280; Mendoza,
art. 251; Misiones, art. 261; Neuquén, art. 259; Río Negro, art. 259; Salta, art.
265; San Juan, art. 276; Santa Cruz, art. 259; Santa Fe, art. 293; Santiago del
Estero, art. 191; Tierra del Fuego, art. 249; Tucumán, art. 254.
196 MEDIOS DE PRUEBA MIXTOS

b) Constituye objeto de la prueba cualquier clase de co-


sas, sean muebles o inmuebles, animadas o inanimadas ^2.
Esas cosas deben asimismo hallarse relacionadas con el
delito investigado 43, porque de lo contrario la diligencia care-
cería de sentido y de valor probatorio. No configura en cambio
requisito necesario de la prueba el anterior secuestro o em-
bargo de la cosa a reconocer.
c) Es lugar de la prueba el de la sede del órgano judicial
o aquél en el que la cosa a reconocer se encuentre, cuando re-
sulte materialmente imposible su traslado a dicha sede. Esto
último ocurrirá, v.gr., cuando debe reconocerse una cosa in-
mueble por su naturaleza (por ej. la casa donde la víctima de
un secuestro afirma haberse encontrado).
En cuanto al tiempo, el reconocimiento puede llevarse a
cabo en cualquier momento de la instrucción y, en el juicio,
con motivo de la instrucción suplementaria (CPPN, art. 357)
o durante el debate (id., art. 385).
Por lo que atañe a su forma, el reconocimiento de cosas es,
por un lado, oral y actuado durante la instrucción y los actos pre-
liminares del juicio, y oral en el debate y, por otro lado, de publi-
cidad restringida a las partes y sus defensores durante el perío-
do instructorio y de publicidad amplia durante el debate.

48.3. Procedimiento
a) Al igual que el reconocimiento de personas, el procedi-
miento aplicable al reconocimiento de cosas consta de una

'^^ CAFFERATA ÑORES, La Prueba..., cit, pág. 146; VÁZQUEZ ROSSI, Dere-
cho..., cit, t. II, pág. 333.
*^ Ver, en ese sentido, SlRACUSANO, en SlRACUSANO y otros, Diritto..., cit.,
1.1, pág. 397, donde relaciona el reconocimiento de cosas con la determinación
del cuerpo del delito o de otras cosas pertinentes a éste.
No configura el supuesto contemplado por el art. 275 del CPPN el reconoci-
miento integrativo del testigo, que se limitó a relatar a la prevención lo que ob-
servó, toda vez que el elemento incautado formó parte de su deposición, motivo
por el cual se trató de una tarea identificadora del órgano de prueba y no de una
diligencia independiente prevista en el citado artículo, que consiste en la exhi-
bición de las cosas que fueron objeto del delito, o las que sirvieron para cometer-
lo, previa descripción por quien deba reconocerlas, exigiéndose que se muestren
otras semejantes, debiendo ser dicho acto espontáneo y no inducido (TOC Nro.
21-23-XI-1993,"Medina, Gabrier,fi.J.C.iV.C.C., Entrega Especial, riro. 6,1993,
pág. 31).
RECONOCIMIENTO DE COSAS 197

previa etapa descriptiva y de otra posterior de carácter expe-


rimental.
b) La fase descriptiva (única a la que se refiere explícita-
mente el art. 275 del CPPN) se desarrolla, en lo pertinente, en
forma análoga a la prevista respecto del reconocimiento de per-
sonas.
Por lo tanto, mientras el querellante, el denunciante y el
actor civil tienen el deber de declarar, y el de prestar juramen-
to, el imputado y el civilmente demandado no están obligados
a declarar.
Prestado el juramento, o manifestada en su caso la vo-
luntad de prestar declaración, corresponde proseguir el acto
mediante la formulación de un interrogatorio detallado y pre-
ciso acerca de los caracteres de la cosa a reconocer, como son
sus dimensiones, tamaño, ubicación, color, forma, etc.
c) La fase experimental de la prueba examinada consiste,
en primer término, en la exhibición, al reconociente, de la cosa
de que se trate, no siendo necesario, a diferencia de lo que ocu-
rre en el caso de reconocimiento de personas, que se le presen-
ten a aquél otras cosas semejantes.
Hecha la exhibición, el reconociente debe manifestar si la
cosa coincide o no con la descripta en la declaración preceden-
te, no cabiendo descartar, desde luego, el estado de duda.
El acto se cierra mediante la confección de un acta de
acuerdo, en lo pertinente, con la forma dispuesta en el art.
272 in fine del CPPN.
d) El mismo procedimiento debe observarse durante el de-
bate (CPPN, art. 382), aunque no corresponde documentar la
declaración del reconociente ni éste debe firmar el acta final.

48.4. Reconocimiento de cadáveres


a) Un caso particular del reconocimiento de cosas, que los
ordenamientos procesales penales vigentes incluyen en el capítu-
lo referente a la inspección judicial, es el consistente en la iden-
tificación de cadáveres, diligencia que procede cuando la ins-
trucción versa sobre un caso de muerte violenta o sospechosa de
criminalidad y el extinto fuere desconocido (CPPN, art. 220) '^.
^ Conc. Buenos Aires, art. 215; Catamarca, art. 190; Chaco, art. 206; Chu-
but, art. 188; Córdoba, art. 199; Corrientes, art. 221; Entre Ríos, art. 220; For-
198 MEDIOS DE PRUEBA MIXTOS

Conforme al precepto citado la identificación debe hacer-


se por medio de testigos, antes de procederse al entierro del
cadáver, o después de su exhumación, debiendo versar la de-
claración de esas personas sobre todas aquellas circunstan-
cias tendientes a determinar quién es el occiso y no la respon-
sabilidad respecto del hecho investigado, pues no se exige que
los declarantes hayan presenciado ese hecho *^. En el acto de-
ben además tomarse, con miras a su identificación nominal,
las impresiones digitales del cadáver.
b) Dispone asimismo el art. 220 del CPPN, en su párr. 2-,
que "cuando por los medios indicados no se obtenga la identi-
ficación y el estado del cadáver lo permita, éste será expuesto
al público antes de practicarse la autopsia, afinde que quien
tenga datos que puedan contribuir al reconocimiento los co-
munique al juez" 46.
Se impone de tal suerte la necesidad de utilizar una pu-
blicidad suficiente para convocar a eventuales testigos, lo que
no comporta un procedimiento adecuado y fácilmente practi-
cable. Por eso resulta más correcta la solución que consagra el
art. 215 del Código de Buenos Aires, en cuya virtud procede
recurrir a fotografías o filmaciones que corresponde agregar a
la causa afinde facilitar el reconocimiento e identificación del
cadáver.

//. Careos

4 9 . CONCEPTO Y NATURALEZA

a) El careo es el acto procesal mediante el cual se interro-


ga simultáneamente a dos o más testigos, a éstos y al imputa-
do o a varios imputados, con el objeto de disipar la incerti-
dumbre resultante de las contradicciones o divergencias que
median entre sus respectivas declaraciones acerca de uno o
más hechos o circunstancias relevantes para el proceso.

mosa, art. 196; Jujuy, art. 226; La Pampa, art. 204; La Rioja, art. 227; Mendoza,
art. 224; Misiones, art. 205; Neuquén, art. 195; Río Negro, art. 204; Salta, art.
208; San Juan, art. 221; Santa Cruz, art. 204; Santa Fe, arts. 215 y 216; Santiago
del Estero, art. 153; Tierra del Fuego, art. 195; Tucumán, art. 199.
45 Cfr. CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 167.
4^ Conc. las normas citadas en la nota 44.
CONCEPTO Y NATURALEZA 199

b) El CPPN, como la mayoría de los ordenamientos vi-


gentes en el país, regula los careos entre los medios de prueba,
y en el art. 276 prescribe, en sentido parcialmente concordan-
te con el concepto precedentemente enunciado, que "el juez
podrá ordenar el careo de personas que en sus declaraciones
hubieren discrepado sobre hechos o circunstancias importan-
tes, o cuando lo estime de utilidad 47.
Aunque un sector de la doctrina considera que el careo no
es un medio de prueba sino un expediente para la valoración
de una prueba *^, la conclusión contraria resulta preferible si
se tiene en cuenta que, mediante el acto analizado, se incor-
pora al proceso un dato susceptible de convencer al juzgador
acerca de la existencia o inexistencia de uno o más hechos o de
la culpabilidad o falta de culpabilidad del o de los imputados 49.
c) Se trata de un acto exclusivamente judicial cuya ejecu-
ción se halla, por lo tanto, vedada a los funcionarios de la po-
licía, porque aparte de no estar comprendido en ninguno de
los supuestos contemplados por el art. 184 del CPPN, esta
norma excluye la posibilidad de confrontar las declaraciones
de los testigos con la del imputado, quien no puede ser interro-
gado por dichos funcionarios so.

•^^ Conc. Buenos Aires, art. 263; Catamarca, art. 247; Chaco, art. 261; Chu-
but, art. 245; Córdoba, art. 255; Corrientes, art. 278; Entre Ríos, art. 276; For-
mosa, art. 253; Jujuy, art. 271; La Pampa, art. 260; La Rioja, íirt. 314; Mendoza,
art. 281; Misiones, art. 262; Neuquén, art. 252; Río Negro, art. 260; Salta, art.
266; San Juan, art. 277; Santa Cruz, art. 260; Santa Fe, art. 267; Santiago del
Estero, art. 236; Tierra del Fuego, art. 250; Tucumán, art. 255.
^^ MANZINI, Tratado..., cit., t. IV, pág. 214; ZAVALA BAQUERIZO, El Proce-
so..., cit., t. II, pág. 525. En el mismo sentido DE MAURO, Manuale..., cit., pág.
291.
^^ En ese sentidoFENECH,Derecho..., cit., 1.1, pág. 695, aunque luego agre-
ga que es un medio de prueba "de un modo mediato o subsidiario, ya que su ver-
dadero fin consiste en la obtención de elementos para una recta valoración del
resultado de la práctica de los medios de prueba, consistentes en la declaración
del imputado o testigo". Le atribuyen en cambio carácter de verdadero medio de
prueba FLORIÁN {Elementos..., cit., pág. 383), BELLAVISTA - TRANCHINA (Lezio-
ni..., cit., pág. 327) y la mayor parte de la doctrina nacional (CLARIÁ OLMEDO,
Tratado..., cit., t. V, pág. 142; CAFFERATA NORES, La Prueba..., cit., pág. 161;
D'ALBORA, Curso..., cit., 1.1, pág. 241; jAUCHEN,La Prueba..., cit., pág. 229; VÁZ-
QUEZ ROSSI, Derec/io..., cit., t. II, pág. 330) destacando empero su carácter mixto,
subsidiario o complementario.
En los regímenes que regulem la investigación penal preparatoria y el
caso del art. 353 bis del CPPN, la orden de careo y su ejecución competen, con ca-
rácter excluyente, a los fiscales de instrucción.
200 MEDIOS DE PRUEBA MIXTOS

Asimismo, en razón de su naturaleza y características el


careo no constituye un acto definitivo e irreproducible, de
modo que su práctica, con excepción de que en ella intervenga
el imputado, es delegable en el agente fiscal (CPPN, art. 213,
inc. c] a contrario) y susceptible de renovarse durante el debate.

5 0 . REQUISITOS SUBJETIVOS

a) Son sujetos del careo el órgano judicial (o en su caso el


agente ñscal) como receptor, y quienes hayan prestado decla-
ración con anterioridad en la misma causa en calidad de tes-
tigos o de imputados, de manera que el acto puede tener lu-
gar: 1-) entre dos o más testigos si (entre los cuales puede
estar comprendida la víctima del delito); 2-) entre dos o más
testigos y el imputado; 3°) entre coimputados.
De ello se sigue que, como el actor civil y el querellante no
están eximidos de prestar declaración testimonial (CPPN,
arts. 86 y 96), pueden ser careados con otros testigos o con el
imputado.
La diferencia que media entre los supuestos precedente-
mente mencionados radica en el hecho de que mientras los
testigos deben someterse al careo y prestar juramento, la in-
tervención de los imputados requiere la expresa aquiescencia
de éstos (CPPN, art. 276, párr. 2-), siendo la regla extensiva
al civilmente demandado.
b) A diferencia del régimen previsto respecto del proceso
civil (v.gr. CPCN, art. 448), en el proceso penal es inadmisible
el denominado "medio careo", es decir el que ocurre cuando,
por residir los testigos y el imputado en distintos lugares, las
nuevas declaraciones se realizan por separado, con prescin-
dencia de la confrontación personal de los deponentes 52.

5^ Aunque el art. 278 del CPPN dispone que "el careo se verificará por regla
general entre dos personas" no media obstáculo a que ese número sea excepcio-
nalmente excedido.
5^ El medio careo se hedlaba no obstante contemplado por el art. 313 del de-
rogado Código nacional y lo está actualmente por el art. 193 del Código de San Luis.
REQUISITOS DE LUGAR, TIEMPO Y FORMA 201

5 1 . REQUISITOS OBJETIVOS
a) La admisibilidad del careo se halla supeditada, ante
todo, a la existencia de una contradicción detectada entre el
contenido de las declaraciones ya vertidas en el proceso por
las personas que deberán someterse a la realización de ese
acto, siempre que la discrepancia recaiga sobre "hechos o cir-
cunstancias importantes", o sea provistos de pertinencia y
utilidad para la causa. Se trata, desde luego, de un extremo
cuya apreciación se halla librada al poder discrecional del
juez o tribunal, pero que excluye la necesidad del acto cuando
la contradicción se refiere a aspectos incidentales o de míni-
ma trascendencia.
La contradicción, asimismo, debe ser expresa e inequívo-
ca, de modo que, v.gr., no procede carear al imputado que
negó su participación en el hecho con el testigo que lo recono-
ció en rueda de personas ^3.
Las discordancias entre las declaraciones deben por último
generar un estado de incertidumbre que corresponde despejar
en aras al esclarecimiento de la verdad de los hechos. Por consi-
guiente cabe descartar la admisibilidad del careo para confron-
tar el dicho del testigo que declaró con evidente veracidad con el
emitido por quien demostró expedirse con falsedad 54.
b) Si bien el art. 276 del CPPN y normas provinciales si-
milares admite además el careo cuando el juez "lo estime de
utilidad", no alcanza a comprenderse cuándo concurre, con-
cretamente, tal extremo ss, pues si no existe una contradic-
ción anterior entre distintas declaraciones no se explica la ne-
cesidad de aventarla a través de nuevas declaraciones.

52. REQUISITOS DE LUGAR, TIEMPO Y FORMA


52.1. Lugar
El lugar del careo coincide, necesariamente, con la sede
del juzgado o tribunal interviniente o, en su caso, con la de la
fiscalía de instrucción en el procedimiento de investigación

^^ D'ALBORA, Curso..., cit., 1.1, pág. 241.


^^ CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 144.
^^ BERTOLINO lo refiere al principio de libertad probatoria consagrado en
el art. 209 del Código de Buenos Aires {Código..., cit., pág. 300).
202 MEDIOS DE PRUEBA MIXTOS

penal preparatoria y de instrucción sumaria, o en el caso de


delegación previsto en el art. 196 del CPPN.

52.2. Tiempo
El careo puede llevarse a cabo en cualquier momento de
la instrucción o durante el juicio, y en éste es susceptible de
versar sobre contradicciones detectadas en el período instruc-
torio o con motivo del cumplimiento de los actos preliminares,
o surgidas en el desarrollo del debate.

