Jardin P - 1-110

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En el Jardín de la Paz

Guía Matrimonial SóIo para Hgmbres.

Por

El Rabino ShalomArush
Director de las lrrstitaciones 'Jat shel Jesed'-

'Hilo de Bondad'

Autor de:
'En el Jardín de la Fe'
'La Sabiduría Femen¡ka'
'En el Jardín de la Riqueza'

'En el Jardín de Ia Sabiduría'

'En el Jardín de los Anhelos'

'En los Campos del Bosque'

'Las Puertas de la Gratitud'


'Educación con Amor'

Y otros libros mt^

Elul 5772 - Septiembre 2012


Aprobaciones Rabínicas
Preseniamos extractos de algunos de los elogios y
aprobaciones que hemos r€cibido de las principales figuras
rabínicas de esta gener¡ción para lá versión original de est€

"Se ha alegrado mí corazón y mi alma se deleitó al leer


las páginas dellibro 'En eI Jardín ¡le kt Paz' que br¡llan con
palabras luminosas... Es la obra de un artista, el brillante,
justo y humílde Rabino Shalom Arush shlit"a, pleno de
conocimienlo de Torá... quien ilumina la oscuridad como la
Iuz del día... Que goce de muchos díasfelices...".

-Gran Rabino Ovadia yosef shlit"s


El Rishot L¿Tzion y el Prcsiderre
del consejo de los sabios de la Torá

''Me síento impresionado hasta lo más profundo de mi


alma ante este libro tan valioso e importante ,E el Jardín
de Ia Paz', que trata el tema de la paz hogareña y el hormr
a la mujer y aproxima la Redención por medio de invocar la
Presencia Dirina en cada hogar, a través cle la verdadera paz
,nalrimonial y el mutuo respeto... Este libro debe encontrarse
en cada casa, y cada uno debería esforzalse en difundirln
hasta que no haya hogar alguno que no lo tenga... Que quien
obtenga esle libro sea bendecido con todas las bendiciones
posibles, Amén...".

-Rabí Eliezer Berland srlir,,a


Presidente de la Yeshivá',t üw Batiñ ,Je satén

*Cont¡ctríndonos se pueden obrener ranto las demás


ap¡obaciones
como las caras originales en detalle.

3-
4 | En el lddin de la Paz

"... Deseo felicitar a mi estimado amigo, conocído por


su enorme difusión de la fe auütltica, el bríllnnte Rabino
Shalom Arush shl¡t"a, dírector de las Instituciones Jut shel
Jesed' de Jerusalén. Sus magnífcos libros y CDs ya han sido
aceptados efifoma masiva en todo el mundo y ahora lambi¿n
el nuevo líbro: 'En el Jardín de Ia Paz' que trata el tema
de la paz malr¡monial y la solidaridad familiar. Se trata de
un libro que nuestra generacíón fiecesita en foma urgenfe,
pues vemos con nueslros propios ojos cuánlos hogares son
destruidos por las disputas y los enfrentamientos... Aquel
que d¡stribuye este libro, lo esludia en:formo independiente
o lo enseña a los demás, está benefcia do enomemente a la
sociedad en general...".

-Rabí Naftali A.Y. Mosúwitz shül"a


El Rebe de Melitz. Ashdod.Israel

"Felicit tciones por la publicación de los excepcionales


libros del Rabino Shalom Arush shlit"a 'En eI Jardín de Ia
Fe', 'En eI Jardín de los Ahhelos', 'Ett el Jardín de la Paz',
'Eh el Ja ír. de Ia Riqúeza', 'En los Campos del Bosque',
'La S.rbidurí.t Femenina' y los demás... Estos libros deben
encontrarse en cada casa, parafortalecer así las bases de la
autentica J¿...".

-Rabí Yehuda Zeev Leibowitz zt"l


Lúor de 'Or Levi - Zív vehuda", Mih¡at Yehuda,y .ttos
Advertencia Importante:
¡A las muieres les está prohibido leer
este librof
En un mat¡imonio, cada uno de los cónyuges carga con la plena
responsabilidad del éxito matrimonial. Por 1o ta¡rto, cada uno de
ellos debe aprende¡ las obligaciones específicas que le corresponden,
y ciertamente no ocup¿fse si su pareja cumple o no con sus
obligaciones. Cuando uno está ocupado evaluando la conducta de
su cónyuge, 1o más probable es qDe descuide sus propios deberes.
Lo que es aún peot es que cuando nos concentramos en los defectos
de nuestra pareja, llegamos inevitablemente a la frustración y a la
disputa.

Por otra parte, los esfuerzos unilaterales de uno de los integ¡antes


de la pareja de cumplir con sl¡s propias obligaciones, Ilevan a una
rnejor atrnósfera hogareña y causan una influencia positiva en su
compañerc. Cuando cada Lrno se esfuerza por cumplir sus propias
obligaciones, ciertamente logra que la paz reine en su hogar.

Por consiguiente, como este libro trata esencialmente de los


deberesyobligaciones de un marido respecto a su esposa y no puede
beneficiarle a la mujer en absoluto - sino perjudicar sus relaciones
conyugales, ia las mujeres les está estrictamente prohibido leerlo!
Para eso yo he escdto un libro que se dirige únicamente a las
mujeres titulado 'La Sabiduría Femenin - En el Jardín de la
Psz parú Müjeres' y qüe está prohibido leer a los hombres.

Espero que esta advertencia sea suficientemente clam y


comprensible y que cada muje. sepa abstene¡se de su lectura, total
o parcial. Toda mujer debe rezar que su esposo logre seguir los
consejos de este libro y que también ella pueda cumplir con sus
propias obligaciones hacia su marido, de modo que juntos puedan
lograr y disf¡utar de la dulce y buena vida que proviene de una
auténtica paz matrimonial.

-5-
6 | Er el lüdin de la P¿

Bendigo a cada mujer que presta atención a estas palabras de


advertencia y resiste Ia tentación de leer este libro, con verdadem
paz, armonía y dicha conyugal, una larga y buena vida, abundancia
material y espiritual, alegría y felicidad, satisfacciones de sus niños
y que, con la ayuda del Creador, crezcan justos, bendecidos y
exitosos caminando Dor eI buen camino iAmén!

Con la bendición de la Torá,


Rabino Shalom Arush
Índice
Aprobaciones Rabínicas 3

Advertencia Importante 5

Nota del Tiaductor; Prefacio de la Edición Española 13

Prefacio del Autor: El Camino alParaíso 17

Capítulo Uno: El Precepto Principal 2a


s¿lt"a. El Excelso Sabio
Quedarse soltero. El Célibe Santo
y Pilar de Bondad s¿,/if"a . Un gran mensaje . Repetir y
memorizar . Auto-corección . E1 verdadero objetivo

Capltulo Dos: Sin Críticas 37


El honor de la esposa. El fundamento principal . ¡Énfasis!
Tu esposa es tu espejo . ObseÍa y ya entendeiás
Tu 'espejo personal' . La lupa . Espejo o tribulaciones
Reflejo de lo i¡terior. Un espejo para quien es digno
. .
¿Por qué se dó Sam? El sol y la luna Un altavoz
.
La Crabadora o El Audio casete Aclamción
El camino cor¡ecto . Revés al ¡evés

Capítulo T¡es: El Primer Lugar 69


El eje principal . Una lista imecesaria . El oxígeno de la
mujer . Dar de tu tiempo . iAtenciónl ¡No te duermas en
la guardia! . Cuidar las inve¡siones . Una gran ganancia
La níz . Un cortocircuito en la comunicación. iSé sabio!
Ejemplo de una plegaria. "Hacia tu esposo será tu des€o"
8 | En el laidín de la Paz

Como mono fiente al ser humario ' Educación de los hijos


EI padrc compasivo . Un gran ahor¡o Hijastos . Sustento
Carrera .
¡Sin comp¿raciones! . La protección de la miÉda
La enmda a casa . ¿Hasta dónde el honor? . Ésua es la Torá
Sin nervios . Una justa oculta
"¡Todo lo mío y lo de ust€des de ella es!" . Una reunión
wgente . Escuchar al rabino
Capítulo Cuatro: Ser Varón tt7
¿Una causa perdida? . "Varón y hembra Él los creó..."
icomienza a madurar! . Recordatorio
Capítulo Cinco: Honra a Tu Esposa 125
La belleza de ella .
¿Por qué se queja tanto? . '?ero tii
sobrcpasas a todas" . Honor . ¿Quién manda aquí?
Cumplir con las obligaciones . ¡Iluminar, no c¡iticar!
Honra y serás honrado
Capítulo Seis: "Frente a Frente" 143
El buen camino . Un cüerpo p¡oblemático . Atención o pasión
Amor u odio . Orá - El Prccepto de las relaciones íntimas
Círculo vicioso . Libemrse del infiemo . Santidad . Paz
al alejado . Un g¡an castigo . No te engañes . Comenzar a
trabajar . Hay esperanza . ¡Advertencia importante!

Capítulo Siete: Un Hogar de Plegaria 167


Esta es tu rectificación . Subiendo de nivel . Cuando se trabaja
todo es para bien . Un final feliz . Paz por medio de la
plegaria . El poder de unos sesenta minutos ' Una asombrosa
transformación. El porqué . La mitigación de los Juicios
"Le haÉ una ayuda - frente a é1" . Cada hombre debe tener
su 'hora'
Índice le

Capítulo Ocho: Hacia un Hogar Feliz 189

Otros dos hermanos... . Tu templo personal. Un Paraíso en


este mundo . La importancia de la guía matdmonial
Las disciplinas de la Torá . La perfección de la Creación
'1.{o es bueno que el hombrc esté solo" . Amor a la carid¿d
Alfombm roja . Los pobres de tu casa tienen la prioridad
La gratitud. Las consecuencias de la ingmtitud
Llevar a la práctica . Aprender a sonreír. ¿IngÉtitud? - ¡qué
honible! ' "Finalmente rcnegará de los favorcs del Creador"
G¡atitud hacia el Creador

Capítulo Nueve: "Lo Más Grande es la Paz" 273


La bendición de la paz . La fuente de todo el bien . ¡Por
encima detodo! .Nadasepierde con Ia paz . ¿Quién es digno
de honor? . La paz vale más que toda fortuna . ¿Compasión o
sueldad? ' 'T{onm a tu padre y a tu madre" . Así es...
Sendas de paz . Aspirar a lo mej or . Un problema fundamental
La verdad sale a la luz . Una gmn Brecha . No hay ningún
error. La santa limitación . La luz de la Torá . No existen los
caminos cofos . El ejemplo conhario . Tener los ojos en la
cabeza . Gozar de la vida juntos . El paÉíso

Capítulo Diez: La Prueba Principal 247

La paz en el hogar depende del nivel de l¿ fe . Contento con


lo suyo. ¡Afuera de casa: . Eslar atento a Ias insinuacione.
"¡Conmigo est.i todo bien!" . La falta de fe la única
-
dificultad . Malos consejos
.
Un nuevo comie¡zo Un regalo maravilloso Una .
precipiiación Satánica. ¡Sin acusaciones! . Prcyecto de
recuperación . El divorcio . Bajo el ojo de la Emuná . La
orientación adecuada . Heddas del coÉzón ' Elimina la ira
de tu corazón . ¿El fin de las disputas o sólo el comienzo?
La verdadem solución . Falta de conocimiento . La lúuria
¿Quién es el perturbador? . Cdsis emocional ' Todavia no
es tarde . Mimr hacia adelante . Perdón y disculpa . Sacar
concl!¡siones. ¿Qué será de los niños? . Lavida sigue

Capítulo Once: Un Hombre de Valor 28't


Asumir responsabilidad . Es tu problema . La luz del alma
de la esposa . Las joyas de la esposa . No seas mezquino
Olvídale del dinero . Ve a trabajar. tl manejo correcto
No seas tacaño'¡Esto me pertenece! . Un buen marido

Capítulo Doce: En el Jardín del Edén 295


Tiempos dificiles . El primer año de matdmonio
Saber la diferencia . La esencia de la mujer
Alegrar a la mujer. El corazón . Un oído atento
El honor de la esposa ' El amor . Rostros resplandecientes
. Dar !¡¡a mano . La esc la de méfitos . La Emuná
Dos mujercs en casa. La pereza. Afligir a la esposa
Discusiones y más discusiones . Un tirano en casa. Disputas
sofocantes . Sin presio¡ar . Las mentiras . Auto-conección

Apéndice I La Búsqueda de Parer'a 349


¿Entonces, qué se puede hacefl . ¡Vaya con Dios ! . Anteceder
la plegaria a la acción . "EI hombre ve a los oj os" . Preparando
el terreno . Buenos ftsgos de carácter. Comie¡za el habajo
Sin fant¿sías . El arrogante sólo pierde . La elección está en
tus manos . La circunstaücia presente es la que cuenta

Apéndice II: Inshucciones para el Futuro Esposo 359


La vida más bella . Preprárate para la vida. El día de la boda
Primera etapa: La 1<elróá El Conhato Matrimonial
El poder de dar . Texto d,e la Kerubá
¡Ponte a trabajar! . El rcspeto a la esposa . Todo y "de verdad"
El Precepto de los derechos conlugales . Testigos legales
Ketubá Kash¿r . ¿Ya estás casado? . Segunda etapa Ponerle
el velo a la novia . Tercera etapa
- Bajo la Jupá . La bendición
del vino . La bendición del compromiso matrimonial
La consagración y la entrega del anillo . La bendición de
'Shehejeiónu' . La lecnrra de la -Ke¡?rá. La adquisición, el
juramento y la firma. Las 'Siete Bendiciones' matr¡moniales
Recordar la destrucción . Síntesis ' DisÍiuta la dulzura
La prepanción principal . Las plegarias del día de Ia boda

Glosario 390

-11-
Nota del Traductor:
Prefacio de la Edición Española

'En el Jardín de la tre', el p¡imer libro del Rabino Shalom


Arush, ha abierto nuevos caminos de esperanza y felicidad a
millones de personas alrededor del mundo. Como escdbió un
lector: "Mi vida está dividida en dos partes- antes de leer 'En
el Jardín de la Fe' y después de leerlo". Con este comentario
todo está dicho.

Las palab¡as del Rabino Arush son una bebida refrescante


paraunalmaseca. ÉlesL¡n experto'médico del alma'que con
habilidad cu¡a los males de la gente con una secreta panacea
espiritual que ha pasado de genemción en generación Ia
Emuná,laaulénllcay p)ra fe en el Todopode¡oso Creador del
UniveIso.

Todos aquellos que han tenido el privilegio de conoce¡


al rabino de cerca, pueden atestiguar sin ¡es€rvas: ¡El
meticulosamente practica lo que enseña y predica! No hay
duda alguna que fuimos bendecidos con un pila¡ indiscutible
de Enuná y pazmatrimonial en nueslra generación.

Decenas de miles de personas sólo en Israel llegan a


la puerta del Rabino Shalom Arush, entrc ellos muchos
que sr¡fren dificultades matrimoniales consideradas
irreconciliables. Es incontable Ia enorme cantidad de
matrimonios que ha sal\ado con sus consejos y su guía.
Prácticamente incapaz de seguir con Ia orientación privada
de tanta gente, el Rabino A¡ush decidió escribir este manual
matrimonial titulado 'En el Jardín de la Paz' únicamente
pal¿ hombrcs, y otro para mujeres titulado 'La Sabidürla
Femenina - En el Jdrdín de la Paz pard Majeres'. Tal
como en el caso de 'En el Jardín de la Fe'. estos libros se

13
14 I En el Jardín de la Paz

transformaron en un éxito de librería al poco tiempo de sali¡


alalvz.
'En el Jardín de la Paz' ha tenido un éxito fenomenal tanto
en hebreo como en sus traduccio¡es y ha sido r€conocido
como un victorioso entrenador matrimonial que.,ha pinchado
el globo d€ la estadística de divorcios". Hoy en IsÉel, cuándo
alguien hace un pedido de divorcio en un tribunal úbinico,
los Dayaním Q\ecesRabinicos) primero preguntaft .:Ha leído
usted eI libro 'En el Jardín de la Paz'? Si no, léalo y vuelva
dentro de t¡es semanas". La mayor parte de esas personas
nunca vuelve..,

Un viejo refrán dice que los ganadores no tienen que


excusarse por haber ganado el juego, mientras que los
perdedores están llenos de excusas por haberlo perdido. Con
este lib.o, ya no hay más excusas. Los consejos del Rabino
Arush, firmemente basados en la Torá y en las enseñanzas
de los g¡andes Justos de las genemciones -los mayores
'médicos del alma' que alguna vez existieron , son profundos
y prácticos, efectivos y fáciles de entender. Todo hombrc que
honestamente pondná en práctica sus consejos, ciertamente
verá una mejora significativa en todos los asp€ctos de su vida
y, en especial, en su vida de mat¡imonio.

.
Querido lector, este libro conocido también como I-a guia
matrimonial para el verdadero varón" sacará 1o mejor de ti
como homb¡e, ma do y padre. Si aún no has encontrado tu
"media naraqia", si ya has celebrado tus bodas de oro, o si
acabas de comenzar tu vida matri¡¡onial, ¡En el Jardín de
la Paz' se transformará rípidamente en tu fiel compañero y
guia.

Con Ia ayuda del Creador, se ha hecho todo Io posible para


conseNa¡ el sabor, la intención y la hermosa simplicidad del
estilo original de las palab¡as del auto¡, adaptindolas a nuesto
Nota del Traductor: Prefacio de la Edición Española | 15

público de habla hispana. Por lo tanto, cualquier erro¡ en este


libro es debido únicamente a la traducción y no al autor

ilnfinitas gracias al Rey de reyes, el Creador del Universo,


por habemos permitido llevar a cabo este proyecto y haber¡os
acompañado por todo el camino hasta llegar a tenerlo en
nuesüas manosl

Deseamos también expresar nuestras gracias sinceras y


muchas bendiciones a todos los miembros de nuestras familias
que nos han apoyado desinteresadamente en el camino,
como a todos aquellos que tomaron parte de este trabajo y
especialmente a (por orden alfabético): A. Kabaz, C. Galed, D.
Kripicer, G. Heffes y S. Efrati. Sea Ia Voluntad del Creador
que gocen de los frutos de este libro, que merezcan una vida
Iarga, sana, feliz y plena de Emüná, y q\e \/ean crccer a sus
descendientes como gente recla yjusta. Amén.

Y por supuesto, deseamos exp¡esar nuestra más profunda


gratitud al Rabino Shalom Arush mismo, quien tanto nos
ha iluminado con sus nobles enseñanzas y... ¡sondsas! Que
Hashem 1o bendiga siempre, como también a toda su familia
y a sus alumnos alrededor del mundo, con toda ¿bundancia
espiritual y material, iAmén!

Ierus lér- EIal5772 -SeDliembre 2012


Prefacio del Autor:
El Camino al Paraíso
Unos treinta años atrás, cuando yo todavía era solte¡o,
le pedí a mi maestro y guía espiritual, el Rabino Eliezer
Berlar\d shlit"a, que me guie y
me aconseje sobre el
matrimonio. EI rabí me dio dos breves pero fundamentales
consejos, que descub ercn ser reglas esenciales para toda la
vida. Prácticamente, este libro deriva de esos dos consejos
recibidos, i¡terio zados, meditados y trabajados dumnte
años. De esos dos maravillosos e invaluables diamantes,
sus consejos, tuve el mérito de escribir una guia completa
y práctica para logmr Ia paz doméstica de la que ya millares
de parejas han sacado provecho, ahorrándose así la amargura
de los conflictos, Ia aflicción, el divorcio, el sufrimiento y la
miseria, y reconocido que la vida matrimonial puede y debe
ser una vida feliz y enriquecedora.

Cada uno debe saber muy b¡en: En comparación con un


hogar donde reina la paz, el Paraíso mismo puede ser definido
como sólo una pequeña sucu¡sal de esa casa. Un hogar de
paz posee todas las caracte sticas del Jardín del Edén en
este mundo terrcnal- Por el contrado, el infierno mismo es
sólo la pequeña sucursal del hogar que no conoce la armonía,
pues no hay peor ¡nllerno y su[rim¡enro que vivir en una casa
donde reina la discordia.

Además, la perfección de nuestro mundo, o sea la


'Redención Final' del Pueblo de Israel y del mundo entero,
depende totalmente de la paz que rcina en los hogarcs. Sólo
donde reina lapaz la Presencia Divinapuede morar, y cuanto
más Presencia Divina haya en el mundo más mereceremos y
acercaremos la Redención.

L^ p z es la fuente de toda bendición y todo lo bueno


en este mundo, desde la abundancia material pasando por

-1,7-
18 I En el Ja¡dín de la Paz

la abundancia espiriiual itodo depende de Ia paz! Por 10


tanto, cada uno comprende que debe hacer todo lo posible
para Iograr Ia paz y vivir armoniosamente con su pareja ), su
familia.

Hemos titulado a este libro 'En el Jardín de la Paz',


nuevo miembto de nuestra serie de los 'Tardines", como el
renombrado 'En el Jardín de la Fe' y otros, por los cuales
fuimos bendecidos por el Creado¡.

Debo subrayar que en el transcurso de este año, cuando


estuvimos ocupados en reunir el material para este libro,
imprimimos repetidas veces algunas páginas con el ñn de
distribuirlas, ya sea a un marido a punto de divorciarse, a un
solterc listo para casarse, o a una mujer que suplicaba que
alguien guiara a su marido a entender el verdadero significado
de la vida conyugal. Todos dijeron que estas páginas fueron
para ellos como agua fresca para un cuerpo cansado, y qu€
les abrieron los ojos impidiéndoles cometer graves errores,
corregir los ya cometidos, e iluminaron sus hogarcs con una
dulce luz de paz y armonía.

Fueron aquellas rcacciones que nos impulsaron a emplear


todos los medios para publicar el libro 1o más pronto posible,
para que en lugar de imprimir cada vez algunas hojas separadas,
todos los capítulos esfuvieran ¡eunidos adecuadamente en un
solo libro que cadauno pudiera leery estudiar, y merccer así
un hogar pleno de alegríay felicidad.

Querido lector, es de suma importancia que leas este libro


desde eI p¡incipio hasta el final sin excepciones y sin saltear
¡ingúr capítulo, aun si alguno de ellos te pa¡ece no tener
importancia o irrelevante para tus necesidades específicas.
También aquel que ya celeb¡ó sus bodas de oro debe leer
el capítulo sobre Ia búsqueda de pareja o el capítulo sob¡e
los deberes del novio, ya que aprendeni de ellos reglas que
podnán salvar su vida y la de su familia. También quien aún
Prefacio del Autor: El Camino al Pdaíso 119

está soltero, debe estudiar todos los capítulos sin excepción,


con el fin de prepararse para una vida conyugal adecuada.

Cómo podré agradecerle a Hashem, el Creador del


Universo, y cómo podré alabar al Rey de reyes por toda Su
infinita bondad, maravillas y milagros que ha realizado en
mi vida. Y sob¡e todo, por el privilegio que me ha dado de
difundir el conocimiento de la Emuná, Ia autentica y pura
fe, por todo el mundo, permitiéndole saber a cada persona
que puede acerca$e al Creador como un hüo querido, sin
excepciones. Y por supuesto, por elmérito de poder extender
la luz dulce y especial de la paz matrimonial, ya que donde
reina la paz, mora la ,S¿¿Jjrá, Ia Presencia Divina. Espero y
rezo para que este libro contribuya a ese objetivo, de modo
que la gent€ pueda acercarse más al Creador y probar el
dulzor de laverdadera felicidad matrimonial.

Mi gratitud sincera a mi estimado maestro y guía


espiritual, el Rabino Eliezer Berl^nd shlit"a, pues este libro
se basa dircctamente en sus extraordinarias enseñanzas y
guía. Sea la voluntad de Hashem que tenga una larga vida y
siga muchos años más el maravilloso c¿mino de atraer más
y más alumnos al amor a la Torá, con plena salud y muchas
bendiciones, Amén.

Agradezco desde Io más profundo de mi corazón a m¡


querida y dedicada esposa, Miriam Varda, mi compañera
en la vida y mi mejor amiga, que HaShem la dote de una
vida larga, feliz y sana. Ella merece todo el crédito de mis
logros. Todo lo que tengo y toda mi influencia en los demás
- a ella le pertenecen. Que podamos merecer ver juntos el
éxito de nuestrcs descendientes, de todos nuestros alumnos,
y Ia pronta Redención de nuestro pueblo y la rectificación del
mundo.

