Las 10 Conductas Que Te Harán Perder A La Mujer Que Amas
Las 10 Conductas Que Te Harán Perder A La Mujer Que Amas
Las 10 Conductas Que Te Harán Perder A La Mujer Que Amas
Una de las decisiones más difíciles a las que se enfrenta un hombre es cuando
siente que ha llegado el momento de comprometerse en matrimonio, y la siguiente gran
decisión que enfrenta es cuando decide abandonar el hogar que ha construido al lado
de una persona a la que alguna vez amó, o tal vez aún ama. Aunque he visto hombres
partir de sus hogares sin contemplaciones dejando a su familia, en la mayoría de los
casos libran una gran batalla interna.
Este artículo lo escribo para esos hombres que aún permanecen en casa luchando
entre el deseo de irse y el dolor de partir; lo escribo con la ilusión de tocar alguna fibra
de su corazón, buscando lograr algún punto de reflexión.
No hablemos de motivos
Cuando se habla de motivos en ocasiones se encuentran también excusas, ¡todo se
puede superar si existe amor!. Quiero distanciarme un poco, en esta nota, de los
motivos que llevan a un hombre a tomar la decisión de abandonar a su familia, que
entre otros pueden ser: otra ilusión, la monotonía, probablemente siente que el amor
por su esposa ya no es el mismo, la incompatibilidad, las peleas constantes, la falta de
perdón, etc. Los motivos son tantos como hombres pueden existir, tan solo quiero que
se detenga un instante y analice si esa barrera o ese obstáculo es más fuerte que lo
que usted ha construido al lado de una esposa y unos hijos que le aman y le necesitan.
Recuerde cuando usted asumió ante Dios el compromiso del matrimonio, en el altar
prometió estar con su esposa en los buenos y en los malos momentos, ¡pues este es
un mal momento!, no intento manipularle, tan solo hacerle comprender que el
matrimonio, la esposa, los hijos, no son desechables, son para toda la vida y aunque
usted decida hoy partir ellos y la historia de vida que ha construido con ellos siempre lo
acompañarán.
Con el tiempo aprendí que nuestra experiencia fue un ejemplo de una lección
mucho mayor sobre el matrimonio. La pregunta que todos tendrían que hacer
a su pareja en una relación comprometida sería:
Eso es amor. Las novelas románticas (y escribí algunas) van todas sobre el
deseo y ser felices para siempre, pero el felices para siempre no viene del
deseo, al menos no el que viene retratado en esos libros. El verdadero amor
no es desear a la persona, sino realmente desear su felicidad, algunas veces
incluso a expensas de nuestra propia felicidad. El verdadero amor no es
convertir a la otra persona en la copia uno mismo, es expandir nuestras
propias capacidades de tolerancia y aprecio, para buscar el bienestar del
otro. Todo lo demás simplemente enmascara tu propio interés.
No estoy diciendo que lo que nos pasó a Keri y a mi funcionará para todos. Ni
siquiera estoy reclamando que todos los matrimonios tengan que salvarse.
Pero yo estoy increíblemente agradecido por la inspiración que me llegó ese
día hace tanto tiempo. Estoy agradecido de que mi familia todavía esté
intacta y de tener a mi esposa todavía, mi mejor amiga, a mi lado en la cama
cuando me despierto en la mañana.
Estar en cualquier extremo de esa pregunta siempre hace que valga la pena
despertarse.