Caso TOYOTA Cultura
Caso TOYOTA Cultura
Caso TOYOTA Cultura
Con el sello
de la eficiencia
DETRÁS DEL ÉXITO DE TOYOTA HAY, VIGENTE DESDE
HACE CASI UN SIGLO, UNA CULTURA DE FRUGALIDAD,
PERSEVERANCIA Y RESPETO POR LAS PERSONAS.
S
Florencia Lafuente es periodista i un empleado le presentara la propuesta de acercar un banquito a los estantes de
especializada en negocios y res- la biblioteca para hacer más eficiente el proceso de archivo y recuperación de do-
ponsabilidad social empresaria. cumentos de la compañía, ¿lo premiaría con un bonus? Toyota sí...................................
Los 300.000 empleados de la automotriz japonesa proponen más de un millón de
ideas de mejoras a los procesos por año. La compañía implementa el 90 por ciento
de ellas, y recompensa a su gente con dinero en efectivo: desde US$ 5 hasta US$ 2.000, de a-
cuerdo con la complejidad de la propuesta. Sumadas, las mejoras significan enormes ahorros
para Toyota, y una mayor autoestima para sus “miembros”, como la empresa prefiere llamar a los
empleados.
¿Una muestra de la efectividad de su enfoque? Haber salido fortalecida de la crisis del pe-
tróleo de 1973, cuando las ventas de automóviles en Japón bajaron más de un tercio y las auto-
motrices se vieron obligadas a hace recortes de personal. En Toyota no hubo despidos: las difi-
cultades estimularon la creatividad, y de un promedio de tres propuestas de mejoras al año, los
empleados pasaron a contribuir con 10 cada uno. La mayoría dirigidas a reducir costos.
Toyota se caracteriza por desafiar todo, todo el tiempo, incluso cuando las cosas van bien.
Las raíces de su obsesión por la excelencia pueden rastrearse en su larga historia de éxitos, re-
sultado tanto de una economía de la escasez (nació en 1937 y se expandió después de la Se-
gunda Guerra) como de la frugalidad de la familia fundadora Toyoda, que aún hoy tiene influen-
cia en las decisiones de la firma. Los Toyoda controlan más del 40 por ciento de las acciones con
derecho a voto, y han logrado mantener los dos principios esenciales de su cultura, la humildad
y el respeto por las personas, en el corazón de la estrategia corporativa.
Hoy, Toyota es la quinta empresa más admirada de los Estados Unidos, según el ranking
2008 de la revista Fortune. Ocupa el tercer lugar entre las compañías más innovadoras, el se-
gundo en responsabilidad social y en gestión de la gente, y el primero en gestión de la calidad
y en inversiones de largo plazo. El cierre del año fiscal 2008, finalizado el 31 de marzo, la coro-
nó como la automotriz número uno en ventas del mundo. Sobrepasó a General Motors en los
Estados Unidos: vendió 2,41 millones de vehículos en el período enero-marzo de este año, en
comparación con los 2,25 millones vendidos por GM. En 2008, Toyota facturó US$ 230.000
millones, un 9,8 por ciento más que en 2007, y sus ganancias crecieron un 4,5 por ciento, hasta
US$ 15.000 millones.
Pero ahora que es la automotriz más rentable del globo, el presidente ejecutivo Katsuaki Wa-
tanabe, fiel a la filosofía de la empresa de no caer en la complacencia, anunció que Toyota esta-
ba “preparada” para lo peor, por primera vez en una década: menores ganancias en el año fiscal
2009. Lo que quiso decir Watanabe es que Toyota no se embriagará con el éxito. “El ambiente
de negocios se está poniendo difícil. Si podremos absorber este impacto negativo o no será la
verdadera prueba de la capacidad de Toyota.”
La automotriz japonesa ha sido muy hábil a lo largo de casi un siglo para enfrentarse a la ad-
versidad. Su eficiente modelo de producción fue desarrollado durante el Japón de posguerra,
cuando la ausencia de proveedores de componentes la obligó a fabricarlos. Pero la fortaleza
de Toyota no sólo reside en su sistema de fabricación, patentado como Toyota Production Sys-
tem (TPS). En una empresa donde los empleados se motivan y dirigen a sí mismos, la amalga-
ma es la cultura.
El “estilo Toyota” se origina en un cuerpo de 14 principios filosóficos. Jeffrey Liker, autor de
The Toyota Way (McGraw-Hill, 2004), los divide en cuatro grandes grupos: filosofía de largo
plazo, aun a expensas de los objetivos inmediatos; procesos correctos para producir resulta-
dos correctos; empleados y socios de negocios capacitados en la cultura para agregar valor
LA GESTACIÓN DE PRODUCTOS
El gráfico muestra los seis elementos que Los equipos de desarrollo se componen de un “shusa” o Toyota trabaja para
dan vida al proceso de desarrollo de productos ingeniero jefe que dirige el programa, y un “bucho” o gerente institucionalizar el
de Toyota en orden de creciente complejidad, de departamento que dirige a los ingenieros funcionales. conocimiento de sus
de arriba hacia abajo. La responsabilidad por el logro de las metas es de todos. trabajadores.
ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN
PROCESO DE DESARROLLO En Toyota, “monozukuri” (hacer productos) viene
Se basa en una compleja coordinación entre los de “hitozukuri” (“hacer personas”).
diferentes departamentos. Antes del inicio de un EMPRESA EXTENDIDA
La compañía dedica mucho tiempo al desarrollo
nuevo proyecto se investigan múltiples enfoques. APRENDIZAJE ORGANIZACIONAL de sus mejores talentos, que deben reunir
Uno de ellos será el plan alternativo. Los ingenieros habilidades técnicas y de gestión.
desarrollan ambos en simultáneo, y cerca de la DESARROLLO DE LAS PERSONAS
fecha de lanzamiento se evalúa si la nueva CULTURA
tecnología está lista o hay que recurrir al plan B.
Problemas a la luz
La planta más grande de Toyota fuera de Japón está ubicada en Georgetown, Kentucky. Tiene
7.000 empleados y allí se producen los modelos Avalon, Camry Solara y el Camry híbrido. La fábri-
ca opera en un nivel de casi cero desperdicio de materias primas. Una meta que no pudieron lograr
Ford ni GM en fábricas de ese tamaño. Pulcra como un hospital, no se ve una mancha en el piso o
un cesto para la basura. Casi el 90 por ciento de los componentes que Georgetown recibe de sus
proveedores llegan en paquetes retornables y reusables, y se devuelven vacíos en los camiones
que los despacharon. Por año se reciclan 100.000 toneladas de materiales. Todo el resto es de-
sarmable, y se coloca en contenedores apropiados para su reutilización en otros procesos. Pero la
herramienta más efectiva para eliminar los desperdicios es el sistema de filmación que graba a los
operarios mientras realizan sus tareas. Suena intrusivo, pero en Toyota todos coinciden en que es
la mejor manera de desmenuzar cada labor, a fin de encontrar una forma más eficiente de hacerla.
Dos de las demandas esenciales de la empresa para con sus empleados son: “Venir a traba-
jar todos los días y tirar de la cuerda cuando hay un problema”. La cuerda cuelga del “andon”, un
sistema de control visual conectado a la línea de producción que muestra el estado de cada o-
peración, y sirve para alertar sobre fallas en los procesos. Cuando el operario detecta un pro-
blema y tira de la cuerda, la línea completa se detiene en forma automática. El inconveniente debe
ser resuelto con rapidez para recomenzar la producción. Una metodología de resolución prácti-
ca de problemas, preguntarse cinco veces “¿por qué?” ante lo que está sucediendo, es un re-
curso eficiente para abordar las fallas, que deben solucionarse en equipo.
Los operarios de Georgetown tiran de la cuerda unas 5.000 veces al día por cuestiones rela-
cionadas con la seguridad y la calidad de los materiales. “Es difícil mantener un compromiso dia-
rio con esta filosofía”, escribe Liker en The Toyota Way. Según él, menos del uno por ciento de
las empresas que implementaron el sistema obtuvieron resultados destacables.
No es la fórmula secreta de Coca-Cola. Pero es mucho más difícil de imitar. Compañías como
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Por Florencia Lafuente
GM, Wal-Mart, John Deere y Hermann Miller estudiaron e implementaron partes del TPS. Y aun-
que GM, e incluso Ford y Chrysler, alcanzaron progresos considerables al integrar aspectos de
la producción ajustada a sus procesos de fabricación, no pudieron igualar la eficiencia de Toyo-
ta. GM, por ejemplo, no dio a sus empleados el poder suficiente, y delegó en la gerencia media
la responsabilidad de sostener el sistema, en vez de impartirlo desde la dirección. “Cuando se lo
implementa parcialmente —dice David Magee en su libro How Toyota Became Numer One (Pen-
guin, 2007)—, el TPS es sólo un método de bajo costo para fabricar productos. En cambio, en
Toyota es una extensión de principios fundacionales como el respeto, el ahorro y la perseveran-
cia; valores que comparten todos los empleados.”
Toyota suele invitar a competidores y otras empresas a observar sus técnicas de producción.
En 1992 abrió el Toyota Supplier Support Center, en las inmediaciones de su planta de Geor-
getown, para enseñar los principios y conceptos del TPS. Incluso, en 1982 creó un joint ventu-
re con GM para hacerse cargo de una planta que la empresa iba a cerrar en Fremont, California,
y transformarla en una fábrica “ajustada”. La planta fue rebautizada como New United Motor Ma-
nufacturing Inc. (NUMMI), y enseguida dejó atrás a todas las plantas de GM en términos de pro-
ductividad y calidad. Hoy fabrica los Corolla, las pickups Tacoma y el Pontiac.
Los proveedores de Toyota suelen decir que la firma es su mejor cliente, y el más exigente. La
producción de la automotriz se basa en el ritmo de la demanda. Los operarios trabajan con el ma-
terial exacto que necesitarán para cumplir con los pedidos programados día a día. A fin de mante-
ner el sistema aceitado, Toyota ha desarrollado una estrecha relación con su cadena de abasteci-
miento, que le provee el 70 por ciento de los componentes de sus vehículos. “Respetar a los pro-
veedores, capacitándolos y ayudándolos a mejorar” es uno de los principios enunciados en su filo-
sofía. Pero Toyota exige a cambio los más altos estándares, que evalúa con un rígido sistema de ca-
lificaciones que van del 1 (fin de la relación) al 5 (excelencia). Y cuando algo no se ajusta a sus exi-
gencias, los proveedores entran en un período de probatoria.
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Por Florencia Lafuente
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