DELITOS CONTRA LA FAMILIA y VIOLENCIA DOMESTICA - Reyna Alfaro 2016 PDF
DELITOS CONTRA LA FAMILIA y VIOLENCIA DOMESTICA - Reyna Alfaro 2016 PDF
DELITOS CONTRA LA FAMILIA y VIOLENCIA DOMESTICA - Reyna Alfaro 2016 PDF
Y DE VIOLENCIA DOMÉSTICA
TERCERA
EDICIÓN
JURISTA
editores
r
DELITOS CONTRA LA FAMILIA Y DE
VIOLENCIA DOMÉSTICA
LUIS MIGUEL REYNA ALFARO
J u r i s t a E d i t o r e s E.I.R.L.
r
LUIS MIGUEL REYNA ALFARO
DELITOS CONTRA
LA FAMILIA Y DE
VIOLENCIA DOMÉSTICA
T e r c e r a E d ic ió n
ACTUALIZADA Y AMPLIADA CONFORME
AL DECRETO LEGISLATIVO N° 1194
Y LA LEY N° 30364
P rólogo de
M ig u e l P o l a in o N avarrete
JURISTA
e d ito re s
LUIS MIGUEL REYNA ALFARO
DELITOS CONTRA LA FAMILIA
Y DE VIOLENCIA DOMÉSTICA
CAPÍTULO I
MATRIMONIOS ILEGALES
I. CUESTIONES GENERALES...........................................................
IV. C E L E B R A C I Ó N DE M A T R I M O N I O ILEGAL
(ARTÍCULO 141 DEL CÓDIGO PENAL)..................................... 64
1. EL BIEN JURÍDICO PENAL....................................................... 64
2. TIPO DE LO INJUSTO ............................................................... 65
2.1. Tipo objetivo ........................................................................ 65
2.1.1. Su jeto s....................................................................... 65
2.1.2. Actos m ateriales...................................................... 67
2.2. Tipo subjetivo....................................................................... 68
2.3. Consumación........................................................................ 69
Bibliografía................................................................................................. 75
r
Indice general
CAPITULO II
DELITOS CONTRA EL ESTADO CIVIL
I. CUESTIONES GENERALES........................................................... 83
Bibliografía................................................................................................. 107
CAPÍTULO III
ATENTADOS CONTRA LA PATRIA POTESTAD
Bibliografía................................................................................................. 137
CAPÍTULO IV
OMISIÓN DE ASISTENCIA FAMILIAR
11
Luis M iguel Reyna Alfaro
Bibliografía................................................................................................. 199
CAPÍTULO V
LA VIOLENCLA DOMÉSTICA
I. CUESTIONES INICIALES............................................................... 207
I
Indice general
Bibliografía.................................................................................... 351
ANEXO
IV .............................................................................................................. 390
I
r
A mi familia
r
PRESENTACIÓN
DE LA TERCERA EDICIÓN
Ya desde hace algunos años vengo destinando mis esfuerzos pro
fesionales al litigio especializado en el ámbito del Derecho penal eco
nómico y de la empresa, sin embargo, el persistente afán de Jurista
Editores por publicar una tercera edición de este libro, más de diez
años después de la publicación de la primera edición, me determinó a
actualizar los contenidos de este libro en algunos espacios concretos.
Uno de mis estimados colegas del Perú, el Prof. Dr. Luis Mi
guel R e y n a A l f a r o añade ahora un nuevo título a su amplia -y muy
pulcra- producción científica: una nueva y exhaustiva publicación
donde el profesor limeño conjuga con admirable armonía y profun
didad los delitos contra la familia y los delitos de maltrato en el ám
bito familiar, que él denomina con precisión lingüística -de la que
en esta materia ha carecido el legislador español en sus sucesivas
• reformas penales sobre la misma- delitos de “violencia doméstica”,
dejando de lado la más expresión desgraciadamente tan en boga de
la “violencia de género”. El resultado es una admirable exposición
de la materia que agota la exposición exegética de los concretos ti
pos delictivos en el Código Penal peruano, y que además aporta una
sugerente visión de conjunto al confrontar la legislación peruana
con la de otros países (España entre ellos) y aportar la doctrina ju
risprudencial y la línea político-criminal sobre las cuestiones funda
mentales al respecto. El volumen que el lector tiene en sus manos
es, pues, una obra útilísima que ilustra profusamente al Abogado, al
Fiscal y al Juez, pero que adoctrina también en no escasa medida a
todo estudioso e investigador que quiera adentrarse en el examen
jurídico-penal de esta materia.
Prólogo a la segunda edición
27
Luis M iguel Reyna Alfaro
(3) p e ñ a CABRERA, Raúl. Tratado de Derecho penal. Parte Especial, tomo I, se
gunda edición, Ediciones Jurídicas, Lima, 1994, p. 428; DIEGO DLAZ-SANTOS,
María del Rosario. Los delitos contra la Familia, Montecorvo, Madrid, 1973,
pp. 23-24. En similar línea Vela Treviño considera a la familia un concepto
previo al Derecho y una institución natural: VELA TREVIÑO, Sergio. “Los
delitos contra la familia”, en: Revista de Investigaciones Jurídicas, año 17,
N° 17, Escuela Libre de Derecho, México, 1993, p. 294.
<4) Ya en 1943, Luis Guillermo Cornejo, autor de uno de los primeros proyectos
legislativos nacionales de criminalización del abandono de familia, resaltaba
la importancia eugenésica, social, económica y cultural de la familia; así en:
CORNEJO, LUIS GUILLERMO. La punición del abandono de familia como
medio de defender y mejorar el capital humano, Colección Antología Jurí
dica, Compañía Impresora Argentina, Buenos Aires, 1943, p. 09.
(5) En el Derecho español, con clara alusión al referente constitucional en los
delitos contra la familia: DÍAZ- MAROTO Y VILLAREJO, Julio. “Cap. IX:
Delitos contra las relaciones familiares”, en: Bajo Fernández, Miguel (Direc
tor). Compendio de Derecho Penal (Parte Especial), Volumen II, Centro de
Estudios Ramón Areces, Madrid, 1998, p. 307.
<6) SOSA DÍAS, Adela Reta. Protección Jurídico Penal de la Familia, Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Montevideo, Montevideo,
1956, p. 22.
Presentación de la primera edición
Alejandro Giorgi, Edit. Beta, Buenos Aires, 1970, p. 164; también Garrido
Genoves y Redondo Illescas han afirmado: “En la medida que se experimenta
la violencia como parte de la socialización familiar, el riesgo de convertirse
en una futura persona con conducta violenta y/o antisocial se incremen
ta”, en: GARRIDO GENOVES, Vicente & REDONDO ILLESCAS, Santiago.
Manual de Criminología Aplicada, Ediciones Jurídicas Cuyo, Mendoza,
1997, p. 464. En nuestra doctrina Enrique Bernales & Guillermo Fernán-
dez-Maldonado han referido también “Estas conductas autoritarias en la
familia y el castigo físico como método disciplinario favorito, constituyen
el marco familiar modelo para el desarrollo de conductas delincuenciales
en los hijos, tal como lo demuestran los estudios experimentales sobre
la materia”; véase: BERNALES BALLESTEROS, Enrique & FERNÁNDEZ-
MALDONADO CASTRO, Guillermo. “La Familia y la Violencia Social en
el Perú”, en: De Trazegnies Granda, Fernando/ Rodríguez Iturri, Roger/
Cárdenas Quiroz, Carlos/ Garibaldi, José Alberto (Editores). La Familia
en el Derecho peruano. Libro Homenaje al Dr. Héctor Cornejo Chávez,
segunda edición, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del
Perú, Lima, 1992, p. 112.
<10) Al respecto puede revisarse, sin mayores pretensiones de exhaustividad:
NAPLAVA, Thomas & OBERWRITTER, Dietrich. “Family factors and ado-
lescents’ delinquency- findings from sociological research in Germany”, en:
Working Papers, N° 4, Instituto Max Planck de Derecho Penal Comparado
e Internacional, 2001 (disponible en: www.iuscrim.mpg.de); MOMETHIANO
ZUMAETA, Eloy. Alternativas frente a la problemática del menor en situa
ción de abandono, San Marcos, Lima, 1999, pp. 159 ss.
(11) SOSA DÍAS, Adela Reta. Op. Cit., p. 31.
(12) GARCILASO DE LA VEGA, El Inca. Op. Cit., p. 503; SÁNCHEZ ZORRILLA,
Manuel & ZAVALETA CHIMBOR, David. Derecho penal en el Tahuantinsuyu,
Casatomada, Lima, 2011, p. 85.
1
Presentación de la primera edición
Solo así se justifican los términos del artículo inicial de la Ley es
pañola que incorporó el delito de abandono de familia en la legislación
hispana (1942) que sostenía: “El que abandonando maliciosamente el
domicilio familiar o a causa de su conducta desordenada dejare de
cumplir, pudiendo hacerlo, los deberes de asistencia, inherentes a la
patria potestad, a la tutela o a su estado matrimonial preceptuados
por las leyes, será castigado con prisión menor en su grado mínimo y
multa de mil a diez mil pesetas”.
§6- Pues bien, hay que ser sinceros y dejar en claro que este texto
no tiene mayores pretensiones académicas; busca principalmente ser
un instrumento práctico para el estudiante de derecho, el abogado
y el propio justiciable que quieran conocer con cierto detalle los al
cances de cada una de las figuras contenidas en el Título III del libro
segundo del Código Penal peruano. Es por ello que se justifica el len
guaje común con que ha sido escrito y la utilización privilegiada de
bibliografía nacional.
Perderlos han sido los golpes más duros que he recibido en la vida
y me obligan a confiar que en un futuro y a través de la superación
como ser humano pueda yo hacerles compañía allí donde están, en la
gloria, donde se encuentran los que fueron como ustedes: virtuosos.
En Los Olivos,
a los 15 días del mes de noviembre de 2003.
EL AUTOR
r
CAPÍTULO I
MATRIMONIOS ILEGALES
r
I. C U E ST IO N E S GENERALES
Si- La familia y el matrimonio, conforme admite nuestro texto
constitucional en su artículo 4o, son “institutos naturales y funda
mentales de la sociedad”. Muy similares son las declaraciones con
tenidas en diversos instrumentos jurídicos internacionales de pro
tección de los derechos humanos: La Declaración Universal de Dere
chos Humanos11’, Declaración Americana de Deberes y Derechos del
Hombre02’, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos13’ y
la Convención Americana sobre Derechos Humanos'1 34*’. Estas decla
raciones de orden constitucional y de derecho internacional nos dan
una imagen del valor que dichos intereses tienen en nuestro orden
social'5’.
Ahora, esto supone, por otra parte, que el Derecho penal com
prende en esta rúbrica también conductas que no tengan necesaria
*9* GONZÁLEZ RUS, Juan José. “Capítulo 17: Delitos contra las relaciones
familiares (I)”, en: Morillas Cueva, Lorenzo (Coord.). Sistema de Derecho
penal español. Parte Especial, Dykinson, Madrid, 2011, p. 375.
*10* Un claro ejemplo en nuestra doctrina de la defensa de estas posturas la
encontramos en: ECHECOPAR GARCÍA, Luis. Régimen Legal de Bienes en
el Matrimonio, Gaceta Jurídica, Lima, 1999, p. 07.
(11) Ello evidentemente debido a que dicho Código Civil se guió, para la regulación
del matrimonio, del contenido del Concilio de Trento. Posteriormente, por
ley del 23 de diciembre de 1897 se reconoció las dos formas de matrimonio
(religioso y civil); al respecto: ARIAS-SCHREIBER-PEZET, Max. Exégesis del
Código Civil peruano de 1984, en colaboración con Arias-Schreiber, Angela
y Plácido Vilcachagua, Alex, Gaceta Jurídica, Lima, 1997, p. 33; CORNEJO
CHÁVEZ, Héctor. Derecho familiar peruano, tomo I, octava edición, Edicio
nes Studium, Lima, 1991, pp. 64 ss.
A partir de 1936, año de expedición del Código Civil previo al del 1984, la
Iglesia dejó de tener control de los Registros de nacimientos, matrimonios
y defunciones, que pasaron a manos del Estado.
*12* Una visión histórica del matrimonio puede verse en: QUIROGA LEÓN,
Aníbal. “Matrimonio y Divorcio en el Perú: Una aproximación histórica”,
en: De Trazegnies Granda, Fernando/ Rodríguez Iturri, Roger/ Cárdenas
Quiroz, Carlos/ Garibaldi, José Alberto (Editores). La Familia en el Derecho
peruano. Libro Homenaje al Dr. Héctor Cornejo Chávez, segunda edición,
Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 1992,
pp. 81 ss.
Luis M iguel Reyna Alfaro
(13) La profesora Teresa PIZARRO BELEZA, por ejemplo, refiere que si el ma
trimonio es un contrato, sería un contrato de adhesión, debido a que las
diferencias de género entre varón y mujer configurarían una “desigualdad
de poder” similar a la propia de este tipo de contratos; así en: PIZARRO BE
LEZA, Teresa. Maus tratos conjugáis: O art. 153.3 do Código penal, AAFDL,
Lisboa, 1989, p. 54.
<14) Con mayor detenimiento véase: CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Op. Cit., p.
60.
(15) ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Op. Cit., p. 40.
<16) Postura tributaria de la defendida por Planiol y Ripert.
Matrimonios ilegales
<17) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Op. Cit., p. 62; PERALTA ANDIA, Rolando.
Derecho de Familia en el Código Civil, Idemsa, Lima, 1993, p. 82.
as) Principalmente las relacionadas a la Sociedad de Gananciales.
<19) De la misma opinión: ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Op. Cit., p. 41.
<20) DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Los delitos contra la Familia,
Montecorvo, Madrid, 1973, p. 234.
Luis M iguel Reyna Alfaro
*21> DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., pp. 238-239.
<22> DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 239.
*25* SOSA DÍAS, Adela Reta. Protección Jurídico Penal de la Familia, Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Montevideo, Montevideo,
1956, p. 89.
<24* DIEGO DÍAZ SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 239.
*25> Al respecto, haciendo referencia a Garcilaso, Santillán y Casas: TRIMBORN,
Hermann, El delito en las Altas Culturas de América, traducción de José
León Herrera y Ernesto More, Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
Lima, 1968, p. 82.
Matrimonios ilegales
<26) CORNEJO, Ángel Gustavo. Derecho penal especial. Delitos contra el indi
viduo, contra la Sociedad y contra la Familia, tomo I, Librería e Imprenta
Gil, Lima, 1937, p. 130.
<27) CASTIÑEIRA PALOU, Ma. Teresa. “Tema 9o. Delitos contra las relaciones
familiares”, en: Silva Sánchez, Jesús María (Director). Lecciones de Derecho
penal. Parte Especial, Atelier, Barcelona, 2006, p. 163; PRATS CANUT, Miguel.
En: Quintero Olivares, Gonzalo (Director). Comentarios a la Parte Especial
del Derecho Penal, segunda edición, Edit. Aranzadi, Pamplona, 1999, p. 417;
MUÑOZ SÁNCHEZ, Juan. “Los delitos relativos a los matrimonios ilegales”,
en: Actualidad Penal. Revista Semanal Técnico-Jurídica de Derecho Penal,
N° 48, Edit. La Ley, Madrid, 2001, passim.
(28) BOIX REIG, Javier & JAREÑO LEAL, Ángeles. “De los Matrimonios Ilegales”,
en: Vives Antón, Tomás (coord.). Comentarios al Código Penal de 1995, vo
lumen I, Tirant lo Blanch, Valencia, 1996, p, 1043; DIEGO DÍAZ-SANTOS,
María del Rosario. Op. Cit., p. 236; MUÑOZ SÁNCHEZ, Juan. Op. Cit.,
passim; PRATS CANUT, Miguel. Op. Cit., p. 417.
Luis M iguel Reyna Alfaro
(2 9 ) por esa raz¿ n Estrella & Godoy Lemos afirman categóricamente que el bien
jurídico en los matrimonios ilegales es “el estado civil de las personas”; véase:
ESTRELLA, Oscar Alberto & GODOY LEMOS, Roberto. Código Penal. Par-
■ te Especial. De los Delitos en Particular, Hammurabi, Buenos Aires, 1994,
p. 473.
(30) BOIX REIG, Javier & JAREÑO LEAL, Ángeles. Op. Cit., p. 1044; DÍAZ-
MAROTO Y VILLAREJO, Julio. Op. Cit., p. 308; DIEGO DÍAZ-SANTOS,
María del Rosario. Op. Cit., p. 238; FERNÁNDEZ DOTÚ, Pedro. “Matri
monios Ilegales”, en: Diccionario Jurídico Espasa, Espasa Calpe, Madrid,
2001, p. 962; GONZÁLEZ RUS, Juan José. “Delitos contra las relaciones
familiares (I)”, en: Cobo del Rosal, Manuel (Director). Compendio de De
recho penal español. Parte Especial, Marcial Pons, Madrid, 2000, p. 350;
QUERALT JIMÉNEZ, Joan. Derecho penal español. Parte Especial, sexta
edición, JM Bosch Editor, Barcelona, 2010, pp. 363-364. De la misma
opinión en Argentina: CRISTINI, María Romina/ GRAMATICA BOSCH,
Gerard/ RONCAGLIA, Esteban/ SIMANCAS, María Cecilia/ VILLARRUEL,
Marcos Alejandro. “Unidad XIV. Delitos contra el Estado Civil y la identi
dad de las personas”, en: Balcarce, Fabián (Director). Derecho penal. Parte
Especial. Libro de Estudio, tomo II, cuarta edición, Advocatus, Córdoba,
2014, p. 112; en México: VELA TREVIÑO, Sergio. “Los delitos contra la
familia”, en: Revista de Investigaciones jurídicas, año 17, N° 17, Escuela
Libre de Derecho, México, 1993, p. 308.
Matrimonios ilegales
Pues bien, desde nuestra óptica, aun cuando el Título III del Li
bro Segundo del Código Penal se encuentra titulado bajo el rótulo de
“Delitos contra la Familia”, ello no supone necesariamente que sea la
institución familiar el bien jurídico penalmente tutelado en cada una
de las conductas<39). El uso de la expresión “Delitos contra la Familia”
(36) PEÑA CABRERA, Raúl. Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, tomo I,
p. 437; ÍDEM. Derecho Penal peruano. Parte Especial, cuarta edición, Lima,
1977, p. 288.
(37) BRAMONT ARIAS, Luis. “Delitos contra la Familia”, en: el mismo. Temas
de Derecho penal, tomo 4, SP Editores, Lima, 1988, p. 26.
<38) BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto & GARCÍA CANTIZANO, María
del Carmen. Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cuarta edición, Edit.
San Marcos, Lima, 1998, p. 157; MOMETHIANO SANTIAGO, Javier. Código
Penal exegético, Edit. San Marcos, Lima, 2003, p. 380.
(39) Piénsese por ejemplo en los supuestos en que aún no existe una familia e
incluso aún un matrimonio legalmente válido.
Matrimonios ilegales
2. T ip o d e lo in ju s t o
D escrip ción típ ica:
“A rt. 1 3 9 .-
El casado que contrae matrimonio será reprimido con pena privativa
de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años.
2.1.1. Su je t o s
Autor:
El sujeto activo en este delito, tanto en su modalidad básica como
en el supuesto agravado, es cualquier persona natural casada, varón
o mujer(47). Así, estamos frente a un delito especial propio(48).* Incluso,
(46) En tanto que, siguiendo a Shiskin, sostiene que el matrimonio por grupos se
corresponde con el salvajismo y el matrimonio sindiásmico con la barbarie;
al respecto: PERALTA ANDIA, Rolando. Op. Cit., p. 77.
