Libro Peirce Saussure Vitale PDF
Libro Peirce Saussure Vitale PDF
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CAPí11JLO1. La semiótica de Peirc~ 9
1.1 El signo 10
1.2 Las ramas de la semiótica 26
1.3 Las categorías 26
1.4 Tipos de signos 29
1.5 Conocimiento de la realidad y tipos de inferencia 51
1.6 Peirce y el post-estructuralismo 57
1. Semántic:!. 1. Título
eD!) 412
Eudeba
Universidad cle Buenos Aires Este libro se inserta en el marco de nuestra tarea docente
desempeñada en la cátedra de Semiología (cuya Profesora Titular
es Elvira Amoux) del Ciclo Básico Común, de la Universidad de
1a edición: marzo de 2002 Buenos Aires. Tiene, por lo tanto, como destinatarios privilegiados
P edición, 8a reimpresión: febrero de 2011 a los alumnos que cursan esta materia, pero aspira también a des-
pertar el interés de aquellos que, vinculados con las denominadas
© 2002 ciencias humanas o sociales, no han tenido la oportunidad de acer-
Editorial Universitari:l de Buenos Aires carse al pensamiento de quienes, en la modernidad, han sentado
Sociedad de Economí~l Mixta
las bases para el estudio de los signos: Charles Sanders Peirce y
Av. Rivadavia 1571/73 (033)
Ferdinand de Saussure.
Tel.: 4383-8025 / Fax: 4383-2202
Peirce (1839-1914) y Saussure (1857-1913) trabajaron simul-
W'Ww.eudeba.com.ar
táneamente sin entablar contacto entre ellos, pero compartieron
Diseii.o de tapa: Silvina Simondet el mismo contexto signado por la hegemonía del paradigma posi-
Corrección y composición general: Eudcba tivista en las ciencias del momento. En tanto filósofo, lógico y
epistemólogo, Peirce dialogó con la filosofía (se colocó del lado
de Duns Escoto contra los nominalistas,l se opuso a la noción de
Impreso en Argentina. evidencia de Descartes y partió de Kant para su teoría de las
Hecho el depósito que establece fa ley 11.723
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MATAAL' LIBRO ni su alm;¡ccnamknlo en un sistem:1 inform:ítico, ni su
transmisión en cllal411ier fornw o pOI' cualquier medio, que los universales, como "la dureza", existían en las cosas mismas; par'J. los
-io:ie'ctrófíiCü,'tn'Bcflnk'u, 10TOél>l)ia 'u'ütms Illcrodos, sin el nom!rtillistas, -en cambio, los universales eran puras convenciones que no
permiso previo del editor, respondían a hechos reales.
categorías), pero también con la matemática y la físic:::,de las que
tenía gran conocimiento. Como lingüista, Saussure se situó frente
a la empresa de la lingüística comparativa y la psicología
asociacionista de los neogl.lInáticos2 A diferencia de Peirce, su
teoría cle los signos -como veremos- fue en gré,n medida influida
por la sociología de Durkbeim 0858-1917).
La teoría de Peirce no despertó el reconocimiento de sus pa-
res (murió en la pobreza y desconocido), mientras que la cle SaUSSllre
no alcanzó durante su vida el éxito que luego tendría; la obra
sobre los signos de ambos, por otra parte, fue publicada en fonna
póstuma. Hoy, sin embargo, Peirce y Saussure son una referencia
indispensable para los estudios semióticos yío semiológicos:-O sus
textos son considerados fundadores de tradiciones discursivas que Cbarles Sanders Peirce elaboró una extensa obra de carácter
siguen siendo una y otra vez repetidas, refommladas, refutadas, fragmentario (reunida en los Coltected Papers)4 en la que siempre
pero nunca ignomdas. buscó construir y fundamentar una teoría de los signos como el
marco para una teoría del conocimiento. La semiótica de Peirce
tiene una perspectiva filosófica pues constituye una teoría de la
realidad y del conocimiento que podemos tener de ella por el
medio exclusivo del que disponemos: los signos. El único pensa-
miento que puede conocerse -sostiene Peirce- es pensamiento
en los signos, y como un pensamiento que no pueda conocerse
no existe, todo pensamiento debe existir necesariamente en los
signos. Dicho de otro modo, no podemos pensar sin signos.
Para Peirce la semiótica es equiparable a la lógica; por ello
afirma: 5
t¡ "La lógica, en su sentido general, es. como creo habe '10 demos-
[¡'aelo, otro nombre e1e la semiótica (<J11l-tEWl1'tKl1),
la do::trina cua-
el lugar de otra cosa, su objeto, de modo que despierta en la
mente de alguien un signo equivalente o más desarrollado al que
si-necesaria, o fonnal, e1e los signos"."
se denomina interpretaJlte. que aclara lo que significa el
relJreseJltamell V que a su vez representa al mismo objeto. En un
La semiórica entendida como otro nombre de la lógica tiene di~cionalio, por-ej~mplo, la secuencia de letras "perro" (la palabra
por objeto de estudio a la semiosis, palabra que Peirce toma del cuvo sianificado se busca) constituye un representamen que está
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filósofo epicúreo filodemo, para el que ella es una inferencia :l en el lugar de un objeto al que representa (provisoriamente pen-
paltir de signos. La semiosis, el instrumento de conocimiento de la semos en los perros de la realidad), y la definición que la acompa-
realidad, es siempre par;:¡ Pelrce un proceso tJiádico de inferencia ña, constituida a su vez por signos -otras secuencias de letras-,
medi:lnte el cual a un signo (llamado representamen) se le atribu- funciona como el interpretante que establece el significado del
ye un objeto a Futir de otro signo (llamado interpretante) que representamen. La señal caminera confolmada por un círculo rojo
rem.ite al mismo objeto,! Si alguien ve en la puerta de un negocio con una línea blanca horizontal colocada en la esquina de una
la imagen de una cruz color verde (representamen), por ejemplo, calle es otro representamen que representa un objeto, en este
comprende que allí hay una falmacia (objeto) a partir de un pro- caso el hecho de que allí cambia la dirección de los vehículos,
ceso semiótica de inferencia que consiste en que el pJimer signo cuyo interpretante es otro signo, como el de la lengua española
(representamen) despielta en su mente otro signo, como la pala- "dirección prohibida".
bra "falmacia" (interpretante), que lo lleva a conectar el primer
signo (representamen) con el objeto farmacia. Como se despren-
de de este ejemplo, la sem.iosis es una experiencia que hace cada
uno en todo momento de la vida, m.ientras que la semiótica cons- "Un signo o representamcn, es algo que, para alguien, repre-
tituye la teorb de esa experiencia, cuyos componentes formales senta o se refiere a algo en algún aspecto o carácter. Se dirige
son el representamen, el objeto y el interpretante. a alguien, esto es, crea en la mente de esa persona un signo
equivalente, o, tal vez, un signo más desarrollado_ Este signo
creado es lo que yo llamo el interpretante del primer signo. El
signo está en lugar de algo, su objeto. Está en lugar de ese
objeto, no en todos los aspectos, sino sólo con referencia a
El signo en Peirce recibe el nombre técnico de represe7ltmnen. una suerte de idea, que a veces he llamado el fundamento de!
El representamen es una ":ualidad material" (una secuencia de represenramen. 'Idea' debe entenderse aquí en cierto sentido
letras o de sonidos, una fo;-ma, U:1 color, un olor, etc.)" que está en platónico, muy familiar en el habla cotidiana; quiero decir, en
el mismo sentido en que decimos que un hombre capta la
6. Ver Peirce (1986: 21). idea de otro hombre, en que decimos que cuando un hombre
recuerda lo que estaba pensando anteriormente, recuerda la
7. Aunque la inferencia casi siempre sea consciente, la teoría de 1a inferen-
cia semiótica de Peirce es llna teoría lógica y no psicológica. misma idea, y en que, cuando e! hombre continúa pensando
____________. 8~~I;~galiños de Morentm (1983: 84) sostiene que "el término 'represenr:lmen' en algo, aun cuando sea por un décimo de segundo, en la
(... ) indica la existenCiade la [01111;\ pereeptual en que el signo consiste (próximo, medida en que el pensamiento concuerda consigo mismo du-
por lo tanto, al 'signiricante' saussuriano)".
rante ese lapso, ° sea, continúa teniendo un contenido similar,
es 'la misma idea', y no es, en cada instante del interv;¡lo, un;¡
idea nueva".?
Sobre el interpretante, Eco (1986: 85; 2000: 116)11 aclara que
Esta definición implica que existen tres condiciones para que es otro signo, o sea otra representación, que se refiere al mismo
algo sea un signo: objeto que e! representamen y que puede asumir diversas fomlas:
1. Condición necesaria pero no suficiente: el signo debe tener Un signo equivalente de otro sistema semiótico. Por ejemplo,
cualidades que sirvan para distinguido, por ejemplo una pala- e! interpretante de la palabra "perro" puede ser el dibujo de
bra debe tener un sonido particular diferente del sonido de un perro, es decir un signo de otro sistema semiótica respec-
otra palabra. Pero no basta percibir un sonido para reconocer- to del lenguaje verbal al que pertenece dicha palabra.
lo como signo. El dedo índice que apunta a un objeto, aunque se sobreen-
2. Segunda condición necesaria pero no suficiente: el signo debe tiende que se trata de "todos los objetos como éste". En el
tener un objeto, aunque la relación de! representamen con el caso de la palabra "perro" en tanto representamen, el
objeto no basta para hacer de uno el signo de otro. Para ello inrerpretanre puede ser entonces el dedo índice que apunta
es necesario un interpretante. hacia un perro.
3. Tercera condición necesaria y suficiente: la relación semiótica Una definición ingenua o dentífica formulada en el mismo siste-
debe ser triádica, comportar un representamen que debe ser ma de comurucadón, en la misma lengua que en la que es cons-
reconocietLcmr~o el signo de un objeto a través de un truido el representamen. Por ejemplo, para el representamen
interpreta.nte.1o "sal" el ínterpretante puede ser "cloruro de sacHo".
