Historia Del Barrio de La Coma
Historia Del Barrio de La Coma
Historia Del Barrio de La Coma
En los años 50, España era una nación básicamente agrícola encerrada
en una precaria economía de subsistencia y de trueque donde los índices de
desarrollo caían por debajo incluso de las cotas de la España de la preguerra.
Así se inician una serie de reformas al sistema económicos tendentes a acoplar
las estructuras y la legislación al modelo de producción y de mercado
capitalista que empieza a obtener algunos resultados favorables en los países
occidentales recién salidos de la Segunda Guerra Mundial.
Este ambicioso Plan, del que no se han cumplido gran parte de sus
objetivos, arrastró una serie de intervenciones entre las que se encuentran la
expropiación de los terrenos para hacer posibles todas las obras previstas. En
este contexto empiezan a aparecer en los planos que se barajan en los
estudios técnicos una zona de terreno situada entre los límites oeste del
municipio de Burjassot y noroeste de Paterna. Una alargada y suave loma de
rocas calcáreas y suelo calizo de escaso rendimiento agrícola y sobre la que ya
han existido anteriormente propósitos de convertirlo en zona urbanizable
debido a su proximidad con la ciudad y a su situación en una zona bien aireada
y con buenas posibilidades de comunicación por la vía de acceso a Ademuz,
Unos terrenos denominados “La Llorna Llarga” y del que su segmento más
occidental se llama “La Coma”.
Así, este tipo de actuación logró que los sectores más pobres, se
desplazasen hacia la periferia urbana.
Cuando la ley del suelo nace, existía ya en el clima político del plan de
estabilización previsiones de una actuación poligonal en las grandes ciudades
españolas y en áreas de expansión de Madrid y Barcelona.
Desde el año 1961 hasta el 1974, se suceden trece años en los que las
ilegalidades de calificación y distribución de espacios y en cuanto a los
coeficientes de edificabilidad, fueron soslayadas con modificaciones y
rectificaciones tanto de la normativa y las ordenanzas como de las roturaciones
urbanísticas del terreno. Las irregularidades eran tan ininterrumpidas que
desde el ayuntamiento de Valencia se obligó al MOPU a modificar la normativa
existente a su favor.
El nuevo gobierno, por su parte, necesita hacer ver que se sigue con
una normalidad administrativa, en esta etapa de recién adquiridas las
competencias y no te interesa dilatar por más tiempo, la entrega de un elevado
número de viviendas que llevan dos años acabadas.
En los primeros meses de 1986 se concluyeron las obras del colegio, del
mercado y de dos casas como ambulatorio, y en estas condiciones tan
raquíticas comenzaron las adjudicaciones. El ayuntamiento pidió que las
adjudicaciones fueran escalonadas, y envió una carta a los adjudicatarios en la
que se les dice con lo que se van a encontrar. A la vez que se adjudicaban
estas viviendas se proseguía con la construcción de otros grupos; dos de 94
viviendas cada uno y dos más de 64 cada uno que se concluyeron entre el año
88 y 89 y que fueron entregados en sucesivas fases y en circunstancias muy
diversas. En total 1150 viviendas que no suponen ni la quinta parte de lo
proyectado en principio, y que en caso de haberse construido, posiblemente
también habrían quintuplicado los problemas que aparecieron rápidamente en
los inicios de estos barrios.
Para complicar más aun las cosas llegó otro grave problema, la
ocupación ilegal de viviendas. Primero por goteo y luego en forma masiva,
numerosas viviendas todavía no ocupadas por sus adjudicatarios legales,
fueron ocupadas por el sistema de patada en la puerta. Este problema, cobró
en La Coma unas magnitudes y consecuencias importantes, Las ocupaciones
ilegales arrastraron muchos problemas de convivencia: la llegada de algunas
familias muy conflictivas, traspasos de estas viviendas en un mercado
subterráneo inmobiliario, destrozos tanto de viviendas como de espacios
comunes, utilización de las viviendas para actividades ilícitas…