¿Ontología Fundamental o Teoría Del Conocimiento? Heidegger Crítico Del Neokantismo
¿Ontología Fundamental o Teoría Del Conocimiento? Heidegger Crítico Del Neokantismo
¿Ontología Fundamental o Teoría Del Conocimiento? Heidegger Crítico Del Neokantismo
E
n la primavera de 1929, del 17 de marzo al 6 de abril, se realizó en la
Universidad de Davos, Suiza, un encuentro filosófico entre Alemania y
Francia. El tema central fue ¿Qué es el hombre? Por parte de Francia
asistieron Léon Brunschvicg, Jean Cavaillés y Maurice de Gandillac. Alemania es-
tuvo representada por Ernst Cassirer y Martin Heidegger, entre otros. ¿Qué
significó este encuentro en Davos? Frente a la expectativa común de presenciar
un debate entre la filosofía francesa y la alemana, el centro del encuentro fue la
disputa entre uno de los últimos y más ilustres representantes de la Escuela de
1
Edmund Husserl, a la sazón el más grande filósofo vivo de Alemania, se trasladó en 1916 de la
Universidad de Gotinga a la de Friburgo, sustituyendo a Heinrich Rickert, por entonces máximo
representante, junto con Paul Natorp, del neokantismo. Rickert, primer maestro de Heidegger, marchó
a Heidelberg a sustituir al recientemente fallecido Wildenband; el joven Heidegger fue ayudante del
fundador de la fenomenología desde 1919. En 1923, gracias en parte a que Husserl lo recomendó con Paul
Natorp, Heidegger se desempeñó como profesor en la Universidad de Marburgo hasta 1928 —año en que
será llamado a Friburgo para sustituir a Husserl—. Durante estos años, amén de aplicarse al estudio y
crítica de la fenomenología husserliana, Heidegger profundizó en sus estudios sobre el sistema del
neokantismo estableciendo los límites y errores en torno a su concepción de la filosofía trascendental.
Cfr. Theodore J. Kisiel, “The Missing Link in the Early Heidegger”, en Joseph J. Kockelmans (ed.),
Hermeneutic Phenomenology: Lectures and Essays, Washington, University Press of America, 1988, pp.
1-40. El interés de Heidegger durante la década de 1920 por el filósofo de Königsberg estuvo mediado por
la fenomenología y el neokantismo; sin embargo, se alejó de ambas posiciones filosóficas. Esto queda
patente en una nota de su obra Ser y tiempo (traducción de José Gaos, Fondo de Cultura Económica,
México, 1988, pp. 63-64), redactada en Marburgo y publicada en 1927: “En una conversación que con
Cassirer pudo sostener el autor, con ocasión de una conferencia de éste en la sección hamburguesa de la
Sociedad Kantiana, en diciembre de 1923, sobre Problemas y métodos de la investigación fenomenológica,
se puso ya de manifiesto un acuerdo de la necesidad de una analítica existenciaria, cuyo esbozo se hizo en
la conferencia”. Es decir, desde seis años antes del encuentro en Davos, Heidegger ya tenía clara su
postura frente a la interpretación neokantiana no sólo de Kant, sino de la filosofía en su totalidad,
teniendo como matriz teórica (formal) a la fenomenología. Cfr. F. Schalow, The Renewal of the Heidegger-
Kant Dialogue. Action, Thought, and Responsiblity, Albany, State University of New York Press, 1992,
pp. 15 y ss. Las traducciones, salvo cuando se indique lo contrario, son mías.
2
Acerca de las diferencias, que son muchas e importantes, entre la fenomenología y el neokantismo, y
en general acerca de una respuesta de las críticas de Rickert a Husserl, véase Eugen Fink, “La philosophie
phénoménologique d’Edmund Husserl face à la critique contemporaine”, en De la phénoménologie,
traducción al francés de D. Franck, París, Minuit, 1994, pp. 95-175. También es indispensable a este
respecto: I. Kern, Husserl und Kant. Eine Untersuchung über Husserls Verhältnis zu Kant und zum
Neukantianismus, Martinus Nijhoff (Phaenomenológica, 16), Den Haag, 1964, especialmente los dos
últimos capítulos: “Husserls Kritik an Rickerts Erkenntnistheorie” y “Kritik an Rickerts Methodelehre”.
Heidegger sostuvo que “incluso el propio Husserl, entre 1900 y 1910, cayó en cierto sentido en los
brazos del neokantismo”. Martin Heidegger, “Colloque Cassirer-Heidegger (Davos, printemps, 1929)”,
en Ernst Casirer y Martin Heidegger, Débat sur le Kantisme et la Philosophie (Davos, mars 1929) et
autres textes de 1929-1931, presentados por Pierre Aubenque, París, Beauchesne, 1972, p. 29 (en
adelante la segunda indicación de página corresponde a la traducción de G. I. Roth: “Disputación de
¿Ontología fundamental o teoría del conocimiento?... 127
Davos”, en Martin Heidegger, Kant y el problema de la metafísica, México, Fondo de Cultura Económica,
1986, pp. 211-226).
