Las Disciplinas Espirituales - TTL
Las Disciplinas Espirituales - TTL
Las Disciplinas Espirituales - TTL
Jonathan Hanegan
Buenos Aires, Argentina
«Sin soledad resulta prácticamente imposible llevar una vida espiritual. No tomamos la vida
espiritual con seriedad si no separamos un tiempo para estar con Dios y escucharlo.» – Henri
Nouwen
LA MEDITACIÓN
«La meditación es una larga y ardiente mirada a la obra y Palabra de Dios. Es detenerse y
entregar nuestra completa atención a Dios – esto es el centro de la meditación cristiana»
(Calhoun, 172).
La meditación es «una actividad mental seria y una cierta concentración o recogimiento que
no permite que nuestras facultades se extravíen por falta de orientación o permanezcan ociosas
y sin dirección.
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El estudio sólo es fructuoso espiritualmente si nos lleva a alguna forma de meditación. A través
del estudio buscamos la verdad en los libros o en alguna otra fuente que está fuera de nuestras
mentes. En la meditación nos esforzamos por asimilar lo que ya hemos recogido. Consideramos
los principios que hemos aprendido y los aplicamos a nuestras vidas. En lugar de limitarnos a
acumular hechos e ideas en nuestra memoria, nos esforzamos por aportar algún pensamiento
original nuestro» (Merton, 53-54).
Queremos experimentar las realidades más profundas de la vida con Dios viviéndolas.
Lo único que te pido es que tengas mucho valor y firmeza, y que cumplas toda la
ley que mi siervo Moisés te dio. Cúmplela al pie de la letra para que te vaya bien
en todo lo que hagas. Repite siempre lo que dice el libro de la ley de Dios, y
medita en él de día y de noche, para que hagas siempre lo que este ordena.
Así todo lo hagas te saldrá bien. Josué 1:7-8 DHH
Leé el Salmo 1 y meditá. Después, escribí tus pensamientos. Tratá de absorber y saborear las
palabras, deteniéndote en detalles que te parecen interesantes.
LA ORACIÓN
«La oración que precede a todas las oraciones es: ‘Que sea el yo real el que habla. Que sea al
real tú al que le hablo.’» – C.S. Lewis
EL AYUNO
El ayuno es negarse a sí mismo las necesidades normales de nuestro cuerpo con el fin de atender
a Dios en oración. Puede servir como un acto de adoración también. La conciencia de la
carencia de comida debe volvernos a Jesús quien es el único que nos puede satisfacer.
«Si nuestro ayuno no es para Dios, hemos fracasado. Los beneficios físicos, el éxito en la
oración, la dotación de poder, los discernimientos espirituales, nunca deben reemplazar a
Dios como centro de nuestro ayuno» (Foster, 70).
¿Cómo podemos hacer del ayuno algo que nos exalta a nosotros en vez de a Dios?
¿Cuáles medidas estamos dispuestos a tomar con tal de alcanzar esta meta?
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LA SENCILLEZ
Leé y meditá sobre Mateo 6:19-21. Escribí unos párrafos acerca de lo que significa para tu
vida y cómo la seguridad que da la provisión de Dios te libera para vivir para Él.
EL RETIRO
El retiro es un tiempo para “crear un espacio” para estar con Dios a solas. Es una oportunidad
para apartarnos del ruido y de las obligaciones de la vida diaria con tal de descansar y
renovarnos a través de la oración y la meditación de la Palabra.
Muchos escritores, al ver el ejemplo de Jesús, afirman que el silencio y el retiro son la fuente
de la acción más importante en nuestras vidas. Henri Nouwen (El camino del corazón, 45)
escribe que el silencio nos enseña a hablar:
Una palabra con poder es una palabra que brota del silencio. Una palabra que da
fruto es una palabra que brota del silencio y vuelve a él. Es una palabra que nos
recuerda el silencio de que procede y nos retrotrae a aquel silencio. Una palabra que
no está radicada en silencio es una palabra débil, impotente, que se deja oír como
«bronce que suena o címbalo que retiñe» (1 Cor 13:1).
