Importancia de La Medicina Legal en La Práctica Médica
Importancia de La Medicina Legal en La Práctica Médica
Importancia de La Medicina Legal en La Práctica Médica
Ismael García-Garduza a *
aUnidad Departamental de Medicina Legal. Secretaría de Salud del Gobierno del Distrito Federal.
México, DF.
RESUMEN
La Medicina Legal es parte del plan de estudios de la carrera de Medicina, sin embargo, debido a
un error en su definición, porque se considera equivalente a la Medicina Forense, ha favorecido
que no se identifique claramente qué es, cuáles son sus objetivos y, por lo tanto, su importancia
en el ejercicio médico-clínico, por lo que en este artículo se precisa su concepto, funciones y
diferencias con la Medicina Forense, para que su aplicación en la práctica médica sea correcta,
sobre todo porque al lograrse estos propósitos, el profesional de la Medicina podrá delimitar el
ejercicio de su práctica profesional al saber qué es lo que puede y debe hacer, garantizando su
seguridad jurídica, porque evitará juicios por mala práctica médica; además, la Medicina Legal lo
capacita para conocer el sistema procesal penal acusatorio (juicios orales), para que pueda
participar como perito.
ABSTRACT
Legal Medicine is part of the curriculum of a medical career, however, due to an error in its
definition (since it is considered equivalent to forensics) has promoted the general unclear notion
about what it is, what their goals are and, therefore, its importance in the medical-clinical
practice. Therefore, in this article the concept of Legal Medicine, its functions and differences
with forensics are defined, because all of them are required for its application in medical practice
to be correct. This is especially important since the achievement of these purposes allows the
medical professional to define the course of his professional practice knowing then what he can
and should do, ensuring legal certainty (it will prevent medical malpractice lawsuits). In addition,
Legal Medicine enables him to know the adversarial criminal justice system (oral trials), in order
to participate as an expert.
Foto:Nayeli Zaragoza
De acuerdo a lo anterior, debe existir una disciplina en la carrera de medicina que integre y dé a
conocer esas circunstancias, haciéndolas comprensibles, para que los futuros médicos obtengan
habilidades para resolver situaciones complejas que la Medicina por sí misma no podría proveer;
esa debe ser la Medicina Legal. Por lo que se puede decir que el docente en Medicina Legal debe
conocer, analizar, interpretar y enseñar correctamente las guías y normas técnicas que rigen el
ejercicio de la medicina en al ámbito médico-asistencial, las normas jurídicas en las que se
establecen conceptos o razonamientos que delimitan ese ejercicio y los principios éticos. Porque
su finalidad es adiestrar sobre cuestiones éticas y legales para la adquisición de competencias en
los futuros médicos para poner en operación esos conocimientos, habilidades, pensamientos,
carácter y principios en las diversas interacciones que tienen en su ámbito profesional,
demostrando en la práctica, el conocimiento médico y el entendimiento de la ética y las leyes,
garantizando su seguridad jurídica al tomar decisiones durante su ejercicio profesional.
Sin embargo, poco se conoce acerca del papel de la Medicina Legal en el curriculum de las
escuelas de Medicina y en los planes de estudio se satura a los estudiantes con temas médico-
forenses que poca importancia van a tener en su ejercicio profesional. La creciente participación
de médicos en asuntos legales hace que el conocimiento de estos aspectos en la práctica de la
Medicina sea esencial para cada estudiante de esa carrera. A pesar de ello, se desconoce cómo
debe ser enseñada la Medicina Legal en las escuelas de Medicina. Un descubrimiento importante,
de cierto modo, es que la mala práctica no es la materia más enseñada comúnmente, a pesar de
que es segunda después del consentimiento informado de acuerdo al curriculum médico-legal
desarrollado por el Colegio Americano de Medicina Legal (que se mencionará posteriormente).
