Modulo 3. Violencia de Genero
Modulo 3. Violencia de Genero
Modulo 3. Violencia de Genero
Conocer la relación que existe entre los tipos de violencia específica como es la violencia de
género y la forma en que ésta vulnera a los Derechos Humanos.
Introducción
Uno de los factores que ha impedido que la violencia de género se erradique, es la falta de
reconocimiento como un problema social que afecta no sólo a las mujeres sino a todo el
entramado social y que tiene graves consecuencias tanto en el ámbito público como en el
privado.
Como señalan Bosch y Ferrer: “Es evidente que en los últimos tiempos se ha producido un
cierto proceso de toma de conciencia social sobre la gravedad de la violencia contra las
mujeres y el gran obstáculo que ésta supone para la convivencia democrática entre hombres y
mujeres. Sin embargo, creemos que el problema aún dista mucho de estar resuelto. A pesar de
que la violencia de género no es en absoluto un fenómeno nuevo, su reconocimiento, su
visibilización, y, por tanto, el paso de ser considerada de una cuestión privada a un problema
social, sí es relativamente reciente”.
Estas autoras afirman que para considerar a la violencia de género como una problemática
social, es necesario no sólo el conocimiento teórico de ésta, sino construir un nuevo modo de
analizar sus causas y consecuencias. Es decir, una nueva lectura de todos los mecanismos que
subyacen a este modo de actuar, a estas prácticas históricas de violencia hacia las mujeres.
La violencia de género ha adoptado múltiples formas a lo largo de la historia. Unas son más
visibles que otras, aunque muy frecuentemente, las formas menos visibles han sido
particularmente perjudiciales por los mecanismos de los que se valen para entrar a la vida de
las mujeres sin ser identificadas. En este contexto, habrá que desentrañar una forma de
violencia que, por su condición de “invisible”, ha sido una de las más difíciles de desarticular:
la violencia simbólica.
De acuerdo a Bourdieu, la violencia simbólica es aquella que no se mira, que se inserta en las
relaciones de poder y que bajo esta condición de invisibilidad se vuelve difícil de identificar y
por lo tanto resulta profundamente efectiva.
Sin embargo, la violencia de género es ejercida en todas las sociedades bien en el ámbito de
la familia, la escuela o de la comunidad; no tiene barreras de clase, raza, educación, cultura,
edad[2].
Los principales factores determinantes de la violencia de género son la relación desigual entre
hombres y mujeres y la existencia de la cultura de la violencia como un medio para resolver
conflictos[3].
Las relaciones de poder implican el sometimiento del más fuerte sobre el débil, proceso que
se inicia con la socialización y que en su mayoría es ejercida por un hombre o grupo de
hombres hacia una mujer o grupo de mujeres, y marca la forma en que se va creando
psíquicamente la identidad de un género.
Desde una perspectiva de género, la violencia obedece a múltiples factores, entre ellos a un
contexto sociocultural que la justifica, promueve o tolera y en esa medida contribuye a
marcar la desigualdad de las relaciones entre mujeres y hombres. Los prejuicios sociales, las
creencias, las ideas y las prácticas que se ostentan como naturales y como verdades
incuestionables acreditan la tendencia a devaluar a las niñas y a las mujeres, y a aceptar como
normal la discriminación hacia ellas. Cuando esa violencia se normaliza, es decir, cuando se
vuelve cotidiana, puede potenciarse y alcanzar niveles destructivos[4].
La violencia de género es aquella que sufren las mujeres por razones sexistas o basadas en su
género situada en el contexto del patriarcado que sostiene la inferioridad y subordinación de
las mujeres, y que no sólo es reproducida por hombres, sino también por algunas mujeres;
incluye a la violencia doméstica o intrafamiliar, así como a la violencia hacia las mujeres en
cualquier ámbito[5].
Los varones aprenden desde niños que la violencia forma parte de sus atributos como hombre,
difícilmente admiten su responsabilidad cuando recurren a ella y no la reconocen porque
desde niños se les ha estimulado a utilizarla para resolver sus conflictos. Así lo podemos ver
cuando los padres les dicen a sus hijos que se deben de defender con las manos si otro niño los
agrede, y más aún, cuando la utilizan para defenderse son premiados por sus padres o
hermanos mayores, sus abuelos y demás adultos con los que conviven. Esta violencia va
creciendo cuando los niños pasan a la adolescencia y pierden la empatía con los que agreden
pues no sienten el dolor y es esta falta de empatía uno de los problemas que impide la
reducción de la violencia en la sociedad[6].
