Como Incienso en Tu Presencia
Como Incienso en Tu Presencia
Como Incienso en Tu Presencia
2. ORACIONES A JESÚS
A Jesús, el Dios de los encuentros
Oración del corazón
A Jesús amigo
Dame, Jesús, de tu agua viva
Dame, Jesús, la gracia de la fe
Perdóname, Señor, y ayúdame a convertirme
Dame, Señor, el don de la alegría
Oración para pedir la salud del alma y del cuerpo
Enséñame, Señor, a orar
Enséñame, Jesús, a vivir con sencillez y humildad
Aumenta, Señor, mi fe y mi esperanza
Renueva, Señor Jesús, nuestro ser y nuestra vida
Lléname de Ti, Señor
Oración del testigo
5. ORACIONES CORTAS
Para diversos momentos del día
INTRODUCCIÓN
En cuanto al primer punto, tenemos que tener claro, que Dios debe
ser para nosotros, mucho más que el “dueño de una tienda”, que
está esperando que lleguen los compradores a pedirle un producto,
para satisfacer inmediatamente sus necesidades. Y respecto al
segundo, es evidente que muchas veces pedimos sólo bienes
materiales, y no pedimos lo que realmente es importante para
nuestra vida, lo que nos lleva a ser mejores seres humanos, hijos de
Dios y hermanos entre nosotros.
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Creo en ti. Te
amo a ti.
Espero en ti.
Ilumíname, Padre,
con la luz de tu presencia y del amor que me tienes. Fortalece mi fe.
Fortalece mi esperanza.
Fortalece mi amor.
Haz que crezcan cada día. Que
se renueven cada día.
Que llenen mi ser y mi vida cada día.
Que le den sentido y valor a todo lo que soy, a todo lo
que digo,
a todo lo que hago, a
todo lo que tengo.
2. TÚ ERES MI FORTALEZA
Dios y Señor mío,
tú eres la luz que ilumina mi corazón y mi vida, en todos los
momentos y todas las circunstancias que debo enfrentar
cada día.
Gracias, Señor, por ser quien eres y como eres. Gracias por
tu benevolencia.
Gracias por tu generosidad.
3. PETICIÓN DE PERDÓN
Dios Padre de bondad, que nos diste en Jesús, tu Hijo,
la muestra más grande de tu amor y de tu misericordia, dame la
gracia de reconocerme pecador delante de ti, y de implorar
humildemente tu perdón que sana y regenera.
Perdona, Señor, todos y cada uno de mis pecados, porque he
pecado contra el amor que procede de ti.
Perdona mis actitudes egoístas, que me llevan a pensar primero en
mí, y en mis necesidades, mis deseos, mis gustos y mis caprichos,
antes que en las personas que tú mismo colocaste a mi lado, para
que las ame, para que las apoye, para que las ayude, para que les
sirva, para que las guíe.
Perdona todos y cada uno de mis pensamientos egoístas,
todas y cada una de mis palabras egoístas, todas y
cada una de mis acciones egoístas, que hacen que
cada día me aleje más y más del modelo claro y vivo
que es Jesús.
Perdona mis actitudes injustas, mis
pensamientos injustos, mis palabras
injustas, mis acciones injustas.
Perdona mis pensamientos de odio, mis
palabras dichas con odio, mis acciones que
hacen presente los rencores y resentimientos
que llevo dentro.
Perdona todo lo que hay en mí, que hace
relación a insensibilidad, a indiferencia,
a incomprensión, a
violencia, a
infidelidad, a
traición.
Hazme, Señor, una persona nueva, una
persona regenerada, reconstruida, por tu amor
y por tu perdón. Hazme, una persona capaz
de amar con un amor sincero, fuerte,
generoso; un amor que nace del tuyo,
del amor que tú sientes por mí,
del amor con el que tú me amas y me perdonas.
Hazme, Señor, una persona capaz de amar, de
perdonar y de servir, a todos los que se crucen en mi
camino, a todos los que necesiten de mi amor, de mi
perdón, y de mi servicio, recordando siempre que el
amor, el perdón, la compasión, el servicio y la
misericordia, son y serán el vínculo que me unirá
siempre contigo, porque tú eres no sólo un Dios que
ama, sino también y sobre todo el Dios que es Amor.
Amén.
4. DAME, SEÑOR,
UN CORAZÓN DE CARNE
7. ENSÉÑAME A AMARTE
Enséñame, Señor, a amarte, como sólo
tú mereces ser amado. Enséñame,
Señor, a bendecirte,
por todo lo que tú, a mí me has dado.
8. ENSÉÑAME A PERDONAR
Padre Dios,
fuente de todo amor y de todo perdón, que me
amas más que nadie,
y que me perdonas cuando me olvido de tu amor infinito, enséñame a
perdonar de corazón
a todos los que me han hecho daño, y a los
que me lo harán en el futuro.
Padre bueno,
enséñame a cambiar el rencor por amor, y el mal
por el bien.
Enséñame a amar y a perdonar
como sólo tú que eres Dios, sabes hacerlo. Hoy,
mañana, y siempre.
Amén.
