Contestación Demanda de Restitución de Tierras

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Carmen de Bolívar, Bolívar 05 de Abril de 2019.

Señores:

JUZGADO SEGUNDO CIVIL ESPECIALIZADO EN RESTITUCION DE TIERRAS


CARMEN DE BOLIVAR.
Carmen de Bolívar.

E. S. D.

RADICADO: 13-244-31-21-003-2018-00198.

PROCESO DE RESTITUCION Y/O FORMALIZACION DE TIERRAS DESPOJADAS O


ABANDONADAS FORZOSAMENTE.

SOLICITANTE: ISAIAS ALVIS PONCE.

PREDIO: VILLA MARGOTH.

OPOSITOR: IVAN DARIO GALVAN LARA.

ASUNTO: CONTESTACION DE LA DEMANDA.

El suscrito JUAN DAVID ORTEGA JIMENEZ, identificado civil y profesionalmente


como aparece al pie de mi correspondiente firma, con domicilio laboral en la Calle 39
No 43-123 Piso 10 Oficina i-11 Edifico Las Flores de la Ciudad de Barranquilla,
actuando en mi calidad de apoderado judicial del señor IVAN DARIO GALVAN LARA,
parte demandada dentro del proceso de la referencia, con mi acostumbrado respeto
me dirijo a su Honorable Despacho dentro del término legal concedida para tales
efectos a fin de presentar y sustentar LA CONTESTACION DE LA DEMANDA DE
RESTITUCIÓN, solicitud formulada por el Doctor MIGUEL ANTONIO DIAZ ARROYO,
adscrito a la Unidad de Restitución de Tierras, en la cual se solicita la restitución
jurídica y material del predio denominado VILLA MARGOTH, e identificado con
matricula inmobiliaria No 062-732, con referencia catastral No
136540000000000020098000000000, ubicado en el Departamento de Bolívar,
municipio de San Jacinto, en nombre y representación del señor ISAIAS ALVIS PONCE.

Manifiesto al Despacho que desde ya me opongo a todas y cada una de las


pretensiones de la parte actora, no sin antes hacer las siguientes consideraciones:
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I. SITUACION FACTICA Y RELACION DEL SEÑOR IVAN DARIO GALVAN


LARA CON EL PREDIO VILLA MARGOTH.

1. Sea lo primero señora Juez manifestarle que el señor IVAN DARIO GALVAN
LARA, realizo contrato de compraventa el 23 de septiembre de 2016 con la
señora NURDIN RUTH REYES CARBAL, identificada con cedula de ciudadanía
No. 33.108. 195, apoderada de los señores ANA LUCIA MONTOYA ESCOBAR y
RAUL ALBERTO DUQUE RESTREPO, quienes eran los propietarios,
actualmente mi poderdante hace más de 2 años explota económicamente el
predio rural antes denominado VILLA MARGOTH, lugar donde ha desarrollado
su proyecto personal.

2. El señor IVAN DARIO GALVAN LARA, realizo el negocio jurídico de compra


venta del predio rural denominado VILLA MARGOTH mediante escritura
pública No. 377 del 30 de diciembre de 2016 en la Notaria Única de San Juan
Nepomuceno, pero se protocolizo el día 20 de febrero de 2017.

3. El predio rural denominado VILLA MARGOTH ha sido explotado directa y


económicamente por mi poderdante, hace 2 años se han dedicado a la
actividad de pequeña ganadería.

II. MANIFESTACIONES SOBRE LOS HECHOS DE LA SOLICITUD DE


RESTITUCION DEL PREDIO VILLA MARGOTH.

Señora Juez, los hechos de la solicitud de restitución del predio VILLA MARGOTH, los
contesto de la siguiente manera:

1. SOBRE EL HECHO No 3.2: Es cierto de acuerdo a lo manifestado por el


declarante a la Unidad de Restitución de Tierras, al momento de presentar la
solicitud.

2. SOBRE EL HECHO No 3.2.1: Es cierto así lo acreditan las pruebas y los


documentos presentados por la Unidad de Restitución al momento de
presentar la solicitud.

3. SOBRE EL HECHO No 3.2.2: Con relación a la declaración rendida por el señor


ISAIAS ALVIS PONCE, ante la Unidad de Restitución de Tierras, donde
manifestó entre otras cosas, que “ En el año de 1996, el citado señor y su familia
se vieron obligados abandonar el mencionado inmueble, como consecuencia de
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que, según lo manifestado por el solicitante, en la zona donde se encuentra