(47) De la misma opinión: BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto & GARCÍA
CANTIZANO, María del Carmen. Op. Cit., p. 158; MOMETHIANO SANTIA
GO, Javier. Op. Cit., p. 380; MUÑOZ CONDE, Francisco. Op. Cit., p. 285;
PEÑA CABRERA, Raúl. Derecho Penal peruano. Parte Especial, p. 288; VILLA
STEIN, Javier. Op. Cit., p 71; SALINAS SICCHA, Ramiro. Curso, p. 39.
(48> DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 248; MUÑOZ SÁN
CHEZ, Juan. Op. Cit., passim.
Matrimonios ilegales
Pasivo:
§1. Aunque no es intención dar cuenta exhaustiva de las innu
merables posiciones que en doctrina han aparecido sobre el sujeto
pasivo en los delitos contra la Familia, es ciertamente necesario hacer
un breve repaso de las mismas a fin de tener una noción clara del con
texto en que nos desenvolvemos.
Por otro lado, tenemos una segunda posición teórica que identi
fica como sujeto pasivo en los delitos contra la Familia al individuo en
sí mismo. Según quienes sostienen esta tesis -el italiano PATERNITI,
por ejemplo-, la estructuración de las normas penales destinadas a
proteger a la Familia muestra una clara intención de tutelar un inte
rés vinculado al individuo*531.
(«) GONZÁLEZ RUS, Juan José. “Delitos contra las relaciones familiares (I)”,
p. 351.
(5°) m0C[0 ¿ e ilustración puede recordarse que en doctrina se conoce como delito
de “propia mano” aquel que “impone ineludiblemente la realización física de la
acción típica por parte del autor”; así: LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo.
Derecho penal. Parte General, tomo III, Leynfor, 2001, p. 316.
(51) DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 74.
(52) DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 74.
(53) pjipGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 75.
Luis M iguel Reyna Alfaro
2.1.2. A c t o s m a t e r ia l e s
<60) Lo que resulta consecuencia del carácter retroactivo que tiene la invalidez
del matrimonio, es por tal motivo que un sector importante de la doctrina
civil sostiene que “el matrimonio nulo es un acto inexistente, o dicho en
otras palabras, constituye la negación misma de la unión marital”; al respecto
véase: ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Op. Cit., p. 127.
<61) Según el artículo 274 del Código Civil de 1984, es nulo el matrimonio:
a) Del enfermo mental.
b) Del sordomudo, ciegosordo y ciegomudo que no sepan expresar su vo
luntad de manera indubitable.
c) Del casado.
d) De los consanguíneos afines en línea recta.
e) De los consanguíneos en segundo y tercer grado de la línea colateral.
f) De los afines en segundo grado de la línea colateral cuando el matrimonio
anterior se disolvió y el ex-cónyuge vive.
g) Del condenado por homicidio doloso de uno de los cónyuges con el so
breviviente partícipe del mismo.
h) De quienes los celebren prescindiendo de los trámites de ley (contenidos
en los artículos 248 a 268 del Código Civil).
i) De los contrayentes que actuasen de mala fe y lo celebren ante funcio
nario incompetente.
Un análisis exegético de estas causales y sus respectivos matices en: ARIAS-
SCHREIBER PEZET, Max. Op. Cit., pp. 130 ss.; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor.
Op. Cit., pp. 209 ss.; PERALTA ANDIA, Rolando. Op. Cit., pp. 172 ss.
Matrimonios ilegales
2.2. T ip o su b jet iv o
El delito de bigamia exige la presencia de dolo, esto es, el sujeto
activo debe actuar con conciencia y voluntad que está contrayendo
matrimonio cuando su estado civil se lo prohíbe.
2.3. C o n s u m a c ió n
El ilícito que se comenta es instantáneo y se consuma en el acto
formal del matrimonio<73), esto es, cuando los contrayentes han ex
57
Luis M iguel Reyna Alfaro
CONDE, para quien la ejecución del delito tiene lugar con el inicio del acto
matrimonial, todas las fases previas las considera impunes; así en: MUÑOZ
CONDE, Francisco. Op. Cit., p. 285. Similar opinión a la de MUÑOZ CONDE
defiende: VILLA STEIN, Javier. Op. Cit., p. 73.
(80) MUÑOZ SÁNCHEZ, Juan. Op. Cit.; PEÑA CABRERA, Raúl. Tratado de De
recho Penal. Parte Especial, tomo I, p. 441.
(81) ESTRELLA, Óscar Alberto. “Matrimonios Ilegales”, en: Estrella, Óscar Alberto
& Godoy Lemos, Roberto. Op. Cit., p. 486.
<82) BRAMONT ARIAS, Luis. Op. Cit, p. 30.
<83) SALINAS SICCHA, Ramiro. Derecho penal. Parte Especial, quinta edición,
Grijley, Lima, 2013, pp. 388-389/ 391.
(84> p e ñ a CABRERA, Raúl. Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, tomo I, p.
441; ÍDEM. Derecho Penal peruano. Parte Especial, p. 291.
Luis M iguel Reyna Alfaro
(85) BOIX REIG, Javier & JAREÑO LEAL, Ángeles. Op. Cit., p 1047; MUÑOZ
SÁNCHEZ, Juan. Op. Cit., passim; MUÑOZ CONDE, Francisco. Op. Cit., p.
285; ESTRELLA, Oscar Alberto. “Matrimonios Ilegales”, en: Estrella, Oscar
Alberto & Godoy Lemos, Roberto. Op. Cit., p. 476.
(88> Ejecutoria de la Sexta Sala Penal de Apelaciones para Procesos Sumarios con
Reos Libres (Exp. 4357-97); extraída de: LA ROSA GÓMEZ DE LA TORRE,
Miguel. Jurisprudencia del Proceso Penal Sumario 1996-1997, Edit. Grijley,
Lima, 1999, p. 119; también es posible encontrarla resumida en: CARO
CORIA, Dino Carlos. Código Penal. Actuales tendencias jurisprudenciales
de la práctica penal, Gaceta Jurídica, Lima, 2002, p. 329; VILLAVICENCIO
TERREROS, Felipe. Código Penal comentado, tercera edición, Edit. Grijley,
Lima, 2001, p. 330.
(87) BRAMONT ARIAS, Luis. Op. Cit., p. 33.
60
Matrimonios ilegales
61
Luis M iguel Reyna Alfaro
2. TIPO DE LO INJUSTO
D escrip ción típ ica:
2.1. T ip o o bjet iv o
2.1.1. Su je t o s
Autor:
El sujeto activo de la conducta delictiva puede ser cualquier per
sona natural “no casada”, incluyéndose en dicha denominación tanto
a los solteros -en donde se incluye a los divorciados- como viudos*(93).
Pasivo:
De acuerdo a la identidad institucional del bien jurídico tutelado,
cabe decir que el sujeto pasivo de la conducta resulta ser la “Socie
dad”. Se reproducen las precisiones respecto a los directamente per
judicados que, por ser víctimas del delito, pese a no ser sujeto pasivo
se encuentran legitimados para intervenir procesalmente al consti
tuirse como actores civiles, en virtud al artículo 98° del Código pro
cesal penal.
identifica como bien jurídico “el interés del Estado de garantizar el orden
jurídico familiar estructurado sobre las bases de la monogamia”: BRAMONT
ARIAS, Luis. Op. Cit., p. 33; de distinta opinión BRAMONT-ARIAS TORRES,
Luis Alberto & GARCÍA CANTIZANO, María del Carmen. Op. Cit., p. 161;
MOMETHIANO SANTIAGO, Javier. Op. Cit., p. 382, quienes sostienen que
el bien jurídico resulta ser “la familia”.
(93) Así: BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto & GARCÍA CANTIZANO, Ma
ría del Carmen. Op. Cit., p. 161; SALINAS SICCHA, Ramiro. Curso, p. 47;
MOMETHIANO SANTIAGO, Javier. Op. Cit., p. 382.
Matrimonios ilegales
2.2. T ip o su b jet iv o
El sujeto activo deberá actuar dolosamente, admitiéndose úni
camente el dolo directo, conforme puede advertirse de la utilización
en la construcción del tipo penal de la expresión “a sabiendas”. Esto
quiere decir que el sujeto activo de esta conducta debe tener absoluto
conocimiento que su pareja se encuentra vinculada matrimonialmen
te con tercera persona.
2.3. C o n s u m a c ió n
El delito aquí analizado, al igual que el delito de bigamia, es de
consumación instantánea, por lo que su agotamiento se dará al mo
mento de producirse el respectivo matrimonio civil<95). Todas las fa
ses ejecutivas previas constituyen mera tentativa, conforme precisa
mos al comentar el delito de bigamia propia.945
2. TIPO DE LO INJUSTO
D escrip ción típ ica:
2.1. T ip o o b je t iv o
2.1.1. Su je t o s
A ctivo:
Este delito ha sido configurado como un delito especial propio,
por lo que se considerará sujeto activo solo al funcionario público(100).
Tal condición típica del agente ha llevado a DIEGO DÍAZ-SANTOS a
Según los términos del artículo 260 del Código Civil (en adelante
C.C.), tienen capacidad de celebrar matrimonios: El Alcalde y, por de
legación de este, los regidores, funcionarios municipales, directores
o jefes de hospitales o establecimientos análogos, el párroco y ordi
nario. Asimismo, el artículo 262 del C.C. permite la celebración del
matrimonio civil en las comunidades campesinas y nativas, ante un
comité especial constituido por la autoridad educativa e integrado
por los dos directivos de mayor jerarquía de la comunidad.
Pasivo:
El sujeto pasivo de la conducta resulta ser la Sociedad(104).
2.1.2. Ac t o s m ateriales
En primer lugar, como es característico de los tipos comprendi
dos en el capítulo I del Título III de la Parte Especial de nuestro Códi
go Penal, se requiere la celebración de un matrimonio ilegal, elemento
normativo que incluye no solo a los supuestos a que hacen referencia
los artículos 139 y 140 del Código Penal, sino que incluye además
todos aquellos otros casos en los que el matrimonio no cumpla los
requisitos de ley y resulte “ilegal”. Esto quiere decir que el elemento
normativo “matrimonio ilegal”<105) debe ser equiparado a “matrimo
nio nulo”.
(i°5 ) jq0 eg p0Sible afirmar -en el tipo peruano o en el español- que estemos
frente a una ley penal en blanco, por lo que discrepamos de la opinión de
Muñoz Sánchez, quien no obstante considerar que la expresión “celebrar
matrimonio inválido” supone un elemento normativo cuya valoración exi
ge recurrir al Derecho de Familia, termina afirmando que el tipo español
resulta ser una ley penal en blanco; así en: MUÑOZ SANCHEZ, Juan. Op.
Cit., passim.
(i°6) SALINAS SICCHA, Ramiro. Curso, p. 51; ÍDEM. Derecho penal, pp. 397-398.
Muy similar la postura de: CHIRINOS SOTO, Francisco. Op. Cit., p. 120.
Luis M iguel Reyna Alfaro
Hay que hacer presente que la actual redacción del delito de ce
lebración de matrimonio ilegal limita la punición a los actos de “ce
lebración” de matrimonio, a diferencia del texto anterior (1924) que
castigaba al funcionario público o eclesiástico que “autorizaba” la ce
lebración de un matrimonio ilegal<107).
2.2. T ip o su b jet iv o
El artículo 141 del Código Penal incluye dos modalidades. El pri
mer párrafo del artículo bajo comentario establece una modalidad
dolosa, en tanto que la parte final de dicho presente establece como
elemento subjetivo la culpa.
(107) Hacen notar dicha diferencia: BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto &
GARCÍA CANTIZANO, María del Carmen. Op. Cit., p. 162; SALINAS SICCHA,
Ramiro. Curso, p. 50. Es de mencionar que el artículo 219 del Código Penal
español de 1995 utiliza también la expresión “autorizar”.
Matrimonios ilegales
2.3. C o n s u m a c ió n
Este delito se consuma cuando el funcionario público realiza el
matrimonio ilegal, esto es, cuando se emite la declaración respectiva,
lo que supone la necesidad de la culminación del acto matrimonial. Si
ello no llega a ocurrir, estaremos frente a una mera tentativa.
1. EL BIEN JU R ÍD IC O PENAL
Siguiendo las precisiones hechas en el comentario al artículo pre
cedente, debo insistir en considerar como bien jurídico penalmente
tutelado el “matrimonio” como Institución básica de la Sociedad y
que justamente, en virtud a tal condición, debe celebrarse con estric
ta observancia de los modos de ejecución legalmente establecidos<108).
2. T IPO DE LO IN JU ST O
D escrip ción típ ica:
‘A rt. 1 4 2 .-
El funcionario público, párroco u ordinario que procede a ¡a celebra
ción del matrimonio sin observar las formalidades exigidas por la ley, aun-
que el matrimonio no sea anulado, será reprimido con pena privativa de li
bertad no mayor de tres años e inhabilitación de uno a dos años, conforme
al artículo 36°, incisos 1, 2 y 3”.
2.1.1. S u jeto s
Autor:
Este tipo legal se encuentra también elaborado como un tipo
especial propio, por lo que el círculo de posibles sujetos activos del
delito incluye solo a los funcionarios públicos con potestades para
celebrar matrimonio(109), párroco u ordinario.
Pasivo:
Sujeto pasivo de la conducta es la Sociedad.
2.1.2. Ac t o s m ateriales
Los actos materiales del artículo 142 del Código Penal se encuen
tran constituidos por la celebración de un matrimonio que adolece de
las formalidades exigidas por Ley, aunque este no sea anulado.
<io9) p>e mjsma opinión: VILLA STEIN, Javier. Op. Cit., p. 78.
Matrimonios ilegales
2.3. C o n su m a c ió n
El delito encuentra su punto de consumación en el momento en
que se realiza el matrimonio, careciendo de trascendencia si el matri
monio realizado sin las formalidades de ley posteriormente se anula
o no<112). Es admisible la tentativa, que se produce durante todas las
fases previas a la realización del matrimonio.
VI. EL C O N SE N T IM IE N T O EN LOS M A TR IM O N IO S
ILEGALES
Si- El consentimiento válido del titular de un bien jurídico de
libre disposición resulta ser una de las causas de exención o atenua
ción de responsabilidad jurídico-penal, conforme a los términos del
artículo 20 del Código Penal.
(113) ROXIN, Claus. Derecho Penal. Parte General, tomo I, traducción de la se
gunda edición alemana y notas por Diego-Manuel Luzón Peña, Miguel Díaz
y García Conlledo y Javier de Vicente Remesal, primera edición española,
Editorial Civitas, Madrid, 1997, p. 511.
(ii4> r ey NA ALFARO, Luis Miguel. Manual de Derecho Penal económico. Parte
General y Parte Especial, Gaceta Jurídica. Lima, 2002, p. 429.
(115) De allí que el maestro chileno Juan Bustos Ramírez rechace que sea el
“principio victimológico de autorresponsabilidad” el que dé origen al con
sentimiento; véase: PÉREZ CÉPEDA, Ana Isabel. “La victimodogmática en
Derecho Penal”, en: Reyna Alfaro, Luis Miguel (Coord.). Victimología y Victi
modogmática: Una aproximación al tratamiento de la víctima en el Derecho
Penal, Ara Editores, Lima, 2003, p. 484.
Matrimonios ilegales
<116) REYNA ALFARO, Luis Miguel. Manual de Derecho Penal económico. Parte
General y Parte Especial, p. 430.
Luis M iguel Reyna Alfaro
B oix R eig, Javier & Jareñ o Leal, Á n g eles. “De los Matrimonios
Ilegales”, en: Vives Antón, Tomás (coord.). Comentarios al Código
penal de 1995, volumen I, Tirant lo Blanch, Valencia, 1996;
B ram ont A rias, Luis & B ram ont-A rias T orres, Luis. Código Penal
anotado, tercera edición, San Marcos, Lima, 2000;
B ram ont-A rias T orres, Luis A lb erto & García C an tizan o, Ma
ría d el C arm en. Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cuarta
edición, Edit. San Marcos, Lima, 1998;
C astiñ eira Palou, Ma. T eresa. “Tema 9°. Delitos contra las relacio
nes familiares”, en: Silva Sánchez, Jesús María (Director). Leccio
nes de Derecho penal. Parte Especial, Atelier, Barcelona, 2006;
D íaz-M aroto y V illarejo, J u lio . “Cap. IX: Delitos contra las relacio
nes familiares”, en: Bajo Fernández, Miguel (director). Compendio
de Derecho Penal (Par te Especial), Volumen II, Centro de Estudios
Ramón Areces, Madrid, 1998;
M esa V elásq uez, Luis “Delitos contra la familia”, en: Estudios de De
recho, año XII, volumen XX, n° 60, Medellín, 1961;
V illa S tein , Javier. Derecho Penal. Parte Especial I-B, primera edi
ción, Edit. San Marcos, Lima, 1998;
T rim born, H erm ann. El delito en las Altas Culturas de América, tra
ducción de José León Herrera y Ernesto More, Universidad Nacio
nal Mayor de San Marcos, Lima, 1968.
CAPITULO II
DELITOS CONTRA EL ESTADO CIVIL
r
I. C U E ST IO N ES GENERALES
§1- Históricamente, los orígenes del estado civil se ubican en la
antigua Roma donde la situación o estatus de la persona determinaba
su condición. En ese contexto se pueden mencionar los casos de la ley
de “infantibus expositis", destinada a la protección del estado civil de
los hijos, así como la Lex Cornelia de Falsis que castigaba como acto
de falsedad la suposición de parto<117). El Derecho Romano, conviene
recordarlo, giraba en relación a tres categorías: la libertad, la ciudada
nía y la familia7(118).
Para CHIRINOS SOTO, por estado civil debe entenderse “al con
junto de lazos o vínculos que relacionan a una persona con otras por
razones de nacimiento y matrimonio, así como de muerte”<121). En la
misma línea BRAMONT ARIAS/ BRAMONT-ARIAS TORRES/ GAR
CÍA CANTIZANO definen el estado civil como “la situación jurídica120
<122) BRAMONT ARIAS, Luis & BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto. Op. Cit.,
p. 347; BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto & GARCÍA CANTIZANO,
María del Carmen. Op. Cit., p. 165.
(123) BRAMONT ARIAS, Luis. “Delitos contra la Familia”, en: el mismo. Temas
de Derecho Penal, tomo 4, SP Editores, Lima, 1988, p. 80.
(im) peñA CABRERA, Raúl. Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, tomo I,
segunda edición, Ediciones Jurídicas, Lima, 1994, p. 449; ÍDEM. Derecho
Penal peruano. Parte Especial, p. 295.
(125) VILLA STEIN, Javier. Op. Cit., p. 79.
<126) ESTRELLA, Oscar Alberto & GODOY LEMOS, Roberto. Op. Cit., p. 473.
(127) DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 307.
Luis M iguel Reyna Alfaro
2. TIPO DE LO INJUSTO
D escrip ción típica:
“A rt. 1 4 3 .-
E¡ que, con perjuicio ajeno, altera o suprime el estado civil de otra
persona será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos
años o con prestación de servicio comunitario de veinte a cincuenta y dos
jornadas”.
2.1.1. Su je t o s
Autor:
Pasivo:
2.1.2. Ac t o s m ateriales
En el delito de alteración del estado civil son dos los verbos rec
tores del tipo: “alterar” y “suprimir”, conductas ambas que han de en
contrarse referidas al estado civil de otra persona.
sión limita el alcance del tipo y tiene una consecuencia procesal funda
mental: El perjuicio debe ser acreditado en el proceso penal respectivo.
Hay que recordar que los actos de alteración o supresión del es
tado civil deben afectar a otra persona, por lo que la autoalteración o
autosupresión del estado civil puede provocar -siguiendo al maestro
BRAMONT ARIAS*(134)1356- la punición por otro delito, pero nunca por el
delito en comento.