Perdona, Señor,
las dudas, los miedos y las desconfianzas,
que me separan de ti.
Perdona, Señor,
los egoísmos, los orgullos y los rencores, que me
alejan de mis hermanos,
y me hacen una personas hosca, amargada, resentida, incapaz de
sonreír,
y también incapaz de agradecer todo lo
que tú me has dado.
el Evangelio de Jesús,
su Buena Noticia de salvación y de Vida eterna. Amén.
Padre de bondad,
necesitamos que llenes de tu luz y de tu amor
a todas las personas que a lo largo y ancho del mundo, profesamos
la fe cristiana,
1. A JESÚS,
EL DIOS DE LOS ENCUENTROS
Gracias, Jesús, por ser quien eres y como eres. Gracias por
tu benevolencia.
Gracias por tu generosidad.
Gracias por tu amor sin condiciones. Amén.
Señor Jesús,
Maestro de vida y esperanza,
dame a beber del agua viva que brota de tu fuente, y quita
para siempre la sed de quien la bebe.
Quiero beberla cada día, como tú me la ofreces, para calmar
la sed de eternidad que mi alma siente.
Señor Jesús,
Maestro de vida y esperanza,
dame a beber del agua viva que brota de tu fuente hasta la
Vida eterna.
Que renueve mi ser.
Que sacie mis anhelos.
Que me llene de paz y de esperanza.
De fe, de amor, de entrega humilde y generosa. Hasta
que llegue el día del encuentro contigo que ya espero.
Amén.
6. PERDÓNAME, SEÑOR,
Y AYÚDAME A CONVERTIRME
Sé bien, Jesús,
que por muy cerca que crea estar de ti,
por muy bueno que me juzgue a mí mismo, tengo
mucho que cambiar en mi vida, mucho de qué
convertirme,
para llegar a ser lo que tú quieres que yo sea, lo que
pensaste para mí
desde el principio de los tiempos,
cuando aún no había nacido a este mundo.
Ilumíname, Señor,
para que me haga sensible a la injusticia que me
aleja de ti y de tu bondad.
Señor Jesús,
médico de los cuerpos y de las almas, vengo
ante ti para pedirte,
con toda la humildad de que soy capaz, que
sanes las heridas que lastiman
mi mente y mi corazón,
y no me dejan vivir a plenitud
y con la libertad que tú quieres, la vida
que me has dado.
Sana, Señor,
mi soledad interior,
y llénala con tu presencia amorosa.
Enséñame a orar con una oración profunda e íntima, que salga del
fondo de mi corazón y de mi vida.
la esperanza
Renuévanos, Jesús,
por la fuerza de tu amor y tu bondad. Por tu
pasión y tu muerte.
Por tu gloriosa resurrección.
Por tu glorificación a la derecha del Padre
y tu presencia constante, misteriosa pero real, en medio
de nosotros.
Renuévanos.
Libéranos de las cadenas que nos atan. Del
pecado que nos paraliza.
Del egoísmo que no nos deja vivir
como verdaderos hijos de un Padre todo amoroso, y
hermanos entre nosotros.
Amén.
Te necesito, Señor,
para poder seguir, anunciando tu Nombre. Para llevar
tu luz dondequiera que vaya.
Para comunicar tu amor a quien lo necesita. Para
contar a todos,
que tú eres nuestra gran esperanza.
Te necesito, Señor.
Ilumina mi mente.
Fortalece mi alma. Guia
todos mis pasos. Bendice
mis palabras. Llévame de
tu mano.
Condúceme al lugar que tú quieres para ser
tu testigo,
y anunciar que estás vivo,
y tu Vida es promesa de un mañana feliz. Amén.
ORACIONES AL ESPÍRITU SANTO
1. Oración de un enfermo
2. Oración para aceptar la enfermedad
3. Acción de gracias de un anciano
4. Acción de gracias de un enfermo
5. Tú que me conoces, ayúdame...
6. Fortalece, Señor, mi fe
7. Alegres en el sufrimiento y a pesar de él
8. Ofrecimiento de la enfermedad
9. Regálame, señor, el don de la esperanza
10. Enséñame a perdonar
11. Acción de gracias por el sacramento de la Unción de los
enfermos
12. Oración por quienes cuidan a los enfermos
13. Oración de la entrega
14. A Ti que sabes sacar bienes de los males
1. ORACIÓN DE UN ENFERMO
Señor Jesús,
salud de los enfermos
y alegría de los que se sienten tristes y solos, hoy quiero
pedirte desde el fondo de mi corazón, con la fuerza de mi
fe y de mi esperanza,
que me des la gracia de vivir mi enfermedad y los
achaques que ella trae consigo,
de la mejor manera posible,
de tal forma que ellos sean para mí
y para las personas que viven a mi alrededor, motivo de
crecimiento espiritual.
Quiero pedirte
desde lo más profundo de mi corazón y de mi vida, que me
ayudes a asumir plenamente
y sin restricciones,
lo que tú deseas de mí,
lo que tú quieres que yo haga.
Te lo confío todo. Te lo
entrego todo.
Tú, Señor, eres todo para mí.
Condúceme por el camino que me lleva a ti y a la
Vida eterna que tú nos prometiste.