La traducción de! término a otra lengua. Por ejemplo, el
interpretante de la palabra del español "perro" puede ser la
palabra del inglés "dog". Peirce mismo se refiere a esta posi-
bilidad cuando sostiene que "si buscamos la palabra 'homme'
en un diccionario francés-inglés, veremos frente a la palabra
'homme' la palabra 'man' que representa 'homme' como re-
presentando la misma criatura bípeda que 'man' mismo
A continuación, comentaremos la definición del signo dada representa" Y En este caso, la palabra del inglés "man" funcio-
por Peirce precisando las nociones de inrerpretante, objeto y na como el interpretante de la palabra del francés "homme".
fundamento. La traducción del témúno a otro de la n1isma lengua mediante
un sinónimo. Por ejemplo, "remedio" para "medicamento".
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colateral que es el resultado de semiosis anteriores:
de primeridad que comparten con su objeto. De esta manera, Esto es un ícono. Pero en el único aspecto en que se parece a su
considera los siguientes tipos de íconos: objeto es en que la llave muestra que las tres clases íconos,
índices, símbolos están relac;onadas las unas con las otras, así
a. Las imágenes. son los íconos que comparten cualidades sim- como las tres están relacionadas con la clase general de los
ples del objeto, como su color, su forma, su tamaño, etc. Son signos, tal como realmente ocurre, de manera general".""
íconos imágenes, por ejemplo, los cuadros, los dibujos, los
grabados, las fotografías. En el lenguaje natural, las c. Las metáforas: Peirce sostiene que se trata de íconos que
onomatopeyas tienen una naturaleza icónica, pues guardan guardan un paralelismo con su objeto. En efecto, una metá-
analogía con el sonido que representan. Peirce, por su parte, fora es un tipo de ícono porque implica una relación de
afirma que en todas las escrituras primitivas, tales como los similitud, según algunos teóricos entre los referentes de dos
jeroglíficos, se puede encontrar este tipo de íconos. expresiones o según otros entre el contenido de ellas. Pero
b. Los diagramas: son los íconos que comparten relaciones de ya sea entre referentes o entre contenidos, siempre se trata
las partes de su objeto por medio de relaciones análogas en- de una relación de semejanza que hace posible la metáfora.
tre sus propias partes, es decir, existe en el ícono una analo-
gía entre las relaciones de las partes del representamen y las Peirce destaca que la "única manera de comunicar una idea
del objeto. Por esto, el organigrama de una empresa o los directamente es mediante un ícono" y que su obselVación directa
diseños producidos por la infografía (como las denominadas pem1ite revelar verdades no previstas del objeto; de allí la impor-
"tortas"), por ejemplo, son diagramas, pues las relaciones en- tancia del uso de los íconos en textos con una función didáctica y
tre sus propias partes guardan analogía con las relaciones de en las comunicaciones que buscan la simplificación y la rapidez
las partes del objeto que representan. en la interpretación de los mensajes.
Los llamados cuadros sinópticos también son íconos diagrdmas.
Sobre ellos, afirma Peirce:
47. Ver Peirce 0986: 46). Peirce agrega: "Un representamen por Primelidad
nü&í n'jás gülilmentepuede tener un Objeto similar"y "un Signo por Primeridad
es una imagen de su objeto".
Finalmente, Peirce aclara que un signo sigue siendo un ícono Para Peirce, los índices se distinguen de los íconos y de los
aun cuando el objero al que representa no exista:i9 símbolos por tres rasgos característicos:
"Un ícono es un signo que poseería el clcicter que lo vueive signi- a.. C~recen, a diferericia de les fCüflOS, de todo parecido signifi-
ficativo, aun cuando su objeto no tuviera existencia; tal como un cativo con su objeto.
trazo de lápiz en un papel que representa una línea geométriCl·'.w b. Se refieren, a diferencia de los símbolos que designan clases
de objetos, a entes individuales, unidades individuales, con-
De allí que Peirce acentúe que el ícono no tiene una co- juntos unitarios de unidades o continuidades individuales.
nexión dinámica con el objeto al que representa, característica c. Dirigen la atención a sus objetos por una compulsión ciega.
que le atribuye a los índices:
Desde el punto de vista psicológico, agrega Peirce, la acción
"El Ícono no tiene conexión dinámica con el objeto que representa; de los índices depende de asociaciones por contigüidad, y no de
simplemente acontece con él que sus cualidades se asemejan a las asociaciones por parecido (como yn los íconos) o de operaciones
de ese objeto, y excitan sensaciones análogas en la mente para la intelectuales (como en los símbolos). Sin embargo, aclara, debe-
cual él es una semejanza. Pero, en realidad, está desconectado de mos reconocer que comúnmente es difícil encontrar un signo que
ellos. El Índice está conectado físicamente con su objeto".'¡ sea solamente un índice, lo mismo que reconocer un signo que
esté absolutamente desprovisto de cualidad indicial.
En el caso de los índices, Peirce mismo se detiene en brindar-
nos numerosos ejemplos:
En tanto segundidad, un índice es un signo que entabla con el "Examinemos algunos ejemplos de índices. Veo un hombre
objeto una relación existencial, de modo que participan los dos de con un andar balanceado, lo cual es probablemente una indi-
una misma experiencia, como es el caso, por ejemplo, de una cación de que se trata de un marinero. Veo un hombre de
nube negra como índice de que va a llover. Por esto Peirce afirma: piernas algo curvadas, con pantalones de pana, polainas y
chaqueta. Son probablemente indicaciones de que es un jine-
"Un Índice es un signo que se refiere al Objeto que denota en te o algo parecido. Un reloj de sol, o un reloj cualquiera,
virtud de ser realmente afectado por aquel Objeto".52 indican qué hora del día es. Los geómetras colocan letras
sobre las diferentes partes de sus diagramas y luego Usan le-
tras para indicar dichas partes. (. .. ) Unos golpecitos en una
49. Entendemos aquí "objeto" en tanto objeto dinámico, existente en la
realidad. La propuesta de Peirce es similar a la de Frege, para quien los puerta cerrada son un índice. Cualquier cosa que atraiga la
signos pueden tener sentido (equiparable al objeto inmediato) pero no atención es un índice. Cualquier cosa que nos sobresalte es
referencia (equiparable al objeto dinámico), como en el caso de la palabra un índice, en cuanto marca la articulación entre dos partes de
"uniCOlnio".
una experiencia. Así, un tremendo tronar indica que algo con-
50. Ver Peirce 0986: 59).
siderable ha sucedido, aUl1que no sepamos exactamente de
51. Ver Peirce 0986: 58).
qué se trata, pero puede ser probable que podamos conecrar-
52. Ver Peirce 0986: 30). lo con otra experiencia.
Un barómetro con marcas bajas, conjuntamente con la hume- conexión real entre su meme y el objeto; y si e! pronombre
dad de! aire, es un índice de próxima lluvia; es decir, suponemos demostrativo logra esto -sin lo cual su significado no es com-
que las fuerzas de la naturaleza establecen una conexión proba- prendida- es él quien establece dicha conexión; por lo tanto es
ble entre la marca baja del barómetro, el aire húmedo y la lluvia un índice. Los pronombres rebtivos quien y cual provocan acti-
inminente. Una veleta es un índice de la dirección de! viento: en vidad de observación de manera casi ~J.náloga, sólo que con
primer lugar porque toma la misma dirección que e! viento, de ellos la atención debe ser dirigida a las palabras que los han
modo que existe una real conexión entre ambos; y en segundo precedido. c. .. )
lugar, estamos constituidos de tal manera que el movimiento de Algunos índices son instrucciones más o menos detalladas so-
la veleta en determinada dirección atrae nuestra atención hacia bre lo que el receptor debe hacer para colocarse a sí mismo en
esa dirección; y cuando vemos que gira siguiendo las variacio- conexión directa de experiencia, o de otro tipo, con la cosa
nes del viento, estamos forzados por las leyes de la mente a significada. Por ejemplo, los boletines de la Guardia Costera que
pensar que esa dirección está conectada con el viento. La estre- dan latitudes y longitudes, cuatro o cinco datos de los objetos
lla polar es un índice que nos indica hacia dónde se orienta uno prominentes, etc., y dicen qlje en detenninado lugar hay una
si busca el Norte. (. .. ) roca o un arrecife o una boya o un faro. Aunque existan otros
Cuando un conductor grita '¡cuidado!' a un peatón para llamar elementos en tales instrucciones, de todos modos son funda-
su atención y hacer que se ponga a salvo, en la medida en que mentalmente índices c..
.)5.~
se trata de una palabra significante es, como veremos más ade- También es un índice la presencia del síntoma de una enfemle-
lante, algo más que un índice; pero en la medida en que está dad (siendo el síntoma en sí mismo un legisigno, o sea un tipo
destinada simplemente a actuar sobre el sistema nervioso del general de carácter definido; sólo al considerárselo acaecido en
que la oye y hacer que se aparte, es un índice, porque lo que se un caso particular de una enfermedad dada es un sinsigno).54
busca es ponerlo en real conexión con el objeto, que es su
propia situación en relación con el vehículo que se aproxima. En las lenguas naturales, Peirce considera también como índi-
Imaginemos que dos hombres se encuentran en un sendero en ces a los cuantificadores algún, cada, ninguno, cual-
del tipo
medio del campo, y que uno de ellos le dice al otro: 'La chime- quier, quienquiera, todos, nadie y del tipo de parte, algo, al-
nea de aquella casa está incendiándose'. El otro mira en derre- guien, un, cierto, uno, alguno, "porque infom~lO al receptor cómo
dor y percibe una casa con persianas verdes y una galería, cuya debe escoger uno de los objetos en cuestión" y "significan que el
chimenea humea. Sigue caminando algunos kilómetros, y en- receptor tiene libertad para seleccionar cualquier instancia de su
cuentra a otro peatón. Actuando como un tonto, le dice: 'La
chimenea de aquella casa está incendiándose'. '¿Qué casa?', pre-
preferencia dentro de los límites expresados o sobreentendidos
,v.
gunta el otro. 'Oh, una casa con persianas verdes y una galería',
contesta e! tonto. Pregunta nuevamente el otro: '¿Dónde está la 53. Ver Pt::irce 0986: 50-53).
casa?' Está buscando algún índice que le pennit~¡ conectar su 54. Ver Peirce 0986: 94). Vimos que para Peirce todo símbolo es un
alarma con la casa en cuestión. Las palabras por sí solas son legi~igno pero no viceversa, a lo que parece responder este ejemplo, pues
el smtoma de la enfermedad puede ser un legisigno, pero Peirce se limita
insuficier.tes para lograr esto. Los pronombres demostr~ltivos 'ésta',
a tratado como un índice. Deladalle (996) sostiene que el síntoma en el
'aquélla' son índices, puesto que promueven que el receptor cuerpo del paciente es un índice par;¡ el médico que lo revisa, pero expli-
utilice sus poderes de observación para poder establecer una cado por un profesor en una cátedr.l de medicina es un símbolo.
