David

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DAVID

El pueblo se somete a su rey – 2 Samuel 1-5


Esta época en la vida de David se caracteriza por una profunda dependencia
del Señor en todo cuanto hace. La gracia del Señor lo impulsa a poner su
esperanza en Él y logra grandes victorias militares y políticas que sirven como
antesala y proceso de consolidación de su reino en Israel.

Esta absoluta dependencia del Señor, su rechazo a toda injusticia y su firme


voluntad de hacer la voluntad del Señor lo hacen un tipo de Cristo al tener la
certeza de que su pueblo le ha sido dado por el Padre. En David, Cristo quiere
revelarse a sí mismo de tal modo que el pueblo reconociese al verdadero Rey.

Esta sección nos presenta una serie de pasajes de difícil traducción, como lo son 2
Samuel 1:9, 1:18, y la referencia a los ciegos y cojos.

También se nos presenta el reinado de Is-boset por dos años en Mahanaim y


como después de su muerte, llegó David a ser rey sobre todas las tribus de Israel.

Pensamiento Clave
El Señor sujeta al pueblo a su rey

El honor del ungido del Señor


Las noticias de la muerte de Saúl y Jonatán vinieron de boca de un hombre que
llegó a Siclag con sus ropas destrozadas y en mal estado. Contó a David que
había estado en la batalla y que al pasar junto al rey al recostarse sobre su lanza,
este le había pedido matarlo. Posiblemente, este hombre inventó esta parte de la
historia para congraciarse con David. Traía del campo de batalla la corona y los
brazaletes de Saúl como evidencia de su reporte. Debido a esto David da la
orden de quitarle la vida por no haber tenido temor de atentar contra la vida del
ungido del Señor.

El enojo de David debió ser mayor al saber que se trataba de un amalecita


viviendo entre los hijos de Israel. El autor trae la atención sobre la posibilidad de
que David sospechara que estaba mintiendo, pero por el testimonio de su propia
boca, seria juzgado y la responsabilidad, delante de Dios, de tal sentencia solo
recaería sobre sí mismo.

A diferencia de Saúl, David no se mostró con deseos de venganza personal y por


el contrario, ejecuto la justicia del Señor, al mostrar que él no llegaría al trono
valiéndose de la injusticia y la venganza sanguinaria. De esta manera Israel vería
que David no había actuado con egoísmo. En este sentido David se constituye en
un tipo del eterno Rey de Israel, el Señor Jesucristo, quién jamás actuó en
venganza sino en obediencia a las demandas de Dios.

David incluso compone un canto de lamentación sobre Saúl y Jonatán. David


supo enfrentar los deseos pecaminosos de su corazón al dedicarse a la causa del
Señor de todo corazón. Esta era la razón por la que podía amar a Saúl pese a
como había sido tratado por él. De esta manera David, podía apreciar lo que
Saúl realmente había significado para Israel.

Una aplicación que el autor hace es que nosotros también podemos vencer
nuestros pecados por la fe en el reinado de la gracia del Señor. Mediante la fe el
Señor Jesucristo venció las tentaciones y mediante su Espíritu Él venció en David.
De la misma forma mediante su Espíritu Él vence en nosotros hoy.

Rey en Hebrón
Pese a la muerte de Saúl y por ende un nuevo sentimiento de seguridad en Israel
para David, el no da ningún paso sin reconocer al Señor y consulta si debía
regresar y adónde ir. La dirección del Señor fue clara, sería Hebrón. Así se trasladó
con sus hombres, sus familias y posesiones a Hebrón.

El primer paso en el cumplimiento de la promesa del Señor fue ser ungido como
rey de su tribu Judá. Ahora restaba esperar que el Señor mismo lo confirmara
como rey de todo Israel.

Con un acto de agradecimiento a Jabes en Galaad por lo que habían hecho


con Saúl, David demostró que no había obtenido el trono por la fuerza.

Un nuevo obstáculo se presentó en la caminata al trono por parte de David,


Abner, el comandante del ejército de Saúl había comenzado a libertar a Israel de
la opresión filistea y nombró a Is-boset, hijo de Saúl, rey sobre Mahanaim. De esta
forma el Señor enseñaba a David a esperar.

Guerra civil
Frente a este escenario de desató una guerra civil entre las tribus de Israel y Judá.
Abner, después de reunir un ejército, marchó contra Judá. Pese a que una guerra
de este tipo sería terrible, David no podía dar la espalda al llamado del Señor, y
dado que se estaban rebelando contra el Señor debía enfrentar la situación y de
ser preciso librar una batalla. David envió a Joab con los hombres de Judá.

Abner propuso un duelo de doce luchadores de cada bando y la lucha fue tan
intensa que los veinticuatro cayeron en la batalla. Entonces los dos ejércitos se
enfrentaron y Abner fue derrotado. En medio de la batalla, siendo perseguido por
Asael, hermano de Joab, Abner le dio muerte, pero con mucha dilación. En esto
se demuestra que comprendían que esta guerra era una abominación.

La batalla de ese día terminó con un toque de queda decretado por Joab y
regresaron a Hebrón. Pese a esto la guerra continuó, pero David seguía
fortaleciéndose mientras las tropas de la casa de Saúl iba perdiendo su fuerza.
David también recibió la bendición de tener más hijos durante su estadía en
Hebrón.

Negociaciones
La casa de Saúl es dividida por causa de que Abner toma Rizpa quién había sido
mujer de Saúl, demostrando así que deseaba la posición de su señor y esto, por
supuesto desagradó a Is-boset. Al ser reclamado por Is-boset al respecto, Abner
decide entregar todo el trono a David, reconociendo, contra su propia voluntad
la elección de David.

Abner comienza a hacer acercamientos para la rendición y David exige una


única cosa para dar el paso. Reclama a su mujer Milca; sin embargo no queda
muy clara la razón por la cual hace esta demanda.

Por su parte Abner comienza a hacer su tarea y a inclinar el corazón del pueblo a
David, empezando por la tribu de Benjamín, la tribu de Saúl. También regresa a
Mical a David y termina por reunirse con David en Hebrón. Allí se promete a David
unir a todo Israel en el pacto con David.

