Rentismo Petrolero

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Prof.

Integrantes:

Lemark Gómez Jonaly Ortiz C.I: 24.577.057


Valentina Salazar C.I: 25.828.355
Carlos Hernández C.I: 24.228.716
Yolen Carvajal C.I: 25.250.932
INTRODUCCION

El tradicional modelo rentista petrolero que ha asignado el desarrollo


venezolano se soporta fundamentalmente en la renta derivada de la
exportaciones de hidrocarburos, las cuales están condicionadas por la
capacidad productiva de PDVSA y por las realidades del mercado energético
internacional, que define las condiciones en términos de demanda y precios
sustentando al estado de un poder económico autónomo.

Desde el propio nacimiento de la industria petrolera, frente al poder


hegemónico de las grandes empresas petroleras, que impusieron leyes y
gobiernos a su antojo, paralelamente surgió en el país un sentimiento de
defensa y nacionalismo en pro de reservar para la nación los mayores
beneficios de la explotación petrolera.

En estos nuevos tiempos de revolución económica, superar el modelo


rentista petrolero y avanzar hacia un modelo productivo, diversificado y sobre
todo socialista, pasa, necesariamente, por impedir la transferencia de los
ingresos de nuestras riquezas naturales a los grandes capitales
transnacionales quienes por décadas son los que se han beneficiado de la
mencionada renta.
 QUE ES EL RENTISMO PETROLERO

Usualmente, el “rentismo” se refiere a un modelo económico altamente


dependiente de la ‘renta’ que se percibe por un recurso natural que es
propiedad del Estado. En el caso venezolano, se habla del “rentismo
petrolero”; sin embargo, el petróleo no originó al rentismo. Este tiene su
génesis en la colonización española que procuró riquezas basadas en la
extracción de recursos naturales, que impuso un régimen de propiedad
extraño a nuestros aborígenes, y que marcó una relación de dependencia en
el contexto de la división internacional del trabajo.

Durante el siglo XX, la extracción petrolera fue configurada por la inversión


del capital transnacional, con tecnología extranjera, mientras que la renta se
capta (no se produce) en el mercado internacional, formándose un alto nivel
de dependencia sobre factores foráneos de producción, que terminan
ubicados en una posición de poder político dentro del Estado. La influencia
de ese poder generó, en las instituciones públicas, una forma de hacer
política que mantuvo bajos niveles de responsabilidad y poca capacidad
gerencial, lo que habilitó a la corrupción como un mecanismo de distribución
de la renta; además, favoreció a una economía importadora que ha ido
desplazando a la producción nacional, la cual no deja de ser considerable.

Si solo se advierten los aspectos económicos del ‘rentismo’, entonces no


podrá ser superado. La sola diversificación de la producción no lo resolverá,
pues de hecho, el problema económico del ‘rentismo’ está en la ‘distribución’
que reduce a la remuneración del trabajo frente a la remuneración del capital.
Esto no es un hecho meramente económico, sino social. No se trata de
resolver una ‘economía rentista’ sino una praxis política y una ‘cultura
rentista’, basadas en los valores o antivalores que promueve la renta
capitalista. La Revolución Bolivariana trata de resolver este asunto, lo que
trae presiones internacionales y reacciones intestina que se deben
confrontar.

 CUANDO NACE EL RENTISMO PETROLERO

El proceso, de “apertura petrolera” hay que ubicarlo en el marco de las


políticas económicas que se implementaron a partir de 1989 y que teniendo
como base los principios de la economía liberal establecieron la necesaria
apertura al comercio internacional, la disminución del peso del estado y el
incentivo de la actividad privada. La apertura petrolera representaba una
transformación radical de la política petrolera tradicional venezolana centrada
fundamentalmente en el carácter nacional del mismo.

Desde el propio nacimiento de la industria petrolera, frente al poder


hegemónico de las grandes empresas petroleras, que impusieron leyes y
gobiernos a su antojo, paralelamente surgió en el país un sentimiento de
defensa y nacionalismo en pro de reservar para la nación los mayores
beneficios de la explotación petrolera

 CUÁLES SON SUS CARACTERÍSTICAS

 Alude a un esquema de crecimiento económico financiado


fundamentalmente por recursos naturales de un país, cuya sociedad
usufrutua de los excedentes.

 Un ingreso continuo y elevado de renta petrolera internacional.


 Un gasto publico financiado por esa renta el que por siguiente también
exhibió un comportamiento creciente.
 El gasto público cumplió con la función primaria de distribuir la renta
en el seno de la sociedad.
BENEFICIOS DEL RENTISMO PETROLERO EN VENEZUELA

• Propicia con su aparición el desarrollo industrial Venezolano, y la modernización


tecnológica.

• La influencia extranjera de las compañías petroleras implantan los sueldos en dinero


constante y sonante, beneficios sociales como atención en salud, seguro y vivienda, que no
ocurría en la Venezuela rural.

• Se nacionaliza el petróleo, y con él las grandes riquezas mineras en el primer gobierno del
presidente Pérez.

• Se produce el desarrollo del sector comercial y de servicios, por el auge económico y la


circulación de capital, y el éxodo campesino, se desarrolla el transporte, servicios eléctricos,
vías de circulación, entre otros.