2.2. T ip o su b jet iv o
. El delito analizado exige la presencia de dolo, esto es, el sujeto
activo debe actuar con conciencia y voluntad que está, con perjuicio
ajeno, alterando o suprimiendo el estado civil de otra persona<136>.
Cit., p. 898. Para SALINAS SICCHA, Ramiro. Derecho penal. Parte Especial,
quinta edición, Grijley, Lima, 2013, p. 409 [de aquí en adelante SALINAS
SICCHA, Ramiro. Derecho penal] el perjuicio debe ser necesariamente sen
timental o económico.
(134) BRAMONT ARIAS, Luis. Op. Cit., p. 48.
(135) Extraída de: ROJAS VARGAS, Fidel & INFANTES VARGAS, Alberto. Código
Penal. Diez años de jurisprudencia sistematizada, Idemsa, Lima, 2001, p.
236; disponible también en: VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Código
Penal comentado, tercera edición, Edit. Grijley, Lima, 2001, p. 332.
(136) De la misma opinión: ÁNGELES GONZALES, Fernando & FRISANCHO
APARICIO, Manuel. Op. Cit., p. 898.
Delitos contra el estado civil
2.3. C o n s u m a c ió n
Estamos frente a un delito instantáneo, pues el momento de
consumación se corresponde con el de realización de las conductas
de alteración o supresión del estado civil de otro. No se requiere
-en consecuencia- que la alteración o supresión de estado civil
conste en documento alguno ni en el registro pertinente(138).*
89
Luis M iguel Reyna Alfaro
2. TIPO DE LO INJUSTO
D escrip ción típ ica:
“A rt. 1 4 4 -
La mujer que finge embarazo o parto, para dar a un supuesto hijo
<140> DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 309; PRATS CANUT,
Miguel. Op. Cit., p. 430.
(141) PEÑA CABRERA, Raúl. Derecho Penal peruano. Parte Especial, p. 296.
(1 42) p)e similar opinión: CHIRINOS SOTO, Francisco. Op. Cit., p. 124.
<143) QUERALT JIMÉNEZ, Joan. Derecho penal español. Parte Especial, sexta
edición, Atelier, Barcelona, 2010, p. 370.
Delitos contra el estado civil
2.1. T ip o o b je t iv o
2.1.1. Su je t o s
Autor:
El sujeto activo de la conducta delictiva puede ser cualquier
mujer mayor de edad que ejecute los actos materiales propios del
tipo(144).
(1 44) pje distinta opinión es: DÍAZ-MAROTO Y VILLAREJO, Julio. “Cap. IX:
Delitos contra las relaciones familiares”, en: Bajo Fernández, Miguel (di
rector). Compendio de Derecho Penal (Parte Especial), Volumen II, Centro
de Estudios Ramón Areces, Madrid, 1998, pp. 312-313; quien -apoyado en
la falta de referencia al sujeto activo que tiene el artículo 220 del Código
Penal español- sostiene que sujeto activo de la suposición de parto “puede
serlo cualquiera, sin que pueda restringirse la condición de sujeto activo a
la mujer, como realiza un numeroso sector doctrinal”.
(145) BRAMONT ARIAS, Luis. Op. Cit., p. 41; PRATS CANUT, Miguel. Op. Cit.,
p. 431.
Luis M iguel Reyna Alfaro
Pasivo:
Según PEÑA CABRERA y SALINAS SICCHA -este último incu
rriendo nuevamente en el error de confundir víctima y sujeto pasivo
de la conducta-, el sujeto pasivo del delito en comento resulta ser
aquel cuyos derechos se verían perjudicados con el supuesto hijo<146).
92
Delitos contra el estado civil
2.1.2. A c t o s m a t e r ia l e s
2.2. T ip o s u b je t iv o
2.3. C o n s u m a c ió n
El delito de fingimiento de embarazo o parto es un delito instan
táneo, no se requiere que en virtud a la conducta fingida de la mujer
se obtengan derechos que no correspondan al vástago imaginario, ni
que este haya sido inscrito en el respectivo Registro Civil, lo que su
pondría la concurrencia de un delito de falsedad. Solo es necesario
que la agente haya fingido estar embarazada o haber parido(156). No es
posible admitir la tentativa.
2. TIPO DE LO INJUSTO
D escrip ción típ ica:
“A rt. 1 4 5 .-
E¡ que exponga u oculte a un menor, ¡o sustituya por otro, le atribuya
falsa filiación o emplee cualquier otro medio para alterar o suprimir su
filiación será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni
mayor de cinco años".
2.1.1. Su je t o s
Autor:
Estamos ante un delito común, esto quiere decir que puede ser
atribuido a cualquier persona natural que ejecute los actos materiales
previstos en el artículo 145 del Código Penal. Divergente es la posi
ción defendida por GONZÁLEZ RUS en relación al artículo 220.2 del
Código Penal español<160). El catedrático español, sin mayores funda
mentos ciertamente, sostiene que estamos frente a un delito especial
propio que solo puede ser cometido por los padres del menor.
Pasivo:
El sujeto pasivo es la sociedad, teniendo en cuenta que se trata de
un valor social de carácter supraindividual. No obstante, QUERALT
JIMÉNEZ, GONZÁLEZ RUS, DIEGO DÍEZ-SANTOS, DÍAZ- MA-
ROTO Y VILLAREJO, BRAMONT ARIAS, PEÑA CABRERA, VILLA
STEIN, SALINAS SICCHAy MOMETHIANO SANTIAGO, consideran
que sujeto pasivo de la conducta resulta ser el menor directamente
afectado con la conducta(161), afirmación que aunque pierde de vista
la identidad del bien jurídico tutelado penalmente, tiene el mérito
de facilitar el reconocimiento de quienes pueden invocar legitimidad
para intervenir en el proceso penal respectivo.
2.1.2. Ac t o s m ateriales
Aunque el legislador ha precisado taxativamente cuatro supues
tos, el artículo 145 del Código Penal, al hacer uso de la expresión
“cualquier otro medio” permite castigar cualquier clase de conducta
destinada a alterar o suprimir la filiación de un menor(162).
<161> QUERALT JÍMENEZ, Joan. Op. Cit., p. 372; GONZÁLEZ RUS, Juan José.
Op. Cit., p. 355; DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 317;
DÍAZ-MAROTO Y VILLAREJO, Julio. Op. Cit., p. 314; BRAMONT ARIAS,
Luis. Op. Cit., p. 44; PEÑA CABRERA, Raúl. Derecho Penal peruano. Parte
Especial, p. 299; VILLA STEIN, Javier. Op. Cit., p. 82; SALINAS SICCHA,
Ramiro. Curso, p. 84; MOMETHIANO SANTIAGO, Javier. Op. Cit., p. 388.
<162) De la misma opinión: BRAMONT ARIAS, Luis. Op. Cit., p. 46; PEÑA CA
BRERA, Raúl. Derecho Penal peruano. Parte Especial, p. 301.
96
Delitos contra el estado civil
d63) peñ a . CABRERA, Raúl. Derecho Penal peruano. Parte Especial, p. 300; defi
nición seguida por: CHIRINOS SOTO, Francisco. Op. Cit., p. 125 y concep
tualmente similar a la de Javier VILLA STEIN; así en: VILLA STEIN, Javier.
Op. Cit., p. 86.
(164) GODOY LEMOS, Roberto. “Supresión y Suposición del Estado Civil”, en:
Estrella, Oscar Alberto & Godoy Lemos, Roberto. Op. Cit., p. 505.
des) q UEr a l T JÍMENEZ, Joan. Op. Cit., p. 372.
<166) VILLA STEIN, Javier. Op. Cit., p. 86.
Luis M iguel Reyna Alfaro
(167) En este sentido: DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 317.
(168> CASTIÑEIRA PALOU, Ma. Teresa. Op. Cit., p. 165.
Ci69) QUERALT JÍMENEZ, Joan. Op. Cit., p. 373; BOIX REIG, Javier & JAREÑO
LEAL, Ángeles. Op. Cit., p. 1057; GONZÁLEZ RUS, Juan José. Op. Cit., p.
356.
(170) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho familiar peruano, tomo II, octava edi
ción, Ediciones Studium, Lima, 1991, p. 11; sobre filiación puede consultarse
también con cierto detalle: PERALTA ANDIA, Rolando. Derecho de Familia
en el Código Civil, Idemsa, Lima, 1993, pp. 277 ss.
Delitos contra el estado civil
2.3. C o n su m a c ió n
Aunque la referencia típica a la “alteración” o “supresión” puede
provocar cierta confusión, estamos frente a un tipo de mera activi
dad, pues no se requiere que en realidad el agente logre afectar el
estado civil del menor, solo es necesario que este ejecute los actos
destinados a tal finalidad<178). La “alteración” o “supresión” del estado
civil del menor son elementos de índole subjetivo y, por lo tanto, no
definen un resultado típico.
§1- El artículo 146 del Código Penal establece una causa de ate
nuación de responsabilidad genérica aplicable a los supuestos descri
tos en el Capítulo II del Título III del Código Penal (artículos 143 y
145).
<178) De similar opinión, comentando el artículo 220.2 del Código Penal español:
BOIX REIG, Javier & JAREÑO LEAL, Ángeles. Op. Cit., p. 1058; CASTIÑEI-
RA PALOU, Ma. Teresa. Op. Cit., p. 165; DÍAZ-MAROTO Y VILLAREJO,
Julio. Op. Cit., p. 314; MUÑOZ CONDE, Francisco. Op. Cit., p. 289; PRATS
CANUT, Miguel. Op. Cit., p. 433; respecto al Código Penal español derogado:
DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 318.
Luis M iguel Reyna Alfaro
(179) CHIRINOS SOTO, Francisco. Op. Cit., p. 127; PEÑA CABRERA, Raúl. Tratado
de Derecho Penal. Parte Especial, tomo I, p. 456.
(180> SALINAS SICCHA, Ramiro. Curso, p. 87.
(181) BERDUGO GÓMEZ DE LA TORRE, Ignacio. Honor y Libertad de Expresión.
Las causas de justificación en los delitos contra el honor, Tecnos, Madrid, p.
56; ÍDEM. “Revisión del contenido del bien jurídico honor”, en: El mismo.
Temas de Derecho Penal, Cultural Cuzco, Lima, 1993, p. 249; BRAMONT
ARIAS, Luis. Temas de Derecho Penal, tomo II, Edit. San Marcos, Lima, 1990,
p. 122; UGAZ SÁNCHEZ MORENO, José Carlos. Prensa Juzgada. Treinta
años de juicios a periodistas peruanos (1969-1999), Fondo Editorial de la
Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, Lima, 1999, p. 54.
Delitos contra el estado civil
B oix R eig, J a v ier & J a reñ o Leal, Á ngeles. “De los Matrimonios
Ilegales”, en: Vives Antón, Tomás (coord.). Comentarios al Código
Penal de 1995, volumen I, Tirant lo Blanch, Valencia, 1996;
B ram on t A rias, Luis & B ram ont-A rias T orres, Luis A lb erto. Có
digo Penal anotado, tercera edición, Edit. San Marcos, Lima, 2000;
B ram ont-A rias T orres, Luis A lb erto & García C an tizan o, Ma
ría d el Carm en. Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cuarta
edición, Edit. San Marcos,. Lima, 1998;
C astiñ eira Palou, Ma. T eresa. “Tema 9o. Delitos contra las relacio
nes familiares”, en: Silva Sánchez, Jesús María (Director). Leccio
nes de Derecho penal. Parte Especial, Atelier, Barcelona, 2006;
D íaz-M aroto y V illarejo, J u lio . “Cap. IX: Delitos contra las relacio
nes fa miliares”, en: Bajo Fernández, Miguel (director). Compendio
de Derecho Penal (Parte Especial), Volumen II, Centro de Estudios
Ramón Areces, Madrid, 1998;
' Peña Cabrera, Raúl. Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, tomo I,
segunda edición, Ediciones Jurídicas, Lima, 1994;
S alin as Siccha, Ram iro. Derecho penal. Parte Especial, quinta edi
ción, Grijley, Lima, 2013;
S alin as Siccha, Ram iro. Curso de Derecho Penal peruano. Parte Espe
cial II, con la colaboración de Luis Escate Gómez, primera edición,
Edit. Palestra, Lima, 2000;
V illa S tein , Javier. Derecho Penal. Parte Especial, tomo I-B, primera
edición, Edit. San Marcos, Lima, 1998;
(195) DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Los Delitos contra la Familia,
Montecorvo, Madrid, 1973, p. 275.
(196) DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 277.
(í9 7 ) d ie g o DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 277.
Luis M iguel Reyna Alfar o
2. TIPO DE LO INJUSTO
D escrip ción típica:
“A rt. 1 4 7 .-
El que, mediando relación parental, sustrae a un menor de edad o re
húsa entregarlo a quien ejerce la patria potestad será reprimido con pena
privativa de libertad no mayor de dos años
2.1.1. S u je t o s
Autor:
Uno de los efectos más importantes de la modificatoria legal de
éste tipo penal, producida mediante Ley N° 28760, tiene que ver con
el autor del delito.
Pasivo:
Desde nuestro punto de vista, sujeto pasivo de la conducta re
sulta ser el padre cuyo derecho de patria potestad es vulnerado(213),
en tanto titular del interés jurídico que el Derecho Penal pretende tu
telar. Este otorgamiento de la titularidad del bien jurídico a favor del
padre cuyo derecho de patria potestad es vulnerado, guarda mayor
coherencia con los términos del artículo sexto constitucional que re
conoce el deber-derecho, a favor de los padres, de “alimentar, educar
y dar seguridad a sus hijos”.
<211> De distinta opinión es PEÑA CABRERA, quien sostiene que sujeto activo
puede ser cualquier persona, al respecto véase: PEÑA CABRERA, Raúl. Tra
tado de Derecho Penal. Parte Especial, tomo I, segunda edición, Ediciones
Jurídicas, Lima, 1994, p. 470.
<212) BRAMONT ARIAS, Luis. Op. Cit., p. 51.
(213) Así, comentando el artículo 220 del Código Penal de 1924: BRAMONT
ARIAS, Luis. Op. Cit., p. 51; cercana es la posición defendida por Peña Ca
brera, quien -no obstante- admite la posibilidad de considerar al menor
directamente afectado con la conducta como sujeto pasivo “mediato”; así:
PEÑA CABRERA, Raúl. Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, tomo I,
pp. 470-471; también: DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p.
293; aunque la autora española incluye también como posible sujeto pasivo
al “tutor”.
Atentados contra la patria potestad
<214» CASTIÑEIRA PALOU, Ma. Teresa. “Tema 9o. Delitos contra las relaciones
familiares”, en: Silva Sánchez, Jesús María (Director). Lecciones de Derecho
penal. Parte Especial, Atelier, Barcelona, 2006, p. 169.
<215> ÁNGELES GONZALES, Fernando & FRISANCHO APARICIO, Manuel. Op.
Cit., p. 902.
<216> BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto & GARCÍA CANTIZANO, María
del Carmen. Op. Cit., p. 172.
<217) Contradiciendo su posición respecto al bien jurídico penalmente tutelado:
SALINAS SICCHA, Ramiro. Curso, p. 98.
(218) GONZÁLEZ RUS, Juan José. “Delitos contra las relaciones familiares (II)”,
en: Cobo del Rosal, Manuel (director). Compendio de Derecho Penal español.
Parte Especial, Marcial Pons, Madrid, 2000, p. 360.
<219) CARBONELL MATEU, Juan Carlos & GONZÁLEZ CUSSAC, José Luis. Op.
Cit., p. 1063 (cursiva nuestra).
Luis M iguel Reyna Alfaro
*220) BRAMONT ARIAS, Luis. Op. Cit., p. 52; PEÑA CABRERA, Raúl. Derecho
Penal peruano. Parte Especial, cuarta edición, Lima, 1977, p. 304.
*221) PEÑA CABRERA, Raúl. Derecho Penal peruano. Parte Especial, p. 304; VILLA
STEIN, Javier. Op. Cit., p. 90.
*222) Véase: BRAMONT ARIAS, Luis. Op. Cit., p. 52; PEÑA CABRERA, Raúl. Dere
cho Penal peruano. Parte Especial, p. 305; CARBONELL MATEU, Juan Carlos
& GONZÁLEZ CUSSAC, José Luis. Op. Cit., p. 1063. Conviene no obstante
aclarar que la referencia a los medios comisivos es hecha únicamente por
BRAMONT ARIAS y PEÑA CABRERA.
<223) BRAMONT ARIAS, Luis. Op. Cit., p. 52.
Atentados contra la patria potestad
§2. Aunque el texto original del tipo legal nos permitió sostener
en su momento que éste sólo resultaba aplicable respecto a atentados
contra la patria potestad cometidos luego de extinguida la relación
matrimonial, la reforma producida en el año 2006, permite actual
mente una solución distinta. Así las cosas, conforme a la actual re
dacción del artículo 147° del Código penal, tendremos que el párrafo
primero de dicho dispositivo reprime los atentados contra la patria
potestad producidos una vez extinguida la relación matrimonial,
mientras que el párrafo segundo permite la extensión de la punibili-
dad para los atentados producidos sin que exista una relación matri
monial o cuando la relación matrimonial aún no se extingue formal
mente.
§ 2 .1. El párrafo primero del artículo 147° del Código penal rea
liza dos precisiones que determinan su funcionalidad sólo para los
supuestos de relaciones matrimoniales disueltas judicialmente: Pri
mero, al precisar que el autor tiene que ser uno de los padres; segun
do, al indicar que el acto de sustracción o de rehusamiento de entrega
afecta al padre que ejerce la patria potestad. Si tenemos en conside
ración el contenido del artículo 419 del Código Civil que prevé que el
ejercicio de la patria potestad es conjunto y que en caso de separa
ción de cuerpos, divorcio o invalidación de matrimonio de los padres,
el ejercicio de la patria potestad se encuentra a cargo del cónyuge a
quien se le confía judicialmente, en tanto que el otro queda suspendi
do en el ejercicio, sin perjuicio de mantener las relaciones personales
respectivas (artículos 420 y 422 del Código Civil y artículo 74 del Có
digo de los Niños y Adolescentes).
<225) Un análisis de los mismos puede verse en: PERALTA ANDIA, Rolando.
Op. Cit., pp. 371-372.
Atentados contra la patria potestad
2.2. T ip o su b jet iv o
El delito de substracción de menores es de carácter doloso. El
dolo que admite el tipo penal es exclusivamente el dolo directo.
2.3. C o n s u m a c ió n
Se requiere para la consumación de la conducta que el sujeto ac
tivo sustraiga o se rehúse a entregar al menor de edad.
(226) DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., pp. 295-296.
MANTOVANI, Ferrando. Principi di Diritto penale, Cedam, Padova, 2002,
(227) V g a s e :
p. 81; ÍDEM. “II principio di ofensivita nel Códice Penale peruviano”, en: Revista
Peruana de Ciencias Penales, N° 12, Idemsa, Lima, 2002, pp. 79 ss.
(228) ÁNGELES GONZALES, Fernando & FRISANCHO APARICIO, Manuel. Op.
Cit., p. 903.
Luis M iguel Reyna Alfaro
<229) BRAMONT ARIAS, Luis. Op. Cit., p. 53; de distinta opinión: VILLA STEIN,
Javier. Op. Cit., p. 91.
<230’ Aunque deja en claro que se trataría de una forma de participación en que
la aportación principal sería impune: PRATS CANUT, José Miguel. “Delitos
contra las relaciones familiares”, en: Quintero Olivares, Gonzalo (director)
& Morales Prats, Fermín (coordinador). Comentarios a la Parte Especial del
Derecho Penal, segunda edición, Aranzadi, 1999, p. 444.
(231’ GONZÁLEZ RUS, Juan José. Op. Cit., p. 361.
