Cambio y Acción Social
Cambio y Acción Social
Cambio y Acción Social
El cambio social Consiste en la evolución de las sociedades, desde cambios grandes, hasta
pequeñas alteraciones. En este sentido, podemos hablar de los éxitos, los fracasos, de diversos
sistemas políticos y fenómenos como la globalización, la democratización entre otros.
Los cambios sociales son, por tanto, las variaciones que afectan a uno o a más elementos
observables de una sociedad y que se pueden comparar en el tiempo, entre una época y otra
posterior. Para constatar la existencia de un cambio real es necesario que se produzca una
diferencia entre la situación social anterior y la actual; que el cambio se haya producido en el
tiempo, es decir, que se trate de una sucesión temporal y, por último, que tal cambio persista y no
se trate sólo de una costumbre pasajera.
La política, la sociología, la economía y la historia son ciencias que estudian los cambios sociales.
Las alteraciones de la sociedad pueden producirse de diversas maneras. Hay cambios que son
progresivos y que se constituyen como el resultado de una evolución histórica, mientras que otros
son abruptos y se generan a partir de una revolución u otro fenómeno.
El cambio social puede aplicarse a numerosos aspectos de una sociedad, aunque normalmente se
lo relaciona con cuestiones económico-políticas, también puede y debe aplicarse a cuestiones
culturales, éticas e identitarias de una comunidad, por ejemplo, los cambios en las formas de
gobierno, la evolución de los programas económicos, la variación en los sistemas de costumbres,
las modificaciones en los modos de representar culturalmente la realidad, la alteración de los
valores de comportamiento de una sociedad son todos claros patrones de cambio social, a pesar
de que algunos se desarrollen más fácilmente y sean más visibles que otros.
Es importante mencionar que los cambios sociales pueden surgir en el seno de la comunidad o ser
impulsados por las clases gobernantes. Los procesos son dinámicos y pueden adquirir distintas
direcciones con el tiempo.
El cambio social puede explicarse a partir de cuatro características generales, las cuales de una u
otra manera, han sido estudiadas extensivamente por los sociólogos, en este sentido el cambio
social es universal pero variable, a pesar de que todos los patrones y conductas sociales están
sujetas al tiempo; no todas lo hacen de la misma manera o en el mismo periodo.
De acuerdo con Gerhard y Jean Lenski la proporción del cambio social en una sociedad varía de
acuerdo a la medida en que aumenta sus niveles tecnológicos, debido a que cada nueva invención
o adelanto tecnológico puede combinarse de muchas maneras, es por esta razón, que el cambio
social ocurre más rápido en las sociedades tecnológicas que en las que no lo están.
Otra de las características es que el cambio social es al mismo tiempo intencional y no planificado;
en las ciudades con alto nivel de desarrollo, muchas de las acciones que generan el cambio social
son pensadas y bien planificadas.
El cambio social difiere en su duración y consecuencias una vez que ocurre, sus efectos pueden
observarse por un corto periodo o puede perdurar por mucho tiempo, incluyendo varias
generaciones.
Bruce Cohen, autor del libro Introducción a la sociología, identifica cuatro teorías del cambio
social:
Teoría evolucionista: Considera que la sociedad se desarrolla desde las formas más
simples hasta las más complejas, y que las sociedades que se encuentran en las etapas
más avanzadas de su desarrollo son más progresistas que las demás.
Teoría de la ciclicidad: Considera que la sociedad atraviesa distintas etapas, pero
constituyen ciclos repetitivos y no un movimiento progresivo, como lo afirman los
evolucionistas.
Teoría del equilibrio: Según esta teoría, la sociedad está constituida por una serie
de partes interdependientes, cada una de las cuales contribuye a la eficacia de la sociedad.
Si el cambio social desorganiza a una de las partes, la sociedad se ve abocada a un estado
de desequilibrio y tendrán lugar cambios sociales adicionales en otros segmentos de la
sociedad. Estos harán que la sociedad regrese a un estado de armonía y equilibrio.