52.3. Forma
Desde el punto de vista de su modo de expresión, el careo
reviste carácter oral y actuado durante la instrucción y en los
actos preliminares del juicio, y oral en el debate.
En cuanto a su modo de recepción, se halla sujeto al siste-
ma de publicidad restringido para las partes y sus defensores
durante la instrucción y al de publicidad amplia en el debate.

53. PROCEDIMIENTO
a) Aparte del juez y de las personas sometidas al careo, si
bien el art. 278, párr. 1° del CPPN prescribe que "al del impu-
tado podrá asistir su defensor" 56 debe entenderse que éste se
halla facultado a asistir al acto aun en el caso de que deba rea-
lizarse sólo entre testigos.
b) Las personas que deban ser careadas deben prestar ju-
ramento antes del acto, bajo pena de nulidad con excepción
del imputado (CPPN, art. 277) 57.
^6 Conc. Buenos Aires, art. 265; Catamarca, art. 249; Chaco, art. 263; Chu-
but, art. 247; Córdoba, art. 256; Corrientes, art. 280; Entre Ríos, art. 278; For-
mosa, art. 255; Jujuy, art. 273; La Pampa, art. 262; La Rioja, art. 316; Mendoza,
art. 283; Misiones, art. 264; Neuquén, art. 254; Río Negro, art. 262; Salta, art.
268; San Juan, art. 279; Santa Fe, art. 268; Santiago del Estero, art. 238; Tierra
del Fuego, art. 252; Tucumán, art. 257.
^^ Conc. Buenos Aires, art. 264; Catamarca, art. 248; Chaco, art. 262; Chu-
but, art. 246; Córdoba, art. 255; Corrientes, art. 279; Entre Ríos, art. 277; For-
mosa, art. 254; Jujuy, art. 272; La Pampa, art. 261; La Rioja, art. 315; Mendoza,
art. 282; Misiones, art. 263; Neuquén, art. 253; Río Negro, art. 261; Salta, art.
267; San Juan, art. 278; Santa Fe, art. 267; Santiago del Estero, art. 237; Tierra
del Fuego, art. 251; Tucumán, art. 256.
PROCEDIMIENTO 203

De inmediato debe procederse a dar lectura, "en lo perti-


nente", de "las declaraciones que se reputen contradictorias"
(CPPN, art. 278, párr. 2°), de manera que resulta innecesaria
la lectura de las actas anteriores en su totalidad.
Realizada la lectura —que delimita el ámbito de la discu-
sión—"se llamará la atención de los careados sobre las discre-
pancias, a fin de que se reconvengan o traten de ponerse de
acuerdo" (norma citada).
En este tramo del acto, por consiguiente, puede ocurrir
que las personas sujetas al careo se formulen cargos o pregun-
tas recíprocas, se imputen falsedades o arriben a un acuerdo
que resuelva la discrepancia, debiendo repararse en el hecho
de que cuando en el acto interviene el imputado éste goza de
las garantías previstas respecto de la declaración indagato-
ria. El juez, por su parte, debe dirigir el acto y evitar que los
careados se amenacen o insulten.
A raíz de tales contingencias puede acontecer que los ca-
reados se mantengan en sus dichos anteriores o que todos o
alguno de ellos se rectifiquen, total o parcialmente. Al respec-
to dispone el art. 278 in fine del CPPN que "de la ratificación
o rectificación que resulte se dejará constancia, así como de
las reconvenciones que se hagan los careados y de cuanto en
el acto ocurra; pero no se hará referencia a las impresiones del
juez acerca de la actitud de los careados" 58.
Si bien el juez, como es obvio, puede formarse una opi-
nión acerca de la sinceridad o de la falsedad con que se expi-
dieron las personas sometidas al careo, conforme a las actitu-
des que éstas hayan adoptado durante el desarrollo del acto,
le está vedado hacerla constar en acta. El fundamento de la
prohibición radica en la necesidad de evitar que las impresio-
nes del juez afecten la libertad de convicción del tribunal que
ha de intervenir en el juicio 59, y aunque la inobservancia de
aquélla no se halle conminada con nulidad, puede en cambio
determinar que el acta del careo no se incorpore al debate en
razón de no haber sido confeccionada de conformidad con las
normas de la instrucción (CPPN, art. 391).

5^ En igual sentido la norma citada en la nota 56.


^^ Cfr. LEONE, Tratado..., cit, t. II, pág. 248; BELLAVISTA - TRANCHINA, Le-
zioni..., cit., pág. 330.
204 MEDIOS DE PRUEBA MIXTOS

54. EFICACIA PROBATORIA


Si bien la valoración del careo no suscita ningún proble-
ma particular en relación con lo ya dicho respecto de la prueba
testimonial y confesoria, en razón de que bajo la percepción
del juez aparece, en aquél, el enfrentamiento entre órganos
de prueba que se contradicen, corresponde computar el hecho
de que, para el imputado, el acto entraña un medio de defensa
que se encamina a corroborar sus descargos, y en relación con
los testigos, frente a los casos de rectificación, cabe ponderar
las razones que la pudieron haber generado así como el tiempo
transcurrido entre la anterior declaración y la fecha del careo.
CAPÍTULO I X

LA INTERPRETACIÓN Y LA TRADUCCIÓN
SUMARIO; 55. Concepto y alcance. 56. Naturaleza. 57. Diferencias con la pe-
ricia. 58. Régimen legal.

5 5 . CONCEPTO Y ALCANCE

a) En razón de que, conforme a lo prescripto en el art. 114


del CPPN y en una norma similar contenida en todos los or-
denamientos análogos vigentes en la República, "en los actos
procesales deberá usarse el idioma nacional bajo pena de nu-
lidad", frente a los casos en que deba incorporarse al proceso
una prueba exteriorizada en un idioma distinto se impone,
ineludiblemente, el cumplimiento de una actividad denomina-
da interpretación o traducción, la que es Uevada a cabo por au-
xiliares judiciales conocidos como intérpretes y traductores.
b) Si bien el art. 268 del CPPN dispone que "el juez nom-
brará un intérprete cuando fuere necesario traducir docu-
mentos o declaraciones que, respectivamente, se encuentren
o deban producirse en idioma distinto al nacional" i, conviene
diferenciar la interpretación de la traducción, así sea para ade-
cuar los conceptos a la terminología corriente y al utiüzado por
otros ordenamientos (dec.-ley 1285/58, ley 20.305, etc.).
Mientras debe entenderse, en ese sentido, que la inter-
pretación se concreta cuando se trasladan al idioma nacional

^ Conc. Buenos Aires, art. 255; Catamarca, art. 239; Chaco, art. 253; Chu-
but, art. 237; Córdoba, art. 247; Corrientes, art. 270; Entre Ríos, art. 268; For-
mosa, art. 245; Jujuy, art. 275; La Pampa, art. 252; La Rioja, art. 306; Mendoza,
art. 273; Misiones, art. 254; Neuquén, art. 254; Río Negro, art. 252; Salta, art.
258; San Juan, art. 269; Santa Cruz, art., 252; Santa Fe, art. 295; Santiago del
Estero, art. 234; Tierra del Fuego, art. 242; Tucumán, art. 247.
206 LA INTERPRETACIÓN Y LA TRADUCCIÓN

declaraciones formuladas en un idioma distinto o a través de


gestos que utilizan para comunicarse personas impedidas
(sordomudos), la traducción tiene lugar cuando es necesario
verter al idioma nacional un documento escrito en lengua ex-
tranjera.
Debe repararse, asimismo, en la circunstancia de que la
interpretación se cumple en forma simultánea con la declara-
ción, al paso que la traducción constituye un acto posterior a
la confección o a la presentación del documento.
c) Por razones de analogía, la doctrina extiende el alcan-
ce de la interpretación a los supuestos en que resulte necesa-
rio la traslación, a letras, de versiones taquigráficas 2.

56. NATURALEZA
a) Si bien tanto el intérprete como el traductor deben ser
considerados órganos de prueba, sólo revisten tal carácter en
un sentido meramente integrativo de otros medios probato-
rios, pues no aportan al proceso ninguna contribución origi-
nal 3 y su actividad carece por ende de aptitud, por sí sola,
para generar la convicción judicial.
b) De ello se sigue que, en tanto el ámbito de la interpre-
tación y de la traducción se halla circunscripto a tornar inte-
ligible, para el juez, un dato probatorio ya ingresado al proce-
so (el hecho declarado por el testigo o por el imputado o el
consignado en el documento), ellas constituyen medios auxi-
liares de prueba.

57. DIFERENCIAS CON LA PERICIA


a) Aunque, como se verá, los intérpretes y traductores se
hallan sujetos a las normas previstas respecto de los peritos,
la interpretación y la traducción no son equiparables a u n a
pericia.
b) Mientras, en efecto, la pericia entraña la formulación
de un juicio motivado de carácter científico, artístico o técnico
y sujeto, como dato probatorio, a la valoración judicial, la in-

2 CLARIÁ OLMEDO,Traíado..., cit.,t. V,pág. 187; D'ALBORA, Código..., cit.,


pág. 273.
3 MANZINI, Tratado..., cit., t. III, pág. 457; Istituzioni..., cit., pág. 169.
RÉGIMEN LEGAL 207

terpretación y la traducción ningún elemento nuevo agregan


al dato ya incorporado al proceso a través de la declaración o
del documento de que se trate.
Media, asimismo, una diferencia relativa al objeto sobre el
cual versan: la pericia puede recaer sobre cualquier cosa O per-
sona, al tiempo que la interpretación y la traducción sólo operan
sobre expresiones orales o escritas del intelecto humano 4.

58. RÉGIMEN LEGAL


a) El intérprete o traductor debe ser designado de oficio
entre los que tengan carácter oficial, de modo que en las cau-
sas que tramitan ante los tribunales de la Capital Federal o
los federales con sede en las provincias el nombramiento debe
recaer entre las personas mencionadas en el art. 52, inc. b) del
decreto-ley 1285/58.
En razón de que el art. 268 del CPPN limita el nombra-
miento a un intérprete (o traductor), se halla excluida la po-
sibilidad de que las partes propongan al propio s, circunstancia
que, desde luego, no descarta la validez de las traducciones
acompañadas a cualquier documento que se presente en el pro-
ceso siempre que se halle suscripta por traductor público matri-
culado en la respectiva jurisdicción (ley 20.305, art. 6°) y éste se
ratifique de sus términos ante el juez o tribunal de la causa.
Aunque no se trata del caso previsto en el art. 259 del
CPPN, tampoco es desestimable la hipótesis excepcional de
que, frente a un vicio de error o fraude, la parte interesada
proponga a un traductor o intérprete para que intervenga en
la eventual reproducción del acto originario.

* CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 185.


^ En contra NAVARRO - DARAY, Código..., cit., 1.1, pág. 567, quienes argu-
mentan en el sentido de que, dada la remisión que efectúa el art. 269 a los "tér-
minos" establecidos en las disposiciones relativas a los peritos, y teniendo en
cuenta que el único "término" previsto expresamente en ese capítulo concierne,
precisamente, a la proposición del experto por las partes (art. 259). Se trata de
una comprensión excesivamente literal del art. 259 del CPPN, pues, por un lado,
también cabe considerar "término" al "plazo" que el art. 260 autoriza a fijar al
juez para que el perito se expida y, por otro lado, no parece compatible con el me-
dio auxiliar analizado la intervención conjunta de varios intérpretes o traductores.
208 LA INTERPRETACIÓN Y LA TRADUCCIÓN

b) El juez no puede eludir la designación de intérprete o


traductor aun cuando tenga conocimiento personal del idio-
ma extranjero (CPPN, art. 268, párr. l^) e.
El fundamento de esta norma estriba, primordialmente,
en la necesidad de preservar la objetividad de la prueba y la
plena vigencia del principio de publicidad 7, de manera que si
el juez utilizó su saber privado para cumplir con la interpre-
tación o traducción, debe excusarse de intervenir en el proce-
so conforme a lo prescripto en el art. 55, inc. 1- del CPPN s.
c) Si bien, normalmente, la interpretación se realiza si-
multáneamente en la pertinente declaración, el art. 268,
párr. 2- del CPPN dispone que "el declarante podrá escribir su
declaración, la que se agregará al acta junto con la traduc-
ción" 9. En tal caso el juez debe otorgar al traductor un plazo
razonable para que realice su labor.
d) En el caso de tratarse de sordomudos que no supieren
leer ni escribir corresponde nombrar, como intérprete, a un
maestro de sordomudos o, a falta de él, a alguien que sepa co-
municarse con el interrogado (CPPN, art. 119 y normas loca-
les concordantes).
e) Prescribe, por último, el art. 269 del CPPN que "en
cuanto a la capacidad para ser intérprete, incompatibilidad,
excusación, recusación, derechos y deberes, términos, reserva
y sanciones disciplinarias, regirán las disposiciones relativas
a los peritos" lo.
Cuadra por consiguiente remitir a lo dicho supra (nros.
25.3.1, 25.3.2, 25.4., 25.1.1., 25.1.2. y 25.1.3.), aunque en ma-

^ En igual sentido las normas citadas en la nota 1.


^ Cfr. CLARIÁ OLMEDO, Tratado..., cit., t. V, pág. 186; JAUCHEN, La Prue-
ba..., cit.,pág. 324.
^ D'ALBORA, Código..., cit., pág. 273.
^ En igual sentido las normas citadas en la nota 1.
^^ Conc. Buenos Aires, art. 256; Catamarca, art. 240; Chaco, art. 254; Chu-
but, art. 238; Córdoba, art. 248; Corrientes, art, 271; Entre Ríos, art. 269; For-
mosa, art. 246; Jujuy, art. 276; La Pampa, art. 253; La Rioja, art. 307; Mendoza,
art. 274; Misiones, art. 255; Neuquén, art. 255; Río Negro, art. 253; Salta, art.
259; San Juan, art. 270; Santa Cruz, art. 253; Santa Fe, art. 296; Santiago del
Estero, art. 235; Tierra del Fuego, art. 243; Tucumán, art. 248.
Por su parte, dispone el art. 150 del RJN que "para la designación como in-
térprete oficial se requerirá la nacionalidad argentina, 25 años de edad y tener
versación comprobada por título nacional, cuando lo hubiere, en los idiomas
para los cuales haga la respectiva designación el Poder Ejecutivo".
RÉGIMEN LEGAL 209

teria de honorarios sólo cabe incluir los que corresponden a


ios intérpretes y traductores no oficiales que pueden desig-
narse excepcionalmente.
Son en cambio inaplicables a los traductores e intérpre-
tes las normas relativas a la facultad de proponer peritos (art.
259), a la conservación de objetos (art. 261) y a la ejecución de
la pericia y confección del dictamen (arts. 262 y 263), y por ob-
vias razones de incompatibilidad, las referentes a las pericias
especiales (autopsia y cotejo de documentos).
ÍNDICES
ÍNDICE ANALÍTICO *
(Los números remiten a los parágrafos y a sus divisiones)

LA PRUEBA PENAL EN GENERAL Atendibilidad de la prueba, 6.4.


