Wikipedia - Ensayo PDF
Wikipedia - Ensayo PDF
Wikipedia - Ensayo PDF
En países como Estados Unidos o Canadá, los ensayos se han convertido en una
parte importante de la educación. Así, a los estudiantes de secundaria se les
enseña formatos estructurados de ensayo para mejorar sus habilidades de Michel Eyquem de Montaigne (aquí
escritura, o en humanidades y ciencias sociales se utilizan a menudo los ensayos en un retrato de Daniel Dumonstier),
filósofo y escritor francés del
como una forma de evaluar el conocimiento de los estudiantes en los exámenes
Renacimiento, usó el término Essais
finales, o ensayos de admisión son utilizados por universidades en la selección (Ensayos) para denominar sus
de sus alumnos. escritos, consciente de su novedad
estilística. Esta obra suya sigue
Por otra parte, el concepto de "ensayo" se ha extendido a otros ámbitos de considerándose un modelo clásico
expresión fuera de la literatura, por ejemplo: un "ensayo fílmico" es una película del género.1
centrada en la evolución de un tema o idea; o un "ensayo fotográfico" es la
forma de cubrir un tema por medio de una serie enlazada de fotografías.
El ensayo literario se caracteriza por su amplitud en tratar los temas. La mayoría parten de una obra literaria pero el ensayo
literario no se limita a su estudio exclusivo. Es un texto subjetivo donde se combinan la experiencia del ensayista, hábitos de
estudio, trabajo literario y opiniones de una persona que muestra interés en la literatura. Los ensayos literarios tienen
características comunes: subjetividad, sencillez y estilo del ensayista. Así busca resaltar el punto de vista, reflexiones literarias y
pensamiento del autor. En cambio el ensayo científico trata un tema del campo de las ciencias formales, naturales y sociales con
creatividad, logrando una combinación del razonamiento científico con el pensamiento creativo del ensayista. En el ensayo
científico se toma de la ciencia la meta, que es buscar y explorar la realidad en busca de la verdad. Del aspecto artístico toma la
belleza y la expresión a través de la creatividad sin descuidar el rigor del método científico y la objetividad de las ciencias.
Índice
Definición
Historia del ensayo
Europa
Japón
Evolución del ensayo en España
El ensayo en Hispanoamérica
Lógica en el ensayo
Ensayos celebres y algunos fragmentos
El ensayo en la educación: estructura
Introducción
Desarrollo
Conclusión
Consejos y recomendaciones para realizar correctamente un ensayo
Tipos de ensayo
Véase también
Notas y referencias
Bibliografía
Enlaces externos
Definición
Un ensayo es una obra literaria relativamente breve, de reflexión subjetiva pero bien informada, en la que el autor trata un tema
por lo general humanístico de una manera personal y sin agotarlo, y donde muestra cierta voluntad de estilo, de forma más o
menos explícita, encaminada a persuadir al lector de su punto de vista sobre el asunto tratado. El autor se propone crear una obra
literaria y no simplemente informativa, y versa sobre todo de temas humanísticos (literatura, filosofía, arte, ciencias sociales y
políticas...), aunque también, más raramente, de asuntos científicos.
El ensayo, a diferencia del texto informativo, no posee una estructura definida ni sistematizada o compartimentada en apartados o
lecciones, por lo que suele carecer de aparato crítico, bibliografía o notas, o estas son someras o sumarias (en el caso del ensayo
escolar, es preciso aportar todas las fuentes); ya desde el Renacimiento se consideró un género más abierto que el medieval
tractatus o tratado o que la suma, y se considera distinto a ellos no solo en su estructura libérrima y nada compartimentada en
secciones, sino también por su voluntad artística de estilo y su subjetividad, ya que no pretende informar, sino persuadir o
convencer del punto de vista del autor en el tratamiento de un tema que, como ya se ha dicho, no pretende agotar ni abordar
sistemáticamente, como el tratado: de ahí su subjetividad, su carácter proteico y asistemático, su sentido artístico y su estructura
flexible, que personaliza la materia.