Joab no estaba presente in dicho encuentro y al regresar de una batalla es


enterado sobre la situación y reprocha a David por permitir que Abner parta en
paz usando el argumento de que Abner ha venido como espía. Sin enterar a
David hace regresar a Abner y lo asesina en venganza de su hermano Asael.

Al enterarse David, maldijo la casa de Joab debido a su pecaminosa forma de


actuar, y ordenó a Joab y al pueblo, marchar delante del féretro de Abner con
sus ropas rasgadas en una muestra de duelo por Abner. Para Israel fue claro que
David era inocente y que su camino al trono no estaba forrado en injusticias y
crímenes.

Es así como el pueblo se liga al Señor por medio de su rey. Por amor al Señor
debían considerar al rey como cabeza del pueblo.

Rey sobre todo Israel


La causa de la casa de Saúl esta evidentemente perdida. Is-boset es asesinado
por una banda de merodeadores y quienes traen la cabeza de Is-boset a David
piensan congraciarse con él, pero muy al contrario una vez más se muestra
indignado con este nuevo crimen y orden ajusticiar a estos hombres. Es de esta
forma como Israel reconoce el llamado de David a ser rey y pastor de Israel.

En David finalmente el pueblo había reconocido al rey que el Señor les había
concedido. El Señor mismo hizo que el pueblo se sometiera a su rey. Todo Israel
fue convencido de que David sabía que su pueblo seria salvado, solo mediante la
justicia. Es así como Israel puede ver en David a un tipo del Mesías. De la misma
forma, hoy el Señor sujeta a su pueblo a Cristo, su Rey.

Jerusalén elegida
David realiza una de los primeros actos oficiales como rey al tomar militarmente la
fortaleza de los jebuseos. David había decidido que la ciudad de Jerusalén fuera
la capital de reino. Quienes la habitaban hacían burla diciendo que los ciegos y
los cojos podían protegerla, haciendo alusión a lo inexpugnable de la ciudad.
Mas no contaban con la obra del Espíritu del Señor en David y sus hombres y,
encendidos en ira contra los enemigos de Israel, la tomaron sin mayor dificultad.

David finalmente hace de Jerusalén su capital, La fortifica y construye un palacio


usando maderas enviadas por el rey de Tiro. Es así como David observa que el
Señor mismos, por un acto de gracia ha establecido su reino en Israel.

También enfrenta a los filisteos quienes se han levantado a demostrar su


superioridad frente a Israel, ahora que tiene nuevo rey; sin embargo, David los
vence al serle concedida la victoria de parte del Señor.

Israel ahora comprende que David reina en Israel mediante el favor del Señor y
en compañerismo con él, dando libertad al pueblo de Dios.

Rey de Israel – 2 Samuel 6-9


La sección que nos ocupa, muestra la intención de David de construir una casa
para el Señor, pero el Señor mismo declara que Él construirá una casa para David.
Hasta que la casa de David sea establecida, permitirá que sea construido su
templo. Esto señala que nuestras obras siempre son una respuesta a la del Señor.

La aclaración del autor acerca de los motivos por los cuales Dios impide que
David construya su templo es iluminadora, pues no permite pensar en la
obediencia de David como un acto pecaminoso, sino como un acto con
profundo significado teológico al señalar la realidad del pecado que persiste en
el mundo, y que es castigado con la muerte. Entonces cuando el pecado sea
conquistado totalmente, se nos concederá la habitación total de Dios entre
nosotros.
La anticipación del cumplimiento de la habitación de Dios en medio de nosotros
en Cristo es notable; igualmente se sigue el derramamiento del Espíritu Santo en la
iglesia en comunión con Él.

El cumplimiento parcial en Salomón del establecimiento del reino y su naturaleza


eterna, es una anticipación del cumplimiento en el Rey verdadero, Cristo. Lucas
1:32-33 señala este cumplimiento.

Esta sección también nos narra el intento, por parte de David, de traer el arca, la
representación del trono de Dios, a Jerusalén y otras situaciones con los enemigos
de Israel y las consecuencias del pecado de David.

Pensamiento Clave
El Rey de Israel reinará para siempre sobre el pueblo de Dios

Y entrará el rey de gloria


El establecimiento del reinado de David por parte del Señor, trae a la memoria de
David el arca que aún se encuentra en casa de Abinadab. David quería que
estuviera en Jerusalén, la capital de su reino. Con esto, demostraría que su reino,
realmente se trataba del reino de Dios, el verdadero Rey de Israel. El éxito de su
reinado, estaría directamente relacionado con su estrecha relación y comunión
con el Señor.

Aquí se presenta una de las escenas más elocuentes en la Biblia acerca de la


santidad y la voluntad revelada del Señor. Al intentar llevar el arca del Señor en
un carro, custodiada por Uza y Ahío, el primero, para evitar que el arca cayera
debido a un tropiezo de los bueyes, toco con su mano el arca y, pese a su buena
intención cayó muerto allí mismo, debido a la santidad del Señor. Olvidar que el
Señor es santo y que solo es posible servirle conforme a su propia voluntad es un
asunto de gran importancia.

En este punto David comprendió que algo andaba mal con el desfile, pero no
entendía la razón. Esto lo hizo reflexionar sobre la santidad del Señor y lleno de
temor hizo levar el arca a una casa cercana, la de Obed-edom.

Tres meses después, David recibe la noticia de la bendición sobre la casa de


Obed-edom a causa del arca del Señor. A estas alturas David ha comprendido
que la santidad de Dios no es un asunto de temer si se halla uno, en una correcta
relación con el Señor dentro de su pacto (por medio de Cristo). Por otro lado
también llegó a comprender la razón de la ira del Señor. En lugar de transportar el
arca del Señor, como el mismo lo ordenaba en la ley, había imitado a los filisteos
al hacerlo sobre un carro.
Finalmente el arca es llevada a Jerusalén, esta vez por levitas, de acuerdo al
mandato del Señor y en medio de una gran celebración delante del Señor ella
arriba a la ciudad. Dios, como el verdadero Rey de Israel, habitaría en medio de
su pueblo en Jerusalén.