ubicado el predio operaban varios grupos al margen de la ley , que buscan el
control territorial, presentándose frecuentemente enfrentamientos con el
ejército, quedando los habitantes entre el fuego cruzado, con el miedo que
generaba la llegada de dichos grupos a su rancho a intimidarlo y amenazarlo si
llegasen a colaborar con algunos grupos de la zona , como lo fue el
acontecimiento que padeció cuando miembros del ejército llegaron a su predio en
busca de miembros de la guerrilla que supuestamente se encontraban en su
vivienda, acosándolos con pregunta e intimidándolos con sus fusiles, sumado a
ello la guerrilla incursionaba permanentemente en cercanías al predio VILLA
MARGOTH, por cuanto en la parcela del señor Anselmo Tapia Alvis,
copropietario del predio, se encontraba una torres de energía que la guerrilla la
hizo volar, además el ejército acampaba y tenía su base de operaciones en la
parcela vecina lo que conllevo a la ocurrencia de varios de varios
enfrentamientos; posteriormente en el año de 1996 comenzaron a presentarse
hechos de violencia más significativos en la zona, especialmente el asesinato del
señor Julio Moreno, quien era parcelero de Barcelona, a quien luego de sacarlo al
camino que comunicaba hacia el corregimiento de las Palmas, le cortan la
cabeza y dejan su cuerpo a un lado del camino y al señor Julio Contreras, quien
era parcelero del predio vecino denominado el Encanto”..., en este punto es
importante resaltar que los hechos de violencia se generaron el año de 1996 y
la compra del predio por parte de mi poderdante se realizó mediante
escritura pública No. 377 del 30 de diciembre de 2016 y se protocolizo el 20
de febrero de 2017, por lo que hay que tener en cuenta que para esta época ya
no había conflicto armado en la zona de ubicación del predio, así mismo se
debe tener en cuenta que medio la autorización del Comité Territorial de
Justicia Transicional de San Jacinto-Bolívar, a través de la Resolución No. 009
del 22 de Noviembre de 2016, se debe entender que fue un comprador de
buena fe, además que la transacción se realizó con una persona totalmente
distinta al reclamante del predio.

4. SOBRE EL HECHO No 3.2.3: En relación a este punto se manifiesta “ …el señor


Raúl Alberto Duque Restrepo , a quien apodaban Beto Duque, llego ofreciendo
comprar parcelas y como quiera que el predio del solicitante estaba abandonado
por la violencia, sin esperanzas de poder retornar, accede a reunirse en compañía
de los demás copropietarios, en la casa del señor Jorge Arrieta, conocido como el
“Piri” quien es el tramitador e intermediario en la compra de bienes inmuebles
en San Jacinto, logrando definitivamente acordar con el señor Duque Restrepo, la
venta de su cuota parte indivisa, del predio VILLA MARGOTH, correspondiente a
la cabida superficiaria de 14 hectáreas, por un total de $4.620.000, es decir .
$330.000, por hectárea, suma de dinero que fue cancelada en dos cuotas una al
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momento de la celebración del negocio y otra una vez se culminara la medición


del predio, de las cuales fueron descontados los gastos de la medición, de la
trocha y de la medición de la compra venta; comprador que actuó como
intermediario en la adquisición del objeto de estudio, pues posteriormente, al
momento de perfeccionar el negocio jurídico de compra venta, con la extensión
de la escritura pública No. 702 del 28 de Diciembre de 2007, otorgada en la
Notaria Única de San Jacinto, en la cual aparece el señor Jorge Saldarriaga
Castro, Comprando a Favor de la señora Ana Lucia Montoya Escobar, quien es
quien aparece en el respectivo folio de matrícula como propietaria del predio en
mención, negocio jurídico que se realizó sobre seis de las siete cuotas partes que
ostentaban los copropietarios, por una suma de $3.000.000, tal y como se puede
evidenciar en la cláusula tercera de la escritura pública”. En este punto
recalcamos que mi poderdante realizo compra venta del predio VILLA
MARGOTH mediante escritura pública No. 377 del 30 de diciembre de 2016 y
se protocolizo el 20 de febrero de 2017, por otra parte hubo previo
autorización del Comité Territorial de Justicia Transicional de San Jacinto-
Bolívar, a través de la Resolución No. 009 del 22 de Noviembre de 2016, para
para realizar la negociación del predio se debe entender , por lo que se puede
demostrar que mi poderdante actuado bajo los requisitos establecidos por la
ley y en esta caso se compró bajo el principio de la buena fe.

5. SOBRE EL HECHO No 3.2.4: Es cierto así lo acreditan las pruebas y los


documentos presentados por la Unidad de Restitución al momento de
presentar la solicitud. Sin embargo es importante manifestar señora Juez que
la solicitud del reclamante tiene fecha del 28 de marzo del 2012 y la Unidad de
Restitución de Tierras omitió su deber legal de ordenar la Medida publicitaria
de Protección en el Folio de Matricula Inmobiliaria 062-732 de acuerdo a lo
establecido en el artículo 2.15.1.4.1 del decreto 1071de 2015, dicha medida la
cual hubiese evitado el negocio jurídico que mi apadrinado realizo en el año
2016, y no estuviese ocasionado un perjuicio actualmente a mi poderdante.

6. SOBRE EL HECHO No3.2.5: Es cierto así lo acreditan las pruebas y los


documentos presentados por la Unidad de Restitución al momento de
presentar la solicitud.

7. SOBRE EL HECHO No 3.2.6: Es cierto así lo acreditan las pruebas y los


documentos presentados por la Unidad de Restitución al momento de
presentar la solicitud.
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De lo anterior se puede concluir que:

1. Los hechos que según manifestación del solicitante desencadenaron su


desplazamiento forzado, no guardan relación temporal con la venta del predio
hoy solicitado en restitución, pues afirma haber sido desplazado en el año 1996
y la venta o el negocio jurídico se dio en el año 2007, sin embargo mi
poderdante solo vino a adquirir la propiedad de dicho inmueble en el año
2016, sin que existiera ninguna restricción o medida que impidiera la
transacción del precitado bien rural, negocio que se efectuó con una persona
distinta a la que hoy solicita la restitución jurídica y material del predio
denominada VILLA MARGOTH.

