Resumen Kretschmer 3
Resumen Kretschmer 3
Resumen Kretschmer 3
1. Surge sobre la base de una tara hereditaria grave en personas de gran labilidad
reactiva.
2. La constitución psicopática congénita se caracteriza en su aspecto biológico general
por su agotabilidad. La constitución sexual presenta una clara distintividad
acompañada de un contacto deficiente, inhibiciones excesivas del impulso y falta de
pulsión erótica junto a estigmas de un retardo parcial.
3. La génesis de la afección es psicológico reactiva. Presenta la triada carácter, vivencia,
y ambiente.
4. El delirio sentido paranoide viene condicionado por la disposición caracterológica. El
carácter sensitivo es predominantemente asténico, tiene un déficit de capacidad de
descarga psíquica. Muestra blandura afectiva, debilidad y vulnerabilidad, pero
también cierta ambición y obstinación. Cuando el desarrollo es completo son personas
complicadas, inteligentes y de gran valía, finas y sensibles, de ética escrupulosa y vida
afectiva íntima hipersensible. Encierran en su interior sus duraderas y tensas
emociones. El animo tiende a enturbiamientos reactivos de larga duración.
5. La acción vivencial que conduce al delirio sensitivo paranoide se basa en el mecanismo
de la contención con inversión posterior. La vivencia de la insuficiencia vergonzosa1
actúa patogénicamente sobre el carácter sensitivo. El retorno obsesivo de la serie
1
“Peinliche gefühle der Unzulänglichkeit” o sentimiento de insuficiencia vergonzosa.
contenida genera tensión afectiva y finalmente a la transformación del contenido
vivencial primario en el delirio de referencia que constituye la imagen exterior del
autodesprecio interno. Esta energía patógena se encuentra mayoritariamente en los
conflictos ético-sexuales.
6. Las acciones ambientales no son causas imprescindibles del delirio sensitivo-
paranoide, pero con frecuencia actúan como determinantes complementarios. La
tensión de la propia estimación por una circunstancia humillante es la formula en que
se favorece el “estallido” del síntoma delirante.
La sintomatología del delirio sensitivo-paranoide esta dominada por los factores etiológicos
principales: Carácter, retención vivencial y agotamiento por la estructuración de la psicosis. El
núcleo del cuadro patológico esta constituido por un delirio de referencia centrado, que surge de
un fundamento afectivo gradual entre la vergonzosa inseguridad y la desesperada autoacusación.
Podemos resumirlo en tres fases:
En los casos típicos la vivencia lo es todo (sin ella la enfermedad quedaría reducida a algo sin
importancia). Su retorno obsesivo constituye el motivo renovado de las autoacusaciones
depresivas y los síntomas angustiosos. Este retorno es la raíz emotiva y la meta ideativa del
delirio de referencia mas intenso y ramificado que cabe imaginar. El sistema delirante paranoico
nace y muere en él.
En la psicosis se manifiesta la personalidad sensitiva. El delirio de referencia no es mas que la
imagen especular aumentada enormemente de su tímida inseguridad. La conciencia fluctuante
de enfermedad, así como la escasa resistencia del enjuiciamiento de la realidad dan cuenta de
la profunda capacidad autocritica, indecisión y escasa fuerza de voluntad del sensitivo (similar
a la neurosis obsesiva). El sensitivo psicópata dirige siempre contra si mismo el aguijón mas
agudo de su afecto torturado, angustioso y desesperado, demostrando así la intimidad ética que
lo caracteriza cuando esta sano. Además, el carácter explícitamente defensivo y ausencia de
explosiones agresivas en los casos puros da cuenta del altruismo y bondad basal del sensitivo.
El cuadro sintomático del delirio sensitivo paranoide reproduce en los casos totalmente
desarrollados el estado nervioso del agotamiento psíquico. No solo se resaltan los síntomas
neurasténicos orgánicos (astenia física y disminución del rendimiento psíquico) sino que
participa la intranquilidad, desconcentración, cansancio de la expresión mímica, labilidad
afectiva y estado entre hiperexitación y profunda relajación apática.
El clímax del delirio de referencia ocurre cuando el cuadro paranoico pasa al delirio disociativo
agudo. Aparece como estadio critico de breve duración en las psicosis sensitivas mas graves.