Iniciativa probatoria, 6.3.
Admisibilidad de la prueba, 6.2.
Pertinencia y utilidad, 6.1.
Argumentos de prueba, 5.4.
Resultado de ¡aprueba, 5.5.
Presunciones e indicios, 5.4.1.
Sujetos de la prueba, 3.
Atendibilidad de la prueba, 6.4.
Concepto y finalidad, 1. LOS MEDIOS DE PRUEBA EN
Fuentes de prueba, 5.2. PARTICULAR
Grados de la convicción judicial, 2.
Hechos exentos de prueba, 4.2. Autopsia
Indicios, 5.4.1. Véase la voz "Prueba pericial"
Requisitos, 5.4.1. Careos
Iniciativa probatoria, 6.3. Concepto, 49.
Medios de prueba, 5.3. Eficacia probatoria, 54.
Concepto y clasificación, 5.3.1. Naturaleza, 49.
régimen legal, 5.3.1.1. Objeto del careo, 51.
Objeto de ¡aprueba, 4. Procedimiento, 53.
Alcance, 4.1. Acta del careo, 53.
Hechos exentos de prueba, 4.2. Acuerdo de los suetos del careo, 53.
los hechos evidentes, 4.2.1. Cargos o preguntas recíprocas,
los hechos notorios, 4.2.2. 53.
Órganos de prueba, 5.1. Imputación de falsedades, 53.
Pertinencia y utilidad de la prueba, 6.1. Juramento, 53.
Presunciones, 5.4.1. Lectura de las declaraciones
Presunciones legales, 5.4.1. contradictorias, 53.
Presunciones judiciales, 5.4.1. Requisitos de lugar, tiempo y for-
Requisitos de la prueba, 6. ma, 52.
Admisibilidad, 6.2. Forma, 52.3.
la regla de exclusión probato- Lugar, 52.1.
ria, 6.2.1. Tiempo, 52.2.

La tarea —^nada fácil— de confeccionar tanto el índice analítico como el


normativo fue emprendida por la doctora María Paula Marisi, quien se vio
obligada, para ello, a la minuciosa lectura y cabal comprensión de la totalidad de
los temas abordados en el hbro. Vaya, pues, hacia esa joven e inteligente profe-
sional, el testimonio de mi gratitud.
214 ÍNDICE ANALÍTICO

Requisitos objetivos, 51. Normas inaplicables, 58.


Requisitos subjetivos, 50. Capacidad para ser intérprete, 58.
Sujetos del careo, 50. Concepto y alcance, 55.
Diferencia entre interpreta-
C o m u n i c a c i o n e s telefónicas
ción y traducción, 55.
Véase la voz "Prueba documental"
Diferencias con la pericia, 57.
Filmaciones Naturaleza, 56.
Véase la voz "Prueba documental" Régimen legal, 58.
Designación del intérprete o
Inspección judicial
traductor, 58.
Clases de inspección, 9.
Sordomudos que no saben leer ni
Inspección de cosas, 9.3.
escribir, 58.
Inspección de lugares, 9.2.
Inspección de personas, 9.1. Medios de prueba mixtos
Reconstrucción del hecho, 9.4. Caracterización, 44.
Concepto, 7. Careos
Inspección de cosas, 9.3. Véase la voz "Careos"
Desarrollo del acto, 9.3. Concepto, 44.
Objeto, 9.3. Reconocimiento de cadáveres, 48.4.
Sujetos intervinientes, 9.3. Reconocimiento de cosas, 48.
Inspección de lugares, 9.2. Véase la voz "E^eco^oci^liento de co-
Aspecto negativo, 9.3. sas"
Aspecto positivo, 9.3. Reconocimiento de personas, 45.
Desarrollo del acto, 9.3. Véase la voz "Reconocimiento de
Objeto, 9.3. personas"
Sujetos intervinientes, 9.3.
Peritos
Inspección de personas, 9.1.
Véase la voz "Prueba pericial"
Desarrollo del acto, 9.1.
Objeto, 9.1. Prueba d e c o n f e s i ó n
Requisitos, 9.1. Concepto, 28.
Sujetos intervinientes, 9.1. Diferencias con el proceso civil,
Objeto de la inspección judicial, 8.2. 28.
Reconstrucción del hecho, 9.4. Confesión calificada, 34.
Concepto, 9.4.1. Confesión simple, 34.
Desarrollo del acto, 9.4.4. Divisibilidad de la confesión, 34.
Naturaleza, 9.4.2. Eficacia probatoria de la confesión,
Sujetos intervinientes, 9.4.3. 36.
Requisitos, 8. Indivisibilidad de la confesión, 34.
De lugar, tiempo y forma, 8.3. Naturaleza, 29.
lugar, 8.3,1. Posiciones doctrinarias, 29.
tiempo, 8.3.2. Objeto de la prueba de confesión,
forma, 8.3.3. 31.
Objetivos, 8.2. Procedimiento, 35.
Subjetivos, 8.1. En la etapa de instrucción, 35.
Sujetos de la inspección judicial, 8.1. abstención de declarsir, 35.
clausura del acto, 35.
Interpretación y t r a d u c c i ó n designación de defensor, 35.
Aplicación de normas relativas a exposición del imputado, 35.
los peritos, 58. información al imputado de las
Honorarios, 58. pruebas en su contra, 35.
ÍNDICE A N A L Í T I C O 215

intimación de la imputación, 35. Incorporación al proceso de la


preguntas al imputado, 35. prueba documental, 12.
En la etapa del juicio, 35. Intervención de comunicacio-
contradicciones, 35. nes telefónicas, 12.4.
negativa a declarar, 35. Filmaciones, 12.5.
preguntas aclaratorias, 35. Orden de presentación, 12.2.
Regulación legal, 30. Presentación por las partes,
Requisitos de lugar, tiempo y for- 12.1.
ma, 33. Presentación por terceros, 12.1.
Forma, 33.3. Secuestro, 12.3.
Lugar, 33.1. Intervención de comunicaciones
Tiempo, 33.2. telefónicas, 12.4.
Requisitos objetivos, 32. Autorización judicial, 12.4.
Requisitos subjetivos, 31. Comunicación entre el impu-
Sujetos de la prueba de confesión, tado y su defensor, 12.4.
31. Registro de comunicaciones in-
Sujetos excluidos, 31. tervenidas, 12.4.
Transcripción de su contenido,
Prueba de informes 12.4.
Concepto, 37. Normas aplicables, 11.
Diferencias con los restantes Presentación por las partes, 12.1.
medios probatorios, 37. Cartas sustraídas del Correo o
Objeto de la prueba de informes, de portador particular, 12.1.,
37. 12.3.
Procedimiento, 43. Presentación por terceros, 12.1.
Aplicación supletoria del CPCN, Secuestro de correspondencia, 12.3.
43. Secuestro de documentos, 12.3.
Regulación legal, 38. Verificación, 13.
Concepto, 13.1.
Aplicación supletoria del CPCN,
Documentos privados, 13.3.
38.
cotejo, 13.3.2.
Requisitos de lugar, tiempo y for-
reconocimiento, 13.3.1.
ma, 42.
Documentos públicos, 13.2.
Forma, 42.3.
prueba en contrario, 13.2.
Lugar, 42.1.
redargución de falsedad, 13.2.
Tiempo, 42.2.
Requisitos objetivos, 41.
Requisitos subjetivos, 40. Prueba pericial
Sujetos informantes, 40. Autopsia, 26.4.1.
Entidades privadas, 40. Concepto, 23.
Personas de existencia ideal, 40. Cotejo de documentos, 26.4.2.
Personas de existencia visible, 40. Diferencias con la interpretación y
Supuestos excluidos de la prueba la traducción, 57.
de informes, 39. Eficacia probatoria, 27.
Naturaleza, 23.
Prueba d o c u m e n t a l Objeto de la prueba pericial, 24.2.
Clases, 10. Peritos, 25.
Concepto, 10. Deberes, 25.5.1.
Eficacia probatoria, 14. aceptación del cargo, 25.5.1.1.
Filmaciones, 12.5. correcto desempeño, 25.5.1.3.
216 ÍNDICE ANALÍTICO

obligación de denuncia, 25.5.1.2. Supuestos de compatibilidad,


reserva, 25.5.1.2. 16.4.
Derechos, 25.5.2. Capacidad para prestar declara-
anticipo y reintegro de gas- ción testimonial, 16.2.
tos, 25.5.2.2. Compatibilidad para prestar de-
honorarios, 25.5.2.1. claración testimonial, 16.3.
Diferencias con los testigos, 25.1. Agentes encubiertos, 16.4.4.
Excusación, 25.4. Denunciantes, 16.4.2.
Habilitación, 25.2. Funcionarios y empleados po-
Incapacidades, 25.3.1. liciales, 16.4.3.
Incompatibilidades, 25.3.2. Sujetos eventuales del proce-
Recusación, 25.4. so, 16.4.1.
Procedimiento, 26. Concepto, 15.
Designación de los peritos, 26.1. Sujetos admitidos, 15.
notificación de la designación, Sujetos excluidos, 15.
26.1. Testigos instrumentales, 15.
Determinación de las cuestio- Testimonio indirecto, 15.
nes, 26.1. Deber de comparecencia, 18.
Dictamen pericial, 26.3. Citación, 18.2.
concepto, 26.3. Incomparecencia, 18.3.
contenido, 26.3. Regla general, 18.1.
forma, 26.3. Deber de declarar, 19.
Ejecución de la pericia, 26.2. Excepciones, 19.2.
deliberación, 26.2.3. deber de abstención, 19.2.3.
desarrollo de la diligencia, facultad de abstenerse de de-
26.2.2. clarar contra el imputado,
dirección, 26.2.1. 19.2.2.
eventuales discrepancias y prohibición de declarar en con-
nueva pericia, 26.2.4. tra del imputado, 19.2.1.
redacción del informe, 26.2.4. Principio, 19.1.
Reglas particulares, 26.4. Eficacia probatoria, 22.
autopsia, 26.4.1. Falso testimonio, 21.
cotejo de documentos, 26.4.2. Forma de la declaración testimo-
Requisitos, 24. nial, 17.3.
De lugar, tiempo y forma, 24.3. Incompatibilidad paraprestar de-
forma, 24.3.3. claración testimonial, 16.3.
lugar, 24.3.1. Defensores del imputado, 16.3.5.
tiempo, 24.3.2. Funcionarios del ministerio
Objetivos, 24.2. público, 16.3.2.
Subjetivos, 24.1.
Imputados y coimputados, 16.3.4.
Sujetos de la prueba pericial, 24.1.
Jueces, 16.3.1.
Prueba testimonial Peritos e intérpretes, 16.3.6.
Abstención de declarar contra el Secretarios y auxihares, 16.3.3.
imputado, 19.2.2., 19.2.3. Ofrecimiento de la prueba testi-
Calidad para prestar declaración monial, 17.2.
testimonial, 16. Prohibición de declarar en contra
Capacidad, 16.2. del imputado, 19.2.1.
Distinción preliminar, 16.1. Recepción del testimonio, 20.
Incompatibilidad, 16.3. Declaración sobre el hecho, 20.3.
ÍNDICE ANALÍTICO 217

Documentación del acto, 20.5. Reconocimiento de cadáveres, 48.4.


Interrogatorio preliminar, 20.2. Requisitos, 48.2.
Juramento, 20.1. De forma, 48.2.
negativa a prestar juramen- De lugar, 48.2.
to, 20.1. De tiempo, 48.2.
Orden de las declEiraciones, 20.4. Sujetos de la prueba de reconoci-
Prevención, 20.1. miento de cosas, 48.2.
Requisitos de lugar, tiempo y for-
ma, 17.
R e c o n o c i m i e n t o d e personas
Forma, 17.3.
Concepto, 45.1.
Lugar, 17.1.
Eficacia probatoria, 47.
personas eximidas del deber
Naturaleza del acto, 45.2.
de comparecer, 17.1.3.
Objeto de la prueba de reconoci-
regla general, 17.1.1.
miento de personas, 45.3.
simultaneidad con otras prue-
Procedimiento, 46.
bas, 17.1.5.
testigo residente en lugar dis- Cierre del acto, 46.1.3.
tante, 17.1.2. Fase descriptiva, 46.1.1.
testigos imposibilitados de Fase experimental (rueda de
comparecer, 17.1.4. personas), 46.1.2.
Tiempo, 17.2. Modalidades del acto en el jui-
Sujetos de la prueba testimonial, cio, 46.1.4.
16.2. Reconocimiento por fotografías, 46.2.
Comparecencia a inspección de Regulación legal, 45.1.
Requisitos de lugar, tiempo y for-
lugares, 17.1.5. ma, 45.5.
Comparecencia a la recons- Forma, 45.5.3.
trucción del hecho, 17.1.5. Lugar, 45.5.1.
Diferencias con los peritos, 25.1. Tiempo, 45.5.2.
Personas eximidas del deber Requisitos objetivos, 45.4.
de comparecer, 17.1.3. Requisitos subjetivos, 45.3.
Sujetos compatibles, 16.4. Sujetos de la prueba de reconoci-
Sujetos incompatibles, 16.3. miento de personas, 45.3.
Testigo residente en lugar dis-
tante, 17.1.2.
Testigos imposibilitados de R e c o n s t r u c c i ó n del h e c h o
comparecer, 17.1.4. Véase la voz "Inspección judicial"
Reconocimiento de cosas
Concepto, 48.1. Testigos
Objeto de la prueba de reconoci- Véase la voz "Prueba testimonial"
miento de cosas, 48.2.
Procedimiento, 48.3. Traducción
Fase descriptiva, 48.3. Véase la voz "Interpretación y tra-
Fase experimental, 48.3. ducción"
ÍNDICE NORMATIVO

Constitución Nacional Código Civil


Arts. Parágrafos Arts. Parágrafos
14 25.2. (nota 11) 13 4.1.a)
18 2.C), 12.1.d), 12.2.b), 20 4.1.a), 20.1.b)
12.3.b), 12.4. (nota 34), 54 25.3.1.a)
13.3.2. c), 16.3.4., 25.2. 126 25.3.1. (nota 15)
(nota 11) 128 25.3.1.a)
19 9.1. (nota 16) 352 19.2.1.b)
75, inc. 22 6.2.c) 353 19.2.2.b)
360 19.2. l.b)
C o n v e n c i ó n Americana 363 19.2.1.b), 19.2.2.b)
de D e r e c h o s H u m a n o s
992 14.a)
Art. Parágrafo 993 13.2.a)
11, inc. 2= 12.4.e) 994 13.2.a) y b)
995 13.2.a) y b)
C o n v e n c i ó n contra la Tortura 1017 14.a)
Art. Parágrafo 1019 14.a)
15 6.2.C) 1026 13.3. l.c)
1028 13.2.b)
Declaración Universal 1031 13.3.1.C)
de D e r e c h o s H u m a n o s 1033 13.3.2.d)
1071 6.2. (nota 46)
Arts. Parágrafos
1102 6.2.b)
5°- 6.2.C) 1193 6.2.b)
7= 6.2.C)
Código P e n a l
P a c t o Internacional Arts. Parágrafos
de D e r e c h o s Civiles y Políticos
13 39.C)
Arts. Parágrafos 29 38.a)
5°- 6.2.C) 34, inc. 1^ 23.C)
7^ 6.2.C) 90 25.1.a)
220 ÍNDICE NORMATIVO

91 4.1.e) 401 38.a), 40.d), 43.a)


