Disciplinas Espirituales

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Manual de Capacitación de Líderes Laicos

Capítulo 2: Disciplinas Espirituales


por
Rev. Gary Wiley

Lección 1: Oración y Ayuno

Objetivos: El alumno -
1. Entenderá que la oración es la base de todo ministerio efectivo.
2. Entenderá que uno no puede ministrar efectivamente sin primero “escuchar” a
Dios.
3. Entenderá la razón verdadera del ayuno.

Sección 1: La oración

Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un


lugar desierto, y allí oraba.
Marcos 1:35

Los Evangelios muestran que Jesús mantenía una vida muy activa de oración
desde el principio de su ministerio público hasta la noche en que lo arrestaron.
Jesús no sólo oraba en público, sino también pasaba largas horas a solas en
comunión con su Padre. Pasó la noche orando antes de nombrar a los doce
apóstoles (Lucas 6:12). Después de la alimentación de los cinco mil, cuando la
gente quiso hacerlo su Rey, Jesús se fue a orar para recuperar su perspectiva y
tener comunión con su Padre (Juan 6:15, Mateo 14:23). Antes de su arresto pasó
tiempo agonizando en oración en el Jardín de Getsemaní. (Mateo 26:39).

Jesús vivió su vida de oración delante de sus discípulos, y ellos aprendieron de su


ejemplo. En una ocasión le pidieron, “Señor, enséñanos a orar, como también Juan
enseñó a sus discípulos” (Lucas 11:1).

El modelo de oración que Él les enseñó incluye los componentes básicos para la
comunicación con Dios:

“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como
en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo
hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también perdonamos a
nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal;
porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos.
Amén. Mateo 6:9-13

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De la oración se dice que “cuando todo se ha dicho y hecho, más se ha dicho que
hecho.” Hablamos mucho sobre la oración y la importancia de ella; hasta
prometemos orar los unos por los otros. Sin embargo nuestras agendas llenas,
nuestra falta de disciplina, y los ataques del maligno, nos impiden invertir el tiempo
suficiente para orar.

En nuestra relación con Jesucristo es de vital importancia que pasemos un tiempo


diario a solas con Él. Es recomendable apartar este tiempo y hacerlo una parte vital
de nuestra disciplina diaria. Si no lo incluimos en nuestra agenda diaria, de repente
nos damos cuenta de que se nos ha ido el día y no hemos pasado tiempo a solas
con Jesús. En los períodos de mi vida cuando yo no apartaba este tiempo,
descubrí que mi acercamiento, pasión y compromiso con Dios fueron
disminuyendo. Pero cuando hice una prioridad mi tiempo a diario con Dios, Dios
empezó a usarme en formas nuevas e increíbles.

¿Cuáles son sus prioridades para el uso diario de su tiempo?


Haga un estudio de un día típico en su vida. ¿Cuánto tiempo pasa en las
siguientes actividades todos los días y todas las semanas? Sea honesto consigo
mismo ya que Dios sabe cómo usted pasa su tiempo.

ACTIVIDAD Tiempo diario Tiempo semanal

Tiempo a solas con Dios


Recreación y relajamiento
Trabajo y/o estudios
Iglesia y actividades/discipulado con
un grupo de célula
Viajar
Tiempo con amigos
Tiempo con familia
Lectura o estudio personal

¿Está sorprendido? ¿En cuáles actividades pasa usted la mayor parte de su


tiempo? ¿Está satisfecho con el tiempo que está pasando a solas con Dios?

Una pregunta que surge muy a menudo tiene que ver con la mejor hora del día para
estar a solas con Dios. Algunos tienen su tiempo especial con Dios por la noche,
otros durante el día. Yo recomiendo que le dé a Dios el tiempo del día cuando
usted esté más alerta. Una parte muy importante de su tiempo con Dios es
ponerse la armadura espiritual que le ha provisto. Si usted es una persona
nocturna y prefiere tener su tiempo con Dios por la noche, asegúrese de usar el
tiempo para prepararse para el próximo día.
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Tenga un lugar donde escuchar

Cuando pensamos en la oración, generalmente pensamos en hablarle a Dios, pero


no olvidemos de que una parte muy importante de la oración es callarnos y
escuchar lo que Dios nos dice. Un pastor japonés invitó una vez a un pastor
americano a visitarlo en su casa. Llevó a su huésped a un jardín muy bonito detrás
de la casa. Allí había construido una casita de un solo cuarto. El pastor le explicó
que eso era su cuarto para escuchar”. (Neighbour 1966:60).

