Educacion Inicial Apego PDF
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Fernando Salinas-Quiroz
National Pedagogic University (Mexico)
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Parenting aspiration, internalized homonegativity and community connectedness among Mexican LGBTQP individuals View project
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BF723
A7.5 Salinas Quiroz, Fernando
S3.3 Educación inicial : apego y desarrollo sociocognitivo /
Fernando Salinas Quiroz. – México : upn, 2017
1 recurso electrónico (146 p.) : 4Mb. ; archivo pdf
(Horizontes educativos)
isbn 978-607-413-259-5
Queda prohibida la reproducción parcial o total de esta obra, por cualquier medio,
sin la autorización expresa de la Universidad Pedagógica Nacional.
Impreso y hecho en México.
ÍNDICE
AGRADECIMIENTOS ................................................................................7
CAPÍTULO 1
ANTECEDENTES TEÓRICO-CONCEPTUALES...................................19
Teoría del apego..........................................................................................19
Apego y fenómeno de la base segura.........................................................22
Sensibilidad.................................................................................................31
Representaciones mentales de apego.........................................................36
Desarrollo humano.....................................................................................43
Educación inicial de base segura................................................................48
CAPÍTULO 2
DEL PLATO A LA BOCA….......................................................................51
CAPÍTULO 3
MOTIVACIÓN............................................................................................57
5
CAPÍTULO 4
UNO PROPONE Y LA REALIDAD DISPONE........................................63
CAPÍTULO 5
CÓMO SE HIZO........................................................................................67
Entrada a campo.........................................................................................69
Instrumentos...............................................................................................72
Entrenamientos...........................................................................................77
Consideraciones éticas................................................................................79
¡Y arrancan!.................................................................................................80
CAPÍTULO 6
HALLAZGOS..............................................................................................81
Correlaciones mid-interacción..................................................................82
Correlación sensibilidad-seguridad (interacción)....................................83
Correlaciones interacción-desarrollo.........................................................88
CAPÍTULO 7
CONSIDERACIONES FINALES...............................................................91
CAPÍTULO 8
EN BUSCA DE LA APLICABILIDAD......................................................99
REFERENCIAS.........................................................................................107
ANEXOS....................................................................................................127
Anexo 1......................................................................................................127
Anexo 2......................................................................................................128
Anexo 3......................................................................................................130
6
AGRADECIMIENTOS
7
DE LOS 49 “PA’L REAL” (“¡ÓJALA!”)1
1
Mexicanismo que se utiliza para decir “de este momento en adelante”. Acentúo la
o inicial y no la a final en la palabra ojalá, pues popularmente así solemos pronun-
ciarlo y gracias a mi queridísima maestra de portugués, Edite Carlesso, he apren-
dido que no hay formas “correctas o incorrectas” de hablar o escribir, sino que la
lengua está viva.
2
En la versión original del libro opté por utilizar pronombres femeninos y mascu-
linos a lo largo de todo el documento para visibilizar a las niñas y a los niños. No
me resultaba una solución convincente del todo, pues refleja una visión binaria
y mutuamente excluyente del género, empero consideré aún más complicado y
transgresor utilizar la letra e, x o inclusive @. Pese a lo anterior, la persona que
amablemente realizó la corrección de estilo me comentó que resulta cansado para
quien lee y que pueden perderse los argumentos. Reconociendo mis privilegios de
hombre blanco, e intentando desligarme de mandatos androcéntricos y patriar-
cales, he decidido únicamente utilizar pronombres femeninos durante práctica-
mente todo el documento (a excepción de los casos donde me pareció pertinente
subrayar que participaron en el estudio hombres y mujeres menores de 36 meses).
3
En México, los jardines infantiles son popularmente denominados y conocidos
como guarderías o estancias infantiles, resultado una visión asistencialista centra-
da en el adulto, en la c ual se conceptualiza el servicio de dichos establecimientos
como una prestación laboral de la madre o el padre donde “guardan” a sus hijos
o ahí se “están” y se subestima la labor educativa de los centros. Ya que las niñas y
los niños tienen el derecho a recibir cuidado y atención educativa de calidad, in-
dependientemente de los derechos laborales de sus progenitores, jardines resulta
un término más adecuado.