• Proyecta a Venezuela en el mundo, y nos convierte en una potencia energética, ejercemos


poder económico con influencia en la economía mundial y se proyectan al exterior nuestra
economía y empresas, a través de la presencia de nuestras refinerías en el exterior, en
países como Estados Unidos.

• Es fuente de empleo y, capacitación universitaria y técnica del más alto nivel.

• Mejora las relaciones políticas y diplomáticas con nuestros socios en beneficio del país.

• Da pié al desarrollo da la investigación científica como por ejemplo: La Orimulción


combustible netamente venezolano y los proyectos de gas natural

COMO COMBATIR EL RENTISMO PETROLERO EN VENEZUELA

Actualmente el país vive crecientemente una de sus peores crisis


económicas, derivado por un lado por un sabotaje que a modo de guerra
contra la economía venezolana se ha venido desarrollando durante los
últimos dos años, por actores diversos, pero también por variables externas
relacionadas con la disminución de más del 30% de las Reservas
Internacionales desde el 2013, la reducción considerable de los precios del
oro y el petróleo, dado el carácter monoexportador de la economía
Venezolana, una creciente demanda de divisas para satisfacer las
necesidades básicas, y las exigencias que en esa dirección hace el sector
privado, que históricamente se ha basado en una lógica de puerto en
detrimento de la oportunidad de elevar las capacidades productivas.
Estas condiciones exigen respuestas que se encuentren a la altura de las
circunstancias, que eleven los niveles de eficiencia en la gestión pública y
que estimulen el desarrollo de un verdadero aparato productivo, cónsono con
los asuntos estratégicos y de interés nacional, con la participación activa del
pueblo y la clase trabajadora, que además sea capaz de eliminar
progresivamente la dependencia de las divisas para su desarrollo,
estimulando igualmente la superación de los viejos paradigmas como los de
sembrar el petróleo, creando unos nuevos, no para restarle importancia a la
Industria Petrolera, que hoy en día es fundamental en términos de soberanía
sino, para potenciar fuerzas productivas que permitan atender las crisis
generadas por factores foráneos.
Requiere tales análisis soluciones de impacto en lo concreto que en esa
dirección apunten tales retos y desafíos, pensando siempre en un modelo
alternativo al capitalismo como sistema operativo que condiciones la
acumulación indebida e inescrupulosa de unos cuantos de la riqueza
nacional. Es por ello que desde el Táchira se presentan condiciones
excepcionales para abonar en esa causa común de elevar el potencial
productivo, sustituir importaciones y promover además la superación del
modelo rentista petrolero.
El Sector Minero del Táchira presenta un gran potencial sobre dos elementos
concretos, referidos a las reservas de Roca Fosfórica y Carbón existentes en
la Entidad, donde se encuentran dos Fábricas únicas en el País, una de
Coque Metalúrgico indispensable para el desarrollo de la Industria
Siderúrgica y la otra de Fosforita para garantizar la soberanía agroalimentaria
de los Venezolanos. En el caso de la primera podríamos estar hablando de la
sustitución en una primera fase del 25% de las importaciones totales
realizadas principalmente a China y Canadá, y la segunda igualmente en una
primera instancia el 45% de este mineral proveniente de Pakistán y
Marruecos.
Estos aspectos representan una oportunidad extraordinaria, en términos de
sustitución de importaciones, además porque no requieren divisas
extranjeras para su operatividad, y presentan la particularidad de tener
garantizado la materia prima en la proximidad de las Fábricas, donde
además se pueden generar procesos diversos que estimulen nuevas
relaciones sociales de producción, con la participación activa de los
trabajadores, y que puede potenciar aspectos fundamentales como el
apalancamiento del Plan Guayana Socialista o la concreción estratégica del
desarrollo en el Eje Apure-Orinoco, a partir del ahorro de divisas a la Nación,
como elemento medular para la aportar en la concreción de la superación del
rentismo petrolero. Solo falta voluntad política y eficiencia en los tiempos de
las decisiones pertinentes para que en la proximidad podamos estar
contando con verdaderos procesos que generen una verdadera
industrialización socialista, en nuestras manos está, para que como aquella
frase de José Martí apliquemos que "la mejor forma de decir es hacer".

Conclusión

Como ya se mencionó previamente el rentístico petrolero es uno de los


principales rasgos de la economía venezolana, esta se volvió irresistible
desde que comenzó a bajar el precio internacional del petróleo a partir del
año 2012. La creciente demanda interna dependiente de las importaciones y,
por lo tanto, de divisas y los cada vez menores ingresos en dólares al país
provocados por la baja del precio del mismo, son la base material del acto
inflacionario del Estado.

Por su parte, el acaparamiento y el contrabando constituyen fenómenos


secundarios que agravan la inflación, pero que en primer lugar están
incentivados por ella al volverse más rentables estos productos. En tal
sentido, la actual crisis económica debe ser entendida como el límite del
propio capitalismo rentista venezolano para sostener procesos de inclusión y
elevación del nivel de vida de la clase trabajadora. Además se asume que el
nivel de conflictividad entre las clases necesariamente aumentaría.

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