Quizás usted no puede construir un edificio o un cuarto especial en su casa para


estar a solas con Dios, pero sí debe disponer de un lugar donde usted tenga un
encuentro personal solamente con Dios. Es muy difícil tener este tiempo especial
estando en medio de los quehaceres y ajetreos de su vida familiar o sentado en el
autobús. Necesita tener un lugar donde no lo distraiga la radio ni la televisión.

Para poder escuchar la voz de Dios, tiene que darle toda su atención. Tiene que
dejar que le hable a través de la Palabra a su espíritu interior. Tiene que tomar
tiempo para que le dé la dirección necesaria para vivir victoriosamente y para
ministrar efectivamente a aquéllos a quienes Él le ha encomendado para ayudarles
en su crecimiento espiritual.

¿Cómo puede usted saber que está escuchando la voz de Dios y que no la está
confundiendo con otra cosa? Dios nunca contradice Su Palabra escrita cuando le
habla. Si usted recibe una impresión acerca de algo, pruébela preguntando, ¿está
esto de acuerdo con lo que yo conozco de Dios? A veces sentirá algo que usted
sabe que no vino de su propia mente. Al seguir orando y leyendo la Palabra, el
Espíritu Santo le confirmará lo que le ha revelado y le dará paz.

Es muy recomendable guardar un diario espiritual. No sólo le ayudará a guardar las


cosas que Dios le está diciendo, sino también le guiará a trazar su crecimiento y
desarrollo espiritual. Se animará mucho cuando vuelva a leer sus notas de cómo
Dios trabajó en su vida en un tiempo específico. A veces se nos olvida lo que
hemos experimentado o lo que Dios nos ha dicho. Tenerlo por escrito nos
mantiene responsables del mensaje que recibimos de Dios, y nos refresca la
memoria sobre la obra que hizo en nosotros.

Ore la Palabra de Dios

Dios nos ha dado el gran privilegio de comunicarnos con Él en la oración. La Biblia


nos enseña que Dios nos ha invitado a acercarnos al trono de la gracia con
confianza para que recibamos misericordia y gracia para ayudarnos en tiempos de
necesidad (Hebreos 4:16). También recibimos seguridad de que Cristo siempre
vive para interceder por nosotros (Hebreos 7:25), y que el Espíritu Santo intercede
por nosotros con gemidos que no se pueden expresar con palabras (Romanos
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8:26). También tenemos otra herramienta poderosa: “orar la Palabra de Dios”, es
decir, usar las mismas palabras de la Biblia al orar. Cuando oramos la Palabra
estamos combinando dos herramientas poderosas (la Palabra de Dios y la oración)
que Dios nos ha dado para tener la victoria y lograr Sus propósitos en Sus hijos y
en Su reino. 2 Corintios 10:3-5 dice:

“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las


armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la
destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se
levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento
a la obediencia a Cristo”.

Hace poco fui desafiado a “orar la Palabra” a favor de mi esposa, mis hijos, y
aquéllos por los cuales yo estaba intercediendo. Estaba orando por mi pastor
usando las palabras de 1 Pedro 5:2-3, “Yo pido que mi pastor pastoree las ovejas
de Dios que están bajo su cuidado, teniendo cuidado de ellas, no porque tenga que
hacerlo, sino porque está dispuesto, como Dios quiere que sea, no con avaricia,
sino deseoso de servir, no señoreando sobre los que están bajo su cargo, sino
siendo un ejemplo para su grey”.

Cuando usted ora la Palabra de Dios, no tiene que dudar si está o no está orando
de acuerdo a Su voluntad. Definitivamente es Su voluntad; siempre es Su voluntad
cumplir Su Palabra. Dios contestará poderosamente a medida que usted ora Su
Palabra.

Ore hasta la victoria

Recuerdo que desde niño escuchaba a los ancianos hablar de “orar hasta la
victoria”. No entendía en aquel tiempo lo que querían decir, ni tampoco tenía la
paciencia para ponerlo en práctica. Básicamente “orar hasta la victoria” quiere decir
“orar hasta recibir la contestación” o “hasta que Dios nos quite la carga de orar.”
Mientras Dios nos cargue con una preocupación específica, tenemos que ser fiel y
seguir orando.