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que la aseverdción deberá aplicarse a esa instancia"." Por otra par- las diferentes disciplinas (como los símbolos usados por el ál-
te, afirma queun pronombre posesivo es doblemente un índice: gebra, la química o la física), los signos que integran sistemas
"Primeramente, indica al poseedor; en segundo lugar, admite una de comunicación creados por el hombre como sustitutos de las
modificación que, sinticticamente, lleva hi atención a b palabra lenguas naturales (como el Morse), los signos de la notación
que denota la cosa poseída".56 Asimismo, los nombres propios musical, de las insignias militares, los signos utilizados por la
también son índices, pues entablan una conexión real con el obje- publicidad (como los i.,otipos y los logotipos), ete. De allí que
to al que representan.57 Peirce afirme:
Se entiende así por qué el signo dicente se ubica en la cate- "Un Argumento es un Signo que tiene la forma de tender a ac-
goría de segundidad, que es la de la existencia. Como sostiene tuar sobre el Intérprete a través de su propio autocontrol, repre-
Deladalle (1996: 168), una proposición es un signo complejo que sentando un proceso de cambio de pensamientos o en signos,
involucra a un rema y a un índice, como en. "Todo perro es un como si se tratase de inducir ese cambio en el Intérprete".71
animal" (donde "perro" y "animal" son remas y "todo" un índice).
Peirce, por su palte, hace hincapié en que "no existe proposición Un argumento debe involucrar a signos dicentes, o premisas;
que pueda ser expresada con prescindencia de índices".71 sobre la conclusión de un argumento, Peirce sostiene:
En tanto que el interpretante significa al dicente como estan-
do en una relación real con el objeto, una proposición es el objeto "En lo que concierne a otra proposición, llamada la Conclusión,
clel acto de juzgar. Sobre el juicio afirma Peirce: a menudo declarada y tal vez requerida para completar el Argu-
mento, ella representa simplemente al interpretante (. .. ) Hay di-
"Un juicio es el acto mental por el cual quien juzga procura ferencias de opinión entre los lógicos con referencia a si el
establecer sobre sí mismo la verdad de una proposición"72 Interpretante forma o no parte del Argumento; ya pesar de que
tales opiniones no han resultado del análisis exacto de la esen-
A diferencia del rema, que no es ni verdadero ni falso, la cia del Argumento, tienen derecho a gravitar. Quien escribe esto,
proposición, que está en relación real con el objeto, o será verda- aun sin tener absoluta confianza, se inclina fuertemente a pen-
clera o será falsa. sar que la Conclusión, aunque represente al Interpretante, es
esencial para la completa expresión del Argumento"."
74), que para Peirce la réplica de un símbolo remático legisigno signo, qué es lo que nombra, cuál es su suppositum? Sin duda la
sea un sinsigno indicial remático y no un símbolo remático cosa exterior cuando se piensa en una cosa exterior real. Pero,
sinsigno, como si la réplica del tipo abstracto "perro" fuera con todo, cuando el pensamiento está detemlinado por un pen-
siempre "este perro" (del que estoy hablando). samiento previo del mismo objeto se refiere sólo a la cosa deno-
9. Símbolo dicente legisigno: es el caso de una proposición ordi- tando este pensamiento previo".n
naria. En tanto símbolo, está conectada con su objeto median-
te una asociación de ideas generales. Por ser un símbolo, es La semiosis infinita no es por lo tanto una propiedad exclusi-
un legisigno: tiene una existencia abstracta de tipo general. va del conocer, sino además y al mismo tiempo una propiedad de
Un símbolo clicente legisigno es un signo compuesto en la lo real. Si bien estas afirmaciones tienen una resonancia
medida en que necesariamente involucra a un símbolo remático idealista,78 para Peirce el mundo no depende de nosotros y de
para expresar su información (como el nombre común "pe- nuestra intención de interpretado:
rro"), y un legisigno remático indicial para inclicar al sujeto de
tal infoffilación (como el pronombre demostrativo "este"). "No hay nada que exista en sí mismo en el sentido en que no
10. Argumento simbólico legisigno: es la fOffila abstracta de un esté en relación con la mente, aunque las cosas que están en
razonamiento, por ejemplo la de un silogismo (todo A es B, e relación existan, sin ninguna duda, fuera de esa relación".79
es A, e es B).
Por otra parte, Peirce no es un relativista, distingue entre las
No resulta fácil ubicar a todos los signos en esta taxonomía. cogniciones verdaderas y las falsas, las primeras son cogniciones
Eco (1998: 74), citando al propio Peirce, hace hincapié en que "es
Estas papas son blancas RESULTADO Todas las papas de esta bolsa son blancas REGLA
Todas las papas de esta bolsa son blancas REGLA Estas papas fueron sacadas de esta bolsa CASO
Estas papas fueron sacadas de esta bolsa CASO Estas papas son blancas RESULTADO
b. Inducción: "presupone que es verdad de todo un conjunto lo Peirce se opone al postulado positivista de la prillucía de la
que es verdad de un número de casos del mismo, tomados inducción en el proceso de conocimiento, pues la inducción no
aleatoriamente".:>7 Por ejemplo: estas papas fueron sacadas puede generar una idea nueva (ni tampoco la deducción). Por
II ello plantea que todas las ideas novedosas de la ciencia nacen
I gracias a la abducción, cuyo fruto es la postulación de una ley.
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1 85. Ver Peirce (1986: 70). Todo conocimiento, el científico pero también el cotidiano, cons-
1 86. Sobre la .'.bducción y los esquemas que representan los tipos de inferen- tituye para Peirce un proceso hipotético-deduetivo-experimental
._L__ --ch,-veF Bonfantini (987). compuesto de tres momentos a los que les corresponde un tipo
87. Ver Peirce (1988: 94). de inferencia: 1Q abducción, que plantea una l1ipótesis sin fuerza
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La existencia misma del progreso científico es una pllJeba Uno de los mayores representantes del post-estructuralisl11o
para Peirce de que la mente del hombre ha sido puesta en cHapa- es el filósofo francés ]acques Derrida, quien en su libro De la
són con la verdad de las cosas:
gramat%gía apela a la teoña de los signos de Peirce parJ funda- Para Eco (998), Derrida realiza una lectura idealista e insatis~
mentar su propuesta filosófica, denominada deconstnlcción, y su factoria de Peirce, por lo que no se pueden considerJr equivalen-
consiguiente posición sobre la interpretación. tes la deriva deconstructivista y la semiosis infinita, ni tampoco
Derrida se opone a un concepto de interpretación que se plantear, como hacen algunos deconstructivistas, que ante la au-
basa en la idea de un significado definitivo atribuible a un texto, sencia de la intención del autor y del referente, la lectura es un
vinculado con la intención de un sujeto o con el referente que proceso de libre asociación "donde la voluntad de los intérpretes
representa. Por el contrario, un texto es concebido como una sacude los textos hasta darles la fom1a que sirva a sus propósitos".
máquina significan te que produce un infmito diferimiento del sig- Para fundamentar su cñtica a Derrida, Eco esgrime, entre otros, los
nificado, que nunca logra fijarse: cada significante del texto está siguientes argumentos:
en correlación con otro significante, de tal manera que nada que-
da fuera de la cadena significante, que procede ad infinitum. Un a. No es válido basarse en la teoría de Peirce para afinnar que
texto produce así una deriva infinita de interpretaciones, ninguna no existe nada fuera del texto, puesto que Peirce mismo sos-
de las cuales es concluyente. tiene que toda semiosis está ?eterminada por un objeto diná-
Derrida denomina "Iogocentrismo" y "metafísica de la presen- mico que es "la Realidad que de alguna manera contribuye a
cia" a la postura fLlosóficaque postula la existencia de un significado determinar al signo".
(denominado "trascendental") que pondña un término tranquilizante b. El interpretante final detiene, aunque sea provisoriamente, el
a la deriva del significante yal diferimiento del significado. Apelando proceso sin fin de la interpretación.
a Peirce, a su noción de semiosis infinita y a sus reflexiones sobre el c. Cualquier comunidad de intérpretes de un texto determina-
carácter de signo del objeto representado, Derrida sostiene que la do, pard poder ser la comunidad de intérpretes de ese texto,
"cosa misma" (el llamado "referente") es siempre un representamen
inserto en la cadena de semiosis ilimitada, lo que lo lleva a afmnacio- I debe aicanzar un acuerdo, aunque no definitivo y de manerd
falible, sobre el tipo de objeto del que se está ocupando.
nes extremas del tipo "No existe nada fuera del texto":
92. Todas las citas de Saussure provienen del Curso de lingüística geneml,
abreviado en CLG. El número que le sigue corresponde a la página de la
edición de Editorial Losada.
93. Saussure sostiene que la semiología "sería pa11e de la psicología social,
y por consiguiente de la psicología general".