El arca era una señal de la presencia de Dios en medio del pueblo a través del
Ángel del pacto. El esplendor del reinado de David era derivado de esta orada
de Dios en medio de ellos. Es así como este lazo, fue un tipo de Cristo, que como
el Ángel del Señor, ahora se ha hecho carne para que Él mismo pudiera ser el Rey
de su pueblo.

El cántico de David, sobre la entrada triunfal del Rey de gloria anticipaba la


gloriosa ascensión del Señor en autoridad y como volverá a ser honrado al
revelarse en toda su gloria.

La revelación del corazón de Mical, mostró que en la casa de Saúl nadie


comprendía la importancia del Señor y la necesidad de ser verdaderos creyentes
y no tan solo nominales.

Mical mostró su desprecio por la fe de David en el Señor al hacer burla de él. Pero
David le señaló que fue precisamente la preocupación de su padre por sí mismo
más que por el honor del Señor lo que lo llevó al rechazo por parte del Señor.
Debido a esto Mical fue estéril, la casa de David no sería construida por medio de
ella.

El pacto con David


Cuando David logró hacer la paz, después de muchas guerras, su único
pensamiento era el arca del Señor. Mientras él vivía en un palacio, el arca del
Señor posaba en una tienda. Eso lo llevo a tomar la decisión de construir un
templo para el Señor. Al consultar con el profeta Natán, este lo aprobó.

En la noche, por medio de una visión, el Señor indicó a Natán que no permitiría la
construcción de templo alguno para Él hasta que el reino en Israel fuera
totalmente establecido. Debido a los grandes conflictos con los que David debía
lidiar aún en Israel, el Señor confirmaría a su hijo como un rey de paz y se le daría
el privilegio de construir templo al Señor. De esta forma se muestra que es la obra
de la gracia del Señor la que precede a la nuestra. La iniciativa siempre es del
Señor.

La promesa del Señor sobre la casa de David era que sería establecido su reino
para siempre, de modo que no podría cumplirse en el hijo de David. Se trataba
de la promesa de que Cristo nacería del linaje de David. Cristo, sería el gran hijo
de David. El hijo de David construiría el templo, pero Cristo construiría el verdadero
templo. La morada de Dios entre los hombres se hizo real por medio de Cristo,
quién convertiría a su pueblo y eventualmente a toda la tierra en una casa
donde Dios habitaría con agrado.

La respuesta de David antes las palabras de Natán son de suma humildad por los
favores recibidos del Señor. David concluye su oración con la absoluta certeza
del cumplimiento de la promesa del Señor mediante la fe.

Cristo ha sido el cumplimiento de esta maravillosa promesa, el gran Hijo de David


es nuestro Rey Eterno. Y al derramar a su Espíritu Santo constituyó a su pueblo
como su templo. Cuando el venga, hará de toda la tierra la casa de Dios

Justicia y rectitud
Una vez habiendo recibido del Señor honor y poder, los enemigos del pueblo del
Señor se levantaron contra él. El autor señala que se trató de un impulso
provocado por el odio hacia el pueblo del Señor y en última instancia hacia el
Señor mismo. Pero Dios dio la victoria a David sobre sus enemigos.

Derrotó y subyugó a los filisteos, a los moabitas a los reyes sirios de Soba y de
Damásco. Tomó oro y plata de los enemigos del Señor que fue usado
posteriormente para la construcción del templo. Derrotó también a los amonitas,
los edomitas y a los amalecitas. Tuvo la precaución de dejar tropas de ocupación
para garantizar el pago de tributos.

Las campañas de David, pese a no ser impecables por causa de su misma


humanidad si fueron la ejecución del juicio de Dios sobre los enemigos del pueblo
de Dios. La sujeción de las naciones vecinas de Israel, se puede observar la
promesa de que todos los pueblos se someterán algún día al reinado de la gracia
de Cristo, y también la advertencia de que Cristo ejecutara su juicio sobre todos
lo que se oponen a la gracia.

David como tipo de Cristo, proveía a su pueblo seguridad al reinar con justicia y
rectitud. Las palabras del autor son preciosas: “Cuán grande es la seguridad del
pueblo del Señor bajo el escudo de Cristo”

La fidelidad del rey


David mostró su fidelidad con la casa de Saúl al preservar la vida a Mefi-boset y
entregándole las posesiones de Saúl y poniendo a Siba como administrador de los
bienes. También le dio un lugar en su mesa.

El Señor muestra su bondad con Saúl, al no exterminar a su linaje sino preservarlo


en medio de Israel. Así fue como David mostró fidelidad al pacto hecho con
Jonatán. Si un pacto hecho entre dos hombre tiene estos alcances, cuanto más
será la fidelidad del Señor hacia el pacto en el que vive con todos los que le
pertenecemos.
EL amado del Señor – 2 Samuel 10-12
Esta sección nos presenta el nacimiento de Salomón. Sus antecedentes y sus por
menores que muestran como David, ve en este acontecimiento el favor
renovado del Señor.

El nombre puesto por el Señor mismo fue Jedidias, que señala el comienzo del
cumplimiento de la promesa del Señor sobre la casa de David y sobre Israel al
mostrarle misericordia.

El evento pecaminoso de David, es usado por el Señor justamente para llevar al


pueblo a poner su esperanza no en David, sino en el futuro, en Cristo, cuyo
nacimiento era anticipado en el nacimiento de Salomón. De modo que Cristo es
el amado del Señor y en Él, Salomón e Israel también son amados. Por amor a
Cristo hubo gracia para la casa de David mediante el nacimiento de Salomón.

Pensamiento Clave
La gracia del Señor para su pueblo está en su amado

Estado de guerra
El nuevo rey de Amón, escuchando el mal consejo de su corte, decide llevar a
cabo una afrenta sobre unos emisarios que David ha enviado para manifestar su
pesar por la muerte del padre. Rasura la mitad de sus barbas y les corta la parte
inferior de sus ropas y los envía de regreso, trayendo una afrenta al mismo rey
David.

