Metodología de La Investigación

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UNIVERSIDAD SIGLO 21

MAESTRÍA EN DERECHO PROCESAL

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

"EL POTRERILLO DE LARRETA COUNTRY CLUB S.A. C/


PROVINCIA DE CÓRDOBA - PLENA JURISDICCIÓN –
RECURSO DE APELACIÓN"
(Expte. Letra "E", N° 04, iniciado el nueve de agosto de dos mil doce).

AUTOR: MARCOS MAGIN GUTIÉRREZ RUARTE [email protected]

PROFESORES: DOMINGO J. SESIN – DANIELA S. SOSA

2019
1. El artículo 47 de la Constitución Provincial establece textualmente: “Toda persona que
de modo actual o inminente sufra una restricción arbitraria de su libertad personal,
puede recurrir por cualquier medio, por sí o por terceros en su nombre al juez más
próximo, para que tome conocimiento de los hechos, y de resultar procedente, mande
a resguardar su libertad o haga cesar la detención en menos de veinticuatro horas.
Puede también ejercer esta acción quien sufra una agravación ilegítima de la forma y
condiciones en que se cumple la privación de la libertad, sin detrimento de las
facultades propias del juez del proceso. La violación de esta norma por parte del juez
es causal de destitución.” Evidentemente, el Hábeas Corpus, como garantía
constitucional está establecido en nuestra Carta Magna de manera programática, pues
no se ha establecido hasta el momento una ley reglamentaria para ejercer plenamente
ese derecho, lo que menoscaba palmariamente la calidad del sistema de garantías
Constitucionales en Córdoba, lo que resulta en estos tiempos un verdadero
anacronismo. Lo cierto es que, tamaña garantía se encuentra reglada solo por un
Acuerdo Reglamentario del Superior Tribunal de Justicia, (Acuerdo N° 9) luego de una
presentación colectiva realizada por una multiplicidad de operadores judiciales y
académicos en el año 2010. Como destaca el especialista Dr. Lucas Crisafulli,”... Nadie
puede negar en la actualidad, la importancia del Habeas Corpus como garantía
imprescindible de la democracia. Tan es así, que se encuentra regulado en la mayoría
de los países occidentales del mundo e, incluso en Córdoba – casi la única Provincia de
la Argentina que no tiene una ley específica – mediante criterios jurisprudenciales,
aplicación analógica de la ley Nacional de Habeas Corpus y de los Códigos Procesales,
como así también distintas acordadas emanadas del Tribunal Superior de Justicia, la
garantía de Habeas Corpus es un recurso cotidiano en nuestros Tribunales. Las formas
en las que los Tribunales locales tramitan y resuelven dicha garantía, a veces de forma
casi ciega por la laguna legislativa, obliga a esta Legislatura Provincial a otorgarle a
todos los cordobeses, una ley que proteja el derecho máximo: la libertad. Esto también
es una acción en pro de la seguridad, específicamente, de la Seguridad de Los
Derechos. Si los cordobeses tienen derecho a la libertad, es el Estado que está
obligado a garantizarla y, específicamente el Poder Legislativo, a poner todo su
esfuerzo en activar los mecanismos constitucionales para la debida protección de ese
derecho que, tanto los padres fundadores de la Patria, como todos los Convencionales
Constituyentes provinciales y Nacionales, consideraron sagrado y digno de máxima
protección y tutela.” (CRISAFULLI, Lucas (2012): “Seguridad y Derechos Humanos:
Tensiones en el campo contravencional”; III Seminario Internacional Universidad,
Estado y Sociedad; Prosecretaría de Relaciones Internacionales de la Universidad
Nacional de Córdoba; Octubre de 2012, Córdoba.).- Lo cierto es que la respuesta debe
ser del Poder Legislativo, creando una ley adhoc. Para analizar el Hábeas Corpus en
Córdoba, hoy, es altamente ilustrativo extraer los párrafos fundamentales que
presentara el colectivo de personalidades ante el TSJ, documento denominado LA
SITUACIÓN DEL HABEAS CORPUS EN CORDOBA pues además de lo dicho, creo que ahí