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--,
"Muchas veces se ha comparado esta unidad de dos caras con la "El lazo que une el significante al significado es arbitrario; o
unidad de la persona humana, compuesta de cuerpo y alma. La bien, puesto que entendemos por signo el total resultante de la
comparación es poco satisfaL'toria. Más acertadamente se podria asociación de un significante con un significado, podemos decir
pensar en un compuesto químico, el agua, por ejemplo: es una más simplemente: el signo lingüístico es arbitrario.
combinación de hidrógeno y de oxígeno; tomado aparte, ninguno Así, la idea de sur no está ligada por relación alguna interior con
de estos dos elementos tiene las propiedades del agua" (CLG, 127), la secuencia de sonidos s-u-r que le sirve de significame; podna
estar representada perfectamente por cualquier ocra secuencia
Saussure hace hincapié en la relación de interdependencia de sonidos. Sirven de prueba las diferencias entre la~ lenguas y
entre el significante y el significado: referimos a un significante la existencia misma de lenguas diferentes C..)
implica, necesariamente, postular la existencia de un significado La palabra arbitrario necesica también una observación. No debe
al que está asociado. Asimismo, es importante destacar que el dar idea de que el significame depende de la libre elección del
signo lingüístico es una unidad de naturaleza psíquica, pues am- hablante (ya veremos luego que no está en manos del individuo
bos planos también lo son. El concepto está archivado en la men- el cambiar nada en un signo una vez establecido por un grupo
te de los hablantes de una lengua, y puede ser descripto como un lingüístico); queremos decir que es inmotivado, es decir, arbitra-
haz de elementos mínimos de significado (que la semántica es- rio con relación al significado, con el cual no guarda en la rea-
tructural denominó semas),94 de modo que el concepto "perro", lidad ningún lazo natural" (CLG, 93-94).
i
I
___________
.. 1_
Saussure aclara que lo que se denomina símbolo, a diferencia
del signo lingüístico, "tiene por carácter el ser nunca completamente
arbitrario" (CLG, 94) porque siempre hay algo de vínculo natuml, que le están asociados. diez. nueve. veintinueve
por ejemplo.
es decir de motivación, entre el significante y el significado. El e ..); tomados separadamente, diez y nueve están en las mismas
símbolo de la justicia, una balanza. por ejemplo, no puede ser condiciones que veinte. pero diecinueve presenta un caso de
n:emplazado por cualquier otro. como un carro, pues entre la motivación relativa. Lo mismo sucede con peral, que evoca la
balanza (plano del significante) y la justicia <plano de! significado) palabra simple pera, y cuyo sufijo -al hace pensar en rosal,.fmtal,
existe una relación motivada. etc.; nada de eso ocurre con cerezo.ji-esno. haya. etc." <eLG. 155).
A partir de esto, Saussure considera dos posibles objeciones
que podrían hacerse al principio de la arbitrariedad del signo lin- Saussure plantea entonces que la arbitrariedad es una cues-
güístico. En primer lugar, podría afmnarse que en las onomatopeyas, tión de gí..ldos, pero insiste en que, cuando aparece, la motivación
como tic-taco glu-glu, hay un lazo natural entre el significan te y en la lengua nunca es absoluta y que los elementos que compo-
el significado; en segundo lugar, lo mismo podría afirmarse de las nen dichas palabíds (diez, nueve, pera. etc.) son completament~
interjecciones, como ¡ay!, que parecen dictadas por la naturaleza. arbitrarios, es decir, inmotivados. Por eso se refiere a lo arbitrario
Saussure refuta estas posibles objeciones sosteniendo que: absoluto (como diez y nueve) y a lo arbitrario relativo (como
diecinueve) en el conjunto de los signos de una lengua.
a. Las onomatopeyas y las interjecciones son escasas y de im- Verón (1993) analizó e! Curso de lingüística general como
portancia secundaria en una lengua. texto fundador de la lingüística moderna y destacó la deuda que
b. Tal\to en unas como en otras intervienen convenciones que la noción de arbitrariedad de Saussure tiene con el pensamiento
determinan que no sean las mismas en las diferentes lenguas, del sociólogo Émile Durkheim. quien en su libro Les formes
lo que vuelve su origen simbólico, natural. en parte dudoso. A élementaires de la vie réligieuse presenta una concepción de lo
la onomatopeya de! español guau guau, por ejemplo, le co- simbólico como algo que reposa sobre relaciones arbitrarias, no
rresponde en francés auaoua yeo alemán wauwau; a la in- naturales, entre el símbolo y lo que él representa.95
terjección de! español ¡ay! le corresponde en francés are! y
en alemán au/
c. En el caso de las onomatopeyas, una vez introducidas en la
lengua, quedan más o menos sujetas a la evolución fonética, Saussure se interroga sobre la posibilidad de que, una vez
morfológica, etc., que sufren las otras palabras, lo que es una establecida la semiología, incopore a su estudio los sistemas de
prueba de que han perdido su carácter simbólico para adqui- signos enteramente naturales, como la pantomima. Aunque con-
rir e! de! signo lingüístico en general, que es inmotivado. cede que esto sea posible, hace hincapié en que dicha ciencia
deberá focalizar los sistemas de signos basados en la arbitariedad,
Sin embargo, en otra parte de! CLG, Saussure afim1a que e! que son para él los que mejor realizan el procedimiento
principio fundamental de lo arbitrario del signo no impide recono-
cer que en algunos casos el mecanismo de formación de palabras
95. Se observa que Durkheim, cuando se refiere a la arbitrariedad conside-
hace intervenir en los signos cierto grado de motivación:
ra la relación con el objeto, mientras que Sallssure se limita a 1;\ relación
interna entre el significante y el significado del signo. Por otra parte, Saussure,
"Asrveínte es inmotivado, pero diecinueve no lo es en el mismo a diferencia de DlIrkheim. usa el rénnino símbolo en los casos en que hay
grado, porque evoca los términos de que se compone y otros motivación en dicha rdación.
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semiológico. Por eso la lingüística, que estudia signos completa- arbitrarios y otros no. Por otra parte, Eco distingue entre aquellos
mente arbitrarios, puede ser unmoclelo general para la nueva signos en los que la convención interviene desde la producción,
ciencia que postula. como en las palabras, los sistemas de señalización, etc., y aquellos
Saussure nos dice que "todo medio de expresión recibido de en los que la convención interviene sólo en la lectura, en la inter-
una sociedad se apoya en principio en un hábito colectivo o. lo pretación. Los fenómenos naturales, como una nube negra que
que viene a ser lo mismo, en la convención" (CLC, 94), aunque significa "lluvia próxima", no son producidas convencionalmente,
puedan distinguirse diversos grados de motivación. Los signos pero se transforman en signos cuando un aprendizaje cultural,
de cortesía, ejemplifica, están dotados con frecuencia de cierta cuando un sistema de convenciones les asigna un significado.
expresividad natural o motivación (piénsese en los chinos, que
saludan a su emperador postrándose nueve veces ante él), pero
no están menos fijados por una regla que obliga a emplearlos.
La arbitrariedad, entonces, es otra vez planteada por Saussure
como una cuestión de grados, que son indirectamente proporcio- El significante del signo lingüístico, por ser de naturaleza acús-
nales a la motivación: cuanto más motivados son los signos menos tica, "se desenvuelve en el tiempo únicamente y tiene los carac-
arbitrarios son, y viceversa. El signo lingüístico, puramente con- teres que toma del tiempo: a) representa una extensión, y b) esa
vencional e inmotivado, es completamente arbitrario; pensemos, extensión es mensurable en una sola dimensión; es una línea"
en cambio, en la señal caminera que consiste'en la imagen de una (CLC, 95). Saussure afirma que si bien este principio es evidente,
vaca y que significa "animales sueltos", ¿es completamente arbi- no se ha apreciado su importancia, equiparable a la del primer
traria? No lo es, puesto que la unión entre el significante (la ima- , principio, dado que todo el mecanismo de la lengua depende
gen de la vaca) y el significado ("animales sueltos") está basada también de la linealidad del significante.
en algo más que en una convención, hay motivación: la vaca es Los elementos del significante lingüístico se presentan uno
u.n animal que suele aparecer en una ruta rodeada de campos y tras otro, forman una cadena, a diferencia de "los significantes
este es un buen motivo para que integre el significante de una I visuales (señales marítimas, por ejemplo), que pueden ofrecer
señal que significa "animales sueltos". complicaciones simultáneas en varias dimensiones" (CLC, 95).
Eco (988) hace hincapié en que arbitrario no quiere decir Pero, ¿cuáles son estos elementos que componen el significante
exactamente lo mismo que convencional, pues arbitrario -diji- lingüístico, es decir la imagen acústica? Se trata de los fonemas,
mas- es lo pura y exclusivamente convencional, es decir, lo in- definidos posteriormente a Saussure como unidades mínimas y
motivado. Para que haya un signo, aclara Eco, siempre debe haber autónomas del plano de la expresión cuyo contraste permite
una relación instituida entre un significante y un significado sobre distinguir significados.
la base de una convención establecida por un código.96 De este En efecto, los fonemas no poseen en sí mismos un significa-
modo, todos los signos son convencionales, pero algunos serán do, pero el contraste entre ellos permite distinguido. Tomemos
como ejemplo los siguientes signos:
96, Eco (1988: 172) define al código como "la regla de emparejamiento de paso
elemenros de la expresión con elementos dd. contenido, después de haber peso
organizado en sistema formal ambos planos", piso
Ellos poseen diferentes significados gracias a la oposición en- el circuito sea completo. Sean. pues, dos personas, A y S, en
tre lal, lel e IV, que en tanto unidades autónomas reaparecen en conversación:
otros signos. Los fonemas tienen una naturaleza psíquica, pues
son un conjunto de rasgos distintivos -explicaremos más adelante
esta noción al referimos al concepto de ualor- que están archiva-
dos en la mente de los hablantes de una lengua, integrada por un
sistema fonológico particular.