9
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
mer año de vida (Neuman, 2001). Pese a que las políticas, prácticas
y provisión de Educación Inicial (ei) varían en cada país, en todas
las sociedades postindustriales la mayoría de las personas de cero a
seis años experimenta alguna forma de educación grupal (Brooker,
2008). A escala mundial, en la última década el número de personas
que asisten a jardines aumentó cerca de 40% (Salinas-Quiroz, 2015;
unesco, 2012). Históricamente, en México la atención educativa
en jardines infantiles fue ofertada, casi de manera exclusiva, por
establecimientos cuyos servicios estaban dirigidos a familias proce-
dentes de las clases medias y altas. Ya que las madres eran conside-
radas como las únicas responsables del cuidado infantil, éste no era
concebido como un servicio en sí mismo (sep, 2007).
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda del 2010 (Ins-
tituto Nacional de Estadística y Geografía, inegi, 2012), en ese año
había en México un total de 10 528 322 personas menores de 5 años
de edad. En el segundo trimestre del 2012, el inegi en México re-
portó una tasa de 44.1% de participación financiera en mujeres ma-
yores de 15 años con al menos una hija viva: casi siete de cada diez
mujeres trabajaban o estaban buscando trabajo (inegi-stps, 2012).
Estudios recientes han documentado que el hecho de que las madres
y los padres en condiciones de alto estrés psicosocial cuenten con
la opción de cuidados alternativos en jardines para sus hijas, puede
mejorar la calidad del vínculo entre ambos a partir de la viven-
cia de mayor apoyo (Green, Ferrer y McAllister, 2007; Santelices y
Olhaberry, 2009); sin embargo, es precisamente sobre esta pobla-
ción vulnerada sobre la que no se tienen datos, pues existen miles
de trabajadoras informales sin acceso a seguridad social.
La Ley Federal del Trabajo en México fue promulgada en 1970
y en su quinto título enuncia los derechos laborales de la mujer en
relación con la protección de la maternidad; el artículo 171 estable-
ce que el Instituto Mexicano del Seguro Social (imss) prestará los
servicios de ei incluso en aquellos casos en los que las “guarderías”
estén instaladas al interior de las empresas (Secretaría del Trabajo
10
De los 49 “pa’l real” (“¡ójala!”)
y Previsión Social, stps, 2012). La Ley del Seguro Social indica que
cuando la mujer es trabajadora del imss, su contrato colectivo de
trabajo le da derecho a más prestaciones: atención médica para su
hija durante la infancia; licencia por maternidad de 90 días; ser-
vicio de ei o un pago supletorio mensual para costear un jardín
privado en caso de no haber lugar en las “guarderías” del imss, ade-
más de permisos de uno a tres días por enfermedad de sus hijas
(imss, 1995/2014). Por lo anterior, se considera que las trabajadoras
del imss son un grupo privilegiado en el contexto laboral nacional
(Myers, Martínez, Delgado, Fernández y Martínez, 2013).
El programa de “Guarderías” del imss se creó en 1973, pero no
fue sino hasta 1995 cuando se incluyó el servicio para padres viudos
y divorciados. Su misión es proporcionar todos aquellos elementos
que favorezcan el desarrollo integral de las hijas de sus derechoha-
bientes, a través de la práctica de acciones de alto valor educativo,
nutricional, de preservación y fomento de la salud (imss, 2013a).
La oferta de guarderías del imss ha aumentado a partir de 1995,
gracias a un esquema de subrogación en el que centros privados
proveen el servicio, regulados por el instituto. En el 2012, el imss
reportó 1 451 guarderías en servicio en todo el país, beneficiando
a 203 511 niñas; específicamente, la Ciudad de México cuenta con
137 guarderías que atienden a 20 938 personas entre los 43 días
de nacidas y los 4 años, por lo general de las 7:00 a las 15:00 horas de
lunes a viernes.
El servicio de ei se proporciona en dos modalidades: 1) pres-
tación directa, mediante los esquemas “Madres imss” y “Ordina-
rio”; y 2) prestación indirecta (o subrogada), a partir de 1997, a
través de los esquemas “Vecinal comunitario único”, “Guarderías
integradoras” y “En el campo”. La principal diferencia entre ambas
modalidades es su dependencia administrativa y sus características
operativas.
La modalidad de prestación directa depende del imss, por lo
que su personal lo contrata, capacita y supervisa el propio instituto
11
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
12
De los 49 “pa’l real” (“¡ójala!”)