3
“Windelband y Rickert hablaban como discípulos de Kant. Pretendían hacer con respecto a la historia
y a las ciencias de la cultura, lo que su maestro hiciera con respecto a la ciencia natural matemática”,
Ernst Cassirer, Las ciencias de la cultura, traducción de Wenceslao Roces, México, Fondo de Cultura
Económica, 1975, p. 60.
4
“La fenomenología es, tanto para Husserl como para el joven Heidegger, ciencia originaria, ciencia de
tendencia ‘radical’”. Otto Pöggeler, El camino del pensar de Martin Heidegger, traducción de Félix
Duque, Madrid, Alianza Editorial, 1986, p. 75.
5
Martin Heidegger, Prolegomena zur Geschichte des Zeitbegriff, curso del semestre de verano de 1925
en Marburgo, edición de Petra Jaeger, Frankfurt/Main, Vittorio Klostermann, 1979, Gesamtausgabe (en
adelante, GA), tomo 20, p. 98.
128 Pedro Enrique García R.
Con el título de Kant und die Epigonen, una obra de 1865 exigía a la filosofía
volver a Kant; su autor era Otto Leibmann. ¿Cuáles eran las circunstancias
históricas que llevaron a Leibmann y a toda una generación a una vuelta a Kant?
Para situar la problemática a la que pretendió dar respuesta el movimiento
neokantiano y comprender mucho mejor la crítica de Heidegger, quisiera referirme,
brevemente, a los motivos filosóficos que orillaron a una recuperación del filósofo
de Königsberg.
En su obra L’École de Marbourg,6 Henri Dussort distingue tres periodos en
los que se busca una recuperación de Kant (Les retours a Kant): de 1820 a 1850,
el periodo del Idealismo Alemán (Johann G. Fichte, Johann F. Herbart, Georg W.
Hegel, Friedrich W. J. Schelling). Un segundo periodo, de 1850 a 1860, de
reapropiación de la obra kantiana para evitar los errores del idealismo absoluto;
aquí se puede incluir a Heinrich Fries, Rudolf Haym, Hermann von Helmholtz,
Arthur Schopenhauer y a hegelianos como Karl Rosenkranz (prepara una edición
de Kant en 1838) y Kuno Fischer (publica en 1860 una obra sobre Kant de gran
influencia).7 Finalmente, un tercer periodo, de 1860 a 1870, donde Henri Dussort
ve el origen del neokantismo en la designación, en 1876, de Hermann Cohen como
6
Cfr. Henri Dussort, L’École de Marbourg, edición de Jules Vuillemin y prefacio de P.-M. Schuhl, París,
PUF, 1963, pp. 29-59.
7
Cfr. Herbert Schädelbach, Filosofía en Alemania (1831/1933), traducción de Pepa Linares, Madrid,
Cátedra, 1991, p. 134.
¿Ontología fundamental o teoría del conocimiento?... 129
El cambio de mi concepción sobre este punto [la Cosa en sí] había sido ya preparado por
estudios personales cuando apareció la importante obra del doctor Cohen sobre Kants
Theorie der Erfahrung, lo que me llevó a revisar de nuevo totalmente mis concepciones
acerca de la crítica kantiana de la razón.9
8
“La phsysiologie des organes des sens est le kantisme développé ou rectifié, et le système de Kant peut
être tenu pour ainsi dire comme un programme pour les nouvelles découvertes en ce domaine. Un des
chercheurs les plus productifs, Helmhotz, s’est servi des conceptions de Kant comme d’un principe
heuristique et n’a pourtant fait en cela que suivre avec conscience et conséquence le même chemin par
laquel d’autres parvenaient aussi, pour nous faire mieux comprendre le mécanisme de l’activité sensorielle”,
Friedrich Albert Lange, Geschichte des Materialismus, pp. 408-409, citado en Dussort, L´Ecole de
Marbourg, op. cit., p. 57.
9
Friedrich Albert Lange, Geschichte des Materialismus, p. 130, citado en ibid., p. 58, nota 5.
10
Henri Dussort, L’Ecole de Marbourg, op. cit., p. 59.
11
Cfr. Ernst Cassirer, Débat sur le Kantisme et la Philosophie, op. cit., p. 28/211.
12
Heidegger, en su época temprana de Friburgo (1919-1923) y Marburgo (1923-1928), realizó una
severa crítica a las tesis básicas del movimiento, especialmente al problema de la filosofía trascendental
y la constitución o génesis de las categorías (Begriffbildung), problema que involucra la cuestión del
valor (Gelten) y su relación con la formación de los conceptos lógicos que posibilitan el conocimiento.