111 6.2. (nota 46) 402 38.a), 43.a), 43. (nota
157 25.5.1.2.a) 25)
186 4.1.e) 403 38.a),40.c),43.a)yb)
239 13.3.1.C) 419 17.1.4.b)
243 9.2.b), 18.1.a), 18.3.a), 436 17.1.4.b)
19.1.b), 19.2.3.C), 448 50.b)
25.5.1.1. a), 25.5.1.3.b) 463 25.5.2.2.b)
255 9.2.b) 476 24.1.b)
275 13.3.1.c),20.1.b),
25.5.1.3.b) Código P r o c e s a l P e n a l
276 25.5.1.3.b) de la N a c i ó n
277, inc. 2°- 7. (nota 1), 12.3.b) Arts. Parágrafos
277, inc. 3= 12.3.b) 1- 6.3.b)
278 12.3.b) 3^ 2.c), 6.3.b)
292 13.2.a) 4= 6.2.1. (nota 61)
293 13.2.a) 55 25.4.a), 25.5. l.l.b)
55, inc. 1= 16.3.1., 16.3.6., 25.4.b),
Código Procesal Civil
58.b)
y Comercial de la N a c i ó n
55, inc. 2°- 25.4.b)
Arts. Parágrafos 55, inc. 3= 25.4.b)
22 39.b) 56 3.c)
26 39.b) 58 16.3.1.
333 11.a) 61 39.b)
334 11.a) 63 16.3.3.
335 11.a) 71 16.3.2.
349 11.a) 73 40.d)
356 11.a) 74 45.4.b), 45.4 (nota 11)
358 11.a) 78 23.C)
377 6.3.a) y d) 79, inc. a) 17.1.2.b)
387 11.a) 79, inc. b) 17.1.2.b),43a)
388 11.a) 86 15.a), 16.4. l.b), 50.a)
390 11.a) 96 15.a), 16.4. l.c), 50.a),
391 11.a) 104 35.b)
392 11.a) 107 35.b)
393 11.a) 114 55.a)
395 11.a) 117 20.1.b)yc),25.5.1.1.d)
396 37.d), 38.a), 40.a), 41.a) 118 20.3.a) y b)
yb) 119 9.4.3.C), 16.2.a), 17.3.a),
397 38.a),40.c),41.b) 17.3. (nota 61), 58.d)
398 38.a), 43. (notas 21 y 123 12.4.d), 16.4.4.b),
22), 43.a) 26.1.a), 27.b)
399 38.a), 43.a), 43. (nota 138 12.4.6), 15.a), 20.5.a)
23) 139 8.3.3.a), 16.2.a), 20.5.a).
400 38.a), 43.b) 46.1.3.b)
ÍNDICE NORMATIVO 221

16.2.a) 218 8.1.a), 8.3.3.b),9.1.b)y


26.1.a) c), 24.3.1.a)
15.a) 219 8.1.a), 9.2.b), 17.1.5.
9.2.b), 17.1.4.b), 18.2.a), 220 9.1.C), 48.4.a) y b)
25.5.1.1.C) 221 9.4.3.a), 24.3.1.a)
161 25.4.C), 26.1.a) 222 8.3.3.b),9.2.b),9.4.3.b),
163 26.1.a) 24.3.1.a)
167, inc. 1^ 26.1.a) 223 8.3.3.b),9.2.b), 9.4.1.a),
167, inc. 2= 26.1.a) 9.4.3., b), 17.1.5.
167, inc. 3^ 12.3.b), 12.4.d), 26.1.a), 224 5.4.1.b), 9.2.a)
46.2.b) 231 12.3.a), 12.3. (nota 20),
168 12.3.b), 26.1.a) 40.d)
170 12.4.d), 19.2.3.b), 232 12.2.a), 12.3.c),40.d)
20.1.C), 25.3.1.a) 233 9.2.b)
171 8.3.3.b),9.2.b),18.2.c), 234 12.3.b)
25.3.1.a), 25.5.1.1.d) 235 12.3.b)
177 25.5.1.2.b) 236 9.3.a), 12.4.a) y b)
178 19.2.1.a) 237 12.3.b), 12.4.g)
183 45.2.a) 239 15.a), 16.4.1.d)
184 5.4.1.b), 49.C) 240 17.1.1.a), IS.l.b), 19.1.a)
184, inc. 4= 8.1.b), 12.4.c), 45.2.a) 241 6.4.b), 16.2.a), 20.2.b),
184, inc. 5= 12.4.C) 22.a),45.3.b)
184, inc. 7= 15.a),20.1.c) 242 6.2.a), 12.1.c), 12.2.a),
193, inc. P 6.4.b), 38.b) 12.3.a), 13.3.2.b),
193, inc. 22 6.4.b) 19.2.1. a), 19.2.1. (nota
193, inc. 35 5.3.1.1.b) 74), 25.3.1.a), 25.4.b),40.e)
196 17.1.1. (nota 46), 243 12.2.a), 12.3.a),
17.2.a), 52.1. 13.3.2.b), 19.2.2.a), b) y
c), 25.3.1. a), 25.4.b),
198 20.3.b) 40.e)
199 3.b),6.1.b),12.1.a)yb),
244 12.1.C), 12.2.a), 12.3.b),
17.2.a), 24.2.a), 35. 19.2.3.a), b) y c),40.e),
(nota 24) 45.3.b)
200 8.1.a), 8.3.3.a), 20.3.b), 245 18.2.a)
24.3.3.b), 26.2.3., 45.2.b) 246 17.1.2.a), 18.2.b)
201 8.1.a), 24.3.3.b), 247 18.3.a), 19. l.b),
26.2.1.a), 26.2.3., 45.2.b) 25.5.1.1.C), 25.5.1.1.
203 8.1.a), 20.3.b) (nota 27)
204 8.3.3.a), 17.3.b), 248 13.3.1.C), 18.3.b)
25.5.1.2.a), 26.2.1.a) 249 16.2.b), 16.3.4., 17.3.a),
206 6.2.b),6.2.(nota49) 20.1.a), 20.2.a), 20.3.a),
212 12.4.C) 20.5.a)
213, inc. c) 49.C) 250 17.1.3.a) yb), 17.3.a),
216 8.1.a), 8.3.3.a), 9.2.b) 18.1.b), 39.d)
217 8.3.3.a), 9.2.b) 251 17.1.4.a), IS.l.b)
222 ÍNDICE NORMATIVO

252 21.a) 295 35.b)


253 13.3.1.C), 23.b), 24.2.a) 296 9.4.3.a), 13.3. l.b).
254 25.2.a)yb), 25.2. (nota 13.3.2.C), 16.4.1.d),35.
11), 26.1.a) b)yc)
255 6.2.a), 25.3.1.a), 297 35.b)
25.5.1.1.b) 298 13.3.1.b), 13.3.2.C), 35.b)
256 16.3.6., 25.4.a) ye) 299 6.2.C), 35.b)
257 25.5.1.1.a), c)yd) 301 35.b)
258 25.2. (nota 13), 303 35.b)
25.3.2.b), 26.1.a), 26.1. 304 e.l.b), 35.b)
(nota 45), 26.2.4. b) 306 2.C)
259 25.2. (nota 11), 26.1.a), 309 2.C)
26.1. (nota 37), 58.a) y 319 5.4.1.b)
e), 58. (nota 5) 323 41.b)
260 26.1.a), 26.2.1.a), 57. 325 39.e)
(nota 5)
336 2.e)
261 26.2.1.a), 58.e)
346 42.2.
262 26.2.2., 26.2.2. (nota
350 2.C)
55), 26.2.3., 26.2.4.a) y
b),58.e) 353 2.e)
263 24.3.3.a), 26.3.a), 58.e) 353 bis 8.1.a), 9.4.3.a), 12.2.a),
12.4.C), 17.1.1. (nota
263, inc. 3^ 6.4.b)
46), 17.2.a), 24.1.,
263, inc.4= 27.a) 45.3.a), 45.5.1.
264 23.C), 26.4.1.a) 354 6.1. (nota 37), 6.2.a),
265 12.3.a), 13.3.2.b) 12.1.a)yb),12.4.f),
266 25.5.1.2.a), 25.5.1.3.a) y 17.2.b), 17.2. (nota 59)
b) 355 6.1. (nota 37), 6.2.a),
267 25.5.2.1.a) 16.4.1.b), 17.2. (nota
268 9.4.3.C), 13.3.2.C), 55.b), 58), 24.3.2. b), 26. l.b).
58.a), b) ye) 38.b),42.2.
269 16.3.6., 58. (nota 5), 356 3.b), e.l.b), 24.2.a),
58.e) 17.2. (nota 59)
270 7.a),45.1.e)yd),45.4.b), 357 17.1.4.a), 17.2.b), 17.3.
45.5.2. (nota 60), 24.3.2.a),
271 7.a),46.1.1.a)yb) 45.5.2,46.1.4.a), 48.2.e)
272 7.a), 46.1.2.a) ye). 362 17.1.2.c),43.a)
46.1.3.a), 46.2.c),48.3.c) 363 17.3.b)
273 7.a),46.1.2.e) 366 45.3.b)
274 7.a), 46.2.a) ye) 371 16.3.1., 21.a)
275 7.a), 48.1.b), 48.2. (nota 375 20.3.b)
43),48.3.b) 376 12.1.b), 25.4. (nota 24)
276 7.a), 49.b), 50.a), 51.b) 378 35.C)
277 7.a), 53.b) 380 35.C)
278 7.a), 50. (nota 51), 53.a) 381 38.b),42.2.
yb) 382 6.2.b), 8.1.a), 17.2.b),
294 2.e) 46.1.4.b),48.3.d)
ÍNDICE NORMATIVO 223

383 17.2.b), 24.3.1.a), Constitución de J u j u y


24.3.2.b), 24.3.3.b), Art. Parágrafo
26.3. b)
384 16.4. l.b), 17.2.b), 23 19.2.1. (nota 72)
17.3.a), 20.3.b), 20.4.a)
385 48.2.C) Constitución de La Rioja
386 17.1.4.a), 17.3. (nota 60)
Arts. Parágrafo
387 8.1.a), 8.3.2., 24.3.1.a),
45.5.2. 26 19.2.1. (nota 72)
388 6.1.b), 12.2.a), 17.2.
(nota59),26.1.b),38.b), Constitución de Salta
42.2., 45.5.2. Art. Parágrafo
389 20.3.b), 24.3.3.b) 28 19.2.1. (nota 72)
390 21.a)
391 16.4. l.b), 17.3.a), 53.b) Constitución d e Santiago
392 20.1.c),46.1.3.b) del Estero
394 20.5.b) Art. Parágrafo
395 20.5.b)
19 19.2.1. (nota 72)
397 17.2. (nota 59)
398 6.4.b), 25.3.1. (nota 20), Código Aduanero
36.a)
399 3.b) Art. Parágrafo
404 27.b) 866 16.4.4.a)
405 20.3.b)
430 20.1.C) Código Procesal P e n a l
431 bis 1. (nota 1), 3. (nota 11) d e B u e n o s Aires
440 20.3.b) Arts. Parágrafos
456 20.3.b) 209 51. (nota 55)
458 26.1. (nota 37) 211 6.2.1. (nota 56)
459 26.1. (nota 37) 212 8.3.3. (nota 2)
460 26.1. (nota 37) 213 8.3.3. (nota 3)
464 26.1. (nota 37) 214 9.1. (notas 10,11,13 y
472 26.1. (nota 37) 15), 9.2. (nota 19)
473 26.1. (nota 37) 215 48.4.b), 48.4. (notas 44
479, inc. 2= 13.2.b) y 46)
506 39.C) 216 9.4.1. (nota 24), 9.4.3.
529 25.5.2. l.b) (nota 31)
531 25.5.2. l.b) 217 8.3.3. (nota 5), 9.2. (not
534 25.5.2.1.C) 20)
218 8.3.3. (nota 6)
226 12.3. (nota 20)
Constitución de Córdoba 227 12.2. (nota 16)
228 12.3. (nota 22)
Art. Parágrafo 229 12.4. (nota 31)
10 19.2.1. (nota 72) 230 12.3. (nota 25)
ÍNDICE NORMATIVO

15. (nota4), 18.1. (nota 263 49. (nota 47)


62), 19.1. (nota 68) 264 53. (nota 57)
16.2. (nota 14) 265 53. (notas 56 y 58)
19.2.1. (nota 71) 273 12.1. (nota 11)
19.2.2. (nota 76) 281 6.2. (nota 40)
19.2.3. (nota 79) 338 12.1. (nota 12)
18.2. (nota 63) 361 17.1.4. (nota 55)
17.1.2. (nota 47)
18.3. (nota 64), 19.1. Código Procesal Penal
(nota 69) de Catamarca
18.3. (nota 66), 20.1. Arts. Parágrafos
(nota 88), 20.2. (nota
96), 20.5. (nota 99) 174 6.1. (nota 37), 12.1.
17.1.4. (nota 54) (nota 11)
21. (nota 101) 183 6.2. (nota 40)
23. (nota 4), 25.2. (notas 187 8.3.3. (nota 2)
9 y 12) 188 8.3.3. (nota 3), 9.2. (nota
25.3.1. (nota 14) 19)
25.5.1.1. (notas 25y 26) 189 9.1. (notas 10,11,13 y
26.1. (notas 34,36,38, 15)
44 y 45) 190 48.4. (notas 44 y 46)
26.1. (nota 35), 26.2.1. 191 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota
(notas 46,47 y 50) 20)
26.2.2. (nota 54), 26.2.3. 192 9.4.1. (nota 24), 9.4.3.
(nota 56), 26.2.4. (notas (nota 31)
57 y 58) 193 8.3.3. (nota 6)
26.3. (nota 61), 27. 200 12.3. (nota 20)
(nota 67) 201 12.2. (nota 16)
26.4.1. (nota 64) 203 12.3. (nota 22)
12.3. (nota 21), 13.3.2. 205 12.4. (nota 31)
(nota 45) 206 12.3. (nota 25)
25.5.1.2.b), 25.5.1.2. 208 15. (nota4), 18.1. (nota
(nota 31), 25.5.1.3. 62), 19.1. (nota 68)
(nota 32) 209 16.2. (nota 14)
25.5.2.1. (nota 33) 210 19.2.1. (nota 71)
55. (nota 1), 58. (notas 6 211 19.2.2. (nota 76)
y 9) 212 19.2.3. (nota 79)
25.4. (notas 21 y 23), 58. 214 18.2. (nota 63)
(nota 10) 215 17.1.2. (nota 47)
45.1. (nota 2) 216 18.3. (nota 64), 19.1.
46.1.1. (nota 12) (nota 69)
46.1.2. (notas 14 y 23), 217 18.3. (nota 66)
46.1.3 (nota 28) 218 17.1.3. (notas 49,52y53)
46.1.2. (nota 26) 219 17.1.4. (nota 54), 20.1.
46.2. (notas 32 y 37) (nota 88), 20.2. (nota
48.1. (nota 41) 96), 20.5. (nota 99)
ÍNDICE NORMATIVO 225