2. En consecuencia, es evidente que la venta efectuada, según el dicho del


solicitante y según corrobora los documentos aportados por la Unidad de
Restitución en esta solicitud, la venta del bien inmueble objeto de la demanda
se realizó diez (10) años después de que el solicitante afirma haber sido
víctima de desplazamiento forzado el señor, no guarda relación de causalidad
con la situación de violencia referida por el mismo solicitante, pues hay un
lapso de 10 años entre los hechos y dicho negocio jurídico, más aun la
compraventa efectuada por mi poderdante se realizó veinte (20) años después
del referido hecho de violencia.

3. Mi poderdante, no tuvo relación directa ni indirecta con los hechos que según
el solicitante le determinaron a abandonar el predio, que no ejerció fuerza o
coacción alguna para la venta, que el negocio jurídico realizado estuvo ajustado
a la normatividad legal, lo que permite colegir su buena fe.

III. BUENA FE EXENTA DE CULPA DEL OPOSITOR.

Con fundamento del presente acápite nos permitimos exponer los apartes
jurisprudenciales que en la materia señala la sentencia C- 330/16 a fin de desarrolla el
contenido de la buena fe simple y cualificada en el proceso de restitución de tierras.

Parámetro de Interpretación.

En este acápite, en primer lugar, se revisará la forma en que nuestro sistema


constitucional ha entendido la figura de la buena fe en general y la buena fe exenta de
culpa, en particular y especialmente, la manera como se ha perfilado el contenido de
este estándar en el marco transicional de la ley 1448 del 2011, y dentro de los
procesos de restitución de tierras.

El principio de buena fe encuentra su reconocimiento constitucional en el artículo 83,


superior que dispone que “Las actuaciones de los particulares y de las autoridades
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públicas deberán ceñirse a los postulados de la buena fe, la cual se presumirá en todas
las gestiones que aquellas adelanten antes estas”.

En estos casos la corte ha destacado la proyección que la buena fe ha adquirido y,


especialmente su función integradora del ordenamiento y reguladora de las relaciones
entre los particulares, y entre estos y el estado.

Nuestro ordenamiento constitucional y especialmente el régimen civil han


desarrollado el concepto de buena fe como mandato constitucional general, la figura
de buena fe simple, la cual equivale obrar con lealtad, rectitud, y honestidad, es lo que
se exige normalmente a todas las personas en todas sus actuaciones.

El código civil al referirse a la adquisición de la propiedad, la define en el artículo 768


como la conciencia de haberse adquirido el dominio de la cosa por medio legítimo,
exentos de fraude, y de todo otro vicio.

Esta buena fe se denomina simple, por cuanto, si bien surte efecto en el ordenamiento
jurídico, estos sólo se consisten en cierta protección que se otorga a quien así obra.

De otra parte, en diferentes escenarios, también opera lo que se ha denominado buena


fe cualificada o exenta de culpa. Al respecto dicho tribunal ha expresado:

“Esta buena fe cualificada, tiene la virtud de crear una realidad jurídica o dar por
existente un derecho o situación que realmente no existía. La buena fe creadora o
buena fe cualificada, interpreta adecuadamente una máxima legada por el antiguo
derecho moderno: “Error communis facit jus, y que ha sido desarrollada en nuestro
país por la doctrina desde hace más de cuarenta años, precisando que “Tal máxima
indica que si alguien en la adquisición de un derecho o de una situación como un error
o equivocación, y creyendo adquirir un derecho o colocarse en una situación jurídica
protegida por la ley, resulta que tal derecho o situación no existen por ser meramente
aparentes, normalmente y de acuerdo con lo que se dijo al exponer el concepto de la
buena fe simple, tal derecho no resultará adquirido. Pero si el error o equivocación es
de tal naturaleza que cualquier persona prudente y diligente también lo hubiera
cometido, por tratarse de un derecho o situación aparentes, pero en donde es
imposible descubrir la falsedad o no existencia, nos encontramos forzosamente, ante
la llamada buena fe cualificada o buena fe exenta de toda culpa”.

De lo anterior puede extraerse algunas diferencias entre la buena fe simple y la buena


fe exenta de culpa. Si bien es cierto que en los dos eventos se parte del supuesto de
que la persona obró con lealtad, rectitud y honestidad, la buena fe simple se presuma
de todas las actuaciones o gestiones que los particulares realizan ante el estado, de ahí
que sea éste quien deba desvirtuarla. Por su parte, la buena fe exenta de culpa exige
ser probada por quien requiere consolidar jurídicamente una situación determinada.
Así, la buena fe exenta de culpa exige dos elementos: De un lado uno subjetivo, que
consiste en obrar con lealtad y de otro lado uno objetivo, que exige tener la seguridad
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en el actuar, la cual solo puede ser resultado de la realización de actuaciones positivas


encaminadas a consolidar dicha certeza.

En relación con el tema que ocupa la atención de la corte, vale decir que la aplicación y
la interpretación de la buena fe exenta de culpa a que se refiere la ley de víctima y
restitución de tierras en los artículos demandados se circunscribe a la acreditación de
aquellos actos que el tercero pretenda hacer valer en relación con la tenencia, la
posesión el usufructo, la propiedad o dominio de los predios objeto de restitución.
Estos actos pueden ser, entre otros, posesiones de facto, negocios jurídicos de carácter
dispositivo o situaciones que tienen origen en órdenes judiciales o actos
administrativos. La comprobación de la buena fe exenta de culpa lleva a los terceros a
ser merecedores de una compensación, como lo dispone la ley 1448 del 2011.