El ensayo es una interpretación o explicación de un determinado tema —humanístico, filosófico, político, social, cultural,
deportivo, por mencionar algunos ejemplos—, desarrollado de manera libre, asistemática, y con voluntad de estilo sin que sea
necesario usar un aparataje documental.
En la Edad Contemporánea este tipo de obras ha llegado a alcanzar una posición central.
En la actualidad está definido como género literario, debido al lenguaje, muchas veces poético y cuidado que usan los autores,
pero en realidad, el ensayo no siempre podrá clasificarse como tal. En ocasiones se reduce a una serie de divagaciones y
elucubraciones, la mayoría de las veces de aspecto crítico, en las cuales el autor explora un tema concreto o expresa sus
reflexiones sobre él, o incluso discurre y diserta sin tema específico.
Ortega y Gasset lo definió como «la ciencia sin la prueba explícita». Alfonso Reyes afirmó que «el ensayo es la literatura en su
función ancilar» —es decir, como esclava o subalterna de algo superior—, y también lo definió como «el Centauro de los
géneros». El crítico Eduardo Gómez de Baquero —más conocido como Andrenio— afirmó en 1917 que «el ensayo está en la
frontera de dos reinos: el de la didáctica y el de la poesía, y hace excursiones del uno al otro». Y por su parte Eugenio d'Ors lo
definió como la «poetización del saber».
Utiliza la modalidad discursiva expositivo-argumentativa y un tipo de «razonamientos blandos» que han sido estudiados por
Chaïm Perelman y Lucie Ollbrechts-Tyteca en su Tratado de la argumentación.
A esto convendría añadir además que en el ensayo existe, como ha apreciado el crítico Juan Marichal, una «voluntad de estilo»,
una impresión subjetiva que es también de orden formal.
Europa
El desarrollo moderno y más importante del género
ensayístico vino sobre todo a partir de los Essais
(1580) del escritor renacentista francés Michel de
Montaigne, término que en francés significaba
"tanteos, tentativas". Unos años después, Francis
Bacon siguió su ejemplo y publicó sus Essays que
en su primera edición de 1597 contenía 10 ensayos
y en su tercera edición, la más amplia e impresa en
1625, contenía ya 59.
Japón
Los ensayos existían en Japón varios siglos antes de que se desarrollaran en
Europa en un género denominado Zuihitsu que se remonta a casi los inicios de la
literatura japonesa. Muchas de las primeras obras más notables de la literatura
japonesa están en este género. Un ejemplo notable es Makura no Sōshi (El libro
de la almohada) del siglo XI escrito por Sei Shonagon, dama de compañía de la
emperatriz, en la que recogió sus experiencias diarias en la corte Heian. Un
segundo ejemplo es Tsurezuregusa (Ensayos en ociosidad) escrito por el monje
budista Yoshida Kenkō. Kenkō describió sus breves escritos de manera similar a
Montaigne, refiriéndose a ellos como "pensamientos sin sentido", escritos en Yoshida Kenko (1283-1350). Monje
"horas muertas". Se trata de su trabajo más famoso y una de las obras más budista japonés autor de
estudiadas de la literatura japonesa medieval. Tsurezuregusa, colección de 243
ensayos cortos, publicados
póstumamente. Tratan de la belleza
Evolución del ensayo en España de la naturaleza, la transitoriedad de
la vida, las tradiciones, la amistad y
En España el género surge con el Renacimiento en forma de epístolas, discursos,
otros.
diálogos y misceláneas en el siglo XVI. La primera muestra del género son las
Epístolas familiares (1539) de Fray Antonio de Guevara, todavía con forma de
carta, quien se inspira además en las Letras (1485) de Fernando del Pulgar; también hay numerosos diálogos (casi siempre
erasmistas, como los de los hermanos Alfonso y Juan de Valdés; el Diálogo de la dignidad del hombre de Fernán Pérez de
Oliva...) escritos no solo en castellano, sino también en latín, o misceláneas como la de Luis Zapata (1592) o el Jardín de flores
curiosas (1573) de Antonio de Torquemada. En el XVII se continúa con el Pusilipo (1629) de Cristóbal Suárez de Figueroa, las
Cartas filológicas (1634) de Francisco Cascales y los Errores celebrados de la antigüedad (1653) de Juan de zabaleta.
