Libro Fisica

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SECUNDARIA ministerio de educación

ENSEÑAR
CIENCIA:
UN PACTO
DE FICCIÓN
Secundaria para todos
enseñar ciencia: un pacto de ficción

Ministerio www.
de Educación po rt al.educacion .gov.ar
Presidenta de la Nación
Dra. Cristina Fernández de Kirchner

Jefe de Gabinete de Ministros


Dr. Aníbal Fernández

Ministro de Educación de la Nación


Prof. Alberto E. Sileoni

Secretario de Educación
Lic. Jaime Perczyk

Jefe de Gabinete
A.S. Pablo Urquiza

Subsecretario de Equidad y Calidad Educativa


Lic. Gabriel Brener

Directora Nacional de Gestión Educativa


Prof. Delia Méndez
enseñar
CIENCIA:
UN PACTO
DE FICCIÓN
Directora de Educación Secundaria
Virgina Vázquez Gamboa

Coordinadora de Áreas Curriculares


Cecilia Cresta

Autor: Horacio Tignanelli

Coordinación de Materiales Educativos


Coordinador: Gustavo Bombini
Responsable de Publicaciones: Gonzalo Blanco
Coordinación editorial: Silvia Seoane
Edición: Ana Feder
Diseño: Rafael Medel

Ministerio de Educación de la Nación


Enseñar ciencia : un pacto de ficción. - 1a ed. ilustrada. - Ciudad Autónoma de
Buenos Aires : Ministerio de Educación de la Nación, 2015.
Libro digital, PDF - (Secundaria para todos ; 8)

Archivo Digital: descarga y online


ISBN 978-950-00-1144-0

1. Calidad de la Educación.
CDD 371.1

© Ministerio de Educación de la Nación


Pizzurno 935, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Índice
1. Eduación en ciencias y galumphing 5

2. Ley de leyes 17

3. Dibujos animados en el aula 27

4. Nuevos argumentos, vieja gravedad 81

Apéndices 121

Bibliografía 133
Enseñar ciencia: un pacto de ficción

Educación en ciencias
y galumphing
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 6

Decir que la piedra cae a la tierra es dejar de lado la naturaleza activa


del acontecimiento. Decir “la gravedad atrae a la piedra hacia la tierra”
sugiere un mecanismo subyacente que no se basa en la realidad. Decir
que la tierra atrae a la roca hacia sí no permite captar la presencia
mutua del universo y cada una de sus partes. Es mejor decir que el
planeta tierra y la roca son atraídos por el universo a una relación de
unión. Simplemente se produce la unión; simplemente es. La unión
es el hecho perdurable del universo y sucede primitivamente en cada
instante nuevo, una manifestación inevitable de la unidad de las cosas”
(Swimme y Berry, 2006)

E
l inglés Charles Lutwidge Dodgson (1832-1898) fue un diácono angli-
cano, matemático, fotógrafo y escritor. Se hizo célebre con el seudó-
nimo Lewis Carroll y por sus textos sobre las aventuras de una niña
llamada Alicia. Carroll inventó la palabra galumphing para su libro A
través del espejo y lo que Alicia encontró allí de 1873. Esa palabra apa-
rece en una estrofa del poema “Jabberwocky” (un extraño monstruo
que acecha a Alicia) considerado como uno de los mejores poemas
sin sentido escritos en inglés:

One, two! One, two! And through and through


The vorpal blade went snicker-snack!
He left it dead, and with its head
He went galumphing back.

Plagado de sonoros términos inventados, una temeraria traduc-


ción sería:

¡Uno, dos! ¡Uno, dos! Hasta el tuétano


la vorpalina espada lo hizo pedazos
lo dejó muerto, y con su cabeza
galofrante regresó.

Cien años después, Stephen Miller (1973), antropólogo de la Uni-


versidad de Harvard, denominó galumphing a uno de los principales
talentos que caracterizan a las formas de vida superiores: la energía
del juego, la fuerza alborotadora y aparentemente inagotable que se
observa en los cachorros (gatitos, niños, mandriles de corta edad,
7 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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etc.) y también en las comunidades y civilizaciones. En los animales


más evolucionados y en las personas, el galumphing supone un valor
evolutivo sobresaliente. Así, aquella palabra inventada por Carroll se
convirtió en la denominación de uno de los conceptos más interesan-
tes de la actual antropología cultural.
También puede pensarse en el galumphing como la elaboración y
ornamentación aparentemente inútil de una actividad; una construc-
ción que parece siempre licenciosa, excesiva, exagerada, incluso an-
tieconómica. Galumphing es dar saltos en lugar de caminar, tomar el
camino más pintoresco en lugar del más corto, jugar a un juego cuyas
reglas exigen una limitación de nuestro poder, interesarnos en los me-
dios más que en los fines o crear obstáculos voluntariamente en nues-
tro camino para divertirnos superándolos (Nachmanovitch, 2007).
En el arte, el galumphing se considera algo natural, casi “necesa-
rio” para la creatividad del artista. En la literatura, el teatro, la músi-
ca, las artes visuales, en todos y cada uno de los lenguajes artísticos,
el galumphing interviene en el proceso creativo de una u otra manera.
En cambio, en las ciencias, el galumphing no se incluye como
parte de la metodología científica, ni explícita ni implícitamente. Los
episodios vinculados al galumphing se esconden, disfrazan o directa-
mente se niegan. Si lo menciona un científico encumbrado, el galum-
phing se atribuye a su genialidad, a su extravagancia –incluso a su
locura– o a un hecho casual.
¿Qué sucede en la educación? Los modos en que los seres huma-
nos enseñamos y aprendemos no siguen una linealidad progresiva,
tal como lo sostiene el énfasis puesto en ciertos métodos educativos
que dicen qué es lo que se debe hacer y cuáles son los resultados que
hay que alcanzar.
El galumphing como posibilidad de cambiar modelos, modos y
prácticas, de transformar los modos de ver y pensar que una realidad
diferente puede ser posible y que no hay caminos lineales para con-
seguirla sino a través de “saltos cualitativos”. Si no pensamos, no hay
galumphing posible. A ciencia cierta, si no se alcanzan los resultados
previstos es por no pensar.
Resulta interesante observar cómo a través del tiempo las po-
líticas educativas han intentado que el camino a recorrer fuera el
más corto, aportando las soluciones más simples, en detrimento
de la inclusión social, del desarrollo curricular y principalmente del
desarrollo de nuestra capacidad cognitiva de continuar nuestra for-
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 8

mación permanente como ciudadanos críticos. Así, estas concepcio-


nes estáticas de cómo debemos enseñar y cómo debemos aprender
han inscripto en las paredes de las aulas los moldes que nos forman
como sujetos sociales, personas, intelectuales y científicos y sólo te-
nemos posibilidades de un nuevo futuro si rompemos dichos moldes.
Pensamos en estrategias que adopten secuencias novedosas
y enfoquen en la posibilidad de galumphing, estimulando la riqueza
de respuestas y la flexibilidad de adaptaciones. No obstante, somos
conscientes de que la enseñanza de las ciencias es un campo reti-
cente al galumphing por considerar que tal actitud podría derivar en
la banalización del conocimiento científico. Los rasgos más relevan-
tes de ese conocimiento son o deberían ser (Palma, 2004):
a) Objetividad: que sea independiente de los conocimientos, creen-
cias o deseos de los sujetos.
b) Decidibilidad empírica: que dé la posibilidad cierta de determinar
la verdad o falsedad de las afirmaciones concluyentemente.
c) Intersubjetividad: que implica la estructuración de un saber
compartido e independientemente de los sujetos individuales.
d) Racionalidad: que satisface las leyes de la lógica, es revisable y
justificable.

Con estos rasgos como estandartes subrepticios, es habitual


que muchas prácticas incluyan o arrastren ciertos conceptos fuera de
foco –tal como los llamaron Postman y Weingartner (1969)–, entre
los que mencionamos:
• El concepto de verdad absoluta, inmutable, en particular desde
una perspectiva bipolar del tipo buena o mala.
• El concepto de certeza. Parece existir siempre una respuesta cor-
recta y es absolutamente correcta.
• El concepto de entidad aislada. Es decir: “A” es simplemente “A”,
de una vez y para siempre.
• El concepto de estados y cosas fijos, con la concepción implícita
de que cuando se sabe el nombre, se entiende la cosa.
• El concepto de causalidad simple, única, mecánica. La idea de que
cada efecto es el resultado de una única causa, fácilmente iden-
tificable.
• El concepto de que las diferencias existen solamente en formas
paralelas y opuestas (por ejemplo: bueno/malo, correcto/errado,
sí/no, corto/largo, para arriba/para abajo, etc.).
9 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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• El concepto de que el conocimiento es transmitido, que emana de


una autoridad superior y debe ser aceptado sin ser cuestionado.

Una educación centrada en estos conceptos desenfocados tien-


de a conformar personalidades pasivas, dogmáticas, intolerantes,
autoritarias, inflexibles y conservadoras, que resistirán cualquier
cambio para mantener intacta su ilusión de la certeza.
La enseñanza y el proceso educativo se tornan tediosos en un
mundo de certezas y de causalidades simples. Una suerte de profe-
cía “autocumplida” en la que las generaciones conocen de antemano
aquello que va a ocurrir como un devenir previsible e inevitable, lo
que va a ser enseñado, lo que va a ser aprendido, quiénes tendrán el
privilegio y quiénes serán excluidos del banquete del conocimiento,
no hace falta apelar a ningún misterio paranormal para saber esta
parte del devenir de la vida cotidiana de las escuelas. En este con-
texto, si no se alcanzan las metas es por problemas de eficiencia y no
por defectos conceptuales y metodológicos.
Para que los jóvenes puedan construir otras significaciones
durante sus aprendizajes, para que se apropien de conceptos que
eviten el posible desenfoque en su educación,1 es conveniente que
las prácticas de aula se inscriban y apunten a un aprendizaje signi-
ficativo crítico. Ese tipo de aprendizaje permite al sujeto formar par-
te de su cultura y, al mismo tiempo, estar fuera de ella. Se trata de
una perspectiva antropológica en relación con las actividades de su
grupo social que permite al individuo participar de tales actividades,
pero, al mismo tiempo, reconocer cuándo la realidad está tan alejada
que ya no es percibida por el grupo.
En ese sentido, el galumphing en la educación resulta una es-
trategia de alto potencial para llevar adelante ese tipo de prácticas,
porque permite desarrollar algunas tácticas liberadoras de cualquier
restricción arbitraria y favorecen la expansión del campo de acción
de los sujetos (estudiantes y docentes).
Por otra parte, hay quienes opinan que quienes enseñan o divul-
gan las ciencias son meros reproductores de los saberes que produ-

1. Conceptos como relatividad, probabilidad, incertidumbre, sistema, función,


causalidad múltiple, asimetría, grados de diferencia, representaciones y modelos.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 10

cen los científicos. Es cierto que los investigadores generan modelos


explicativos sobre diferentes fenómenos y desarrollan técnicas nove-
dosas. Pero maestros, profesores y divulgadores no necesariamente
deben ser repetidores mecánicos de esos saberes. Su responsabili-
dad y trabajo los deberían conducir a promover un debate acerca de
lo que es la ciencia y sobre cuáles son sus significados para nues-
tra cultura (Wolovelsky, 2004). Ejercer una enseñanza crítica de las
ciencias les permitiría a los docentes generar aprendizajes signifi-
cativos más profundos, duraderos y críticos. Sostener el galumphing,
como en todo juego, permitiría reinterpretar la realidad y producir
algo nuevo, lo que evitaría que la clase permanezca rígida, ya que
cualquiera sea la diversificación que se proponga, los estudiantes,
tendrían por ejemplo, oportunidad de reordenar sus capacidades y
sus identidades mismas, para poder usarlas en formas imprevistas
(Nachmanovitch, 2007).
En este trabajo nos proponemos exponer algunas ideas, toma-
das de diversos autores, para favorecer la creación de nuevas pro-
puestas en las clases de ciencias con los jóvenes de la Secundaria.
En particular nos centramos en la enseñanza de la física y como
tema elegimos el tratamiento de algunas situaciones y fenómenos
vinculados con la gravedad. Pero entendemos que los docentes de
otras disciplinas bien pueden considerar algunas de las ideas que
mostramos aquí y sencillamente aplicarlas a diversos temas.
No tratamos aquí la descripción de una secuencia específica ni
del punteo de premisas didácticas, sino de la presentación de algu-
nas posibilidades con ciertos recursos creativos, propios de nuestra
cultura, a la manera de un galumphing educativo, un juego colectivo
que favorezca aprendizajes críticos y significativos.
Nuestra elección, además pretende descentralizar la clase del
libro de texto. Coincidimos con Moreira (2005) en que, para muchas
personas, los libros de texto aún simbolizan cierta autoridad de
donde emanan conocimientos; algunos docentes y estudiantes se
apoyan excesivamente en ellos, aunque se traten de textos que es-
timulan el aprendizaje mecánico: transmisor de verdades, certezas,
entidades aisladas, tan seguro para algunos docentes y estudiantes.
Pareciera que el conocimiento está allí, esperando que los alumnos
vayan a aprenderlo, sin cuestionamiento alguno.
Los artículos científicos, los cuentos, las poesías, las crónicas,
los relatos, las obras de arte y tantos otros materiales representan
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mucho mejor el conocimiento producido. La tarea de descompactar-


lo para fines educativos implica cierto cuestionamiento, cierta pos-
tura crítica y sincera.
La utilización de materiales diversificados y cuidadosamente
seleccionados –a cambio de centrarse en libros de texto– facilita el
aprendizaje significativo. La propuesta de una diversidad de mate-
riales educativos no pretende excluir el libro didáctico de los cole-
gios, sino considerarlo apenas como uno más entre otros materiales
(Moreira, 2005).
Para nuestro galumphing, el soporte que escogimos es artístico y
el lenguaje, el literario. Si bien ciencia y literatura son dos activida-
des que difieren sustancialmente, no son mutuamente excluyentes
(Huxley, 1979). En efecto, se distinguen por su respectivo interés en
la experiencia pública y privada, y por ello difieren en función, psi-
cología y lenguaje. Para el literato, el lenguaje es el fin mismo de su
quehacer, en tanto que para el científico es apenas un medio, un ins-
trumento.
Dentro del lenguaje elegido, nos propusimos trabajar las histo-
rias gráficas, con particular énfasis en los comics de superhéroes.
De ellas, escogimos aquellos personajes con habilidades relaciona-
das con fenómenos gravitatorios y situaciones donde se pongan de
manifiesto.
Nuestro recorrido inicia con las caricaturas, ya que su paso de
la gráfica al soporte audiovisual (cine, TV, video) dejó instaladas una
serie de premisas interesantes para abordar el tema (algo que suele
identificarse como las leyes de la ficción animada).
Existe cierta diferencia entre la riqueza de lo que podría denomi-
narse la “física del cómic” y la “física de la ficción”. La física de la fic-
ción es probable que plantee cuestiones anticipatorias que la ciencia
vaya resolviendo con el paso del tiempo; suele haber muchos ejem-
plos de esta naturaleza en el desarrollo de la tecnología. En cambio,
la “física del cómic” plantea situaciones irresolubles en la naturaleza
cotidiana del ser humano, pero que tienen la extraordinaria habilidad
de despertar la fantasía y el deseo de ser parte de la historia.
La aventura del pensamiento atraviesa cierto interés atávico del
ser humano por ser parte de experiencias que rompen, aunque sea
temporalmente, las leyes de la naturaleza y que en general son impo-
sibles de realizar en la vida ordinaria. Algunas no sabemos muy bien
cómo, pero llegan a efectuarse.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 12

El mundo del cómic reviste una riqueza en sus quiebres, ruptu-


ras y distorsiones, junto con la atracción fantástica que genera sa-
ber cómo se realiza en “otro mundo” aquello que en este no podemos
hacer. La realidad del cómic propone ejercicios de contrastes per-
manentes con la realidad de nuestra vida que ponen en juego proce-
sos cognitivos e intelectuales que se expanden y desarrollan. Estos
procesos, integrados en estrategias de enseñanza, pueden generar
aprendizajes no sólo sobre contenidos científicos sino también sobre
las metodologías de las ciencias.
Entre lo que se ve, se desconoce y es necesario develar, están los
saberes. Como espectadores, en general quedamos fascinados por
la estética de la expresión artística, por la calidad de los dibujos y las
expresiones, por lo espectacular de los efectos o por el impacto de
lo desconocido. Pocas veces ponemos la mirada en los saberes que
expresan o están ocultos en las imágenes que vemos, en los sabe-
res que implica una producción de ficción o una expresión artística,
aquello para nada ficcional que traduce la naturaleza de la esencia
humana, su capacidad de producción de bienes culturales y su impe-
riosa necesidad de hacerlos conocidos y de transmitirlos. En definiti-
va, de hacerlos parte del proceso educativo.
Quienes escriben cómics saben, poseen un saber intrínseco de
la técnica de animación, pero también saben de lo que escriben:
poseen conocimientos de estética, de matemática, de geografía, de
historia y de física que son reflejados en los relatos, más lejos o más
cerca de la realidad.
Muchas veces, los contextos son sociedades reales con histo-
rias, organizaciones, instituciones y hábitos de vida y de clase. Sin
todos estos saberes sería imposible violar las leyes de la física y
ponerla al servicio del bien o del mal, según la historia que estemos
presenciando. Los conocimientos y las discusiones éticas también
cobran aquí un sentido relevante.
Ahora bien, por imperio de los modos políticos de aprender, sólo ve-
mos aquello que se nos propone para ver, la magnitud del personaje y
sus cualidades, o la historia que nos devela las posibilidades del “otro
mundo”. Sin embargo, en general, los saberes presentes y “aparente-
mente” ocultos son ignorados por el espectador en aras del disfrute es-
tético o de la diversión. Lo interesante, entonces, para quienes enseñan
y aprenden, es el desafío de trabajar no sólo con las historietas, sino
con los modos en que el desarrollo curricular se realiza en las escuelas.
13 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Nos introduciremos en el mundo de los superhéroes y desarrolla-


remos algunas ideas de cómo se plantean sus vínculos con la grave-
dad. Invariablemente aquí debemos reparar en los mundos ficcionales,
inventados para justificar muchas de las “superhabilidades” de estos
personajes de atuendos coloridos. Veremos que la actividad de inventar
nuevos mundos no es una tarea exclusivamente literaria, sino que vie-
ne llevándose a cabo desde casi el mismo nacimiento de la ciencia, tal
como se aprecia en los ejemplos de historia de la astronomía que hemos
escogido. Luego analizaremos algunos efectos, producto de aprovechar
la capacidad de alterar la realidad (por ejemplo: levitar, saltar, volar) y
reseñaremos los nuevos tipos de “superseres”, adaptados a los nuevos
avances en la comprensión de los fenómenos gravitatorios.
Las ciencias y los procesos educativos se construyen con imagi-
nación, fantasía, conocimientos previos, ensayos, pruebas, verifica-
ciones, comprobaciones parciales, verdades que nunca son totales y
que serán aceptadas o sometidas al juicio crítico y vuelta a empezar,
pero ya en otro escalón, que nunca es igual y quizá tampoco sucesivo.
Para llevar adelante estos procesos educativos no es suficiente
tener los conocimientos necesarios. Resulta esencial mirar el proce-
so de formación subjetiva que se va realizando en el tiempo, tomar
conciencia de cómo la potencialidad del quehacer humano, científi-
co, educativo, se ve sometida por un saber técnico, un saber que es
político por su capacidad de impregnación y dominación en el campo
del ser y del hacer, con consecuencias conocidas en las miradas so-
ciales injustas que despliega.
Es necesario cambiar de punto de vista para construir con los
alumnos perspectivas pedagógicas y científicas superadoras. Pero
también es necesario elaborar una perspectiva político-estratégica
en cada institución, que les permita a los docentes revisar su posi-
ción de manera permanente y los anime a ejercitar la metáfora del
galumphing, resignificando críticamente sus saberes y sus prácticas
así como los modos de ver la realidad y la sociedad que habitan, de la
cual son parte al igual que los alumnos.
El conocimiento tiene esta potencialidad de galumphing en la me-
dida en que siempre es una verdad parcial, con peso propio y tempo-
ralmente certero, pero que puede ser modificado en la medida que
la sociedad humana avanza. Si la ciencia requiere de márgenes de
incertidumbre para ser desarrollada, expandida y lanzada a mundos
nuevos, la educación debiera seguir pasos similares.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 14

Por último, la idea de galumphing no es el objeto de este texto,


sino el sujeto. No hablamos aquí sobre cómo desarrollar esta habi-
lidad particular, ni como llevarla a la práctica. La lectura del texto
desde su inicio hasta el final es el desarrollo del galumphing y preten-
demos que el material que aporta para el trabajo de los docentes en
las aulas sea una invitación constante para que esto se plasme en la
realidad de la enseñanza.
Así como el juego conforma la columna vertebral de muchas de
las estrategias educativas en los primeros años de la escolaridad, la
incorporación de metodologías creativas y lúdicas para la enseñan-
za de las ciencias en el Secundario potencia los aprendizajes de los
estudiantes.
Ofrecemos en estas páginas una posibilidad potente para los
profesores que decidan adentrarse en el contenido que aquí se pre-
senta, de cambiar u optimizar sus modos de trabajar el desarrollo
curricular y la enseñanza en las aulas. Es una posibilidad de revisar
y transformar la acción pedagógica a través de la reflexión crítica so-
bre el dominio de las certezas de lo que debe ser realizado en térmi-
nos tradicionales por encima de la posibilidad de cambio, incluyendo
a todos en el maravilloso viaje colectivo del aprendizaje, en especial,
aquellos que ven difícil su alfabetización científica.
Una posibilidad para que la aventura de la lectura enriquezca el
pensamiento e invite al ejercicio reflexivo propio de la construcción
intelectual, promoviendo el desarrollo de la capacidad de imaginar,
accediendo a los modos de conocer y experimentar que tienen los jó-
venes y también los adultos, y de las relaciones que establecen estos
modos con la prerrogativa política de una alfabetización científica
que, como parte de la formación de la ciudadanía, democratice, dis-
tribuya y promueva la iniciativa de nuestros jóvenes de aventurarse
en el camino de la ciencia.
Enseñar ciencia: un pacto de ficción

Ley de leyes
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La gravitación de Newton

E
mpecemos por analizar algunas de las características más relevan-
tes de la noción de gravedad con las que coinciden los contenidos y
las prácticas de enseñanza habituales de los colegios secundarios, y
sobre las cuales reflexionaremos. Dice un texto de física elemental:

Los objetos como las hojas, la lluvia y los satélites caen debido a la
gravedad. La gravedad es lo que conserva el té dentro de la taza y lo que
hace subir las burbujas. Ella ha hecho a la Tierra redonda y genera la
presión que ha encendido todas las estrellas del cielo. (Hewitt, 1995)

Estos son algunos de los portentos que logra la gravedad y,


quizás por ello, su descripción y estudio se hallan en todos los pro-
gramas de enseñanza de Física, tanto de la educación primaria
como de la secundaria. Los efectos y descripción de la denominada
“Ley de la Gravitación Universal” (LGU), en general, suele ser presen-
tada y estudiada como la primera ley natural o la primera ley de la
Física. Esta ley fue postulada tal como la conocemos hoy por Isaac
Newton en 1687, en su célebre tratado Philosophiae Naturalis Prin-
Portada de los
cipia Mathematica (también conocido simplemente como Principia),
Principia de considerado uno de los libros más importantes de la historia
Isaac Newton. de la ciencia. Mediante la LGU, Newton describió la acción de la
gravedad y, entre otras consideraciones, la señaló como causante
de que:
• los cuerpos cercanos a la superficie terrestre se muevan espon-
táneamente hacia ella –caigan– si nada interrumpe o se interpone
en su movimiento.
• todos los cuerpos experimenten una atracción hacia el planeta,
que se denomina peso y puede medirse convenientemente.
• las aguas de mares y océanos experimenten un desplazamiento
periódico identificado como mareas.
• la Luna se mantenga en órbita alrededor de la Tierra, a semejanza
de lo que les sucede a todos los satélites en torno a sus planetas
centrales, y que estos –incluido el nuestro– orbiten el Sol.

La física contemporánea considera que la gravedad es una de las


cuatro fuerzas fundamentales o clases de interacciones como tam-
bién suele indicarse; cada una de esas interacciones tiene un papel
19 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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diferente en la descripción de los fenómenos naturales, que no pro-


fundizaremos en esta oportunidad.2
No obstante, respecto de la fuerza gravitatoria (de la que sí nos
ocuparemos), recordamos que la física la considera comprometida
con la atracción mutua de todas las partículas del universo. Además,
la gravedad mantiene la unión de cada planeta con una estrella, gene-
ra y sostiene el movimiento de los planetas alrededor de esas estrellas
y el de estas en sus trayectorias por el interior de las galaxias, todo
aparentemente en coincidencia con lo postulado por Newton en sus
Principia, cuatro siglos atrás.

Ciencia y arte: las leyes de la ficción

Los atributos para el arte lo son también para la ciencia. El cien-


tífico produce información y la ciencia requiere observadores que juz-
guen, valoren y verifiquen la obra. Se diferencian entonces en que la
ciencia requiere réplica y contrastación, mientras que la obra de arte
simplemente se contempla y se goza. Sin embargo, es indiscutible que
hay elementos de goce en la ciencia así como también hay componen-
tes cognitivos en el arte.
Díaz Gómez (1997) señala que el científico disfruta el placer esté-
tico que le produce un experimento bien diseñado y el artista o el críti-
co bien saben que la reflexión y la contrastación no están excluidas del
arte; de hecho, le son consustanciales. Es así que, ubicado en un univer-
so artístico determinado, un creador inventa una nueva manera de ver
y de expresarse. Se inspira en lo existente y afecta a quienes lo siguen.
Las genealogías de pintores, coreógrafos, poetas o cineastas son tan
similares a las genealogías de los físicos, químicos o biólogos que sería
imposible diferenciarlas: en ambas actividades hay escuelas, doctrinas,
teorías, leyes y técnicas particulares, compromisos ideológicos y éticos.
Desde luego que la genealogía no es, estrictamente hablando, una ve-
rificación, aunque en ambas actividades se da el mismo fenómeno: el
alumno creativo se detiene en la obra de un maestro y luego se impulsa
hacia otro orden, se separa y, muchas veces, contradice lo establecido.

2. Completan este cuarteto la fuerza electromagnética y las dos fuerzas nucleares,


una fuerte y una débil.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 20

Como afirma Díaz Gómez (1997), estas similitudes son sustancia-


les, pero se detectan diferencias en el método. Por ejemplo, el científico
emplea técnicas muy elaboradas para realizar sus observaciones. Ne-
cesita instrumentos cada vez más complejos y precisos. Una vez obte-
nidos los datos, es decir, los tangibles de sus observaciones armadas,
el científico realiza la última etapa del método: la escritura del artículo
científico, que es la obra propiamente dicha, aunque esta resulta menos
atractiva que el procedimiento, al menos para el propio investigador.
Por su parte, el artista sigue un método similar, pero que parece te-
ner un énfasis técnico distinto. En efecto, en tanto que el científico rea-
liza una observación armado de técnicas sumamente precisas y com-
plejas, el artista realiza una observación muy diferente porque se basa
en el refinamiento de factores perceptuales, cognitivos y emocionales
propios: el artista depura su sensibilidad. En este caso, y a diferencia de
la ciencia, no se generan “datos duros”, o sea registros observacionales
o de máquinas a los que es necesario dar una interpretación, sino que se
genera una representación más directa. Además, la técnica en el arte se
emplea, fundamentalmente, en la producción de la obra.
Es así como, aunque el científico y el artista deben ser “artesanos”
y dominar las técnicas, las emplean en momentos diferentes del pro-
ceso. Si bien es indudable que hay elementos intelectuales en el arte y
emocionales en la ciencia, lo cierto es que en la práctica, en la acción y la
obra, esta distinción se pone de manifiesto en el hecho de que la ciencia
pretende un conocimiento impersonal y universal expresable finalmen-
te en el lenguaje más abstracto, el matemático. Deliberadamente con
ello deja de lado los aspectos más subjetivos, particulares y específicos,
que son, precisamente, el área del arte (Díaz Gómez, 1997). En este sen-
tido, la diferencia fundamental entre ciencia y arte es probablemente la
cualidad. No la calidad, que es el factor común para juzgar la excelencia
en ambos casos, sino la cualidad, asunto misterioso y delicado cuyo es-
tudio puede llegar a constituir un puente entre ellos.
Por otro lado, los géneros cinematográficos y literarios son me-
dios de expresión que tienen normas, leyes y lenguajes propios. Aun-
que esos medios expresivos se alimentan de invenciones –mientras la
ciencia sostiene que lo hace de realidades–, la ficción y la ciencia no
son campos incompatibles ni antagónicos. De hecho, la ficción se nutre
de la realidad y, por su parte, la ciencia necesita de la inventiva de la
imaginación para avanzar. En el aula es posible aprovechar el enorme
potencial de sugestión y seducción que tiene la ficción para encauzarlo
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convenientemente hacia prácticas potentes de la enseñanza/aprendi-


zaje de las ciencias. Y si bien la ficción no tiene voluntad pedagógica ni lo
pretende (Moreno y José, 2009), su inclusión en el aula no es sólo un re-
curso didáctico: la visión o lectura perspicaz de películas y videos, nove-
las, historietas e, incluso, videojuegos, más allá de que puedan conside-
rarse un acto lúdico en sí mismos, constituyen un camino posible para
que los estudiantes ejerciten su espíritu crítico, de modo de estar mejor
preparados para afrontar el futuro. Por último, recordamos que existen
diferentes estilos en el tratamiento de la ficción que, obviamente, plan-
tean posibilidades distintas para su utilización en el aula (De Pro, 2009).