Teorías del conflicto: Consideran a la sociedad como un conjunto de grupos en
permanente conflicto entre sí. Los cambios sociales ocurren cuando los grupos compiten
entre sí por los bienes y recursos disponibles. Debido a esa permanente competencia de
los grupos, la sociedad se halla en un estado de desorganización y es inestable.
FACTORES
El factor de cambio es el elemento que provoca la modificación de las estructuras ante una
determinada situación, por ejemplo, la instalación de una fábrica en un medio rural implica el
cambio en el mercado de trabajo, la movilidad de la población o nuevas costumbres.
Es importante saber si existe un único factor o varios que expliquen el cambio social, la visión en
las últimas décadas es más relativista, es decir, hay una pluralidad de factores que influyen en el
cambio social, existen numerosos autores que piensan que es imposible que con los conocimientos
actuales se pueda crear un modelo que pueda aplicarse a todas las sociedades. Bruce Cohen
considera que los principales factores de cambio social y cultural son los siguientes:
El factor geográfico: El medio físico puede determinar en la población una serie de condiciones que
pueden conducir, en mayor o menor grado, a un cambio. Por ejemplo, las condiciones extremas de
temperatura, tormentas, terremotos hacen que el hombre cambie su estilo de vida. Otro ejemplo
es la disponibilidad o la falta de recursos naturales que determinan en gran medida el tipo de vida
que un grupo humano lleva.
Los cambios en el hábitat natural de los indígenas, como el agotamiento de los recursos naturales,
los obligan a ajustarse a un medio físico más limitado y a nuevas formas de trabajo y alimentación
para sobrevivir.
Factor demográfico
Hay autores que ven este factor como esencial, como Durkheim quien hacía mucho hincapié en las
características demográficas de las sociedades. El crecimiento demográfico lleva consigo la división
del trabajo. Según Durkheim, la presencia de mucha densidad de población lleva a un aumento de
la densidad moral y por tanto a una mejores civilizatoria, porque en la medida en que crecen las
sociedades, se van multiplicando las relaciones, surgen nuevas necesidades, nuevos trabajos, entre
otros.
Sin embargo, la Relación causal entre el crecimiento demográfico y el cambio social ha sido muy
criticada, ya que habría que añadir otros factores para complementar esto. Habría que sumar a
este factor otros factores como el económico, el cultural, entre otros. Porque ¿Qué capacidad
darán los valores de una cultura para adaptarse a ese cambio?
Los factores tecnológicos: Las innovaciones tecnológicas producen cambios sociales significativos
en toda la sociedad. Por ejemplo, el uso difundido de Internet en nuestro tiempo modifica
profundamente las relaciones sociales, pues acorta distancias y permite el contacto social con
varias personas.
Factor económico
Existe toda una corriente de análisis que destaca el gran peso de la infraestructura económica en la
historia de la humanidad, el peso de la infraestructura económica en las revoluciones sociales a lo
largo de la historia, es un tema que preocupó a Marx y a Engels, aunque luego se centraron en el
análisis del capitalismo occidental. Aunque Marx no hizo exclusivamente un análisis económico,
planteó junto a Engels la importancia del factor económico en el cambio social.
Factor cultural
La ideología: Cada sociedad se apoya en una ideología, compuesta por un conjunto de valores y
creencias. Las ideologías pueden mantener la estructura social, pero también ayudan a estimular el
cambio cuando los valores y creencias dejan de ser compatibles con las necesidades sociales.
El liderazgo: Los líderes carismáticos conducen al cambio social debido a la capacidad de atraer y
mover amplias masas de seguidores y simpatizantes. Por ejemplo, Martin Luther King fue un líder
que condujo al cambio social porque sus seguidores creían profundamente en él y en la causa que
defendía.