Nosotros vivimos en un mundo de comunicación instantánea. Podemos mandar


una carta por correo electrónico y el mensaje llega en segundos. Otros inventos del
siglo pasado nos ayudan a cocinar la comida más rápidamente (microondas), ver
las noticias de alrededor del mundo más rápidamente (satélites) y llegar a nuestro
destino más ligeramente (aviones de propulsión). Pero muchas veces nos
impacientamos con nuestra vida de oración porque queremos ver contestaciones
instantáneas. Sin embargo Jesús nos enseña la importancia de persistir en nuestra
vida de oración:

“También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre y
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no desmayar, diciendo: “Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni
respetaba a hombre”. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual
venía a él diciendo: hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún
tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni
tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le
haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo
el Señor: “Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a
sus escogidos, que clamen a él de día y de noche? ¿Se tardará en
responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el
Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” Lucas 18:1-8.

He aprendido que tenemos que ser específicos y estratégicos en la oración. Dios


quiere lograr cosas específicas en la vida de las personas. El enemigo está
trabajando específicamente en contra de lo que Dios quiere hacer. Es de vital
importancia que no seamos inconsistentes ni caprichosos en la oración. El
siguiente diagrama es un modelo que puede emplear como ayuda para ser más
perseverante en la oración hasta que Dios le conteste.

Fecha en que Peticiones (personas y situaciones Fecha en que la


empecé a por qué orar) oración fue
interceder contestada

Abajo hay nueve pasos para ayudarle a orar más eficazmente:


1. Establecer una hora específica para orar.
2. Buscar un lugar tranquilo (sin distracciones).
3. Pedirle a Dios Su protección mientras ora - está en una batalla.
4. Confesar.
5. Adorar y meditar.
6. Escuchar calladamente.
7. Orar con fe.
8. Creer que sus oraciones van a ser contestadas (Marcos 11:24).
9. Dar gracias.

(Freidzon 1999: 10-11).

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Sección 2: El Ayuno

La importancia de ayunar
La disciplina espiritual de ayunar se enseña y se practica tanto en el Antiguo
Testamento como en el Nuevo. Un aspecto importante de su vida y disciplina
espiritual es crecer en la fe y llegar a ser responsable de su propio crecimiento
espiritual. Un tiempo regular de ayuno le ayudará en su peregrinaje hacia la
madurez espiritual.

Ayunar no es simplemente dejar de comer una o dos comidas. Es un tiempo de


buscar la presencia de Dios y de tener el gozo de estar en comunión especial con
Él orando y leyendo su Palabra. El tiempo de ayuno le ayuda a quitar el enfoque de
la satisfacción física y concentrarse en el aspecto espiritual de su persona para así
estar en comunión íntima con Dios.

El ayunar ha sido malentendido y aún abusado. Hay evidencia de ésto en ambos


Testamentos, tanto el Antiguo como el Nuevo. En Isaías 58:1-5 el profeta intentó
corregir abusos que eran comunes en su tiempo.

“Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta y anuncia


a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. Que me buscan
cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho
justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y
quieren acercarse a Dios. ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso;
humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el
día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos
vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y
para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra
voz sea oída en lo alto. ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el
hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y
de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno y día agradable a Jehová?”

Jesús también trató con los abusos del ayuno en Mateo 6:16-18.

"Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos


demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os
digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza
y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre
que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en
público”.

El ayuno beneficia tanto al cuerpo como al espíritu, ya que trae beneficios


positivos en la salud y prepara el cuerpo para una dieta nutritiva. El ayuno le
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da al cuerpo un descanso. Al negar nuestras necesidades físicas por un
período de tiempo, podemos acercarnos más a Dios y enfocarnos en el
aspecto espiritual de nuestra vida. Deje que Dios lo guíe acerca de cuándo y
qué tan a menudo usted debe ayunar.

Ejercicios:
1. Consiga un diario y empiece a orar con propósito y con estrategia.
2. Pida a Dios que le dé versículos para orar a favor de su familia y de quienes
usted guía espiritualmente.
3. Ponga en práctica el “orar hasta la victoria” usando el gráfico en la
lección como modelo para anotar las contestaciones de Dios.
4. Después de leer y meditar en Isaías 58:1-5 y Mateo 6:16-18,
aparte un tiempo para orar y ayunar. Mantenga su diario a mano para
anotar la dirección que Dios le da para su vida espiritual y para su ministerio.
5. Esté preparado para compartir sus experiencias con su grupo de estudio.

Referencias

Neighbour, Ralph W., Jr. The Arrival Kit (El Juego de Llegar). Houston:
Touch Publications, 1996.
Freidzon, Claudio J. Un Veradero Encuentro. Buenos Aires: Rey de Reyes,
1999.