20.1. (nota 88), 20.2. Código Procesal Penal


(nota 96) de Chaco
21. (nota 101) Arts. Parágrafos
23. (nota 4)
192 6.1. (nota 37), 12.1.
25.2. (notas 9 y 12)
26.1. (notas 34,36,44 y (nota 11)
45) 199 6.2. (nota 40)
26.1. (nota 38) 202 8.3.3. (nota 2)
25.5.1.1. (notas 25 y 26) 203 8.3.3. (nota 3)
25.3.1. (nota 14) 204 9.1. (notas 10,11,13 y
25.4. (notas 21 y 23) 15)
26.1. (nota 35), 26.2.1. 205 9.2. (nota 19)
(notas 46 y 47) 206 48.4. (notas 44 y 46)
26.2.2. (nota 54), 26.2.3. 207 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota
(nota 56), 26.2.4. (notas 20)
57 y 58) 209 8.3.3. (nota 6), 9.4.1.
26.3. (nota 61), 27. (nota 24), 9.4.3. (nota
(nota 67) 31)
26.4,1. (nota 64) 217 12.3. (nota 20)
12.3. (nota 21), 13.3.2. 218 12.2. (nota 16)
(nota 45) 220 12.3. (nota 22)
25.5.1.2. (nota 31), 222 12.4. (nota 31)
25.5.1.3. (nota 32) 223 12.3. (nota 25)
25.5.2.1. (nota 33) 225 15. (nota 4)
55. (nota 1), 58. (notas 6 226 18.1. (nota 62), 19.1.
y 9) (nota 68)
45.1. (nota 2) 227 16.2. (nota 14)
46.1.1. (nota 12) 228 19.2.2. (nota 76)
46.1.2. (notas 14 y 23), 229 19.2.3. (nota 79)
46.1.3 (nota 28) 230 18.2. (nota 63)
46.1.2. (nota 26) 231 17.1.2. (nota 47)
46.2. (nota 32) 232 18.3. (nota 64), 19.1.
48.1. (nota 41) (nota 69)
49. (nota 47) 233 18.3. (nota 66)
53. (nota 57) 234 16.2. (nota 16), 20.1.
53. (notas 56 y 58) (nota 88), 20.2. (nota
26.2.1. (nota 50) 96), 20.5. (nota 99)
12.1. (nota 12) 235 17.1.3. (notas 49,52 y 53)
17.1.4. (nota 55) 236 17.1.4. (nota 54)
12.1. (nota 14) 237 21. (nota 101)
6.1. (nota 39), 12.2. 238 23. (nota 4)
(nota 18) 239 25.2. (notas 9 y 12)
240 25.3.1. (nota 14)
ÍNDICE NORMATIVO

241 25.4. (notas 21 y 23) 184 8.3.3. (nota 2)


242 25.5.1.1. (notas 25 y 26) 185 8.3.3. (nota 3)
243 26.1. (notas 34,36,44y45) 186 9.1.(notasl0,ll,13yl5)
245 26.1. (notas 35 y 38), 187 9.2. (nota 19)
26.2.1. (notas 46 y 47) 188 48.4. (notas 44 y 46)
246 26.2.1. (nota 50) 189 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota
247 26.2.2. (nota 54), 26.2.3. 20)
(nota 56), 26.2.4. (notas 191 8.3.3. (nota 6), 9.4.1.
57 y 58) (nota 24), 9.4.3. (nota
248 26.3. (nota 61), 27. 31)
(nota 67) 200 12.3. (nota 20)
249 26.2.1. (nota 50), 26.4.1. 201 12.2. (nota 16)
(nota 64) 203 12.3. (nota 22)
250 12.3. (nota 21), 13.3.2. 205 12.4. (nota 31)
(nota 45) 206 12.3. (nota 25)
251 25.5.1.2. (nota 31), 208 15. (nota 4)
25.5.1.3. (nota 32) 209 18.1. (nota 62), 19.1.
252 25.5.2.1. (nota 33) (nota 68)
253 55. (nota 1), 58. (notas 6 210 16.2. (nota 14)
y 9) 211 19.2.1. (nota 71)
254 58. (nota 10) 212 19.2.2. (nota 76)
255 45.1. (nota 2) 213 19.2.3. (nota 79)
256 46.1.1. (nota 12) 214 18.2. (nota 63)
257 46.1.2. (notas 14 y 23), 215 17.1.2. (nota 47)
46.1.3 (nota 28) 216 18.3. (nota 64), 19.1.
258 46.1.2. (nota 26) (nota 69)
259 46.2. (nota 32) 217 18.3. (nota 66)
260 48.1. (nota 41) 218 16.2. (nota 16), 20.1.
261 49. (nota 47) (nota 88), 20.2. (nota
262 53. (nota 57) 96), 20.5. (nota 99)
263 53. (notas 56 y 58) 219 17.1.3. (notas 49,52 y 53)
338 12.1. (nota 12) 220 17.1.4. (nota 54)
341 17.1.4. (nota 55) 221 21. (nota 101)
359 12.1. (nota 14) 222 23. (nota 4)
369 17.1.4. (nota 55) 223 25.2. (notas 9 y 12)
371 6.1. (nota 39), 12.2. 224 25.3.1. (nota 14)
(nota 18) 225 25.4. (notas 21 y 23)
373 21. (nota 102) 226 25.5.1.1. (notas 25 y 26)
227 26.1. (notas 34,36,44 y
Código Procesal Peníd 45)
de Chubut 229 26.1. (notas 35 y 38),
26.2.1. (notas 46 y 47)
Arts. Parágrafos 230 26.2.1. (nota 50)
175 6.1. (nota 37), 12.1. 231 26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
(nota 11) (nota 56), 26.2.4. (notas
182 6.2. (nota 40) 57 y 58)
ÍNDICE NORMATIVO 227

232 26.3. (nota 61), 27. 213 6.1. (nota 37)


(nota 67) 214 12.3. (nota 22)
233 26.4.1. (nota 64) 215 6.2. (nota 40)
234 12.3. (nota 21), 13.3.2. 218 15. (nota 4)
(nota 45) 219 18.1. (nota 62), 19.1.
235 25.5.1.2. (nota 31), (nota 68)
25.5.1.3. (nota 32) 220 19.2.2. (nota 76)
236 25.5.2.1. (nota 33) 221 19.2.3. (nota 79)
237 55. (nota 1), 58. (notas 6 222 18.2. (nota 63)
y 9) 223 17.1.2. (nota 47)
238 58. (nota 10) 227 16.2. (nota 16), 20.1.
239 45.1. (nota 2) (nota88), 20.2. (nota
240 46.1.1. (nota 12) 96), 20.5. (nota 99)
241 46.1.2. (notas 14 y 23), 228 17.1.3. (notas 49,52 y 53)
46.1.3 (nota 28) 229 17.1.4. (nota 54)
243 46.2. (nota 32) 230 21. (nota 101)
244 48.1. (nota 41) 231 23. (nota 4)
245 49. (nota 47) 232 25.2. (notas 9 y 12)
246 53. (nota 57) 233 25,5.1.1. (notas 25 y 26)
247 53. (notas 56 y 58) 234 25.3.1. (notas 14 y 15)
248 46.1.2. (nota 26) 235 25.4. (notas 21 y 23)
313 12.1. (nota 12) 236 26.1. (notas 34,36,44 y
316 17.1.4. (nota 55) 45)
335 12.1. (nota 14) 237 12.4. (nota 31), 26.1.
345 17.1.4. (nota 55) (notas 37 y 38)
347 6.1. (nota 39), 12.2. 238 26.1. (nota 35), 26.2.1.
(nota 18) (notas 46 y 47)
349 21. (nota 102) 239 26.2.1. (nota 50)
240 26.2.2. (notas 54 y 55),
Código Procesal P e n a l 26.2.3. (nota 56), 26.2.4.
de Córdoba (notas 57 y 58)
242 26.3. (nota 61), 27.
Arts. Parágrafos
(nota 67)
194 6.2.1. (nota 56) 243 26.4.1. (nota 64)
195 8.3.3. (nota 2) 244 12.3. (nota 21), 13.3.2.
196 8.3.3. (nota 3) (nota 45)
197 9.2. (nota 19) 245 25.5.1.2. (nota 31),
198 9.1. (notas 10,11,13 y 25.5.1.3. (nota 32)
15) 246 25.5.2.1. (nota 33)
199 48.4. (notas 44 y 46) 247 55. (nota 1), 58. (notas 6
200 9.4.1.a), 9.4.4. (nota 35) y 9)
201 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota 248 58. (nota 10)
20), 12.2. (nota 16) 249 45.1. (nota 2)
202 8.3.3. (nota 6) 250 46.1.1. (nota 12)
210 12.3. (nota 20) 251 46.1.2. (notas 14 y 23),
212 12.3. (notas 25 y 26) 46.1.3 (nota 28)
228 ÍNDICE NORMATIVO

252 46.1.2. (nota 26) 245 19.2.3. (nota 79)


253 46.2.a), 46.2. (nota 32) 246 18.2. (nota 63)
254 48.1. (nota 41) 247 17.1.2. (nota 47)
255 18.3. (nota 64), 19.1. 248 18.3. (nota 64), 19.1.
(nota 69), 49. (nota 47), (nota 69)
53. (nota 57) 249 18.3. (nota 66)
256 18.3. (nota 66), 53. 250 16.2. (nota 16), 20.1.
(notas 56 y 58) (nota 88), 20.2. (nota
335 12.1. (nota 11) 96), 20.5. (nota 99)
344 12.1. (nota 11) 251 17.1.3. (notas49,52y 53)
362 12.1. (nota 12) 252 17.1.4. (nota 54)
365 17.1.4. (nota 55) 253 21. (nota 101)
383 12.1. (nota 14) 254 23. (nota 4)
394 17.1.4. (nota 55) 255 25.2. (notas 9 y 12)
401 21. (nota 102) 257 25.3.1. (nota 14)
258 25.4. (notas 21 y 23)
259 26.1. (notas 34,36,44 y
Código Procesal P e n a l 45)
d e Corrientes 261 26.1. (notas 35 y 38),
26.2.1. (notas 46 y 47)
Arts. Parágrafos
262 26.2.1. (nota 50)
207 6.1. (nota 37), 12.1. 263 26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
(nota 11) (nota 56), 26.2.4. (notas
214 6.2. (nota 40) 57 y 58)
216 12.4. (nota 31) 264 26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
217 8.3.3. (nota 2) (nota 56), 26.2.4. (notas
218 8.3.3. (nota 3) 57 y 58)
219 9.2. (nota 19) 265 26.3. (nota 61), 27.
220 9.1. (notas 10,11,13 y (nota 67)
15) 266 26.4.1. (nota 64)
221 48.4. (notas 44 y 46) 267 12.3. (nota 21), 13.3.2.
222 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota (nota45), 48.1. (nota 41)
20) 268 25.5.1.2. (nota 31),
224 8.3.3. (nota 6), 9.4.1. 25.5.1.3. (nota 32)
(nota 24), 9.4.3. (nota 269 25.5.2.1. (nota 33)
31) 270 55. (nota 1), 58. (notas 6
232 12.3. (nota 20) y 9)
233 12.2. (nota 16) 271 58. (nota 10)
235 12.3. (nota 22) 272 45.1. (nota 2)
238 12.3. (nota 25) 273 46.1.1. (nota 12)
240 15. (nota 4) 274 46.1.2. (notas 14 y 23),
241 18.1. (nota 62), 19.1. 46.1.3 (nota 28)
(nota 68) 275 46.1.2. (nota 26)
242 16.2. (nota 14) 276 46.2. (nota 32)
243 19.2.1. (nota 71) 278 49. (nota 47)
244 19.2.2. (nota 76) 279 53. (nota 57)
ÍNDICE NORMATIVO 229

280 53. (notas 56 y 58) 249 16.2. (nota 16), 20.1.


380 12.1. (nota 12) (nota 88), 20.2. (nota
383 17.1.4. (nota 55) 96), 20.5. (nota 99)
401 12.1. (nota 14) 250 17.1.3. (notas 49,52 y
411 17.1.4. (nota 55) 53)
417 6.1. (nota 39), 12.2. 251 17.1.4. (nota 54)
(nota 18) 252 21. (nota 101)
418 21. (nota 102) 253 23. (nota 4)
254 25.2. (notas 9 y 12)
255 26.1. (notas 34,36,44 y
Código Procesal P e n a l 45)
257 25.5.1.1. (notas 25 y 26)
de Entre Ríos
258 25.3.1. (nota 14)
Arts. Parágrafos 259 25.4. (notas 21 y 23)
206 6.1. (nota 37), 12.1. 260 26.1. (notas 35 y 38),
(nota 11) 26.2.1. (notas 46 y 47)
213 6.2. (nota 40) 261 26.2.1. (nota 50)
216 8.3.3. (nota 2) 262 26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
217 8.3.3. (nota 3) (nota 56), 26.2.4. (notas
218 9.1.(notasl0,11,13y 57 y 58)
15) 263 26.3. (nota 61), 27.
219 9.2. (nota 19) (nota 67)
220 48.4. (notas 44 y 46) 264 26.4.1. (nota 64)
221 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota 265 12.3. (nota 21), 13.3.2.
20) (nota 45)
223 8.3.3. (nota 6), 9.4.1. 266 25.5.1.2. (nota 31),
(nota 24), 9.4.3. (nota 25.5.1.3. (nota 32)
31) 267 25.5.2.1. (nota 33)
231 12.3. (nota 20) 268 55. (nota 1), 58. (notas 6
232 12.2. (nota 16) y 9)
234 12.3. (nota 22) 269 58. (nota 10)
236 12.4. (nota 31) 270 45.1. (nota 2)
237 12.3. (nota 25) 271 46.1.1. (nota 12)
239 15. (nota 4) 272 46.1.2. (notas 14 y 23),
240 18.1. (nota 62), 19.1. 46.1.3 (nota 28)
(nota 68) 273 46.1.2. (nota 26)
241 16.2. (nota 14) 274 46.2. (nota 32)
242 19.2.1. (nota 71) 275 48.1. (nota 41)
243 19.2.2. (nota 76) 276 49. (nota 47)
244 19.2.3. (nota 79) 277 53. (nota 57)
245 18.2. (nota 63) 278 53. (notas 56 y 58)
246 17.1.2. (nota 47) 360 12.1. (nota 12)
247 18.3. (nota 64), 19.1. 363 17.1.4. (nota 55)
(nota 69) 382 12.1. (nota 14)
248 18.3. (nota 66) 391 17.1.4. (nota 55)
ÍNDICE NORMATIVO

393 6.1. (nota 39), 12.2. 235 26.1.(notas34,36,44y


(nota 18) 45)
397 21. (nota 102) 236 26.1. (nota 38)
237 26.1. (nota 35), 26.2.1.
Código Procesal P e n a l (notas 46 y 47)
de Formosa 238 26.2.1. (nota 50)
239 26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
Arts. Parágrafos
(nota 56), 26.2.4. (notas
189 6.2. (nota 40) 57 y 58)
192 8.3.3. (nota 2) 240 26.3. (nota 61), 27.
193 8.3.3. (nota 3) (nota 67)
194 9.1. (notas 10,11,13 y 15) 241 26.4.1. (nota 64)
195 9.2. (nota 19) 242 12.3. (nota 21), 13.3.2.
196 48.4. (notas 44 y 46) (nota 45)
197 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota 243 25.5.1.2. (nota 31),
20) 25.5.1.3. (nota 32)
199 8.3.3. (nota 6), 9.4.1. 244 25.5.2.1. (nota 33)
(nota 24), 9.4.3. (nota 245 55. (nota 1), 58. (notas 6
31) y 9)
208 12.3. (nota 20) 246 58. (nota 10)
209 12.2. (nota 16) 247 45.1. (nota 2)
211 12.3. (nota 22) 248 46.1.1. (nota 12)
213 12.4. (nota 31) 249 46.1.2. (notas 14 y 23),
214 12.3. (nota 25) 46.1.3 (nota 28)
216 15. (nota 4) 250 46.1.2. (nota 26)
217 18.1. (nota 62), 19.1. 251 46.2. (nota 32)
(nota 68) 252 48.1.(nota41)
219 19.2.1. (nota 71) 253 49. (nota 47)
220 19.2.2. (nota 76) 254 53. (nota 57)
221 19.2.3. (nota 79) 255 53. (notas 56 y 58)
222 18.2. (nota 63) 321 12.1. (nota 12)
223 17.1.2. (nota 47) 324 17.1.4. (nota 55)
224 18.3. (nota 64), 19.1. 343 12.1. (nota 14)
(nota 69) 353 17.1.4. (nota 55)
225 18.3. (nota 66) 355 6.1. (nota 39), 12.2.
226 20.1. (nota 88), 20.2. (nota 18)
(nota 96), 20.5. (nota 99) 357 21. (nota 102)
227 17.1.3. (notas 49,52 y
53) Código Procesal P e n a l
228 17.1.4. (nota 54) de Jujuy
229 21. (nota 101)
230 23. (nota 4) Arts. Parágrafos
231 25.2. (notas 9 y 12) 217 8.3.3. (nota 2)
232 25.3.1. (nota 14) 219 8.3.3. (nota 3)
233 25.4. (notas 21 y 23) 220 9.1. (notas 10,11,13 y
234 25.5.1.1. (notas 25 y 26) 15)
ÍNDICE NORMATIVO 231

9.2. (nota 19) 292 26.2.2. (nota 54), 26.2.3.