En ese sentido la regulación obedece a que el legislador, al revisar las condiciones de


violencia generalizada que se dieron en el marco del conflicto armado y que
originaron el despojo, halló un sinnúmero de modos de dar apariencia de legalidad a
los actos de usurpación y despojo y, en consecuencia, previó medidas estrictas hacia
los opositores, dirigidas a evitar una legalización basada en tres factores inadmisibles
constitucionalmente: el aprovechamiento abusivo de las condiciones de violencia, que
viciaron el consentimiento jurídico de las víctimas, la corrupción, que puso parte de la
institucionalidad al servicio de los despojadores, y el formalismo del derecho, que
favoreció a la parte más poderosa en el ámbito administrativo y judicial.

En ese mismo sentido la corte constitucional en sentencia C-795 /14, señaló en sus
apartes jurisprudenciales el derecho que le asiste a la víctima y al opositor o tercero
de buena fe exenta de culpa enfatizando al respecto:

Lo anterior no es óbice para dejar de señalar que los terceros de buena fe exenta de
culpa deben ser respetados y restablecidos en sus derechos, de manera adecuada,
efectiva y rápida. En esa medida, el valor de las compensaciones que decrete la
sentencia a favor de los opositores que probaron la buena fe exenta de culpa dentro
del proceso de restitución, debe ser pagado con la inmediatez y eficacia requerida por
el fondo de la UAEGRTD.

Según se ha explicado los opositores de buena fe exenta de culpa también gozan de


protección constitucional de sus derechos. En este sentido, disponen de las garantías
procesales que les ofrecen la constitución y la ley en orden a la obtención de una
compensación justa y oportuna. Los operadores judiciales y el estado deben contar
con los mecanismos necesarios para la cumplida ejecución de la sentencia que obligue
a compensar el daño sufrido, reparación que ha de efectuarse de manera plena y
efectiva.
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Aterrizando al caso en concreto, se afirma con total seguridad que el señor IVAN
DARIO GALVAN LARA, cuando hizo el negocio de compraventa del predio VILLA
MARGOTH, a la señora ANA LUCIA MONTOYA ESCOBAR, identificada con CC.
No.43.724.754 expedida en Envigado - Antioquia, cuando firmó escritura o adquirió
el predio denominado VILLA MARGOTH, identificado con el folio de Matricula
Inmobiliaria No 062-732, actuaron bajo los parámetros de la buena fe exenta de
culpa, en sentido que, además, de haber actuado correctamente por ser ambos
personas conocidas en la zona, consistiendo en verificar que el predio se encontrara
en total orden y que para la fecha el predio no tenía ningún problema jurídico, por lo
que se procedió a la compraventa en el año 2016, del inmueble VILLA MARGOTH y
luego a su legalización y a la celebración del acto jurídico de tradición con
consentimientos de las partes en el año 2017.

Su señoría, en síntesis, mi representado actuó con buena Fe exenta de culpa. Prueba


de ello radica en el hecho que el señor ISAIAS ALVIS PONCE:

1. Los hechos que según manifestación del solicitante desencadenaron su


desplazamiento forzado, no guardan relación temporal con el mismo, por él
solicitante data del año 1996 y la venta o el negocio jurídico se dio en el año 2007,
sin embargo mi poderdante solo vino a adquirir la propiedad de dicho inmueble en
el año 2016, sin que existiera ninguna restricción o medida que impidiera la
transacción del precitado bien rural, negocio que se efectuó con una persona
distinta a la que hoy solicita la restitución jurídica y material del predio
denominada VILLA MARGOTH.

2. En consecuencia, es evidente que la venta efectuada, según lo manifestado por


Unidad de Restitución en esta solicitud, la venta del bien inmueble objeto de la
demanda se realizó diez (10) años después de que el solicitante afirma haber sido
víctima de desplazamiento forzado el señor, no guarda relación de causalidad con la
situación de violencia referida por el mismo solicitante, pues hay un lapso de 10 años
entre los hechos y dicho negocio jurídico, más aun la compraventa efectuada por mi
poderdante se realizó veinte (20) años después del referido hecho de violencia.

3. No se configura en modo alguno un aprovechamiento abusivo de la situación


de violencia, por tanto no existe vicio en el consentimiento, pues en el negocio en
cuestión no existe un desequilibrio entre quien compra y quien vende, teniendo en
cuenta que quien realmente explota el predio y con quien realmente como viene
explicado se realizó la negociación.

4. Mi poderdante, no tuvo relación directa ni indirecta con los hechos que según
el solicitante le determinaron a abandonar el predio, que no ejerció fuerza o coacción
alguna para la venta, que el negocio jurídico realizado estuvo ajustado a la
normatividad legal, lo que permite colegir su buena fe.
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Ahora bien, unos de los requisitos elementales que deben estar presente en el marco
de un negocio jurídico, es la buena fe, pues bien, en el marco de los negocios jurídicos
que se suscitan sobre un bien inmueble objeto de solicitud de restitución de tierras,
esta buena fe se califica, en el sentido de requerirse que se pruebe, más allá de una
buena fe como comúnmente se conoce, una buena fe exenta de culpa. Frente a su
acreditación ha señalado la corte constitucional en reiteradas oportunidades que la
misma se demuestra no solo con la conciencia de haber actuado correctamente, sino
también con la presencia de un comportamiento encaminado a verificar la regularidad
de la situación. Se trae a colación la sentencia C- 740/2003 en la que se reiteró la
distinción entre la buena fe simple y la buena fe cualificada.