Deseo agradecer a mi querido discipulo, Rabí Yonatán D.


Galed, por ser mi "palabru-' en español, dedicándose a las
20 | En el tddln de la Paz

tmducciones y adaptación de mis €nseñanzas, libros, CDs y


nuestro sitio Web. Que HaShem lo bendiga a é1, a su esposa,
a sus hijos, a su estimadamadre y a toda su familia con todas
las bendiciones escritas en la Torá, y que siga difundiendo
mis enseñanzas por todo el mundo de hablahispana hasta los
120 años, Amén.

Finalmente mi agmdecimiento a mi personal y a mis


queridos discípulos que me asistie¡on en la prepamción de
mis librcs; grabadores, editores, traductores, mecanógrafos,
el equipo de la Red, distribuidores, impresores y todos los
demás. Gracias especiales a Rabí Yaakov Hertzberg y a su
esposa Ester que me ayudaron ampliamente en la rcdacción
de mis lib¡os en hebreo. Que Hashem los bendiga siempre.

Sea la voluntad del Creador, nuestro Padre Misericordioso


en el Cielo, que todos merezcamos seguir la senda de la
Verdad, en Su be¡evolencia y amol; y pueda Su Reino
revelarse rápido en toda la Tierra, Amén.

Rabino ShalomArush
Jerns lér1, Elal 5T2 -SeDtiembre 2012
Capltulo Uno:
El Precepto Principal
Cada hombre debe saber muy bien: Lo más importa¡te en
el seNicio al Creador es el'Shalom Bait',l^paz hogareña. Lo
más significativo para el ffecimiento espiritual y acercamiento
al Creador es la paz matimonial. El marido debe invertir en
la armonía conyugal todos sus esfuerzos, ya que éste es un
Precepto p¡incipal que debe obligarse a cumplir durante toda
la vida. Mientras no hay paz e¡ el matrimonio, se debe dedicar
todo el tiempo y los esfuezos necesarios para aprender sobrc
el tema, rezar, y hacer todo lo posible para lograrla.

Existe un errcr común, que el hombre piensa que


encargarse d€ Ia armonía en el hogar, las necesidades y los
deseos de su esposa, es una pérdida de tiempo. Y en especial
guando podria dedicar ese p¡ecioso tiempo a su crccimiento
espiritual y el estudio de la Torá. Pero en realidad, es todo
lo contrario. El 'Shalom Bait' es lo r'r^s importante para el
desarrcllo espiritual del hombre; es el verdadero barómetro
de su servicio al Creador, y de hecho es su prcyecto de vida y
su verdadera prueba en este mundo.

Quedarse soltero
Todo aquel que tiene un poco de conciencia espi tual,
entiende que el verdadero objetivo del homb¡e en la vida es
acercarse y apega$e al Creador, a Su Torá y a Sus Prcceptos.
Aparentemente, es mucho más fácil conseguirlo siendo
solt€ro, sin el yugo de una familia a la que s€ debe atender
y proveer el sustento, como dice el Talmud, que el hombre
casado tiene como una pied¡a de molino colgándole del
cuello. De ser así, uno podría pensar que Hashem preferiría
que nos quedámmos solteros para que pudiémmos servirlo
sin interferencias externas. Sin embargo, no es así. Nadav

,21
22 | En el Iardln de la Paz

y Avihu, los dos hüos de Aarón, eI hermano de Moisés,


fueron castigados por eI Creador po¡ no haberse casado, si
bien ellos eran, de acuerdo con el sagrado libro del Zohat
hombres Justos y piadosos; Moisés mismo atestiguó que se
encontraban en un nivel espiritual más elevado que el de é1.
También el Rey Jizkiáhu (Ezequías) que era un gran Justo y
piadoso, aunque toda su vida dedicó a la Torá -y por cuyo
mérito todo el Pueblo de Ismel estudiaba To¡á y él era digno
de ser el Mesias fue sometido a un decreto Divino de mue¡te
e incluso la pérdida de su lugar en el Mundo Venidero, debido
a que no se había casado. Dicha sentencia recién fue revocada
cuando se casó con la hija del Profeta Isaías.

Esto suscita la pregunta: ¿Por qué es tan importante


casarse? ¿Por qué aquéllos que no se casaron fueron castigados
con tanta gravedad? Nadav, Avihu y Jizkiahu simplemente
querían cumplir con los Preceptos Divinos, €studiar la Torá
sin interupciones, desconectarse de este mundo material y
apegarse al Creador ¿Por qué entonces Hashem exige que
nos casemos? Después de todo este Pr€cepto ata al hombre a
este mundo tan bajo y material...

Ésta es la respuesta: El propósito de toda la Creación y


de la observancia de la Torá y de los Preceptos, sólo puede
lograrse dentro del contexto de lr¡a relación matrimonial y
un hogar en el que reina la paz. Por 1o tanto, el matrimonio
carece de todo sentido si no tiene paz hogareña. Porque, si
no hay paz en el matrimonio, ¿para qué uno se casa? ¿Para
cometer transgresiones y hacer sufrir a la esposa? Dado que
el hombre no puede cumplir con la Torá y el mundo no puede
llegar a su perfección sin que esté casado, entonces no existe
algo peor pues ttansforma su existencia en este mundo en
algo superfluo, ya que no cumple con $r propósito. . .
Capítulo Uno: El Precepto Principal | 23

Analicemos el concepto antedicho con la ayuda de dos


parábolas que describen situaciones reales, con las que cada
uno de nosotros puede relaciona$e:

El Célibe Santo srrrit"¿


Desde su iuventud, el Célibe Santo slil¿f'I?* decidió
que su alma anhelaba lo espiritual, llegando a la
conclusión de que lo mejo¡ sefia quedarse soltero
y encontrar una casa de estudio aislada en la que
pudiera consagrar toda su vida al estudio de la
Torá y al senicio Divino. Al poco tiempo, el Célibe
Sanlo shlil q descubrio uná pequeñ¿ sina8og¿ que
se encontraba situada en un pueblito rural muy
apartado. Le pidió permiso al encargado del lugar
para comer/ do¡mir y beber dent¡o de los confines
de la sinagoga, que también servía de casa de
estudio para los habitantes del pueblo, y con gran
solemnidad le prometió que no molestaría a nadie.
El encargado aceptó el pedido.

Y así, el Célibe Santo sI¡¡if"d solía sentarse en un


¡incón de la sinagoga dedicándose al estudio de la
Torá y a la plegada dla y noche, sin intefiupción.
Apenas salía de la casa de estudios. Negándose a
sí mismo el mínimo deleite corporal, 10 único que
comla eran unos pocos pedacitos de pan seco, bebía
agua de la canilla y dormla en un duro banco de
made¡a. Así transcu¡rieron dlas, meses y años, hasta
el día en el que el encargado de la sinagoga encontró
al anciano Célibe Sanlo shlith conlacabeza apoyada
sobre el libro sagrado, sin aliento de vida.

* r¿¡7 "a es la abreviatuB en hebreo de "Que merezca largos y buenos


dias" que es allicad¿ ¿ grardes mbinos. Aqui se emlle¿ en fom¿
24 | En €l Jüdh de la Paz

Todo el pueblo acompañó al Célibe Santo zf"l*


en su último camino hacia su lugar de descanso,
alabando su enorme santidad" austeridad y piedad.
Todos los residentes del pueblo estaban seguros de
que semejante hombre, que se había apartado por
completo de todo lo mundano, era sin ninguna duda
un gran Justo.
De hecho, el Célibe Santo zf"l compartía la misma
opinión; estaba convencido de qÍe en !Í Tzadik
de elevados méritos. Cuando su alma ascendió
al Tribunal Celestial, estaba seguro de que se¡ía
recibido por una guatdia de honor compuesta por
los más g¡andes Justos de toda la histori4 que
tocadan violines y liras, acompañados pot un coro
de arcángeles que cantaban. Estaba absolutamente
persuadido de que ellos 10 escoltarían a su legltimo
puesto en el Pamíso para disfruta¡ del sublime
resplandor de la Presencia Divina.

Sin embargo, pa¡a desgracia del Célibe Santo zf"l,


no fueron a ¡ecibirlo las almas de los grandes Justos,
ni oyó a ningún ángel cantando en su honor. Lo
único que vio fueron los roshos entristecidos de sus
antepasados, e inmediatamente fue llevado ante un
Tribunal de Hombres Justos de rostros severos.

EI presidente del Tribunal Divino abrió un libro


enorme/ que contenía la historia de la vida del Célibe
Santo 2t"1, y ernpezó a revisar todos los Preceptos
que había cumplido. Luego se di
gió a él por su
nombre, igno¡ando el majestuoso ftulo de 'Célibe
Santo shlit"a' que lo acompañaba toda su vida. Y asl
dijo: "Jaimito, estudiaste Totá, tezaste, pronunciaste
* zr'?
- iniciales de 1óendita sea la memoria del Justo) que es
el sufúo usado despüés del nombre d€ un gran Sabio o Justo
fallecido. Otra vez aqui se emDlea en forma cínica.
Capítulo Uno: El P¡deplo Pri¡cipal | 2s

todas las bendiciones necesarias antes y después de


comer, te colocaste los rylln todos los díat te pusiste
Tzitzif, observaste el Sábado y las fiestat e incluso
ayunaste más de lo necesario. De hecho, hiciste un
buen trabajo en lo referente al cumplimiento de los
Preceptos. Sin embargo, no cumpliste con la misión
por la cual fuiste enviado al mundo físico- Es verda4
estudiaste Torá, pero no la pusiste en práctica. Si te
hubieras casado, te habrías dado cuenta de lo lejos
que aún te encuentras del verdadero cumplimiento
de la Torá, y entonces hubieGs invertido un gran
esfuerzo pam log¡arlo.

Echándole una rnirada de reprobación al alma


desconcertada, el presidente del T¡ibunal Supremo
añadió: '2Acaso no sablas que todo el propósito del
estudio de Ia Torá es adquirir la Lrnund,l¿ purá y
fi¡me fe en el Creador del Universo? El nivel de
Emurui q're alcanzaste es extremadamente bajo. Si
te hubieras casado, habdas tenido que enfrentarte
con una larga lista de pruebas y tribulaciones al
lado lu esposa. Si ella con todas sus e\igenciás )
demandas te hubiera molestado en tus estudios,
no habrlas pasado las p¡uebas. Y tanto más si ella
te hubieú ¡eprochado o despreciado, te hab¡ías
manchado el alma con enojo y con quejas; rccién
entonces habdas entendido cuán débil em tu Emu,
y cuánto deberlas trabajar en ella. Pensabas que
confiabas en el Creador, pero si sóIo te hubieras
enftentado al desafío de proveerle el sustento a toda
una familia, te habrías dado cuenta de lo débil que
es en realidad tu confianza en Dios. Cada vez que
te hubie¡as enfrentado a un problema financiero,
te habrías sumido en un estado de deDresión v
desesperación. . .".

Las acusaciones se iban volviendo más


graves a cada minuto. Pero el presidente del
26 | E¡ et Ja¡dín de la Paz

Tdbunal Supremo no había finalizado aún su


amonestación al Célibe Santo zl"li "En el instante
en que hubiems ganado un poco de dinero,
habrías empezado a codiciarlo y entonces habrías
abandonado la Torá pa¡a tratar de entiquecede.
¿Paciencia? Nunca enf¡entaste una prueba
de paciencia. De hechg si te hubieras casado,
hubieras descubietto cuánta ira e impaciencia hay
en ti. ¿Buenos rasgos de carácter? Si te hubieras
casado te hab¡las dado cuenta de cuánto tienes
que mejo¡ar, ya que nunca tuviste que hacer
concesiones o cede¡ ante otm persona. ¿Alegrla? Tal
vez te consideres a ti mismo una pe¡sona alegre,
pe¡o si te hubieras casado, te habrías percatado de
lo lejos que estabas de ser una persona alegre y
de lo difícil que te habría sido alegrar a tu muier
mientras escuchabas iodas sus quejas, rezongos y
p¡oblemas. Además. . ."

". . . Si el Cteador hubiera deseado que solamente


cumplieras los Preceptos enhe el hombre y É1,
entonces te habría dejado en el Geloi no habría
enviado a tu alma al bajo mundo matedal. Ti'r
misión alll abajo era llegar a conoce¡lo y acercarte
a El, lo que sólo puede lograrse en el rnundo
matedal cont¡ayendo mat¡imonio, cumpliendo
los Preceptos relacionados y enfrentado todas las
pruebas y t¡ibulaciones de un hombre casado...".
"... Po¡ lo tanto, po¡ tu fo¡ma de vida sin
haber contraldo mattimonio, no cumpliste con la
mayorla de los P¡eceptos de entre el hombre y su
p¡óiimo. No tuviste la oportunidad de dar de ti
mismo; de sacdficate po¡ otros; no renunciaste a
tus deseos en pos de los deseos de otm petsona.
No tienes la menor idea de lo que significa 'teder
Capíhio Uno: El Pr€cepto P¡incipal I 27

ante el otro'/. No hiciste nada para deshacerte de


tu egoísmo innato o siquiem mitiga¡Io".
El presidente del Tribunal Sup¡emo le demostró
a Jaimito hasta qué punto había eüado el blanco.
Jaimito se quedó pando frente al tribunal mientns
el fuego de la humillación le quemaba. Había
fracasado por completo. No había logrado su
Tikrilr, su rectificación espidtual en absoluto. A la
fuerza tomó conciencia de que no había entendido
cuál era su tarea en este mundo. Si sólo pudiera
volver atrás para casalse, tene¡ hijos y esfozarse
por fundar un hoga¡ pleno de paz, poniendo así
en p¡áctica los P¡eceptos del Creador - y no sólo
estudia¡los teóricamente. . .

El Excelso Sabio y Pilar de Bond¡d r/r/ir"a


Relataremos otra historia para ayudar a elaborar mejor
€l tema, esta vez sobre el Excelso Sabio y Pilar de Bondad
shlít"a:

Ya en su tierna infanci4 el Excelso Sabio y Pilar


de Bondad shli¿'b fue un niño de gran talento, una
maravillosa personalidad y una mente agudísima.
Cuando creció, se hizo famoso en su ciudad natal ya
que todos sabían que era un genio de la Torá. Luego,
tuvo el mérito de casarse con la hija de una de las
familias más impo*antes de la zona- El Excelso
Sabio y Pilar de Bondad shl#'ir desa¡rolló al máximo
sus aptitudes. Estudiaba Torá con excepcional
perseverancia. A pesar de su alto nivel, nunca se
olvidaba de dejar un tiempo libre para acercar a los
más simples lrabai¿dores al camino espiritual.

En cuanto a proyectos de caridad, el Excelso


Sabio y Pilar de Bondad sft¡if iz no tenía pa¡angón.
28 | En el Tárdín de la Paz

Prestaba desinteresadamente dinero a los pobres


o los ayudaba a conseguir la suma necesa¡ia de
otras pe¡sonas. También se encargaba de ptoveet
alimentos a viudas y huérfanos. Y asl fue como
muy pronto se convirtió en una figuia pública de
g¡an liderazgo a quien todos amaban y admiraban.
Incluso los más g¡andes líderes espirituales de la
Seneración se hicieron amigos del Excelso Sabio y
Pilar de Bondad s/¡lif'?.

El Excelso Sabio y Pila¡ de Bondad shlit"i te ía


solamente una "pequeña" falta en su admi¡able
expediente personal ¡su esposa! Ella ni 10 respetaba
ni lo admiraba. Al contrado, todo el tiempo se
quejaba de el y Ie hablaba con total desprecio. La
mayor parte del tiempo, el Excelso Sabio y Pilar de
Bondad st¡if'? llegaba a su casa a la madrugada y
encontraba a su esposa amargada, enoiada y a punto
de explotar ¡4uchas veces lo recibía con gritos y
desprecios. El trataba de ignorar este aspecto tan
poco agradable de su vida y por ese motivo pasaba
muy poco tiempo enla casa.

y
El Excelso Sabio Pilar de BoÍdad, shlit"a
considemba las quejas de su mujer como producto
del mal carácter que ella tenía y de su bajo nivel
espiritual. Obviamentg ella no valomba los médtos
de ese genuino sabio de la Torá, un verdadero justo
y piadoso hombe y por eso no lo respetaba y solía
moleslarlo en forma constante con sus mezquinas
exigencias y acusaciones inJundadas. El siempre se
aseguraba de proveede todo el dinero que necesitaba
para que no pudiera quejarce que él no se preocupa
por ella. Todo su matdmonio no era pam él más
que un embrollo sin fin y en vez de enfrentarse a
su esposa, optaba por mantenerse alejado. Incluso
en los fines de semana y en las festividades siempre
se las aüeglaba para organiza¡ un "comprcmiso de
Capítulo Uno: El P¡ecepto Principal | 29

antemano", como una conferencia de Torá que debía


dar en algún lugar alejado. "En vez de 'pudrirme'
en casa"/ pensaba, "seda mucho mejor dedicar mi
valioso tiempo al campo espiritual y a los actos de
bondad...".

Pero, como ocure con todos los se¡es de ca¡ne


y hueso, también llegó el rlltimo día del Excelso
Sabio y Pilar de Bondad shiit'i?. El mismo automóvil
con el altoparlante que recor¡ía todos los banios
anunciando una emergencia o la muete de un gran
Justo, anunciaba ahora con tono acongojado por toda
la ciudad: "iEl Arca Sagrada' fue tomada cautival
il-os Angeles del Cielo vencieron a lag Rocas de la
Tierra! El funeral del gran Sabio, Ministro de la Totá
y de la benevolencia, el sagrado Excelso Sabio y Pilar
de Bondad zt"¡ saldrá a la hora... En dirección a la
sección de los grandes Rabinos en el Cementerio... Y
todos llorarán la pérdida de esta elevada alma. . .".

Miles de personas escoltaron al Excelso Sabio y


Pilar de Bondad zf"l en su último camino rumbo
al lugar de su descanso eterno. Los rabinos de la
ciudad 1o elogia¡on sin escatimar calificativos. Miles
de pe¡sonas gemían de dolor y las calles estaban
colmadas de gente que sollozaba. Yaciendo en el
medio de todo esto y completamente consciente
de todo lo que acontecía a su alrededor, el Excelso
Sabio y Pilar de Bondad zt"¡ estaba más otgulloso
que nunca: Un funeral así tenía luga¡ solamente una
vez en muchos años. .,

Cuando el Exaltado Sabio y Pilar de Bondad zf"l


llegó al Cielo, de inmediato lo atrapó un g¡upo de
ángeles acusadores que sin demasiado cuidado lo
aÍojaron al Tribunal Celestial. El Exaltado Sabio y
Pilar de Bondad zf"¿ se quedó atónito por el duro
trato, exclamando qr¡e seguramente habla alguna
30 | En el Jardln de la Paz

equivocación. Estaba seguro de que alll recibida el


mismo trato honorable al que estaba acostumb¡ado
du¡ante su vida, y
no podla entender 10 que
Pasaba...
El ¡icio del Excelso Sabio y Pilar de Bondad
zt"I habí^ cor¡r.er.zado. Los miembros del Tribrmal
Celestial pasaron revista rápidamente a los
Preceptos y actos de bondad que había ¡ealizado
durante su vida, sin que se pudiem ver impresión
alguna en sus ¡ostros. Pero cuando llegaron en
la lista a la sección 'Matrimonio', adoptaron una
mirada que daba miedo. El presidente del Tribunal
Supremo parecía furioso mient¡as contaba la
cantidad de veces que la muje¡ del Excelso Sabio
y Pilar de Bondad zt"I habla llolad,o; la cantidad
de lág¡imas que habla de¡ramado; la cantidad de
veces que se había ofendido; los dias terribles que
había pasado sintiéndose sola, vacla y desesperada;
la tremenda desilusión que sentía cada vez que
su ma¡ido no prestaba la mínima atención a la
comida que había preparado con tanto esfuerzo, a
la limpieza de la casa a las encomiendas que había
llevado a cabo... En pocas palabras: El Excelso
Sabio y Pilar de Bondad zt"l se dio cuenta de que
habla estado equivocado toda su vida, alterando las
prioridades.

El piesidente del Supremo Tdbunal ignoró poi


completo los ficticios títulos de honor que le fueron
etiquetados en el engañoso mundo infedor y se
didgió al acusado por su nombre propio: "Isaaquito,
si bien estudiaste mucha Torá y llevaste a cabo
muchos actos de caddad y bondad, no llevaste a
cabo tu misión personal en la vida, lo que stnifica
que no lograste la rectificación de tu alma. Fuiste un
absoluto egoísta, ocupado únicamente en ti mismo,
en tu propio éxito, en tu propio prestigio y honor.
Capítulo Uño: Et precepto principat | 31

Todos tus estudios de la Torá fueron al Lado Oscuio,


dándoles poder a las fue¡zas de mal en el mundo.
Todos tus actos de benevolencia no pueden expial
tus pecados, ya que la verdadera bondad comienza
por casa. Si no hay ca¡idad en casa, entonces toda la
que uno realiza afuem no tiene valot. . .",

"Tendrías que habe¡ dirigido tus buenas accrones


de bondad -antes que nada- hacia tü propia esposa,
pues ella es litemlmente carne de tu caine. Al no
hacerlo, de hecho diste a entender que no eres un
hombre de bondad, y lo que le diste a peffectos
extr¿ños -mientras ignorab¿s a tu propia esposa- se
debio sólo a lu amor a los honores. L¿ única razón
por la cual tenlas tanta ?aciencia' pam escuchar
los problemas de los pobres y mise¡ables exbaños
duiante horas, sin nunca tener ni unos pocos minutos
disponibles pala escuchar a tu esposa, fue porque
gozabas sentirte el 'mise¡icordioso y piadoso
iusto,
de la ciudad. D¿b¿s sermone<, conseios y guí¿ sobre
la pdz matrimonial pero no cumpliste con nada.
De hecho, le dabas ¿ Ia gente los peores consejos
matdmoniales que existen. A causa de tu inluencia
negativa/ familias enteras fueron destruidas...,,.

"Todo esto te paso porque no entendiste que la


prueba y el tr¿bajo principal que teni¿s erd vivir
en paz con tu ptopia esposa, Pensabas que era
una pérdida de tiempo valioso en el cual podrías
estudiar más Torá y progresar en tus estudios. Todos
los marav¡llosos Preceptos que el esposo tiene que
cumplir en la relación con su esposa fueron pa¡a ti
una fastidiosa carga y una glan molestia en tu vida
caiitativa/ aunque en realidad constituyen la forma
más verdadem, más elevada y más profunda de
bondad.
32 | En el lardín de la Paz

"Si sólo hubieras invertido tus esfuetzos en la


paz r.ogarcñ4 muy pronto te habrías enterado de
10 alejado que estabas de cumplfu con el verdadero
propósito de la Torá. El objetivo de la To¡á y de
los Preceptos es que el hombre logre la En ná.
Entonces, ¿qué Torá estudiaste si no te llevó a la
auténtica fe en Hashem? ¿¿Por qué no c¡eías que
cuando tu muier te hablaba, era el Creador Mismo
el que hablaba contigo??, ¿¿y que cuando tu muier
pedla que te quedaras en casa, e¡a el Creador
Mismo qúe quería que lo hagas?? El objetivo de
la Torá y de los Preceptos es hacer que te vuelvas
humilde - ¿¿acaso es un acto de humildad el hacer
caso omiso a los sentimientos de tu esposa yéndote
de la casa a pesar de su voluntad?? El atribúto de
la bondad se encuentra en el corazó& es decir que
el hombre debe sentir lo que le falta a su prójimo
y tener compasión de los demás - ¿entonces cómo
es posible que no le hayas tenido compasión a
tu propia esposa? ¿¿Cómo es que no diste de tu
tiempo ni de tu atención a la PeGona más cercana
y que más te asiste/ muchísimo más que todas las
personas extrañas a las que les hiciste favores, que
no te dieron nada fuera de hono¡es y prestigio??
¿Acaso alguna de ellas estaba dispuesta a quedarse
despierto noches enteras pata atender a tu bebé?
¡¿Estaba dispuesta a soportar una milésima parte
del sufrimiento y pesar del embarazo, el pafto y la
crianza de tus hijos?!"....