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Manual de Capacitación de Líderes Laicos

Capítulo 2: Disciplinas Espirituales

Lección 2: La Mayordomía

Objetivos: El alumno –
1. Pensará de nuevo su concepto de la mayordomía, el cual incluye más que el
dinero.
2. Aprenderá el significado de tres palabras griegas y cómo pueden afectar su
modo de ver el ministerio.
3. Viviár por gracia en cuanto a ejercer la mayordomía.

Introducción
Cuando escuchamos la palabra “mayordomía” inmediatamente pensamos en
dinero. Cuando nuestra iglesia celebra el mes de mayordomía nosotros
automáticamente pensamos que el pastor predicará sobre el diezmar. Por muchos
años esto es lo que significó la mayordomía para mí. Pero estoy aprendiendo que
aunque la mayordomía incluye el manejo de las finanzas, involucra mucho más que
ellas.

Es verdad que Jesús habló mucho sobre el dinero: hay más referencias al dinero
que a la oración en las enseñanzas de Jesús en los Evangelios. La Biblia nos dice
que donde está nuestro tesoro, allí también estará nuestro corazón (Mateo 6:21).
Cuando nuestro corazón está en el lugar correcto y empezamos a entender los
principios de la mayordomía, estaremos preparados a emprender la tarea de
manejar nuestras responsabilidades de acuerdo a la voluntad de Dios.

Deténgase un momento y escriba una breve declaración que describe lo que


viene a su mente cuando piensa en la mayordomía.

En ocasiones en que yo he enseñado sobre diezmar y ofrendar sin enseñar la


mayordomía de la persona entera, se ha creado un malentendido y desconfianza
en mi ministerio. Muchas veces los pastores tienen miedo de enseñar sobre
diezmar porque puede parecer que están buscando un aumento en su salario. La
mayordomía incluye mucho más que el diezmo. Cuando las personas de mi
congregación comprendieron que la mayordomía es un estilo de vida y que lo
incluye todo, no meramente el dinero, -- entonces el asunto de la mayordomía del
dinero también se resolvió.

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Los Conceptos de Oikos, Oikonomos, y Oikodomeo

Oikos
Una palabra griega que es la clave para un mejor entendimiento de la mayordomía
es la palabra “Oikos”. Oikos significa simplemente “familia” u “hogar.’ Podemos
expandirla para incluir a los que están en nuestro círculo de influencia. Su Oikos ha
sido definido como esas personas con que usted pasa por lo menos una hora por
semana. Algunas personas tienen un Oikos pequeño, otros tienen un Oikos
grande.

Hay varios usos significativos de la palabra Oikos en el Nuevo Testamento.


Cuando Jesús liberó al hombre endemoniado en la región de los gadarenos, éste le
rogó a Jesús que le permitiera ir con Él, pero Jesús no se lo permitió. Al contrario le
dijo, “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha
hecho contigo, y como ha tenido misericordia de ti” Marcos 5:19. Jesús literalmente
le dijo que se fuera a su Oikos y compartiera el mensaje con ellos. En Hechos 16
cuando el carcelero de Filipos les preguntó a Pablo y a Silas, qué tenía que hacer
para ser salvo, ellos respondieron. “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo, tú y
tu casa (tu Oikos) (Hechos 16:31).

Usando la definición de Oikos para que incluya aquellas personas con las que usted
comparte una hora o más por semana, encontrará que su Oikos es mucho más que
sus familiares inmediatos; es también sus compañeros de trabajo, sus compañeros
de escuela, sus amigos y sus vecinos. Éstas son las personas a quienes Dios lo ha
llamado para que les ministre. Esto nos lleva a otra palabra griega que se relaciona
con la palabra Oikos, es la palabra Oikonomos, y significa “mayordomo”, “gerente” o
“administrador.”

Oikonomos
En Lucas 12:42 Jesús dijo: “¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su
señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración?” Este mayordomo
o administrador es la persona que el señor de la casa nombra para suplir todas las
necesidades de los sirvientes de su hogar (Oikos). Dr. Ralph W. Neighbour, Jr.
Explica que el mayordomo (Oikonomos) les provee comida a los sirvientes en los
tiempos apropiados. Obviamente, el mayordomo no usa sus propios recursos para
hacerlo. El único recurso a su disposición es aquel que el señor le ha confiado. El
mayordomo no puede distribuir comida a menos que sea provisto por el señor
primero (Neighbour 1996:46).