Por otra p:lIte, Saussure aclara que existe una interdepen- decir, descrito por una revista de modas a través de! lenguaje
dencia entre la lengua yel habla. La lengua es necesaria para articulado, no existe, por así decirlo, 'habla': es una Lengua en
que el habla sea inteligible y produzca todos sus efectos, pero el estado puro. Según e! esquema de Saussure, una lengua sin
habla es a su vez necesaria para que la lengua se establezca Habla resultaría impensable; si, por el contrd.rio.esto resulta aquí
(históricamente, el hecho de habla precede siempre a la len- posible se debe a que la lengua de la Moda no procede de la
gua); oyendo a los otros es como cada uno aprende su lengua 'masa hablante', sino de un grupo de decisión, que elabora vo-
materna, que no llega a depositarse en nuestro cerebro más que luntariamente e! código y, por otro lado, a que la abstracción
al cabo de innumerables experiencias. Finalmente, el habla es la inherente a toda lengua ha sido materializada, en este caso, bajo
que hace evolucionar a la lengua. la forma de lenguaje escrito: e! vestido de moda (escrito) es la
Saussure no descarta que se pueda estudiar el habla, el uso indi- lengua a nivel de la comunicación verbal. En e! vestido fotog~a-
vidual de la lengua, en lo que concede podría denominarse una lin- fiado (suponiendo, para simplificar, que no vaya acompañado
güística del habla, pero la sitúa en un lugar secunclario y subordinado de una descripción verbal) la Lengua emana siempre de!fashion-
a lo que denomina "lingüísticapropiamente dicha", o la lingüísticaen group, pero no se nos da ya en su abstracción, ya que el vestido
tanto ciencia primera, cuyo objeto de estudio es la lengua. fotografiado aparece siempre 'sobre una mujer individual. Lo que
Verón (1993) ha remarcado que el Curso de lingüística gene- hallamos en la fotografía de moda es un estado semi-sistemático
ral es "completamente extraño a toda concepción comunicacional del vestido; en efecto, por una parte, la Lengua de la moda debe
del lenguaje" (Saussure parte del circuito de la comunicación, que inferirse en .este caso de un vestido pseudo-real y, por otra parte,
da cuenta del habla, sólo para deslindar la lengua). Por otra parte, la persona que lleva e! vestido (la modelo fotografiada)es, si así
sostiene que el "carácter involuntario de la lengua, la pasividad de puede decirse, un individuo normativo, elegido en función de
los sujetos hablantes, la imposibilidad de estos últimos para cam- su generalidad canónica y que, por ello, representa una 'pala-
biar nada, todo esto remite a la sociología de Durkheim", quien bra' cristalizada, privada de cualquier tipo de libertad
"elaboró con mayor detalle todo lo concerniente a la naturaleza combinatoria. Es decir, como ya había apuntado Tl1lbetzkoy,en
'involuntaria' de los hechos sociales: exterioridad, sujeción, impo- el vestido puesto (o real) volvemos a encontrar la distinción clá-
sición del exterior sobre los individuos". sica entre lengua y habla: la Lengua 'vestimentaria' está constitui-
da: 1) por las oposiciones de elementos, partes o 'detalles' cuya
variación detemlina un cambio del sentido (llevar una boina o
11.2.1 La lengua y el habla en otros sistemas un sombrero de copa no tiene el mismo significado);2) por las
semiológicos reglas que determinan la asociación de los elementos en su dis-
posición a lo largo del cuerpo o unos sobre otros. El habla
Barthes 0971: 29), siguiendo la propuesta de Saussure de to- 'vestimentaria' comprende todos los fenómenos de fabricación
mar como modelo a la lingüística para el estudio de cualquier siste- anómica (en nuestra sociedad ya casi no quedan) o de presen-
ma de signos, aplicó, entre otros, al sistema del vestido los concep- cia individual (corte de! vestido, grado de limpieza, de uso, ma-
tos de lengua y habla. De esta manera afirma: nías personales, libre asociación de los distintos elementos)".
"Es-r:lecesariodistinguir aquí tres sistemas diferentes, según la Asimismo, Barthes aplica los conceptos de lengua y habla al
sustan~ia inherenre a la comunicación. En el vestido escrito, es sistema de la comida:
"Consideremos ahora otro sistema de signos: la alimentación. parcialmente en el caso de la comida, para la mayoría de los de-
No será difícil hallar aquí la distinción saussureana. La lengua más sistemas semiológicos la lengua está elaborada no por la "masa
culinaria está constituida: 1) por las reglas de exclusión (tabúes hablante", sino por un grupo de ciecisión (el caso de la moda lo
ilustra claramente). Por otro lado, en el lenguaje existe una gran
que todavía han de determinarse (del tipo, por ejemplo, de: desproporción entre la lengua, un conjunto finito de reglas, y las
salado! azucarado); por las reglas de asociación, ya se:t simul- "hablas", que son prácticamente infinitas. En la comicb. hay toda-
táneas (a nivel de un manjar) o sucesiva (a nivel del menú); 3) vía una importante variación combinatoria a nivel del habla, pero
por los protocolos en uso, que quizá funcionen como una en los otros sistemas semiológicos la amplitud de las variaciones
especie de retórica culinaria. En lo que respecta al 'h:tbla' cu- combinatorias y de las libres asociaciones de elementos es débil,
lin:tria, sumamente rica, comprende todas las variaciones per- es decir, el habla es "pobre".
sonales (o familiares) ele preparación y asociación (se podría
considerar la cocina de una familia, que subyace a un cierto
número de costumbres, como idiolecto). El lvfenú, pongamos 11.3Inmutabilidad y mutabilidad
. ,
del signo
por caso, ejemplifica muy bien la función de la lengua y dd
habla: cada menú se constituye con referencia a una estructura
(nacional, regional y socia!), pero esta estructura se llena de
distinta forma según los días y los usuarios; exactamente igual Saussure sostiene que con relación a la idea que representa,
que una 'forma' lingüística se llena a partir de las libres varia- el significante aparece elegido libremente, pero que con relación
ciones y combinaéiones que necesita un locutor para un deter- a la comunidad lingüística que lo usa no es libre, es impuesto. Es
minado lenguaje. La relación entre la lengua y el habla seria en como si se le dijera a la lengua "elige", pero ai1adiendo "será ese
este caso bastante similar a la que hallamos en el lenguaje: es, signo y no otro signo" (CLG, 97). No sólo un individuo es incapaz
a. grandes rasgos, el uso, es decir, una especie de sedimenta- de modificar la elección hecha, sino que la masa misma no pue-
ción de las palabras, lo que constituye la lengua culinaria. Sin de ejercer su poder sobre una sola palabra: está atada a la len-
embargo, los fenómenos de innovación individual (recetas in- gua tal cual es. Por eso la lengua no puede equipararse a un
ventadas) pueden adquirir un valor institucional. Contrariamente contrato puro y simple, pues constituye una ley admitida por
a lo que sucede con el sistema del vestido, aquí falta la acción la comunidad como una cosa que se sufre, no como una regla
de un gnlpo de decisión: la lengua culinaria se constituye úni- libremente consentida.
camente a partir ele un uso ampliamente colectivo o de un La lengua siempre se nos aparece como una herencia de una
'habla' puramente individual". época precedente, como un producto recibido de las generacio-
nes anteriores que hay que tomar tal cual es. De allí que el proble-
Barthes remarca que la extensión semiológica de los concep- ma del origen del lenguaje ni siquiera deba ser planteado para
tos de lengua y habla plantea ciertos problemas. Por un lado, en lo Saussure, pues "el único objeto real de la lingüística es la vida nor-
que respecta a la dialéctica entre la lengua y el habla. Dentro del mal y regular de una lengua ya constituida" (CLG, 97). ¿Pero por
I
! sistema lingüístico, en la lengua no se incorpora nada que antes qué el factor histórico de la transmisión de la lengua la domina
~~"-"-'------,---.---.- -----tio liayastdoprobado en el habla y, de modo recíproco, el habla enteramente excluyendo todo cambio lingüístico general y súbito?
1, :: es posIble si no está basada en el resmo de la lengua. saIvo Saussure da varias repuestas a este interrogante:
El carácter arbitrario del signo: para que algo sea cuestiona-
do es necesario que se base en una norma razonable, pero
esto no sucede en la lengua porque es un sistema arbitrario
de signos.
La multitud de signos necesarios para constituir cualquier len- "El tiempo, que ~egurd la continuidad de la lengua, tiene otro
gua: un sistema de signos compuesto de pocOs elementos efecto, en apariencia contradictorio con el primero: el de alterdr
puede ser reemplazado por otro, pero los signos de una len- más o menos rápidamente los signos lingüísticos, de modo que
gua son innumerables. en cierto sentido, se puede hablar a la vez de la inmutabilidad y
El carácter demasiado complejo del sistema: el sistema de la de la mutabilidad del signo" (CLG, 100).
lengua es un mecanismo complejo que sólo se puede com-
prender con la reflexión, por lo que hasta quienes hacen uso En verdad, ambos hechos son solidarios, el signo está en'
cotidiano de ella ignoran profundamente el sistema que la condiciones de alterarse porque se continúa' en el tiempo. El
constituye. Como la masa es incompetente para transformar principio de alteración se funda en el principio de continuidad,
la lengua, sería necesaria la intervención de especialistas, pues la infidelidad al pasado eS sólo relativa, de modo que
gramáticas, lógicos, etc., pero Saussure sostiene que las siempre domina "la materia vieja". Para Saussure, la continui-
I
L
mero de individuos a la vez y durante un tiempo limitado; la
lengua, por el contrario, es usada por los individuos el día en-
tero, está extendida en toda la masa, es m::mejada por ella. Esto
cen a un desplazamiento de la relación entre el significado y el
significante. En latín el verbo necare, "matar", por ejemplo, ha
dado en francés no.ver; "ahogar", y en español anegCl1~donde se
1 hace que la lengua sea la institución que menos se presta a las observa que se modificó tanto la imagen acústica como el con-
L
L
iniciativas, pues la masa es percibida por Saussure como un
factor de conservación, como algo naturalmente inerte.
cepto, es decir, que hubo un desplazamiento en la relación entre
el significado y el significante. .
i con un significado, y el tiempo, gracias al cual la elección se libertad de poder establecer cualquier posible relación entre la
materia fónica y las ideas. La lengua se diferencia en esto de todas
i1 haya ya fijada. Porque el signo es arbitrario no conoce otra ley
que la de la tradición, y precisamente por fundarse en la tradi- las otras instituciones sociales (l<Jscostumbres, las leyes), en las
I ción puede ser arbitrario. que en mayor o menor medida existe "una acomodación necesa-
......
-J--- ria entre los medios empleados y los fines perseguidos", es decir,
una relación en la que está presente, con menor o mayor intensi-
dad, la motivación.
