Elementos Esenciales Del Teatro
Elementos Esenciales Del Teatro
Elementos Esenciales Del Teatro
El Texto
El texto es la parte literaria del teatro: es el guion que contiene todas las
acciones y la descripción de los personajes que los actores van a desarrollar a lo
largo de la representación teatral.
Los Actores
Los actores y las actrices son los seres reales que hacen posible la ilusión teatral.
Gracias a ellos, el texto teatral se convierte en una obra representada. Los
actores son las personas que encarnan a los personajes; ellos
momentáneamente prestan su cuerpo y se olvidan de sus personalidades para
dar vida a esos seres de ficción que solo existen dentro del texto teatral: deben
olvidarse de sí mismos y centrarse en los personajes que van a interpretar.
Característica de los Actores y Actrices
Los actores y las actrices deben:
Modular o vocalizar bien las palabras, sin llegar a exagerar. Esto se logra
hablando en forma pausada.
Emplear un tono de voz adecuado al lugar donde se representara la obra.
Realizar gestos con los ojos, la boca, la cara y las manos acordes con lo que
están diciendo.
La escenografía
Elementos complementarios
Los elementos siguientes no son vitales para llevar a cabo una obra de teatro
pero su contribución aporta gran valor a la hora de hacer la historia más
interesante, organizada, creíble y real.
1- Vestuario
Es el atuendo que llevan puestos los actores. A través de ellos y sin necesidad
de enunciar palabras, el público puede identificar el género, la edad, la
ocupación, el estatus social y las características de los personajes, así como la
época en la que se desarrolla la historia.
Hoy en día existe una persona dedicada exclusivamente a este aspecto y trabaja
de la mano con el director y con los maquillistas para crear armonía en la
construcción de la apariencia del personaje.
2- Maquillaje
3- Escenografía
4- Iluminación
Tal como ocurre con la escenografía, la iluminación abarca los objetos como la
acción de manejar las luces. Es decir, la iluminación es el conjunto de luces
empleadas durante la representación artística, así como la creación y ejecución
de las mismas para ayudar a transmitir emociones, resaltar y esconder actores,
y darle más asertividad a la escenografía, el maquillaje y el vestuario.
5- Sonido
Constituido por la música y todo efecto auditivo para mejorar los aspectos
acústicos de la pieza teatral a los actores y al público.
Por ejemplo, los micrófonos para que los diálogos de los actores puedan ser
escuchados por la audiencia, reforzar la transmisión de una emoción o de una
acción tales como el sonido de la lluvia o el freno súbito de un carro.
6- Director
Para hablar del teatro es necesario, ante todo, tener en cuenta sus dos facetas:
la literaria y la escénica. No obstante, hay que considerar que es uno de los
géneros artísticos más antiguos y más impactantes en la historia de la
humanidad. El término teatro (del griego theatron – observo), como concepto
genérico, nace para designar los lugares de espectáculos e incluye diferentes
tipos, tales como el drama[1], la opera, el ballet, la pantomima, etc., todos
unidos por su peculiaridad que hace las obras únicas, imposible en otros tipos
de arte, es decir, su naturaleza sintética capaz de incluir con facilidad otras artes:
literatura, música, artes plásticas, escultura, canto, danza, incluso artes visuales
como el cine.
Moliere, escultura ubicada en la Comédie Française, París.
Moliere dijo en una ocasión que el teatro se aprovecha de todo lo que encuentra
en su camino, así pues, la historia y el desarrollo de las civilizaciones humanas,
en sus más diversas manifestaciones, son incluidas en el teatro; por ejemplo,
los logros de la psicología forman base de la maestría de los directores y actores,
la semiótica, lingüística y hasta la medicina permiten perfeccionar la
interpretación y las técnicas vocálicas en la escena; la tecnología se aprovecha
para subir a otro nivel la utilería del escenario, para crear los efectos especiales
en la obra, etc.
Las raíces del arte teatral se ubican en los ritos paganos relacionados con la vida
de las sociedades primitivas. Los fenómenos de la naturaleza y su personificación
buscaban maneras de dialogar con los dioses, cuando en los ritos, en las danzas,
en las presentaciones ingenuas teatrales se manifestaba la importancia social de
los acontecimientos. En estas primeras presentaciones, al parecer, no había
espectadores, todos participaban en la creación, era verdaderamente masiva la
interpretación, sin embargo, el espectador se suponía en dioses, para ellos se
realizaban estas obras. Así, poco a poco, se ha creado la aspiración de llegar a
la cima de la espiritualidad en el teatro que se conserva hasta hoy en las mejores
obras de este arte.