está todo.- “1. Hoy, el hábeas corpus en Córdoba no ofrece una adecuada protección a
la libertad personal, especialmente fuera del horario laboral de los tribunales. Como
sabemos, el hábeas corpus permite solicitar a un juez que impida o ponga fin a una
detención ilegal o injustificada, o que corrija las condiciones en que se encuentra la
persona arrestada. El juez debe actuar de inmediato y puede incluso declarar la
inconstitucionalidad de la norma en que se basa la detención. Así lo establece el art.
43 de la Constitución Nacional, que regula esta institución tan antigua. También se
halla consagrada en la Constitución de Córdoba (art. 47). 2. Sin embargo, la provincia
de Córdoba carece de reglas específicas sobre cómo debe actuar la Justicia ante la
presentación de un hábeas corpus. No existe una ley de hábeas corpus; sí la tienen,
por ejemplo, Corrientes (ley 5854, de 2008), Tierra del Fuego (ley 333, de 1996) o
Chaco (ley 4327, del mismo año). Tampoco hay pautas concretas en el Código Procesal
Penal cordobés. En cambio, la Provincia de Buenos Aires, por ejemplo, regula el hábeas
corpus como un capítulo de los procesos penales (ley 11.922, arts. 405 a 420).
Tucumán adoptó una solución diferente: cuenta con un Código Procesal Constitucional
(ley 6944), cuyo capítulo II trata el hábeas corpus. Córdoba no ha optado por ninguna
de esas alternativas. Desde la derogación del código procesal penal de 1939 (ley 3831),
las normas posteriores no regularon el hábeas corpus. El procedimiento fijado en la ley
nacional de hábeas corpus (23.098, de 1984) no se aplica, en virtud del régimen
federal argentino. Así lo estableció, claramente, el Tribunal Superior de Justicia de
Córdoba en la causa “Hábeas Corpus correctivo presentado por María Angélica O. De
Moller - RECURSO DE CASACIÓN-” (Expte. "H", 6/06) (sentencia N° 120, 14/6/2007).
También allí adoptó como norma de aplicación supletoria el Código Procesal Penal de
la Provincia vigente, porque sus normas “otorgan mayor tutela a la libertad
ambulatoria”, según afirmó el alto cuerpo. 3. Pero esta aclaración resulta insuficiente.
En particular, porque hoy no se garantiza la intervención inmediata del juez ante la
detención. Esto contradice el art. 43 de la Constitución nacional, donde se establece
que “el juez resolverá de inmediato”. Por lo tanto, ¿qué ocurre ante una detención
efectuada durante la noche o el fin de semana, fuera del horario de oficina de los
tribunales? En primer lugar, es difícil que la Mesa de Atención Permanente reciba el
hábeas corpus. Pero aun si lo recibe, no hay certeza de que el juez, según lo ordena la
Constitución, se avoque de inmediato a analizar el arresto. En general, el tratamiento
se postergará hasta el día hábil siguiente. Esta incertidumbre resulta preocupante en
Córdoba, donde el Código de Faltas (ley 8431) permite a la Policía detener personas
por figuras tan vagas como el “merodeo” (art. 98). Los detenidos quedan a disposición
de un comisario, quien tiene la facultad de imponerle penas (art. 114 del Código de
Faltas), incluso sin necesidad de convocar a un abogado (art. 15; en general, véase
Mario Juliano y Horacio Etchichury, Código de Faltas de la Provincia de Córdoba. Ley
8431 y modificatorias. Comentado, Lerner, Córdoba, 2009). Durante 2009, según datos
oficiales, se practicaron más de 50 mil arrestos por contravenciones (respuesta al
pedido de informes presentado en la Legislatura de Córdoba por la diputada Adela
Coria, 4360/L/09). Cuando estas detenciones ocurren fuera del horario laboral, no hay
cauces claros para esta garantía. 4. Resulta muy claro que la demora en tramitar un
hábeas corpus presenta múltiples peligros. Significa que la persona detenida
permanece sin la protección de un juez, lo que afecta el derecho a la tutela judicial
efectiva (art. 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos, dotada de
jerarquía constitucional). También impide que el magistrado garantice el derecho a un