La población: Los incrementos y los descensos drásticos en el tamaño de las poblaciones son
factores determinantes del cambio social. Por ejemplo, el control de la natalidad en India, debido a
que su población aumentaba a un ritmo muy acelerado y ni el espacio físico disponible ni la
producción de alimentos abastecían las necesidades, trajo como resultado las innovaciones en las
técnicas del control de la natalidad y en la tecnología de alimentos.
Acción social
En el universo de la sociología, en su significado más amplio, una acción social es aquella que tenga
un sentido para quienes la realizan y que afecta la conducta de otros. El sociólogo Max Weber
contempló cuatro tipos de acción social, la tradicional (vinculada a las costumbres), la afectiva
(relacionada con las emociones), la racional con arreglo a valores (guiada por una norma moral) y
la destinada a obtener un fin racional.
La acción social, se refiere de manera general, al análisis del comportamiento humano en los
diferentes medios sociales. La acción humana está estructurada de acuerdo a normas compartidas
y aceptadas por los miembros de una colectividad.
La sociología presenta una doble perspectiva complementaria al analizar la realidad social, una
subjetiva o interna y objetiva o externa. Ambos análisis se remontan a las dos concepciones sobre
la acción social, la del teórico social francés Émile Durkheim y la del sociólogo alemán Max Weber.
Para Durkheim, el carácter social de la acción humana es objetivo, ya que obedece a las maneras
colectivas de obrar, pensar y sentir externas al individuo, que ejercen un poder coercitivo sobre su
conducta. Weber define la sociología como ciencia de la acción social y afirma que la acción
humana es social siempre que los sujetos de la acción incorporen en ella un sentido subjetivo, esto
es, los caracteres de una acción social se encuentran en la percepción y en la comprensión del
sujeto de la conducta de los demás.
Partiendo de la pretensión de fundar una sociología comprensiva, es decir una el punto de partida
de Weber será entonces la acción social.
Así pues define a la acción social como cualquier tipo de proceder humano que significativamente
se orienta por las acciones de otros, las cuáles pueden ser presentes o esperadas como futuras(…)"
(Weber: 1998.) O sea, como una conducta humana con sentido y significado y por lo tanto,
comprensible y dirigida a otra persona.
El primer elemento nos sirve para distinguir las acciones con significado de los individuos, de las
meras acciones ante un estímulo cualquiera. No es lo mismo guiñar un ojo a alguien, que cerrarlo
de pronto porque nos entró algo en él. En el primer caso estamos ante una acción con sentido, en
el segundo no.
Pero ya sea que la acción sea realizada en referencia al significado subjetivo de quién la ejecuta o
por su relación con un tipo ideal de significado subjetivo esto, en principio, no alcanzaría para
establecer una distinción clara entre los modos de obrar basados en causas racionales y los
comportamientos meramente irreflexivos.
Una de las herramientas analíticas más famosas de Weber es la descripción de los tipos ideales,
para entenderlos debemos partir de la base de que Weber consideraba la Sociología como una
ciencia de la cultura con una metodología apartada de las ciencias naturales. Con este manifiesto
Weber pone en relieve la inseparabilidad que existe entre sociedad y los factores culturales que le
afectan. La solución para estudiar esta complejidad la encuentra el autor en los tipos ideales que
consiste en la aplicación de una metodología que tiene su base en las causalidades culturales que
suponen la previsibilidad de las acciones.
Debido a que muchas de las acciones humanas se hallan influidas por emociones o valores Weber
establece el principio de construcción racional de los tipos ideales.
En términos generales Weber distingue cuatro tipos de orientación del proceder social:
Para entender estos tipos de orientaciones se tienen que considerar todos los elementos que están
implícitos en la acción de una persona. En primer término, el sujeto tiene ciertos valores por los
que se orienta en la vida, demás, tiene metas o fines que perseguir para alcanzar esos fines,
dispondrá de una cantidad más o menos grande de medios entre los cuales elegir. Finalmente, su
acción tendrá determinadas consecuencias, según sean los medios y fines por los que optó.