Las leyes animadas

Desde las primeras décadas del siglo XX se ha desarrollado un


arte que propone una singular lectura de la realidad a partir del en-
tretenimiento y la diversión: los dibujos animados (cartoon en su de-
nominación estadounidense, animé en japonés y caricaturas en su
versión española clásica).
En general, dentro del universo de los dibujos animados, los fenó-
menos físicos tienen peculiaridades que, en definitiva, tanto dan forma a
una realidad alternativa como producen gran parte de la gracia inheren-
te de las situaciones que presentan y representan (al menos en aquellos
dibujos animados que gozan de cierta predilección del público, por re-
sultar hilarantes y divertidos). Son demasiados los ejemplos que podría-
mos citar; como sea, es posible cubrir un espectro que abarcaría varias
generaciones de espectadores, fundamentalmente de televidentes.
Las interacciones entre los personajes y/o los objetos de la ma-
yoría de los dibujos animados se rigen por una serie de premisas
(incluso hay quienes, vehementemente las denominan leyes) que
fueron construyendo paulatinamente desde el nacimiento de este
género sus dibujantes y guionistas, técnicos y hasta de científicos.3

3. Para conocer otras premisas que rigen los dibujos animados (por ejemplo, vin-
culadas con la biología o la química), puede consultarse, el artículo “O’Donnell’s
Laws of Cartoon Motion” aparecido en la revista Esquire Nº 6 (1980). También pue-
de consultarse el texto de Jhonston y Thomson (1981).
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 22

Uno de los objetivos principales de esas premisas es producir la


ilusión de que los personajes de los dibujos animados están afecta-
dos por ciertas leyes físicas y, de ese modo, lograr caricaturas más
realistas. Esos postulados o leyes de la ficción animada,4 que comen-
zaron a esbozarse en la década de 1930 y resultaron fundamentales
para el desarrollo del arte de las caricaturas, continúan utilizándose
en la actualidad. Incluso, con la aparición de estas leyes en diver-
sas páginas de Internet, reciben el aporte de los lectores, que suman
corolarios, postulados y hasta nuevas normas para caracterizar el
mundo ficcional.Podríamos decir, en términos epistémicos, que esas
leyes de ficción aún se consideran válidas en la realidad de los dibu-
jos animados.
A continuación mencionamos algunas de esas premisas, vincu-
ladas con fenómenos físicos y, en particular, con ciertos efectos gra-
vitatorios.
1. La percepción de la gravedad activa sus efectos.
Esta premisa suele expresarse también de la siguiente manera:
“Cualquier personaje suspendido en el espacio, permanecerá en
ese estado hasta que sea consciente de su situación”.
Sucede que en algunas circunstancias los sucesos gravitatorios
no se manifiestan. En otras palabras, la fuerza de gravedad pue-
de que no actúe en ciertas ocasiones. En particular, en el mundo
de los dibujos animados, la reflexión y/o la percepción de la exis-
tencia de la gravedad es uno de los factores más importantes
para la activación de sus efectos.
Por ejemplo, si un personaje que camina por la cornisa del último
piso de un edificio da un paso al vacío, quedará detenido o an-
dando en el aire mientras dure su perplejidad por la situación. En
cuanto se da cuenta de que efectivamente está suspendido en el
aire –y, por lo tanto, sin nada que detenga la acción de la fuerza
gravitatoria– cae hacia el suelo, generalmente con enorme rapi-
dez, es decir, tal como si hubiera sido lanzado hacia abajo.
2. Todo cuerpo móvil tiende a permanecer en movimiento hasta
que alguna materia sólida se interponga en su desplazamiento,
repentinamente.

4. http://remarque.org/~doug/cartoon-physics.html.
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Existen personajes que pueden correr o desplazarse con enorme


rapidez, esquivando temerariamente objetos que eventualmente
aparecen en sus recorridos, trazando ángulos y giros extremos,
supuestamente imposibles en la realidad (incluso, inadmisibles
tecnológicamente). Aunque nada, salvo su propia determinación,
parece frenar el movimiento de estos veloces personajes, pue-
den sin embargo ser detenidos por la aparición repentina, ante
dichos personajes, de un objeto que, invariablemente, siempre
es un cuerpo sólido.
3. Todas las consecuencias de la gravedad son anuladas por el miedo.
Cuando alguien o algo asusta, un personaje puede provocar que
cesen los efectos gravitatorios en el espacio que ocupe. Un ruido
espeluznante o el sonido desaforado que emite un adversario, al-
canzan para inducir un movimiento ascendente que lleva al per-
sonaje, por ejemplo, al extremo del asta de una bandera cercana;
incluso un pensamiento horroroso es suficiente para impulsar a un
personaje lejos de la superficie terrestre. Así, el miedo se convierte
en un factor de anulación temporaria de la gravedad.
4. A grandes velocidades se pueden ocupar varios lugares al mis-
mo tiempo.
En el mundo de los dibujos animados, cuando un personaje o un
objeto alcanza cierta rapidez en su movimiento, ya sea despla-
zándose enormes distancias o zarandeándose en un área míni-
ma, se percibe que dicho personaje –o algunas de sus partes– se
halla en diferentes posiciones simultáneamente. Como ejemplo
de este principio podemos citar particularmente ciertas “peleas”
entre personajes en las que se puede entrever la cabeza o el
puño de uno de ellos en varios lugares al mismo tiempo, gene-
ralmente fuera de la “nube” del altercado. Otro principio físico
de los dibujos animados señala que cualquier pelea entre dos o
más contrincantes genera siempre una nube, adentro de la que
–aparentemente– se producen los pasajes más violentos.
El efecto es habitual también entre los personajes que giran
sobre sí mismos con enorme rapidez. Esta premisa alcanza su
máxima expresión ante grandes velocidades; en esa situación,
resulta “natural” que ciertos personajes extremen esta ley y di-
rectamente se “autorrepliquen”. Es interesante señalar los sin-
gulares métodos usados por estos personajes para adquirir esas
enormes velocidades, ya que algunos de ellos implican otras
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 24

premisas, no incluidas en esta lista; por ejemplo, el personaje


acelera rebotando en forma continua contra paredes y todo tipo
de objetos sólidos hasta alcanzar la rapidez deseada.
5. Todo lo que cae, lo hace más rápido que un yunque.
Existe un objeto –el yunque– para el que la caída libre tiene pro-
piedades singulares respecto del resto de los cuerpos. Si bien
en el mundo de los dibujos animados es natural que los objetos
más pesados caigan con mayor rapidez que los livianos, ni unos
ni otros caerán más lentos que un yunque. Si un personaje (cual-
quiera sea su tamaño o su peso) cae junto a un yunque desde la
misma altura, invariablemente descenderá más rápido. Un coro-
lario de esta premisa es que, además, su trayectoria cambiará de
tal modo que el yunque, cuando se aproxime al suelo, impactará
sobre el personaje.
6. Los cuerpos y personajes que son lanzados siguen trayectorias
al azar.
Cuando una persona en la Tierra lanza un objeto, una piedra por
ejemplo, en dirección horizontal, esta describirá una trayectoria
curva al caer; si se aumenta la velocidad de lanzamiento, la pie-
dra caerá más lejos –con un “arco” más amplio– y, consecuente-
mente, la curvatura de su trayectoria será menos pronunciada.
Como se sabe, la física permite entender que la componente ver-
tical del movimiento de un proyectil como la piedra lanzada, es
igual que el movimiento de caída libre –afectado sólo por la fuer-
za de gravedad– lo que provoca, en definitiva, que la trayectoria
de tales objetos puedan ser (o se aproximen) a parábolas.
En cambio, cuando objetos y/o personajes de caricaturas son
lanzados, pueden adoptar trayectorias muy diversas: lineales,
zigzagueantes, curvas ascendentes, entre otras, pero no nece-
sariamente una parábola, independientemente del ángulo en
que fueron arrojados. Parece evidente que la acción gravitatoria
no afecta sus trayectorias o, al menos, no de la forma esperada.
La serie de caricaturas del correcaminos y el coyote es una de
las más usadas en las aulas para ejemplificar particularísimos
fenómenos físicos, como los que aquí mencionamos.
7. La mayoría de los agujeros son móviles.
Un agujero es una abertura en una superficie. La representación
más usual de un agujero es con una forma más o menos redon-
deada. En particular, los agujeros en el suelo son imposibles de
25 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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transitar: un personaje que pasase sobre el agujero caería irre-


mediablemente en su interior por efecto de la fuerza de grave-
dad, que invariablemente actúa hacia adentro de ese agujero.
Esta situación no se modifica en los dibujos animados, pero su-
cede que los agujeros hechos en el piso pueden desplazarse a
voluntad de un personaje y, en ocasiones, incluso espontánea-
mente, según la voluntad del mismo agujero. Lo interesante es
que ese deslizamiento del agujero que puede seguir las curvatu-
ras de cualquier superficie (por ejemplo adquirir la forma alabea-
da de una colina) o bien trepar todo tipo de cuerpos verticales. La
situación extrema de esta propiedad de los agujeros es que algu-
nos personajes pueden transportarlos (por ejemplo, acumulados
en un bolso) para disponer de ellos cuando los necesiten.
Esta singular cualidad de los agujeros animados da cuenta de
la extraordinaria posibilidad de las caricaturas para transportar
los efectos gravitatorios a gusto del personaje o la circunstancia.
8. La gravedad parece transmitirse por ciertas ondas, lentas y de
gran amplitud.
Existe un efecto gradual en algunos fenómenos gravitatorios.
Mientras que en algunos casos, la fuerza de gravedad parece
instantánea, incluso actuando con una rapidez mayor que la ha-
bitual, en otros se comporta en forma diferenciada, actuando de
modo discontinuo sobre un cuerpo. Esta situación hace que se
asocie su efecto al de una onda –bien podría llamarse “onda de
caída gravitatoria”– que avanza sobre el cuerpo que afecta.
Un típico ejemplo es el personaje que cae en una rampa de gran
desnivel (por ejemplo, un tobogán empinado). Sus pies empie-
zan a caer primero, mientras el cuerpo resiste; esto provoca que
se estiren sus piernas en la dirección de caída que, invariable-
mente, sigue la inclinación de la rampa. A medida que la onda
de caída afecta al torso, esa parte comienza a caer generando
que sea el cuello del personaje el que se estire ahora por el pla-
no inclinado. Finalmente, en cuanto su cabeza inicia la caída, la
tensión sufrida por la onda se libera y el personaje readquiere
sus proporciones normales en el momento en que abandona la
rampa y golpea el suelo.
Enseñar ciencia: un pacto de ficción

Dibujos animados en el aula


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derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 28

E
n la actualidad, las estrategias para enseñar física han evolucionado bas-
tante respecto de las utilizadas tan sólo algunas décadas atrás. En parti-
cular, es evidente que han influido en el ámbito de la legislación educativa
y, por tanto, en los libros de texto, la herramienta más utilizada en el aula.
En muchas clases, no obstante, suele gozar de cierta vigencia aquel mo-
delo transmisor de conocimientos con el que muchos se han formado.
Aunque resulta evidente que ese modelo no favorece la democratización
de la ciencia, condición necesaria para una alfabetización científica posi-
ble, aún parece sobrevivir cierta reticencia a introducir nuevas propues-
tas. Uno de los resultados, lamentablemente, es que muchos estudian-
tes, en cuanto pueden, evitan estudiar física. Registramos que algunas
de las mayores objeciones para introducir alguna innovación en el aula
se sustentan en cierta falta de tiempo para desarrollar el programa de la
materia y/o en el carácter propedéutico dado a la asignatura.
Aprovechamos aquí para llamar la atención sobre la diversidad,
entendida no como la elaboración de diferentes materiales orientados
a los distintos niveles de estudiantes, sino en el sentido de emplear
metodologías disímiles para abarcar la mayor variedad de formas de
aprender. Pensamos en una diversidad donde tengan cabida estrate-
gias propuestas desde la investigación educativa; la mayoría de ellas,
además de propiciar la adquisición de contenidos, suelen optimizar
la motivación del alumnado por la materia. Algunos ejemplos de esas
propuestas incluyen el uso de caricaturas, viñetas, series de televisión
(Franco, 2009), películas de ciencia ficción (Vilchez y Perales, 2005;
García Borrás, 2008) o historietas (Kakalios, 2006).
El fundamento consiste en que si un docente conoce algunas leyes
de la ficción puede pensar que un análisis de dibujos animados junto
con los estudiantes constituye un instrumento posible para promover
argumentaciones relacionadas con las leyes físicas y que, de los argu-
mentos obtenidos, resulta factible obtener pistas e información sobre
cómo piensan sus estudiantes o acerca de qué camino sería el mejor
para la enseñanza de ciertos conceptos.
Si el docente plantease a la clase una exploración y análisis de ca-
ricaturas y además ampliase los recursos con imágenes de películas,
documentales, historietas, etcétera, dispondría de un valioso material
que le permitiría enfocar algunos temas de su materia de modo más
atractivo, sin perder rigor académico ni pedagógico. A la vez, fomenta-
ría en los estudiantes el hábito de analizar la información que reciben
en su vida cotidiana, cualquiera sea su formato.
29 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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En diversos estudios sobre el potencial uso de dibujos animados


para la enseñanza de la física (Vilchez y Perales, 2009 y 2005; De Pro,
2009), los investigadores ofrecen algunas propuestas de actividades,
ensayadas con estudiantes de escuelas secundarias, que pueden ser
adaptadas a muchas de nuestras aulas.

Caricaturas para la identificación de ideas previas

El objetivo de esta actividad es que los alumnos identifiquen fenó-


menos en los que no se cumplen las leyes de la física. Para ello el do-
cente seleccionará un capítulo de una serie animada en el que resul-
ten evidentes las “leyes de la ficción” para ver junto con los alumnos.
Es importante haber analizado previamente el capítulo con el fin de
identificar las leyes físicas ausentes y poder describir lo que debería
haber ocurrido en el “mundo real”. Para ello se pueden recoger los da-
tos en una tabla como la siguiente

Título de la caricatura:
Tiempo Ficción Realidad Reflexión
Identificación del Descripción del Descripción de Identificación de las
momento en el que fenómeno observa- cómo ocurre en la leyes de ficción
se observa el do en la caricatura. naturaleza. presentes, y las
fenómeno. (Es leyes físicas
recomendable, si se omitidas y
proporciona un presentes.
vídeo o DVD, incluir
un contador de
tiempo visible.)

Ya en el aula, el docente puede realizar la actividad de diversas


maneras, que dependen de sus posibilidades tecnológicas. Algunas
alternativas son las siguientes:
• Si todos los alumnos tienen computadora, el docente puede car-
gar un video en cada una para que lo vean individualmente.
• Si se cuenta con sala de computación, la visualización puede ser
individual o en pequeños grupos, según la cantidad de máquinas
disponibles.
• Si se cuenta con un proyector de video, la visualización será con-
junta para toda la clase.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 30

Los estudiantes observarán la secuencia de dibujos animados con


una tabla similar a la que uso el docente previamente con el propósito
de analizar la caricatura con los mismos criterios. Luego, con la tabla
ya completa, todos volverán a observar el dibujo animado. El objetivo
de esta segunda visualización es que los alumnos señalen los fenóme-
nos identificados. En cada ocasión, el docente detendrá la proyección
para que los alumnos comenten lo que incluyeron en la tabla y deba-
tan si hay diferencias. Debe tenerse en cuenta que la finalidad de esta
actividad es identificar las ideas previas que tienen los chicos, no es
cuestionar las ideas erróneas. Terminada la sesión, el docente recoge
las tablas, que seguramente constituirán un material valioso para co-
nocer cómo explican los fenómenos físicos discutidos.

Caricaturas para el enunciado


y la resolución de problemas
Una estrategia para la enseñanza de la física es a través de la in-
dagación de situaciones problemáticas. Para ello, al finalizar una uni-
dad didáctica (o conjunto de ellas), se puede plantear el análisis de
algunas secuencias de dibujos animados, previamente seleccionadas
por el docente por su vinculación con los contenidos desarrollados en
la clase. Esta es una de las tendencias más defendidas de la didáctica
de las ciencias (Gil Pérez, 1994). Un posible esquema de trabajo sería:
• Todos los estudiantes observan la secuencia de dibujos animados
escogida, sin interrupciones, y anotan en sus cuadernos los fenó-
menos que despierten su interés (por ejemplo, porque cumplen
con las leyes de la ficción o con las de la física).
• En una segunda visualización, se puede dividir la clase en varios gru-
pos de discusión, cada uno con un portavoz encargado de comunicar
luego las conclusiones a las que llegaron. De esta manera, los alum-
nos pueden detener la proyección cuando alguno desee comentar al-
gún fenómeno en particular, a la vez que participan en la adquisición
de habilidades relacionadas con la competencia social y ciudadana.
• Por último, se promueve la discusión entre todos los alumnos
acerca de algunos fenómenos identificados, hasta llegar a cierto
consenso sobre cómo ocurren en la realidad. Se busca que los es-
tudiantes pongan de manifiesto las leyes físicas utilizadas en las
argumentaciones anteriores.
31 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Muchos estudiantes están habituados a que todo esto se les pro-


porcione, a pensar sólo en la resolución del problema, nunca en su ela-
boración. Por ello aquí sugerimos que el docente proponga una consig-
na para que los alumnos construyan el enunciado y den la resolución
de un problema surgido de las caricaturas escogidas.
El resultado le debería permitir al docente cerciorarse sobre los
acuerdos alcanzados en la fase anterior, eligiendo las variables re-
levantes y asignándoles valores. Es posible, además, que para asig-
nar valores a algunas variables los estudiantes deban ejercitar cierto
cálculo de estimaciones, una estrategia muy poco frecuente pero de
alto valor educativo que aquí puede ponerse en práctica. En ocasio-
nes, las variables son magnitudes que pueden medirse en clase con
el apoyo de la proyección (por ejemplo, tiempos y longitudes), algo
que el docente puede aprovechar para trabajar algunos aspectos de
la metodología científica: el cálculo de errores y transformaciones de
escala (por ejemplo, midiendo en pantalla un objeto del que se conoce
la longitud en la realidad). Así, el docente favorece un debate sobre
los resultados obtenidos, para verificar las posturas respecto del fe-
nómeno analizado.

Algunas indicaciones generales para tener en cuenta


• Utilizar capítulos y/o fragmentos de caricaturas breves, de pocos minutos
de duración.
• Seleccionar caricaturas de diferentes épocas, no sólo antiguas o modernas.
• Permitir la repetición de las caricaturas cuando sea imprescindible.
• Centrarse en una sola clase de fenómenos físicos: magnéticos, mecánicos,
ópticos, entre otros. En este texto, por ejemplo, estamos focalizando sobre
fenómenos gravitatorios. La elección de la caricatura y el punto de vista que
oriente el análisis hace posible el uso de este tipo de experiencias en cual-
quier asignatura, fomentando en todos los casos el espíritu crítico de los
adolescentes, sin descuidar en ningún momento los contenidos propios de
la disciplina (Vilchez y Perales, 2009).
• Acompañar el disfrute de los estudiantes ante la secuencia escogida.
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derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 32

Caricaturas para la evaluación

El análisis de dibujos animados también puede utilizarse para la


evaluación de los estudiantes en dos niveles (Vilchez y Perales, 2009):
1. Evaluación de contenidos: se selecciona una secuencia de carica-
turas adecuada a los temas tratados y se procede como en el apar-
tado anterior, pero esta vez a título individual y por escrito. En esta
ocasión se les debería dar a los estudiantes la oportunidad de ver la
secuencia tantas veces como lo requieran y/o necesiten. El material
que se genera en esta parte de la clase le proporcionará al docente
una idea clara, no sólo de cómo manejan los conocimientos impli-
cados en los fenómenos identificados, sino también del grado de
adquisición de destrezas para utilizar en situaciones concretas.
2. Evolución del alumnado: Para evaluar la evolución de cada estu-
diante, al finalizar el curso se le puede proporcionar la misma ca-
ricatura y la misma tabla que se utilizó para la identificación de
ideas previas. Una comparación de los análisis inicial y final pon-
drá de manifiesto la evolución en el modo de actuar del estudiante
a la hora de enfrentar situaciones problemáticas.

De las investigaciones publicadas en revistas de didáctica y a par-


tir de los testimonios recogidos entre los propios alumnos, sus docen-
tes y, en algunos casos, sus padres, podemos señalar que este tipo
de experiencias áulicas favorece en los estudiantes la apropiación del
hábito de analizar los mensajes que reciben en su vida cotidiana, prin-
cipalmente televisivos y de carácter científico.
En otras palabras, con estrategias como las señaladas se estimula
el desarrollo del pensamiento crítico de los estudiantes, ya que adquie-
ren la práctica de cuestionar la veracidad de la información que reciben
de los medios –alfabetización mediática– desde una perspectiva cientí-
fica, cuando la situación lo requiere –alfabetización científica–, sin que
ello implique la pérdida del placer por el momento lúdico compartido.
Para profundizar en el tema y acceder a varios videos con dibujos
animados para trabajar en el aula, puede visitarse la página del portal
Educ.ar del Ministerio de Educación de la Nación,5 donde Carina Magu-
regui desarrolla propuestas semejantes a la expuesta aquí.

5. http://coleccion.educ.ar/colección/CD21/cm/fisicadibujoanimado.html.
33 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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La levedad didáctica (o la enseñanza del error)


En algunas clases de Física es común hallar propuestas que invi-
tan a los alumnos a trabajar desde el error. En nuestro caso, detectar
el yerro cometido por un personaje de los dibujos animados, o el error
que aparentemente se advierte en el fenómeno natural mostrado en
la secuencia animada. Esto también sucede con filmes y/o videos de
ciencia ficción.
Subyace aquí la intención de que detectar secuencias que no se
adapten al mundo real (por ello consideradas erradas) por una parte
advertiría y desnudaría una aparente ignorancia de los guionistas y/o
directores;sin embargo, resultaría un paso necesario para incorporar
cierto conocimiento del mundo natural (en particular, si se trata de la
enseñanza de Física, hablando de sus leyes). Resulta una estrategia
ligera y de dudoso impacto educativo.

Sobre el error
Creemos que es preciso evitar la confusión entre dos conceptos: aprendi-
zaje por el error y aprendizaje por ensayo y error, cuyo significado es gene-
ralmente peyorativo. En la medida en que el conocimiento previo es el factor
determinante del aprendizaje significativo, automáticamente deja de ser el
proceso errático que caracteriza el aprendizaje por ensayo y error. Errar es
propio de la naturaleza humana y el ser humano aprende corrigiendo sus pro-
pios errores. Ahora bien, es un error pensar que la certeza existe, que la ver-
dad es absoluta, que el conocimiento es permanente.
El conocimiento humano es limitado y está construido a través de la su-
peración del error.Con esta perspectiva, el llamado “método científico”, por
ejemplo, bien puede considerarse como la corrección sistemática del error
(basta con prestar atención, a la historia de la ciencia). Sabemos cosas, pero
mucho de lo que sabemos está errado y lo que lo sustituirá podrá también
estar errado. Aun aquello que es cierto y parece no necesitar corrección es
limitado en su aplicabilidad. Por tal razón creemos importante también evitar
dar a los jóvenes la idea de que el conocimiento que es correcto o definitivo
es el conocimiento que tenemos hoy del mundo real, cuando, en realidad, es
provisional, es decir, errado (Moreira, 2005).
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 34

Intentamos señalar que una caricatura con secuencias, por ejem-


plo, en las que se trate la gravedad de acuerdo con las leyes ficcio-
nales enunciadas, resultaría útil en la enseñanza en la medida que,
detectadas las diferencias entre los sucesos del mundo animado y del
mundo real, se analicen ambos en su contexto, con sus objetivos, sin
graduación de errores o aciertos, sino en términos de visiones particu-
lares con objetivos diferentes.
La caricatura pretende entretener, divertir, y tal vez sus guionis-
tas hayan buscado hacer ex profeso (por ejemplo, desde el absurdo) la
simulación lúdica de una gravedad como la que describen las leyes de
ficción presentadas antes.
La ciencia (en este caso, física) permite construir una serie de ex-
plicaciones y modelos de los fenómenos que, si bien pueden resultar
más convincentes, no constituyen un conocimiento acabado, una ver-
dad absoluta, un saber exento de errores.
Si para el aprendizaje de cierto contenido científico se trabajase
desde el descrédito de la secuencia de dibujos animados, se contribui-
ría a construir un falso divorcio entre la ficción y la ciencia, puesto que
ambas comparten especulación y sentido de la maravilla. Como he-
mos mencionado, ficción y ciencia no son –o no deberían ser– mundos
incompatibles; no vale recurrir a la sentencia trivial de que cualquier
secuencia (por ejemplo, en una película o un cuento) con un contenido
científico veraz se torna aburrida.
Desterrar el error como recurso didáctico y apuntar a examinar las
posibilidades avanzadas de la imaginación de los guionistas y escrito-
res de ficción, a través de caricaturas o cualquier otro género expre-
sivo, contrastándolas con aquellas que se han convertido en realidad
o lo serán pronto, es mucho más que un mero ejercicio intelectual, o
una actividad exclusiva para incorporar conceptos científicos (Morei-
ra, 2005).

Las superleyes

Otro género de ficción de alto impacto son las narraciones gráficas


o historietas tal como son conocidas en nuestro medio. La denomina-
ción en inglés comic o comic book es muy utilizada también en Argen-
tina. Se trata de una expresión artística instalada en nuestra cultura
y que, a diferencia de la narrativa o la poesía, suele definirse como un
35 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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género de mensaje compuesto, conformado por dibujos y palabras.


Algunos historiadores sitúan el comienzo del género de historietas en
1829 con la aparición del texto Voyages et aventures du Docteur Festus,
del escritor suizo R. Töpffer. En las historietas los textos verbales ad-
quieren la función de completar el significado de la imagen: esta no se
entiende íntegramente sin las palabras.
Tradicionalmente las historietas se han presentado con soporte
gráfico, aunque con el advenimiento de las nuevas tecnologías hoy se
presentan también en formato digital, por ejemplo e-comics, el web-
comics y similares.
Entre sus rasgos distintivos y más reconocibles, la historieta utili-
za globos en los que aparece el texto narrativo que mayoritariamente
corresponde al diálogo o a las expresiones de cada uno de los perso-
najes; estos, en el diseño clásico y más difundido, se hallan conteni-
dos en un espacio determinado del dibujo, llamado viñeta.
Es interesante cómo un grupo de estudiantes santafesinos des-
cribe la lectura de una historieta:

Leer con acierto una historieta bien construida implica un esfuerzo


inteligente, porque hay que comprender todos los signos convencionales
que componen cada viñeta, relacionarlos entre sí, y luego establecer la
conexión entre estas para integrar la secuencia narrativa que contiene la
historieta.
Se trata de estudiantes y profesores de la Escuela Normal Superior N°
41 “José de San Martín” de San Jorge, provincia de Santa Fe (historietas_
[email protected]). Ellos definen el objetivo de su trabajo de la
siguiente manera: “La realización de esta página fue para poder expresar
nuestra pasión sobre nuestras historietas, compartirla o ‘contagiarla’
con los usuarios, y lograr una valorización de éstas, como un verdadero
e importante producto cultural, que ayudan a definirnos como sociedad.”

En las historietas, la narración es rápida, los acontecimientos se


suceden con celeridad. Las descripciones se hacen a través de la ima-
gen y se complementan con los textos laterales, que son otros de sus
rasgos característicos.
En términos narrativos, merece destacarse que en los parlamen-
tos de los personajes de las historietas se reproduce el lenguaje co-
loquial: titubeos, alargamientos de palabras, frases interrumpidas,
frases cortas, exclamaciones, interrogaciones, expresiones popula-
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 36

res, reproducción de sonidos, ruidos, golpes y, además, sustitución de


palabras por signos.
Por otra parte, en los textos –además del humor que define di-
rectamente a varios subgéneros de historietas– es posible identificar
imágenes, comparaciones, situaciones contradictorias, metáforas,
ironías, hipérboles, entre otras construcciones del lenguaje.
Para quien desee conocer otras reflexiones sobre las historietas,
recomendamos visitar la página del portal Educ.ar del Ministerio de
Educación de la Nación6 en la que Cecilia Maugeri propone, a modo de
propuesta para el aula del área de Lengua, un debate entorno al tema
“La historieta, material de lectura integradora”.
Creemos de interés tener en cuenta algunas consideraciones en
torno a la introducción de historietas en el aula como estrategia de
enseñanza (De Pro, 2009):
• Las tiras y viñetas de las historietas no están pensadas para
transmitir ciencia (ni conceptos ni procedimientos ni actitudes).
Resulta interesante utilizarlas para que, abran nuevas posibili-
dades a la hora de leerlas; si se pretende que el alumnado “deje
de leer historietas”, por la razón que sea, es mejor no usarlas.
• Como recurso didáctico, aportan una información textual (normal-
mente afirmaciones o diálogos de los personajes) y un componente
icónico (dibujos, ilustraciones o representaciones). Desde la per-
spectiva del procesamiento de la información, ambos “mensajes” se
superponen en el lector (aunque aún no se ha estudiado lo suficiente
para conocer cuál predomina, cómo relaciona el lector esa infor-
mación con lo que sabe, cuál es la credibilidad del suceso, etcétera).
• Se insertarán en una actividad de enseñanza que llevará implíci-
tos contenidos procedimentales relacionados con las destrezas
comunicativas. En tal sentido, se puede diferenciar: la identifi-
cación de ideas, el significado de términos, la interpretación de ex-
presiones o afirmaciones, la inferencia a partir de la información
facilitada, la creación de otras viñetas de elaboración propia, en
relación con el texto y con las ilustraciones. En otras palabras, las
historietas como recurso pueden usarse para aprender diferentes
tipos de contenidos.