abogado defensor, o revise si las figuras o procedimientos del Código de Faltas
contradicen derechos constitucionales. A través del hábeas corpus también pueden
controlarse las condiciones de detención, especialmente respecto de lugares tan
deteriorados como la Unidad de Contención del Aprehendido, el antiguo edificio de
Encausados, situado en la calle Belgrano 1300 de la ciudad de Córdoba. 5. La
protección debida a la libertad de las personas exige un procedimiento efectivo de
hábeas corpus. Debe garantizarse el avocamiento inmediato del juez, dentro o fuera
del horario de oficina. De lo contrario, miles de arrestos siguen sin control judicial de
motivación, procedimiento, constitucionalidad o condiciones. 6. La Legislatura de la
Provincia de Córdoba cuenta con todas las facultades para resolver esta laguna
normativa. No basta con una mera solución supletoria, por remisión al Código Procesal
Penal. La garantía constitucional presenta exigencias de inmediatez, efectividad e
informalidad que necesitan un tratamiento específico y detallado. Sancionar esta
legislación particular sirve para cumplir, además, con la exigencia contenida en el art. 5
de la Constitución Nacional. Allí se establece que las provincias deben asegurar la
forma republicana de gobierno y guardar coherencia con las declaraciones, derechos y
garantías contenidas en la ley suprema federal. Las garantías aludidas incluyen el
hábeas corpus, un bastión de la República y un elemento central en el control mutuo
de los poderes públicos. La omisión de un régimen efectivo para el hábeas corpus
representa una falencia seria en el entramado normativo cordobés. Por ello,
corresponde exhortar a la Legislatura de Córdoba establecer cómo atender y dar curso
al hábeas corpus de una manera que proteja efectivamente la libertad personal, en
cualquier día y horario. Nada impide, entonces, que dicte normas prácticas para
garantizar y dar certeza al trámite de hábeas corpus fuera de las horas de oficina. La
libertad se defiende sin horarios.” El texto lleva más de 160 adhesiones. (Entre muchas
La Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables (Fundeps), la Fundación
Observatorio Constitucional y de Derechos Humanos (Focydh), con la colaboración de
la Asociación Pensamiento Penal (APP), impulsaron el pedido; Las adhesiones incluyen
las de los legisladores cordobeses Adela Coria, Liliana Olivero y Roberto Birri, y la de la
diputada nacional Cecilia Merchán. Entre los profesionales y docentes, se cuentan los
nombres de Roberto Gargarella, Alberto Binder, Claudio Orosz, Jorge Buompadre,
Gustavo Vitale, Alberto Bovino, José Raúl Heredia, Maximiliano Rusconi, Pedro J.
Bertolino y Mary Beloff, como así también numerosos profesores de la UNC. Se
sumaron además el subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia de Cordoba,
Darío Olmo, y el director de Derechos Humanos de la Municipalidad, Luis Baronetto.
También Mario Kestelboim, Defensor General de la Ciudad de Buenos Aires, y Carlos
Chiara Díaz, integrante del Supremo Tribunal de Justicia de Entre Ríos, junto a
numerosos jueces y camaristas, incluyendo a Ricardo Favarotto, Mario A. Riquert,
Esteban Viñas, entre muchos magistrados que brindaron su importante apoyo.
Adhirieron también la CTA Córdoba y AMMAR (asociación de trabajadoras sexuales) de
nuestra provincia, además de agrupaciones universitarias como La Bisagra y el MNR, y
centros vecinales de Córdoba. La enumeración anterior tiene un fin ilustrativo.-
Adentrándonos a la parte dispositiva propuesta, en el art. 1 inc. 7, se incorpora la
posibilidad de presentar un Hábeas Corpus frente una detención contravencional (con
motivo de la detención de una persona por infracción al CF no sea comunicada la
situación al Juez competente). También se establece que procede el HC frente a la
amenaza o privación de libertad por un error en las órdenes de capturas, ya sea que