Cuando vayas a la casa de Dios, cuida tus pasos y acércate a escuchar en vez de ofrecer
sacrificio de necios, que ni conciencia tienen de que hacen mal. No te apresures, ni con la boca
ni con la mente, a proferir ante Dios palabra alguna; él está en el cielo y tú estás en la tierra.
Mide, pues, tus palabras. Eclesiastés 5:1-2 NVI
Leé Mateo 3:13 – 4:17 y meditá en el por qué justo después de que Jesús comenzó su ministerio
el Espíritu Santo lo llevó al desierto. Escribí acerca de un tiempo en tu vida que pasaste en el
desierto en que te preparaste para continuar el ministerio de Jesús.
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LA SUMISIÓN
La sumisión es la disciplina que nos lleva a rendir toda área de nuestra vida al señorío de
Jesucristo. La sumisión nos lleva a sintonizar nuestra voluntad con la del Señor. También nos
lleva a someternos unos a otros por reverencia a Cristo (Efesios 5:21).
¿Si Dios nos dio libre albedrío, por qué deberíamos entregarlo a Él?
Cautívame, Señor, y entonces seré libre; oblígame a rendir mi espada, y seré un vencedor.
Me hundo en los temores de la vida cuando quedo solo; aprisióname entre tus brazos, y mi
mano fuerte será. George Matheson
Leé y meditá en Filipenses 2:5-11. Orá para que puedas ser impulsado a la misma obediencia
a la cual se sometió Cristo Jesús. Hacé una lista de áreas de tu vida que aún no has rendido al
Señor.
EL SERVICIO
Dietrich Bonhoffer en su obra Vida en comunidad, citado por Foster (143-144) escribe:
El segundo servicio que uno debe realizar a favor de otro en una comunidad cristiana
es el de la ayuda activa. Esto inicialmente significa prestarle ayuda simple en asuntos
triviales externos. Hay una multitud de estas cosas donde quieras que las personas
viven en conjunto. Nadie es demasiado bueno para no prestar el más humilde servicio.
El que se preocupa por la pérdida de tiempo que ocasionan tales actos externos
insignificantes, generalmente está tomando la importancia de su carrera con
demasiada solemnidad.
Leé y meditá en Juan 13:1-17. Examiná el servicio de Jesús y resaltá algunas características de
su servicio en papel. Escribí acerca de cómo vos podés imitar su ejemplo y hallar la bendición
de servir.
Acordate que las disciplinas no son un fin en sí mismas sino un ejercicio a través de lo cual
podés profundizar tu relación con Dios. La disciplina no es la meta, sino Dios.
LA CONFESIÓN
Por eso, confiésense sus pecados unos a otros, y luego oren unos por otros.
Hagan eso para que Dios los sane. La oración de quien está bien con Dios es
poderosa y efectiva. Santiago 5:16 PDT
La confesión es el rendir las debilidades y las culpas de uno a Cristo e intencionalmente desear
y abrazar la práctica en pro en la transformación. Es un autoexamen que me enseña la realidad
de mi corazón. No es un inventario de culpas que lleva a la vergüenza sino abrirse de manera
sincera y segura delante del Padre celestial para reconocer mis fallas y pecados y a partir de
allí procurar auténticamente una verdadera transformación.
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Leé Santiago 5:13-18 y analizá la conexión entre la oración, la confesión y la sanación. Escribí
acerca de tus miedos o temores al confesarse con otro hermano o hermana. Practicá la confesión
con un hermano esta semana.
LA ADORACIÓN
«Adorar es avivar la conciencia mediante la santidad de Dios, alimentar la mente con la verdad
de Dios, purgar la imaginación con la belleza de Dios, abrir el corazón al amor de Dios, dedicar
la voluntad al propósito de Dios.» – William Temple
«Adorar es honrar y apreciar la Trinidad como el tesoro supremo de la vida» (Calhoun, 44).
