Tendencias Educativas
Tendencias Educativas
Tendencias Educativas
tendencias educativas
En los últimos años, los aportes de las Tecnologías de la Información y la Comunicación
(TIC), la Psicología y la misma Pedagogía han cambiado el panorama educativo tal y
como lo conocíamos.
Para aprender a diferenciar cada una, te contamos las principales características de las
tendencias educativas vigentes en la actualidad que prometen cambiar la forma en la que
vemos a la Educación.
1) Aula invertida
El aula invertida o The Flipped Classroom busca invertir el flujo tradicional de la clase,
intentando optimizar el tiempo en el aula. Con esta metodología los alumnos realizan su
tarea antes de acudir a clase, generando así más tiempo para realizar otro tipo de
actividades participativas dentro del salón.
2) MOOCS
Los cursos en línea masivos y abiertos son quizá el mejor ejemplo de la revolución
educativa. Desconociendo de fronteras y límites, los MOOCS permiten que cualquier
individuo del mundo acceda al estudio que desee, democratizando la educación y
llevándola a lugares impensados.
3) Gamificación
El PBL, por sus siglas en inglés, tiene como finalidad una extensión del marco teórico que
acerque a los alumnos a un marco de realidad. La idea central es la de utilizar ejemplos,
proyectos y problemas que permitan al alumno llevar los conocimientos adquiridos en el
aula a su vida personal y profesional.
5) Deep learning
El aprendizaje profundo se basa en un conjunto de algoritmos, con los que se busca generar
en el alumno una serie de abstracciones que le permitan adquirir conocimientos más
profundos. También se busca que el educando adquiera competencias para su vida futura,
como el pensamiento crítico y las habilidades comunicativas.
6) BYOD
Bring your Own Device o Trae Tu Propio Dispositivo es quizá una de las más innovadoras
y polémicas tendencias de la educación actual. En lugar de luchar contra los alumnos y su
necesidad de emplear dispositivos todo el tiempo, los docentes permiten que cada alumno
lleve a clase su propio dispositivo y lo convierta así en una herramienta de estudio. Esta
tendencia se ve favorecida por el constante desarrollo de nuevas aplicaciones móviles
dedicadas a la educación y el aprendizaje.
7) Blended Learning
Utilizando distintas plataformas, los centros educativos pueden proponer a sus estudiantes
nuevas formas de asistir a clase, combinando la presencia en clase con lecciones online que
pueden tomarse en cualquier momento y tienen el mismo valor que las dictadas de forma
presencial por el educador.
El estudio de los problemas histórico – pedagógicos en Cuba ha contado con significativos esfuerzos en los
últimos años, fundamentalmente a partir de iniciativas investigativas expuestas en trabajos científico-
estudiantiles, tesis doctorales y en títulos relevantes que enriquecen la literatura científica desde enfoques
dialécticos y en correspondencia con el desarrollo actual de la ciencia pedagógica y de las exigencias sociales.
La educación, como fenómeno pedagógico, transcurre a través de todo un devenir histórico, en el que va
adoptando diversas peculiaridades y formas de manifestación que permiten apreciarlo como un proceso,
término que en el Diccionario Filosófico de Rosental y Iudin se explica como “transformación sistemática,
sujeta a ley, de un fenómeno” Así, es posible referirse al proceso histórico-pedagógico, el que evidencia las
constantes transformaciones que se operan en la educación, la escuela como institución educativa y las ideas
que explican el acto pedagógico en su diversidad.
Tales transformaciones, como en todo proceso social, tienen un carácter gradual y pueden apreciarse
características propias de etapas y períodos históricos en las que se manifiestan, modificándose en otros
subsiguientes, en una dinámica constante en la que rigen leyes históricas, filosóficas, sociológicas y
pedagógicas.
Luego de estudiar profundamente sus características, esta autora define el proceso histórico-pedagógico de la
siguiente forma:
Proceso que expresa la transformación continua del sistema educativo, la institución escolar y las
concepciones pedagógicas a través de la historia, se produce por etapas y responde a leyes de naturaleza
social.
