Estudio Lucas 2, 22-32
Estudio Lucas 2, 22-32
Estudio Lucas 2, 22-32
EL INTROITO
Tus testimonios son muy firmes: la santidad conviene a tu casa, ¡oh Señor!, por los
siglos y para siempre.
Firme es tu trono desde el principio: Tú eres eternamente.
El Señor reina: se vistió de magnificencia el Señor se vistió, se ciñó de poder.
LA COLECTA
Todopoderoso y eterno Dios, dirige nuestras acciones según tu beneplácito para que en
el nombre de tu amado Hijo abundemos en buenas obras:
Por el mismo Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el
Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Isa 11:1 Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.
Isa 11:2 Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de
inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de
Jehová.
Isa 11:3 Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista
de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos;
Isa 11:4 sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los
mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus
labios matará al impío.
Isa 11:5 Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.
GRADUAL
Eres el más hermoso de los hijos de los hombres: la gracia se derramó en tus labios.
Rebosa mi corazón palabra buena: dirijo al rey mi canto mi lengua es pluma de
escribiente muy ligero. ¡Aleluya! ¡Aleluya!
El Señor reina: se vistió de magnificencia el Señor se vistió, se ciñó de poder.
¡Aleluya!
Gál 4:1 Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del
esclavo, aunque es señor de todo;
Gál 4:2 sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.
Gál 4:3 Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los
rudimentos del mundo.
Gál 4:4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de
mujer y nacido bajo la ley,
Gál 4:5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la
adopción de hijos.
Gál 4:6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo,
el cual clama: ¡Abba, Padre!
Gál 4:7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por
medio de Cristo.
Luc 2:22 Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley
de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor
Luc 2:23 (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será
llamado santo al Señor),
Luc 2:24 y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de
tórtolas, o dos palominos.
Luc 2:25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre,
justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.
Luc 2:26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes
que viese al Ungido del Señor.
Luc 2:27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús
lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley,
Luc 2:28 él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:
Luc 2:29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra;
Luc 2:30 Porque han visto mis ojos tu salvación,
Luc 2:31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
Luc 2:32 Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel.
Introducción:
La narrativa de la infancia de Lucas no sólo suena como el Antiguo Testamento:
Se siente como el Antiguo Testamento y está habitada con figuras del Antiguo
Testamento.
Está Juan el Bautista y Jesús que son las dos figuras principales del Nuevo Testamento:
- Juan, el profeta final del Antiguo Testamento que prepara el camino para el
Mesías.
- Jesús, Mesías, Hijo de Dios, el que es el consuelo y redención de Israel.
La representación de Lucas del Señor que viene a su templo está enmarcada por la
fidelidad de los padres de Jesús para cumplir sin miramientos los mandamientos de la
Torá (Lc 2: 21-24 y 2:39) luego por el testimonio de un mayor cumplimiento de dos
santos del Antiguo Testamento, Simeón y Ana, que están esperando en el templo para
que el Mesías venga a su pueblo.
Vv 22-24: Según la Ley, la madre que daba a luz quedaba “legalmente” impura por 40
días si lo nacido era hijo, y 80 días si era hija (Lev 12:28).
- Esta mujer, no podía en este tiempo tomar parte en los actos religiosos públicos.
- Cumplido este período, debía ir al templo y, en el atrio de las mujeres, recibir la
declaración de estar “legalmente” pura, por el sacerdote.
- Por su purificación debía ofrecer un cordero de un año y una tórtola o paloma;
pero, si era pobre, se podía sustituir el cordero por una paloma o una tórtola (Lev
12:8). Este es el caso de María, que su condición social era pobre.
Estas ofrendas, una era sacrificada en holocausto de adoración, y la otra por el “pecado”
(Lev 12:6-8; Lev 5:7-10).
- Este no es “pecado mortal”, sino legal, por el hecho de dar alumbramiento.