están prescriptas o algún Tribunal se olvidó de levantar. Todo ello a mérito que la
experiencia indica que a diario existe gente detenida sin motivo, pues se olvidaron de
darle de baja al pedido de captura, o es un pedido viejísimo. Se incorporan al proyecto,
las clases de Habeas Corpus (individual y colectivo). Esto es en virtud que la Corte ya
ha reconocido la posibilidad de presentar HC colectivo en el famoso caso Vertbiski (un
HC correctivo colectivo). Cabe destacar que en ese famoso caso considerado un
verdadero leading case por la doctrina nacional más autorizada, la Corte expresa en el
Considerando 16 y 17: 16) “Que pese a que la Constitución no menciona en forma
expresa el habeas corpus como instrumento deducible también en forma colectiva,
tratándose de pretensiones como las esgrimidas por el recurrente, es lógico suponer
que si se reconoce la tutela colectiva de los derechos citados en el párrafo segundo,
con igual o mayor razón la Constitución otorga las mismas herramientas a un bien
jurídico de valor prioritario y del que se ocupa en especial, no precisamente para
reducir o acotar su tutela sino para privilegiarla. 17) Que debido a la condición de los
sujetos afectados y a la categoría del derecho infringido, la defensa de derechos de
incidencia colectiva puede tener lugar más allá del nomen juris específico de la acción
intentada, conforme lo sostenido reiteradamente por esta Corte en materia de
interpretación jurídica, en el sentido de que debe tenerse en cuenta, además de la
letra de la norma, la finalidad perseguida y la dinámica de la realidad (Fallos: 312:2192,
disidencia del juez Petracchi; 320:875, entre otros).” Es de mencionar que el máximo
órgano judicial de la Argentina, no sólo reconoce la posibilidad de articular Habeas
Corpus de forma colectiva cuando se pretenda la defensa de los intereses colectivos,
sino que a su vez le otorga legitimación procesal activa a una asociación reconocida
legalmente. Es por ello que hemos incorporado y receptado los criterios de la Corte no
sólo en materia de defensa de los intereses colectivos, sino también en cuanto a la
legitimación procesal, lo que es una novedad en materia legislativa y un claro avance
en materia de Derechos Humanos, tal como viene a obligar la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en diversos procedentes, como así también todos los Tratados
Internacionales de Derechos Humanos incorporados a la Constitución Nacional por la
reforma de 1994 en el art. 75 inc. 22. Claramente el presente proyecto de avanzada
pone a Córdoba en la vanguardia de la defensa de los Derechos Humanos. Se agrega
todo un capítulo sobre la competencia en virtud de las Acordadas del TSJ sobre la
materia, para evitar que fuera de los horarios de oficina los ciudadanos no tengan un
lugar para ir a presentarlo; dejándose expresamente establecido que, en caso de
dudas, la competencia será del juez de control para evitar toda dilación. El art. 11
resulta imprescindible: Que el juez ordene la libertad de una persona o el cese del
agravamiento de las condiciones de detención o de la amenaza a su libertad cuando
explícitamente así procediera. Esto es para lograr que sea inmediato, sin perjuicio de
seguir con el trámite de ley. En definitiva, las razones son muchas para generar en el
ámbito legislativo un proyecto consensuado y mayoritario, a efectos de sanear esa
deuda que Córdoba tiene con un Derecho Humano básico fundamental, como es el
Hábeas Corpus.- La construcción de una cultura basada en los Derechos Humanos, que
implique el reconocimiento por parte del Estado de todos los derechos a todos sus
habitantes es uno de los desafíos para el fortalecimiento de la Democracia y del Estado
de Derecho Cordobés. El Habeas Corpus propenderá, en esa dirección, al
reconocimiento y defensa de la Dignidad Humana, principio básico de todo Estado.