Lo anterior demuestra su señoría, en la constitución política del 1991, convoca a que


las instituciones públicas y la sociedad en general crean en la manifestación que hacen
los particulares.

Especialmente, en la restitución de tierras aplica este principio, es decir, quien haya


comprado o adquirido un predio sin saber que este fue objeto de despojo o que
existían personas desplazadas del mismo, que se pagó fue el justo precio para la
época, se puede decir que obró de buena fe. Por lo tanto, tiene derecho a que el estado
lo compense en dinero si el predio le es restituido a la víctima.

Claro está, es este cuerpo colegiado especializado en restitución de tierras quien,


mediante una sentencia, determine dicha compensación.

IV. SEGUNDOS OCUPANTES.

El concepto de “segundo ocupante” en el contexto de la justicia transicional

En un Informe presentado en noviembre de 2014 por De justicia y el Observatorio de


Tierras, titulado “Diálogo sobre segundos ocupantes”, se da cuenta de la extensión y
complejidad que representa el fenómeno de los segundos ocupantes en Colombia:

“La presencia de segundos ocupantes, lejos de constituirse en un hecho aislado,


representa la evidencia de las complejidades de las dinámicas del conflicto en nuestro
país, pues no solo se trató de situaciones en donde, desde distintos intereses y actores
(armados o no) se ejerció el control del territorio a través de la usurpación de
propiedades o de la ocupación por vías de hecho de las tierras de quienes
tradicionalmente las habitaban. También se trató del entrecruce de esta situación con
condiciones históricas de inequidad, pobreza y otra serie de victimizaciones que
avocaron a campesinos sin tierra y a miles de familias desterradas, a negociar u
ocupar zonas que se encontraban aparentemente disponibles. En otras ocasiones –
estas tal vez en menor número - se trató de eventos donde una persona con un
pequeño capital, con los ahorros de su vida o a manera de inversión compró predios
sin tener conocimiento de los hechos que estuvieron detrás de la venta por parte de
los propietarios originales.
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Protección a segundos ocupantes. Como se dijo, las garantías a terceros de buena fe


que vienen ocupando o explotando terrenos, en el contexto de la Ley 1148 de 2011,
han sido defendidas por la Corte Constitucional (sentencia C-330 de 2016, En el
análisis de vulneración a derechos humanos de las víctimas, dichas garantías pueden
ser aplicadas a las víctimas en los incidentes de justicia y paz, a pesar que la Ley 1592
de 2012.

Es preciso que en uso de las especiales competencias concedidas en la Ley 1592 de


2012 y la Constitución Política, los funcionarios judiciales competentes tomen las
medidas adecuadas y necesarias para asegurar el fin constitucional imperioso de
asegurar el goce efectivo del derecho, hasta donde sea posible, a las víctimas del
conflicto armado.

Reitera lo dicho en la sentencia C-330 de 2016, al establecer que los segundos


ocupantes son beneficiarios de medidas de asistencia y atención cuando se demuestre
que se encuentran en condición de vulnerabilidad.

La Ley 1448 de 2011, a lo largo de su Título IV, Capítulo III, consagra como medida
preferente del derecho a la reparación integral, en caso de despojo y abandono
forzado, la restitución jurídica y material de tierras a favor de propietarios,
poseedores y ocupantes, que se han visto privados arbitrariamente de estos derechos,
con ocasión del conflicto armado interno. En relación con los estándares
internacionales vigentes en materia del derecho fundamental a la restitución de
tierras, la Corte en Sentencia C-715 de 2012 consideró lo siguiente:

“En consonancia con lo anterior, los estándares internacionales sobre el derecho a la


restitución de las víctimas como componente preferente y principal del derecho a la
reparación integral se desprenden algunos principios que deben orientar la política
pública en materia de restitución a víctimas, tales como:

(i) La restitución debe establecerse como el medio preferente para la reparación de


las víctimas al ser un elemento esencial de la justicia sustitutiva.

(ii) La restitución es un derecho en sí mismo y es independiente de que se las víctimas


despojadas, usurpadas o que hayan abandonado forzadamente sus territorios
retornen o no de manera efectiva.

(iii) El Estado debe garantizar el acceso a una compensación o indemnización


adecuada para aquellos casos en que la restitución fuere materialmente imposible o
cuando la víctima de manera consciente y voluntaria optare por ello.

Ahora, tal como se ha anticipado, la dificultad surge precisamente en los criterios


judiciales a considerar para determinar la calidad de segundo ocupante como sujeto
de atención estatal. Como es sabido, el opositor acude al proceso con el fin de discutir
la titularidad del predio y de demostrar la buena fe exenta de culpa que amparó su
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actuación al momento de asentarse en el mismo. Probar la “buena fe exenta de culpa”,


se reitera, fue la solución que el legislador adoptó como consecuencia del profundo y
detallado entendimiento de los hechos que caracterizaron los círculos de violencia por
la tierra, justificación que, a juicio de la Sala, entraña un alto valor jurídico y demanda,
de todos los operadores judiciales, mantener y blindar aquél estándar probatorio.