.~
~¡
Para que la lengua se altere son necesarios dos factores, el identidad en sí mismos, sino que sólo pueden ser caracterizados a
tiempo y la masa hablante. Si se tomara la lengua en el tiempo', partir de las relaciones opositivas con los otros elementos del
sin la masa hablante, probablemente no se registraría ninguna al- sistema. En efecto, el valor es la relación de oposición de un
teración; inversamente. si se considerara la masa hablante sin el elemento de b lengua con los otros que lo rodean, de modo que
tiempo no se vería el efecto de las fuerzas sociales que operan ese elemento es lo que los otros no son. Lo que importa de los
sobre la lengua. elementos son sus diferencias con los otros, puesto que ellas
El siguiente esquema diseñado por Saussure sintetiza su pro- permiten delimitados, de allí que Saussure conciba a la lengua
puesta sobre la inmutabilidad y la mutabilidad: como un sistema de diferencias.
Saussure sostiene que para entender por qué la lengua es un
i
1 sistema de valores.puros, basta considerar los dos elementos que
,i ~
i entran en juego en su funcionamiento: las ideas y los sonidos. El
I pensamiento en sí mismo, antes de las segmentaciones operadas
I por la lengua, es como una nebulosa en la que no se pueden
¡ reconocer conceptos: es una masa amarfa, carente de toda forma
I y organización. Por otra parte, los sonidos por sí mismos también
están indiferenciados. La lengua realiza una serie de subdivisiones
Masa
contiguas en el plano indefmido de las ideas confusas (A) y sobre
hablante
...lI
el plano no menos indeterminado de los sonidos (B). Saussure
representa esto con el siguiente esquema:
I ·
I
.
•
. B'
I •
·
I
·
1
¡
I • : • t ,
I :
•
;
I
fA:
• •
:
• •
I
itJndo,@igntlO.@Signdo.
.•..
@
por el concurso de lo que existe fuera de ella. Como la palabra
...... .....•. .--- forma parte de un sistema, está revestida, no sólo de una signifi-
cación, sino también, y sobre todo, de un valor, lo cual es cosa
Sign~. Signk. Sign~. muy diferente' (CLG, 138-139).
"hombre" + + - + +
"mujer" + + + - +
"niño" + + - + - Así quiere decir que en español un concepto 'juzgar' está unido
que se podrán percibir practicando otrJ. sección perpendicular a. tenemos el paralelo del hecho diacrónico con todas sus particu-
la primera. También aquí cada una de las perspectivas depende laridades. En efecto:
de la otrJ.: la sección longitudinal nos muestrJ. las fibras mismas a) Cada jugada de ajedrez no pone en movimiento más que una
que constituyen la planta, y la sección transversal su agnlpacíón en sola pieza; lo mismo en la lengua, los cambios no se aplican mis
un plano particular; pero la segunda es distinta de la primera, pues que a los elementos aislados.
ella pelmite comprobar entre las fibras ciertas conexiones que nun- b) A pesar de eso, la jugada tiene repercusión en todo el sistema:
ca se podrian percibir en un plano longitudinal" ceLe, 113). es imposible al jugador prever exactamente los límites de ese efec-
to. Los cambios de valores que resulten serán, según la coyuntura,
Como se desprende de la cita, esta primera analogía sostiene o nulos o muy graves o de importancia media. Una jugada puede
que la sincronía, el corte transversal del vegetal, es lo que se co- revolucionar el conjunto de la partida y tener consecuencias hasta
rresponde con el plano sistemático, el de las conexiones de la3 parJ. las piezas por el momento fuem de cuestión. Ya hemos visto
fibras del vegetal en un punto del tiempo. que lo mismo exactamente sucede en la lengua.
La segunda analogía presentada por Saussure, a la que le otor- c) El desplazamiento de una pi~za es un hecho absolut,unente
ga más fuerza demostrativa,consiste en comparar el juego de la distinto del equilibrio precedente y del equilibrio subsiguiente.
lengua con una partida de ajedrez, donde ubica nuevamente el El cambio operado no pertenece a ninguno de los estados: aho-
sistema en el eje de la sincronía: ra bien, lo único importante son los estados.
En una partida de ajedrez, cualquier posición que se considere
"Pero de entre todas las comparaciones que se podrán imaginar, tiene como carácter singular el estar libertada de sus anteceden-
la más demostrativa es la que se hace entre el juego de la lengua tes; es totalmente indiferente que se haya llegado a ella por un
y una partida de ajedrez. En ambos juegos estamos en presencia camino o por otro; el que haya seguido toda la partida no tiene
de un sistema de valores y asistinlOS a sus modificaciones. Una la menor ventaja sobre el curioso que viene a mirar el estado del
partida de ajedrez es como una realización artificial de lo que la juego en un momento crítico; para describir la posición es per-
lengua nos presenta en forma natural. Veámoslo de más cerca: fectamente inútil recordar lo que acaba de suceder diez segun-
En prinler lugar un estado del juego corresponde enteramente a dos antes. Todo esto se aplica igualmente a la lengua y consagra
un estado de lengua. El valor respectivo de las piezas depende de la distinción rJ.dical entre lo diacrónico y lo sincrónico. El habla
su posición en el tablero, del mismo modo que en la lengua cada nunca opera más que sobre un estado de lengua, y los cambios
término tiene un valor por oposición con todos los otros términos. que intervienen entre los estados no tienen en ellos ningún lugar.
En segundo lugar, el sistema nunca es más que momentáneo: No hay más que un punto en que la comparación falla: el juga-
varía de posición a posición. Verdad que los valores dependen dor de ajedrez tiene la intención de ejecucar el movimiento y de
también, y sobre todo, de una convención inmutable, la regla de modificar el sistema, mientras que la lengua no premedita nada;
juego, que existe antes de iniciarse la partida y persiste tras cada sus piezas se desplazan --Q mejor se modifican- espontánea y
jugada. Esta regla admitida una vez para siempre existe también fortuitamente; la metafonía de Hande por hanti, de Gaste por
en la lengua: son los principios constantes de la semiología. gasti produjo una nueva formación del plural, pero también hizo
Por último, para pasar de un equilibrio a otro, o -según nue3t:ra· surgir una forma verbal como tragt por t,-agit, etc. Para que la
------··-------·.----.-.-.tefrfiinología- de una sincronía a otra, basta el movimiento y paltida de ajedrez se pareciem en rodo a la lengua, sería necesa-
cambio de un solo trebejo: no hay mudanza general. Y aquí - rio un jugador inconsciente o ininteligente. Por lo demás, esta
diferencia única hace todavía más instructiva la compar.lc:on, fundadas en el carácter lineal de la lengua y son entabladas por
porque muestra la ahsoluta necesidad de distinguir en lingüística elementos copresentes en el discurso, por eso se llaman relacio-
los dos órdenes de fenómenos. Pues, si los hechos diacrónicos nes in praesentia. Saussure afirma:
son irreductibles al sbtema sincrónico que condicionan cuando
la voluntad preside un cambio de esta clase, con mayor razón lo "Los elementos se alinean uno tras otro en la cadena hablada.
serán cuando ponen una fuerza ciega en lucha con la organiza- Estas combinaciones que se apoyan en la extensión se pueden
ción de un sistema de signos" (ClG, 113-114). llamar sintagmas. El sintagma se compone, pues, de dos o más
unidades consecutivas (por ejemplo: re-leer. contra todos; la
Saussure distingue así las dos partes de la lingüística, que bien uida blllllana; Dios es bueno; si hace buen tiempo, saldremos,
deslindadas serán sucesivamente objeto de su estudio (sin embar- etc.). Colocado en un sintagma, un término sólo adquiere su
go, el estudio sincrónico de la lengua tiene la primacía en Saussure, valor porque se opone al que le precede o al que le sigue a'
puesto que éste es el plano del sistema): ambos" (CLG, 147).
"La lingüística sincrónica se ocupará de las relaciones lógicas y Como se observa en los ejemplos provistos por Saussure, el
psicológicas que unen términos coexistente s y forman un siste- siJl!agma evoca la idea de un orden de sucesión (no podemos
ma, tal como aparecen a la conciencia colectiva. decir * leer-re) y un número determinado de elementos (en este
La lingüística diacronica estudiará por el contrario lus relacio- caso dos, rey leer). No todos los sintagmas tienen el mismo grado
nes que unen términos sucesivos no percibidos por una misma df~ fijeza, las frases hechas en las que el uso impide cualquier
conciencia colectiva, y que se reemplazan unos a otros sin for- Ca mbio o todos los tipos de sintagmas construidos sobre formas
mar sistema entre sí" (CLG, 124). regulares pertenecen él la lengua, Sin embargo, Saussure advierte
que en el dominio del sintagma no hay un límite definido entre el
Saussure critica a la lingüística anterior porque estuvo total- hecho de lengua, testimonio de la tradición y del uso colectivo, y
mente absorbida por la diacronía y a ciertos lingüistas en particular el hecho de habla, que depende de la libertad individual.99
porque no pudieron distinguir bien entre los estados y las sucesio- En cuanto a las relaciones asociativas, se trata de relaciones in
nes, Respecto de la gramática tradicional, considera irreprochable absentia, pues las entablan elementos que no están copresentes
que se haya centrado en la sincronía, en un estado de lengua, en el discurso sino que constituyen una serie mnemotécnica vir-
pero le objeta que sea normativa y que promulgue reglas en vez tuaL En efecto, estas relaciones ya no se basan en la extensión
de describir los hechos lingüísticos. sino qu~ su sede está en el cerebro formando parte de "ese tesoro
interior que constituye la lengua de cada individuo" (elG, 148). A
partir de un elemento presente en el discurso, asociamos en la
11.6 Relaciones sintagmáticas y relaciones mente otros elementos ausentes que tengan una analogía en el
asociativas significado o en el significante con ~quel.