Asl continuó el presidente del Tribunal Supremo


demostrándole a "Isaaquito" que se habla equivocado

'en gmndei y todo por no dar importancia primordial


al tema de la paz conyugal
Capíiulo Uno: El p¡ecepio principal I 33

En estos dos ejemplos vemos dos personalidades que,


para el ¡esto del mundo, son personas excepcionales que
alcanzaron un nivel privilegiado y la calificación de
"sobresaliente" en todos los campos, lo que muy pocos
pueden alcanzar en sus vidas. Sin embargo, como no
invirtieron sus esfuerzos en el ..tema,, p ncipal que es
el 'Shalon Bait',la paz hogareña, en el Cielo ¡ecibieron
una evaluación tan baja, incluso más baja que las personas
más simples que aparentemente no poseen ninguna virtud
especial, pero han logrado vivir en paz con sus esposas.

Un gran mensaje
Varios grandes Justos contemporáneos que han leído
este libro, han dicho que todo aquél que Io estudie bien, lo
repase cada mes y cumpla con todo lo esc to, anula de sí
mismo, de su familia, y del mundo entero todos los malos
.decretos, los problemas, las enfermedades y las muertes
repe¡trnas, ya que la gmn mayoría de las desgracias que
hay en el mundo, como los accidentes de tránsito. atentados.
enfermedades incurables. elc.. son producto del sufrimienro
de las mujeres, por la falta de respeto de sus ma¡idos. Sus
lágrimas despierta¡r el Atributo de Justicia Divina en el
mundo, lo que causa todo tipo de males. por Io tanto. si una
sola Iág ma de una mujer causa semejante Juicios severos
en el mundo, entonces cuántas bendiciones despiertan la
sonrisa de ¡rna mujet su alegria...

Nuestros Sabios han dicho: ..Respeten a sus esposas y


ustedes endquecerán',, y..Cuídense de respetar a sus esposas,
ya que la bendición se encuentra en el hoga¡ sólo por el
mérito de ellas". Los Sabios no se refedan únicamente a una
bendición material y a la riqueza material, sino a todas las
bendiciones y todas las buenas influencias que puedan existir
Por lo tanto, todo maddo que tenga el mérito de vivir en paz
3,1 | En el Jardln de la Paz

con su esposa, ciertamente será bendecido con un sinfín de


bendiciones, tantos materiales como espirituales.

Repetir y memorizar
Es muy imporlante saber que es sumamenle necesario
repetir y memo zar lo aprcndido debido a que Ia Mala
Inclinación es extremadamente fuerte en ese sentido, y hace
todo lo posible para destrui¡ la paz en el hogar. Ademáq
todos los puntos e¡ los que se debe trabajar para lograr la
paz hogareña, son muy delicados y hay que aprenderlos y
repetirlos con el fin de que penetren prcfundamente en la
conciencia del hombre y pasen a la acción.

Un hombre me contó que ya hace años que escucha todos


Ios días nuestro CD 'El Respeto a la Esposa' y sabe con total
certeza que eso es 10 que le da las her¡amientas necesarias
pam que reine Ia paz en su casa, iotro hombrc m€ comentó
que escuchó ese CD más de cuatrocientas veces! Una mujer
me contó que durante los meses en que su marido estaba
pegado a este libro su hogar se volvió el Paraiso mismo, perc
en el mome¡to que 10 dejó de leer volvió el i¡fierno.

Además, debes saber que como autor de este libro, sobrc


cada punto que escribí recé abundantemente e hice mucha
Hítbodedút, a veces durante varios meses, hast¿ la completa
compresión. De hecho, hasta el día de hoy dedico todos los
días una plegaria por la p¿z hoga¡eña y en especial al tema
de no criticar a mi esposa. ni siquiera por equirocación
Por eso, lo mejor es cuando el hombre tiene una sesión de
Plegaria Personal, estudia este libro, y reza por cada tema
hasta comprenderlo en forma completa. Incluso después
debe tener una plegaria diaia para poder cuidar todo lo que
adquirió y debe volver a repasar eI libro enseguida después
de terminarlo. Tanto más aquél que todavía no ha tenido el
mérito dehacet Hitboded¡ia por cierto tiene la obligación de
Capihlo Uno: El Precepro Principal I 35

r siempre con el libro, y completarlo por lo menos una vez al


mes para tener asi sus enseñanzas presentes en todo momento
y pode¡ asi cumplirlas.

Auto-corrección
Hay que saber que este libro no es meramente un libro de
'bonsejos" a través del cual el marido pued¿ alcanzar la paz
conyugal y una vida tranquila, sino es un libro de ,Auto-
corrección". Este libro contiene una guía completa para que
€I hombre pueda alcanzar su rectificación personal en forma
total, pues la rectificación del hombre gim en torno al tema
de la paz en el hogar. ¿Por qué? Porque la paz en el hogar es
el único verdadero parámetro para poder sabe¡ si el hombre
rectificó lo necesario o si aún ti€ne algo para ¡ectificar. Sólo
a través de la falta de paz en su hogar pod.á el hombre saber,
con la guía de este libro, qué más le falta corregir como
persona y de qué modo hacerlo.

Especíñcamente, Ios puntos principales que el homb¡e


tiene que ¡€ctificar y adquirir en su vida son la Emuná y la
humildad il,o que es imposible lograr sin trabajar sobre
la paz en el hogar! Sin ter'er por lo menos rnpoco de Emuná
y humildad no puede haber paz conyugal. Luego hay que
esfóEase pa¡a alrmentar y profundizar esa medida de Emuná
y humildad -sin cesa¡ , hasta lograrlas en forma completa y
obtene¡ así una total paz hogareña.

Recuerda bien, todo el tema de la paz en el hogar es


únicamenle el producto del eol'uerzo personal de recrificacióD
que se lleva a cabo, y es éste el objetivo del lib¡o: darle a
todo marido las herraúientas necesarias para que alcance su
proplo 'Tilain', rectiftcación, en forma completa.
36 | En el Jddín de la Paz

El verdadero objetivo
Rabí Najman de Breslev enseña &ikutey Mahüán rr, 37) qüe
el verdadero objetivo del hombrc en este mundo es se¡vi¡ al
C¡eador y andar por Sus caminos. Esto nospermite conocerlo
y acercaúos a El, y éste debe ser eI principal objetivo de cada
hombre, ya que es ésta la misrna voluntad del Creador que
Lo conozcamos. Por Io tanto, no debemos tener ninguna
otra intención en nuestro esfuerzo y trabajo espiritual, sino
realizar fielmente Su voluntad.

Debido a que nuestro principal objetivo en esta tiera es


llegar a conocer al Creador, cada uno de nosotros debe saber
perfectamente que no existe ninguna posibilidad de lograrlo
sin supemr exitosamente la prueba del 'Shalom Bait',lapaz
conyugal. Por lo tanto, se desprende que la paz en el hogar
es la verdadera finalidad que cada uno debe alcanzar en este
mundo.

Querido lector, dej¡ ser a este libro tu fiel compañero.


Esforzándote por pon€r en práctica cada punto, te haces
el mayor favor del mundo.
CapítuIo Dos:
Sin Críticas
En este capítulo vamos a aprender uno de los fundamentos
más importantes para la paz en el hogar. Empezaremos con Ia
siguiente historia veridica:

Un ma¡ido vino a ve¡me y con él una larga lista de lo que


hace cada día por su mujer:

Cada dia le consagra tiempo, es atento a sus necesidades,


le compra todo lo que ella quiere, la mima y la satisface
con todo tipo de cosas extraordinarias. .. Aparentemente slr
esposa debería ser Ia mujer más feliz que existe; sin embargo,
cuenta su €sposo, a pesar de todo no gozan de paz en el hogar;
su esposa nunca está satisfecha, siempre está triste, se queja,
anda nerviosa y hasta estalla en tetribles ataques de ira
¿¿cómo puede ser??

Lamentablemente, conozco muy bien la situación que me


describió, y de inmediato supe el motivo de la falta de paz
hogareña. Le dije que lo que destruye toda la alegria y la
felicidad en su esposa, son las críticas que le dirige todo el
tiempo. Obseñé en su rostro que mis palabras dieron en eI
blanco, y co¡tinué explicándole que cada vez que critica a su
esposa, todos los regalos, los mimos y la atención que pueda
prodigarle, no la harán feliz. ¿Y por qué? Porque una muje¡
que es ffiticada constantemente por su esposo, es una mujer
triste, dep mida, desesperada y sin una gota de vitalidad.

Y es éste el fundamento elemental de la paz conyugal: el


marido nunca debe c¡iticat o hacede comentarios despectivos
a su esposa sobre ningún asunto.

ExplicaÍemos este principio por distintos caminos, su


profundidad, sus consecuencias y los esfuerzos requeridos
38 | En el lardln de 1á Paz

para cumplirlo, perc ante todo necesitamos explicar Io


siguiente: Así el Crcador conduce el mundo. Lo quiems o no,
es una ley inmutable que es imposible cambiat De la misma
manera que €s imposible cambiar el o¡den de la Crcación,
un hombre que critica a su mujer no puede vivir con ella en
armonía, Basta con verific¿r la realidad para comprobar que
no es ninguna exageÉción. Se ve claramente cómo cada
crítica y cada comentario crean una y ot¡a gdeta en el hogar,
hasta que éste puede llegar a deffumbarse completamente.

Las razones y causaspo¡ las cuales Hashem crcó a la mujer


de tal forma que la más minima crítica de su esposo Ie causa
un daño terrible, so¡ muy profundas e invariables. Por lo
tanto, no esperes que tu esposa "del¡ueste madr¡lez" , ftJerza
moral, o que se acostümbrc a tus comenta os, La critica
literalmente la destruye, y de este modo Hashem la creó.

El honor de la esposa
Tenemos que saber que en el campo espi(itual la raíz
del alma de la mujer es el honor. Toda su vitalidad y
alegria dependen del honor que le demuestm su marido. En
consecuencia, todo 10 que afecte a su honor la lastima en su
raíz, debilita su vitalidad, y hasta puede matarla e¡ cuerpo y
en esprrnu.

La mayo¡ herida a la autoestima de la mujer es la crítica


de su esposo, aunque él Io haga con la mayor delicadeza, y
tanto más si lo hace en forma exigente y despectiva. Toda
mujer quiere verse perfecta a los ojos de sr¡ marido - esto es
su honor, su alegda y lo que le da seguridad. Pe¡o si el marido
critica a su mujet él dest¡uye la autoimagen de ser perfecta
a sus ojos y toda su confianza en sí misma. La mujer sient€
entonces que no tiene ningún valor a los ojos de su esposo, y
ya que no hay nada peor que eso para ella, su vida se vuelve
insoportable.
Capnulo Dos: Sin C¡Íticas 139

El pdncipio que la crítica es todo lo opuesto al honor se


encuentra explicitamente en las L€y€s de la To¡á. No está
permitido criticar al padre o a la madre ni a nuest¡o rabino, ya
que es una terrible falta de respeto. Aunque ve¿ el h¡o que su
padre ha transgredido la Torá, no le está permitido criticarle
o hacerle un comentario al respecto. La única forma en la
que se le puede hacer ver su error es insinuándolo en fo¡ma
indirecta. Si el padre lo entiende o no, ya no es responsabilidad
del hijo.

De esto aprende¡emos, en rclación a la esposa, que el honor


de la mujer consiste en que su esposo no Ia ctique de ninguna
manera. Y de hecho, el honot a la esposa es un tema incluso
más se¡sible y delicado que el de los padrcs o del rabino, ya
que a la esposa üi se le puede aludir un elro¡ indirectamente.
A continuación aprenderemos ot¡as maneras de influi¡ sob¡e
la esposa.

El fundamento principal
El fundamento que las críticas dest¡uyen Ia paz conyugal
es tan claro y definitivo, que cada vez que viene un m¿r do
a consultarme por la falta de paz hogareña luego que me
cuenta todas sus quejas, me describe los problemas con su
esposa y los factorcs que, según su opinión, son los causantes
de la falta de paz le digo lo siguiente: "Te escuché, pero
tienes que saber que todos los motivos que mencionaste como
causantes no son váidos. ¡El motivo principal por el que no
tienes paz en tu hogar es porque continuamente criticas y le
reprochas a tu mujer!

Nunca ha sucedido que un marido no haya reconocido que


critica a su mujer. Pero después de tomar la firme decisión
y comprometerse dejar de hacerlo, ha visto una mejora
dlamática en su mat monio...
40 En el Jardin de la Paz

Asimismo, cada vez que una esposa me cuenta los


problemas que tiene con su esposo y plantea todo tipo de
quejas sobre sus costumbres, sus suegros, el sustento, etc.,
lo que aparentemente es la causa de su falta de paz hogareña,
por supuesto la escucho detenidamente, pero en mi interior ya
sé cuál es la causa p¡incipal. Después que se ha desahogado,
pido hablar con su esposo a solas, y le comentó a él que el
único problema son las cfiticas que le dirige todo eI tiempo.

La mayoría de las veces la mujer misma no es consciente


de lo que le causa dolor, y al esposo Ie parece que ella hace
una tormenta en un vaso de agua por cada cosa insignificante,
pero, en verdad, todo es el resultado de los comentarios y
rcproches que le angustian. Por consiguiente, ella no puede
comprenderle, ser consideEda o indulgente. Se vuelve
argumentadora, hostil y disgustada y riñe con su esposo por
cualquier cosa,

¡Énfasisl
Aquí debemos enfatizar especialmente, las consecuencias
de las críticas del ma¡ido pueden ser tan se as a tal punto que
existen casos en los que la esposa llega a sufrir e[f€rmedades
fisicas, Io que aparentemente no debería atribuirse al marido.
Especialmente en los casos que se trata de un esposo delicado
e incluso noble donde no parece haber relación alguna entrc él
y el sufrimiento de su esposa, de hecho se debe directamente
a la falta de conocimi€nto del esposo de la Fohibición de
criticarla en forma alguna. Y aunque lo haga muy pocas
veces, aquellas pocas c ticas pueden llevar a la esposa a una
depresión telrible, a tal punto que pierda toda la alegda de
vivir, e incluso llegue a sufrir fastornos fisicos, infecciones,
y distintas complicaciones todo por las críticas de su
marido...
Capítulo Dos: Sin Críticas 41

En consecuencia, todo el tiempo en el que el marido


critica a su mujer, no existe posibilidad alguna de avanzar
y de büsc¡r factores adicionales que afectan a la paz
cotryugal, o investigar distintos problemas espirituales o
materiales que sufte la esposa. Ante todo, el esposo debe
co¡regir su conductar hacer Teshurá y .rrcpentirse por todas
las crític¿s que le hizo a su esposa aunque fuesen totalmente
'lustificadas", y con más Ézón las que no 1o fueron , y rogar y
pedirle al Creador que le conceda la fuerza y la det€rminación
necesarias para no volver a criticarla, ni por error.

En lamayo¡íade los casos los maddos quedarán asombrados


al ver el cambio dramático, parabien, en sus matdmonios tan
p¡onto como comienzan a corregir su conducta, ya que en el
dejar de criticar se apoya la mayor parte de Ia paz conyugal.

Después de haber comprendido q¡e la mujer no tolera


. crítica algun¿, explicaremos a un nivel más profundo la mzón
por la que está prohibido hacer comenta os o crítica alguna
a la esposa.

T[r esposa es tu espejo


Ya que todo en la Creación está sujeto a la Supervisión
Divina, y todo está dirigido paÉ Ia rectificación espüitual
de la persona y del mundo, debe existir un motivo y un
mensaje al haber €stablecido el Creador en la mujer la
caracte¡ística que no puede tolerar critica alguna. ¿Cuál es el
motivo entonces? ¿Cuál es el mensaje? ¿Por qué implantó el
C¡eador ese grado de sensibilidad en la mujef que su alma no
sea capaz de recibh c¡ítica alguna?

Cuando era unjoven estudiante le pedí a mi Maestrc y guía


espiritual, el Rabino Eliezer Berland shlit "a, qüe me orientaú
en el tema de la paz hogareña. El Rabino me enseñó los dos
siguientes fundamentos que dependen uno del otlo, yjuntos
forman, de hecho, la respuesta a nuestra pregunta:
42 I En el Jardln de la Paz

El primer fundamento: Según el Arizal, la mujer es el


espejo del hombre. Po¡ lo tanto el marido debe saber que
en todo lo que ve en su esposa, cualquie¡ cosa que sea, una
deficiencia o un mal ¡asgo, existe un mensaj€ para é1.

Els€gundo fundamento: Nunca hacerninguna crítica a la


esposa, aunque ella cometa el más grande pecado o haga la
peor cosa posible.

EI rabino me enseñó que lodo lo que veo en mi esposa es


un mensaje para mí. El mensaje puede aplicarse a todos los
campos en la vida, tanto al campo espiritual como el material.
En el campo espiritual, a las ¡elaciones entre el hombre y
Hashem, a los defectos que tiene que corregir en su carácte¡r
elc.i y en e¡ campo material. Ia esposa sirve como un espejo
que le refleja al hombre su actitud hacia ella - si él la respeta
de verdad, entonces ella también lo respeta. En cambio, si
ella no lo respeta, eso indica que él tampoco la respeta a ella.
Si para él ella €s lo más importante de su vida, é1 también 10
será para ella, etc.

¿Y por qué los dos fundamentos dependen uno del otro? Ya


que todo deleclo que el hombr€ ve en su mujer es su propia
falla, en consecuencia no debe i¡tentar cor¡egir los errcres
de su esposa por medio de críticas o llamadas de atención,
sino hacer una introspección y buscaa en sí mismo cómo está
afectadoporesas fallas y corregirlas. Alhacerlo, el def€cto ya
se cor¡egirá automáticamente en su esposa.

Estos dos fundamentos pueden salva¡, literalmente, la paz


conyugal de toda parcja. Cuando el principio del espejo es
conocido por el marido, le es fácil abstenerse de folmular la
menor de las críticas, incluso po¡ la más grande falta cometida.
Con este punto de vista espiritual, el hombre aprende una
lección importante de cada defecto que ve en su esposa y
busca cómo corregirse é1 mismo.
CaPitulo Dos: Sin Criticas 1t3

Ésta es la regla: Hashem Ie muestra al marido, por medio


de su esposa,lo que ¿/ tiene que corregir en su vida. Cualquier
característica negativa que vea el hombre en ella, cada defecto
y cada effor que ella cometa, le muestn lo que él tiene que
rectificar Tal como un hombre que se paÉ fiente a un espejo
y ve su cuello torcido, no procura corregir al espejo, sino su
cuello. Si ve una sucredad sobre su camisa. no empezará a
limpiar su imagen reflejada, es ridículo. Asímismo, el marido
tiene que saber que lo que ve en su mujer es lo que él mismo
debe coÍegir.
Y ésta es la rcspuesta a nuestra prcgunta: iEl Crcador
creó a la mujer tan sensible a la crítica no paÉ que el marido
la critique y corrija, sino para corregirse a sí mismo! Si el
Creador hubiera querido que el marido corrigiera a su mujer.
le habría dado a ella un alma capaz de recibir las críticas y
los reproches. Él creó a la mujer de tal modo que cuando el
marido la critica, ella ¡o Io puede aceptar y toda la paz del
hogar se desmorona.

Lo anterior nos enseña también cómo de ve¡dad puede el


hombre efectua¡ un cambio en su esposa, sin decirle una sola
palabra: corrigiéndose a sí mismo, como lo haría delante de
un espejo, y entonces ella cambiará.

EI matrimonio es designado de hecho para lograr Ia


rectificación del alma del hombre, ya que de acuerdo con la
Torá la mujei no tiene Ia obligación de casame como el hombre.
Y de esto podemos comprender entonces la enseñanza del
Arizal que la mujer ya ha sido corregida espiritualmente y
la causa por la que es enviada a este mundo bajo, es para
facilitar la corrccción de alma de su marido.

Por lo tanto, toda mujer está "programada" con la máxima


precisión para cumplir con su objetivo, que su esposo llegue
a su perfección espiritual. Cada error, falla o falta en la
espiritualidad del marido ptovoca, en forma automática, una
44 | En el Jardln de la Paz

respuesta determinada y conocida en la esposa. Asimismo,


este principio opera también en la di¡ección contraria, es
deci¡, toda cosa buena, elevada y virtuosa que el maddo
logra, también provoca, automáticamente, una respuesta
positiva y conocida en slr mujer. Enseguida aprendercmos
como interpretar las distintas ¡eacciones de la esposa.

Cuando observamos la esencia de la muje¡ co¡ ojos


de Emuná, entendemos que todas sus cualidades están
"programadas" con precisión para lograr que su esposo sea
un hombre justo y rccto.

Observ¿ y ya entenderás
Ya que la mujer es el espejo de su marido, él debería saber
cómo interpretar lo que ve e¡ ese espejo a fin de llegar a las
conc¡usion€s apropiadas. Ilusharemos con algunos ejemplos
en los cuales la muje¡ si¡ve de espejo para su ma¡ido, y de
ellos cada uno podrá extraer conclusiones con respecto a su
propia vida. Cada esposo debe rezar p¿ra que Hashem le de
la sabiduría necesaria para entender lo que observa en su
"espejo".

a) EI Crcadordi¡igeel mundo conforme a Ia regla:..Medida


por Medida". El Creado¡ le muestra al hombre, por medio de
su esposa, lo que Él piensa de é1, por ejemplo si la esposa
no respeta a su esposo, es señal que él mismo üo Lo respeta a
Hashem como debeda. Si laesposano le obedece, ciertamente
é1 tampoco Le obedece al Creador, y así sucesivamente...

b) El Creador le da un indicio al marido de lo que tiene


que rectificar por medio de los defectos de su esposa. Por
ejemplo si la esposa tiende a enoja$e fácilmente, eso le
demuestra que debe esforzarse para rectificar su inclinación
a la ira. Si su esposa desprecia un determinado Precepto, es
po¡que él mismo lo desprecia. Si su esposa no es recatada
en su comportamiento o forma de vestir y atrae así a otrcs
CaPítulo Dos: Sin Críticas | 45

hombres. es porque él mismo mira a otras mujeres. y asi en


todos los casos.

c) El Creador utiliza las b¡echas en la paz hogareña para


estimular al marido a la colrección. Por ejemplo cuando
el marido empieza a actua¡ orgullosamente, de inmediato su
esposase opone aé1y lo desprecia. Si un hombre es p¡openso
a la lujuria, su esposa lo aborrece y no puede tolera. que la
toque ni que se acerque a ella. Si el marido ¡eflexionará sobre el
estatus de la paz en su hogar, vería que Ie indica precisamente
cuál es su tmbajo y qué debe corrcgir en su vida.

d) Dijo el Rey Salomón (Prove¡bios27:le): "Como en el ¿gua,


eI rostro corrcsponde al rostro - así el corazón del hombrc
al del hombre". En otús palabms, de Ia misma forma que
la superficie del agua rcfleja una imagen, nuestro corazón
refleja otro co¡azón. Por lo tanto, la conducta de la esposa
hacia su marido le muestra, con precisión, cüál es la auténtica
actitud de él hacia ella. Si él la trata como a una rcina, ella Io
tÉtará como a un Rey..,

e) Nuestros Sabios enseñaron que todo aquel que tiene


una "mala esposa-'no verá el infierno. El Talmud enseña que
por lo tanto el marido debe aceptarlo con amor. y así expiará
sus transgrcsiones lo que lo salvará del castigo en el Mundo
Venidero.

Mi apreciado Maestuo, Rabí Levi Itzjak Bender z¡ 1, me


dijo que no sólo una esposa que maldice o golpea es desctita
como una "mala esposa': sino también por cualquie¡ actitud
por la que ia mujer le ocasiona sufrimientos o angustia a su
maddo. Incluso una mujer descuidada, no ordenada o que no
cuida la limpieza, está incluida en esa categoría. El Talmud
.|lar^do vebañót 63) dice que aunque una esposa le prepare las
mejores comidas a su marido pero hace algo para apenarlo,
como ignora o o darle la espalda, es también considerada una
'mala esposa'. También una mujer que es meticulosamente
46 I En el Ja¡dín de la Paz

ordenada y limpia se incluye en la definición, ya que es muy


difícil vivir deDtro de un "museo"...

