El Integrismo Martirologico de Anacleto
El Integrismo Martirologico de Anacleto
El Integrismo Martirologico de Anacleto
Héctor Villarreal
El 22 de junio de 2004 se firmó en la Santa Sede del catolicismo el decreto que reconoce el
martirio de 12 mexicanos y un español entre 1927 y 1931 durante la Guerra Cristera.[1] Una
esperaba que el Papa Juan Pablo II lo hiciera así durante el Congreso Eucarístico
embargo, al no haber asistido, se pospuso esta ceremonia que habrá de realizarse en Roma
Entre estos mártires hay uno que destaca porque su caso es especial en las relaciones
de la Unión Popular, red que llegó a agrupar a cien mil católicos en la provincia de Jalisco y
sus alrededores, muchos de ellos dispuestos a votar con su sangre contra el gobierno
revolucionario. Encabezar un movimiento de cien mil efectivos en un país que entonces tenía
Libertad Religiosa (LNDLR) que actuó en la clandestinidad durante la Guerra. Por guardar
secreto sobre ella, Anacleto dio su vida en martirio, como tanto anhelaba. Anacleto es
Publicado en Replicante, Vol. III, Núm. 9, octubre de 2006.
también un caso especial al seno de la Iglesia, debido a que es un ícono de facciones
romano.
Anacleto González Flores fue el principal ideólogo y líder político de los cristeros
jaliscienses. Aunque la jerarquía católica detonó el movimiento armado popular por haber
suspendido el culto y cerrado los templos, los obispos no encabezaron la guerrilla en cuanto
Acción Española, contemporáneos suyos. Pero, a diferencia de éstos, el “maistro Cleto” fue
un promotor del activismo y él mismo un activista, tan fanático que era un magnicida en
potencia, como en acto lo fue José León Toral del general Álvaro Obregón en 1928.[2]
Orador notable y prolífico escritor, Anacleto es autor de Tú serás rey, una guía moral para
que los jóvenes católicos formaran su personalidad; La cuestión religiosa en Jalisco, un breve
que reúne los textos de varias conferencias que pronuncio frente a asociaciones católicas; y
1926, y otros sin fecha, varios de los cuales fueron dados a conocer en la revista Gladium,
que editó durante la Guerra Cristera hasta su muerte, y de la que se llegaron a entregar cien
el secularismo fue un exceso de los caudillos revolucionarios por tratar de borrar todo rastro
Anacleto, quien repudió con todas sus fuerzas y en todos sus actos al gobierno revolucionario,
ámbito privado y lo excluyó de los planteles educativos escolares, así como los excesos
dice Anacleto— es todo el país desde que se promulgó la Constitución del 17. Y en esta
cárcel inmensa ha quedado y está encerrada la Iglesia católica y con ella catorce millones de
mexicanos que piensan como ella”.[4] Como si la revolución fuese un ente pensante y con
voluntad, Anacleto culpa a los constituyentes de tener “un propósito dominante y exclusivo
de arrancarle todo su poder espiritual y moral” a la Iglesia católica, por estar “enraizada en
inevitable y necesario, sino como la acción deliberada y perversa del misterio de iniquidad:
parlamento. Y eso porque nos hemos empeñado en arrinconar a Cristo por miedo al aire, por
miedo a los verdugos”.[6] Así como el revolucionario del sureste de México, Tomás Garrido
Canabal se presentaba así mismo como “enemigo personal de Dios”, González Flores hubiera
El integrismo en la política se refiere a Estados confesionales en los cuales hay una religión
oficial. De un modo más amplio también puede entenderse como la subordinación o servicio
del poder político a las autoridades religiosas, como fue el caso del gobierno de los talibanes
su idea religiosa del hombre: “El hombre ha sido puesto en el mundo para que ame a Dios
sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo”.[7] Sus textos dicen muy poco sobre lo
que quiere, pero son muy claros sobre lo que no quiere: el liberalismo como doctrina atea, la
democracia como procedimiento de toma de decisiones, la República como forma de
Las visiones totalitarias del integrismo siempre implican una concepción maniquea
bien y ejecutante de una misión salvadora. Y en el polo opuesto las fuerzas malignas
espíritus” causante de que “la vida de los pueblos se desborda por senderos extraviados y la
época presente se halla bajo el peso enorme del error trascendental”—,clasifica a los hombre
en tres clases: los que están “al servicio del mal y el error; el de los que han amado hasta el
sacrificio la verdad y el bien, y el de los tibios e indiferentes”. Por supuesto que Anacleto se
considera a sí mismo y a los de la LNDLR como los que se sacrifican por “la verdad y el
bien”; y cualquiera que piense distinto a ellos como quienes están “al servicio del mal y el
error”,[8] entre los cuales habría luego de señalar a los presidentes Venustiano Carranza,
Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles e inclusive a los alcaldes de la región de Los Altos de
Jalisco.