130 Pedro Enrique García R.
Pero sucede, por fortuna, que, aunque, por el momento no podemos aceptar que la
metafísica sea verdadera como ciencia, podemos, sin embargo, decir, con seguridad que
existen, verdaderamente, ciertos conocimientos puros sintéticos a priori, a saber: la mate-
mática pura y la ciencia natural pura [...] Tenemos, pues, por lo menos algunos indiscutibles
conocimientos sintéticos a priori, y no debemos preguntar si son posibles (puesto que
son reales), sino solamente cómo son posibles, para poder deducir también, del principio
de la posibilidad de los conocimientos dados, la posibilidad de todos los demás.14
La tarea era elaborar, a partir del criticismo kantiano, una filosofía inmune a los
problemas del idealismo y del materialismo, incluyendo sus múltiples manifesta-
ciones (positivismo, vitalismo, etcétera). Los neokantianos asumieron el papel
de herederos de un método, el trascendental, que les permitió continuar la labor de
Kant sobre la crítica del conocimiento. “Por esto no tememos enterrar el cuerpo
de esta filosofía para que perdure su espíritu. Precisamente así, creemos ser y
seguir siendo, legítimos discípulos de Kant”.15 Con Heidegger esta tarea infinita
de repensar con Kant más allá de Kant se desplomó, pues en lugar de asumir su
herencia neokantiana, Heidegger realizó una crítica radical a la misma a través de la
fenomenología de Husserl pero que, en el fondo, también iba dirigida a ésta. Crítica
que tendrá su culmen en la disputa con Cassirer en la Universidad de Davos.
Si en primer lugar tuviera que empezar citando nombres, diría: Cohen, Windelband,
Rickert, Erdmann, Rihel. Lo que hay de común en el neokantismo sólo se puede entender
13
Friedrich Albert Lange, Historia del materialismo, tomo II, traducción de V. Colorado, México, Juan
Pablos Editor, 1974, p. 239.
14
Immanuel Kant, Prolegómenos a toda metafísica del porvenir, traducción de J. Besteiro, México,
Porrúa, 1981, p. 36.
15
Paul Natorp, Kant y la Escuela de Marburgo, traducción de Francisco Larroyo, México, Porrúa, 1973,
p. 96.
¿Ontología fundamental o teoría del conocimiento?... 131
16
Martin Heidegger, Débat sur le kantisme et la philosophie, op. cit., pp. 28-211.
17
Ibid., pp. 29-212.
18
Hermann Cohen, La teoria kantiana dell’esperienza (Kants Theorie der Erfahrung), traducción al
italiano de L. Bertolini, Milán, Franco Angeli Libri, 1990, p. 31.
19
Ibid., p. 37.
20
Ibid., p. 108.
132 Pedro Enrique García R.
base la segunda edición de la KrV, se observa que “el significado completo del
tiempo, como forma del sentido, por la interna extensión de la conciencia, no
resulta de la Estética trascendental”.21 Es en la “Lógica trascendental” donde
hay que buscar la fuente del conocimiento, pues el mismo Kant comprendió la
experiencia a través de categorías, es decir, de manera lógica, como “condición
formal de la experiencia”.22 Ya en 1925, Heidegger consideraba esta obra de
Cohen como la expresión más elaborada de la recuperación de Kant en términos
de una filosofía subordinada a la ciencia.
21
Ibid., p. 109.
22
Ibid., p. 127.
23
GA, 20, p. 18.
24
GA, 20, pp. 22-23.
¿Ontología fundamental o teoría del conocimiento?... 133
25
Martin Heidegger, Die Grundprobleme der Phänomenologie, curso de verano de 1927 en Marburgo,
edición de F. W. V. Herrmann, GA, tomo 24, Frankfurt/Main, Vittorio Klostermann, 1975, p. 237.
26
GA, 20, p. 65.
27
Cristina Lafont ha explicado en los siguientes términos esta tesis heideggeriana: “Por una parte, el
reconocimiento de que nuestro acceso a lo ‘intramundano’, en cuanto tal, está mediado y posibilitado
por la comprensión de sentido inherente a nuestro ‘ser-en-el-mundo’ ‘a partir del cual puede develarse
el ente’; aquí se expresa lo que hemos llamado ‘la preeminencia del significado sobre la referencia’ —en
la medida en que sólo mediante aquél es posible ésta. Y, por otra parte, a consecuencia de ello, el
reconocimiento de que la constitución de sentido inherente a nuestro ‘ser-en-el-mundo’, y condición de
posibilidad de nuestra experiencia intramundana, en su carácter de totalidad organizada holísticamente,
impide toda perspectiva extramundana o, lo que es lo mismo, escapa a todo intento de objetivación”. La
razón como lenguaje. Una revisión del “giro lingüístico” en la filosofía del lenguaje alemán, Madrid,
Visor, 1993, p. 72.