Sin embargo, las definiciones que se han estructurado de la Medicina Legal, han determinado
una equivalencia de esta especialidad con la Medicina Forense, debido principalmente a la
información que llega de artículos extranjeros, similitud que no ha sido analizada para verificar si
se ajusta a la realidad, haciéndose costumbre y, ocasionando que los eruditos del lenguaje,
como sucede en los diccionarios, terminen acatando esa tradición más que al juicio crítico
razonado e informado; hecho que a la luz de la situación actual, es preocupante porque día a día
vemos cómo los médicos se ven inmersos en problemas médico-legales, por situaciones éticas y
por incumplimiento de guías técnicas y normas jurídicas que competen a la enseñanza de la
Medicina Legal y no a la Medicina Forense, además de las comparecencias como acusados o
designados por alguna de las partes como peritos.
En este escrito se pretende esclarecer la citada confusión, demostrando que a pesar de esa
analogía mal establecida, es posible determinar que en esencia sí existen diferencias entre
ambas especialidades y que por lo tanto, en la enseñanza y práctica médica es más importante
el conocimiento de la Medicina Legal como tal, puesto que es la que está íntimamente
relacionada con las actividades médico-asistenciales que son las que realizan la mayoría de los
médicos.
Para empezar, primero se tiene que determinar con certeza qué es la Medicina Legal y cuáles
son sus objetivos y su influencia en el conocimiento de las implicaciones médicas y jurídicas de
la práctica médica-clínica para los estudiantes de medicina y así tener un punto de partida que
nos lleve por el camino correcto en el tema.
La Medicina Legal
La frase “Medicina Legal”, de acuerdo a las palabras que lo forman, correspondería a la medicina
ajustada a la ley, sin embargo, su definición ha sufrido transformaciones a través del tiempo,
dichos cambios se deben a que arbitrariamente, puesto que no ha sido sujetado a normas, leyes
o razonamientos, ha recibido diferentes nombres, derivados de la necesidad de calificarla, sin
embargo, se observa que desde su inicio se le ha atribuido un amplio ámbito de competencia
que ha incluido cuestiones médicas junto con cuestiones criminales, lo que ha provocado que se
le haya asignado el calificativo de “Medicina Forense”, hecho que pone en evidencia una
conducta viciosa por el uso del lenguaje defectuoso o imperfecto, originado por la falta de
precisión en cuanto a la temática que debería comprender esa ciencia, tergiversando la
interacción que tiene la medicina con el derecho en el campo de la medicina legal, ya que en
lugar de determinar las leyes a las que debe ajustarse la medicina, de acuerdo al concepto
mencionado inicialmente, está enfocado a la aplicación de la medicina a la ley, defecto con el
que llega a América, a pesar del término utilizado de “jurisprudencia médica”, que significa la
ciencia del derecho relativa a la medicina, el cual sí tendría el mismo sentido que el de Medicina
Legal, sin embargo, se usaba como sinónimo de Medicina Forense y se interpretaba como la
utilización de los conocimientos médicos a las necesidades de la justicia y así, también
erróneamente, se definía a la Medicina Legal; sin embargo, gracias a los estudiosos del tema, el
concepto se fue precisando e incluyéndose en su ejercicio y enseñanza, solamente las leyes y
reglamentos que impactan el cuidado del paciente, la práctica médica y litigios por el ejercicio de
la Medicina, se agregó además la ética, cumpliendo así de manera correcta con lo que la
medicina legal es; para ratificar lo mencionado, veamos lo siguiente:
“Medicina Legal”, es un término francés que apareció por primera vez a finales del siglo XVIII y
principios del siglo XIX, la materia francesa de Medicina Legal fue amplia e incluyó material
probatorio y áreas médicas de relevancia jurídica, por ejemplo, los dementes criminales y la
rehabilitación de delincuentes. «En 1942, el Dr. Alan R. Moritz, encargado del profesorado,
definió la Medicina Legal como ‘la aplicación de los conocimientos médicos a las necesidades de
la justicia. Aunque, por definición, este parecería ser un campo amplio y científicamente
heterogéneo, la práctica de medicina legal se ocupa principalmente de lo que podría ser más
adecuadamente descrito como patología forense’»3.
En 1975, otro prominente profesor de medicina legal en Harvard, el Dr. William J. Curran,
fundador de la Ley- Instituto de Medicina en la Facultad de Derecho de la Universidad de Boston
en 1955, define el término Medicina Legal como: “Las áreas de especialidad de la Medicina que
se ocupan de las relaciones con el derecho sustantivo y con las instituciones jurídicas”3. La
introducción del término “jurisprudencia médica” en América, se debió al Dr. James S.