REIAOONES
SlNTAGMÁ11CAS RElAool\'ESASOClATIVAS 11,6.1 Los dos ejes del lenguaje en otros sistemas
In praesentia In absentia semiológicos
Carácter lineal Serie mnemotécnica virtual
Barthes (1971) explica que los dos ejes del lenguaje (sintag-
Orden fijo Orden no fijo mático y asociativo) postulados por Saussure se encuentran en
Número definido de elementos Número no defmido de otros sistemas de signos. Asimismo, afirma que el eje sintagmático
elementos se corresponde con el habla (la combinación de elementos selec-
cionados de la lengua) yel asociativo, al que prefiere llamar para-
Las relaciones sintagmáticas y las asociativas son comparadas digmático, se corresponde con la lengua, es decir, con el sistema,
por Saussure con la columna de un edificio. La relación que la eje de la selección, pues de él el hablante selecciona los elemen-
columna entabla con el arquitrabe hace pensar en una relación tos que combina en el sintagma, el habla. La aplicación de los dos
sintagmática: se trata de dos unidades (un número definido de ejes del sistema lingüístico al sistema del vestido, la comida, el
elementos) copresentes en el espacio y en un orden fijo. A su mobiliario y la arquitectura es sintetizada por Barthes en el si-
vez, si el alquitrabe es de estilo dórico, evoca en la mente la guiente cuadro:
comparación con los otros dos estilos, jónico y corintio, que son
elementos no presentes en el espacio y que pueden ser recorda-
dos en distinto orden.
Como se desprende claramente de esta analogía, para Saussure
un elemento dado de la lengua entabla al nlismo tiempo relacio-
..._ ..-._._.--_.-.._ -.l----.----.-.-~nessintagmáticas con aquellos copresentes en el discurso y
asociativas con los que están ausentes pero son evocados a partir
._--~ ... -....
:,."-;~.:..- -"';- "--
,--- ;.
i
¡
I -----...¡
¡Vestido Gll.lpOde prendas, de las panes
Yuxtaposición en un mis-I Para Saussure, no '~xiste pensamiento fuera del lenguaje, pues-
1
i o de los cJetaHesque no pueden I1:'U ve:;(iuo de elen1l'rllü.) i to que las ideas no preceden él las 5ubdivisiones operadas por b
¡levarsé contémporcineamen¡e diferellles: falda-blusa_!
lengua, que le otorgan al pensamiento una forma paIticular según
I sobre un mismo lugar del cuer- chaqueta
po, y cuya variación cOITespon-
.
sea el sistema de valores que establezca. En esta misma línea, el
I
I
de a un cambio del sentido ex- lingüista Émile Benveniste 0985, a) ha hecho hincapié en que
presado por el vestido: toca- "no podría existir pensamiento sin lenguaje" y que la "'forma' del
I
I
do/boina/sombrero de ala
ancha. etc. I
pensamiento es configurada por la estructura de la lengua".
Jurij Lotman y Boris Uspenskij (979), semiólogos soviéticos
I Comida Grupo de alimentos afines v Concatenación real de lus
~
i
de la llamada "Escuela de TaItu", influida por el estructuralismo, .
di~ímiles en los cuales se elio~ pbtos elegidos a lo largo! sostienen que el trabajo fundamental de la cultura es organizar
un plato en función de un ek-
de la comida: es el menú.¡ estructuralmente al mundo que rodea al hombre. Esto es posible
temlinaclo sentido: bs varieda- porque la cultura ha desarrollado en su interior un 'dispositivo
des cle los Drimeros platos, de
a~ados o dessert.
I estereotipizador' estructural, cuya f1.lt'ción es ejercida por ellen-
!
I guaje natural, que les proporciona a los integrantes de un grupo el
sentido intuitivo de la estructuralidad. En efecto, es función de las
El "menú" del restaurante actualiza ~l1lll~os
planos: la lectu- '
ra honzontal de los primeros platos, por ejemplo, corres- lenguas transfomur los realia en palabras, con lo que obligan él los
po~de al SIstema;la lectura vertical del menú corresponde hombres a interpretar como estructuras fenómenos cuya
al slntagma.
I
I
-,.~
pensamiento y la percepción de la realidad. Por un lado, sintetiza sostiene que el mundo de las imágenes, como ocurre en los comics,
la llamada hipótesis Sapir-Whorf, que sostenía "queincluso las ma- la publicidad, el cine, la foto periodística, suele exigir la presencia de
neras de entender las relaciones espaciales y temporales, o de un mensaje lingüístico, que está en relación de anclaje (ofrece una
causa efecto, cambian según los pueblos, y de acuerdo con las guía de lectur:! que lir!1iL'l los múltiples sentidos que puede tener una
estructuras sin tácticas de la lengua hablada. Nuestro modo de ver imagen) o de relevo (una relación de redundancia con ella).
de comprender la realidad física como sistema de relaciones, esr.d. Todo esto lleva a que Barthes invierta la relación planteada
determinado por las leyes (desde luego no universales) de la len- por Saussure entre la lingüística y la semiología, ya no se trata de
gua con la que hemos aprendido a pensar".
que la primera esté incluida en la segunda, sino de que la semio-
A partir de esto, Eco retorna el conocido ejemplo de la lengua logía sea una parte de la lingüística. La semiología es así entendida
de los esquimales, que tiene cuatro palabras en lugar de nuestra como una translingüística, "cuya materia consistirá unas veces el?
palabra "nieve", lo que plantea para él la cuestión de saber si el mito, en el cuento o en el artículo periodístico, y otras en obje-
dicha lengua tiene cuatro palabras porque los esquimales perci- tos de nuestrd civilización, en la medida en que éstos sean hablados
ben instintivamente, por cuestiones de supervivencia, cuatro ti- (a través de la prensa, los carteles, ,las entrevistas, la conversación y
pos de nieve, o si perciben cuatro tipos de nieve porque están quizá también el lenguaje interior, de orden fantasmático)".loo Esta
condicionados por la existencia de cuatro palabras. De este modo, translingüística tiene por objeto las grandes unidades significantes
formula el siguiente interrogante:
del discurso y servirá a las investigaciones que se realizan en la
antropología, la sociología, el psicoanálisis y la estilística.
"¿La lengua se segmenta en signos aislados, en los que nos basa- La postura de Bartbes de considerar al sistema lingüístico como
mos par.! organizar la realidad perceptiva, o bien nuestro modo
el interpretante de todo sistema semiológico y de ampliar el cam-
de percibir la realidad obliga a la lengua a segmentarse de mane-
po de la semiología al análisis de los discursos reaparece cuando
ra determinada?"
Benveniste (1987) reflexiona sobre las relaciones que pueden
entablar diferentes sistemas semiológicos y sobre los dos tipos de
sentido que produce la lengua.
11.8La lengua como interpretante de todo En primer lugar, Benveniste sostiene que un sistema
sistema semiológico
semiológico se caracteriza por su modo de operación (la manera en
que el sistema actúa, especialmente el sentido al que se dirige, la
Barthes (1971) afirma que las imágenes, los objetos, los com- vista, el oído, etc.), su dominio de validez (donde se impone el
portamientos pueden significar, pero nunca de modo autónomo ,
sistema y debe ser reconocido u obedecido), la naturaleza y el
pues todo sistema semiológico tiene que ver con el lenguaje por número de los signos y el tipo de funcionamiento que une los
el siguiente motivo básico: percibir lo que una sustancia significa
signos y les otorga función distintiva. En e! sistema de! semáforo,
implica recurrir necesariamente a la segmentación de la lengua,
por ejemplo, e! modo de operación es visual, el dominio de validez
porque "no hay sentido que no esté nombrado, yel mundo de los es e! desplazamiento de vehículos por caminos, los signos están
significados no es más que el mundo del lenguaje". El semiólogo
constituidos por la oposición cromática binaria verde-rojo, a veces
siempre se topa con el lenguaje, ya sea porque le sirve como
modelo para estudiar los otros sistemas de signos, o porque, como
en las imágenes, el lenguaje los acompaña. En efecto, Barthes
con una fase intem1edi~1 ama 'U d '
fu ' , n a e sill1ple tra .' "
nC1onamiento es una relac1'o'n d' l ' nSIC1on.y el tipo d.e conSistiría en identificar las unidaues, en describir sus diferencias,
,¡ e a telnanCla (
nel( ad) verde/roJ'o ql'e" 'fi -.' nUnCI de simulta_ sus marcas distintivas y en descubrir criterios cada vez más sutiles
, Slgnl lCa canuno -lb' I ,
Por otra parte Beov ' , .' 'lertoicammo cerrado, de distintividad. Lo semántico, en cambio, se refiere a otro modo
, emste ::;e1l1terroa'l 'b 1
que los sistemas semióticos ent- bj' D' ~o re as relaciones de: significancia que es engendrada por el discurso, que plantea
a an entre 51 ' d
presenta tres posibilidades: ' , a paI1lr e lo qUe problemas vinculados con la lengua en cuanto productora de
mensajes específicos, situados en determinado contexto. En el
a, Cna relación de . d ' orden de lo semántico, Benveniste ubica la problemática de la
,', , engen ram1ento, relación '
::;lstemas diStintos y c t' qUe vale para dos enunciación, es decir, la puesta en funcionamiento de la lengua
- on emporane05 pero d' 1
(como en el caso del le be ' e 19ua naturaleza en un acto individual de su utilización.101
a la to que engend l'
construido a partir di" ra e Slstem~l BraiIIe Benveniste propone superar la noción de Saussure de signo
b ' e pmner slstema) ,
, Una reh1"ión d h l' .. como principio único de! que dependería la estructura y el fun .....