134 Pedro Enrique García R.
Por eso se obstruye todo intento de reflexión si uno se contenta con constatar que en Ser
y tiempo, en lugar de Bewusstsein (conciencia), se usa la palabra Dasein [...] La palabra
Dasein no reemplaza la palabra Bewusstsein, ni la “cosa” llamada Dasein toma el lugar
de aquello que nos representamos con el nombre Bewusstsein. Con Dasein se nombra
aquello que por primera vez debe experimentarse como el lugar (Stelle), como el ámbito
(Ortschaft) de la verdad del ser, y que debe pensarse conforme a este experimentarse.28
El Dasein no logra sustraerse jamás a este cotidiano “estado de interpretado” dentro del
cual se desarrolla inmediatamente. En él, por él y contra él se alcanza todo genuino
comprender, interpretar y comunicar, volver a descubrir y apropiarse de nuevo. Lo que
pasa no es que en cada caso el Dasein no influido ni extraviado por este “estado de
interpretado” se halle puesto ante la tierra llana de un “mundo” en sí, para limitarse a
contemplar lo que le haga frente.30
28
Martin Heidegger, “Le retour au fondement de la métaphysique”, traducción al francés de R. Munier
en Questions I, París, Gallimard, 1990, pp. 31-32.
29
Cfr. F. W. V. Herrmann, Subjekt und Dasein. Interpretationen zu “Sein und Zeit”, Frankfurt/Main,
Vittorio Klostermann, 1974, pp. 44-45.
30
Martin Heidegger, Ser y tiempo, op. cit., p. 189.
31
Cfr. Martin Heidegger, Phänomenologische Interpretation von Kants Kritik der reinen Vernunft, curso
del semestre de invierno de 1927/1928 en Marburgo, edición de I. Görland, GA, tomo 25, Frankfurt/
Main, Vittorio Klostermann, 1977, p. 25.
¿Ontología fundamental o teoría del conocimiento?... 135
científico al asumir cierta actitud hacia los entes? Y de ser así, ¿en qué consiste
ésta? Heidegger responde: “El comportamiento por el cual se constituye como tal
el comportamiento científico, lo llamamos la objetivación. Objetivación quiere
decir: hacer de cualquier cosa un objeto”.32 Hacer de un ente un objeto consiste
en determinar, distinguir, circunscribir su peculiar modo de ser; pero esto sólo es
posible sobre la base que otorga la previa comprensión del ser en la que se mueve
de antemano el Dasein. “Dicho de otro modo, la esencia de la objetivación reside en
el cumplimiento expreso de esta comprensión de ser en la que deviene comprensible
la constitución fundamental del ente a objetivar”.33
La génesis de una ciencia implica la fundación de una ontología regional en
el sentido husserliano del término. La elaboración de la comprensión del ser de
una determinada región de entes lleva necesariamente a la formación de conceptos
fundamentales que expliquen y tematicen adecuadamente dicha región. La esencia
de una ciencia radicaría, según esto, en la objetivación de la región ontológica
respectiva. “Es solamente por la objetivación, es decir, por el proyecto de la
constitución de ser, que la ciencia conquista su base y su fundamento, y delimita al
mismo tiempo su dominio de investigación”.34 Heidegger realiza este análisis
del concepto de ciencia con miras a eliminar la lectura neokantiana de la KrV,
pues al demostrar que Kant no consideraba el factum de las ciencias exactas como
paradigma sino la fundamentación de la metafísica como ciencia, es decir, como on-
tología, la lectura neokantiana se derrumba.
El proyecto de la constitución de un dominio del ser del ente (ontología regional),
por ejemplo, la naturaleza, implica una reflexión (Besinnung) sobre tal o cual
ente y su modo peculiar de ser; los conceptos fundamentales de la región
naturaleza son: movimiento, cuerpo, tiempo, espacio, relación, etcétera. Sin
embargo, las ciencias son incapaces de fundamentar sus conceptos. La
fundamentación de una ciencia consiste en la formulación de la comprensión del
ser preontológico en comprensión ontológica expresa. Las ciencias operan con
una comprensión del ser que les permite acceder al ente y tematizarlo como objeto;
por ello suponen una ontología y esta tiene como fundamento “la investigación
que llamamos ontología fundamental”.35 Las ciencias son, pues, modos de ser
del Dasein.
32
GA, 25, pp. 26-27.
33
GA, 25, p. 28.
34
GA, 25, p. 32.
35
GA, 25, p. 36.
136 Pedro Enrique García R.
36
GA, 25, p. 38.
37
Cfr. Immanuel Kant, Crítica de la razón pura (KrV), traducción de Pedro Ribas, Madrid, Alfaguara,
1988, B 24.
38
GA, 25, p. 43.
39
GA, 25, p. 63. Véase también Cfr. KrV, B 873.
40
GA, 25, p. 66.