Stringham de Nueva York, quien se encontraba en Edimburgo para obtener su título de médico
en 1799, y trajo el término con él a América. En 1804, Stringham define la jurisprudencia
médica como: “La ciencia que aplica los principios y la práctica de las diferentes ramas de la
Medicina para el esclarecimiento de cuestiones dudosas en los tribunales de justicia”3. La
información anterior, ratifica el mal uso que se le dio al término “medicina legal y “jurisprudencia
médica” y se corrobora con el siguiente comentario: “En 1975, Curran argumentó que el
desafortunado título de ‘jurisprudencia médica’ debería por fin ser relegado al montón de
desechos del lexicógrafo. Fue incorrectamente aplicado al campo del lado médico en primer
lugar. Es ahora inapropiado el término para los aspectos legales del tema en cuestión. Más
recientemente, el término ley de salud ha ganado una amplia aceptación”3.
A principios del siglo XX, la enseñanza de la jurisprudencia médica todavía fue relegada a una
posición como una materia ocasional. Sin embargo, a mediados de siglo, la Medicina Legal
experimentó un renacimiento, como se evidencia por el establecimiento del Colegio Americano
de Medicina Legal (ACLM), fundando el Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Boston,
y la reactivación del interés contemporáneo en una gran variedad de cuestiones médico-legales,
la ética médica, el médico y los derechos de los pacientes, y los asuntos y aspectos profesionales
de la práctica médica.
Como se desprende de lo anterior, la Medicina Legal fue desarrollándose a través del tiempo,
adaptando su ejercicio a temas vinculados con el ejercicio de la Medicina, que debe ser el fin de
esta materia, aclarando su significado, incluyendo conocimientos relacionados con la Ética,
Bioética, la ley y en la práctica médica como son: el cuidado de la salud, muerte cerebral,
donación de órganos y cuestiones médico-legales que se enfrentan en tribunales, siendo llamada
ahora en los Estados Unidos “ley de Salud”, y ha crecido para llegar a ser una especialidad,
abarcando el derecho natural, la ley, la regulación administrativa y las obligaciones éticas que
regulan la práctica de la Medicina.
Es por ello que, según Suescún Vargas y otros5, la Medicina Legal se define como la rama de la
medicina que estudia los aspectos legales de la atención sanitaria.
En México, los diferentes autores de libros y catedráticos de la materia de Medicina Legal, han
utilizado los conceptos que a cada uno, de acuerdo a su leal saber y entender, le ha parecido
mejor, como ejemplo de ello tenemos:
El médico poblano Luis Hidalgo y Carpio, la definió como: “El conjunto de conocimientos en
Medicina y ciencias accesorias indispensables para ilustrar a los jueces en la aplicación o en la
formulación de algunas de las leyes”6.
Como se observa con este autor mexicano, a pesar de existir otras opiniones respecto al
concepto, hecho que denota ambigüedad, se empeña en seguirla llamando “Medicina Legal”, sin
cuestionarse si el nombre que le está dando a la materia es el correcto y sin emitir un
razonamiento que justifique su obstinación en continuar llamándola así o, para cuestionar o
aceptar el criterio de los demás, sólo apegándose a lo que según él es el nombre con el que es
“universalmente conocida”. Esta situación nos da una idea general de qué sucede en México,
respecto a las irregularidades que originan las denominaciones que se le dan a esta materia que,
en lugar de proporcionarle una definición concreta y sustentada en la razón, está apegada a la
decisión de criterios internacionales que provienen de otras culturas y formas de argumentar
que nada tienen que ver con nuestra cultura y lenguaje.
Otra explicación que ratifica lo referido en el párrafo anterior de lo que ha sido la imperfección
en la descripción de Medicina Legal, se encuentra en el programa de la carrera de derecho de la
Universidad Autónoma de Nuevo León8, que a la letra dice: la Medicina Legal es el conjunto de
conocimientos psicobiológicos y fisicoquímicos, utilizados por la administración de justicia para
dilucidar o resolver, problemas, de orden civil, penal laboral o administrativo y para cooperar en
la formulación de algunas leyes; asimismo refiere que: con relación a la terminología, algunos
autores le llaman: Medicina Legal, Medicina Forense, Biología Jurídica, Antropología Médica,
etcétera.