David, al saberlo les ordena quedarse en Jericó hasta que les crezca la barba.
Entre tanto los amonitas toman por sueldo a mercenarios de los sirios. David envió
a su general Joab quién al enfrentar a los enemigos del Señor se ve en medio de
los sirios y los amonitas, lo que lo lleva a dividir a su ejército en dos frentes. Los
amonitas huyeron a su ciudad al ver que Joab había derrotado a los sirios
después de enfrentarlos.

Debido a que los amonitas no habían sido vencidos aún, se hace necesaria otra
campaña. Los sirios estaban agrupándose nuevamente y su rey, Hadad-ezer,
había hecho traer soldados desde Mesopotamia. David entonces reunió a su
ejército y derrotó a los sirios haciéndolos sus tributarios, después de obligarlos a
hacer la paz con él.

En su tercera campaña, después de un periodo de lluvias que lo obligó a esperar,


David envió a Joab con su ejército para sitiar la ciudad de Rabá, la capital
amonita.
En un acto de justicia por el honor del Señor, no por el suyo, David llevó a cabo
una guerra contra los enemigos del Señor, venciéndolos y reivindicando así el
honor de la gracia del Señor.

Lujo indisciplinado
En un acto de autosuficiencia, cuando debía salir en frente de su ejército a llevar
a cabo los juicios del Señor sobre sus enemigos, David decide quedarse en el
palacio y enviar a Joab. En este instante, supone que su reino ya está establecido
y seguro, pero más que por la gracia y la fidelidad del Señor, por su propia fuerza.
David no está descansando en la gracia del Señor, sino que estaba dependiendo
de su propio poder.

Aplicación: Bajo circunstancias como la de David, es fácil tener un sentimiento de


autosatisfacción que nos lleva a un estado de relajamiento espiritual; sin
embargo, el peligro de esta actitud es precisamente, la falta de atención en
entender lo alejados que estamos del Señor.

La escena que transcurre, es bien conocida; sin embargo resaltar, que el estado
espiritual de David desencadena los hecho de su adulterio, que es por supuesto
consensuad con Betsabé, quién pese a su condición de mujer casada accede al
pecado. Posteriormente se observan los intentos infructuosos de David por
esconder su pecado restaurando el matrimonio de Urias con la mujer con quién
ha pecado.

Esta situación lleva a David a progresar en su pecado y cae en el asesinato, al


ordenar a Joab, poner a Urias en una situación de peligro en la batalla. De esta
forma, David podría tomar “lícitamente” a la mujer de Urias por esposa.

Lamentablemente, Joab aprovecha la situación para usar la muerte de Urias


como paliativo con el rey y cubrir así sus propias faltas. El rey está en las manos de
Joab. Más adelante David tranquiliza a Joab al respecto de la pérdida de vidas,
perdiendo con este acto el honor que tenía como pastor del pueblo del Señor.

David finalmente toma a Betsabé por mujer y piensa haber dejado a tras la
página de su pecado. Sin embargo para el Señor lo que ha hecho David es una
gran abominación y no dejará de castigar dicho pecado. Le permite convivir con
su pecado por un tiempo. En esta condición David escribe una serie de Salmos
sobre su condición delante del Señor y la dura experiencia de vivir con pecados
inconfesos, que le impedía acercarse con toda libertad al Señor. Dios estaba
preparando a David a través de su propia experiencia con el pecado.

El juicio del Señor


El profeta Natán visita David y por medio de una historia acerca de un crimen
descubre el pecado de David ante sus propios ojos y le hace saber el juicio del
Señor por el pecado que ha cometido. Dios mismo le ha dado a todo Israel y
recibiría mucho más pero debido a no haber recibido con gratitud esos dones,
sino que al contrario había actuado tan impíamente al tomar la mujer de Urias y
posteriormente asesinarlo. La espada nunca se apartaría de la casa de David, y
otro tomaría sus mujeres. Lo que David había pretendido hacer en secreto, el
Señor se lo haría en público, pues el pecado de David, realmente había sido
cometido, en primera instancia, contra el Señor.

Pese a lo riguroso del juicio, el elemento de gracia de parte del Señor, se deja ver
en la preservación de la vida y el trono de David.

La respuesta de David, no se hizo esperar, reconoció inmediatamente su pecado


y lo confeso delante del Señor. El señor tendría misericordia de David y perdonaría
su pecado, pero debido a la deshonra del nombre del Señor, el hijo primogénito
de David y Betsabe, moriría.

El niño enfermó gravemente y en respuesta David inicio un periodo de ayuno y


oración prolongado. Resulta interesante que el autor señala que David no solo
estaba afectado por la enfermedad de su hijo sino por su propio temor a
enfrentarse a la profundidad de su pecado reflejada en la muerte del niño. Al
escapar el niño de la muerte, tendría una señal de que el Señor había dejado a
tras su pecado.

La actitud de los siervos de David le demostró que el niño había muerto. Se


levantó de su ayuno, se lavó, se ungió, se cambió de ropa y acudió al arca del
Seño. Se inclinó ante el juicio del Señor y se aferró a su gracia. Después comió.

Los actos de David resultaban indescifrables para sus siervos, lo que estos no
comprendían era que David, más que estar luchando por la vida del niño, estaba
luchando por la gracia del Señor y ahora que el niño había muerto, se sometía
humildemente al juicio de Dios. El mismo un día moriría pero lo haría creyendo en
la gracia del Señor.

Con este acto de parte de David, el pueblo recibe la lección de solo poner su
confianza en el Señor, David era tan pecador como ellos. Su fe debía estar
puesta solo en su futuro Redentor. Es precisamente gracias al futuro salvador que
hay gracia para David. Esta es nuestra lección, en Cristo el Señor nos ha
concedido toda gracia como pueblo suyo.

Perdón
La lección del Señor para David y para el pueblo era la necesidad de mirar hacia
el futuro, a la venida del Salvador. En un nuevo hijo que el Señor les concede
tener, David ve la gracia del perdón del Señor. Lo nombra justamente Salomón,
debido a que ahora hay paz entre el Señor y él mismo. De la misma manera una
mas grandiosa revelación del favor del Señor se deja ver cuando Natán trae un
mensaje a David en el que le indica que el nombre de este hijo será Jedidías, que
significa amado del Señor. Y señala al futuro Redentor que nacería de este niño.
Con esto Israel y David mismo son llamados a mirar al futuro Redentor de Israel.

