Aportes A La Filosofia Latinoamericana
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Vallenilla
El pensador venezolano E. Mayz Vallenilla [1959 y 1986] considera que es posible una
filosofía latinoamericana en la medida en que, siguiendo el método heideggeriano de la
hermenéutica existencial (de clara inspiración fenomenológica), el hombre
iberoamericano descubra su origen, o sea, su aprehensión primordial del ser. La
originalidad, en filosofía, presupone dos cosas basicamente: por una parte,
conocimiento profundo del patrimonio filosófico de la humanidad y, por outra,
explicación de la forma peculiar en que, en el transcurso de la historia, el hombre
latinoamericano ha vivido su experiencia de ser, la cual, por ser limitada, se caracteriza
por algunas notas particulares. Estas características expresarían la originalidad
(la originariedad, dice Vallenilla) de la filosofía latinoamericana. "La experiencia de ser
del hombre latinoamericano — destaca el pensador venezolano [1986: 80] — se halla
emparentada con la historia de la experiencia de ser realizada por la Humanidad en su
totalidad y, sin embargo, en ella se acusa la presencia de una
original originariedad. La originariedad consiste en la diversa forma de comprender el
ser y, por lo tanto, de objetivar su sentido y hasta sus significaciones categoriales".
Estanoriginariedad de la filosofía en la América Latina es expresada así: un
aprehenderse el hombre de esta parte del mundo como un "no-ser-siempre-aún", que
pone al desnudo el inacabamiento existencial del universo histórico latinoamericano.
Las múltiples contribuciones de la filosofía a la política uruguaya han sido un tema por
lo general muy poco transitado por la historia y por el resto de las ciencias sociales en
el país.1 Esta aseveración abarca, en primer lugar, el registro y la ponderación
interpretativa de las influencias de la filosofía universal en la praxis de algunos de los
principales líderes de los partidos y de las organizaciones cívicas más relevantes de la
historia uruguaya. Pero asimismo involucra también la escasa presencia de abordajes
sobre la influencia de los propios filósofos uruguayos y el peso en la política nacional
de sus disquisiciones más específicas en el campo cívico. Esta ausencia relativa se
vuelve más interpelante en los contextos actuales, en momentos en que distintos
enfoques sobre los vínculos entre filosofía y política, sobre historia de las ideas y sobre
historia intelectual marcan la agenda académica mundial y regional.2
No resulta una excepción a esta situación la consideración de la obra de Carlos Vaz
Ferreira, quien junto a José Enrique Rodó fue no sólo uno de los grandes maestros de
la decisiva generación del 900, sino también uno de los pensadores nacionales más
influyentes a lo largo de la historia uruguaya. De manera muy particular, resulta
imperativa la consideración del aporte de la Filosofía y del espacio más amplio del
debate de ideas en la construcción del "campo cultural" (o del "ambiente espiritual",
como lo llamara Carlos Real de Azúa) que ambientó y dio sustento a los modelos y
prácticas ciudadanas matrizados en las primeras décadas del siglo xx, ese "largo" 900
que discurre entre 1890 y 1930 y que resultó tan determinante en la política uruguaya
durante los últimos cien años. En ese marco general, el papel que jugaron la acción y la
obra de Carlos Vaz Ferreira adquiere una significación especialísima.
En más de una oportunidad se lo ha identificado como uno de los "filósofos del primer
batllismo". Sin embargo, en este artículo se trabajan algunas hipótesis y perspectivas
de análisis que perfilan esa descripción como incorrecta y parcial. Más allá de las
afinidades y de algunos vínculos específicos que entrecruzaron la peripecia del filósofo
y los itinerarios políticos del primer batllismo entre 1900 y 1930, a los que nos
referiremos en detalle más adelante, el influjo de Vaz Ferreira en este campo se orientó
mucho más en la perspectiva de contribuir a una moderación gradualista del impulso
republicano de José Batlle y Ordóñez y de la fracción más radical de su grupo político,
que en el horizonte de la defensa filosófica y la difusión genérica de sus proyectos e
iniciativas más representativas. De ese modo, la principal contribución de Vaz Ferreira
en ese campo de cruces entre política y filosofía fue –a nuestro juicio– aportar una
metodología y una base conceptual para la síntesis de un pensamiento operativo con
componentes combinados del republicanismo y del liberalismo, ecuación que poco a
poco se convertiría en el núcleo del modelo ciudadano prevaleciente en el Uruguay del
siglo xx.