La naturaleza del proceso histórico-pedagógico está dada en el carácter histórico, social y clasista de la
educación, que se manifiesta en todas las categorías, ya que este proceso ha acompañado al hombre a través
de todas las épocas, demostrando la estrecha vinculación de la historia de la educación con la historia del
desarrollo social.
Al analizar este proceso se encuentran términos que lo caracterizan y que esta autora le atribuye la condición
de categorías histórico-pedagógicas, partiendo de la consideración del profesor Francisco Larroyo, según el
cual las categorías son “conceptos fundamentales que reflejan las propiedades, facetas y relaciones más
generales y esenciales de los fenómenos de la realidad y de la cognición”.
Considerando esta definición, se puede comprender que las categorías de la Pedagogía no son las mismas que
las de la Historia de la Pedagogía, aunque esta última como ciencia pedagógica utiliza las categorías generales
de la Pedagogía, pero son ciencias que tienen objetos diferentes, por lo que es conveniente diferenciar sus
categorías para evitar errores conceptuales y metodológicos en la comprensión del objeto histórico-
pedagógico donde éstas se manifiestan.
Sin asignarle la condición de categoría, otros estudiosos de la Historia de la Pedagogía se han referido a los
elementos o cuestiones que caracterizan su objeto. Por ejemplo, el propio Larroyo conviene en que la Historia
de la Pedagogía tiene que considerar tres órdenes de cuestiones estrechamente vinculadas entre sí, ellas son: el
hecho pedagógico, la teoría educativa y la política de la educación.
El primero se explica propiamente en la educación como fenómeno social, la teoría como aquellas reflexiones
sobre el hecho pedagógico que suceden posterior a él y la política educativa como el conjunto de preceptos
obligatorios por obra de los cuales se establece una base jurídica para llevar a acabo las tareas de la
educación.
Este profundo conocedor de la Historia de la Pedagogía Universal, no deja de tener razón en su apreciación
sobre este asunto, sin embargo, el término teoría pedagógica es más amplio como concepto que en la
definición dada, ya que cualquier reflexión acerca de la educación, no constituye por ello una teoría
pedagógica. Por otro lado, la política educativa no siempre, ni toda ella, es expresión veraz, ni obligatoria, de
lo que caracteriza la educación en un período determinado, pues muchas sinceras aspiraciones o demagógicas
ideas educativas quedan plasmadas en legislaciones de la política educacional sin llegar jamás a convertirse
en realidad concreta.
Esta investigadora considera que, al estudiar el proceso histórico-pedagógico como objeto de la Historia de la
Pedagogía, aparecen conceptos que alcanzan la condición de categoría, pues reflejan las propiedades, facetas
y relaciones más generales y esenciales del mismo. Es por esto, que define como categorías de de este proceso
los conceptos: sistema educativo, institución escolar y concepción pedagógica; los cuales, en su interrelación,
le dan coherencia y una visión de integralidad al proceso.
Estas categorías constituyen su centro o esencia, en tanto, parten de ellas todas las interconexiones que se
establecen para su análisis como objeto del proceso histórico-pedagógico.
Desde la Historia de la Pedagogía como ciencia, estas categorías pueden representarse en el proceso histórico-
pedagógico de la siguiente manera:
Las categorías planteadas han sido determinadas por la autora a través de un proceso deductivo, o sea,
partiendo del marco teórico se ha llegado a su conceptualización y amplitud. Han sido determinadas
observando las tres reglas de categorización planteadas por Leonor Buendía Eximan , y que son:
1) Definirse de manera clara y precisa para que la adscripción de los rasgos se realice con el menor error
posible.
2) Ser exhaustivas.
Formas de educación, comprende las vías utilizadas socialmente para el ejercicio del acto educativo, tanto
las vías formales como las no formales.