Generalmente luchamos con el asunto de mayordomía porque creemos que se


trata de darle a Dios algo que nos pertenece a nosotros. El verdadero mayordomo
sabe que nada es suyo, pero que todo viene de Dios. Cuando yo reconozco quién
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es el verdadero dueño de las finanzas, el tiempo y los talentos en mi posesión,
estoy libre para distribuirlos según el Señor quiere. Para ser un mayordomo fiel y
prudente yo tengo que ser sabio y fiel, tanto hacia mi Señor como hacia aquellos a
quienes Él me ha llamado a servir. Tengo que mantener una vida de intimidad con
Dios así como hemos visto en la lección sobre oración y ayuno, para que yo tenga
algo que compartir con aquellos que están en mi esfera de influencia, mi Oikos. 1
Pedro 4:10 dice; “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros,
como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.”

Oikodomeo
Eso nos lleva a la segunda palabra relacionada con Oikos, “Oikodomeo”, que
literalmente quiere decir “construir”, como en la construcción de una casa, pero la
palabra también se refiere a la construcción o edificación de los compañeros
cristianos. Veamos dos ejemplos:

“Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los
débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros
agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación”.
Romanos 15:1-2
“¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene
salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación.
Hágase todo para edificación (Oikodemeo).” 1ra Corintios 14:26

Un mayordomo es aquél que está en contacto continuo con Dios a través de la


oración y el estudio bíblico (como vimos en la lección anterior), reconociendo que
tiene una responsabilidad a un Oikos, que por su propia cuenta no tiene nada que
darle a aquel Oikos, sino sólo lo que recibe del Señor, para luego ser fiel y sabio en
el compartimiento de lo que se le ha dado para construir y edificar la iglesia, el
Cuerpo de Cristo. Lo que usted recibe de Dios en el “lugar para escuchar”, puede
ser lo que Dios quiere que comparta con los miembros de su Oikos. Otros están
dependiendo de que usted sea un fiel mayordomo de las riquezas espirituales que
ha recibido del Señor.

En la próxuna lección trataremos con la importancia de ser un mayordomo de


nuestros dones espirituales.

Un repaso rápido…
Oikos
Un grupo pequeño de personas que tienen una relación especial unos con otros.
Marcos 5:19; Hechos 16:31-34

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Oikonomos
Un mayordomo, uno que fielmente dispensa lo que el Señor provee.
Lucas 12:42; 1 Pedro 4:10; Malaquías 3:8
Oikodomeo
Construir, edificar a otros miembros del cuerpo de Cristo y a su Oikos.
Romanos 15:1-2; 1 Corintios 14:26

Mayordomo de las finanzas

Una vez que entendamos absolutamente el concepto de que Dios es Dueño de


nuestra vida, será muy fácil rendirle el control de nuestras finanzas. Desde las
primeras páginas del Antiguo Testamento, la Biblia enseña el principio de diezmar,
eso es, devolverle a Dios el diez por ciento de nuestro salario. Así vemos a
Abraham dándole a Melquisedec una décima parte del botín que había tomado en
batalla (Génesis 14:20). Jacob le prometió a Dios el diezmo de todas sus
posesiones si Dios estaba con él cuidándole en su viaje, permitiendo que regresara
salvo a la casa de su padre (Génesis 28:20-22). El principio de diezmar ya estaba
establecido antes de que Dios lo hiciera parte del pacto de la Ley que Moisés les
dio a los Israelitas.

En Malaquías 3:6-12, descubrimos que no diezmar es robarle a Dios lo que le


pertenece. Retener lo que es de Él nos pone bajo maldición. Dios toma muy en
serio nuestro reconocimiento de Su soberanía en nuestra vida. Cuando no le
devolvemos al Señor el diezmo, estamos diciendo que lo que tenemos lo hemos
ganado propiamente. No estamos reconociendo que es Dios quien nos ha provisto
de empleo o nos ha dado una buena cosecha, buena salud, y todo lo que es
necesario para que vivamos. Le damos a Dios, no porque Él necesita que le
demos, sino para que nos recordemos y reconozcamos Su soberanía. Según
damos en obediencia nosotros experimentamos las muchas bendiciones que Dios
quiere derramar sobre nosotros. A medida que seamos obedientes, Dios acepta
nuestras ofrendas y nos hace colaboradores con Él en la gran obra de Su reino.

Una bendición de la vida cristiana es el vivir bajo la gracia. Algunas personas creen
e inclusive enseñan que el diezmar es un concepto del Antiguo Testamento y que
es parte de la Ley. Dicen que como estamos viviendo bajo la gracia estamos libres
de la ley y de sus demandas, así que no tenemos que diezmar. Hay algo erróneo
en esta enseñanza y solamente tenemos que examinar unos pocos ejemplos de la
vida bajo la ley y la vida bajo la gracia para ver que esto está lejos de la verdad. En
Mateo 5:21-22 Jesús dijo:

“Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare
será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje
contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquier que diga Necio, a
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su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga Fatuo,
quedará expuesto al infierno de fuego.”