6. http://portal.educ.ar/debates/eid/lengua/debate/propuesta-para-el-aula-la-
hist.php.
37 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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• Pueden emplearse con diferentes finalidades didácticas: para mo-


tivar o iniciar el estudio de un tema, para que el alumnado explic-
ite sus ideas, para que las aplique en la resolución de problemas
o en la discusión de situaciones. Es posible que la utilización de
historietas resulte más limitada para construir aprendizajes –en
términos constructivistas– porque no están pensadas para ello;
pero pueden servir para que el estudiante haga un uso inmediato
de una información que se le haya facilitado.

En definitiva, si se usan historietas (como cualquier otro recurso


de enseñanza) el docente debería tener clara la intención educativa
de las mismas, el papel que van a jugar en la secuencia de enseñan-
za, los contenidos que se pondrán en juego y la forma de trabajarlos,
entre otros rasgos didácticos. No se trata de incorporar una picardía
en el aula; es preciso reflexionar sobre cómo se puede hacer y, una
vez compartida la actividad con los estudiantes, valorar su auténtica
utilidad formativa.
Por último, existen diversas historietas para la enseñanza de las
ciencias y, en particular, para la enseñanza de la Física (García, 2002
y De Pro, 2009) con fines educativos en general (Gallego Torres, 2011
y Carrascosa, 2006). Además, están las enfocadas en historias de su-
perhéroes (Gresh y Weinberg, 2002 y Kakalios, 2006) de las que nos
ocuparemos en este texto.
El género superheroico vive hoy tiempos de auge con la aparición
de nuevos personajes (Hancok), que pasan rápidamente del cómic al
cine y viceversa.Sin embargo, en las aventuras extraordinarias de los
ya consolidados, los fenómenos gravitatorios, claves a la hora de re-
crear entornos extraterrestres creíbles o los ya habituales viajes espa-
ciales, siguen siendo un corpus conceptual muy maltratado (Moreno y
José, 2009). En la época de los efectos especiales, cuando casi cual-
quier cosa que un guionista imagine puede plasmarse en imágenes,
ese maltrato de la gravedad es inadmisible.
Con cierta predisposición estudiantil garantizada, esa tarea sólo
requiere por parte del docente ganas y motivación para conducir a sus
alumnos por las sendas de la especulación y del sentido de la maravi-
lla, a través del conocimiento científico.
Por su gran poder de atracción y por la clase de conocimiento que
poseen los estudiantes sobre ambos temas –superhéroes y grave-
dad– estos dos elementos son propicios para un abordaje conjunto,
Siegel y Shuster, creadores de Superman.
39 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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de modo de ejemplificar un tipo particular de propuesta de aula ba-


sada en la ficción. Casi no hay cartelera cinematográfica o quiosco de
diarios donde no asome algún superhéroe o algún viaje espacial. No
pocos estudiantes (¡y docentes!) son seguidores (incluso, fanáticos)
de algún superhéroe. Por otra parte, la noción de peso, las reflexio-
nes sobre la flotación y/o el vuelo, entre otras ideas sobre el mundo
inanimado, son algunas de las primeras anclas del pensamiento de un
individuo, en su navegación por el mundo de los fenómenos físicos.

Superleyes, superpoderes y superhéroes


En la misma década en que comenzaban a esbozarse las leyes de
las caricaturas, dos jóvenes de la ciudad de Cleveland (Ohio, Estados
Unidos) inauguraban un nuevo género de ficción, con la aparición en
el mundillo de los comic books, en 1938, de uno los personajes más
espectaculares del género: Superman. Los “muchachos” que crearon
este personaje fueron el estadounidense Siegel (guionista) y el ca-
nadiense Shuster (dibujante), quienes lo pergeñaron cuando ambos
tenían 19 años, en 1933. Cinco años más tarde, y luego de algunos
ajustes trascendentes en sus rasgos –pasaría de ser un villano a con-
vertirse en un personaje defensor de la justicia–, Superman alcanza-
ría la fama.7
Tanto la imagen de Superman como la de su alter ego fueron gene-
radas a partir de personajes reales de la farándula de la época. Super-
man tuvo la fisonomía y el rostro del actor Douglas Fairbanks, guionis-
ta y director del cine mudo (socio de Charles Chaplin), mientras que el
papel de Clark Kent lo desempeñó H. Lloyd, célebre actor de comedias
cinematográficas. Los primeros atributos sobrehumanos o superhu-
manos del personaje provinieron de sencillos razonamientos científi-
cos de sus creadores. En rigor, la superhumanidad de Superman es un
eufemismo, ya que se trata de un ser no humano que incluso nació en
otro mundo –Krypton– tal como comentaremos más adelante.
A partir de su aparición y de la abrumadora fama que adquirieron
las aventuras de Superman, en la industria editorial de las historietas

7. A quien le interese conocer su derrotero puede visitar http://www.superman-


homepage.com.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 40

estadounidenses florecieron inmediatamente nuevos superseres, con


diversas y peculiares capacidades y habilidades, todas superadoras
de las humanas. Debido a sus proezas, estos superpersonajes comen-
zarían a identificarse también como superhéroes, una palabra regis-
trada en Estados Unidos y que legalmente sólo puede aplicarse a los
seres de poderes extraordinarios generados en ciertas editoriales de
ese país.
El surgimiento sistemático de superhéroes continúa hasta el pre-
sente, lo que produjo que la lista iniciada con Superman cuente hoy
con varios centenares de miembros, no sólo en Estados Unidos, sino
en gran parte del mundo; algunos superhéroes siguen en actividad,
otros, en cambio, fueron olvidados y están fuera de las historietas.
Desde la aparición del género hasta la actualidad, una ajustada
reseña sobre la tipología y diversidad de superpoderes de esos perso-
najes muestra superhabilidades basadas en interacciones energéti-
cas, propiedades extraordinarias de su cuerpo, habilidades mentales,
percepción extra-sensorial, dominación mental del otro, control de la
realidad, manipulación del clima, manipulación de energía, habilidad
para transportación y/o desplazamiento y basadas también en la po-
sibilidad de cambiar de forma a voluntad.
Los principales recursos superheroicos pueden resumirse así:
• Naturaleza no humana: El personaje pertenece a una clase de
seres total o parcialmente no humanos, quienes invariable-
mente tienen una o varias capacidades extraordinarias, esto es:
superan las de cualquier ser humano. Esto incluye, pero no se
limita, a personajes extraterrestres, demonios, dioses, híbridos,
entre otros.
• Efecto talismán: Sus habilidades extraordinarias se basan en el
uso de ciertos objetos y/o artefactos que otorgan poderes; esos
objetos pueden tener diferentes formas: armaduras, joyas, armas
y naves, entre muchas otras.
• Consecuencia evolutiva: Son seres que sufrieron extrañas muta-
ciones que les confirieron superpoderes; estos son resultado di-
recto de algún tipo de evolución (ya sea inducida o natural) y por lo
general se manifiestan durante la pubertad del personaje.

Algunos de los métodos usados por los superhéroes:


• Capacidad extraordinaria para aprovechar su vitalidad: En gener-
al, cuando se trata de seres humanos, se entrenan hasta obtener
41 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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capacidades asombrosas; aprovechan al máximo su “energía


vital”, un máximo prácticamente sobrehumano. Así, adquieren
fuerza descomunal, velocidad abrumadora y reflejos ultrarrápi-
dos. También hay quienes se sirven de su energía vital excepcional
para desarrollar sólo una mente súper-humana, generar explosio-
nes de energía (tanto física como psíquica) o ser invulnerables.
• Manipulación de facultades mágicas y/o sobrenaturales: Son indi-
viduos (algunos humanos, otros directamente espíritus) con habi-
lidad de utilizar fuerzas mágicas en distintos grados; a menudo se
usan para simular otros poderes (por ejemplo, el control mental y
ataques psíquicos). No todos los poderes mágicos del mundo de
los superhéroes son sobrenaturales, sino que se basan en disci-
plinas alternativas o futuristas. Entre ellos aparecen los super-
héroes “telequinéticos”, seres que pueden manipular y controlar
objetos con la mente (telequinesia) de modo imperceptible para
un ser humano. Dos ejemplos de estas habilidades:
1. El súperhéroe Moon Knight posee fuerza, resistencia y reflejos
que se incrementan de acuerdo con las fases de la Luna;
2. Los poderes del superhéroe Tío Sam crecen en proporción a la
creencia del pueblo en los ideales de Estados Unidos.
• Capacidad para controlar la tecnología: Se manifiesta como una
forma especial de energía (muchas veces identificada como en-
ergía eléctrica) que les permite cierto tipo de interacción física —
íntima— con todo tipo de máquinas y artefactos; incluso algunos
han desarrollado tal habilidad psíquica que generan una inter-
fase mental con las computadoras y así las accionan, modifican
y dominan.
• Control de fuentes energéticas: Seres que utilizan cualquier tipo
de energía (eléctrica, magnética, nuclear, entre otras) que puede
provenir de toda clase de fuentes; se caracterizan también por al-
macenar enormes cantidades de energía y convertirla, a voluntad,
de un tipo en otro.

Muchos de los poderes de los superhéroes de las historietas evo-


lucionaron en forma similar a los modelos explicativos de la realidad,
científicos o no, correspondientes a la época en que surgieron los per-
sonajes.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 42

Sobre los modelos


En su sentido más general, la palabra modelo indica un prototipo que con-
tiene los rasgos distintivos de un objeto o fenómeno que deseamos entender.
Cuando decimos “el aluminio” no hablamos de este o aquel pedazo de metal,
hablamos del prototipo, de aquello que es propiedad general del aluminio,
independientemente de sus particularidades. Hablamos, prácticamente, del
arquetipo, del aluminio de todos los aluminios. Esta función de prototipo es
común a todos los usos de la palabra modelo. Así, mientras que en el arte el
modelo es el objeto para ser copiado, en la ciencia, a la inversa, el modelo es
la copia del objeto. Es decir, en la ciencia el modelo es una simulación, una
metáfora que nos ayuda a entender esa parte del mundo que motiva nuestra
curiosidad (Díaz Gómez, 1997).
El modelo es, con toda precisión, un juguete que el investigador usa de
manera análoga al niño que manipula un cochecito. Es por medio de la mani-
pulación que el niño y el científico adquieren información y comprensión del
objeto real y sus propiedades. Sucede entonces que el juego y el modelo son
un campo dinámico de representación, un teatro del mundo. Y, como el niño
en sus momentos más creativos, el investigador debe producir su juguete y
este, si es una representación adecuada, tendrá un valor general medido en
conocimiento.

En el presente la literatura cuenta con tal variedad de habilidades


superhumanas que es posible hallar un superhéroe adecuado para
cada campo de saberes que se quiera analizar; hay diversos perso-
najes para el mismo concepto y diferentes conceptos que confluyen
en el mismo personaje. Puede hallarse un compendio de superhéroes,
cada uno de ellos descrito con sus poderes y su relación con la reali-
dad física, en el libro de Bombara y Valenzuela (2013). En ese sentido,
creemos relevante citar un párrafo de Kakalios, para el uso del recurso
en el aula (Kakalios, 2006):

Naturalmente, casi sin omisión, el uso de superpoderes en sí mismo implica


violaciones directas de las leyes conocidas de la Física, requiriendo que se
ponga en suspenso la actitud crítica de forma deliberada y voluntaria. No
obstante, muchas historietas de superhéroes necesitan solamente una
43 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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única excepción milagrosa –algo que se tiene que aceptar como cierto
para hacer plausible al personaje– para que el resto de lo que sigue, como
la lucha entre el héroe y el villano, sea consistente con los principios de la
ciencia. Aunque el interés de estas historias ha estado principalmente en
el entretenimiento, si al mismo tiempo el lector es educado también –ya
sea accidental o deliberadamente–, eso es un beneficio extra.

El concepto de “excepción milagrosa” que Kakalios aplica al mun-


do de los superhéroes, de alguna manera resulta equivalente a las
leyes de ficción de las caricaturas. Mientras que en los dibujos ani-
mados esas premisas gobiernan todo el mundo animado (fenóme-
nos, objetos, seres vivos, entre otros), el mundo de los superhéroes se
desarrolla en una realidad semejante a la del lector, es decir, en un
mundo regido por las leyes físicas, aunque con una anomalía (única y
extraordinaria) puesta de manifiesto en cuanto da sentido y le ocurre
al superhéroe protagonista. No obstante, eventualmente, puede su-
ceder que algunas narraciones sucedan en otras épocas (del pasado
o del futuro).
Si en ese mundo hay más de un superhéroe, la anomalía se extien-
de a todos ellos, en cada uno de modo diferente, en desmedro del res-
to del universo, que sufre el rigor de la física normal. Por último, para
sostener un conflicto digno del género, también algunos antagonistas
–reconocidos como supervillanos– gozan de algún tipo de excepción
milagrosa diferente.

Para leer a Superman

En 1972 se editó un texto inquietante titulado Para leer al pato Do-


nald, del chileno Ariel Dorfman y el belga Armand Mattelart, en el que,
entre otras lecturas posibles, los autores demostraron que nada es-
capa a las ideologías, echando mano a los personajes de Disney para
construir un auténtico manual de descolonización. Análogamente,
una lectura sociopolítica de diversas historias de superhéroes puede
arrojar también resultados sorprendentes ante el análisis de algunas
situaciones, si las comparamos con las propias de nuestra sociedad y
nuestra forma de vida en el presente.
No será este el lugar donde profundicemos el tema. Sugerimos
al docente favorecer un espacio de la clase para conversar con los
Portada en la que Superman
aparece por primera vez.
Action Comics, Nº 1, DC
Comics, junio de 1938.

Placa inicial de los primeros


dibujos animados de
Superman (1941).
45 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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estudiantes sobre las posibilidades que brindan ese tipo de lectu-


ras, con un enfoque sociocultural más amplio, tanto para el mundo
superheroico como para el mundo científico. Al respecto, citamos un
párrafo de Dorfman y Mattelart (1972) que nos resulta significativo:

Toda labor verdaderamente crítica significa tanto un análisis de la


realidad como una autocrítica del modo en que se piensa comunicar sus
resultados. El problema no es mayor o menor complejidad, más o menos
enrevesado, sino una actitud que incluye a la misma ciencia como uno de
los términos analizados.

Asimismo, a fines del siglo XX y comienzos del XXI han surgido di-
versos textos que imponen una mirada crítica a productos de comu-
nicación masiva (caricaturas, historietas, películas, entre otros) en
términos del contenido científico que revelan y/o divulgan.
En esa dirección, el género de relatos con/de superhéroes también
aporta elementos para un análisis crítico de los contenidos sociocul-
turales que encierran y promueven esos relatos. Por ejemplo, cuando
Superman comenzó a protagonizar una serie de programas de radio,
sus aventuras consistían en combates contra científicos locos, armas
atómicas y amenazas sobrenaturales, a diferencia de los maleantes
comunes con que se enfrentaba en las primeras historias gráficas.
Luego, en 1946, hubo un nuevo cambio y aparecieron historias con
mensajes sociales: ahora Superman luchaba contra la intolerancia
racial y religiosa, llegando incluso a crear preocupación en el Ku Klux
Klan. Después vinieron relatos que se ocuparon de la delincuencia ju-
venil y del ausentismo en las escuelas, hasta generar historias neta-
mente moralistas que buscaron instalar que Superman había iniciado
una batalla por la verdad, la justicia y el modo de vida americano. En
esta línea también vale profundizar en otros textos que asumen esa
mirada crítica, para recrear estrategias de enseñanza que permitan
construir prácticas singulares para las clases de ciencias.
Los jóvenes captan que en las caricaturas con superhéroes no se
cumplen las leyes de la ficción que mostramos antes, excepto para el
superser de turno. El resto de los personajes refleja la realidad, al me-
nos en parte; una segunda excepción puede ser, eventualmente, un
antagonista, también superdotado.
Así, no resulta incómodo el incumplimiento de esas leyes. Forma
parte del pacto que esos géneros establecen con los espectadores,
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 46

poniendo entre paréntesis las leyes físicas para ciertos personajes o


en ciertas circunstancias, aunque la física esté presente en todos y
todo lo demás. En particular, el cine es el arte que más ha acercado
los superhéroes a nuestra sociedad. Las películas recrean, mediante
efectos especiales, las posibilidades que brindan los diferentes su-
perpoderes representados.
En Argentina quizás nuestros jóvenes, no se entusiasmen con las
historietas ni con los superhéroes, pese a que conocen a esos perso-
najes prodigiosos por el cine y la televisión.8
Podríamos, tal vez, haber planteado un trabajo directamente con
fragmentos de películas, pero preferimos hacerlo con las fuentes de
casi todas ellas: las historias gráficas de superhéroes. Lo hicimos por-
que las secuencias donde se manifiesta un superpoder, observadas
en las pantallas del cine, deslumbran y seducen por su espectaculari-
dad pero las mismas secuencias como un cuadro inmóvil –así se apre-
cian en las páginas de los comics– habilitan un tiempo de contempla-
ción y reflexión que, ante la pantalla, no es tan sencillo de obtener ni
de generar. El lector docente podrá optar, entonces, por desarrollar
una estrategia de aula basada en los superpoderes de algún perso-
naje, ya sea con segmentos de películas de superhéroes, con historie-
tas de base solamente, o con una combinación de ambos géneros. El
sentido del análisis que proponemos es semejante en cualquier caso.
El docente también puede interesarse en explotar la interesante veta
que implica desmenuzar la tecnología involucrada en la generación de
cualquier efecto especial del cine de ficción.

8. En particular, para conocer algo más de la relación entre Argentina y Superman,


ver el Apéndice 1.
47 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Superman

Mostramos aquí una secuencia de viñetas de las tantas que daban cuenta de la extraordinaria capacidad de
salto de Superman. Resulta evidente que entonces no volaba. Aquí, Superman salta sujetando a un hampón,
quien intenta acuchillarlo pero sólo provoca que el superhéroe haga una mala maniobra.

Fuente: J. Siegel y J. Shuster, en Action Comics, Nº 13, DC Comics, junio de 1939, p. 6.

La consideración de Superman en esta aplicación no se origina


en el hecho de que sea el primero de los superhéroes, sino en su rele-
vante vínculo con algunos fenómenos físicos; en particular, su capaci-
dad para vencer los efectos de la fuerza de gravedad, tanto en la Tierra
cuanto fuera de ella.
Probablemente los jóvenes con quienes trabaje un docente de la
educación secundaria consideren natural la habilidad de Superman
para volar, ya que se trata de uno de sus rasgos sobrehumanos más
superlativos y obvios. Sin embargo, tal habilidad no formó parte del
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 48

personaje de Siegel y Shuster hasta algunos años después de su pri-


mera aparición.
Superman comenzó a volar cuando, debido a la enorme populari-
dad que adquirió entre los lectores de historietas, se decidió que sus
aventuras llegaran al cine en forma de caricaturas. El responsable del
primer Superman animado fue el director Fleischer de los estudios Pa-
ramount, en 1941.

Portada de 1942, en
la que ya se hace
evidente la capacidad
de volar de Superman.

Fuente: J. Siegel y
J. Shuster, portada
de Action Comics,
Nº 42, DC Comics,
noviembre de 1942.
49 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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En un comienzo, aunque no volaba, Superman era capaz de dar


grandes saltos y alcanzar alturas colosales, además de desplazarse a
través de enormes distancias con rapidez sobrehumana. Cuando esta
característica saltarina se llevó a la animación para el cine, los resulta-
dos no convencieron a los guionistas y productores, quienes conside-
raron que los continuos rebotes de Superman acabarían molestando
al espectador y harían perder encanto al personaje. Con tanto brinco,
pensaron que Superman se parecería más a una especie de hombre-
canguro que a la imagen de superhombre que buscaban. Muchos años
más tarde, un rasgo saltarín semejante no les importó a los guionistas
ni a los productores para plasmar las andanzas de El increíble Hulk tan-
to para el cine como para los dibujos animados.
Ante ese dilema, le dieron a Superman la capacidad de volar y se la
adjudicaron a las mismas causas que el resto de sus superpoderes. Sin
advertirlo, con esa decisión hicieron que Superman cruzara la línea que
separa a los personajes de ciencia ficción de los personajes fantásticos,
ya que su vuelo alejó irremediablemente la posibilidad de interpretar ló-
gicamente (desde la ficción) sus habilidades superhumanas. Por eso, to-
mando al personaje tal como se presentó en la primera época, es posible
hallar una vinculación entre sus superpoderes y algunos fenómenos aso-
ciados a las leyes de la física (en particular, a la acción de la gravedad).
Recordemos entonces, brevemente, el origen de Superman, según
sus creadores:

Superman es una persona que en realidad se llama Kal-El. Su


superseudónimo fue producto de la inventiva de algunos periodistas de la
ciudad de Metrópolis que, desconociendo la verdadera biografía del héroe,
comenzaron a denominarlo de ese modo para poder nombrarlo al relatar
sus increíbles proezas sobrehumanas, particularmente en las columnas
de un periódico conocido como el Daily Planet. Incluso luego que se conoce
su origen extratarrestre y se revela su verdadero nombre, se lo sigue
llamando Superman.
Kal-El no es humano, aunque pertenece a un tipo de seres humanoides (por
su gran parecido con nosotros) identificados como kriptonianos, debido
al nombre de su planeta de origen: un lejano mundo llamado Krypton.
Aunque su condición de alienígena se estableció desde el comienzo de la
tira, el nombre de su planeta de origen recién apareció en 1939, cuando
Superman comienza a ser publicado en los diarios. Si bien Krypton es un
mundo lejano, se explicita que se halla en la misma galaxia donde está
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 50

la Tierra. Por otra parte, se instala la idea de que “humano” y ”terráqueo”


pueden ser sinónimos.
En el presente de todas las historias de Superman, Krypton ya no existe.
Poco antes de que desapareciera en un cataclismo planetario de enormes
proporciones, sus padres –el científico Jor-El, y la aviadora Lara – ubicaron
al recién nacido Kal-El en una nave espacial experimental y lo lanzaron con
rumbo predeterminado: el planeta Tierra.
La nave con Kal-El cayó en territorio estadounidense (en algún lugar del
estado de Kansas) donde fue avistada por un matrimonio de granjeros –
Jonathan y Marta Kent– quienes recogen al niño de su interior y, aunque
deducen que se trata de un ser extraterrestre, lo adoptan como hijo y lo
educan como humano con el nombre de Clark Kent.

Portadas en las que aparece el personaje en sus dos caracterizaciones.

Fuente: Izquierda: Revista Superman, Nº 655, México DF, Novaro, mayo de 1968. Derecha: Revista Superman,
Nº 10, Barcelona, Planeta De Agostini, 2007.
La portada de esta revista compone al personaje “actual” y su origen extraterrestre. A la izquierda
sus padres biológicos (Jor-El y Lara) ante un panorama de su mundo en el inicio de la catástrofe, un
instante previo a su muerte. A la derecha se ve a Krypton estallando y simultáneamente la nave que
transporta al pequeño Kal-El que logra escapar del cataclismo y se interna en el espacio. La cara de
Superman, con una lágrima, da cuenta de la pena de sus recuerdos.

Fuente: Revista The World of Krypton, Nº 4, DC Comics, marzo de 1988.


Explosión de Krypton y escape de Kal-El.

Fuente: Howard Chaikin y Franck Chiaramonte para “The last days of Krypton”, revista Word of Krypton,
Nº 3, DC Comics, septiembre de 1979, p. 19.
53 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Para sus jóvenes creadores, las extraordinarias capacidades de


Superman eran producto de su origen kriptoniano. La principal causa
de sus poderes es la gravedad de Krypton, que habría sido mucho más
intensa que la gravedad terrestre, debido a que Krypton era más gran-
de que la Tierra. Su contextura física, preparada para desenvolverse en
un mundo de ciertas características, al cambiar de escenario (esto es,
un planeta de menor gravedad) de alguna manera le brindó a Super-
man la posibilidad de saltar alturas enormes y, con ello, desplazarse
grandes distancias, entre otras habilidades que aquí no analizaremos.
Ante esta breve reseña, el docente atento reparará en múltiples
cuestiones para trabajar en el aula, vinculadas con las ciencias y el perso-
naje; entre ellas, destacaremos sólo las siguientes, de particular interés:
1. La existencia de rasgos particulares de otro mundo –como el Kryp-
ton de Siegel y Shuster– y su introducción en el relato, para construir
una explicación lógica (en términos científicos) de cierto fenómeno
(en este caso, los superhabilidades de un ser no humano: Kal-El).
2. La indiferencia conceptual entre algunos conceptos (levitar, saltar
y volar, por ejemplo) que parecen entremezclarse en la descrip-
ción oral, escrita e icónica de Superman (como en otros superper-
sonajes semejantes).
Desarrollaremos estas dos cuestiones.