8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota (nota 56), 26.2.4. (notas
20) 57 y 58)
26.4.1. (nota 64) 295 25.5.1.2. (nota 31),
48.4. (notas 44 y 46) 25.5.1.3. (nota 32)
46.1.1. (nota 12), 46.1.2. 302 12.3. (nota 22)
(notas 14 y 23), 46.1.3 304 12.3. (nota 25)
(nota 28) 305 12.4. (nota 31), 25.5.1.3.
46.1.2. (nota 26) (nota 32)
48.1. (nota 41) 306 12.3. (nota 20)
45.1. (nota 2) 307 12.2. (nota 16)
26.3. (nota 61), 27. 366 12.1. (nota 12)
(nota 67) 370 17.1.4. (nota 55)
18.1. (nota 62), 19.1. 389 12.1. (nota 14)
(nota 68) 398 17.1.4. (nota 55)
19.2.3. (nota 79) 399 6.1. (nota 39), 12.2.
19.2.1. (nota 71) (nota 18)
19.2.2. (nota 76) 403 21. (nota 102)
17.1.3. (notas 49,52 y 53)
17.1.4. (nota 54) Código Procesal Penal
18.2. (nota 63) de La Pampa
18.3. (nota 66)
Arts. Parágrafos
17.1.2. (nota 47)
18.3. (nota 64), 19.1. 190 6.1. (nota 37), 12.1.
(nota 69) (nota 11)
16.2. (nota 16), 20.1. 197 6.2. (nota 40)
(nota 88), 20.2. (nota 200 8.3.3. (nota 2)
96), 20.5. (nota 99) 201 8.3.3. (nota 3)
49. (nota 47) 202 9.1. (notas 10,11,13 y
53. (nota 57) 15)
53. (notas 56 y 58) 203 9.2. (nota 19)
55. (nota 1), 58. (notas 6 204 48.4. (notas 44 y 46)
y 9) 205 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota
58. (nota 10) 20)
23. (nota 4) 207 8.3.3. (nota 6), 9.4.1.
26.1. (notas 34,36,44 y (nota 24), 9.4.3. (nota
45) 31)
25.2. (notas 9 y 12) 215 12.3. (nota 20)
25.3.1. (nota 14) 216 12.2. (nota 16)
25.4. (notas 21 y 23), 218 12.3. (nota 22)
2.5.5.1.1. (notas 25 y 26) 220 12.4. (nota 31)
26.1. (nota 38) 221 12.3. (nota 25)
26.1. (nota 35), 26.2.1. 223 15. (nota 4)
(notas 46 y 47) 224 18.1. (nota 62), 19.1.
12.3. (nota 21), 13.3.2. (nota 68)
(nota 45) 225 16.2. (nota 14)
ÍNDICE NORMATIVO

19.2.1. (nota 71) 258 46.2. (nota 32)


19.2.2. (nota 76) 259 48.1. (nota 41)
19.2.3. (nota 79) 260 49. (nota 47)
18.2. (nota 63) 261 53. (nota 57)
17.1.2. (nota 47) 262 53. (notas 56 y 58)
18.3. (nota 64), 19.1. 323 12.1. (nota 12)
(nota 69) 326 17.1.4. (nota 55)
18.3. (nota 66) 345 12.1. (nota 14)
16.2. (nota 16), 20.1. 355 17.1.4. (nota 55)
(nota 88), 20.2. (nota 357 12.2. (nota 18)
96), 20.5. (nota 99) 359 21. (nota 102)
17.1.3. (notas 49,52 y
53) Código Procesal Penal
17.1.4. (nota 54) de La Rioja
21. (nota 101)
Arts. Parágrafos
23. (nota 4)
25.2. (notas 9 y 12) 212 6.1 (nota 37), 12.1.
25.3.1. (nota 14) (nota 11)
25.4. (notas 21 y 23), 218 6.2. (nota 40)
25.5.1.1. (notas 25y26) 221 8.3.3. (nota 2)
26.1. (notas 34,36,44 y 223 8.3.3. (nota 3)
45) 224 9.1. (notas 10,11,13 y
26.1. (nota 38) 15)
26.1. (nota 35), 26.2.1. 226 9.2. (nota 19)
(notas 46 y 47) 227 48.4. (notas 44 y 46)
26.2.1. (nota 50) 228 26.4.1. (nota 64)
26.2.2. (nota 54), 26.2.3. 247 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota
(nota 56), 26.2.4. (notas 20)
57 y 58) 256 12.3. (nota 20)
26.3. (nota 61), 27. 257 12.2. (nota 16)
(nota 67) 259 12.3. (nota 22), 12.4.
26.4.1. (nota 64) (nota 31)
12.3. (nota 21), 13.3.2. 261 12.3. (nota 25)
(nota 45) 279 15. (nota4), 18.1. (nota
25.5.1.2. (nota 31), 62), 19.1. (nota 68)
25.5.1.3. (nota 32) 280 16.2. (nota 14), 48.1.
25.5.2.1. (nota 33) (nota 41)
55. (nota 1), 58. (notas 6 281 19.2.1. (nota 71)
y 9) 282 19.2.2. (nota 76)
58. (nota 10) 283 19.2.3. (nota 79)
45.1. (nota 2) 284 18.2. (nota 63)
46.1.1. (nota 12) 285 17.1.2. (nota 47)
46.1.2. (notas 14 y 23), 286 18.3. (nota 64), 19.1.
46.1.3 (nota 28) (nota 69)
46.1.2. (nota 26) 287 18.3. (nota 66)
ÍNDICE NORMATIVO 233

16.2. (nota 16), 20.1. Código Procesal Penal


(nota 88), 20.2. (nota de Mendoza
96), 20.5. (nota 99)
Arts. Parágrafos
17.1.3. (notas 49,52 y
53) 210 6.1. (nota 37), 12.1.
17.1.4. (nota 54) (nota 11)
21. (nota 101) 217 6.2. (nota 40)
23. (nota 4) 220 8.3.3. (nota 2)
25.2. (notas 9 y 12) 221 8.3.3. (nota 3)
26.1. (notas 34,36,44 y 222 9.1. (notas 10,11,13 y
45) 15)
25.3.1. (nota 14) 223 9.2. (nota 19)
25.4. (notas 21 y 23), 224 48.4. (notas 44 y 46)
25.5.1.1. (notas 25 y 26) 225 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota
26.1. (notas 35 y 38), 20)
26.2.1. (notas 46 y 47) 227 8.3.3. (nota 6), 9.4.1.
26.2.1. (nota 50) (nota24), 9.4.3. (nota 31)
26.2.2. (nota 54), 26.2.3. 235 12.3. (nota 20)
(nota 56), 26.2.4. (notas 236 12.2. (nota 16)
57 y 58) 238 12.3. (nota 22)
26.3. (nota 61), 27. 240 12.4.(nota31)
(nota 67) 241 12.3. (nota 25)
25.5.1.2. (nota 31), 243 15. (nota 4)
25.5.1.3. (nota 32) 244 18.1. (nota 62), 19.1.
25.5.2.1. (nota 33) (nota 68)
55. (nota 1), 58. (notas 6 245 16.2. (nota 14)
y 9) 246 19.2.2. (nota 76)
58. (nota 10) 247 19.2.3. (nota 79)
45.1. (nota 2) 248 18.2. (nota 63)
46.1.1. (nota 12) 249 17.1.2. (nota 47)
46.1.2. (notas 14 y 23), 250 18.3. (nota 64), 19.1.
46.1.3 (nota 28) (nota 69)
46.1.2. (nota 26) 251 18.3. (nota 66), 48.1.
46.2. (nota 32) (nota 41)
49. (nota 47) 252 16.2. (nota 16), 20.1.
53. (nota 57) (nota 88), 20.2. (nota
53. (notas 56 y 58) 96), 20.5. (nota 99)
12.1. (nota 12) 254 17.1.3. (notas 49,52 y 53)
17.1.4. (nota 55) 255 17.1.4. (nota 54)
12.1. (nota 14) 256 21. (nota 101)
17.1.4. (nota 55) 257 23. (nota 4)
6.1. (nota 39), 12.2. 258 25.2. (notas 9 y 12)
(nota 18) 259 26.1. (notas 34,36,44 y
21. (nota 102) 45)
ÍNDICE NORMATIVO

262 25.3.1. (nota 14) 203 9.2. (nota 19)


263 25.4. (notas 21 y 23), 204 9.1.(notasl0,ll,13yl5)
25.5.1.1. (notas 25 y 26) 205 48.4. (notas 44 y 46)
264 26.1. (notas 35 y 38), 206 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota
26.2.1. (notas 46 y 47) 20)
265 26.2.1. (nota 50) 208 8.3.3. (nota 6), 9.4.1.
266 26.2.2. (nota 54), 26.2.3. (nota 24), 9.4.3. (nota 31)
(nota 56), 26.2.4. (notas 216 12.3. (nota 20)
57 y 58) 217 12.2. (nota 16)
267 26.3. (nota 61), 27. 219 12.3. (nota 22)
(nota 67) 221 12.4. (nota 31)
269 26.4.1. (nota 64) 222 12.3. (nota 25)
270 12.3. (nota 21), 13.3.2. 224 15. (nota 4)
(nota 45) 225 18.1. (nota 62), 19.1.
271 25.5.1.2. (nota 31), (nota 68)
25.5.1.3. (nota 32) 226 16.2. (nota 14)
272 25.5.2.1. (nota 33) 227 19.2.1. (nota 71)
273 55. (nota 1), 58. (notas 6 230 18.2. (nota 63)
y 9) 231 17.1.2. (nota 47)
274 58. (nota 10)
232 18.3. (nota 64), 19.1.
275 45.1. (nota 2) (nota 69)
276 46.1.1. (nota 12) 233 18.3. (nota 66)
277 46.1.2. (notas 14 y 23), 234 20.1. (nota 88), 20.2.
46.1.3 (nota 28) (nota 96), 20.5. (nota 99)
278 46.1.2. (nota 26) 235 17.1.3. (notas 49,52 y
279 46.2. (nota 32) 53)
281 49. (nota 47) 236 17.1.4. (nota 54)
282 53. (nota 57) 237 21. (nota 101)
283 53. (notas 56 y 58) 238 23. (nota 4)
385 12.1. (nota 12) 239 25.2. (notas 9 y 12)
388 17.1.4. (nota 55) 240 25.5.1.1. (notas 25 y 26)
407 12.1. (nota 14) 241 25.3.1. (nota 14)
417 17.1.4. (nota 55) 242 25.4. (notas 21 y 23)
418 6.1. (nota 39), 12.2. 243 26.1. (notas 34,36,44 y
(nota 18) 45)
422 21. (nota 102) 244 26.1. (nota 38)
245 26.1. (nota 35), 26.2.1.
Código P r o c e s a l P e n a l (notas 46 y 47)
d e Misiones 26.2.1. (nota 50)
246
Arts. Parágrafos 247 26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
191 6.1. (nota 37), 12.1. (nota 56), 26.2.4. (notas
(nota 11) 57 y 58)
198 6.2. (nota 40) 248 26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
201 8.3.3. (nota 2) (nota 56), 26.2.4. (notas
202 8.3.3. (nota 3) 57 y 58)
ÍNDICE NORMATIVO 235

249 26.3. (nota 61), 27. 198 8.3.3. (nota 6), 9.4.1.
(nota 67) (nota24), 9.4.3. (nota 31)
250 26.4.1. (nota 64) 206 12.3. (nota 20)
251 12.3. (nota 21), 13.3.2. 207 12.2. (nota 16)
(nota 45) 209 12.3. (nota 22)
252 25.5.1.2. (nota 31), 211 12.4. (nota 31)
25.5.1.3. (nota 32) 212 12.3. (nota 25)
253 25.5.2.1. (nota 33) 215 15. (nota 4)
254 55. (nota 1), 58. (notas 6 216 18.1. (nota 62), 19.1.
y 9) (nota 68)
255 58. (nota 10) 217 16.2. (nota 14)
256 45.1. (nota 2) 219 19.2.2. (nota 76)
257 46.1.1. (nota 12) 220 19.2.3. (nota 79)
258 46.1.2. (notas 14 y 23), 221 18.2. (nota 63)
46.1.3 (nota 28) 222 17.1.2. (nota 47)
259 46.1.2. (nota 26) 223 18.3. (nota 64), 19.1.
260 46.2. (nota 32) (nota 69)
261 48.1. (nota 41) 224 18.3. (nota 66)
262 49. (nota 47) 225 20.1. (nota 88), 20.2.
263 53. (nota 57) (nota 96), 20.5. (nota 99)
264 53. (notas 56 y 58) 226 17.1.3. (notas49,52y 53)
356 12.1. (nota 12) 227 17.1.4. (nota 54)
359 17.1.4. (nota 55) 228 21. (nota 101)
377 12.1. (nota 14) 229 23. (nota 4)
387 17.1.4. (nota 55) 230 25.2. (notas 9 y 12)
393 6.1. (nota 39), 12.2. 231 25.3.1. (nota 14)
(nota 18) 232 25.4. (notas 21 y 23)
394 21. (nota 102) 233 25.5.1.1. (notas 25 y 26)
236 26.1. (nota 35), 26.2.1.
Código Procesal P e n a l (notas 46 y 47)
de N e u a u é n 237 26.2.1. (nota 50)
238 26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
Arís. Parágrafos (nota 56), 26.2.4. (notas
181 6.1. (nota 37), 12.1. 57 y 58)
(nota 11) 239 26.3. (nota 61), 27.
188 6.2. (nota 40) (nota 67)
191 8.3.3. (nota 2) 240 26.4.1. (nota 64)
192 8.3.3. (nota 3) 241 12.3. (nota 21), 13.3.2.
193 9.1. (notas 10,11,13 y (nota 45)
15) 242 25.5.1,2. (nota 31),
194 9.2. (nota 19) 25.5.1.3. (nota 32)
195 48.4. (notas 44 y 46) 243 25.5.2.1. (nota 33)
196 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota 246 45.1. (nota 2)
20) 247 46.1.1. (nota 12)
236 ÍNDICE NORMATIVO

248 46.1.2. (notas 14 y 23), 229 18.2. (nota 63)