También en Mateo 5:27-28, Jesús dice,

“Oísteis que fue dicho, No cometerás adulterio. Pero yo os digo que


cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su
corazón”.

¿Qué descubrimos en estos dos ejemplos de la vida bajo la ley comparada con la
vida bajo la gracia? Las expectativas son más altas bajo la gracia que antes. El
punto clave que recordar es que Jesús no está dando más leyes que tenemos que
cumplir; al contrario, nos está revelando lo que podemos llegar a ser y cómo
podemos vivir con el poder y presencia del Espíritu Santo. Ahora hay expectativas
más altas, las cuales podemos alcanzar por la presencia del Cristo que vive en
nosotros.

¿Cómo se aplica este concepto a la mayordomía de las finanzas? La


enseñanza del Nuevo Testamento en relación al dar no menciona el diezmo;
el enfoque es en dar con liberalidad o generosamente. En 2 Corintios 8:1 al
9:15 encontramos enseñanzas sobre el dinero. Vamos a enfocarnos en sólo
algunos de estos versículos:

“Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se


ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de
tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza
abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de
que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aún más allá de
sus fuerzas.” 2 Corintios 8:1-3

“evitando que nadie nos censure en cuanto a esta ofrenda


abundante que administramos,” 2 Corintios 8:20

“Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen
primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad ante
prometida, para que esté lista como de generosidad, y no como de
exigencia nuestra.” 2 Corintios 9:5

“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará


escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente
también segará.” 2 Corintios 9:6

“Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza, ni por


necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios

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para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que,
teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis
para toda buena obra.” 2 Corintios 9:7-8

“para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual


produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.”
2 Corintios 9:11

¿Qué porcentaje de sus posesiones pertenecen a Dios? Si contestó que el diez por
ciento, se equivocó. Todas sus posesiones pertenecen a Dios. Cuando usted
reconozca que todo lo que es y todo lo que tiene le pertenecen a Dios, puede abrir
sus manos, su corazón y su vida para darle a Él generosamente y con liberalidad.
Él abrirá las ventanas de los cielos, y derramará sobre usted bendición hasta que
sobreabunde (Malaquías 3:10).

Ejercicios para esta lección:


1. Hacer una lista de las personas que se incluyen en su Oikos.
2. ¿En cuáles maneras es usted actualmente un fiel y sabio mayordomo?
¿Qué tiene que cambiar para ser un oikonomos que agrade al Señor?
3. Relatar la historia de su peregrinaje personal como mayordomo en el área de
las finanzas.
4. Leer 2 Corintios 8 y 9 y copiar en su libreta todas las referencias
acerca de dar liberalmente o generosamente.
5. Prepararse para compartir sus experiencias con su grupo de estudio.

Referencias

Neighbour, Ralph W., Jr. The Arrival Kit (El Juego de Llegar). Houston:
Touch Publications, 1996

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Manual de Capacitación de Líderes Laicos

Capítulo 2: Disciplinas Espirituales

Lección 3: Los Dones Espirituales

Objetivos: El alumno
1. Demostrará que el uso de los dones espirituales se relaciona estrechamente con
la vida de oración y la mayordomía.
2. Podrá identificar los dones espirituales mencionados en el Nuevo Testamento.
3. Descubrirá los dones espirituales que Dios nos ha dado.

Introducción
Los dones espirituales son descritos como la sangre vital del Cuerpo de Jesucristo.
Dios, a través del Espíritu Santo, se los da a los creyentes para la edificación de la
Iglesia. Pablo dice en 1 Corintios 12 que no debemos ser ignorantes acerca de los
dones espirituales. Hay diversos dones, pero sólo un Espíritu. Hay diversidad de
ministerios, pero un sólo Señor. Hay diversidad de operaciones, pero el mismo
Dios "hace todas las cosas, en todos" (1 Corintios 12:4-6). Los dones espirituales
no son algo que nos divide o nos confunde. Provienen de Aquel que dio Su vida
por la Iglesia, que es la Cabeza de la Iglesia, y que desea que la Iglesia sea
saludable y edificada en todo aspecto. Esto se confirma en el versículo 7 del
mismo capítulo, "Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para
provecho." Se entiende que es el provecho de todos.

