1.2 Salud y Pobreza. Revisando El Estado de La Cuestión
1.2 Salud y Pobreza. Revisando El Estado de La Cuestión
1.2 Salud y Pobreza. Revisando El Estado de La Cuestión
Cuando hablamos de salud muchas veces nos centramos en la atención sanitaria y todo
lo que se organiza alrededor de esta (recursos hospitalarios y centros de salud,
profesionales, medicamentos, consejos de salud, etc.). Como si esa fuera la única o
principal clave para alcanzar una salud entendida como ausencia de enfermedades. Sin
embargo, ya en 1946 la Organización Mundial de la Salud señaló que la salud se jugaba
también en otros campos, al definirla como “estado de completo bienestar físico, mental
y social”. Esta definición se reafirmó en 1978 con la Declaración de Alma Ata, en la que
se fijó como objetivo conseguir “Salud para Todos para el año 2000”, y definiendo a la
Atención Primaria en Salud como base para conseguirlo1. Más adelante, en 1986, se
firmó la Carta de Otawa2, presentando un nuevo campo de trabajo en torno al naciente
movimiento de Promoción de la Salud, y diseñando nuevas estrategias de la Salud
Pública dirigidas afuera del sistema sanitario (Ciudades Saludables, Escuelas
Promotoras de la salud, etc.), en las que éste quedaba como mediador o facilitador. En
la Carta de Otawa se identificaba la salud no como un objetivo, sino como fuente de
riqueza para la vida cotidiana, y la promoción de la salud como el proceso de
proporcionar a los pueblos los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un
mayor control sobre la misma.
Estas líneas de trabajo más allá de la atención sanitaria se ha visto reforzada a lo largo
de las últimas décadas con las evidencias cada vez más claras sobre la influencia que
tiene la estructura social, política y económica en la que vivimos sobre la salud. Así se
recoge en el marco conceptual realizado por la Comisión para Reducir las
Desigualdades Sociales en Salud en España3,4.
Cada vez se han ido acumulando más pruebas de cómo estos distintos determinantes
afectan en gran medida tanto a la esperanza de vida como a la probabilidad de
enfermar5,6,7,8,9. No sólo por cómo condicionan el acceso a recursos o la resolución de
problemas de salud, sino afectando también a nivel biológico e incluso genético10. La
diferente situación en relación a estos determinantes que existe en la sociedad lleva a
identificar las Desigualdades Sociales en Salud como uno de los campos de acción que
deberían abordarse prioritariamente11. ¿Qué son las Desigualdades Sociales en Salud?
Son diferencias sistemáticas y potencialmente remediables en uno o más aspectos de
la salud entre grupos o subgrupos de población definidos social, económica,
También hay otros modelos de análisis que ayudan a ampliar esta mirada. Son aquellos
generados a partir de experiencias situadas fuera del foco de la institucionalidad
occidental y que ponen el foco no solo en los factores causales de las enfermedades
sino en el funcionamiento del sistema económico y político actual, así como en las
estructuras de poder sobre las que se asienta. Es el caso de la Epidemiología Crítica
latinoamericana al hablar de la Determinación Social de la Salud14 y el concepto de
Violencia Estructural utilizado por Paul Farmer15.
Pero más allá de este marco general, como señalábamos al hablar de las
Desigualdades Sociales en Salud, éstas se refieren a diferencias en salud que se
consideran socialmente injustas, por lo que es importante definir el concepto de justicia
desde el que se realiza el análisis31. Diversos autores, como Norman Daniels32, han
31 Un resumen interesante de las propuestas de los autores citados a continuación se recoge en “The
Foundations of a Human Right to Health: Human Rights and Bioethics in Dialogue” Audrey Chapman
32 “Justice, Health and Healthcare” Norman Daniels , y “Just Health” Norman Daniels
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1.2 Salud y pobreza. Revisando el estado de la cuestión.
profundizado en esta tema proponiendo diferentes modelos para realizar este análisis y
las responsabilidades concretas que desde el sistema sanitario se pueden abordar,
teniendo en cuenta los límites de acción y recursos que tiene.
