3ENG-022 - Julie Edith

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EL BAILE POPULAR CUBANO COMO GENERADOR DE

PROCESOS INTERCULUTURALES EN GUADALAJARA


Autora: Julia Edith Díaz Escobell
Ponencia presentada en el Tercer Encuentro Nacional de Gestión Cultural realizado en Mérida, Yucatán, México
entre los días 23 al 26 de octubre de 2018
PALABRAS CLAVE: cultura, identidad cultural, multiculturalismo, interculturalidad,
neoculturas urbanas, mestizaje cultural, hibridismo, migración, baile popular urbano,
música caribeña, modelo del coste de desplazamiento.

La cultura es un sector esencial para generar un desarrollo económico más


sustentable, tanto económico como social, por medio de infraestructuras resilientes
que están arraigadas en las instituciones locales y se basan en la historia y los
conocimientos de las comunidades y de los pueblos (UNESCO, 2016).

La identidad cultural es una riqueza que dinamiza las posibilidades de realización


de la especie humana, al movilizar a cada pueblo y a cada grupo para nutrirse de
su pasado y acoger los aportes externos compatibles con su idiosincrasia
(UNESCO, 1982), se transforma en un proceso constante de construcción,
formación y reformulación sin presentarse como una identidad estable (Coelho,
2009), especialmente en las ciudades donde se han dado grandes procesos
migratorios, pues es en las grandes ciudades donde se gestan las matrices
culturales y los procesos de mezcla y mestizaje (Ariel, 2007).

El multiculturalismo es un sinónimo de pluralidad o diversidad cultural, hace


referencia a la existencia de varias comunidades culturales en un mismo territorio o
entidad política (Díaz, 2009). El multiculturalismo no es un limbo donde sólo flotan
las identidades, sino que es un espacio en donde se juegan a fondo las diferencias,
pero no para eliminarse sino para su reconocimiento y aceptación (Ariel, 2007).
Dentro del multiculturalismo podemos avanzar hacia procesos de interculturalidad
donde ya se rompen las diferencias sociales entre los sujetos mediante una postura
abierta frente a los aportes de todos los participantes, sean académicos o el pueblo
en general (Sandoval, 2013).

Es importante reiterar que los procesos interculturales no son propios de la era de


la globalización pues son elementos constantes en la historia del país (Velasco,
2009). La diferencia entre multiculturalidad e interculturalidad radica en que la
multiculturalidad es un hecho y la interculturalidad es un proceso que puede ser en

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forma positiva o negativa, sin embargo debe ser equitativa para ser valiosa (Del Val,
2018).

México ocupa el octavo lugar en el mundo entre los países con mayor cantidad de
pueblos indígenas y es también, el primer país latinoamericano en reconocerse
como nación multicultural (Gálvez, Martínez & Flores, 2011).

El mestizaje cultural engloba los elementos culturales utilizados por los grupos
sociales, mestizaje e hibridismo se refieren a las diversas mezclas interculturales,
pues no existe expresión cultural o musical que no tenga algún rasgo de mestizaje
o hibridación (Jiménez López, 2016).

Ningún grupo se desarrolla en el aislamiento, todas las culturas y sus músicas son
frutos de mezclas y diálogos interculturales que se recrean y relacionan con los
sonidos y ritmos de otros pueblos, la música en América Latina ha estado marcada
por un complejo proceso de cambios, relaciones, mezclas y préstamos (Jiménez
López, 2016).

Alfonso Muños Güemes (2009) propone en Música y Patrimonio Cultural Intangible


en la Península de Yucatán el concepto de neoculturas urbanas, relacionándolas al
concepto de cambio cultural, que tiene que ver con la urbanización de migrantes
que se desplazan hacia los centros urbanos, partiendo de la premisa de que todo
grupo social produce cultura, generando manifestaciones inmateriales o materiales.

La tradición musical popular mexicana es muy rica pero en el México actual, a esta
tradición musical se mezclan los ritmos y sonidos de otras regiones y culturas del
mundo que, desarrollándose sobre todo en el medio urbano, amplían aún más el
mosaico de culturas musicales presentes en el país (Velasco, 2009).

