CAPÍTULO 2 Las Buenas Preguntas (Estrategias de Enseñanza-Anojovich)
CAPÍTULO 2 Las Buenas Preguntas (Estrategias de Enseñanza-Anojovich)
CAPÍTULO 2 Las Buenas Preguntas (Estrategias de Enseñanza-Anojovich)
MOMENTO 1. APERTURA
¿Qué pregunto? ¿Cómo pregunto? ¿Pregunto?
Antes de iniciar la lectura del desarrollo de este capítulo, le proponemos comenzar a
pensar en el uso que hacemos de las preguntas en el aula, a partir de las siguientes
actividades de reflexión. Si desea, registre sus reflexiones para volver luego sobre
ellas.
MOMENTO 2. DESARROLLO
Las preguntas: sus porqués y sus para qué
Formular preguntas es una práctica habitual para los docentes pero, tal como
propusimos en las páginas anteriores, ¿alguna vez, se detuvo a reflexionar sobre las
preguntas que usted formula en el devenir de la clase?
¿Por qué y para qué preguntamos los docentes?
En esta sección, sugerimos profundizar sobre tres cuestiones ligadas al uso de las
preguntas:
a. ¿Qué hace el docente cuando pregunta? ¿Cuáles son sus propósitos y cuáles, los
resultados que obtiene? ¿De qué factores depende la relación ente los propósitos y los
resultados de las preguntas?
b. ¿Qué hace el docente después lie preguntar? ¿Y cuándo preguntan los alum-nos?
c. ¿Qué hace el docente cuando los alumnos no preguntan o cuando responden
apelando a sus ideas anteriores, a sus viejas costumbres, a respuestas ya aprendidas
sin revisarlas, es decir, acudiendo a su conocimiento ritual? ¿Cómo puede estimular la
capacidad de formular preguntas?
Preguntas sencillas.
Preguntas de comprensión.
Preguntas de orden cognitivo superior.
Preguntas metacognitivas.
Hemos reflexionado sobre las condiciones necesarias para generar un diálogo en las
situaciones de enseñanza y aprendizaje: necesidad de hacer silencio después de una
pregunta, de suspender el propio juicio o la respuesta automática inmediata, de
aprender a escuchar y a producir preguntas de buena calidad. Nos parece importante
reflexionar también sobre lo que hacemos los docentes con las preguntas que
formulan los alumnos. En general, cuando son pequeños, los niños plantean preguntas
guiados por la curiosidad, por el interés; y ellas son espontáneas. A medida que los
chicos crecen, las preguntas de los estudiantes son menos espontáneas. El temor a
exponerse ante el grupo de compañeros y la vergüenza, por ejemplo, atentan contra la
posibilidad de que los alumnos pregunten en público o en voz alta. Entonces es
habitual oír a un docente que trata de estimular a sus alumnos para que formulen
preguntas, incluso con frases tales como "No hay preguntas tontas". Pero, más allá de
los factores afectivos y sociales de la situación, los alumnos, ¿sabrán preguntar?,
¿alguna vez se les ha enseñado a hacerlo?
Tal vez, el propósito más relevante del aprender a preguntar es darles sentido a las
respuestas que los docentes enseñamos a nuestros alumnos, al mismo tiempo que
verificamos la comprensión de aquello que han aprendido. Pero no siempre estos
propósitos se evidencian en las clases; y así nos ilustra Philip Jackson (2002) al
explicar que los docentes muestran más interés por saber si los alumnos pueden
responder a las preguntas que les formulan que por el contenido de las respuestas.
c) ¿Qué hace el docente cuando los alumnos no preguntan o cuando responden con
un conocimiento ritual? ¿Cómo puede estimular la capacidad de formular preguntas?
Tipos de preguntas
Elegir un tema y pedir a los alumnos que formulen tres preguntas de nivel sencillo, tres de
nivel intermedio y tres de nivel superior. Luego, intercambiar las preguntas entre los grupos y
responderlas. Al finalizar, se pueden agrupar todas las preguntas de cada nivel y efectuar
una revisión crítica de ellas.
¿A quién le pregunto?
Elegir un tópico para formular preguntas y asignar a cada grupo un auditorio diferente para
recibirlas. Por ejemplo, para formular preguntas sobre la nutrición:
El director de un hospital.
Un médico nutricionista.
La madre de un bebé.
Un experto en gastronomía.
¿Recuerda sus reflexiones del Momento 1? Si las escribió, vuelva a leerlas y vea qué
descubre en sus notas a la luz de los conceptos trabajados en el Momento 2.
Si no las escribió, sugerimos que vuelva a leer el Momento 1 y piense qué puede
aprender para enriquecer sus propias prácticas en relación con el uso de las preguntas
en sus clases.
Si desea seguir explorando el uso de las preguntas que usted hace habitualmente en
sus clases, sugerimos que grabe una de sus exposiciones y luego la analice a partir de
las siguientes consignas:
Para concluir este capítulo, queremos afirmar que, desde nuestro criterio, toda
pregunta tiene valor en tanto abre un nuevo espacio de exploración y cuestiona
nuestras certezas, esas que a veces, nos inducen a prácticas rutinarias.