Salvemos las apariencias

Durante los últimos años, en diversas ocasiones (llevando ade-


lante una clase de ciencias, viajando en un taxi con un conductor ver-
borrágico, participando de una reunión social, en un intervalo de un
acto académico, entre otras circunstancias) encontramos algunas
personas –de edades variadas y diferentes niveles educativos– que
requirieron nuestra posición acerca de la falsedad o no del arribo del
hombre a la Luna en 1969; una duda que se instaló también en parte
de la opinión pública a través de los medios de comunicación.
Este cuestionamiento fue desarrollado en algunos libros,9 repro-

9. En particular We never went to the moon (Nunca fuimos a la Luna) de B. Kaysing


(1974) y su secuela más audaz NASA mooned America (La NASA alunó a América)
de Ralph Rene (1992).
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 54

ducido luego en revistas de interés general, en “documentales” de te-


levisión10 y, fundamentalmente, inoculado en ciertos sitios de Internet.
Según la opinión de algunas personas, el tema se presentó como un
ejercicio espontáneo, ideológico y epistémico, destinado a demostrar
que, de algún modo, una parte de la humanidad (ingenua) es engañada
permanentemente por otra (sin escrúpulos).
En particular, la idea más elaborada que pudimos reconstruir
sobre esta farsa astronáutica/conspirativa fue que Neil Armstrong y
Edwin Aldrin,11 dos de los astronautas de la nave Apolo 11, en realidad
no caminaron sobre la superficie de la Luna sino en un set de cine12
tan terrestre como supersecreto (decorado “seleníticamente” para el
rodaje) bajo la atenta dirección del cineasta Stanley Kubrick.
Hay quienes han sugerido que ese ardid tan científico/tecnológico
como artístico respondería a los objetivos patrióticos del presidente Ri-
chard Nixon que, en plena Guerra Fría, con el arribo de astronautas es-
tadounidenses a la Luna, materializaba la supremacía de su país frente
a la entonces Unión Soviética (URSS) en la carrera espacial iniciada en-
tre ambos países casi una década atrás. Se considera que esa carrera
espacial se inició en 1957 (año en que la URSS puso en órbita el primer
satélite artificial, Sputnik) y finalizó a mediados de los años setenta. Por
otra parte, se ha dicho también que el alunizaje se tramó para levan-
tar la moral de parte de la ciudadanía, deprimida por los avatares de la
participación de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam (1955-1975).
Ya en el siglo XXI, la leyenda del alunizaje “artificial” recibió un gol-
pe de veracidad al hacerse públicos algunos informes oficiales del go-
bierno de Estados Unidos que dan cuenta de acciones dirigidas a su-
primir o distorsionar resultados obtenidos por científicos de algunas
agencias federales de ese país, para amoldarlos a su agenda política.13

10. En particular Conspiracy Theory: Did We Land on the Moon? [Teoría de conspi-
ración: ¿acaso aterrizamos en la Luna?] de la señal de televisión Fox (2001).
11. Aldrin es conocido por su sobrenombre Buzz, que le pusieron en su niñez. Las
películas Toy Story le rinden homenaje en el nombre del personaje astronauta Buzz
Lightyear (cuya traducción sería “Buz Año-luz”).
12. En alguna parte se habla de la Norton Air Force Base (en San Bernardino, Cali-
fornia) y en otras de la famosa Área 51 (en Groom Lake, Nevada).
13. Union of Concernid Scientists, Scientific Integrity in Policymaking. An Investigation
Into the Bush Administration’s Misuse of Science (ver en www.ucsusa.org) (2004).
55 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Así como se siembra la incerteza sobre episodios científico-tec-


nológicos (por ejemplo, el alunizaje de 1969), en algunos ambientes
–natural o deliberadamente– también se pueden sembrar dudas y
condicionantes que habiliten la suspicacia sobre la ocurrencia de
acontecimientos históricos de diferente índole (científicos, pero tam-
bién sociales, políticos, religiosos, entre otros.), algo que puede des-
encadenar un especial escozor cuando se ponen en duda, por ejemplo,
ciertas masacres y genocidios. Se comienza por desmentir el Holo-
causto y se acaba por negar el descenso en la Luna.
No traemos este ejemplo del alunizaje para dar testimonio de
su veracidad o falsedad, sino para resaltar el hecho de la aparición y
manifestación de una duda como elemento emergente y sustancial
de una discusión cultural –que bien puede darse en el aula– ya sea
para poner en jaque a la ciencia y/o a sus protagonistas, como así tam-
bién a las administraciones políticas. En particular, es inquietante la
perplejidad que se genera al pensar en el alunizaje de 1969 como un
acto teatral inescrupuloso. Sin embargo, cuando esa duda anida y se
desarrolla en docentes y alumnos, resulta más interesante el desa-
fío de reflexionar sobre ella para favorecer aprendizajes críticos, que
permitir que esa duda cumpla el objetivo de disminuir la credibilidad
tecnocientífica.
Por ello, destacamos la actitud e inventiva de muchos docentes
que ante la supuesta simulación del alunizaje14 llevaron adelante dife-
rentes estrategias didácticas, alguna de las cuales reseñamos a con-
tinuación:
• ¿Realmente el hombre caminó por la Luna en 1969? El docente
planteó a la clase estudiar cuanto estuviera al alcance de los
alumnos, en referencia a la Luna, algo que le permitió introducir
y desarrollar varios temas científicos del programa (astronómi-
cos, pero no sólo astronómicos) como beneficio aparentemente
colateral. Llevó adelante sólo dos actividades: (1) un ejercicio de
indagación sobre la forma de llegar a la Luna con una nave; lo que

14. Entre otros temas espinosos, como el avistamiento de naves espaciales pro-
venientes de otros mundos y la existencia de vida extraterrestre (en la mitología
científica, una de las ideas más reiteradas es la existencia de seres extraterrestres
en cautiverio en bases secretas extranjeras, particularmente, estadounidenses).
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 56

implica presentar o desarrollar diversos conceptos, modelos y


leyes físicas, y (2) un ejercicio de deducción del estado que ten-
dría una persona ante la situación de posarse sobre la superficie
lunar; esto permitió examinar y debatir algunos aspectos básicos
de nuestra fisiología en un ambiente diferente extraterrestre. Con
todos los saberes construidos, la clase analizó si era o no posible
analizar la información con la que se contaba sobre el alunizaje de
la Apolo 11; su indagación para la ratificación o el descrédito; en
realidad, buscó arribar a conclusiones propias de los estudiantes
que, si no definitivas, al menos, fueran críticas y coherentes.
• ¿Existen los platos voladores? El docente no es pasivo ante las
referencias de sus alumnos sobre el avistamiento de OVNI y pro-
pone escoger algunos casos para estudiarlos entre todos. En
general, basta con los casos contados por los propios alumnos
y/o sus amigos y parientes. No obstante, muchas veces hemos
incluido algunos “registrados” (en revistas, videos o en Internet).
Asimismo, sugiere aprovechar la circunstancia para introducir
contenidos de astronomía, mecánica, electromagnetismo, óp-
tica y termodinámica, insoslayables para comprender ese tipo de
fenómenos. Con las leyes físicas a mano y una descripción somera
del cosmos visto desde la Tierra, la clase puede aventurarse a in-
terpretar los casos de avistamiento de platos voladores y a dejar
sin responder aquello que, por falta de información, no se alcanza
a analizar con las herramientas científicas escolares.
• ¿Hay otros mundos, otras civilizaciones? En este caso, los temas
de astronomía y la astrofísica son imprescindibles para construir
un modelo de universo donde existan mundos de diferente estruc-
tura, constitución, composición, evolución y, fundamentalmente
en condiciones fisicoquímicas adecuadas para albergar vida (al
menos, tal como la conocemos en nuestro planeta).

Un factor común en las estrategias reseñadas es la búsqueda de


información para armar la historicidad del tema . En su derrotero los
estudiantes se apropian de elementos de Historia de la Ciencia que
les resultarán tan interesantes como apasionantes: ese apasiona-
miento aparece porque esos elementos los interrogan sobre aspectos
éticos, sociales y culturales del conocimiento que construyen alrede-
dor de cada tema.
57 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Los otros mundos

Viñeta con una de las explicaciones del origen gravitorio de los poderes de
Superman (en Superman's pal, 1957). En el pizarrón hay una comparación gravitoria
entre tres mundos: Krypton, Tierra y Dorth. Traducción: "Como todo el mundo
sabe, Superman llegó desde el planeta Krypton. Aquí ganó superpoderes debido
a la menor fuerza de gravedad terrestre. Del msimo modo, Jimmy, usted sería un
supermuchacho en el planeta Dorth".

En los cuestionamientos anteriores se hace evidente otro componen-


te que interviene espontáneamente en el desarrollo de la duda: la ficción.
Según surge de centenares de relatos estudiantiles, muchos co-
mentan que su acercamiento a temas científicos se dio través de la
literatura de ficción antes que la cuestión se planteara en el aula. Sus
canales: libros, revistas, historietas, videos y series de televisión, mu-
chísimo más que los videos y programas “documentales” y, para la
gran mayoría, el cine fantástico y/o de ciencia ficción.
En particular, los mundos inventados en sendos universos imagi-
nados despiertan cierto fervor en los jóvenes (¡y no sólo en ellos!), brin-
dando una oportunidad de trabajar algunos aspectos curriculares de las
ciencias naturales, las ciencias sociales y de la educación tecnológica.
Para explicar los rasgos sobrehumanos de Superman y así salvar
las apariencias, los jóvenes Siegel y Shuster crearon al planeta Krypton.
Este proceder no es ajeno a la ciencia misma. Descubrir que desde el
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 58

inicio de la astronomía se inventaron mundos para justificar y/o explicar


lo observado es un componente de alto impacto en los estudiantes.
Justamente, la expresión “deben salvarse las apariencias” nace
precisamente en la actitud de los astrónomos de la Antigüedad por
generar un argumento causal que les permitiese dar cuenta de cuan-
to observaban en el cielo (es decir, de lo aparente). Osado o pacato,
pero siempre racional, mientras ese argumento diera cuenta de lo ob-
servado sería tenido en cuenta hasta tanto otro pudiera resultar más
convincente, más cómodo o fuera impuesto por alguna otra razón (no
necesariamente científica, sino más bien política o cultural).
A partir de la historia de la astronomía, presentamos dos ejem-
plos significativos de planetas inventados para salvar las apariencias
y justificar cierto argumento, con méritos suficientes para utilizar en
una clase: uno habla de Antictón o el planeta Contra-Tierra, ingeniado
en la Antigüedad, y el otro de Vulcano, un planeta concebido apenas
un par de siglos atrás.

Contra-Tierra

Tierra Antictón Sol Mercurio Júpiter


Estrellas Fuego
Fuego Luna Venus Marte Saturno fijas exterior

Esquema que muestra el universo de Filolao con Antictón, el mundo invisible.

Ubicación relativa de Contra-Tierra respecto al fuego central, la Tierra, la Luna y


el Sol, según el esquema de Filolao. En ese universo, el Sol demora un año en dar
una vuelta alrededor de Hestia; además, Filolao creía que el Sol era un cuerpo
poroso y vítreo, que toma su brillo del fuego exterior (absorbe y refleja su luz) y lo
Luna
Tierra dispersa hacia el interior el resto de los astros. De ese modo, el brillo de la Luna
Fuego es debido al Sol, a excepción de su luz cenicienta, la que explicaba como un reflejo
de Hestia. Recordemos que se llama “luz cenicienta” a la luz con la que aparece
iluminado el disco lunar que no es iluminado por el Sol. La luz cenicienta la
Antictón provoca la misma luz solar, reflejada primero en la Tierra y, desde allí, en la Luna.
Las estrellas, finalmente, eran agujeros diminutos, a través de los que se percibe
la luz del fuego exterior. Respecto de los eclipses, dijo que se originaban en la
Sol
sombra de la Tierra pero también en la sombra de Contra-Tierra; de esta manera,
explicó por qué los eclipses de Luna son más frecuentes que los eclipses de Sol.
59 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Antictón es un astro imaginado por Filolao, astrónomo griego que


vivió cinco siglos antes de nuestra era. Además de sentar las bases
para una posible discusión sobre la gravitación universal, la historia
de este mundo inventado permite introducir diversas nociones para la
enseñanza de la astronomía y ciertos aspectos útiles con el fin de en-
tender la evolución del pensamiento cósmico de nuestra cultura.
Filolao, seguidor de Pitágoras, postuló que el universo es predecible
por regular, impecable por lo estrictamente geométrico y, ya que tam-
bién es un universo aritmético, en él los números tienen un rol protagó-
nico (el número 10 resultaba casi una deidad). Un docente inició este
tema hablando de la “mística futbolera” de llevar el número diez en la
camiseta. Esa supremacía del “10” supone que quien lo lleve es el mejor
del equipo. Consecuente con su universo, la Tierra es una esfera per-
fecta y Filolao previene que también debe serlo el resto de los mundos.
En época de Filolao, los astros observados a simple vista eran los
únicos que existían. Cada uno de ellos se hallaba engarzado en la su-
perficie de enormes estructuras cósmicas, también con forma esféri-
ca. Esas estructuras eran huecas y de un material totalmente trans-
parente, de modo que para un observador terrestre, eran invisibles.
Una para cada mundo, todas esas esferas eran concéntricas y se ale-
jaban una de otra a distancias proporcionales (se relacionaban como
se vinculan entre sí las longitudes de las cuerdas de un violín con los
tonos que producen) y giraban en su lugar, con un movimiento suave y
uniforme. Este giro producía que se observase a los mundos incrusta-
dos en ellas, desplazándose en el cielo con un movimiento circular. Se
detectaba el desplazamiento de la esfera por el movimiento del plane-
ta ya que este sí es visible desde la Tierra porque es opaco.
A diferencia de muchos de sus contemporáneos, Filolao afirma-
ba que el centro del universo no era la Tierra sino un fuego prodigioso
desde donde Zeus –el padre de todos los dioses griegos– gobernaba
el cosmos; llamó “Hestia” a ese fuego, como el nombre de una deidad
encargada de dar calor a los hogares.
Así, con Hestia como centro de todas las estructuras del univer-
so, rotaban nueve esferas con nueve mundos incrustados. Mucho más
allá del planeta más alejado de Hestia, se ubicaba una última esfera:
la que contenía miles de engarces pequeñitos: las estrellas. Luego de
esa esfera estelar… otra vez fuego: las inconmensurables llamas ex-
teriores. Ambos fuegos (interno y externo) calentaban e iluminaban las
respectivas zonas del universo.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 60

Tal vez fue la creencia en el carácter divino del número diez la


causa principal de que Filolao concibiese la existencia de un astro to-
talmente ajeno a cualquier experiencia. Así creó a Antictón o Contra-
Tierra, ubicado en la primera esfera que rodeaba a Hestia. El orden de
los mundos de Filolao era, entonces: Contra-Tierra, Tierra, Luna, Sol,
Venus, Mercurio, Marte, Júpiter y Saturno.
La Tierra de Filolao carecía de movimiento de rotación sobre sí
misma, pero su esfera daba una vuelta completa en 24 horas; así, la
Tierra describía un círculo alrededor de Hestia en el mismo intervalo,
siempre con la misma cara ubicada contraria al fuego central. En la
cara terrestre que apunta a Hestia se hallaba la zona donde está Gre-
cia y, por tal razón, Filolao explicó por qué los griegos jamás podían ver
a Contra-Tierra ni a Hestia.
Además, Contra-Tierra se mueve entre la Tierra y Hestia con una
velocidad idéntica a la terrestre y en una posición siempre opuesta a
nuestro planeta. Así, Contra-Tierra completa una vuelta también en 24
horas.
Un explorador terrestre que se dirige hacia sus antípodas, vería
a Hestia, a menos que Contra-Tierra, eventualmente interpuesto, lo
ocultase. Así, con la introducción de ese mundo inventado, Filolao
pudo explicar por qué ciertas regiones terrestres permanecían en la
oscuridad. Es más, consideró que si las antípodas no eran calcinadas
por las llamaradas del fuego central, era debido a un efecto tipo pan-
talla creado por Contra-Tierra.
Aunque el sistema de Filolao fue aceptado por pocos de sus con-
temporáneos, inició un camino de cambios radicales en la concepción
del universo, particularmente por cuatro ideas innovadoras:
a. Todos los astros tienen forma esférica, no sólo la Tierra. Esta idea
permanecería inalterable por siglos.
b. La Tierra es un cuerpo secundario del universo, no es el astro prin-
cipal. Los filósofos (en particular los teólogos) demorarían bas-
tante en apropiarse de esta idea.
c. La Tierra no está inmóvil. Filolao fue el primero que le adjudicó
movimiento a la Tierra; con su desplazamiento espacial explicó la
marcha aparente de cielo estrellado. Algunos años después, esa
idea fue reelaborada por Aristarco, pero tampoco fue aceptada.
Sería retomada recién en 1543 por el astrónomo y sacerdote po-
laco N. Copérnico. Aristarco afirmó que las estrellas y el Sol están
inmóviles, y que la Tierra, como el resto de los planetas, gira alre-
61 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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dedor del Sol en órbita circular; el centro de la trayectoria terres-


tre es el centro del movimiento de la esfera de las estrellas fijas. Ni
Aristarco ni Copérnico incluyeron a Contra-Tierra en sus modelos.
d. La Tierra no ocupa el centro del universo. Filolao fue el primero en
cuestionar la visión antropocéntrica del universo, desplazando a
la Tierra de una ubicación central y colocando allí un fuego divino.
Hay quienes en este modelo identifican la génesis del sistema he-
liocéntrico que más tarde defendería Aristarco, aunque sin suerte,
y Copérnico, quien generó una auténtica revolución en la astrono-
mía que luego se extendería a otras ciencias.

Vulcano
La peculiar historia de este mundo habilita al docente a conversar
con los estudiantes acerca de dos procesos diferentes y relevantes,
tanto para la física como para la astronomía, que distinguimos como:
1. De la ficción a la realidad: El golpe de efecto (positivista) que sig-
nificó el éxito de la mecánica de Newton y, en particular, de su Ley
de Gravitación Universal.
2. De la ficción a la irrealidad: La terquedad –como remedio para evi-
tar la desilusión– de sostener una teoría por encima de los hechos
anómalos que la contradicen, sin atreverse siquiera a pensar que
podría haber otra, más general, que diera cuenta de esas anomalías.

De la ficción a la realidad: el descubrimiento de Neptuno


En 1781, el músico y astrónomo aficionado W. Herschel descubrió
mediante la observación directa un astro peculiar, hasta entonces
desconocido, y creyó que se trataba de un cometa. Luego de algunas
semanas, notó que la trayectoria de ese astro se mantenía casi circu-
lar en lugar de alargarse, como era esperable en los cometas. Ante esa
evidencia, Herschel estimó que se trataba de un nuevo planeta y que
debería estar ubicado más allá de Saturno, el último de los planetas
conocidos en su época. Los astrónomos certificaron su hallazgo poco
después. Herschel bautizó al nuevo mundo Georgium Sidus (“Estrella
de Jorge”) en honor al rey de Inglaterra, país donde vivía. Más tarde se
aceptó la sugerencia del astrónomo J. Bode y se lo denominó Urano,
tal como se lo conoce en la actualidad. No obstante, Herschel continuó
llamándolo Georgium Sidus durante toda su vida.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 62

En 1821, el astrónomo francés A. Bouvard publicó un tratado con


datos de las trayectorias de los planetas, elaborado luego de muchos
años de observar y registrar sus posiciones y calcular sus órbitas. En
el caso de Urano, los registros de Bouvard revelaron variaciones res-
pecto de la trayectoria prevista (mediante las Leyes del movimiento
planetario, de J. Kepler, y la Ley de Gravitación Universal, de Newton).
Ante ese hecho, algunos matemáticos sugirieron que las variacio-
nes detectadas en Urano se debían a que tal vez esas leyes no fueran
válidas a partir de cierta distancia (es decir, más allá de ese planeta).
Esa idea fue considerada un pensamiento casi sacrílego. Bouvard, en
cambio, postuló que las divergencias entre cálculo y observación qui-
zás pudieran interpretarse de otra manera, sin que implicase violación
alguna a la Ley de Gravitación Universal. Imaginó un nuevo planeta,
aún desconocido, con una órbita alrededor del Sol más alejada que la
de Urano. La presencia de este astro generaría perturbaciones gravi-
tatorias sobre el movimiento de Urano, de modo que le impediría cum-
plir exactamente con la trayectoria prevista. La idea de Bouvard quedó
apenas como una especulación.
Más de veinte años después, en septiembre de 1845, J. C. Adams,
un joven astrónomo inglés, fue más allá y directamente calculó la tra-
yectoria que tendría un planeta ficticio que girara alrededor del Sol,
más lejano que Urano, de modo que su presencia explicase las varia-
ciones detectadas por Bouvard. Adams comunicó sus resultados al
astrónomo J. Challis, su profesor, y este, a su vez, a G. Airy, el astró-
nomo real de Inglaterra. Inicialmente, Airy ni siquiera intentó verificar
la hipótesis de un nuevo planeta; pero, ante la insistencia del joven
Adams, Airy cedió y le indicó a Challis que organizara un sondeo tele-
scópico para hallarlo. La búsqueda del planeta de Adams comenzó y
terminó en julio de 1846 e, infelizmente, no se obtuvo ningún resultado
que confirmase su existencia.
En 1845, el mismo año que Adams presentaba su planeta ficticio,
pero en noviembre y en Francia, el astrónomo U. Le Verrier postuló una
idea idéntica, desconociendo completamente los trabajos del inglés.
Como no fue tomado en cuenta por sus colegas, entre junio y agosto de
1846 Le Verrier volvió a presentar sus cálculos sobre un posible plane-
ta hipotético que perturbase a Urano, prediciendo no sólo sus elemen-
tos orbitales, sino su masa. No obstante, la Academia de Ciencias de
Francia no le dio crédito ni consiguió que nadie tratará de hallarlo con
los telescopios.
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Por último, Le Verrier se comunicó con J. Galle, un astrónomo ale-


mán que hacía observaciones en el Observatorio de Berlín (Alemania).
Le indicó en qué zona del cielo apuntar el telescopio para encontrar
el planeta predicho por sus cálculos. Galle y su ayudante H. D’Arrest
observaron el sitio señalado y en menos de una hora hallaron el astro.
Como aparentemente Galle fue el primero en mirar por el telescopio
al nuevo planeta, solicitó que se lo considere como su descubridor.
Inmediatamente, franceses e ingleses reclamaron ser reconocidos
como tales, aunque no hubiera sido en el cielo (como era habitual en
astronomía desde sus orígenes) sino a través de cálculos matemáti-
cos. En la actualidad, suele indicarse que ese planeta transuránico fue
descubierto por la dupla Adams-Le Verrier.
El nuevo mundo fue denominado simplemente “el planeta que le
sigue a Urano”. Galle propuso más tarde “Janus”. En Inglaterra, Cha-
llis planteó “Océano”. En París, F. Arago sugirió “Leverrier”, mientras
el mismo Le Verrier, apoyado por el astrónomo O. Struve, insistió con
Neptuno, nombre que finalmente fue el aceptado y con el que se lo
conoce en la actualidad.

De la ficción a la irrealidad: el invisible Vulcano


La predicción de la existencia de Neptuno por cálculos matemá-
ticos, y su posterior descubrimiento en el cielo, en el sitio señalado
por las ecuaciones, constituyó un triunfo inigualable de la física de
Newton y, para muchos, del poder de la ciencia en general. No obs-
tante, subsistía cierto conflicto mecánico en el sistema planetario:
el movimiento de Mercurio tampoco era el esperable, pues presenta
una anomalía que no se logra explicar del todo aplicando las leyes de
Kepler y la LGU de Newton. En otras palabras, Mercurio también mos-
traba cierta discrepancia entre cálculo y observación. Se denomina
perihelio a la posición en la que un planeta se halla a la menor distan-
cia del Sol. Según las leyes del movimiento planetario, esa posición no
debería desplazarse y, cuando esto ocurría debido a perturbaciones
de otro astro, las ecuaciones de la mecánica celeste permitían prever-
lo con exactitud. No obstante, existía un exceso en el desplazamiento
del perihelio de Mercurio de cuarenta y tres segundos de arco por si-
glo (43”/siglo), que superaba lo que podía explicar la astronomía de la
época, considerando la perturbación que podían ejercer el Sol, Venus
y la Tierra, sobre Mercurio.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 64

Nuevamente Le Verrier intentó solucionar la discrepancia y en


1859 predijo que las perturbaciones de Mercurio (aquellas que pro-
ducen cierto giro del eje mayor de su órbita y, en consecuencia, hacen
variar la posición de su perihelio) se debían a una causa similar a la
detectada para Urano y, por lo tanto, existía un astro aún desconocido
entre Mercurio y el Sol. A ese planeta intermercurial, Le Verrier lo bau-
tizó rápidamente Vulcano para evitar discusiones posteriores.
Aunque cientos de telescopios emprendieron la búsqueda de ese
nuevo planeta, nadie logró observarlo. Por lo vivido con el descubri-
miento de Neptuno, por su absoluta convicción en la validez y vigencia
universales de la mecánica newtoniana, y por su confianza en la cer-
teza de los cálculos que realizaba, Le Verrier consideraba inadmisible
que no se lograse detectar a Vulcano. Anunció nuevas predicciones
para hallarlo hasta que murió, convencido de haber descubierto un
nuevo planeta entre Mercurio y el Sol que se hallaría en el futuro, con
más y mejores instrumentos de observación.
Para conocer otros detalles de su porfiada fe en la existencia de
Vulcano, ver el Apéndice Nº 1.
Habría que esperar los inicios del siglo XX, cuando A. Einstein de-
mostró que las anomalías en el movimiento de Mercurio se debían a
severas limitaciones de la teoría de la gravitación de Newton. Utilizan-
do ecuaciones derivadas de la Teoría de la Relatividad, Einstein consi-
guió explicar satisfactoriamente esas anomalías, algo que representó
uno de sus primeros éxitos en la física y el olvido para siempre de Vul-
cano como mundo real.

Otras ficciones, otros mundos

Los mundos de ficción no son exclusivos de la ciencia, pero los in-


ventados por científicos tampoco son los más conocidos. La auténtica
irrupción cultural de mundos ficcionales se halla fundamentalmente
en la literatura y, en particular, en los relatos y novelas de fantasía y/o
de ciencia ficción que lentamente los han instalado en el imaginario
popular (una especie de “interfase” entre la literatura y la ciencia). A
continuación, mencionamos sólo algunos mundos, considerando que
los datos que incorporamos pueden resultar útiles, quizás, para reali-
zar sencillos cálculos o plantear curiosos problemas gravitatorios.
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1. El pequeño planeta B 612


En Argentina, El principito es el relato más conocido del escritor A.
Saint-Exupéry. Publicado en 1943, narra el encuentro de su autor con
un intrigante ser extraterrestre con apariencia de niño humano. Le adju-
dica la categoría de príncipe y así se refiere a él, ya que jamás menciona
su nombre ni hace referencia a que lo tuviese.15 El relato está ilustrado
con dibujos del mismo Saint-Exupéry que reflejan algunos pasajes de
su encuentro como así también lo que el niño narra de su mundo y de
su periplo espacial. Su encuentro se produce en algún lugar del Sahara
(África) cuando Saint-Exupéry, cuya ocupación realmente era pilotear
aviones, realiza un aterrizaje de emergencia. La interacción del autor
con el principito y la trama que pasa revista de algunos episodios del
niño en otros mundos y otros lugares de la Tierra, se desarrolla durante
el lapso que Saint-Exupéry está varado por un desperfecto de su avión.
No se menciona en el texto que este niño extraterrestre tenga
superpoderes, no obstante, podemos convenir que la habilidad para
viajar por el interior del Sistema Solar “aprovechando una bandada
de pájaros” no es muy común ni natural. Se describe que el principito
habita en un planeta pequeño, sin nombre pero con cierta denomina-
ción (B 612) dada por un astrónomo terrestre. En ese mundo hay agua,
actividad geológica (volcanes, por ejemplo) y diversidad de seres vivos
(plantas, pájaros, insectos, etc.). No hay referencias acerca de la exis-
tencia de otros seres semejantes al niño en ese mundo.
La ciencia es una actividad colectiva en la que cada científico ex-
pone y exhibe, ante sus pares, los hallazgos que ha hecho o las de-
ducciones a las que ha arribado, para su consideración, crítica y, en
definitiva, para su aceptación. Al menos hay dos formas de hacerlo:
presentando su trabajo en un congreso específico o bien enviándolo a
publicar en una revista especializada en el tema.
Saint-Exupéry relata que el B 612 habría sido descubierto por un
astrónomo turco en 1909 y que este presentó su descubrimiento en un
Congreso Internacional de Astronomía. Los congresos internacionales
de los astrónomos se suceden desde mucho antes de 1909; sin embar-

15. Notar hasta aquí la semejanza con Jonathan y Marta Kent (padres de Kal-El)
quienes hallan al niño kriptoniano –de nombre entonces desconocido– que más
tarde se convertiría en Superman.
secundaria para todos.
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go, vale destacar que es recién en 1919 cuando se constituye la Unión


Astronómica Internacional (UAI), cuyo propósito es promover la astro-
nomía en todos sus aspectos a través de la cooperación internacional.
En la actualidad hay más de 9000 astrónomos miembros de la UAI,
pertenecientes a casi un centenar de países. El congreso al que alude
Saint-Exupéry evidentemente no fue de la UAI, pero parece indicar que
se trata de una reunión de astrónomos europeos por la siguiente ra-
zón: el descubrimiento del asteroide no resulta creíble por el atuendo
del astrónomo turco, en palabras del autor: “nadie le creyó por culpa
de su vestido”.
En el libro se muestra a dicho astrónomo con una indumentaria
popular de su país. Dado que un dictador turco conminó al pueblo a
vestirse a la europea bajo la amenaza de ser castigados con la pena de
muerte si desobedecían, el astrónomo turco se vistió con levita, chale-
co y moñito; así lo muestra Saint-Exupéry en su nuevo intento por con-
vencer a sus colegas del descubrimiento del B 612, ya en 1920. En esa
época, efectivamente, ya existía la IAU y el hecho de que haya usado
un traje muy elegante hizo que su hallazgo fuera creíble, o bien, como
dice el autor: “esta vez todo el mundo compartió su opinión”.
Este pasaje es interesante para resaltar que, como actividad hu-
mana, la ciencia no está exenta de intereses y banalidades ajenas al
simple deseo de ampliar conocimientos sobre un campo en particular.
Es atrayente pensar también que Saint-Exupéry incluyó este pasaje
para ironizar sobre la autoridad de la ciencia europea respecto de las
contribuciones de investigadores de otros países del mundo. Al mismo
tiempo, vale reflexionar cómo tal brecha se reduce, tan sólo salvando
las apariencias (en este caso, cambiando la vestimenta es posible que
sea aceptado el interlocutor y, con él, sus opiniones).
El planeta del principito es uno más entre millares que forman
parte del Sistema Solar. El autor da cuenta de ello al referir que “sabía
que fuera de los planetas como la Tierra, Júpiter, Marte, Venus, que
tienen nombre, hay centenares de planetas, a veces tan pequeños que
apenas se los puede ver con el telescopio”.
Por sus rasgos, B 612 se encuentra más alejado del Sol que la Tierra
ya que el principito, en su viaje, debe atravesar una zona de asteroides
y esta se halla entre las órbitas de Marte y Júpiter. El tamaño de B 612
puede deducirse de las ilustraciones hechas por el autor, comparando
la altura del principito con las dimensiones de su mundo (por ejemplo:
considerando que el niño extraterrestre midiese unos 120cm).
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En el Apéndice Nº 2 se presenta algo de la información astronómi-


ca asociada a B 612 con datos recogidos en la ficción y en la ciencia.
Todos los asteroides dibujados por Saint-Exupéry, según la des-
cripción del principito, son parecidos a una pelota. En realidad sólo
los asteroides de mayor tamaño (apenas un puñado entre cientos de
miles) tienen una forma aproximadamente esférica. La gran mayo-
ría tienen formato oblongo o, como suele decirse: de simetría triaxial
(esto es, definida por tres ejes). Aunque la mayoría de los pequeños
planetas muestran formas alejadas de una esfera, es casi inevitable
pensarlos con esa figura, ya que el estereotipo de un planeta es el de
un globo sólido, algo que coincide con las representaciones incluidas
en el texto de Saint-Exupéry. Posiblemente, el B 612 como el resto de
los pequeños planetas visitados, debían ser del grupo de asteroides
de mayor tamaño, dadas las apariencias esféricas con que se los re-
presentó en el libro. Más datos sobre estos mundos se mencionan en
el Apéndice Nº 2.
Cuando la ciencia participa en la ficción. Mencionamos tres mun-
dos descubiertos en el Sistema Solar, vinculados con este relato:
• Nº 2578: Saint-Exupéry. Un asteroide bautizado con el nombre
del autor de El principito. Ubicado en el cinturón de asteroides,
fue descubierto por la astrónoma T. Smirnova (1975) desde
el observatorio de Nauchnyj. Demora poco más de cinco años
en dar una vuelta en torno al Sol, a unas a 2,7 UA de distancia.
• Nº 46.612: Bésixdouze. Fue descubierto en 1993 desde el observa-
torio de La Silla (Chile) por el astrónomo E. Elst. Su denominación,
en francés, significa “B-seis-doce”, es decir la denominación dada
por Saint-Exupéry al asteroide del principito. Por otra parte, B 612,
en notación hexadecimal equivale a 46.612, de allí el número de
identificación de este mundo. Se halla a 2,8 UA del Sol y su revolu-
ción demora cinco años.
• Nº 45: Eugenia. Descubierto por H. Goldschmidt en 1857 desde
París, se encuentra a 2,7 UA, dentro del cinturón de asteroides. Es
esférico, de unos 214 km de diámetro. En 1998, se descubrió un
pequeño satélite orbitando a Eugenia. En el año 2003, esa luna se
bautizó Petit Prince (Principito), tiene apenas unos 13km de diá-
metro y acompaña a Eugenia en su traslación alrededor del Sol,
como lo hace la Luna con la Tierra.
Cuando la ciencia parece ficción. El descubrimiento de planetas
u otros objetos celestes parece una actividad siempre ajena, es decir,
secundaria para todos.
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en manos sólo de científicos que habitan otros países. La tarea de los


astrónomos vernáculos es prácticamente desapercibida fuera de la
comunidad y, obviamente, resulta impensado que se mencione en las
aulas. Por eso, aquí mencionamos un asteroide que lleva el Nº 965 y
la denominación Angelika, ya que es el primer pequeño planeta des-
cubierto en Argentina. Su hallazgo sucedió el 4 de noviembre de 1922,
desde La Plata (Provincia de Buenos Aires). Angelika tiene casi 54 km.
de diámetro, rota prácticamente en 18hs y completa su traslación en
algo más de cinco años; está entre Marte y Júpiter, a unas 3 UA. Fue
descubierto por el astrónomo Hartmann quien en 1922 cumplía cua-
renta años de matrimonio y por ello decidió darle al planeta el nombre
de su esposa . Vale resaltar que Angelika es el primero de una lista con
más de un centenar de mundos hallados en Argentina.