La danza, junto con el canto y la música, son parte esencial de la cultura de los
sectores subalternos que expresan lírica, musical y corpóreamente el sentir popular.
Se convierten en parte integral de las identidades individuales y colecticas de estos
sectores sociales, y por consiguiente, del patrimonio cultural que los cohesiona
como grupo (Velasco, 2009).

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Jiménez López (2016) en Los géneros tradicionales en la música de fusión en
México menciona que se habla de una cultura hibrida cuando se han creado
bricolajes1 que encierran fragmentos, préstamos y mezclas en los que conviven no
sólo diversas culturas, sino expresiones que proceden de diferentes tiempos y
espacios.

Las migraciones conllevan a procesos de interculturalidad pues en ocasiones dejan


más su huella en la cultura donde se insertan. Así, la identificación que se establece
entre el evento musical y el receptor hace que sin importar su origen foráneo la
música, la canción y el baile pasen a formar parte de la memoria histórica colectiva
que con el tiempo se va enriqueciendo (Velasco, 2009).

Dentro de las grandes migraciones que México ha tenido no pueden pasar


desapercibidas las relaciones migratorias entre Cuba y México, pues estas se
remontan desde la época de la conquista y posterior a la colonización de ambos
países (Martín, 2005).

Los intercambios entre ambos países han sido bastos, pues durante el sistema
imperial existían tres puertos importantes: Cartagena de Indias, La Habana y
Veracruz, donde el intercambio de gente y mercancía era cotidiano (Sánchez, C. &
Del Risco I., 2017a).

Cuba -que siempre se ha caracterizado por ser un fuerte creador musical y


dancístico- ha influenciado y enriquecido a México en distintas áreas, sobre todo
culturales (Sánchez & Del Risco, 2014).

Los intercambios musicales y dancísticos han sido de gran importancia según la


información recopilada por Idalmis del Rico (2017), pues en el siglo XIX existió una
gran interacción de géneros musicales: la canción romántica mexicana tiene su
origen en la habanera, así como la existencia de una maternidad y paternidad del
danzón entre Cuba y México. La misma situación ocurrió con el bolero y con el

1
Una noción que se contrapone al accionar científico y vinculado más a los universos mitológicos, nos
remite a acciones pasadas para dar respuestas a situaciones actuales.

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tiempo, la trova yucateca y el bolero se mezclaron creando grandes boleristas
mexicanos.

Desde las primeras décadas del siglo XIX la tradición danzonera y sonera cubana,
generaron una sólida corriente musical en el puerto de Veracruz y en la península
de Yucatán, dando lugar a un estilo muy especial de tocar el danzón y el son, una
manera muy veracruzana o yucateca de “sonear” (Pérez & Pulido, 2011).

En la década de los años veinte del siglo XX se empezaron a introducir los ritmos
afroantillanos, comenzando a aparecer rápidamente en el cine y el cabaret, las
rumberas así como su género musical sirvieron como promotores de diversas
expresiones cubanas, que no tardaron en convertirse en estereotipos culturales
(Pérez & Pulido, 2011).

Estos nuevos géneros contribuyeron a la creación de una imagen en el cine de


personajes tan únicos como Cantinflas, Resortes, Tin Tan, además de las famosas
rumberas cubanas como Ninón Sevilla, Rosa Carmina, Amalia Aguilar, Yolanda
Montes, mejor conocida como La Tongolele y la mexicana Meche Barca (Sánchez
& Del Risco, 2014).

Los bailes afrocubanos circularon en la Ciudad de México durante los años de 1930
y 1950 en la vida nocturna, así como en el mundo del espectáculo. Los géneros más
escuchados eran el danzón, rumba, bolero, chachachá, guaracha y mambo,
interpretados por orquestas formadas por músicos mexicanos y cubanos como
Acerina y su Danzonera, Orquesta Aragón, Benny Moré, Dámaso Pérez Prado y
muchos otros (Carpio Pacheco, 2017).