Luego aparece sólidamente constituido a principios del siglo XVIII con el muy reimpreso Teatro crítico universal (1726-1740) y
las Cartas eruditas y curiosas (1742-1760) del padre Benito Jerónimo Feijoo, quien los denomina discursos (de "discurrir") o
cartas; a finales del mismo, bajo la vaga y falsa apariencia de novela epistolar, aparecen las Cartas marruecas (1789) de José
Cadalso y las Cartas económico-políticas (1785-1795) de León de Arroyal.
Solamente en el siglo XIX tomará la denominación propia como género autónomo de ensayo cuando empiecen a escribirlos
algunos autores de la Generación de 1868: Emilia Pardo Bazán (La cuestión palpitante, 1883 y 1884), Juan Valera (Disertaciones
y juicios literarios, La libertad en el arte...), Marcelino Menéndez Pelayo, quien emplea ya el término (Ensayos de crítica
filosófica), Leopoldo Alas (Solos, 1881, y Palique, 1894)... La prensa empieza a acogerlos en algunas revistas de fin de siglo y ya
se encontrará completamente asentado propiamente con los escritos en el siglo XX por la Generación del 98: Miguel de Unamuno
(En torno al casticismo, 1895, y otros), José Martínez Ruiz (Al margen de los clásicos, 1915), Pío Baroja (La caverna del
humorismo, 1919; El tablado de Arlequín y Nuevo tablado de Arlequín, 1903 y 1917; Vitrina pintoresca, 1935; Momentum
catastroficum, 1918), Ramiro de Maeztu (Hacia otra España, 1899; La crisis del humanismo, 1919) y Antonio Machado (Juan de
Mairena, 1936).
Destaca especialmente el Novecentismo, que contó con ensayistas tan dotados como José Ortega y Gasset (Meditaciones del
Quijote, 1914; El Espectador 1916-1934, 8 vols.; España invertebrada, 1921; La deshumanización del arte, 1925 etc.), Ramón
Pérez de Ayala (Las máscaras, 1917-1919; Política y toros, 1918, etc.), Gregorio Marañón (Ensayo biológico sobre Enrique IV
de Castilla y su tiempo, 1930; Tiempo nuevo y tiempo viejo, 1940; Don Juan. Ensayo sobre el origen de su leyenda, 1940;
Ensayos liberales, 1946), Eugenio d'Ors (Glosari, 1915-1917; Oceanografía del Tedi, 1918; Tres horas en el Museo del Prado.
Itinerario estético, 1922), Rafael Cansinos Assens (El divino fracaso, 1918; Ética y estética de los sexos, 1921; La nueva
literatura 1917-1927, 4 vols.; Los temas literarios y su interpretación, 1924 etc.), Ramón Gómez de la Serna (La utopía, 1909; El
concepto de nueva literatura, 1909; El rastro, 1915; Ismos, 1931), José Bergamín (La cabeza a pájaros, 1934; El arte de
birlibirloque - La estatua de Don Tancredo - El mundo por montera 1961; Ilustración y defensa del toreo, 1974; Beltenebros y
otros ensayos sobre literatura española Barcelona, 1973; El clavo ardiendo, 1974; La importancia del demonio y otras cosas sin
importancia, 1974; Al fin y al cabo: (prosas) 1981 etc.) o Manuel Azaña (Ensayos sobre Valera), entre otros.