Atendiendo a la precisión anterior se comprende la escuela dentro de esta categoría más general, sin embargo,
su connotación en el devenir histórico, permite definirla como una categoría en particular.
La categoría Institución Escolar la constituye el establecimiento educativo al que está confiada la máxima
responsabilidad en la formación de las nuevas generaciones. En ella coinciden los intereses del Estado y de la
sociedad.
El estudio de la escuela como institución escolar se convierte en un importante referente para profundizar en
el conocimiento del proceso histórico-pedagógico, esta aseveración se justifica en las razones siguientes:
• Las teorías pedagógicas instauradas con mayor predominio tienen su expresión en la escuela, pero también
en ella pueden focalizarse otras, menos establecidas oficialmente, que pueden alcanzar una determinada
relevancia, también pueden encontrarse rezagos de concepciones precedentes muy arraigadas.
• Estas reflexiones son válidas para todo tipo de escuela: pública o privada, religiosa o laica. Siempre su
estudio va a adoptar importantes conocimientos sobre el estado de la educación en un lugar y momento
histórico determinados.
Su núcleo básico son las ideas filosóficas, ya que el principal problema de la concepción del mundo es la
cuestión fundamental de la filosofía.
Dado que la autora sostiene la tesis de que la concepción pedagógica constituye una de las categorías que se
manifiestan en el proceso histórico-pedagógico, es preciso argumentarla, ofreciendo los fundamentos teóricos
de tal posición.
De la categoría concepción general del mundo se deriva, como parte de ella, la concepción pedagógica, dada
en el sistema de ideas, conceptos y representaciones sobre la educación, por tanto, es un reflejo del ser social
y depende del nivel de conocimientos alcanzados por el individuo en un momento dado, así como del régimen
social. Como parte de la concepción del mundo, la concepción pedagógica tiene una enorme importancia
práctica, pues de ella depende la actitud del hombre frente a la realidad educativa en que está inmerso, por
tanto, sirve de guía para su accionar en determinado contexto histórico-pedagógico.
La concepción pedagógica describe el hecho educativo, establece sus relaciones con otros fenómenos, permite
opinar sobre los factores que lo determinan, etc. Como parte de la concepción del mundo, se sustenta en una
determinada posición filosófica, política e ideológica y pedagógica, que constituyen referentes para que sea
considerada como, positiva o negativa, progresista o reaccionaria, retrógrada o avanzada, etc.
Como categoría histórico-pedagógica, la concepción pedagógica tiene también una naturaleza histórico-social
y clasista, “los ideales pedagógicos no son creaciones artificiales que descubre un pensador en solitario y que
trata de imponer después porque las cree justas. La clase que domina materialmente es la que domina también
con su moral, con su educación y con sus ideas”.
Conforme existen clases sociales, dominantes y dominadas, las concepciones pedagógicas son variadas y
variables, considerando los diversos factores de naturaleza social que inciden en su formación y desarrollo.
Asumir la concepción pedagógica como sistema de ideas, conceptos y representaciones sobre la educación, le
otorga una determinada complejidad a su estudio, dada la amplitud, multiplicidad y diversidad de tales ideas,
conceptos y representaciones pedagógicas.
Por tal motivo esta autora establece dos tipos de concepciones pedagógicas:
1. Concepciones pedagógicas generales: Son aquellas ideas, conceptos y representaciones sobre la educación
que expresan una universalidad en su contenido que las hace generalizables a diferentes tipos de escuelas,
niveles de enseñanza, grados, edades, etc. Son, por ejemplo, ideas generales sobre el fin social de la
educación, labor de las instituciones escolares y otros factores educativos, concepciones didácticas generales,
preparación pedagógica del maestro, sentido de la actividad escolar, etc.