Debemos aclarar: Todo marido cuya mujer puede ser


definida como una "mala esposa" es deci¡, que Ie causa
cualquier tipo se sufrimientos , debe sabet que ella no es mala
en su interior. La Torá nos e¡rseña que ..No hay tribulaciones
sin transgresiones: Los sufrimientos que le llegan al esposo a
través de su esposa son merecidos, y si el Creador le ha dado
una mujer desordenada, sucia, estéril, irascible y ofensiva, es
porque tiene algo que coffegir; ¿por qué, entonces, queja¡se
de la esposa?, ¿acaso es ella culpable de los sufrimientos que
él merece?... Ella es solamente Ia vata del Creador, así que
en vez de reprenderla, debe el esposo abrir sus oídos y su
corazón a la reprimenda de Hashem, aceptar lo que le llega,
hacet kshuvá y corregir su propia conducta.

Tu 'espejo personal'
El entendimiento del principio que la esposa es el espejo
de su marido es lo primero que lleva al hombre a no criticar
a su esposa en absoluto, Cada vez que ve en ella un defecto,
de inmediato debe reflexionar y buscar que es lo que debe él
corrcgir en sí mismo, ya que 10 que ve en ella, es el reflejo de
su prcpla lmagen.

Siemp¡e recuerda: ¿Acaso una persona que ve en el espejo


que su blusa esta arrugada, desarruga la que ve en el espejo
o su propia blusa? Cada uno entiende que incluso si intentaru
hacerlo en el espejo de nada le seryiría. Lo mismo pasa en la
pareja la crítica a la esposa nada cambiará en ella y nada
¡ectificará, sino que sólo causará daño ya que la crítica del
marido despertará en ella enojo y pesaE y ella llorará y se
desanimará...

Un hombre que c¿llece de conocimiento espiritual, se


molesta y se enoja con cada falla que ve en su esposa, se
CapÍtulo Dos: Sin CrÍticas | 47

lamenta de su mala suerte al casa$e con ese tipo de mujer,


y se pregunta cómo pudo equivocarse de tal úanera. Po¡ 1o
tanto, se siente obligado a criticarla y reprocharle haciéndole
todo tipo de observaciones con el fin de estimularla a cambiar
y corregirse. Es evidente que este esposo no puede amar a su
esposa ya que sólo ve defectos en ella.

Todos los problemas matrimoniales nacen por causa de


la mencionada actitud. Mientras pienses que tu esposa debe
c¿mbiar, y que tú tienes que co¡(egirla, tu vida matrimonial se
conveÍi¡á en el infiemo mismo. Recuérdalo: ¡No te casaste
para correg¡r a tu esposa, te casaste para corregirfe a l¡
mhmo por medio de tu 'espejo personal' tu esposa!

La lupa
Una esposa no es un mero espejo que refleja imágenes
de tamaño natural, sino algo mucho más sofisticado- Es de
hecho un miqoscopio electrónico de alta potencia que rcvela
y expone todo lo oculto en su esposo. En otas palabras, ella
es un "espejo de aumento" que agranda todas las cualidades
y los defectos de su marido. Por ejemplo, si uno tiene una
Ieve tendencia a la ira, Hashem Ie mostrará ese mal rasgo por
medio de su esposa, y en forma ampliada. Ella estará obligada
a mosharle desproporcionados niveles de cólera, para que de
esa forma él reciba el me¡saje.

El Creador actúa así porque el hombre tiende a ignorar


sus defectos e insuficiencias. Si Hasheú se contenta a con
suged$elos suavemente mostnándole en su esposa espejo su
cólera en tamaño natuúI, nunca le prestaría atención y no
coffegiría ese defecto. Solamente cuando 10 vea a través de
una lupapoderosa, existe la posibilidad que se dé cuenta y se
despierte a trabajar sobre si mismo. Por Io tanto, es necesario
utilizar alusiones evidentes y duras, como han dicho los Sabios:
'AI inteligente - una insinuación, al tonto una piedra...".
48 I En el Jardín de la Paz

Espejo o tribulaciones
Por supuesto que la mujer refleja de la mejor forma a un
ma do que la respeta y hace todo lo posible para no criticarla
y reprocharla. Pero si la critica y la entristece, entonces los
ataques de ira d€ ella provienen directamente de su prcfundo
pesa¡ y dolor. Entonces, el mensaje Divino es muy claro:
iEstás oprimiendo a tu muje¡! ¡Debes cambiar tu conducta,
hacer Teshuyá y dej^r de atormentarla!

Hay maridos, que ante las expresiones de rabia de sus


esposas, en lugar de e¡tender que están sufriendo y tratar de
cor¡egir Io debido, se comparan a sus esposas y se sienten
orgullosos de ve$e como hombres integros y pacientes que
saben controla¡se. Tal maido debe saber que está a años luz
de su rectificación personal. Su remedio es que estudie muy
bien este l;brc, y que rece para poder cumplir y poner en
práctica su contenido.

En la mayoría de los casos, esa frialdad e indiferencia


frente al enojo de la esposa, no provienen en absoluto de las
buenas cualidades de tranquilidad y paciencia del ma¡ido.
La prueba es que en ohas circunstancias en las que tenía
que conducirse con calma y frialdad, él es quien estalla con
enojo e impaciencia. Pero cuando su mujer se enoja con é1, se
mantiene maravillosamente tranquilo y calmo destacándose
como el gran justo frente a la "bruja malvada". En realidad,
es ésa la obra exitosa de su Mala Inclinación que lo lleva al
orgullo para destruir así la paz con su esposa.

El sufrimiento de su esposa tendria que habe. tocado su


corazón y hace¡le despertar de su apatía, ani mándolo a buscar
el mensaje Divino y la caus¿ del pesar de su esposa qu€ se
manifiesta en sus ataques de cólem.

En general, el mensaje es de lo más simple: la mujer está


angustiada y el marido debe busca¡ la causa y asi poder
calma¡ a su esposa. Si el hombre se examinó y descubrió ser
Capitulo Dos: Sin Ctricas 149

un marido modelo que nunca c tica a su esposa y le da todo


lo que ella necesita, fisica y emocionalmente, y aún ella se
enoja trcmendame¡te, debe saber que le insinúan desde el
Cielo que todavía existe en él la cólera y debe examinarse
prcfundamente y trabajar para desar¡aigarla por completo-

Reflejo de lo interior
La esposa és un espejo del interior del hombrc, no de su
exterior. Es verdad que con un profundo análisis de su interior,
el hombre podría ver sus abundantes fallas y defectos. Sin
e¡¡bargo, como ya mencionamos, la naturaleza del hombre
le lleva a cubrir y hacer borrosa la verdad de su interior. Le
es más agradable al homb¡e cree¡ que todo está bien y no
tiene que cambiar. Sin embargo, al saber que su esposa es el
espejo de su inte¡iot puede ver Io que tiene que rectificar,
escudriñar en sí mismo, y descubrir la verdad. Entonces,
descubrirá su verdadera dimensión interior con todos sus
muchos defectos, y podrá empezar a trabajar pa¡a resolve os
y lograr su perfección.

Lamenlablemente. muchos maridos vienen a mi con quejas


sobre sus mujeres, y cuando les explico que sus esposas
simplemente ¡eflejan sus propios defectos, ellos lo rechazan
y no lo pueden aceptar Esto demu€stru claramente que no
trabajan sobre sí mismos, desmienten sus p¡ivaciones y no
tienen ninguna \olunlad de corregirse y mejorar.

Sólo cuando el hombre tiene una verdadera y fuerte


voluntad de conoceme y sabe¡ qué es lo que debe rectificar,
es decir que hace una ho ra diaria de Hitbodeüt donde real iza
u¡ examen de conciencia, repasa de todo lo que hizo desde
ayer hasta hoy y quie¡e corrcgir todo lo necesario, entonces
el C¡eador Mismo le estimul¿ a saber lo que debe rectifica¡.
Este hombre ya no necesita recibir alusiones groseras por
m€dio de su esposa. En consecuencia, su vida transcure con
50 En et Jardln de la Paz

t¡anquilidad y aquellas cosas que no ha logrado detectar en


los momentos de reflexión, eI Creador puede Íansi¡itírselas
por medio de su esposa espejo, en forma sutil.

Pero al que prefiere practicar la política del avestruz


y esconder su cabeza en la arcna ignorando sus fallas, es
necesario despertado y conmoverlo mostrando sus defectos
en su esposa con un lente de aumento, Y si ni eso Io hace
reaccionat es señal que está totalmente lejos de su auto-
rectificación.

Un espejo para quien es digno


El gran Justo y cabalista de siglo dieciséis, el Rabí Abraham
A.zr¡laí zl" l, autor del libro Jesed LeAvrahám', y abuelo del
gran Justo Rabí Jaim Yosef David Azulai (el Jida) también
explica el fundamento que la esposa es el espejo de sumarido.
El rabino explica que ya que el Creador didge el mundo según
la regla de 'Medida por Medidt, entonces en la forma que el
hombre se conduce con el Cfeadot así su esposa se conduce
con é1. Por ejemplo - si un homb¡e se rebela contra Hashem,
su esposa también se rebelará contra é1, y así sucede en todo
tipo de situaciones.

Es muy común que el marido c¡ea ser un buen €sposo y no


llegue a comprender por qué su muj er no le hace caso. Segú¡ la
Emuná, él debe sabet que es simplemente una manifestación
del mencionado principio de 'Medida por Medida'. Tal como
él mismo no Ie hace caso al Creador y se rebela, su esposa se
rebela contra é1. Esto no es una forma de castigo sino todo
lo contrario es una manifestación de la Compasión Divina
designada a animarlo a coregir su conducta a fin de acercarle
al Crcador

"En consecuencia", escribe Rabí Abmham Azulai, "todo


hombre que se conduce rectamente según la Torá y cuya
esposa se rebela contra é1, debe saber que él es el causante. . .".
Ca?itulo Dos: Sin CrÍticas 51

¿Cuál es la intención d€l Rabi Azulai? ¿Acaso el que no


se conduce rectamente según la Torá carece de espejo? La
respuesta es que el que no trata de adquirir las cualidades que
establece la Torá, entonces cuando su esposa lo critique o 10
humille, él obviamente responderá con agresividad e incluso
con violencia, y entonces ella ya no podrá seryirle de espejo
ya que él podría estallarlo en mil pedazos... Porque si él es
violento y agresivo, la esposa le tendrá miedo y no le dirá
ni una sola palabra, se cuidará de cometer el menor effor y
se doblegará por el terror que le produce la forma en que él
puede reaccionat y aunque ella se conduzca como un ángel,
ya no es su espejo pues él lo hizo estallar hace tiempo...

Solamente un hombre con una auténtica voluntad de


superarse y que se conduce con delicadeza, con tolerancia
y humildad, puede ser merecedor de que su esposa sea su
espejo. Un hoúbre como éste, que honm y ama a su esposa,
'puede atdbuir el compo¡tamiento irracional de ella a sus
propias deficie¡cias. Entonces, en vez de enfada¡se con ella,
él Ie estará agradecido. empeTaá a conocerre a sí mismo y
sabrá lo que debe rectifícar.

¿Por qué se rió Sara?


En la sección semanal de la Torá Vaierá, prometen los
ángeles a Abraham. nuestro Patriarca. que era muy \ iejo )
aún no había erigendrado hijos, que €n el término de u¡ año
Sara engend¡aría un hüo. Sara, estandoen lo másprofundo de
la tienda, oye sus palabras y se ríe de esa noticia imaginada,
Por eso Hashem reprcnde a Abraham y le pregunta: 'iPor
qué rió Sara. . .?". '?Acaso ella no tiene fe en Mí que tengo eI
poder de darle un hijo a pesar de su edad: ...

Inmediatamente surge Ia siguiente pregunta: ¿Por qué


Hashem se dirige a Abraham con ese reclamo? Sara también
era profetiza, e i¡cluso superior a Abraham. ¿Por qué entonces
52 | En el tddin de la Paz

Hashem no se di¡igió directamente a ella por su falta de fe


manifestada en su risa?

Aquí podemos entende¡ el concepto que la mujer refleja


el nivel espiritual de su esposo y lo que ella hace mal, tiene
como raíz un defecto en su ma do. Y aunque no podrí¿mos
entender esto en forma alguna por el inmenso nivel espiritual
de nuestro Patiarca Abraham, sin embargo, en rclación a
su grandeza, tenía una cieÍa falla en su Emaná, lo que se
expresó en forma de risa en Sara, su esposa. Es po¡ eso que el
Creador se dirigió a Abraham con el reclamo y no a ella, ya
que en su risa indicaba cie¡ta falla en su marido.

El sol y la luna
Según la Cabalá, la parte esotérica de la Torá, existe una
rcgla general en laCreación, elhombre es el'mashpía', el ql!¡e
influye, el dador, y la mujet es 1a 'mekabelét', la ¡eceptom,
quien recibe. Asi como ocurre con el sol y la luna en un nivel
espidtual , el marido se asemeja al sol y la esposa a la luna.
Así como la luna no brilla con luz prcpia sino solamente por
la luz del sol,la mujer rcfleja la "luz" que rccibe de suesposo.
Por lo tanto, la "oscu dad" de la esposa tiene como origen
una falta en su ma¡ido, o seauna "iluminación" deficiente de
parte de é1. A un esposo que falla en trabajar sobre sí mismo
y mejorar sus rasgos de carácter le es imposible ilumina¡ a su
esposa.

Ya que el marido es el dador, debe siempre honra¡ a su


esposa, proporcionade calidez, amor, alegria, seguridad, y ser
una fuente de fe para ella. Contradar¡ente, cuando el marido
llega a su casa queriendo recibir)a sea honores. comprensión.
atención, etc., de hecho lo que hace es asumirla característica
espiritual de la mujer Aunque hay momentos en los ql¡e la
esposa es la que da, esto es sólo una manifestación de que
Hashem quiere mostrarle que se complace de él y por lo tanto
Capitulo Dos: Sin Críticas 153

Io anima por medio de su esposa, insinuándole que está yendo


por el camino coIrecto.

En €fecto. el hombre rec¡be lo que merece. si merece ser


animado y respetado, lo será, y si merece unos golpes y
desprecio, es exactamente 10 que recibirá.

Un altaYoz
La mujer está "programada" íntegramente por €l Creador.
No sólo que ella es el espejo de su esposo, sino que también
funciona como un altavoz del Crcador, por el cual le habla
al hombre. Esto se parece al caso de una pe$ona que habla
en un cuarto por un micrófono, y otta persona le escucha
por medio de un altavoz en otro cuafio. Si escucha gritos e
insultos en su contra por medio del altavoz, ¿¿le pasa¡ía por Ia
mente enoja$e con el altavoz, contestarle, pelearse o discuti¡
con éI?? ¡Por supuesto que no! Un hombre no¡mal buscaría
a qL¡ien está hablando por el micrófono y con él ajustaría
cuentas por los insultos.

Lo mismo ocurre con el hombre que oye las vocifemciones,


quejas y los desprecios de su esposa. Ella es sólo el altavoz,
o megáfono del Creador que se exprcsa a través de ella. Por
consiguiente, no debe rcaccionar ni ¡esponder, sino escuchar lo
queHashemleestádiciendoairavés de sumujer. Alresponder
a las humillaciones expresadas por su esposa, es coúpa¡able
a alguien que se enf¡enta al altavoz y lo maldice. . .

La grabadora o el audio casete


La mujer también se parcce a una grabadora o un
¡adiocasete del Creador, en la que Él introduce casetes
según lo necesar¡o. Cuando desea estimular al marido Él
introduce en la esposa grabadora un casete de consuelo,
fortalecimiento, etc. Y cuando le qui€rc llamar Ia atención y
estimularlo, Él coloca en la'?rab¿dora", un casete de injurias
54 | E¡ el Tardín de la Pu

e imprecaciones. Entonces, ¿tiene sentido algún culpar a un


casete e insultarlo de vuelta? Es ridiculo. Así es exactamente
entre marido y esposa. La mujer simplemente r€produce el
mensaje de Hashem, y el esposo tiene que escuchary prestar
atención no impoÍa cuán desagradable sea, rcalizar u¡a
introspección de sí mismo y ver cómo puede corregirse, pero
ciertamente no p€lear con la grabadora...

Es obvio que si el marido no se compoÍa adecuadamente


con su esposa es esa una causa por sí misma de los insultos y
las quejas que le liegan de ella,pero en muchos casos podemos
ver que no hay relación alguna entre el comportamiento del
hombre y las reacciones de su esposa. A menudo el marido es
humillado y despreciado por su esposa aunque su conduzca
sea ejempla¡ y la tlate con respeto. ¿Por qué? Po¡que si
Hashem quiere comunicarle algo, lo hará por interm€dio de
ella. Eso no depende en forma alguDa del comportamiento
directo del esposo hacia su mujer, sino de los actos ocultos
que sólo él y Hashem conocen. Por lo tanto debe tratar de
entende¡ qué es lo que el Creador quiere comunicarle y qué
tiene que colregir.

Vamos a tomar como ejemplo a Daniel. Daniel es un marido


bueno y considerado. Siempre llega a tiempo a casa, ayuda
a su mujer y está atento a todas sus necesidades, Cierto día
Daniel llegó tarde de hacer las comp¡as para el fin de semana,
con bolsas llenas de los productos y dulces favoritos de su
esposa, sin que ella tenga que pedírselo. Al pone. su pié en la
entrada de la casa, ve que su esposaparcce un tigre listo para
atacar. Inmediatamente comienza a gritarle, a humillarlo, y
a pelearse con é1. Daniel no puede entender qué le pasa a su
esposa y por qué ella está tan enojada con é1. ¿Cómo es qué
después de haberle ayudado ta¡to en Ia casa y haber hecho
todas las compms n€cesa¡ias se e¡coleriza tanto?
Capítnlo Dos: Sin Criticas 155

Lo que sucedió fue, que duÉnte €l tiempo en que Daniel


hizo comp¡as, el cometió un 'adulte¡io espi¡itual'. Sus ojos
vagabundearon libremente mirando y observando cada mujer
extraña que pasaba a su lado, contaminando su úirada y sus
pensamientos y manchando su alma. ¿Acaso su esposa sabía
que é1 miró a otlas mujeres? Por supuesto que no. Pero el
Creador sí lo supo, y por lo tanto, introdujo en ella la cól€É y
los ne¡vios alterados pala provocar en su marido una utgente
introspección para corregir la tmnsgresión cometida.

Cuando un hombre va por l¿ calle (hoy en día también


"paseando" por los distintos medios de comunicación sin
tener que salir de la puerta de casa) y observa a las mujercs,
entonces aunque llegue a su casa con bolsas llenas dercgalos,
cajas de bombones, florcs y palabras de amor y alabanzas a
su esposa, recibirá un ataque de d€sprecio por su adulterio
espiritual. Éste es el m€nsaje del Creador: ¿Miraste lo que no
es tuyo? Debes pagar por ello.

El principio que la mujer es el espejo de su marido, el


altavoz de Hashem y su gmbadora o audio casete, son
las causas principales por las cuales nunca debe criticarla.
Enumeramos a continuación algunas Ézones más por las
cuales está prchibido criticar a la esposa:

1) Las críticas debilitan

Rabí Najman de Breslev enseña en lo que es considerado


su les(amenlo r¿r,¡q ir'r¿¿l¿" rr.8r lo s¡guientr

'Aunque el reproche es algo muy importante y debería


se¡ la obligación de cada uno reprender a su prójimo cuando
no se comporta corectamente, tal como está esc to (Levitico
l9:r7): 'Reprendet habrás de reprender a tu prqimo' - pero a
pesarde todo no todapersona puede hacerlo. Y como ha dicho
Rabí Akiva: 'Dudo que exista en esta genemción alguien que
pueda reprochar a los demás', y si Rabí Akiva d¡o esto en
56 | En el lddín de Ia Paz

relación a su propia ge¡eración, entonces, tanto más es actual


en la nuesara..,

Porque si la persona no es digna de reprochar, no sólo su


reprimenda no es efectiva, sino que también despie¡ta un
"hedor" €spi¡itual causado por las malas accionesy los malos
rasgos de la persona a quien reprocha. Tal como cuando no se
mueve algo maloliente no se siente su hedot en el momento
que alguien lo mueve, enseguida comienza a despedir mal
olor Como resultado de esto el alma del reprochado se
debilita, Io que causa el cese de la abundancia espiritual de
Ios mundos superiores que dependen de su alma. ..

Por otro lado, si el que reprende es digno de hacerlo,


entonces suministra y ag¡ega aromas agradables a esa alma
mediante su reprimenda, po¡que la verdadera reprimenda
debe ser de la misma naturaleza que la dada por Moisés".

Aprendemos de esta enseñanza de qué gran categoria


espiritual debe ser lapersona digna de hacer reproches. Si aún
no posees el nivel espiritual de Moisés no debe¡ias rep¡ender
a nadie. De lo contrario el reprochar puede ser perjudicial
y dañino, ya que si no proviene de la persona adecuada,
pu€de en lugar de conducir a mejora¡, debilitar el alma del
reprochado y alejarlo del bien que hay en él..Después de rodo
Rabí Akiva mismo, el gran Justo y Sabio, düo qüe su propia
generación, la generaciór de los Tanaím
-los grandes Sabios
de la Mishná-, que se encontraba en un nivel espi¡itual tan
elevado que hasta eran capaces de resucitaa a los mue os,
carecía de personas dignas de daruna rcprimenda adecuada.
Unos dos mil años más tarde, cuando vivian los grandes
Justos los ve¡dade¡os discípulos del gran Justo el Baal Shem
Io\. ¡dijo Rabi \ajman acerca de esa generación- que con
más ¡azón no existía persona digna de reprender a otra! ¿Qué
podemos entonces decir nosotros del que reprocha en nüestra
generación?...
Capítuto Dos: Sin Críticas 1 57

Se ve muy cla¡amente que la mayoría de las personas a las


que se les reprocha son gravemente debilitadas y desanimadas,
ni mencionar el efecto que eI reprcche tiene respecto a todas
las almas y los mundos espirituales que dependen de ellas.
Ésa es la razón por la que la Torá, después de mencionar la
importancia de reprender al prójimo, advierte (Lelirico l9r7): "...
pero no cargues un pecado por su causa'', Io que alerta a quien
rep¡ende que el único propósito y efecto de la reprimenda debe
ser ayudar a la persona equivocada a mejorar, por supuesto no
hundirle aún más e¡ el m¿I.

El rcproche por lo general debilita y causa dolor Después


de ser reprendidas, muchas pe$onas pierden la confianza
en sí mismas y caen en la desesperación, destruyendo
toda espemnza de rectiñcación. Esa pe$ona puede caer
completamente del camino del bien, creyendo que "no es
buena" y por Io tanto el Crcador no se complace con sus
plegarias y su cumplimiento de los Preceptos. Esa persona,
con la ayuda de la Mala Inclinación, llega a la conclusión
'bbvid'de que es úala y que no tiene ninguna esperaíz y pot
lo tanto se dice: 'iPam qué debo molesta¡me? De cualquier
manera Hashem no quiere saber nada de mí...'. Este es el
tremendo daño q¡e se puede hacer reprendiendo a alguien
incofiectamente.

Por eoo. el Jazón ¡sh z1 /. uno de los grandes rabinos de


los últimos cien años, confirmó que en nuestos tiempos
debemos enseñar sólo a tavés del amor, ya que no hay nadie
digno de reprochar

Todo 1o escrito es con respecto al hombre que quiere


reprochar a su prqimo, pero con mucha más Ézón es
aplicable al marido frente a su esposa- La mujer necesita
sentir la atención y la sensibilidad de su marido, el respeto
y el estímulo constante. Los comentarios y las críticas son
58 En el Ja¡dín de la Paz

devastadores para ella. La vitalidad entera de una esposa


depende de las palabras amables de su marido.

2) Las críticas no son útiles

La mujet por naturaleza, no ¡econoce sus erorcs, aunque


se Io digan en la forma más suave. Con más razón, cuando
la observación toma la forma de una reprimenda, ella negará
las palabras de c tica de su marido. Si es así, resulta que él
no ganó nada con sus rcproches, Nuesttos Sabios enseñaron
que cuando advertimos algo que deb€ ser coregido, entonces
"hay que decirlo sólo si será aceptado, en caso contrario - no
se debe decir". Ya que la esposa no pu€de aceptar las críticas
de su rnarido, sus observaciones sólo aumentan la tensión y la
animosidad entre los dos; además hasta pueden trasformar su
falta involuntaria en una transgresión intencional.