Los principales modelos teóricos asumen que la violencia hacia las mujeres debido a su
pertenencia genérica, no es un problema explicable por disposiciones biológicas, condiciones
de pobreza, cuestiones de tipo individual, alteraciones de la personalidad, etcétera. Es una
condición de relaciones de poder entre sexos manejada desde una perspectiva de
sometimiento, y como tal, las normas, costumbres, valores y asignación de jerarquías a los
roles de género que la sustentan, se refuerzan en todos los ámbitos, pero es dentro del seno
familiar donde se reproducen y se adquieren durante la infancia. De esta manera, los
antecedentes experimentados por la pareja en sus familias de origen, sí representan un factor
de probabilidad para reproducir estructuras similares en los hogares que forman.
Aun reconocidos pensadores como Hobbes, Locke y Rousseau plantearon una excepción para la
mujer, tratando de justificarla a partir de su “naturaleza débil”, razón por la cual señalaron
que debería quedar en una posición de subordinación en todo tipo de relación social que
mantuviera.
El impacto que esta problemática genera a nivel mundial es tan grande, que organizaciones
como Amnistía Internacional, señalan en referencia a la violencia de género, lo siguiente:
Con sustento en la información captada por la ENDIREH 2011, de un total de 24, 566,381
mujeres casadas o unidas de 15 y más años en el ámbito nacional, se registra que 11, 018,415
han vivido algún episodio de maltrato o agresión en el transcurso de su vida conyugal, cifra
reveladora de un alto índice de violencia de género, al representar cerca de la mitad de las
entrevistadas[10].
A continuación se mencionarán diversas definiciones que distintos autores han creado acerca
de la Violencia de Género, que nos brindarán un mayor entendimiento sobre este fenómeno en
particular.
La violencia de género se refiere a aquella violencia que hunde sus raíces en las definiciones y
relaciones de género dominantes en una sociedad. Desde este enfoque se pueden analizar
diferentes formas de violencia, incluidas algunas que no tienen como víctima directa a una
mujer pero que pueden explicarse, más adecuadamente, desde consideraciones de género.
La violencia contra las mujeres se entiende, entonces, como todo acto violento basado en la
pertenencia al sexo femenino, que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento
físico, sexual o psicológico para las mujeres, incluye las amenazas de tales actos, la coacción o
la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida
privada.
Las modalidades hacen referencia a las formas, manifestaciones o los ámbitos de ocurrencia
en que se presenta la violencia contra las mujeres, siendo las siguientes:
Violencia contra los Toda acción u omisión que limite o vulnere el derecho de
derechos reproductivos las mujeres a decidir libre y voluntariamente sobre su
función reproductiva, en relación con el número y
espaciamiento de los hijos, acceso a métodos
anticonceptivos de su elección, acceso a una maternidad
elegida y segura, así como el acceso a servicios de aborto
seguro en el marco previsto por la ley para la interrupción
legal del embarazo, a servicios de atención prenatal, así
como a servicios obstétricos de emergencia.
De manera especial, la violencia laboral tiene algunas particularidades que la distinguen del
resto de formas de violencia, y más aun partiendo desde una perspectiva de género.
De acuerdo con Escudero, se pueden distinguir tres tipos diferentes de violencia laboral[13]:
De acuerdo a los resultados de la ENDIREH 2011, de todas las mujeres de 15 años y más que
alguna vez han trabajado, 14.9% declararon haber pasado por alguna de estas situaciones: les
han solicitado el certificado de ingravidez como requisito para su ingreso al trabajo, o por
embarazarse las han despedido, no les renovaron contrato o les bajaron el salario, no obstante
que la legislación laboral lo prohíbe[14].
FEMINICIDIO
El tipo de violencia feminicida es punto de especial atención, ya que es el más extremo tipo
de violencia que puede existir hacia la mujer, todo esto desde una perspectiva de género.
El feminicidio se entiende como un fenómeno social, cultural y político que atenta contra la
vida de las mujeres, es decir, es el asesinato de mujeres por parte de hombres que las matan
por el hecho de ser mujeres. Los feminicidios son asesinatos motivados por la misoginia y
expresan situaciones extremas de violencia contra las mujeres y niñas con diversas formas de
humillación, abandono, terror, maltrato físico y emocional, hostigamiento, abuso sexual,
incesto, entre otros[15].
Durante más de una década, Ciudad Juárez y Chihuahua mantuvieron la mirada nacional e
internacional debido a los casos de mujeres asesinadas y desaparecidas en estas ciudades,
donde se destaca la gran impunidad del aparato de justicia. Sin embargo, actualmente la
problemática del feminicidio ya no sólo se circunscribe a esa entidad.