2. Introducción

La complejidad del mundo moderno exige contar con profesionales, y los


abogados en particular vienen a ocupar un importante lugar como especialistas del
derecho que brindan asesoramiento legal y procuran resolver conflictos. Sin dudas, todos
los profesionales- una vez inmersos en el ejercicio, en cada quehacer de cada día - se
encuentran frente a desafíos técnicos y éticos. Si se piensa en la sociedad actual, se puede
afirmar- y casi sin dudas- que las negligencias profesionales existen; y de hecho, en
respaldo de este pensamiento, nuestra jurisprudencia lo confirma.

Siguiendo a Mosset Iturraspe, cabe preguntarse qué tan bueno es que la sociedad
y el Derecho sean más exigentes con sus profesionales. Afirma el mencionado autor:

No dudamos de la conveniencia de profesionales comprometidos con la sociedad,


preparados en su ciencia y arte, capaces de brindar un servicio idóneo y eficiente.
Estamos convencidos de que el desprestigio que cubre a varias profesiones, entre
ellas y en un lugar muy destacado a los operadores jurídicos, tiene origen en la
“mala formación”, en negligencias e impericias, además de la búsqueda
desenfrenada de beneficios económicos, sin atender a los principios éticos que
rigen tales quehaceres. El Derecho, se piensa hoy, luego de variadas vicisitudes,
es inseparable de la Moral. (Mosset Iturraspe, 2005, pág. 23)

“Derecho inseparable de la Moral”, frase ésta que todo profesional abogado


debería tener presente al obrar. De hecho, quienes ejercen la profesión olvidando o
desplazando la ética a un segundo plano, en gran medida acaban generando con su obrar
un perjuicio a terceros; sujetos que en absoluto merecen soportar el daño que ocasiona la
inmoralidad de los abogados.

¿Qué sucede cuando por las conductas del profesional se genera un daño a otra
persona? Para responder este interrogante se recurre a lo que se ha denominado
“Responsabilidad del profesional”.

En la actualidad nos encontramos diariamente con situaciones que generan


perjuicio en las demás personas y que merecen ser resarcidas. En el área de las
profesiones liberales, los actos de los abogados, como profesionales de las ciencias del
derecho – y como hombres al fin- pueden generar daños que sin lugar a dudas deben
resarcirse. De hecho, ya existe en nuestra jurisprudencia - y así lo afirmó Kemelmajer de
Carlucci - un frondoso elenco de casos en los cuales se juzgó la responsabilidad del
abogado. (Kemelmajer de Carlucci, 2005).

Es por esto, que a través del presente trabajo, se busca particularmente obtener
una respuesta al siguiente interrogante: ¿En qué supuestos de abandono de la causa por
parte del profesional abogado se genera responsabilidad civil y debe indemnizarse?.
Como consecuencia, se tiene por objetivo analizar las situaciones que generan
responsabilidad por parte del profesional abogado, particularmente en el supuesto de
abandono de la causa, y determinar la indemnización adecuada en miras de que la persona
que ha sufrido el daño obtenga el resarcimiento que le corresponde. Todo lo dicho, en
cumplimiento de lo que establece nuestro Código Civil, en su artículo 1109 denominado
deber genérico de no dañar: “todo el que ejecuta un hecho, que por su culpa o negligencia
ocasiona un daño a otro, está obligado a la reparación del perjuicio”.

Asimismo, se pretende ilustrar determinadas soluciones (a través del análisis de


jurisprudencia destacada) para aquellas situaciones en las que se encuentre comprometida
la responsabilidad del abogado. ¿Qué se puede hacer cuando se endilga responsabilidad
al profesional? ¿Qué deben prever los abogados – en cuanto a las reglas éticas- para evitar
llegar a dichas situaciones? ¿Qué conductas deberían haber adoptado?

Se procura, a través del presente trabajo, que se conozca que todas las conductas
negligentes y descuidadas e incluso las inconductas procesales- y por supuesto, las
dolosas- deben ser sancionadas para reparar el daño que ocasionan. De igual manera, se
busca dar herramientas a los profesionales abogados para que en caso de verse inmersos
en estas situaciones, se defiendan conforme al Derecho.