(232> CARBONELL MATEU, Juan Carlos & GONZÁLEZ CUSSAC, José Luis. Op.
Cit., p. 1064.
__ __ __ __ __ Atentados contra la patria potestad
2. TIPO DE LO INJUSTO
D escrip ción típica:
“A rt. 1 4 8 .-
E¡ que induce a un menor de edad a que se fugue de ¡a casa de sus pa
dres o de la de su tutor o persona encargada de su custodia será reprimido
con pena privativa de libertad no mayor de dos años o con prestación de
servicio comunitario de veinte a cincuentidós jornadas”.
2.1. T ip o o bjet iv o
2.1.1. Su je t o s
Autor:
Puede ser cualquier persona natural, excluyendo a los padres, el
tutor o la persona encargada de su custodia, siempre que sean los
que ejerzan el derecho de patria potestad, tutela o cúratela sobre el
menor. Siendo esto así, es posible -por ejemplo- que el padre que no
posea el derecho de patria potestad sobre su hijo, pueda inducirlo a
que se fugue de la casa de su tutor(236).
Pasivo:
Son sujetos pasivos de este delito los padres, el tutor o la perso
na encargada del menor(237), titulares del bien jurídico tutelado penal
mente.
2.1.2. Ac t o s m ateriales
El verbo que rige el injusto es el de “inducir”. “Inducir” signifi
ca, según Guillermo CABANELLAS DE TORRES: “Instigar, persuadir,
provocar o convencer para ejecutar algo”*242».
2.3. C o n s u m a c ió n
La consumación de la conducta se producirá cuando el sujeto ac
tivo haya conseguido el fin inductivo, esto es, cuando logre sembrar
en el menor la idea de fugarse, siendo irrelevante si dicho evento en
realidad se produce, aunque evidentemente la consecución de la in
ducción debe manifestarse exteriormente.
02441 BRAMONT ARIAS, Luis. Op. Cit., p. 55; PEÑA CABRERA, Raúl. Derecho
Penal peruano. Parte Especial, p. 309; VILLA STEIN, Javier. Op. Cit., p. 93;
SALINAS SICCHA, Ramiro. Curso, p. 102.
02451 DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 306.
Atentados contra la patria potestad
1. EL BIEN JU R ÍD IC O PENAL
Pues bien, aun cuando la identidad del bien jurídico que se pre
tende tutelar con esta figura resulta sumamente confusa, estimamos
que el bien jurídico que el legislador pretende proteger es el “libre
ejercicio del derecho de patria potestad”.
<246) respecto: REYNA ALFARO, Luis Miguel. “El Derecho Penal de emergencia
en el Perú: a propósito de los vientos de reforma”, en: Revista Jurídica del
Perú, año LI, N° 28, Edit. Normas Legales, Trujillo, 2001, pp. XIV-XV,.
<247) Un estudio detallado de la cuestión puede encontrarse en: MOMETHIANO
ZUMAETA, Eloy. Alternativas frente a la problemática del menor en situa
ción de abandono, Edit. San Marcos, Lima, 1999, p. 176.
Luis M iguel Reyna Alfaro
2. TIPO DE LO IN JU ST O
Descripción típica:
“Art. 148-A.- El que participa en pandillas perniciosas, instiga o
induce a menores de edad a participar en ellas, para cometer las infraccio
nes previstas en el Capítulo IV del Título II del Libro IV del Código de los
Niños y Adolescentes, así como para agredir a terceras personas, lesionar
la integridad física o atentar contra la vida de las personas, dañar bienes
públicos o privados, obstaculizar vías de comunicación u ocasionar cual
quier tipo de desmanes que alteren el orden interno, será reprimido con
pena privativa de libertad no mayor de diez ni mayor de veinte años.
2.1. T ip o o bjet iv o
2.1.1. Su je t o s
Autor:
Puede ser sujeto activo de la conducta cualquier persona natural
que realice los comportamientos descritos en el artículo 148-A del
Código Penal.
Pasivo:
Sujeto pasivo de la conducta delictiva resultan ser los padres, el
tutor o la persona encargada del menor cuya relación con los menores
introducidos a la pandilla perniciosa es afectada.
2.1.2. Ac t o s m ateriales
En primer lugar tenemos que determinar el contenido del ele
mento normativo “pandilla perniciosa”.
año 3, N° 10, Edit. Normas Legales, Trujillo, 2001, pp. 96-105; también en:
REYNA ALFARO, Luis Miguel. Jurisprudencia Constitucional Penal, Jurista,
Lima, 2005, pp. 201 ss.
Atentados contra la patria potestad
2.1.3. Agravantes
El artículo en comentario comprende también una diversidad
de supuestos que generan la agravación de la responsabilidad penal.
Conforme su naturaleza subsidiaria, los supuestos agravantes que a
continuación se analizaran implican la previa realización del compor
tamiento básico, es decir, la participación en la pandilla perniciosa o
la inducción para la integración a la pandilla perniciosa.
2.3. C o n s u m a c ió n
El momento de consumación de la conducta debe ser valorado a
partir del estudio del específico supuesto de hecho que se atribuya a
la persona.
srsr*~*- “■
Angeles Gonzales, Fernando & F r isa n d o a • •
m a s T Z T Z p Z l , to m o%
? ^SP^dito ^
Editores, Lima, 1988; ^
Villa Stein, Javier. Derecho Penal. Parte Especial, tomo I-B, primera
edición, Edit. San Marcos, Lima, 1998.
139
r
CAPÍTULO IV
OMISIÓN DE ASISTENCIA FAMILIAR
r
I. D ELITO DE O M ISIO N DE A SIST E N C IA FAMI
LIAR (ARTÍCULO N ° 149 DEL C Ó D IG O PENAL).
1. CUESTIONES GENERALES.
§ 1 . El delito de omisión de asistencia familiar, bien decía SOSA
DÍAS, resulta ser un delito característico del siglo XX(252), consti
tuyendo el “núcleo moderno más importante del Derecho Penal
Familiar”(253). Su origen suele ser ubicado en la Ley francesa del siete
de febrero de 1924(254), que fue la que mayores precisiones estableció
respecto al delito que se analiza; sin embargo, es posible observar -si
guiendo a SOSA DÍAS- importantes antecedentes.
(252) SOSA DÍAS, Adela Reta. Protección Jurídico Penal de la Familia, Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Montevideo, Montevideo,
1956, p. 162.
(253) DIEGO DÍAZ-SANTOS, María del Rosario. Los Delitos contra la Familia,
Montecorvo, Madrid, 1973, p. 324.
(254) ORIBE, Ester. “Aspectos sobre el delito de incumplimiento de los deberes de
asistencia familiar (Ley N° 13944)”, en: Revista de Derecho Penal y Crimino
logía, N° 2, Editorial La Ley, Buenos Aires, 1971, p. 251. Aunque en sede civil
ya existían antecedentes previos como la Ley francesa de 14 de julio de 1889,
modificada luego por Ley del 15 de noviembre de 1921; al respecto: CUELLO
CALÓN, Eugenio. El delito de abandono de familia (artículo 487 del Código
Penal), segunda edición, Bosch Casa Editorial, Barcelona, 1948, p. 09.
Luis M iguel Reyna Alfaro
<259) CORNEJO, Luis Guillermo. “El abandono de familia ante el Derecho Penal”,
en: Revista de Jurisprudencia peruana, año I, N° 1, Lima, 1943; ÍDEM. La
punición del abandono de familia como medio de defender y mejorar el ca
pital humano, Colección Antología Jurídica, Compañía Impresora Argentina,
Buenos Aires, 1943, passim. Resalta su aporte: AOUN CHANG, Luis. Op.
Cit., p. 199.
<26°) BRAMONT ARIAS, Luis. “El delito de abandono de familia”, en: Revista de
Jurisprudencia peruana, año XII, N° 120, Editorial Revista de Jurisprudencia
peruana, Lima, 1954.
<261) BENITES SÁNCHEZ, Santiago. Derecho Penal peruano, tomo III, segunda
edición, Lima, 1959, pp. 259 ss.
<262) BRAMONT ARIAS, Luis. “El delito de abandono de familia”, p. 539.
(263) BRAMONT ARIAS, Luis. “El delito de abandono de familia”, p. 539; el texto
de dichos proyectos puede ser encontrado en: BENITES SÁNCHEZ, Santiago.
Op. Cit., p. 270.
<264) Citado por: BELTRÁN DE HEREDIA, J. “Aspectos civil y penal del abandono
de familia”, en: Revista de Derecho Privado, tomo XXXIX, Editorial Revista
de Derecho Privado, Madrid, 1955, p. 04.
Luis M iguel Reyna Alfaro
(265) Citado por: CUELLO CALÓN, Eugenio. Op. Cit., pp. 15-16.
<266) CUELLO CALÓN, Eugenio. Op. Cit., p. 17.
<267) Citado por: ORIBE, Ester.Op. Cit., p. 251.
(268) CAMPANA VALDERRAMA, Manuel. Op. Cit., pp. 57-58.
Omisión de asistencia fam iliar
(272) El profesor Juan José González Rus pone de relieve dicha situación al afirmar
que “La posición doctrinal mayoritaria (...) considera que la creación de este
delito -ya en la reforma de 1989 del Código Penal anterior- ha sido más
inconveniente que acertada”; véase: GONZÁLEZ RUS, Juan José. Delitos
contra las relaciones familiares (II)”, en: Cobo del Rosal, Manuel (director).
Compendio de Derecho Penal español. Parte Especial, Marcial Pons, Madrid,
2000, p. 364.
(273) En múltiples trabajos he citado al profesor Santiago Mir Puig, quien correc
tamente sostiene: “No todo bien jurídico requiere tutela penal, no todo bien
jurídico ha de convertirse en un bien jurídico-penal”, siendo esto así, solo a
partir de la concurrencia de suficiente importancia social y de necesidad de
protección por el Derecho Penal puede un determinado interés social obte
ner la calificación de “bien jurídico penal”; al respecto: MIR PUIG, Santiago.
El Derecho Penal en el Estado Social y Democrático de Derecho, Editorial
Ariel, Barcelona, s/f, 159 ss.
<2?4) Por ejemplo: BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto & GARCÍA CANTI-
ZANO, María del Carmen. Op. Cit., p. 177.
Omisión de asistencia fam iliar
(279) REYNA ALFARO, Luis Miguel. Los delitos informáticos: Aspectos crimino
lógicos, dogmáticos y de política criminal, Jurista Editores, Lima, 2002, pp.
225-226.
(280) GONZÁLEZ RUS, Juan José. Op. Cit., p. 364; CARBONELL MATEU, Juan
Carlos & GONZÁLEZ CUSSAC, José Luis. “De los delitos contra los dere
chos y deberes familiares”, en: Vives Antón, Tomás (coord.). Comentarios
al Código Penal de 1995, volumen I, Tirant lo Blanch, Valencia, 1996, pp.
1071-1072.
(281) A favor de considerarla como bien jurídico protegido en el delito de omisión
de asistencia familiar, entre otros: BRAMONT ARIAS, Luis & BRAMONT-
ARIAS TORRES, Luis Alberto. Op. Cit., p. 349; BRAMONT-ARIAS TORRES,
Luis Alberto & GARCÍA CANTIZANO, María del Carmen. Op. Cit., p. 175;
NAKAZAKI SERVIGÓN, César. “Análisis dogmático jurídico del delito de
incumplimiento de obligación alimentaria”, en: A.A.V.V. Libro homenaje por
el XXV aniversario de la Fundación de la Facultad de Derecho y Ciencias
política, Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Lima, 2007, p. 500; ORI
BE, Ester. Op. Cit., p. 253; BENITES SÁNCHEZ, Santiago. Op. Cit., p. 272.
Sobre los argumentos en contra de una identificación tal del bien jurídico:
Omisión de asistencia fam iliar
“los derechos que derivan de las relaciones de patria potestad, tutela, guar
da o acogimiento familiar (...), así como los del derecho al sustento que se
obtienen por la mera pertenencia a la relación familiar” (cursiva nuestra);
véase: CARBONELL MATEU, Juan Carlos & GONZÁLEZ CUSSAC, José Luis.
Op. Cit., p. 1069.
(285) Resolución del 21-05.98, expedida por la Sala Penal de Apelaciones para
Procesos Sumarios con Reos en Cárcel (Exp. N° 600-98). Extraído de: CAM
PANA VALDERRAMA, Manuel. Op. Cit., p. 72; cursiva y negrilla nuestra.
(2 8 6 ) Resolución del 01-07.98, expedida por la Sala Penal de Apelaciones para
Procesos Sumarios con Reos en Cárcel (Exp. N° 1202-98). Extraído de: CAM
PANA VALDERRAMA, Manuel. Op. Cit., p. 72; cursiva y negrilla nuestra.
Omisión de asistencia fam iliar
(287) Extraída de: ROJAS VARGAS, Fidel. Jurisprudencia Penal y Procesal Penal
(1999-2000), tomo I, Idemsa, Lima, 2002, pp. 484-485.
(288) De la misma opinión era Eusebio Gómez al comentar la Ley argentina N°
13,944 de 1950; consúltese: GÓMEZ, Eusebio. “Incumplimiento de los de
beres de asistencia familiar”, en: Revista de Derecho Penal, año VII, N° 1,
Ediar Editores, Buenos Aires, 1951, p. 57; ciertamente contradictoria era la
posición de Benites Sánchez, quien no obstante referir que el abandono de
familia comprende también el abandono moral, afirmaba luego un catálo
go de elementos estrictamente patrimoniales; así en: BENITES SÁNCHEZ,
Santiago. Op. Cit., p. 257.
<289* Ello no obstante que el origen del deber de prestar alimentos se origina en
un deber de carácter ético, reconocido por el Derecho; así: PÉREZ CARVAJAL
Y CAMPUZANO, Hilda. “Comentarios sobre la forma en que debe fijarse el
monto de la pensión alimenticia, de acuerdo con las diversas tesis jurispru
denciales”, en: Revista de Derecho Privado, año 1, N° 2, 2002, p. 182.
(290) ¡qay qUe recorcjar qUe en ei pasado se solía hablar del derecho de alimentos
como “obligación moral de solidaridad humana”; así: MONTOYA CHACÓN,
Miguel. El derecho de alimentos (Ensayo), Imprenta Becerra, Cajamarca, 1957,
p. 14; también Diego Díaz-Santos resaltaba la modernidad del abandono de
familia construido sobre “el plano de la solidaridad familiar que necesita
protección”; en: DIEGO DÍAZ- SANTOS, María del Rosario. Op. Cit., p. 329.
Luis M iguel Reyna Alfaro
3. TIPO DE LO INJUSTO
3.1. T ip o o bjet iv o
3.1.1. S u je t o s
Autor:
El autor de este delito es la persona natural sobre la cual recae
la obligación de origen judicial de prestar alimentos; constituye, en
puridad, un delito consistente en la infracción de un deber<292). Pero,
cabe aquí plantearse la interrogante: ¿Quiénes están obligados a
prestar alimentos?
Pasivo:
El sujeto pasivo de la conducta es el alimentista, declarado como
tal a través de una resolución judicial. Esto supone que puede ser su
jeto pasivo de la conducta tanto descendientes (hijos, nietos, etc.),
como ascendientes (padres, abuelos, etc.), siendo irrelevante si se tra
ta de personas menores o mayores de edad<294).
3.1.2. Ac t o s m ateriales
(295) BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto & GARCÍA CANTIZANO, María del
Carmen. Op. Cit., p. 176; ORIBE, Ester. Op. Cit., p. 258; SALINAS SICCHA,
Ramiro. Curso, p. 116; implícitamente: CAMPANA VALDERRAMA, Manuel.
Op. Cit., p. 79; de la misma opinión en relación a la legislación española:
GONZÁLEZ RUS, Juan José. Op. Cit., p. 365; MUÑOZ CONDE, Francisco.
Op. Cit., pp. 299-300; erróneamente, calificando la figura como de “omisión
impropia”: ÁNGELES GONZALES, Fernando & FRISANCHO APARICIO, Ma
nuel. Op. Cit., pp. 908-910.
(296) Extraída de: SALINAS SICCHA, Ramiro. Curso, p. 117.
Omisión de asistencia fam iliar
<2" ) pje distinta opinión, optando por incluir dentro de los alcances del artículo
149 del Código Penal el incumplimiento que se produce respecto a la asig
nación provisional de alimentos: BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto
& GARCÍA CANTIZANO, María del Carmen. Op. Cit., p. 177; CHIRINOS
SOTO, Francisco. Op. Cit., p. 133; SALINAS SICCHA, Ramiro. Curso, p. 112.
Omisión de asistencia fam iliar
(3°°) Extraída de: ROJAS VARGAS, Fidel. Op. Cit., pp. 488-489.
(3°i) Disponible en: Diálogo con la Jurisprudencia. Actualidad, análisis y crí
tica jurisprudencial, año 5, N° 14, Edit. Gaceta Jurídica, Lima, 1999,
pp. 173-174.
r
<3 ii) Críticamente: TAPIA VIVAS, Gianina Rosa. “El delito de omisión de asistencia
Omisión de asistencia fam iliar
3.3. CONSUMACIÓN:
a) ¿Es el d e lito de o m isió n a la a s iste n c ia fa m ilia r un d e lito
p e r m a n e n te o un d e lito in sta n tá n e o ?
(3 i 3 ) g-ps del 2 5 de abril de 1963 (Exp. N° 168-61/ lea); disponible en: CAMPANA
VALDERRAMA, Manuel. Op. Cit., p. 65.
<3l4) Disponible en: CORNEJO FAVA, Teresa. Op. Cit., pp. 221-222.
Omisión de asistencia fam iliar
(3 1 5 ) DÍAZ-MAROTO Y VILLAREJO, Julio. Op. Cit., p. 325 sostiene que nos en
contramos frente a un delito permanente “en cuanto la situación antijurídica
y la lesión del bien jurídico no se produce de forma instantánea (...). Es un
delito, pues, de tracto sucesivo y de carácter permanente”.
(316) ORIBE, Ester. Op. Cit., p. 258. ha sostenido con firmeza: “la consumación de
la acción delictiva se prolonga durante todo el tiempo en que la prestación
no se cumple”
l317> VILLA STEIN, Javier. Op. Cit., p. 96.
(318) SALINAS SICCHA, Ramiro. Curso, p. 117; ÍDEM. Derecho penal. Parte Es
pecial, quinta edición, Grijley, Lima, 2013, p. 461.
Luis M iguel Reyna Alfaro
<321> Extraída de: PRADO SALDARRIAGA, Víctor. Op. Cit., pp. 443-444.
(322) Extraída de: ROJAS VARGAS, Fidel. Op. Cit., pp. 486-488.
Omisión de asistencia fam iliar
<323> En ese sentido SALINAS SICCHA, Ramiro. Derecho penal, p. 467 (“Basta que se
verifique o constate que el obligado no cumple con la resolución judicial que le
ordena prestar los alimentos al necesitado, para estar ante el delito consumado”).
• (324) BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto & GARCÍA CANTIZANO, María
del Carmen. Op. Cit., p. 178.
(325) gn ja misma línea crítica: SALINAS SICCHA, Ramiro. Curso, p. 123; CAM
PANA VALDERRAMA, Manuel. Op. Cit., pp. 86-87; aunque realizan una
lectura inexacta de Villa Stein quien utiliza la referencia a la “notificación”,
como garantía del conocimiento del contenido de la resolución que dispone
el pago de alimentos.
<326) Código penal:
“Artículo 49.- Cuando varias violaciones de la misma ley penal o una de
igual o semejante naturaleza hubieran sido cometidas en el momento de la
acción o en momentos diversos, con actos ejecutivos de la misma resolución
criminal, serán considerados como un sólo delito continuado y se sancio
narán con la pena correspondiente al más grave. Si con dichas violaciones,
el agente hubiera perjudicado a una pluralidad de personas, la pena será
aumentada en un tercio de la máxima prevista para el delito más grave.