2. Concepciones pedagógicas específicas: Las constituyen las ideas, conceptos y representaciones sobre la
educación que expresan un contenido particular, característico de un tipo de escuela, nivel de enseñanza,
grado, edad, etc. Y, por consiguiente, no generalizables, por ejemplo, sobre la enseñanza de escolares con
necesidades educativas especiales, la educación en escuelas religiosas, en la enseñanza primaria, etc.
Estas concepciones se integran por la propia interrelación entre los objetos que la determinan y por la
naturaleza social del proceso educativo.
La sistematización de las concepciones pedagógicas debe evidenciar sus componentes, como aquellas partes
que las constituyen en un sentido estrictamente pedagógico, o sea, los componentes son cada uno de los
elementos que se pueden considerar como partes de un todo, pero partes referidas a la educación en el período
estudiado.
La determinación de los componentes es una tarea que compete al investigador que sistematiza, al cual, los
datos obtenidos, le sugieren las partes o componentes de las concepciones pedagógicas que ha estudiado, por
tanto no constituyen criterios rígidos ni predeterminados, son flexibles, en dependencia del resultado
alcanzado con la sistematización realizada.
Con frecuencia se emplean, indistintamente, los términos ideario pedagógico y pensamiento pedagógico para
hacer referencia a las ideas relacionadas con la educación. Estos términos no se diferencian sustancialmente
de la concepción pedagógica, pero tampoco se identifican absolutamente con ella. La diferencia radica en el
carácter sistémico de las ideas que conforman una concepción pedagógica, que la hace alcanzar mayor grado
de complejidad y es más esencial. Cualquier idea pedagógica aislada, es una idea, pero no una concepción
pedagógica en su sentido más integral.
Por su parte el pensamiento, definido filosóficamente, es un “producto superior de la materia dotada de una
organización especial, el cerebro: proceso activo en que el mundo objetivo se refleja en conceptos, juicios,
teorías, etc.” Es evidente su relación con la concepción pedagógica, sin embargo, las ideas son resultado del
proceso de pensar. La facultad que el pensamiento posee de reflejar de manera generalizada la realidad se
traduce en la capacidad del hombre para formar conceptos generales.
El pensamiento es una premisa necesaria de cualquier otra actividad, pues ésta es el resultado reelaborado de
aquel. La concepción pedagógica de un individuo es consecuencia de un proceso de elaboración intelectual a
partir de su capacidad de pensar, de comparar, de combinar y estudiar, del que resultan las ideas.
Por eso, aunque no es del todo errado emplear ideario pedagógico y pensamiento pedagógico, es conveniente
precisar los conceptos para fundamentar más el carácter de categoría que se da a la concepción pedagógica y
que no alcanzan los restantes términos analizados.
Existe una relación directa de las categorías histórico-pedagógicas con la naturaleza del fenómeno que se
estudia, a partir de su valor como guía, que desde el punto de vista metodológico, orienta todos los análisis
que se realicen sobre el objeto. Las categorías se encuentran en determinada conexión entre sí y forman un
sistema en el que no se hallan simplemente dispuestos de manera arbitraria una tras otra, sino que se
interconectan mutuamente, por lo que no es posible separarlas para la comprensión total del objeto.
A partir de esta reflexión se concluye que, históricamente, la categoría concepción pedagógica es resultante
del ejercicio educativo en la práctica, sin embargo, por la propia interconexión existente entre todas las
categorías y a la luz del enfoque sistémico, ellas se complementan a través de todo el proceso, por lo que si
bien en un principio, primero tuvo lugar el acto educativo en la escuela y luego las concepciones acerca de esa
práctica, posteriormente, tales concepciones fueron precedentes para un enriquecimiento de la educación y la
escuela, por lo que la actividad pedagógica universal evidencia esa relación intercategorial.
En ellas, como sistema, se encuentra presente el principio básico de la unidad entre lo histórico y lo lógico. En
el conocimiento del proceso histórico-pedagógico, las categorías permiten ir del fenómeno a la esencia, de lo
abstracto a lo concreto, de lo simple a lo complejo. Estas categorías no se consideran un sistema cerrado e
invariable, sino que pueden enriquecerse a partir de ser tan móviles y flexibles como el fenómeno que
reflejan.