Afectivamente se caracteriza por tensión emocional extrema. En el contenido aparecen grupos
representativos catatoniformes: influencia física, transmisión del pensamiento y sentimientos
de extrañeza, relajación del conjunto asociativo y tendencia a transformar la desesperación en
megalomanía. Se distingue de los estados esquizofrénicos estrictos por la ausencia de lo
apodíctico en las vivencias delirantes, el enjuiciamiento oscilante de la realidad, la carencia de
autismo, y la naturalidad tanto expresiva como emotiva. Las psicosis sensitivas graves
únicamente crecen sobre la base de una tara hereditaria degenerativa muy grave. La aparición
episódica de rasgos esquizofrenoides no significa el surgimiento de un cuadro procesal, sino
que se traduciría la oscilación temporal del fondo endógeno de la personalidad.
La forma del curso del delirio-sensitivo paranoide no es esquemática, sino que diversa:
Reacciones agudas rápidamente curadas; tipos de curso alargado con años de duración y
finalmente curación relativa; curso recidivante con agudizaciones aisladas muy claras, entre
otros ejemplos. Todos ellos son distintos cursos que poseen el mismo eje impulsor interno, su
reactividad psicológica. Por tanto, puede caracterizarse brevemente de la siguiente forma:
Hay una “regla” (no una ley matemática) de la caracterología psicopática “En un carácter con
diversas posibilidades reactivas, una reacción patológica determinada es
desencadenada de un modo especifico por la vivencia clave correspondiente” Esto cobra
sentido sobre las reacciones sensitivas y las puramente asténicas en los casos revisados por el
autor. Por ejemplo, los enfermos mostraban reacciones depresivas de tipo asténico aparte de
las reacciones sensitivas (frente a un duelo, por ejemplo), siendo los sucesos deprimentes
incapaces de gatillar reacciones sensitivas latentes, y viceversa.
¿Esta limitado el delirio de referencia, como síntoma formal de las psicosis delirantes
psicopático-reactivas al fundamento caracterológico sensitivo? La finura de sentimientos,
susceptibilidad e impresionabilidad de la personalidad sensitiva, así como la tendencia a las
emociones penosas y sensación violenta de vergüenza e inseguridad la hacen tender mas a la
autoreferencia patológica que muchos otros tipos de disposición caracterológica. El combativo
y el primitivo carecen de ideas referidas extensas y ramificadas. De todas maneras, la técnica
usual de la descripción patológica psiquiátrica no basta para resolver esta duda.
El autor recalca su afinidad con la escuela de Bleuler que no considera útil elevar un muro rígido
entre el circulo formal esquizofrénico o parafrénico y el de la formación delirante psicopática
“con intolerancia dogmática, antes de que en este campo se haya acumulado un material
psicológico suficientemente elaborado”. No existiría una necesidad a priori de establecer un
límite rígido aun con el concepto mas perfilado de desarrollo y proceso. Sin embargo, comprende
la posición estrictamente negativa de Kraepelin porque las investigaciones en este sentido
deben llevarse con la mas seria profundidad psicológica y la limpieza conceptual mas exacta, si
no se quiere dar origen a confusión.
Sobre la relación entre delirio sensitivo y la psicosis desiderativa paranoica (que el autor
expone detalladamente en el capitulo XI con el caso Kerle) mientras el desarrollo reactivo
partiendo de una vivencia determinada no vuelve jamás al punto de partida, la psicosis
desiderativa es una formación delirante “catatimica” en el cual el ideal perseguido imposible en
la realidad se cumple en el corazón. El delirio sensitivo esta cargado de tensiones afectivas
irreconciliables, mientras la psicosis desiderativa paranoica esta llena de esperanza, optimista,
sin tensión de ninguna clase ya que justamente el ideal perseguido se ha cumplido en el delirio.
Kraepelin denomina paranoia a este desarrollo autóctono delirante. Sim embargo la disposición
caracterológica sensitiva y la forma del delirio no se encuentra descritas en el trabajo de
Kraepelin sobre la paranoia. Como expresa el autor, la vivencia da pie a la paranoia “La vivencia
indignante hace al paranoico combativo; la vivencia retenida al paranoico sensitivo y la vivencia
fantástica, al paranoico desiderativo”. Kretschmer resuelve el dilema de la paranoia afirmando
“hay paranoicos, no paranoia”.