Farias Brito
Las múltiples contribuciones de la filosofía a la política uruguaya han sido un tema por
lo general muy poco transitado por la historia y por el resto de las ciencias sociales en
el país.1 Esta aseveración abarca, en primer lugar, el registro y la ponderación
interpretativa de las influencias de la filosofía universal en la praxis de algunos de los
principales líderes de los partidos y de las organizaciones cívicas más relevantes de la
historia uruguaya. Pero asimismo involucra también la escasa presencia de abordajes
sobre la influencia de los propios filósofos uruguayos y el peso en la política nacional
de sus disquisiciones más específicas en el campo cívico. Esta ausencia relativa se
vuelve más interpelante en los contextos actuales, en momentos en que distintos
enfoques sobre los vínculos entre filosofía y política, sobre historia de las ideas y sobre
historia intelectual marcan la agenda académica mundial y regional. 2
No resulta una excepción a esta situación la consideración de la obra de Carlos Vaz
Ferreira, quien junto a José Enrique Rodó fue no sólo uno de los grandes maestros de
la decisiva generación del 900, sino también uno de los pensadores nacionales más
influyentes a lo largo de la historia uruguaya. De manera muy particular, resulta
imperativa la consideración del aporte de la Filosofía y del espacio más amplio del
debate de ideas en la construcción del "campo cultural" (o del "ambiente espiritual",
como lo llamara Carlos Real de Azúa) que ambientó y dio sustento a los modelos y
prácticas ciudadanas matrizados en las primeras décadas del siglo xx, ese "largo" 900
que discurre entre 1890 y 1930 y que resultó tan determinante en la política uruguaya
durante los últimos cien años. En ese marco general, el papel que jugaron la acción y la
obra de Carlos Vaz Ferreira adquiere una significación especialísima.
En más de una oportunidad se lo ha identificado como uno de los "filósofos del primer
batllismo". Sin embargo, en este artículo se trabajan algunas hipótesis y perspectivas
de análisis que perfilan esa descripción como incorrecta y parcial. Más allá de las
afinidades y de algunos vínculos específicos que entrecruzaron la peripecia del filósofo
y los itinerarios políticos del primer batllismo entre 1900 y 1930, a los que nos
referiremos en detalle más adelante, el influjo de Vaz Ferreira en este campo se orientó
mucho más en la perspectiva de contribuir a una moderación gradualista del impulso
republicano de José Batlle y Ordóñez y de la fracción más radical de su grupo político,
que en el horizonte de la defensa filosófica y la difusión genérica de sus proyectos e
iniciativas más representativas. De ese modo, la principal contribución de Vaz Ferreira
en ese campo de cruces entre política y filosofía fue –a nuestro juicio– aportar una
metodología y una base conceptual para la síntesis de un pensamiento operativo con
componentes combinados del republicanismo y del liberalismo, ecuación que poco a
poco se convertiría en el núcleo del modelo ciudadano prevaleciente en el Uruguay del
siglo xx.
Frondizi
En lo que respecta a su propio pensamiento, Frondizi desarrolla temas que, tanto por
desconocidos en Latinoamérica como por el tratamiento original que les imprime,
coadyuvan a la maduración de nuestro diálogo filosófico. Quizá el ejemplo más
relevante de su contribución lo constituya su teoría del yo. "Por ejemplo, en la Teoría
del hombre, de Romero, uno de los tratados más completos sobre antropología
filosófica publicados en América Latina antes de que saliera a la luz Substancia y
funcion en el problema del yo, de Frondizi, este problema se pasa por alto. El aporte de
Frondizi con respecto a esta temática, entonces, es doble: pri mero induce una
problemática nueva y, segundo, presenta una solución original -su teoría del yo como
cualidad Gestalt."