En primer lugar y por la importancia de esta figura jurídica, corresponde definir a


la responsabilidad. Haciendo uso de las palabras de Matilde Zavala de González, citamos
la definición que esta autora utiliza en su obra “Resarcimiento de daños”:

La responsabilidad es la reacción jurídica contra un perjuicio injusto. Responder


implica asumir las consecuencias nocivas injustas que sufren o que pueden sufrir
otras personas, con motivos de una actividad que actual o potencialmente lesiona
sus intereses. Responde el sujeto sobre quien recae la obligación de prevenir o de
resarcir esas consecuencias y que debe suministrar alguna respuesta jurídica con
motivo del peligro o del daño ajeno. (Zavala de Gonzalez, 1999, pág. 67)

Sumado a lo dicho, ayuda a la comprensión integral tener en cuenta que para


comenzar a hablar de responsabilidad civil no se puede dejar de mencionar los orígenes
del derecho, y para lograr una síntesis breve de cómo era la situación al respecto, se
recurre a las ideas de Bustamante Alsina (1997). Este autor afirma que el tener en cuenta
una visión histórica del fenómeno jurídico de la responsabilidad civil nos remota al origen
mismo del derecho. De esta manera, se observa el paso de la venganza, hacia la sanción
en manos del Estado, pasando por la composición voluntaria y luego legal y obligatoria.
Sin dudas, en la actualidad la intervención estatal es esencial para lograr el
restablecimiento del orden en la sociedad. En el mundo en que vivimos, ya no se puede
concebir la idea de que las personas hagan justicia por mano propia, y si así lo fuera, no
quedan dudas que estaríamos retrocediendo a los orígenes mismos del Derecho, con todas
las consecuencias negativas que esto implicaría.

En el capítulo uno se analizan además, los presupuestos de la responsabilidad


civil; elementos que sin dudas, son igualmente esenciales a la hora de endilgar
responsabilidad a un profesional. “Son presupuestos de la responsabilidad por daños los
elementos que integran el supuesto fáctico condicionante de consecuencias jurídicas con
motivo de la producción de perjuicios”. (Zavala de Gonzalez, 1999, pág. 75). Se necesita
de daño, antijuridicidad, relación de causalidad y un factor de atribución para poder hablar
de responsabilidad.

Asimismo, en este capítulo se define lo que se denominan “eximentes”- las


causas de justificación, las causas ajenas, la diferencia entre causas de inculpabilidad y
causas de inimputabilidad- para que el lector comprenda de qué se habla cuando en el
capítulo siguiente se analicen los eximentes de responsabilidad civil del profesional
abogado.

Una vez que se entienda claramente los conceptos claves de la responsabilidad


civil, se busca en el capítulo dos, como se dijo anteriormente, analizar dichos
presupuestos de responsabilidad en el caso concreto del profesional abogado. Aquí ya se
procede a examinar el daño causado por las actuaciones del abogado, la antijuridicidad
de las conductas de este profesional, la relación de causalidad entre la conducta del
especialista y el daño causado, y los factores de atribución -subjetivos y objetivos - que
permiten endilgar responsabilidad al profesional.

Se pretende luego, ya en el capítulo tres, describir la posible relación entre el


abogado y el cliente. De esta manera, distinguir los diferentes regímenes de
responsabilidad contractual y extracontractual, con las características propias en cada
caso; las diferentes posturas doctrinarias en cuanto al contrato que regula la relación
abogado-cliente, si es éste un contrato de mandato, locación de obras, de servicios, o uno
atípico o multiforme; la naturaleza de la obligación que tiene el abogado, si es de medios
o de resultado; y la actuación del profesional, ya sea como apoderado o como
patrocinante. Todos estos conceptos serán útiles a la hora de analizar en una situación en
concreto, la procedencia de responsabilidad del profesional.

Cuando el lector ya ha adquirido un amplio panorama de lo descripto en los


capítulos anteriores, se comienza a analizar el instituto legal denominado “abandono de
la causa”, tema éste que es de particular interés en el desarrollo del presente trabajo. Es
en el capítulo cuatro en el que se define la noción de abandono de la causa, como así
también los casos de inconductas procesales y particularmente los supuestos de
prescripción, caducidad, demanda no promovida, prueba no ofrecida y recursos no
interpuestos o no fundados. Se otorga importancia a cada una de las figuras mencionadas
como causas generadoras de responsabilidad por parte del abogado, se las describe y
ejemplifica (a través de jurisprudencia seleccionada); todo ello en miras de que se pueda
identificar adecuadamente cuándo en una situación en particular, corresponde que el
profesional responda por su obrar. A modo de ilustración, cabe preguntarse, ¿Podrá una
persona que se vio afectada porque su abogado no ofreció la prueba a tiempo, reclamarle
al profesional una indemnización por el perjuicio que se le ocasionó? Sin dudas que la
respuesta afirmativa se impone. El abogado, quien se entiende que es especialista y que
conoce el Derecho, debió actuar de manera profesional, respetando las normas éticas y
siendo diligente en todas las etapas procesales. Como consecuencia, si éste causa un daño
por su inconducta procesal, debe repararlo.