¿Ontología fundamental o teoría del conocimiento?... 137
Por consiguiente, es forzado y doblemente erróneo concebir la Kritik der reinen Vernunft
como una teoría del conocimiento de la ciencia matemática de la naturaleza: de lo que se
trata aquí es de una ontología y no de una teoría del conocimiento; entonces es un error
considerar que esta ontología de la naturaleza se tome como una ontología de la naturaleza
material, sino más bien del ente a la mano en general.42
Durante los diez últimos años, la más joven generación filosófica alemana ha sido testigo
de una creciente inclinación por la antropología filosófica. La filosofía de la vida de
Dilthey, antropología de nueva figura, ejerce hoy una fuerte influencia. El “movimiento
fenomenológico” mismo se encuentra cautivado por esta nueva tendencia. La verdad
fundamental de la filosofía reposa exclusivamente en el hombre y en una doctrina de la
esencia de su Dasein mundano-concreto [...] La filosofía fenomenológica debe ser
enteramente reconstruida a partir del Dasein humano.45
41
Una reconstrucción rigurosa de la palabra metafísica y su relación con la problemática de la
fundamentación de la filosofía trascendental como ontología fundamental se encuentra en: Martin
Heidegger, Die Grundbegriff der Metaphysik. Welt-Endlichkeit-Einsamkeit, curso del semestre de invierno
de 1929/1930 en Friburgo, edición de F. W. V. Hermann, GA, tomo 29/30, capítulo III, Frankfurt/ Main,
Vittorio Klostermann, 1983.
42
GA, 25, p. 66.
43
GA, 25, p. 69.
44
GA, 25, p. 71.
45
Edmund Husserl, “Phénoménologie et anthropologie”, conferencia pronunciada los días 1, 10 y 16 de
junio de 1931 en Frankfurt, Berlín y La Haya, respectivamente. Traducción al francés de D. Franck en
138 Pedro Enrique García R.
E. Husserl, Notes sur Heidegger, París, Minuit, 1993, p. 57. El énfasis es mío. Este ataque frontal a la
ontología de Heidegger muestra, entre otras cosas, la decepción de Husserl frente a la filosofía de su
discípulo predilecto. “Usted [Heidegger] y yo somos la fenomenología”, solía decir Husserl, según
testimonio de Dorion Cairns, Conversation with Husserl and Fink, The Hague, Martinus Nijhoff, 1976,
p. 91. El error de Heidegger radica, para Husserl, en no haber comprendido el papel central que juega la
reducción fenomenológica en la problemática trascendental; sin ella no es posible acceder a la subjetividad
trascendental propiamente dicha y toda reflexión filosófica que se prive de ella seguirá atada a la actitud
natural: “O sea, que no se pasa de una antropología, sea empírica o a priori, que según mi doctrina ni
siquiera llega al suelo específico de la filosofía y tomar la [misma] por filosofía significa una recaída en
el ‘psicologismo’ o ‘antropologismo trascendental’”. Edmund Husserl, “Epílogo”, en Ideas relativas a
una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, traducción de José Gaos, México, Fondo de
Cultura Económica, 1962, p. 374.
46
GA, 25, p. 76.
47
Cfr. H. Holzhey, Cohen und Natorp. I. Ursprung und einheit: Die Geschichte der Marburguer Schule
als Auseinanderetzung um die Logik des Denkens, Basel, Schwabe, 1986. Cfr. también GA., tomo 25, pp.
77-78.
48
Cfr. el excelente estudio de Th. A. Fay, Heidegger. The Critique of Logic, The Hague, Martinus
Nijhoff, 1977, especialmente el capítulo I: “Logic and the Forgetfulness of Being”, pp. 7-19. Fay limita
su investigación al periodo posterior a 1927, especialmente a Was ist Metaphysik? de 1929 y demás
¿Ontología fundamental o teoría del conocimiento?... 139
categorías lógicas que la hacen posible, hacían suya, de un modo u otro, una larga
tradición en donde el lógos asume una función central y determinante. Heidegger
estudia esta tradición en el curso de 1927, Die Grundprobleme der
Phänomenologie; desde Aristóteles, la función del lógos, “y más precisamente
del lógos apophantikós [...] es mostrar al ente tal y como es”.49 En tanto juicio
predicativo, el lógos apophantikós es la forma fundamental del conocimiento;
el propio Kant aceptó esta doctrina. “El conocimiento es juicio: es la convicción
primera de la lógica y de la teoría del conocimiento modernas”.50 La concepción del
juicio predicativo como lugar de la verdad se sustenta en una visión del hombre
como sub-jectum, pero la tesis heideggeriana que sitúa al Dasein como ser-en-
el-mundo no asume esta preeminencia del juicio predicativo, es decir, de estructuras
lógico-formales, como fundamento del conocimiento.51 Heidegger sostuvo
tajantemente esta tesis en 1922, en un escrito que elaboró a petición de Paul
Natorp para ser designado profesor Extraordinarius en la Universidad de
Marburgo, titulado “Phänomenologische Interpretationen zu Aristoteles. Anzeige
der hermeneutischen Situation”:
El origen (Ursprung) de las categorías no reside ni en el lógos como tal ni en las cosas de
las cuales son abstraídas. Son, más bien, las modalidades fundamentales (Grundweisen)
propias de un discurso determinado, de un campo objetivo determinado sostenido en
una previa adquisición: el campo de los objetos del comercio “funcional preocupado”
(besorgbaren Umgangsgegenstände).52
Las categorías tienen una fuente preteórica: el cotidiano comercio del Dasein
con su mundo entorno; sólo desde ahí tiene sentido hablar de objetos. Sin embargo,
esto no significa, para Heidegger, un retroceso con respecto al modelo explicativo
de la filosofía de la conciencia, esto es, un retroceso frente al carácter teorético de
la conciencia propugnado por la fenomenología y el neokantismo.