El ensayo en Hispanoamérica
El ensayo en Hispanoamérica cuenta con grandes figuras. Entre los precursores más influyentes cabe destacar al escritor
argentino Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) con su Facundo o Civilización y barbarie (1845) y al uruguayo José Enrique
Rodó (1871-1917) por su Ariel (1900). El mexicano José Vasconcelos (1881-1959) escribe sobre filosofía, estética e historia, pero
es especialmente renombrado por sus ensayos de tema americano, por ejemplo su La raza cósmica, donde postula que una raza
mestiza americana es la que en el futuro dirigirá el mundo. El dominicano Pedro Henríquez Ureña (1884-1946) y el argentino
Ricardo Rojas (1882-1957) exploran la identidad de sus respectivos países y los que escribe el peruano José Carlos Mariategui
(1895-1930) están enfocados desde el punto de vista de las ciencias sociales. También son importantes el argentino Eduardo
Mallea, el mexicano Leopoldo Zea y el cubano José Antonio Portuondo, entre muchos otros.
Ya en pleno siglo XX destacan poderosamente cuatro figuras por su amplitud de conocimientos y ancho de banda: el mexicano
Alfonso Reyes (1889-1959) con Cuestiones estéticas, Visión del Anáhuac, La experiencia literaria o El deslinde, entre otras
obras; el ya citado Pedro Henríquez Ureña (Ensayos críticos, Historia de la cultura en América Latina, Plenitud de América); el
muy original e influyente argentino Jorge Luis Borges (Inquisiciones, Otras inquisiciones, Historia de la eternidad...) y el
mexicano Octavio Paz, bien con sus ensayos sobre la idiosincrasia mexicana (El laberinto de la soledad), bien con otros de tema
más variado (Las peras del olmo, Cuadrivio).
Lógica en el ensayo
La lógica es crucial en un ensayo y lograrla es algo más sencillo de lo que parece: depende principalmente de la organización de
las ideas y de la presentación. Para lograr convencer al lector hay que proceder de modo organizado desde las explicaciones
formales hasta la evidencia concreta, es decir, de los hechos a las conclusiones. Para lograr esto el escritor puede utilizar dos tipos
de razonamiento: la lógica inductiva o la lógica deductiva.
De acuerdo con la lógica inductiva el escritor comienza el ensayo mostrando ejemplos concretos para luego inducir de ellos las
afirmaciones generales. Para tener éxito, no sólo debe elegir bien sus ejemplos sino que también debe presentar una explicación
clara al final del ensayo. La ventaja de este método es que el lector participa activamente en el proceso de razonamiento y por ello
es más fácil convencerle.
De acuerdo con la lógica deductiva el escritor comienza el ensayo mostrando afirmaciones generales, las cuales documenta
progresivamente por medio de ejemplos bien concretos. Para tener éxito, el escritor debe explicar la tesis con gran claridad y, a
continuación, debe utilizar transiciones para que los lectores sigan la lógica/argumentación desarrollada en la tesis. La ventaja de
este método es que si el lector admite la afirmación general y los argumentos están bien construidos generalmente aceptará las
conclusiones.
Fragmento del ensayo de Gabriel García Márquez, Por un país al alcance de los niños:
Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo
modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí
misma. Que aproveche al máximo nuestra creatividad inagotable y conciba una ética —y tal
vez una estética— para nuestro afán desaforado y legítimo de superación personal.
Si viajamos por Castilla no encontramos otra cosa que labriegos laborando sus vegas, oblicuos
sobre el surco, precedidos de la yunta, que sobre la línea del horizonte adquiere proporciones
monstruosas. Sin embargo, no es la castellana actual una cultura campesina: es simplemente
agricultura, lo que queda siempre que la verdadera cultura desaparece. La cultura de Castilla
fue bélica. El guerrero vive en el campo, pero no vive del campo -ni material ni
espiritualmente.