2. Tantos planetas
Las series de televisión y las películas de ciencia ficción aportaron
millares de nuevos planetas de ficción al mundo de la literatura. Basta
con que mencionemos algunos de ellos, ya que el lector podrá indagar
fácilmente en muchos otros:
• Melmac: Localizado a unos 20 años luz de la Tierra, más allá de
un enjambre de estrellas conocido como supercúmulo Hydra/
Centauros, Melmac fue destruido en una catástrofe nuclear y se
desconoce cuántos melmacianos existían antes de su destruc-
ción. Su cielo era color verde y el pasto, azul. Como sucede en
nuestra cultura, Melmac era el nombre del planeta y también de
la sustancia de la que estaba hecho. Algo más pequeño que la
Tierra, su año era apenas más largo que el terrestre: 386 días. Este
mundo fue creado en 1986 por los guionistas Patchett y Fusco de
la serie televisiva “Alf”.
• Mustafar: Es uno de los tantos planetas de la saga denominada
“La Guerra de las Galaxias” de G. Lucas. Es un mundo pequeño, to-
talmente cubierto de lava. Aparece en el IIIº Episodio (La venganza
de los Sith, 2005).
• M-113: Uno de los tantos planetas de la saga denominada Star Trek
(aquí conocida como Viaje a las estrellas). M-113 es un mundo hostil
donde se instaló una colonia de humanos en el siglo XXIV. Los úni-
cos seres oriundos de M-113 son unas bestias que se alimentan de
sal. Este mundo aparece en el episodio Spectre of the gun (1968).
69 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Son muchísimos los escritores que han inventado mundos ficcio-


nales para el escenario de sus novelas o relatos, pero no son tantos
quienes los describen minuciosamente y tratan de conjugar la ciencia
con la ficción. Entre ellos, destacamos al célebre novelista, astrónomo
y profesor de ciencias Hal Clement (Stubbs) quien ha creado un núme-
ro inusual de mundos en sus escritos, altamente recomendables para
aquellos que gustan de la ciencia ficción.
Entre los mundos de Clement, destacamos a Mesklin, que aparece
en la novela Misión de gravedad (1953). Se trata de un planeta con for-
ma de disco, que rota a muy alta velocidad. Por su tamaño y densidad
se considera que Mesklin es un mundo supergigante. Está cubierto de
océanos de metano líquido y la nieve es amoníaco congelado. La grave-
dad superficial de Mesklin varía muchísimo entre el ecuador y los polos:
3 veces la gravedad terrestre en el ecuador y 665 veces cerca de los po-
los. Debido a esa gravedad, a sus habitantes les resulta bastante difícil
mirar hacia arriba y llevan una vida prácticamente bidimensional.
Por último, también son millares los astros –planetas, asteroides,
cometas, estrellas y galaxias– inventados en las historietas y, en par-
ticular, en aquellas donde participan superhéroes.

En esta viñeta, una muchacha con poderes


telepáticos revisa su “biblioteca de mundos”
para hallar pistas sobre el paradero de un
compañero perdido.

Fuente: E. Hamilton y Curt Swan, “The evil hand


of the luck Lords!”, en Adventure Comics, Nº
343, DC Comics, abril de 1966, p. 9.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 70

La breve descripción de esos astros es suficiente para despertar la


imaginación más atenuada y generar la sorpresa más adecuada para
un aprendizaje significativo. Incluso, con agrupaciones de esos astros
se han conformado universos, hasta construir –en una misma línea
editorial o en cruce entre varias editoriales– la idea de multiversos,
para dar al lector un concepto que abarque tanta ficción hecha astros.
Ahora bien, en las historietas del siglo XX, el mundo ficticio que
precedió , y sin duda rivalizó en popularidad con Krypton, es el planeta
Mongo. Este planeta es impulsado artificialmente mediante un arte-
facto que maneja a voluntad su tiránico emperador, conocido como
“Ming, el despiadado”.
Mongo, cuya forma es esférica, tiene un diámetro una vez y media
más grande que el de la Tierra; en cambio, por alguna razón, su gra-
vedad superficial es algo menor. Se trata de un planeta relativamente
joven, con montañas aún sin erosión, zonas de gran actividad volcáni-

Planisferio del Planeta Mongo, según Raymond.


71 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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ca y agua líquida sobre su superficie que forma un enorme océano. La


vegetación de Mongo está limitada a ciertas áreas, en las que las plan-
tas son de tamaños colosales; hasta donde se conoce, biológicamente
se hallaría en una era de reptiles gigantes.
En Mongo conviven civilizaciones tecnológicamente avanzadas
junto a otras, primitivas. En su derrotero espacial, Mongo ingresó al Sis-
tema Solar y estuvo a punto de avecinarse a la Tierra, algo que hubiese
favoreció a Ming, ya que uno de sus objetivos era conquistar nuestro
planeta. Este mundo fue creado por A. Raymond en 1934, para su serie
de aventuras denominada Flash Gordon. Como sucedió con Superman,
las historias del joven Flash traspasaron las historietas para aparecer
en series de radio, televisión y cine (películas y caricaturas).

3. Planetas en la historia
En la historia de la ciencia existen diversos ejemplos de especulacio-
nes científicas que se transforman en ficción y, luego, adquieren un esta-
tus final de realidad. Un ejemplo fueron los satélites del planeta Marte:
• En 1610, el astrónomo alemán J. Kepler fue el primero en pos-
tular que Marte tenía satélites a su alrededor. Su idea surgió al
intentar resolver un anagrama hecho por G. Galilei. En realidad,
el italiano había codificado cierta información obtenida sobre los
anillos de Saturno, pero Kepler la decodificó como si Galilei anun-
ciara el descubrimiento de lunas marcianas. Como la Tierra tiene
un solo satélite (la Luna) y Galilei había hallado cuatro alrededor
de Júpiter, Kepler razonó que Marte, que se mueve entre la Tierra
y Júpiter, debía tener dos satélites y así lo difundió (sin dar ningún
dato sobre sus características).
• Algo más tarde (1643) un monje astrónomo afirmó haber observa-
do las lunas de Marte que describió Kepler. Con los instrumentos
de la época, tal avistamiento resultaba imposible; probablemente
el monje confundió alguna estrella cercana a Marte con sus lunas
hipotéticas.
• En Los viajes de Gulliver (1727) el escritor irlandés J. Swift describe
que los astrónomos de Laputa habían descubierto dos pequeñas
lunas en Marte, cuyos periodos de revolución eran de 10 y 21,5
horas respectivamente.
• Algunos años más tarde (1752) esas lunas hipotéticas fueron adop-
tadas por Voltaire para su cuento Micromegas. Su trama cuenta la
secundaria para todos.
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visita a la Tierra de un ser extraterrestre, proveniente de un planeta


que orbita a Sirio; cuando el ser narra su travesía por el interior del
Sistema Solar señala haber visto dos lunas alrededor de Marte.
• En 1877, el astrónomo norteamericano Hall descubrió que, efecti-
vamente, Marte tenía dos pequeños satélites a su alrededor, a los
que bautizó Fobos y Deimos. Sus periodos orbitales son, respectiva-
mente, de 7 horas , 39 minutos y 30 horas , 18 minutos, en franca
semejanza con los datos aportados por Swift, un siglo y medio antes.

Krypton

Los mundos Contra Tierra y Vulcano se inventaron como estrate-


gias para salvar las apariencias y encontrar respuestas a interrogan-
tes que plantea la realidad. Volvemos sobre ellos, a modo de reseña:
• En ausencia de la idea de gravedad, Filolao introduce un mundo
ficticio para explicar los fenómenos observados. Sus conclusiones
reposicionan la Tierra e introducen ideas relevantes para la reno-
vación de la concepción de universo.
• En pleno auge de la mecánica newtoniana, los astrónomos Adams
y Le Verrier hallan un planeta mediante cálculos de aplicación
de sus ecuaciones de movimiento. Neptuno (en principio ficticio
porque era sólo el resultado de operaciones matemáticas) debía
hallarse en el lugar señalado tan sólo porque las leyes físicas no
sólo eran universales, sino definitivamente correctas.
• La creencia absoluta en las leyes de Newton lleva a un astrónomo (Le
Verrier) a inventar un nuevo planeta ficticio que permitiese explicar
las anomalías de Mercurio. Fueron centenares los que intentaron
repetir la epopeya de Neptuno, sin lograrlo. No equivocaron el mé-
todo, ni los procedimientos de observación, sólo se negaron a pensar
que tal vez la mecánica newtoniana no tuviera todas las respuestas.

Creemos que estos ejemplos bastan para mostrar cómo la idea de


un planeta inventado ha permitido a los estudiosos, desde la Antigüe-
dad hasta el presente, salvar las apariencias. En la actualidad, la detec-
ción de varios planetas extrasolares comienza con la postulación de su
existencia como astro ficticio cuya presencia afecta (gravitatoriamente)
a otros astros (estrellas u otros planetas). Los extrasolares o exoplane-
tas son planetas que orbitan una estrella diferente del Sol, formando o
73 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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no parte de un sistema planetario. No sabemos con certeza si Siegel y


Shuster tuvieron en mente esta estrategia astronómica a la hora de in-
ventar a Krypton, pero su razonamiento para explicar con ello parte de
las capacidades extraordinarias de su personaje resultó más que justifi-
cado, tanto desde la ficción como desde una lógica científica.
Si bien la época de aparición de Superman estuvo muy lejos del ini-
cio de los viajes espaciales (1957) y aún más de los alunizajes (1969), el
conocimiento básico de algunas propiedades de la gravedad (clásica,
newtoniana), un poco de anatomía humana, y algo de sentido común, hi-
cieron creíble que Kal-El, al llegar de Krypton a la Tierra, pudiese obtener
las habilidades que aparecían en sus primeras historias, en particular su
capacidad de saltar con mucha mayor potencia que un ser humano.16

Portada de la tira dominical de Superman, donde Siegel y Shuster hacen “debutar” al planeta Kriptón el 16
de enero de 1939. Los autores dan indicios sobre la diferencias entre los planetas Krypton y la Tierra. Allí
explicaban: Superman, defensor de los desvalidos y oprimidos, llegó a la Tierra desde el planeta Krypton,
cuyos habitantes habían evolucionado, después de millones de años, a la perfección física. El menor tamaño
de nuestro planeta, con su tenue fuerza de gravedad, ayuda a que los tremendos músculos de Superman
logren una fuerza tal que le permite realizar hazañas milagrosas.

16. Una situación similar a la de John Carter, personaje de la novela Una princesa
de Marte (1912), del escritor norteamericano Burroughs. Es probable que Siegel y
Shuster leyeran ese texto, dado que Burroughs era entonces un autor destacado
por las aventuras de Tarzan (1912) que aparece también como historieta en 1926.
En particular, en 2012 se estrenó la película John Carter donde los “saltos” sobre-
humanos alcanzan su máximo esplendor.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 74

Los saltos extraordinarios de Superman, explicados a la luz de


una diferencia de atracción gravitatoria entre nuestro mundo y el des-
aparecido Krypton, se asemejan a la situación de una persona nacida
en la Tierra que fuese a saltar en un mundo de menor gravedad que
la terrestre. Dado que la Luna es un cuerpo con masa menor que la
Tierra, la fuerza de gravedad en su superficie también resulta menor
que la que se experimenta en nuestro mundo, de modo que un mismo
objeto pesa, en la Luna, menos que en la Tierra.
Un astronauta, cuyos músculos y huesos están adaptados a la
gravedad terrestre, es capaz de saltar distancias mayores sobre la
superficie lunar que las que consigue en nuestro planeta. Esa situa-
ción fue comprobada a partir de 1969, cuando una serie de personas
llegaron y volvieron de la Luna. Al respecto, el docente puede mostrar
fragmentos de películas o documentales en los que se vean astronau-
tas ambulando por la Luna.
Análogamente, debido a su herencia kriptoniana, al llegar a la
Tierra Kal-El es capaz de realizar proezas sobrehumanas, como sal-
tar enormes alturas y manifestar una fuerza física suficiente para ser
identificado como un superhombre. Aunque el Superman adulto que
conocemos arribó a nuestro mundo con pocos años de edad, puede
pensarse que su ADN kriptoniano se hallaba ya codificado para el
desarrollo de músculos y huesos apropiados a un campo gravitatorio
más intenso que el terrestre (Kakalios, 2006).
Ahora bien, una comparación entre Krypton y la Tierra resulta útil
para analizar diversos aspectos de las leyes físicas, en particular, la
LGU y, también, para hacer algunos cálculos. Por simple y relevante,
en adelante seguiremos un razonamiento semejante al de Kakalios
(2006) y comenzaremos por la expresión más conocida de la LGU:
[G · MA · MB]
Fg =
DAB2
Donde Fg es fuerza mutua debida a la gravedad entre dos cuerpos
cualesquiera A y B, de masas MA y MB, separados por una distancia17
DAB, y G es la constante universal de gravitación. En esta expresión queda
implícito que la dirección de Fg es sobre la recta que une ambos cuerpos.

17. Si un cuerpo es la Tierra y el otro es Superman (parado en su superficie) enton-


ces la distancia entre ambos es el radio terrestre.
75 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Para un mundo cualquiera M de masa MM, son idénticas18 las ex-


presiones clásicas del peso PC de un cuerpo C y la de la fuerza de
gravedad Fg. En símbolos, esto es:
PC = Fg
[G · MC · MM]
MC · g =
DCM2

Como el factor masa del cuerpo C aparece en ambos miembros


de la expresión, MC se simplifica y queda:
[G · MM]
g=
DCM2
Esto es, la aceleración g es directamente proporcional a la masa
del mundo MM e inversamente proporcional al cuadrado de la dis-
tancia que separa cualquier cuerpo de dicho mundo, es decir, a DCM2.
Newton demostró que, a los efectos del cálculo y dada la sime-
tría de un mundo esférico, si se lo considera compuesto por un mate-
rial homogéneo, toda su masa puede considerarse concentrada en un
punto central a la esfera de dicho mundo.
Con esa consideración, para un cuerpo situado en la superficie
terrestre, DCM es la distancia entre la superficie y el centro de nuestro
planeta, es decir, el radio terrestre RT. Si llamamos MT a la masa de
Tierra, la expresión para la aceleración de la gravedad gT en la super-
ficie terrestre resulta:
[G · MT]
gT =
RT2
Ahora bien, supongamos que la aceleración de la gravedad gK, en
la superficie de Krypton es unas quince veces mayor que la terrestre.
Con MK como la masa de Krypton y RK su radio, podemos escribir:
gK = 15 · gT
[G · MK] [G · MT]
= 15 ·
RK2 RT2

18. Según los principios de Newton, el peso PC puede calcularse como el producto
de su masa MC por la aceleración de la gravedad g.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 76

Como la constante G aparece como factor en ambas expresio-


nes, puede simplificarse y queda:
MK MT
= 15 ·
RK2 RT2
Hay otra forma de expresar esta relación. Dado que la densidad
δ brinda una medida de la relación entre la masa M de un cuerpo y
su volumen V, se infiere que la masa de cualquier cuerpo puede es-
cribirse como el producto de su densidad por el volumen que ocupa,
esto es M = δ · V. Como los planetas Krypton y Tierra son esféricos19,
considerando sus respectivas densidades (δK y δT) sus masas pueden
expresarse:
4 4
MK = δK · VK = δK · · π · [RK]3 y MT = δT · VT = δT · · π · [RT]3
3 3
Por lo tanto, recordando el vínculo entre las gravedades (gK = 15 · gT),
este puede expresarse:
gK
= 15
gT
o bien, utilizando las expresiones anteriores:
gK [δK · RK]
gT = 15 ↔ [δ · R ] = 15
T T

La última expresión sugiere que:


• Si Krypton tuviera el mismo tamaño que la Tierra (RK = RT) debería
ser quince veces más denso; en símbolos: δK =15 · δT.
• Si, por el contrario, tienen la misma densidad (δK = δT) enton-
ces Krypton tendría un radio quince veces más grande que el de
nuestro planeta; en símbolos: RK = 15 · RT.
• Por supuesto, siempre puede darse una combinación de ambas
variables (densidad y radio) de modo tal de arrojar como resultado
esa particular relación.
En lo que sigue, trataremos con las dos primeras posibilidades
(extremas) tratando de concluir cuál de estas dos es la más razonable.

19. En el caso que se consideren esférico, el volumen planetario puede calcularse


si se conoce su radio R mediante la expresión del volumen de una esfera VE= (4/3)
· π · R 3.
77 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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a) ¿Era Krypton quince veces más denso que la Tierra?


La densidad (δ) de la que hablamos es una magnitud que da
cuenta de la relación entre la masa (m) de un cuerpo –sea un planeta
o este libro – y su volumen (V). La expresión escolar más usual es
m
δ= .
V
En el caso terrestre, se define una “densidad media” (δT) como el
promedio de las densidades de los diferentes materiales que compo-
nen nuestro planeta; su valor es aproximadamente cinco gramos por
centímetro cúbico (δT ≈ 5 g/cm3).

Considerando a Krypton compuesto exclusivamente de uranio, el


elemento químico natural de mayor peso atómico entre los conoci-
dos, su densidad (δK) resulta casi cuatro veces mayor que la densidad
terrestre:
δK = 19 g/ cm3
δK ≈ 4 · δT

Este resultado es muy inferior al planteado (δK = 15 · δT).


Para que Krypton tuviese una gravedad quince veces mayor
que la Tierra debido únicamente a su densidad (que debería ser de
δK = 75g/cm3, un valor que surge de multiplicar por 15 la densidad
terrestre) no se conoce ninguna sustancia ordinaria cuya densidad
alcance tales valores.

b) ¿Era Krypton quince veces más grande que la Tierra?


La información que se posee sobre los planetas que conforman
el Sistema Solar es que tienen diversos tamaños y que sus respecti-
vas geologías dependen significativamente de sus dimensiones. Un
grupo de planetas tienen radios más de cuatro veces mayores que el
radio terrestre; se trata de Urano, Neptuno, Saturno y Júpiter, mun-
dos prácticamente gaseosos, a los que por su tamaño se los suele
denominar planetas gigantes.
El conocimiento acumulado sobre los planetas del Sistema Solar
ha servido de base para explicar la formación planetaria. Se conside-
ra que los planetas se constituyeron a partir de una nube de gas y de
polvo, con forma de disco y en rotación, ubicada en el espacio más o
menos coincidentemente con el plano ecuatorial de la estrella cen-
tral. Los materiales de ese disco planetario describirían trayectorias
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 78

circulares, en el mismo plano y dirección en que lo hacen actualmen-


te los planetas.
Esa explicación da cuenta de que es muy difícil que se formen
planetas tanto en las zonas próximas al Sol como en las muy aleja-
das, debido a la escasez de material para ello y a que, además, allí
experimentan temperaturas inadecuadas, altas o bajas. Al pensar
en la existencia de otros planetas, revolucionando alrededor de otras
estrellas y, sobre todo, al comenzar a hallarlos observacionalmente
(en el siglo XXI), la formación de esos planetas extrasolares también
pasa a ser modelada con la misma teoría que se aplica a los mundos
del Sistema Solar.
Por otra parte, en la actualidad existen evidencias de que los exo-
planetas son todos de grandes dimensiones, presumiblemente gaseo-
sos y con órbitas suficientemente alejadas de su estrella central, de
modo que su más débil radiación no alcance a dispersar sus superfi-
cies gaseosas (básicamente formadas de hidrógeno y helio).
La concentración de elementos más pesados con los cuales se
formarían planetas sólidos20 resulta sensiblemente menor, de modo
que esos mundos tenderían a ser más pequeños que los gaseosos y,
también, a ubicarse más cerca de su estrella central. Además, aunque
los planetas sólidos se formasen con enormes dimensiones, las fuer-
zas gravitatorias provocadas por su estrella central (que los astróno-
mos denominan fuerzas de marea) acabarían rompiéndolos en peda-
zos. Por lo tanto, la civilización de Krypton no podría haber surgido en
un planeta gigante y gaseoso con un radio 15 veces más grande que el
radio terrestre. De hecho, cuando se ha representado Krypton aparece
como un astro sólido, con atmósfera.

20. Los elementos que formarían un planeta sólido (por ejemplo, carbono, silicio
y hierro) comprenden apenas el 2% de la masa elemental del universo conocido.
Enseñar ciencia: un pacto de ficción

Nuevos argumentos,
vieja gravedad
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 82

T
al como razona Kakalios (2006), la astrofísica moderna ha aportado
algunos datos y desarrollado ciertas teorías que hacen posible uno
de los dos argumentos dados para entender la estructura de Krypton.
Cuando cierta cantidad de gas hidrógeno se agrega en el espacio, si
alcanza una concentración considerable en su centro, la compresión
gravitatoria resulta intensa y los núcleos atómicos, literalmente, se
fusionan entre sí. Esto genera nuevos núcleos –más masivos– y se li-
bera energía mediante un fenómeno denominado fusión nuclear.
Mediante esa auténtica transformación nuclear, se explica cómo se
enciende una estrella. La energía que mana del interior de la estrella y
se irradia hacia su exterior es demorada (en algunos casos directamen-
te detenida) por la fuerza gravitatoria que, como siempre, es atractiva;
aquí actúa de afuera hacia adentro, esto es, la gravedad comprime al
astro. Mientras ambos fenómenos –flujo de radiación y contracción
gravitatoria– estén equilibrados, el radio estelar se mantendrá estable
y, de ese modo, la estrella consigue ser un cuerpo compacto.
Ahora bien, cuando se agota el hidrógeno, significa que se ha fu-
sionado todo el hidrógeno en núcleos de helio Una parte de estos se
fusionarán a su vez en núcleos de carbono, alguno de los cuales se
comprimen a la par para formar nitrógeno, oxígeno y, del mismo modo,
el resto de los elementos químicos, hasta que llegan a formar hierro,
momento en el que el proceso de fusión parece detenerse.
En esa situación, el equilibro que sostiene a la estrella comienza
a esfumarse. Ya no se libera tanta energía, predomina la presión de la
gravedad y, en un lapso relativamente corto, la contracción gravitato-
ria acaba comprimiendo el material estelar en un volumen sensible-
mente inferior al que tenía inicialmente la estrella.
En esas circunstancias las presiones que resultan sobre su zona
central son tan intensas que tiene lugar un último impulso de fusión.
Por ese impulso suelen generarse algunos núcleos atómicos nuevos,
más pesados que el hierro (por ejemplo, uranio) al mismo tiempo que
se libera una cantidad de energía extraordinaria (semejante a una ex-
plosión formidable). Este suceso se conoce como “fase de supernova”
y, cuando sucede, los elementos formados en el interior son despe-
didos a la zona circundante ,es decir, el espacio exterior a la estrella.
Cuando la estrella es de grandes dimensiones y enorme masa, la
presión gravitatoria en su centro es tan intensa que, incluso después de
estallar y expulsar casi toda la materia, queda un gran cuerpo remanente
cuya gravedad es tan enorme que la compresión que genera afecta su
83 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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estructura atómica de modo peculiar: los protones de los núcleos ató-


micos y los electrones se prensan formando neutrones; además, esos
neutrones están tan comprimidos que prácticamente se tocan entre sí.
Por esa razón, esos remanentes de supernovas suelen parecerse a
cuerpos sólidos compuestos únicamente de material nuclear (neutro-
nes) y se los denomina “estrellas de neutrones”; su rasgo principal es
que tienen una masa enorme aprisionada en un volumen pequeño. Su
densidad es extraordinaria: si fuese posible contener ese material de
alguna manera, en la Tierra, una cucharita de té colmada con materia de
una estrella de neutrones pesaría más de 100 millones de toneladas.21

Fuente: Viñeta de Wayne


Boring perteneciente a
la historia “The kid from
Krypton!”, en Action
Comics, Nº 158, DC
Comics, julio de 1951,
p. 3 Traducción del autor.
Jor-El, el padre biológico de Kal-El (Superman) explica el peligro que amenaza a
Krypton. Dice Jor-El: “El fin de nuestro mundo está cerca. Krypton tiene un núcleo de
uranio, cuyas reacciones en cadena pronto llegarán a un punto crítico. Entonces nuestro
planeta explotará como una gigantesca bomba atómica”. No obstante, sus colegas
científicos no dan crédito a sus argumentos (“¡No, no! ¡Es imposible!” le responden).

21. La densidad de una estrella de neutrones se estima en 1011g/cm3. Estos astros


fueron propuestos originalmente por los astrónomos W. Baade y F. Zwicky en 1934
(4 años antes de que apareciera Superman). No se comprobaría su existencia has-
ta 1967, cuando J. Bell Burnell y A. Hewish descubrieron los “púlsares”, singulares
estrellas de neutrones que emiten radicación electromagnética a intervalos regu-
lares (auténticos “pulsos” energéticos) vinculados con su rotación. Hoy se conocen
varios centenares y en uno de ellos se descubrió (en 1992) que tiene planetas gi-
rando a su alrededor.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 84

Krypton y la
estrella Rao.

Fuente: Superman
Nº 146 (1961).

A partir del conocimiento de la existencia de astros con tan grandes


densidades puede pensarse que la alta densidad de Krypton se podía
deber a que en su interior poseía un fragmento pequeño de materia
semejante a la de una estrella de neutrones; si así fuera, es razonable
pensar que su gravedad aumentaría significativamente. En otras pala-
bras, si un planeta del tamaño de la Tierra (más de 6000 km de radio)
tuviera un pequeñísimo volumen de materia de estrella de neutrones en
su interior, la masa adicional que le aportaría conseguiría aumentar es-
pectacularmente la gravedad en la superficie de dicho planeta. En par-
ticular, sólo haría falta una esfera de materia de estrella de neutrones
de unos 600 metros de radio en el centro de un planeta de tamaño te-
rrestre para generar una gravedad superficial de 150m/s2, justamente
unas 15 veces más potente que la gravedad terrestre.
De este modo podríamos pensar que Krypton era un planeta bastan-
te más denso que la Tierra debido a que en su composición había ma-
85 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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teriales superdensos, semejantes a los de una estrella de neutrones (1ª


hipótesis) en lugar de justificar su gran gravedad a través de considerar
a Krypton un planeta mucho más grande que el nuestro (2ª hipótesis).
Las últimas nociones físicas que comentamos permiten explica-
ciones adicionales sobre la historia de Superman; en particular, acer-
ca de las causas posibles de la destrucción del Krypton:
1)Un interior planetario que tuviera un fragmento de material se-
mejante al de una estrella de neutrones, generaría una intensa activi-
dad geológica debido a los esfuerzos gravitatorios que causaría sobre
la superficie del planeta, y determinaría una estructura altamente
inestable que, inexorablemente, acabaría por producir su fragmenta-
ción; luego dependería de otros factores, que esa desintegración aca-
be en un estallido.
2)Actualmente, hay cierto consenso en los guionistas de Super-
man en que la causa de destrucción de Krypton fue que la estrella
(llamada Rao) alrededor de la cual orbitaba, alcanzó la fase de super-
nova. Su estallido ocasionó la destrucción total de Krypton. Además
de las historietas, esta situación se mostró en el filme Superman: la
película, estrenada en 1978. En ese film se muestran dos fenómenos
catastróficos, combinados: Krypton explota desintegrándose (debido
a la inestabilidad de los materiales radiactivos de su interior) y simul-
táneamente la estrella Rao se convierte en supernova.

