Miedo en El Cerebro Humano
Miedo en El Cerebro Humano
Miedo en El Cerebro Humano
Neurobiología
L
os científicos solemos llamar «miedo» a neurales que intervienen en nuestro
un sistema de alarma que nuestro aprendizaje del miedo. Sorprendentemente, la
cerebro activa cuando de- tecta una amígdala no apareció como una de las áreas
posible amenaza. Se trata de una más implicadas.
respues-
Condicionamiento del miedo
ta útil y adaptativa que conlleva cambios en la
Los 27 estudios que analizamos se basaban en
fisiología, los pensamientos y el
datos ob- tenidos a partir de la resonancia
comportamiento. Pero ¿dónde se origina el
magnética funcional (RMf) de, en total, 677
miedo?
personas. Como método experi- mental
En los últimos años, el estudio de las bases
utilizaban el condicionamiento del miedo, un
neurobio- lógicas del miedo se ha centrado
aprendizaje de tipo pavloviano. Este aprendizaje
en una región cerebral concreta: la amígdala,
asocia- tivo se produce tras emparejar de
una pequeña estructura alojada en el seno del
manera repetida un estímulo neutro (la
sistema límbico (nuestro «cerebro
imagen de un círculo) con uno aversivo (un
emocional»). Esta área desempeña un papel
sonido fuerte). De esta manera, el estímulo
clave en la búsqueda y detección de
neutro, que en un inicio no evoca ninguna
señales de peligro. Se podría decir que
reacción en el individuo, se convierte en
trabaja de forma análoga a un detector de
estímulo condicionado (EC) y provoca una
humo: perma- nece inactiva hasta que el
respuesta condicionada después de empa-
más mínimo estímulo amena- zante la pone
en marcha. Si no tuviéramos amígdala,
probablemente no sentiríamos miedo,
como les sucede a las personas que sufren la
enfermedad de Urbach-Wiethe, una
patología genética poco frecuente que
produce una calcificación lenta de la
amígdala.
Sin embargo, estudios recientes con
humanos han demostrado que el miedo va
más allá de la amígdala, puesto que existen
otras estructuras cerebrales relevantes que
contribuyen a dicha emoción. Con el fin de
confirmar las sospechas, investigamos, a
partir de un metanálisis, los hallazgos
pasará. También procesa la información de los
rejarlo con el estímulo incondicionado sentidos y las emociones que provienen de
(EI) aversivo (el sonido fuerte). En pocas la amígdala, de manera que nos permite
palabras, después de unos cuantos afrontar las situa- ciones importantes o
ensayos puede observarse que el sujeto amenazadoras. Asimismo, partici- pa en la
ha apren- dido una respuesta de miedo. conversión de un estímulo neutro a uno
El metanálisis nos ha permitido condi- cionado (que genera miedo), de
describir los meca- nismos cerebrales que modo que predice y anticipa las posibles
se activan ante los EC aversivos (EC+) en consecuencias negativas del mismo. Por su
comparación con aquellos que se activan parte, la corteza cingulada anterior dorsal
ante los EC de seguridad (EC-, es decir, la ejerce un papel relevante en el aprendizaje
misma imagen del círculo sin que vaya del miedo y en la conducta de evitación, así
seguida del EI). como en la experiencia subjetiva de
ansiedad. Se le atribuye una función de
Varias áreas cerebrales involucradas «Mediador racional» en situaciones de
Según publicamos a mediados de 2015 en conflicto cogniti- vo, ya que determina la
la revista Mo- lecular Psychiatry, diversas áreas importancia que tiene el estímulo
cerebrales se encuentran implicadas en la
sensación de miedo, a saber, la ínsula
bilateral, la corteza cingulada anterior
dorsal y la corteza prefrontal dorsolateral. LOS A U T O RES
Veamos cómo y por qué. Aina Ávila Parcet pertenece al departamento de
La ínsula se encuentra en la superficie psiquiatría del Hospital de San Pablo, en
lateral de ambos lados del cerebro, por Barcelona.
detrás de la cisura de Silvio. Integra Miquel Ángel Fullana Rivas trabaja en el Hospital del Mar
información cognitiva, sensaciones de Barcelona e imparte clases en el
departamento de psiquia- tría de la Universidad
fisiológicas y predic- ciones de lo que
Autónoma de Barcelona.
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naza. Su cuerpo adopta las medidas
necesarias para protegerle del atraco:
DE: «NEURAL SIGNATURES OF HUMAN FEAR CONDITIONING: AN UPDATED AND EXTENDED META-ANALYSIS
1
5 8 acelera y sus piernas intentan correr en dirección con-
2 10 2 1 traria. Esta respuesta de miedo le podría salvar la vida (o,
9 en este caso, la cartera); pero también puede convertirse
6
4 en problemática si a partir de aquel día deja de salir a
pasear incluso sabiendo que no existe ningún peligro.