La Dr. C. Aleida Márquez Rodríguez es también partidaria de este criterio cuando expresa:
“Es importante incluir un análisis histórico–lógico, guiados metodológicamente por indicadores previamente
seleccionados y que aporten información relacionada con el objeto y el tema que se estudia, para conocer sus
tendencias de desarrollo, es decir, sus evoluciones, rupturas e involuciones involucradas en dicho objeto y, en
particular, en su campo de acción” .
En síntesis, el estudio de los antecedentes históricos constituye una necesidad para el investigador, a fin de
revelar características, cambios, regularidades y tendencias de desarrollo del objeto que estudia hasta el
momento en que se realiza la investigación.
Con esta finalidad, se pretende utilizar los conceptos tendencias y regularidades desde una visión histórico-
pedagógica. Siendo así, se precisa la necesidad de determinar las regularidades que caracterizan el objeto de
investigación y su campo de acción en cada etapa histórica que haya sido determinada y analizada en la
periodización elaborada por el investigador.
Según la obra de referencia, “para un sistema lo primario es aquello que representa una totalidad, formada por
partes que interactúan o se relacionan” . Al precisar los rasgos del contenido de un sistema se especifican:
1) Un sistema es una determinada totalidad, donde se desprende, por principio, la imposibilidad de reducir sus
propiedades a la suma de las propiedades de los elementos componentes y de inferir de estos últimos las
propiedades del todo.
2) Es de naturaleza jerárquica, cada uno de sus componentes puede ser considerado como un sistema y el
propio sistema investigado no es más que un componente de otro sistema más amplio.
Las categorías en su interrelación, le dan coherencia a una visión de integralidad del proceso histórico-
pedagógico, constituyen su centro o esencia, en tanto parten de ellas todas las interrelaciones que se
establecen en dicho proceso. Categorías histórico-pedagógicas y naturaleza del fenómeno, conforman una
estrecha relación, en que ésta última determina las características que presentan el sistema educativo, la
institución escolar y las concepciones pedagógicas y de ello se derivan los restantes nexos entre las demás
partes del proceso. Cualquiera de las citadas categorías histórico-pedagógicas debe estudiarse en su época, a
partir de las condiciones en que se produce el hecho y que lo generan o condicionan.
Dada la relación entre lo filosófico y lo pedagógico, también se deben analizar las fuentes que en lo filosófico
le sirven de fundamentación al proceso histórico-pedagógico. Lo filosófico debe considerarse como base
metodológica, o sea, como método para el estudio del objeto.
Desde el punto de vista pedagógico, es necesario considerar las fuentes que sirven de sustento a determinadas
características del sistema educativo, la institución escolar o las concepciones pedagógicas. El análisis del
contexto histórico, las características de la vida económica, política, social, filosófica, pedagógica, etc., en un
momento dado, permiten una clara comprensión del acontecer educacional, dada su naturaleza social. Pero las
categorías no se dan en abstracto, su estudio se concreta en una determinada época histórica, régimen social,
cuyas características económicas, fundamentalmente, determinan el tipo de sistema educativo, las
particularidades de la institución escolar y las concepciones pedagógicas.
La investigación histórico-pedagógica debe considerar las categorías señaladas con anterioridad para la
determinación de regularidades y tendencias históricas en la investigación educativa.
En el devenir de la Pedagogía como ciencia, y más en los últimos tiempos, los términos tendencia(s) y
regularidad(es) han sido utilizados ampliamente por docentes, investigadores y otros especialistas
relacionados con la labor educativa. Sin embargo, debe significarse la diversidad de criterios con que son
empleados.