¿Es un pájaro, es un avión?

En los episodios de radio22 y luego en la apertura de los primeros


dibujos animados de Superman, un locutor anunciaba: “¡Más rápido
que una bala! ¡Más poderoso que una locomotora! ¡Capaz de saltar
edificios en un solo salto! ¡Miren! ¡Arriba en el cielo! ¡Es un pájaro! ¡Es
un avión! ¡Es Superman!”
El juego de palabras para indicar que Superman surca el cielo, aso-
ciándolo con un artefacto (el avión) o un ser vivo volador (un pájaro) daba
cuenta de uno de los rasgos extraordinarios del personaje: desplazarse
en las alturas, por encima de todos los humanos. Como mencionamos

22. http://www.publispain.com/superman/superman_radio.htm.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 86

antes, la capacidad de volar de Superman no fue un atributo original del


personaje, ya que en los inicios sus habilidades maravillosas tenían una
lógica fundada en considerar algunas leyes físicas, en situaciones nue-
vas –extremas– como la adaptación de un ser preparado para vivir en un
planeta de cierta gravedad al llegar a otro mundo de gravedad menor.
Existe en las historias de los superseres voladores cierta indife-
rencia conceptual entre los conceptos vinculados con sus habilidades
de dominar la gravedad, desprenderse del suelo a voluntad y atravesar
el paisaje aéreo del planeta, viajar de un mundo a otro o, directamen-
te, surcar el espacio intergaláctico. Para poder analizar ese compor-
tamiento describiremos brevemente los conceptos de levitar, saltar y
volar, que esperamos sean útiles para trabajar las historias de super-
héroes controladores de la gravedad. Una vez más, siguiendo a Kaka-
lios (2006), nos ocuparemos del Superman original de Siegel y Shuster.

Levitar
Aunque hoy los términos “leve” y “grave” aparecen en el lenguaje
cotidiano como sinónimos de ligereza o profundidad (basta con pensar
en heridas leves o heridas graves, o en faltas leves o faltas graves, por
ejemplo), su origen se vincula con la física antigua y se relacionan con
los fenómenos gravitatorios. Cuando Aristóteles explicaba el movi-
miento local de los cuerpos, decía que era debido a cierta cualidad que
poseen, a la que definía como una “tendencia a ocupar su lugar natural”.
Ante la certeza de la Tierra como el centro del universo –decía Aristó-
teles– el lugar natural de los cuerpos graves (una roca por ejemplo) es
abajo, entendiendo que refiere el sentido de un movimiento hacia el
suelo; el de los cuerpos leves (humo, por ejemplo) es arriba, es decir, el
sentido que aleje al cuerpo del suelo.
Esto hace que para levantar un grave (levantar o elevar un cuerpo
pueden considerarse como acciones tendientes a hacer leve a un gra-
ve) se deba ejercer una acción (definida como violenta) sobre el cuerpo,
Ilustración de ya que este se resiste a abandonar su lugar natural. Cuando cesa esa
Superman, violencia, el cuerpo vuelve a moverse, pero ahora hacia abajo (se cae).
levitando. Siglos más tarde, en tiempos de Newton, la idea de levedad cayó
Fuente: Revista en desuso, dado que todos los cuerpos resultaron ser graves y la cua-
Adventures of lidad que los identificaba comenzó a ser identificada como gravedad.
Superman, Nº 634,
DC Comics, enero De esta manera, la elevación de un cuerpo se convirtió entonces en un
de 2005. trabajo necesario para resistir temporalmente la fuerza de gravedad
87 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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terrestre que afecta dicho cuerpo; mientras el cuerpo esté elevado, no


caerá (apenas cese ese trabajo, la fuerza de gravedad quedará libe-
rada y el cuerpo se moverá hacia la superficie terrestre). Irremedia-
blemente, entonces, al elevar un cuerpo, debe ejercerse una fuerza
contraria a la de la gravedad, al menos de igual intensidad.
A partir de lo anterior, podemos decir que la levitación es la acción
mediante la cual un cuerpo se sostiene estable en el aire sin mediar nin-
gún otro objeto o agente externo que ejerza trabajo sobre dicho cuerpo.
La idea de vencer la fuerza que nos mantiene posados sobre el mundo
fue siempre un deseo profundo para los seres humanos y su concreción,
un fenómeno cercano al milagro. En crónicas de diferentes culturas y
distintas épocas, se narran historias con personas que levitaron: sus
cuerpos se elevaron suavemente del suelo, quedaron en suspensión du-
rante cierto lapso yluego descendieron tan apaciblemente como habían
ascendido. En términos físicos, que levite un cuerpo implica que este:
1) debe encontrarse en presencia de un campo gravitatorio (por
ejemplo, sobre la superficie de un astro) ya que esa acción implica
dominar su peso (la fuerza de gravedad que ejerce ese campo), y
2) debe experimentar algún efecto que contrarreste su peso al me-
nos durante cierto tiempo, para poder mantenerse suspendido.

En general, parece obvia la primera premisa y la segunda puede


ser interpretada de diferentes maneras. Dicho de otro modo, la levita-
ción puede atribuirse a:
a) Efectos sobrenaturales y/o mágicos. Esta interpretación conside-
ra a la levitación una cualidad humana que permitiría dominar la
gravedad en un sitio determinado mediante energías desconocidas
para la Física; no es sólo la anulación de su peso, sino la capacidad
de moverse en suaves ascensos y descensos. Por la capacidad de
levitar se entiende generalmente la habilidad mental de generar
cierto tipo de energía (denominada energía psíquica) capaz de pro-
ducir un efecto antigravitatorio que provoca que el propio cuerpo
pueda flotar sobre la superficie terrestre, en sentido vertical23. En

23. La levitación se puede producir en ausencia de aire, por lo que no es del todo
correcto hablar de que la persona flota (aquí no hallamos una analogía mejor). La
verticalidad a la que hacemos referencia da cuenta de una dirección radial respec-
to de la Tierra, independientemente de la postura que tenga la persona levitante
(parada, acostada, etc.).
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 88

textos de magia y actividades paranormales, se indica que quien


controle esa energía levitatoria puede, además, regular también
cuánto se eleva del suelo sin un límite claro sobre hasta dónde pue-
de llegar. Cuando esa energía es suficiente y su control es posible,
se asegura que pueden ser posibles dos fenómenos asociados en
persona que levita: (a) moverse por sí misma controlando la direc-
ción de su desplazamiento (no sólo vertical) lo que permitiría cierto
vuelo limitado, y (b) poder acarrear objetos consigo e, incluso, car-
gar una persona.
Alex Needham/Wikipedia

Tren impulsado
por levitación b) Efectos físicos, reales. La sustentación estable de ciertos artefac-
magnética. tos, como los helicópteros, es un tipo de levitación que se logra
mecánicamente, al conseguir variaciones de presión en el aire que
los rodea; una combinación precisa de esas presiones permite in-
cluso el ascenso y descenso de esos aparatos, dando la sensación
de anular la gravedad al manipular las fuerzas de empuje que pro-
ducen en el aire. Por otra parte, resulta redundante señalar que,
en ausencia de atmósfera, los helicópteros no suben ni levitan (no
pueden sostenerse fuera de la superficie de reposo).
Si se carga eléctricamente un cuerpo y se lo ubica en un campo
eléctrico adecuado, es posible generar sobre él una fuerza eléc-
trica opuesta a la gravitatoria y con tal dirección que mantenga al
89 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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cuerpo en suspensión. Este tipo de fenómeno, que suele llamarse


levitación electrostática, es interesante tenerlo en cuenta si el do-
cente en alguna ocasión quiere explicar la experiencia crucial en
la que el físico norteamericano Millikan midió la carga eléctrica
del electrón y por la cual obtuvo el Premio Nobel en 1923.24 Por
último, también es posible generar que un cuerpo se mantenga
suspendido en forma estable, aplicando fuerzas magnéticas que
contrarresten su peso. Hay curiosos efectos producidos por levi-
tación magnética y diferentes dispositivos para lograrla (incluso,
complejos artefactos tecnológicos la utilizan).25
c) Efectos ficcionales o fantásticos.

Se comparan las habilidades de Superman (particularmente su salto) con las de


ciertos insectos.

Fuente: Action Comics Nº 1, DC Comics, junio de 1938, p. 1. Traducción del autor.

24. La experiencia de Millikan a la que hacemos referencia se conoce como el ex-


perimento de la gota de aceite.
25. Por ejemplo, medios de transporte que usan la levitación magnética para la
suspensión, guía y propulsión de vehículos, particularmente trenes.
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En la siguiente secuencia, Supergirl (en Argentina, Superniña), la prima de Superman, evoca los argumentos que le
diera Superman para que comprendiese la causa de sus superpoderes.
1 “Entonces, mientras realizaba su patrulla regular, Superman avistó mi llegada a la Tierra ...”

Superman: ¡Gran Scott! Una jovencita... ¡ilesa!


Superniña: En la Tierra soy invulnerable como vos. Mi madre me hizo un traje como el tuyo porque soy tu prima de Krypton.
2 “Después le dije mi historia, encontré mis nuevas superpotencias desconcertante ...”

Superniña: Pero… ¿Por qué nuestro pueblo no era también superfuerte cuando estaba libre de la pesada gravedad
de Krypton?
Superman: Porque nuestros superpoderes provienen en parte de la menor gravedad terrestre, pero fundamental-
mente de los rayos ultra-solares que penetran día y noche en la Tierra. Esos rayos sólo pueden afectar a las perso-
nas que nacieron en sistemas solares, diferente al de la Tierra.
3 Superman: Y sólo las estrellas amarillas como el sol de la Tierra emiten esos rayos súper energéticos. En los

planetas con soles no amarillos, no seríamos superpoderosos, tampoco en condiciones de menor gravedad.
Superniña: ¡Ya veo! Krypton tenía un sol rojo, por eso la gente del lugar que vivía no llegaron a ser superfuertes.
4 “Pero el trágico final de mis padres me trajo otra pregunta ...”

Superniña: ¿Por qué la kriptonita es mortal para nosotros?


Superman: Sus rayos pueden penetrar a través de la piel en nuestras venas y cambiar los glóbulos rojos a verdes.
Ese envenenamiento de la sangre, inevitablemente, provoca una fatal "fiebre de Kriptonita" (...). Por otra parte, la
kriptonita roja nos afecta de manera diferente ... pero eso es otra historia

Fuente: Viñetas escogidas de “Supergirl´s greatest victory!” de Otto Binder y Jim Moony, en Action Comics Nº 262 , DC
Comics, marzo de 1960, p. 5 .

La posibilidad de vencer la gravedad (¡y dominarla!) a través de efec-


tos levitatorios está presente en múltiples narraciones de la literatura.
Mencionamos, como ejemplo, la novela Un descubrimiento prodigioso
(1867) de J. Verne o Los primeros hombres en la Luna (1901) de H. G. Wells,
por citar tan sólo dos obras clásicas de la literatura de ciencia ficción.
Entre los protagonistas no fueron pocos los que mostraron sus
habilidades de levitación como medio o fin en alguna de sus aventu-
ras, particularmente en historias de hechiceros, brujos, magos e ilu-
sionistas. Todos usan habilidades mágicas, hipnóticas, paranormales
o simplemente poderes oscuros para levitar. En las historietas se des-
tacan los magos Mandrake (1934) de Falk y John Zatara (1938) de F.
Guardineer, que aparecen al mismo tiempo y en la misma revista que
el primer Superman.
Zatara protagonizaba las portadas de la revista en la que aparecían las primeras aventuras de Superman.
En esta ilustración el mago observa el cohete en el que fuera lanzado Superman luego de explotar su mundo natal.

Fuente: Portada de F. Guardineer en Action Comics Nº 12, DC Comics, mayo de 1939.


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derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 92

En todos los casos, es posible dominar la gravedad mediante he-


chizos, conjuros, talismanes o fórmulas nigrománticas, que permiten
a objetos y personas flotar por tiempo indeterminado, cumpliendo la
voluntad de quien así lo desease; la acción representada en las viñe-
tas es cierto tipo de suspensión en el aire. Por otra parte, el Superman
original de Siegel y Shuster tampoco levitaba.
Superman nunca tuvo poderes mágicos ni capacidad para ma-
nejar fuerzas eléctricas y/o magnéticas. De modo que si consiguió
variar la presión del aire para conseguir levitar se debió a sus ex-
traordinarios pulmones, que le permitían además realizar soplidos
sobrehumanos. Como mencionamos, Superman sólo podía realizar
grandes saltos, una forma de aprovechar la menor gravedad terres-
tre por su cuerpo kriptoniano. Ahora bien, cuando se inspecciona el
Superman actual, sus superhabilidades se han extendido tanto, que
no sólo consigue mantenerse suspendido –en franca posición levi-
tante– sino que incluso es capaz de hacer levitar otros objetos (Su-
perman II, 1980).
En el nuevo Superman, la razón de esta capacidad para dominar
totalmente las fuerzas de gravedad (tanto en la Tierra como en el es-
pacio) es debida a los superpoderes que le otorga su cuerpo kriptonia-
no en presencia de un sol amarillo, cuya energía radiante dota a sus
células de propiedades extraordinarias.

En estas viñetas se muestran los preparativos de Superman para saltar. Izquierda: Superman se acuclilla y
tensa sus músculos para realizar un gran esfuerzo…” Dice: “¡Apuesto a que siguiendo ese avión voy a ir directo
hacia Luisa! Derecha: “Los músculos de acero propulsan a Superman bien arriba, hacia la estrósfera…” Dice: “¡Un
dirigible colosal!”.

Fuente: portada de F. Guardineer en Action Comics, Nº 12, DC Comics, mayo de 1939.


Incluimos esta secuencia de viñetas, para mostrar las acrobacias que debía hacer Superman para salvar a un
hombre en caída libre; sus piruetas dejaron de ser necesarias cuando se le otorgó la capacidad de vuelo.

Fuente: Action Comics Nº 39, DC Comics, agosto de 1941, p.6.


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Saltar
Entre las acepciones del verbo saltar que aparecen en los diccio-
narios, se hallan: “arrojarse desde cierta altura, generalmente para
caer de pie, levantarse o desprenderse algo con un impulso fuerte,
caer el agua de una corriente salvando un desnivel, romperse o explo-
tar violentamente, dar muestras repentinas de enfado o desacuerdo,
aparecer de repente una cosa a la imaginación o a la memoria, mover
una pieza de un juego, como el ajedrez o las damas, pasándola por
encima de otra, pasar de una cosa a otra sin orden, omitir algo al leer
o escribir, lanzarse alguien en ataque, y ascender laboralmente a un
puesto más alto,”. Hemos descartado todas las acepciones menciona-
das. En este texto, de las variadas interpretaciones de saltar, tomare-
mos aquella que se vincula con la física.
El fenómeno del salto puede describirse como un movimiento ca-
racterizado por ciertas fases más o menos definidas:
• un impulso inicial, es decir, una fuerza aplicada durante un cierto
lapso, un empuje que consigue “apartar” el cuerpo de la superficie
donde se halle posado (en general, subiendo),
• un desplazamiento en el aire (vertical, curvo, etc.) y, finalmente,
• un descenso o caída.

Físicamente, cuando una persona busca saltar hacia arriba em-


puja el suelo para impulsarse (acción) hacia abajo. Es la fuerza que
ejerce el suelo contra esa persona (reacción) la que la hace saltar.
Hablaremos de saltos que se realizan para cubrir la mayor distancia
posible y, simultáneamente, buscan alcanzar grandes alturas. Esta
elección es debida a que en el primer Superman se mencionaba como
una de sus capacidades sobrehumanas, la de saltar grandes edificios
y cubrir enormes distancias.
La trayectoria de la mayoría de los saltos ejecutados por el cuerpo
humano son considerados movimientos parabólicos; como el cuerpo
de Superman es morfológicamente idéntico al de un ser humano po-
demos entonces comparar sus saltos con los de un hombre común.
Por otra parte, cualquier sujeto, cuando salta, lo hace con una deter-
minada velocidad inicial y, una vez que ha despegado del suelo, su
cuerpo (sometido siempre a la fuerza de gravedad) hace que su centro
de gravedad describa una parábola.
En cuanto a la eficacia de los saltos que realizan las personas,
queda delimitada por varios factores mecánicos. Por ejemplo, el in-
95 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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vestigador Hay (1993) enumera: precisión y posición del cuerpo en el


despegue, altura y velocidad del despegue, ángulo de despegue, resis-
tencia del aire, posición del cuerpo al contactar con el suelo y acciones
de aterrizaje .
Considerando un superpersonaje de habilidades extraordinarias
como Superman, podemos caracterizar algunos de estos factores:
• Se le adjudica tal grado de destreza física a Superman que sus
saltos tienen siempre la dirección y sentido que la circunstancia
impone, por lo que poco puede agregarse sobre la precisión de sus
movimientos en el despegue de sus saltos.
• Sobre la posición del cuerpo al despegar o al aterrizar, los dibu-
jantes de Superman se preocupan de copiar con gran detalle las
posiciones de nadadores clavadistas y otros atletas; incluso dan
cuenta de la tensión de sus músculos en el impulso inicial o en
el momento de volver a tocar tierra firme. Es decir, el kriptoniano
realiza maniobras semejantes a las que puede hacer un hombre
común que se dispone a saltar o que termina de hacerlo.
• Si enfocamos los ángulos de despegue, físicamente el de 45º es el
que permite alcanzar la mayor longitud en aquellos movimientos
parabólicos en que el centro de gravedad en la salida y en la llega-
da se encuentre a alturas similares.26 En general, son ángulos de
ese orden los que se aprecian en las viñetas de Superman, excep-
to cuando su despegue es vertical.
• Con respecto a la altura desde donde se produce el salto, para un
superhéroe como Superman esto no es relevante, porque nada lo
intimida: desde el suelo, desde lo alto de un edificio, en un puente,
un árbol, o desde la profundidades del océano.
• En el caso de Superman, un ser al que Siegel y Shuster le adjudi-
caron una piel superresistente y una fuerza colosal, no tiene mu-
cho sentido hablar de la resistencia del aire, la cual, puede consi-
derarse físicamente despreciable.

26. Sin embargo, en los saltos horizontales realizados por personas, sus centros
de gravedad en el arranque se encuentran más alto que en la llegada, cuando caen.
En esos casos, los ángulos óptimos para conseguir el mayor alcance deben ser algo
superiores a 20º. No obstante, no se puede determinar un único ángulo óptimo, ya
que este variará en función de la diferencia de alturas entre el centro de gravedad
en el impulso inicial y el centro de gravedad en la llegada.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 96

Resta analizar entonces las distancias que cubría en sus saltos


y las velocidades alcanzadas. Los primeros indicios aparecen en su
primer número donde se afirma que Superman es capaz de saltar 1/8
de milla (unos 200 m) que equivale a la altura de un edificio bastante
alto para la época (1938); esa longitud será la cota para estudiar su
habilidad. Como es razonable, cuanto más alto se desea saltar, mayor
ha de ser la rapidez durante el despegue del suelo; esto da indicios de
que existe cierto vínculo entre la velocidad inicial y la altura final que
se alcance en el salto (sea horizontal o vertical). ¿Qué velocidad nece-
sitaría Superman, para elevarse 200 m desde una vereda de la ciudad
de Metrópolis?
La respuesta remite a los principios de Newton, que pueden resu-
mirse en dos ideas básicas (Kakalios, 2006):
1. cualquier cambio en el movimiento de un cuerpo resulta solamen-
te de la aplicación sobre él de una fuerza externa,27 y
2. entre cuerpos que interactúan, las fuerzas se manifiestan de a
pares (acción y reacción de Newton).

Para alcanzar un salto de 200 m parece evidente que el Superman


de Siegel y Shuster debía despegar del suelo con una velocidad ini-
cial considerable; en primera instancia no es relevante considerar su
ángulo de salto pero, para simplificar cálculos, lo tomaremos de 90º
(Superman salta verticalmente).28
A medida que asciende, su velocidad disminuye continua y pau-
latinamente como si algo lo frenase. Si la energía del movimiento es
debida sólo a su impulso inicial,29 cuando llegue al punto más alto de
su trayectoria, Superman se detendrá. En otras palabras, allí su velo-
cidad será nula, Superman queda en estado de reposo (si no se detu-
viera, seguiría subiendo por encima de la cota acordada).

27. Esta idea básica puede descomponerse en dos nociones fundamentales pre-
sentes en todos los texto de física elemental: un objeto permanece en reposo o, si
se mueve, lo hace siguiendo una línea recta si no existen fuerzas externas actuan-
do sobre él y ,si se aplica una fuerza externa, el movimiento del objeto cambia en
magnitud y dirección, siendo la proporción del cambio (su aceleración, (a) multipli-
cada por su masa (m) igual a la fuerza (F) aplicada (en símbolos: F = m · a).
28. Dejamos al lector seguir un razonamiento semejante para un salto oblicuo.
29. Con esto queremos decir que no hay nuevos impulsos luego de despegar, algo
que en la actualidad es habitual en los superhéroes.
97 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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La causa por la que Superman se frena se interpreta así porque


opera una fuerza externa sobre él, que lo tracciona hacia el suelo.
Como intuye el lector, dicha fuerza se debe a la gravedad terrestre y se
opone a su ascenso porque siempre es atractiva, y actúa en dirección
radial hacia el centro de la Tierra; esa fuerza causa en Superman una
deceleración que culmina allí donde acaba su ascenso (200m).
Ahora bien, puede comprobarse que la fuerza de gravedad terrestre
es prácticamente la misma al comienzo, en el transcurso y en el punto
más alto del salto; tampoco varía la deceleración g que se genera.30
Con el objeto de estimar qué valor de velocidad inicial VInicial alcan-
za Superman para saltar 200m verticalmente, introducimos algunas
nociones de cinemática elemental. Cuando un móvil se desplaza en
línea recta la distancia d que recorre puede precisarse como el pro-
ducto de su velocidad media (ver recuadro) por el tiempo t que dura su
desplazamiento. Es decir
d = [VMedia] · t

La velocidad media es la suma de la velocidad inicial más la velocidad final,


dividida por dos. En símbolos:
[V +V ]
VMedia= Inicial Final
2
En el salto que analizamos la velocidad final es nula, esto es
VFinal = 0
por lo tanto, la velocidad media resulta:
VInicial
VMedia=
2

Debido a que no sabemos cuánto dura el salto de Superman, sino


sólo su altura final, consideramos que:
a. Para el mismo móvil, su aceleración a es la variación de su veloci-

30. Según la ley de Newton, la fuerza de gravedad depende de la inversa del cua-
drado de la distancia entre Superman y la Tierra; como antes, tomando el radio
terrestre (algo más que 6000 km) como la distancia entre ambos, una variación de
apenas 200 m puede considerarse insignificante para nuestro análisis.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 98

dad en el tiempo; simplificadamente, esto puede calcularse como


la diferencia entre la velocidad final y la velocidad inicial respecto
al tiempo t y se expresa como a = [VFinal - VInicial]/t. En el caso de
Superman, dado que al final de su salto se detiene, implica que su
velocidad final es nula [VFinal = 0]. Por otra parte, ya mencionamos
que el factor que afecta su velocidad es la aceleración de la grave-
dad terrestre gT, por lo que entonces expresaremos esa situación,
reemplazando a por g, de la siguiente manera gT = – [VInicial]/t
b. La velocidad media también puede expresarse como la distancia
neta recorrida en relación al tiempo t empleado en hacerlo. Esa
distancia puede calcularse como la diferencia entre la distancia
final alcanzada [dFinal] y la distancia inicial considerada como re-
ferencia [dInicial], por lo tanto:
VMedia = d
t
VMedia = [dFinal – dInicial] / t
En el caso que analizamos la distancia final es la altura h a la que
llega Superman en su salto (dFinal = h) mientras la distancia inicial
es cero, ya que medimos el salto desde la vereda. Por lo tanto, la ex-
presión de la velocidad media resulta VMedia = h/t. Como en este caso
VInicial (ver recuadro anterior) resulta
VMedia = h
2 VInicial = 2 · VMedia VInicial = 2 ·
t
Ahora bien, si se despeja el tiempo t de la expresión de la acelera-
ción gravitatoria t = (VInicial) /gt y también de la última expresión de la
velocidad inicial t = (2 . h / VInicial y luego igualando ambas expresiones
ya que se trata del mismo intervalo, despejando la altura h, resulta:
[VInicial] 2
h=
2 · gT
La razón por la que la altura h que puede alcanzar Superman en
su salto depende del cuadrado de su velocidad inicial se debe a que
el recorrido de su movimiento está expresado por el producto de la
velocidad por el tiempo durante el cual está ascendiendo, y el tiempo
que demora subiendo también depende, a su vez, de su velocidad ini-
cial. Esto es, cuanto más rápido va Superman al comienzo de su salto,
y cuanto más tiempo emplee la fuerza de gravedad en frenarlo, más
demorará en reducir su velocidad hasta detenerlo (algo que sucede,
invariablemente, en el punto más alto de su salto). Considerando que
99 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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gT 10 m/s2, la expresión anterior señala que la velocidad inicial de


Superman para alcanzar 200m de un salto debe ser VInicial = 62,5 m/s
es decir, cambiando de unidades: VInicial = 225 km/h
Por último, con Superman partiendo tan rápido, es sencillo esti-
mar que en poco más de un tercio de segundo t = 1/3s alcanzaría la
altura máxima que pusimos como cota. Con el mismo razonamiento,
podemos suponer que consigue su velocidad inicial en un tiempo algo
menor, digamos: t = 1/4s, un cuarto de segundo.
Lo siguiente es reflexionar acerca de cómo puede conseguir tal ra-
pidez y, para ello, retomamos la explicación mecánica del salto. Dado
que las fuerzas van de a pares, Superman tensa sus supermúsculos
–hasta se agacha un poco para ello– y sus piernas aplican una gran
presión contra el suelo, haciendo que el mismo suelo reaccione y lo
impulse en sentido contrario.
Como cabe esperar, para producir que un cuerpo como el de Super-
man se lance a 225 km/h hace falta una fuerza considerable en primera
aproximación y, a partir del segundo principio de Newton (F= m · a),31
podemos estimar la intensidad de esa fuerza F multiplicando la masa
mS de Superman por la aceleración a que adquiere al iniciar su salto,
es decir, la responsable de que alcance 225 km/h partiendo del reposo.
La aceleración aS de Superman es una consecuencia de la enorme
fuerza de los músculos kriptonianos de sus piernas aplicada contra el
piso. Como vimos, la aceleración aS puede expresarse como
[VFinal - VInicial]
aS =
t
pero ahora tendremos que la velocidad inicial es nula ya que Superman
parte del reposo en la vereda y la velocidad final es VFinal = 62,5 m/s
(con la que despega del piso). Así, la aS que adquiere para su salto es:

aS = 240 m .
s2

31. Los docentes conocemos que comprender la relación íntima entre masa, ace-
leración y fuerza es un desafío para la mayoría de los estudiantes, y que requiere,
como requisito previo, una comprensión de la masa (a menudo confundida con el
peso) a sabiendas de lo que se entiende por la aceleración (a menudo confundida
con la rapidez o la velocidad).Asimismo requiere saber lo que realmente se entien-
de por fuerza (a menudo confundida con energía o el mismo movimiento).
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 100

No hemos encontrado la historieta donde se mencione el peso


de Superman32 pero dada la altura y contextura con que es dibujado,
podemos considerar que, en la Tierra, una balanza indicaría que pesa
unos 100 kg-fuerza, por lo que tendría una masa entonces de 100
kg. En ese caso la fuerza FS necesaria para que salte verticalmente
200 m se puede calcular mediante la expresión FS = mS · aS y resulta
FS = 100 kg · 240 m/s2 , esto es FS = 24.000 kg · m/s2 que, recordando
que 1 Newton = 1 N = 1 kg · m/s2 resulta FS = 24.000 N
Surge entonces la cuestión: ¿Es sensato pensar que los músculos
de Superman puedan proporcionar una fuerza de 24.000 N?
En principio parece razonable, ya que los músculos de sus pier-
nas deberían al menos ser capaces de soportar su peso sobre Kryp-
ton, un planeta cuya gravedad es mayor que la terrestre. Avanzando
un poco más calculamos que la fuerza que hacen las piernas de Su-
perman en su salto más alto es de 16.360 N. Esta cantidad es un 70%
más de lo que la fuerza de sus piernas suministraría mientras estu-
viese quieto y de pie –es decir, soportando su peso– en Krypton.33
Así llegamos a que Superman, en su planeta de origen, pesaría unos
15.000 N. Por otra parte, sabemos que su peso kriptoniano queda
definido por su masa34 y por la aceleración de la gravedad en Krypton,
gK. Entonces, podemos estimarla de la siguiente manera:
Peso de Superman = [Masa de Superman] · [gravedad kriptoniana]
15.000 N = 100 kg · (gK)
gK = 150 m/s2
Comparado con la gravedad terrestre gT 10 m/s2 dice que gK = 15 · gT .
Esta relación habilitaría a justificar la elección hecha antes, al conside-
rar las características de Krypton.