3) Las obs€rvaciones ofend€n

Toda observación que le hace el marido a su mujer,


aunque se exprese con la máxima delicadeza y tenga una
intención realmente pura es interpretada por ella como
una ofénsa intencional en su contra. El resultado: ella se
sentirá profundamente afectada y lastimada y, po¡ lo tanto,
se encolerizará y guardará rencor Para ella es una prueba
fehaciente que su marido no le ama. Despu¿s de todo, si de
veras le ama, ¿por qué siempre busca sus faltas, fracasos y
effo¡es? Tal como Io expresó el gran Justo y cabalista Rabí
Abraham Azulai (en su conet¡rio sobrc ta enseñanza de rúrado,.t!ót
418): "No mires a una perso¡a en el momento de su f¡acaso
o debilidad, pues ella trata que no le vean. Pe¡o si se dará
cuenta que tatas de verle en ese momento vergonzoso, él
pensará que te regocijas de su caída".

Si el marido tuviera un conzón sensible y fuera capaz


de sentir y medfu hasta qué grado lastiman sus palabras de
crítica y observación, aunque las haya dicho indi¡ectamente y
Capítulo Dos: Sin Cfíticas I 59

sin ninguna intención de lastimar a su esposa, entendería que


sus p¿labús son como flechas envenenadas que perfomn el
comzón de su esposa y la destruye desde adentrc, y sin duda
evitaría inmediatamente toda crítica.

4) EI que critica es un orgulloso

La realidad alemuestra que en la mayoría de los casos,


cuando el maddo critica, no lo hace con delicadeza ni con una
puru intención de corregirsino que tieneun cierto impulso que
10 lleva a la crítica, a culpar, a quejarse y a encontra¡ defectos
en las personas que lo rodean. ¿Cuái es la füente de este
impulso? El orgullo, la crueldad y Ia falta de autocontrol.

El marido debe pues reflexionar y preguntarse de dónde


provienen las críticas formuladas a su muje¡. Si es sincero
consigo mismo, verá que provienen de su o¡gullo, malos
rasgos y de su crueldad. Por consiguiente, entenderá que debe
empezar a trabajar sobre si mismo con el fin de desarraigar la
crítica compulsiva de su existencia.

5) Los comentarios perjudican

Una de las dolencias más comunes de nuestra geneúción


es la 'auto-persecución', es decir el s€ntimiento incorrecto de
culpa, de sentir que no se actúa corfectameate, de acusa$e,
etc., y las mujeres, en particular, están afectadas por ella.
Siempre sienten que no han hecho las cosas como se debe,
que no son lo suficiente buenas, que no satisfacen a sus
esposos, etc. El marido que critica a su esposasólo tira leña al
fuego y refuerza, de hecho, su sensación de baja auto-estima
y su complejo de 'auto-persecución', ya que le demuestra que
tiene mzón en sus sentimientos de culpabilidad. Sus criticas
provocan que se incrementen aún más sus complejos, que
más se debilite, y le hacen caer en un círcr¡lo vicioso de culpa
al grado que, por tanta angustia, puede la esposa llegar a
necesitar tratamiento psiquiátrico, Dios no lo permita.
60 | En el Jardln de la Paz

6) El irascible no pu€de enseñar

Un marido exigente, estdcto e impaciente nunca conseguirá


la paz en su hogat y como se menciona G¡ Libro {te los Ariburos,
tena'I'a'): "Con exigencia no hay paz". Esto sobre todo es
verdad en aquellos asuntos en los que el maddo quie¡e que su
esposa cambie. Es imposible que alguien cambie de verdad
por medio de las críticas, tal como exprcsaron nuestros Sabios
(iÉtado ,4vrr 2:5): "El irascible no puede enseñar".

7) Las críticas son p€ligros4s

El hombre que critica a su esposa puede caer muy


fácilmente en el pecado de la ira, o en humillar a su esposa
u ofendeda. Incluso si la esposa ha tansgredido un Decreto
Rabííico ("Müz!á deRaban¿ir'), cuando él Ia c tica transgrede
un Precepto de Ia Torá que es mucho más sedo, deniega la
Emunáy des¡uyelapaz matrimonial. Con sus ptopias manos
expulsa entonces la Presencia Divina de su hogar. ¿Qué es
peor entonces, lo qué ella hizo o Ia critica de él?

8) Las críticas son como ün bumerán

EI viejo refrán dice que quien vive en casa de cristal no


deber lanzar piedras. En todo Io relacionado con la crítica hay
que reco¡dar la siguiente regla básica: 'Ante todo, rectificate
a ti mismo". El que desea enseñar moral a los demás debe
comenzar pot ser él mismo irreprochable ya que si dice:
"Retira la paja de tu ojo", se le puede contestar: ..Retira
primero la viga del tuyo". . .

Aclaración
La abstención de criticar el comportamiento de la esposa
se aplica después de la acción, es deci¡ después que ella ya ha
cometido el error. Sin embargo, si el marido nota que su esposa
Capítulo Dos: Sin Críiicas 161

está a punto de hacer algo prohibido, puede advertirle con


delicadeza y sensibilidad, para salvarla de una tmnsgresión.

¿Cómo cambiará ella?

Uno de los argumentos que utiliza la Mala Inclinación


p¿lla provoca¡ al marido a criticar a su esposa (y destrui¡ así su
hogar), es que es crucial para el bien de ella y del hogar

La Mala Inclinación le intrcduce estos pensamientos:


'¿Cuál es el problema en criticarla? ¡Toda persona común
reconoce que tiene defectos! ¡¿Qué, se considem perf€cta?!
i¿Se crce ser Dios?! Toda persona no¡mal debe alegrarse
cuando le hacen ver sus enores y de ser coffegida, paÉ poder
avanzar y triunfar en la vida. Por Io tanto, jes necesario e
impofia¡te criticarla por sus efiores! Ella debeda alegrarse
y agmdecerme por coregirla. Y además, ¿cómo puedo
quitarme de en medio viéndola equivocándose uíay otra.r'ez)
mientras que con una sola obse¡vación se le abrirán los ojos y
podfia coff€gt su conducta? Seria una cru€ldad no criticarla.
Después de todo le amo, ¿cómo puedo ignorar entonces los
daños que se hace a sí misma? ¿Cómo va a cambiar si no la
critico?...".

Antes de r€sponder a esos argumentos, describircmos


brevemente lo que le ocurre a una mujer criticada por su esposo
-por cualquier causa que sea-, aunque fuerajustificada y con
más razón si no lo fuera:

De inmediato su alma se contrae y se ensombrece, se ve a sí


misma en forma negativa, siente que no tiene valor alguno, que
no tiene ninguna importancia y que no silve para nada. Y no
sólo que ella pierde toda fuerza y motivación para rectifica¡se y
mejorar, sino que sucede algo totalmente opuesto; ya qu€ para
la mujer ¡econocet sus erro¡es y defectos es aün peor que la
muerte, ella hará /o/o para salvar su dignidad manteniéndose
firme en su posición y tratando dejustificarse con todas sus
62 En d Jardín de la P¿

fuerzas, incluso fuem de toda lógica. Exactamente como una


persona a quien se le priva de oxígeno hace todo 1o posible
para poder respirar, la esposa criticada ha¡á lo mismo para
proteger su nono¡.

El marido cree que sólo su mujer se comporta así y se dice:


"¿Qué tipo de pe¡sona es ella? jNunca reconoce la verdad!
Nunca en su vida úe haya dicho: 'Perdón, me equivoqué"'.
Por consiguiente, éI Ie reprocha sin saber que no es distinta de
ot¡as muje¡es y que ésa es su naturaleza, así fue cfeada y no
tiene control alguno sobre el tema. Luego, cuando él ve que
ella no acepta su critica (que según su opinión es justificada
e incluso constructiva), se vuelve colé co y la desdeña por
no 'teconocer" la verdad, por ser orgullosa, y pol no tener la
mínima dignidad de admitir sus erores.

Ahom, con la adición de nuevos reclamos, críticas, y


molestias del esposo contm su mujer, el universo de ella
se ensombrece, porque ve que no sólo é1 no la honra ni la
entiende, sino que sigue humillándola y rebajándola. Se siente
asfixiada, llena de sentimientos de opresión, enojo y odio
hacia el que literalmente le "manda cuchilladas" -su esposo
y así toda la situación se convierte en un círculo vicioso que
da vueltas sin control.

El marido no entiende la sensibilidad de su mujer frente a


comentarios y c¡íticas, y por lo tanto considera sus reacciones
como una expresión de locura. 'iQué ya dije? Una sola
palabra. Ni siquiera tuve la intención de criticarla.
¿Por qué
reacciona tan iÍacionalmente?".

Él no entiende que no es necesario insultar o golpear para


se¡ abusivo y destuir emocionalmente a su mujer. Siempre
que el marido critique a su mujer, aun en la forma más
delicada ¡ella sentirá que no vale lapena vivir!
Caprtulo Dos:Sin Cíiicas 163

La rcalidad demuesta que las mujercs que son criticadas


porsus maridos sufren una angustia emocional tan profunda,
al grado de odiar a su ma do y todo lo que él ¡epresenta. Si él
la critica "en nombre de la Tortr', ella lo odia¡á a é1, a su Torá,
e incluso al Creador Mismo. Hasta puede llegar a rechazar el
camino de la Torá y buscar consuelo ) vivencias por caminos
prohibidos y destructivos, Dios no lo permita.._

Ahora que hemos e¡rudiado Io que le ocurre a una mujer


que es c ticada, p¡eguntemos al ma¡ido: ¿Acaso piensas
todavía que podrás rectificar a tu mujer? ¿Podrás lograr que
se arrepienta y cambie su conducta? ¿Acaso por tu argumento
de ':cómo ella cambiará entonces?" vale la pena arriesgar la
destrucción de su vida, la tuya, y la de tus niños?

El camino correcto
La co¡clusión que resulta de todo 10 anterior es clara
y definitiva: ¡La menor de las críticas formulada por el
maddo es ultra peligrosa y-por lo tanto- completamente
prohibida!

Y si te dices que en teoría está todo muy bien, pe¡o ¿cómo


es posible en la p¡áctica, no tomar en cuenta las fallas de la
esposa? Después de todo, te dices, el hombre no es un ángel,
existen situaciones que lo hacen sufrir, que lo oprimen, y si
sólo va a callar y callar sin ¡eaccionar, finalmente estallará.
Entonces, ¿cómo se hace, a pesar de todo, pam ¡ectificar los
erores cometidos por la mujery que se rcpiten constantemente?
¿Acaso no existe algún modo para hace que rectifique sus
acciones y log¡e hacer fus¿rvá? ¿Acaso no es mi obligación
como marido? ¿¿Acaso no afirmaron nuestros Sabios
explícitamente que el marido que no guía a los miembros de
su familia en el buen camino, es atrapado por sus pecados??
Además, por toda logica y sentido común es obvio que el
marido no puede quedarse de brazos cruzados dejándole a su
1,4 | En el Iardln de la P¿

mujer cometer ero¡es y tanto más trasgresiones. .. ¿Cuál es


el camino entonces?

La respuesta es la siguiente: aunque dimos ocho motivos


adicionales por los que está prohibido criticar a la esposa, en
realidad el mot¡vo principal es elprimero que mencionamos:
¡La esposa es el espejo de su maddo! ¿Acaso se puede
ar¡eglar un reflejo torcido o desagradable en el espejo?
¡Claro que no! ise debe ar¡eglar Ia imagen odginal! Po¡ Io
tanto, ¡el marido debe recordar siempre que no es su mujer
a la que debe rectificar sino a sí mismo inmediatamente! En
consecuencia, éI no debe criticarla en forma alguna, isino
remangarse y empezar a tmbajar sobre sí mismo! Y debe
saber con absoluta seguridad, que al rectificarse - ¡ella se
coregirá automáticamente!

EI punto básico y principal de la vida matri¡nonial es que


€1 marido sepa muy bien que todos los defectos, privaciones
y fracasos de su esposa llegan para demostrarle en qué
-
é1 mismo debe coregirse. E incluso si la conducta de su
esposa Ie causa daños y sufrimientos, debe sabe¡ qL¡e se los
merece conforme a la Justicia Divina, y su único refugio es
la Teshuú...

Y aún más, no sólo que debe abstenerse de criticar a su


esposa, sino que debe buscar y vet única y exclusivamente,
todo 1o bueno que hay en ella, en su mujer Debe trabajar para
reconocef que en verdad ella es una buena persona, y que
todos los defectos que ve en ella - son sus propias fallas, y
existen paÉ que se despierte y se corija.

Y esto nos trae a la famosa enseñanza de Rabi Najman


conocida como 'Azamra" <Liktter Mohaú,I,282) que demuesha
cómo al enconhar los 'buenos puntos' de una pe6ona, ella
puede retornar al buen camino:
Capitulo Dos; Sin Crrticas 165

"Debes saber que hay quejuzgar a cada persona de manera


favorable. E incluso en el caso de un malvado y completo
pecador, se debe buscar y encontrar en él algo de bueno... Al
encontrar ese mínimo de bien y juzgarlo en forma favo¡able,
de hecho se lo eleva espi¡itualmente y hasta se le hace poder
reto¡nar al Creador. . .".

Revés el revés
Aquella enseñanza -que al juzgar favorablemente a una
persona le ayudas a mejo¡ar su camino- contradice el criterio
genemlizado. La gente tiende a supone. que el modo de
corregir a los demás es buscar e identificar sus defectos y
vicios, y luego reprocharles, criticarles y amen¿lzarles para
provocar un cambio beneficioso.

Pe¡o la verdad es 1o opuesto - eI camino para ayudar a


.otÉ persona a ¡ectificarse es enconttando en ella sus puntos
buenos. Al juzgarle con indulgencia y encontmr en ella
sus aspectos positivos induce a que sea también juzgada
favorablemente en el Tribunal Divino, lo que le da la fuerza
para arepentirse y mejorar. Además, también el mero hecho
que alguien ve en ella lo bue¡o, le trae alegría y vitalidad y la
voluntad de ser mejor

Esto es verdad aun si sólo y¿mo.r los puntos buenos del otro
incluso sin pronunciar una sola palabra. y tanto más cuando
les decimos palabms amables y les indicamos sus puntos
buenos, lo que lo fortalece y le permite creer en sí mismo,
animándole a esforzarse pam mejorar.

Esto es verdad particularmente en nuesho caso, ya que el


marido tiene la obligación constante de alegmr a su esposa,
tal como está escrito (Deureronoñio 24:5): ..y él alegrará a la
mujer que ha tomado". ¿Y cuál es la principal alegría de
ella? Cuando su marido la ve positivamente, ve su belleza
espidtual, la aprecia, le dice cumplidos y la alaba... Cuando
66 I En er jardín de la Paz

el marido Ie dice a su esposa palab¡as agradables, la anima,


Ia fortalece y le muestra que sóIo ve lo bueno en ella, le hace
sentir feliz y crea en ella el impulso de superarse y hacer el
bien. Ninguna mujer desea ser ingrata con r¡n esposo que le
hace sentir tan bien. Por 10 tanto, ella misma buscará cómo
complacerlo, cumpli¡ con su voluntad y mejorar en todos
los campos, especialmente en los que son importante a su
ma¡ido.

Recuerda: Cuando la esposa está feliz, tiene la necesaria


fuerza interior pam mejora¡ sus acciones y cambiar sus malas
costumbrcs. Pero cuando sufre observaciones y criticas, no
tendrá ni fuerza para hervir agua en una pava eléctrica. .

El marido debe saber que el mismo Justo que ordenó


no criticar, es el que enseñó que la única forma para hacer
reto¡nar a un¿ persona al buen camino, es encontando en
ella sus 'buenos puntos'. Un marido que interioriza ambos
consejos -no c¡iticar y buscar lo bueno gana doblemente.
En primer luga¡ no ve ninguna falta en su esposa ya que
sabe que todo lo malo es un reflejo de lo que él mismo debe
co¡regh y, po.10 tanto, nunca se siente insatisfecho con ella
En segundo lugar, él sólo ve el bien en ella y por lo tanto la
aprecia más y le am¿, Io que le da a su esposa la fuerza y el
deseo de complacerle y mejorar

El camino intermedio
Si, después de todo lo qüe aprendimos, el marido aún se
empeña en querer actuar, hablar, o aconsejade a su mujer
sobre el mejor camino a seguir, debe saber que en el mlrn o
momento en que comprueba su falla ile está prohibido
criticarl¿! Tal como enseño el Caón de Vilna, que hay que
aprender de Hashem Mismo que no se dirigió a Adán, el
p ¡¡er hombre, e¡r elmomento de cometer el pecado de comer
Ia f¡uta prohibida, sino que esperó hasta que se cubriera con
una hoja de higuera.
Capitdo Dos: Sin C¡íri.as 167

Asimisúo debe conducirse el marido en su hogar. Cuando


vea algo que requiere corrección debe esperar dos o trcs días
para hablar sobre ello. Además, antes de hacerlo, debe rogarle
al Creador que su esposa no se ofenda por sus palabras,
sino que acepte con compresión y entienda que su intención
obedece exclusivamente a lanecesidad de mejorar las cosas y
no de lastimar o denig¡ar.

El marido debe expresarse positivamente y con ¿fgumentos


constructivos, diciendo por ejemplo: "Qué bueno sería
rectificar tal cosa" o "Qué bueno se¡ía conducirse en esta
forma". Ésa e¡a la costumbre del Rey David, que siemp¡e
se expresó en forma positiva usando las palabras "Dichoso
es". Por ejernplo, el Rey David r¡o dice "Pobre del que toma
consejo de los malvados" sino "Dichoso es el hombre que
r.¡o ha tomado el consejo de los malvados" (satnos l:t), y así
en más \ersiculos como: "Dichosos aquellos cuyo camino es
integro..." (sxrños ll9:l), "Dichosos son aquellos que residen
en Tu Casa" Galnos 8415), etc, Las c¡íticas son sólo una receta
bien probada para la disco¡dia, discusiones y peleas entre la
pa¡eja.

El hombre debe hablarle a su esposa sólo en un momento


oport!¡no de tranquilidad, cuando la paz y el amorp¡evalecen.
Se s€nta¡á entonces a su lado y le hablará cariñosamente,
"revistiendo" su mensaje en forma constrlrctiva con palabras
de amor. entendimiento. y preocupación sincera por su
bienestar. Por ejemplo, si quiere llamar su atención por
acostarse demasiado tarde por la noche, lo que causa prcblemas
a la mañana siguiente, le dirá: "Mi amor, realmente estoy
preocupado por tu salud. Te cansas demasiado. Necesitas un
mínimo descanso para funcionar correctamente durante ol
día. Trabajas duramente - mereces un descanso apropiado,
¿Qué te parece si haceúos un esfuerzo y nos vamos a dormir
más temprano?".
68 | En el Jardíf, de ta P¿

Y así sobre cualquier


asunto del que quiera hablar, debe
"revestirlo" de amor y preocupación por su bienestar. Cuando
la esposa sienta, de verdad, que sus palabras provienen de su
amor por ella, las podrá aceptar.

Pero hay que sabet este camino no co esponde a Ia verdad


absoluta; pertenece sólo al que aún no ha logrado interiorizar y
motivarse a cumplir con el verdadero motivo para eI que llegó
a este mundo, que es corregirse a sí mismo exclusivamente.
La mzón por la que mencionamos este camino es pam que, de
toda manera, tal hombre no üitique a su úujer en el mismo
momento en que ella comete un error, ni siquiem en forma
de una observación, para que no destruya su hogar con sus
comentarios.

Sin embargo, aquel que posee la fue¡te voluntad


de rectificarse y alcanzar su objetivo final en la vida,
debe
saber que el esfueúo de lograr la auténtica paz hogareña se
encuentra únicamente sobre sus propios hombrcs, y sólo así
podrá lograrla.
Capítulo Tres:
El Primer Lugar

El eje princip¡l
Existe una regla fundame¡tal de la que depe¡de toda 1a
aleg a de la mujer Ese fundamento es el eje principal sobre el
cual se apoya la paz doméstica: al entenderlo, el marido puede
lograr la paz fác¡lmenle. ¿Cuál es ere princjpio? FI ;arido
debe interiodzar que su mujer debe ser lo más importante
para él y tiene que hacerle sentir que ocupa el primer lugar
en su vida.

El marido debe transmitirle a su esposa -por todos los


medios- que ella es el 'número uno' en su vida. ].a sea
expresándolo con palabras diciéndole en toda opo¡tunidad:
"Querida mía, ¡tú ocupas el pdmer luga¡ en mi vida! jTú eres
10 más importante que tengo y estás ante todo! jEres la más
he¡mosa! ¡Eres lamás inteligente!", etc. O demostrándolo
con hechoq por ejemplo, cuando ella le pide algo o necesita
alguna cosa que contradice a sus p¡opios prog¡amas o a su
horario; o cuando la voluntad de ella se oDone a la suva -
él debe cumplir con Ia de ella y probarle isi que es loiás
lmportante pam él y que desea satisfacerla ya que ocupa el
primer lugar en su vida.

Cuando la mujer vea todas estas concesiones, y de verdaal


sienta que ocupa el p mer lugar en la vida de su esposo, es
i¡descriptible el grado de seguridad, alegría y vitalidad que
sentirá. Ella se transfo¡mará en la mujer más dichosa del
mundo -y el marido será el primero en disfruta¡ de su felicidad.
Los beneficios que obtendrá por las concesiones que hizo
serán decenas de veces mayores que lo que supuestamente
p€rdió por ellas, como explicatemos a continuación.

69-
70 | En el Iardín de la Paz

Una lista innecesaria


Con el fin de ilustrar hasta qué punto la regla del 'primer
Iugar' es fundamental y engloba toda la vida de la mujer, he
aquí una historia veridica:

Una pareja vino a verme para tmtar de restablecer la paz


en su hogar La mujer tÉjo consigo una larga lista de quejas
y comenzó a leerlas:

La primera queja era que cada vez que ella necesitaba que
su ma¡ido llegue a casa a una hora determinada y ser puntual,
ya sea para ir a una clase, hacer compras o por cualquier
otro motivo, ¡él nunca llegaba a tiempo aunque 10 hubie¡a
prometido!

'?Po¡ qué no vuelves a casa a la hora prometida?", me volvi


hacia el marido y Ie pregunté.

El hombre me respondió: "Estimado ¡abino, créame que


todos mis rctrasos son sólo pam el bien de mi m!¡jer y de
nuestro hogar, ya sea para ttaer el sustento o para otros
trámitesnecesarios, ¿Acasomerct¡asaría si no f uerapor cosas
importantes? ¿Ac¿so no soy consciente que ella me espera?
¿Pero qué puedo hacer?, cada vez hay algo urgente que me
impide llegar a tiempo, ¿acaso es imposible de entender?
icréame que no estoy jügando - cada rctraso se debe a una
ve¡dadera necesidad!...".

"Estas equivocado", le dije. "Tu verdadera y p¡imaria


necesidad son las necesidades de tu mujer ¡Ella es más
importante que cualquier otra cosa en el mundo! Y en todo
caso, si el motivo de estar tan ocupado se debe al éxito de
tus negocios, entonces ciertamente necesitas poner un límite
de tiempo a esas actividades y darle a tu mujer su sitio en tu
vida. Debes saber que tu éxito sólo continuará gracias a la
felicidad de ella.
Capíiulo Tres:El himer Lugar 171

Y si la causa por las que estás ocupado se debe a los


problemas que tienes o por d€udas que complican tu vidar
entonces también aqui necesitas u¡1 limite, ¿acaso puedes
core¡ las veinticuatro horas del día para resolver tus
problemas? El límite es que le des a tu esposa su lugar y sólo
así tendrás la ayuda Divina pa¡a resolver tus problemas y
pagar tus deudas.

¡La causa por la que sufres de falta de paz conyugal, lo


que arrastÍa otras duús tribulaciones, es que no colocas
a tu mujer en el pdmer lugar en tu vida! Tus ocupaciones
son más impoftantes que ella y no aplicas la siguiente regla
fundamental ¡Si tu mujer te necesita - tienes que dejar todo
de lado!".