Aquí de cierta réplica varonil que refiere De Quincey (Writings, onceno tomo, página 226). A
un caballero, en una discusión teológica o literaria, le arrojaron en la cara un vaso de vino. El
agredido no se inmutó y dijo al ofensor: “Esto, señor, es una digresión, espero su argumento”.
(El protagonista de esa réplica, un doctor Henderson, falleció en Oxford hacia 1787, sin
dejarnos otra memoria que esas justas palabras: suficiente y hermosa inmortalidad.) 2
No hay ningún hombre más desacertado que yo para hablar de memoria, pues es tan escasa la
que tengo que no creo que haya en el mundo nadie a quien falte más que a mí esta facultad.
Todas las demás son en mí viles y comunes, pero en cuanto a memoria me creo un ente
singular y raro digno de ganar reputación y nombradía. Además de la falta natural que
experimento (en verdad vista su necesidad Platón hace bien en nombrarla diosa grande y
poderosa) si en mi país quieren señalar a un hombre falto de sentido, dicen de él que no tiene
memoria; cuando me quejo de la falta de la mía me reprenden y no quieren creerme, como si
me acusara, de falta de sensatez: no establecen distinción alguna entre memoria y
entendimiento, lo cual agrava mi situación, pero no me perjudica, pues por experiencia se ve
que las memorias excelentes suelen acompañar a los juicios débiles.3
El ensayo en la educación: estructura
La estructura del ensayo es sumamente flexible, ya que toda sistematización es ajena a su propósito esencial, que es deleitar
mediante la exposición de un punto de vista persuasivo que no pretende agotar, sino explorar un tema, como sí haría (y
sistemáticamente) el género literario meramente expositivo del tratado; por eso estas indicaciones son meramente orientativas.4
Por eso su estructura, a nivel macro estilístico o micro estilístico, puede ser:
Un ejemplo de los pasos a seguir por un estudiante que pretende escribir un ensayo escolar podrían ser los siguientes. Lo primero
y antes de redactarlo hay que documentarse sobre el tema elegido hasta alcanzar un conocimiento suficiente lo cual supone buscar
la información necesaria consultando fuentes bibliográficas o de cualquier otro tipo. El segundo paso sería organizar las ideas
teniendo presente para quién se escribe, qué interesa exponer y cómo hacerlo mejor. Y finalmente redactarlo siguiendo un orden,
escribiendo las ideas lo mejor expresadas que se pueda y comprobando que la información, el estilo, el punto de vista y el
formato son coherentes y se ajustan a lo exigido.5
Un ensayo escolar convencional se suele estructurar de forma encuadrada en 3 partes: introducción, desarrollo y conclusión:5
Introducción
Es la que expresa el tema y el objetivo del ensayo; explica el contenido y los subtemas o capítulos que abarca, así como los
criterios que se aplican en el texto, es el 10% del ensayo y abarca más o menos 6 renglones.
Además, esta parte puede presentar el problema que plantea al tema al cual vamos a abocar nuestros conocimientos, reflexiones,
lecturas y experiencias. Si este se plantea, entonces el objetivo del ensayo será presentar nuestro punto de vista sobre dicho
problema (su posible explicación y sus posibles soluciones).
Una introducción en un ensayo científico suele ser la exposición de una hipótesis y de los motivos que nos han llevado a la
misma. Una hipótesis es una teoría que se presenta para la solución de un problema y que a lo largo del desarrollo del ensayo se
defenderá con todas las pruebas científicas que podamos aportar.
Cuando hablamos de un ensayo argumentativo en la introducción se presenta el trabajo y se expone la tesis. Una tesis en un
ensayo argumentativo es similar a la hipótesis del científico. Se trata de una idea, una afirmación, que vamos a defender a lo largo
de cuerpo o desarrollo del ensayo. Esta tesis se defiende con argumentos que no tienen por qué ser científicos, pueden ser
opiniones subjetivas (En un ensayo científico las opiniones subjetivas deben estar validadas científicamente)
En un ensayo expositivo la introducción tiene la finalidad básica de captar el interés del lector en el argumento del ensayo.