La aplicación de las anteriores disposiciones quedará excluida cuando re
sulten afectados bienes jurídicos de naturaleza eminentemente personal
pertenecientes a sujetos distintos”.
Omisión de asistencia fam iliar
l328> Resolución del 12 de septiembre de 2000, emitida por la Superior Sala Penal
de Apelaciones para Procesos Sumarios con Reos Libres (Exp. N° 2107-00),
integrada por los magistrados Barandiarán Dempwolf/ Rivera Vásquez/ Agui-
lar Vela. En términos similares la resolución de la misma fecha emitida por
la misma Sala Penal Superior, integrada en esta ocasión por los magistrados
Baca Cabrera/ Sánchez Espinoza/ Bautista Gómez (Exp. N° 2162-00); ambas
disponibles en: ROJAS VARGAS, Fidel. Op. Cit., pp. 489-491.
Omisión de asistencia fam iliar
<329) SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal, volumen I, reimpre
sión de la primera edición, Edit. Grijley, Lima, 1999, p. 257.
(33°) gn esta jjnea ¿estacan las ejecutorias supremas del 23 de julio de 1991
(Exp. N° 492-91/ Ancash) y 12 de mayo de 1994 (Exp. N° 2310-94/ lea); al
respecto: SAN MARTÍN CASTRO, César. Op. Cit., p. 256.
(33i) ^sí se jla adrmado: “no se ha demostrado en autos con los cargos de notifi
cación al procesado el requerimiento de pago; que si bien el artículo ciento
sesentiocho del Código Penal no dispone el haber requerido al procesado
bajo apercibimiento de ser denunciado por el delito de violación a la líber-
Luis M iguel Reyna Alfaro
De la revisión del tenor del artículo 149° del Código Penal se ob
serva que el legislador nacional ha omitido hacer cualquier referencia
a cuestiones que condicionen la intervención punitiva a su previa sa
tisfacción, de modo tal que en los delitos de omisión a la asistencia
familiar no se requiere más que el incumplimiento de la obligación
alimenticia para que el afectado pueda incoar la respectiva acción pe
nal. Este parece ser la posición de nuestro TC en la la Sentencia del
06 de abril de 2006 recaída en el Exp. N° 174-2009-HC/TC: “el ar
tículo 149° del Código Penal establece com o ú n ico r eq u isito para
e l in ic io d el p roceso p en a l el in cu m p lim ien to de la o b lig a ció n
de p r e sta r a lim e n to s que fu era d eterm in a d a e n una r eso lu ció n
judicial; lo que en el caso de a u to s h a o currid o con la se n te n c ia
de fecha 8 de setiembre de 1994 (Expediente N.° 382-93), por vir
tud de la cual el demandante debía pasar por concepto de pensión de
alimentos, a favor de sus 4 menores hijos, la cantidad de S/. 600.00
nuevos soles”.
<337) Sobre el referido delito: REYNA ALFARO, Luis Miguel. Delitos contra la familia
y de violencia doméstica, segunda edición, Jurista, Lima, 2011, pp. 175 ss.
Omisión de asistencia fam iliar
(338> Conforme he tenido ocasión de acotar en: REYNA ALFARO, Luis Miguel. “Ar
tículo 2. Prohibición de imponer prisión por deudas”, en: Gutiérrez, Walter
(Director). La Constitución Comentada. Análisis artículo por artículo, tomo
I, Gaceta Jurídica, Lima, 2005, pp. 247-251.
(339) En esta clase de delitos debería exigirse -en una lógica derivada del princi
pio de lesividad- la verificación de la generación de una situación de peligro
latente derivada de la conducción en estado de ebriedad de drogadicción.
Analizando “el mito de la irrenunciabilidad a los tipos de peligro abstracto”:
CARO CORIA, Dino Carlos. Derecho penal del ambiente. Delitos y técnicas
de tipificación, Gráfica Horizonte, Lima, 1999, pp. 506-513.
(340) Por ejemplo, en el delito de omisión de asistencia familiar, discutir la capaci
dad económica efectiva para el cumplimiento de la obligación, o, en el delito
de conducción en estado de ebriedad, plantear la inidoneidad de la prueba
Luis M iguel Reyna Alfaro
del Código Penal resultan ser los derechos de orden asistencial que
recaen a favor del sujeto pasivo de la conducta'3421.
2. TIPO DE LO INJUSTO
D escrip ción típ ica:
2.1. T ip o o bjet iv o
2.1.1. Su je t o s
Autor:
El sujeto activo en estos delitos será exclusivamente la persona
natural varón que haya embarazado a una mujer*(346).
Pasivo:
Sujeto pasivo de la conducta resulta ser tanto la mujer en estado
de gestación como el concebido por el autor.
<345) Resolución del 25 de noviembre de 1998, emitida por la Sala Penal de Ape
laciones para Procesos Sumarios con Reos Libres de la Corte Superior de
Justicia de Lima, integrada por los magistrados Martínez Maraví/ Báscones
Gómez Velásquez/ Ramírez Descalzi (Exp. N° 4773-98); disponible en: Diá
logo con la Jurisprudencia, año 8, N° 46, Gaceta Jurídica, Lima, 2002, pp.
168-169.
(346) A favor de considerar el abandono de mujer en estado de gestación como
un delito especial propio: SALINAS SICCHA, Ramiro. Curso, p. 137.
Omisión de asistencia fam iliar
<347) Como se postula en: BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto & GARCÍA
CANTIZANO, María del Carmen. Op. Cit., p. 179; CAMPANA VALDERRA-
MA, Manuel. Op. Cit., p. 113.
(348) De la misma opinión: CHIRINOS SOTO, Francisco. Op. Cit., p. 135.
Luis M iguel Reyna Alfaro
El artículo 361 del Código Civil precisa que: “El hijo nacido du
rante el matrimonio o dentro de los trescientos días siguientes a su
disolución tiene por padre al marido”. Seguidamente, el artículo 362
del Código Civil declara “El hijo se presume matrimonial aunque la
madre declare que no es de su marido o sea condenada como adúlte
ra”. La existencia de estas presunciones de paternidad respecto del
marido podría parecer que planteasen una obligación de este a fin de
que asista a su mujer durante el embarazo; más aún si el artículo 365
del Código Civil sostiene categóricamente: “No se puede contestar la
paternidad del hijo por nacer”. A mi parecer dicha obligación no es
categórica y, en consecuencia, no tiene necesariamente repercusiones
en el ámbito del Derecho Penal. Y señalo esto porque, en primer lugar,
estamos frente a una presunción que puede ser rebatida mediante un
proceso civil de contestación de paternidad (artículo 363 del Código
Civil); en segundo término, debido a que -aunque esto pertenezca al
ámbito de la tipicidad subjetiva- no puede concurrir el dolo del tipo
cuando el agente -aun cuando se trate del marido- tenga plena con
vicción de que no es el responsable del embarazo.
2.3. C o n s u m a c ió n
El delito de abandono de mujer en estado de gestación es un deli
to de peligro que se configura con la mera realización de una actividad
potencialmente peligrosa al bien jurídico; es suficiente que el agente
abandone a la mujer gestante en situación crítica, sin que sea nece
sario que el peligro se concrete en la lesión de la salud de la madre o
del feto<357).
3.1. C u e s t ió n p r e ju d ic ia l
§ 1. La cuestión prejudicial aparece como un medio de defensa de
importante trascendencia práctica.
Es que según refiere el artículo 363 del Código Civil: “El marido
que no se crea padre del hijo de su mujer puede negarlo”. Evidente
mente, la negativa debe basarse en la concurrencia de alguna de las
causales enumeradas en el mencionado dispositivo civil, estas son:
1) Nacimiento del hijo antes de cumplidos los 180 días siguientes a
(360) Debido al alto grado de certeza que muestran las pruebas de paternidad
mediante el análisis del ADN, algún sector de la doctrina ha propugnado la
destrucción de tal presunción; sobre las posibles reformas civiles a la cuestión
de la filiación matrimonial, véase: ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. “Refor
ma del Libro de Familia”, en: Instituto de Investigación Jurídico-Notarial.
Reforma del Código Civil peruano: Doctrina y Propuestas, Gaceta Jurídica,
Lima, 1998, pp. 148 ss.
Luis M iguel Reyna Alfaro
3.2. C u e st ió n previa
La llamada “cuestión previa” regulada en el artículo 4o del Código
procesal penal carece de eficacia práctica en el delito que se comenta,
ello porque el tipo penal del delito de abandono de mujer en estado
de gestación no contiene ningún requisito de procedibilidad que deba
ser satisfecho con antelación al inicio de la actividad jurisdiccional.
<370) Disponible en: Diálogo con la Jurisprudencia, año 8, N° 46, Gaceta Jurídica,
Lima, 2002, pp. 168-169.
BIBLIO G RA FÍA
Á n g eles G on zales, F ernando & F risancho A paricio, M anuel.
Código Penal. Parte Especial, tomo II, primera edición, Ediciones
Jurídicas, Lima;
B en ite s S án ch ez, San tiago. Derecho Penal peruano, tomo III, se
gunda edición, Lima, 1959;
B ram ont-A rias T orres, Luis A lb erto & García C an tizan o, Ma
ría d el Carmen. Manual de Dere-cho Penal. Parte Especial, cuarta
edición, Edit. San Marcos, Lima, 1998;
C astiñ eira Palou, Ma. T eresa. “Tema 9o. Delitos contra las relacio
nes familiares”, en: Silva Sánchez, Jesús María (Director). Leccio
nes de Derecho penal. Parte Especial, Atelier, Barcelona, 2006;
D íaz-M aroto y V illarejo, J u lio . “Cap. IX: Delitos contra las relacio
nes fa miliares”, en: Bajo Fernández, Miguel (director). Compendio
de Derecho Penal (Parte Especial), Volumen II, Centro de Estudios
Ramón Areces, Madrid, 1998;
S alin as Siccha, Ram iro. Curso de Derecho Penal peruano. Parte Espe
cial, tomo II, primera edición, Edit. Palestra, Lima, 2000;
V illa S tein , Javier. Derecho Penal. Parte Especial, Tomo I-B, primera
edición, Edit. San Marcos, Lima, 1998;
203
r
CAPÍTULO V
LA VIOLENCIA DOMÉSTICA
207
Luis M iguel Reyna Alfaro
U. EL CONCEPTO DE “GÉNERO''
§1. La expresión “género” ha sido empleada recurrentemente
cuando se analiza la cuestión de la violencia doméstica. Es que la pro
blemática de la violencia intradoméstica tiene raíces estructurales y
expresa un “orden social basado en la desigualdad”*378379'. “Desigualdad”
es justamente lo que pretende graficar el concepto de “género”.
*378’ Guía de buenas prácticas para paliar los efectos de la violencia contra las
mujeres y conseguir su erradicación, Instituto de la Mujer, Madrid, 2002,
p. 01. En forma similar, Elena Marín de Espinosa Cevallos refiere que en el
ámbito de la violencia doméstica “el problema principal es la desigualdad
estructural que tan arraigada está en nuestra sociedad desde tiempos remo
tos”; MARÍN DE ESPINOSA CEVALLOS, Elena. Op. Cit., p. 03.
(3 7 9 ) VILLANUEVA FLORES, Rocío. “Análisis del Derecho y Perspectiva de Géne
ro”, en: A.A.V.V., Sobre Derecho, Género y Discriminación, reimpresión de
la primera edición, Defensoría del Pueblo, Lima, 1999, p. 12; MONTOYA
VIVANCO, Yván. “Discriminación y aplicación discriminatoria del Derecho
Penal en los delitos contra la libertad sexual e infracciones penales contra
la integridad personal”, en: Discriminación sexual y aplicación de la ley, vo
lumen IV, Defensoría del Pueblo, Lima, 2000, p. 21.
(380) reSpecto: TOLENTINO GAMARRA, Nancy/ VARGAS VALDIVIA, Giovanna/
BASTIDAS ALIAGA, María/ MENA MENA, María/ RÍOS GARCÍA, Milagros/
QUINTEROS CARLOS, Silvia/ LEDESMA CALDERÓN GAMARRA, Carmen/
ZANOLO MARTINUZZI, Bruno (en adelante: TOLENTINO GAMARRA, Nancy
y otros). Violencia Familiar desde una perspectiva de género. Consideraciones
para la acción, Promudeh, Lima, 2000, p. 23.
r
(396) En lo que sigue, me valgo de los aportes de: BIRGIN, Haydée. “Las mujeres:
El Derechos y sus derechos. Institución y subjetividad”, en: A.A.V.V., Sobre
Derecho, Género y Discriminación, reimpresión de la primera edición, De-
fensoría del Pueblo, Lima, 1999, pp. 59 y ss.
Luis M iguel Reyna Alfaro
<4° 2 ) CARO CORIA, Dino Carlos & SAN MARTÍN CASTRO, César. Delitos con
tra la libertad e indemnidad sexuales: Aspectos penales y procesales, Edit.
Grijley, Lima, 2000, p 25; ÍDEM. “Acerca de la ‘discriminación de género’ a
través de las reformas del Derecho Penal sexual”, en: el mismo. Imputación
. objetiva, delitos sexuales y reforma penal, Universidad Nacional Autónoma
de México, México, 2002, pp. 34-35.
(403) RANCIO MELIÁ, Manuel. “Las infracciones de violación de la libertad se
xual, proxenetismo y ofensas al pudor público en Derecho Penal peruano.
Algunas consideraciones de política criminal y de derecho comparado”, en:
Revista Peruana de Ciencias Penales, N° 11, Idemsa, Lima, 2002, p. 179.
<404) Al respecto: DE VICENTE MARTÍNEZ, Rosario. Op. Cit., pp. 84-85; crítica
mente también sobre la aludida disposición hispana: DIEGO DÍAZ-SANTOS,
María del Rosario. Los Delitos contra la Familia, Montecorvo, Madrid, 1973,
p. 60. Conviene recordar, no obstante, que existen aún un gran número
de legislaciones penales que mantienen disposiciones similares, a manera
de ejemplo pueden citarse los casos de Marruecos (artículo 418 del Código
Penal: “El delito de homicidio, lesiones y golpeo estarán justificados si son
cometidos por el marido contra su mujer en el momento que aquel la sor
prendiere cometiendo adulterio. Asimismo, estará justificada la complicidad
en dichos delitos”), Siria (artículo 548 del Código Penal: “Quien encuentre a
su esposa o uno de sus familiares mujeres o hermana cometiendo adulterio
(flagrante delito) o actos sexuales ilegítimos con otro y mata o hiere a uno
o a los dos se beneficiará de una exención de castigo. Quien encuentra a su
La violencia doméstica
Muy similar es el aún vigente contenido del artículo 130 del Có
digo Penal de Nicaragua. En virtud a dicho dispositivo, si un hombre
sorprende a su cónyuge en adulterio y le da muerte a ella o a ambos,
la pena máxima que recibiría sería la de cinco años de prisión. Muy
cercana es también la disposición contenida en el artículo 129 del
Código Penal de Nicaragua que conmina con una pena no menor de
dos ni mayor de dos años de prisión a aquellos varones que viviendo
con sus hijas o hermanas menores de veintiún años de edad, die
sen muerte -por encontrarlos en flagrancia- a quienes yaciesen con
ellas<405).
(407) ca ro CORIA, Dino Carlos & SAN MARTÍN CASTRO, César. Op. Cit., pp. 67
72; CARO CORIA, Dino Carlos. “Acerca de la ‘discriminación de género’ en el
Código Penal peruano de 1991”, en: Anuario de Derecho Penal 1999-2000,
monográfico “Derecho penal y discriminación de la mujer” Fondo Editorial
de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2001, p. 134. También
el profesor Manuel Cando Meliá cuestiona la introducción de elementos
moralizantes en la regulación actual española de los delitos sexuales, así ex
presa categóricamente: “las arpías de la legislación moralizante o meramente
simbólica parecen perseguir al Derecho Penal sexual donde quiera que vaya”;
así en: CANCIO MELIÁ, Manuel. “Los delitos de agresiones sexuales, abu
sos sexuales y acoso sexual en el nuevo Código Penal español”, en: Revista
peruana de Ciencias Penales, N° 7/8, Lima, 1999, p. 647.
(4°8) DE VICENTE MARTÍNEZ, Rosario. Op. Cit., p. 88; VILLANUEVA FLORES,
Rocío. Op. Cit., p. 13.
<409) El arsenal punitivo, bien recuerda Carnevali Rodríguez, no puede ser em
pleado para la perfección moral de los individuos; así en: CARNEVALI RO
DRÍGUEZ, Raúl. “La mujer como sujeto activo en el delito de violación: un
problema de interpretación teleológica”, en: Revista Peruana de Doctrina y
Jurisprudencia Penales, N° 3, Grijley, Lima, 2002, p. 185.
(«o) CAR0 CORIA, Dino Carlos & SAN MARTÍN CASTRO, César. Op. Cit., pp.
26-27.
La violencia doméstica
§ 8 . En sede
de ejecución penal se aprecian también diversas ma
nifestaciones de la ya apuntada “discriminación de género”.
(«6) MILLER, Teresa A. “Keeping the government’s hands off our bodies: Mapping
a feminist legal theory approach to privacy in cross-gender prison searches”,
en: Buffalo Criminal Law Review, volumen 4, Buffalo State, 2001, p. 864.
(417) MILLER, Teresa A. Op. Cit, p. 864.
(418) MILLER, Teresa A. Op. Cit., p. 866.
La violencia doméstica
1. C o n s id e r a c io n e s pr e lim in a r es
§ 1 . La violencia es un fenómeno histórico(427) casi connatural en
el Perú. Por ello, la violencia terrorista y la violencia estatal, ejemplos
corroborantes de tal afirmación, han sido sometidas a constante ob
servación. Sin embargo, la violencia familiar(428),* manifestación de la
violencia sumamente arraigada<429) en nuestra sociedad, ha carecido
de mayor atención(430), hecho que resultaba también tributario de la
reflection”, en: Buffalo Criminal Law Review, volúmen 89/4, Buffalo State
University, p. 898.
*434) AMES, Rolando. “Condiciones estructurales de violencia en el Perú”, en:
A.A.V.V. Familia y Violencia en el Perú de hoy, p. 16.
*4351 AMES, Rolando. Op. Cit., p. 16. Muy cercano Prado Saldarriaga subraya que
“El incremento de la violencia familiar constituye un dramático resultado
de la crisis social, económica y de valores por la que atraviesa la sociedad
peruana”; así en: PRADO SALDARRIAGA, Víctor. “Sistemas penales compa
rados: Violencia en el ámbito doméstico y familiar (Perú)”, en: Revista Penal,
N° 10, La Ley, Madrid, 2002, p. 222.
*4361 ESPINOZA MATOS, María Jesús (comp.). Violencia en la Familia en Lima
y el Callao. Informe de resultados de la primera encuesta de hogares sobre
vida familiar en Lima y El Callao, segunda edición, Ediciones del Congreso
del Perú, Lima, 2001, p. 40.
*437) ESPINOZA MATOS, María Jesús (comp.). Op. Cit., p, 41.
<438) AMMONS, Linda. Op. Cit., p. 909; FAGAN, Jeffrey. Op. Cit., pp. 07-08; HO,
Truc- Nhu. “Domestic violence in a Southern city: The effects of a mandatory
Luis M iguel Reyna Alfaro
arrest policy on male -versus- female aggravated assault incidents”, en: Ame
rican Journal of Criminal Justice, volumen 25, número 1, Southern Crimi
nal Justice Association, Florida, 2000, p. 108; MONTOYA VIVANCO, Yván.