Como se observa, todas estas imprecisiones en el nombre y el contenido de las definiciones que
se le han dado a la asignatura, sólo nos traducen vaguedad y provocan confusión en los lectores.
Tal vez por esta situación irregular y en lo que dicen los personajes mencionados anteriormente
que es la Medicina Legal, es por lo que en México, en 1975, el Consejo técnico de la facultad de
Derecho de la UNAM acordó la designación de la materia como “Medicina Forense”6, ya que es a
la Medicina Forense a la que se ajustan mejor las diferentes descripciones aludidas.
Una confusión frecuente que enfrenta el médico legista es que se le relaciona con el trabajo que
se lleva a cabo en la agencia del Ministerio Público, efectuando certificaciones y dictámenes
respecto al examen realizado a las personas que se presentan o son puestas a disposición del
agente del Ministerio Público, a pesar de que ésta es una función médico-forense.
A pesar de ello, se debe mencionar que, la Medicina Legal, es una especialidad Médica. No es
una rama del Derecho porque quien lo ejerce debe ser médico. Tampoco es Medicina Asistencial
porque no proporciona atención a personas enfermas ni da tratamientos. La Medicina Legal
permite conocer, analizar e interpretar correctamente las normas jurídicas en las que se
establecen conceptos o razonamientos que involucran el ejercicio de la Medicina, con lo que, el
docente en Medicina Legal podrá explicar las leyes con lenguaje claro y comprensible al
estudiante de medicina.
Por eso es importante la designación que se utilice de esta materia, porque su finalidad es
asesorar no sólo sobre cuestiones legales en el ámbito médico, sino también en el conocimiento
de Normas Oficiales Mexicanas y de las reglamentaciones nacionales e internacionales
relacionadas con los adelantos en Medicina y otras ciencias que la involucran (estudio del
genoma, farmacogenómica, investigación en seres humanos, etc.) y, sobre todo en la ética y
derechos humanos.
Asimismo, la Medicina Legal enseña la forma en que debe ser integrada una nota médica de
lesiones, intoxicación aguda por drogas o medicamentos y de defunción, dicha materia juega
una papel importante, porque en ella se puede dar a conocer a los médicos cuáles son los
requisitos para el estudio, diagnóstico y documentación de lesiones, intoxicaciones de causa
delictiva, muerte, etc., elementos que necesita conocer el médico forense para establecer su
diagnóstico médico-forense en su dictamen, igualmente, la Medicina Legal, tiene que adiestrar al
estudiante de Medicina en asuntos como el conocimiento detallado requerido para certificar la
muerte de acuerdo a las diferentes situaciones establecidas en el marco jurídico, y en particular
el conocimiento de las circunstancias en las que la muerte no debe ser certificada por el médico
clínico, especialmente en los casos de muerte fortuita9 (casual, imprevista o accidental, que esté
presuntamente vinculada con hechos delictivos o que tenga un origen traumático, dudoso,
controversial o desconocido). Todo esto debe ser instruido por el docente en Medicina Legal,
para evitar que los médicos asistenciales no tengan que ser llamados a comparecer por un acto
u omisión en la realización de las notas clínicas relacionadas con los temas mencionados, ya que
ello puede afectar jurídicamente a una persona cuando una nota médica está mal elaborada por
impericia y también, para que el médico forense pueda realizar adecuadamente su trabajo de
auxiliar a los órganos de procurar y administrar justicia.
Además de lo anterior, uno normalmente no asociaría médicos como parte del proceso legal. Sin
embargo, en particular en los casos penales, en el nuevo sistema procesal penal acusatorio
(juicios orales), cuando se trate de determinar la existencia de una presunta mala práctica
médica, el médico puede ser llamado a comparecer en los tribunales como perito; éste también
constituye un acto médico en el que debe ser adiestrado por la Medicina Legal, materia en la que
se proporcionarían una serie de habilidades en el área pericial en cuanto a conocer este
procedimiento y cómo llevarlo a cabo, para que acepten y perciban positivamente la actividad
pericial y también, para que puedan desempeñarse como expertos en los tribunales y
proporcionen científicamente la debida explicación de todas las cuestiones médicas de manera
adecuada a los abogados, Juez y audiencia. Algunos de los problemas que pueden afectar el
resultado de un caso jurídico, incluyen la falta de pericia para identificar el problema que se
debe estudiar, la forma de argumentar y la manera de estructurar el documento (dictamen) y la
incapacidad de comunicarse bien y, por ello, perjudicar con su opinión a algún colega médico,
deficiencias que se superan con un adecuado curso de Medicina Legal.