46.1.3 (nota 28) 230 17.1.2. (nota 47)
249 46.1.2. (nota 26) 231 18.3. (nota 64), 19.1.
250 46.2. (nota 32) (nota 69)
252 49. (nota 47) 232 18.3. (nota 66)
253 53. (nota 57) 233 16.2. (nota 16), 20.1.
254 53. (notas 56 y 58), 55. (nota 88), 20.2. (nota
(nota 1), 58. (notas 6 y 9) 96), 20.5. (nota 99)
255 16.2. (nota 16), 58. 234 17.1.3. (notas 49,52 y
(nota 10) 53)
259 48.1. (nota 41) 235 17.1.4. (nota 54)
319 12.1. (nota 12) 236 21. (nota 101)
322 17.1.4. (nota 55) 237 23. (nota 4)
341 12.1. (nota 14) 238 25.2. (notas 9 y 12)
352 17.1.4. (nota 55) 239 25.3.1. (nota 14)
353 6.1. (nota 39), 12.2. 240 25.4. (notas 21 y 23)
(nota 18) 241 25.5.1.1. (notas 25 y
355 21. (nota 102) 26)
242 26.1. (notas 34,36,44y
Código Procesal P e n a l 45)
d e Río N e g r o 244 26.1. (notas 35 y 38),
26.2.1. (notas 46 y 47)
Arts. Parágrafos 245 26.2.1. (nota 50)
190 6.1. (nota 37), 12.1. 246 26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
(nota 11) (nota 56), 26.2.4. (notas
197 6.2. (nota 40) 57 y 58)
200 8.3.3. (nota 2) 247 26.3. (nota 61), 27.
201 8.3.3. (nota 3) (nota 67)
202 9.1.(notasl0,ll,13yl5) 248 26.4.1. (nota 64)
203 9.2. (nota 19) 250 25.5.1.2. (notaSl),
204 48.4. (notas 44 y 46) 25.5.1.3. (nota 32)
205 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota 251 25.5.2.1. (nota 33)
20) 252 55. (nota 1), 58. (notas 6
207 8.3.3. (nota 6), 9.4.1. y 9)
(nota 24), 9.4.3. (nota 31) 253 58. (nota 10)
216 12.2. (nota 16) 254 45.1. (nota 2)
218 12.3. (nota 22) 255 46.1.1. (nota 12)
220 12.4. (nota 31) 256 46.1.2. (notas 14 y 23),
221 12.3. (nota 25) 46.1.3 (nota 28)
223 15. (nota 4) 258 46.2. (nota 32)
224 18.1. (nota 62), 19.1. 259 48.1. (nota 41)
(nota 68) 260 49. (nota 47)
225 16.2. (nota 14) 261 53. (nota 57)
226 19.2.1. (nota 71) 262 53. (notas 56 y 58)
227 19.2.2. (nota 76) 325 12.1. (nota 12)
228 19.2.3. (nota 79) 328 17.1.4. (nota 55)
ÍNDICE NORMATIVO 237

347 12.1. (nota 14) 240 17.1.4. (nota 54)


357 17.1.4. (nota 55) 241 21. (nota 101)
359 6.1. (nota 39), 12.2. 242 23. (nota 4)
(nota 18) 243 25.2. (notas 9 y 12)
361 21. (nota 102) 244 26.1. (notas 34,36,44 y
45)
Código Procesal P e n a l 246 25.5.1.1. (notas 25 y 26)
de Salta 247 25.3.1. (nota 14)
Arts. Parágrafos 248 25.4. (notas 21 y 23)
194 6.1. (nota 37), 12.1. 249 26.1. (notas 35 y 38),
(nota 11) 26.2.1. (notas 46 y 47)
6.2. (nota 40) 250 26.2.1. (nota 50)
8.3.3. (nota 2) 251 26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
8.3.3. (nota 3) (nota 56), 26.2.4. (notas
9.1.(notaslO, 11,13y 57 y 58)
15) 252 26.3. (nota 61), 27.
9.2. (nota 19) (nota 67)
. 48.4. (notas 44 y 46) 254 26.4.1. (nota 64)
8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota 255 12.3. (nota 21), 13.3.2.
20) (nota 45)
8.3.3. (nota 6), 9.4.1. 256 25.5.1.2. (nota 31),
(nota24), 9.4.3. (nota 31) 25.5.1.3. (nota 32)
12.3. (nota 20) 257 25.5.2.1. (nota 33)
258 55. (nota 1), 58. (notas
12.2. (nota 16)
6y9)
12.3. (nota 22)
259 58. (nota 10)
12.4. (nota 31)
260 45.1. (nota 2)
12.3. (nota 25)
261 46.1.1. (nota 12)
15. (nota 4)
262 46.1.2. (notas 14 y 23),
18.1. (nota 62), 19.1.
46.1.3 (nota 28)
(nota 68)
263 46.1.2. (nota 26)
16.2. (nota 14)
264 46.2. (nota 32)
19.2.1. (nota 71)
265 48.1. (nota 41)
19.2.2. (nota 76)
266 49. (nota 47)
19.2.3. (nota 79)
267 53. (nota 57)
18.2. (nota 63)
268 53. (notas 56 y 58)
17.1.2. (nota 47)
360 12.1. (nota 12)
18.3. (nota 64), 19.1.
363 17.1.4. (nota 55)
(nota 69)
381 12.1. (nota 14)
18.3. (nota 66)
390 17.1.4. (nota 55)
16.2. (nota 16), 20.1.
393 6.1. (nota 39), 12.2.
(nota 88), 20.2. (nota
96), 20.5. (nota 99) (nota 18)
17.1.3. (notas 49,52 y 53) 395 21. (nota 102)
ÍNDICE NORMATIVO

Código Procesal Penal 261 26.1. (notas 35 y 38),


de San Juan 26.2.1. (notas 46 y 47)
Arts. Parágrafos 262 26.2.1. (nota 50)
263 26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
207 6.1. (nota 37), 12.1.
(nota 56), 26.2.4. (notas
(nota 11) 57 y 58)
214 6.2. (nota 40) 265 26.4.1. (nota 64)
217 8.3.3. (nota 2) 267 25.5.1.2. (nota 31),
218 8.3.3. (nota 3) 25.5.1.3. (nota 32)
219 9.1.(notasl0,11,13y 268 25.5.2.1. (nota 33)
15) 269 55. (nota 1), 58. (notas
220 9.2. (nota 19) 6y9)
221 48.4. (notas 44 y 46) 270 58. (nota 10)
222 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota 271 45.1. (nota 2)
20) 272 46.1.1. (nota 12)
224 8.3.3. (nota 6), 9.4.1. 273 46.1.2. (notas 14 y 23),
(nota 24), 9.4.3. (nota 46.1.3 (nota 28)
31), 19.2.2. (nota 76) 274 46.1.2. (nota 26)
232 12.3. (nota 20) 275 46.2. (nota 32)
233 12.2. (nota 16) 276 48.1. (nota 41)
235 12.3. (nota 22) 277 49. (nota 47)
237 12.4. (nota 31) 278 53. (nota 57)
238 12.3. (nota 25) 279 53. (notas 56 y 58)
240 15. (nota 4) 284 26.3. (nota 61), 27.
241 18.1. (nota 62), 19.1. (nota 67)
(nota 68) 332 12.1. (nota 12)
242 16.2. (nota 14) 335 17.1.4. (nota 55)
243 19.2.1. (nota 71) 354 12.1. (nota 14)
245 19.2.3. (nota 79) 364 17.1.4. (nota 55)
246 18.2. (nota 63) 366 6.1. (nota 39), 12.2.
247 17.1.2. (nota 47) (nota 18)
248 18.3. (nota 64), 19.1. 368 21. (nota 102)
(nota 69)
249 18.3. (nota 66) Código de Procedimiento
250 16.2. (nota 16), 20.1. Criminal de San Luis
(nota 88), 20.2. (nota
96), 20.5. (nota 99) Arts. Parágrafos
251 17.1.3. (notas 49,52 y 53) 116 a 146 6.4.b)
252 17.1.4. (nota 54) 159 30.a)
253 21. (nota 101) 160 30.a) y 34.a)
254 23. (nota 4) 160, inc. 6^ 32. (nota 8)
255 25.2. (notas 9 y 12) 160, inc. 7= 36.C)
256 25.3.1. (nota 14) 162 30.a), 36. (nota 26)
257 25.4. (notas 21 y 23) 163 30.a)
258 25.5.1.1. (notas 25 y 26) 180, inc. F 16.2. (nota 15)
259 26.1. (notas 34,36,44y45) 180, inc. 11 16.4.2.a)
ÍNDICE NORMATIVO 239

193 50. (nota 52) 228 19.2.3. (nota 79)


208 11. (nota 10) 229 18.2. (nota 63)
209 11. (nota 10) 230 17.1.2. (nota 47)
210 11. (nota 10) 231 18.3. (nota 64), 19.1.
211 11. (nota 10) (nota 69)
286 6.4.b),22.(notal04) 232 18.3. (nota 66)
287 22. (nota 104) 233 16.2. (nota 16)
290 11. (nota 10) 234 17.1.3. (notas 49,52 y
291 11. (nota 10) 53)
293, inc. P 5.4.1.C) 235 17.1.4. (nota 54)
293, inc. 2^ 5.4.1. (nota 32) 236 20.1. (nota 88), 20.2.
293, inc. 3^ 5.4.1. (nota 33) (nota 96), 20.5. (nota
293, inc. 4-° 5.4.1. (nota 33) 99), 21. (nota 101)
293, inc. 5^ 5.4.1. (nota 33) 237 23. (nota 4)
293, inc. 6- 5.4.1.C) 238 25.2. (notas 9 y 12),
293, inc. 7^ 5.4.1.C) 25.5.1.1. (notas 25 y 26)
239 25.3.1. (nota 14)
Código Procesal P e n a l 240 25.4. (notas 21 y 23)
d e Santa Cruz 242 26.1. (notas 34,36,44 y
45)
Arts. Parágrafos 243 26.1. (nota 38)
190 6.1. (nota 37), 12.1. 245 26.2.1. (nota 50)
(nota 11) 246 26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
199 6.2. (nota 40) (nota 56), 26.2.4. (notas
200 8.3.3. (nota 2) 57 y 58)
201 8.3.3. (nota 3) 247 26.3. (nota 61), 27.
202 9.1. (notas 10,11,13 y (nota 67)
15) 248 26.4.1. (nota 64)
203 9.2. (nota 19) 249 12.3. (nota 21), 13.3.2.
204 48.4. (notas 44 y 46) (nota 45)
205 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota 250 25.5.1.2. (nota 31),
20) 25.5.1.3. (nota 32)
207 8.3.3. (nota 6), 9.4.1. 251 25.5.2.1. (nota 33)
(nota 24), 9.4.3. (nota 252 55. (nota 1), 58. (notas 6
31) y 9)
215 12.3. (nota 20) 253 58. (nota 10)
216 12.2. (nota 16) 254 45.1. (nota 2)
218 12.3. (nota 22) 255 46.1.1. (nota 12)
220 12.4. (nota 31) 256 46.1.2. (notas 14 y 23),
221 12.3. (nota 25) 46.1.3 (nota 28)
223 15. (nota 4) 257 46.1.2. (nota 26)
224 18.1. (nota 62), 19.1. 258 46.2. (nota 32)
(nota 68) 259 48.1. (nota 41)
225 16.2. (nota 14) 260 49. (nota 47)
226 19.2.1. (nota 71) 337 12.1. (nota 12)
227 19.2.2. (nota 76) 340 17.1.4. (nota 55)
ÍNDICE NORMATIVO

359 12.1. (nota 14) 266 21. (nota 101)


369 17.1.4. (nota 55) 267 49. (nota 47), 53. (nota
371 6.1. (nota 39), 12.2. 57)
(nota 18) 268 53. (notas 56 y 58)
373 21. (nota 102) 273 23. (nota 4)
274 25.2. (notas 9 y 12)
Código Procesal P e n a l 275 25.5.1.1. (notas 25 y
de Santa F e 26), 26.1. (notas 34,36,
Arts. Parágrafos 44 y 45)
210 8.3.3. (nota 2) 276 25.3.1. (nota 14)
211 8.3.3. (nota 3) 277 25.4. (notas 21 y 23)
212 9.1.(notasl0,11,13y 278 26.1. (nota 38)
15) 280 26.2.1. (nota 50)
213 9.2. (nota 19) 281 26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
214 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota (nota 56), 26.2.4. (notas
57 y 58)
20), 9.4.1.C), 9.4.1. (nota
283 26.3. (nota 61), 27.
24), 9.4.3. (nota 31)
(nota 67)
215 48.4. (notas 44 y 46)
284 12.3. (nota 21), 13.3.2.
216 26.4.1. (nota 64), 48.4.
(nota 45)
(notas 44 y 46)
285 25.5.1.2. (nota 31),
228 12.3. (nota 20)
25.5.1.3. (nota 32)
229 12.2. (nota 16) 286 25.5.2.1. (nota 33)
232 12.3. (nota 22) 287 45.1. (nota 2)
234 12.4. (nota 31) 288 46.1.1. (nota 12)
235 12.3. (nota 25) 289 46.1.2. (notas 14,15 y
236 a 244 11. (nota 10) 23), 46.1.3 (nota 28)
243 12.1.d) 290 46.1.2. (nota 26)
245 15. (notas 4 y 11) 291 46.2. (nota 32)
246 18.1. (nota 62), 19.1. 292 45.1. (nota 2)
(nota 68) 293 48.1. (nota 41)
248 18.3. (nota 64), 19.1. 295 55. (nota 1), 58. (notas 6
(nota 69)
y 9)
249 18.3. (nota 66)
296 58. (nota 10)
250 16.4.3.a), 16.4.2. (nota 453 17.1.4. (nota 55)
32)
472 6.1. (nota 39)
251 19.2.1. (nota 71)
252 19.2.2. (nota 76)
253 19.2.3. (nota 79) Código Procesal P e n a l
254 17.1.4. (nota 56), 18.2. de Santiago del Estero
(nota 63)
255 17.1.4. (nota 54) Arts. Parágrafos
257 17.1.3. (notas 49,52 y 145 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota
53) 20)
261 16.2. (nota 16), 20.1. 153 48.4. (notas 44 y 46)
(nota 88), 20.2. (nota 154 26.4.1. (nota 64)
96), 20.5. (nota 99) 176 12.3. (nota 20)
ÍNDICE NORMATIVO 241

12.2. (nota 16) 233 25.5.2.1. (nota 33)


12.3. (nota 22) 234 55. (nota 1), 58. (notas
12.4. (nota 31) 6y9)
12.3. (nota 25) 235 25.4. (notas 21 y 23), 58.
45.1. (nota 2) (nota 10)
46.1.1. (nota 12) 236 49. (nota 47)
46.1.2. (notas 14 y 23), 237 53. (nota 57)
46.1.3 (nota 28) 238 53. (notas 56 y 58)
46.1.2. (nota 26) 305 12.1. (nota 12)
46.2. (nota 32) 308 17.1.4. (nota 55)
48.1. (nota 41) 324 12.1. (nota 14)
15. (nota4), 18.1. (nota 334 17.1.4. (nota 55)
62), 19.1. (nota 68) 335 6.1. (nota 39), 12.2.
16.2. (nota 14) (nota 18)
19.2.1. (nota 71) 339 21. (nota 102)
19.2.2. (nota 76)
19.2.3. (nota 79)
18.2. (nota 63) Código Procesal Penal
17.1.2. (nota 47) de Tierra del Fuego
18.3. (nota 64), 19.1. Arts. Parágrafos
(nota 69)
18.3. (nota 66) 181 12.1. (nota 11)
16.2. (nota 16), 20.1. 188 6.2. (nota 40)
(nota 88), 20.2. (nota 191 8.3.3. (nota 2)
96), 20.5. (nota 99) 192 8.3.3. (nota 3)
17.1.3. (notas 49,52 y 193 9.1. (notas 10,11,13 y
53) 15)
17.1.4. (nota 54) 194 9.2. (nota 19)
21. (nota 101) 195 48.4. (notas 44 y 46)
23. (nota 4) 196 9.4.1. (nota 24), 9.4.3.
25.2. (notas 9 y 12) (nota 31)
26.1. (notas 34,36,44y 197 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota
45) 20)
26.1. (nota 38) 198 8.3.3. (nota 6)
25.5.1.1. (notas 25 y 26) 206 12.3. (nota 20)
25.3.1. (nota 14) 207 12.2. (nota 16)
26.1. (nota 35), 26.2.1. 209 12.3. (nota 22)
(notas 46 y 47) 211 12.4. (nota 31)
26.2.1. (nota 50) 212 12.3. (nota 25)
26.2.2. (nota 54), 26.2.3. 214 15. (nota 4)
(nota 56), 26.2.4. (notas 215 18.1. (nota 62), 19.1.
57 y 58) (nota 68)
12.3. (nota 21), 13.3.2. 216 16.2. (nota 14)
(nota 45) 217 19.2.1. (nota 71)
25.5.1.2. (nota 31), 218 19.2.2. (nota 76)
25.5.1.3. (nota 32) 219 19.2.3. (nota 79)
ÍNDICE NORMATIVO