Op. Cit., pp. 22-23. Resalta también el rol jugado por las organizaciones de
mujeres en la constatación de la victimización femenina y en el rechazo de
las consideraciones “etiológicas” que hablaban de una “víctima provocadora”:
DE LA CUESTA AGUADO, Paz Mercedes. Op. Cit., pp. 123-124; el costarri
cense Roberto Madrigal subraya igualmente el rol asumido por las organi
zaciones feministas en las propuestas legislativas planteadas en Costa Rica
-fundamentalmente el proyecto “Ley de penalización de violencia contra
las mujeres-”, véase: MADRIGAL ZAMORA, Roberto. “Sistemas penales
comparados: Violencia en el ámbito doméstico y familiar (Costa Rica)”, en:
Revista Penal, N° 10, La Ley, Madrid, 2002, p. 201; en general, destacando
la importancia del movimiento feminista en la modificación del estado social
y las condiciones de vida de las mujeres: LABERGE, Danielle. “Las investi
gaciones sobre las mujeres calificadas de criminales: Cuestiones actuales y
nuevas cuestiones de investigación”, en: Anuario de Derecho Penal 1999
2000, monográfico “Derecho Penal y discriminación de la mujer”, Fondo
Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2001, p. 369.
(439) COKER, Donna. “Crime control and feminist law reform in domestic vio-
lence law: A critical review”, en: Buffalo Criminal Law Review, vol. N° 4:80,
Buffalo State University, 2001, p. 802.
01401 Con la consecuente articulación de instrumentos supranacionales que ello
supone; así: MONTOYA VIVANCO, Yván. Op. Cit., pp. 22-23.
(441) ACALÉ SÁNCHEZ, María. El delito de malos tratos, p. 17; similar: WAGNER,
Karem. “Respuesta de la justicia a la violencia intrafamiliar contra la mujer”,
en: Anuario de Derecho Penal 1999-2000, monográfico “Derecho penal y
discriminación de la mujer”, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad
Católica del Perú, Lima, 2001, p. 382.
01421 AMMONS, Linda. Op. Cit., p. 897.
228
La violencia doméstica
2. C o n c e p t o de v io l e n c ia fa m ilia r
§ 1. En doctrina, son variadas las definiciones que se dan res
pecto al concepto de violencia familiar o doméstica y todas ellas care
cen del suficiente nivel de precisión443(444). A manera de ejemplo, citaré a
continuación algunas de las definiciones más características.
(443) ESPINOZA MATOS, María Jesús (comp.). Op. Cit., p. 18; también: WAGNER,
Karem. Op. Cit., pp. 382-383.
(444) MARÍN DE ESPINOSA CEVALLOS, Elena. Op. Cit., p. 200.
(445) Citada por: MARÍN DE ESPINOSA CEVALLOS, Elena. Op. Cit., p. 200.
(446) Guía de buenas prácticas para paliar los efectos de la violencia contra las
mujeres y conseguir su erradicación, p. 12; DÍAZ-AGUADO JALON, María
José 8c MARTÍNEZ ARIAS, Rosario. Estudio sobre las medidas adoptadas por
229
Luis M iguel Reyna Alfaro
231
Luis M iguel Reyna Alfaro
<464) De similar opinión es el profesor Manuel Jaén Vallejo, quien sostiene que
“aunque la violencia doméstica se ha llegado a manifestar en todas las cla
ses sociales, lo cierto es que se manifiesta con mucha más frecuencia entre
las clases menos favorecidas”; así en: JAEN VALLEJO, Manuel. Op. Cit., p.
499; igualmente: MORÚN, Ana Cecilia. Op. Cit., p. 230; quien sostiene: “La
violencia doméstica y familiar ocurre en todos los estratos sociales, aunque
es más frecuente en los sectores más humildes de nuestra sociedad”.
<46s) por ejempl0) Donna Coker -en el ámbito de la violencia doméstica contra
la mujer- sostiene que las mujeres pobres son las más vulnerables a sufrir
la repetición de la violencia en la medida en que los fondos asignados para
su asistencia son aún escasos; así en: COKER, Donna. Op. Cit., p. 804.
(466) Es que en la clase trabajadora los hombres reciben más órdenes de las que
dan, lo que generaría en ellos una sensación de desesperación al considerar
que su autoidentidad masculina es atacada; al respecto: COKER, Donna. Op.
Cit., p. 804.
Luis M iguel Reyna Alfaro
(467) Aunque es también cierta que esta última apreciación requeriría de una
constatación empírica.
(468) Este dato subsiste pese a que para las mujeres “la violencia familiar fre
cuentemente está asociada con el consumo de bebidas alcohólicas y drogas”;
véase: TOLENTINO GAMARRA, Nancy y otros. Op. Cit., pp. 81 y 93.
<469) MONTOYA VIVANCO, Yván. Op. Cit., p. 41. Muy similar Lori Heise sostie
ne “En pocas sociedades y subculturas, el abuso de la esposa parece ocurrir
principalmente en conjunción con el abuso de alcohol o drogas o ambos”;
así en: HEISE, Lori. “Mujer, salud y desarrollo”, en: Güezmes, Ana & Loli
Silvia. Op. Cit., p. 254.
La violencia doméstica
<493> Acuerdo del Pleno del Consejo General del Poder Judicial, de 21 de marzo de
2001, sobre la problemática jurídica derivada de la violencia doméstica, p. 06.
<494) COMAS D’ARGEMIR, Montserrat. Op. Cit., p. 03.
(495) KNAUT, Silke. Op. Cit., p. 185.
<49«> KNAUT, Silke. Op. Cit., p. 185.
<497> KNAUT, Silke. Op. Cit., p. 185.
243
Luis M iguel Reyna Alfaro
Si hay que partir por algún dato, este es que el 50% de la pobla
ción nacional, estimada según el Instituto Nacional de Estadística e
Informática en 25 millones 662 mil habitantes al año 2000, corres
ponde al sexo femenino.
Entre las estadísticas oficiales más recientes con las que se pue
de contar destaca la proporcionada por el Ministerio Público, en su
Anuario Estadístico 2002, en donde se arroja como cifra total de de
nuncias por violencia familiar en las Fiscalías Provinciales de Lima la
cantidad de 7,761 denuncias.
246
La violencia doméstica
5. C lases de v io l e n c ia en el á m b it o fa m ilia r
Aunque desde un punto de vista clínico, el maltrato puede ser
clasificado en maltrato físico y maltrato psíquico*(512), en lo que sigue
5.1. LA V IO L E N C IA FÍSICA
Esta parcela es la que contiene, estadísticamente, el mayor grupo
de casos. De tal forma se ha constatado que durante el período de
1994 a 1997, un total de 94,4% de las denuncias recibidas por violen
cia en el hogar -lo que supone un aproximado de veinte mil denun
ciantes- eran de orden físico<514).5134
Diez Ripolles, José Luis & Gracia Martín, Luis. Comentarios al Código Pe
nal. Parte Especial, tomo I, Tirant lo Blanch, Valencia, 1997, p. 416; IDEM.
“El delito y la falta de malos tratos en el Código Penal español de 1995”,
p. 227.
(5 1 3 ) Aunque se han propuesto otras clasificaciones, como la del Consejo de Europa
(que distingue además a la violencia económica y la violencia estructural; al
respecto: Acuerdo del Pleno del Consejo General del Poder Judicial, de 21
de marzo de 2001, sobre la problemática jurídica derivada de la violencia
doméstica, p. 18, la clasificación que proponen Tolentino Gamarra y otros
coincide con la propuesta por el sector mayoritario entre quienes se ha ana
lizado la problemática de la violencia intrafamiliar.
(514) TOLENTINO GAMARRA, Nancy y otros. Op. Cit., p. 81.
r
(519) Handbook on justice for victims. On the use and application of the declara-
tion of basic principies of justice for victims of crime and abuse of power,
United Nations, New York, 1999, p. 04. En forma similar Cuarezma Terán
sostiene, refiriéndose a los resultados de una investigación practicada en la
ciudad nicaragüense de León, que el “85% de las mujeres maltratas presenta
trastornos psicológicos”; véase: CUAREZMA TERÁN, Sergio. Op. Cit., p. 218.
(52°) En su reporte de 1996 sobre “Violence against women, gender and health
equality”, véase al respecto: AMMONS, Linda. Op. Cit., p. 901.
(521) Al respecto Ana Güezmes y Silvia Loli informan que investigaciones realizadas
en los Estados Unidos dan cuenta de que la mujer maltratada, en compara
ción de la mujer que no vive con hombres violentos, tiene cinco veces más
probabilidades de suicidarse; véase: GÜEZMES, Ana & LOLI, Silvia. Op. Cit,
p. 120.
(522) MAQUEDA ABREU, María Luisa. Op. Cit., p. 1527.
251
Luis M iguel Reyna Alfaro
<523> MARÍN DE ESPINOSA CEBALLOS, Elena. Op. Cit., pp. 13/ 214-216; LO-
RENTE ACOSTA, Miguel/ LORENTE ACOSTA, José Antonio/ LORENTE
ACOSTA, Manuel Javier/ MARTÍNEZ VILDA, María Elena/ VILLANUEVA
CAÑADAS, Enrique. “Síndrome de agresión a la mujer. Síndrome de maltrato
a la mujer”, en: Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología, N° 2,
disponible en http://criminet.ugr.es/ recpc_02-07.html; FORTETE, César.
“El avenimiento en los delitos sexuales: Entre el conflicto y la posibilidad
(Nuevo artículo 132 del Código Penal)”, en: Ley, Razón y Justicia, año 3, N°
5, Alveroni Ediciones, Neuquen, 2001, pp. 207 ss.
<324) GÜEZMES, Ana & LOLI, Silvia. Op. Cit., p. 71; también: PELLETIER, Pierre.
“Sicología de la violencia conyugal: Estrategias de dominio”, en: Güezmes,
Ana & Loli, Silvia. Op. Cit., p. 229.
La violencia doméstica
5.3. V io le n c ia sexual
§ 1. Una de las expresiones más recurrentes de violencia dentro
de la familia es la de naturaleza sexual, lo que ha motivado que el le
gislador peruano, mediante la Ley N° 27306, del 15 de julio de 2000,
que modificó el Texto Único Ordenado de la Ley de Protección frente
(529) ESPINOZA MATOS, María Jesús (comp.). Op. Cit., p. 112; MONTOYA
VIVANCO, Yván. Op. Cit., p. 40; TERRADILLOS BASOCO, Juan. Op. Cit.,
p. 53. Véase en este mismo acápite el § 4.
(530) TOLENTINO GAMARRA, Nancy y otros. Op. Cit., p. 84.
254
La violencia doméstica
255
Luis Miguel Reyna Alfaro
'540) César Fortete hace mención de que las investigaciones muestran que la pro
babilidad de que la mujer casada sufra violación por parte de su esposo es
dos veces mayor de que pueda ser cometida por conocidos o amigos y siete
veces mayor a que pueda ser cometida por desconocidos; así, en: FORTETE,
César. Op. Cit., p. 207.
(541> CASTILLO ALVA, José Luis. La violación sexual en el Derecho Penal peruano,
p. 17.
(5«) viLLANUEVA FLORES, Rocío. La violencia sexual: un problema de seguri
dad ciudadana. Las voces de las víctimas, segunda edición, Defensoría del
Pueblo, Lima, 2000, pp. 26-27.
(5«) gn ej Dej-echo Penal de los Estados Unidos de América, el profesor Markus
Dirk Dübber informa que dentro de los cambios operados en las últimas
décadas en materia de criminalidad sexual se encuentran la posibilidad de
reprimir penalmente la violación sexual dentro del matrimonio y la ausen
cia de referencia al sexo de la víctima al describirse las conductas típicas;
DÜBBER, Markus Dirk. “La víctima en el Derecho Penal estadounidense:
Una sinopsis introductoria”, traducción de Manuel Cancio Meliá, en: Reyna
Alfaro, Luis Miguel (coord.). Op. Cit., p. 32.
<544> Como bien lo recuerda Cancio Meliá en: CANCIO MELIÁ, Manuel. “Las in
fracciones de violación de la libertad sexual, proxenetismo y ofensas al pu
dor público en Derecho Penal peruano. Algunas consideraciones de política
criminal y de derecho comparado”, p. 183.
(545) CANCIO MELIÁ, Manuel. “Las infracciones de violación de la libertad sexual,
proxenetismo y ofensas al pudor público en Derecho Penal peruano. Algunas
consideraciones de política criminal y de derecho comparado”, p. 183. Muy
Luis M iguel Reyna Alfaro
(549> CASTILLO ALVA, José Luis. La violación sexual en el Derecho Penal peruano,
pp. 90- 91; ÍDEM. Tratado de los delitos contra la libertad e indemnidad
sexuales, p. 119; en forma similar: NOGUERA RAMOS, Iván. Los delitos
contra la libertad sexual, Jurídica Portocarrero, Lima, 1995, p. 31; también:
AMMONS, Linda. Op. Cit., p. 904; quien critica con dureza el hecho de que
a comienzos de la última década del siglo pasado más de la mitad de los
Estados integrantes de la unión americana consideraban permitido que un
hombre “viole” a su esposa. De forma distinta Salinas Siccha, quien conside
ra que la violación sexual dentro del matrimonio y en casos de convivencia
supone un menor grado de injusto e implica la aplicación de una penalidad
reducida; así en: SALINAS SICCHA, Ramiro. Op. Cit., p. 196.
(55°) Entre líneas nuestro; disponible en: FRISANCHO APARICIO, Manuel. Ju-
Luis M iguel Reyna Alfaro
§ 4. Además, hay que tomar en cuenta que existen tipos penales que
violentan la libertad o indemnidad sexual y que en virtud a la relación al
vínculo de familiaridad se encuentran conminados con una mayor pena.
(557) v 0t0 discrepante de los magistrados Fernández Urday & Bacigalupo Hurtado.
Ciertamente que la identificación que se hace del bien jurídico tampoco es
totalmente correcta, en la medida en que contiene claros elementos mora
lizantes que deben desterrarse del Derecho Penal.
*557558)59CHOCANO RODRÍGUEZ, Reiner. “La violación sexual y los actos contra el
pudor de menores”, en: Revista Peruana de Ciencias Penales, N° 4, Grijley,
1994, p. 768.
(559) CASTILLO ALVA, José Luis. Tratado de los delitos contra la libertad e in
demnidad sexuales, p. 47.
La violencia doméstica
Es vital que además del mero vínculo familiar entre agresor y víc
tima se produzca una “relación” de “autoridad” o de “confianza”, pues
es precisamente dicha “relación” la que permite el atentado de orden
sexual<562).
6. S ecuelas de la v io l e n c ia d o m é st ic a
La violencia, en sus diversas manifestaciones, dentro del hogar
provoca una serie de secuelas dentro del núcleo familiar afectado, so
bre todo de índole psicológica.
(563) PHOENIX, Joanna. “Prostitute identities. Men, money and violence”, en:
British Journal of Criminology, N° 40, 2000, pp 51 ss.; COKER, Donna. Op.
Cit., p. 837.
(564) pHOENIX, Joanna. Op. Cit., p. 50.
La violencia doméstica
1. C u e s t io n e s in ic ia l e s
§ 1. El reconocimiento de la violencia familiar como un fenóme
no social necesitado de tratamiento legislativo se dio en nuestro país
a través de la Ley N° 26260, que promulgó la “Ley de Protección frente
a la Violencia F'amiliar”<571), la cual fue modificada posteriormente me
diante Ley N° 26763(572).
2. LA Ley d e p r o t e c c ió n fr en te a la v io l e n c ia
FAMILIAR Y LA NUEVA LEY PARA PREVENIR, SANCIO
NAR Y ERRADICAR LA VIOLENCIA CONTRA LAS MU
JERES Y LOS INTEGRANTES DEL GRUPO FAMILIAR
§ 1. La consideración de la gran intensidad de la problemática de
la violencia familiar en el ámbito de los malos tratos familiares provo
có la expedición de la Ley de Protección frente a la Violencia Familiar
(Ley N° 26260), promulgada el día 22 de diciembre de 1993 y publi
cada en el Diario Oficial “El Peruano” el 24 de diciembre del mismo
año (de aquí en adelante Ley derogada). La persistente trascendencia
social del fenómeno de la violencia intrafamiliar llevó a la expedición
de la “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las
mujeres y los integrantes del Grupo Familiar” (Ley N° 30364) que de
roga la anterior Ley (de aquí en adelante Ley vigente) y que introduce
una serie de cambios significativos.
3. C a pa c id a d de r e n d im ie n t o del a ctu a l c ó d i
g o Penal para la p r e v e n c ió n y r e p r e sió n de
LA V IO L E N C IA D O M É ST IC A
Es cierto -como ya hemos mencionado- que el actual Código Pe
nal peruano no posee una regulación específica del delito de malos
tratos familiares, lo que supone una laguna o vacío de punibilidad que
deberá ser zanjado oportunamente por el legislador(581).
(591) TERRAGNI, Marco Antonio. Delitos contra las Personas, Ediciones Jurídicas
Cuyo, Mendoza, 2000, p. 188.
(592) Da cuenta del gran impacto social que genera el delito de parricidio: CASTI
LLO ALVA, José Luis. Homicidio. Comentario de las figuras fundamentales,
Gaceta Jurídica, Lima, 2000, p. 101.
<993> Sobre las distinciones entre la actual regulación y sus antecedentes: CASTI
LLO ALVA, José Luis. Homicidio. Comentario de las figuras fundamentales,
p. 103.
Luis M iguel Reyna Alfaro
(594) CASTILLO ALVA, José Luis. Homicidio. Comentario de las figuras funda
mentales, p. 116.
(595) CASTILLO ALVA, José Luis. Homicidio. Comentario de las figuras funda
mentales, p. 117.
La violencia doméstica
Por otra parte, el artículo 107 del Código Penal habla del “cón
yuge o concubino”, con lo que extiende la aplicación del tipo penal de
Parricidio no solo a las relaciones de derecho sino a las de hecho. Di
cha incorporación responde a una innegable realidad jurídico-social,
aunque es evidente que la expresión “concubino” incluye únicamente
a las uniones de hecho que cumplan los requisitos a que se contrae el
Código Civil en su artículo 326 del Código Civil (unión voluntaria de
hombre y mujer, que se encuentren libres de impedimento matrimo
nial, finalidades y deberes semejantes a los del matrimonio, unión
de hecho de por lo menos dos años), y no a las meras relaciones de
convivencia(596)597.
3.2. El d e l it o de le sio n e s
La relación que existe entre la violencia intrafamiliar y el delito
de lesiones es más que evidente<597). Si la jurisdicción penal privilegia
la persecución de aquellas manifestaciones de violencia doméstica
con menor dificultad probatoria (violencia física) y detrimento de la
comprobación más dificultosa (violencia psíquica), los delitos que su
ponen un atentado contra la integridad corporal de la persona -como
el parricidio y las lesiones- suelen ser los instrumentos punitivos
más utilizados en la represión de la violencia intradoméstica.
(596) £)e igual opinión: CASTILLO ALVA, José Luis. Homicidio. Comentario de las
figuras fundamentales, p. 124; VILLA STEIN, Javier. Derecho Penal. Parte
Especial, tomo I-A, San Marcos, Lima, 1997, pp. 64-65; implícitamente:
BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto & GARCÍA CANTIZANO, María
del Carmen. Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cuarta edición, Edit.
San Marcos, Lima, 1998, p. 47.
(597) Así, por ejemplo, Portocarrero Hidalgo señala como fuente de inspiración
de los artículos 121-A y 122-A del Código Penal peruano el tipo y la falta
de malos tratos familiares del Código Penal español de 1995; véase: POR
TOCARRERO HIDALGO, Juan. Delitos de Lesiones, Jurídica Portocarrero,
Lima, 2003, p. 98.