Bajo esta escena se nos deja la visión de la necesidad de mirar al Salvador, a


Cristo, no a nosotros mismos.

Victoria
Finalmente David se corona con la corona del rey amonita, declarando así que el
territorio de Amón ha pasado a ser parte de Israel y los amonitas son sometidos a
trabajar para Israel. De esta manera se revela el juicio de Dios sobre los enemigos
de la gracia del Señor.

Rechazado y restaurado – 2 Samuel 13 - 20


El autor nos advierte sobre la necesidad de que al estudiar los capítulos señalados
se pierda el punto focal, es decir, el Señor y su pacto con su pueblo. Esto debido
a los múltiples usos que se acostumbra a dar a los relatos del comportamiento de
Absalón.

David como el ungido del Señor y como Rey de Israel era un tipo de Cristo. Era la
cabeza de Israel en el pacto y en la gracia que el Señor le confería también
manifestaba su gracia al pueblo. David fue el libertador de Israel y en esa
condición, también fue rechazado.

David es rechazado en primera instancia por Absalón, debido a su piedad. El


punto predominante aquí es el rechazo por parte de Absalón de la cabeza del
pacto y del pacto mismo.

También es rechazado por Israel. Su pecado tuvo efectos en su estima y


autoridad de cara al pueblo, que rechazó a David, por medio de quién había
sido tan bendecido y ahora escogía a Absalón. Derrotado este, David fue
recibido de nuevo, pero debido a una riña con Judá, fue abandonado por las
diez tribus para seguir a Seba. El autor señala que de esta manera el pueblo
estaba jugando con el ungido del Señor y con el pacto de Dios. Pese a todo el
Señor, fiel a su pacto, les devuelve a David y confirma así la promesa que la ha
hecho a su casa, la promesa de la venida del Redentor.

Otro aspecto importante en esta sección es la sensibilidad de David al reconocer


en el pecado un rechazo del pacto de Dios y por ende ofrece una respuesta de
dolor frente a esa situación. Al enviar el arca del Señor a Jerusalén demuestra su
carácter piadoso de forma clara.
También se nos muestra su debilidad influenciada por su actitud para con sus hijos
Amnón y Absalón. Demostrando un amor paternal egoísta que no le permitía
someterse al juicio de Dios sobre quién había quebrantado el pacto.

Pensamiento Clave
El Señor guarda el lugar del rey en medio de su pueblo

La abominación de la casa de David


El pecado se dejó ver como una muestra de la miseria ocasionada por el juicio
del Señor sobre el pecado de David.

Amnón viola a Tamar quien es hermana de Absalón y ahora este busca una
ocasión para asesinarlo. Es notable que la actitud de David es negligente frente a
la necesidad de disciplinar a su hijo. Al parecer el hecho de conocer su culpa
resulta en el descuido de la disciplina de sus hijos.

Finalmente, después de dos años, Absalón llevó a cabo su venganza en una fiesta
que ofrecía y a la que había invitado a todos los príncipes de Israel. Dio
instrucciones de asesinar a Amnón y así fue hecho. Los demás príncipes huyeron y
salvaron la vida; sin embargo lo ocurrido era muy grave. El acto de violación en la
casa de David y ahora el asesinato de uno de sus hijos por parte de su hermano.
Las consecuencias del pecado de David eran evidentes en su casa.

Reconciliación
Absalón había huido y se había escondido en casa de su abuelo. Pero David
anhelaba el regreso de Absalón, lo amaba mucho y ya había olvidado el enojo y
el dolor por el asesinato de Amnón.

El autor atrae la atención sobre el hecho de que este amor no era santificado,
puesto que pese a la gravedad del pecado de Absalón, que incluía haber
desechado el yugo del pacto del Señor, no aplico la disciplina adecuada. El
amor por su hijo fue más fuerte que su enojo por el pecado. La necesidad de
arrepentimiento era absoluta.

Joab se vale de su astucia para hacer ver al rey, la posibilidad del regreso de
Absalón a la ciudad, pero sin la disciplina perfecta del Señor que produce
verdadero arrepentimiento. Al permitir David el regreso de Absalón sin el
respectivo fruto de arrepentimiento estaba mostrando una actitud de debilidad
de su parte. Tras todo el planteamiento de la mujer que Joab había enviado para
convencer a David, también se encontraba la esperanza de David sobre Absalón
debido a su belleza, era su motivo de orgullo.
Dos años después; sin embargo, David no había permitido a Absalón verlo,
entonces aquel usó a Joab para que intercediera por el ante el rey, haciendo uso
de presiones, como la quema de un campo de cebada. En esta condición
Absalón estaba limitado para llevar a cabo sus propios planes. David finalmente
accede a recibirlo y lo besó.

Así se llevó a cabo la reconciliación, pero no bajo el Señor. Puesto que el corazón
de Absalón no estaba con el Señor, tampoco estaba con su padre. Absalón no
era creyente, y David era muy débil ante Absalón, sus ojos había sido
enceguecidos por su enfermizo amor por su hijo.

La rebelión
Ahora que Absalón ha sido devuelto al palacio y recibido el favor de David, se
halla en condiciones de efectuar sus planes. Su primer paso es ganarse el favor
del pueblo con lisonjas y su pomposa actitud. Sin embargo, el pueblo, no
reconocía en el a quién los estaba alejando del ungido del Señor. No eran
capaces de reconocer la verdadera naturaleza de la conducta de Absalón.

Absalón trama un plan para hacerse con la corona de Israel. Después de


asegurarse que cuenta con el favor de la mayoría del pueblo, les indica que a la
señal debida, proclamen por todo Israel que Absalón en rey en Hebrón, a donde
acude bajo la mentira de ir a cumplir un voto hecho al Señor durante su exilio.