32. Hablamos de su peso en la Tierra, ya que si está afectado por cierto tipo de kriptonita
puede variar bastante. Por otra parte, tampoco se conoce su peso en otros mundos.
33. Somos generosos ya que la mayor parte de las personas, al saltar, solamente
pueden aplicar una fuerza aproximadamente igual a su peso. Kakalios (2006).
34. Estimamos la masa de Superman en 100 kg.
101 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Volar
Lograr que un cuerpo esté en el aire es algo relativamente sencillo
(por ejemplo, saltando o arrojando un objeto) pero conseguir que ese
cuerpo se mantenga en el aire durante el intervalo que uno desee (le-
vite) y además que se dirija adonde uno quiera (vuele) ya es algo más
complejo de lograr.
Mantener un cuerpo en el aire requiere que la fuerza gravitatoria
esté equilibrada por otra fuerza que lo sostenga a cierta distancia de
la superficie terrestre. Por ejemplo, un globo que se infla con aire ca-
liente resulta más ligero que el aire circundante (entonces, más pesa-
do); esta situación alcanza para equilibrar la fuerza de gravedad que
atrae al globo al suelo (su peso). Como hay otros factores que afectan
su movimiento, el globo termina yéndose adonde lo lleve el viento.
Si al globo se le adhiere un ventilador es posible dirigirlo; de he-
cho, los globos con ventiladores se llaman dirigibles, como el famoso
Zeppelin. Un barrilete también utiliza fuerzas del aire para equilibrar
su peso, pero debe permanecer atado en un punto: tampoco puede di-
rigirse adonde uno quiera. Por otra parte, ni globos ni barriletes son
útiles para llevar carga.
Afortunadamente, se consiguió imaginar e inventar los aviones,
artefactos que pueden viajar rápido, es posible dirigirlos e, incluso,
permiten que se les cargue bastante. La comprensión de cómo logran
los aviones contrarrestar la fuerza de gravedad terrestre y la fricción
del aire atmosférico es un tema científica y tecnológicamente tan
complejo como apasionante.35
Los principios básicos del vuelo se agrupan en una rama de la
física llamada aerodinámica, nutrida de estudios sobre los gases en
movimiento y las interacciones a las que se someten los cuerpos su-
mergidos en ellos.
En términos físicos, una explicación elemental del vuelo (sin pre-
tensión de ser exhaustiva) necesariamente debe incluir la noción de

35. Al respecto, el docente podría mostrar un video sobre los hermanos Orville y Wilbur
Wright, disponible en la colección Maravillas Modernas de The History Chanel, titulado
“La tecnología de Kitty Hawk”, para presentar un panorama de la inventiva humana
ante problemas complejos, como el que plantea desplazarse en el aire sobre un objeto
pesado, venciendo una fuerza que jamás dejará de tironearlo hacia el suelo.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 102

fuerza de sustentación, causante del equilibrio del cuerpo volador. En


la generación de esa fuerza participan diferentes procesos, entre los
que es preciso mencionar:
• Un cuerpo plano, ubicado contra el viento con cierta inclinación
hacia arriba,36 puede quedar en equilibrio respecto de las fuerzas
gravitatorias (se dice que produce sustentación). Un ejemplo de
ello son los barriletes. Conocida esta propiedad, para aprovechar
al máximo las fuerzas que se originan por la variación de velocidad
y presión, cuando un cuerpo se sitúa en una corriente de aire, se lo
construye con formas precisas, mediante diseños que se denomi-
nan aerodinámicos. Las formas aerodinámicas son aquellas que
favorecen la sustentación y el desplazamiento en el aire. Las alas
de un avión son un buen ejemplo de un perfil aerodinámico.
• Cuando un ala se mueve en la atmósfera, se producen torrentes
de aire en su entorno (llamados flujos de aire). Esos flujos son
proporcionales: (1) a la ubicación hacia arriba que tenga el ala (a
mayor ángulo de ataque, mayor es el estrechamiento en la par-
te superior del ala.) y (2) a la velocidad con que el ala se mueve
respecto al aire que las circunda. De esta manera, un ala es muy
efectiva cambiando la velocidad del aire: el que fluye por encima
es acelerado mientras que el que fluye por debajo es retardado.
Incluso, aunque el torrente que pase por arriba tenga un camino
más largo, alcanzará el borde de salida antes que el torrente que
pasa por abajo.
• La disminución de presión por encima del ala es mucho más pro-
nunciada que el aumento de presión por debajo de ella. La circuns-
tancia en la que la porción del flujo de aire que rodea la parte su-
perior del ala alcanza una velocidad mayor que la porción del flujo
que se mueve debajo del ala, se describe por el llamado Efecto
Venturi (un fenómeno observado en ciertos fluidos en movimiento
que, al atravesar un conducto cerrado, disminuyen su presión y au-
mentan su velocidad). Como consecuencia de esa mayor velocidad
se genera una zona de menor presión de aire y, así, la superficie

36. Aviadores y expertos en aeronáutica, a esa inclinación la llaman “ángulo


de ataque”.
103 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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superior del ala soporta menos presión que la superficie inferior,


un fenómeno que se describe al tratar el Principio de Bernoulli.37
La diferencia de presiones en el ala entre sus partes superior e
inferior produce una fuerza que empuja el ala de la zona de mayor pre-
sión (abajo) a la zona de menor presión (arriba), en franca conformidad
con el Principio de Acción y Reacción de Newton. En otras palabras:
cada parcela de aire sufre un cambio temporal en su velocidad al ser
incidida por el ala y luego, al alcanzar el borde de salida, tenderá a
recuperar la velocidad del aire libre.
Un ala que se mueve a través del aire produce un flujo circulatorio
proporcional al ángulo de ataque y a la velocidad con que incide sobre
este aire. Ese flujo circulatorio es más rápido por la parte superior que
por la parte inferior del ala. La diferente velocidad produce diferente
presión y esta presión diferencial produce sustentación.
Además, la corriente de aire que fluye a mayor velocidad por encima
del ala, al converger con la que fluye por debajo, dirige a esta última ha-
cia abajo, produciéndose una fuerza de reacción adicional hacia arriba.
La suma de estas dos fuerzas es lo que se conoce como fuerza de sus-
tentación que, en definitiva, es la que mantiene al avión en vuelo.
Una persona que salta vuelve a la superficie terrestre casi inme-
diatamente; si arroja un objeto, sucede los mismo, irremediablemen-
te regresará al suelo. Por otra parte, la capacidad de volar ha sido un
ideal de los seres humanos desde hace milenios38 y se ha conseguido
apenas poco más de un siglo atrás, a través de la tecnología, es decir,
mediante el uso de máquinas voladoras.
En la literatura universal, los seres alados ocupan muchos relatos
y protagonizan epopeyas míticas y místicas, sea porque sus alas fue-
ran artificiales (Ícaro, por ejemplo) o bien nacieron con ellas (algunos
arcángeles).

37. Da cuenta de cómo se comporta un fluido en movimiento en un conducto cerra-


do (la energía del fluido permanece constante durante su recorrido). Si las partícu-
las de aire aumentan su velocidad es a costa de disminuir su presión y viceversa:
para cualquier parcela de aire, alta velocidad implica baja presión, y baja velocidad
supone alta presión. Esto ocurre a velocidades inferiores a la velocidad del sonido
ya que a partir de esta, suceden otros fenómenos que afectan esa relación.
38. Podemos echar mano a múltiples leyendas, cuentos y novelas que dan cuenta
de ese deseo.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 104

En las historietas de superhéroes, hay diversos personajes vola-


dores que tienen alas, como la bella “Lucero del Alba” (Dawnstar) –que
las bate tanto en la atmósfera como cuando se desplaza por el espacio
interestelar– o el rudo Hombre Halcón (Hawk Man) cuyas alas son en
realidad un complejo dispositivo antigravitatorio.
En su pormenorizado análisis de la física de los superhéroes,
Kakalios (2006) indaga si realmente es posible que un hombre vuele
con alas. Para ello considera la contextura de Warren Worthingthon III,
un superser creado por S. Lee y J. Kirb en 1963, para el célebre grupo
superheroico conocido como “Los X-Men”. La historia de Warren es la
de un ser humano común que en su adolescencia experimentó una ex-
traña mutación: le crecieron alas en sus omóplatos; entonces adoptó
el alias de Ángel.
Según la ficha del personaje, mide 1,8 m y pesa 68 kgf. Para ele-
varse, por lo tanto, sus alas deberían proporcionarle una fuerza sobre
el aire hacia abajo de al menos esos 68 kgf, de modo que la reacción del
aire sobre las alas equilibre su peso y lo mantenga por encima del suelo.
Si desea además acelerar y volar, entonces las alas de Ángel de-
berían proporcionarle una fuerza mayor que su peso con el fin de que
surja una fuerza de sustentación que le depare una aceleración neta en
el aire. Por ejemplo, si sus alas suministran una fuerza ascendente de
100 kgf mientras la gravedad ejerce una fuerza descendente de 68kgf,
entonces Ángel experimentará una fuerza neta y vertical de 32 kgf.39
Cuando deja de batir sus alas, sólo actúa sobre Ángel la fuerza
gravitatoria, que lo empuja hacia el suelo. Cuando está en el cielo
eventualmente podrá planear, pero deberá continuar aplicando una
fuerza hacia abajo sobre el aire para volar de verdad y no deslizarse
solamente.
Considerando la segunda ley de Newton una vez más (en símbolos
F = m · a) y considerando la masa de Ángel, esa fuerza hacia arriba
crea una aceleración de a = 3,35 m/s que le permite pasar de 0 a 96

39. Unos 100 kgf es una fuerza considerable para que la apliquen las alas de Wa-
rren, pero es razonable que una persona pueda presionar con algo más del peso de
su cuerpo. Hay múltiples ejemplos de pájaros (como el cóndor o el albatros) que
aunque de gran contextura son capaces de generar suficiente fuerza para volar
(Kakalios, 2006).
105 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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km/h en poco más de ocho segundos (8s) despreciando la considera-


ble resistencia del aire.
Ahora bien, los principios físicos que facilitan cierto entendimien-
to sobre el fenómeno de vuelo y que traducidos técnicamente permi-
ten construir artefactos para volar, no son muy útiles para dar cuenta
de la capacidad de vuelo que adquirió Superman a mediados de la dé-
cada de 1940.
Superman no tiene alas y su cuerpo, semejante en su contextura
al de un ser humano, no presenta justamente un diseño aerodinámi-
co.40 Si bien la diferencia de las gravedades entre Krypton y la Tierra
permite fundamentar razonablemente sus saltos extraordinarios, re-
sulta anodino utilizar la misma causa para explicar su vuelo.
Como ya lo mencionamos, paulatinamente se sumaron nuevas y di-
versas causalidades para sus superpoderes pero ninguna daba cuenta
de las habilidades (¡ni de su evolución!) que muestran las historietas.
El Superman actual domina la gravedad de forma desconocida para la
Física. No sólo consigue dominar la gravedad terrestre sino también la
atracción gravitatoria que puede producirle un planeta gigantesco o una
estrella cuando se acerca en alguna de sus travesías espaciales.
Como sucedió con otros superpoderes del kriptoniano (superfuer-
za, superoído, supervisión –de rayos X, calorífica, telescópica, micros-
cópica–, superaliento, supergusto, etcétera), su habilidad voladora lo
convirtió para siempre en un personaje fantástico, ya que Superman
no sólo puede volar, sino elegir el itinerario que desea en el instante
de impulsarse y, ya en el aire, alterar a voluntad tanto su trayectoria
como su rapidez, sin que ningún agente externo parezca influir en su
albedrío (Kakalios, 2006).
Por lo tanto, respecto del vuelo de Superman, convendrá hacer
un pacto con el personaje para entrelazar la ficción con la realidad y
considerar que se trata de un ser capaz de dominar cualquier tipo de
interacción física, no sólo la gravitatoria. Entonces sí, la excepción mi-
lagrosa queda establecida y sólo resta el disfrute de sus aventuras.

40. En las primeras ilustraciones aparecía en poses semejantes a las de un salto o


un trote por el aire; al volar, se lo ha dibujado en pose aerodinámica (por ejemplo,
con su cuerpo extendido en el aire, con los brazos extendidos).
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 106

Nota astronáutica
Hasta aquí se ha hablado de volar en el sentido convencional: un
objeto o un ser vivo que se desplaza en la atmósfera terrestre. Pero
desde el siglo XX, hay objetos que se desplazan fuera de la Tierra, que
viajan a otros mundos, incluso que han salido del Sistema Solar y se
dirigen a otras estrellas. Esos movimientos están lejos de parecerse al
vuelo que se ha descrito, aunque muchas veces se use la misma pala-
bra para indicar su movimiento en el espacio.
Las naves espaciales, sondas, satélites y demás artefactos astro-
náuticos no utilizan los principios físicos del vuelo para trasladarse
por el cosmos. En gran medida se mueven en trayectorias definidas,
utilizando la gravedad de los mundos que atraviesan o hacia donde se
dirigen. Sólo los transbordadores espaciales combinan ambas destre-
zas físicas: la de sacar provecho del campo gravitatorio terrestre para
orbitar el planeta, y la del vuelo, para aterrizar.
Los superhéroes, sin embargo, parecen desconocer cualquier
principio gravitatorio fuera de la Tierra, excepto la gravedad superfi-
cial de los mundos que visitan. Es evidente comprobar que el entrena-
miento de Superman en la atmósfera terrestre, por ejemplo, le permite
realizar las mismas maniobras de vuelo en el vacío extraterrestre. Si
se debe acercar a un astro de gran masa, como el Sol o un conjunto de
estrellas, su presencia no lo inmuta en absoluto. Superman, incluso,
escoge cambiar abruptamente su rapidez o la dirección de su trayec-
toria espacial sin que gravedad alguna haga que disminuya o se anule
el dominio de su cuerpo o su estabilidad.

Superpoderes gravitatorios

En esta sección incluimos algunos personajes que fueron conce-


bidos ex profeso para dar cuenta de un superpoder que dominase la
gravedad. Como mencionamos, hay superhéroes místicos que consi-
guen esa habilidad a través de fuerzas ocultas y talismanes, dos agen-
tes no naturales de los que no nos ocuparemos.
107 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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La identificación de una fuerza o poder como “no natural” o “sobrenatural”


parece ser un código establecido en las historietas de superhéroes (aunque
no sólo en ellas) para indicarle al lector que no debe buscar una causa lógica
en su origen, a diferencia de otros poderes que sí abren la posibilidad para
un eventual entendimiento científico. Análogamente esta situación recuerda
bastante a ciertas historietas de Superman cuya trama interrumpía o diversi-
ficaba mucho el devenir y la historia del personaje y, por ello, se las anunciaba
como: “Esta es una historia imaginaria”, dejando claro que todo el resto cons-
tituía la realidad.

Con las descripciones dadas a continuación esperamos que el do-


cente lector encuentre nuevos elementos para conversar en su clase
sobre los fenómenos gravitatorios, vinculando los superseres con di-
ferentes modos de describir los fenómenos gravitacionales. Un listado
con otros personajes de comics con poderes vinculados con la gravita-
ción fue incluido en el Apéndice Nº 3. Por último, como complemento,
en el Apéndice Nº 4, se hallará la descripción de un singular artefacto
para volar, de los tantos que aparecen en el mundo de los superhé-
roes. Advertimos al lector que en esas narraciones aparecerán nuevos
mundos ficticios, recurso infaltable en este tipo de relatos.
Finalmente, una estrategia para motivar a los estudiantes consi-
sitiría en imaginar un nuevo personaje con un nuevo superpoder que
involucre o no las fuerzas gravitatorias ya que, como ha expresado
Blanco (2006): “Es más didáctico pensar en cómo la ciencia haría po-
sible ciertas situaciones imaginarias, que pensar en por qué serían
imposibles”.

Astro: manipulador de masas


Astro es un personaje creado en 1961 por los artistas Binder y
Papp; su denominación original es Star Boy (“Muchacho estelar”).41

41. Adventure Comics Nº 282 (1961).


secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 108

Se trata de un ser humano que integra el universo de Superman,


pero no de su presente, ya que su vida se desarrolla en el futuro: se
trata de un adolescente del siglo XXX. Su nombre terrestre es Thom
Kallor y nació en ocasión que sus padres, también humanos y astró-
nomos de profesión, realizaban observaciones desde un telescopio
espacial en órbita alrededor del planeta Xanthu.42
Thom no sólo fue concebido y nació en el espacio, sino que allí
creció durante los primeros años de vida. Por alguna causa que aún
se desconoce (aunque atribuida al entorno espacial donde vivía) Thom
adquirió la extraordinaria habilidad de aumentar temporalmente el
peso de los objetos y/o de las personas.
Concretamente, lo que logra hacer Astro es transferir a un objeto o
persona, temporalmente, parte de la masa de una estrella cercana. Su
poder, entonces, consiste en manipular la masa del universo, reorien-
tándola a voluntad. Por ello se lo conoce como un superhéroe capaz de
controlar la gravedad (basta con recordar la Ley de Gravitación Uni-
versal para entender por qué el aumento de masa puede modificar la
fuerza gravitatoria).
Cuando el efecto cesa, el cuerpo afectado recobra su masa ori-
ginal y la masa adicionada retorna a la estrella despojada por el su-
perhéroe. De este modo, Astro logra aumentar el peso de una persona
para inmovilizarla, variar la densidad de un cuerpo, hundir una ciudad
entera o, incluso, generar agujeros negros. En las historietas actuales,
este superhéroe está perfeccionando su habilidad para crear agujeros
de gusano que permitan conectar diferentes zonas del cosmos.

42. Xanthu es un planeta donde todos sus habitantes se interesan por los astros.
Tiene un número altísimo de astrónomos, astronautas y ocupaciones relacionadas
con el cosmos. Se destaca Puerto Xanthu, el principal centro de investigación, don-
de están los mejores navegantes, pilotos y expertos en medicina espacial. [Legión
de Superhéroes: Nº 40 (1987), Nº 46 (1988), Nº 55 (1988)].
109 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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En la viñeta de la
izquierda, ante la
mirada de otros
superhéroes, Astro
aplica sus poderes
para reducir un
enemigo y dice: “No
importa que estén
acostumbrados a
grandes gravedades.
Mi poder puede
hacer que se sientan
demasiado pesados
para moverse…
¿Lo ves?43

43. P. Levitz, G. Larocque y M. DeCarlo (1987) “¡Starfinger Ataca!” en Legión de Su-


perhéroes Nº 9, Ed. Zinco, Barcelona, viñeta de p. 14 y ficha de p. 31.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 110

Centella, manipuladora de interacciones

Centella (por June


Brigman y Roy
Richardson)44

Creada en 1963 por el escritor Hamilton y el dibujante Forte, Lightning


lass (tal la denominación original de Centella)45 es una jovencita que, si
bien es humana, nació en un planeta llamado Winath. Su nombre autén-
tico es Ayla Ranzz, gemela de Garth Ranzz, y ambos hermanos menores
de Mekt Ranzz. Todos viven en el siglo XXX, como el ya mencionado Astro.
De regreso de un viaje espacial, la nave que llevaba a los tres
Ranzz se averió y debieron descender en busca de eventual auxilio en
un mundo conocido como Korbal.46 Allí fueron atacados por las bestias

44. En Legión de Superhéroes Nº 11, Ed. Zinco, Barcelona, p. 32.


45. Adventure Comics Nº 308, DC Comics, 1963, Estados Unidos.
46. Korbal es un asteroide pequeño habitado por unas extrañas bestias energéti-
cas, que producen descargas eléctricas de gran poder [Legión de Superhéroes: Nº
16 (1985) y Nº 51 (1988), DC Comics, Estados Unidos].
111 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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relámpago, unas criaturas que emanan electricidad para atacar a sus


presas. En lugar de ser destruidos, los Ranzz sobrevivieron al ataque
fulminante de las bestias korbalianas y, además, obtuvieron el formi-
dable poder de generar y manipular electricidad por sí mismos. Usan-
do su nuevo poder, repararon la nave y volvieron a Winath.
Así como los gemelos Garth y Ayla Ranzz decidieron usar su habili-
dad eléctrica para defender la justicia y luchar contra el crimen (de allí
sus motes “Relámpago” y “Centella”, respectivamente), su hermano
Mekt la empleó para el mal, convirtiéndose en un supervillano de gran
fama en la galaxia.
La carrera como heroína de Ayla no duró mucho tiempo, ya que sus
compañeros de la Legión de Superhéroes (un club de adolescentes su-
perpoderosos del siglo XXX) determinaron que sus poderes eléctricos
eran una amenaza para su propia vida. Lejos de amilanarse, Ayla dejó
que una científica del planeta Naltor47 cambiara su poder eléctrico por
el de manipular la gravedad.
La nueva súper habilidad de Ayla permite hacer que los objetos
sean superlivianos (tanto, que una persona podría sostener en sus
manos una montaña afectada por su poder) ya que consigue anular
la fuerza de gravedad. Ayla no interviene sobre la masa de los cuerpos
(como Astro) sino actúa directamente sobre la interacción gravitatoria:
puede disminuirla o anularla, tanto temporal como definitivamente.
Con su nuevo poder gravitatorio, Ayla cambió su atuendo, acor-
tó su seudónimo a Light Lass (algo así como Muchacha liviana, nunca
usado en Argentina) y en poco tiempo demostró un gran dominio de su
nueva supercapacidad (logró incluso anular un agujero negro).

47. Naltor es un mundo matriarcal donde todos los habitantes tienen la habilidad
de percibir breves destellos del futuro. El gobierno y la economía de Naltor están
estructurados en función de ese conocimiento común sobre los acontecimientos
que se van a producir. Aunque la conjetura científica abunda, la experimentación
real es más bien rara, debido a que sus resultados pueden ser observados con an-
terioridad. Los niveles de tecnología son bastante importantes en Naltor, pero la
preferencia de los naltorianos por el poder de las profecías hace que su posición
oficial más elevada esté basada en el misticismo y no en la lógica. La autoridad
más importante es el Vidente Supremo, quien tiene la facultad de elegir a su propio
sucesor. [Revista Legion of Superheroes: Nº 16 (1985), Nº 49 (1988), Nº 51 (1988) y
Nº 56 (1989), DC Comics, Estados Unidos].
secundaria para todos.
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Geofuerza, manipulador del campo gravitatorio

Ilustración de Geofuerza.
113 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Creado en 1983 por los artistas M. Barr y J. Aparo, Geo Force


(Geofuerza) es el seudónimo superheroico de Brion Harkov, príncipe
de un reino llamado Markovia.48 Sus poderes no son intrínsecos, sino
adquiridos al usar un dispositivo especialmente construido para tal
efecto, por una científica llamada Helga Jace. Ese dispositivo puede
ser activado y operado sólo por una persona con sangre real.
Todo el poder de Geofuerza se vincula con nuestro planeta: pro-
yecta lava y genera tsunamis o terremotos, entre otras habilidades.
Pero el superhéroe se destaca, no obstante, por su control del campo
gravitatorio terrestre, que Geofuerza manipula a voluntad para lograr
diversos efectos; entre ellos el más común es lograr que un cuerpo sea
más o menos pesado. El poder de este súper príncipe se hace más in-
tenso cuando se halla sobre la superficie terrestre y disminuye si se
aleja del planeta (en franca correspondencia con la dependencia de la
LGU con la distancia entre los cuerpos que interactúan).

Graviton, manipulador de partículas


El joven Franklin Hall era un ser humano normal, doctor en Física
y experto en tele-transportación. Un día, participando de un experi-
mento en un centro de investigación de Canadá, aparentemente por
un error en sus cálculos se produce una gran explosión, con la que su
vida cambió para siempre.
En lugar de perecer en la catástrofe, el resultado fue que los gravito-
nes y los antigravitones (partículas semejantes a los gravitones, pero de
acción opuesta)49 se combinaron con las moléculas de Hall y el canadien-
se descubrió entonces que podía controlar la gravedad con su mente.
Al comienzo el científico ocultó su superpoder, pero luego adoptó el
seudónimo de Graviton y se convirtió en superhéroe. Hall puede aumen-
tar o disminuir la fuerza de gravedad que actúa sobre un cuerpo o una
persona, manipulando los gravitones y/o antigravitones a su voluntad.
También es capaz de manipular esas partículas para generar explosio-
nes, formar campos de fuerza (gravitatoria) y tanto levitar como volar.

48. Revista The Brave and the Bold, Nº 200, DC Comics, julio de 1983, Estados Unidos.
49. Entre las hipótesis que plantea la Mecánica Cuántica, los gravitones serían partí-
culas elementales (de la familia de los bosones) responsables de transmitir las inte-
racciones gravitatorias.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 114

Graviton puede conseguir que un cuerpo irradie un número su-


ficiente de gravitones para que genere su propio campo gravitatorio
capaz de atraer tanto la materia cercana como la energía. Ahora bien,
su dominio de la gravedad tiene límites: es efectivo hasta unos cuatro
kilómetros desde su ubicación, ese es el alcance máximo de su poder
y consigue aplicarlo a la máxima potencia hasta ocho horas seguidas;
cumplido ese lapso, Graviton comienza a sentir severos síntomas de
fatiga mental. Creado por los artistas Jim Shooter y Sal Buscema, la
primera aparición de Graviton fue en abril de 1977.50

La gravedad ausente (pop science)

En los primeros años del siglo XX comenzó a gestarse una nueva


teoría sobre la gravedad. Su autor fue A. Einstein y entre sus prediccio-
nes y verificaciones, podemos mencionar las siguientes:

Predicciones Confirmaciones experimentales


La luz es desviada al pasar cerca de un cuerpo masivo El fenómeno fue observado durante el eclipse solar del
(por ejemplo, el Sol). 29 de mayo de 1919.

Se deben producir perturbaciones que modifiquen la Un fenómeno que ya era conocido cuando Eisntein ela-
órbita de Mercurio, de modo que se observe cierta boró su teoría de la gravedad, la que consiguió explicar
precesión de su perihelio. convincentemente el fenómeno.

Cambio en la rapidez con la que fluye el tiempo, en un Medido experimentalmente por J. C. Hafele y R. Keating
campo gravitatorio.51 en 1971; utilizaron relojes atómicos en aviones y com-
pararon sus lecturas con las de un reloj semejante, fijo
en Tierra.

Existencia de ondas gravitacionales.52 En las observaciones astronómicas realizadas por


Hulse y Taylor, en 1975, hechas en el sistema doble
estelar PSR 1913, se hallaron evidencias indirectas de
este tipo de ondas.

50. Revista Avengers Nº 158, Marvel Comics, abril de 1977, Estados Unidos.
51. Einstein señaló que la medida del tiempo no es absoluta. Considerando dos observa-
dores, el tiempo medido entre dos eventos por esos observadoresen general no coincide
sino que aparece una medida diferente para cada uno; esa diferencia en las medidas
está vinculada con el estado de movimiento relativo entre dichos observadores.
52. Una onda gravitacional puede imaginarse como una perturbación de la curvatura del
espacio-tiempo que se propaga en forma semejante al movimiento de una onda en la
superficie del agua. Dado que la gravedad puede interpretarse como una curvatura del
espacio-tiempo, las ondas gravitatorias son ondas de la estructura misma del espacio.
115 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Predicciones Confirmaciones experimentales


Existencia de objetos ultra-compactos de gran Fenómenos semejantes se observan en los núcleos de
gravedad (agujeros negros) muchas galaxias.

Distorsión de la visión de un objeto, cuya luz debe llegar Un efecto detectado frecuentemente en la observación
pasando por la cercanía de objetos masivos (efecto de de astros lejanos mediante potentes telescopios, cuya
lente gravitacional) luz llega a la Tierra luego de pasar por la cercanía de
cuerpos muy masivos (galaxias).
Equivalencia entre masa gravitacional y masa inercial. Comprobada experimentalmente por Roll, Krotkov y
Dicke, en 1964.

Desplazamiento de las líneas espectrales hacia las Rebka en 1959, en la Universidad de Harvard.
grandes longitudes de onda (corrimiento hacia el rojo)
en presencia de un campo gravitatorio.