Le expliqué al marido que es necesario que la mujer sea más


importante que cualquier cosa en sr¡ vida, más que cualquier
persona, más que cualquier ocupación. Es evidente que si así
lo sintiera no rechazada sus deseos ante cualquier asunto por
importante que sea- y no sólo acudiria a la hora €stablecida,
sino que 1o haría con buena voluntad y con alegría.

Además, le expliqué que si se fijara en toda la lista


que preparó su mujer, veda que todos sus ¡eclamos y
sufrimientos son el prcducto de su sensación que no ocupa el
p¡imer lugar en Ia vida de su marido... Una vez é1 habla con
ella y su mente se encuentra en otro lado, ot¡a vez se olvida
de ciertas cosas que ella le pidió hacer, etc. La mzón profunda
de estos actos fallidos es que su mujer no es más impoftante a
sus ojos que el resto de sus ocupaciones, sino mucho menos.

La esposa, al escuchar esta conversación, quedó


impresionada con tan simple definición que englobaba
muchos aspectos de su vida. Ella misma no sabía qué era lo
que le molestaba tanto cuando él llegaba tarde o se olvidaba
de lo le había pedido... Hasta pensó que tal vez ella estaba
exagerando con sus quejas. Sin embargo, cuando escuchó
72 | En el Jddin de la Paz

la prcfunda causa de su dolot entendió con precisión lo que


tanto Ie molestaba de su marido el sentir que no era lo más
importante en su vida, ¡1o que para ella era un sentimiento
intoler¿ble!

Cuando le pedí a la esposa que pasé a la siguiente queja


que incluyó en su lista, respondió: "Ya no es necesa o. Si
él solaúente entendiera este punto - ¡es suficiente paú mí!
Logró usted poner el dedo en la llaga y definir con precisión
mi problema con éL si él lo co¡rige - sobra toda mi lista. . .".

El oígeno de la mujer
Para compre¡der la profundidad de este punto, hay que
saber que el Creador creó el alma de la mujer de tal modo que
toda su vida se alimenta del honor que recibe, tal como está
escrito (sarnos 45t4): "Todo el honor de la hija del Rey - está en
su interioi'. En otras palab¡as, la vitalidad interior de la mujer
es su honor; para ella renunciar el honor es como rechazar el
arre que respira.

Por consiguiente, es imposible vivir con una mujer como


se vive con un amigo o con un socio. Entre los homb¡es,
el acuerdo tácito de "si yo me comporto bien contigo, tú te
compoftarás bien conmigo" funciona bien, mietrtras qui€n
vive con una mujer n€cesit¡ conocer su esencia interior: su
mentalidad, sus debilidades, su modo de pensat su sistema
de valores, etc. Y en particular se¡ consciente del fundaúento
principal en el alma d€ toda mujer: ¡Ella necesita honor y
rcspeto! Así el Creador la ha c¡eado. ¡Lo esencial del honor
que necesita consiste en sentir que es lo más importante pam
sumarido yque es amada por él por encima de todas las otras
cosas. Si €I maddo no sabe esto y no le da a su mujer esa
sensación, nunca podrá rcgocijarla.

En este capitulotraercmos algunos ejemplos pa¡a demostrar


cómo debe el marido e\presarla relación hacia su mujercomo
Capltuio Tresr Et Pnme¡ Lugd 73

lo más impo¡tante de su vida. Sin emba€o, no debemos olvidar


que estos son sólo ejemplos - 1o principal es que el mensaje
que contienen debe ser bien interioriz¿do por el marido, para
que su mujer se sienta realmente lo más importante. Mienhas
el hombre no interiorice lo aprendido, aunque exteriormente
actúe conforme a los ejemplos, su mujer sentirá que no ocupa
r€almente el primer lugar en su vida.

Esto es verdad particularmente cuando la Mala Inclinación


procuÉ destrufu y dañar la paz doméstica, y por más que el
marido estudie, no siempre podrá llevar las enseñanzas de la
teoría a la práctica para comportarse como es debido en toda
situ¿ción. Él debe pues muttiplicar sus plegarias y pedir al
Creador que le otorgue el privilegio de cumplir con todo Io
aprcndido.

Dar de tu tiempo
En uno de los casos que atendí relacionados con problemas
de paz hoga¡eña, lo que le reprochaba la mujer a su marido era
que nunca encon¡raba liempo ni pará ella nipara sus niños.

Le dlje al marido: '?Acaso no es cierto que cuando tu


espos¿ se queja y te reclama que no tienes tiempo para ellos te
justificas diciendo: 'Tienes razón, ¡¿pero qué puedo hacer yo?!
¡Simplemente no tengo tiempo!'Luego, le detallas el empleo
de tu ti€mpo durante el día para probarle que no es tu culpa y
que sencillamente ésa es la ¡ealidad iestás completamente
ocupado!..., ¿verdad?".

Todo esto sucede po¡que no entiendes que la paz hogareña


es el auténtico éxito en la vida y, por lo tanto, no colocas a tu
esposa en el pdmer lug¿lr. Po¡eso, desde un principio, calculas
que solamente si te quedara tieúpo disponible podrías llegar
a casa y estar con ella y con los niños, Por supüesto -ya que
eres unapersona con muchas aspiraciones y no te faltan cosas
74 | En el Jardín de la Paz

para hacer- no te queda tiempo disporible, pues hay tantas


cosas urgentes y
lsupet-ir¡portantes' para hacer. .
.",

'iQué es lo que debo hacer entonces?", me preguntó


el marido. Le respondí: "Tu pregunta revela que aún to
entendiste el mensaje. Si hubieses comprendido que el
mayor éxito que puedes tener en la vida es vivir en paz con
tu esposa, sabrías qué luga¡ tu mujer tiene que ocupar en tu
vida, y comprenderías que cada vez que tu esposa te pide
que le dediques tiempo a ella y a los niños o cualquier otra
cosa, debes estar dispuesto a renunciar a todos tus planes con
verdadera voluntad.

Si llegaste a tu casa desganado ya que renunciaste a tus


planes por no tener alternativa, ella no estará contenta y es
como si no hubieras vuelto en absoluto. Es muy importante
que expreses tu buena voluntad con palabras de alegría,
diciendo por ejemplo: '¡Sí querida mía, vendré con gusto a
casa!, ¡dime a qué hora quieres que venga!, ¡cancelaré por ti
cualquier compromisol...', y otras exprcsiones similares que
demuestren tu pleno consentimiento a ceder con alegría".

Existen muchos homb¡es que verdaderamente hacen todo


lo que la esposa pide: llegan a tiempo, cancelan reuniones
por ella, tratan de que no les falte nada, etc., pero no actúan
desde el verdadero entendimiento que su esposa es lo más
importante en su vida, sino que Io hacen por otros motivos,
ya sea por temerle o por no tener fuerza paü aguantar peleas
o humillaciones, o porque quieren mostrar la imagen de buen
esposo.,.

El resultado es que, aunque cumplen con detalle todas las


reglas del 'primer lugar', lo hacen sin ganas. Po¡ lo tanto, lo
que hacen no sirve para nada y Ia mujer seguirá sintiéndose
frustrada, quejosa y despreciativa, como si él nunca hubiera
hecho nad¿ por ella.
Capítulo Tres: El Primer Lugar 175

¡Atención! ¡No te duermas en la guardia!


Con más razón cuando el marido le dice claramente a
su mujer que le molesta y discuten y se enojan, nünca será
posible tener paz matrimonial.

Una sola palabra de enervamiento dicha inadvertidamente


cuesta muy caro, e incluso alguien que geneÉlmente es un
buen marido, deberá luego anular numerosos prcyectos e
invertir mucha energía y recursos para restablecer la paz con
su esposa. Y después de todo, es dudoso que logre convencerla
nuevamente que ocupa eI primer lugar en su vida, Vemos
que por un solo momento de impaciencia, deberá el hombre
afma$e con una cantidad enorme de paciencla.,.

Porlo tanto, Ia regla del 'primer lugar' necesitamucho t¡abajo


de interio zación, tanto por medio del estudio como po¡ la
multiplicación deoraciones, con el fin de que se armigue bien
el concepto en el conzón del ma¡ido y la esposa se coloque
en la cumbrc de su escala de prioridades y se transforme en lo
más importante para é1, de manera que aunque lo inter¡umpa
cuando esté muy ocupado y preocupado, é! estará dispuesto
a ¡espondü de inmediato y con gusto, abandonando todo por
ella. Esas son las situaciones en que se rcvela l¿ verdad, y si
el esposo no se preparó y no introdujo profundo en su coúzón
que su esposa está ante todo de verdad-, entonces no habrá
duda que por sus grandes prcocupaciones transmitirá en
alguna forma su impaciencia, y en consecuencia tendrá que
trabajar muy duro para rcctificar...

Cuando €l marido se prcocupa porsu tiempo y trata


de evitar los encargos de su esposa, finalmente perderá
mucho más tiempo que el que ahorró. Pero si hubiera aceptado
s!¡s encargos con amo¡ todo ocuparía su lugar en paz con Luta
inve$ión mínima. Ésta es la base del 'primer lugar', porque
cada ver que el marido se abstiene de conten(ara su mujer
porque le duele ceder, el resultado será que tendrá que darle
76 | En el lardín de ra Paz

después mucho más pero con dolor. y a veces podría llegar a


perder a su familia, e incluso si después tratará de compensar
Ya no le ayuda a.

Cuidar las inversiones


Cada muje¡ tiene la profunda necesidad espjritual ale senti¡
que ocupa el primer lugar en la vida de su marido. Si ella
se siente un poco dejada de lado, aunque s€a po¡ muy poco
tiempo y hasta por las cosas más importantes que también
pa¡a ella son de gran importancia, simplemente no puede
tolerar tal situación, y toda lapaz e¡ el hogar se desmorona.

Alguna veces, el marido es un buen hombre y de verdad


ayuda y contribuye con su tiempo y fuerzas, pero aún, a
pesar de todo, él siente que por algún motivo su esposa no
está contenta, y no puede entender qué es lo que le falta.
Es necesario que él coúprenda que no impo¡ta cuánto da e
invie¡te si en el momento de la prueba, cuando debe renunciar
a su propia voluntad, no lo hace y po¡ lo tanto le hace sentir
a su mujer que ella no ocupa el p¡ime¡ lugar en su vida. El
¡esultado es que toda su inversión no habia se¡vido de nada.
El hombre debe saber que todo depende de aquellos momentos
en que Ie falta algo a su esposa o que ella lo necesita y él
debe renunciar a cieÍas cosas poreso; esjustamente en aquel
entonces que su amor se pone a prueba,

Si el esposo enfrentará la prueba con éxito y actuará con


un amor auténtico, de buena gana y de todo comzóD, su mujer
lo percibirá y estará entonces satisfecha de verdad.

Por otro lado, si é1 falla en esos momentos de prueba pues


no anula su voluntad frente a la de ella, o si cumple con sus
deseos por temor, por deshacerse de ella, por sentirse obligado
y simplemente sin ganas ella lo sentirá y deducirá que no es
10 más importante para é1. De inmediato, perderá suvitalidad
y sus ganas de vivir y de aquí en adelante, aunque el marido
Capítulo Tres: El Prime¡ Lugd 177

haga todo por ella, le lleva¡á mucho tiempo convence$e


nuevamente que ella es la p¡imera en su lista de prioridades.
Además, a veces se produci¡ían daños sentimentales que
nunca podrían ser rectificados...

Una gran ganancia


¡Hay que recordar muy bien esta regla!: A veces, en un
momento de debilidad en el que el marido debe ceder y no Io
hace, puede perder todo lo que invirtió hasta aquel momento.
Además, él puede encontnrse en una situación complicada y
fatigante de convencimiento y conciliación que puede estar
acompañada de desprecios, Ilantos, €nojos, y tendrá entonces
que esforzarse muy duro para rectificar lo que dañó.

Cuando la mujer tiene claro que ella ocupa el primer lugar


en la vida de su marido ¡no necesita más nada! Está feliz y
alegre y ya no necesita que él esté mucho tiempo a su lado.
tlla no necesita ) no desea moleslarlo en sus ocupaciones.
¡ya que siente la seguddad que es lo más importante para su
esposo! En consecuencia, él puede ocupa$e de sus asuntos
todo el tiempo que quiera...

Si este conocimiento le está claro y bien entendido al


márido. y asenlado en forma fuerte y firme en su corazón.
entonces él 1ogÉrá muy fácilmente la paz hogarcña y todo lo
que queda es solamente explic¿rle cómo se refleja en Ia vida
diada, en toda situación que se presenta - al entrar a la casa,
enprcstarle ¿tención a su esposa, en el€iarla, escucharla, etc.,
porque toda la paz hogareña gira alrededor de este concepto
colocar a la mujer en 1o más alto de la escala de prcferencias.
78 | En el Jadin de ta Paz

La raíz
Este tema es muy profundo. Si el marido ve que invierte
tiempo y energía e¡ charlas fatigosas y en esfuerzos pam
contentar a su esposa, darle satisfacción y alegrarla, y
después de todo ella aún no está satisfecha, d€be saber que
esto ocure porque no ha interiorizado el concepto del .primer
lugar'. El todavía no colocó a su mujer en su lugar adecuado,
respetándola y queriéndola de ve¡dad. Él solamente tata de
reparar sus quejas especificas, diciéndole: .iBstás enfadada
poaque no llegué a la ho¡a convenida?
¡Desde ahora en
adelante llegaré a horario! ¿Te afliges porque no hice lo qué
me pediste? ¡Desde aho¡a en adelante, haré 1o que deseas!,'.
Esto es inútil, y por consiguie¡te él no conseguirá hacerla
verdademmente feliz.

Si €l marido se contenta con repatar los síntomas externos


que parecen haber provocado la insatisfacción de su mujer
-incluso si ella misma supone que soü las ¡azones de su pesar-
mientras él no trate la Éíz del problema, nada la contentará. El
quedará f¡ust.ado preguntándosq "¿por qué se niega a hacer
las paces? ¡Sin embargo hice más que lo qué me pidió!,'. Esta
actitud se debe a que él no comprendió la verdadera razón que
hace sufrfu a su esposa-

La mujermismano sabe cómo definir su problema y decirle


cla¡amente a su marido: "No soy importante a tus ojos,'. Sin
embargo, ella dice a veces algo semejante: ..No me quieres',.
Y el marido no e¡tiende, ¿cómo puede ella decir algo así
después que él ha corregido todo lo que ella le criticaba?

Por Io tanto, cuando el marido escucha quejas de su muje¡


debe saber que ella no sabe definir lo que le produce dolor
)a que ésle se re\ iste de distintas lormas . en ocasiones por
motivos totalmente incomprensibles que lo dejan sorprendido
y confundido. Por consiguiente, necesita observar y
comprender la raíz de s.us quejas: ¡Su mujer no siente que
Caprtúto Tres: El Pdmer Lugd I 79

ocupa el pdmer lugar en su vida! Él debe buscar la forma de


rectificar su comportamiento de verdad y no co¡tentarse con
una rectificación superfi cial.

Pero cuando él entienda que todas sus quejas indican una


sola cosa: Que su actitud hacia ella está equivocada al no
coloca¡la verdaderamente en el lugar que le corresponde, y
empiece a trabajar para rectificar esto en su inte(iof, ento[ces
verá cómo con una pequeña inversión y unas cuantas palabras
de atención y amor. ella se colmará de alegria.

El p¡ovecho que el esposo sacará de ese reconocimiento


será i¡calculablq abundancia en lo espiritualy en lo material,
ayuda Divina en todo 10 que emprenda, mucho tiempo
disponible y libefiad de movimiento. Al ver tal cambio con
sus p¡opios ojos, ¡es evidente que desde ahora en adelante
él aceptará con alegria y buena voluntad todo 10 que ella le
pida!

Un cortocircuito en la comunicación
En geneml, la mujer ¡o [ecesita a su marido fisicamente a
su lado. Por eIcontmrio, al estar éI encasale molestaylecausa
tensión poaque para ella le es mucho más cómodo ocupa$e
de sus asuntos cuando éI no está presente. Pero cuando la
actitud del marido no es la adecuada, la sensación de ella de
no ocupar el p mer lugar en su vida se manifiesta en quejas y
exigencias, y le pide que vuelva a casa y qr¡e se quede mucho
tiempo. En realidad, ella no le necesita ve¡daderamente en la
casa, pero al no saber cómo defurir lo que quiere de é1, hasta
cuando él hace lo que Ie pide y vuelve a casa a tiempo, ella
queda insatisfecha.

Por supuesto, cuando el marido no entiende lo que su mujer


desea recibir de él y piensa: "Vine, le ayudé, me quedé en
-
casa varias horas ¿¿por qué entonces no está contenta??".
En la mayo a de los casos hasta se lo dice explicitamente
80 En el rardín de la Paz

'2Qué quieres? Hice todo lo que me pediste, ¿Qué te falta?


¿Qué puede alegrarte?". Sin embargo, ella misma no sabe
lo que quiere y se €sfuerza por encontar una causa y se la
dice. EI marido la toma en cuenta y trata de rcsolver también
este nuevo asunto, pero tampoco eso ayuda ya que no es la
profunda y aüténtica razón de su insatisfacción.

Tal situación puede serdefinidacomo un 'tortocircuito en


la relación de lapareja'y las cosas siguen complicándose. Ella
se pone nerviosa porque él no la comprende, él no entiende
lo que ella quiere, y así esto se extiende sin que nadie sepa a
donde llevará...

En realidad, todo empezó en el momento en el que el marido


le hizo sentira su esposa que existe algo más importante que
ella, como cuando düo que no tenía tiempo, o le hizo sentir
que lo molesta en medio de sus ocupaciones, o que le p va de
algo. Desde el momento en el que la mujer siente que existe
algo más impo¡tante que ella, todo lo que haga su esposo no
calmará su dolor y seguirá sintiéndose desdichada- Así sigue
la pareja viviendo, totaimente desconectada, hasta que desde
lo Alto le ayudan a conseguir un'?lto del fuego" hasta el
siguiente incidente, y así continua ese cí¡culo vicioso..-

¡Sé s¿bio!
En consecuencia el marido debe 'sentar cabeza', reflexionar
y comp¡ender que cuando su mujer le pide alguna cosa,
entonces en lugar de encapricharse y replicar que no es el
momento adecuado, y que se encuentra en medio de algo
importante, etc., es preferible ¡enunciar a su tiempo por ella.
Así, su esposa estará siempre contenta y le dará libertad.

También en otras ocasiones, cuando sus puntos de vista


s€ oponen, ya sea en el campo de la economía doméstica o
e¡ la educación de los hijos por ejemplo, el ma do no debe
obstina$e sino dejarle a ella que decida primero, que dirija y
Capíiulo Tres: El P¡imer Lugar 181

que tenga mzón. En caso contrario, le será muy difícil borar


la mala impresión r€c¡bida - que ella no es importanle a sus
ojos-, y él deberá entonces invertir mucho tiempo y energía.

Ya que este tema es tan profundo y fuúdamental y contiene


detalles tan numerosos, el marido debe multiplicar sus
plega as con el fin de que €l Creador se apiade de é1. Debe
pedir a Hashem que Ie ayude llegar a creerenel principio del
'primer lugar', y que quede fijo en su corazón que ésa es la
Voluntad Divina. Debe rogar mucho al C¡eador que le permita
tecordar en toda situación, que lo más conveni€nte en este
mundo es considerar a la esposa, incluso más que cualqui€r
ocupación y servicio a Hashem. Que entienda que ésta es la
co¡rección espiitual que debe atravesar para su alma.

Debepedir la ayuda Divina para que su corazón no le tiente


a discutir con su esposa, o darle la sensación que él hace algo
sin ganas. El debe entende¡ que cuando estas situaciones se
repit€n en forma continua y se acumulan, el colazón de la
mujer queda herido a causa de los rechazos y la vida de la
pareja se hace dificil, amarga y muy complicada. Resulta que
aunque la lógica y el sentido común indican que el marido
tiene la razón, al final de cuentas y en última instancia, la
'lusticia" por la que lucha el úarido destruye su vida.

Aquí bien podemos aplicar el refrán: ¡'¡Más vale ser sabio


que te¡rer razón!". Aunque elmarido sepa quedebe colocara
su mujer en elprimerlugar, sucorazónlo seduce a oponersey
le dice que eslo no 5ejustillca en alguna siruación: en un caso
será necesario "pone a en su lugar", en otro - educa a para
que sea rcsponsable, etc. Todos estos argumentos en realidad
son sólo astucias de la Mala Inclinación que provienen del
egoismo y del concepto he¡eje de "Con mi propia fuerza y el
poder de mi mano" (Deuteronomio 81?), Ese hombre no se somete
a la Divina Supervisión Individual con la que Hashem lo
dirige, y se niega a comprender que cuando su mujer le exige
82 | Etr el la¡din de la Paz

algo. esHashem Mismo quien ¡o hace. Fl debe enlonces anular


su voluntad frente a la del Creador y superar el impedimento
con humildad a través de la oración y el arrepentimiento.

Todo ma dodebe pedirle al Creador que le conc€da la


inteligencia de interiorizar íntegnmente este concepto,
g].l.e fottalezca sD Emun¿ y que le ayude aceptar que €s una
necesidad emocional, espiritual y mental de su mujer sentir
que ella ocupa el primer lugar en su vida.

Ejemplo de una plegari¿:


"Dueño del Ufii\,erso, por favor, ten piedad de ñ¡ esposa,
de mis hijos y de mL y de todos los que dependen de nosotros,
y concédeme la capacidad de comprender, de todo corazón,
que toda nuestrafelicídad y éxito dependen de lafelicidad de
mi esposa, y que toda Ia felicidad de ella depende de que se
sienla que es lo más importante para mí.

Creador del Universo, ten piedad de mí y grabo en m¡


coraún un gran amor hacia ,ni esposa, y que mi amor hacia
ella sea más grande que cualquier otra cosa en el mundo. Ten
píedad de mí para que mi corazón no me seduzca, en níngún
mome to, por ningufia cousa y en n¡ngunaJbrma, a rechazar
a mi esposa, a no darle el primer lugar en mi vida que ella
merece. A!údañe para superar las pruebas ! los obstáculos
que deba enfrentar; quefrente a todo, yo siempre d¿ prioridad
a mi mujer, rechazando y cediendo en cualquier asunlo - por
ella. Concédeme el mérito de saber que Tu voluntad es que
me conduzca así con mi mujer; porque así lo eslableció Tu
Sabiduría que toda la vitalidad de mi esposa depende de
que ella sienta que eslá ante todo, en el pr¡mer lugar en mi
vidu, de priorídad absoluta...".

Según este modelo y lo aprendido en este libro, cada uno


podrá const¡uir sus propios rezos individuales, de acuerdo a
las pruebas que enfrenta en su vida.
CapituloTres:ElP.imerLügar 83

"Hacia tu esposo será tu deseo"


Estáprohibido que la mujer sientaquetiene un cbmpetidor
en la vida. EIla no puede tolerar que haya alguien que le quite
a su ma do y que por su causa pierda la plena atención de su
esposo.Incluso asuntos de mayor impoÍancia como los hüos,
el estudio de la Torá, su rabino, y con más razón su trabajo,
sus actividades recreativas, sus amigos, etc. En consecuencia,
en todo asunto de importancia, es necesario que el marido
multiplique las plegarias para saber cómo debe actuar para
que su úujer no tenga la impresión de ser confi¡ada a una
posición secundaria en su vida.

La necesidad de la mujer de ser lo más impo ante en la


vida de su marido y de continuar at¡ayendo permanentemente
su atención es un decreto del Cr€ador, como está escrito en
la Torá (cérsis 3:16): "Hacia tu esposo será tu deseo - y él te
dominarf'. EI significado del versículo es que el marido
'gobierna' el estado de áúimo de su esposa, es decir que toda
la vitalidad y alegría de ella llegan única y exclusivamente
de é1- de la atención que le presta y el honor que le reserva.
Por consiguiente, el ma¡ido no debe de ninguna manera
opone$e a la natumleza que Hashem implantó en el alma de
la mujer, sino tratar de s¿tisfacer y llenar su alma, ya ql¡e ella
depende de é1.