Estos géneros dancísticos los denominamos bailes populares urbanos y son, como
dice Alberto Dallal (2007) en su libro Los elementos de la danza:

“Aquéllos que nacen en las ciudades y que surgen a partir de los impulsos colectivos
de sectores sociales que habitan en la urbe y que están aclimatados al sistema de
vida. Algo vital para su creación y propagación es el impulso natural de la sociedad
por hacer danza”.

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En México, se emplea la denominación generalizada de música tropical para
designar todo tipo de música (bailable por lo general) en la cual predomina la
influencia negra o caribeña. La historia de esta influencia caribeña forma un capítulo
importante en la evolución de la música popular en nuestro país y para ello Cuba
fue un pilar, gracias a ese paso obligado de los artistas y compositores cubanos por
el Puerto de Veracruz hacía la Ciudad de México (Moreno Rivas, 2008).

GUADALAJARA Y EL BAILE POPULAR CUBANO

Desde la década de los años treinta ya existían en Guadalajara varios locales donde
se bailaban diversos ritmos de moda. Sobre la avenida Calzada Independencia en
la colonia centro se encontraba el Salón México y por Álvaro Obregón se localizaba
el salón La Estrella. Cerca de ahí estaban El Batán, El Pajar y El Profundo (Delgado
Martínez, 2005).

César Delgado (2005) en el capítulo de Bailes populares, salones y academias en


el libro de Música y danzas urbanas comenta que lo que se bailaba era la música
llegada de Cuba o Estados Unidos, con ritmos como el danzón, charlestón,
chachachá, rock and roll, paso doble, rumba, guaracha y hasta tango.

Sin embargo el primer espacio para el deleite de la música cubana como bolero,
son y charanga -pues en aquél tiempo aún no se escuchaba la salsa-, se llamó El
Cubilete y estaba ubicado en la calle General Río muy cerca del centro histórico de
la ciudad. Se abrió en el año de 1905 por José Ramírez y es en este espacio donde
comienza el movimiento salsero que caracteriza a la ciudad de Guadalajara
actualmente.

Lupita Rivera una de las iniciadoras de este movimiento comenzó a bailar en El


Cubilete en el año 2001, cuando ella tenía la edad de 15 años. Comenzó como
bailarina solista y dentro de los coros junto con Rosalía de Cuba, quién traía muy
fuerte la religión yoruba. Rosalía se trajo a trabajar a este espacio a dos bailarines
cubanos, Vladimir y Anita, comenzando a realizar los primeros shows de cultura
afrocubana (L. Rivera, 24 de marzo de 2018).

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Es aproximadamente en el año 2001 cuando comienza a surgir el ambiente salsero
y comienzan a llegar videos de congresos realizados en Estados Unidos y Puerto
Rico pero enfocados en la salsa lineal, pues aún se conocía muy poco la salsa
cubana (mejor conocida como casino). Comenta Lupita Rivera:

“El Cubilete era el único lugar donde podías escuchar bolero, charanga, trova… todo
directo a la cultura cubana, los jueves, viernes y sábados el lugar estaba a reventar.
Pero era más bien un centro botanero para escuchar música cubana, asistía mucho
profesional que trabaja en el centro a tomarse un trago o fumarse el purito”.

En 1999 llegó un músico cubano llamado Iván Naranjo por un contrato con el Hotel
Fiesta Americana. Cuando llega a la ciudad se da cuenta de que no existía un
“mercado salsero” para él y que en cuestión de música cubana, sólo se contaba con
El Cubilete. Esta situación le impedía encontrar trabajo pues él se dedicaba a tocar
salsa, así que formó un grupo musical llamado Tres de Café con otros músicos
cubanos que ya estaban en la ciudad y comenzaron a incursionar con la música
cubana de una forma más contemporánea.

Con Tres de Café comenzó a tocar en bares y en cualquier lugar donde se le


permitiera, incluso de manera gratuita. En un intento por formarse un público
comenzó a dar clases de salsa cubana en diferentes academias e inició con
proyectos de danza en espacios abiertos para todo público.