Las dos leyes con las que Einstein propuso reemplazar la Ley
de Gravitación Universal de Newton, pueden resumirse como sigue
(Feynman et al., 1972):
1. Da cuenta de cómo cambia la geometría del espacio cuando hay
materia presente (puede decirse que se genera cierta deforma-
ción o curvatura).53 La curvatura que experimenta el espacio es
proporcional a la masa que interacciona con él.
2. Expresa cómo se mueven los cuerpos si solamente experimentan
fuerzas gravitatorias.
Esta idea de gravedad como curvatura del espacio, práctica-
mente no existe en las clases de Física de la Educación Secundaria.
Apenas es esbozada por algunos profesores cuando mencionan cier-
tos rasgos del campo gravitatorio o cuando, eventualmente, mues-
tran esquemas específicos para explicar fenómenos extraordinarios,
como un agujero negro.
Quizás en razón de que en la vida cotidiana aún alcance con com-
prender la LGU de Newton para explicar los fenómenos gravitatorios
observables, la naturaleza relativista de la gravedad continúa ausente
de las aulas.
Consecuentemente, a diferencia de lo ocurrido con la Mecánica
Clásica (por ejemplo, con Astro) o con la Mecánica Cuántica (por ejem-

53. Evitaremos aquí hablar del espacio-tiempo, por lo que estas consideraciones son
sólo una aproximación aceptable a las ideas de la Teoría de la Relatividad relaciona-
das con la gravedad.
secundaria para todos.
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plo, con Graviton) los postulados de Einstein aún no han inspirado ni


engendrado a superhéroe alguno que desarrolle poderes relativistas
para generar efectos gravitatorios, como por ejemplo, deformar el es-
pacio.54
Si un espectador atento, durante una película ficcional sobre la
independencia argentina, detecta que del uniforme de un soldado pa-
triota cuelgan los auriculares de un MP3, luego de la sorpresa proba-
blemente sentirá hilaridad y algo de decepción por la “falla” eviden-
te en la historicidad del personaje. Algo semejante ocurriría si en el
cielo de un campamento de cavernícolas se ve cruzar un helicóptero.
Este tipo de anomalías no pasan desapercibidas para un observador
medio, y mucho menos para uno meticuloso. Aunque algo menos fre-
cuentes, no siempre son artefactos los que disparan la contradicción:
suelen filtrarse también conceptos que resultan inadmisibles para el
personaje que los enuncia.
Por otra parte, el convencimiento personal sobre la certeza del co-
nocimiento adquirido (sea escolarizado o no) también provoca deslices
de interpretación, que justifican de alguna manera la pasividad con que
se toman algunas secuencias de ficción. Ya en 1976, Basalla encontra-
ba que existían influencias externas a la imagen de la ciencia enseñada
en la escuela, que se fijaban en las que denominó “imágenes alternati-
vas” o pop science; determinó además que esas imágenes son principal-
mente un producto de los medios de comunicación (cine, TV, etc.) y que
las personas las aceptaban acríticamente (Gallego Torres,2011).
Un ejemplo local sucede hacia los 12 de octubre, cuando muchas
revistas y periódicos (como también las clásicas películas que llegan
del cine a la TV y/o, incluso, documentales transmitidos en esa época)
siguen nutriéndose con imágenes de Cristóbal Colón, en su carabela,
oteando el horizonte con un telescopio o catalejo. Esta semblanza, en
franca contradicción histórica ya que ese instrumento fue inventado
casi un siglo después del descubrimiento de América,55 no genera con-
flicto alguno y, mucho menos, hilaridad.

54. Una primerísima aproximación surgió hace unos años, en la nueva interpretación
dada a cierto “anillo de vuelo” usado por algunos superhéroes (Apéndice 4).
55. Inventado a principios del siglo XVI en Holanda, es Galilei quien lo utiliza por prime-
ra vez como instrumento para observar los astros en 1610.
117 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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De la misma manera, el mundo en el que actúa un superhéroe


parece regirse por la realidad, es decir, por las leyes físicas cultural
y científicamente aceptadas, salvo la excepción milagrosa planteada
para su superpoder en función del entretenimiento del lector.
Ahora bien, cuando esa excepción se realiza sobre una ley que la
ciencia actual considera primitiva o cuanto menos limitada, sería de-
seable esperar que el lector de la historieta (o el espectador de la pelí-
cula) identificase al menos la anomalía real que revela esa excepción.
Considerando los fenómenos gravitatorios –aclaramos que no es
un ejemplo excluyente– podemos reflexionar también acerca de que
las excepciones que deben aceptarse como parte del disfrute de una
historieta o un filme de ciencia-ficción, se construyen y quebrantan
sobre una idea de gravedad (Newton mediante) que actualmente se
considera un caso particularísimo de una teoría mucho más general
(Einstein mediante).
Aparece así una situación paradójica, porque el pensamiento
científico que admite la excepción milagrosa para desatar la ficción
es, en realidad, parte del entramado de una pop science, mientras la
ciencia real –en este caso la física– sigue totalmente ausente. Parte
de la paradoja puede infiltrarse en la clase, ya que si el docente señala
que tal personaje es irreal o una situación es absurda simplemente
porque “no cumple la ley de gravitación universal”, deja afuera una se-
rie importante de fenómenos reales que tampoco lo hacen, pero cuya
predicción y comprobación ha dado origen a una de las teorías cientí-
ficas más exitosas de todos los tiempos.

Perspectivas

No sólo leer historietas de superhéroes, sino también novelas y


cuentos de ciencia ficción (incluso fantásticos o mágicos) pero con
mirada crítica, puede colaborar a introducir conceptos científicos, tér-
minos lingüísticos, formas de razonamiento que son susceptibles de
comparación con ideas habituales y de uso cotidiano, y con ideas cien-
tíficas de última producción. Además, comprobar que, en ocasiones,
esa realidad no es tan razonable como pudiera parecer, nos permite
forzar la realidad. (Oñorbe, 2009).
En síntesis, dejamos la propuesta de utilizar historietas de super-
héroes (o en su defecto, fragmentos de filmes sobre estos personajes)
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 118

con objetivos semejantes a los planteados por Moreno y José (2009):


• Demostrar el potencial de la ciencia ficción, en sus diferentes ma-
nifestaciones (cine, literatura e historietas) para motivar, intere-
sar y cambiar actitudes negativas hacia la tecnociencia.
• Fomentar el pensamiento crítico y desarrollar el escepticismo.
• Mostrar el carácter interdisciplinario de la tecnociencia.
• Reflexionar sobre el mundo que nos rodea y el progreso tecnocien-
tífico, a través de otros mundos imaginarios.
No se agotan aquí las posibilidades de ponderación sobre este
tipo de estrategia ni sobre el uso de la ficción en las clases de ciencia,
apenas resumimos algunos de los aportes relevantes sobre el tema.
Hay bastante por decir todavía y muchos profesores e investiga-
dores seguramente aportarán más elementos para optimizar la pro-
puesta, generando nuevas variaciones de galumphing educativo. Por
tal razón, finalizamos este artículo con una sentencia frecuente en las
historietas, quizás la mejor anclada en el pensamiento científico, ya
que sostiene el interés y fomenta la curiosidad: “¡Esta historia conti-
nuará!”.
Enseñar ciencia: un pacto de ficción

Apéndices
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 120

A péndice 1. La obstinación de Le Verrier

El enorme crédito académico de Le Verrier fue suficiente para


convencer a la mayor parte de los científicos contemporáneos de la
existencia de Vulcano. Algunos destacados astrónomos de la época,
como el canadiense J. Watson y los norteamericanos S. Newcomb y E.
Holden, apoyaron la existencia del nuevo mundo intermercurial. Así,
Vulcano adquirió la entidad de planeta del Sistema Solar desde que
fue enunciado, sólo restaba hallarlo y registrar sus posiciones, algo
que no ocurrió inmediatamente.
Como hiciese años antes, Le Verrier estableció los elementos orbi-
tales del nuevo mundo, determinó su masa y calculó la posición exac-
ta donde hallarlo observacionalmente. A diferencia de lo que ocurrió
cuando postuló a Neptuno, en esta oportunidad se apuntaron telesco-
pios por toda la Tierra… pero nadie lo encontró. Le Verrier, desconcer-
tado, advirtió entonces que Vulcano era un astro de difícil detección
por su extrema cercanía al Sol.
Sorpresivamente llegó la noticia de que E. Lescarbault, un mé-
dico aficionado a la astronomía, había observado a Vulcano como un
cuerpo opaco que transitaba sobre el disco solar; era marzo de 1859.
Lescarbault descartó que fuese una mancha solar56 ya que detectó un
desplazamiento similar al de un planeta en tránsito.57
Lescarbault escribió una carta a Le Verrier relatando su descu-
brimiento y este lo visitó. Aunque el mismo Le Verrier comentó más
tarde que los registros de la observación de aquel tránsito misterioso
dejaban mucho que desear, y que los instrumentos utilizados por el
médico/astrónomo eran rudimentarios, la descripción de Lescarbault
fue tan minuciosa y con tal lujo de detalles, que Le Verrier no sólo le
creyó sino que propuso que se le condecorase como “Caballero de la
Legión de Honor de Francia”.
Evocando la euforia vivida con Neptuno, Le Verrier anunció al
mundo el descubrimiento de Vulcano en enero de 1860. Presentó algu-
nos datos, calculados por él mismo con los registros de Lesacarbault,

56. Son zonas de la superficie solar cuya temperatura es menor que sus contorno,
características por sus intensos campos magnéticos.
57. Es un fenómeno en el que los planetas Mercurio y Venus se observan atravesando
el disco solar.
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como su distancia al Sol (21.000.000 km), su período de revolución (19


días y 7 horas) y la inclinación de su órbita (algo más de 12º).
De nada sirvieron los testimonios del astrónomo E. Liais, quien negó
rotundamente que planeta alguno hubiera transitado el disco solar en
esa época, ni que Liais fuese astrónomo y en esa época estudiara el Sol
con un telescopio más potente y sofisticado que el de Lescarbault.
La noticia del descubrimiento de Vulcano fue tomada con cautela
por la comunidad científica internacional, ya que para entonces varios
astrónomos desconfiaban de su existencia. Tan sólo la enorme fama
de Le Verrier apaciguaba la incerteza general, pero… resultaba curioso
que Vulcano no fuese observado por ningún astrónomo profesional, en
observatorio alguno, con los más avanzados instrumentos de la época.
Inquieto y preocupado, Le Verrier recalculó las condiciones de
observación y brindó nuevos lugares y momentos para hallar a Vulca-
no, pero el resultado fue el mismo: nadie conseguía redescubrirlo.En
ocasiones, era evidente que se trataba de observaciones de manchas
solares, identificadas como el planeta buscado.
Quienes aún creían en la existencia de Vulcano se preguntaban:
¿cómo detectar un astro tan esquivo?
Le Verrier aportó una nueva pista: se haría visible durante los eclip-
ses de Sol, cuando la luminosidad solar se hallase opacada por el disco
lunar. A continuación, comenzó a distribuir nuevos cálculos de las posi-
ciones para hallarlo adaptados a las fechas de los eclipses venideros.
Incluso así, nadie encontró a Vulcano. Parecía evidente que efecti-
vamente se trataba de un planeta ficticio y su existencia comenzó a con-
vertirse en un mito de la astronomía. Así, la confianza en los datos de Le
Verrier empequeñeció al ritmo del crecimiento de la desconfianza sobre
la existencia de Vulcano. Finalmente, la Teoría de la Relatividad de A.
Einstein, que explicaba las anomalías de Mercurio sin necesitar la exis-
tencia de un planeta intermercurial, evaporó los aportes de Le Verrier.

Vulcano, hoy
Es un planeta situado a 15 años luz, cuya cultura se conoció por un varón vulcaniano que
formó parte de la tripulación de la nave Enterprise, en la célebre serie televisiva Star Trek (en
Argentina se conoció como “Viaje a las estrellas”, 1966) y que dio origen a varias películas (la
Desde la ficción última del año 2013 “En la oscuridad”), novelas, ensayos, juegos de rol y, por supuesto, cari-
caturas e historietas. El personaje se llamaba Spock y su apariencia era humanoide. El primer
contacto entre vulcanianos y terráqueos se habría producido en 1953.
Es un pequeño mundo descubierto en octubre de 1966 por el astrónomo ruso N. Chernykh,
desde Crimea (Ucrania). Vulcano es el Nº 4464 y pertenece a la zona interior del cinturón de
Desde la ciencia asteroides. Revoluciona en torno al Sol en casi 3 años terrestres, a casi el doble de la distancia
Tierra-Sol. Aclaramos que este mundo no tiene relación alguna con el imaginado por Le Verrier.
secundaria para todos.
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A péndice 2. Sobre el B 612 y otros asteroides ficticios

Datos del mundo B 612 según Saint-Exupéry y según los actuales


registros astronómicos.

Según la ficción Según la ciencia


Denominación B 612 612

Nombre Sin datos Verónica

Descubridor Astrónomo turco, sin datos sobre su nombre Astrónomo alemán, de apellido Kopff

Fecha de descubrimiento 1909 8 de octubre de 1906

Sitio de descubrimiento Desde Turquía Desde Alemania (Heildelberg)

Período de rotación58 24 horas Sin datos


59
Período de traslación Sin datos 5 años y algo más de 7 meses

Distancia al Sol Sin datos Mínima: 2,3 UA60


Máxima: 3,9 UA
Forma Muy similar a una esfera Sin datos

Tamaño (diámetro) Aproximadamente 3 metros Casi 38 kilómetros

Superficie Irregular, con geoformas61 Sin datos

Presencia de atmósfera Si, similar a la terrestre Sin datos

Presencia de vida Si, similar a la terrestre62 Sin datos

En principio, Saint-Exupéry indicó que el principito atravesó una


zona del Sistema Solar identificada por cierta sucesión numérica de pe-
queños planetas, como si tal serie pudiese demarcar un sector en par-
ticular del espacio.
Los planetitas que visitó el principito antes que la Tierra, fueron
seis: los numerados 325, 326, 327, 328, 329 y 330. Pero los asteroides

58. Duración del día, en unidades terrestres de tiempo.


59. Duración del año, en unidades terrestres de tiempo.
60. UA son las siglas de Unidad Astronómica de distancia y equivale a la distancia me-
dia de la Tierra al Sol: unos 150 millones de kilómetros.
61. Por ejemplo, hay grandes planicies, montículos y algunas montañas.
62. Se han detectado insectos, mamíferos y diversas clases de plantas (flores, arbus-
tos, entre otros.).
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pueden tener una numeración consecutiva y hallarse en lugares muy


distantes unos de otros; o bien, si realmente sus órbitas están cerca-
nas, no necesariamente se hallan, al mismo tiempo, todos en la misma
zona del espacio; lo más probable es que se encuentren alejados entre
sí. Lo que sí puede señalar una numeración consecutiva es una época
próxima de descubrimiento de esos astros.
Según los registros astronómicos, de los seis planetas menciona-
dos en el texto, cuatro fueron descubiertos por la misma persona, mien-
tras que los dos restantes, por astrónomos diferentes. Destacamos que
ninguno de ellos tenía nacionalidad turca. Cinco fueron descubiertos en
el siglo XIX en el mismo mes (marzo) del mismo año (1892) y sólo uno, en
el siglo XX. Finalmente, los seis fueron hallados desde Europa. El más
cercano a la Tierra es donde habita el geógrafo (330) y el más distan-
te (325) es un mundo con un rey vestido de púrpura y armiño. El pla-
neta pequeño de mayor tamaño (328) es aquel donde se encuentra el
hombre de negocios aunque, en realidad, aún no hay datos del mundo
del geógrafo, señalado por Saint-Exupéry como el más vasto. Con esa
salvedad, entre los asteroides visitados, el más pequeño es el mundo
habitado por el borracho. En la siguiente tabla se muestran algunos de
los datos extraídos de modernos archivos astronómicos.

Asteroides mencionados en El principito


325 326 327 328 329 330
Denominación Heildelberga Tamara Columbia Gudrun Svea Adalberta

Descubridor M. Wolf J. Palisa A. Charlois M. Wolf


y año

1892 1892 1892 1892 1892 1910


Desde Heildelberg Viena Niza Heildelberg

Rota en 7 horas 14 horas 7 horas Sin datos 15 horas Sin datos

Se traslada en 6 años 4 años 5 años 5 años 4 años 4 años

Diámetro 76 km 93 km 26 km 123 km 78 km Sin datos

Mínima 2,66 UA 1,87 UA 2,59 UA 2,75 UA 2,41 UA 1,8 UA


distancia al Sol
Máxima 3,74 UA 2,75 UA 2,95 UA 3,45 UA 2,53 UA 3,09 UA
distancia al Sol
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A péndice 3. Algunos superhéroes con poderes


vinculados con la gravedad63

Alexander Power Es un muchachito con el superpoder de controlar la gravedad. Construye su propio


campo gravitatorio y lo manipula a voluntad. Logra disminuir la gravedad para flotar
o aumentarla para incrementar su potencia física. También puede generar
explosiones repentinamente cambiando la gravedad alrededor de su cuerpo.

Angle Man (“El hombre angular”). El joven Angelo Bend adquirió la capacidad de alterar la
gravedad, entre otros singulares superpoderes.

Atalon Manipula la Tierra y su gravedad.

Baron Hemult Zemo (“El barón Hemult Zemo”). Posee singulares piedras lunares que otorgan la
posibilidad de manipular la gravedad, por ejemplo para volar.

Black Hole (“Agujero Negro”). Tiene la capacidad de formar un agujero negro en el pecho.

Blackbeard (“Barbirroja”). Este singular personaje de extrañas habilidades, además de ser un


pirata, puede manipular la densidad y la gravedad.

Blackstar (“Estrella negra”). La bella Raquel Berkowitz consiguió desentrañar la teoría del
campo unificado, y entonces aprovechar la estructura del cosmos para su provecho,
por ejemplo, manipular la gravedad a su antojo.

Bue Celestial (alias el destructor). Un ser con enormes poderes, entre los cuales se halla el de
controlar la gravedad.
Exitar (alias el exterminador). Entre muchos otros poderes, manipula la gravedad, por ello
puede volar y levitar.

Fraktur Es un alienígena del planeta Kakaranthara, que puede manipular la gravedad, volar
y generar campos de fuerza.

Grav Esta bella muchacha alienígena tiene una gran agilidad y la habilidad de controlar la
gravedad.

Gravity (Gravedad). Puede manipular las partículas que causan la gravedad (gravitones),
cambiar el peso de los objetos, volar y formar campos de fuerza gravitatorios.

Harry Leland Sólo controla la gravedad.

Hexadecimal Un robot con caracteres femeninos que puede controlar la gravedad, entre otras
habilidades.

Imperiex (alias el devorador de galaxias). E ntre otros poderes, puede controlar la gravedad
a su antojo, manipular la densidad de los cuerpos, generar campos de fuerza,
y levitar.

63. Esta lista está lejos de ser exhaustiva.


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Kinetix La bella Zoe Saugin, además de extraordinarias habilidades telequinéticas, puede


manipular el peso de los objetos.

Lady Lunar (“Señorita lunar”)La joven Stacy Mackin posee el don de superhipnosis y, además,
puede controlar la gravedad

Luna Es una bella muchacha que, como superheroína, sólo tiene poderes gravitatorios.

Man Machina (“Hombre máquina”). Se trata de un robot convertido en superhéroe hasta que fue
corrompido por cierta tecnología y el desarrollo de una fuerte aversión por los
humanos. Entre sus capacidades tiene un detector de ondas gravitatorias y en
ocasiones controla el campo gravitatorio.

Mathemanic (“Matemaníaco”). Tiene control sobre las fuerzas fundamentales del universo –
como la gravedad– y sobre las reacciones químicas.

Moon Maiden (“Doncella de la Luna”). Entre otros poderes, puede incrementar la atracción
gravitacional de la luna sobre los objetos en la Tierra, haciendo que se levanten como si
fueran ingrávidos. También manipula la gravedad para volar y consigue enfocar las
energías gravitatorias de diferentes cuerpos para generar ráfagas energéticas.

Moonstone (“Piedra Lunar”). La Dr. Karla Sofen obtuvo poderes después de que una piedra gravedad
Kree, que se hallaba en la Luna, se unió a su sistema nervioso central. Entre sus poderes
se destaca la capacidad de enfocar la gravedad en una variedad de formas, incluso
explosiones gravitatorias. También es capaz de utilizar las fuerzas gravitacionales a su
disposición para manipular y mover la materia y generar campos de fuerza, aumentar la
gravedad alrededor de un objetivo y crear agujeros negros en miniatura.

Mysterium (“Misterio”). Puede manipular la densidad y la gravedad a su antojo.

Pain Este superhéroe tiene el mayor número y diversidad de superhabilidades, entre las
que se encuentra la de manejar la gravedad.

Perro Es un personaje miembro de una especie humana completamente diferente a la


conocida, que ha evolucionado biológica, cultural y tecnológicamente, a lo largo de
seis mil años. Es invulnerable, tiene una fuerza sobrenatural, que puede controlar
las fuerzas gravitatorias.

Sh’ri Valkyr (alias la valquiria). Es una bella mujer alada del planeta Thanagan, que puede
controlar y alterar la gravedad, entre otros superhabilidades.

Sora Un personaje de Disney que entre otros poderes, puede manejar la gravedad.

Spaceman (“Hombre Espacial”). Puede volar y controlar tanto la densidad como la gravedad.

Spoilsport (“Aguafiestas”). Esta bella jovencita, eterna mascadora de chicles, posee un par de
patines especiales con poder para patinar en paredes y techos.

Torque El joven Cosmo Pluto es un mutante que, además de moverse con supervelocidad,
tiene la habilidad de controlar la gravedad.

Vikhor Este superhéroe ruso, además de controlar el clima también puede hacerlo con la
gravedad.

Wizard (“El Mago”) Hábil e inteligente, construyó diversos dispositivos que usa para el
crimen. Entre ellos se destaca su disco antigravedad que crea atracción natural de
un campo repelente de la gravedad y, por lo tanto, capaz de levantar prácticamente
cualquier cosa.
secundaria para todos.
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A péndice 4. Tecnología de ficción (para vencer


la gravedad)

Imagen de dos de
los anillos más
poderosos del mundo
superheroico: el
energético de ciertos
guardianes del
universo llamados
“Linternas Verdes”
y el anillo de vuelo
de los jóvenes
de la “Legión de
Superhéroes”.

Fuente: Y. Cinar y
W. Faucher, Tapa de
la Revista Legion of
Super-Heroes Nº 1
“Choose!”,
DC Comics,
julio de 2010,
Estados Unidos.
127 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Los editores de comics de superhéroes se dieron cuenta muy pronto


de que la capacidad de volar produce una diferencia relevante entre los
personajes. No importa cuán poderoso sea el héroe, si no puede volar
definitivamente pierde su encanto (con honrosas excepciones, como Ba-
tman). A muchos personajes a quienes no podían adjudicarles ese poder
–o bien habían sido creados sin esa habilidad– a lo largo de sus historias
se les sumó un artefacto o un objeto con el que podían desplazarse por
el aire (¡y por el espacio extraterrestre!) de alguna manera. Hay múltiples
ejemplos de ese efecto talismán. Descartando aquellos artefactos que
son místicos y/o mágicos, la lista aún es bastante larga, por lo que men-
cionaremos sólo uno, llamado simplemente anillo de vuelo.
La cronología que rige las historias de Superman es la misma que
utilizamos nosotros, es decir, Superman es un personaje contemporá-
neo. Ahora bien, en su realidad, cuando él viaja en el tiempo hacia el
pasado, suele aparecer en épocas y circunstancias históricas que co-
nocemos. En cambio, cuando va al futuro su mundo es muy particular.
Por ejemplo, en sus estadías en el siglo XXX existe un “club” for-
mado por una treintena de adolescentes con singulares superpoderes
denominado “Legión de Superhéroes”. A ese club pertenecen Astro y
Centella, ya mencionados. Apenas uno o dos de esos legionarios pue-
den volar por sí mismos, el resto debe viajar de alguna manera para
atender sus aventuras terrestres o en otros mundos, surcando el es-
pacio interestelar. Ante esa imposibilidad, uno de los superadoles-
centes inventó un cinturón de vuelo que permitía anular la fuerza de
gravedad y volar al estilo Superman.
Ese cinturón es un dispositivo con forma de faja que el personaje
se coloca en su cintura. Según se aprecia en varias viñetas de diversas
historias, en el interior del cinturón se aloja el complejo mecanismo
antigravitatorio que produce el efecto volador. Como ha sucedido con
muchos artefactos reales, a medida que pasaron los años, en las his-
torias de Superman ese artefacto evolucionó, se redujeron sus com-
ponentes hasta que en la actualidad es un anillo.64

64. El anillo de vuelo de esos superhéroes del siglo XXX es una parte esencial de su
equipo; incluso se ha convertido en un emblema de la Legión de Superhéroes en sí mis-
ma. Pero ese anillo no sólo le da al portador el poder de volar, sino que le proporciona
protección contra ambientes adversos, ayuda en la navegación espacial, auxilio en la
recolección de datos y le brinda al legionario una forma segura de comunicación.
secundaria para todos.
derechos e inclusión Enseñar ciencia: un pacto de ficción 128

A diferencia de los antiguos cinturones, la tecnología de los ani-


llos se basa únicamente en las propiedades de un elemento químico
natural, conocido como el “metal enésimo”, que sólo se encuentra en
el planeta Thanagar.65 En su forma pura, el metal enésimo reacciona
ante el campo de energía que genera el cerebro de los organismos
conscientes que se hallan cerca.66
El anillo de vuelo fue inventado por Lyle Norg,67 en base a las inves-
tigaciones sobre isótopos y aleaciones del metal enésimo realizadas
por su compañero legionario, el brillante Brainiac 5, nacido en Colu.68
Brainiac 5 halló una aleación singular, libre de los riesgos inherentes
del metal enésimo y la denominó valorium. Luego, Norg lo estudió y lo
usó para construir un nanomecanismo con forma de anillo, que le da al
portador la capacidad de volar.
El anillo de vuelo propulsa a su portador en cualquier dirección,
en cualquier punto del continuo espacio/tiempo. La velocidad y ace-
leración que puede adquirir quien use el anillo son enormes, con su-
jeción únicamente a los límites que impone la velocidad de la luz y a
las condiciones que imponga la curvatura local del espacio-tiempo.
Según explican los personajes, quien lleve un anillo de vuelo “puede
desplazarse en el campo gravitatorio cuántico universal vectorizando las
interacciones de los gravitones omnipresentes”.

65. El planeta Thanagar orbita alrededor de la estrella Polaris, a más de 58 años luz
de nosotros. Está habitado y gobernado por seres humanoides. Aunque no hay un go-
bierno centralizado (mundial), el planeta tiene una capital llamada Thunaldar, hogar
del superhéroe Hawk Man (Hombre Halcón). Hay abundante información sobre este
mundo y también de las costumbres de sus habitantes, ya que se han escrito muchas
historias sobre él; por ejemplo, los thanagarianos cuentan en sus naves espaciales
con un instrumento llamado “absorbascon”, que brinda todo tipo de información acer-
ca de cualquier nuevo mundo que visiten.
66. Así consigue proteger a ese sujeto, acelerarando la curación de sus heridas y au-
mentando su resistencia ante acciones externas que puedan dañarlo; no obstante, se
descubrió también que puede ser peligroso para quien lo porte mucho tiempo.
67. Norg es un científico terrestre, más conocido por su seudónimo de superhéroe:
“Invisible”, el que da cuenta de su singular superhabilidad.
68. Colu es un mundo habitado por una raza de seres longevos cuya inteligencia es la
más desarrollada entre todos los seres vivos de nuestra galaxia. Su civilización, que
consiguió realizar viajes en el tiempo, se vio diezmada en una guerra con ciertas com-
putadoras despóticas que dominaban a ese mundo.
129 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Debido a que los anillos de vuelo son capaces de generar aceleracio-


nes formidables y, por lo tanto, cambios de dirección abruptos, podrían
prácticamente destruir a las personas que los usen, excepto que sean
invulnerables. Por lo tanto, como la mayoría de los miembros de la Legión
de Superhéroes son vulnerables, Brainiac 5 equipó cada anillo de vuelo
de un dispositivo especial que limita la aceleración y las maniobras de
vuelo, en función de la resistencia corporal de cada portador.
secundaria para todos.
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A péndice 5. Argentina y Superman

Fragmento de una
tira de Superman en
la revista Billiken.

Las historias gráficas de Superman aparecen en Argentina en las


páginas de la revista infantil Billiken, en 1939, casi simultáneamente
con su lanzamiento en Estados Unidos. Aquí, la tira se denominó El
superhombre y continuó publicándose en esa revista, hasta mediados
de la década de 1950.
Por otra parte, la primera mención de nuestro país en una his-
toria del superhéroe, sucede en el Nº 42 de las historias juveniles de
Superman –en ese caso llamado “Superboy”– en julio de 1955; la his-
toria se titula “The gaucho of Smallville!”.
La narración cuenta las peripecias entre el superhéroe y Feli-
po Montoya, un hombre que trabaja en Argentina mientras su hijo
(César) vive en Smallville (la ciudad ficticia en el estado de Kansas,
Estados Unidos, donde transcurre la infancia y adolescencia de
Clark Kent). La trama comienza cuando padre e hijo argentinos se
reencuentran, dado que el primero regresa a Estados Unidos para
instalarse definitivamente. Cuando arriba a la estación ferroviaria,
Montoya baja del tren ya montado en su caballo y trae un ñandú de
mascota. Viste bombachas de gaucho, chambergo, pañuelo rojo alre-
dedor del cuello y porta boleadoras en la cintura, colgando de su faja;
para completar su descripción, destacamos que en los parlamentos
de Felipo, se aprecia que no habla bien el inglés.
131 Enseñar ciencia: un pacto de ficción
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Portada de “The gaucho of Smallville” (El gaucho de Smallville) donde aparece Montoya
en un rodeo. Se lee la expresión de una persona del público: “En lugar del toro, él mismo
se ha enlazado con sus boleadoras”.

Fuente: Swan, C. y Sikela, J. Revista Superboy Nº 42, DC Comics, julio de 1955, Estados
Unidos. Traducción del autor.
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