Ahora partiendo de estos puntos, se analizan las categorías propuestas por Weber.
En el primero de estos cuatro tipos corresponde a la forma más racional posible de la acción, se
pondera el elemento racional en términos de cálculo de medios para alcanzar un fin valorando
racionalmente las probables consecuencias de los actos y comparando la efectividad relativa de los
diversos medios como las consecuencias que se puedan derivar de su obtención y de los medios
utilizados para alcanzarla.
La persona pasa por todo un proceso de deliberación en el cual, según sus valores, elige fines y
aquellos medios más adecuados para alcanzarlos; finalmente evalúa las consecuencias que puede
traerle tanto en alcanzar los fines, como en la utilización de esos medios y si las consecuencias son
desventajosas, podrá cambiar su curso de acción.
A diferencia del primer caso, la acción racional con arreglo a valores implica la orientación del
accionar hacia la consecución de un ideal que constituye objetivos coherentes hacia los que el
individuo dirige su actividad. La persona actúa movida por la creencia en un valor que es visto
como absoluto, como es el caso de las convicciones religiosas o políticas, y sin consideración
alguna de las consecuencias de su acción.
El proceso de decisión de su curso de acción es mucho más breve y se limita a encontrar el camino
más corto para la consecución del fin. La persona que está dispuesta a dar su vida por una causa
no piensa en las consecuencias de lo que hace, sólo quiere realizar el valor en el que cree.
La acción no deja por eso de ser racional, ya que los medios elegidos son los más adecuados para
alcanzar el fin y realizar el valor. La conexión medio, fin, valor, es aquí racional.
La acción afectiva.
La acción afectiva no supone que el individuo posea un ideal definido, a través del cual, orienta su
accionar, por lo que podemos comprender que la misma se desarrolla bajo el influjo de un estado
emotivo y, siguiendo el esquema weberiano, ésta se hallaría en los límites de lo significativo y no
significativo, debido a que su sentido no se establece en la instrumentación de medios hacia fines
sino en realizar un acto por que sí.
Desaparece el horizonte valorativo, en donde el sujeto actúa movido por estados sentimentales del
momento, se alegra de ver a alguien o se irrita con otra persona, como dice Weber, es un tipo de
acción que se encuentra en el límite entre la conducta con sentido y la meramente reactiva a un
estímulo.
La acción tradicional.
El último caso lo constituye la acción tradicional en la que el impulso del acto se desarrolla bajo el
influjo de la costumbre y el hábito y procede de un conjunto de ideales o símbolos que no poseen
una forma coherente y precisa.
Es aquella determinada por una costumbre arraigada, puede tratarse incluso de hábitos que nos
hemos formado en relación con los demás, cuyo sentido se agota en los mismos miembros y el fin
se pierde de vista.
Esta suerte de tipificación conceptual desarrollada por Weber no tiene por objeto establecer una
clasificación general de la acción social sino que podría ser comprendida como un esquema típico
ideal cuyo fin es establecer mediciones racionales sobre las cuáles analizar las desviaciones
irracionales de la acción.
Podemos concluir denotando que estos autores consideran que la sociedad es producto de la
acción humana, aunque en el caso de Durkheim la sociedad tuviera primacía sobre el individuo.
La posición que adopta cada uno de los autores, de algún modo se relaciona con los primados
epistemológicos de sus propias teorías, así Durkheim pone énfasis en distinguir el propósito
individual de la acción y la función social que ésta cumple. En este sentido ha observado que el
significado de la acción individual es algo que escapa a quién la ejecuta, que se suma como una
fuerza integradora del orden social.
Por su parte Weber se centra en la orientación subjetiva que posee la acción individual y su aporte
principal para la comprensión de la acción consiste en ubicar a las pasiones como una variable
definida del proceder social.