Enumeremos las razones de este decreto Divino:

1) Ya que la mujer prcvocó el pecado de Adán, el primer


hombre, que le hizo comer del Árbol del Conocimiento y
con eso trajo Ia muerte al mundo rya que antes no era necesario
morir) -es su castigo que deba recibü toda su vitalidad
p¡ecisamente de é1, y si no r€cibe su atención, amory respeto
- se stente muerra,,,

Y esto es algo que percibimos claEmente, que aunque la


muje¡ tenga todos los bienes del mundo, oro, plata, piedras
pr€ciosas, una profesión exitosa, una elevada posición social
84 | En el Iardín de la P¿

y la consideración de todos - si no recibe de su marido rcspeto


y honor, ¡no teridrá ninguna alegria y satisfacción y su vida
no tendrá sentido!

2) Adá¡ pecó po¡ su orgullo por quere¡ lograr lo que dijo Ia


Se¡piente (cénesis35): "tan pronto como comáis de é1... y seréis
como Dios". Por lo tanto, como rectificación de aquel pecado,
todo homb¡e está obligado a anular su ego y su orgullo, y
anteponer los deseos de su esposa a los de é1 mismo. Esto
incluye dar su empatía, compasión, entendimiento y un oído
que escucha, respetarla y prctegerla. Sacdficar sus propios
deseos por los de ella, le provee al marido la rcctificación
necesaria de ou alma. desarraigando Ia arrogancia y su
tendencia inhere¡te al egoismo y al orgullo. A un nivel
esotérico, esto también es una corrección del pecado de Adán,
el pecado del o¡gullo.

Sojuzgando su ego, el marido repara la herej ía del principio


de "Con mi propia fueúa y el poder de mi mano". Esto Ie
abre el camino a la ,¿m ará, que es la adquisición espiritual
más alta que puede soñar en este mundo. Un marido que con
mucho gusto anula su p¡opia voluntad frente a la voluntad
de su esposa, evita luchas, argumentos, dolorcs de cabeza y
muchos malos sentimientos. Con la dicha matrimo¡ial, él es
Iibre de dedicar su tiempo y su energía a cualquierta¡ea vital
que debe hacer. El rezo, el arrepentimiento y Ia humildad le
ayudarán a alcanzar ese objetivo.

3) Ya que el pecado de Adán consistió en que élr por su


propia libre voluntad, eligió obedecer a su mujer cuando le
estaba prohibido hacerlo, por lo tanto de acue¡do al pdncipio
espiritual de 'Medida por Medida', aho¡a él está obligado a
escuchar a su esposa, aun cuando sea en conha de su propia
voluntad...
Capitr¡lo T¡es: El Priner Luga¡ 185

Como mono frente al ser humano


Además de la voluntad de dar prioridad a las necesidades y
los deseos de su mujer, el esposo necesita exprcsar el primer
lugar que ella ocupa en su vida por medio de, no sólo simples
cumplidos, sino alabanzas que la coloquen en el más alto sitio
en todos los ámbitos: en el campo de la belleza - ella es Ia más
bella. en el campo de la cocina ella es la mejor cocinera. y
así en otros aspectos: ella es la más sabia, la más buena, Ia
más delicada, etc.

En el sagrado libro del Zohar se menciona que Adán alabó


a nuestra madre Eva como la más bella de las mujeres y que
todas las demás en comparación, eran como un mono frente
al hombre. Por lo tanto, el marido también debe utilizar
expresiones como esa, para mostrarle claramente a su mujer
que es incomparable.

' Y en particular en aquellos aspectos en los que ella se siente


amenazada, él debe salir de su reserva y expresa$e de tal
forma que disipe todo temor Por ejemplo, si ella sostiene que
su suegr¿ cocina mejor que ella, él debe negarlo y decir que la
forma de cocina¡ de su madrc no alcanza ni un millonésimo
de su nivel. Y así, en todos los aspectos, si hay una mujer
que es considerada exitosa en algún campo, debe anular esos
éxitos frente a las habilidades de su esposa.

Educación de los hijos


Este tema del 'primer lugar' es el fundamento de la vida
conyugal. Si el marido se acuerda de esto en momentos de
conflictos y fricciones, sabrá exactamente cómo conduci$e
para prcse¡var la paz doméstica y tratar los p¡oblemas de
maneÉ adecuada.

La educación de los niños es muchas veces tema de


fricciones. A veces la madre pierde la paciencia con sus
niños y reacciona airadamente, con voz altae incluso con una
86 I En d Jardín de la Paz

palmada, Ése es el momento en que el ma do se encuentÉ a


prueba: Si su respuesta será defe¡der a los niños y ¡egañar a la
esposa, llamarle Ia atención por comportarse duramente con
ellos, ¡entonces demosfará que los niños son más importantes
que ella! Al hacer esto, él hansgrcde el fundamento del
'primer lugar'y de inmediato se desmorona la p^z hoga(eña.

El marido tiene que reconocer que su gran <rclemencia" hacia


los niños es simplemente la astucia de la Mala Inclinaciór.
Esa misericordia hacia sus hüos es, €n ¡ealidad, una crueldad
hacia su mujer. ¿Qué ¡e h¡zo dererminar que es necesario
apiadarse más de ellos que de ella? iEsto comprueba que sus
hÜos le son más importantes que su esposa!

Además, el ma¡ido debe rcflexionar ¿Por qué su esposa


está gritando? -
¿debido a que es una mujer satisfecha y
contenta? ¡Por supuesto que no! Una esposa feliz es una
madre paciente y alegre. Por Io tanto, si ella les grita y se
compo a de tal forma significa que no está contenta; y si ella
no está contenta, es porque no Ie da la sensación de que ocupa
el p¡imer lugar que le corresponde.

Y ahora, en lugar de darse cuenta que su úujer no está


satisfecha y encontrar la manera de tranquilizarla y hacerle
sentir que ella es lo más importante, él actúa en forma
totalmente opuesta: la ¡egaña, deñende a los niños, y le
demuestra que es rcal su sensación y que de verdad no ocupa
el primer lugar en su vida. Así é1 echa sal en la hedda, y su
muje( se siente lastimada hasta el fondo de su alúa. Desde
luego, ahora estará todavía más nerviosa y los niños se¡án los
primercs que sufrirán las consecuencias.

Resulta que aquella falsa compasión, además de crueldad


hacia su esposa, es también crueldad hacia los mismos hijos
que tanto quiso "proteger". ¿Por qué? Po¡que además de las
reprimendas que recibirán, el daño que les hará la falta de paz
Capitulo T¡es: El Primer Lugd 187

en el hogar será mucho más grave, ya que los acompañará a


lo largo de sus vidas.

Por otro lado, si el marido tiene la inteligencia de apiadarse


de su esposa, defenderla y justificar su actitud, él obtendrá
entonces grandes ganancias:

La primera: Cuando su mujer sienta que él está de su lado,


y así él habrá protegido a los niños de verdad...
se calmará

La segunda: Ésta es una'oportunidad de oro' pam


demostúrle a su mujer que ella es 10 más importante para é1.
Porque en relación con los niños, existe una ventaja adicional
al darle una mayor importancia a Ia esposa. PaÉ la mujer
ésa es una verdadera demostación que ella ocupa el lugar
primordial en la vida de su esposo, puesto que sabe muy bi€n
cuánto él a¡na a los niños. Por lo tanto, al estar de su parte,
es la mayor alabanza para la mujel y con más razón en los
momentos en que ella se enoja con ellos.

La tercera ganancia: Después de que se tranquilice


la situación, el marido podrá dedicarse a la verdadera
educación de los niños, es decir, acercars€ a ellos y
habla¡les en forma tranquila y amorosa, decirles que los
ama y que deben ocuparse de no contrariar a su madre
y hacer todo 1o posible para que ella no se aflija. Debe
hablar mucho con ellos y decirles: "Obseryen cuánto
mamá trabaja por nosotros, cuanto se esfuerza y se dedica
de la mañana a la noche para atendernos. Se preocupa
que tengamos ropa limpia y comida sabrosa, limpia la
casa, compra lo necesario, etc. Debemos ser agradecidos
con mamá, y con más razó¡ no ser ingmtos y no pensar
que ella sólo tiene deberes hacia nosotros. ¿Qué podemos
decir de mamá? ¿Podemos acaso quejarnos de ella? Todo
el tiempo debemos agradecerle y alabarla, y por supuesto
hace e caso y ayudarla.,.". También es bueno contarles
88 | En el Ja¡din de la Paz

una histo¡ia edificante sobre el ¡espeto que se le debe a la


madre.

En todo 1o relacionado con Ia educació¡r de los niños,


la importancia de la noción del 'primer lugar, es aun más
evidente. Si el marido hace sólo un '31¡ow',, de boca para
fuera, que su esposa es lo más importante en su vida, y no
int¡oduce este fundamento muy profundo en su cotazón,
entonces, en un caso u otro, se revelará la verdad.,. Como
en el caso en que él defienda a sus hüos se le descubrirá la
verdad a la esposa, que para él ellos son más importantes
que ella.

Pero si el homb¡e logra captar con profundidad este


concepto, no será entonces una pnreba para él porque le
estará bielr claro que debe apiada$e de ella, erfendella a
ella, y estar al lado de ella. Y ésta es, de hecho, la auténtica
compasión que puede tener hacia sus hijos. Si la mamá esta¡á
feliz por el comportamiento de su marido, mejorará su trato
hacia sus hljos. Pero si él la hace sufrir, este sufrimiento se
manifestará en los niños y los lastimará...

El padre compasivo
Debemos saber que labaseprincipal de Ia educación de los
niños depende del padre. Cuando el padre es un ejemplo de
virtudes, alguien que trabaja sob¡e sí mismo, sabe contener
su enojo, ser paciente, ser conciliatorio, pacifista, humilde,
sabe callar cuando le gritan, etc., entonces, al ver qué persona
especial es su padre, los niños lo toman como ejemplo, un
modelo de imitación, y ésta es la base de la educación.

Por io tanto, en aquellas casas en las que el padre es el


que grita e incluso golpea, Dios no lo permita, el alma de los
niños s€ daña mucho más. Por otra pafte, cuando la madre
es la que tiende al enojo - el daño es menor, porque después
de todo, los niños conocen su co¡azón tje.no y su naturaleza
Capltulo Tres: Et Primer Lugar I 89

sensible, y también saben que la mamá está supeditada a su


esposo.

E¡ resumen, cuando un marido coloca a su mujer en el


prime¡ luga¡ y nunca la critica, ella levantará raramente la
voz a sus hijos porque se siente feliz, y e¡ aquellos casos en
los que estalla en enojo no les ocasio¡rará ningún daño. Sin
embargo, si él le llama la atención por g tar y defiende a los
niños, provocará su amargura y su enojo ya que ella siente
que ellos son más importantes, lo que causará que ella les
grite aún más por su dolor...

Un gran ahorro
Comprobamos de nuevo esta regla fundamental: Con
u¡ra pequeña renuncia llega un gran beneñcio. Tal como al
rcnunciar el esposo a su tiempo, se ahorra el que debería
perder para apaciguar a su mujer, rcgocija¡la e inspirarle de
nuevo la confianza, así en el acto de ceder al no "apiadarse"
de los niños, é1 gana muchísimo.

No sólo en asuntos de tiempo u ocupaciones es necesarlo


ceder, sino que en toda prueba donde entra en juego la
impoflancia de la relación con la mujer. ha) que serjuicioso y
saber renunciar para no caer en manos de la MaIa Inclinación
reaccionando según el instinto. EI marido debe saber
transmitirle a su esposa eI s€ntimiento que ella ocupa eI primer
lugar Así, se ahorrarán muchos sufrimientos y problemas.

El homb¡e debe rezar mucho sob¡e este tema, sin dejar


pasar un solo día sin haber rezado por ello. Debe pedirle al
Creador que le ayude a conceder a su mujer el primer lugar
en su vida, síenpre.
90 | En el lardln de Ia Paz

Hijastros
Existen parejas en las que el marido tiene hüos de un
matrimonio anterior viviendo con ellos. Muchas veces a este
hombre le parece que cualquier observación de su segunda
¡¡ujer hacia a sus hijos, cualquier reproche o reacción,
provieneü de que no son sus propios niños y que no les
quiere.

jEs necesario que sepa que está totalmente equivocado!


La verdad es que cualquier trato negativo por parte de ella
proviene única y exclusivamente, del hecho que él no le da
la sensación de se¡ ella lo más importante para él y que la
ama más que a sus hljos. El resultado es que ella reacciona
como todas las demás mujeres, tanto más teniendo una razón
suplementafia para senti¡se amenazada, pues sospecha que
ellos son más importantes para é1, ya que son sus hijos y no
los de ella.

Sustento
Otro ejemplo y prueba para comprobar si de verdad el
mafido conside¡a que su mujer se encuentra en el primer
lugar en su vida, es el tema del sustento.

Nuestros Sabios ensۖaron que el marido debe desembolsar


más dinero del que puede permiti¡se con el fin de hon.ar
a su mujer El hombre que tiene discusiones con su esposa
relacionadas con el dinero debe pre$rnrar5e s¡ su mujer ocupa
el primer lugar en su vida, antes que el dinero y todo lo demás.
Si él aplicara esta regla fundamental se ahonaría entonces
muchas disputas y contra edades.

En toda ocasión que su mujer le pida dinero, él debe darle


todo lo que tiene - y de buena voluntad, porque aparte d€ la
simple obligación que tiene de darle sustento, tiene también
la obligación de demostrurle que ella es más importante que
su dinero.
Capítulo Tres: Et Prnner Lugar L 91

Carrera
Un artista famoso, ocupado en el desarrollo de un proyecto
importante, tropezó con problemas hogareños. Su esposa
sintjó que el proyecto era más importante para él que ella y de
inmediato se opuso a todo ese asunto. Ella empezó a gritar]e:
"¡Me fastidia este proyecto! Es para ti más importante que
yo. que los niños y que el hogai'. Además. agregó que no
estaba dispuesta -de ninguna mane¡a- a clue continuase. Por
supuesto, toda la casa estalló en discusiones y tensiones...

Cuando él vino a consultarme, le enseñé el concepto del


'primer lugar' y le aconsejé decirle explícit¿mente a su mujer
que ese proyecto ya no le interesaba más, que lo abandonaría, y
que para él todo el irabajo, los esfue¡zos y el dinero invertidos
en ese prcyecto emn insignificantes compamdos con ella.

El artista hizo un maravilloso tmbajo al poner en práctica


mi consejo. Al poco tiempo. su eqposa m;sma empeTó a
i¡¡pulsarle a compl€tar el prcyecto y hasta hizo todo esfl¡erzo
posible para ayudarle a llevarlo a cabo.

isin comparaciones!
Existe una regla que cada ma¡ido debe tomar en cuenta:
La más grande competidora de toda mujer es otra mujer...
Po¡ lo tanto, debe el marido cumplir con el sigr¡iente versícr¡lo
(salnos l6a): "Ni pronunciaté sus nomb¡es sobre mis labios"...
es decir, ino mencionar ni siquiera el nombre de otla mujer
en su casa!

Si el esposo compara a su esposa con otm muJer, en


c!¡alquier aspecto que fuese, por ejemplo - si dice que tal
mujer tiene un gusto especial para arreglar su casal o llue se
distingue por su belleza, su sabiduría, etc., aunque lo haga
en forma inocente, éste es el peor errcr que puede cometer,
y con eso empuja a su mujer, no sólo a un lugar secundario,
a la última posición. Asimismo, dedicar tiempo o atención a
92 | En el Jardrn de la Paz

cualquier otra mujer en el mundo (ni mencionar observar a


otra mujer), es simplemente algo que ella no puede tolerar.

Está prohibido que la mujer tenga la sensación de estar en


competencia con cualquier cosa o persona en el mundo, y
con más razón con otras muje¡es. Ella tiene qu€ sentir ser la
prrmem entre todas las mujeres - ¿quién puede comparánele
y quién puede parecérsele?.. Aun si el marido la compara
con su propia madre, ¡ella sentirá celos! Con más úzón si Ia
comparación es con la madre de é1, Dios se apiade... Aunque
la mad¡e de él fuese una anciana y poco agraciada mujer, ella
la celaría y la odiaría...

La protección de l¿ mirada
El cuidar el maaido sus ojos, que significa no observar
a otras muje¡es, es esencial de la ubicación de la esposa
en el 'primer lugar'- Porque, si el esposo realmente coloca
a su esposa en el lugar primordial, ¿cómo es que observa a
otÉ mujer? Al ver a otra mujer, es inevitable que el hombre
despie¡te sus instintos masculinos y desee su belleza, y por lo
tanto ocasiona una separación entrc él y su esposa, ya que al
apartame de su esposa, ella se aparta de é1.

Y hablamos de uria situación en que él se fija en otras mujeres


en ausencia de su esposa. Con más razón, si Io hace f¡ente a
su mujer, no existe una ofensa mayor a sus sentimientos. Una
mujer que ve que su marido observa a otras muje¡es, se sierte
lastimada en varios aspectos.

Me comentó una mujer que vio a su marido f{iándose en


otras mujeres, y desde ese momento, entró en ella tal espí tu
de competencia, que si en el pasado se aislaba una hora pa¡a
leer Salmos y estudiar, ahora se pasaba horas frente al espejo,
ocupada sólo con el pensamiento de cómo embellecerse,
hasta el punto que se sentía desesperada de vivi¡ así y quería
divorcia¡se.
Capítulo Tres: El PIimtr Lugar I 93

Resulta, que un marido que obseNa y mira a otras mujeres,


destruye su propio hogar. En lugar de que su casa sea un hogar
de plegarias, de estudio de la Torá, un hogar en el que existe
espiritualidad, se convie e en un lugar de materialismo y
apetitos. Además de los daños emocionales suf¡idos, la mujer
que podría hacer tanto paraelevarla espiritualidad del hogar,
ahoú se interesa sólo por las vanidades, se transforma en una
persona interesada en vanidades y tonterias

Los esposos que se quejan ante mí que no sienten amor


hacia sus esposas, yo sé -con toda claddad , que se fijan
en otras muje¡€s. Por lo tanto, sus corazones se desvían de
la propia esposa. Esta es una maldad inigualable. Porque es
preciso que, pa¡a el marido, su mujer ocupe de verdad el lugar
primordial en su vida, lo que significa que no existe en el
mundo nada más importante que ella. Él debe decirle -con
toda honestidad que comparadas con ella, todas las demás
muje¡es del mundo se parecen a monos, como ya comentamos
en nombre del sagrado libro del Zohar

El marido debe se¡ auténiico y persistente y, aunque su


muje¡ no le c¡ea y le diga: 'icómo crees? ¡Yo sé que no soy
tan hermosa y que hay muchas mujeres más bellas que yo",
él debe insistir y responderle: "¡Sobre gustos no hay nada
escrito!.¡Para mi gusto - tu belleza es la mayot y todas las
demás mujeres se ven fe¿s frente a ti!"
Vemos entonces cómo cualquier aspecto de la vida en
coml¡n se puede explicar conforme al principio del 'primer
Iugaa. y por lo ranlo. si el marido lo ¡nterioriza. verá cómo se
¡nanifiesta en cada momento.

Cuando el ma¡ido sabe que: "Yo tengo que colocar a mi


mujer en el primer lugar en mi vida", y entiende que debe
reflexionar sobre cómo lransmitirle esa sensación y reTar por
ello todos los días, logrará entonces vivir con su esposa e¡ un
ambiente de paz y amor.
% I En el Jardin de la P¿

La entrada a casa
Es conocida la regla que "todo va tras el comie¡zo,,.
Por eso, la entnda del marido al hogar después de un día
saturado de trabajo o de estudio es de 10 más importaíte, y
es el momento adecuado pa¡a demostr¿lrle a su esposa que
ella ocupa el prime¡ lugar en su vida. Por lo tanto, antes de
dedicars€ a sus hüos, el hombre de inmediato debe buscar a
su esposa diciendo: "¡Holal ¿Querida? ¿Dóndeestás?Ah, hola
niños, hola queridos..., pero ante todo necestto ver a mamá.
¿Dónde estii mamá? ¡Ante todo, mamá!".

cuando la vea le dirá aleg¡emente y con amor ..iHola


Y
querida! ¿Cómo estás? N€cesito habla¡ contigo unos minutos,
pasé todo el día pensando en ti, ¿cómo ]a has pasado?
¿eué
tal todo?". Entonces, se sentará junto a ella, la estimulará a
hablar, le hará preguntas y se interesaú por las novedades
del día: 'iQué hay de nuevot ¿cómo te sientes?, ¿comiste
algo?". Y así debe interesa$e por el7.' de verdad, cómo fue su
día, etc. Lo principal €s prestarle atenció¡ iümediatamente al
ent¡ar a casa, Io que le dará la sensación que él no tiene nada
más valioso que ella en eI hogar y que es lo primerc que le
inte¡esa,

El hombre debe saber que a la mujer Ie da una gran


vitalidad
hablar y
contar todas sus vivencias, incluyendo detalles
que podrían parecerle irrclevantes a é1. Por Io tanto, ¡debe
permitirle hablar de todo y contarle todo! E incluso contarle
chismes, ya que ella tiene que sacane de encima todo lo que
tiene en su corazón. Ella tiene que sentir que puede relatarle
todo a su marido. Por ese motivo, el hombre nuüca le llamará
la atención sobre lo que le cuenta pues sería una horrible
haición a la confianza que ella tiene en é1. La escuchará
con completa atención, mientras en su corazón sabrá lo que
tiene que "filtrar" como por ejemplo los chismes que está
prohibido aceptar. Y por supuesto no la c ticará, sólo le
prestará completa atención sin dar entrada en su corazón a las
Capitulo T¡es: El primer Lugar | 95

habladurías, y así le dará a ella la opo¡tunidad de desahogarse


y, además, la salvani así de contar todo tipo de calumnias a
sus amigas ya que se lo contó todo a é1.

¿Hasta dónde el honor?


Uno de mis alumnos estaba por eúpezat Mnjá, la
oración de la tarde, con su grupo de estudios cuando su
esposa le telefoneó y le pidió volver a casa inmediatamente.
EI le respondió: "Querida si tú quieres voy de inmediato,
pero precisa¡nente en este momento estoy por ef¡pezar la
Mnjá, ¿tal vez rczo y luego voy directame¡te a casa? Ella
le contestó: "No, ¡ven ahora mismo!,'. El alumno abandonó
todo de inmediato, y regtesó a su casa. Así es como hay que
conduci¡se, incluso con riesgo de tener qLre rezar solo en casa
(ya qüe segi\n \a HaAá hay que rczar en un ,¡i, ián, es decir
con po¡ lo menos un grupo de diez hombres).

Po¡ supuesto h¿blamos de pe¡sonas normales que de verdad


desean servi¡ a Hashem y no buscan pretextos pam descuidar
la oración colectiva u otros Preceptos. Un marido como éste,
que de verdad debe esfo¡zarse para encontar tiempo para
dedicar a su mujer, tiene que estar dispuesto a abandonarlo
todo por ella, aunque en ocasiones tenga que sacrificar la
oración colectiva o sus homs de estudio. Sobre esto se ha dicho:
"La cancelación momentánea de la Torá, es su realización,',
pues el hecho de que la mujer tiene la seguridad que es lo más
impoftante pata su marido, le hará .liberarlo, para que sirva
al Creador veinticuatro horas al día.

Mi estimado maestro, Rabí Eljezer Berlaid shlit"a,


contaba que cada vez que venía a consulta¡lo un alumno por
un p¡oblema de paz hoga¡eña, él le solía decir: ..Escucha a lo
que tu esposa te pide. Si te pide que te quedes en casa, quédate
con ella en casa, luego ella te da¡á un mes de vacaciones,'.
96 | En el Jardin de la Paz

Si esto es legitimo para temas concernientes a la Ley Judía,


es decir que la Torá permite de vez en cuando anular los rczos
colectivos o el estudio para darle a la esposa su lugar y su
honot, con más razón así debería ser con todos los asuntos
mundanos, el marido debe estar totalmente dispuesto a dejar
de lado todo por su muje¡ ya sean citas de negocios, sus
hobbies, amigos, etc.

Cuando viene un marido a quejarse que su esposa 10


oprime, limita sus pasos, no lo libera durante varias horas, no
quiere que vaya a sus clases de Toriá, etc., está bien claro que
es ése el rcsultado de haberle dado la impresión de que hay
cosas más impofiantes que ella. SóIo si el homb¡e rcctifica su
comportamiento y le demuesta que ella es su mayor prioddad,
de prcnto se encontrará liberado de aquella opresión...