Al enterarse de lo sucedido, David deja Jerusalén para evitar una matanza en la


ciudad. Se hace acompañar de su familia, su guardia y seiscientos soldados. En
este hecho, David experimenta, como el ungido del Señor, el rechazo del pueblo.
Sin embargo, consciente de su propia maldad, puede perdonar al pueblo sus
errores. El autor señala que la real preocupación de David es que al rechazar a
David como rey, están rechazando al Señor.

Un hecho que llama la atención, es la fidelidad mostrada por parte de un filisteo


llamado Itai, quién prefiere seguir al rey David en su suerte que regresar a la
ciudad, en contraste con la infidelidad de Israel.

David hace regresar a los sacerdotes Sadoc y Abiatar con el arca del Señor.
David se somete humildemente al juicio del Señor y confía en su voluntad sobre su
regreso a Jerusalén. También acordó que sería informado por parte de los
sacerdotes a través de sus hijos Ahimaas y Jonatán que permanecerían fuera de
la ciudad.

David subió al monte de Los Olivos, descalzo y llorando por el rechazo de su


pueblo. Anticipando, como el ungido del Señor, al Hijo de David que habría de
ser rechazado y transitaría en su rechazo la misma ruta. Siendo inocente llevaría
los pecados de su pueblo y sin embargo sería rechazado por ese mismo pueblo.
En esta nueva etapa de sufrimiento en la vida de David, vendría consuelo para él,
pero también muchas amarguras. Es traicionado por Ahitofel, pero envía a Husai
como infiltrado para confundir el consejo de aquel. Siba, mintiendo, acusa a su
señor, Mefi-boset de querer recuperar el trono de su padre. Es maldecido por
Simei, también miembro de la casa de Saúl.

David impide a Abisai matar a Simei, arguyendo que Dios mismo ha enviado a
Simei para maldecirlo. De esta forma, David se muestra sumiso frente al castigo
del Señor. David enfrentaba el castigo del Señor tras las palabras que proferían
contra él, aunque no fueran ciertas. Así es como David, siendo tipo de Cristo, sufre
el rechazo de su propio pueblo.

El consejo de los malvados hecho nulo


Aconsejado por Ahitofel, Absalón tomo a las diez mujeres que David dejó en el
palacio. Cumpliendo así el juicio anunciado por Natán sobre el pecado de David
con Betsabé. Era también una estrategia para asegurar que una reconciliación
entre David y Absalón fuera imposible y ganar por tanto el completo apoyo del
pueblo.

Adicionalmente aconsejo un ataque completo sobre David, estando este


cansado y debilitado la victoria sería contundente. Sin embargo, el Señor había
escuchado la oración de David y Husai se ganó el favor de Absalón al hacerle
saber que consideraba que ahora él era el escogido del Señor. Con las palabras
de Husai, Absalón quedó completamente enceguecido y dio prioridad al consejo
de este antes que el de Ahitofel.

Husai aconsejo a Absalón reunir primero a todo Israel antes de atacar, pero
sabiendo que esa tarea le daría a David el tiempo suficiente para reunir sus
propios seguidores puesto que no todo Israel apoyaría a Absalón. De esta forma
el Señor mismo usó las palabras de Husai para influenciar a Absalón y sus hombres
y preservar la vida de David.

El autor señala que Ahitofel en su condición de servidor de David, nunca se había


sometido a la cabeza del pacto. Confiaba solo en el mismo y en su propia
sabiduría, mas no en el Dios de David, el Dios del pacto.

Con el revés en su consejo, el Señor muestra que Ahitofel había tomado una
posición contraria al pacto del Señor. Así fue vencido, pese a su astucia, por el
Señor a través de Husai. Al ver esto, regresó a su casa y se ahorcó. Así murió el
hombre que se había levantado contra la gracia del Señor y la cabeza del pacto.

La victoria
Husai informó a través de los hijos de los sacerdotes que debía cruzar el Jordán,
de modo que siguió su viaje a Mahanaim en Transjordania. Allí se enfrentaron lso
dos ejércitos y Absalón fue vencido y perdió la vida en manos de Joab, pese a
que David había dado instrucciones claras acerca de perdonarle la vida.

Haber rechazado a la cabeza del pacto y por ende al Señor mismo, le costó la
vida y su honor, pues pasó a la historia con vergüenza.

Al enterarse David de la muerte de su hijo, lo endecho y mostro una gran tristeza


por lo ocurrido. El autor señala que en este sentido David perdió el sentido de lo
ocurrido e incurrió en un pecado, El cómo cabeza del pacto, no estaba viendo
como Absalón había quebrantado el pacto y en lugar de eso se dejó llevar por su
amor egoísta como padre. Debió ser el tipo de Cristo pero con mucha frecuencia
dejó de serlo. Cristo fue el único para quién la vida fue simplemente el medio
para cumplir con el llamamiento de Dios.

El regreso a Jerusalén
La falta en David de ser gobernado completamente por su llamado, le impedía
ver las cosas con claridad y tomaba decisiones sin sentido.

Israel, había regresado de su letargo por causa de no reconocer a la cabeza del


pacto y no haber querido someterse a él. En lugar de mostrar arrepentimiento por
esto, ahora estaban discutiendo las ventajas y desventajas de tener a David
como rey. Con este escenario se demostraba la gran vacilación que
predominaba en Israel.

Al saber lo que estaba ocurriendo, David en lugar de seguir su siempre buen


hábito de esperar en el Señor y consultarlo, decide apelar a Judá, promoviendo
de esa forma un pecaminoso pensamiento nacionalista en medo de su propia
tribu. También toma la mala decisión de reemplazar a Joab con el general del
ejército de Absalón, pasando por alto su fidelidad pese a su mal proceder.

David comienza su regreso con el apoyo de Judá, y el primero en salirle al


encuentro es Simei, quién lo había maldecido. Pese al consejo de Abisai de darle
muerte, David le perdona la vida, con todo y haber herido al ungido del Señor.

David no se atrevía a actuar debido a que estaba gobernado por sus


sentimientos más que por su conciencia del llamado del Señor. Pese a que no hizo
justicia sobre Simei, encargó a su sucesor al trono de esa tarea.