Para tener un entendimiento correcto, es importante enfocarse en el Señor que da


los dones y no en los dones particulares que tenga cada uno. Un enfoque poco
saludable y una comparación de los dones causaron problemas en Corinto, y tienen
el potencial de causar problemas hoy. No es coincidencia que Pablo incluyera el
gran capítulo sobre el amor en medio de su discurso sobre los dones espirituales:

“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser


como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y
entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal
manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si
repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase
mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.”
1ra a los Corintios 13:1-3.

La siguiente definición expresa algunas verdades concernientes a los dones


espirituales:

Un don espiritual es un poder especial divinamente dado a cada creyente por


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el Espíritu Santo para cumplir, a Su manera, un ministerio dado por Dios, de
acuerdo con su gracia y su discernimiento para ser usado dentro del
contexto del Cuerpo de Cristo. (Ministry Tools Resource Center 2000).

¿Se acuerda de la palabra Oikodomeo?


En la lección anterior vimos tres palabras griegas. La tercer palabra, oikodomeo,
está directamente relacionada con los dones espirituales. Es importante entender
que Dios es Señor sobre los dones espirituales, tanto como lo es sobre nuestras
finanzas, tiempo y talentos. Así que, somos mayordomos de los dones espirituales
que Dios nos ha dado y tenemos que estar preparados para usar los dones en el
contexto del Cuerpo de Cristo.

Por muchos años he creído en los dones espirituales y creía que Dios me había
dado algunos, pero no entendía cómo y cuándo el creyente debía usar su don.
Ciertamente algunos dones son obvios; podemos entender el uso del don de
enseñanza, el don de dar, el don de servir. Pero, ¿qué del don de ciencia, de
sabiduría, de exhortación, de sanaidad o el de hacer milagros?

Examinaba cómo estos dones acogían la vida de la iglesia. Un culto típico de


adoración no permitiría a cada persona hacer lo que dice en 1 Corintios 14:26:

“¿Qué hay, pues hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene
salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación.
Hágase todo para edificación.”

He comprendido que el mejor lugar para poner en práctica nuestros dones


espirituales es en el contexto de un grupo pequeño. Puede ser un grupo de célula,
la clase de la escuela dominical, un grupo de apoyo o cualquier otro grupo en que
tres a quince personas se reúnen como el cuerpo de Cristo. Cuando Pablo le
estaba escribiendo a la iglesia del Nuevo Testamento sobre los dones espirituales
les escribía a las iglesias de casas, no a congregaciones reuniéndose en un edificio
especial. En estas iglesias de casa el ejercicio de los dones espirituales era
posible.

Cuando se reúne un grupo pequeño de personas que se conocen íntimamente, hay


libertad de poner en práctica los dones que Dios les ha dado. Hay libertad para
experimentar y descubrir sus dones. Para edificar (Oikodomeo) el Cuerpo de
Cristo, es necesario que cada miembro esté en contacto continuo con la Cabeza
del cuerpo, que es Cristo mismo. Un mayordomo (oikonomos) no puede
arriesgarse siendo negligente en cuanto a su tiempo a solas con Dios porque
entonces no tendrá nada que compartir. Si no hay amor, el don se usará indebida e
ineficazmente y será como “metal que resuena o címbalo que retiñe.”

Cap.2 Disciplinas Espirituales


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Identificar los dones espírituales
Los dones espirituales son identificados en tres pasajes del Nuevo Testamento:
1Corintios 12, Romanos 12 y Efesios 4. Tome tiempo para leer estos tres pasajes y
escriba en la columna apropiada los dones espirituales que encuentre.

1 Corintios 12 Romanos 12 Efesios 4

¿Puede pensar en algunos otros dones espirituales? Algunos han sugerido que los
siguientes también son dones espirituales. ¿Qué cree usted?

Ø Creatividad artística: Éxodo 31:1-11; 2 Samuel 6:12-16; 1 Reyes 7:14.


Ø Artesanía: Éxodo 30:22-31; 2 Reyes 12:11-13; 2 Crónicas 34:9-13;
Hechos 18:3.
Ø Hospitalidad: Génesis 18:1-8, 1 Pedro 4:9-10; 3 Juan 5-10.
Ø Música: 1 Samuel 16:14-23, 1 Corintios 14:26, Efesios 5:18-20, Colosenses
3:15-17.
Ø Vivir en pobreza voluntariamente. Hechos 4:32-37, 1 Corintios 13:3, Filipenses
4:11-13.
Ø Apostolado: Hechos 9:13-17, 1 Corintios 9:19-23, Gálatas 1:15-17, Efesios 3:6-8
Ø Celibato: Mateo 19:10-12, 1 Corintios 7:7-8, 32-35, 1 Timoteo 4:1-5.
Ø Exorcismo: Mateo 10:1, Lucas 10:17-20, Hechos 8:5-8, 16:16-18, 19:13-16.
Ø Oración: Lucas 11:1-13; Hechos 16:19-34; Colosenses 4:12-13; Santiago 5:16-
18.
Ø Sufrimiento: Hechos 7:54-60; 1 Corintios 13:1-3; Filipenses 1:12-14; 1 Pedro
4:12-16.