También, pueden ser llamados a comparecer como acusados de responsabilidad profesional, sin
embargo, estas situaciones no representarían conflictos con un adecuado conocimiento de las
normas legales y principios éticos que rigen el acto médico que pueden ser enseñadas por el
docente en Medicina Legal.
Así, la Medicina Legal establece el vínculo entre el derecho y la práctica de la medicina, áreas
que coinciden y son interdependientes, circunstancia que se hace día a día más patente. El
derecho influye en el ejercicio médico, toda vez que de la relación médico-paciente se derivan
una serie de recíprocos derechos y obligaciones de aspecto no sólo ético, sino eminentemente
jurídico. Al margen del innegable valor ético del código hipocrático, la actuación del profesional
médico se define por parámetros sustentados en la ley y está condicionada por las demandas y
expectativas del paciente de una adecuada atención médica; un paciente que, como ciudadano,
tiene cada vez mayor conciencia de sus derechos, por lo que la Medicina Legal, es un elemento
fundamental en la comprensión de los derechos humanos para evitar que sean violados en el
ejercicio de la medicina; los médicos han protegido los bienes del derecho natural desde las más
distantes épocas de la profesión. Ninguno de los bienes fundamentales de este derecho (vida,
miembros, potencias y tendencias del ser humano) es ajeno al conocimiento médico y se ajustan
en su totalidad a las normas éticas que giran alrededor del juramento hipocrático, aún imperante
en sus aspectos esenciales; por ello, no es ajeno para ellos este derecho y el por qué la Medicina
Legal tiene injerencia en él, ya que este derecho se transforma en derecho positivo para su
ejecución. Estos condicionantes han convertido la prestación de servicios de atención médica en
territorio fértil para el abogado, pues la relación médico-paciente es primordialmente social (en
consecuencia, con esencia jurídica) y posible fuente de controversias que están sujetas al
cuidado de los órganos de procuración y administración de justicia.
La Medicina Forense
En cuanto a la Medicina Forense, el vocablo “forense” deriva de la palabra latina forensis, “un
mercado público o un foro,” con Foro siendo el tribunal del derecho romano. Por lo tanto,
Medicina Forense es la aplicación del conocimiento médico en la interpretación y establecimiento
de los hechos en los tribunales de justicia. Cuando Julius Caesar (100- 44 a. de C.) fue
asesinado, su cuerpo fue examinado por Antistio, un médico que encontró que sólo una de sus
veintitrés heridas fue fatal. Había entrado en el pecho, entre la primera y segunda costillas 10.
Otra definición es: Medicina Forense o jurisprudencia médica puede ser definida como la ciencia
que estudia la aplicación de los conocimientos médicos a los propósitos de la ley. Puesto que la
administración de la Ley es una función principal del Estado, la estrecha relación que se
establece entre la Medicina Forense, por una parte, y el Estado por la otra ha llegado a estar
bien establecida11. Como se observa y se comentó anteriormente, el término “Medicina Forense”
se equipara a la expresión “jurisprudencia médica”, a pesar de que por su significado no pueden
ser iguales.
Medicina Forense puede definirse como el conocimiento científico médico y paramédico del
cuerpo que puede ser utilizado para los fines de la administración de la ley. El primer registro de
un juicio por asesinato ha sido recientemente encontrado en Babilonia central, en Sumeria, en
una tablilla de arcilla que data de alrededor de 1850 a. de C. Es de cierta importancia tener en
cuenta que las leyes judías antiguas hicieron una distinción entre heridas mortales y aquellas
que no tienen que ser observadas y también prescribe que la investigación sea hecha en el caso
de la virginidad en disputa12.