Aunque evidentemente esto se busca en todos los ensayos que se realizan en este caso es la base de esta parte de presentación.
Cuándo realizamos un ensayo de análisis literario en la introducción ponemos al lector en antecedentes sobre la obra que vamos a
tratar y lo situamos el aspecto concreto de ésta que queremos analizar en nuestro ensayo.
Desarrollo
Contiene la exposición y análisis del mismo tema, se plantean las ideas propias y se sustentan con información de las fuentes
necesarias: libros, revistas, Internet, entrevistas entre otras. Constituye el 75 % del ensayo. En él va todo el tema desarrollado,
utilizando la estructura interna: 50 % de síntesis, 15 % de resumen y 10 % de comentario.
Se sostiene la tesis, ya probada en el contenido, y se profundiza más sobre la misma, ya sea ofreciendo contestaciones sobre algo
o dejando preguntas finales que motiven al lector a reflexionar.
Conclusión
En este apartado el autor expresa sus propias ideas sobre el tema, se permite dar algunas sugerencias de solución, cerrar las ideas
que se trabajaron en el desarrollo del tema y proponer líneas de análisis para posteriores escritos.
Esta última parte mantiene cierto paralelismo con la introducción por la referencia directa a la tesis del ensayista, con la
diferencia de que en la conclusión la tesis debe ser profundizada, a la luz de los planteamientos expuestos en el desarrollo.
Para realizar en un ensayo argumentativo, la primera de las tres partes de la estructura básica, la introducción, el autor debe
presentar su opinión (tesis). En el caso de un ensayo expositivo, deberá realizar una clara delimitación del tema. No es
recomendable que la introducción se exceda de un párrafo. A lo sumo, dos.
En la segunda de las partes, el desarrollo, es conveniente que se atenga a aspectos como son los siguientes: análisis, contraste,
definición, clasificación, y causa y efecto.
La última de las partes, la conclusión, debe consistir en un breve resumen de todo lo expuesto.
Tan importante es la preparación de los contenidos, la documentación de los mismos y su redacción, como su posterior revisión
gramatical, ortográfica y de organización.
Se mejorará progresiva y notablemente el desempeño de realizar ensayos leyendo muchos y diferentes entre sí, escribiendo varios
géneros, leyendo el periódico en red, etc.6
Tipos de ensayo
El ensayo ha sufrido varios intentos de clasificación, pero por lo general, se establecen a partir de dos puntos de vista distintos:
los que se fijan predominantemente en el contenido: históricos, críticos-literarios, filosóficos, sociológicos, etc.
y los que toman en cuenta el modo como el ensayista trata su tema: informativos, críticos, irónicos,
confesionales, etc.
Al final, todas estas clasificaciones varían con la época y son útiles desde el punto de vista pedagógico, pero todas son
insuficientes cuando se enfrentan con la complejidad de la obra de un ensayista.7
Véase también
Teoría del Ensayo
Notas y referencias
1. Gómez-Martínez, José Luis (1991). «Teoría del ensayo» (http://www.ensayistas.org/critica/ensayo/gomez/ensayo
1.htm). México.UNAM. Consultado el 10 de octubre de 2015.
2. Borges, «Historia de la eternidad», p. 422.
3. Montaigne, Michel. «Ensayos» (http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor-din/ensayos-de-montaigne--0/html/fef
b17e2-82b1-11df-acc7-002185ce6064.html). Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Consultado el 10 de octubre
de 2015.
4. Orlando Cáceres Ramírez, ¿Qué es un ensayo? (http://reglasespanol.about.com/od/comohacerunensayo/f/Qu-E-
Es-Un-Ensayo.htm)
5. «¿Qué es un ensayo?» (https://web.archive.org/web/20160122014848/http://serviciosestudiantiles.ucol.mx/ensay
o.pdf). Servicios estudiantiles. Universidad de Colima. México. Archivado desde el original (http://serviciosestudia
ntiles.ucol.mx/ensayo.pdf) el 22 de enero de 2016. Consultado el 12 de octubre de 2015.