María, como dice el texto, llevo consigo al Niño para que José, seguramente, pagase allí
el “rescate”, cuyo precio era en cinco siclos (Num 18:15-16). Pero, para ello no hacía
falta ir al templo. Nada había legislado sobre esto. Bastaba pagar los cinco siclos de
plata, después del mes, a un sacerdote.
Vv 25-32:
«La paz» entre la tierra y el cielo en la Gloria in Excelsis y la entrada de Jesús en
Jerusalén introduce el tema de «la paz».
- La paz es lo que une a Simeón con la Reforma Luterana y luego a la liturgia,
porque veremos que «la paz» es la palabra que más se repite en el Servicio
Divino.
Simeón es retratado como los otros santos del Antiguo Testamento en la narrativa de la
infancia: Como Zacarías y Elizabet (1: 6), José y José de Arimatea (23:50).
Simeón ahora está en libertad de partir en paz según la palabra del Señor.
- Aquí vemos los temas de la Reforma:
o La presencia real de Cristo.
o la libertad del Evangelio.
o la paz que viene a través del perdón de los pecados en el Servicio Divino.
El perdón es un acto de liberación, que nos libera de nuestros pecados, por lo que la
traducción "liberar" se puede utilizar también el verbo "despedir" («despides a tu siervo
en paz»).
Una manera de ver el significado de los textos bíblicos es observar cómo se usan en la
liturgia y el Nunc Dimittis es un excelente ejemplo de ello.
En la antigua iglesia, este cántico de Simeón fue utilizado en los servicios de oración de
la iglesia:
- En Vísperas y Completas.
- El tema del Nunc Dimittis era más apropiado en los servicios nocturnos.
Hoy en día en muchos servicios luteranos de oración es común cantar el Nunc Dimittis.
Este cántico de Simeón nunca fue utilizado en los servicios de la santa comunión, -
antiguo o moderno -, no por la Iglesia Católica Romana o la Iglesia Anglicana, y
tampoco por Lutero.
Fue utilizado por uno de los fundadores del seminario en Fort Wayne:
- Wilhelm Löhe en 1844
- Apareciendo por primera vez en un himnario luterano en el Sínodo Misuri en
1917.
Cantamos con Simeón "mis ojos han visto" a Cristo en la carne sobre el altar
- Con Simeón, que sostuvo al niño Jesús en sus brazos
- Tenemos este mismo Jesús en nuestros labios y nuestras lenguas (Cuerpo y
Sangre)
- Pero a diferencia de Simeón, hemos probado, comido y bebido "tu salvación. . ."
La mesa es una mesa de unidad para todos los que confiesan la fe verdadera que se
arrepienten de sus pecados y creen que Jesús está presente corporalmente para ofrecer el
don de sí mismo en pan y vino.
Pero el tono más importante sonó en la canción de Simeón es el tono de la paz, un tema
de la liturgia de Kyrie, Gloria in excelsis, Pax Domini y Agnus Dei.
Ley y Evangelio
Es un relato corto, donde el Evangelio predomina por encima de la Ley. La ley aquí se
ve reflejada, en Simeón, cuando el abrió los ojos y entendió que necesitaba un Salvador.
El pecado debe de ser aplicado en sus 3 usos, dando a entender al auditorio, que somos
pecadores desde nuestra concepción, y que necesitamos un Salvador, pues no nos
podemos salvar por nosotros mismos.
Al igual que María, en el magnificat, como Simeón en el Nunc Dimittis, debemos de ser
humildes y reconocer nuestra condición pecaminosa que nos lleva al infierno.
El evangelio es estar siempre con la certeza y seguridad, de que Cristo nos perdonará.
Esta esperanza y consuelo descansa cuando vamos y abrimos los ojos en el Calvario.
Lugar donde nuestra paga fue hecho por Cristo, y reflejado con presencia real, en los
medios de gracia que nos proporciona la Iglesia Cristiana, hasta que regrese por segunda
vez Cristo.