Leopoldo Zea
“Preocupación central de Leopoldo Zea, que madura con sus experiencias nacionales
y latinoamericanas, será, precisamente, la de engarzar el pensamiento o filosofía
hispana, ibero o latinoamericana en el contexto del pensamiento sin más, de la filosofía
como una expresión más de un quehacer que no se limita a una región de la tierra”,
escribió el filósofo en su autobiografía intelectual, en tercera persona, publicada en la
revista Anthropos (1988).
Paara el pensador brasileño A. Bezerra [1936: 72] no hay duda de que hubo, ya desde
el período colonial, una filosofía autóctona en el Brasil, proveniente de la unión entre la
meditación europea y la "filosofía de los Naturwölker". El también brasileño L. W. Vita
[1964, 1969a y 1969b] considera, por su parte, fuera de discusión la existencia de la
filosofía brasileña, "no como un organismo eidético, supratemporal, totalmente inmune
a la contingencia histórica, sino alguna cosa que no es más que la elevación
abstractiva de una situación vital historicamente dada. En el proceso de asimilación de
las ideas ajenas, imprimimos nuestras características, de acuerdo com el viejo principio
de que todo lo que se recibe toma la forma del recipiente, o como ciertos perfumes que,
al contacto con la epidermis, sufren una alteración química que les muda la fragancia, y
en esto consiste nuestra originalidad" [Vita, L. W., 1969b: 6].
Darcy Ribeiro defendió con tenacidad juvenil que el futuro de nuestras gentes está
inevitablemente vinculado con asumir nuestra identidad a la vez una y diversa. Que
hacemos parte de una determinada realidad, y que son mucho más nuestros puntos de
convergencia que de divergencia. Que, separados, no seremos nada.
Francisco Miron
Hacia 1946 Francisco Miró Quesada consideraba que la única manera de hacer
filosofía auténtica era meditar sobre los grandes temas de la filosofía clásica y actual
con el fin de intentar aportar soluciones o avanzar en los distintos temas tratados. En
su primer encuentro polémico con el filósofo mexicano Leopoldo Zea – dedicado
entonces a la elaboración de la historia del pensamiento filosófico latinoamericano
como las más urgente y necesaria tarea del momento– descubrió que, a pesar de las
diferencias entre ambos, la meta era la misma: hacer filosofía auténtica, es decir, hacer
una filosofía que no fuera una copia defectuosa de filosofías importadas sino la
expresión de un pensamiento vivo nacido de nuestra propia circunstancia geocultural
pero con las herramientas teóricas y metodológicas disponibles, es decir, las europeas
consideradas universales. Se trataba de dos vías de aproximación bajo un interés
común: ser capaces de filosofar auténticamente. Cuando en 1974 el filósofo peruano
escribe su obra «Despertar y proyecto del filosofar latinoamericano» da por culminada
la vieja polémica. Construir la historia de nuestro pensamiento filosófico –
independientemente de su calidad técnica– era el resultado de las angustias filosóficas
y necesidades del saber sobre nuestra propia existencia, sobre nuestro propio ser, en
el camino de la afirmación de nuestra condición humana y cultural, en la circunstancia
histórica creada a partir de la Emancipación y determinada por nuestra voluntad de ser
libres; de la búsqueda de nuestra propia identidad frente a la negación de lo europeo y
«del regateo que Occidente había hecho de nuestro ser latinoamericano», hechos que
obligaban a esta generación de filósofos a estudiar las ideas de quienes les
antecedieron en esta reflexión (los llamados patriarcas), metodología que coadyuvaría
en la «emancipación mental» ya propuesta en el siglo XIX por D.F. Sarmiento y que
permitiría librarnos del «complejo de inferioridad» del latinoamericano frente a la cultura
europea.5
https://prezi.com/nrwu2zswjcus/aportes-de-la-filosofia-moderna-a-la-actualidad/
PENSAMIENTO
IMPRESIONES E IDEAS
CRITICA A LA METAFÍSICA