Como se observa, a la Medicina Forense, desde su inicio, siempre se le ha relacionado con casos
criminales, de hecho su nombre etimológicamente hablando viene del foro y es ahí donde se
dilucidaban los juicios por delitos, ya que constituían el tribunal del derecho romano y también
se desprende que su uso, de acuerdo a las frases utilizadas para denominarla, como el de
“jurisprudencia médica” o “Medicina Legal”, han sido incorrectos por una mala interpretación en
su acepción, por ello la Medicina Forense no pueden ser sinónimo de Medicina Legal, puesto que
por lo que ya se comentó, la Medicina Legal se refiere a los aspectos legales que involucran la
práctica médica, mientras que la Medicina Forense utiliza los conocimientos médicos para el
estudio de casos criminales.
La función de los peritos médico-forenses es buscar, detectar y analizar evidencias, las cuales
sustentarán la validez probatoria de los dictámenes periciales realizados, es decir, si estas tienen
suficiente solidez servirán para que la autoridad respalde una acusación y pruebe un hecho
delictivo o, también, servirán para demostrar si pudieron haberse producido en otras
circunstancias de tiempo o forma.
Para que los médicos forenses puedan alcanzar los fines mencionados, ellos deberán conocer e
interpretar correctamente los preceptos legales en los que se establecen conceptos o
razonamientos que requieren para su integración, acreditación y aplicación, del conocimiento
técnico-científico de ellos y así, contribuir en proporcionar los elementos determinados en las
descripciones típicas que forman parte del cuerpo del delito. De acuerdo a estas tesis, se infiere
que el médico forense participa en la integración del cuerpo de delitos, en los que para lograrlo
se requiere de la ciencia médica (homicidio, lesiones, delitos sexuales, etc.), proporcionando
aquellos elementos técnicos requeridos en la descripción típica (artículos de los códigos
penales), con la finalidad de que la autoridad cuente con todos los elementos normativos del tipo
penal.
Lo anterior se logra buscando en la persona examinada vestigios del delito, o bien conocer su
estado físico, mental o de salud, para asegurar que se encuentra en condiciones para estar
detenido o para ser interrogado, pero no para el tratamiento de una enfermedad.
Todo lo anteriormente mencionado para ambas materias, se ratifica por Roy G Beran14, de la
siguiente manera: la Medicina Legal tiene mayor injerencia en el ámbito del cuidado de la salud
de los pacientes. Proporciona el filtro que decide qué es aceptable cuando se aplican estándares
comunitarios en el área de los derechos de los pacientes, ética, investigación, calidad de los
seguros, riesgo, manejo y mala práctica. Además, las áreas que son del dominio de la medicina
legal a diferencia de la Medicina Forense, es la aplicación de la legislación a la práctica de la
Medicina (deberes profesionales y responsabilidades); situaciones relacionadas con el
consentimiento informado, supervisión del cuidado médico proporcionado a menores y personas
incapaces de decidir por ellos mismos; responsabilidad médica y negligencia, consideraciones de
estándares de idoneidad a la práctica en las áreas de la salud; ofrece los mecanismos internos
de control que aseguran que los estándares de salud satisfacen las expectativas sociales y los
requerimientos legales, interpretando esos aspectos con un íntimo conocimiento de la práctica
de la medicina. Uno de los aspectos en que se diferencian la Medicina Legal de la Medicina
Forense, es que esta última tiene una mayor relevancia a la aplicación del conocimiento médico
cuando se interpretan aspectos legales relevantes en un delito; esto incluye interpretaciones
médicas como análisis de heridas, toxicología, evaluación de un atentado sexual, colección de
ADN, identificación de la víctima, aspectos médicos de la evaluación del lugar de los hechos, etc.
Foto:Nayeli Zaragoza
De lo que se deduce que: la Medicina Forense ejerce su máxima influencia en el ámbito del
derecho penal, mientras que, la Medicina Legal tiene el dominio en las transgresiones a la ley
dentro del sistema jurídico en lo que respecta a los bienes fundamentales.