El caso de Siba y Mefi-boset tambipen demuestra la falta de uso de buen juicio


por parte de David, al faltar a su responsabilidad de implementar justicia.

Todas estas faltas de carácter de David, sumadas a la actitud regionalista de


Judá y que no supo ser manejada por David, ocasionó que una vez más Israel
abandonara al ungido del Señor, al seguir a Seba quién declaró que los israelitas
no tenían parte con David y que regresaran a sus casas.
Pese a todo el pecado añadido del pueblo, el Señor deseaba seguir
bendiciéndolos a través de David, de modo que el Señor mismo restauró a David
en el trono a pesar de la infidelidad de Israel. Pese a todo los israelitas aún no le
daban todo su apoyo al rey, razón por la cual tendrían que aprender cuánto
habían pecado contra el Señor.

David trajo de nuevo el orden a Jerusalén y pese a que las mujeres que Absalón
había tomado no le fueron restauradas como esposas, David se aseguró de suplir
sus necesidades por el resto de sus vidas.

Restauración total
David, continuando con su trato injusto contra Joab, comisiono a Amasa, el
excomandante de Absalón, juntar al ejército y perseguir a Seba. Pero los hombres
de Joab no confiaban en Amasa de modo que este se tardó en reunir al ejército
y David tuvo que ordenar a Abisai, hermano de Joab, que persiguiera a Seba con
sus soldados.

En medio de la persecución se unió Joab a Abisai y encontraron a Amasa cerca


de Gabaón. Joab asesinó a Amasa y emprendió la persecución de Seba con su
hermano y el ejército. Al llegar a Abel-bet-maaca, donde Seba se había
fortificado, una mujer advirtió que Joab destruiría la ciudad, entonces a petición
de Joab, la cabeza de Seba le fue arrojada y todos regresaron a Jerusalén,
donde Joab fue restaurado en su posición como general del ejército de Israel.

Pese a la renovada paz en Israel, el pueblo aún tendría que ser confrontado
debido a que no había confesado sus pecados al Señor.

La lámpara de Israel – 2 Samuel 21-24


Estos capítulos nos muestras la forma en la que David vino a ser la lámpara de
Israel en virtud de que el Señor mismo era su lámpara. La verdadera lámpara de
Israel es Cristo mismo, de quién David habló en sus últimas palabras.

También nos muestran el juicio de Dios sobre la casa de Saúl debido a que sus
acciones obedecían a su egoísmo y no a la justicia del Señor. De la misma forma
se presenta la hambruna como un efecto del juicio por el pecado del rey; sin
embargo, la exhibición de los cadáveres de la casa de Saúl, mostraba que se
estaba haciendo algo respecto de los pecados de aquel.

Rizpa con su acción, a favor de la casa de Saúl, conmueve a David y ordenó que
los huesos de Saúl y Jonatán y los otros siete fueran enterrados en el sepulcro de la
familia. Así el linaje de Saúl halló descanso en Israel.
Se nos presenta el censo del pueblo y la plaga como resultado de la ira de Dios,
debido a que no se han arrepentido del pecado de haber rechazado a su rey en
las rebeliones de Absalón y Seba.

El pecado de David al llevar a cabo el censo, es incitado por el mismo Señor


como juicio sobre el pueblo. Sin embargo el pecado no consiste en que se
levante el censo, sino en no seguir las directrices del Señor en cuanto a las regla
de la ley al contar al pueblo, las cuales incluían sacrificios en reconocimiento del
Señor como el supremo de su pueblo. Por el contrario esto lo llevaría a poner su
confianza en sus números, en el estado de Israel y no en el Señor, haciéndose
alguien no muy distinto de Saúl.

El himno de gratitud de David demuestra la fidelidad del Señor y el motivo de tal


fidelidad, a saber, Jehová lo ha premiado conforme a su justicia. Pero David no
está pensando en una justicia propia, sino que está viviendo en una correcta
relación con el Señor y se está comportando con rectitud en el pacto del Señor. El
reconoce que el Señor es quién lo ha escogido para la posición en la que se halla
y es justamente esto lo que manifiesta cuando declara que el Señor es su
lámpara.

Pensamiento Clave
A través de su ungido el Señor es una lámpara para su pueblo.

La lámpara de Saúl extinguida


Una hambruna ataco a la tierra por tres años y al consultar David al Señor al
respecto, la respuesta fue, que el pueblo aún estaba bajo una maldición debido
a algo que había ocurrido durante el tiempo de Saúl.

Josué había invocado el nombre del Señor cuando prometió que se brindaría
protección a los Gabaonitas; sin embargo, Saúl, movido por su orgullo y el del
pueblo y no por el nombre del Señor, había matado a muchos, por esto la
maldición del reinado de Saúl, se dejaba sentir con fuerza aún después de su
muerte. David es llamado a quitar la maldición.

La forma de pagar el crimen cometido contra los gabaonitas era que siete
descendientes de la casa de Saúl fueran ejecutados públicamente, muertos y
luego ahorcados. Mefi-boset fue perdonado junto con su familia. Los muertos
fueron dos hijos de Rizpa y cinco hijos de la hija mayor de Saúl.

Durante todo el tiempo de la cosecha, los cuerpos permanecieron colgados


como una manifestación de la maldición que pesaba gravemente sobre Israel.
No solo por el pecado de Saúl, sino por el pecado de Israel al haber ofendido el
nombre del Señor. Aplicación: de la misma forma nosotros merecíamos ser
expuesto públicamente por causa de nuestros terribles pecados; sin embargo ha
sido nuestro salvador quién ha sido expuesto sufriendo la maldición en nuestro
lugar. Tomando nuestro lugar fue expuesto públicamente por nosotros como el
Maldito.

Por medo del hambre, el Señor hizo saber que Israel era responsable del pecado
tanto como Saúl y la muerte de este no había quitado los efectos del pecado,
debido a que Israel no se había apartado del mismo. Por esto los siete colgados
fueron muertos por el pecado de todo el pueblo. E esto el Señor mostró su gracia,
ya que perdonó al pueblo. En la muerte del Salvador, esa misma gracia se hizo
mucho más gloriosa al morir en lugar de su pueblo.