política—son aberraciones, por estar basadas en un principio de igualdad que considera falaz
y por perjudicar al pueblo que se dice representar. “En la democracia y en los comicios —
considera— donde se vota todos los días con papeles numerosos, cabrá la tergiversación. El
fraude y el soborno y la mentira podrán conjurarse para engañar y arrojar cómputos falsos y
para encumbrar nulidades salidas de los estercoleros. Y la democracia vendrá a ser lo que es,
lo que ha sido entre nosotros: un infame escamoteo de números y de violencia donde se carga
de escupitajos y de ignominia al pueblo… La democracia que tanto ruido ha levantado para
glorificar al pueblo, hasta ahora no ha sido más que un largo y sangriento via crucis”.[9]
Tú serás rey, lejos de ser una obra religiosa, como en primera instancia pudiera suponerse,
es un texto de doctrina política repleto de referencias históricas que tienen por propósito
cuya inspiración fascista queda manifiesta en pasajes como el siguiente: “Benito Mussolini
suscribió la doctrina del sacrificio como piedra angular donde descansan las personalidades
recias y avasalladoras, desde que escribió en uno de sus libros: ‘Mi vida es una página abierta
metáforas, pero con frecuencia se confunde lo figurado con lo explícito: “Benito Mussolini…
llegó como todos tienen que llegar, como todos han llegado: con las manos todavía olorosas
a pólvora y desolladas por el esfuerzo para subir. Y apenas ha tocado con sus plantas las
mucho tiempo de luchar. Y si en estos momentos alguien se acerca a este dictador que
recuerda a los viejos romanos que levantaron las primeras murallas de la república, llegará a
oír el penetrante rumor de una guerra sin tregua. Y verá que con esa guerra es con lo que
Mussolini conserva su posición de valor humano que ha venido a ser árbitro de la suerte de
Italia”.[11]
¿Se refería a la guerra en sentido figurado? Me parece que no, puesto que su
promoción por el activismo demandaba la entrega en cuerpo y alma de todos los fieles
católicos. Su vocación por el martirio y su fanatismo motivado por la convicción de dar la
vida por un bien superior y trascendente, confirman que sus llamados a tomar las armas se
referían no solamente a las armas intelectuales y morales sino también a las armas para
responsabilidades y que de una vez por todas, se convenzan de que no hay ni puede haber
necesaria, de que deberá de haber batallas sangrientas para ponerse en marcha y llegar, y que
no se puede ganar una posición desde donde se pese, se valga y se haga inclinar la balanza
de los destinos, más que con las manos ensangrentadas y con los pies
prensa y la doctrina”.[13]
Leemos en Reflexiones sobre la violencia de George Sorel: “los hombres que participan en
los grandes movimientos sociales imaginan su más inmediata actuación bajo la forma de
imágenes de batallas que aseguran el triunfo de su causa”. A esas concepciones Sorel las
llama mithes (mitos) y actúan en los hombres como un sistema de imágenes, cuyo valor no
tiene que ver con su verdad o falsedad sino como “fuerzas históricas”.[14]
Exactamente así es como la imagen del mito actúa en la retórica de Anacleto, quien
ansiaba su martirio y el de otros más como camino a la santidad y a la victoria terrenal sobre
y de sangre”.[15] Esta imagen la repite una y otra vez. El plebiscito de los mártires quiere
decir que llama a todos los fieles católicos, soldados cristeros, a regar con su sangre todo el
suelo del país. Cada mártir habría de ser un “voto” imperenne contra el gobierno
revolucionario, “porque lo que se escribe con sangre, según la frase de Nietzsche, queda
escrito para siempre… Hoy no votaremos con hojas de papel marcadas con el sello de una
oficina municipal… hoy votaremos con vidas… La democracia ha tenido y tiene que echar
El crimen de Estado de Anacleto y todos los guerrilleros cristeros que fueron secuestrados,
sucia contra los guerrilleros de izquierda durante los años sesentas y setentas. Sin embargo,
mientras que los promotores de justicia por la guerra sucia han intentado llevar a los
religiosa han actuado con mucha discreción, y lejos de buscar la reivindicación histórica o
legal han preferido el beneficio de las cuotas de poder y la catarsis religiosa. Para los
que la luchadora social Rosario Ibarra encontrara con vida y salud a su hijo y que el ex
católica fueron moderándose hasta que los extremismos fueron reducidos a mínimas
nombre de Anacleto ahora se pronuncia en público sin miedo a transgredir la simulación que
guarda o guardaba la relación Iglesia-Estado a partir de los arreglos de 1929. Monseñor
causa de Anacleto, se refiere a él como “el mejor cristiano laico de todo el siglo XX. De eso
no hay duda”.[17]
conferencias magistrales, se publican ensayos y se le rinde culto más como héroe que como
____________________________________
Notas
[1] Lo que se ha llamado como Guerra Cristera duró desde la primera acción armada el 15
de agosto de 1926 en Valparaíso Zacatecas, con el asalto y toma del Palacio Municipal,
federal y el Episcopado mexicano, con los cuales el dejaron de aplicarse las leyes que
reconoce que “la amnistía no tuvo efecto en muchos casos, pues la guerra había dejado
la paz”, tomo 6, tercera edición, México, 1978, p. 146. Esto explica que haya habido
presidente de México, fue asesinado por José León Toral, católico fanático que
participaba en una conspiración que pretendía efectuar una guerra sintética asesinando
a los principales caudillos revolucionarios aun a costa de sus propias vidas. Por eso
León Toral, el padre Miguel Agustín Pro y su hermano Humberto fueron fusilados.
[3] Vicente Ismael Flores Villanueva, “150 Aniversario del Nacimiento del Licenciado
en http://www.uag.mx/item/item.htm
[4] Anacleto González Flores, El plebiscito de los mártires, impresos FIT, Morelia, 1977, p.
113
[8] Anacleto González Flores, “El verdadero sentido de la vida”, en Discursos, Tradición,
México, 1967, p. 9.
[9] Anacleto González Flores, El plebiscito de los mártires, op. cit., p.19
[13] Flores Villanueva, op. cit. En contraste, la campaña para la promoción de su causa por
[14] George Sorel, Reflexiones sobre la violencia, La Pléyade, Buenos Aires s/f, pp. 29 y 30.
[15] Anacleto González Flores, El plebiscito de los mártires, op. cit., p. 222.
[16] Ibidem, p. 18-23. Es sumamente paradójico que el autor de El Anticristo sea referido por
Anacleto para hacer una proclama del martirio.
[17] “A los altares por la vía armada” en Por esto!, 5 de septiembre de 2004.