4
La idea de cuidado remite a presar atención, velar por algo o por alguien y se
asocia con un estado de responsabilidad. Cuidar es un conjunto de actividades y
relaciones indispensables para satisfacer necesidades básicas; es un trabajo porque
implica un desgaste de energía, así como una inversión emocional y de tiempo “va-
liosa” por parte de quien cuida; implica una relación social (interpersonal) donde
intervienen varios actores, y trasciende el espacio de la vida privada. Si bien existe
un intenso debate en el ámbito latinoamericano sobre la indisolubilidad entre cui-
dado y educación, nombrar “únicamente cuidadores” al personal dentro del jardín
suele ser mal visto desde ámbitos educativos, pues atinadamente argumentan que
se diluye el quehacer pedagógico y que se puede caer en visiones asistencialistas;
sin embargo, el concepto de cuidador/a fue propuesto por John Bowlby y Mary
Ainsworth –creadores de la teoría del apego– y nombrar al personal dentro del
jardín cuidadoras secundarias profesionales (csp) mantiene congruencia con los
postulados teóricos. Propongo utilizar el término csp para referirnos al personal
que cuida a las niñas dentro de los jardines y funge como agente educativo. Esta
denominación incluye tanto a la persona titular del grupo, como a sus asistentes
dentro y fuera de la sala. Ya que trabajé únicamente con mujeres y debido a que se
trata de una profesión profundamente generizada, utilizaré también a propósito el
término en su versión femenina.
13
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
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De los 49 “pa’l real” (“¡ójala!”)
5
La organización de las experiencias de interacción, así como la predicción que la
niña hace sobre el comportamiento de la agente educativa en los jardines reafirma
la importancia de denominarlas cuidadoras secundarias profesionales, y no maes-
tras/educadoras o figuras de apego subsidiarias. El subsidio implica la suplencia
de la figura principal y, como iré clarificando a lo largo del presente libro, no se
trata de una sustitución o imitación de dicha relación, sino de la construcción de
un vínculo distinto. Por último, la palabra profesional reconoce que se trata
de cuidadoras secundarias no familiares, con experiencia y/o formación en desa-
rrollo infantil, que laboran en el cuidado y la atención educativa infantil.
15
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
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De los 49 “pa’l real” (“¡ójala!”)
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CAPÍTULO 1
ANTECEDENTES TEÓRICO-CONCEPTUALES
19
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
20
Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
21
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
22
Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
23
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
24
Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
25
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
26
Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
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Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
1. Describir el fbs.
2. Conceptualizar la calidad del vínculo de apego en un conti-
nuo de seguridad-inseguridad.
3. Definir la calidad del cuidado en términos de sensibilidad,
accesibilidad, aceptación y cooperación ante las señales y co-
municaciones de la niña.
4. Identificar diferencias individuales respecto a la seguridad
del apego (Ainsworth et al., 1978).
28
Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
29
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
30
Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
Sensibilidad
31
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
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Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
33
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
La cuidadora monitorea las actividades del Inicio del uso de la base segura
bebé, brinda instrucciones explícitas de base
segura
Evaluación de la sensibilidad
34
Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
35
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
36
Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
37
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
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Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
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Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
40
Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
41
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
42
Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
Desarrollo humano
43
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
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Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
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Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
sino que asume a la niña como una interlocutora activa con pers-
pectivas, necesidades e intereses propios, modificando la percep-
ción de éstas como seres pasivo-dependientes y convirtiéndolas en
personajes activos en su desarrollo y sujetos de derechos (Carbonell
et al., 2005; Myers et al., 2013). Las niñas tienen un papel activo
en la construcción de las relaciones sociales en las que se compro-
meten y, como cualquier otra persona, formulan sentidos sobre el
mundo que los rodea. Lo anterior las convierte en productoras de
cultura, por lo que resulta inadecuado referirnos a ellas como “in-
fantes”, pues si bien en trabajos previos había elegido esta palabra
por ser incluyente en cuanto a género se refiere, reparé en que su
origen latín significa “el que no habla”, de manera que se sobreva-
lora lo verbal en detrimento de otro tipo de lenguajes. También he
evitado hablar de ellas como “menores”, pues son individuos que
cuentan con saberes distintos –no inferiores– a los de las perso-
nas adultas (Reybet, 2009; Salinas-Quiroz, Cambón y Silva, 2015;
Salinas-Quiroz y Rosales, 2016).