Las anteriores apreciaciones se aclaran ante las circunstancias especialísimas de


haber obrado con transparencias y lealtad, corroborando que se actuó de manera
legal y diligente, realizando toda las averiguaciones de rigor relacionadas con la
tradición del inmueble, toda vez que al momento del negocio jurídico no existía
limitación alguna que permitiera advertir algún tipo de anormalidad, pues nunca hubo
reclamo alguno relacionado con el predio, solicitud pendiente, requerimiento,
inscripción o demanda que permitiera inferir que dicho fundo estuviere afectado por
el conflicto armado acaecido en la zona.

Es por ello que, bajo los presupuestos procesales expuestos, la jurisprudencia ha


entendido, entonces que la buena fe exenta de culpa es creadora de derecho y ha
protegido el derecho así obtenido, dándole prioridad a la apariencia a creencia de
tener legítimamente el derecho sobre la realidad. (Sentencia C 1007, 2002 Corte
Constitucional). En conclusión, cuando media buena fe exenta de culpa, la persona no
pierde su derecho a la propiedad.

Sobre las implicaciones que tiene el requisito de que los hechos hayan ocurrido con
ocasión del conflicto armado, la Corte Constitucional precisó en la sentencia C – 253 A
de 2012, quedando siempre claro que los destinatarios de la protección establecida en
la norma solo cobijan a quienes hayan sufrido daños con ocasión del conflicto armado,
y así mismo este daño haya influido en el abandono o despojo de sus tierras,
circunstancia que no se da en este caso:

La Ley dispone que son víctimas aquellas personas que individual o colectivamente
hayan sufrido un daño por hechos ocurridos a partir del 1 enero de 1985, como
consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones
graves y manifiestas a las normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas
con ocasión del conflicto armado, definición ésta con un alcance operativo que se
orienta a fijar el universo de los destinatarios de las medidas especiales de protección
previstas en la ley, en la que también se parte de un reconocimiento de la dignidad de
todas las personas que han sufrido las consecuencias del conflicto armado interno.

En el contexto colombiano, la atención de los segundos ocupantes cobra una gran


relevancia, dado que ha evidenciado la prevalencia de una serie de tensiones que dan
cuenta de la complejidad de las relaciones agrarias, que se configuran a partir de la
confluencia de factores de violencia y desigualdad estructural de carácter económico y
social y que requieren de una atención integral por parte del Estado. De igual forma,
se ha logrado constatar que esta población presenta algunos rasgos comunes: como
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ser familias nucleares o extensas que han invertido sus recursos o ahorros en predios
objeto de restitución y que lo usan como medio de obtención de un patrimonio
familiar, de igual forma se ha encontrado población con un perfil claramente definido
de vulnerabilidad social, algunos se reconocen como resistentes al conflicto armado.
Muchos de estos compraron predios a sus vecinos, familiares o amigos en contextos
de violencia, también se cuentan víctimas del conflicto armado, incluso algunos han
sido víctimas de despojo expulsados de otros predios diferentes al ocupado. En
general, de la misma manera como ocurre con el total de la población víctima del
conflicto armado, en estos casos se halla un alto porcentaje de niños, niñas,
adolescentes, mujeres y personas mayores.

Bajo este escenario, se considera que la justicia transicional civil, desarrollada por la
Ley 1448 de 2011, además de un propósito enmarcado dentro de la justicia correctiva,
que propende por la reparación de las víctimas de despojo o abandono de tierras,
tiene también potencialidad para contribuir al logro de la superación de injusticias
sociales y promover transformaciones democráticas, y de esta forma colaborar en la
consecución de los objetivos de la denominada justicia distributiva o justicia social. La
justicia transicional implica la presunción de buena fe de la víctima y establece un
estándar probado alto – demostración de la buena fe exenta de culpa- para los
posibles victimarios y/o personas que en aprovechamiento a la situación de
desplazamiento y violaciones a los derechos humanos hayan adquirido sus predios y
saquen provecho de los mismos. Sin embargo, la Unidad de Restitución de Tierras
reconoció que, en algunos casos, este alto estándar probatorio es difícilmente
alcanzable para personas que sean a su vez víctimas o se encuentren en estado de
vulnerabilidad y de especial protección constitucional. En estos casos el Estado debe
protegerlas de que un fallo de restitución afecte sus derechos fundamentales. Entre
los derechos fundamentales que deben ser protegidos se encuentra el del debido
proceso, consignado en la Constitución Política en el artículo 29 y el derecho la
igualdad en su doble faceta: la no discriminación por los llamados “criterios
sospechosos” por la Corte Constitucional, como raza, sexo y otros, y el deber estatal de
adoptar medidas a favor de grupos discriminados o marginados y aquellos que se
encuentren en estado de debilidad manifiesta (artículo 13), denominados segundos
ocupantes. Es en este contexto que la Unidad de Restitución de Tierras, con el fin de i)
garantizar la sostenibilidad del retorno y los objetivos de la restitución con vocación
transformadora, ii) prevenir la conflictividad social que pueda suscitar el fallo de
restitución entre los beneficiarios solicitantes de restitución y los segundos ocupantes
de buena fe que no fueron objeto de compensación; iii) garantizar en el transcurso de
la acción de restitución, la protección e integridad de las partes involucradas; iv)
promover las condiciones para que tanto la restitución de tierras o la compensación,
como el posible retorno de las víctimas solicitantes, contribuyan a la superación de las
condiciones históricas de vulnerabilidad que enfrentan las comunidades involucradas;
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v) identificar las problemáticas más urgentes de las comunidades afectadas con el


proceso de restitución para priorizar acciones interinstitucionales encaminadas a la
intervención y superación de las mismas, ha decidido implementar el enfoque de
acción sin daño para atender la situación de los segundos ocupantes durante la acción
de restitución de tierras.