52
Martin Heidegger, Interprétations phénoménologiques d’Aristote, traducción al francés de J.-F. Courtine
presentación de H.-G. Gadamer (“Un écrit ‘Théologique’ de jeunesse”), Mauvezin, TER., 1992, p. 52.
53
Martin Heidegger, Ser y tiempo, op. cit., p. 83.
54
GA, 25, p. 286.
¿Ontología fundamental o teoría del conocimiento?... 141
6. INTUICIÓN Y LÓGICA
El tiempo constituye una condición a priori de todos los fenómenos en general, a saber,
la condición inmediata de los internos (de nuestras almas) y, por ello mismo, también la
55
Martin Heidegger, Ser y tiempo, op. cit., p. 79.
56
GA, 25, p. 286.
57
GA, 25, p. 81. El énfasis es mío.
58
Cfr. Immanuel Kant, KrV, A 19,B 33.
59
Cfr. Martin Heidegger, Kant y el problema de la metafísica, op. cit., § 3.
60
Cfr. I. Kern, Husserl und Kant, op. cit., pp. 96 y ss.
61
GA, 25, p. 83.
62
GA, 25, p. 84.
142 Pedro Enrique García R.
condición mediata de los externos. Si puedo afirmar a priori que todos los fenómenos
externos se hallan en el espacio y están determinados a priori según relaciones espaciales,
puedo igualmente afirmar en sentido completamente universal, partiendo del principio
del sentido interno, que absolutamente todos los fenómenos, es decir, todos los objetos
de los sentidos, se hallan en el tiempo y poseen necesariamente relaciones temporales.63
63
Immanuel Kant, KrV, A 34, B 51.
64
Cfr. ibid., B 72. Kant habla explícitamente de intuitus originarius e intuitus derivativus.
65
GA, 25, p.85.
66
Cfr. Immanuel Kant, KrV, A 76, B 102.
67
Ibid., A 78, A 103.
68
Cfr. ibid., A 78, B 104.
¿Ontología fundamental o teoría del conocimiento?... 143
69
94, B 115.
A
70
B127-129.
71
Martin Heidegger, Kant y el problema de la metafísica, op. cit., p. 140.
72
B 129-169.
73
A 78, B 103.
74
Ibid. “Así, pues, el primer conocimiento puro del entendimiento, aquel que sirve de base a todos sus
restantes usos y que a la vez enteramente independiente de todas las condiciones de la intuición sensible,
es el principio de la originaria unidad sintética de la apercepción”, Immanuel Kant, KrV, B 137. El énfasis
es mío. En el fondo de la crítica de Heidegger a la filosofía trascendental kantiana, incluyendo la neokantiana,
se encuentra el desacuerdo en llevar al ámbito de lo tematizable lo que por principio es Unthematisch: la
génesis de las categorías no puede ser aprehendida de manera objetiva, a través de la reflexión, como trató
de mostrar Heidegger en su escrito ya citado sobre Aristóteles. J. García Gainza, en su excelente estudio
Heidegger y la cuestión del valor, Navarra, Newbook, 1997, pp. 305 y ss., señala que lo que trata de hacer
el autor de Ser y tiempo en su repetición de la filosofía trascendental kantiana es devolver al terreno de la
finitud lo que Kant y la tradición idealista habían situado en un espacio ahistórico y estrictamente intelectual:
las condiciones del conocimiento no se encuentran en estructuras trascendentales, sino en la vida fáctica e
histórica, de ahí que el ideal husserliano de encontrar un fundamento absoluto del conocimiento sea
filosóficamente insostenible. “Auch wo phänomenologische Untersuchung heute in gewissen Grenzen
sicher geth, auch da gibt es noch Dogmen und Überkommenes, Ungeklärtes, Unausgemünztes; eine reine
Phänomenologie gibt es nicht; faktisch, ihrem Wesen nach ist sie wie alles menschliche Tun mit
Voraussetzungen belastet, und philosphisch ist es nicht etwa, die Voraussetzungen um jeden Preis durch
Argumente wegzuschaffen, sondern sie einzugestehen und positiv sachlich die Untersuchung daruf abzustellen”,
en GA, 21, pp. 279-280. El énfasis es mío.