Pese a que la lámpara de la casa de Saúl había sido quitada, aún había
misericordia para la casa de Saúl. Rizpa cuidó de los cuerpos durante toda la
cosecha en un acto de fidelidad a la casa de Saúl. Luego, al terminar la cosecha,
las lluvias regresaron, como una muestra de la misericordia del Señor y de que la
maldición había sido quitada.

Al enterarse de las acciones de Rizpa, David hizo subir los huesos de Saúl y de
Jonatán y los enterró en el sepulcro del padre de Saúl junto a los restos de los siete
ahorcados. En esto también se dejó ver la misericordia del Señor, la maldición
había sido quitada y la casa de Saúl no había sido exterminada.

David y los filisteos


Al enfrentarse a los enemigos de Israel, David seguía luchando contra ellos. En
una ocasión estuvo a punto de perder la vida a no ser porque Abisai, su sobrino le
salvó la vida. En vista de esto, sus hombres le pidieron que no saliera más a la
batalla para que no se apagara la lámpara en Israel que el Señor había dado a
través de la casa de David.

Ser reconocido como la lámpara de Israel debió traer mucha alegría a David.
Pero la verdadera lámpara de Israel sería alguien que nacería de su linaje
conforme a la promesa de Dios, Cristo mismo. Fue a través de Cristo que David
fue una lámpara para Israel pese a sus pecados.

¡Tú eres mi lámpara!


Los salmos compuestos por David, reflejan la experiencia del pueblo de Israel, la
suya propia y por supuesto la de Cristo mismo como la verdadera cabeza de ese
pueblo.

Al finalizar su vida, David cantó sobre la fidelidad del Señor en medio de todas las
experiencias vividas. Cantó de la gracia del Señor que le había sido mostrada
porque había vivido conforme al Señor.
David tampoco paso por alto sus pecados. El Señor lo guio a confesar sus
pecados una y otra vez y el Señor lo perdonó. Mostró siempre su humildad
delante del Señor, reconociendo que no eras sus méritos sino la bondad del
Señor, su lámpara la que lo había sostenido siempre.

En Cristo se halla el cumplimiento del himno de David, en la resurrección y en la


ascensión se levantó sobre todos sus enemigos. En virtud de su rectitud competa
en el pacto de Dios. Gracias al Espíritu de Cristo, David fue justificado delante del
Señor.

La profecía del rey justo


Aún faltaba una experiencia importante en la vida de David. Se convierte en
profeta mediante el Espíritu del Señor. Anticipo la venida de su gran Hijo, aquel de
quién su casa no era digno, la venida del Gran Rey de Gloria. Uno que reinaría
con justicia absoluta, a diferencia de su reinado lleno de defectos y pecados.

David y sus héroes


La relación de David con sus hombres fue fortalecida y fue vista por David como
un don del Señor. El autor nota que el evento del agua tomada de la fuente, por
parte de sus hombres, arriesgando sus vidas en medio del ejército filisteo y su
decisión de no beber del agua que le traían sino derramarla en agradecimiento
delante del Señor da cuenta de este hecho.

El altar de reconciliación
En la última etapa de la vida de David, cometió un pecado que resultó más
grave que los anteriores. Debido al rechazo que el pueblo había mostrado hacia
David al haber escogido a Absalón y luego a Seba el Señor traería su juicio por
medio de David a causa de no haberse arrepentido el pueblo de esos pecados.

El pecado consistió en levantar un censo en Israel, pero con el propósito de


organizar militarmente al pueblo, lo que ocasionaría que el pueblo desviara su
confianza del Señor y la concentrara en la fuerza de su reino.

Comisionó a Joab para que realizara el censo, pero este no lo terminó y al


regresar con los primeros resultados David entendió el pecado que estaba
cometiendo y debido a su condición de ser la cabeza del pacto , no fue tan solo
un pecado personal, sino que estaba arruinando las cosas para todo el pueblo.

De inmediato se acercó al Señor para pedir su perdón y le fue enviado el profeta


Gad para anunciarle que el Señor lo había perdonado más sin embargo la vara
del castigo caería sobre él y sobre Israel. Se le dio a escoger entre tres años de
hambre, tres meses huyendo de sus enemigos o tres días de pestilencia, sabiendo
de la misericordia del Señor prefirió someterse a las manos del Señor que a las de
los hombres y escogió los tres días de pestilencia. Así demostró fe de su parte.
La plaga que brotó mato a setenta mil personas de Israel, en un acto en el que el
Señor castigo al pueblo y al rey. Mostrando que el Señor visita a su pueblo con su
ira pero por amor a Cristo los perdona.

Al acercarse la plaga hacia Jerusalén, David tuvo una visión del ángel destructor
extendiendo su mano hacia Jerusalén. Es aquí cuando David se postra delante
del Señor y confiesa su culpa y su responsabilidad delante del Señor y se ofrece
por su pueblo. En un anticipo de la obra del Mediador que se ofrecería sí mismo
por el bien de su pueblo. Por amor a Cristo, el Señor decidió levantar la plaga
antes del tiempo señalado.

Por instrucción de Gad, el profeta David levantó un altar en la era de Arauna, que
el mismo compró, construyendo un altar y presentando luego una ofrenda
quemada y una ofrenda de paz. Después de esto fue levantada la plaga.

Pese al pecado de David y del pueblo, y el castigo que el Seño había traído
sobre ellos, el Señor los había perdonado. David no fue rechazado ni su casa y
pudo seguir siendo rey de Israel y cabeza del pacto para bendición del pueblo.
La lámpara de Saúl se había extinguido, pero David pudo seguir siendo la
lámpara de Israel gracias al pacto que el Seño había hecho con él.

El templo que se construiría más adelante, se edificó en la era de Arauna donde


David había visto al ángel destructor. Se ofrecería sacrificios que anticiparían el
más grande sacrificio de todos, el sacrificio de Cristo expiando el pecado de su
pueblo delante del Señor. Cristo vendría a ser la verdadera lámpara de su pueblo
eternamente. Mediante el sacrificio de Cristo hubo expiación por el pecado de
David, y también por el pecado de su pueblo.

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