Cuatro años después, un 17 de diciembre de 2003 se inauguró el Callejón de los


Rumberos, espacio que nace como propuesta de Iván Naranjo para que las
personas se reunieran a bailar. Formó un grupo de danza para realizar shows de
baile cubano pero no sólo el popular sino desde su raíz folclórica (I. Naranjo, 9 de
abril de 2017). Decidió formarlo con los cubanos que residían en la ciudad junto con
otros mexicanos que ya tenían tiempo incursionando en estos ritmos. El Callejón de
los Rumberos termina convirtiéndose en la “columna vertebral” del movimiento
salsero en Guadalajara.

Iván Naranjo decidió traerse bailarines de Cuba por medio de contratos de trabajo
y a esa primera generación se les conoció como La Vieja Guardia. También,

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implementó clases de baile dentro del espacio propiciando el conocimiento de
diferentes géneros dancísticos cubanos en la ciudad.

Uno de sus primeros integrantes de la Vieja Guardia llamado Yohandys Paez, al


terminar su contrato decidió abrir la primera academia de bailes populares cubanos
en la ciudad en julio del año 2011 llamada “¡A lo cubano!” (Y. Paez, 6 de abril de
2018) y hasta la actualidad es una de las academias más concurridas de la ciudad.

En la segunda generación de bailarines que trajo Iván Naranjo se repitió la historia:


Lonarys González abre su academia “Ashiré de cuba” en agosto del año 2013,
siendo esta la segunda academia en la ciudad y también bastanteconcurrida (L.
González, 4 de abril de 2018).

Nuevas personas iban incursionando en ritmos, se creaban competencias de rueda


casino2, se iban formando diferentes equipos para competir, se creaban nuevos
proyectos de baile, se abrían clases de salsa cubana en otros espacios y
comenzaba la apertura de nuevos centros nocturnos para el disfrute dancístico.

En el año 2014 El Cubilete se vio obligado a cerrar sus puertas debido a la fuerte
competencia que enfrentó ante nuevos espacios y la modernización de otros ya muy
arraigados en la cultura dancística de los tapatíos.

En el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad


de Guadalajara (CUCEA) se abrieron clases de salsa cubana y se creó un grupo
para las competencias de rueda llamado Macumba, fue aquí donde emergieron
personalidades destacadas para el desarrollo del ambiente dancístico urbano en la
ciudad, entre ellos los hermanos Montalvo, quienes buscando un lugar propicio para
ensayar recurrieron al camellón de Avenida Chapultepec pues lo consideraron el
lugar ideal por su céntrica ubicación.

2
A la salsa cubana se le llama casino pues consiste en que las parejas forman un círculo, donde al ejecutar
las diferentes figuras dancísticas se va avanzando a favor o en contra de las manecillas del reloj y se va
cambiando de pareja.

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A través de redes sociales se dio a conocer que el ensayo para el grupo se llevaría
a cabo en ese punto, pero debido a la llegada de diferentes interesados para
integrarse se les ocurrió seguirse viendo en ese punto constantemente para bailar.

El Ayuntamiento de Guadalajara les llamó la atención por hacer uso del espacio
público sin autorización y comenzaron con diferentes trámites para conseguirlo. Fue
hasta mayo del año 2012 que recibieron el apoyo de las autoridades locales y nació
Chapultepec Salsero, donde todos los lunes a partir de las 19:00 horas se da una
clase gratuita de salsa cubana, lineal, bachata, etc., y se continúa con un social
dancístico con la ayuda de un DJ donde las personas practican, conviven, aprenden
y bailan.

Gracias al apoyo del Ayuntamiento y a que los encargados de Chapultepec Salsero


han respetado las leyes y los acuerdos se les han concedido más permisos como
la realización de sus aniversarios y la Gran Rueda Casino donde todas las personas
involucradas en este ambiente se reúnen un día al año para crear todos juntos una
rueda casino gigante. Con meses de antelación todas las academias y grupos de
salsa casino trabajan en conjunto para hacer sus playeras y gorras con el logo del
evento y de la academia que representan, unifican las figuras y los estilos
dancísticos y se fijan los ensayos con todos los participantes.