La relación de base segura niña-csp tiene una función impor-
tante en el desarrollo de habilidades cognitivas en las niñas, puesto
que las csp las estimulan al proporcionarles instrucción formal e
informal (Moreno-García, 2010). Las niñas que tienen relaciones
armónicas y seguras con sus csp se sienten más cómodas y son
capaces de obtener estímulos cognitivos de la interacción (Pianta,
1999); las niñas que mantienen relaciones de mayor calidad con
sus csp muestran habilidades cognitivas superiores que aquéllas
con relaciones de menor calidad (Birch y Ladd, 1997; Hamre y
Pianta, 2001).
46
Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
La eecsc cuenta con dos versiones: una para niñas de un año (12-
23 meses) y otra para las de dos años (24-35 meses); la escala para
personas de un año incluye siete reactivos divididos en dos cate-
gorías: 1) Identidad personal y social, y 2) Regulación. La versión
para personas de dos años, está compuesta por 13 reactivos en tres
categorías: 1) Razonamiento; 2) Pensamiento deductivo emergente,
y 3) Identidad personal y social. Cada capacidad cognitiva o social
es medida en sus dos dimensiones: producto (respuesta) y proceso
(nivel de dominio de la respuesta) (Salinas-Quiroz, 2015).
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Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
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Capítulo 1. Antecedentes teórico-conceptuales
49
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
50
CAPÍTULO 2
DEL PLATO A LA BOCA…
51
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
52
Capítulo 2. Del plato a la boca…
Una habilidad importante del agente educativo que trabaja en Educación Ini-
cial es la capacidad para identificarse con el bebé, lo cual significa entrar en la
mente del bebé por medio de la empatía, y así ser capaz de alterar los propios
sentimientos para adaptarse a los que el adulto imagina que está teniendo el
bebé, esa es la forma de poder “dialogar” con él, de “leer” sus necesidades (sep,
2013, p. 29).
53
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
54
Capítulo 2. Del plato a la boca…
a) vínculo e interacciones;
b) descubrimiento del mundo, y
c) salud y bienestar.
55
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
56
CAPÍTULO 3
MOTIVACIÓN
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Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
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Capítulo 3. Motivación
59
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
infancia es una tarea colaborativa, por lo que no sólo hay que con-
templar a las familias, sino también a las csp en jardines. Mesa y
Gómez (2013) subrayan la importancia de incluir en los planes de
estudio de las agentes educativas de educación inicial y preesco-
lar (csp), asignaturas o actividades que las lleven a pensar en sus
propias vidas emocionales, pues consideran que únicamente desde
estas reflexiones y vivencias es posible un mejor, más responsable e
integral desempeño en sus labores de cuidado y educación.
La exploración de los mid y de la sensibilidad de las csp permite
una aproximación a sus vidas emocionales, por lo que investigacio-
nes como ésta pueden servir a manera de insumo para la creación
de intervenciones en contextos educativos que beneficien el desa-
rrollo infantil temprano y den respuesta a uno de los fundamentos
teóricos propuestos por el Modelo de Atención con Enfoque Integral
para la Educación Inicial. “Desarrollo emocional, apego y vínculo”
(sep, 2013). Si bien existe una tendencia mundial que promueve la
evaluación de la calidad educativa, ésta suele centrarse en la satis-
facción de los usuarios o en aspectos pedagógicos, sin tomar su-
ficientemente en cuenta la estimación de otras variables de igual
importancia para la calidad, como la interacción, mediante la eva-
luación de la construcción de vínculos afectivos entre las csp y las
niñas (Salinas-Quiroz et al., 2015).
El desarrollo emocional en la infancia implica continuos cam-
bios en la capacidad de la niña para relacionarse con el medio, así
como en la manera en que se percibe a sí misma y al mundo circun-
dante. Se espera que las niñas adquieran la capacidad de establecer
distintas y diversas relaciones firmes y seguras. La calidad de los
vínculos de apego influyen en su desarrollo emocional, cognitivo
y social (Shonkoff y Phillips, 2000), futuras personas adultas, quie-
nes, criadas en ambientes más sensibles, pueden convertirse en ciu-
dadanas más justas y solidarias, en lugar de reproducir una cultura
de la violencia (Carbonell et al., 2005; Pardo, 1999).