279
Luis M iguel Reyna Alfaro
283
r
<606) SOLÉ RIERA, Jaume & LARRAURI PIJOÁN, Elena. Op. Cit., p. 518; igual
mente: JAÉN VALLEJO, Manuel. Op. Cit., pp. 497-498; muy cercano: NIE
TO MARTÍN, Adán. “Sistemas penales comparados: Violencia en el ámbito
doméstico y familiar (España)”, en: Revista Penal, N° 10, La Ley, Madrid,
2002, p. 207.
La violencia doméstica
287
Luis M iguel Reyna Alfaro
'
La violencia doméstica
Esta resolución, más allá del error que significa comprender como
pena a la “suspensión de la patria potestad”, deja en claro la obligato
riedad de una aplicación conjunta de las consecuencias jurídicas del
(6°9) DiSp0nible en: Jurisprudencia penal, tomo I, Normas Legales, Trujillo, 2003,
pp. 208-209.
Luis M iguel Reyna Alfaro
Según el texto del artículo 108-B° del Código penal, comete de
lito de feminicidio “el que mata a una mujer por su condición de tal”
en “cualquiera de los siguientes contextos: 1. Violencia familiar; 2.
Coacción, hostigamiento o acoso sexual; 3. Abuso de poder, confian -
<611) Disponible, en sumilla, en: CARO CORIA, Dino Carlos. Código Penal. Actua
les tendencias jurisprudenciales de la práctica penal, Gaceta Jurídica, Lima,
2002, p. 296.
La violencia doméstica
penal [en el que se pone más énfasis a la destinataria del acto discri-
minador - “contra la mujer”- más que al modo específico en que toma
lugar la discriminación y el carácter potencialmente nocivo que este
debería tener] provoca una excesiva apertura del tipo penal que se
incrementa cuando se aprecia que con la referencia a que la conducta
puede tener lugar “independientemente de que exista o haya existido
una relación conyugal o de convivencia con el agente” se elimina cual
quier posibilidad de limitación del tipo objetivo.
complejizado una regulación que, de por si, resulta hoy en día -y por
exclusiva culpa del legislador- bastante confusa(615).
(6is) Críticamente: CARO CORIA, Dino Carlos. “No está claro qué debemos en
tender por lesiones psicológicas contra la mujer”, disponible en: http://laley.
pe/not/2934/-no-esta-claro-que-debemos-entender-por-lesiones-psicologicas-
contra-la-mujer-/.
(6i6) “Artículo 124-B. Determinación de la lesión Psicológica.
El nivel de la lesión psicológica es determinado mediante valoración realizada
de conformidad con el instrumento técnico oficial especializado que orienta
la labor pericial, con la siguiente equivalencia:
a. Falta de lesiones leves: nivel leve de daño psíquico.
b. Lesiones leves: nivel moderado de daño psíquico.
c. Lesiones graves: nivel grave o muy grave de daño psíquico”.
295
Luis M iguel Reyna Alfaro
4.1. La le g ít im a d e fe n sa
§ 1. La legítima defensa adquiere relevancia, en lo que aquí con
cierne, frente a la posibilidad de que la víctima del maltrato familiar
realice alguna acción defensiva.
4.2. El esta d o de n e c e s id a d
Creo innecesario redundar en las cuestiones dogmáticas tratadas
en el capítulo anterior respecto al estado de necesidad, por lo que
abordaré directamente la cuestión que ahora nos ocupa.
299
Luis M iguel Reyna Alfaro
por parte de los padres hacia sus hijos<626) y, en menor medida, del
cónyuge varón hacia su mujer626(627).
Más allá de lo expuesto, parece más que evidente que los delitos
de lesiones, leves o graves, por su naturaleza excluyen de antemano
la posibilidad de aplicación de la eximente del ejercicio legítimo de un
derecho.
(63°) Lfjmtgg que, bien subraya Jaén Vallejo, en virtud a las actuales circunstancias
socioculturales y a las diferentes normas pedagógicas existentes en relación
con otros tiempos, son cada vez menores; véase: JAEN VALLEJO, Manuel.
Op. Cit., p. 497.
(631) KNAUT, Silke. Op. Cit., p. 186.
(632) KNAUT, Silke. Op. Cit., p. 186.
Luis M iguel Reyna Alfaro
4.4. El c o n s e n t im ie n t o
La razón que exige analizar la relevancia del consentimiento en
el ámbito de los malos tratos familiares se relaciona a la casi ferviente
discusión respecto a la posibilidad de admitir el consentimiento fren
te a las lesiones físicas(637).
(637) Recordemos que para algunos autores el delito de malos tratos ataca el
mismo bien jurídico que el delito de lesiones. Para quienes sostenemos una
posición distinta, la discusión resulta útil en la medida en que las lesiones
pueden ser una de las consecuencias en que pueden derivar los actos de
violencia en el hogar.
(638) TERRADILLOS BASOCO, Juan. Op. Cit., pp. 53 y ss.
(639) MARÍN DE ESPINOSA CEBALLOS, Elena. Op. Cit., p.147.
303
Luis M iguel Reyna Alfaro
(64o) Críticamente: GRACIA MARTÍN, Luis. “El delito y la falta de malos tratos
en el Código Penal español de 1995”, p. 228.
<641) Así, Carbonell Mateu/ González Cussac sostienen: “Creemos con Quintero,
que se trata de proteger la dignidad de la persona humana en el seno de
la familia”, aunque estos autores introducen algunos elementos adiciona
les, como el derecho a no ser sometido a trato inhumano o degradante, la
salud, e incluso el honor”; al respecto: CARBONELL MATEU, Juan Carlos
& GONZÁLEZ CUSSAC, José Luis. “Comentario al artículo 153”, en: Vives
Antón, Tomas (coord.). Comentarios al Código Penal de 1995, volumen I,
Tirant lo Blanch, Valencia, 1996, p. 801.
(M2 ) Acuerdo del Pleno del Consejo General del Poder Judicial, de 21 de marzo
de 2001, sobre la problemática jurídica derivada de la violencia doméstica,
pág. 16. En dicho documento se afirma: “El bien jurídico en el delito de
violencia doméstica es la dignidad de las personas en el seno de la familia”.
La violencia doméstica
<643) GRACIA MARTÍN, Luis. “Art. 153”, p. 419; ÍDEM. “El delito y la falta
de malos tratos en el Código Penal español de 1995”, pps. 228-229.
Seguido expresamente por: ACALÉ SÁNCHEZ, María. El delito de malos
tratos, p. 124; MARÍN DE ESPINOSA CEVALLOS, Elena. Op. Cit., pp.
175-176.
(644) GRACIA MARTÍN, Luis. “Art. 153”, p. 420.
<645) GRACIA MARTÍN, Luis. “Art. 153”, p. 424.
Luis M iguel Reyna Alfaro
307
Luis M iguel Reyna Alfaro
(652> Citado por: ACALÉ SÁNCHEZ, María. El delito de malos tratos, pp. 123-124.
(Entre líneas nuestro).
(653) Considerando al “honor” como “concreción de la dignidad”; así en: CARBONELL
MATEU, Juan Carlos & GONZÁLEZ CUSSAC, José Luis. Op. Cit., p. 801.
(654) a c ALÉ SÁNCHEZ, María. El delito de malos tratos, p. 134; ÍDEM. “De la
asexualidad de la ley penal a la sexualización del problema de los malos
tratos en el ámbito familiar”, p. 118.
(6ss) ACALÉ SÁNCHEZ, María. El delito de malos tratos, p. 134.
La violencia doméstica
(656) ACALÉ SÁNCHEZ, María. El delito de malos tratos, pp. 134-135; ÍDEM. “De
la asexualidad de la ley penal a la sexualización del problema de los malos
tratos en el ámbito familiar”, p. 119.
Luis M iguel Reyna Alfaro
6. C O N SID E R A C IO N E S DE PO LÍTIC A CR IM IN A L
6.1. S o b r e la r e l a c i ó n e n t r e l a d o g m á t ic a p e
n a l Y LA POLÍTICA CRIMINAL
(857> REYNA ALFARO, Luis Miguel. Los Delitos Informáticos. Aspectos Crimino
lógicos, Dogmáticos y de Política Criminal, Jurista Editores, Lima, 2002, p.
265.
(658) SÁNCHEZ, Jesús-María. “Reflexiones sobre las bases de la Política
sil v a
Criminal”, en: El mismo. Estudios de Derecho Penal, Grijley, Lima, 2000,
p. 191.
310
La violencia doméstica
*662’ AI respecto: ROMEO CASABONA, Carlos María. “La vinculación entre dogmá
tica y política criminal”, en: Revista de Política Criminal y Ciencias Penales,
N° 1, Cepolcrim, Edit. Ius Peónale, Distrito Federal, 1999, p. 187.
(663) Tejadillos Basoco constata “las limitaciones de un sistema jurídico inca
paz de proteger eficazmente a sus víctimas: de las 91 mujeres que en 1997
murieron a manos de sus maridos, compañeros o amantes, el 98% había
denunciado con anterioridad, incluso con reiteración, haber sufrido malos
tratos”; así: TERRADILLOS BASOCO, Juan. Op. Cit., pp. 53 ss.
<664’ ESPINOZA MATOS, María Jesús (comp.). Op. Cit., p. 123.
<665> ESPINOZA MATOS, María Jesús (comp.). Op. Cit., p. 123.
311
r
312
La violencia doméstica
manos de las Mujeres y Sistema Judicial y Policial, Quito, 1999”, en: Anuario
de Derecho Penal 1999-2000, monográfico “Derecho Penal y discriminación
de la mujer”, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú,
Lima, 2001, p. 466.
<68°) GARCÍA CAVERO, Percy. “Informe...”, p. 467.
<681> Su función es, como ya he mencionado antes, “confirmadora y aseguradora
de otros niveles de control social más sutiles (la familia, el colegio, el centro
de labores, la Iglesia, etc.)”; en: REYNA ALFARO, Luis Miguel. Manual de
Derecho Penal económico. Parte General y Especial, Gaceta Jurídica, Lima,
2002, p. 161.
<682) Son esos roles los que han permitido la justificación de medidas como el
mandatory arrest, pues su aplicación supondría poner a conocimiento pú
blico un “mensaje” de desaprobación de la conducta; COKER, Donna. Op.
Cit., p. 849.
(682> Ley Orgánica 10/ 1995, del 23 de noviembre de 1995, del Código Penal.
Publicada en el Boletín Oficial del Estado n" 281, del 24 de noviembre de
1995.
(6S4) DE VICENTE MARTÍNEZ, Rosario. Op. Cit., p. 86.
315
Luis M iguel Reyna Alfaro
6.4.1. P r i n c i p i o d e ig u a l d a d y D e r e c h o Pe n a l
Corresponde al Derecho Penal manifestarse con pleno respeto al
mandato constitucional de igualdad contenido en el artículo 2.2 de
la Carta Política<685) y que -por cierto- tiene reconocimiento suprana-
cional unánime**6861. Ello supone, en primer lugar, rechazar cualquier
intromisión del Derecho Penal para superar divergencias de “género”
y, por otro lado, reducir las aún sangrantes manifestaciones de discri
minación existentes en la ley penal.
318
La violencia doméstica
fue: “Si te quedas sin palabras, te quedas sin nada. Recupera tu vida, hab
la”(695>.
La relación sigue: Finlandia (“a single blow is one too many”, 1999);
Francia (“En cas de violence brisez le silence”, 2001-2002); Reino Uni
do (“breakingthe changing”, “livingwithout fear”, “behind closed doors”),
etcétera.
*695) Guía de buenas prácticas para paliar los efectos de la violencia contra las
mujeres y conseguir su erradicación, pp. 26-27.
*696) REYNA ALFARO, Luis Miguel. “La anomalía psíquica y agresión sexual: No
tas sobre el caso español del ‘violador de pirámides’”, en: Revista Peruana
de Jurisprudencia, N° 10, Normas Legales, Trujillo, 2001, pp. 59-60.
*697) Críticamente sobre el papel de los medios de comunicación para enervar
el sentimiento de “inseguridad subjetiva”: REYNA ALFARO, Luis Miguel.
Comentarios a la Legislación Anticorrupción, Jurista Editores, Lima, 2002,
pp. 32-33.
*698) SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María. La Expansión del Derecho Penal. Aspectos
de la política criminal en las sociedades postindustriales, segunda edición,
Civitas, Madrid, 2001, pp. 37 ss.
*699) Como en efecto ocurrió durante el pasado régimen político, en donde los
medios de comunicación sometidos al aparato organizado de poder subyacen
te al régimen “Fujimori-Montesinos” constantemente ofrecían al espectador
una percepción inexacta de la realidad político-social nacional, lo que incluso
motivó el interés de algunos sectores políticos, durante el presente régimen,
de revocar las licencias de funcionamiento de los medios de comunicación
319
Luis M iguel Reyna Alfaro
<7i°) respecto, véase: ROXIN, Claus. “La reparación civil dentro del sistema de
los fines penales”, en: Universitas, volumen, XXIV, N° 3, Stuttgart, 1987;
SILVA SANCHEZ, Jesús María. “Sobre la relevancia jurídico-penal de la rea
lización de actos de ‘reparación’”, en: el mismo Estudios de Derecho Penal,
Grijley, Lima, 2000, pp. 213 ss.; QUERALT JIMÉNEZ, Joan Josep. “Víctimas
y Garantías: Algunos cabos sueltos a propósito del Proyecto Alternativo de
Reparación”, en: Silva Sánchez, Jesús María (Ed.). Política Criminal y Nuevo
Derecho Penal. Libro Homenaje a Claus Roxin, JM Bosch, Barcelona, 1997,
pp. 145 ss.
Luis M iguel Reyna Alfaro
1*719) Se dice que la utilización del mandatory arrest sirve to send a message (“pa
ra enviar un mensaje”) de respuesta al agresor frente a su mensaje inicial,
consistente en creerse con el derecho de subordinar a la víctima; se dice
también que el “mensaje” contenido en la utilización del mandatory arrest
es el de enfatizar el problema de la violencia doméstica como un problema
de índole público y no privado. Lo que no se dice -sin embargo- es que, tal
como denuncia Donna Coker, el recurso al mandatory arrest puede enviar
también un “mensaje” de mayor devaluación de las víctimas; al respecto,
críticamente: COKER, Donna. Op. Cit., pp. 849-851.
*720) Las investigaciones empíricas practicadas con relación a la práctica del man
datory arrest sugieren que un número desproporcionado de casos compren
de a hombres de bajo nivel económico, hombres afroamericanos y latinos;
COKER, Donna. Op. Cit., pp. 808-809.
*721> DÜBBER, Markus Dirk. Op. Cit., p. 36.
(722) Aunque es cierto que el mandatory arrest es una medida policial, careciendo
de control judicial.
<723) MAQUEDA ABREU, María Luisa. Op. Cit., pp. 1518-1519.
<724) SOLÉ RIERA, Jaume & LARRAURI PIJOÁN, Elena. Op. Cit., p. 514.
La violencia doméstica
V. ASPECTO S PROCESALES DE LA V IO LE N C IA EN
EL Á M BITO FAM ILIAR
Las medidas de orden material que se puedan tomar respecto al
fenómeno de la violencia doméstica deben ir, para procurar efectivi
dad, acompasadas de medidas de orden procesal. No hay que olvidar
que es sentir común en la doctrina considerar que el Derecho Procesal
' tiene como fin la realización de los objetivos del Derecho Penal ma-
terial(730).
1. T it u l a r id a d d el e je r c ic io de la a c c ió n penal
§ 1. Hay que recordar que en nuestro país las manifestaciones
de violencia doméstica reprimidas penalmente (lesiones leves y gra
ves con agravantes -artículos 121° y 122° del Código Penal- y los
atentados contra la libertad sexual -artículos 170, 173, 176-A, 179,
180, 181 y 183-A del Código penal-) tienen el carácter de delitos de
persecución pública(731).
2. Pr in c ip io de o p o r t u n id a d
La oficialidad y el carácter público del ejercicio de la acción penal
en el ámbito de las infracciones penales relacionadas con la violencia
doméstica vienen matizados con la posibilidad de aplicación del co
nocido como “principio de oportunidad”.
5. So bre la n e c e s id a d d e c r e a r u n a ju r is d ic
c ió n ESPECIALIZADA EN DELITOS RELACIONADOS
A LA VIOLENCIA DOMÉSTICA
Los serios problemas de orden procedimental que aparecen en la
prosecución de los delitos relacionados a la violencia doméstica han
llevado a algunos autores a proponer la creación de juzgados especia
lizados en los delitos de violencia doméstica.
1. En A lem a n ia
El denominado delito de Misshandlung, a través del cual -en cier
ta forma- podrían salvarse algunas lagunas de impunidad17421, ha sido
también objeto de recientes reformas en la normativa penal alemana.
En 1998, mediante la Ley 6 StrRG, de abril de 1998, se modificó el
§225 del StGB (Código Penal alemán).
Ҥ225 StGB:
(741) ' Nota del autor: Se precisa que esta sección de la obra no ha sido actuali
zada. Pese a dicha circunstancia se ha preferido mantenerla inalterada dada
su utilidad referencial.
(742) Es que, aunque Marín de Espinosa Cevallos considere que la figura del Mis
shandlung puede equiparse a los malos tratos familiares, considero -luego
de analizar el § 225 del StGB- coincidiendo con Silke Knaut que se trata en
realidad de un tipo de “lesiones corporales calificadas”; al respecto: MARÍN
DE ESPINOSA CEBALLOS, Elena. Op. Cit., pp. 155 ss.; KNAUT, Silke. Op.
Cit., p. 186.
La violencia doméstica
823, 862 y 1004 del Código Civil alemán-BGB), siendo una de las
medidas más conocidas la de “prohibición de ingreso al hogar”. No
obstante, recuerda Silke KNAUT, el Derecho alemán “no ofrece una
protección efectiva” frente a la violencia en el ámbito social más cer-
cano(74S).
2. En Ar g e n t in a
Argentina tampoco ha recurrido a la vía punitiva para prevenir
y sancionar los actos de violencia en el entorno social más cercano.
Sin embargo, la Ley N° 24,417 (Ley de Protección contra la Violencia
Familiar) del 28 de diciembre de 1994, se erige como el instrumento
legislativo a través del cual se pueden lograr determinados niveles de
protección.
3. EN CHILE
Como se ha señalado anteriormente, el vecino país de Chile no
cuenta con una regulación penal autónoma de los malos tratos fami
liares. No obstante, cuenta con una ley que prevé los procedimientos
y sanciones relativos a los actos de violencia intrafamiliar, la Ley N°
19.3255, vigente desde 1994 como resultado de una serie de compro
misos internacionales suscritos por la nación chilena<747).
4. En C o lo m bia
La nueva legislación penal de Colombia, vigente desde el 25 de
julio de 2001 a partir de la Ley N° 599/2000, ha introducido al catálo
go punitivo colombiano dos tipos penales relacionados al fenómeno
de la violencia intrafamiliar: el delito de violencia intrafamiliar (artí
culo 229) y el delito de maltrato familiar mediante restricción de la
libertad física.
5. En C o st a Ric a
La República de Costa Rica carece también de una regulación pe
nal de los malos tratos en el ámbito doméstico, aunque existe una Ley
de Violencia Doméstica con connotaciones para el Derecho Penal.
(749) Influenciado sin duda por el artículo 572 del Código Penal italiano.
(750) Esto último, estimo, difícil de conseguir si tenemos en cuenta la escasa pena
con que se encuentra conminado el delito de marras (prisión de uno a tres
años).