El ambiente salsero ha crecido de manera considerablemente en la ciudad pues con


frecuencia se abren más espacios nocturnos, academias de baile y se crean
diferentes proyectos con el propósito de bailar y hacer crecer a la comunidad
dancística urbana.

Guadalajara actualmente cuenta con doce centros nocturnos para el disfrute del
baile, donde se ofrece orquesta en vivo los fines de semana; cinco sociales de
música cubana donde se juntan los integrantes de las diferentes academias para
bailar y practicar, doce academias especializadas en puros ritmos cubanos, sin
contar las academias de danza que ofrecen clases de salsa cubana como una oferta
extra.

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Algunas academias han sido abiertas por los mismos bailarines que terminan
contrato en el Callejón de los Rumberos y deciden independizarse o bien, alumnos
que se han formado desde el comienzo del ambiente salsero en la ciudad y
comenzaron a prepararse de forma independiente en otras ciudades o países.

Sin embargo lo más significativo es como los integrantes de este ambiente


dancístico van incorporando elementos culturales cubanos como el lenguaje, el
conocimiento o la práctica de su variedad de religiones, los gustos gastronómicos y
poco a poco se van enamorando de los diferentes elementos que integran la cultura
cubana.

No es raro asistir a un salón nocturno para bailar y que entre los mexicanos se
saluden con un ¡Asere que bolá!, el uso de las pulseras (íldes) o collares de la
religión yoruba, que se sienta afín a la ejecución no sólo de los bailes populares si
no de la raíz folclórica cubana en su diversidad de manifestaciones como danzas
de origen yoruba, palo monte, arará o abakuá; constantes viajes a Cuba para recibir
más clases y entrenamientos en cuestión dancística y la realización de una gran
variedad de talleres en la ciudad de folclore cubano.

Otra situación bastante significativa es el hecho de que los jóvenes que acuden a
estos centros nocturnos para bailar tienen un bajo consumo de bebidas alcohólicas,
pues requieren de sus cinco sentidos para la ejecución dancística. Es importante
destacar la manera en que el baile comienza a dar forma a su cotidianidad, les
permite cohesionar con un grupo que además de estar en constante movimiento,
tienen gustos y preferencias en común.

Aquí el arte, y junto con ello la danza, terminan convirtiéndose en perfectas


herramientas para crear cohesión social, aceptar al otro con sus múltiples
diferencias, generar el conocimiento hacia diversas culturas rompiendo paradigmas
y aceptando la diversidad de elementos culturales, religiosos y simbólicos.

¿CUÁNTO CUESTA CHAPULTEPEC SALSERO?

Chapultepec Salsero es un evento completamente gratuito que comenzó a llevarse


a cabo desde mayo del 2012. Se realizó un estudio sobre el beneficio que

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Chapultepec Salsero le otorga a la ciudad de Guadalajara utilizando el Método del
Coste de Desplazamiento o también conocido como el Método del Coste de Viaje.

Este método se aplica principalmente a la valoración social de un espacio de interés


medio ambiental o recreativo (Pere, 1994), es decir, para aquéllos espacios que su
precio de acceso es igual a cero, pues generalmente su coste de acceso es superior
a dicha cantidad dado que el visitante genera gastos ocasionados por su
desplazamiento. Este resultado nos da como respuesta: “Si Chapultepec Salsero
desapareciera, la población tapatía perdería determinado valor de bienestar”.

Se realizaron 100 entrevistas el día 30 de abril de 2018 con tres preguntas base:
¿De qué colonia vienes?, ¿Cuál es tu código postal? y ¿En qué medio de transporte
te desplazaste? Se continuó con la realización de una división territorial tomando al
espacio que ocupa Chapultepec Salsero como el centro.