75
GA, 25, p. 105.
144 Pedro Enrique García R.
76
GA, 25, p. 122.
77
Immanuel Kant, KrV, A 291, B 347.
78
Ibid., B 161, nota. El énfasis es mío.
79
“Como veremos después, la síntesis es un mero efecto de la imaginación”, ibid., A 78, B 103.
80
Cfr. Martin Heidegger, Ser y tiempo, op. cit., p. 344.
81
Por esto se puede sostener con toda razón que “Kant et le problème de la métaphysique est encore
entièrement dominé par la perspective de l’ontologie fondamentale: Heidegger approfondit dans le kantisme
la constitution originarie de la subjectivité transcendantale en n’hésitant pas à se servir de tous les matériaux
¿Ontología fundamental o teoría del conocimiento?... 145
El espacio y el tiempo, en cambio, son los modos del sujeto finito como tal, abstracción
hecha de la organización fisiológica que es fácticamente la suya en tal o cual caso, y es
justamente por esta que ellos son al mismo tiempo las determinaciones reales de los
objetos, es decir, de los fenómenos.83
disponibles pour mettre au jour la ‘subjectivité du sujet’, devant laquelle Kant s’est dérobé”, Claude Piché,
“Le schématisme de la raison pure. Contribution au dossier Heidegger-Kant”, en Les Études Philosophiques,
núm. 1, 1986, p. 81. Acceder, por medio de una repetición de la problemática trascendental, a la “subjetividad
del sujeto”, implica mostrar que los límites y errores de la tradición filosófica se encuentran en su concepción
sustancialista de la conciencia.
82
Podemos distinguir al menos cuatro conceptos de mundo (Welt) en el desarrollo de la analítica existencial:
a) como totalidad de los entes (concepto óntico); b) como una región determinada del ente (mundo natural,
mundo social, etcétera); c) como referido a la existencia del Dasein (Umwelt, Mitwelt, Selbstwelt); y d) como
mundanidad (Weltlichkeit), estructura esencial del Dasein. Cfr. W. Biemel, Le concept de monde chez
Heidegger, París, J. Vrin, 1987, pp. 20-23.
83
GA, 25, p. 159.
84
Ernst Cassirer, “Kant und das Problem der Metaphysik. Bemerkungen zu Martin Heideggers Kant-
Interpretation” en Kantstudien, XXXVI, 1931, pp. 1-26 Traducción al francés de P. Quillet: “Kant et le
problème de la métaphysique. Remarques sur l’interprétation de Kant proposée par Martin Heidegger”, en
Cassirer-Heidegger, Débat sur le Kantisme et la Philosophie, op. cit., pp. 53-84.
85
Cfr. D. Lynch, “Ernst Cassirer and Martin Heidegger: the Davos Debate”, en Kantstudien, LXXXI,
1990, pp. 360-369.
146 Pedro Enrique García R.
Según Cassirer, en Kant podemos encontrar una salida hacia una trascendencia
que rompe con el límite de la finitud teórica y es el aspecto práctico de la razón.
Heidegger ya había sostenido en Davos que incluso el imperativo categórico y
la trascendencia que implica “queda todavía dentro de lo creado y de la finitud”.87
Nunca hay una experiencia pura y estrictamente ontológica y que sea, a la vez,
infinita, “puesto que ontología sólo entiende de entes finitos”.88 En su artículo de
los Kantstudien, Cassirer retoma el problema de la finitud radical del ser humano
que Heidegger designa “como el tema central de la Crítica de la razón pura de
Kant”.89 Según Heidegger, Kant no ofrece una teoría del conocimiento relativa a
la ciencia natural, sino las bases para una fundamentación de la metafísica a partir
de la “específica finitud del hombre”.90 Cassirer acepta la dependencia origina-ria
de todo el conocimiento humano respecto de una donación y que la función de la
imaginación trascendental es mostrar la dependencia estructural de la razón y el
entendimiento respecto a la intuición.91 Pero en el ámbito práctico ya no sucede
así. Cassirer tiene en consideración el análisis de Heidegger sobre el sentimiento
moral en Kant y el problema de la metafísica y va a tratar de mostrar que es
incorrecto. En principio, Cassirer restaura la distinción entre fenómeno y noúmeno
que Heidegger ya había rechazado rotundamente; por este motivo
[...] ya no habla Heidegger como comentarista sino como usurpador que con la fuerza
armada penetra en el sistema kantiano para someterlo y para servirse de su problemática.
Frente a esta usurpación se debe exigir la restitución, la restitutio in integrum de la
teoría kantiana.92
86
Ernst Cassirer, Débat sur le Kantisme et la Philosophie, pp. 32-33/213-214. El énfasis es mío.