338
1
La violencia doméstica
6. En Ec u a d o r
Desde 1995 cuenta la República del Ecuador con una “Ley contra ¡a
violencia a la Mujer y a la Familia” que aparece -según refiere TORRES
CHÁVEZ- como un “sistema híbrido civil-penal, pues hay ‘demanda’,
audiencia de conciliación y pagos de daños y perjuicios, pero también
con competencia penal en los casos de violencia física, psicológica o
sexual, con asistencia policial y allanamiento de domicilio”<751).
7. EN ESPAÑA
§ 1. La referencia al tratamiento recibido por la violencia domés
tica por parte de la legislación, doctrina y jurisprudencia española,
resulta valiosa si se tiene en cuenta la cercana vinculación que existe
entre nuestros países.
340
La violencia doméstica
1
Luis M iguel Reyna Alfaro
8. En G u a t e m a l a
En Guatemala tampoco se cuenta con una regulación penal espe
cífica que reprima los malos tratos en el entorno social más próximo.
Sin embargo, existen los contenidos del Decreto N° 97-96 y de ciertos
tipos penales tradicionales del Código Penal que permiten hacer fren
te al fenómeno de la violencia doméstica.
343
Luis M iguel Reyna Alfaro
9. En Italia
Los actos de malos tratos forman parte de los “delitos contra la
familia” a que hace referencia el Título XII del Códice penóle italiano,
en su artículo 572.
10. En M éx ic o
México es uno de los pocos países que han optado en Latinoa
mérica por establecer una tipificación autónoma del delito de malos
tratos en el ámbito familiar. Mediante decreto de 13 de diciembre de
1997 (publicado en el Diario Oficial de la Federación número 21, 30
de diciembre de 1997), se incorporó al Código Penal Federal el artícu
lo 343 bis(769)70.
345
Luis M iguel Reyna Alfaro
11. En N icaragu a
Al igual como ocurre en la mayoría de países de nuestra región,
en Nicaragua no se ha optado por brindar una tipificación penal au
tónoma al delito de malos tratos familiares, recurriéndose al clásico
delito de lesiones corporales.
12. EN PANAMÁ
Aunque la redacción original del Código Penal de Panamá (1982)
no contenía previsión alguna relacionada a la violencia en el ámbito
familiar, posteriormente -mediante la Ley N° 27, de 16 de junio de
1995- se introdujo al Código Penal panameño una tipificación del de
lito de violencia intrafamiliar, así como la incriminación del delito de
maltrato de menores.
346
La violencia doméstica
13. EN POLONIA
Para la legislación polaca, según refiere KUNICKA-MICHALSKA,
la tipificación de los malos tratos en la familia no es una cuestión
novedosa(774). Ya el Código Penal polaco de 1969 (artículo 184), como
lo hace actualmente el artículo 207 del Código Penal de Polonia (el de
1997), criminalizaba una modalidad de maltratos en el entorno social
más cercano.
347
Luis M iguel Reyna Alfaro
14. En Po r tu g a l
Más allá de la posibilidad de reconducir los tradicionales tipos
penales contra la integridad física, el Código Penal de Portugal cuenta
con una regulación penal específica de malos tratos familiares, que se
encuentra recogida en el artículo 152 del Código Penal.
En el mencionado precepto, como bien refiere DA COSTA PIN
TO, se reúne un “conjunto heterogéneo de comportamientos”<775).
Dentro de este conjunto de conductas pueden destacarse el supuesto
de violencia conyugal y el de violencia familiar.
El delito de violencia conyugal, descrito en el segundo parágrafo
del artículo 152 del Estatuto Penal de Portugal castiga, con pena de
prisión no menor de uno ni mayor de cinco años, a quien inflija a su
cónyuge o persona con la que viva en condiciones análogas, malos
tratos de orden físico o psíquico. El delito de violencia familiar (pa
rágrafo primero del artículo 152), por otra parte, prevé una similar75
348
La violencia doméstica
349
r
BIBLIO G RA FÍA
351
Luis M iguel Reyna Alfaro
B ram ont-A rias T orres, Luis A lb erto & García C a n tiza n o , Ma
ría d el C arm en. Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cuarta
edición, Edit. San Marcos, Lima,1998;
1
La violencia doméstica
Caro Coria, D ino Carlos & San M artín C astro, César. Delitos con
tra la libertad e indemnidad sexuales: Aspectos penales y procesales,
primera edición, Edit. Grijley, Lima, 2000;
G on zález Rus, Ju an Jo sé. “Las lesiones”, en: Cobo del Rosal, Ma
nuel (director). Compendio de Derecho Penal español. Parte Especial,
Marcial Pons, Madrid, 2000;
ídem . “Art. 153”, en: Diez Ripolles, José Luis & Gracia Martín, Luis.
Comentarios al Código Penal. Parte Especial, tomo I, pág. 416, Tirant
lo Blanch, Valencia, 1997;
r
G üezm es, Ana & Loli, Silvia. Violencia Familiar, enfoque desde la Sa
lud Pública: Módulo de Capacitación, Organización Panamericana de
la Salud, Lima, 1999;
361
Luis M iguel Reyna Alfaro
363
Luis M iguel Reyna Alfaro
364
La violencia doméstica
U rquizo O laech ea, J o sé. “El bien jurídico”, en: Revista Peruana de
Ciencias Penales, N° 6, Lima, 1998;
V illa S tein , Javier. Derecho Penal. Parte Especial, tomo I-A, Edit. San
Marcos, Lima, 1997;
365
r
366
ANEXO
IRRACIONALIDADES PUNITIVAS Y
VIOLENCIA DOMÉSTICA: A SU VEZ, UNA
DEMOSTRACIÓN DE LA TRASCENDENCIA DE
LA INVESTIGACIÓN CRIM INOLÓGICA COMO
MECANISMO DE CO N TEN CIÓ N DEL USO
POLÍTICO DEL DERECHO PENAL
r
I.
Este uso tendencial del Derecho penal, tan propio de estos días,
obliga a reflexionar analíticamente sobre la existencia de una verda
dera política criminal orientada hacia la prevención de la violencia
intrafamiliar, de cara a determinar si, en efecto, dicho uso puede su
poner una auténtica reforma del Derecho penal en los términos pro
puestos por Bottke(778) -como mejora de la regulación penal y no como
mero activismo legislativo, intrascendente desde la perspectiva de la
eficiencia- o se trata de otra manifestación más de las irracionalidades
punitivas tan propias de estos días.
II.
La racionalidad del recurso a más Derecho penal depende de la
constatación de una serie de datos empíricos: Si se opta por la in
tensificación de las sanciones penales es porque se reconoce que la
causa principal de la criminalidad asociada a la violencia doméstica
es la benignidad de las penas. Sin este dato previo, las decisiones le
gislativas serían mera respuesta refleja, instintiva, especulativa, por
lo que sus resultados efectivos serían más un golpe de suerte que la
consecuencia lógica de la adopción de medidas razonadas. Desde esa
perspectiva, resultaría inicialmente necesario verificar la existencia
de fuentes de información criminológica fiable que permita emitir un
juicio con rigor científico suficiente.
A.
En esa línea, conviene reconocer que la estadística delictiva es
una de las fuentes de información criminológica predominante(779),
(778> BOTTKE, Wilfried. “Sexualidad y delito: Las víctimas de los delitos sexua
les”, traducción de Luis Reyna, en: REYNA ALFARO, Luis Miguel (Director).
Derecho, proceso penal y victimología, Ediciones Jurídicas Cuyo, Mendoza,
2003, p. 312.
<779) Lo que se deduce del lugar preferente que aquél posee en la doctrina crimino
lógica; así: GARCÍA PABLOS DE MOLINA, Antonio. Tratado de Criminología,
tercera edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2003, pp. 261 ss. (en donde se
Anexo
(788> DI FILIPPO, Laura. L’abuso intrafamiliare sui minori nella prospettiva cri
minológica integrata, Giuffre, Milán, 2003, p. 42; destacando también los
problemas de delimitación del concepto “violencia”, véase: LAMAS LEITE,
André. “A violencia relacional intima: Reflexoes cruzadas entre o Direito
penal e a Criminologia”, en: Julgar, N° 12, Asociación Sindical de Jueces
Portugueses, Coimbra, 2010, pp. 27 ss.
<787> A las ya conocidas manifestaciones admitidas por la legislación y por la
doctrina dominante (violencia física, violencia psicológica y violencia sexual)
se incorporan progresivamente propuestas que aluden a otras formas de
violencia (como la violencia económica); al respecto: REYNA ALFARO, Luis
Miguel. Derecho penal y violencia intrafamiliar, Instituto Centroamericano
de Estudios penales/ Universidad Politécnica de Nicaragua, Managua, 2005,
pp. 29-31.
(788) p^nsese, por ejemplo, en la problemática de la violencia en las relaciones
de noviazgo o en las relaciones homosexuales; sobre las dificultades para
la determinación de quienes integran el ámbito “familiar”; véase: REYNA
ALFARO, Luis Miguel. Derecho penal y violencia intrafamiliar, p. 70.
(789) Sobre el fenómeno de la violencia de género en las ciencias penales: REYNA
ALFARO, Luis Miguel. “El Derecho penal sexual frente a la discusión de gé
nero”, en: El mismo (Director). Los delitos contra la libertad e indemnidad
sexual, Jurista, Lima, 2005, pp. 47 ss.
Luis M iguel Reyna Alfaro
B.
Pese a estas consideraciones, resulta evidente que para fines de
estudio criminológico en el ámbito de la violencia doméstica la infor
mación estadística resulta fuente predominante, de allí que resulte
conveniente analizar aquella proveniente de las instituciones oficia
les comprometidas a enfrentar el fenómeno de la violencia doméstica.
B .l.
De todas estas, la información más abundante -aunque no ne
cesariamente más fiable- proviene del MIMDES, lo que responde al
papel central que aquella desempeña en el cumplimiento de los obje
tivos trazados por el Programa Nacional contra la Violencia Familiar
<790) AI respecto: MARÍN DE ESPINOZA CEBALLOS, ELENA. Op. Cit., p. 15; Mo
rillas Fernández, David. “Victimas especialmente vulnerables en el delito de
violencia doméstica”, en: Morillas Cueva, Lorenzo (Coordinador). Estudios
penales sobre violencia doméstica, Edersa, Madrid, 2002, pp. 126 ss.; REYNA
ALFARO, Luis Miguel. Derecho penal y violencia intrafamiliar, p. 29.
Anexo
(7 9 1 ) Véase: http://www.mimdes.gob.pe/archivos_sites/registro_pncvfs/que_
es.htm.
(792> Resolución Ministerial 110-2009-MINDES, del 06 de marzo de 2009.
(799> Que contiene la estadística correspondiente a la atención brindada a través
de los Centros de Emergencia Mujer. Véase: http://www.mimdes.gob.pe/
estadisticas-pncvfs/4290.html.
(794) Que registra las atenciones del programa piloto destinado al tratamiento
voluntario del agresor; al respecto: http://www.mimdes.gob.pe/archivos_si-
tes/registro_pncvfs/reg_CAI. htm.
<795) http://www.mimdes.gob.pe/archivos_sites/registro_pncvfs/reg_feminicidio.
htm.
375
Luis M iguel Reyna Alfaro
B.2.
El Ministerio Público cuenta también con información estadísti
ca en torno a la cuestión de la violencia familiar y sexual, destacando
el Registro de Feminicidio(796), creado el 20 de febrero de 2009(797)798,que
se encuentra a cargo del Observatorio de Criminalidad del Ministerio
Público. Es preciso acotar que aunque existe un Registro de Denun
cias de Violencia Familiar, aquél no incorpora mayores criterios de
selección<798) por lo que no resulta una herramienta fiable de análisis
criminológico.
c.
Identificados las instituciones y marcos estadísticos existentes
en nuestro país en relación al fenómeno de la violencia doméstica,
corresponde determinar analizar la idoneidad de la información es
tadística con la cual se cuenta. Para tal efecto se tomará como marco
referencial la información correspondiente al Registro de Víctimas de
(796) http://www.mpfn.gob.pe/info_estad_femmiddio.php.
(797) Mediante Resolución de la Fiscalía de la Nación 216-2009-MP-FN.
(798) Así, por ejemplo, dicho Registro no introduce datos sobre el resultado del
proceso de investigación de las denuncias, por lo que no es posible distinguir
entre las denuncias veraces y las falsas.
<799> Lo que constituye una obligación conforme la Directiva 006-2009-MP-FN,
aprobada mediante la Resolución de la Fiscalía de la Nación 1690-2009-MP-
FN.
Anexo
C .l.
C.2.
Otro de los aspectos a analizar es el relacionado a las fuentes de
información de las cuales se nutren el RVF y el RF. En el caso del RVF
la fuente primaria de información viene conformada por la prove
niente de los medios de comunicación mientras que el RF tiene como
fuente de información los informes remitidos por los Fiscales Pro
vinciales Penales. A este respecto conviene hacer ciertas precisiones.
(8oo) CALLANAN, Valerie. Feeding the fear of crime. Crime related-media and
support for three strikes, LBF Publishing, New York, 2005, pp. 07-08. Esta
autora destaca el incremento del tratamiento mediático de la criminalidad
en los Estados Unidos de América. Según datos del Center for media and
public affaire, entre 1990 a 1995, la cobertura de los mass media a la cri
minalidad se cuadriplicó, de 757 noticias al año a 2,574; similar: ROBERTS,
Julián/ Stalans, Loretta/ Indermaur, David/ Hough, Mike. Penal populism
and public opinión. Lesson from five countries, Oxford Press, London, 2003,
p. 78; WARR, Mark. “El miedo al delito en los Estados Unidos: Líneas para
la investigación y la formulación de políticas”, traducción de Mario Arroyo,
en: Barberet, Rosemary 8c Barquín, Jesús (Ed.). Justicia penal siglo XXI. Una
selección de Criminal Justice 2000, National Institute of Justice, Granada,
2006, p. 181. Con razón sostenía Hassemer la existencia de un predominante
consumo comunicativo en nuestras sociedades; así: HASSEMER, Winfried.
Crítica al Derecho penal de hoy, traducción de Patricia Ziffer, Universidad
Externado de Colombia, Bogotá, 1997, p. 46. Ahora, en este contexto debe
destacarse también la aparición de toda una industria del entretenimiento
surgida en torno al delito; detalladamente: JEWKES, Ivonne. Media and
crime, Sage, London, 2004, p. 03.
Luis M iguel Reyna Alfaro
Anexo
C .3 .
Hechas ciertas precisiones iniciales en torno a las característi
cas y metodología utilizada en el RVF y el RF, analizaremos -con las
limitaciones del caso- la información que aquellos registros propo
nen y formularemos algunas interpretaciones en torno a las mis
mas.
III.
A.
Como se ha podido apreciar en el apartado anterior, el desarro
llo de la información estadística es aún incipiente y su idoneidad es
difícilmente defendible, al menos momentáneamente. Esta circuns
tancia permite reconocer una primera irracionalidad consistente en la
dicotomía existente entre la consideración de la lucha contra la violencia
(811) http://www.mimdes.gob.pe/attachments/303_plannadonal2002_2007.pdf.
Anexo
B.
Precisamente de ésta circunstancia se desprende una segunda
irracionalidad: La violencia doméstica es percibida como un grave proble
ma social sin que se cuente con información que permita evaluar su verda
dera significación objetiva.
<812) BUSTOS RAMÍREZ, Juan & LARRAURI Pijoan, Elena. Victimología: Presente y
futuro (Hacia un sistema penal de alternativas), PPU, Barcelona, 1993, p. 60.
<813) KESSLER, Gabriel. El sentimiento de inseguridad. Sociología del temor al
delito, Siglo XXI, Buenos Aires, 2009, p. 160.
Luis M iguel Reyna Alfaro
c.
Se revela así una tercera paradoja: Pese a que se propone una políti
ca pública orientada a la reducción y eliminación de la violencia doméstica
y contra las mujeres, la política legislativa en materia penal propone una
tutela más simbólica que real.
386
Anexo
D.
Evidentemente, la opción seguida por la legislación penal deja
planteadas algunas interrogantes en torno a las causas explicativas
de la contradicción antes revelada.
<817) En esa línea: MARÍN DE ESPINOSA CEBALLOS, Elena. Op. Cit., p. 03; REYNA
ALFARO, Luis Miguel. Derecho penal y violencia intrafamiliar, pp. 31 ss.
(818) Carranza, Elias. Op. Cit., pp. 30 ss.; BURZACO, Eugenio/ GARAVANO, Ger
mán/ GORGAL, Diego. Mano justa. Una reflexión sobre la inseguridad pública
y una propuesta para superar la crisis, El Ateneo, Buenos Aires, 2004, pp.
145 ss. (en donde se expone el contenido de la crime prevention through
social development).
Luis M iguel Reyna Alfaro
IV.
Esta tendencia al recurso penal para la satisfacción de las deman
das sociales de inseguridad no es gratuita y se vincula, generalmente,
con la configuración de las sociedades modernas como sociedades de
sujetos pasivos y la identificación social con la víctima del delito(819).
(819> SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. La expansión del Derecho penal. Aspectos de
la política criminal en las sociedades postindustriales, segunda edición, Civitas,
Madrid, 2001, p. 42/52; de la misma opinión: Martínez- Buján Pérez, Carlos.
“Reflexiones sobre la expansión del Derecho penal en Europa con especial
referencial al ámbito económico: La teoría del ‘big crunch’ y la selección de
bienes jurídico-penales”, en: Mir Puig, Santiago & Corcoy Bidasolo, Mirentxu
(Directores). Op. Cit., p. 95; Gómez Martín, Víctor. “Libertad, seguridad y
‘sociedad del riesgo’”, en: Mir Puig, Santiago & Corcoy Bidasolo, Mirentxu
(Directores), p. 70; REYNA ALFARO, Luis. “Estudio final: La víctima en el
sistema penal”, en: Schünemann, Bernd/ Albrecht, Peter Alexis/ Prittwitz,
Cornelius/ Fletcher, George. Op. Cit., p. 107.
Anexo
391
Luis M iguel Reyna Alfaro
(826) ZIMRING, Franklin/ HAWKINS, Gordon/ KAMIN, Sam. Op. Cit. p. 06-07.
(827) RODRÍGUEZ, Nancy. Persistent offender law. Racial disparity, patterned
offences, and unintended effects, LFB Publishing, New York, 2003, p. 32.
(828) Lo que se refleja con claridad en torno al artículo 173 del Código penal (en
el supuesto en que la víctima es menor a los siete años de edad): En su pri
mera versión, la pena prevista era no menor de 15 ni mayor a 25 años de
pena privativa de libertad; en su segunda versión (Ley N° 26293, publicada
el 14-02-94) la pena se incrementó en su mínimo a 20 años; en su tercera
versión (Artículo 1 del Decreto Legislativo N° 896, publicado el 24-05-98)
estableció como pena tasada la de cadena perpetua; en su cuarta versión
(Artículo 1 de la Ley N° 27472, publicada el 05-06-2001) se retorno a los
estándares penológicos previos -de 20 a 25 años de privación de libertad; en
393
Luis M iguel Reyna Alfaro
394
Anexo
<829) http://www2.congreso.gob.pe/Sicr/TraDocEstProc/CLProLey2006.nsf.
(83°) En ese sentido, véase la Exposición de Motivos del Proyecto de Ley 4297
2010.
<831) SILVA SÁNCHEZ, Jesús María, Op. Cit., p. 21.
<832> SILVA SÁNCHEZ, Jesús María, Op. Cit., p. 22, distinta es la visión que se
observa en: GARCÍA PABLOS DE MOLINA, Antonio. Derecho penal. Intro
ducción, Servicio de Publicaciones, Universidad Complutense, Madrid, 2000;
p. 104.
395
r
396
Este libro se terminó de imprimir en Lima,
en los talleres gráficos de Jurista Editores,
en el mes de mayo de 2016.
r
r