La evaluación del modelo de eibs no sólo es pertinente para fi-
nes investigativos de divulgación, con el respectivo aporte a la teoría
60
Capítulo 3. Motivación
61
CAPÍTULO 4
UNO PROPONE Y LA REALIDAD DISPONE
63
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
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Capítulo 4. Uno propone y la realidad dispone
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CAPÍTULO 5
CÓMO SE HIZO
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Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
Modelo de EIBS
FENÓMENO DESARROLLO
MOI SENSIBILIDAD DE LA BASE SOCIO
SEGURA COGNITIVO
INTERACCIÓN
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Capítulo 5. Cómo se hizo
Entrada a campo
Vinculación institucional
1
Si bien a lo largo del libro he decidido utilizar el término ‘jardín’, el Instituto
Mexicano del Seguro Social continúa denominando ‘guarderías’ a su servicio de
Educación Inicial.
69
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
En el caso de la csp, fue requisito ser mujer, contar con una carrera
técnica de asistente educativa o puericulturista o tener experiencia
en sala maternal (Ma) –18 a 24 meses–, B1 –25-30 meses– o B2 –31
a 36 meses–, según la nomenclatura del imss. En caso de los niños
y las niñas, tener de 18 a 36 meses de edad al momento de la eva-
luación y estar sanos/as según reportes de los distintos servicios del
jardín (salud, vacunación, higiene, nutrición y seguimiento de peso
y talla, psicología y trabajo social).
70
Capítulo 5. Cómo se hizo
Participantes
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Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
Instrumentos
72
Capítulo 5. Cómo se hizo
Interacción
Sensibilidad de la csp
Para evaluarla, se utilizó el Q-Sort del Comportamiento del Cui-
dador Secundario Profesional, qsccsp, adaptación del Q-Sort del
Comportamiento Materno, mbqs (Pederson y Moran, 1995b). Re-
visé las traducciones al castellano de Posada y equipo (1999, 2002)
y de Juárez-Hernández (2004b). A partir de ellas hice una adap-
tación para Cuidadoras Secundarias Profesionales (qsccsp), en la
cual ajusté el lenguaje al contexto mexicano (e.g. Reactivo 21: “Está
encantada con la bebé”; se cambió por “Se deleita con la bebé”) y
transformé el tipo de cuidadora –madre– a la de este estudio –csp–
(e.g. Reactivo 85: “Se resiste a dejar a la bebé en manos de una per-
sona diferente a su marido u otro pariente cercano”; se cambió por
“No deja a la bebé fácilmente con cualquier miembro del personal,
prefiere compañeras específicas”). Para esta adaptación realicé una
validación por jueces.
Posada, Waters, Crowell y Lay (1995) construyeron siete escalas
con base en criterios teóricos que han sido utilizadas en diversas
investigaciones con madres en el medio latinoamericano. La pri-
mera escala, Respuesta sensible (n = 12) hace alusión justamente a
la contestación de la cuidadora ante las comunicaciones y señales
de la niña (e.g. Reactivo 2: “No se da cuenta o es insensible a las
señales de ansiedad de la bebé”). La segunda, Accesibilidad (n = 9)
se refiere a la habilidad de la cuidadora para tener en cuenta a la
niña a pesar de que compita con otras demandas (e.g. Reactivo 10:
“Saluda a la bebé cuando entra a la sala”). La tercera escala, Acepta-
ción del infante (n = 6) se ve reflejada en el tono emocional positivo
de la cuidadora en sus interacciones con la niña (e.g. Reactivo 13:
73
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
“Se irrita con las demandas de la bebé”). Por su parte, la cuarta esca-
la, Interferencia (n = 3) describe la incapacidad de la cuidadora para
cooperar con el comportamiento que presenta la niña (e.g. Reactivo
59: “Ruda o intrusa en la interacción con la bebé”). La quinta esca-
la, Activa-Animada (n = 8) indica la participación de la cuidadora
en su interacción con la niña (e.g. Reactivo 34: “Busca interaccio-
nes frente a frente”). La sexta escala, Crea un ambiente interesante
(n = 5) se refiere al comportamiento relacionado con organizar un
ambiente estimulante y apropiado para las niñas (e.g. Reactivo 18:
“Organiza el ambiente considerando las necesidades de la bebé y las
suyas también”). Finalmente, la escala Preocupación por la aparien-
cia física (n = 3) hace referencia al comportamiento de la cuidadora
que indica el interés en que la niña mantenga una buena presencia
física (e.g. Reactivo 50: “Algunas veces interfiere con una actividad
apropiada de la bebé si es posible que se bata o ensucie”). En cuanto
a la confiabilidad de las sub-escalas, Posada y equipo reportaron en
2002 una confiabilidad de α = 0.92 para Respuesta sensible; Accesi-
bilidad de α = 0.88; Aceptación del infante mostró una consistencia
interna de α = 0.83; Interferencia de α = 0.76; Activa-Animada de
α = 0.89; Crea un ambiente interesante de α = 0.80, y Preocupación
por apariencia física obtuvo una confiabilidad de α = 0.73 (Posada
et al., 2002).