Ahora bien, frente al requisito de que los hechos alegados hayan tenido lugar en el
marco del conflicto armado, resulta preciso explicar que el señor ISAIAS ALVIS PONCE
en declaración rendida ante la Unidad de restitución de tierras afirmo que su
desplazamiento se realizó en el año de 1996 y el negocio jurídico de compraventa se
celebró en el año 2007, con la señora ANA LUCIA MONTOYA ESCOBAR, mediante
escritura pública No. 702 del 28 de Diciembre del 2007 en la Notaria Única de San
Jacinto-Bolívar, posteriormente mi apadrinado efectúa la compra venta del predio
reclamado en Restitución el 30 de Diciembre del 2016 mediante escritura pública No.
377,en este mismo instrumento se protocolizo la resolución No. 009 del 22 de
noviembre de 2016, emanada del Comité Territorial de Justicia Transicional de San
Jacinto-Bolívar, por medio del cual se autorizó la venta del predio denominado VILLA
MARGOTH, a favor de mi apadrinado IVAN DARIO GALVAN LARA.

El predio VILLA MARGOTH, ha sido explotado económicamente por mi apadrinado y


su familia, desde el año 2016 cuando tomo posesión del predio en donde se tiene
pastar el ganado, con pequeña ganadería.

Su señoría, está más que decantado que la venta del predio VILLA MARGOTH, tuvo
lugar en el año 2007, no fue producto del conflicto armado u ocasión al mismo, ni
forzado por las mencionadas circunstancias, la misma no guarda relación de
causalidad con la situación de violencia referido por el mismo solicitante. Dado que el
señor ISAIAS ALVIS PONCE , afirma en su declaración el hecho victimizante data del
año 1996, y el negocio jurídico se dio 10 años después, es decir en el año 2007.

Su señoría, las garantías a los intervinientes en el proceso de restitución, constituye la


paz, siendo uno de los propósitos fundamentales del derecho internacional al estar
prevista en el preámbulo y varias disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas
(1945); en el preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948); en
el preámbulo de la Carta constitutiva de la Organización de Estados Americanos
(1948); en los pactos internacionales de Derechos Civiles y Políticos, y de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (1966). De ahí que pueda considerarse como la
“ausencia de conflictos o enfrentamientos violentos (núcleo mínimo), como efectiva
armonía social proveniente del pleno cumplimiento de los mandatos de optimización
contenidos en las normas de Derechos Humanos (desarrollo máximo) o como la
atenuación de los rigores de la guerra y la “humanización” de las situaciones de
conflicto (Derecho Internacional Humanitario).
14

FUERZA VICIOS DE CONSENTIMIENTO.

SENTENCIA C-345/17 Corte Constitucional.

FUERZA COMO VICIO DEL CONSENTIMIENTO-Características y elementos para su


configuración

De las consideraciones de la Corte Suprema se desprende (i) que la fuerza se


encuentra constituida por un hecho externo que genera en su destinatario un temor o
miedo de tal naturaleza, que lo obliga a enfrentarse a un conflicto entre actuar como
se lo requieren, o verse afectado por el mal que se le está causando o con el cual se le
está amenazando. A su vez, (ii) la configuración de la fuerza como evento anulatorio
requiere de la combinación de dos elementos. Un elemento fáctico relativo a la
intensidad de la actuación que se acusa como violenta, de manera que ella debe
producir una impresión suficientemente fuerte atendiendo las condiciones de quien la
padece. Y un elemento valorativo que impone determinar si la actuación que se acusa
resultó injusta. En esa dirección, la doctrina ha destacado que este vicio en su
resultado implica un “temor que sobrecoge a la víctima y que la lleva a optar por una
determinada disposición de sus intereses, en razón del miedo que le infunde la
amenaza injusta de sufrir un mal grave, inminente e irreparable, que la hiere en su
integridad personal y le ocasiona sufrimiento”. Conforme a ello se ha advertido en el
pasado que dicho vicio “realmente no excluye el consentimiento, porque aquél contra
quien se ejerce puede no consentir sufriendo el mal con que se le amenaza o
exponiéndose a sufrirlo, pues generalmente la amenaza no es sino una intimidación.

FUERZA COMO VICIO DEL CONSENTIMIENTO-Exclusión de violencia física

Es importante resaltar que no se encuentra comprendida por la fuerza como vicio del
consentimiento la violencia física, es decir, la “que reduce el brazo de la víctima a un
puro agente mecánico, ya que dichas violencias excluyen de hecho el consentimiento y
reducen el contrato a una sombra sin ninguna subsistencia jurídica”. En estos casos lo
que ocurre es que el consentimiento ni siquiera existe y, por tanto, no puede afirmarse
que este viciado. Debido a tal circunstancia, la doctrina ha advertido que “la
declaración emitida por efecto de violencia física no es jurídicamente una declaración
y, por consiguiente, el consentimiento, que es el resultante de las declaraciones de
voluntad, no puede considerarse jurídicamente formado”. Cuando esta circunstancia
se presenta no se satisface una de las condiciones de existencia del negocio jurídico y
por ello la doctrina ha destacado que “la fuerza física, por implicar ausencia de
consentimiento, acarrea la nulidad absoluta e incluso la inexistencia del acto
celebrado bajo su imperio”. Se trata entonces la fuerza de un caso de presión
sicológica.
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En el caso concreto no se configura en modo alguno vicios de consentimiento pues en


el negocio en cuestión, no existe amenaza alguna o hechos externos los cuales generen
temor al vendedor, hay que tener en cuenta que el solicitante manifestó haberse
desplazado en el año de 1996 y el negocio jurídico se efectuo 10 años después, es
decir existe un lapso de tiempos suficientemente amplios, entre los hechos narrados y
la compra venta del predio. por lo cual toma fuerza la tesis de que no existe un nexo
causal de la venta con el conflicto armado”.