Con base en lo referido previamente, se hace alusión a las materias adaptadas de “un currículum
médico-legal recomendado”, desarrollado por el Colegio Americano de Medicina Legal, en la que
se determinan los asuntos apropiados para un curso de Medicina Legal, que son: consentimiento
informado, mala práctica, introducción al sistema legal, relación médico-paciente,
confidencialidad, atención de emergencias, naturaleza del consentimiento informado, derecho a
rechazar atención médica, expedientes médicos, obtención de consentimiento para menores e
incompetentes, licencias profesionales y disciplina, invasión de la privacidad, definición de
muerte, tratamiento de los mentalmente enfermos, atención a menores, aborto, médico como
testigo, experimentación, reportes requeridos, abuso de menores, compromiso, responsabilidad
del que sustituye en una guardia (vicario), eutanasia, incompetencia, tratamiento en contra de
las creencias o deseos de los padres, responsabilidad por los actos de personas no-médicas,
trasplantes, el papel del gobierno al financiar y proveer servicios de salud, aspectos del personal
de hospitales, reproducción, anticoncepción, abuso de drogas y alcohol, drogas y medicamentos,
deber de advertir, admisión como personal médico, ganas de vivir, seguro de salud nacional,
requisitos de las recetas, sustancias controladas, control de calidad, responsabilidad de la junta
de hospitales, inseminación artificial, aspectos financieros y de negocio de la práctica médica,
patología forense, violación1.
Por todo lo mencionado, el médico clínico debe conocer: del área médico-legal (ética clínica,
aspectos éticos y legales del acto médico, del consentimiento informado, del secreto médico y de
la relación médico-paciente); de la bioética (objeción de consciencia, decisiones al inicio y final
de la vida en pacientes con capacidad o incapaces, aborto, eutanasia, enfermos terminales,
muerte encefálica -donación de órganos-, genómica, farmacogenómica, investigación en seres
humanos, medicina reproductiva y genética, clonación); derechos humanos; documentación
médico-legal (expediente clínico, receta médica, certificado de salud, certificado de defunción);
mala práctica médica; testigos de Jehová; niños y jóvenes como pacientes; familiarizar a los
estudiantes con el rol que tienen las instituciones de gobierno -procuradurías, comisiones de
derechos humanos, IFAI y leyes de protección de datos personales, consejos de la judicatura,
órganos de control interno, CONAMED, etc.-, y fomentar el conocimiento de cómo esas
instituciones influyen en el ejercicio de la medicina, para satisfacer los requerimientos en el
ámbito de la salud y en la observación de la práctica médica y saber los alcances que tienen en
la toma de decisiones en casos específicos; el acto médico-pericial: la prueba pericial médica -
dictamen médico-legal-, el médico como perito.
Del área médico-forense: intoxicación aguda por alcohol etílico, drogas o sustancias tóxicas y
fármacodependencia; traumatología forense; muerte fortuita (evidencia física, cadena de
custodia); asfixias mecánicas; ahogamiento y sumersión; delitos sexuales; psiquiatría forense
(imputabilidad, inimputabilidad, juicios de interdicción); sistema procesal penal acusatorio (el
delito -actos u omisiones en la práctica clínica-); responsabilidad profesional médica (conocer la
demanda y solicitar asistencia legal, orden de presentación, comparecencia, juicio oral -
declaración-, sentencia y apelación).
CONCLUSIÓN
En la carrera de Medicina existe una asignatura que tiene como fin que los médicos comprendan
el entorno ético y jurídico en la prestación de servicios de atención médica-asistencial, puesto
que es el área donde se van a desempeñar la mayoría de ellos; esa materia es la Medicina Legal.
Sin embargo, debido a una sinonimia mal establecida con la Medicina Forense, su enseñanza, no
tiene el enfoque médico-clínico, ético y legal que es fundamento en el ejercicio profesional
médico, motivo por el cual, para tener una idea clara de lo que es la Medicina Legal y el
conocimiento que debe transmitirse a los estudiantes de Medicina, se deben precisar los
conceptos para que no existan incoherencias entre lo que los médicos tienen que saber de
acuerdo a lo que es esta materia y lo que necesitan conocer para el adecuado ejercicio de la
práctica médica; por esta situación, de los objetivos en el adiestramiento de ellos debe ser el de
garantizar un correcto aprendizaje de sus deberes éticos y jurídicos con el fin de consolidar la
certeza de una práctica segura en su ejercicio profesional, conocimientos que deben ser
originados y transmitidos por la materia de medicina legal, porque la ignorancia no es una
defensa ante la ley.
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