A continuación se procede a analizar, en el capítulo cinco, las denominadas


eximentes de responsabilidad del abogado. Se ha hecho referencia a que existe un deber
genérico de no dañar y a que, quien causa un daño a otro, debe repararlo. Ahora bien, en
esta obra nos interesa poder ofrecerle al abogado ejemplos de las herramientas a las que
puede recurrir en caso de verse inmerso en una situación en donde se compromete su
responsabilidad. ¿Qué puede hacer el profesional en el caso concreto, si se le está
cuestionando algún aspecto de su proceder?. Existen causas de justificación que sirven
de fundamentación de las conductas del abogado, así también causas de inimputabilidad,
causas ajenas al obrar del profesional, y en ciertas ocasiones, circunstancias que sirven
de base para la atenuación de responsabilidad. Es necesario que los profesionales sean
conscientes de que un conocimiento exhaustivo de estas herramientas legales les
permitirá una defensa apropiada y sin dudas, les ahorrará mucho dinero. Indudablemente,
estos problemas pueden evitarse obrando con diligencia y conociendo las normas éticas
y deontológicas de la profesión; sin embargo, cuando éste no fue el caso, es menester que
el profesional recurra a las defensas que el mismo Derecho les provee.

Por último, en este mismo capítulo se analiza lo correspondiente a la prueba. Se


busca desarrollar la teoría de la carga de la prueba y precisar cómo actúa ésta en el caso
de las obligaciones de medios y de resultados; y particularmente, determinar la
importancia de la carga probatoria en el caso puntual de responsabilidad del profesional
abogado.

Ahora bien, ¿Qué sucede en el caso de que la conducta del profesional no pueda
ampararse en una eximente? Sin vacilaciones, cuando esto sucede, procede la reparación.
Es en el capítulo seis de esta obra en el que se analiza la indemnización y sus
particularidades. Aquí se examina la extensión del resarcimiento por parte del abogado
y se introduce al lector en el concepto de “pérdida de chance”. ¿Qué es la pérdida de
chance? ¿Cuál es el contenido de la reparación de la pérdida de chance? ¿Cómo se
prueba? son algunos de los interrogantes que se resuelven en este capítulo. De igual
manera, se analiza la procedencia del daño moral o de todo otro concepto que deba
incluirse en la reparación del perjuicio.

Finalmente, y no en vano, el último capítulo del presente trabajo consiste en una


reflexión sobre la ética del profesional. En palabras de la ilustre Doctora Kemelmajer de
Carlucci (2005), “la temática de la ética de los llamados operadores jurídicos viene
desarrollándose sin prisa, pero sin pausa”.

En la misma línea de pensamiento de Kemelmajer de Carlucci, se destaca a


continuación lo dicho por el jurista Guido Calabresi1:

“Hay ciertas cosas que los que ejercen el poder no deberían hacer y ciertos lugares
a los cuales no deberían ir, excepto en las más extremas circunstancias”. Para este
gran jurista quizás, este aserto era de comprobación casi intuitiva: todo abogado
sabe cuáles son las cosas que no debe hacer y cuáles los lugares a los que no debe
ir. (Kemelmajer de Carlucci, 2005, pág. 52)

Indudablemente, todo profesional conoce – o debería conocer - cuál es el límite


entre una conducta prudente y una imprudente, entre el obrar diligente y el negligente,
entre actuar conforme a la ética y no hacerlo. Se busca en esta última sección del trabajo
darle la importancia debida a los deberes éticos para lograr que el profesional reflexione
sobre lo imprescindible que resulta actuar respetando las normas deontológicas.