Querido m¿ddo, ¡Debes entenderlo bien! La mujer no


tiene libre albedrío en este asunto. Así Hashem la ha creado.
Ella necesita la atención de su marido tanto como el aire que
respira. Para ella permitirle a su marido salir pam ocuparse
de algo que le interesa más que ella equivale a la muefie. En
consecuencia, no importa qué asunto es tan importante para
su esposo, para ella - ¡es su enemigo! Es 1o que le arrebata
a su marido, Io que desvía su atención, 1o que le hace perder
frente a él su importancia y su honol y de inmediato odiará
aquella cosa, asunto o persona y se opondrá.

Ésta es la Torá
Es muy importante no malinterpretar Io que hemos
aprendido hasta ahora. Nadie debe recibir la falsa imprcsión
que le está permitido violar la Torá con el fin de colocar a su
esposa en el primer lugar y cumpli con todo lo que le pide.
¡Los Preceptos de la Torá con todas las leyes y restdcciones
de los Sabios debe¡ ser obseNados al pie de la letra! Es que el
ma do debe ser lo bastante inteligente para hacerle senti¡ a su
Caplruto Tres: Et primer Lugd I 97

esposa que ella ocupa el primer lugar en su vida, sin violar la


Torá, y buscar qué es lo que se puede hacer dentro de la gama
de la Halajá, l^Ley ludia.

En realidad, lo principal es la actitud del marido, las


palabras que dice y el mensaje que le trans[rrLe a su esposa.
Cada vez que ellalepidealgo, de i¡mediato debe responderle:
"¡Sí querida! ¡Lo que tú quieras!
iTú eres la p¡imera! ¿Deseas
que regrese a casa? ¡Voy de inmediato!
iTú estás ante todo!,'.
Y de este modo otras expresiones semejantes y auténticas de
atención y de comprensión.

En la mayoría de los casos, la buena sensación que causan


estas palabns será suficiente para que ella reduzca sus
reclamos y peticiones, Incluso si a veces él renuncla a ctertas
cosas rmport¿ntes po¡ su mujet como el alumno que ¡e¡unció
a la oración colectiva o a la clase de Torá, podrá completar lo
perdido más tarde pero con su esposa satisfecha.

En muchas ocasiones la mujer sólo está prcbando al ma¡ialo


ya sea en forma consciente o no- pam comprobar si de
verdad ella ocupa el primer lugar en su vida. por supuesto,
toda mujer normal sabe que si su marido no va a trabajar o a
estudiar, eso afectará el sustento y ot¡os aspectos de su vida.
Po¡ lo tanto le está prohibido al marido decirle por ejemplo:
"¿Qué puedo hacer? Tengo que estudia¡, tengo que trabajar. . .,',
pues ella ya Io sabe muy bien pero necesrra escucnar que
está en el primer lugar Pa¡a ella esas palabras rep¡esenta¡ el
más importante regalo que puede recibir de su marido y desea
escucharle decirlo claramente.

En consecuencia. si el esposo Ie da a su mujer ese üalo en


toda ocasión en que lo prueba, ella lo liberará con facilidad
para que se ocupe de sus asuntos.
98 | En el Jddín de la Paz

Sin nervios
Algunos hombres empiezan a dar con gran devoción sus
p m€ros pasos en el camino de la Torá y su corazón arde
hacia su Padre Celestial. Sin embargo, ellos sufren situaciones
de gÉn tensión en su casa y se preguntan cómo van a colocar
a su mujer delante de Hashem, el Creador del Universo, el
Rey de reyes...

Para empezar, hay que saber con toda seguddad que esli
bien claro para cualquier pe$ona con cdterio y también para
lamujermisma, que el Creador y la Torá están por encima de
todo. La cuestión sólo consiste en darle ala€sposa la sensación
que recibe la exclusiva ¿tención de su marido, que no existe
quien pueda competir con ella ni siquiera Hashem. Y ésta
es también la voluntad del C¡eador Mismo.

Por ejemplo: Cuando el marido tiene que itse a una clase


de Torá, y su esposa le pide que se quede en casa. Si é1 le
responde: "¿¿Qué significa esto?? ¡Hashem ordenó estudiar
Torá y Él €stá ante todo!". A ella sólo le hará sufrir y le hará
sentir u¡a gran oposición hacia Ia Torá. Por lo tanto, ése no es
el camino, él debe decirle: "Querida mía, tú ocupas el primer
lugar en mi vida, ¿Qué es lo que deseas? icon gusto haré lo
que me pides!". De inmediato, al escucha¡ esas palabras, la
actitud de ella cambiará y le dejará inmediatamente dedicarse
a 10 que desea, ya que él Ie dio labuena sensación que ella no
tiene competencia alguna.

El 'primer lugar' no significa que en Ia realidad la esposa


es más impo ante que la Torá. Ella misma sabe que Hashem
está por encima de todo y no es su voluntad ser más importante
que É1. Ella simplemente tiene la nec€sidad inte¡ior de sentir
en la actitud de su esposo hacia ella, que está por encima
y ante todo- Con seguridad, si el ma¡ido le da a la esposa
esa sensación, ella nunca le exigirá renunciar Ia voluntad del
Creador
Capitulo T¡es: ElP¡imer Luga¡ 199

Pero, si él le amarga la vida diciéndole todo el tiempo que


Hashem y la Torá son más importantes que ella, entonces se
alejará del camino de la Torá po¡ completo, e incluso podrá
llegar a exigirle que renuncie al Creador Hemos visto esto
en numerosos casos, en los que el marido sobrecargó tanto la
Torá sobre su mujer, que ella llegó a demandarle que abandone
la Torá, o en los que ella sola la había abandonado.

El hombre d€be ser inteligente y ver cómo conciliar las


situaciones, y multiplicar sus plegarias rogándole al Creador
que le ayude sabe¡ conducirse de manera que su esposa sienta
que ella está ante todo, sin transgredir la Halajá. He aqüi
algunas pautas claves:

a) Hay muchos casos en que se puede ser flexible en


la aplicación de la Ealajá, y sólo los nervios del marido
despiertan en él un imaginario "celo a Hashem" que le hace
negarse a ceder f¡ente a su mujer, bajo el pretexto que es
contrario a Ia Torá.

b) El Creador no le da al hombre una prueba que no pueda


afrontar En genetal, basta con reflexiona¡ para encontÉr los
medios de satisfacer la voluntad de la mujer sin transgrcdir
la Torá.

c) Si el marido le tra¡smite a su esposa, en las cosas que


se encuentmn dentro de los límites de la Ley Judía, que ella
está ante todo, él no llegará a la situación en que su esposa
pida algo en contra de la Halajá, ya qre (joando una mujer
se opone a la Torá es sólo porque su marido provocó su
rechazo al tlansmiti e la sensación de competencia, como ya
explicamos.

d) Si un marido cede ante los pedidos de su esposa, ella


a cambio Ie devolverá el doble. Cuando un úarido cierra su
libro de estudio de la Torá para hacer un favor o ayudarle a
100 L En el Jardln de la Paz

$r esposa, él de hecho observa las mismas enseñanzas de la


Torá.

e) En casos extraordinarios conviene aconsejarse con un


rabino experto e¡ problemas de 'paz hogareña-', quién sabrá
encontrar el camino pam concilia¡ eútre 10 deseable y lo
práctico, sin que se afecten tanto Ia paz doméstica como la
observancia de la To¡á.

Una justa oculta


Un marido que desea log¡ar eleva$e espiritualmente tiene
que saber que siempre que su esposa esté en el tope de sus
prcf€rencias, ella estará llena de alegría y vitalidad Entonces,
él podrá enfrentar cualquier problema y dificultad y, Io más
importante, ¡ella se convertirá en una ayudante perfecta!;
toda oposición desaparecerá, y e¡ las situaciones que ella
solía decir'lo" - ahoÉ dirá "sí". Ella, con buena voluütad, le
da¡á su apoyo, colabo¡ación y estimulo

Y no sólo ella cumplirá sus funciones de Ia mejor forma


posible, sino que canalizará hacia su marido abundancia de
bendiciones espirituales y materiales, tanto en forma abierta
como oculta, tal como revelarcn los Sablos <falkü1 shiüoni, Lej
¿eJo: "El hombre debe siemprc honrar a su mujer, ya que la
bendición rcside en el hogar sólo por el mérito de ella'' Esto
no se aplica solamente a Ia subsistencia, sino también a todos
los campos: El estudio de Torá, Ia elevación espidtual, cria¡
niñosjustos, etc.

En la mujer todo es secreto y oculto. Los méritos de una


mujet sus actos y su influencia, no siempre son visibles.
Ella actúa entrc bastidorcs. Un marido es visible al público
y es elogiado por sus buenas acciones. La gente no nota las
acciones de una esposa ya que "Todo el honor de la hÜa del
Rey está en su interior" Galnos4514).
Capírulo T¡es: El primer Lugd | 101

Exteriomente, parcce que el éxito y los ingresos dependen


del esfuerzo del marido pero, en realidad en forma oculta y
secreta, toda la abundancia fluye desde 10 Alto en virtud del
alma de la muj€r, donde se ocultan prcpiedades mamvillosas
y fuerzas sublimes.

Por medio del honor que el hombre concede a su esposa le


llegan a él bondades y b€ndiciones incomparables, como un
tesoro que se debe aprender inteligentemente a utilizar para
enriquecerse, espiritual y materialmente.

"¡Todo lo mío y lo de ustedes - de ella es!',


Se dice "Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer',.
El Talmud cuenta el regreso de Rabí Akiva a su hogar después
de una ausencia de aproximadamente veinticuatro años
-con
el pe¡miso de su esposa- para estudiarTorá. Estabaescoltado
por decenas de miles de alumnos. Cuando Raquel, su esposa,
se acercó para recibirlo, él se dirigió a sus discípulos y les
dijo: "Todo lo míoy lo de ustedes -es rcalmentetodo de ella,'.
Rabí Akiva, uno de los mayor€s líde¡es €spirituales de todos
los tiempos, atribuyó todos sus logros y todo su enorme éxito
en el estudio de la Torá y en la fo¡mación de decenas de miles
de discípulos a su esposa.

Hay sin embargo que entender las palabms de Rabí Akiva;


¿acaso verdademmente todo le pettenece a ella? Es ve¡dad
que su esposa 10 mandó a estudiar Torá y estuvo d€ acuerdo
que se ausentara de casa dumnte tantos años, pero el esfueso
principal y el sacrificio para estudiar la Torá fueron efectuados
por Rabí Akiva mismo, sin la activa ayuda de su mujer.
¿¿por
qué entonces declaró que toda su Torá y la de sus vemúcuatro
mil discípulos le pertenecen a ella??
Rabi Akiva habló seri¿mente. Él reconoció con claddad
completa que era el alma de su esposa que le perm¡tió lener
éxito. El sabía que el a¡ma de Ia mujer conriene filerzas
102 | En eljardín de ]a P¿

y cualidades ocultas. Siendo él rcalmente un gran Sabio y


gigante de la Torá, reconoció que su éxito le pertenecia
completame¡te a ella y no lo atribuyó ni a sí mismo ni a sus
esfueüos.

Ahora podamos comprender la declaración del Baal Shem


Tov respecto a su fallecida esposa. Él d¡o que si ella aún
estuviera viva, éI habría alcanzado tales niveles espirituales
que hubiera podido ¿scender al Cielo en una tempestad
de fuego, no como Elías (Eliáhu) el Profeta que se elevó al
Cielo en el desierto lejos de los ojos humanos, isino que lo
hubiera hecho en el mismo centro del mercado fiente a todo
el mundo!

Aparentemente esto no es comprcnsible. ¿De qué carecía el


Baal Shem Tov? ¿En qué obstaculizó la muerte de su p mem
esposa a su elevación esPi¡itual?

La ¡espuesta es la siguiente: Cuando un hombrc vive en paz


con su mujer y está unido a ella, todas las fuerzas espirituales
ocultas deütro del alma de su esposa se asocian con él - y
entonces puede elevarce más y más. Es Ia misma diferencia
que existe entre una pe$ona que posee sólo un bmzo o una
sola pierna y aquella que tiene r¡n cuerpo completo. De la
misma manera en 10 espi tual, un hombre que no está
uniflcado con su esposa, es decir que no tiene conexiófi con
su alma -ya sea porque no está casado o está casado pero no
tiene paz conyugal, no está completo, es sólo la mitad de un
homb¡e.

Las fuerzas escondidas de la mujer son tan poderosas y


especiales, y en particular cuando se hata de l¿ primera mujer
que es el cónyuge perfecto del hombrc y puede lleva¡lo a la
cumbre de su nivel espiritual. Es por eso que el Baal Shem
Tov lamentaba tanto la pérdida de su primera esposa.
Capíiulo Tresr El P¡imer Lugar 1103

Por lo tanto cuando el marido quierc ganar espiritualmente


pero priva a su mujer de lo que ella necesita, es decir el hono¡
y el sentimiento que ella ocupa el primer lugar en su vida, al
final perderá toda su capacidad espiritual.

ReiteÉmos la regla básica: Cuando el marido no invierte


tiempo y esfuezo para que su mujer tenga el sentimiento que
ella ocupa el primer lugar en su vida no sólo no gana lo que
quiere, sino que pierde más y más.

Una reunión urgente


¿Cómo debe conduci$e un hombre cuando tiene una
reunión urgente y su mujer le impide concuffir?

LaÍesp\restaes: Emuná. El hombre debe saber que Hashem


es Quien decide si irá o no a la cita. Por lo tanto, debe anular
su voluntad a la Voluntad del Creador y decirle a su esposa
que ella es quien decide y si ella desea que se quede en casa, se
quedará. Él debe prepara$e realmente para eso, quitándose el
abrigo y sentándose cerca de ella. Al hacer esto ¡ogará dentro
de su corazón: "Señor del Universo, si Tu volüntad es que me
vaya, inspir.t el corazón de mi mujer para que me deje ir con
alegríd, buena volu tad. Sin embargo, si Tu vol*itad es que
me que¿e, ayúdame a ver este impedimenlo confe y entender
que es ésa Tú t)oluntad, ! que me quedaré alegremente en la

Si él le habla¡a sinceramente a su mujer dándole a entender


que ella verdadenmente está por encima de todo, incluso de
lo más importante, él ganará doblemente:

La primera g¡nancia: Si ella le impidió i¡ porque se sintió


descuidada, ahora que él la ha tratado con respeto sincerc y
conveniente atención dándole el sentimiento qu€ realmente
ocupa el primer lugar en su vida, entonces es muy prcbable
que le deje ir
104 I En el Jardín de la Paz

La segutrda gananciai Por el hecho de que el marido


anula su propia voluntad frente a la de su esposa él de -
hecho se anula ante la Voluntad Divina, y casi siemp¡e eso es
precisamente lo que Hashem quiso con eI impedimento que -
él someta su ego y por 1o tanto, es muy probable que todo
se aregle.

Si, a pesar de todo, ella no le permite ir, eso demuest¡a que


existe algún otro motivo paraimpedirlo. Entonces, él necesita
observar y reflexionar sobre sus acciones, porque si él sabe
darle a su mujer la sensación de que ella ocupa el p¡imer lugar
y no existe competencia alguna entr€ ella y lo que él necesita
hacet y aún ella sigue impidiéndoselo aparentemente el
-
impedimento tiene que ver con otm cosa que debe cofiegir
Por Io tanto, él habrá de concentrarse p¡incipalmente en la
plegatia y hacer Teshuvá.

después de todo y a pesar de todo permanece el


Si
impedimento, él debe anularse frente a la Supervisión Divina
y permanecer en casa con alegría y buena voluntad, y quién
sabe qué bene{icios y salvaciones verá más tarde procedentes
de su sumisión.

Escuchar al rabino
He aquí una historia sobre el gran Justo, el Rabí de Rostov
zt"/, de la cual podamos ap¡ender un g¡an lección:

El Rabí les reveló a sus disclpulos una poderosa


¡ectificación espidtual que consistía en celebrar
cada año la festividad de Sxlcof en un poblado lejano
al o¡iente de Polonia. El Rabí les advirtió a sus
discípulos que deberían llevarla a cabo sin tomar en
cuenta impedimento alguno.

Uno de sus jóvenes alumnos que vivla muy lejos


de ese pueblo, le infomó a su esposa -sin pedir su
opinión- que por la ordenanza del rabino no pasatía
Capttulo Tres: El P¡ime¡ Lugd 10s

con ella la festividad de Sr¿of. El c¡ela que la orden


del rabino no dejaba sitio a ninguna discusión. No
obstante, su mujer que no estaba de acuerdo en
quedarse sola du¡ante la festividad, se sintió muy
he¡ida.

EI alumno no se inmutó y¿ que el rabí dijo


claramente no tomar en cuenta impedimento alguno/
y él tenía la intención de cumplir la orden pasase lo
que pasase. ¿Acaso debía pedi¡ la autorización de
su esposa? Después de todo - ¿el criterio de quién
es más impoÍante? ¿El amplio criterio del mbino y
sus santas palabras/ o el ligero criterio de su esposa
que sólo vela ante sus ojos el mundo material, sus
comodidades, y siempre se preocupaba por el "qué
dirán"?
Y así vi¿jó el alumno ¿ ¿quel lei¿no lugar sin que
su esposa estuviera de acuerdo.

Cuando reg¡esó ¿ su cdsa, noto que su viaje


había provocado en su mujer una gran animosidad
hacia él y hacia su rabino. Ya no era aquella querida
mujer con la que se había casado... El honor de
ella se habla lastimado de tal manera que todo
ese año le hizo la vida imposible, mostrándole un
rostro furioso, hablando mal de él y de su mbino
y hasta negándose a tener relaciones intimas con
é1. Su forma de actuar le causó al joven una gran
angustra.

Desde luego, el discípulo sabía que se iría


de nuevo el siguieñte Su¿of y se inquietaba por
eso: ¿Qué pasada? ¿Quién sabe hasta qué grado
llegarian las cosas? Pero HaShem se .rpiadó de é1, y
le envió a Rabí Shlomo Hirsh, qüien había sido su
maestro cuando e¡a ün niño pequeño en la escuela
ludía.
106 | Etrellddínde laPz

Rabl Shlomo era un hombre de Elmtná, solla


vivir con fe simple y tenía maravillosas cualidades
humanas y una gran experiencia con ese tipo
de jóvenes, estudiosos de la Torá y consagrados
al servicio de HaShem, pero carentes de paz
hogaieña...

Al escuchar lo que le ocurla le dijo: "No es ése


el camino corecto hijo mío. Cuando tu piadoso
rabí le ordenó viaiar, isu intención no era que
destruyeras la paz de tu hogar! Su intención era
que actuaras con sabiduría e inteligencia tanto pala
cumplir con su ordenanza como pata pteservar la
paz en tu hogar".

"¿Pero córno puedo lograr eso?", preguntó el


joven. "El año pasado cuando convivíamos en
paz - mi esposa no estuvo dispuesta a escuchar
nada acerca de ese asunto... Aho¡a que está
tan enojada conmigo segutamente no me dará
su autodzación para ir nuevamente... Tendré
entonces que sobreponerme a su rechazo y con
valentía - ¡viaja¡!".
Le respondió el rabino: "¡Eso no es valentía
sino torpeza! iEscucha la voz de tu maestro que
te conoce desde tu infancia! Ve y dile a tu esposa
que te equivocaste/ que este año no viajarás sin
su consentimiento t además, le entregarás tu
pasáporte. Luego le dirás: Aquí está mi pasaporte,
isí no quieres - no viajo! Cometí un ellor y lo
lamento, mis amigos me aconsejaron mal rne
dijeron que viajara aunque no estuvie¡as de
acuerdo. Pero ahora que reflexioné, comprendl
que t¡1 estás ante todo, jtrl etes más importante
que toda otra cosa y tanto más que este viaje!'. Y
en generaL mejora toda tu conducta y tu actitud
Caplhrlo Tres: El P¡imer Lugar | 107

hacia ella para darle la sensación de que, ante tus


ojos, ella es lo más importante de tu vida.

También, encuentra un día libre y vete a un


lugai t¡anquilo en el que no haya gente y dedícalo
a la plegaria. Suplica a HaShem el dla entero y
verás milagros. Ésta es una práctica con resultados
probados, tal como ha dicho el Rey David 6ut-os
s6:O: Apiádate de mí, oh Hashem, pues a Ti invoco
todo el día'.
Debes pedirle al Creador que te pe¡done Por
haber lastimado tan giavemente a tu esposa, y
qúe la inspire para que también ella te perdone
con toda su alma. Además, Pídele al C¡eador que
te pe¡done por no haber actuado confo¡me al
camino de la Emuná, y haber ctmplido la orden
de tu ¡abí según el principio herético de ton mi
propia fuerza y el poder de mi mano'. Pldele perdón
po¡ no haber comprendido que la oposición de tu
mujer expresaba 1á del Creador, po¡que Él también
quiere que obedezcas a tu rabino pero po¡ medio
de la multiplicación de tus oraciones y anhelos.
Pídele tener también el mérito de aumentar tus
plegarias y súplicas con el fin de poder viajar el
próximo año a aquel poblado y obedecer la orden
del rabí.

Después de pronunciar esa la¡ga plegari4


entonces, en un momento de amor, alegda y
¡econciliacióry te dirigirás a tu esposa con mucha
delicadeza y le hablarás áce¡ca del viaje. Ya por
anticipado le informa¡ás que viajarás sólo si ella
esta¡á de acue¡do; le explicarás la sublime virtud
y los grandes beneficios que obtendría la familia
108 i En el lddín de la Pz

entera de tal viaje espiritual y pedirás su permiso


para viajar

Si sientes la más leve oposición - no insistas


y enfiende que Hashem te muest¡a que aún
necesitas un día más de plegarias, y entonces
deberlas volver a hacerlo. Debes sabe¡ que en el
momento en que hayas rezado lo suficientg tu
esposa te permitirá con gusto y buena voluntad
que viajes ya que 'Cuando Hashem se complace
con los c¿minos del hombre - hast¿ sus enemigos
se reconcilian con éf (P¡overbios 1ó:4.

El alumno sabía que el rabino y maestro de su


inJancia deseaba sólo su bien etemo y reconoció
su profunda sabiduría y gran fe. Por lo tanto, le
escuchó e hizo exactamente lo que le aconsejó. y así
fue que la siguiente festivida4 no sólo que su esposa
le permitió cumplir con el compromiso sino que ella
misma lo envió con gran alegría.

De verdad, aunque el joven tenía que ser tenaz y decjsivo


para cumplir la ordenanza de su rabi y decidir viajar pasase
lo que pasase, debía saber cómo presentar las cosas, córno
tratar todos los asuntos con su esposa para que ella no sienta
competencia alguna con ese viaje o con su rubino. Cuando
su mujer le había dicho "no" respecto a su viaje, él tenía que
saber que significaba que desde el Cielo le decian "no", y era
un indicio que necesitaba más plega¡ias para lograrlo.

En consecuencia, cuando el hombre desea algo intensame¡te


y sü mujer se opone, de inmediato necesita decirle: ,,Esposa
mía, ¡tú estás ante todo!". Así, ella no se sentirá celosa y en
cor¡petencia con algo, lo que ciertamente endurecerá aún
más su corazón. Luego, es necesario realizar las acciones
corrcctas para que desde lo Alto Ie digan "Sí". Si él ve que
la negativa persiste, es que debe multiplicar sus plegarias en
Capitúlo T¡es: El Primer Lugar I 109

aislamiento por 10 menos seis homs consecutivas que es un


consejo seguro paú vencer cualquier obstáculo. Cuando el
hombre haya rezado lo suficiente, entonces también su esposa
dirá que sí. iHay que recordar muy bien!: Lo principal es
nunca presentar a la esposa las cosas como una competencia
pues de tal modo todo se complica aún Ínás

Para concluir, el hombre deb€ distinguir cómo actuar:

a) Hacia a Ia esposa: Ella es lo más importante y ocupa


el 'p¡imer lugar', y nada se puede enfrentar o competir con
ella.

b) Hacia al Cielo: El hombre debe ser fuerte y firme en su


decisión y entender los mensajes Divinos, que hay un Juicio
severo que se manifiesta en su mujer. Es neces¿rdo pues
endulzar ese Juicio Divino por medio de la plegaria que es
llamada también "misericordia" ya que la provoca.

De este modo se consigue convertir los Juicos Divinos en


Divina Compasión, iy t¡iunfar!

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