Utilicé el puntaje global del Q-Sort, además de los puntajes de
cada una de las escalas. Obtuve el puntaje global del qsccsp me-
diante una correlación entre la cuidadora prototípicamente sensi-
ble y la csp evaluada (-1 a 1).
74
Capítulo 5. Cómo se hizo
75
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
Desarrollo sociocognitivo
76
Capítulo 5. Cómo se hizo
Entrenamientos
77
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
78
Capítulo 5. Cómo se hizo
Consideraciones éticas
79
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
¡Y arrancan!
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CAPÍTULO 6
HALLAZGOS
81
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
Correlaciones mid-interacción
82
Capítulo 6. Hallazgos
83
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
84
Capítulo 6. Hallazgos
85
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
86
Capítulo 6. Hallazgos
csp, las niñas y los niños participantes tuvieron una media de 4.81,
mientras que la media de la escala con madres es superior (m = 6.17);
respecto a la proximidad, los/as niños/as participantes tuvieron
una media de 5.04, muy similar al puntaje con madres (m = 5.44);
sobre el placer en el contacto físico con la csp, las niñas y los niños
evaluados tuvieron una m = 4.77, versus m = 7.78 con madres; por
último, interacción con otros adultos, la media de los/as participantes
fue casi idéntica (m = 5.52) a la media de la escala (5.50).
Estos hallazgos sirven de apoyo al modelo jerárquico, pues indi-
can que las niñas y los niños están dispuestos a interactuar con sus
csp, así como a seguir sus sugerencias y órdenes, pero tienen menos
contacto físico –y confort en el mismo– que el que sostienen sus
pares con sus madres. Asimismo, su experiencia en jardines hace
que tengan una mayor disposición a interactuar y a disfrutar con
distintos adultos; buscan menos cercanía con la csp; están menos
pendientes de su localización, y su compañía no se vuelve impres-
cindible para realizar o iniciar actividades. Si bien la presente in-
vestigación no contó con un grupo comparativo de niñas y niños
que no asisten a jardines infantiles, los puntajes obtenidos por las
personas que participaron son congruentes a nivel teórico, ya que a
través de su corta vida han experimentado diversidad de cuidados
y estilos interactivos, lo que las hace ser más cautas en cuanto a la
calidez de las interacciones y el placer en el contacto físico con las
csp, convirtiendo a la continuidad de la relación con sus madres en
fuente primaria de seguridad para la exploración.
Recomiendo que futuras investigaciones cuenten con un grupo
de comparación comprendido por personas que no asisten a jardi-
nes y/o que evalúen la sensibilidad de las madres y la construcción
vínculos de apego para explorar las similitudes o diferencias con la
relación csp-niño/a, sometiendo a comprobación el modelo inte-
grativo.1
1
Véase C. O. Contreras de la Cruz (2017).