Cap. 2 Disciplinas Espirituales


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¿Cómo puede descubrir sus dones espirituales?
Hay varias formas de identificar sus dones espirituales. Una de las formas más
populares de identificar los dones espirituales aún no descubiertos es a través de
un inventario de dones espirituales. Una de las mejores herramientas que está
disponible es el libro de Christian A. Schwarz, Los Tres Colores del Ministerio.
Al discipular a nuevos cristianos no debemos ser negligentes en prepararlos a
ejercer sus dones ministeriales. Si los dones son la sangre vital del cuerpo,
entonces estaríamos dando mal servicio al cuerpo y a su salud al no ayudar a las
personas a ver cómo Dios quiere usarlos para fortalecer y edificar el cuerpo.
Aunque un inventario puede indicar una tendencia a tener un don, el único lugar en
que la verdadera manifestación de los dones espirituales será descubierta es en el
contexto de una necesidad en el cuerpo de Cristo.

Joel Comiskey sugiere cuatro principios claves para ayudar a las personas a
descubrir su don específico en el ambiente de un grupo pequeño.

Ø Aprender acerca de los dones espirituales leyendo los pasajes acerca de dones
(1 Corintios 12, Romanos 12 y Efesios 4). También sería de ayuda leer uno o
dos libros buenos sobre los dones espirituales.
Ø En un grupo pequeño tratar de ejercer cuantos dones sea posible.
Ø Examinar sus deseos. Ejercer un don no debe ser una tarea difícil. Debe
disfrutarlo. ¿Le gusta explicar las verdades de la Biblia? Quizás tiene el don de
enseñar. ¿Ora por las personas en el grupo y hay sanidad? Quizás tiene el don
de sanidad. ¿Le encanta traer refrescos y organizar eventos para los grupos?
Quizás tiene el don de ayudar. ¿Le interesa ir a visitar un miembro de la célula
que está pasando dificultades? Quizás tiene el don de misericordia.
Ø Buscar confirmación de los demás miembros del grupo. Otros serán edificados
por su don. Esté atento a sus respuestas. ¿Qué confirman en usted? ¿Se dan
cuenta de su capacidad de aclarar el significado de la Biblia? Es muy posible
que alguien le diga que tiene el don de enseñar. (Comiskey 2001)

Unirlo todo
La Biblia afirma claramente que no somos aislados en nuestro andar cristiano.
Somos parte de un cuerpo y cada uno tiene una función dentro del cuerpo. Pablo
tenía una visión de cómo el cuerpo debe funcionar en el contexto de los dones
espirituales:

“Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo,


y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de
vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos,
el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. Pero a cada uno de nosotros
fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.” (Efesios 4:3-7)

“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles, a otros, profetas; a otros,

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evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos
para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que
todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a
un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para
que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de
doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con
astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo
el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se
ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su
crecimiento para ir edificándose en amor.” (Efesios 4:11-16)

Dios da dones espirituales con el propósito de edificar el cuerpo de Cristo.


Cuando nos involucramos activamente en edificar (oikodomeo) el cuerpo,
descubrimos el propósito y la satisfacción en el servicio cristiano.

Ejercicios para esta lección:


1. Use en un grupo pequeño los dones que le fueron señalados en el
inventario.
2. Consulte con las personas a quienes respeta y que lo conocen bien,
para saber cuál es su evaluación de sus dones espirituales.
3. Comprométase en oración a ser un mayordomo fiel del don(es) que
Dios le ha dado.
4. Esté preparado para compartir sus experiencias con el grupo de estudio.

Referencias

Ministry Tools Resource Center (Centro de Recursos de Herramientas


Ministeriales). Mintools.com/gift2.htm, 2000.
Schwarz, Christian A. Los Tres Colores del Ministerio. 2001.
Comiskey, Joel. Spiritual Gifts and Small Groups (Los Dones Espirituales y
los Grupos Pequeños). members.tripod.com/
Celycecomiskey/cell_and_the_gifts_of_the_spirit.htm, 2001.

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