Amén.
6. FORTALECE, SEÑOR, MI FE
7. ALEGRES EN EL SUFRIMIENTO Y A
PESAR DE ÉL
Señor,
hoy, en medio del dolor de mi enfermedad, estoy
alegre.
El corazón canta dentro de mí, la
vida me parece maravillosa. Quiero
reír, saltar, jugar.
Quiero bailar, gozar y compartir.
8. OFRECIMIENTO DE LA ENFERMEDAD
Señor Jesús,
tú que conoces el sufrimiento porque lo
padeciste con intensidad,
acoge todos los dolores físicos y espirituales que me
aquejan.
Señor Jesús,
que a lo largo de tu vida en el mundo manifestaste un amor
especial a los enfermos,
bendice con tu amor y con tu gracia,
a todas las personas que en el mundo,
acompañan, cuidan, y protegen,
a los ancianos y a los enfermos.
Señor Jesús,
que mostraste tanto amor a las personas enfermas que se
acercaban a ti,
y que continúas tu obra de redención en
todas las personas que sufren.
Los ofrezco con todo el amor de que soy capaz, por todos
los hombres y mujeres del mundo,
a quienes estoy estrechamente unido porque
somos hijos de un mismo Padre, tu Padre.
Fortalece mi fe en ti,
mi paciencia en el sufrimiento,
y mi esperanza en un mañana mejor para mi y para
todos.
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Padre Santo, hoy quiero unir todos mis sufrimientos y todas las
contrariedades que se me presenten, a los horribles sufrimientos de
Jesús en su pasión y en su muerte, y ofrecértelos por todos los
niños del mundo que padecen maltrato físico y moral, o han sido
abusados sexualmente.
Sana, Padre, sus corazones y sus mentes, de las heridas que les
han sido infringidas, y ayúdalos a crecer con alegría y paz en sus
corazones. Amén.
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Buenos días, Señor. Gracias por este nuevo día de vida que me das,
quiero vivirlo con amor, con fe, con esperanza, sin miedo a nada ni
a nadie, porque tengo la plena certeza, de que tú estás conmigo, y
tú eres mi fuerza, mi luz y mi salvación. Amén.
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Permíteme, Jesús, penetrar con la mente y con el corazón, en el
misterio profundo de tu muerte salvadora, para luego renacer
contigo como una persona a una nueva, siempre en ti y para ti.
Amén.
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Dame, Señor, una mirada limpia, que me permita descubrir el bien
en medio del mal, la verdad en medio de la mentira, la justicia en
medio de la injusticia, el amor en medio del odio, la paz en medio de
la guerra.
Una mirada limpia y un corazón ardiente, que crea, ame y espere,
hoy y siempre. Amén.
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Señor Jesús, Dios de la vida, ayúdame a comprender el verdadero
sentido de la muerte, que un día tendré que enfrentar.
Y ayúdame también a esperar su momento en paz y con buen
ánimo, absolutamente confiada en tu misericordia infinita, y alegre
de poder encontrarme cara a cara contigo, de una vez y para
siempre. Amén.
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Gracias, Padre, por este nuevo día. Por la luz del sol que lo ilumina,
por los pájaros que lo alegran con sus trinos, por las flores que lo
embellecen con sus lindos colores, por las montañas y los árboles,
que hacen el paisaje, por los ríos que lo reverdecen.
Gracias, Padre, por mi vida, y por la vida de las personas que amo.
Amén.
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Señor, mi vida no va tan bien como quisiera, sin embargo, te doy
gracias por poder seguir luchando.
Confío en tu amor y en tu bondad para conmigo; y en tu protección y
tu ayuda para salir adelante. Amén.
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Jesús resucitado, luz del mundo y luz de mi vida, ayúdame a ser luz
para mis hermanos, anunciando con fuerza y valentía, con amor y
decisión, la verdad de tu palabra salvadora, y la dulzura de tu amor
y tu perdón sin condiciones. Amén.
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Quisiera, Señor, tener todas las palabras del mundo, y saber todos
los idiomas, para anunciarte por todos los rincones de la tierra.
Mis palabras son pobres y no puedo decir lo que quiero y lo que
siento por ti, sin embargo, Señor, aquí me tienes, dispuesta a hacer
cuanto esté a mi alcance, lo mejor posible. Amén.
Dame, Señor, la gracia de creer con una fe firme y profunda, como
la fe de María. Una fe que me haga capaz de enfrentar con valor
todas las circunstancias adversas de mi vida. Amén.
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Te ofrezco, Señor, mi tristeza y mi soledad de hoy, por todos los
hombres y mujeres del mundo que sufren persecusión; por los que
padecen injusticia y violencia; por los que han sido abandonados
por sus familiares y amigos. Sé tú su consuelo y su esperanza.
Amén.
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Señor, llena mi corazón con tu amor, para que pueda amar y servir
con generosidad, para que pueda compartir y dar sin egoísmo a las
personas que viven cerca de mi, y a las que cada dia colocaras en
mi camino. Amen.
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Dame, Jesús, la gracia de amarte cada día con más fuerza y
78
generosidad. Amén.
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