Volvamos a nuestro estudio. Hemos visto
que el en- cuentro con el atracador supone la
activación de una serie de áreas cerebrales
que permiten elaborar una res-
3 puesta. La ínsula sería la encargada de recibir la alerta de
2 2 1 la amígdala y rápidamente activar las
10
respuestas fisioló- gicas pertinentes como la
4
7
4
7 sudoración o aumento de la frecuencia
cardíaca en función del miedo que genere la
situación con el maleante. Por su lado, la
– + corteza cin- gulada anterior dorsal nos
ayudaría a centrarnos en el peligro. La
corteza prefrontal dorsolateral sería la res-
ponsable de ofrecer soluciones cognitivas para
la situación
Intensidad de la actividad neuronal emocional del estímulo, de manera que
per- mite distinguir los estímulos
Las imágenes muestran las áreas cerebrales que se
activan durante el aprendizaje del miedo (miedo amenazantes de los seguros. De alguna
condicionado): corteza cingulada anterior dorsal (1), forma, posibilita el aprendizaje de una
ínsula anterior (2), corteza prefrontal dorsolateral (3), inter- pretación positiva ante un estímulo
región dorsal del tronco craneoencefálico (4), negativo al suprimir la respuesta
precúneo dorsal (5), hipotálamo (6), corteza
somatosensorial (7), corteza suplementaria motora condicionada de miedo.
(8), tálamo (9) y estriado ventral (10).
Del cerebro al cuerpo y a la conducta
Imagínese que se encuentra paseando por
la calle y, de repente, alguien se dirige hacia
que se presenta y hace que dirijamos la usted de forma amena- zadora, con clara
atención a este. Cuanto más se activa esa intención de atracarle. Antes incluso de que
área, mayor es la atención que dedicamos sea consciente de ello, su cerebro activa
hacia el estímulo; también aumenta nuestra una compleja red de «mensajería» con el fin
respuesta de miedo. de evitar la ame-
La corteza prefrontal dorsolateral participa
en la re- gulación emocional del miedo como
vía de salida (output) de las respuestas
fisiológicas procesadas inicialmente (input)
en la ínsula.
Otro hallazgo destacable de nuestro
metanálisis radi- ca en que al comparar el
efecto del EC- (seguridad) respecto al EC+
(miedo) se observa una reducción en la
actividad de la corteza prefrontal
ventromedial. Ello sugiere que dicha área se
encuentra relacionada con la regulación
(salir corriendo, pedir ayuda, etcétera). áreas del cerebro nos llevan a «aprender» el
Pero si este circuito no «funciona» miedo supone un paso esencial para que
correctamente, el miedo se convierte en un podamos «borrar» el aprendizaje pa-
problema: la ínsula integra información tológico del mismo. Las personas con
visual, fisiológica y cognitiva sobre un es- trastornos del miedo, millones en todo el
tímulo que no debería generar temor; la mundo, lo agradecerán. H
corteza cingu- lada favorece que la atención
se centre en estímulos inocuos, y la corteza
prefrontal dorsolateral pone su es- fuerzo en
PAR A SAB ER MÁ S
huir o evitar un estímulo no amenazante. Es
lo que sucede cuando se desencadenan Coming to terms with fear. K. E. LeDoux en
Proceedings of the National Academy of Sciences USA, vol.
respuestas de huida frente a estímulos no
111, n.o 8, págs. 2871- 2878, 2014.
amenazantes, o se anticipa un hipotético
Neuronal signatures of human fear conditioning:
peligro (por ejemplo, mientras pasea por otra
an updated and extended meta-analysis of fMRI
calle una noche cualquiera). Cuando esta studies. M. A. Fullana et al. en Molecular Psychatry, en
generali- zación se produce, el miedo se línea 10.1038/mp.2015.88, 2015.
convierte en patológico.
En resumen, nuestro estudio revela que, al EN NUES TR O AR CHIV O
contrario de lo que se pensaba hasta ahora, la Neurobiología del miedo. Rüdiger Vaas en MyC n.o
amígdala no consti- tuye la sede cerebral del 1, 2002. El miedo en el cerebro. Carmen Agustín Pavón
miedo en los humanos, como sí puede darse
en MyC n.o 58, 2013. El estudio del miedo. Dominik R.
en otros animales. No obstante, se requiere
más investigación para confirmarlo. Saber qué Bach en MyC n.o 75, 2015.
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