Intencionalmente se inicia este trabajo haciendo referencia a la obra “Investigación Educativa. Fundamentos y
metodología” de Justo Arnal, Delio del Rincón y Antonio Latorre, ellos significan que “los fenómenos
educacionales no están sujetos a un determinismo rígido y univalente, son procesos dialécticos y
multicondicionados. Sus regularidades se manifiestan como tendencias, a través de un gran número de
fenómenos causales y singulares” y concuerdan en considerar que “la variabilidad de los fenómenos
educativos en el tiempo y el espacio dificulta el establecimiento de regularidades y generalizaciones, que es
una de las funciones de la ciencia. Esto obliga a adoptar posturas más prudentes que en otras ciencias” .
En estos criterios, los autores no establecen precisiones en cuanto a definiciones, pero muy acertadamente
resaltan la complejidad del proceso educativo como principal causa para ser cautelosos en osados intentos de
“encasillar” en definiciones toda la complejidad de un fenómeno cada vez más cambiante.
Las ideas señaladas anteriormente explican la prudencia necesaria para intentar establecer definiciones
referidas a un proceso que varía entre regiones, países, instituciones, individuos, etc.
En determinados momentos, algunos intentos han ocasionado imprecisiones que generan confusiones,
identificación de conceptos, etc. pero siempre han aportado una visión desde la generalidad de un proceso que
se desarrolla en la sociedad, cualesquiera sean sus características.
Cuando se trata de los conceptos Tendencia y Regularidad, hay que reconocer la amplia utilización que han
tenido en la ciencia pedagógica y es conveniente destacar que:
1. Se tiene mayor conocimiento de la Pedagogía y sus ciencias afines a partir del conocimiento de las
tendencias y regularidades del fenómeno educativo que han sido determinadas por los estudiosos de estas
ciencias.
3. Constituyen vías y puntos de partida para realizar estudios a partir de nuevos criterios y condiciones socio-
educativas.
4. Cualquier intento por volver sobre estos conceptos, desde posiciones científicas, enriquecerá siempre la
obra educativa y su investigación para mejorarla sistemáticamente.
Fuerza que impulsa un cuerpo a dirigirse hacia un punto. Inclinación. Elemento fundamental de la vida
psicológica, en particular afectiva. Diccionario Pequeño Larousse Ilustrado.
Evidentemente, estas definiciones tan generales no explican sus particularidades en la educación, es por eso
que, al estudiar las tendencias referidas a este fenómeno, el vocablo sólo cobra valor cuando se hace
acompañar de algún calificativo más explícito pedagógicamente.
El Dr. C. Orlando Valera Alfonso afirma que “en casi ningún texto de Pedagogía se define qué es una
tendencia” , pero también precisa las diferencias que existen entre tendencia pedagógica, referida a la ciencia
o ciencias de la educación, a su reflexión sistemática, y tendencia educativa, cuando se refiere a la educación
como fenómeno social, a su realización en una sociedad, condiciones, instancias o institución determinada.
Desde estos supuestos, el autor define las tendencias educativas como las “posturas teóricas y metodológicas
que se asumen ante el fenómeno educativo en un contexto histórico temporal concreto y que se expresan
como conceptualizaciones y prácticas educativas determinadas. Podemos un poco decir que son modas y
modos de educar en un momento determinado” . También plantea que las tendencias pedagógicas “se dan
cuando las tendencias educativas se concretan en las corrientes o teorías con el nivel de estructuración propio
de la ciencia, lo que da paso a la Pedagogía, Ciencias Pedagógicas o Ciencias de la Educación. Son, por tanto,
estructuraciones determinadas de la Pedagogía como ciencia, técnica, arte, filosofía y teoría. Tienen menor
grado de generalidad que las tendencias educativas y son esencialmente epistemológicas o cienciológicas” .
Este autor considera las diferencias que existen entre tendencia pedagógica, referida a la ciencia o Ciencias de
la Educación, a su reflexión sistemática, y tendencia educativa, cuando se refiere a la educación como
fenómeno social, a su realización en una sociedad, condiciones, instancias o institución determinada.