El primer polígono se realizó de 5 km2 (a), el segundo de 10 km2 (b), el tercero de


15 km2 (c), el cuarto de 20 km2 (d) y el último de 25 km2 (e). Después se procedió
a un vaciado de datos de las 100 entrevistas determinando cuánta distancia habían
recorrido cada uno de los visitantes hasta Chapultepec Salsero. Con ello, se realizó
una separación para estipular quiénes se habían desplazado del polígono a, b, c, d
o e.

Se sacó un gasto aproximado dependiendo de su distancia ida/vuelta con el costo


actual del litro de la gasolina de $ 18.50 por 10 km recorridos y se calculó la cantidad
de habitantes por cada polígono con los resultados del INEGI del año 2015 que
menciona que en el estado de Jalisco viven 100 personas por km2. De esta forma
se obtuvo la siguiente tabla:

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DISTANCIA % COSTO DE SU GASTO
ZONA IDA/VUELTA VISITANTES HABITANTES VISITANTES/HABITANTES DESPLAZAMIENTO TOTAL
A 10 KM 24 7,841 0.00306 $18.50 $444.00
B 20 KM 41 23,504 0.001744 $37.00 $1,517.00
C 30 KM 30 38,962 0.000769 $55.50 $1,665.00
D 40 KM 5 55,345 0.00009 $74.00 $370.00
E 50 KM 0 126,402 0 $92.50
$3,996.00
X 100
TOTAL: VISITANTES

Después se continuó con la realización de una gráfica de datos que al generar la


curva de demanda nos permite identificar algunas figuras geométricas a las cuáles
les debemos de determinar el área son su respectiva fórmula. Dentro de esta gráfica
se obtuvieron 5 triángulos y 10 rectángulos donde la suma total de todas sus áreas
nos dará como resultado el excedente del consumidor que deberá ser dividido por
el tamaño de la muestra (100 entrevista), este resultado se llama “excedente por
individuo”.

Una vez que tenemos el excedente por individuo se procede a multiplicar esta cifra
por la cantidad total de visitantes que en este caso contó con 2,500 visitantes, esto
nos da como resultado $ 34, 383.83 y significa el valor o bienestar que produce
Chapultepec Salsero en la ciudad de Guadalajara o dicho en otras palabras, si
Chapultepec Salsero desapareciera, la ciudad de Guadalajara perdería $ 34,
383.83 en bienestar.

Resulta importante mencionar que las personas que más acuden a Chapultepec
Salsero procedían de los polígonos b y c es decir, de lugares considerablemente
retirados de la zona.

A pesar de que este estudio realizado para la materia de Valuación del Patrimonio
Cultural dentro de la Maestría en Gestión y Desarrollo Cultural de la Universidad de
Guadalajara aún se encuentra en revisión, podemos darnos cuenta lo necesarios
que son los eventos callejeros para la sociedad, no sólo por el consumo cultural sino
por la necesidad de los individuos de sentirse partícipes dentro de determinados

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grupos, relacionarse e identificarse con los códigos que ellos mismos eligen para
expresarse.

Sería pertinente realizar proyectos similares en otros puntos de la ciudad de


Guadalajara pues la danza tiene la capacidad de generar ambientes sanos y
pacíficos, así como crear momentos de esparcimiento idóneos para la sociedad.

La danza genera fluidez en el diálogo dentro de la diversidad de identidades


favoreciendo los procesos de interculturalidad, pero también la ruptura de
paradigmas permitiéndonos no sólo conocernos a nosotros mismos sino conocer
al otro aceptándolo con sus múltiples diferencias culturales.

BIBLIOGRAFÍA

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ENTREVISTAS

Lupita Rivera, 24 de marzo de 2018. Los inicios del baile Casino. Guadalajara,
Jalisco.

Yohandys Paez, 6 de abril de 2018. Los inicios del baile Casino. Guadalajara,
Jalisco.

Leonarys González, 4 de abril de 2018. Los inicios del baile Casino. Guadalajara,
Jalisco.

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