, - e amo ogla, qUe establece u '
Cla entre las partes d d '.', n,1 corresponden_ cionamiento de la lengua, lo que se haría mediante dos caminos:
e os Sistemas semió(, '
de la anterior eS"a rel- " teos, A d1ferencia en el análisis intralingüístico, abriéndose a la significancia semán-
, •.• <lClan no es vetifi la,' ,
en virtud cle Conexiones ,~cac , smo que se ll1staura tica, es decir, al estudio del discurso; en el análisis translingüístico
que qU1en mterpret' 1 '
cubre o establece e t d ' ' a os slgnos des- de los textos, de las obras, planteando una metasemántica basa-
n re os SIstemas d' (
ejemplo, observa una homol~ ía 1S111tOS. ~anovsky, por da en la semántica de la enunciación. Benveniste postula así una
y la filosofía escolástica. g entre la arqUltectura gótica semiología que llama "de segunda generación" que se corres-
c. Una relación de interpretancia ' pondería, entonces, con la semiología como translingüística pro-
sistema interpretant ' ,es deCIr, la relación entre un puesta por Barthes.
e y un Slstema int el
aparece aquí como el i t erpreta o, La lengua El semiólogo imliano PaoIo Fabbri (1995,1999), polemizando
n erpreClnte de tod '
pues puede categorizar ' . o SIstema semiótica, con la tradición en la que se inscriben Barthes y Benveniste, defien-
, e ll1terpretar todo 't
ll1c1uso a ella misma ' SlS ema de signos, de la postura de que "es posible que unas fonnas de signos distintos
, m1entras qUe los ot .
den ser interpretados " ros SlStemas no pue- del lenguaje verbal sean capaces de organizar formas del conteni-
por Sl m1smos sin recurrir a la lengua.
do, o significantes, que el lenguaje verbal no es necesariamente
Para Benveniste la lengua constitu, , capaz de transmitir". De este modo, afirma que en un cuadro, por
la estlUCturd modelado d l ~e la gran matnz semiótica, ejemplo, existe una organización del sentido que recurre a unida-
ra e os otros Slstem' d '
producen los rasgos y mod d ', as e SIgnos, que re- des expresivas que no coinciden con lo que pueden descubrir las
dad dos e aCCIon de h l
e la lengua es una ,< engua. Esta propie- palabrdS en el cuadro. Lo mismo sucede para Fabbri en una película
. , ,consecuenc1a de s .' ,
slstema slgnificante dad u preemll1enc1a como
, o que ella a d'[' ,
mas, combina dos modos d " 'f" 1erenc1a de los otros siste-
e slgn1 teancia (d d
que Benveniste denom' " , . e pro ucir sentido) 101. P~nsada d~sd~ Saussur~, la significancia semiótica se correspond~ría con
ma sem1ot1co y ~' '
da cuenta del modo de' 'f'. ' Sem,lnt1co, Lo semiótico la noción de lengua, pues se acerca ,11 signo tomado fuera d~ todo contexto
.., . slgn1 lCanoa que es p . 'd ' sociohistórico, mientras qu~ la semántica se vincula con la noción de habla,
.~ L
..._.
•
!
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glllStlco y que lo const't
, '
'
1 uye como un1clacl e'
.. _~n~1 unic~ cuestión: ¿este elemento es un ~i;:;>
e por S1 o por no. Por ell ti . ¡- ,"
1~:
IOp10 el sIgno lin-
1, d
o :~le plantea
que se respon-
pues lleva a considemr el conte:\:to en el que un conjunto de signos es
comunicado en tanto discurso, En palabms de Benveniste 0985, b) el discur-
so es "la lengua asumida por el hombre que habla, y en la condición de
, o OCl 1zar la slgnificancia semiótica intersubjetividad, única que hace posible la comunicación lingüística",
100
o en un ballet, por lo que "hay que librarse de una semiótica con- di.."tinguir entre los objetos y los sistemas de rasgos distintivos. que
''>endda de que todo depende de las palabras, de significados que les dan su significado o valor. En el estudio del vestuario, por
de alguna manera pueden decirse y describirse lingüísticamente". ejemplo, un antropólogo o un sociólogo deberían reconstruir el
sistema de relaciones opositivas que los miembros de una socie-
dad asimilan y que revelan al usar ciertas prendas como indicadoras
de un estilo de vida o de un pape! social determinados. De este
modo, se ocuparían de las características de las prendas que las
Se ha denominado estrueturafu,mo a la adopdón de la lingüística transforman en signos y, como los lingüistas, intentarían volver
como modelo por parte de las ciencias sociales, siguiendo el camino explícito el conocimiento implíCito del sistema que hace posible
que Saussure había esbozado para la semiología. En 1961, en el dis- que las personas, en una sociedad, comprendan mutuamente s,:
curso inaugural de su cátedra en el ColU:ge de Francia, Claude Lévi- comportamiento y se comuniquen.
Strau.<;sdefmió a la antropología como una rama de la semiología y En la crítica literaria, el estructuralismo aplicó las categorías y
homenajeó a Saussure como el hombre que había trazado los funda- los métodos dela lingüística al análisis de las obras literarias con e!
mentos para una concepción adecuada de dicha disciplina. En un fin de encontrar la estructura suoyacente que produce su signifi-
célebre artículo de 1945, "El análisis estructural en lingüística y en cado. Se centr&en e! análisis inmanente de los textos literarios y
antropología", 102ya había propuesto a la lingüística, específicamente con la pretensión de constituir una ciencia de la literatura tendió a
a la fonología, como modelo para la antropología. Para analizar los buscar la invariancia y lo universal que se manifestaba en las obras
fenómenos significantes se debía postular la existencia de un sistema particulares. Asimismo, la crítica estructuralista tuvo predilección
subyacente de relaciones, y verificar si el significado de los elemen- por la confección de taxonomías e inventarias sistemáticos de
tos u objetos individuales no era el resultado de sus reladones opositivas elementos y sus posibilidades combinatorias que expresarían la
con otros elementos u objetos en un sistema de relaciones del que forma y el significado de las obras literarias.
los miembros de una cultura no tenían conciencia. Las reflexiones citadas de Barthes sobre e! sistema de! vesti-
El lingüista Nikolai Trubetzkoy, uno de los fundadores en 1926 do, la comida, el mobiliario o la arquitectura, finalmente, son un
de! Círculo Lingüístico de Praga, que sentó las bases de la fonolo- buen ejemplo de cómo el estructuralismo se expresó en los pri-
gía a partir de las propuestas de Saussure, había destacado tem- meros estudios semiológicos mediante la aplicación a signos no
pranamente las implicaciones metodológicas de la teoría fonológica verbales de las nociones pensadas por Saussure para la lingüística.
para las ciencias sociales. Así como la fonología se interesaba por
los rasgos distintivos que son funcionales en una lengua determi-
nada, investigando cuáles son las diferencias fónicas que están
ligadas a diferencias de significado,103 las ciencias sociales debían
En sus últimos años de vida, Saussure redactó numerosas no-
tas, que nunca se atrevió a publicar, en las que planteó la teoría de
102. Este artículo fue incorporado, como capítulo I1,a su libro Antropología que los poetas latinos habían ocultado, deliberadamente, anagramas
estntctural, publicado en 1958.
de nombres propios en sus versos. Su objetiVO era descubrir un
103. La fonética, en cambio, se preocupa por las propiedades de los sonidos sistema suplementario de signos, un conjunto especial de conven-
efectivos del habla.
ciones para producir sentido, por lo que escribió muchos cuadernos
----, ~~~-.: --_.
Alejandra Vitale
con observaciones sobre varios tipos de anagramas (letras disper- estaría en un camino opliesto al del Cuno de lingüística general
sas en el texto, a veces en orden, a veces en pares o en triadas, y fundaría el intento de una nueva manera de leer, activa y libera-
etc.). UH En las primeras trece líneas de De Rentm Natura de da de las restricciones convencion:1l'es de los signos.
Lucrecio, por ejemplo, que constituyen una invocación a Venus, Para CulJer 0979: 92,),sin emb:trgo.la obn de Saussure sobre
encontró tres anagramas del nombre griego de esa diosa: Afrodita. los anagJ:lmas no es, en sí misnu, una C1iticaclel signo ni un inten-
Saussure consideraba que los anagramas tenían una relevan- to de destruir las convenciones con el fin de dejar libres a los
cia respecto del contenido de los versos y focalizaba aquellos que lectores para que produzcan el sentido de los textos de acue!'clo
se repetían a lo largo de un texto, no un anagrama ocasional, a sus propios medios. Saussure planteó que los anagramas est:.l-
posiblemente fruto de una coincidencia. Reunió un número ele- b:.ln gobernados por convenciones suplementarias muy estrict:ls
vadísimo de casos, pero había dos cuestiones que lo llevaron a y consideró que revelaban un nombre propio que fortalecía, qo
dejar inédito su trabajo. En primer lugar, el problema de la inten- subvertía, lo que el texto decÍ:.l, como lo demuestra su lectura
ción era decisivo, pues si los anagramas respondían a una conven- ana gramática de Lucrecio.
ción de la poesía latina, ¿por qué no había ninguna referencia en
los textos clásicos a la práctica anagramática? En segundo lugar, la
información que manejaba Saussure sobre la probabilidad estadís-
tica de los anagramas del tipo que descubrió no era conclusiva.
A pesar de que algunos críticos sugirieron que toda esta tarea
fUe producto de una locura de Saussure o la consideraron como
un "escape",105 el psicoanálisis lacaniano y la crítica literaria post-
estmcturalista (como la reunida en tomo de la revista Tel Que/) la
aclamaron. Para el psicoanálisis, los anagramas por él descubiertos
serían un caso particular de "la insistencia de la letra en el incons-
ciente", que Freud sugirió en su Psicopatología de la vida cotidia-
na afirmando la importancia de las conexiones puramente verba-
les (repeticiones de una misma palabra con sentidos diferentes,
aproximación de palabras de sonoridad similar, etc.) en las opera-
ciones del inconsciente. Para los post-estructuralistas, influidos por
Denida, el trabajo de Saussure sobre los anagramas constituiría un
deseo de romper con ellogocentrismo y su concepción del signo
como correspondencia biunívoca entre un significante y un signi-
ficado (también cuestionada por el psicoanálisis). Dicho trabajo
í
Jakobson, Roman: "En tomo a los aspectos língüísticos de la tra- Eco, Umberto: Signo. Barcelona, Lumen, 1988. Edición original
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W 58, 1980, pp. 9-23. de la cultura. Madrid, C~tedra, 1979. Edición original del
Sini, Carlo: Semiótica y filosofía. Buenos Aires, Hachette, 1985. artículo en 1971.
No se incluye el año de la edición original. Starobinski, Jean: Les mots SOtIS les mots: les anagrammes de F. de
Verón, Elíseo: "La sémiosis et son monde", en Langages Nª 58, Saussure. París, Gallimard, 1971.
1980, pp. 61-74. Verón, Elíseo: La semiosis social. Barcelona, Gedisa, 1993.