A raíz de lo anterior, y si en gracia de discusión su despacho considera que el


solicitante tiene derecho a la restitución del predio, le solicitamos que al haber
actuado mi representado bajo el principio de la buena fe exenta de culpa, se le
conceda el pago de la compensación de que trata el artículo 98 de la ley 1448 /2011,
concordante con el literal R del articulo 91de esta misma norma.

Con fundamento en los argumentos expuestos, de la manera más respetuosa le


presentamos las siguientes peticiones no sin antes oponernos de manera rotunda a
cada una de las pretensiones incoadas por la parte solicitante por considerar las
mismas improcedentes al no estar debidamente demostrada la relación de causalidad
con los hechos denunciados con el presunto Despojo del que alega haber sido víctima.

De consideración con los argumentos expuestos se interponen ante su despacho las


siguientes.

PRETENSIONES

1. Negar la protección del derecho fundamental de restitución de tierras incoada


por el señor ISAIAS ALVIS PONCE, en su condición de víctima de despojo respecto del
predio denominado VILLA MARGOTH al considerar que no se cumple los requisitos
establecidos en los artículos 77 de la ley 1448/2011.

2. Como consecuencia de lo anterior, ordenar el levantamiento de las medidas


preventivas y cautelares inscritas en el folio de matriculo No 062- 732 de la oficina de
instrumentos públicos del El Carmen de bolívar, relacionada con el proceso en
referencia.

3. De encontrar procedente el derecho a la restitución de tierras despojadas y/o


abandonadas a favor del señor ISAIAS ALVIS PONCE, declarar probadas las
excepciones de buena fe exenta de culpa, reconociendo en su efecto al mencionado
opositor, el derecho a la compensación de que trata el artículo 98 de la ley 1448/2011,
al considerar que convergen los requisitos de procedibilidad establecidos en la ley y la
jurisprudencia aplicable al caso.
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PRUEBAS Y ANEXOS.

ANEXOS.

1. Copia del poder.

2. Documentos relacionados en el acápite de pruebas.

PRUEBAS.

Documentales.

1. Copia cedula de ciudadanía de IVAN DARIO GALVAN LARA CC. No 1.143.424.039 de


Barranquilla.

2. Contrato Promesa de Compraventa.

3. Copia de Escritura Publica No. 377 del 30 de Diciembre de 2016.

4. Copia de Resolución No. 009 del 22 de Noviembre de 2016 de la CTJT.

5. Folio de matrícula inmobiliaria No 062- 732 de la oficina de instrumentos públicos del


El Carmen de Bolívar.

6. Folio de matrícula inmobiliaria No 062- 28676 de la oficina de instrumentos públicos


del El Carmen de Bolívar.

7. Las demás aportadas por la Unidad de Restitución de Tierras y que reposan en el


expediente.

OFICIAR:

Solicito muy respetuosamente:

1. Oficiar a la Unidad de Restitución de tierras para que remita los actos


administrativos mediante los cuales se decidió darle tramite a la solicitud presentada
por el señor ISAIAS AKLVIS PONCE , que guardan relación con el predio solicitado en
restitución, y la misma tiene el carácter de reservado.

AVALUO.

Decretar oficiosamente por parte de su honorable despacho, y a órdenes del instituto


geográfico Agustín Codazzi el avaluó comercial del predio “VILLA MARGOTH”,
identificado con matricula No 062- 732 y cedula catastral No
136540000000000020098000000000, Ubicado en el departamento de Bolívar
municipio de San Jacinto en nombre del señor IVAN DARIO GALVAN LARA,
certificando además valor comercial de la hectárea del predio. Así mismo el estudio
técnico catastral de ubicación, el avaluó de las mejoras plantadas en al predio,
coordenadas, extensión y linderos del predio en mención, de conformidad a lo
establecido en la ley 1448/2011.
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INTERROGATORIO DE PARTE.

1. Decretar el interrogatorio de parte del señor IVAN DARIO GALVAN LARA,


identificado con CC. No 1.143.424.039; la señora ANA LUCIA MONTOYA ESCOBAR,
identificada con CC. No 43.724.754, quienes podrán ser citados por conducto de este
apoderado judicial o en la dirección del domicilio suministrado en la demanda, a fin
de que absuelvan bajo juramento las preguntas que en su momento formularé y que
guardan relación con los hechos plasmados en la solicitud de restitución de tierras.

NOTIFICACIONES.

Para efecto de notificaciones las recibo en la ciudad de barranquilla en la calle 39 No


43-123 edificio las flores piso 10 oficinas I -11. Email de notificaciones
[email protected] Tel. 035+3353553. Móvil. 3016482527.

Atentamente,

JUAN DAVID ORTEGA JIMENEZ.


CC. No 8.507.962 Soledad.
T.P No 174317 del C.S. de la J.

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