De todo esto nace la función más importante del teatro – ideológica – con el
objetivo de formar la opinión pública adecuada para aproximarse a los dioses.
El grado elevado de la inclusión emocional de los participantes de los ritos (más
tarde de los espectadores) permite influir con más precisión en la sociedad. Esta
característica siempre ha permitido hablar del teatro como de la tribuna de la
propaganda de las ideas políticas, religiosas, éticas y morales de la sociedad.
Teatro Kabuki.
El mismo camino ha tenido el teatro africano, donde las religiones y los cultos
antiguos permiten guardar las formas ancestrales de expresión, tales como las
danzas, cantos, ritmos de tambores, entre otros. Entre los pueblos africanos
musulmanes están más desarrolladas las formas teatrales con el uso de los
títeres y el arte de los intérpretes-masharabozes (que utilizan la pantomima y
las máscaras), tradicional para el Islam.
Pero es el teatro occidental que se considera el más complejo y más trágico por
su desarrollo. Se originó en la Grecia Antigua donde tuvo auge con los autores
de importancia histórica, como, por ejemplo, Sófocles, Eurípides, Esquilo y
muchos otros a los que consideramos fundadores de la tragedia. Todas sus obras
están basadas en la mitología griega tan extensa y tan profunda, en la que los
dioses son creados a la semejanza del hombre y no al revés, precisamente en la
mitología se refleja todo el tragismo del ser humano, en ella se manifiestan y se
justifican las razones de nuestra existencia y de la creación de la tragedia como
genero teatral.
La divina comedia.
Posteriormente este género renace y se renueva con las obras de los autores
españoles (Cervantes, Lope de Vega, Garcilaso de la Vega, Calderón de la Barca,
etc.), ingleses (Sackville, Udall, Shakespeare, Milton, Addison, etc.), franceses
(Jodelle y mucho después Moliere) y otros. Lo más curioso de las obras de estos
dramaturgos es que todos ellos se manifestaban implícita o explícitamente
seguidores de los clásicos romanos, como Virgilio, Séneca, Plutarco, etc., por lo
que el período de la creación de muchos de los autores europeos mencionados
suele llamarse Renacimiento, en gran medida gracias al resurgimiento del
teatro.
Sin embargo, no fue sino hasta el siglo XIX cuando surge el teatro moderno,
que, al igual que las demás artes, se revitaliza gracias a las transformaciones
cardinales en la vida social y política en el mundo. Las revoluciones industriales,
los inventos tecnológicos influyeron en todas las expresiones artísticas. La
aparición del cine (y más tarde de la televisión), que desde el principio se
consideraban la competencia del teatro, provocaron discusiones sobre la
próxima muerte de éste. Aparentemente así fue: las mejores muestras de las
artes visuales ya podía ser multiplicadas, más gente obtuvo el acceso a ellas. Es
más, se puede volver a ver las películas las veces que uno quiera y pueda, su
calidad sigue igual en cada presentación. En toda esta exaltación tecnológica
comenzó a olvidarse el principal objetivo del teatro, la interacción entre los
actores y los espectadores. No obstante, a pesar de todo el teatro no se rindió
sino que supo aprovechar esta competencia a finales del siglo XIX y principio del
XX, buscando las formas renovadas.
Con todo lo que ocurrió a principios del siglo XX, las ideas teatrales cambiaron
significativamente, lo que permite hablar de tres etapas del desarrollo del teatro:
el teatro antiguo, el teatro clásico (anterior al siglo XIX) y el teatro
contemporáneo o moderno. Si el teatro clásico se basaba en el realismo, en la
imitación de la realidad, en la identificación del público a través de los conflictos
representados en la escena; el teatro moderno se convierte en ecléctico, es
decir, representa una mezcla de tendencias, de estéticas y de ideas, unidas para
no reflejar como en el espejo la realidad, no imitarla, sino llamadas a crear
realidades independientes. El objetivo del teatro moderno no es la identificación
del público, sino la reflexión sobre los conflictos que se plantean.