6. Gamboa, Yolanda. Guía para la escritura del ensayo (http://www.unipiloto.edu.co/descargas/archivo_administraci
on_de_empresas/guia_ensayos.pdf).
7. Gómez Martínez, José Luis (1981). Teoría del ensayo (https://www.ensayistas.org/critica/ensayo/gomez/indice.ht
m). Consultado el 30 de junio de 2018.
Bibliografía
ARENAS CRUZ, María Elena: Hacia una teoría general del ensayo. Construcción del texto ensayístico. Cuenca:
Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 1997.
AULLÓN DE HARO, Pedro: Teoría del ensayo. Madrid: Verbum, 1992.
CERVERA SALINAS, Vicente - HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Belén - ADSUAR FERNÁNDEZ, María Dolores
(eds.): El ensayo como género literario. Editum, 2005.
DAVIS, Harold Eugene: Latin American Social Thought. Baton Rouge: Louisiana State University Press, 1972.
DÍAZ, Oscar A.: El ensayo hispanoamericano del Siglo XIX: Discurso hegemónico masculino. Madrid: Pliegos,
2001.
EARLE, Peter G., Robert G. EARLE, y J. MEAD: Historia del ensayo hispanoamericano. México: Ediciones de
Andrea, 1973.
GÓMEZ DE BAQUERO, Eduardo: «El ensayo y los ensayistas españoles contemporáneos», en su El
renacimiento de la novela española en el siglo XIX, Madrid: Mundo Latino, 1924.
GÓMEZ-MARTÍNEZ, José Luis: Teoría del ensayo. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 1981.
JAIMES, Héctor: La reescritura de la historia en el ensayo hispanoamericano. Madrid: Fundamentos, 2001.
LEVY, Kurt L. y Keith ELLIS: El ensayo y la crítica literaria en Iberoamérica. Toronto: Universidad de Toronto,
1970.
LUKÁCS, Georg: Esencia y forma del Ensayo, ed. de P. Aullón de Haro, Madrid, Sequitur, 2015.
MARICHAL, Juan: La voluntad de estilo. Barcelona: Seix-Barral, 1957.
OVIEDO, José Miguel: Breve historia del ensayo hispanoamericano. Madrid: Alianza, 1990.
SACOTO, Antonio: Del ensayo hispano-americano del siglo XIX. Quito: Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1988.
WARD, Thomas: La resistencia cultural: la nación en el ensayo de las Américas. Lima: Universidad Ricardo
Palma, 2004.
WEINBERG, Liliana: El ensayo, entre el paraíso y el infierno. México: Fondo de Cultura Económica, 2001.
VERA T., Juan Camilo: La importancia del ensayo. Colombia: Enciclopedia Académica, (2012).
BORGES, JORGE LUIS (2005). Obras Completas. Tomo I. Historia de la eternidad. Barcelona: RBA
Coleccionables, S.A. ISBN 84-473-4161-5.
Enlaces externos
ensayistas.org (http://www.ensayistas.org) (Proyecto Ensayo Hispánico).
revistaexo.com (https://web.archive.org/web/20151104050338/http://www.revistaexo.com/) (ensayos en la
Revista Iberoamericana de Ensayo y Opinión).
Ensayo: Guía para su elaboración (Tutorial; Estrategias de aprendizaje; Universidad Nacional Autónoma de
México (http://tutorial.cch.unam.mx/bloque2/docs/ensayo.pdf)
Obtenido de «https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Ensayo&oldid=121128333»
Esta página se editó por última vez el 7 nov 2019 a las 00:32.
El texto está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0; pueden aplicarse
cláusulas adicionales. Al usar este sitio, usted acepta nuestros términos de uso y nuestra política de privacidad.
Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una organización sin ánimo de lucro.