«Si la adoración no hace otra cosa, nos ayuda a descubrir las cosas que son importantes. La
adoración verdadera transforma tu vida.» – William Wiersbe
Leé Juan 4:1-42 y reflexioná acerca del encuentro que Jesús tuvo con la mujer samaritana.
Contemplá el verdadero significado de la adoración. Escribí un par de párrafos acerca de lo
que significa ser un verdadero adorador.
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LA BÚSQUEDA DE ASESORAMIENTO
«Vivid en la vida y el amor y el poder y la sabiduría de Dios, en unidad unos con otros y con
Dios; y la paz y la sabiduría de Dios llenarán vuestros corazones, para que nada domine en
vosotros, sino la vida, lo cual está en el Señor Dios.» – George Fox
Foster cita a Dallas Willard que escribe que «[e]l objetivo de Dios en la historia es la creación
de una comunidad global de personas amorosas, en la cual se incluye a sí mismo como su
primer sustentador y su más glorioso habitante» (193). Como sustentador y habitante entre
nosotros, Él quiere que seamos unidos en un mismo pensar y sentir. Si practicamos el
discernimiento juntos, podemos acercarnos todos a nuestro Dios.
Leé y meditá en Hebreos 3:12-14. ¿Cómo podemos animarnos unos a otros? ¿Cómo podemos
aconsejarnos y juntos discernir la voluntad de Dios para ayudarnos en el buen camino? Escribí
algunas ideas de cómo podemos viajar hacia Dios juntos.
LA CELEBRACIÓN
Bendeciré al Señor, quien me guía; aun de noche mi corazón me enseña. Sé que el Señor
siempre está conmigo; no seré sacudido, porque él está aquí a mi lado. Con razón mi
corazón está contento y yo me alegro; mi cuerpo descansa seguro, porque
tú no me dejarás mi alma entre los muertos ni permitirás que tu santo se pudra en
la tumba. Me mostrarás el camino de la vida, me concederás la alegría de tu presencia y el
placer de vivir contigo para siempre. Salmo 16:7-11
«¡El cristiano debería ser aleluya desde la cabeza a los pies!» – San Agustín
La celebración es la disciplina que nos lleva a orientar nuestro espíritu hacia la adoración, la
alabanza a Dios y la acción de gracias. Deleitarse en la atención de la presencia inmutable de
la Trinidad es el combustible de la celebración (Calhoun, 26).
Podemos celebrar en las buenas y las malas porque nuestro gozo no depende de las
circunstancias sino del carácter inmutable de Dios.
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Leé y meditá en 1 Tesalonicenses 5:16-18. ¿Es posible estar siempre alegre? ¿Cuál es la
diferencia entre agradecerle a Dios por cada circunstancia y agradecerle a Dios en toda
circunstancia? Escribí unas pautas que pueden ayudarte a alegrarte en la presencia de Dios.
Fuentes:
Barton, Ruth Haley. (2008). Una invitación al silencio y a la quietud: viviendo la presencia
transformadora de Dios. Miami: Editorial Vida.
Calhoun, Adele Ahlberg. (2005). Spiritual Disciplines Handbook: Practices that Transform
Us. Downers Grove, IL: IVP.
Foster, Richard J. (2009). Celebración de la disciplina: hacia una vida espiritual más
profunda. Buenos Aires: Peniel.
_____. (2005). Freedom of Simplicity: Finding Harmony in a Complex World. New York:
Harper San Francisco.
Griffin, Emilie. (1997). Wilderness Time: A Guide for Spiritual Retreat. New York:
HarperOne.
Nouwen, Henri J.M. (2005). El camino del corazón. La espiritualidad del desierto y el
ministerio contemporáneo. Buenos Aires: Editorial Guadalupe.
Yancey, Philip. (2007). La oración: ¿hace alguna diferencia? Miami: Editorial Vida.
www.tallerteologicolatinoamericano.org