Por otro lado, se ha desarrollado toda una línea de reflexión en torno a las capacidades
como parte constitutiva del desarrollo personal y colectivo, iniciada por Amyrta Sen y
Martha Nussbaum, planteando que sólo se puede hablar de justicia social si se
reconocen ciertas capacidades básicas (salud física, integridad, pensamiento, afiliación,
etc.). Venkatapuram33 profundiza en esta línea confrontando la idea ampliamente
extendida de que “la salud es responsabilidad de cada uno” señalando que la atribución
de responsabilidades debe hacerse teniendo en cuenta las capacidades y opciones que
cada persona tiene, ya que si no podríamos hacer responsables a ésta de decisiones en
las que sólo tienen cierto margen de actuación.
Sin embargo, para este trabajo nos parece importante apoyarnos en modelos que
incluyen otras dimensiones fundamentales según quienes sufren y han sufrido la
pobreza, como las capacidades y los derechos. En este sentido nos parecen
especialmente reseñables los abordajes de Amartya Sen, para el que la pobreza se
define básicamente por no poder desarrollar determinadas funciones básicas, tomando
en cuenta las circunstancias y requerimientos sociales del entorno, y de Joseph
Wresinski, que la define como la ausencia persistente de seguridades en diferentes
dimensiones de la vida (ingresos, vivienda, educación, reconocimiento social, etc.), que
compromete gravemente las oportunidades de ejercer derechos y de asumir
responsabilidades en un futuro previsible.
39 “Perceived barriers to healthcare for persons living in poverty in Quebec, Canada: the EQUIhealThY
project” Christine Loignon
40 “Exploring levers and barriers to accessing primary care for marginalised groups and identifying their
priorities for primary care provision: a participatory learning and action research study” Patrick O´Donnell
41 “El arte de ignorar a los pobres” John Kenneth Galbraith
42 “La lógica de la sospecha. Sobre criminalización del uso de drogas, complots y barreras de acceso al
sistema de salud” María Epele
43 “Viejos y nuevos riesgos: en busca de otras protecciones” Sandra Caponi. Cad. Saúde Pública [online].
2007, vol.23, n.1, pp.7-15.
44 “Riesgo como peligro moral: Las funciones política y social del discurso del riesgo en salud pública”,
Lupton, D. 1993. International Journal of Health Service
45 “Culturalism as ideology” Didier Fassin, en “Cultural perspectives on reproductive health”
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1.2 Salud y pobreza. Revisando el estado de la cuestión.
Esta relación que encontramos entre la imagen construida sobre los guetos y la de los
colectivos en situación de pobreza con los que se ha desarrollado este proyecto no es
casual, sino que conecta con las prácticas de segmentación y separación que se vienen
aplicando sobre ellos desde hace tiempo. La premisa de poder ofrecer una atención
más adaptada a diferentes realidades es fundamental, pero termina produciendo
cajones estancos en los que dependiendo de la etiqueta que se tenga (persona sin
hogar, enfermedad mental, toxicomanía, familia en riesgo, víctima de violencia machista,
inmigrante, pueblo gitano, etc.) 47,48 se tendrán más o menos vías de acceso a recursos
que deberían ser derechos para todas y todos. Esto termina fomentando el
enfrentamiento entre diferentes grupos sociales que comparten el vivir en situación muy
precaria, dificultando así en gran medida sus posibilidades de acción conjunta en la
lucha por el reconocimiento de sus derechos.
Esta apuesta por generar lazos y vínculos entre diferentes realidades tiene también
46 “El dominio narrativo. Notas para un análisis crítico de la codificacióninstitucional de los pobres” Daniel
Parajuá Navarrete
47 “The care of the immigrant self: technologies of citizenship and the healthcare sector” Chiara Pussetti
and Vitor Barros
48 “Caring on the margins of the healthcare system” Aline Sarradon-Eck
49 “Justicia entre saberes: epistemologías del Sur contra el epistemicidio
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1.2 Salud y pobreza. Revisando el estado de la cuestión.
Esta mirada ética del cuidado impregna algunos análisis y propuestas interesantes
dirigidas a la atención sanitaria54,55, así como otras más globales. En todas ellas se
evidencia la importante relación del cuidado con la dimensión corporal. Por eso es
interesante tener en cuenta las tres perspectivas desde las que Nancy Scheper-Hugues
propone revisar el concepto de cuerpo: el cuerpo individual, el cuerpo social y el cuerpo
político56. La ética de los cuidados debería incorporarse a estas tres dimensiones.