87
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
Correlaciones interacción-desarrollo
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Capítulo 6. Hallazgos
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Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
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CAPÍTULO 7
CONSIDERACIONES FINALES
91
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
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Capítulo 7. Consideraciones finales
93
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
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Capítulo 7. Consideraciones finales
95
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
96
Capítulo 7. Consideraciones finales
97
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
98
CAPÍTULO 8
EN BUSCA DE LA APLICABILIDAD
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Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
100
Capítulo 8. En busca de la aplicabilidad
dice algo a la csp? Más aún, ¿le da directrices sobre qué hacer o
cómo proceder para favorecer relaciones de base segura? La sep
podría optar por la aplicación masiva del Classroom Assessment
Scoring System (Class) y/o del Infant/Toddler Environment Rating
Scale (iters-r), pero en otros espacios he denunciado cómo mu-
chos teóricos e investigadores del apego han sabido hacer negocio,
de manera que crean herramientas de evaluación meritorias que
buscan valorar la calidad, sí, pero dentro de un esquema por niveles
que resulta incosteable. La calidad es un concepto subjetivo, cons-
truido y relativo, no uno objetivo, esencial y universal:
101
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
• estimulen el diálogo;
• sirvan como diagnóstico;
• auxilien a proponer programas individualizados de mejora;
• favorezcan la continuidad del seguimiento;
• construyan un conocimiento compartido con la comunidad
educativa, y
• sean de fácil aplicación.
102
Capítulo 8. En busca de la aplicabilidad
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Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
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Capítulo 8. En busca de la aplicabilidad
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Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
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Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
124
Referencias
125
ANEXOS
Anexo 1
127
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
Anexo 2
128
Anexos
129
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
Anexo 3
Observaciones:
130
Anexos
Observaciones:
131
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
Hora de la siesta
Muchos desafíos Varios desafíos Algunos desafíos Puntuales desafíos Sin desafíos
1 2 3 4 5
1. El horario es 1. Se proporcio- 1. El horario es 1. El/la AE ayuda a 1. El horario
inapropiado para na poca super- apropiado para la las niñas y los niños es flexible para
la mayoría de los visión. mayoría. a relajarse (juguetes alcanzar las ne-
niños y las niñas. 2. Hay bastante blandos para abra- cesidades indivi-
supervisión: ambien- zar, música suave, duales (existen
te calmado y sin caricias/masaje). espacios para
castigos. 2. El espacio anima ello)
al descanso (luz 2. Existen pro-
suave, calmado). visiones para
aquellos que se
levantan antes y
aquellos que no
duermen (jugar
calmadamente
o ir a espacios
aparte).
Notas:
Observaciones:
132
Anexos
Observaciones:
133
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
Observaciones:
134
Anexos
Observaciones:
135
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
Intercambio de miradas
Muchos desafíos Varios desafíos Algunos desafíos Puntuales desafíos Sin desafíos
1 2 3 4 5
1. Miradas evasi- 1. Rara vez mira al 1. Ocasionalmente 1. Frecuentes 1. Fija la mirada a
vas a la cara del niño/a cara a cara. mira al niño/a a miradas a la cara la cara del niño/a
niño/a. la cara. del niño/a. por periodos
2. Evita mirar la largos.
cara del niño/a.
Notas:
Observaciones:
Intercambio de vocalizaciones
Muchos desafíos Varios desafíos Algunos desafíos Puntuales desafíos Sin desafíos
1 2 3 4 5
1. Callada/o, nunca 1. Palabras escasas 1. Ocasionalmente 1. Frecuentemente 1.Vocalizaciones
vocaliza. o murmullos. vocaliza para el/la habla y murmura, intensas todo el
niño/a. conversa y hace tiempo.
sonidos.
Notas:
Observaciones:
136
Anexos
Observaciones:
Observaciones:
137
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
Sostén
Muchos desafíos Varios desafíos Algunos desafíos Puntuales desafíos Sin desafíos
1 2 3 4 5
1. Rechaza al 1. Sostiene al 1. Apoya al niño/a 1. Amolda su 1. Inclina el cuerpo
niño/a alterado/a niño/a en forma sobre su pecho cuerpo al niño/a y hacia el/la niño/a,
empujándolo/a tiesa o rara, no u hombro breve- mantiene contacto luego lo/a sostiene
o lo/a toma relajada. mente. hasta que se tran- amoldándolo/a su
alejado/a de su quiliza. cuerpo.
cuerpo.
Notas:
Observaciones:
Observaciones:
138
Anexos
Observaciones:
139
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
Observaciones:
140
Anexos
Observaciones:
141
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
Observaciones:
142
Anexos
Observaciones:
143
Educación inicial: apego y desarrollo sociocognitivo
Observaciones:
Fuentes:
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escala y al contexto: Fernando Salinas-Quiroz, 2015.
144
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA
Aurelio Nuño Mayer Secretario de Educación Pública
Salvador Jara Guerrero Subsecretario de Educación Superior