18,2. (nota 63) 346 12.1. (nota 14)


17.1.2. (nota 47) 357 6.1. (nota 39), 12.2.
18.3. (nota 64), 19.1. (nota 18), 12.2. (nota 18)
(nota 69) 359 21. (nota 102)
18.3. (nota 66)
16.2. (nota 16), 20.1.
(nota 88), 20.2. (nota Código Procesal Penal
96), 20.5. (nota 99) de T u c u m á n
17.1.4. (nota 54) Arts. Parágrafos
21. (nota 101) 195 8.3.3. (nota 2)
23. (nota 4) 196 8.3.3. (nota 3)
25.2. (notas 9 y 12) 197 9.2. (nota 19)
25.3.1. (nota 14) 198 9.1.(notasl0,11,13y
25.4. (notas 21 y 23) 15)
25.5.1.1. (notas 25 y 26) 199 48.4. (notas 44 y 46)
26.1. (notas 34,36,44 y 200 8.3.3. (nota 5), 9.2. (nota
45) 20)
26.1. (nota 38) 202 8.3.3. (nota 6), 9.4.1.
26.1. (nota 35), 26.2.1. (nota 24), 9.4.3. (nota
(notas 46 y 47) 31)
26.2.1. (nota 50) 210 12.3. (nota 20)
26.2.2. (nota 54), 26.2.3. 211 12.2. (nota 16)
(nota 56), 26.2.4. (notas 212 12.3. (nota 25)
57 y 58) 214 12.3. (nota 22)
26.3. (nota 61), 27. 216 12.4. (nota 31)
(nota 67) 218 15. (nota 4)
26.4.1. (nota 64) 219 18.1. (nota 62), 19.1.
12.3. (nota 21), 13.3.2. (nota 68)
(nota 45) 220 19.2.1. (nota 71), 19.2.2.
25.5.1.2. (nota 31), (nota 76)
25.5.1.3. (nota 32) 221 19.2.3. (nota 79)
25.5.2.1. (nota 33) 222 18.2. (nota 63)
55. (nota 1), 58. (notas 6 223 17.1.2. (nota 47)
y 9) 224 17.1.2. (nota 47)
58. (nota 10) 225 18.3. (nota 64), 19.1.
45.1. (nota 2) (nota 69)
46.1.1. (nota 12) 226 18.3. (nota 66)
46.1.2. (notas 14,23 y 227 16.2. (nota 16), 20.1.
26), 46.1.3 (nota 28) (nota 88), 20.2. (nota
46.2. (nota 32) 96), 20.5. (nota 99)
48.1. (nota 41) 228 17.1.3. (notas 49,52 y
49. (nota 47) 53)
53. (nota 57) 229 17.1.4. (nota 54)
53. (notas 56 y 58) 230 21. (nota 101)
12.1. (nota 12) 231 23. (nota 4)
17.1.4. (nota 55) 232 25.2. (notas 9 y 12)
ÍNDICE NORMATIVO 243

25.5.1.1.(notas 25y26) Código Procesal Civil


25.3.1. (nota 14) y Comercial de Córdoba
25.4. (notas 21 y 23) Arts. Parágrafos
26.1.(notas34,36,44y
262 26.1. (nota 37)
45)
263 26.1. (nota 37)
26.1. (nota 38)
277 26.1. (nota 37)
26.1. (nota 35), 26.2.1.
(notas 46 y 47) 278 26.1. (nota 37)
26.2.1. (nota 50)
Ley 19.798
26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
(nota 56), 26.2.4. (notas Art. Parágrafo
57 y 58) 18 12.4.a)
26.2.2. (nota 54), 26.2.3.
(nota 56), 26.2.4. (notas Ley 20.305
57 y 58)
Art. Parágrafo
26.3. (nota 61), 27.
(nota 67) 6°- 58.a)
26.4.1, (nota 64)
25.5.1.2. (nota 31), Ley 22.117
25.5.1.3. (nota 32)
Art. Parágrafo
25.5.2.1. (nota 33)
55. (nota 1), 58. (notas 6 5°- 39.C)
y 9)
58. (nota 10) Ley 22.172p
45.1. (nota 2) Art. Parágrafos
46.1.1. (nota 12) 10 18.2.b), 46.2.a)
46.1.2. (notas 14 y 23),
46.1.3 (nota 28) Ley 23.098
46.1.2. (nota 26)
Arts. Parágrafos
46.2. (nota 32)
48.1.(nota41) 11 39.b)
49. (nota 47) 15 39.b)
53. (nota 57)
Ley 23.737t
53. (notas 56 y 58)
12.1. (nota 11) Arts. Parágrafos
6.1. (nota 37), 12.1. 16 23.C)
(nota 11) 17 23.C)
6.1. (nota 37) 18 23.C)
12.1. (nota 12) 20 23.C)
17.1.4. (nota 55) 22 23.C)
12.1. (nota 14) 26 bis 12.5.b)
17.1.4. (nota 55) 30 23.b)
6.1. (nota 39), 12.2. 31 bis 16.4.4.a) y b)
(nota 18) 31 quinq. 16.4.4.b), 16.4.4. (nota
21. (nota 102) 37)
244 ÍNDICE NORMATIVO

33 bis 16.4.4.b), 16.4.4. (nota 37) 12 16.4.4. (nota 37)


34 bis 16.4.4.b)
Ley 24.946
Ley 24.192
Art. Parágrafo
Art. Parágrafos
14 17.1.3.
44 6.4.b), 12.5.b)
Ley 24.424 Decreto Ley 1285/58
Arts. Parágrafos Arta. Parágrafos
3^ 12.5.b) 16 25.5.1.3.b)
6- 16.4.4.a) y b) 18 25.5.1.3.b)
9= 16.4.4. (nota 37) 52, inc. b) 58.a)
ÍNDICE GENERAL

Abreviaturas

PARTE PRIMERA.

LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

CAPÍTULO I

LA PRUEBA PENAL EN GENERAL

1. Concepto y finalidad 11
2. Grados de la convicción judicial 14
3. Sujetos de la prueba 16
4. Objeto de la prueba 18
4.1. Alcance 18
4.2. Hechos exentos de prueba 20
4.2.1. Los hechos evidentes 20
4.2.2. Los hechos notorios 20
5. Órganos, fuentes, medios, argumentos y resultado de la prueba.. 22
5.1. Órganos de prueba 22
5.2. Fuentes de prueba 22
5.3. Medios de prueba 23
5.3.1. Concepto y clasificación 23
5.3.1.1. Régimen legal 24
5.4. Argumentos de prueba 25
5.4.1. Presunciones e indicios 25
5.5. Resultado de la prueba 28
6. Requisitos de la prueba 29
6.1. Pertinencia y utilidad 29
6.2. Admisibilidad 30
6.2.1. La regla de exclusión probatoria 34
ÍNDICE GENERAL

6.3. Iniciativa probatoria


6.4. Atendibilidad de la prueba.

PARTE SEGUNDA

MEDIOS DE PRUEBA EN PARTICULAR

CAPÍTULO II

INSPECCIÓN JUDICIAL

7. Concepto
8. Requisitos
8.1. Subjetivos
8.2. Objetivos
8.3. De lugar, tiempo y forma
8.3.1. Lugar
8.3.2. Tiempo
8.3.3. Forma
9. Clases de inspección
9.1. Inspección de personas
9.2. Inspección de lugares ,
9.3. Inspección de cosas
9.4. Reconstrucción del hecho
9.4.1 Concepto
9.4.2. Naturaleza
9.4.3. Sujetos intervinientes
9.4.4. Desarrollo del acto

CAPÍTULO I I I

PRUEBA DOCUMENTAL

10. Concepto y clases


11. Normas aplicables
12. Incorporación al proceso de la prueba documental
12.1. Presentación por las partes
12.2. Orden de presentación
12.3. Secuestro
12.4. Intervención de comunicaciones telefónicas
12.5. Filmaciones
ÍNDICE GENERAL 247

13. Verificación 77
13.1. Concepto 77
13.2. Documentos públicos 77
13.3. Documentos privados 79
13.3.1. Reconocimiento 79
13.3.2. Cotejo 79
14. Eficacia probatoria 81

CAPÍTULO TV

PRUEBA TESTIMONIAL

15. Concepto 83
16. Calidad 88
16.1. Distinción preliminar 88
16.2. Capacidad 88
16.3. Incompatibilidades 90
16.3.1. Jueces 90
16.3.2. Funcionarios del ministerio público 91
16.3.3. Secretarios y auxiliares 91
16.3.4. Imputados y coimputados 91
16.3.5. Defensores del imputado 92
16.3.6. Peritos e intérpretes 93
16.4. Supuestos de compatibilidad 93
16.4.1. Sujetos eventuales del proceso 94
16.4.2. Denunciantes 95
16.4.3. Funcionarios y empleados policiales 95
16.4.4. Agentes encubiertos 96
17. Requisitos de lugar, tiempo y forma 104
17.1. Lugar 104
17.1.1. Regla general 104
17.1.2. Testigo residente en lugar distante 104
17.1.3. Personas eximidas del deber de comparecer 106
17.1.4. Testigos imposibilitados de comparecer 107
17.1.5. Simultaneidad con otras pruebas 108
17.2. Tiempo 108
17.3. Forma 109
18. Deber de comparecencia 110
18.1. Regla general 110
18.2. Citación 111
18.3. Incomparecencia 112
248 ÍNDICE GENERAL

19. Deber de declarar 113


19.1. Principio 113
19.2. Excepciones 113
19.2.1. Prohibición de declarar en contra del imputado.... 114
19.2.2. Facultad de abstenerse de declarar contra el impu-
tado 115
19.2.3. Deber de abstención 116
20. Recepción del testimonio 118
20.1. Prevención y jurEimento 118
20.2. Interrogatorio preliminar 120
20.3. Declaración sobre el hecho 121
20.4. Orden de las declaraciones 122
20.5. Documentación del acto 122
21. Caso de falso testimonio 123
22. Eficacia probatoria del testimonio 124

CAPÍTULO V

PRUEBA PERICIAL

23. Concepto y naturaleza 127


24. Requisitos 129
24.1. Subjetivos 129
24.2. Objetivos 130
24.3. De lugar, tiempo y forma 131
24.3.1. Lugar 131
24.3.2. Tiempo 131
24.3.3. Forma 131
25. Peritos 132
25.1. Diferencias con los testigos 132
25.2. Habilitación 133
25.3. Incapacidades e incompatibilidades 134
25.3.1. Incapacidades 134
25.3.2. Incompatibilidades 136
25.4. Excusación y recusación 136
25.5. Deberes y derechos 138
25.5.1. Deberes 138
25.5.1.1. Aceptación del cargo 138
25.5.1.2. Reserva y obligación de denuncia 140
25.5.1.3. Correcto desempeño 141
ÍNDICE GENERAL 249

25.5.2. Derechos 141


25.5.2.1. Honorarios 141
25.5.2.2. Anticipo y reintegro de gastos 142
26. Procedimiento 143
26.1. Designación de los peritos y determinación de las cuestiones 143
26.2. Ejecución de la pericia 146
26.2.1. Dirección 146
26.2.2. Desarrollo de la diligencia 147
26.2.3. Deliberación 148
26.2.4. Redacción del informe, eventuales discrepancias y
nueva pericia 148
26.3. Dictamen pericial 149
26.4. Reglas particulares 150
26.4.1. Autopsia 150
26.4.2. Cotejo de documentos 151
27. Eficacia probatoria 151

CAPÍTULO VI

PRUEBA DE CONFESIÓN

28. Concepto 153


29. Naturaleza 154
30. Regulación legal 155
31. Requisitos subjetivos 156
32. Requisitos objetivos 157
33. Requisitos de lugar, tiempo y forma 158
33.1. Lugar 158
33.2. Tiempo 159
33.3. Forma 159
34. Divisibilidad e indivisibilidad de la confesión 159
35. Procedimiento 160
36. Eficacia probatoria de la confesión 165

CAPÍTULO VII

PRUEBA DE INFORMES

37. Concepto 167


38. Regulación legal 168
39. Supuestos excluidos de la prueba de informes 170
J50 ÍNDICE GENERAL

40. Requisitos subjetivos 172


41. Requisitos objetivos 175
42. Requisitos de lugar, tiempo y forma 176
42.1. Lugar 176
42.2. Tiempo 176
42.3. Forma 176
43. Procedimiento 176

CAPÍTULO V T I I

MEDIOS DE PRUEBA M K T O S

44. Caracterización 179

/. Reconocimiento de personas y de cosas

45. Reconocimiento de personas 180


45.1. Concepto y regulación legal 180
45.2. Naturaleza del acto 181
45.3. Requisitos subjetivos 183
45.4. Requisitos objetivos 184
45.5. Requisitos de lugar, tiempo y forma 185
45.5.1. Lugar 185
45.5.2. Tiempo 185
45.5.3. Forma 185
46. Procedimiento 185
46.1. Fases que com^prende 185
46.1.1. Fase descriptiva 186
46.1.2. Fase experimental (rueda de personas) 187
46.1.3. Cierre del acto 191
46.1.4. Modalidades del acto en el juicio 191
46.2. Reconocimiento en sentido impropio (por fotografías).... 192
47. Eficacia probatoria 194
48. Reconocimiento de cosas 195
48.1. Concepto 195
48.2. Requisitos 195
48.3. Procedimiento 196
48.4. Reconocimiento de cadáveres 197

II. Careos
49. Concepto y naturaleza 198
ÍNDICE GENERAL 251

50. Requisitos subjetivos 200


51. Requisitos objetivos 201
52. Requisitos de lugar, tiempo y forma 201
52.1. Lugar 201
52.2. Tiempo 202
52.3. Forma 202
53. Procedimiento 202
54. Eficacia probatoria 204

CAPÍTULO IX

LA I N T E R P R E T A C I Ó N Y LA T R A D U C C I Ó N

55. Concepto y alcance 205


56. Naturaleza 206
57. Diferencias con la pericia 206
58. Régimen legal 207

índice alfabético 213


índice normativo 219
Se terminó de imprimir el día 7 de febrero
de 2000, en ARTES GRÁFICAS CANDIL
sito en la calle Nicaragua 4462, Buenos Aires,
República Argentina

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