En fin, la obra que el lector tiene hoy en sus manos, constituye un análisis
exhaustivo de los requisitos esenciales de la responsabilidad civil en el supuesto procesal

1
Jurista americano, juez de la corte de apelaciones de los EE.UU desde1994 a 2009
particular de abandono de la causa; supuestos éstos que ameritan endilgar
responsabilidad civil al profesional abogado.

3. Problema de investigación y breve descripción del mismo


A través del presente trabajo, se busca particularmente obtener una respuesta al siguiente
interrogante: ¿En qué supuestos de abandono de la causa por parte del
profesional abogado se genera responsabilidad civil y debe indemnizarse?. Como
consecuencia, se tiene por objetivo analizar las situaciones que generan
responsabilidad por parte del profesional abogado, particularmente en el supuesto
de abandono de la causa, y determinar la indemnización adecuada en miras de que
la persona que ha sufrido el daño obtenga el resarcimiento que le corresponde.
4. Justificación del tema

Es evidente que las negligencias profesionales existen. De hecho, la sociedad lo


sabe y la jurisprudencia lo confirma. Esto me permite introducir cuál fue el motivo de la
selección del tema de investigación. A pesar de que hablar responsabilidad civil no es un
tema novedoso, sí lo es analizar la responsabilidad del profesional abogado, dado a que
poco se ha dicho al respecto, tal vez por miedo a ser rechazados por nuestros propios
colegas.

Identificar cuál es la importancia o cuál es la utilidad práctica de investigar sobre


esta temática, me conduce a afirmar que lo que se busca con el presente trabajo es que
quienes se están formando como profesionales conozcan, o “refresquen” aspectos
importantes vinculados a la responsabilidad, y de esta manera, eviten estar frente a estos
supuestos en los que se puede ver comprometida su responsabilidad, y sin dudas, su
trayectoria profesional. No sólo para quienes se encuentran en el camino hacia, sino
también para quienes ya lo están transitando. Todo profesional debe obrar
diligentemente, con prudencia y respetando las reglas éticas del ejercicio de la profesión.

Se busca que el tema elegido - la responsabilidad civil del abogado en el supuesto


de abandono de la causa- genere en el lector los conocimientos necesarios para que, si se
encuentra en el lugar del cliente, pueda reconocer en qué casos el profesional no está
obrando diligentemente y con la pericia que se requiere; y exija de este modo, su
resarcimiento en miras a la reparación del daño sufrido. Mientras que, por el contrario,
si quien esté leyendo la presente obra es un profesional abogado, se intenta que éste pueda
fácilmente tener a su disposición los mecanismos adecuados para evitar caer en supuestos
de responsabilidad; y en el caso de ya haberle sucedido, pueda manejarse correctamente
y respetando el Derecho, se pueda eximir de responsabilidad.

Indudablemente, quien se interese - aún en lo más mínimo - por la cuestión de la


responsabilidad del profesional estará colaborando a que en nuestra sociedad haya día a
día mejores profesionales; ya sea exigiendo que éstos respondan por sus conductas, o
conociendo (los mismísimos profesionales) que sus actos negligentes, ya no quedarán
impunes.

Bibliografía
"Habeas Corpus correctivo presentado por María Angélica O . De Moller - RECURSO DE
CASACIÓN-", Expte. "H", 6/06" (Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de
Córdoba).

"Verbitsky, Horacio s/ hábeas corpus",, 328:1146 (Corte Suprema de Justicia de la Nación


Argentina 2005).

Código Procesal Penal de la Nación Argentina. (s.f.).

Código Procesal Penal de la Provincia de Córdoba. (s.f.).

Constitución de la Provincia de Córdoba. (s.f.).

Constitución Nacional Argentina. (s.f.).

Sagüés, N. P. (1988). Habeas Corpus Derecho Procesal . Buenos Aires: Astrea.

Zaffaroni, R. E. (2007). Código Penal y Normas Complementarias. Análisis Doctrinario y


Jurisprudencial. Buenos Aires: Hammurabi.

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