Por otro lado, al hablar de una ética de cuidados se puede pensar que hay riesgo de
fomentar el asistencialismo y la dependencia, sobre todo si se entiende como modelo
en el que quien se encuentra en situación más vulnerable simplemente recibe atención
o cuidados de quien se encuentra en una situación más desahogada. Pero es
justamente al contrario, ya que esta mirada, más atenta al contexto y a las relaciones,
presta especial atención al respeto de la dignidad y el protagonismo de las personas,
promoviendo un reconocimiento de sus capacidades y potenciales. En este sentido
tiene muchos puntos en común con el modelo de la Salutogénesis y el trabajo sobre los
activos en salud59, al mismo tiempo que requiere un trabajo constante de análisis y
revisión de los mecanismos de poder puestos en juego en las relaciones entre
profesionales, vecinas y vecinos, de manera que se puedan desarrollar vínculos más
horizontales y que favorezcan la promoción de todas y todos60.
Por última, esta ética de los cuidados se puede y debe aplicar también a los propios
procesos de investigación y acción participada, de manera que se garanticen las
condiciones que permitan a cada persona ser co-protagonista de éstos y recuperar así
las aportaciones específicas de todas ellas. En este sentido propuestas como las del
Cruce de Saberes y Prácticas desarrollada por ATD Cuarto Mundo Internacional61,62 y la
54 “Atención a las personas con malestar emocional relacionado con condicionantes sociales en Atención
Primaria de Salud"
55 “The logic of care: health and the problem of patient choice” Annemarie Mol
56 “The Mindful Body: A Prolegomenon to Future Work in Medical Anthropology” Nancy Scheper-
Hughesand Margaret M. Lock
57 “Entre políticas de lo vivo y políticas de la vida. Para una antropología de la salud” Didier Fassin
58 “Ill-timed Patients: Gitanos, Cultural Difference and Primary Health Care in a Time of Crisis” Beatriz
Aragón
59 “Formación en salutogénesis y activos para la salud” Mariano Hernán, Antony Morgan, Ángel Luis Mena
60 “Sin poder. Construyendo colectivamente la autogestión de la vida cotidiana” Javier Encina y Ainoah
Ezeiz. Volapük Ediciones
61 “Les enjeux méthodologiques et épistémologiques du croisement des savoirs entre personnes en
situation de pauvreté, praticien.ne.s et universitaires Retours sur la recherche ÉQUIsanTÉ au Québec”
Marion Carrel, Christine Loignon, Sophie Boyer et Marianne De Laat
62 “Croisement des savoirs : une nouvelle approche pour les formations sur la santé et la lutte contre les
exclusions” Bruno de Goer, Claude Ferrand, Pierre Hainzelin
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1.2 Salud y pobreza. Revisando el estado de la cuestión.
En el momento actual el abordaje comunitario es prioritario para afrontar los retos a los
que nos enfrentamos a nivel de desigualdades y barreras para el cuidado de la salud.
Como comentábamos en el apartado sobre salud, pobreza y barreras, es importante
abordar el problema que supone la segmentación y el aislamiento social como factores
que, a veces potenciados por las propias intervenciones profesionales, debilitan los
vínculos y con ello las capacidades para salir adelante y afrontar las situaciones de
estrés68. Además, sólo desde una perspectiva comunitaria se conseguirán revertir las
situaciones de injusticia que dan lugar a las desigualdades en salud y garantizar el
reconocimiento de derechos a todas las personas sin excepción.
En los últimos años se han desarrollado materiales y propuestas muy útiles para poner
en marcha y desarrollar procesos de participación y desarrollo comunitario69,70,71,
algunos de los cuales señalan también las claves para llegar hasta quienes suelen
quedar siempre fuera de estos procesos72, mientras que otros se centran en aportar
herramientas para la evaluación de los mismos73.
63 “La Promoción de las Salud: Un instrumento del poder y una alternativa emancipatoria” Consuelo
Chapela
64 “Somerset The town that’s found a potent cure for illness”
65 “Someone to count on: social support as an effect modifier of viral load suppression in a
prospective cohort study” Friedman MR
66 “Social integration and survival after diagnosis of colorectal cancer” Sarma EA
67 “Comunitaria” Javier Segura
68 "The Status Syndrome". Michael Marmot, 2004 Times Books
69 “¿Cómo iniciar un proceso de intervención y participación comunitaria desde un centro de salud?”
PACAP
70 “Caja de Herramientas Comunitarias”, Centro para la Salud y Desarrollo Comunitario de la
Universidad de Kansas
71 “Guía para trabajar en Salud Comunitaria en Asturias”
72 “Le petit guide de la participation en santé de proximité”
73 “Empowering evaluation:evaluating empowerment”
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