87
Martin Heidegger, ibid., p. 34-214.
88
Ibid., p. 35-215.
89
Ernst Cassirer, “Kant et le problème de la métaphysique. Remarques sur l’interprétation de Kant
proposée par Martin Heidegger”, en Débat sur le Kantisme et la philosophie, op. cit., p. 59.
90
Ibid., p. 60.
91
“La cadena de la finitud no puede romperse. Todo pensar en cuanto tal, absolutamente todo, inclusive el
uso ‘puramente lógico’ del entendimiento, lleva el sello de la finitud; éste es su sello propio”, ibid., p. 61.
92
Ibid., p. 74.
¿Ontología fundamental o teoría del conocimiento?... 147
Y aquí está la objeción verdadera y fundamental que yo tengo que formular a la inter-
pretación de Kant hecha por Heidegger. Como Heidegger intenta referir todas las “facultades”
del conocimiento a la imaginación “trascendental” y remitirlas a ella, le queda con esto sólo
como campo de referencia, el campo de la existencia temporal. La diferencia entre “fenómeno”
y “noúmeno” se confunde y nivela: pues a todo ser le corresponde la dimensión del tiem-
po y por lo tanto de la finitud. Pero con esto se deja de lado uno de los pilares sobre los que
se apoya el edificio conceptual de Kant, y sin el cual esta construcción tiene que derrum-
barse fatalmente. Kant en ninguna parte representa un “monismo” de la imaginación de
este tipo sino que insiste en un decidido y radical dualismo, el dualismo del mundo sensible
y el mundo inteligible. Pues su problema no es el problema de “ser” y “tiempo” sino el
problema de “ser” y “deber ser”, de “experiencia” e “idea”.94
93
Immanuel Kant, Crítica de la razón práctica, traducción de José Rovira Armengol, Buenos Aires,
Losada, 1961, p. 37. El énfasis es mío.
94
Ernst Cassirer, “Kant et le problème de la métaphysique. Remarques sur l’interprétation de Kant
proposée par Martin Heidegger”, en Débat sur le Kantisme et la Philosophie, op. cit., pp. 72-73.
148 Pedro Enrique García R.
104
“Das Umwelterleben ist keine Zufälligkeit, sondern liegt im Wesen des Lebens an und für sich;
theoretisch dagegen sind wir nur in Ausnahmefällen eingestellt”, Martin Heidegger, “Die Idee der
Philosophie und das Weltanschauungsproblem”, en Zur Bestimmung der Philosophie, curso del semestre
de verano de 1919 en Friburgo, edición de B. Heimbüchel, GA, 56/57, Frankfurt/Main, Vittorio
Klostermann, 1987, p. 88.
105
GA, 31, p. 18.
106
GA, 31, p. 35.
107
Martin Heidegger, Ontologie. Hermeneutik der Faktizität, curso de verano de 1923 en Friburgo,
edición de K. Bröcker-Oltmanns, GA, 63, Vittorio Klostermann, Frankfurt/Main, 1988, p. 73.
150 Pedro Enrique García R.
108
Ser y tiempo, p. 38. “Phänomenologische ist also ein Wie der Forschung”, declaraba ya en GA, 63,
p. 72.
109
“Abbau, das heisst hier: Rückgang zur griechischen Philosophie, zu Aristoteles, um zu sehen, wie ein
bestimmtes Ursprüngliches zu Abfall”. GA, 63, p. 76. La conjunción de la recuperación de Aristóteles
y la investigación fenomenológica es uno de los aspectos que ha mantenido más ocupados a los
especialistas en la obra temprana de Heidegger. Hay quienes incluso han llegado a considerar a Ser y
tiempo, como una “radicalización fenomenológica de la ontología aristotélica” (cfr. Th. Kisiel, The
Genesis of Heidegger’s ‘Being and Time’, Berkeley, Los Ángeles-Londres, University of California
Press, 1984). Es a través de Aristóteles que Heidegger logra establecer un puente entre la ontología
clásica y el problema de la filosofía trascendental: Aristóteles le ayuda a circunscribir los límites de la
fenomenología, eliminando su carga “cartesiana” y mostrándole el camino hacia las cosas mismas
(Sachen selbst). Respecto a esta cuestión cfr. F. Volpi, “Dasein comme praxis: l’assimilation et la
radicalisation heideggerienne de la philosophie practique d’Aristote”, en Ibid.,Heidegger et l’idée de
la phénoménologie, Kluwer Academic Publiserhs (Phaenomenologica, 108), Dordrecht, 1988, pp. 1-
42; y J. Taminiaux, “La Réappropriation de l’Éthique à Nicomaque. Poiesis et prâxis dans l’articulation
de l’ontologie fondamentale”, en Ibid., Lectures de l’ontologie fondamentale. Essais sur Heidegger,
Grenoble, Jérôme Millon, 1995, pp. 148-181.